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Estado Del Arte

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Índice

Introducción ........................................................................................................................... 2

Planteamiento del problema .................................................................................................. 5

Estado del arte ........................................................................................................................ 9

Los estudios novohispanos y la población femenina colonial .......................................... 10

Los estudios afromexicanos-africanistas y las mujeres de origen africano...................... 13

Los estudios feministas y las mujeres de ascendencia africana ........................................17

Referencias ........................................................................................................................... 22

Bibliográficas .................................................................................................................... 22

Documentales ................................................................................................................... 25

1
Introducción

En un orden heteropatriarcal, las prácticas y comportamientos significados como


femeninos o privativos de las mujeres, se consideran innatos, característicos e inherentes a
una naturaleza femenina. No se piensan ajenos, distantes o extraños a los cuerpos que se
diferencian, ubican y representan con ellos. Pasa inadvertido que puedan ser experiencias
socioculturales que resultan de asimilar y trastocar normas, creencias y códigos de
conducta en un afán por responder a las condiciones precisadas por el contexto social.
Tiende a creerse que los gestos y las acciones de las mujeres están determinadas por un
equipamiento anatómico femenino y se desdeña el uso del lenguaje y/o las condiciones
geográficas como factores que especifican el reconocimiento de las mujeres como agentes
sociales. Tanto como lo han hecho marcadores identitarios como el color, la clase, la
nacionalidad, la religión o el sexo en la significación de las mujeres. Es tarea de esta
investigación, historizar y reflexionar las formas discursivas y prácticas en las que se
feminizaron y racializaron los cuerpos de las mujeres de origen africano para producir
agentes sociales, diferenciadas, extrañas y objetivables dentro de una sociedad colonial
temprana. En una geografía y período histórico que, como señala Serge Gruzinski (2010),
se implementaron, propagaron y conjugaron todas las piezas planetarias que conectó la
monarquía peninsular con su estrategia colonial.

Esta investigación tiene como tema de estudio el proceso de feminización


racializada del cuerpo de las mujeres de origen africano en el siglo dieciséis. Es decir, la
operación práctica y discursiva a partir de la cual se encarnaron imágenes y normas
asociadas a una representación femenina intervenida por significantes corporales de color,
sexo, origen y clase. Se pondrá especial énfasis en los factores constitutivos que dan cuenta
y forma de este proceso de significación femenina, por un lado, se describirán las
representaciones con las que se significó la corporalidad de las mujeres de origen africano
en los discursos normativos del contexto colonial del siglo dieciséis, y por el otro, se
identificarán sus prácticas dentro de la temprana sociedad colonial de la Nueva España.

El corte temporal y geográfico obedece a la revisión de la etapa de construcción de


la "nueva España" como proyecto colonizador de la corona española. Responde a la
necesidad de reflexionar la ciudad de México del siglo dieciséis como zona de contacto,
"como espacio social donde culturas dispares continuaron encontrándose, chocando y
enfrentándose dentro de relaciones asimétricas de dominación y subordinación" (Pratt,
2
2010: 31). De pensarla como "lugar y momento en que individuos que estuvieron
separados por la geografía y la historia (coexistieron) en un punto,… [y] los individuos que
(estuvieron) en esa situación se (constituyeron) en y a través de su relación mutua" (Ibid:
34). Revisitar este contexto permite distinguir tanto las concepciones y proyecciones del
cuerpo femenino, como los ideales de feminidad y masculinidad que intentaron normar las
prácticas de las mujeres y hombres que entraron en contacto después de migrar a la Nueva
España, y que "hasta antes de entablar relaciones duraderas, estuvieron separados
histórica y geográficamente" (Ibid: 33). De igual forma, la revisión del siglo dieciséis
permite distinguir el impacto que tuvieron marcadores identitarios como el color, la clase,
el origen, el sexo y la religión sobre la diferenciación social de las mujeres, sobre sus
condiciones laborales, sus relaciones interpersonales, sus exclusiones y prerrogativas. Sin
dejar de lado que el corte espacio-temporal evidencia una realidad claramente definida por
el catolicismo y una estructura de poder colonial extremadamente jerárquica.

Esta investigación analizará a la población femenina de origen africano desde el


manejo particular de un corpus documental que contiene ecos de algunas voces de estas
mujeres. Me refiero a un conjunto de expedientes inquisitoriales en los que puede
escucharse, con debida reserva, la voz de algunas "esclavas", "libertas", "bozales" o
"ladinas", "negras" y "mulatas" que estuvieron involucradas o procesadas
inquisitorialmente por diversas causas entre 1536 y 160o. Pese a que los procesos están
condicionados por voces ajenas y están sujetos a un discurso eclesiástico hegemónico, será
el análisis de las narrativas de las mujeres partícipes lo que permitirá establecer un
discurso aproximado de autorepresentación de las mujeres de ascendencia africana. En
estos instrumentos, es donde radica la especificidad de esta propuesta de investigación,
pues el estudio de esta población se ha realizado desde documentación perteneciente a
otros siglos, particularmente para tratar temas como la hechicería o la blasfemia. Los
expedientes que atestiguan la presencia de africanas y afrodescendientes durante el siglo
dieciséis escasamente se han estudiado. En articulación con este corpus documental, se
cuenta con un conjunto de escritos y tratados de la época que dan cuenta del pensamiento
y realidad colonial del siglo dieciséis. Las obras con las que se contrastarán las prácticas de
estas primeras migrantes de ascendencia africana son novelas y coplas de "negros", leyes y
ordenanzas para "negras", relatos de viajeros y frailes y tratados religiosos sobre las
mujeres de la época. La conexión de ambos cuerpos documentales brinda a esta
investigación un carácter propio y específico.

3
El marco interpretativo de esta investigación, en tanto se distingue y me asume
como feminista, adopta del black feminism enunciado por Patricia Hill Collins y bell
hooks, del "feminismo africano"1 representado por Amina Mama y Chimamanda Ngozi
Adichie, y del pensamiento de otras feministas de ascendencia africana, los recursos
analíticos y conceptuales que complejizan la construcción sociocultural de las mujeres de
ascendencia africana desde la articulación de marcadores identitarios como el color, el
sexo y la clase. Desde el posicionamiento teórico-político del "pensamiento feminista
negro",2 esta propuesta abre la oportunidad para reconsiderar sus aportes epistémicos y
metodológicos en el análisis de la población femenina de origen africano. La adopción de
esta perspectiva crítica del feminismo, intenta subrayar la necesidad de incluir dentro de la
investigación científica, marcos interpretativos que consideren al "feminismo negro" como
enfoque teórico que puede explicar la experiencia de las mujeres de origen africano en
contextos histórico-sociales complejos, articulando categorías y problemáticas diversas. La
incorporación de este pensamiento feminista, evita la simplificación de las experiencias de
estas mujeres, con la intención de no omitir sus aportes culturales y las historias de
resistencia que protagonizaron. Propongo entonces, una investigación con un definido
pensamiento feminista.

La otra perspectiva de análisis que permite especificar y subrayar la relevancia de


esta investigación es la teoría del cuerpo. Desde las aportaciones teórico-conceptuales de
Elsa Muñiz, Meri Torras, Silvia Citro, Mari Luz Esteban y David Le Bretón, la narración de
estas primeras migrantes de origen africano, se podrá redimensionar a la luz de sus
prácticas y representaciones corporales. Complejizarlas desde la óptica del cuerpo, revela
la ingeniería simbólica y discursiva que se despliega alrededor de la corporalidad de las
mujeres para producir feminidades específicas, histórica y culturalmente. En el caso de las

1 La designación "feminismo africano", pese a tener múltiples voces detractoras que refieren que es un

término universalista que no explica ni representa las múltiples realidades pluriculturales, políticas y religiosas
de las mujeres en los países africanos, además de criticársele como una ideología occidental, en esta
investigación, su adopción sirve para especificar los aportes y críticas de las feministas residentes o
procedentes geográficamente de África. En casos precisos, se puntualizará el posicionamiento político y teórico
al que están adscritas las investigadoras y escritoras africanas que estudian temas relacionados con las mujeres.
Es el caso de corrientes de pensamiento alternativas como el womanism, el African Womanism, el
Stiwanism, el Motherism o el Negofeminism.
2 El término "pensamiento feminista negro" alude a la producción y postura teórico-política de las

escritoras y las feministas que han problematizado las condiciones sociales de las mujeres de ascendencia
africana. Bajo esta perspectiva crítica, tienden a concentrarse las ideas de las afronorteamericanas y las
africanas, sin precisar sus corrientes ideológicas. Asimismo, Patricia Hill Collins refiere que el pensamiento
feminista negro supone un proceso de lucha consciente que es producido desde y fuera del escenario académico
con la intención de transmitir el conocimiento subyugado de la cultura de resistencia de las mujeres negras
(1998: 263-305).

4
mujeres significadas históricamente como "negras y mulatas", el cuerpo-discurso sirvió
para legitimar el sistema de dominación y violencia corporal de los colonizadores. Distinto
a las investigaciones dedicadas a estudiar a las mujeres de ascendencia africana -en
determinados cortes temporales y geografías-, la atención en las prácticas corporales y las
representaciones del cuerpo femenino, acentúa su participación activa dentro de las
relaciones sociales, su trabajo de interpelación de los modelos normativos y sus aportes
culturales dentro de la realidad novohispana. Esta propuesta abre la oportunidad para
reflexionar históricamente las formas en las que los diversos sistemas de dominación como
el colonialismo, se apropian de los cuerpos de las mujeres para producir identidades
femeninas objetivadas desde la naturalización de su anatomía y fenotipo, lo que deriva en
la imposición de cuerpos femeninos específicos.

Asimismo, este trabajo pretende contribuir en la reducción de la inadvertencia,


omisión y desconocimiento de las afrodescendientes mexicanas dentro la configuración del
México actual y sumarse en la difusión de los objetivos internacionales de reconocimiento
y valoración de la población afrodescendiente a nivel local.3 Lo mismo que secundar un
obligado desarrollo de una indispensable “historia de las mujeres de origen africano en
México”, conexa a la posicionada y reconocida Historia de las Mujeres, donde no se les
han dedicado volúmenes exclusivos, salvo capítulos complementarios. Confío en que este
trabajo sirva a las afrodescendientes mexicanas en su actual búsqueda de indicios que las
expliquen y expongan como sujetos primarios de la construcción sociocultural del país. Al
igual que ellas, me adhiero a su afanosa demanda de reconocimiento y valoración.

Planteamiento del problema

Para la segunda mitad del siglo dieciséis, una de las leyes decretadas para Las Indias, sin
hacer una clara distinción de la condición jurídica, dispuso que ninguna negra o mulata
podía traer oro, perlas, mantos de burato ni seda, excepto las casadas con españoles,
quienes pudieron llevar oro y perlas en gargantillas y zarcillos (Recopilación de leyes, 1681:
ley XXVIII). El contenido argumentativo de esta ley, aunque no especifica que la norma es

3Véanse ONU, Informe de la Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial, la


Xenofobia y las Formas Conexas de Intolerancia, Durban, 31 de agosto a 8 de septiembre de 2001,
A/CONF.189/12; ONU, Resolución 64/169, Año Internacional de los Afrodescendientes, A/RES/64/169, 19 de
marzo de 2010; ONU, Proclamación del Decenio de los Afrodescendientes en el Informe de la Tercera
Comisión. Eliminación del racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia,
A/66/460, 2 de diciembre de 2011.

5
aplicable sólo a esclavas de ascendencia africana, al exceptuar a las mujeres casadas con
españoles, descarta a quienes alcanzaron su libertad por matrimonio y restringe sólo la
práctica de las esclavas. Una década más tarde en la ciudad de México, una de las
ordenanzas de 1582 dirigida a mulatas, negras y mestizas, mandó que ninguna debía vestir
hábito de india sino de española so pena de ser encarcelada, azotada públicamente y
multada económicamente (AGN, Ordenanzas, vol. 2, exp. 313). En ambas disposiciones
legales, el contenido discursivo aunque muestra que para el siglo dieciséis el aspecto físico
había cobrado especial importancia porque reflejaba los límites sociales, también propone
que desde el ámbito jurídico existió interés por expresar, por encarnar legalmente un
modelo de sujeto femenino con prerrogativas y restricciones que lo posicionaban en la
realidad social de la Nueva España. Si esto último es cierto, ¿cómo se articularon entonces,
el color, la clase y el origen étnico en las formas de (re)producir discursivamente al sujeto
femenino?, ¿cómo una práctica que se presume privativa, una representación de la
subjetividad, llegó a regularse desde el ámbito legal? Más allá de ello, si la apariencia física
fue un acto, un signo de diferencia social, ¿cómo influyó en la forma de apreciar el cuerpo
de las mujeres de origen africano y por qué la implementación de estas leyes se concentró
en ellas? Por datos del proceso inquisitorial de cinco mujeres, negras y españolas, puede
suponerse que hubo esclavas negras, ladinas, que al llegar a la Nueva España,
intercambiaron su trabajo por prendas de uso exclusivo de las españolas, en un intento
posiblemente, por obtener cierto reconocimiento social (AGN, Inquisición, vol. 38, exp. 6).
Estas mujeres europeizadas, pese a su calidad de esclavonia o libertad, debieron tener
expectativas diferentes, pues como lo propone Paul Lovejoy, "las vivencias individuales que
tuvieron las esclavas debieron influir en las formas de responder a su cautiverio, en sus actitudes
y reacciones ante la propia dinámica cultural de la sociedad en la que residieron" (2001: 379).

La intención de regular la imagen de las mujeres de origen africano, de restringir


un acto simple y personal como vestir y adornar el cuerpo, no fue exclusiva del ámbito
jurídico. El discurso de los tratados pedagógicos y filosóficos que tuvieron como intención,
orientar a la mujer cristiana hacia un modelo concreto de vida, también incluyeron
condiciones muy específicas para la población femenina de origen africano en tanto
mujeres que residieron en una sociedad altamente religiosa. Cuando el franciscano Fray
Juan de la Cerda escribió en el siglo dieciséis que era aconsejable que las mujeres evitaran
vestidos preciosos y tocados soberbios de oro y perlas porque tendían las redes para que el
demonio enredara sus almas y los hombres tuvieran actos contra la honestidad, hasta qué
punto comprendió en sus advertencias a todas las mujeres de la época, hasta dónde las

6
pensó como cuerpo único que debía sujetarse a las mismas normas morales y religiosas.
Cuando hizo esta advertencia, ¿habrá pensado en las negras y mulatas? Más aún, existió la
intención directa de diferenciar a la población femenina en función de su color, condición
social y origen étnico. Además, ¿cómo circularon, cómo se socializaron los discursos de los
moralistas y religiosos ibéricos entre las vecinas de la Nueva España? Y si en los tratados
de la época, el llamado fue que las mujeres en general debían vestir con hábito honesto,
con mesura y templanza, apelando a que el ajuar mujeril no era el artificio del oro, la seda
o las perlas sino su pulcritud, modestia y sobriedad, ¿por qué entonces se condicionó el uso
de estos adornos a las negras y mulatas no emparentadas con españoles como se refirió en
ordenanzas y leyes? Las diferencias étnico-culturales, económicas y jurídicas de la
población femenina del virreinato, cómo se relacionaron entonces con la manera de
encarnar las cualidades del modelo ideal de la mujer cristiana. Es más, podría considerarse
resignificación alguna del ideal regulatorio de feminidad, sobre todo a partir de la
procedencia migratoria, ya fuera de la península Ibérica o de la zona occidental de África.

Para mediados del siglo dieciséis, la demografía de la ciudad de México ya


comprendía una cantidad representativa de población descendiente de africanos que había
migrado de diversas realidades socioculturales y en condiciones variadas.4 Además, en el
caso particular de las mujeres de origen africano, el promedio de edad en el que arribaban
oscilaba entre los 21 y 30 años, en comparación con las menores de 15 años o las mayores
de 40 ó 50 años de edad, lo que sin duda, debió representar formar se actuar muy precisas.
Aunque más allá de ello, ¿qué impacto tendría sobre la forma de producirse y
representarse como mujeres? En todo caso, las mujeres desplazadas a la Nueva España, ya
fuese de manera violenta, impuesta o voluntaria, debieron migrar con recursos culturales
propios, y lo necesario es saber cómo emplearon esos saberes y prácticas dentro de la
sociedad colonial de la Nueva España.

Las preguntas que entonces plantea esta investigación son:

4 Aunque los estudios africanistas y afromexicanos coinciden en la imposibilidad de dar una cifra exacta

de la población africana y afrodescendiente que ingresó a la Nueva España. Es posible tener aproximados,
siempre sujetos a variaciones, que refieren que para el siglo XVI, según Aguirre Beltrán había cerca de 20 569
individuos y en un comparativo porcentual, señala que el 71% eran negros y sólo el 29% eran blancos. (Aguirre,
1989: 198). En estudios más recientes, basados en las cifras de Beltrán y Enriqueta Vila Vilar, Paul Lovejoy
refiere una cifra aproximada de 268,200 escalos ingresados para Hispanoamérica (Lovejoy, 2011: 41). Tómese
en cuenta que María Elisa Velázquez, subraya que la tercera parte de la población esclava ingresada era
femenina (Velázquez, 2006), lo que supone una presencia sustancial de africanas y afrodescendientes. Colin
Palmer señala que para mediados del siglo XVI, la población africana de México era la más grande de todo el
hemisferio (Palmer, 2005: 29).

7
¿Cómo se articularon el color, el origen, el sexo y la clase en las formas de representar el cuerpo
de las mujeres de origen africano en los discursos que nutrieron a la temprana sociedad
colonial de la Ciudad de México del siglo dieciséis, y cómo se relacionaron con sus prácticas?

1) ¿Qué ideales regulatorios de feminidad se implantaron y circularon entre las


mujeres que residieron dentro de la sociedad colonial de la Ciudad de México
durante el siglo dieciséis?

2) ¿Cuáles fueron las representaciones corporales que predominaron en los


discursos que normaron y regularon a la población femenina de origen africano
que residió en la temprana Nueva España?

3) ¿Qué prácticas socioculturales de la población femenina de origen africano


estuvieron relacionadas con el imaginario corporal que se produjo a su
alrededor dentro de la sociedad novohispana?

En este sentido, la hipótesis de trabajo plantea que la feminización de las mujeres de


origen africano supuso un proceso sociocultural que se produjo a partir de la reiteración
práctica y discursiva de imágenes, normas y valores asociados a significantes corporales de
género, color, clase y origen que se inscribieron en el ideal regulatorio de feminidad que
imperó en la sociedad novohispana del siglo dieciséis.

Los objetivos que plantea esta investigación son:

Distinguir en los discursos del temprano período colonial, la articulación del color, el
origen, el sexo y la clase, para contrastarla en las representaciones corporales de las
mujeres de origen africano y las prácticas de esta población dentro de la sociedad
novohispana de la Ciudad de México del siglo dieciséis.

1) Describir los ideales regulatorios de feminidad que se implantaron en la


sociedad colonial de la Ciudad de México durante el siglo dieciséis.

2) Identificar las representaciones corporales de la población femenina de


origen africano en los discursos normativos de la temprana Nueva España.

3) Reconocer las prácticas socioculturales relacionadas con el imaginario


corporal sobre las mujeres de origen africano.

8
Estado del arte

El repaso historiográfico que aquí se presenta, deriva del corte espacio-temporal, el


universo de estudio y la perspectiva teórica de la investigación. La revisión y análisis
bibliográficos se organizan en tres ejes de construcción documental conexos a estos
aspectos metodológicos del trabajo. La primera parte expone las obras representativas que
cruzan empíricamente el tema de la población femenina novohispana. La segunda,
presenta algunos de los trabajos más relevantes de los estudios afromexicanos y
africanistas relacionados con las mujeres de origen africano. En la tercera parte se esbozan
las obras de mayor contribución analítica dentro de la epistemología del black feminism,
específicamente las que han conceptualizado la perspectiva de la interseccionalidad desde
las mujeres de ascendencia africana.

A manera de breve esbozo de los estudios afromexicanos. La investigación de la


población de origen africano en México se inauguró con los trabajos del médico y
antropólogo Gonzalo Aguirre Beltrán5 en el siglo pasado. En las tres obras que dedicó a
estas y estos mexicanos, utilizó el término “población negra” para identificarlos, pese a que
sus trabajos están influidos por un sesgo biologisista y estadístico, muestran cuán
substancial había sido la presencia de los africanos en México, tanto como sus
descendientes al momento de realizar la etnografía de Cuajinicuilapa en Guerrero y al día
de hoy. Décadas después, la etnóloga y africanista Luz María Martínez Montiel,6 por
invitación del antropólogo Guillermo Bonfil Batalla, promovió los "Encuentros de
Afromexicanistas" en el marco del programa “Nuestra tercera raíz” para dar a conocer las
investigaciones alrededor de la población mexicana de ascendencia africana. No obstante,
aunque su importancia científica y de divulgación es innegable, su propuesta de "tercera
raíz", que al día de hoy sigue adoptándose para enunciar a los y las afrodescendientes
mexicanas, minimiza su representación significativa en la construcción cultural del país y
reduce desde su conceptualización misma, su memoria histórico-cultural.

5 Véanse, La población negra de México: estudio etnohistórico, publicada en 1946; Cuijla: esbozo

etnográfico de un pueblo negro, de 1958, y El negro esclavo en Nueva España: la formación colonial, la
medicina popular y otros ensayos, editado en 1994.
6 La primera obra que publicó sobre afrodescendientes fue Afroamérica: la Tercera Raíz en 1988.

9
Una más de las actividades relevantes para el campo de los estudios africanos y
afrodescendientes en México, es la de la antropóloga María Elisa Velázquez. 7 En el marco
de los seminarios académicos y eventos de divulgación científica que organiza, se ha
reflexionado e impulsado el uso de adscripciones identitarias que promuevan formas de
enunciación que reconozcan los orígenes históricos de la diáspora africana, que reafirmen
el reconocimiento de las mujeres y hombres de ascendencia africana como sujetas y sujetos
de derecho y que erradiquen los mecanismos de discriminación que rodean a las
poblaciones de origen africano. En este caso, es fundamental reconocer la pertinencia
epistémica del término "poblaciones de origen africano" para la interpretación y el estudio
no sesgado ni racializado de las y los afrodescendientes. De igual manera, debe subrayarse
que la doctora Velázquez ha centrado una parte importante de su investigación en las
mujeres de origen africano en el período colonial de México.8

Los estudios novohispanos y la población femenina colonial

En el campo de los estudios novohispanos, específicamente el que ha investigado el tema


de las mujeres, las líneas de trabajo que más se han abordado son la vida cotidiana,9 la
familia10 y la sexualidad.11 Es importante tener en cuenta estos ejes de análisis, porque a
partir de ellos se ha leído a la población femenina del período colonial mexicano. En el
trabajo de Mónica Quijada y Jesús Bustamante, "Las mujeres en Nueva España" (2001:
648-668), el tema de la migración femenina colonial no se describe explícitamente, se
sobreentiende al leer las prerrogativas y las limitaciones de las mujeres que residieron en el

7 La colección de libros Africanías del INAH, ha sido impulsada por la doctora María Elisa Velázquez.

En esta selección de obras se han publicado un número considerable de estudios africanos y afromexicanos.
8 María Elisa. Velázquez (2006). Mujeres de origen africano en la capital novohispana, siglos XVII y

XVIII, colec. Africanías 2, México, INAH/UNAM-PUEG.


9 Algunos de los estudios más significativos son Marcela Tostado Gutiérrez (1991). El álbum de la
mujer: Antología ilustrada de las mexicanas. Época colonial, vol. II, México, INAH-CONACULTA; Asunción
Lavrin (comp.) (1985). " Investigación sobre la mujer de la colonia en México ss. XVII-XVIII." en Las mujeres
latinoamericanas: perspectivas históricas, México, FCE; Pilar Gonzálbo Aizpuru y Berta Ares Queija (coords)
(2004). Las mujeres en la construcción de las sociedades iberoamericanas, Sevilla y México, Consejo Superior
de Investigaciones Científicas-Escuela de Estudios Hispano-Americanos/COLMEX-CEH; Blanca López de
Mariscal (2004). La figura femenina en los narradores testigos de la conquista, México, COLMEX-
PIEM/Consejo para la cultura de Nuevo León.
10Trabajos representativos al respecto son: Pilar Gonzalbo Aizpuru (2005). Familia y orden colonial,
México, COLMEX-CEH; Elizabeth Anne Kuznesof (1991). "Raza, clase y matrimonio en la Nueva España:
estado actual del debate" en Pilar Gonzalbo Aizpuru (coord.). Familias novohispanas siglos XVI al XIX.
Seminario de Historia de la Familia, México, COLMEX-CEH; y Soledad González Montes y Tuñón, Julia
(comps.) (1997). Familias y mujeres en México: del modelo a la diversidad, México, COLMEX-PIEM.
11 Una de las obras más significativas es la de Asunción Lavrin (coord.) (1991). Sexualidad y matrimonio

en la América hispánica: Siglos XVI-XVIII, México, Grijalbo y CONACULTA.

10
virreinato, y que son explicadas desde su condición social. La importancia de esbozar las
rutas migratorias en los estudios coloniales radica en disponer de una genealogía
geográfica que narre la procedencia de las mujeres que arribaron a la Nueva España. El
mismo trabajo plantea, a partir de una comparación diferenciadora, que los ideales
regulatorios de feminidad novohispana fueron los de las mujeres buenas y los de las malas.
Cuando reseñan los modelos de la esposa, la madre y la monja retoman únicamente a la
población blanca, en comparación con las ideas de la mujer seductora y la amante
disponible, que son ejemplificadas a través de las "mulatas" y expuestas desde las crónicas
de viajes. En ambos casos, subrayan la importancia de la Iglesia católica, más no explicitan
las razones por las cuales existieron estas marcadas diferencias simbólicas. El trabajo de
Quijada y Bustamante, aunque propone revelar los márgenes de respuesta y actuación de
las mujeres novohispanas ante el orden establecido, termina por hacer generalidades para
toda la Nueva España y toda la población femenina, pese a sus ejemplificaciones
contrapuestas de las "criollas" y las "mulatas".

Continuando en el mismo campo de la historia cultural, el estudio de Pilar


Gonzalbo Aizpuru, "Las mujeres en la Nueva España" (1987), advierte que la mujer
novohispana no fue un ente abstracto con características propias. La autora subraya su
pluralidad desde las clases sociales, el color, la procedencia migratoria, las prerrogativas,
las limitaciones, las normas y las prácticas conexas a su estrato socioeconómico, en íntima
relación con las dos líneas de investigación que adoptó para su estudio: la educación y la
vida cotidiana. Aunque este marco de interpretación no lo extendió a todos los sectores de
la población femenina, ya que se concentra exclusivamente en las "españolas", "criollas" y
"mestizas", señala que desde la doctrina cristiana, la vida diaria y la educación (formación)
de las mujeres de la Nueva España estuvieron intervenidas para definir lo que debía
aprender y desempeñar eficientemente cada una de ellas en la sociedad. En su obra,
aunque no se toca el tema de cultura de género, refiere que la sociedad novohispana fue
compleja en su composición y organización, resalta su estratificación social por grupos
raciales y económicos, su fuerte influencia cristiana con prejuicios raciales y de género, y
una autoridad y dominio masculinos sobre todas las áreas de la realidad social. Esta obra,
al igual que el estudio anterior, abarca los tres siglos de colonización en México, pero
contrario a él, subraya las diferencias temporales, así como clasifica, casi taxonómicamente
a las vecinas de la Nueva España. Finalmente, pese a que la obra se especializa en la vida
cotidiana y educación de los sectores femeninos blancos, es de reconocerse su articulación

11
metodológica para contrastar y conjugar a todas las mujeres que compusieron el mapa
cultural de la sociedad novohispana.

La obra "The Women of Colonial Latin America" de Susan Migden Socolow (2000),
pese a no abordar la Nueva España ni el siglo dieciséis como ejes centrales de análisis,
resalta tres aspectos relevantes que atraviesan a esta investigación: las rutas de migración
femenina en el período colonial, los ideales regulatorios que normaron a las mujeres en las
sociedades coloniales, y el efecto que tuvieron la religión cristiana, la esclavitud, el
matrimonio y la clase sobre la población femenina. En los capítulos dedicados al arribo
femenino, Socolow relata las migraciones ibéricas de mujeres blancas hacia todos los
territorios de la Corona española y subraya especialmente su participación activa en las
empresas de conquista y colonización de los territorios americanos. En contraste, cuando
reseña los flujos migratorios de mujeres de origen africano, los presenta a partir del tema
de la esclavitud y vuelve a insistir en su importancia para la conquista de los territorios
sudamericanos, sólo que en esta ocasión, se dirige a las esclavas de origen africano que
llegaron junto con sus amos. El tema de los ideales regulatorios de feminidad, lo bosqueja
a partir de las desviaciones sociales de las mujeres, específicamente desde los ámbitos de la
brujería, la rebelión y la delincuencia femenina. Perfila una serie de modelos que
influyeron en las mujeres a partir de la condición social, jurídica y civil que asumían en las
sociedades coloniales. Finalmente, el estudio de Socolow, comparado con los trabajos arriba
señalados, que definieron un solo ideal normativo del deber ser para las mujeres, bosqueja
un conjunto de modelos que regularon la conducta de la población femenina colonial.

Los estudios hasta ahora revisados para investigar la cultura de género


novohispana, la migración femenina colonial y los ideales regulatorios de feminidad,
coinciden metodológicamente en una perspectiva histórica cultural. La historia que
presentan de las mujeres en el virreinato se concentra particularmente en la población
blanca española o la indígena, y desde ellas se reconstruye la realidad social de las
residentes de la Nueva España. La interpretación de las mujeres de origen africano desde
estas historias es parcial, debido a que las exponen como sector poblacional
complementario de la población femenina novohispana o porque las explican desde
comparaciones por contraste que las presentan como sujetas sociales pasivas. Los aportes
que resultan de estas estrategias, terminan por establecer generalidades de la población
femenina colonial, sin problematizar a las mujeres como sujetas de género dentro de una
cultura heteropatriarcal específica o analizarlas desde la interseccionalidad de marcadores

12
corporales como el color, el fenotipo o la edad. Finalmente, estas investigaciones no se
relacionan de manera alguna con perspectivas feministas, más sí con una clara historia de
las mujeres, aunque algunas de ellas, también intentaron incorporar una perspectiva de
género conexa a la historia.

Los estudios afromexicanos-africanistas y las mujeres de origen africano

El estudio de la población femenina de origen africano puede identificarse, por principio,


en libros especializados en historia de la esclavitud y la trata de esclavos.12 Su exposición,
aunque moderada al interior de estas obras, aporta datos que sirven para problematizarla y
contextualizarla, tanto en cifras estadísticas, como en ubicación étnico-geográfica y rutas
de tráfico de esclavos. Paralelo a estos trabajos, existen publicaciones que debaten las
metodologías y perspectivas teóricas que se utilizan para estudiar a las poblaciones
africanas y afrodescendientes.13 Pero en el caso concreto de las mujeres, los trabajos con
los que se cuenta son artículos de divulgación científica o capítulos de libros, obras
completas para el tema son reducidas.14 Las problemáticas históricas que se han

12 Algunos de los títulos representativos son: Roger Bastide (1969). Las Américas negras: las

civilizaciones africanas en el Nuevo Mundo, Madrid, Alianza; Joseph Ki-Zerbo (1980). Historia del África
negra. De los orígenes al siglo XIX, Madrid, Alianza; Thomas Hugh (1998). La trata de esclavos. Historia del
tráfico de seres humanos de 1440 a 1870, Barcelona, Planeta; John Iliffe (1998). África. Historia de un
continente, España, Cambridge University Press; Daryll Forde (1975). Mundos africanos. Estudios sobre las
ideas cosmológicas y los valores sociales de algunos pueblos de África, México, FCE; Pierre Bertaux (2006).
África: desde la prehistoria hasta los estados actuales, México, Siglo XXI-Historia Universal, vol. 22; Aurelia
Martín Casares y Margarita García Barranco (Comps.) (2010). La esclavitud negroafricana en la historia de
España, siglos XVI y XVII, Granada, Comares, disponible en
http://www.antropologiadelaesclavitud.org/uploads/docs/Esclavitud_imprenta.pdf; Rocío Periáñez Gómez
(2008). "La esclavitud en Extremadura (siglos XVI-XVIII)", Tesis de doctorado, Universidad de Extremadura,
disponible en http://biblioteca.unex.es/tesis/9788469263150.pdf; Paul Lovejoy (2001). “Experiencias de vida
y expectativas: nociones africanas sobre la esclavitud y la realidad en América” en Rina Cáceres (Comp.), Rutas
de la esclavitud en África y América Latina, San José, Editorial de la Universidad de Costa Rica.
13 Algunos de los trabajos al respecto son los de Colin Palmer (2005). “México y la diáspora africana:

algunas consideraciones metodológicas” en María Elisa Velázquez y Ethel Correa, Poblaciones y culturas de
origen africano en México, México, INAH; Nicolás Ngou-Mve (2005). “Historia de la población negra en
México: necesidad de un enfoque triangular” en María Elisa Velázquez y Ethel Correa, Poblaciones y culturas
de origen africano en México, México, INAH; Odile Hoffmann, “Negros y afromestizos en México: viejas y
nuevas lecturas de un mundo olvidado” en Revista Mexicana de Sociología 68, núm. 1, enero-marzo, México,
UNAM-IIS; Ben Vinson III (2004). Afroméxico. El pulso de la población negra en México: una historia
recordada, olvidada y vuelta a recordar, México, FCE/CIDE; Patrick Carroll (2011). “El debate académico sobre
los significados sociales entre clase y raza en el México del siglo XVIII”, en María Elisa Velázquez, Debates
históricos contemporáneos: africanos y afrodescendientes en México y Centroamérica, México,
INAH/CEMCA/UNAM-CIALC/IRD.
14 Alejandra Cárdenas (1997). Hechicería, saber y transgresión. Afromestizas ante la inquisición

(Acapulco: 1621-1622), Chilpancingo, Imprenta Candy; María Elisa Velázquez (2006). Mujeres de origen
africano en la capital novohispana, siglos XVII y XVIII, colec. Africanías 2, México, INAH/UNAM-PUEG;
Susana García de la Huerta (2006). "Casos de mujeres de origen africano. Algunos ingredientes para la
elaboración de mitos y estereotipos en el siglo XVIII. Ciudad de México y Puebla de los Ángeles", Tesis de
Maestría, México, ENAH; Claire Robertson y Martin Klein (eds.) (1983). Women and slavery in Africa,
13
documentado son la experiencia femenina en el contexto de la esclavitud y la vida
cotidiana en las sociedades coloniales. Aunque existen otros textos que se han enfocado en
la crítica y la discusión académica de categorías como la etnicidad o el género,15 así como
de la discriminación, la diáspora africana, las prácticas racializadas, el poder y la
identidad.16 La mayoría construidos desde marcos teóricos multidisciplinarios, articulando
conceptos y metodologías tanto de la Antropología como de la Historia y la Sociología. Es
importante precisar que algunas de las autoras referidas, independientemente de su campo
de investigación, se adscriben como feministas y desde esa plataforma han desarrollado
trabajos de gran influencia para el estudio de las mujeres de ascendencia africana en las
múltiples sociedades históricas.

En lo tocante al estudio de las representaciones de las mujeres de origen africano,


específicamente en el período colonial, se advierte un campo no explorado directamente.
Los trabajos que existen, habitualmente se enfocan en la generalidad de la población de

Madison, Wisconsin, The University of Wisconsin press; Pala Achola y Madina Ly (1982). La mujer africana en
la sociedad precolonial, Barcelona, Serbal y UNESCO; María Elisa Velázquez y Carolina González Undurruaga
(coords.) (2016). Mujeres africanas y afrodescendientes: experiencias de esclavitud y libertad en América
Latina y África, siglos XVI al XIX, colec. Africanías 9, México, INAH.
15 Véanse María Elisa Velázquez (2005). “Etnia, género y cultura: balance y retos historiográficos”, en

María Elisa Velázquez y Ethel Correa (Comps.), Poblaciones y culturas de origen africano en México, México,
INAH, pp. 119-130; Amina Mama (2011). “Cuestionando la teoría: género, poder e identidad en el contexto
africano” en Liliana Suárez Navaz y Rosalva Aída Hernández Castillo (Eds.), Descolonizando el feminismo.
Teorías y prácticas desde los márgenes, Madrid, Cátedra/Universitat de Valencia, pp. 215-234; Audre Lorde
(1984). “Age, race, class and sex: women redefining difference”, in Sister outsider: essays and speeches, Freedom,
CA, Crossing Press, pp. 114-123.
16 Soledad Vieitez Cerdeño y Mercedes Jabardo Velasco (2006). “África subsahariana y diáspora
africana: género, desarrollo, mujeres y feminismos”, en Antonio Santamaría Pulido y Enara Echart Muñoz
(Coords.), África en el horizonte. Introducción a la realidad socioeconómica del África subsahariana, Madrid,
Libros de la catarata, pp. 165-194; Marta Navarro Valencia (2008). “Discriminación racial, procesos de
exclusión y desigualdad en las mujeres afrocolombianas: reflexiones a partir de un estudio de caso en la ciudad
de Buenaventura” en Liliana Suárez, Emma Martín, Rosalva Aída Hernández (Coords.). Feminismos en la
antropología: nuevas propuestas críticas, Donostia, Ankulegi Antropología Elkartea, pp. 223-239, disponible
en http://www.ankulegi.org/wp-content/uploads/2012/03/0613Navarro.pdf; Lourdes González Prieto (2002).
“El árbol madre: identidad y género en algunas sociedades africanas”, en Estudios de Asia y África, XXXVII
(2), pp. 305-324; Ochy Curiel (2005). “Identidades esencialistas o construcción de identidades políticas: el
dilema de las feministas afrodescendientes” en Mujeres Desencadenantes. Los Estudios de Género en la
República Dominicana al inicio del tercer Milenio, República Dominicana, INTEC; Anne Hellum (2014).
“Género, derechos humanos y pluralidades legales: las experiencias de África del Sur y de África Oriental” en
Rachel Sieder y John-Andrew McNeish (eds.), Justicia de género y pluralidades legales: perspectivas
latinoamericanas y africanas, México, CIESAS, pp. 51-82; Kimberlé Crenshaw (1997). “Intersectionality and
identity politics: learning from violence against women of color” in Mary Lyndon Shanley and Uma Narayan
(eds.), Reconstructing Political Theory. Feminist Perspectives, Pennsylvania, The Pennsylvania State
University Press, pp. 178-193; Marta Navarro Valencia (2008). “Discriminación racial, procesos de exclusión y
desigualdad en las mujeres afrocolombianas: reflexiones a partir de un estudio de caso en la ciudad de
Buenaventura”, en Liliana Suárez, Emma Martín y Rosalva Aída Hernández, Feminismos en la Antropología:
nuevas propuestas críticas, Donostia, Ankulegi Antropología Elkartea, pp. 223-239, disponible en
http://www.ankulegi.org/wp-content/uploads/2012/03/0613Navarro.pdf.

14
ascendencia africana17 y devienen como tesis doctorales, ejemplo de ello son las
investigaciones de Dolores Aponte Ramos, "The Representation of Sub-Saharan Africans
in Colonial Discourse, 1450-1618" (1992) y la de Úrsula Camba Ludlow, "Conductas y
representaciones de los negros y mulatos novohispanos, siglos XVI y XVII" (2008). En
ambos casos, el universo de estudio es la población de origen africano y las formas de
representarla en la producción discursiva colonial, sin embargo, los aportes epistémicos
para interpretarla e identificarla son disímiles. Desde el análisis del discurso, los
argumentos de Ramos se enfocan en debatir las categorías "raza" y "color", así como los
lexemas "negro" y "esclavo" y la idea del "otro" con la intención de conceptualizar el
término "africano subsahárico" y deconstruir el discurso colonial. Mientras que Úrsula
Ludlow, adopta los términos "negros" y "mulatos" del período y discurso colonialista para
desarrollar su propuesta de investigación, y así esbozar las representaciones discursivas del
sistema colonial y las prácticas cotidianas de las mujeres y los hombres de ascendencia africana.

En lo que respecta al tema de las mujeres y su representación, ambas tesis lo


incorporan como parte complementaria de su estudio y lo plantean de forma parcial. La
investigación de Ramos se concentra en describir las condiciones sociales conexas a su
figura jurídica en las sociedades coloniales de América. El análisis que hace de su
representación, lo realiza desde el discurso legal de la época y lo complejiza
correlacionándolo con la noción de sociedades patriarcales coloniales y con constructos
raciales y sexuales del colonialismo. Para ello integró las ideas de feministas materialistas
como Monique Wittig y Collette Guillaumin, así como las de Chandra Mohanty, también
adscrita como feminista. En el caso de Ludlow, la mujer de origen africano y su
representación se presenta desde la perspectiva histórica y bajo la argumentación teórica
de Roger Chartier y Michel Foucault. Su exposición, basada propiamente en fuentes
judiciales, crónicas y diarios de viajeros, se realiza a partir de enunciar una serie de
imágenes estereotipadas con las que se identificó a la "mujer negra" en la sociedad
novohispana. El contenido argumentativo del trabajo, pese a su justificación metodológica
de articulación de la conducta y la representación históricas, acaba por reproducir la
imaginería del discurso colonial.

17 Otros trabajos representativos son: María Eugenia Cháves Maldonado (ed.) (2009). Genealogías de la

diferencia: Tecnologías de la salvación y representación de los africanos esclavizados en Iberoamérica colonial,


Bogotá, Pontificia Universidad Javeriana, Instituto de Estudios Sociales y Culturales Pensar y Abya-Yala;
Solange Alberro y Pilar Gonzalbo Aizpuru (2013). La sociedad novohispana: estereotipos y realidades, México,
COLMEX-CEH; Antoine Bouba Kidakou (2006). "África negra en los libros de viajes españoles de los siglos
XVI y XVII", Tesis Doctoral, Universidad Nacional de Educación a Distancia, disponible en
http://www.africafundacion.org/africaI%2BD2008/archivos/TESIS_DOCTORAL_BOUBA.pdf.

15
El estudio de las prácticas corporales de las mujeres de origen africano en el siglo
dieciséis, por principio, debe rastrearse a través de la producción académica que ha
estudiado a la población femenina de ascendencia africana. Las obras que han trabajado
bajo el eje de la teoría del cuerpo para el período colonial, no abordan el tema de las
africanas.18 En ese sentido, los estudios con los que se cuenta, proporcionan tres indicios
importantes: las prácticas de las africanas y afrodescendientes fueron propiamente
estrategias de supervivencia en la sociedad novohispana; sus prácticas permitieron la
transmisión de costumbres y recursos cultuales, y las experiencias de esclavitud
produjeron prácticas que tuvieron como finalidad responder convenientemente a las
exigencias de la sociedad novohispana. El trabajo de Norma Angélica Castillo, "Mujeres
negras y afromestizas en Nueva España" (2005), destaca que las estrategias de
supervivencia de las esclavas africanas supusieron la incorporación de todos los recursos
culturales que importaron consigo estas mujeres. Sin desarrollar profundamente la idea
del capital cultural conexo a la procedencia geográfica, Castillo enfatiza la importancia que
tuvieron estos recursos previos para que las esclavas y libertas pudieran afrontar su
condición social y de género en la sociedad novohispana. A lo largo del texto, la autora
expone que las prácticas de las africanas y sus descendientes, conjugaron tanto los saberes
previos de sus culturas de origen como las nuevas experiencias de la Nueva España. Para la
construcción argumentativa de su trabajo, Castillo utilizó un conjunto de documentos de
archivo que contuvieron la presencia de mujeres de ascendencia africana. Este trabajo
archivístico le permitió explicar la compleja relación que existió entre las y los residentes
del virreinato. Esta autora divide en varios contextos las relaciones sociales que esta
población pudo haber mantenido con los demás, los espacios rural y urbano, el
matrimonio y la familia. A partir de estos ejes, Castillo expone algunas de las situaciones
que se dieron entre congéneres femeninos y entre mujeres y hombres, tratando de
remarcar que la sociedad colonial de México fue muy compleja en lo referente a las
relaciones sociales.

La obra de María Elisa Velázquez, "Mujeres de origen africano en la capital


novohispana, siglos XVII y XVIII" (2006), pese a no tratar directamente el siglo dieciséis,
es un estudio que dentro de su argumentación hace constates referencias al siglo que
aborda esta investigación. Además, es un trabajo que destaca el papel activo y dispuesto

18 Laura Cházaro y Rosalina Estrada (eds.) (2005). En el umbral de los cuerpos: Estudios de

antropología e historia, México, COLMICH/BUAP-ICSH; y Estela Roselló Soberón (coord.) (2011). Presencias y
miradas del cuerpo en la Nueva España: Siglos XVI-XVIII, México, UNAM-IIH.

16
que tuvieron las esclavas y libertas de ascendencia africana. En comparación al ensayo
anterior, esta obra es una tesis doctoral que expone cuidadosamente el capital cultural que
trajeron consigo las migrantes africanas, pues se dedica un apartado especial a las regiones
geográfico-culturales de África de donde se extrajeron a las esclavas. Articula la
reconstrucción de las prácticas en paralelo con las relaciones sociales que correspondieron
a las condiciones socioeconómicas y parentales de estas mujeres. En contraste con otras
investigaciones que abordan el mismo tema, la autora subraya en cada capítulo el
constante e inmenso trabajo cultural, social y corporal que desarrolló la población
femenina de origen africano a lo largo del período colonial. Para Velázquez, la practica
social de estas mujeres, estuvo determinada por las experiencias previas de sus culturas de
origen y contrajo intercambios culturales con los demás grupos con quienes convivieron.
La obra en general, es una propuesta de investigación que no reproduce los discursos, las
representaciones y los términos coloniales, pese a que retoma sus ideas para contrastar la
realidad y la experiencia de la población de origen africano.

Los estudios hasta aquí revisados para investigar las formas en las que se
representó a las mujeres de origen africano, su relación con los discursos del sistema
colonial y las prácticas corporales en la realidad social novohispana, advierten un campo
de estudio unilineal teóricamente y poco relacionado con el pensamiento feminista.
Aunque es claro en este último punto, que las investigaciones sobre mujeres no están
obligadas a adoptar un punto de vista relacionado con el feminismo. En su mayoría, los
trabajos corresponden a un enfoque histórico y cuando se aproximan a una perspectiva de
género, lo hacen desde la historia de las mujeres, no integran categorías analíticas que
consideren diversas condiciones estructurantes de los procesos de feminización de las
sujetas de género. La presentación que hacen de las representaciones es desde las
imágenes estereotipadas del sistema colonial, retomando la mayoría de las veces al
discurso legal como único eje de poder. Los efectos del discurso religioso, científico,
esclavista y literario se omiten en la mayoría de los trabajos analizados, excepto en las tesis
doctorales de Aponte Ramos y Velázquez Gutiérrez que sí incorporan la interseccionalidad
de algunos de estos discursos para interpretar la experiencia de la población femenina de
ascendencia africana. Finalmente, este breve repaso historiográfico de estudios
afromexicanos y africanistas exige superar las interpretaciones exclusivamente históricas y
las teorizaciones que reproducen el pensamiento colonialista y sexista.

Los estudios feministas y las mujeres de ascendencia africana


17
La reflexión de la “Mujer negra” como práctica política y constructo teórico tiene un largo
tiempo transcurrido, más desde el activismo que desde la academia.19 Los planteamientos
metodológicos y conceptuales que las estudiosas afrodescendientes han aportado a la
epistemología feminista han sido fundamentales para la interpretación de la experiencia de
las mujeres de origen africano. Adscritas al black feminism, al feminismo africano, al
antirracista o a los negros, algunas feministas han coincido en mantener la perspectiva
teórica de la interseccionalidad como herramienta conceptual y recurso analítico que
explica la articulación de diversos sistemas de opresión y discriminación. No obstante, sus
divergencias y cuestionamientos teóricos con respecto a la relevancia de las temáticas
estudiadas desde cada posicionamiento. Para el pensamiento "feminista" africano,20 los
temas de su agenda versan sobre las economías políticas de raza, las limpiezas interétnicas,
los fundamentalismos religiosos, el militarismo, la dominación colonial, la gerontocracia,
la pobreza, el derecho a la propiedad, la maternidad y la familia.21 Mientras que para el

19 Desde el siglo XIX, abolicionistas activas como Sojourner Truth, Maria W. Stewart y Harriet Tubman

incorporaron en sus discursos antiesclavistas argumentos reflexivos que repensaban la condición de las
esclavas negras como mujeres. Para inicios del siglo XX, sufragistas afronorteamericanas como Frances Ellen
Watkins Harper, Ida Wells-Barnett y Nannie Helen Burroughs no sólo mantuvieron un discurso y activismo
crítico respecto a la situación de las "mujeres de color", sus composiciones escritas y oratorias integraron el
problema de las diferencias raciales y sus repercusiones sobre la vida de las mujeres. Adviértase que las
experiencias de estas abolicionistas y sufragistas no deben ser las únicas en el continente, pero son de quienes
tengo registro de su activismo en favor de las mujeres afronorteamericanas.
20 Las estudiosas africanas que se identifican como feministas proceden principalmente de Nigeria,

como Amina Mama, Chimamanda Ngozi Adichie, Oyèrónké Oyewùmi, Obioma Nnaemeka o Buchi Emecheta.
Otros países de procedencia son Ghana, Tanzania, Sudáfrica, Sierra Leona, Ruanda, Malí, Senegal, Argelia y
Zimbawe. Es necesario subrayar que varias activistas del continente africano utilizan términos como
Womanism o Negofeminism para suscribir su posicionamiento político y presentarse como una propuesta
alternativa del feminismo negro, del que siempre acentúan su diferencia y distancia.
21 Algunos de los trabajos al respecto son: Filomina Chioma Steady (2006). Women and collective
action in Africa: development, democratization, and empowerment, with special fowls on Sierra Leone, New
York, Palgrave Macmillan; Nana Wilson-Tagoe (1997). "Reading towards a theorization of African women's
writing: African women writers within feminist gynocriticism", in Stephanie Newell (ed.), Writing African
Women, London and New Jersey, Zed Books, pp. 11-28; Buchi Emecheta (2007). "Feminism with a small "f", in
Tejumola Olaniyan and Ato Quayson (eds.), African Literature: An Anthology of Criticism and Theory,
Malden, Blackwell, pp. 551-557; Tsitsi Dangaremgba (2013). "Como mujer africana, ¿quién te hará caso hasta
que no ganes el premio Nobel?", en Dídac P. Lagarriga (comp.), Africana: aportaciones para la
descolonización del feminismo, Barcelona, Oozebap, pp. 192-208, disponible en
https://drive.google.com/file/d/0Bx_NWj9KuF9FTW04MW1jdEtqQjA/view; Aminata Traoré (2013).
"Estamos desbordados de potencialidades y me rebelo contra la naturaleza del sistema y su capacidad para
destruir la esperanza en África", en Dídac P. Lagarriga (comp.), Africana: aportaciones para la
descolonización del feminismo, Barcelona, Oozebap, pp. 131-142, disponible en
https://drive.google.com/file/d/0Bx_NWj9KuF9FTW04MW1jdEtqQjA/view; Oyeronke Oyewumi (2004).
"Conceptualising Gender: Eurocentric Foundations of Feminist Concepts and the Challenge of African
Epistemologies", in African Gender Scholarship: Concepts, Methodologies and Paradigms, Dakar, UNISA
Press, pp. 1-8; Obioma Nnaemeka (2004). "Nego-Feminism: Theorizing, Practicing, and Pruning Africa's Way"
in Signs: Journal of Women in Culture and Society, 29 (2), The University of Chicago, pp. 357-385, disponible
en https://serendip.brynmawr.edu/oneworld/system/files/Nnaemeka_Nego-Feminsim.pdf; Obioma
Nnaemeka, “Conferencias Internacionales como Escenarios para la Lucha Feminista Transnacional: el caso de
la Primera Conferencia Internacional sobre las Mujeres de África y de la Diáspora Africana”, en Sylvia Marcos y
Marguerite Waller (eds.), Diálogo y diferencia. Los Feminismos Desafían a la Globalización, Madrid,
Traficantes de sueños, pp. 81-105; Almudena Mari Sáez (2008). “Construcción de la identidad de las mujeres
18
feminismo negro y el antirracista la agenda se conforma de la racialización de la
sexualidad, las construcciones identitarias, la descolonización del feminismo, el
reconocimiento de los aportes de las feministas negras y la epistemología feminista afro.22
En el caso del black feminism estadounidense, su agenda política y teórica ha discutido la
discriminación racial, la epistemología feminista negra, las políticas segregacionistas, las
condiciones laborales y seguridad social de las trabajadoras, el lesbianismo, el sexismo y el
academicismo del feminismo.23 La pluralidad de posturas ideológicas y teóricas, así como
las condiciones geopolíticas, si bien es evidente que han diversificado los posicionamientos
desde los cuales han hablado estas feministas, de la misma forma, han extendido y

africanas en la región del Borgou (República de Benin)”, en Liliana Suárez, Emma Martín, Rosalva Aída
Hernández (coords.), Feminismos en la antropología: nuevas propuestas críticas, Donostia, Ankulegi
Antropología Elkartea, pp. 241-258; Amina Mama (2011). "Cuestionando la teoría: género, poder e identidad
en el contexto africano", en Liliana Suárez Navaz y Rosalva Aída Hernández (eds.), Descolonizando el
feminismo: teorías y prácticas desde los márgenes, Madrid, Cátedra, pp. 223-241; Chimamanda Ngozi Adichie
(2016). Todos deberíamos ser feministas, México, Penguin Random House.
22 Este campo de estudio es muy amplio para citar todos los trabajos al respecto, sin embargo, los más

representativos son: Ochy Curiel (2009). "Descolonizando el feminismo: una perspectiva desde América Latina
y El Caribe", disponible en http://www.feministas.org/IMG/pdf/Ochy_Curiel.pdf; Sueli Carneiro (2001).
"Ennegrecer al feminismo", III Foro Ciudadanía Sexual; disponible en
http://www.penelopes.org/Espagnol/xarticle.php3?id_article=24; María Lugones (2005). "Multiculturalismo
radical y feminismos de mujeres de color" en Revista Internacional de Filosofía Política, (25), México, UAM-I,
pp. 61-76, disponible en http://www.redalyc.org/pdf/592/59202503.pdf; Mara Viveros Vigoya (2008). "La
sexualización de la raza y la racialización de la sexualidad en el contexto latinoamericano actual", en Gloria
Careaga, Memorias del 1° Encuentro Latinoamericano y del Caribe "La sexualidad frente a la sociedad",
México, disponible en http://www.ilef.com.mx/memorias%20sexualidad.%20lilia%20monroy.pdf; Violet
Eudine Barriteau, (2007). "Aportaciones del feminismo negro al pensamiento feminista: una perspectiva
caribeña" en Feminist Africa, (7), disponible en
http://www.feministafrica.org/uploads/File/Issue_7/04_issue7_feature_article1.pdf; Ochy Curiel (2011). "La
descolonización vista desde el Feminismo Afro", en Cristina Villalba Augusto y Nacho Álvarez Lucena (coords.),
Cuerpos políticos y agencia: reflexiones feministas sobre cuerpo, trabajo y colonialidad, Granada,
Universidad de Granada; Courtney Desiree Morris (2010). "Pensar el feminismo afronicaragüense", en Odile
Hoffmann, (coord.), Política e Identidad: afrodescendientes en México y América Central, colec. Africanía 4,
México, CONACULTA-INAH/CEMCA/UNAM-CIALC/IRD, pp. 233-269.
23 La producción literaria es extensa, sin embargo, algunas de las obras más representativas son: bell

hooks (2004). "Mujeres negras: dar forma a la teoría feminista", en bell hooks, Avtar Brah, Chela Sandoval,
Gloria Anzaldúa, et al., Otras inapropiables: feminismos desde las fronteras, Madrid, Traficantes de sueños,
pp. 33-50; Carol Stack (2012). "Roles sexuales y estrategias de supervivencia en una comunidad negra urbana",
en Mercedes Jabardo Velasco (ed.), Feminismos negros: una antología, Madrid, Traficantes de sueños, pp.
187-206; Patricia Hill Collins (1998). "La política del pensamiento feminista negro", en Marysa Navarro y
Catharine R. Stimpson (comps.), ¿Qué son los estudios de mujeres?, Buenos Aires, FCE; Audre Lorde (1988).
"Las herramientas del amo nunca desarmarán la casa del amo", en Cherríe Moraga y Ana Castillo (eds.), Esta
puente, mi espalda: voces de mujeres tercermundistas en los Estados Unidos, San Francisco, Editorial "ismo",
pp. 89-93; Angela Y. Davis (2005). Mujeres, raza y clase, Madrid, Akal; Patricia Hill Collins (2009). Black
Feminist Thought: Knowledge, consciousness, and the politics of empowerment, New York, Routledge; Cheryl
Clarke (1988). "El lesbianismo: un acto de resistencia", en Cherríe Moraga y Ana Castillo (eds.), Esta puente,
mi espalda: voces de mujeres tercermundistas en los Estados Unidos, San Francisco, Editorial “ismo”, pp. 99-
107; La Colectiva del Río Combahee (1988). "Una declaración feminista negra", en Cherríe Moraga y Ana
Castillo (eds.), Esta puente, mi espalda: voces de mujeres tercermundistas en los Estados Unidos, San
Francisco, Editorial “ismo”, pp. 172-184; bell hooks (2003). "The Oppositional Gaze. Black Female Spectators",
en Reina Lewis and Sara Mills (eds.), Feminist postcolonial theory a reader, New York, Routledge, pp. 207-
221; Ángela Y. Davis (2012). "I Used To Be Your Sweet Mama. Ideología, sexualidad y domesticidad", en
Mercedes Jabardo Velasco (ed.), Feminismos negros: una antología, Madrid, Traficantes de sueños, pp. 135-185.

19
reformulado la perspectiva de la interseccionalidad como herramienta conceptual y
recurso analítico imprescindible en el estudio de las mujeres de ascendencia africana.

Las autoras que han reflexionado la interseccionalidad como categoría, paradigma


o perspectiva teórica lo han hecho desde distintas posturas teórico-políticas y geografías
diversas.24 Bajo la propuesta africana de un feminismo negociado, Obioma Nnaemeka en
su texto "Nego-Feminism: Theorizing, Practicing, and Pruning Africa's Way" (2004),
propone que el enfoque de la interseccionalidad –raza, género, clase, etnicidad, sexualidad,
religión, cultura y origen nacional– debe concentrarse en las condiciones de igualdad y
reciprocidad que se dan en su interior. De acuerdo a esta feminista africana, no entender a
este cambio de perspectiva como nudo de sistemas de opresión, permite que las diferencias
sociales, económicas, políticas y geográficas que experimentan las mujeres africanas se
interpreten entonces como un entramado de desigualdades y distancias que en algún
punto las lleva a identificarse y conectarse para negociar acuerdos comunes en beneficio de
toda la comunidad. La propuesta feminista anticolonialista-deconstructiva que concibe, la
articula con las ideas de Julia Kristeva, Linda Alcoff, María Lugones, Gayatri Spivak, Achola
Pala, Filomina Steady, Kimberlé Crenshaw y Jaques Derrida, los ejemplos que desarrolla los
retoma de estudios antropológicos como los de Lila Abu-Lughod y James Clifford.

Con una lectura diferente, la antropóloga colombiana Mara Viveros Vigoya en su


texto "La interseccionalidad: una aproximación situada a la dominación" (2016), propone
que la herramienta conceptual de la intersección debe pensarse como un enfoque
interseccional localizado y contextualizado. A partir de la genealogía crítica de
perspectivas epistémicas descolonizadoras como el black feminism, el feminismo de color
y el feminismo latinoamericano, advierte que los análisis interseccionales deben considerar
heterogéneos sistemas de diferenciación que también generan dominación y desigualdades
significativas como lo hacen la "raza", la clase, el género y la sexualidad. Además, enfatiza
que se debe considerar permanentemente la concreción, el contexto y la historicidad de las
múltiples relaciones de dominación y opresión que se desarrollan en la realidad social.
También advierte sobre los riesgos que se corren al adoptar la interseccionalidad como una
categoría circunscrita al género, la clase, y la "raza", como el disimulo y naturalización de
otros sistemas de sujeción, así como cercar las identidades de las mujeres a alteridades
preexistentes. Su noción, aunque deviene de la genealogía de los aportes epistémicos del

24 Por mencionar algunos nombres de las autoras que han tratado el tema porque son cuantiosos los

trabajos que se tienen al respecto, sobre salen, Kimberlé Crenshaw, Angela Davis, Nira Yuval-Davis, Ochy
Curiel, bell hooks, Audre Lorde, Violet Eudine Barriteau, entre otras.

20
feminismo de color y el feminismo latinoamericano, enfatiza particularmente las ideas de
las feministas del black feminism.

La propuesta de Patricia Hill Collins en su libro, "Black Feminist Thought:


Knowledge, consciousness, and the politics of empowerment" (2009), parte del principio
de que la interseccionalidad es un paradigma para analizar las experiencias específicas de
las mujeres negras, ya que la "raza", la clase y el género siguen constituyendo los
principales sistemas de opresión que producen la injusticia social en las afroamericanas,
pese a que difieren de una época a otra. Asimismo, refiere que los paradigmas
interseccionales entrañan una matriz de dominación que manifiesta la forma en la que está
organizada la intersección de las opresiones de "raza", clase, género, sexualidad y nación, y
que devienen en segregación racial, prácticas discriminatorias y racismo institucionalizado.
Además, especifica que los fundamentos de la intersección de las opresiones se establecen
en conceptos interdependientes de pensamiento binario, diferencia de oposición,
objetivación y jerarquía social, lo que implica invariablemente relaciones de superioridad e
inferioridad. Explica de igual forma, que las imágenes racialmente estereotipadas
proporcionan justificaciones ideológicas para la intersección de las opresiones de raza,
género, clase y sexualidad, pero que al mismo tiempo, es ésta la que produce las
representaciones negativas de las mujeres negras. Para la autora, la sutil articulación entre
imágenes estereotipadas e interseccionalidad de opresiones de raza, clase, género y
sexualidad, justifica las prácticas sociales que caracterizan la matriz de dominación de las
afroamericanas. Para Hill Collins, el paradigma de la intersección es fundamental para
analizar y repensar las relaciones de poder desiguales, de dominación y resistencia.

La interseccionalidad en tanto enfoque, metodología, aporte epistémico, paradigma


o categoría analítica, supone distintas lecturas no sólo por su orientación metodológica o
teórica, los orígenes geopolíticos de quienes la discuten y la construyen también la
diferencian y la hacen legible para el espacio académico. Las propuestas de Obioma
Nnaemeka y Patricia Hill Collins, aunque coinciden en enfatizar que el análisis
interseccional está íntimamente relacionado con la experiencia de las mujeres de
ascendencia africana, difieren en la interpretación y efectos de la interseccionalidad.
Mientras que para la primera autora la intersección supone condiciones de igualdad y
reciprocidad que unifican y asemejan a las africanas, para Collins, este paradigma señala
los sistemas de opresión que distinguen a las mujeres negras del resto de la población
femenina. Distinta a ambas propuestas, la lectura de Viveros Vigoya apela por un estudio

21
contextualizado y localizado, su enfoque no subraya la exclusividad analítica de las mujeres
de origen africano. En el caso de los tres trabajos, un punto de encuentro es su manifiesta
determinación por teorizar desde la contribución epistemológica de activistas y teóricas de
ascendencia africana, no sólo contemporáneas sino de siglos atrás. Después de este breve
repaso historiográfico, se hace evidente que las obras estudiadas están relacionadas con los
ejes de análisis de esta investigación, sin embargo, también advierten su diferencia y
distancia, específicamente en el planteamiento del problema y el corte espacio-temporal, lo
que no limita su aplicación científica, sino dispone de herramientas conceptuales
significativas para la realización de este trabajo.

Finalmente, tras esta revisión bibliográfica me es claro que los planteamientos


metodológicos y conceptuales que las intelectuales afrodescendientes han aportado a la
epistemología feminista son fundamentales para la interpretación de la experiencia de las
mujeres de origen africano. Que la perspectiva teórica de la interseccionalidad como
herramienta conceptual y recurso analítico que explica la articulación de diversos sistemas
de opresión y discriminación es el enfoque más pertinente para abordar el problema de
esta investigación. Además de permitirme reflexionar al "cuerpo" como proceso a través
del cual se configuran corporalidades femeninas racializadas y sexualizadas, específicas en
contextos histórico-sociales complejos.

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