PRONTUARIO Lenjuage Incluyente y No Sexista
PRONTUARIO Lenjuage Incluyente y No Sexista
PRONTUARIO Lenjuage Incluyente y No Sexista
Prontuario
para el uso de
lenguaje incluyente
y no sexista
v en la Función Pública
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ABCDE
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Dirección General de Igualdad de Género
Presentación
Las palabras, los conceptos y los términos construyen las definiciones sociales que mol-
dean tanto la vida privada como la pública. En nuestro idioma, la forma masculina de las
palabras se usa indebidamente para representar cuestiones humanas, de tal suerte que
constantemente se está comunicando que las mujeres están en un segundo plano y se-
gunda categoría e incluso completamente ausentes. Esto es grave porque la exclusión de
las mujeres no se limita al lenguaje, sino que las margina de la vida pública como la polí-
tica, el derecho, la medicina y la ciencia, por citar algunos rubros. De hecho, según la Real
Academia Española la presencia explícita y simultánea de las formas femenina y mascu-
lina de las palabras en una oración es necesaria cuando el género es un factor relevante
en el contexto1 y hoy el contexto es cerrar las brechas de desigualdad entre hombres y
mujeres sin dejar a nadie atrás.
La Dirección General de Igualdad de Género preparó este prontuario para ofrecer al-
ternativas no discriminatorias en la comunicación escrita en la Función Pública. En su
conjunto, el lenguaje incluyente y no sexista es una pauta de comunicación deseable
y constituye una de las políticas públicas con las que el Estado mexicano busca revertir
la desigualdad de género. De acuerdo con el Código de Ética de las personas servidoras
públicas del Gobierno Federal, su uso es obligatorio en todas las comunicaciones sin ex-
cepción —escritas y visuales, internas y públicas—. Por ejemplo, en lineamientos, regla-
mentos, recomendaciones, códigos, leyes, estatutos, decretos, acuerdos, normas oficiales
mexicanas, criterios, metodologías, instructivos, directivas, reglas, manuales, disposicio-
RAE (2005). “Uso del masculino en referencia a seres de ambos sexos”. En: Diccionario Panhispánico de Dudas,
1
Asociación de Academias de la Lengua Española y Santillana Ediciones Generales, España. Consultado en:
http://lema.rae.es/dpd/?id=Tr5x8MFOuD6DVTlDBg
nes, correos electrónicos, páginas de Internet, carteles, avisos, oficios, cartas, notifica-
ciones, citatorios, formatos, publicaciones, infografías, postales, plataformas, solicitudes,
etcétera. Así mismo, el uso consistente del lenguaje incluyente y no sexista es requisito
para mantener la certificación en la Norma Mexicana NMX-R-025-SCFI-2015 en Igualdad
Laboral y No Discriminación.2
La estrategia principal del lenguaje incluyente y no sexista es eliminar las maneras andro-
céntricas de escribir, es decir, que están centradas en el varón como modelo de vida. El
androcentrismo en la escritura se expresa en el uso del genérico masculino (trabajadores,
funcionarios, padres de familia, niños, etcétera) para abarcar a mujeres y hombres. Sin
intención, da la idea de que quienes participan en el tema únicamente son hombres.
La abogada Alda Facio, adscrita a la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Hu-
manos de Naciones Unidas, comenta que el androcentrismo en el lenguaje produce un
conocimiento sesgado de la realidad que invisibiliza y excluye a las mujeres de todos los
ámbitos. Esto sucede porque las instituciones son pensadas desde la perspectiva de los
hombres y, por tanto, responden a sus necesidades e intereses y, en el mejor de los casos,
a las necesidades o intereses que los varones creen que tienen las mujeres5.
2
El fundamento jurídico de estas propuestas es la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el tra-
tado internacional en materia de derechos humanos de las mujeres Convención sobre la Eliminación de todas
las formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés), la Ley General de Acceso de las
Mujeres a una Vida Libre de Violencia, la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación y la Ley General
para la Igualdad entre Mujeres y Hombres.
3
Disponible en: http://cedoc.inmujeres.gob.mx/documentos_download/101265.pdf
4
Disponible en: https://www.conapred.org.mx/documentos_cedoc/GuiaBasica-Uso_Lenguaje_INACCSS.pdf
5
Facio, Alda (s.f.). Lectura de apoyo I. Feminismo, género y patriarcado. Consultado en: http://justiciaygenero.
org/Nov07/ Publicaciones/Pasantia/Manual_CEDAW/LecturadeApoyo1.pdf
Las concepciones androcéntricas están muy arraigadas en todas las personas y saltan
una y otra vez en las conversaciones y documentos escritos, en expresiones tan genuinas
como “nosotros”, tratando de incluir a todas las personas presentes, y “todos”, por decir
“sin excepción”. Sin embargo, la palabra “todos” no siempre es incluyente. Basta recordar
la historia de la Dra. Matilde Montoya, primera médica mexicana egresada de la Escuela
Nacional de Medicina en 1887. En numerosas ocasiones se obstaculizó su derecho a la
educación con todo tipo de actos de discriminación, incluso basados en lenguaje sexista.
Por ejemplo, se le impidió presentar su examen profesional a pesar de cumplir de ma-
nera sobresaliente con los requisitos, argumentando que el reglamento señalaba que
éste era un derecho de los alumnos y no de las alumnas. Para que Matilde Montoya
presentara el examen de titulación, hizo falta un decreto presidencial que modificó el
reglamento explicitando que las mujeres tenían los mismos derechos que los hombres
en dicha institución.
Indudablemente, los tiempos y las voluntades cambian y, así como hay avances, tam-
bién se dan retrocesos. Una sociedad democrática requiere un lenguaje claro, preciso e
incluyente, que visibilice a mujeres y hombres para anclar sus derechos que, por princi-
pio, son progresivos. En consecuencia, es correcto y no es redundante nombrar en feme-
nino y en masculino.
Todas las sociedades colocan a ciertas personas y grupos sociales en desventaja simple-
mente por alguna cualidad que forme parte de su identidad como el sexo, la apariencia,
edad, orientación sexual, pertenencia étnica, entre otras. Es aquí donde aparece el pri-
mero de los dos componentes deseados en la comunicación: que sea incluyente.
El siguiente cuadro presenta grupos que suelen ser discriminados. En la columna izquier-
da, se hallan algunos términos poco empáticos que facilitan la discriminación a través de
la negación de derechos y trato igualitario. Por tanto, se recomienda que se eviten. En la
columna derecha, se encuentran las denominaciones incluyentes y respetuosas.
• los usos de cortesía (“dama”, sin equivalente de uso extendido para los hombres);
6
UNIFEM-UNICEF (2000). “Los modelos masculinos y femeninos en el material educativo”, en: Loría Saviñón,
Cecilia y Ma. Guadalupe López Hernández. Nosotras, nosotros. Reconociendo nuestros roles en el interior de la
familia y cómo transformarlos. Carpeta didáctica. Oaxaca, México: ieepo, Col. Voces del Fondo.
Por ejemplo,
La invitación se extiende a los directores y sus esposas.
Es una oración sexista porque presupone que no hay mujeres en el personal directivo y
que todos los directores son heterosexuales y casados. Para no reproducir estereotipos
y prejuicios, se propone:
La invitación se extiende al personal directivo y acompañantes.
Otra práctica sexista se da en la manera de nombrar profesiones, cargos, grados, ocupa-
ciones y oficios en todos los ámbitos. Aún es posible encontrar nombramientos y títulos
académicos de mujeres redactados en masculino. El siguiente cuadro es útil para asimi-
lar que las mujeres pueden ocupar puestos importantes.
la médico la médica
Es correcto utilizar “presidenta”, “jueza”, “cancillera”, “alcaldesa”, "líder o lideresa",
"choferesa", entre otras formas del femenino.
Algunas fórmulas que se usan con frecuencia en la Secretaría de la Función Pública son:
titulares de subsecretarías,
subsecretarios, coordinadores
coordinaciones administrativas
administrativos y directores generales
y direcciones generales
En las próximas secciones, se ofrecen alternativas para fomentar un uso del lenguaje,
acorde con los derechos de todas las personas y las reglas de integridad en el servicio
público. Las fórmulas recomendadas se hallan en la columna derecha de los cuadros y en
la segunda oración de cada par, marcada con }.
la población beneficiada,
los beneficiarios
las personas beneficiarias
• Quien, quienes
• Persona, personas
• Le, les
• Parafrasear
Cuando el trabajador así lo requiera, podrá solicitar una copia de su expediente en Re-
cursos Humanos.
}Cuando así lo requiera, podrá solicitar una copia de su expediente en Recursos
Humanos.
Esta licitación es una buena oportunidad para los inversionistas.
}Esta licitación es una buena oportunidad para inversionistas.
El horario de atención de la Oficialía de Partes a los usuarios es de 9:00 a 15:00 horas.
}El horario de atención de la Oficialía de Partes es de 9:00 a 15:00 horas.
Sólo los titulares de unidad presentarán propuestas en la próxima reunión.
}Sólo titulares de unidad presentarán propuestas en la próxima reunión.
Recomendaciones
• Atender la concordancia
La concordancia gramatical es la relación interna entre las palabras que componen una
frase y que les da coherencia. Significa que cuando se trata de una persona, se debe
nombrar conforme a su sexo o identidad de género usando el femenino o el masculino
de manera uniforme en el enunciado. A continuación, la primera oración de cada par
ejemplifica errores de concordancia que mezclan el masculino y el femenino.
Las palabras tienen género gramatical, es decir, la “carta” es femenino; mientras que
el “oficio” es masculino. En cambio, las personas tienen identidad de género, cuerpos
sexuados, orientación sexual y, sobre todo, dignidad humana. Citar ejemplos hipotéticos
como “las mesas y los mesos” (sic) no sólo es banalizar el lenguaje incluyente y no
sexista, sino desperdiciar esfuerzos valiosos por lograr la igualdad entre las personas.
Por último
7
Guichard, Claudia (2015). Manual de comunicación incluyente y no sexista. Hacia un lenguaje incluyente.
México: INMUJERES pp. 135 y 136.
Arias Amaral, Jaime y María Guadalupe Ramos Ponce (2011). “Mujer y Medicina: la his-
toria de Matilde Petra Montoya Lafragua”. En: Medicina Interna de México
Volumen 27, núm. 5, septiembre-octubre, pp. 467-469. Consultado en:
https://www.medigraphic.com/pdfs/medintmex/mim-2011/mim115i.pdf
Facio, Alda (s.f.). “Lectura de apoyo I. Feminismo, género y patriarcado”. Consultado en: http://
justiciaygenero.org/Nov07/Publicaciones/Pasantia/Manual_CEDAW/Lecturade
Apoyo1.pdf
OXFAM INTERMÓN (s.f.). Lenguaje no sexista. Tips para evitar el uso sexista del lengua-
je cotidiano. Consultado en: https://recursos.oxfamintermon.org/hubfs/Ebooks/
ebook_Lenguaje_no_sexista.pdf
RAE (2005). “Uso del masculino en referencia a seres de ambos sexos”. En: Diccionario
Panhispánico de Dudas, Asociación de Academias de la Lengua Española y San-
tillana Ediciones Generales, España. Consultado en: http://lema.rae.es/dpd/?id=Tr-
5x8MFOuD6DVTlDBg
Secretaría de la Función Pública (2019). "Código de Ética de las personas servidoras pú-
blicas del Gobierno Federal". En: Diario Oficial de la Federación, 5 de febrero
de 2019, México.
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NOTAS
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Dirección General de Igualdad de Género