Buena Fe en El Derecho Penal
Buena Fe en El Derecho Penal
Buena Fe en El Derecho Penal
TEMA:
IMPORTANCIA DE LA BUENA FE EN EL TRAFICO JURIDCO PENAL
INTEGRANTE:
CURSO
CICLO
DOCENTE TUTOR:
ARRIBASPLATA QUEVEDO JORGE ENRRIQUE
Sullana – 2019
Introducción
“La buena fe es un modelo o arquetipo de conducta social, hay una norma jurídica que
impone a la persona el deber de comportarse de buena fe en el tráfico jurídico”. “Como
dice Marcelo López Mesa “la vida en sociedad requiere actuaciones razonables,
maduras, responsables, alineadas por el principio cardinal de la buena fe”.
“La noción de buena fe, expresa nuestro amigo en cita, ha ido creciendo en su imperio
sobre el derecho, conforme avanzaba el tiempo y las nociones formalistas estrictas iban
cediendo paso a un deseo de mayor justicia Más adelante nos dice que la buena fe es un
principio general del derecho, consistente en un imperativo de conducta honesta,
diligente, correcta”.
“Se trata de una norma objetiva integrada por arquetipos de comportamientos sociales
en algunos casos, no sólo sirve para interpretar sino para integrar el negocio, de tal modo
que se podrá echar mano a ella para precisar si lo pretendido por uno de los contratantes
guarda congruencia con el equilibrio del sinalagma contractual y la reciprocidad de las
contraprestaciones, así como con la proporción de las cargas y sacrificios que la justicia
conmutativa impone y que los contratantes han tenido en consideración al integrar uno
de los tipos negociales previstos por el derecho”.
“Expresan Morello y Tróccoli que la buena fe, debe acompañar al contrato en cada una
de sus fases y en su variante objetiva significa que el acreedor no debe pretender más,
en el ejercicio de su crédito, ni el deudor puede rehusase a dar menos, en el
cumplimiento de su obligación, de lo que exige el sentido de la probidad, habida cuenta
de la finalidad del contrato”.
“En el ámbito penal existe consagración expresa p de buena fe en los artículos 308, 318
y 319 del Código Procesal Penal. Si un bien es embargado o incautado, como parte de
las medidas complementarias a la persecución criminal, los terceros ajenos al delito
pueden pedir la liberación de los bienes. Si bien el artículo 318 del referido Código hace
referencia a cualquier tercero y el artículo 319 solo menciona a los terceros adquirentes
de la propiedad, es evidente que esa distinción es meramente gramatical pues no hay
razón para proteger solo al adquirente en propiedad de bienes que luego resultan
embargados o incautados”.
Problemática
“Al contrario, con la buena fe procesal se propende instaurara un modelo ético que
mediante reglas socialmente aceptadas como correctas, imponga en los intervinientes
del proceso una conducta apropiada, evitando o sancionando la malicia o temeridad, que
contaminen los procesos de conductas nocivas que conspiren con la naturaleza del
derecho o del proceso penal”.
Concepto
Rezzónico, Juan Carlos (2001)
EXPONE
El juez del siglo XXI debe buscar por todos los medios posibles el resultado social
esperado.
“La más eminente misión del juez no es aplicar la ley, sino hacer justicia. Resolver
con acierto los problemas concretos que se llevan a conocimiento de los
magistrados crea una “sensación de justicia”, que no necesita demasiadas
explicaciones”.
“No sirve que el juez sea un esclavo que de sol a sol se recluye en su oficina, si
pese a su mejor esfuerzo no consigue los frutos que la sociedad espera”.
“Así las cosas, la idea que de la confianza tenía el Derecho romano es la misma
que subyace hoy en día, entre otros preceptos, en el artículo 7.1 del Código
Civil y a cuyo tenor “los derechos deberán ejercitarse conforme a las
exigencias de la buena fe”, y en el art. 1258 del mismo cuerpo legal y en cuya
virtud “los contratos se perfeccionan por el mero consentimiento, y desde
entonces obligan, no solo al cumplimiento de lo expresamente pactado, sino
también a todas las consecuencias que, según su naturaleza, sean conformes
a la buena fe, al uso y a la ley”, preceptos que constatan que la buena fe es el
criterio de conducta al que ha de adaptarse el comportamiento honesto de los
sujetos de derecho en las relaciones bilaterales, comportamiento adecuado a las
expectativas de la otra parte”.
“En igual sentido, se ha dicho con acierto que la buena fe, más que un estado de ánimo
subjetivo, ha llegado en nuestro Derecho a significar una fuente de normas
objetivas (o si se prefiere, un complejo de normas jurídicas), que carecen de
formulación positiva concreta, lo que ha generado equívocos y denominaciones
impropias”.
“Aun así, la buena fe, inspira a conseguir que en el desenvolvimiento de las relaciones
jurídicas, el ejercicio de los derechos y el cumplimiento de las obligaciones, se produzca
conforme a una serie de principios que la conciencia jurídica considera como necesarios,
aunque no hayan sido formulados por el legislador ni establecidos por la costumbre o el
contrato, principios que están implícitos o deben estarlo en el ordenamiento
positivo, que tiene carácter general pero que exigen una solución distinta en cada caso
concreto”.
“En el proceso penal, como no podían ser de otra forma, debe aplicarse el mismo cuerpo
legal mencionado, así como las consecuencias que su incumplimiento acarrea”.
“Dada la mayor flexibilidad del proceso penal, que tiende a la búsqueda de la verdad
material y en especial de la defensa para invocar hechos y aportar material probatorio,
ha sido una práctica común de la defensa aportar material probatorio en el último
instante, dejando a la contraparte sin posibilidad de reacción”.
“En el mismo sentido se ha dejado para la vía de inicio de juicio oral o para e informe
final alegaciones sobre concurrencia de eximentes, atenuantes, o calificaciones
alternativas que no eran modificadas en el momento procesal oportuno”.
“El principio de buena fe procesal va a marcar una tendencia cada vez más pronunciada
para que las partes y en especial las defensas se abstenga de dejar para momentos
postreros cualquier invocación sobre nulidad de actuaciones, calificaciones alternativas,
invocación de eximentes y atenuantes, aportación de prueba, impugnación de periciales
y documentales, buscando con ello la posibilidad de una efectiva contradicción y
defensa de ambas partes. Si bien es cierto que lo conveniente sería que hubiese una
regulación normativa más clara y no dejarlo tanto al criterio de los tribunales dejo
apuntado algunas cuestiones que son polémicas y que en no pocas ocasiones han sido
motivo de censura y rechazo por realizarse con quebranto de la buena fe procesal”.
BIBLIOGRAFIA
Rezzónico, Juan Carlos “Efecto expansivo de la buena fe”, 2001, L.L. -C-516.
Herrera Marisa y Caramelo, Gustavo; “Código Civil y Comercial 2005 de la
Nación Comentado”, Editorial Infojus, Buenos Aires 2015, Tomo 1º pag.
35/36.
Vázquez Ferreyra, Roberto; “La buena fe y las relaciones jurídicas” en el libro
homenaje a J. Bustamante Alsina, Edit. Abeledo Perrot,Bs. As. 2008, Tomo I,
pàgina 261