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Historia Interna de La Lengua

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Historia interna de la lengua

La historia interna de la lengua o gramática histórica se refiere al estudio de los cambios acaecidos
en la estructura de la lengua y en su léxico. La historia externa por otra parte se refiere a la historia
de los hablantes del español, sus vicisitudes históricas y el uso social de la lengua.

Cambios morfológicos

El español, como las demás lenguas romances, podría derivar de una forma de latín que había
sufrido un proceso de criollización,161718 que hizo el orden de constituyentes más fijo y más
tendente al orden sintáctico SVO. La misma criollización pudo haber favorecido la pérdida de la
flexión nominal tanto o más que los cambios fonéticos que afectaron al latín tardío. La pérdida de
las marcas de caso aumentó la ambigüedad e hizo al español una lengua un poco menos sintética
que el latín.

Declinaciones

El marcaje de las relaciones gramaticales en latín clásico estaba basado en un sistema de flexión
nominal. Un nombre común podía tener hasta siete u ocho terminaciones diferentes que
indicaban la función gramatical de la palabra dentro de una oración. Por ejemplo para la palabra
mensa, 'mesa', se tienen siete homófonas que realizan 12 combinaciones diferentes de caso y
número:

Caso Singular Plural

nominativo (sujeto) mēnsa mēnsae

genitivo (posesión) mēnsaemēnsārum

acusativo (objeto directo) mēnsăm mēnsās

dativo (objeto indirecto) mēnsaemēnsīs

ablativo (modal) mēnsā mēnsīs

vocativo (apelación directa) mēnsa mēnsae

A entornos del latín vulgar, se produjeron algunos cambios fonológicos que redujeron y
complicaron el sistema declinacional:
La pérdida de la /-m/ final resultó en la confusión entre el acusativo monte(m) y el ablativo monte
en la tercera declinación

La confluencia de /ā/ y /ă/, junto con la pérdida de la /-m/ final, hizo imposible la distinción entre
el nominativo mēnsa, el acusativo mēnsăm (mēnsa) y el ablativo (mēnsa)

La confusión de /ŭ/ y /ō/ hizo que no se pudiese diferenciar el acusativo singular de la segunda
declinación (dominŭm) del ablativo (dominō)

La convergencia de /i/ y /ē/ dio lugar a la confusión entre la tercera declinación del
nominativo/acusativo plural (montēs) y el genetivo singular (montĭs)

Los adjetivos que distinguen entre masculino, femenino y neutro podían llegar a tener hasta 12
terminaciones diferentes frente a las cuatro como máximo del español moderno (-o, -a, -os, -as)

Construcciones preposicionales

El sistema de casos frecuentemente era ambiguo a la hora de determinar qué función


desempeñaba una palabra. Consecuentemente, era necesario valerse de otras pistas, como un
orden sintáctico más fijo y nuevas construcciones preposicionales, para discernir las distintas
funciones. De ahí la construcción de + ablativo en vez del simple empleo del genitivo:

dimidium de praeda frente a dimidium praedae, 'la mitad del botín'

El castellano presenta directamente esta construcción:

la mitad del botín

El latín clásico se servía del dativo sin ninguna otra marca para el objeto indirecto. Con los cambios
fonológicos ya mencionados, podía darse confusión sobre cuál de las palabras en una oración
debía interpretarse como sujeto y cuál como objeto, por lo que se propagó la construcción a +
sustantivo, en el latín vulgar para determinar un objeto directo o indirecto, fenómeno que se
conserva en el español medieval y moderno:

A los judíos te dexaste prender (Cantar de Mio Cid)

'te dejaste apresar por los judíos'

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