Resumen Álvaro COMPLETO PDF
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Resumen Final
30 DE JUNIO DE 2015
UNIVERSIDAD DEL ACONCAGUA
Ana Sofía Alonso Domínguez
UNIDAD 1: CONSTITUCIÓN SUBJETIVA: SUJETO DEL INCONSCIENTE
1. Recorrido e historia de un sistema de pensamiento
(Texto: Miller – “Recorrido de Lacan”)
Lacan nació en 1901 en Francia. En 1964 fundó la Escuela Freudiana de París. A lo largo de su vida dictó seminarios
muy acudidos y en 1966 sus escritos fueron recopilados. Lacan no se trazó como objetivo reinventar el Psicoanálisis,
sino RETORNAR A FREUD.
El punto de partida:
Lacan manifiesta que entró al psicoanálisis gracias al Estadio del Espejo: este remite al interés lúdico de un niño entre
6 y 18 meses ante su imagen especular. Se diferencia del animal, ya que reconoce su imagen como propia y se interesa
en ella. Alude a Bolk: “el lactante humano es un prematuro fisiológicamente inacabado”. Está en desamparo. El niño
goza entonces de reconocer esa imagen como suya porque la completud que esta le devuelve le permite anticiparse
a su propio logro.
La imagen es suya y al mismo tiempo la de otro (por estar en déficit respecto de ella, o sea, que si no hubiera un espejo
–un otro- que le mostrara esa supuesta completud, nunca la conocería ni trataría de buscarla). Es por esto que queda
CAPTURADO por esa imagen y se IDENTIFICA con ésta. Esto conlleva una ALIENACIÓN IMAGINARIA a la imagen de
otro, que resulta constitutiva del Yo y permite configurar una IMAGEN ORTOPEDICA del cuerpo (ortopédica porque la
usa, pero no es de él, así como la “bota ortopédica”: es algo ajeno que nos permite caminar cuando nuestra pierna no
puede hacerlo por sí sola). El desarrollo del ser humano está escondido por identificaciones ideales desordenadas. Lo
imaginario está inscripto.
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¿QUÉ SUCEDE CON EL YO?
La teoría del Yo (moi) iba en contra del psicoanálisis anglosajón. Hartman, Lowenstein y otros reinterpretaron a Freud
según la segunda tópica (Yo – Súper yo – Ello). Los psicoanalistas europeos trasladados a EEUU consideraron la
unificación de las teorías y tomaron al YO como el centro de la personalidad de modo tal que reforzando a éste y sus
defensas y recursos, el paciente caería en la realidad.
Esto va en contra del abordaje del yo a partir del Estadio del Espejo:
PLANO SIMBOLICO
La enseñanza de Lacan comienza con lo simbólico y lo imaginario, diferenciando al hombre, al Yo (dimensión
imaginaria) y al Sujeto (posición simbólica). Partiendo de la dialéctica y la cibernética, lo simbólico tiene dos vertientes:
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LACAN ELABORA TRES ASPECTOS COMUNES DE LO SIMBOLICO
El significante actúa sobre el significado (lo crea) y es a partir del sin sentido del significante que le da la significación
(producción constante de significados). Rectifica así la igualdad que plantaba antes Saussure entre significante y
significado.
Cadena significante: sirve para dar cuenta de la sobredeterminación en la que se ve la condición de toda formación del
inconsciente. Freud introdujo el concepto de instinto de muerte (es decir que se intentaría volver a un estado
inorgánico). Lacan señala que el automatismo de repetición, en el sentido de Freud, vehiculiza una huella imborrable,
que el inconsciente está constituido por esta huella de la cual el sujeto no logra desembarazarse. Se cree que el
inconsciente tiene que ver con la memoria y que hay algo fundamentalmente inadaptable. El inconsciente no resiste,
sino que repite, dice siempre la misma cosa. Lacan señala dos tipos de repeticiones:
Tyché: encuentro fallido con el objeto. Involucra lo real. Es una repetición porque sucede varias veces en la
vida, siempre se repite algo de lo que no se puede nombrar.
Automatón: repetición a nivel de la cadena de significantes. Involucra lo simbólico.
Lacan hace funcionar a lo simbólico, a la estructura íntegra como un término. Mira como la relación entre la estructura
simbólica y la del sujeto se diferencia de la relación imaginaria del yo con el otro semejante.
LACAN DA LUGAR A DOS CONCEPTOS FUNDAMENTALES
Otro (A): Es el Otro del lenguaje que está siempre ahí. El del discurso universal, de todo lo dicho en la medida en que
es pensable. Funciona como referencia: Hay que estar de acuerdo en algunos puntos fundamentales para poder
escucharse; ese Otro de la buena fe supuesta está presente a partir del momento en que se escucha a alguien o que
se le habla a alguien. Es el Otro de la cultura, de la palabra, locutor fundamental. Es el código donde se elabora el
mensaje, y el emisor recibe su mensaje del receptor en forma invertida. El Otro es cuyo inconsciente es el discurso,
que en el seno de mí mismo me agita, es el Otro del deseo inconsciente, ese deseo opaco al sujeto, acerca del cual
puede que se le informe en la cura analítica: PERO NADIE SINO EL SUJETO MISMO PUEDE INFORMARSE DE SU DESEO.
El Otro es la dimensión de exterioridad que tiene función determinante para el sujeto.
otro (a): Es el otro reciproco, semejante y simétrico al Yo imaginario.
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Por otro lado, plantea que la Estructura es Descompletada en el sentido de que siempre va a haber un lugar vacío,
una “hiancia”, o una FALTA. Decimos descompletada y no incompleta ya que no existe una “pieza perfecta” que alguna
vez nos complete totalmente, sino más bien que esta hiancia permite ciertas permutaciones, es decir que lo que está
en lugar vacío puede cambiar. El vacío no es único, sino que puede designar distintas cosas: es una FALTA por
ESTRUCTURA, y ésta permite la circulación de los elementos dentro de ella.
Su concepto de Estructura se organiza en torno a la existencia de tres registros u órdenes: real, imaginario y simbólico.
Ninguno de los registros tiene jerarquía por sobre los demás, pero sí hay momentos o situaciones donde uno de los
registros predomina sobre los demás, pero esto es contingente (nunca el predominio es total).
La constitución subjetiva es explicada entonces, como una “estructura dinámica” que tiene anudadas estos tres
registros. Lacan va a denominar esta yuxtaposición (nudos) entre los registros: “NUDO BORROMEO”. Lo que siempre
se mantiene es el lugar de la Falta, ya que está siempre en el centro: todos los registros tienen un punto de Falta.
La naturaleza humana y la subjetividad van a depender de la articulación particular de los tres registros, en cada sujeto.
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REGISTRO IMAGINARIO REGISTRO SIMBÓLICO REGISTRO REAL
Es el reino de la imagen, que está relacionado con las La primera alienación es simbólica, ya que somos tomados Registro en el que no hay palabras.
ilusiones (totalidad, síntesis, autonomía, dualidad, por el mundo de la cultura antes de nacer. Nos hablan, nos
Objeto petit a: Das Ding. La cosa muda, un
semejanza) y con la realización alucinatoria del deseo. Su colocan expectativas, nos alienan. Esto es debido al estado
agujero, la nada. La falta estructural.
función es brindar una completud aparente e ilusoria que prematuro en que nace la cría humana, necesitando de Otro
viene a tapar la falta. Desconoce lo real ya que aquí se para poder sobrevivir. Otro que escribiremos con mayúscula, El objeto a es el objeto causa del deseo (es
considera que el todo es posible: Imaginario de creer que como Gran Otro o como A. En un primer momento, es la decir, gracias a que existe una falta
si tenemos ESO, tenemos TODO. Todo es posible, todo función materna que nos abraza y nos permite la vida al estructural, nos movilizamos en la búsqueda
puede lograrse. tomarnos en su deseo. Es el deseo de Otro el que posibilita –metonimia- de que aquello que venga a
la vida. completarnos – algo que nunca vamos a
Lo imaginario, por la agresividad que implica la relación
encontrar, pero que el sujeto jamás pierde
con el semejantes, conlleva rivalidad mortal, amor-odio, La insistencia Significante, el campo del Otro, la estructura.
como ilusión).
todo-nada: Amor Mercantilista (por ejemplo: con los Tiene que ver con el enjambre de significantes preexistentes
dioses donde yo te doy, vos me das). al sujeto y que lo va a bañar de “lenguaje”. Es el lugar del Lo relacionamos con la angustia (lo real es el
código. Tiene que ver con las leyes que determinan qué es lo objeto de la angustia), con aquello que
Lo imaginario es efecto de lo simbólico.
permitido y qué es lo prohibido. sentimos a nivel del organismo. Es el agujero
En el narcisismo se observa un predominio excesivo de que bordean las zonas erógenas del cuerpo.
Para Lacan, lo simbólico se caracteriza precisamente por la
este registro, ya que se relaciona con el Yo moi a la
ausencia de una relación fija entre significante y significado.
manera de un Yo ideal freudiano, es decir “un lugar de
No hay complementariedad entre significante y significado,
engaño, de mentira, de ficción” debido a que la función
entre sujeto y objeto. Lo simbólico es esencialmente una
del yo moi es la del desconocimiento de la falta.
dimensión lingüística, dado que la forma básica de
El hombre queda capturado por la imagen de su cuerpo y intercambio es la comunicación (el “intercambio de
el privilegio que la imagen de su cuerpo tiene para él. Es palabras”).
así que en el estadio del espejo, el niño se apodera de la
Por otro lado, los conceptos de ley y estructura son
imagen del otro y se identifica con la imagen del
impensables sin el lenguaje, que modela el pensamiento
semejante, dando lugar a la formación del Yo Moi, que es
mediante un sistema de diferencias.
definido como un conjunto de identificaciones
desordenadas a la manera de un cuadro surrealista. Este Pero Lacan no equipara totalmente el orden simbólico con el
no cumple una función integradora o de síntesis como el lenguaje; este también involucra las dimensiones de lo
Yo freudiano, sino que es un Yo desintegrado. imaginario y lo real (todo lenguaje es simbólico pero no todo
lo simbólico es lenguaje; ej. Psicóticos). La dimensión
simbólica del lenguaje, sí, es la del significante; en ella, los
elementos no tienen existencia “positiva”, sino que están
constituidos “negativamente”, por sus recíprocas diferencias
(cada uno es lo que el otro no es). Los significantes son pura
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diferencia, es decir, un significante nada vale por sí mismo,
sino en su articulación con otros significantes (por ello
decimos que tiene un valor relacional).
Lo simbólico es el ámbito de la alteridad radical que Lacan
menciona como Otro. El inconsciente, que es precisamente
el discurso de este Otro, pertenece al orden simbólico. El
inconsciente está estructurado como un lenguaje, y las leyes
que lo rigen son la metáfora (condensación, según Freud) y la
metonimia (desplazamiento, según Freud).
Dice Lacan que solamente si trabaja en el orden simbólico el
analista puede producir cambios significativos en la posición
subjetiva del paciente; seguramente, estos cambios
generarán también efectos imaginarios, pero porque lo
imaginario está estructurado por lo simbólico: el orden
simbólico es el determinante de la subjetividad, y el reino
imaginario de las imágenes y las apariencias (siempre
engañosas) es solo un efecto de lo simbólico.
Lo simbólico apacigua la angustia (pertenece al registro de lo
Real), en tanto, da cuenta de un límite, de una estructura
tríadica. Lo simbólico posibilita poner en palabras la angustia,
y de este modo se puede aliviar. Siempre debemos tener en
cuenta que es imposible decir todo, poner todo en palabras
(por ello, en el registro simbólico también hay falta).
Lo simbólico cava un surco en lo real –introduce un corte en
lo real. Toma al organismo y lo aliena al campo del Otro, al
mundo de la cultura. De allí que perdemos la necesidad –
necesidad biológica, no existe biología en estado puro, y por
ende, tampoco tenemos instinto-, dado que Otro transforma
nuestro grito en un llamado – pone en palabras nuestro
grito, transforma la necesidad biológica en necesidad lógica-,
es decir, en demanda.
Lo simbólico no logra apresar todo, queda un resto que no es
atrapado por lo simbólico.
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EL OBJETO DAS-DING: “LA COSA”
“Leyendo el seminario, nos encontramos con dos capítulos para pensar das Ding, La Cosa. No
cualquier cosa, Sache, sino ‘La Cosa’. Para entender mejor esta diferencia entre das Ding y Sache
leímos la conferencia de Heidegger. En dicha conferencia Heidegger habla de un vacío consistente;
usa la metáfora de la vasija, lo que hay dentro de la vasija es vacío. No es lo mismo “nada” como
vacío, que no ser nada. Dicho vacío señala la falta. Das Ding sería algo así como ese objeto añorado
que nunca se tuvo, por el que se sufre, que no estuvo jamás en ningún lado. Tal vez sólo se pueda
bordearlo. Ese vacío nos confronta con la falta en ser. Podemos bordear das Ding, como la vasija
bordea el vacío. Lacan al principio lo remite a la madre, luego como objeto causa, finalmente como
objeto a.”
Patricia Gorocito
Para Lacan: “el basurero de los significantes”, eso que tiene un hueco y almacena cosas diferentes a él.
“La cosa” termina siendo relacionada con el A; es lo que ordena, se relaciona con lo que no se inscribe, con la
compulsión a la repetición. La esencia de la cosa pasa por el vacío y tiene la capacidad de almacenar algo diferente a
ella: “La metáfora del alfarero”, es decir, de un montón de arcilla que no tiene forma, se moldea una vasija, siendo el
hueco interno lo que la convierte en vasija. El vacío se relaciona con la falta de ser y la arcilla con el lenguaje. Así, la
vasija puede contener distintos líquidos que no son de arcilla, que son distintos a ella. Pero, ¿cuál es el líquido que
contendrá? Esto depende de ella. (Ej. En la taza ponemos café o bebidas calientes y en el vaso ponemos agua, bebidas
frías). Entonces, lo que se contenga va a depender de cómo está estructurado el Inconsciente de cada uno.
La pulsión se relaciona con lo Real, ya que es autoerótica (satisface en propio cuerpo), y porque la pulsión no se puede
poner en palabras completamente.
Das Ding es un concepto trabajado por Freud. Deriva del latín: “la causa”. Está relacionado con la primera vivencia de
dolor y satisfacción. Se define sobre el fondo del complejo del prójimo y se diferencia del Objeto Die-Sache:
DAS-DING DIE-SACHE
“Lo inadmisible” “La cualidad”
Lo irrecuperable, lo vivido como ajeno, terreno ajeno al Ligado al cuerpo, “el atributo”. Las representaciones que
de la representación, fuera de significado y anterior a nos podemos hacer de las cualidades de las cosas. El lado
toda represión. Por eso el sujeto se dirige a buscar de la representación: determina si una experiencia es
aquello que le falta y cree que tuvo: lo imposible de ser placentera o no. Representación de algo en el orden de
imaginado. Lacan finaliza diciendo que el das-Ding es el lo simbólico: la representación de una manzana roja,
Gran Otro del cual no tenemos representación. jugosa, grande, etc.
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YO (JE) YO (MOI)
Sujeto que habla desde su estúpida e inefable existencia Conjunto de identificaciones idealizadas, desordenadas
y no sabe lo que dice. a la manera de un cuadro surrealista, que entrañan una
falta. Con estas identificaciones hemos sido mirados.
Conformado a partir de la identificación a la imagen del
otro semejante.
El Yo Lacaniano (moi) es definido como una trampa, esta constitutivamente desintegrado y busca completud, es
negador de la falta.
3. Alienación y separación
Alienación
Cuando decimos que somos hablados desde antes de nacer, nos referimos a que incluso desde antes de que nos
constituyamos como sujetos, somos alcanzados por un significante, por un signo (S1) que condensa en sí los Ideales
del Gran Otro I(A), todo eso que se espera que seamos. Este significante nos presta una “Identidad” –m- con la que
nos podríamos manejar, si no fuera porque la misma es ilusoria; este S1 se conforma por identificación al rasgo y sirve
como imagen que recubre al objeto a -i(a)- pero lo cierto es que nada significa porque no forma parte de ninguna
cadena. Entonces necesariamente va a necesitar del Gran Otro sin barrar –A- para que este le otorgue un sentido –
s(A)-, ya que el A tiene:
S1: Significante amo. Rasgo Unario. Ideales pre-edípicos.
S2: Significante del saber. Rasgo Binario.
Es decir, el campo del Otro contiene la cadena significante (S1, S2, S3, S…). Vemos así que la única posibilidad que tiene
el sujeto de salir del sinsentido con el que comienza es sumergirse en el campo del A, bañarse de lenguaje. Solo
podemos acceder al mundo en forma de objetos: siendo tomados como objeto de deseo del A.
Este momento de búsqueda del A, de alienación al campo del A, Lacan lo representa a través de una operación
matemática obtenida de la teoría de los conjuntos llamada reunión, la cuál dictamina que si dos conjuntos se integran,
los términos repetidos se pierden.
Entonces en la alienación el sujeto está obligado a REUNIRSE con el A, perdiendo los términos en común (el S 1),
perdiendo lo único q tiene. Queda en AFANISIS (hueco, vacío, falta). Afanisis tiene que ver con lo inconsciente, remite
a represión primaria de Freud. Hay un saber que falta, un saber del que nada se sabe, ese es el inconsciente.
¿Porqué querríamos entonces reunirnos con el A si vamos a perder el significante que nos significaba? Porque si no lo
hacemos perdemos no solo el S1, sino también la vida. Aquí entra en juego el concepto de la lógica, el vel (disyunción)
alienante, que se diferencia de las otras dos disyunciones posibles en la lógica:
a) Vel exluyente: implica lo uno o lo otro, pero no ambos. Ej. “vamos al cine o al teatro”.
b) Vel incluyente: disyunción que no impide que sean las dos cosas a la vez. Ej. “se contratará como secretaria a
una srta que sepa hablar inglés o francés”.
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c) Vel alienante: también implica lo uno o lo otro, sumado a la condición de que si se elige “Z” se pierde “X”,
pero si se elige “X” se pierden “X” y “Z”. Ej. “la bolsa o la vida”.
Esto es la elección forzada de la que habla Lacan: no tenemos posibilidades de elegir quedarnos con esa Identidad
ilusoria que nos prestaba el S1, quedarnos siendo nada más que un objeto, siendo todo lo que el A quiere que seamos.
No podemos elegir el ser, porque en realidad los sujetos no tenemos ningún ser, no hay ningún significante que por si
solo pueda decir “el hombre ES esto”, siempre va a quedar algo más por decir de ese sujeto. Un ejemplo claro sería el
del nacimiento: durante la gestación el bebé está dentro de la madre, ES un objeto que forma parte de la madre y no
tiene falta. Pero si luego de 9 meses el bebé no nace, se muere. Es decir, si el sujeto no elige nacer en el mundo, si
elige la bolsa, pierde la vida y la bolsa. Es asi que se ve obligado a elegir el sentido y perder el S1; queda condenado a
una vida cercenada.
Entonces, es la conexión metonímica de S1 con S2 lo que produce la falta en ser. Esta falta es el Inconsciente, el cual
queda totalmente vaciado. Será un borde, el borde entre S1 y S2. Esto es lo que significa la frase de Lacan que dice: “el
vel alienante que condena al sujeto a solo aparecer en la división”. Es decir, ese lugar de falta que surge luego de la
alienación, luego de que el bebé queda sujeto a los significantes del A, es lo que posibilita que ahí donde había un SER,
donde había nada más que un objeto, pueda emerger un sujeto del inconsciente, un sujeto barrado.
Separación
Se produce inmediatamente después de la alienación. Habíamos dicho que el sujeto al alienarse al A pierde el S1. Así,
es porque el sujeto tuvo una pérdida que puede interceptar su falta con la del A. En esta INTERSECCIÓN ambos están
en falta. Aparece la dimensión del más allá de la demanda del A, (más allá de lo que el A puede poner en palabras): la
dimensión del deseo del Otro. Esto que cae de ambos se llama objeto a.
Respecto del objeto a, podemos concluir que:
En la alienación y separación: el objeto a CAE. Hay represión primaria que forma mi inconsciente, mi falta. Al
objeto a se lo visualiza, se lo construye retroactivamente: el sujeto percibe en el discurso del Otro, que hay
algo que escapa, algo que a ese Otro no le llega. Se percibe que “el Otro está en falta, y si está en falta es
porque yo no lo completo. Y si yo no lo completo es porque a mi también me falta algo”.
En la metáfora paterna se OPERATIVIZA el objeto a. Es decir, “¿qué hago con esta falta que tengo? ¿Cómo me
posiciono frente a la castración?” Esto va a depender de la estructura, la cual va a determinar qué mecanismo
se utiliza frente a la castración: la florclusión (psicosis), la renegación (psicopatía), o la represión (neurosis;
hablamos de la represión secundaria). Se reactualizan y profundizan los procesos de alienación y separación.
4. Objeto en Psicoanálisis
Texto: Documento de Cátedra – “Estructuración del Narcisismo”
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PRIMERA SERIE: SEGUNDA SERIE: TERCERA SERIE:
OBJETO DE DESEO OBJETO DE LA PULSIÓN PARCIAL ELECCIÓN DE OBJETO DE AMOR
Es una pérdida de satisfacción de la necesidad en Trata sobre una pérdida del objeto real (pecho materno) que Se esboza una pérdida del objeto como
aras del surgimiento de deseo. La pérdida se determinará el surgimiento del autoerotismo. Lo no satisfecho en lo objeto de amor (tomado como persona
instala entre necesidad y deseo, entre orgánico –lo que no se puede ligar- genera una fuerza constante que total). La libido pasa de investir el Yo como
satisfacción y realización. Esta primera perdida complejiza el aparato psíquico. totalidad a investir objetos externos. Freud
no debe confundirse con la pérdida del objeto plantea que el primero de esos objetos es la
Así la pulsión queda definida como una “medida de exigencia de trabajo
real (pecho materno, externo al sujeto) y su madre. Aunque como ya se dijo ahí no hay
que es impuesta a lo anímico a consecuencia de su trabazón en lo
interiorización. Hablamos aquí del objeto realmente una elección sino un
corporal”. La no complementariedad sujeto-objeto es la causa de esa
perdido de la primera experiencia de apuntalamiento en ese objeto que nos
trabazón, ya que si la pulsión se satisficiera toda autoeróticamente en el
satisfacción, que deja en el aparato psíquico las satisfacía las necesidades básicas: nutrición y
cuerpo no sería pulsión sino instinto y no habría necesidad de elección
huellas por donde circulará el deseo e inaugura cuidado. Luego, con el Complejo de Edipo
de objeto de amor, ya que no tendría sentido ir en busca de objetos para
el inconsciente representacional. Desempeña la ese objeto se perderá por definición de un
libidinizar. Siempre va a quedar un resto que no se satisface (satisfacción
función de ser condición de posibilidad de las “desarrollo sano”.
parcial de la pulsión) marcada por la imposibilidad estructural de ser
otras dos series.
satisfecha en su totalidad. Esta elección remitirá a otro definido en
Deseo (objeto propio del funcionamiento del tanto que persona (al campo de la
Cuando se dice que esta serie busca la satisfacción autoerótica se hace
inconsciente) es entonces un concepto fundante totalización del objeto sexual).
referencia a que la satisfacción buscada no tiene que ver con objeto
en Freud, relacionado con el surgimiento mismo
alguno, en el sentido de que este es contingente (cualquier objeto puede
de la posibilidad de sustitución –característica
servir para la satisfacción). Cuando se dice que es intransferible se refiere
principal del proceso primario-. En este sentido,
a que siempre se satisface en el cuerpo, a diferencia del deseo que es
el objeto de la pulsión y de la elección de amor
transferible. Vemos que esta serie toma al otro como apoyo en la medida
serían ya sustituciones del objeto perdido de
en que la pulsión nace apuntalada en las necesidades vitales. De allí de
deseo.
habla de la tendencia a la fijación: allí donde encontró satisfacción vuelve
El deseo es transferible: encuentra satisfacción a buscar más. Pero no puede hablarse de elección de objeto.
en distintos objetos, se liga a estos. Además, se
Respecto de la constitución subjetiva se podría decir que el autoerotismo
genera en relación a un Otro: el deseo materno
(que es la libidinización de partes del cuerpo) es condición de posibilidad
que inicialmente nos posibilitó la vida se había
del narcisismo (libidinización del cuerpo como totalidad) el cual, con la
ligado a nosotros en tanto objetos. Fuimos
consiguiente estructuración del Yo, posibilitará posteriormente
tomados como “objeto que completaba a
desplazarse en la búsqueda de objetos fuera del ámbito familiar
mamá”, y es esa toma la primera condición para
[explicado mejor mas adelante]. Ahí surge la tercera serie de objeto.
que (luego de otros procesos) en el sujeto pueda
emerger el deseo propio.
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AUTOEROTISMO Y NARCISISMO
La pulsión nace apuntalada a las necesidades vitales y a medida que se van satisfaciendo estas emerge “un monto de
placer que proviene de otra fuente” al que Freud relaciona con el placer de órgano –zonas erógenas-. Ese placer
comienza luego a buscarse por sí mismo, y es lo que Freud llama AUTOEROTISMO. Ej.: el chupeteo.
Pero para que cualquier sujeto pueda hacer una elección de objeto de amor, debe estructurarse el narcisismo. Lo que
no significa que el autoerotismo desaparece. Se siguen buscando y teniendo satisfacciones parciales a lo largo de toda
la vida.
Pero sabemos que el Yo al nacer no está desarrollado. En cambio “las pulsiones autoeróticas son iniciales, primordiales.
Por tanto algo tiene que agregarse al autoerotismo, una nueva acción psíquica, para que el narcisismo se constituya”.
La libido va a pasar de investir diferentes zonas del cuerpo (desconectadas unas de otras) a investir el cuerpo como
totalidad, posibilitando que el Yo se desarrolle. Es a esta toma del cuerpo todo como objeto de amor a lo que Freud
llama NARCISISMO.
En “Pulsiones y destinos de pulsión” Freud explica como la pulsión solo puede manifestarse en el aparato psíquico a
través de sus destinos, y en “Introducción al narcisismo” agrega que el narcisismo es también un destino pulsional, ya
que las pulsiones parciales van a encontrar en él un objeto para libidinizar/ligar energía.
Entonces, el narcisismo es:
a) Un DESTINO PULSIONAL, la energía proveniente del autoerotismo inviste al cuerpo como totalidad.
b) Un ARTICULADOR entre la serie pulsional y la de la elección de objeto de amor, en la que ya se pesquisa una
elección de objeto total, que sería el propio Yo.
c) Una CONDICIÓN FUNDAMENTAL para la operación eficaz del complejo de castración, siendo este último el
que permite entender el complejo de Edipo. Es decir: para que haya temor a perder algo (castración), ese algo
tiene que haber sido libidinizado o puesto en valor (narcisismo) con anterioridad. Y es gracias a que ese objeto
primero (Edipo) se perdió que se puede ir en busca de otros objetos fuera del ámbito familiar.
EL CUERPO EN EL AUTOEROTISMO Y EN EL NARCISISMO
Fischman lo ejemplifica de la siguiente manera:
La pulsión parcial del autoerotismo implica siempre al cuerpo en tanto partes (zonas erógenas). Se trata del cuerpo
pulsional, que es el cuerpo erógeno.
El cuerpo narcisista implica la constitución de ese Yo que aspira a la ilusión de totalidad, que Lacan estudia como la
constitución especular, imaginaria del Yo Moi. En este estadio las pulsiones antes separadas confluyen en una unidad
y han hallado un objeto: el Yo propio. El objeto libidinizado es un objeto totalizante.
Pero el narcisismo es una unidad ilusoria, ya que las pulsiones no entran en una síntesis yoica, o dicha síntesis –si es
que existe- es puramente virtual. Hay confluencia pero no síntesis.
EL NARCISISMO COMO ESTRUCTURAL EN EL SUJETO
Freud plantea que el narcisismo encuentra su sitio dentro del desarrollo sexual regular del hombre. Es decir, que se
da dentro del desarrollo sexual (porque busca placer) de todo sujeto.
También Freud va a hablar de un narcisismo secundario, que “nace por replegamiento de las investiduras de objeto.
Nos formamos así la imagen de una originaria investidura libidinal del yo cedida después a los objetos, empero, ella
persiste”. Es decir que el narcisismo no desaparece sino que persiste a lo largo de toda la vida y siempre queda un
monto de energía que libidiniza al propio yo, por más que parte de ella sea cedida a los objetos.
Esa originaria investidura libidinal –narcisismo primario- se constituye en el niño a partir de la libidinización que hacen
los padres del bebe. Esa nueva acción psíquica viene o es posibilitada de parte de los padres.
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NARCISISMO Y COMPLEJO DE CASTRACIÓN
Tanto en la niña como en el varón el complejo de castración ORGANIZA mediante leyes el aparato psíquico. Es a partir
de la primera “elección” de objeto de amor (la del Edipo) que luego se posibilita la salida exogámica, y el objeto de
amor relacionado al Edipo se sepulta. Lo que se reprime de ese amor hacia el padre o la madre es la corriente erótica,
mientras lo que permanece son los afectos tiernos.
Así, el complejo de castración queda en el aparato psíquico como la marca de que cuando se pone en juego algo de
valor para el sujeto, aparece a su vez el temor a perderlo. Pero para que los objetos tengan ese valor fálico tienen que
estar dentro de los ideales del sujeto. Y esos ideales son justamente post-edipicos. De todas formas, para que haya
narcisismo secundario e ideales propios tiene que haber habido antes narcisismo primario. Ahí se ve como es necesario
que el narcisismo este estructurado para q se pueda vivenciar el complejo de castración.
Por otro lado, así como si se tiene se puede perder, si se pierde se puede tener otra cosa (sustitución). A esto se le
llama CASTRACIÓN; en la misma medida que “no todo es posible”, “algo sí es posible”.
EL OBJETO DE LA PULSION PARCIAL Y EL OBJETO DE LA ELECCIÓN DE AMOR
En “Tres ensayos…” Freud oscila entre el problema del objeto sexual “definitivo” y el problema del objeto
“contingente” de la pulsión parcial. Rabinovich explica que el punto de convergencia y divergencia se sitúa en torno al
objeto primero: la madre, la cual desempeña un papel en las tres series de objeto:
Es ese Otro inolvidable que posibilita el surgimiento de deseo como diferente al objeto de la necesidad.
Se articula con la pulsión parcial en relación al pecho como objeto pulsional
Juega un papel central en el Edipo en tanto que persona amada, es decir, como objeto total.
Explica así que desde la serie pulsional, el objeto es definido como el “medio gracias al cual la pulsión alcanza su
satisfacción”. El objeto es el instrumento con el que se obtiene la satisfacción y en tanto instrumento es el aspecto
más variable de la pulsión. El contrapunto a esa variabilidad el objeto lo brinda el concepto de fijación, definido como
“el establecimiento de una conexión intima entre pulsión y objeto, conexión que suprime la movilidad del objeto y
que hace surgir la dificultad y la oposición a desprenderse de él.
Así como la pulsión parcial oscila entonces entre contingencia y fijación, la elección de amor se despliega entre la
elección narcisística y la elección anaclítica.
Freud plantea entonces que el primer objeto no es en realidad producto de una elección sino de un apuntalamiento y
que “junto a este tipo que puede llamarse el tipo del apuntalamiento (anaclítico), existe un segundo tipo: ciertas
personas cuyo desarrollo libidinal experimentó una perturbación, no eligen su posterior objeto según el modelo de la
madre sino según el modelo de su propia persona. Se buscan a sí mismos como objeto de amor, exhibiendo un tipo de
elección que ha de llamarse narcisística”.
Entonces habla de que habría dos caminos para la elección de objeto:
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Texto: Rabinovich – “El concepto de Objeto en la teoría psicoanalítica”
Existen tres dimensiones del concepto de objeto en Freud:
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Freud separa la satisfacción de la pulsión de la realización de deseo. A la primera le corresponde la acción específica,
mientras que a la segunda, la identidad de percepción (se vuelve a revivir esa primera percepción a través de la
alucinación). La realización de deseo aparta al sujeto del camino de la satisfacción, encaminándolo hacia la
repetición, hacia la búsqueda de una percepción primera idéntica.
La concepción del OBJETO DE LACAN es la de un objeto perdido por estructura. El “hallazgo” (entre comillas porque
nunca se halla un objeto que nos satisfaga o realice de manera total) de ese objeto presupone una pérdida anterior.
Pérdida que solo retroactivamente permite constituir su objeto. Este “hallazgo” como tal se trata de lo que debe ser
reencontrado. El objeto en su naturaleza es un objeto reencontrado.
El llanto del niño, motivado por la tensión inicial se transforma en comunicación en la medida en que puede obtener
una respuesta del otro que haga cesar la tensión. Para Lacan, aquel que tiene poder de responder es el Gran Otro; es
la estructura del lenguaje y por lo tanto del inconsciente la que interviene: el Otro como sede de la palabra. Lo que
Freud reconoce como aquel que “sabe” cuál es la acción específica a realizar para calmar al bebé, aparece en Lacan a
modo de “el saber cómo función del Gran Otro”, el lugar del código, el que tiene no solo los significantes sino la
legalidad misma que le permite responder (o no) a la demanda.
PULSION
“Es un concepto fronterizo entre lo anímico y lo somático. Es el representante psíquico de los
impulsos corporales. Es una energía/fuerza constante.”
Sigmund Freud
Es energía libre ya que el objeto es contingente.
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“Es como un caballo salvaje y el deseo su jinete”
Jaques Lacan
Es acéfala: nos mueve pero no sabemos qué es lo que nos mueve. No podemos dirigirla, no se puede reconocer.
Conceptos asociados (Freud):
Esfuerzo (drang): Su factor motor, la suma de fuerza o la medida de la exigencia de trabajo que ella representa,
toda pulsión es un fragmento de actividad. Medida de la exigencia de trabajo que es impuesta lo anímico a
consecuencia de su trabazón en lo corporal.
Meta: La meta es la satisfacción, que sólo puede alcanzarse cancelando el estado de excitación en la fuente
de la pulsión. Si bien es cierto que esta meta permanece invariable para toda pulsión los caminos que llevan a
ella pueden ser diversos.
Objeto: Aquello en o por lo cual puede alcanzar su meta. Es lo más variable en la pulsión; no está enlazado
originariamente con ella sino que se le coordina sólo a consecuencia de su actitud para posibilitar la
satisfacción. Un mismo objeto puede servir para la satisfacción de varias posiciones. El hecho de que se forme
un lazo íntimo entre una pulsión y un objeto es entendido como fijación.
Fuente: Aquel proceso somático interior a un órgano o a una parte del cuerpo cuyo estímulo es representado
en la vida anímica por la pulsión. El estudio de las fuentes pulsionales ya no comprende a la psicología. Aunque
para la pulsión lo absolutamente decisivo es su origen en la fuente somática, la cual dentro de la vida anímica
solo se la llega a conocer por su meta.
La pulsion es intransferible, es propia y se satisface parcialmente en las zonas erógenas.
El objeto de la pulsión es el objeto a, que se personifica en objetos reales pero nunca del todo, por eso la pulsión nunca
va a satisfacerse completamente. La pulsión rodea al objeto a y se satisface en el recorrido. En este sentido, se
mencionan (desde Freud) la zona oral, anal y genital como las zonas clásicas, los agüeros del cuerpo donde la pulsión
encuentra satisfacción. Lacan va a agregar:
Pulsión invocante: relacionada con la voz, el llamado.
Pulsión escópica: relacionada con la mirada. No tiene tanto que ver con la visión (ligada a la función orgánica)
sino con el deseo. La mirada como la brújula del deseo.
GOCE
Es la satisfacción parcial de la pulsión. El cuerpo atravesado por el significante. Se relaciona con la economía política
porque siempre hay ganancias o pérdidas de goce pero nunca todo goce. El goce está prohibido a quien habla como
tal. Es la mera indicación del goce como infinitud la que implica la marca de la prohibición.
Explicación: Hay una experiencia fundante del psiquismo: el niño es tomado en el deseo de la madre que lo baña de
cultura y pone palabras a las necesidades del niño desde el enjambre de significantes que es la cultura. La madre está
también tomada por la cultura (madre castrada) y por tanto algo llega y algo no. Así, ya no hay “relación sexual”: al
perderse la complementariedad absoluta entre sujeto y objeto. Lo que llega produce ganancia de goce y lo que no
llega produce pérdida de goce.
Esto que no llega (falta) y su consecuente pérdida de goce es fundamental para que surja el deseo. Lo primero que
experimentamos en la vida es una pérdida de goce (por lo que no llegó) y luego vamos teniendo ganancias y pérdidas
de goce. En el sentido de las ganancias, estas son entendidas como recuperación de goce producidas por la obtención
de objetos que fueron previamente objetos de nuestro deseo (eso que creíamos que nos iba a completar) y cuánto
goce recuperemos va a depender de cuánto “nos complete” eso que obtuvimos, de qué tan cerca de la completud nos
deje.
Es importante que podamos sentir que nos vamos completando a medida que vivimos la vida, que vayamos sintiendo
que podemos recuperar ese estado primario de goce total que (creemos que) tuvimos alguna vez. Sin embargo, para
que el deseo siga circulando es necesario que se nos esté prohibido el goce total. Ya que a medida que aumenta el
goce aumenta la mortalidad y disminuye el deseo. Lo que moviliza al sujeto es la incompletud, que algo no llegue. Por
lo cual si llegáramos a un estado de completud y goce absoluto, ya no tendríamos nada por qué vivir, nada que desear,
pues ya lo tendríamos todo.
Vemos además como el deseo funciona como límite al goce de la pulsión. Ej.: me tomo una cerveza y no diez, ya que
mañana no quiero tener resaca.
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El goce tiene un modo particular en cada uno. Es la forma individual de “recortar” el objeto a, de sentirme más cerca
de la completud.
DEMANDA
Es la necesidad puesta en palabras, dirigida hacia un Otro. La demanda nunca es satisfecha su totalidad, ya que no
todo se puede poner en palabras; siempre hay algo que escapa.
Hablamos de una doble demanda:
La del niño: cuyo llanto es interpretado por la madre y puesto en palabras. El sujeto nace en estado de
prematurez y desvalmiento y exige a un Otro que este siempre ahí para él.
La de la madre: que demanda ser demandada. Relacionado con la ley onmimoda: la madre SABRE qué es lo
que el niño necesita y le devuelve un sentido en forma de “tú eres esto”; “Tú eres ese que llora porque tiene
hambre/sueño/etc”, “tú eres quién me necesita”, “tú eres una carga”, etc.
La demanda es atravesada por el circuito del amor y por ello toda demanda es de amor, de presencia incondicional. El
Otro debe estar siempre presente ahí para responder al llamado, no importa si su respuesta satisface o no.
DESEO
Es el resto entre la necesidad y la demanda, la diferencia. Tiene algo de insatisfecho: el objeto a (que es a la vez lo que
hace que el deseo fluya).
7. ARTICULACIÓN CLINICA
EL SUEÑO DE LA INYECCIÓN DE IRMA
Freud hace un análisis exhaustivo de este sueño, retornando a el cada vez que necesita un punto de apoyo y en
especial, cuando introduce el concepto de condensación. ¿Por qué concede Freud tanta importancia a este sueño?
Porque en su análisis obtiene la verdad de que el sueño es siempre una realización de un deseo, un anhelo.
Irma es una enferma amiga de la familia, y Freud se encuentra en la incómoda posición de analizar a un familiar. Tiene
en efecto, muchas dificultades con Irma. En esta etapa Freud aun pensaba que cuando el sentido inconsciente del
conflicto fundamental de la neurosis queda descubierto, solo resta proponérselo al sujeto, quien lo acepta o no. Si no
lo hace, es culpa del paciente, es un mal paciente. Cuando el paciente es bueno, acepta y todo marcha bien.
Irma había mejorado pero conservaba algunos síntomas, en especial la propensión al vomito. Freud acababa de
interrumpir el tratamiento, y es Otto (muy cercano a Freud, pero no es amigo íntimo de él) le trae noticias de Irma: “la
cosa andaba bien, pero no tanto”. Y a través de su entonación, Freud cree advertir que Otto lo desaprueba un poco, o
más exactamente, que había participado de las burlas hacia Freud dentro del círculo de relaciones.
Sin embargo, Freud tiene la sensación de haber propuesto a Irma la buena solución (palabra que tanto en alemán
como francés posee la misma ambigüedad: es tanto la solución que se inyecta como la solución de un conflicto). En
esto, el sueño ya adquiere un sentido simbólico. Sin embargo, Freud está muy descontento consigo mismo y llega a
poner en duda la legitimidad de la solución aportada por él. Así, es la desaprobación percibida en el tono de Otto el
ligero choque que va a poner en marcha el sueño.
Freud se pone a trabajar luego de la cena y redacta un informe del caso de Irma. Considera el haber podido explicar el
caso con todo detalle, ya que esto le permite, según él, desligarse de la responsabilidad del fracaso en el tratamiento
de Irma. Pero Freud se limita a presentar un sueño enteramente explicado por la satisfacción de un deseo
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preconsciente, e incluso completamente consciente. Es por esto que Lacan toma el relato de sueño junto con el análisis
que Freud hace de este para poder profundizar en la visión de todo el conjunto.
Procede en su análisis Lacan, dice: en cuanto Freud entra en diálogo, el campo visual se contrae. Lleva a Irma aparte y
comienza hacerle reproches. A interpretarla. Todo esto sucede en un fondo de discusión y resistencia, no solo a lo que
Freud propone sino al examen que pretende hacerle a Irma.
PRIMERA TRIADA DE MUJERES: Las asociaciones de Freud ponen de relieve que Irma está lejos de ser la única
en juego. La naturaleza del dialogo que mantiene con Irma denota que en ella se hayan condensadas:
o La mujer de Freud: estaba encinta, lo une a ella no solo un lazo familiar sino conyugal altamente
idealizado. No obstante, denota que en ciertos planos instintivos, su mujer no dejó de producirle cierta
decepción.
o Una mujer enferma: se trata de la enferma ideal. No es paciente de Freud, y posee el atractivo de no
demandar el auxilio de Freud, lo cual le permite a él anhelar que alguna vez lo haga y se convierta en
su paciente. Es muy bonita, y sin duda más inteligente que Irma (representa la idea: “si esta hubiera
sido mi paciente, ella habría aceptado la solución que le di al ser más inteligente que Irma”).
Habiendo conseguido que la paciente abra la boca, lo que Freud ve al fondo (esos cornetes recubiertos de una
membrana blancuzca) es un espectáculo horroroso. Esa boca muestra todas las significaciones de equivalencia, todas
las condensaciones imaginables. Todo se mezcla y asocia en esa imagen. Desde la boca hasta el órgano sexual
femenino, incluyendo la muerte misma. Es un descubrimiento horrible: la carne que jamás se ve, el fondo de las cosas,
el revés de la cara, la carne de la que todo sale, la carne sufriente, informe, cuya forma por si misma provoca angustia.
El abismo del órgano femenino del que sale toda vida, como el pozo sin fondo de la boca por donde todo es engullido
y que trae también la imagen de la muerte en la que todo acaba terminado... Hay pues, aparición angustiante de una
imagen que resume lo que podemos llamar revelación de lo real en lo que tiene de menos penetrante. Aparición de
lo real sin ninguna mediación posible, de lo real último, del objeto esencial que ya no es un objeto sino algo ante lo
cual todas las palabras se detienen y todas las categorías fracasan, el objeto de angustia por excelencia... Visión de
angustia, identificación de angustia.
TRIADA MASCULINA: Lo perceptible es que a partir de ese momento (desde q Irma abre la boca y sobreviene
la angustia) Freud ya no cuenta. Llama al profesor M. en su ayuda porque no entiende nada de lo que ve.
También están Otto y Leopoldo. Estos personajes son todos significativos en tanto son personajes de la
identificación en la que reside la formación del ego.
o Doctor M: Es un tipo que nunca perjudicó mucho a Freud, pero que no siempre comparte sus
opiniones, siendo esto algo que Freud no admite con facilidad.
Responde a una función que resultó capital para Freud: la de su medio hermano Phillip, el
personaje esencial para entender el complejo edípico de Freud; El padre de Freud tenía ya dos
hijos de un matrimonio anterior, Emmanuel y Phillip, ambos ya en una edad en la que
cualquiera de ellos podría haber sido el padre de Freud. Emmanuel constituyó el objeto de
horro por excelencia ara Freud, y Phillip tuvo también lo suyo. Con los dos hermanos, Freud
hace una formación superior que permite concentrar los ataques agresivos contra el padre sin
tocar demasiado al padre simbólico (los ataques eran dirigidos a los hermanos, tomados como
padres). Gracias a esta división de funciones el padre simbólico queda intacto. El doctor M
representa el padre ideal constituido por la pseudoimagen paterna, el padre imaginario.
o Otto: corresponde a ese personaje que jugó un papel constante en la vida de Freud; el familiar y
allegado intimo que es a la vez amigo y enemigo.
o Leopoldo: le gana de mano a Otto. Cumple el papel del personaje que presta el servicio de estar
siempre en contra del amigo-enemigo, del enemigo querido.
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Dimensión de la letra, definida como “soporte material que el discurso concreto toma del lenguaje”. Es decir,
estructura esencialmente localizada del significante, materialidad singular. Lacan afirma la necesidad de un
sustrato topológico, un espacio cuyo ordenamiento sea soporte del desciframiento del inconsciente. Lugar de
la letra que siempre puede vaciarse. Su sostén es la cadena significante.
Dimensión temporal lógica propia del significante: el tiempo cronológico que supone la linealidad del signo
lingüístico saussureano, es reemplazado por la anticipación y la retroacción, por el querer decir que se
adelanta y el sentido que el Otro adjudica, definiendo la significación. La relación entre significante y
significado no fluye; se produce entre ambos, un abrochamiento al que Lacan llamó “punto de almohadillado”,
“nudo capitoné”. La significación se produce en el discurso, dependiendo del momento y del individuo. La
validez del significante se da aquí y ahora. Los Significantes dependen y son únicos y singular para cada sujeto.
El tiempo del inconsciente entonces es un tiempo lógico, se reactualiza.
DIFERENCIAS IMPORTANTES ENTRE:
SIGNIFICACIÓN SIGNIFICADO SIGNO
Es el proceso por el cual se engendra el significado. Es el efecto de al menos Es lo que representa algo para
Permite un movimiento ya que remite a otra dos significantes. Es alguien. Tiene dos
significación, y a otra: nunca acaba. Es metonímica. metafórico. características que son:
Es fálica.
Arbitrariedad (falta de
naturalidad entre el sujeto-
objeto).
Linealidad (es la lengua que
transcurre en el tiempo).
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2. El inconsciente
Para Lacan, es un conjunto de Significantes co-variantes, que nada significan por sí solos, que entrañan una falta. Ninguno vale más que otro, y su valor lo adquieren cuando
se articulan entre sí. El inconsciente es actual, no se lo tiene que buscar en las profundidades sino en lo no dicho de lo dicho, en la cadena de significantes.
Esta concepción implica un vaciamiento del inconsciente ya que no será sede de los instintos, ni lugar de contenidos variados.
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Las leyes del inconsciente: metáfora y metonimia
Remontándose en la historia, el estructuralismo influyó en Lacan sobre todo en la forma que adoptó en la concepción
acerca de la metáfora y de la metonimia de Jakobson y en la aplicación de la semiología al ámbito de la antropología
llevada a cabo por Lévi-Strauss.
Es a Jakobson a quien se debe el descubrimiento del paralelo condensación=metáfora y desplazamiento=metonimia,
a partir de las figuras retóricas (también poéticas), que desarrolla en su texto sobre las afasias.
Freud es quien plantea que el inconsciente tiene un modo de funcionar muy particular. Caracterizado por las
“pulsiones del Ello, energías móviles, cambiantes, contenidos reprimidos que han sido denominados como el PROCESO
PSÍQUICO PRIMARIO”. Éste es la puerta de salida de la energía libidinal según dos vías determinadas: el
DESPLAZAMIENTO y la CONDENSACIÓN.
Desplazamiento: Movilización de energías sobre objetos, ideas o pensamientos. Lo que se desplaza es la energía.
Condensación: Indica la representación de varias imágenes en una sola. Sin movilización de la energía.
Lacan toma este gran aporte freudiano, pero para referirse a las leyes del inconsciente como Metáfora y Metonimia.
Metonimia (desplazamiento)
Es la “articulación de significante a significante y su desplazamiento, donde la significación se diluye”. Es el
deslizamiento por la cadena significante. La metonimia se da primero y es precondición para que se dé la metáfora.
Aquí hay movilización de energía.
El Intervalo entre significantes (es un espacio, una hiancia entre ambos). Lacan lo denomina METONIMIA, ya que es
por donde circula el deseo (la hiancia posibilita el movimiento, el “desplazamiento”). En este intervalo surge el sujeto,
aparece el $ y el objeto a.
Un ejemplo de metonimia es el deseo.
Fórmula: f (S…S’) S = S (-) s
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De lo Fragmentado: el sujeto se compara con esa imagen y se ve a sí mismo como indefenso, inacabado,
prematuro. Él mismo se siente en déficit con respecto a su imagen.
A lo Imaginario: es lo que le hace creer ilusoriamente, que puede alcanzar la completud, ya que la imagen
especular da al sujeto una primera imagen alienada, totalizante, prematura de unidad, es decir que la
totalización de la imagen del propio cuerpo, esa Gestalt se anticipa al inacabamiento corporal; hay totalización
(formación) del Yo antes de que el niño esté fisiológicamente constituido como tal.
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de los objetivos es la interpretación para descubrir resistencias y comunicarlas al analizado, es decir, la posibilidad del
recuerdo y de vencimiento de las resistencias de la represión donde hay un encuentro con algo que hace limite a la
posibilidad de recuerdo. Esto que hace límite al recordar tiene que ver con:
La Represión Primaria que estructural, no desaparece ya que es el acto fundante del psiquismo.
La Repetición que es un obstáculo marcado por la transferencia.
Para Freud, la Repetición es un “recuerdo en acto” porque el paciente no recuerda nada de lo olvidado y reprimido,
sino que lo actúa. Repite en lugar de recordar y repite sin saber que lo repite. Aquello que repite es algo que fue fuente
de displacer y que insiste más allá del principio del placer, que lleva al sujeto a una situación en contra de su bienestar,
es decir, es la “compulsión de repetición”.
Freud plantea que la cura psicoanalítica, se iniciaría en base a la repetición y que la Trasferencia es sumamente
necesaria porque “ya la transferencia misma es solo una pieza de repetición, y la repetición es la transferencia del
pasado olvidado” Freud (1914).
Por otro lado, la Resistencia en la cura, proviene de los mismos estratos y sistemas psíquicos que en su momento
llevaron a cabo la represión de sucesos y representaciones que generaban displacer al yo, es decir que está al servicio
del principio del placer. (Freud 1920)
El sujeto sometido a tratamiento no se libera de la compulsión a repetir. A partir de las repeticiones, una vez vencida
la resistencia se vuelve placentera la evocación de recuerdos.
El revelar la resistencia no implica su inmediata desaparición. Se debe construir (reelaborar) para enfrentar la
compulsión a la repetición que marca un límite a la rememoración. Este proceso se desarrolla a su debido tiempo y
hay que darle lugar al paciente a que ahonde en ella.
La repetición para Lacan
Plantea 2 tiempos en lo que define la repetición:
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La estructura misma de la red S implica los retornos. La ley del Significante nos da la ley de los retornos por la vía de la
articulación pero no la causa de la repetición. Esta ley es de cada sujeto y le determina una serie de más y menos. En
apariencia parece un encuentro azaroso pero es a una determinación simbólica a la que responde
TYCHÈ
Es el encuentro con lo real que está más allá del automatón, está tras éste. Encuentro fallido con el objeto. Significa
“fortuna”. Pertenece al campo de los hechos humanos. Pudiendo ser el acontecimiento producto de una deliberación
(en la que hay posibilidad de elección) tiene lugar sin propósito. Es un encuentro fallido no deliberado, en donde uno
no se encuentra lo que esperaba.
Es un encuentro con el objeto a, objeto perdido por estructura. La repetición supone volver al mismo lugar donde el
encuentro no se logra. Esto marca el punto donde la repetición no es igual a la transferencia, ya que esta permite
llegar a la repetición, donde aparece lo que insiste. Es esto que insiste lo que Lacan introduce desde el más allá del
principio del placer freudiano bajo el término de “goce” (lo real como imposible de simbolizar).
La tychè siempre trae algo nuevo: aquello que se repite no es nada viejo, siempre hay una novedad. Se exige lo nuevo,
es decir, es “hacer algo de nuevo”. Esto da lugar a la actualidad del inconsciente, el cual aparece de diferentes formas
y circunstancias. Se establece así, una sustancial diferencia con el concepto de “recuerdo” o “reminiscencia.”
Ejemplo de repetición: caso Laura
Hace referencia a que todos los hombres de su vida la abandonan. Su padre, su novio de la adolescencia, y su marido.
Automatón: en la repetición en su vida, la insistencia del significante “abandono”.
Tychè: su última elección de pareja se da cuenta de q vuelve a encontrarse con lo real, con ese sentimiento de
ser abandonada, y los actos que hacía para llegar a esa situación, así como los que emprendía luego. Eso que
va más allá del placer. Relacionado con el goce.
4. ARTICULACIÓN CLINICA
El caso de la niña del espejo – Francoise Dolto
“La imagen del cuerpo es la fantasía de las relaciones afectivas y eróticas con la madre, de las relaciones eróticas que
cada una en su momento, fueron castradas”.
La imagen del cuerpo se construye y solo existe en relación con alguien. La falta de relación con el otro (madre u otra
persona mediadora) puede ser dramática para el niño. Tal es el caso de una niña de dos años y medio que llega a
Francia con sus padres desde los Estados Unidos. La cual se volvió esquizofrénica al cabo de dos meses instalada en
una habitación de hotel donde todos los muebles eran de cristal y las paredes estaban recubiertas de espejos, mientras
los padres se dedicaban a conocer París. Había sido dejada al cuidado de una persona contratada que no hablaba su
idioma y a quien ella no conocía. Además la mujer se ocupaba mucho del hermanito que había nacido recientemente
y que era aún un bebé.
Sin el apoyo de una presencia amiga que pueda tranquilizarla, nadie que represente la mediación entre espacio
habitual y el espacio nuevo, nadie que explique la ausencia de los padres; comenzó a presentar síntomas
esquizofrénicos tales como:
Perdida del lenguaje.
Perdida de la posibilidad de deglutir (como las serpientes engulle los alimentos).
No puede masticar.
Se ha vuelto un bebe pequeño.
La madre cuenta que “desde aquella época, la niña nunca volvió a tomar algo con las manos”, replegando sobre el
torso los antebrazos y dando a entender que “se había vuelto fóbica a los contactos”
Se había perdido dispersada en el espacio de aquella habitación desconocida, en trozos de cuerpos visibles por todas
partes: en los espejos, en el cristal de la puerta, en las de las patas de la mesa, etc.
Dolto recibe a esta niña antes de que cumpla los cinco años, y se limita a ofrecerle pasta para modelar, diciéndole:
“puedes tomarla con tu boca de mano”, a lo cual la niña responde llevándosela a la boca ayudándose con el brazo,
cosa que hacía muchos meses que no hacía. E inmediatamente teoriza: “yo le había puesto una boca en su mano”. En
otro texto allí citado agrega que, luego del destete, la zona erógena oral se desplaza a las manos, las cuales “actúan
como bocas prensiles sobre los objetos y, palpándolos, los niños pequeños aprecian sus formas”.
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Lo que sigue es una ampliación- y en cierto sentido una corrección- de la famosa teoría lacaniana del estadio del
espejo, según la cual la experiencia de enfrentar el espejo produce una asunción jubilosa de la imagen allí percibida,
cuya completitud contrasta con la incoordinación corporal experimentada por el bebé a causa de su inmadurez
neurológica. La niña en cuestión, empero, ya había pasado por su experiencia del espejo como integradora de la
imagen corporal; lo que le ocurre a los dos años y medio es que se enfrenta sola- sin referentes que la sostengan- con
una multiplicidad de espejos que producen un efecto siniestro que la sume en la angustia.
Dolto se aproxima aquí a una concepción borgeana y aprensiva de los espejos. Éstos nos informan cómo nos ven los
demás, cosa bien diferente de la propia sensación de existir que tenemos habitualmente. Resulta que somos esa cosa
que aparece en el reflejo y con la cual no nos identificamos tan fácilmente. Pero, más allá de ello, lo que pasó fue que
la niña se vio fragmentada y multiplicada por los muchos espejos que la rodeaban sin contar con una presencia que
mediara y sostuviera la inquietante experiencia. Madre y espejo deben ser uno solo, la multiplicación indiscriminada
de imágenes parciales produce confusión, angustia y compromete la habitual sensación de existir.
“Las condiciones previas de este sueño paradigmático son las siguientes: Un padre asistió noche y
día a su hijo mortalmente enfermo. Fallecido el niño, se retiró a una habitación vecina a fin de
poder ver desde su dormitorio la habitación donde yacía el cuerpo de su hijo, rodeado de velones.
El padre despierta, observa un resplandor que viene de la habitación vecina, se precipita hasta allí
y encuentra al anciano guardián adormecido, y la mortaja y el brazo del cadáver querido quemados
por una vela que le ha caído encima”.
La explicación de este sueño “conmovedor” es bien sencilla, nos dice Freud. El resplandor entró por la puerta abierta
y al herir sus ojos produjo el mismo pensamiento que hubiera producido en estado de vigilia: es decir, que la llama del
cirio había producido un fuego en un lugar cercano al cadáver. También es posible que antes de acostarse, el padre
pensara en la posibilidad del suceso; que hubiera desconfiado de que el anciano encargado de velar el cadáver pudiera
pasar la noche en estado despierto.
El contenido de un sueño, dice Freud, está sobre determinado. Así, las palabras del niño habrían provenido de otras
dichas por él en la vida real, y enlazadas a circunstancias que impresionaron al padre. También, la queja “estoy
ardiendo” haya sido pronunciada por el niño durante su enfermedad cuando estaba bajo los efectos de la fiebre; y las
palabras “¿no lo ves?” habrían de responder a otra ocasión ignorada por nosotros, pero seguramente cargada de
afecto.
En este sueño, se observa una realización de deseos: el niño en el sueño se comporta como si aún estuviera vivo.
El sueño se plantea en el campo de la pulsión invocante: “Padre…”; y en el campo escópico, solicitación de la
mirada: “¿no ves que estoy ardiendo?” Es en el sueño que hay “un dado a ver” donde el sujeto es “mirada”. La mirada
enmascara lo Real, cubre el ser y lo que aparece es su semblante.
Este sueño le permite a Lacan articular la pregunta fundamental: “¿Qué soy en el instante en el que he comenzado a
soñar bajo ese golpe que es en apariencia lo que me despierta?” Entre lo que sucede por casualidad, por azar y el
sentido velado que es la verdadera realidad, esto nos conduce a la pulsión.
Se trata de captar ahí la hiancia misma que constituye el despertar, el despertar de un goce. El despertar que es el
instante en que se cambia de pantalla. El sueño tiene en su centro este Real (que el hijo estaba muerto), lo no
reconocido, lo que no cesa de no escribirse. El sueño es, por lo tanto, una máscara de lo Real. La función de lo Real, en
la repetición, se expresa en el sueño, el sueño en tanto portador del deseo del sujeto.
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Allí se expresa un goce en tanto frase y no en tanto sentido, ¿Cómo no ver que es el deseo lo que quema a ese niño?
Se trata del deseo del Otro. Sustentar la teoría según la cual el sueño es la imagen de un deseo, precisamente con este
sueño, sería para evocar nada menos que del mundo del más allá del principio del placer, y “¿quién sabe qué secreto
compartido entre el padre y ese niño? Un niño que viene a decirle: ‘Padre, ¿acaso no ves que estoy ardiendo?’ ¿Qué lo
quema sino el peso de los pecados del padre?”
En el seno de los procesos primarios, como se da en los sueño, se conserva la insistencia del trauma. El trauma
reaparece en ellos a cara descubierta. El mensaje tiene más realidad que el ruido con el que identifica lo que está
pasando en la habitación de al lado (pesa más la frase que el ruido que lo despierta).
¿Qué despierta al padre?
No sólo la realidad del golpe, de un ruido, sino algo que traduce la casi identidad de lo que está pasando: la realidad
de una vela que se ha caído y que ha prendido fuego en el lecho del hijo. Dice Lacan:
Lo que despierta en el sueño, es otra realidad: que el niño está al lado de su cama, lo toma por un
brazo y le murmura con tono de reproche: “Padre, ¿acaso no ves que ardo?” El sueño es un
homenaje a la realidad fallida: a la realidad que es encuentro con lo real. “¿Dónde está en este
sueño la realidad, si no es en que se repite algo, en suma más fatal, con ayuda de la realidad?
El sueño no es sólo una fantasía que colma un anhelo.
Así el encuentro, siempre fallido (tychè), se dio entre el sueño y el despertar, entre quien sigue
durmiendo y quien sólo soñó para no despertar.
La tyche está en el hecho del despertar del padre y volver a encontrarse con la realidad de que el hijo está muerto,
siendo que segundos antes (en su sueño) se mostraba vivo.
No es que en el sueño se afirme que el hijo aún vive. Sino que el niño muerto que toma a su padre
por el brazo, designa un más allá que se hace oír en el sueño. En el sueño se presentifica cruelmente,
la pérdida del objeto (del hijo).
(Como si el psiquismo del padre quisiera refregarle en la cara que el hijo estaba muerto; en ese sufrimiento, hay un
goce que va más allá del principio de placer).
La frase del niño “Padre, ¿acaso no ves que ardo?”, es una “tea”, “fuego que alcanza lo real”. Lo real puede
representarse por el accidente, “el ruidito”, ese poco-de-realidad que da cuenta de que no soñamos, pero también
esa realidad despierta la otra realidad escondida tras la falta: el “Trieb” de Freud. Lo real está más allá del sueño, en
lo que el sueño ha recubierto, escondido, tras la falta de representación, de la cual sólo hay en el sueño un sustituto.
Para Lacan, todo esto da cuenta del Inconsciente captado como “ruptura, entre percepción y consciencia, en ese lugar
intemporal, que obliga a postular lo que Freud llama ‘otra localidad, otro escenario, el entre percepción y consciencia’.”
“(…) se acerca a ella un hombre de mediana edad (…) continúa yendo asiduamente a la tienda,
más que en busca de ropa, de la mujer que le quitaba el sueño (…)
“(…) Ella sonríe, como es su costumbre y le da un beso en la oreja, susurrándole algo que él no
entendió, pero que lo hizo estremecerse (…)” …“él con sus manos deseosas de su cuerpo comenzó
a acariciar sus pechos pero ella lo apartó y dándole un beso en la frente, le dijo “hasta
mañana”...Muchas noches se repitió la escena (…) pero ella tan fría (…) le aseguró que solo sería
de él, si le demostraba que la amaba”.
“(…) lo suyo con su esposa había terminado. Ya no la amaba (…) de todas formas no la abandonaría
económicamente, era un hombre íntegro y se encargaría de ella hasta que pudiera hacerlo
sola”(…)“Se dedicó a poner en regla los papeles de divorcio. Debía ser especialmente dadivoso con
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su esposa…por lo cual le dejó la casa, un auto nuevo, más de cincuenta por ciento de la regalías de
su importante empresa”.
(…) Era un perfecto caballero; también el más feliz de los hombres y seguramente el más envidiado
(…) pareja que causaba admiración de muchos y la envidia de todos”.
Llegó el día de la boda (…) la bella desconocida apareció espectacularmente ataviada (…) pero
pronto una sombra oscureció su rostro, se dio cuenta que no conocía su nombre y no sabía cómo
llamarla (…) no importa, le dijo ella (…) para vos siempre voy a ser la mujer del vestido
rojo…ella…no era otra que su reciente esposa.
ANÁLISIS
Simbólico: en la sortija que representa el casamiento.
Imaginario: la imagen que él tenia de su esposa y de la mujer del vestido rojo.
Real: cuando descubre que su ex-esposa y la mujer del vestido rojo son la misma mujer.
El hombre busca completar, tapar la falta de la mujer, por eso le propone casamiento.
El deseo se ve en que era una mujer deseada por todos y criticada por las demás mujeres. A partir de que se exhibe a
los demás, empieza a convertirse en eso puesto en valor (antes de empezar a usar el vestido y el maquillaje, ya tenía
las cirugías pero la gente no la miraba realmente, no notaban su belleza). La mujer asume una posición de objeto de
deseo.
La belleza está ligada a la muerte, lo cual se ve en el hecho de las cirugías o por ejemplo la anorexia, en el sentido de
someter al cuerpo a un determinado sufrimiento en pos de lograr un Ideal. La belleza no es perpetua, sino que dura
un tiempo y siempre está ligada a la mirada de los demás, no hay nada que sea bello en sí mismo o de forma absoluta
o perpetua. Siempre va a depender de si nos miran o no, y de cómo nos miren.
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UNIDAD 3: METÁFORA PATERNA
1. Del Complejo de Edipo a la estructura
Freud habla de padre y madre, FIGURAS como tal. Plantea el “Complejo de Edipo”, la palabra complejo supone una
elaboración; se resuelve. El primer objeto para el niño es la madre, la cual posee pene, no le falta nada. En un primer
momento se identifica con la madre como poseedora del pene. Cuando descubre que la misma no tiene pene (cree
que lo perdió) sobreviene el complejo de castración, como amenaza de castración por lo cual resuelve el complejo de
Edipo. Abandona a la madre como objeto de amor por temor a que el padre le corte el pene como castigo por sus
deseos incestuosos.
La niña cuando reconoce la diferencia anatómica entre lo que ella tiene y lo que el niño tiene, se separa de su madre
y la hace responsable (ella no me lo dio, ella tampoco lo tiene). Cambia de objeto: se dirige hacia el padre. Esta
separación está marcada por la agresividad y orienta a la niña hacia el padre, de quien desea obtener el pene bajo la
forma de hijos (ecuación simbólica pene-hijo).
Lacan, en cambio, habla de padre y madre en tanto FUNCIONES (materna y paterna) y LUGARES que interactúan en
función de una falta. Las funciones son independientes de quién las realice, lo importante es que den respuesta a la
demanda de amor.
Hablamos aquí ya no de un complejo sino de una “Estructura Edípica”, la cual es descompletada. Por tanto en el
diagnóstico estructural vamos a analizar la forma en la que el sujeto se posiciona frente a la castración del Gran Otro.
La estructura no se modifica, no se cambia. Lo que puede modificarse son los síntomas, pero el psicoanálisis no apunta
al síntoma porque si lo toca lo refuerza. Ya Freud planteaba que el sujeto no quiere curarse, ya que hay algo de la
pulsión que se satisface en el sufrimiento del síntoma.
Lacan va a plantear que existen 4 significantes primordiales, los cuales yacen en la cultura y están presentes desde
antes de que nazcamos:
Deseo de la madre (DM): es necesario para que podamos venir al mundo, ya que la única forma que tenemos
de hacerlo es poniéndonos en lugar de objetos (objetos de deseo para la madre). Su función entonces es
libidinizar el cuerpo del niño: EROTIZAR. Da cuenta de la omnipotencia y del narcisismo. Nos marca en la
alienación y es el significante que nos espera. “Su majestad el bebé”. Relacionado al goce. Relacionado con la
METONIMIA.
Nombre del padre (NP): es el significante que representa la ley; instaura la prohibición del incesto, representa
la castración (ley del “no todo es posible”). Es un significante ordenador: separa la dualidad madre-hijo y
ordena el psiquismo del sujeto. Su función es sustituir al significante del Deseo de la Madre reprimiendolo,
anulándolo. El padre es el Otro del significante como ley. Pero sólo estará en una posición metafórica si y solo
si la madre lo convierte en aquel que con su presencia sanciona la existencia del lugar de la ley. Relacionado
con la METAFORA.
Significante fálico (φ): significante del deseo, de la falta. Es el único significante que no necesita de los otros
para ser; es lo que está puesto en valor desde la mirada del Otro. Lo que tiene brillo para el Otro; es el
semblante del deseo. Es Atribuible: “ser o tener el falo”. Ocupamos un lugar en el mundo a partir de cómo
fuimos mirados.
Ideal del Yo (I): lo puesto en valor por la cultura, por la familia de cada uno. No es lo bueno ni lo bello. Se
relaciona con el nombre propio/rasgo unario (S1 que da ilusión de identidad frente a la falta). El S1 comanda el
resto de los significantes. El nombre representa lo simbolico, lo imaginario, y lo real en el sentido de que
emparcha la falta.
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Los tiempos del Edipo
Lacan desarrolla su teoría en función de 3 TIEMPOS LÓGICOS: no responden a una cronología sino que son tiempos del Inconsciente. En cada tiempo va a predominar un
registro en particular.
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2. Metáfora paterna
La metáfora paterna concierne a la función del padre que se ve presentificada en el Complejo de Edipo. Esta función
del padre en el Complejo de Edipo es la de ser un significante que sustituye a otro significante, al primer significante
introducido en la significación, el significante materno.
La Metáfora Paterna es una estructura cuatripartita que explica cómo se constituye la estructura de personalidad del
sujeto según cómo éste se posiciona frente a la castración. Con la Metáfora Paterna se operativiza la caída del objeto
a, es a partir de ella que algo del deseo propio puede comenzar a circular. Es estructural porque todos los sujetos
pasamos por ella y es estructurante porque constituye una parte de nuestra psiquis.
𝑁𝑃 𝐷𝑀 Ⱥ
. = 𝑁𝑃 ( )
𝐷𝑀 𝑥 −𝜑
PRIMERA PARTE
El Nombre del Padre (significante de la ley del incesto) viene a sustituir al Deseo de la Madre (significante de la
omnipotencia materna), lo barra, lo reprime, pero éste no desaparece.
A partir de que esto sucede, aparece la “X”, la cual es el lugar del sujeto, su deseo, una incógnita, es un doble signo
de pregunta:
¿Qué desea la madre? ¿Cuál es el falo que mira mi madre? ¿Qué desea mi madre como falo que no soy yo? El
Deseo de la Madre empieza a ir y venir (Fort-Da)
¿Cuál va a ser el devenir del sujeto? Esta incógnita puede ser significada en términos de falos: El significante
del Nombre del Padre permite que el Deseo de la Madre deje de ser un deseo oscuro y que pueda ser
significado en términos de “lo que quiere es el falo”. Se posiciona en relación a eso y es entonces que la
significación fálica aparece.
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Una significación remite siempre a otra significación, por lo tanto nunca va a existir una significación acabada,
completa, sobre algo. Las significaciones están dadas y comandadas por el Ideal del Yo, post-metáfora paterna. Las
significaciones van a sustituir la falta de instinto. Nos manejamos con significaciones, las cuales, vía identificación, nos
permiten movernos por el mundo. De estas identificaciones se sirve el sujeto para sortear estas tres preguntas y dar
respuestas vía el Ideal del Yo. La significación viene de lo simbólico y trata de dar respuestas a algo de lo real, a lo
imposible de responder, que son las tres preguntas.
A nivel de la sexualidad, la significación fálica permite la elección de un tipo sexual. Le permite creer que lo que se
busca es el otro sexo como complemento, velando la verdadera búsqueda del objeto a. Entonces aparece según la
lógica de la significación fálica:
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El Deseo de la Madre no es entonces ningún deseo, ni tampoco una madre, es una voluntad sin ley, enigmática, oscura.
Por el Nombre del Padre en la significación fálica, la X se resuelve en el goce del falo. Ese goce desconocido cobra una
significación fálica. Esto brinda como resultado la inscripción de la castración simbólica.
La clínica de la nominación es la clínica del atributo: tener un nombre, dar uno, recibir o rechazar uno, nombrar lo
innombrable, el objeto que soy en el deseo del Otro. En ese vacío que deja la nominación del Otro. El ideal post-edípico
marca lo bueno y lo malo, lo prohibido y lo permitido, etc. Que acota al goce y facilita el lazo social. El Nombre del
Padre le da a cada sujeto las insignias particulares.
La hipermodernidad (Jacques Alain Miller) nos lleva a una pluralización de un mismo nombre para todos (orden de
hierro) que sustituye al Nombre del Padre el cual se encuentra debilitado o imposibilitado. Entonces, a diferencia del
Nombre del Padre, no se pone un límite al goce, sino que se lo difunde. Se promueve la ley del “todo es posible”.
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Imagen de perfección narcisista, ilusión de completud, Posibilita la entrada en lo simbólico. Es tener el falo y
relacionada con la idealización (reconquistar el estado no serlo. El sujeto entra en una norma, una ley. Sienta
omnipotente del narcisismo infantil) las bases para la formación del Superyó.
Ser Yo ideal del ideal del yo de sus padres, ser el Falo. Es lo que uno se propone en la vida, metas que van más
allá del presente, aspiraciones, etc.
Relacionado con el narcisismo primario y las Relacionado con el narcisismo secundario y las
identificaciones identificaciones secundarias. Con la sublimación y la
capacidad de sustitución
5. Superyó
El surgimiento del concepto en Freud va de la mano de las cuestiones en relación al Padre. El Edipo somete al sujeto
al orden de la autoridad de la ley; Edipo es también castración, operación simbólica que instala la lógica del no-todo
es posible.
Siempre están ligados el Complejo de Edipo y el Complejo de Castración. De ambos quedan residuos (como herencia)
de su tramitación, y éstos forman parte del Superyó como lo inasimilable. Es heredero, a la vez, del Ello. Por el
excedente pulsional (voz, mirada, espectro, demonio) de lo que resta del Padre, es que el superyó empuja desde el
imperativo que se hace oír GOZANDO.
Por un borde moebiano, se desliza el Padre:
Por un lado, el Padre primitivo de la horda, maldito, sanguinario que ataca y lleva a la muerte. Por la falla de
la misma ley, porque lo simbólico no lo cubre todo, no todo puede legislar.
Y, por el otro borde, el Padre pura bondad, protector y bondadoso. La Ley del Padre pacifica
En el origen, para el niño, lo que prima es lo SENSORIAL y las PERCEPCIONES ACÚSTICAS y no los componentes visuales
de la representación-palabra que son secundarios y adquiridos mediante la lectura.
Es extraño e íntimo al sujeto, ajeno y propio.
“Es ajeno porque está excluido pero dentro de la plaza central del sujeto, como su
más íntima exterioridad”
Gerez-Ambertín
“La paradoja del superyó reside en que el sujeto está apegado a algo que no le hace bien, es decir,
a algo que no colabora con su bienestar. El superyó debe entonces ser incluido en una serie común
con la pulsión de muerte y el masoquismo primordial.” (p. 139) “Pueden encontrar esta formulación
en el Seminario XX, Aún, que comienza con la formulación del imperativo del superyó como GOCE.
La paradoja de este imperativo es que equivale exactamente a una interdicción, porque gozar (…)
es imposible.” (p. 140)
Jaques-Alain Miller
6. ESQUEMA RHO
Lacan llega a este esquema a partir del esquema L y del esquema Z. Lo construye en 1958.
Lo utiliza para explicar las Neurosis. Manera de estructurar y articular la estructura edípica. Todo el esquema depende
de que opere el Nombre del Padre (Nombre del Padre). Y el mismo se abrocha a modo de nudo capitoneé.
Es la teorización de la función paterna en la articulación peculiar de lo Simbólico, lo Imaginario, y lo Real que es la
neurosis.
Descripción
Se caracteriza por ser el primer esquema de Lacan en poseer una superficie con forma de cuadrado. Incluye al esquema
Z y tiene los Significantes primordiales por fuera:
M: Madre P: Padre I: Ideal del yo Phi: Significación fálica
El triángulo trazado con la línea plena es el orden Simbólico. Lo confirma:
7. Que sea denominado “S”
8. Que sus vértices sean elementos simbólicos. (I, M, P)
9. La letra “A” el Otro, el Inconsciente.
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El triángulo punteado es lo no simbólico. Lo que vendría a pertenecer al orden de lo Imaginario.
Lo cual para “S” correspondería a lo Simbólico, para “I” lo Imaginario y “R” no es lo Real sino “el Campo o Cuadrángulo
de la realidad” que se encuentra velando a lo real.
Este campo de la realidad lo tacha, cubre, encubre el campo de lo Real. Lo cual decimos que este campo de la realidad
pertenece al orden de lo imaginario y se apoya sobre lo simbólico. “Lo simbólico cava un surco en lo Real y lo
imaginario viene a tapar ese vacío.”
Lacan indica con este esquema la estructura imaginaria de la realidad. A eso responde el sombreado, que además de
indicar que la realidad encubre como una pantalla lo real, también indica como la realidad esta superpuesta al campo
de lo imaginario y apoyada en lo simbólico, como todo lo imaginario.
No se habla de Real porque es imposible de graficar y es aquello que no podemos poner en palabras. Dentro del
cuadrángulo de la realidad subyace el fantasma. Este es un velo, a través del cual percibimos el mundo. Es cómo se
posiciona el sujeto frente a la castración. Es estructural, no desaparece. Se da pos metáfora en los neuróticos. Es un
efecto de que opero la represión secundaria.
Lacan define la estructura del esquema “R” como un doble ternario, el ternario simbólico MIP y el ternario imaginario
significación fálica a-a’.
Se distingue el triángulo imaginario Sim que se llamara triangulo del sujeto en lo imaginario, del cuadrángulo de la
realidad MimI. Quedando “m” e “i” dentro de lo que sería el campo del triángulo del sujeto.
La relación entre ambos ternarios, el imaginario y el simbólico, es definida por Lacan como una homología: relación
entre elementos que se corresponden en las figuras semejantes.
TERNARIO SIMBOLICO
A: el Otro. Es el Inconsciente particularizado para un sujeto. Lugar desde donde el sujeto puede recibir la
pregunta por su inefable y estúpida existencia.
M: significante del objeto primordial, estatuto simbólico.
P: significante del Nombre del Padre
I: significante del Ideal
TERNARIO IMAGINARIO
“m”: será el Yo moi, precipitado de las identificaciones narcisisticas,
“i” la imagen del semejante. Lo cual a-a’ y m-i ahora están diferenciadas, pero implican un redoblamiento de
lo que antes era en los esquemas “L” y “Z”.
ϕ: significación fálica. La cual es fálica a consecuencia de que la función del significante del Nombre-del-Padre
opera a través del significante fálico. Es un significante que tiene una función privilegiada, no tiene
correspondiente ni equivalente. Es único, no se articula con otros significantes. Es por esto que no puede ser
escrito en el esquema “R”. Es el significante del deseo del Otro. Debe producirse la operatoria de la metáfora
que introduce la falta en el Otro, para que el significante fálico marque la significación y haga del deseo, deseo
sexual.
S: hace referencia al sujeto en lo imaginario. A partir de que haya operado la Metáfora Paterna, se amplia el
campo de lo imaginario del sujeto, abriendo paso a su deseo, a través de la falta el Otro.
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7. EL GRAFO DEL DESEO
¿Qué es un grafo?
El grafo es una posición topológica de elementos y relaciones.
Alfredo Eidelsztein
Lacan hace derivar el término de gramme (proviene del griego y en francés significa dibujo, letra y escritura). El grafo
es un tipo particular de escritura, (escritura que supone la constitución –no definitiva- del sujeto en la cadena de
significantes como sujeto barrado)
El grafo es un esquema construido por Lacan en el curso de sus seminarios V: “Las formaciones del inconsciente” (1957-
1958) y VI: “El deseo y su interpretación” (1958-1959). El grafo constituye de hecho la primera topología completa de
Lacan, cuya elaboración abarcó una decena de años (1956-1966). Es tomado de la Teoría matemática de los grafos y
redes.
Alfredo Eidelsztein en el texto “El grafo del deseo” comienza con la siguiente referencia bibliográfica: “Así se hilvana
mi discurso-cada término sólo se sostiene por su relación topológica con los demás…” (El Seminario, libro 11; pág. 96).
Esta cita tiene de significativo que es a través del discurso del sujeto como surge el Inconsciente, lo que equivaldría a
decir que el discurso o lenguaje del sujeto, es el mismo Sujeto del Inconsciente. Sujeto barrado, en falta, deseante. En
el discurso del sujeto, los significantes se asocian por leyes del proceso primario, pero esa asociación no es al azar, sino
que está en relación con el lugar de ocurrencia (ubicación topológica).
Es por tanto importante aclarar que el Grafo del deseo es el Sujeto mismo en tanto sujeto que se posiciona frente a la
falta. La estructura del Sujeto, la posición del Sujeto respecto de su propio deseo, estará dada por la inscripción en el
mismo, del Nombre del Padre.
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Sólo la función simbólica puede dar cuenta de la aparición del sentido en el discurso concreto. El sujeto es aquel que
habla, y su palabra se produce en necesaria referencia al Otro.
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La pregunta “che vuoi?” entonces, abre la dimensión del deseo del Otro, y cuando pasamos de la dimensión del Otro
del Código a la dimensión del deseo del Otro, pasamos a una dimensión en la cual el otro se presenta como
caracterizado por una falta, como que no lo tiene todo.
Aquí aparece un articulador nuevo que es la primera forma que Lacan plantea al deseo del Otro: el deseo es siempre
deseo del Otro en el sentido de ser deseado por el Otro y de que el deseo es del Otro, le pertenece al Otro. La primera
forma en que Lacan grafica al deseo es como deseo de la Madre, como función estructural. El deseo de la madre
aparece como creando la incógnita de “¿Qué quiere?” y “¿qué desea?”. Este deseo va a ser sometido a una ley y va
a encontrar una respuesta. No habrá respuesta sin pregunta.
La cuestión del círculo infernal de la demanda tiene que ver con que sí le exijo al Otro que este SIEMPRE ahí para mí,
porque lo necesito desesperadamente para que me otorgue un sentido, me pongo en una relación demasiado agresiva
respecto de él: le exijo [$] que siempre este ahí para darme una respuesta, que siempre tenga una [A], y a la vez, el
Otro me exige que yo acate su respuesta [s(A)]. Yo tomo el significado que este me da, tapo mi falta con ese significado
[i(a)] pues debo seguir ocupando ese lugar idealizado de objeto de deseo del Otro [m]. Pero mientras más trato de
responder al deseo del Otro, más me pierdo en tanto sujeto: menos significaciones puedo hacer por mí mismo, y por
tanto acumulo más preguntas que (al no poder responderlas yo), le demando al Otro que responda. Y así el ciclo
comienza de nuevo y me atrapa, haciendo que cada vez se diluya más mi deseo en pos de cumplir al deseo del Otro.
El yo (moi) queda atrapado en distintas cadenas significantes, en la metonimia de una significación que siempre remite
a otra significación, metonimia en la que se diluye el sujeto. Significa quedarse respondiendo a la demanda del A para
mantenerlo sin barrar, para que no desee. La forma en la que rompemos este círculo vicioso es a través del propio
deseo.
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En lo cotidiano nos manejamos dirigiéndonos a un Gran Otro sin barrar (Ej. Vamos en el auto y frenamos en el semáforo
y asumimos que el de atrás va a frenar y no nos va a chocar, e incluso si tenemos un accidente, pensamos que no va a
ser grave y que nos vamos a mejorar porque hay medicamentos, hospitales, porque tenemos un seguro de vida, etc.
Nos manejamos creyendo que lo podemos todo, que nunca nos va a pasar nada.)
Deseo: d
Se abre a partir de la posibilidad de distancia entre el enunciado y la enunciación (es algo que va más allá de lo dicho).
Es el margen que surge entre la necesidad y la demanda, el resto. Se forma en el margen en el cual la demanda se
separa de la necesidad. El deseo es la metonimia de la falta de ser. No es articulable: no puede ser nombrado. Es
articulado: guía los movimientos del sujeto.
El deseo se mueve en busca de la completud. En la necesidad hay completud (objeto que se acopla totalmente a la
necesidad). Pero el deseo no es en relación a un objeto; es en relación a la falta. La falta es la causa del deseo.
El deseo está destinado a pasar y así, deja un circuito insistente: Circuito giratorio del Inconsciente, siempre dispuesto
a reaparecer. “La estructura significante mantiene el deseo en cierto nivel de circulación del significante.”
“El deseo es siempre deseo de alguna otra cosa”. Es imposible desear lo que ya se tiene. El objeto de deseo es
pospuesto continuamente (metonimia). El deseo es el deseo del deseo del Otro. Tiene dos sentidos: (1) deseo de ser
objeto del deseo del Otro; y (2) deseo de reconocimiento del Otro.
Pulsión: ($◊D)
Es el matema de la castración.
Dice Lacan en Escritos 2: “su notación como ($ ◊ D) mantiene su estructura ligándola a la diacronía (es una entidad
fronteriza entre lo anímico o psíquico y lo somático; implica satisfacción e insatisfacción)”.
El losange es entendido como estructura de borde (de la pulsión): Lo que importa de las zonas erógenas es que son
un borde, que están alrededor de un agujero. La demanda hace referencia a la insistencia de la pulsión y a la
imposibilidad de ser satisfecha. El sujeto busca la incondicionalidad (totalidad) y recibe parcialidad. No hay biología en
estado puro, imposibilidad de satisfacción absoluta. Se pregunta entonces: ¿qué quieres de mí?
Lacan explica que el losange: "Implica simplemente (....) que todo lo que interviene aquí es gobernado por la relación
cuadrática que desde siempre hemos planteado como base de nuestra articulación del problema, de acuerdo con lo
cual no hay ningún $ concebible –ni articulable, ni posible– que no se sostenga en la relación ternaria A-a’a." (El
Seminario 5, p. 323)
Figura 1: Esquema L (simplificado).
En otras palabras, el losange refiere al hecho de que cada sujeto está representado por todo el esquema L (figura 1),
por los cuatro vértices del mismo, incluyendo los ejes tanto imaginarios como simbólicos.
El signo ◊ registra las relaciones de envolvimiento-desarrollo-conjunción-disyunción. Pero además en El Seminario
11 indica que el losange puede ser comprendido como referencia a las operaciones de unión e intersección en la teoría
de conjuntos y las operaciones psicoanalíticas de separación y alienación. Inclusión-exclusión, mayor-menor.
Y la Demanda en mayúscula hace referencia a la insistencia de la pulsión y a la imposibilidad de ser satisfecha
plenamente.
¿Qué me quieres? ¿Qué quieres de mí?: Che vuoi?
Pregunta por el lugar que ocupa en el deseo de A, pregunta por su propio deseo. Lacan lo toma de una novela: “El
diablo enamorado”. Corresponde a la pregunta que le hace el diablo al protagonista y se traduce como qué quieres de
mí.
Significante del A barrado: S(Ⱥ)
Encuentro con el Gran Otro barrado, ya que no tiene un significante que lo signifique. El encuentro con la falta de
garantías en la vida, lo que provoca angustia. Imposibilidad de la relación sexual (no existe la complementariedad): no
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hay significante qué signifique al sujeto. No hay objeto que lo complete. No hay respuesta a la pregunta por el deseo
del Otro. Se encuentra en el piso de la enunciación y determina al significado del A, es decir, lo inconsciente determina
lo consciente.
Fantasma: ($◊a)
La función que cumple es la de evitar la angustia que se produce al encontrarse con la falta del A. El fantasma es un
marco delimitado por lo imaginario que le permite al sujeto moverse dentro de una realidad menos angustiante.
Es como un velo que le permite ver algunas cosas y otras no (Velo en el sentido de que se trasluce, siempre deja ver
algo). Regula el deseo, propone ciertos objetos como deseables como si ellos fueran a tapar el agujero que el objeto a
dejó. Es inconsciente y está compuesto por el sujeto en tanto que castrado en relación al objeto a. Por esto se relaciona
con el posicionamiento que tiene el sujeto en si frente al objeto a.
a. Relación con lo simbólico: porque tiene una frase. Una inscripción en palabras. Esa palabra tapa la
falta. Ej. “soy estudiante”, “soy alcohólico” (como pretendiendo que ese significante nos significa
completamente).
b. Relación con lo imaginario: lo que se puede representar, todo lo que el sujeto es capaz de producir
con las imágenes de su mundo o con los objetos que lo rodean.
c. Relación con lo real: el fantasma evita el encuentro de lleno con lo real. Cuando el fantasma tambalea
se corre, sobreviene la angustia.
El fantasma nos permite movernos por el mundo con mayor libertad. Un ejemplo sería el de Dudley Dursley en Harry
Potter. Mientras ve a la serpiente detrás del cristal, podemos pensar en una frase del tipo “yo me las se todas, esto que
tengo delante no me hace nada” –simbólico- que le permite golpear el vidrio y molestar a la serpiente. En ese acto,
vemos que él se ha formulado (con la ayuda del cristal que lo protege) la imagen de la serpiente como algo que no lo
puede dañar, algo tonto –imaginario-. Ahora, ¿qué sucede cuando el vidrio, durante unos momentos desaparece? En
ese susto, en esa angustia repentina vemos el orden de lo real.
Significado del A: s(A)
El Otro sin barrar, sin castración. Por eso está ubicado en el plano del enunciado. El síntoma como forma de mantener
al Otro como todopoderoso, todo síntoma es una metáfora que se ofrece al Gran Otro para que este le devuelva un
sentido. El síntoma siempre se dirige al gran otro sin barrar. El sujeto le demanda al Otro que le de un lugar. Idea de
que el deseo del Gran Otro nos da un lugar. (Relacionado x ej con el niño cuando llora. Reclama un lugar en el deseo
de la madre. Reclama su atención. Cómo responda la madre a esto, que significado le dé, determinará al niño).
FANTASMA SÍNTOMA
Es estructural No es estructural
No se modifica Se modifica
No accedemos a él inmediatamente Es consciente (aunque su causa no lo sea)
Cuando el sujeto se posiciona en un lugar más La posición sintomática constituye en sí una pregunta.
fantasmático, no se pregunta qué sucede con él o Implica que hay angustia y el consecuente pedido de
porqué hace lo que hace. Ej. Una persona anoréxica, ayuda. Ej. Una persona que consulta porque no puede
un alcohólico. avanzar en sus estudios.
Estar en una posición u otra no depende de tener síntoma o no, sino de qué hago yo con esos síntomas. Si los
minimizo, niego, o no me hago cargo, estoy respondiendo desde el fantasma. El momento en el que reflexiono y
me comienzo a preguntar por qué me pasan ciertas cosas, por qué hago lo que hago, es cuando comienzo a
posicionarme desde el síntoma.
Yo (moi): m
Está determinado por la imagen especular, es decir que se construye durante el estadio del espejo mediante la
apropiación de una imagen. Está determinado por la imagen que recubre el objeto, en el sentido de que ésta tiene
que ver con la alienación imaginaria y por el I(A) que tiene que ver con la alienación simbólica. Le permite decir al
sujeto “yo soy esto o soy aquello”. Sin embargo tiene un núcleo real, un vacío lleno con consistencia especular. Tiene
función de desconocimiento de la falta. Aquí se ubica la inhibición ya que hablamos de funciones del Yo que van a
estar inhibidas para poder ser a la imagen del Otro. Ej. Si el Otro me devuelve el sentido de que la completud está en
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que yo tenga una figura corporal lo más delgada posible y yo respondo a esto inhibiendo la función de la alimentación
(volviéndome anoréxico).
Ideal del yo: I(A)
Ideal del yo en cuanto simbólico. Función originaria: implica la alineación simbólica gracias a la cual el sujeto vive.
Primera marca, el rasgo unario, ideales pre-edípicos (el sujeto es bañado por el lenguaje).
EL OBJETO “a” SE HALLA PRESENTE EN TODOS LOS PUNTOS
$: operó la castración
i(a): imagen especular que se halla cubriendo al objeto a
d: hay deseo en tanto hay objeto a
($◊D): la pulsión obtiene su satisfacción en el recorrido alrededor de un vacío. Alrededor de los agujeros del
cuerpo.
S (Ⱥ): gran otro barrado, está en falta. No tiene significante que lo signifique.
($◊a): habla del posicionamiento del sujeto frente a la falta.
CONEXIONES
m – i(a): yo atrapado en la deriva de las significaciones del s(A); su estructura hace que una significación remita
a otra. La imagen que recubre al objeto lo que recubre es aquello que no tiene imagen especular = Yo moi en
su función de desconocimiento de la falta.
s(A) – A: célula elemental del lenguaje.
($◊a) – d: relación homóloga a m – i(a). El deseo se regula sobre el fantasma con los señuelos que este le
ofrece.
S (Ⱥ) - ($◊D): el neurótico identifica la falta del Otro con su demanda; demanda la demanda del Otro (demanda
amor incondicional), la pulsión busca la infinitud. Esto no es lo mismo que desear el deseo del Otro (querer
ser causante del deseo del Otro), donde ambos estamos barrados.
8. FANTASMA
El concepto de Fantasma en Lacan reemplaza al concepto de fantasía. Hay puntos importantes que se modifican en
este pasaje del concepto de fantasía tal como está presente en Freud, al concepto de fantasma.
Los cambios fundamentales son:
Primero: El carácter estructural que Lacan le da a la fantasía. Es decir, el fantasear depende y se estructura en
función de un “fantasma fundamental” y las múltiples actividades de la fantasía son derivadas de ese fantasma
que define la relación más básica del sujeto con el Otro, o su posición con respecto al Otro.
Segundo: El sujeto en la fantasía, es un sujeto evanescente, de las formaciones del inconsciente. El fantasma
como fundamental está articulado como el sujeto dividido y como un sujeto del inconsciente.
($ ◊ α)
La fórmula del fantasma nos indica que el mismo está compuesto por:
$: El “sujeto del inconsciente” sujeto tachado, efecto de la cadena significante, necesita de un mínimo de dos
significantes para tener sentido. Simbólico.
◊ (Losange): Lacan dice, en una nota al pie de "La dirección de la cura…" que "el signo ◊ registra las relaciones
de envolvimiento-desarrollo-conjunción-disyunción". Tiene una función de borde.
α: Objeto a, objeto como real, imposible. Producto de lo simbólico pero no representable en lo simbólico. No
hay significante que lo inscriba. Fuera de lo simbólico y fuera del sentido.
Angustia
Es en primer lugar algo sentido, lo que llamamos “estado afectivo”. Tiene un carácter claramente displacentero y se
siente en el cuerpo (principalmente en la respiración y en el corazón). Dice Freud que el estado de angustia es una
reproducción del trauma del nacimiento teniendo en cuenta que se generó como reacción frente a un estado de
peligro, y en lo sucesivo se la reproducirá regularmente cuando un estado semejante vuelva a presentarse.
La angustia sólo puede ser registrada por el yo. El desarrollo de angustia introduce la formación del síntoma, es
necesario para que el síntoma se forme. El síntoma tiene por resultado la cancelación de la situación de peligro.
Angustia de castración
Los peligros internos capaces de precipitar una situación traumática van cambiando según las etapas de la vida pero
todos tienen en común el implicar la separación o pérdida de un objeto amado o de su amor.
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La angustia de castración puede presentarse de diversas formas. Una de ellas tiene que ver con la fantasía de la
posibilidad de perder el pene como castigo por las mociones libidinosas depositadas en la madre. Freud explica en
“Inhibición, síntoma y angustia” que la alta estima narcisista por el pene puede basarse en que la posesión de este
órgano contiene la garantía para una nueva reunión con la madre (con el sustituto de la madre) a través del coito.
La privación de este miembro equivaldría entonces a una nueva separación de la madre. Implica quedar expuesto
nuevamente a una alta tensión displacentera sin valimiento alguno.
La angustia de castración puede presentarse de múltiples formas, pero lo que está en la base de la angustia es que el
niño percibe que hay algo que la madre no tiene, algo que le falta y que no se puede representar. Ese Otro que a los
ojos del niño era completo, omnipotente, aparece como barrado. No puede dar todo, no tiene todas las respuestas y
ya no puede garantizar al niño. Así, la angustia castración es angustia ante la castración del Otro.
Síntoma
Deriva del griego symptoma que significa “coincidencia”. (Sym indica unión y equivale a la preposición “con”. Ptoma
remite a caída). Son dos acepciones contrastantes que juntas hacen referencia a la armonía del organismo y al mismo
tiempo a su caída o ruptura.
(Siglo II – Galeno) desde la medicina hace referencia a un conjunto de signos que se agrupan en un cuadro nosográfico
y que permiten inferir la hipótesis de una patología, la que a su vez permitirá un tratamiento adecuado. En el caso del
modelo médico el saber está del lado del médico, es un saber específico (presupone que todos los sujetos son iguales
ante los mismos signos) y excluyente (da poco interés a lo que el paciente tenga para decir).
Con el trabajo de Freud aparece el concepto psicoanalítico de síntoma. Sus grandes definiciones de síntomas son:
El síntoma como formación de compromiso
El síntoma como satisfacción sustitutiva
El síntoma en medicina es aquello por lo que el paciente consulta, lo que lo aqueja. Para poder hacer un diagnóstico
la medicina convierte el síntoma en signo y deja de lado al sujeto. Así se determina el tratamiento para que el síntoma
desaparezca. Desde el psicoanálisis, no se espera suprimir el síntoma porque la dimensión sintomática no puede ser
erradicada del ser hablante. Lo que se busca es reducir el sufrimiento que el sujeto paga por la satisfacción pulsional
que le produce su síntoma. Se trata de transformar el síntoma, de hacerlo más homogéneo al vínculo social del sujeto.
En psicoanálisis el saber está de lado del sujeto.
Con el síntoma lo que logramos es que el A quede sin barrar: El síntoma siempre se dirige al Gran Otro sin barrar, y
encierra un goce posible que hace sufrir (beneficio primario) pero se mantiene por sostener al A sin barrar, es decir,
como si hubiese relación sexual, como si todo fuera posible. Por ejemplo un niño que tenia problemas de aprendizaje
en matemática, y su madre es profesora de matemática. Se descubre luego que el niño a través de ese síntoma, dejaba
a la madre en lugar de que sabía todo sobre matemática, ya que no podía tolerar la idea de saber más que ella, de que
hubieran cosas que ella no supiera.
En la anorexia se puede ver lo metafórico del no comer nada en el sentido de que es como si le dijera al A: “quiero
comer tu falta”, es decir, quiero que no me des nada, porque me lo das todo. Eso que no se puede poner en palabras
se pone en acto.
El síntoma como formación de compromiso
En las neuropsicosis de defensa, Freud explica que los síntomas surgen a partir de una representación inconciliable
que irrumpe en la vida anímica. Esta vivencia despierta un afecto tan penoso que la persona decide, no de manera
consciente, olvidarla. Así, se produce un divorcio entre la representación y su afecto: la representación queda
despojada de su afecto y por lo tanto debilitada. El afecto (que tiene las propiedades de una cantidad) se desplaza
hacia otra representación sustitutiva que ha entrado en un vínculo asociativo con la primera. Así se produce la
formación de compromiso que constituye el síntoma.
El síntoma como satisfacción sustitutiva (más allá del principio de placer)
En la conferencia 23, Freud nos explica que los síntomas son perjudiciales o inútiles para la vida del paciente, para
quien éste conlleva sufrimiento y displacer. Encuentra en el síntoma una forma de satisfacción pulsional, y sostiene
que las dos fuerzas que se han enemistado se reconcilian, coinciden en el síntoma. En este momento la formación del
síntoma es planteada por Freud de la siguiente manera: se presenta un conflicto entre una pulsión que busca ser
satisfecha y la realidad que la rechaza, generando así la necesidad de emprender un camino diferente que permita la
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satisfacción. La pulsión está dispuesta a aceptar un objeto diferente pero la realidad se lo deniega nuevamente, por lo
que el único camino que le queda es el de la regresión.
En “Inhibición, síntoma y angustia” Freud explica la formación del síntoma como un conflicto entre instancias. El
síntoma en esta época de Freud sigue siendo una satisfacción sustitutiva, pero es una satisfacción en la insatisfacción.
Es una satisfacción de otra índole que tiene que ver con el más allá.
“El síntoma es indicio y sustituto de una satisfacción pulsional interceptada, es un resultado del proceso represivo”. La
represión parte del yo por encargo del superyó ante una moción pulsional del ello que no quiere ser acatada. Con la
represión el yo logra sacar de la conciencia la representación portadora de la moción pulsional y logra también inhibir
o desviar ese decurso excitatorio para que se produzca la represión. El yo dispara una señal de displacer ante la
amenaza de un peligro interno (peligro pulsional).
El síntoma plantea una ganancia doble:
La ganancia primaria: tiene que ver con la satisfacción pulsional que conlleva
La ganancia secundaria: tiene que ver con un beneficio extra que el síntoma le brinda al sujeto (cuidados,
atención, etc).
Inhibición
Dice Freud que la inhibición tiene que ver con la disminución de una función y que no necesariamente indica algo
patológico. Cuando hablamos de síntoma sí estamos hablando de un proceso patológico.
La inhibición puede ser o no ser un síntoma dependiendo si se trata de una disminución de una función o de una
variación de ella de una nueva operación. Muchas inhibiciones se dan como renuncia a una función que de ser ejercida
se desarrollaría la angustia. El yo renuncia a esas funciones para no tener que emprender una represión que le evite
un conflicto con el ello.
Freud explica las inhibiciones a partir de la función implicada. Toma la función sexual, la alimentación, la locomoción,
y el trabajo profesional para explicar las inhibiciones.
Cuando ellos se encuentran realizando un trabajo psíquico que le insume grandes cantidades de energía (así como en
un duelo) se ve forzado a limitar su gasto en varios lugares a la vez.
Así, Freud concluye que las inhibiciones son limitaciones de las funciones yoicas por precaución o por un
empobrecimiento de energía, y pueden constituirse como síntomas.
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ANEXO
Estadio del Espejo
Al decir que esa nueva acción psíquica es realizada por otro de deja implícito que el sujeto necesita el auxilio de algún
otro. Esa situación de dependencia para constituir el narcisismo es lo que Lacan va a llamar E. del Espejo.
El otro que auxilia, ese otro de los cuidados ajenos es también un sujeto con faltas, pero para el niño se trata de un
Otro omnipotente, ya que hasta la conservación de su propia vida depende de él.
Esta completud virtual fascina al sujeto porque esa imagen le da unidad, y esa unidad lo captura porque a partir de
ella vivencia su propia fragmentación, es decir, lo desintegrado que es si no tiene esa unidad. Es la mirada del Otro la
que captura, la que devuelve al sujeto una imagen completa de sí mismo, en la que queda fascinado.
No es que el niño sienta su cuerpo fragmentado sino que al llegar la imagen de completud de la mano del Otro, vivencia
lo anterior como fragmentación en función de la insuficiencia madurativa (los significantes son pura diferencia; al
conocer la unidad, conocemos también la fragmentación por contraste).
La anticipación en la que se ve precipitado con la ayuda de otro organiza la libidinización del cuerpo como totalidad.
El sujeto se precipita de la insuficiencia a la anticipación, maquina así las fantasías que se sucederán de una imagen
fragmentada del cuerpo hasta una forma que llamaremos ortopédica en su totalidad. (Ortopédica porque le viene del
otro y el sujeto la toma y la usa, pero no es de él, así como una “pierna ortopédica” nos permitiría caminar, pero no es
nuestra).
A la imagen de totalidad Lacan la llama ortopédica del yo, y al “nuevo acto psíquico que posibilita la formación del yo
así como la constitución del narcisismo” lo llama estadio del espejo.
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Las identificaciones secundarias son las que van a posibilitar así la asunción del rol sexual que trae aparejadas dos
funciones:
El poder ser un partener con relación al otro sexo.
El poder llevar adelante la procreación.
“La elección de objeto de amor tiene que ver con los ideales, el enamoramiento (que viene antes) tiene que ver con el
Yo Ideal”. Primero se trata de volver a recuperar eso que se creyó que se tenía. Y ese es el mayor problema, ya que
implica que el sujeto cede en su deseo. El progreso se da cuando se puede ver al otro como diferente, cuando se tolera
que el otro no encaja perfectamente. Después de eso se pasaría a buscar en el otro los valores que coinciden con los
ideales de uno, y se pasaría del enamoramiento a lo que podríamos llamar elección de objeto de amor.
Apuntes de clase
TRABAJO PRÁCTICO 1B – LA NEGATIVIDAD HEGELIANA
LA NEGATIVIDAD HEGELIANA – APUNTES PROFE FUNES
Hegel da los fundamentos al registro simbólico.
El auto plantea que el espíritu absoluto no es Dios (diferencia con la tradición Judeo-Cristiana) sino el Hombre en tanto ser finito. Es absoluto
porque puede hablar de todo lo que existe. A través del habla, el hombre ha quebrado el circulo de la animalidad y se ha asumido en un ser
histórico y finito.
El concepto clave en Hegel es el de NEGATIVIDAD. En el sentido de que la filosofía debe explicar como y porque el hombre se realiza. No solo en
términos de naturaleza y mundo natural sino también como Hombre y mundo histórico. Así, el va a decir que las bases de la realización humana
están en la propia realidad humana, en tanto esta es la única revelable a través del discurso.
Al analizar humano descubrimos una dialéctica del ser que tiene como base la negatividad, dando origen al sujeto del discurso. Asi, encontramos
las tres partes de la misma en:
1. Tesis: el animal, lo natural, lo dado.
2. Antítesis: el lenguaje puro. Niega lo natural, mata al animal que es el hombre.
3. Síntesis: la historia y la cultura. El sujeto del discurso que, si bien puede llegar a revelar su propia realidad con el habla, reconoce que
no puede hacerlo todo de un solo golpe. Debe ir palabra por palabra decifrando el mundo que lo rodea, y debe aceptar que a veces
cuesta poner ciertas cosas en palabras.
Retomando el concepto de negatividad, se plantea que el Hombre no es un ser estático dado en relación inmediata con la naturaleza, sino que
se crea en el acto mismo d postularse en contra de la naturaleza. El hombre surge con la salida de la animalidad, con la muerte del animal que
es. Así, la realidad humana no es inmediata, sino que es una dialéctica entre la negación de lo dado y la autocreación.
¿A qué se refiere cuando dice que se mata al animal para devenir en Hombre? Al momento en el cual se trasciende la naturaleza a través del
discurso y se la destruye; desaparece el animal que tenia una relación inmediata con la naturaleza y aparece el mundo histórico. El animal se
convierte en hombre en el momento en el que acepta su finitud.
Hegel va a decir entonces que el Hombre es siempre conciente de su finitud. A veces la capta, a veces la busca. ¿Porqué la busca? Porque
aceptando la muerte, arriesgando la vida del animal, es como aparece el Hombre en el mundo. El Hombre se crea en el acto mismo de arriesgar
la vida del animal en pos de convertirse en algo, en lo que él desee. Ya que negar la animalidad es aceptar la finitud, y es la conciencia de la
finitud lo que nos da la libertad de elegir qué hacer con el período de vida que tenemos. De hacer algo significativo durante ese tiempo.
Entonces ¿Cuál es la característica propia y exclusivamente humana? El ENTENDIMIENTO. Es lo único no encontrable en el animal. Es el
entendimiento lo que le va a dar al Hombre la capacidad del discurso. ¿Y qué vendría siendo esta capacidad discursiva? La capacidad de poner
en palabras, nombrar las cosas. De crear CONCEPTOS. Esto no es algo menor, ya que en esa creación, se trasciende del soporte material y se le
otorga una dimensión temporal a los objetos. Es decir, yo creo el concepto de “perro” y puedo relacionarme con ese concepto incluso si no hay
ningún perro material enfrente mio. Incluso si todos los perros del mundo dejaran de existir, el concepto seguiría existiendo Si no hubieran
conceptos, solo podríamos relacionarnos con las cosas cuando estas están materialmente a nuestro alcance, es decir, solo en el presente. No
podríamos hacer historia ni proyectarnos al futuro. Ya que es el concepto, la asociación de una idea con un objeto lo que lo hace durar en el
tiempo. . (Ej. Sabemos de los dinosaurios no porque los hayamos visto sino porque alguien antes que nosotros creó el concepto, mediatizó esa
materialidad y ese concepto ha durado hasta hoy en día, permitiéndonos conocerlo. Esto es la historia: la trascendencia del plano material
inmediato).
[En relación a Lacan lo podemos poner en términos del registro simbólico en el sentido de ese discurso del Otro –al cual el Otro también está
sujeto, ese discurso lo trasciende también al él- que nos toma y nos mediatiza. Nos permite trascender del soporte material de las cosas, no
totalmente, pues seguimos necesitando de nuestro cuerpo para vivir, pero si en el sentido de que con la acción del significante marcamos el
cuerpo, transformamos las necesidades, podemos ELEGIR qué hacer, logramos trascender en la vida].
Vemos entonces como el discurso mediatiza al Hombre y lo hace trascender del plano inmediato, de la relación directa y fija que tiene con su
ambiente, pero no totalmente. Asi, el hombre siempre va a tener una parte animal, siempre va a quedar una relación con esa animalidad que
fuimos antes de ser Hombres. El hobre no es nada sin el animal que le sirve de soporte, pero si puede a través del discurso oponerse a este y
crear una existencia empírica. Es así como la muerte engendra al Hombre y lo hace progresar.
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Volviendo al tema de la creación de conceptos, vemos entonces que en este acto el Hombre hace una ABTRACCIÓN. A través del concepto y su
abstracción el hombre describe al objeto en forma aislada. (Ej. “La mesa es cuadrada”, como si no hubiera otro objeto en el mundo, ahora solo
me dedico a pensar en la mesa, la aislo de todo lo demás). Y así como puede aislar objetos, puede COMBINARLOS, formando PROYECTOS
TECNICOS. Una vez que forma estos proyectos puede llevarlos a la acción. Puede realizarlos mediante el TRABAJO. Es de esta manera, a través
del trabajo, que el hombre TRANSFORMA EL MUNDO Y CREA LA CULTURA.
Se había planteado anteriormente que es la conciencia de finitud lo que le da la libertad al hombre. Es decir, no somos seres eternos. No tenemos
posibilidad de elegir frente a esto. Pero es justamente este limite el que nos enfrenta a la elección de qué hacemos con nuestra vida. En este
sentido, vemos que LA UNICA LIBERTAD DEL HOMBRE ES LA LIBERTAD DE NEGAR LO DADO.
[La muerte funciona como la castración. Establece un limite, lo cual si bien es angustiante, es beneficioso para el sujeto ya que solo elegimos
cuando nos enfrentan con un limite claro. Es el hecho de que algo no se pueda lo que le da valor al hecho de que algo sí se pueda. La muerte le
da sentido a la vida].
(LA CONCEPTUALIZACIÓN DE LA DIALECTICA AMO/ESCLAVO ESTÁ EXPLICADA EN LAS RESPUESTAS DEL T.P. MÁS ABAJO)
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- Ed: (Le cuenta a Yocasta su historia, y lo que le había dicho los oráculos. Le cuenta que huye de su pueblo y que en el camino mata a un hombre).
Pide que venga el pastor para que éste confirme si el que mato a Layo fueron muchas personas, o una sola, y ahí ya sería él.
- Coro: dice boludeces.
Llega un mensajero de Corinto. Busca el palacio de Edipo. Viene a avisarle que ha muerto Pólibo de una enfermedad.
- Ed: Proclamaban que yo habría de matar a mi padre, muerto ya reposa bajo la tierra! Y yo acá lejos ni siqueira he tocado el acero!
- Yoc: desde ahora es preciso no poner más el pensamiento en ellos (los oráculos).
- Ed: pero aún sigue viva mi madre, la esposa de Pólibo, Mérope.
El mensajero le pregunta porque teme. Edipo le cuenta lo que decían los oráculos, y allí el mensajero le menciona que no tema porque él no es
hijo de Pólibo, sino que fue adoptado, y que el mismo mensajero que ahora estaba allí, es quien se lo había entregado a Pólibo en su momento.
Le cuenta a Edipo que él lo encontró en un bosque del Citerón, con los pies enganchados, es así que hoy están deformados. Otro pastor se lo
entrego a él, y ese pastor era uno de los de Layo.
Yocasta insiste en que no se le preste atención a lo que decían los oráculos, le dice a Edipo que ya deje en paz todo. Se mete al palacio enojada.
Llega el viejo pastor que le entregó Edipo al mensajero.
- Ed: mensajero, es él de quién hablabas?
- Mensajero: El es.
- Ed: (le hace unas preguntas al pastor. Le pregunta si conoce al mensajero)
- Pastor: puede ser… los recuerdos son lentos en venir.
- Mensajero: Yo con prudencia voy a despertarle los recuerdos. (Cuenta la historia donde el pastor le entregó el niño).
- Pastor: Dices verdad, paso tanto tiempo!
Se le pide al pastor que cuenta como llego a manos de él el niño, si lo robó o no. El pastor cuenta que ese niño nació de Layo, y que Yocasta se
lo dio al pastor para que lo matara. Cuenta que lo dio al mensajero porque le dio lástima el niño.
- Ed: Ay! Todo resultó verdadero! Oh luz: es la última vez que te miro! Bien probado quedó que yo soy el hijo de quien nacer no debiera. Me uní
en nupcias con quien era ilícito. Y di la muerte al que nunca matar podría.
Sale del palacio un siervo anunciando que ha muerto Yocasta. Se ahorcó en su habitación. Edipo vagabundo por todo el palacio gritaba a voz en
cuello que le diéramos una espada, que trajéramos arrastrando a su presencia a esa mujer: mujer que ya su mujer no era, sino el campo feraz
donde él tuvo la vida y por su propia obra la tuvieron sus hijos. De repente entro a la cámara nupcial, y allí estaba la reina suspendida. Agarró
dos broches de oro que tenía ella en su ropaje y se los clavó en los ojos.
- Ed: ¡Ojos, no veréis más ni el mal que sufro, ni el crimen que cometo! Dormid la muerte de la noche eterna y las tinieblas podrán defenderos
de ver lo que no quise ver jamás, y tampoco aquello que tan anheloso ver ansiaba!
Sale Edipo con toda la cara llena de sangre.
- Ed: ay ay ay, infeliz soy! ¿A qué rumbo de la tierra habré de huir en mi desdicha?
- Corif: No sé cómo juzgar tu acción rectamente. Mejor fuera que hubieras muerto y no que vivas ciego.
- Ed: No me digas que estuvo mal hecho lo que hice y ya no trates de hacerme reflexiones. ¿Para qué eran mis ojos? ¿Para ver a los hijos que
nacieron en esta forma execrable? Estos mis ojos ya no podrán ver nada de eso! Yo mismo he hecho imposible esta vista!
Oh Citerón, porque me acogiste? Por qué si me recibiste no me mataste al momento, para que nunca jamás revelara a los hombres de dónde
había yo procedido!
Haced lo que os pido, con la mayor prisa llevadme a un sitio oculto, dadme la muerte, arrojadme a los mares, o a un sitio tan lejano, donde los
hombres no pueden volver a verme. Por los dioses, lo imploro, y haced la gracia de tomar a un infeliz… nada temáis: no hay nadie que pueda
acumular el peso de tantos males. El único soy yo.
Su presencia llena al coro de ancianos del lugar de una dualidad de pensamientos encontrados, si protegerlo o expulsarlo. Pero la cota más alta
de misterio se evidencia en que un ser tan repulsivo como Edipo, es solicitado vehementemente por varios, por Creonte y Polinices e incluso por
el dominio de su persona flota en el aire el riesgo de una guerra. Donde Edipo repose en descanso eterno se irradiará una luz de salvación.
El destino de la inmortalidad está reservado a esos seres sorprendentemente peculiares. Esto es, mientras Edipo era físicamente impecable
resultó que en el fondo era el colmo de la mácula y lo pecaminoso, sólo cuando afeó su otrora bello aspecto, fue cuando su alma, su vida y
sustancia se ven dotadas de un halo positivo.
Edipo en Colono:
Escenario: bosque consagrado a las Euménides. Al fondo la ciudad de Atenas. Esta acompañado por su hija Antígona.
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-Ed: quien al errante Edipo acogerá en el día de hoy, que pide poco pero que consigue todavía menos que poco? (El oráculo había anunciado a
Edipo que busque un lugar determinado. Le pregunta a su hija si ya han llegado a algún lugar.)
Viene un extranjero y les dice que ese era un lugar intangible y no habitable, porque lo ocupan las temibles diosas, las hijas de Tierra y Sombra.
La gente de allí las llama Las Bienintencionadas que todo lo ven.
Edipo le pregunta al extranjero a qué lugar han llegado, a lo que este le responde que ese es un lugar sagrado y los derechos del dominio sobre
él los tiene Posidón y el dios ignífero, el Titán Prometeo. Le menciona que ese lugar estaba gobernado por el rey de la capital, que se llama Teseo,
hijo de su predecesor Egeo.
Edipo le pide que lo llame a Teseo para que obtenga una ganancia enorme por una insignificante ayuda que le preste. El extranjero le dice que
se quede ahí y que le explicará todo a los habitantes del pueblo para que decidan si es bueno que se quede ahí o no Edipo. Se va el extranjero.
- Ed: (a su hija) Febo me señaló que el hecho de llegar yo, transcurrido largo tiempo, a un país venerable, significaba mi descanso definitivo.
También me dijo que en el lugar mencionado reposaría mi desgraciada vida, y me garantizaba que había de llegar en prueba de ellos o un
terremoto o un trueno o el rayo de Zeus.
Antígona y Edipo se esconden en un bosque porque van entrando ancianos pertenecientes al coro de Colono. Luego Edipo se les presenta a los
mismos, y el coro le dice que se guarde bien de las diosas, que cambie de sitio, que se vaya. Se mueven de sitio junto con el coro. Antígona hace
tomar asiento a Edipo. Ya sentado en otro sitio, el coro le pide a Edipo que cuente quien es él.
Edipo cuenta su historia. El coro se aterra.
- Coro: tu fuera otra vez de estos sitios! Corre de nuevo arrojado fuera de mi país no sea que impliques todavía a mi ciudad en alguna carga.
- Antígona: extranjeros respetables, por favor compadeceos.
- Corifeo: entérate, hija de Edipo, sentimos compasión por ti igual que por él en consideración a la desgracia que os aqueja, pero por miedo a al
venganza divina no podemos decirte más que lo que ahora te hemos dicho.
- Ed: me expulsas solo por miedo a mi nombre, pero mis acciones son víctimas de desgracias más que agentes de ellas. Si hubiera actuado
sabedor de la realidad ni aun así habría sido vil. Pero la realidad es que sin saber nada llegué a donde llegué, y en cambio estuve a punto de
perecer a manos de quienes sí lo sabían. Ahora he llegado santo y pío y portador de utilidad para los habitantes de aquí.
Entra en escena Ismene (hija también de Edipo). Viene en caballo desde lejos.
- Ismene: Son las calamidades que embargan ahora a tus dos hijos las que he venido a comunicarte. En efecto, antes rivalizaban por dejar el
trono a Creonte y por no manchar la ciudad, no olvidando en sus conversaciones cómo la antigua destrucción de tu estirpe hizo presa en tu
desgraciada casa. Pero ahora les ha entrado a los tres una rivalidad por hacerse con el mando y el poder real. Y el joven y de menor edad intentó
privar del trono a Polinices, nacido antes que él, y ya lo ha expulsado de la patria. Pero éste se ha refugiado en el valle de Argos y se hace con
aliados de guerra para conquistar el campo de los cadmeos.
- Ed: cúales son las actuales profecías?
- Ismene: Que llegará el día en que tú serás solicitado por los hombres de allí, no sólo de muerto, sino también cuando todavía vivas.
- Ed: cuando ya no existo es acaso entonces cuando soy hombre de valía?
- Ismene: los dioses ahora te elevan mientras antes te destruyeron. Creonte vendrá a buscarte para colocar tu estela funeraria a la vera del país
cadmeo, con objeto de tener autoridad sobre ti y con el fin de que no pongas tus pies dentro de los límites del país. Pretenden darte sepultura
muy cerca del país y no donde pudieras disponer de ti mismo.
- Ed: esto alguno de mis propios hijos lo oyó?
- Ismene: Sí.
- Ed: entonces ellos, los muy ruines, pese a oírlo, antepusieron su ansia de mando a su interés por mí? En el momento en que mi corazón hervía
y lo más grato para mí era morir, nadie apareció a favorecer mis deseos. Con el tiempo, cuando toda mi congoja estaba ya pasada, la ciudad
empezó a pensar en expulsarme del país, mientras que los que eran sus propios hijos y que podían ayudar a su padre, esos no quisieron ejercer
su influencia, sino que, por una simple palabra, desterrado al extranjero por su culpa he vagado siembre de mendigo. En cambio, gracias a estas
dos, que son chicas, obtengo el sustento de mi vida, la seguridad del país y la ayuda propia de la familia. Pero ellos prefirieron conquistar tronos.
En fin, no hay cuidado alguno de que vayan a tener la suerte de contar conmigo como aliado.
- Corifeo: (perteneciente al coro). Alcanza ahora la purificación de parte de estas diosas a las que al principio tocaste y cuyo suelo hollaste.
- Ed: de qué manera?
Corifeo explica todo el ritual de cómo se debe alabar a las diosas para alcanzar la purificación. Va Ismene a realizar el ritual. Edipo se queda con
el coro y con Antígona. Mientras les cuenta su historia y la profecía cumplida, llega Teseo, rey.
- Ed: he venido a hacerte entrega de mi maltrecho cuerpo como regalo para ti, no apetecible a la vista pero la utilidad que de él se deriva es
preferible a la de un cuerpo hermoso.
- Teseo: Cuál es la utilidad?
- Ed: Con el tiempo quizás llegues a enterarte, cuando yo muera y tú seas mi enterrador. (Edipo le cuenta a Teseo que quieren secuestrarlo para
matarlo. Le cuenta que lo quieren buscar porque van a ser atacados por el país en el que ahora Edipo está).
- Teseo: ¿Pero cómo pueden volverse agrias mis relaciones con ellos?
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- Ed: el tiempo: se agota el vigor de la tierra, se agota el del cuerpo, muere la lealtad, brota la deslealtad y jamás soplan los aires del mismo sitio
entre amigos y entre una ciudad con otra.
- Teseo: quien entonces puede negar la benevolencia de este hombre? Él va a pagar a este país y a mí un tributo no despreciable. Yo por respeto
a ello jamás desecharé el favor que nos va a dispensar, sino que lo acogeré en nuestro país.
Teseo le da a elegir si quedarse en ese pueblo o marchar con él a las mansiones. Edipo elige quedarse en el pueblo, será allí donde se impondrá
a quienes lo expulsaron. Teseo le asegura que tendrá la ayuda de sus soldados.
- Coro: extranjero, has alcanzado un país de hermosas yeguadas, cuyos aposentos son los mejores del mundo. Se trata del refulgente Colono.
Llega Creonte a donde estaban.
- Creonte: he venido sin intención ni deseo de cometer desafuero alguno. En razón de mi avanzada edad fui comisionado aquí para convencer a
este hombre a que me acompañe al solar de los cadmeos. Edipo tu que has soportado tantas calamidades, escucha mis propuestas y vuelve a
casa. Todo el pueblo cadmeo te llama.
- Ed: ¿A qué vienen estas tus añagazas, y por qué pretendes por segunda vez cazarme en la trampa la que, de ser cazado, me había de
proporcionar más que ninguna otra un dolor que me dejaría espantado? Cuando era mi gusto ser expulsado no te dignaste a concederme ese
favor, luego de un tiempo me expulsaste. Has venido a llevarme, pero no para llevarme a mi casa, sino para asentarme en la frontera y para que
la ciudad se vea libre e indemne de los malos que la amenazan desde este país. En fin, pues sé que no he de convencerte con estos razonamientos,
marcha y déjanos vivir aquí. Para mi el mayor placer es que tú no seas capaz de convencerme ni a mí ni a estos que están junto a mí.
Márchate, pues debo decírtelo también en nombre de los presentes, y deja de estar encima de mí, y de preocuparte por el lugar donde debo
habitar.
- Creonte: Pongo por testigos de tu respuesta a los presentes, no a ti. Con qué insultos correspondes a tus allegados! Si te tuviera a mi alcance!
Lo vas a pasar mal. De tus dos hijas, una la acabo de mandar a Tebas, y esta otra no tardaré en llevármela.
Creonte y sus soldados se van llevando a Antígona. También Creonte pone una mano sobre Edipo y amenaza al coro con llevárselo a él también.
Entra Teseo con la escolta de soldados.
- Teseo: que griterío es éste?
- Ed: (Cuenta todo lo sucedido con Creonte)
- Teseo: (a Creonte) No saldrás nunca de este país hasta que me traigas a las muchachas. Intentas llevarte lo que te satisface y lo sacas por la
fuerza. Te has figurado que mi ciudad es alguna ciudad falta de hombres o esclava y que yo soy una especie de donnadie. Y sin embargo, lo que
es la ciudad de Tebas no te educó mal, pues no gusta de criar hombres injustos, ni tampoco aprobaría tu conducta si se enterara de que robar
lo mío y lo de los dioses.
- Creonte: (Se retracta y “basurea” a Edipo).
- Edipo: (Nuevamente explica que lo que sucedió no fue de su intención)
- Creonte: (a Teseo) A este insignificante hombre que soy yo, que le ordenas hacer?
- Teseo: que emprendas la marcha hacia allá, al tiempo que yo te acompaño, para que si mantienes en estos lugares a nuestras muchachas, me
las muestres personalmente. En fin, guía y empieza a darte cuenta de que tú que eres un ladrón has resultado aprehendido, y de que tú que eras
el que andabas a la caza, has resultado apresado por el destino. Ponte en marcha ahora mismo. Y tú Edipo, quédate tranquilo aquí,m seguro de
que a no ser que muera yo antes no pararé en modo alguno hasta que te haga dueño de tus hijas.
Entran Antígona e Ismene con Teseo y su escolta.
- Edipo: (a Teseo) Si tú fuiste quien logró salvarlas y no otro alguno, ojala que los dioses te concedan a ti lo que yo quiero que te concedan a ti y
a este país. Tengo lo que tengo gracias a ti y no a otro. Tú acepta mis saludos, y en lo que resta cuida de mi correctamente, exactamente igual
que hasta el día de hoy.
- Teseo: Aseguran que un hombre, que no es conciudadano tuyo pero si pariente ha venido a solicitar entrar en conversación contigo.
- Ed: Quien puede ser?
- Teseo: mira si hay por Argos algún pariente que esté interesado en conseguir eso de ti.
- Ed: es mi detestable hijo. Tener que oír su voz me causaría más dolor que oír la de cualquier otro.
- Antígona: Por favor, a nosotras dos concédenos que llegue aquí nuestro hermano. Tranquilo! Por la fuerza no te apartará de tu forma de ver
las cosas si lo que te diga no va de acuerdo con tus intereses.
- Ed: En fin, sea como os place.
Llega Polinices (con lágrimas en sus ojos)
- Polinices: Ay de mí! Qué hare? Cuál de las dos desventuras lloraré antes, hermanas, las mías propias o las que estoy observando, las de este
anciano padre? Confieso haber resultado el peor de los hombres. ¿Por qué callas padre? No me vuelvas la espalda, no me contestas nada?
- Antígona: explica tú, desgraciado, la razón de tu llegada.
- Polinices: He sido expulsado de la tierra patria por querer ocupar el trono, Eteocles (hermano menor) me expulsó, no por haberme vencido en
razones ni por haber llegado a una confrontación de fuerzas ni de poder, sino por haberse ganado a la ciudad. Te presento padre, súplicas y
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ruegos, míos propios y de mis aliados, quienes ahora con siete secciones y con siete compañías, tienen cercado todo el campo de Tebas. Yo
conduzco el ejército de Argos contra Tebas, encareciéndote que renuncies a tu cólera contra mí, pues me lanzo en busca de venganza contra mi
hermano que me expulsó. Pues si hay que prestar credibilidad a los oráculos, éstos aseguran que se alzarían con el triunfo aquellos a quienes tú
te unas. Te pido que me hagas caso y accedas a ello porque soy mendigo y exiliado como tú. En consecuencia te llevaré y estableceré en la casa
que solo a ti te pertenece.
- Ed: Tú fuiste quien cuando ocupaba el trono que ahora ocupa tu hermano en Tebas expulsaste a tu propio padre, y que ahora lloras cuando se
da la casualidad de que estás metido a la fuerza en la misma dificultad que yo. Tu hiciste que alimentara mi vida con estos trabajos, tu fuiste
quien me expulso sin consideración, y por ti ando errante y mendigo a otros el sustento de cada día. Estas hijas me van sacando a flote, pero
ustedes dos han nacido de otro y no de mí. En fin, vete en mala hora, despreciado y desposeído de un padre que soy yo, tras haber recogido las
Maldiciones siguientes: que no logres el dominio de la tierra de nuestra raza ni consigas regresar al valle de Argos, sino que mueras a mano de
tu hermano y con la tuya mates a quien te expulsó.
- Polinices: Oh muchachas por cuyas venas corre la misma sangre que yo, al menos ustedes, si llegan a cumplirse las Maldiciones del padre, no
lleguen a despreciarme sino depositadme en la tumba.
- Antígona: te ruego que me hagas caso en una cosa, vuelve al ejercito de Argos y no acabes contigo y con la ciudad.
- Polinices: ello no es posible, es vergonzoso huir y que yo, que soy el mayor, sea ridiculizado así sin más por nuestro hermano. Adiós a las dos
para siempre, pues ya no volveréis a verme. Por favor no llores por mí.
- Antígona: Quién no lloraría por ti hermano, cuando corres a caer en las redes de la muerte?
- Polinices: Si es preciso moriré.
Polinices se va. Se oyen unos truenos muy fuertes. Edipo manda a llamar a Teseo, ya que ese trueno de Zeus indica su muerte. Quiere devolverle
en toda su efectividad, por lo bien que fue tratado, el favor que le prometió cuando traba de ganárselo.
Llega Teseo. Le pregunta que como sabe que su vida termina, a lo que Edipo responde que los propios dioses se lo están anunciando a través de
los continuos truenos.
- Edipo: (a Teseo). Yo te informaré de aquellas cosas que quedarán a favor tuyo y de tu ciudad. Y ahora mismo yo solo te guiaré al lugar donde
debo morir. Pero no se lo enseñes jamás a nadie ni dónde se guarda ni en qué lugar se halla. Por otro lado, de las cuestiones sacratísimas te
enterarás tu sólo cuando llegues allí, guárdalas solamente tú, y cuando llegues al final de tu vida indícaselas sólo al mayor y que él las muestre
al siguiente y así sucesivamente. Y de esta manera mantendrás esta ciudad libre de todo daño procedente de la raza de hombres de Tebas.
Edipo se dirige hacia el lugar de su muerte, y tras él sus hijas, Teseo y los servidores.
Llega un mensajero anunciando la muerte de Edipo y su vida eterna. Describe que una vez que Edipo alcanzó el suelo enraizado en tierra con
bancos de bronce, se detuvo cerca de la cóncava cratera en la que se hallan garantes por siempre los acuerdos entre Teseo y Pirito. Se sentó, se
despojó de los harapos y ordeno a las hijas que le trajeran los medios para lavarse y las abluciones (purificarse con el agua) de aguas corrientes.
Las hijas fueron, luego lo prepararon con un baño y con ropa, según es el ritual. Y cuando estaba satisfecho por la actuación de toda la gente,
retumbó Zeus infernal y las hijas se quedaron estremecidas al oírlo, y acurrucándose entre las rodillas de su padre lloraban. Edipo les dijo: “Hijas
de mis entrañas, ya no tenéis en el día de hoy padre. Pues ya está acabado todo lo mío. No hay nadie de quien hayáis conseguido más cariño
que del hombre que os habla”. Cuando llegaron al final de los gemidos y ya había silencio, se oyó la voz de alguien, el dios lo llamó con insistencia
“Eh, tú, Edipo, a qué viene tanta demora en partir?”. Edipo llamo a Teseo “Oh cabeza amada, he aquí una petición que te hago: da mis hijas tu
mano, vieja garantía de seguridad, y vosotros hijas a él. Y promete que jamás las traicionarás”. Teseo prometió que así lo haría. Luego dijo: “hijas
mías, conviene que marchéis de estos lugares y que no os consideréis con derecho a contemplar lo que no está permitido ni tampoco a oír lo
que hablamos nosotros”. Solamente se quedó allí Teseo, quien estaba legitimado para hacerlo. Los servidores y las hijas se fueron, pero al volver
estos la mirada hacia atrás, Edipo ya no estaba, solo quedaba Teseo, quien apretaba su cara como si se le hubiera aparecido un terror espantoso
a la vista.
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Del posicionamiento previo en el lugar de amo, asume entonces la posición de esclavo: “¿cuando ya no existo es acaso entonces cuando soy
hombre de valía? ¿Acaso ahora que nada soy, es que me convierto en hombre?”. A partir de la nada que es, (reconoce la falta) y esto le permite
humanizarse.
En relación a la negatividad de Hegel, podemos entender este “negar lo dado” que planteaba el autor en relación a lo simbólico en Lacan: eso
que “ya esta dicho” incluso antes de que nazcamos. Esa palabra que nos marca y que determina nuestros actos. Edipo hizo todo lo que el Oráculo
predijo, no niega lo dado sino que siempre se mantuvo cumpliendo la demanda del Otro. Cuando se entera del infortunio al que esto lo había
llevado, hace distintas acciones para salir de ese circulo. Comienza a poner en circulación su propio deseo. Se despoja de todo lo que le había
venido “de arriba” y en el momento en el que ya no tiene nada, es cuando se convierte realmente en sujeto, porque puede desear por él mismo.
La diferencia fundamental entre el hombre y el animal se da en que el hombre es razón o discurso coherente y con sentido. Y sólo por la
negatividad el hombre se crea a sí mismo en cuanto niega lo dado -es decir lo natural-.
Por otro lado, una segunda diferencia es la de aquella capacidad propiamente humana para Hegel: el entendimiento. Esta es la que le permite
al hombre tener discurso -poner en palabras- y reconocer que va a morir. A partir de esta conciencia de finitud, reconoce que debe trascender
en vida. Y lo logra creando cultura, a través del trabajo. El sujeto crea a partir de sus acciones su propio mundo histórico diferente a la naturaleza
-o aquello dado-.
2. ¿Cuál es el concepto de entendimiento para Hegel? ¿Cómo se relaciona con el concepto, el tiempo y la cosa?
El entendimiento para Hegel es inherente al hombre, la facultad de discurso es la que lo diferencia del animal. Es una potencia absoluta que se
manifiesta en una actividad de separación; el pensamiento humano es discursivo, en este discurso, el hombre no revela la totalidad de lo real,
no agota la totalidad en una sola palabra concepto, sino que va revelando los distintos elementos constitutivos de esta realidad por separado,
dando palabras aisladas o discursos parciales y es en la totalidad del discurso que revela la realidad total.
Siendo la capacidad propiamente humana, le permite al hombre separarse de lo concreto mediante abstracciones (es decir, la separación de la
cosa desprendiéndola de su soporte material y nombrándola en un concepto).
Esta capacidad de abstracción así como puede aislar elementos también puede sumarlos. Y así elaborar proyectos que se pueden llevar a la
acción. Se sigue el siguiente orden: capacidad de abstraer > capacidad de describir > capacidad de aislar y combinar objetos > proyectos técnicos
> realización de tales proyectos por el trabajo. La realización mediante el trabajo de estos proyectos técnicos lleva a la transformación del orden
natural dado, creando el orden cultural.
Sin el entendimiento, el concepto -la esencia de algo- no estaría más que en el objeto real. Con esta potencia, esta esencia se convierte en sentido
y este sentido se encarna en una palabra, por lo que el entendimiento permite pensar en abstracto en la esencia del objeto que se pretende
nombrar.
3. ¿Cuál es el concepto de negatividad o acción negatriz elaborado por Hegel?
El hombre es una enfermedad mortal de la naturaleza o de la animalidad, ya que solo a través de la muerte se crea la conciencia humana. La
única libertad que tiene el hombre, es la de negar lo dado. La humanidad del hombre presupone la finitud del animal que lo encarna, y por
consiguiente, presupone la muerte del propio animal. El hombre, al trascenderlo, al negar la naturaleza dada, provoca la muerte del animal.
Habla de enfermedad, porque la enfermedad es un desacuerdo entre el animal y el resto del mundo natural, el animal enfermo, esta por así
decirlo, desplazado de su lugar natural. Pero con la enfermedad, el animal supera el límite de su naturaleza, esta enfermedad del animal es el
devenir del espíritu, por tanto, no puede acabar sino con la muerte. El animal muere, pero su muerte es el devenir de la conciencia humana.
Así, el nacimiento del ser humano está relacionado con la dialéctica: ya que deja de ser la nada que era, a través de arriesgar la propia vida. Todo
esto en función del deseo de ser reconocido. Se niega la animalidad, se destruye. Y esta destrucción es la creación del humano.
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En su deseo de reconocimiento, el hombre crea la cultura. Y a medida que se va acercando a esta cultura (a través de la realización de sus
proyectos técnicos, con el trabajo) va aniquilando a la animalidad (y así, destruyendo lo natural).
5. ¿Cuál es la relación que existe para Hegel entre negatividad, muerte y libertad en el hombre?
La negatividad implica la muerte de lo animal, por lo tanto, si no hubiese muerte no existiría el hombre, ya que permanecería lo animal en él.
La muerte del animal deviene en la creación de la conciencia humana y esto marca al hombre en su libertad. Parte de la libertad del hombre es
justamente la de negar lo dado.
A su vez, esta muerte puede ser aceptada con libertad; cuando sucede esto, es porque el hombre tiene un deseo de reconocimiento sin
importarle la posibilidad de morir. La libertad también está ligada a la muerte, ya que esta última marca un límite a partir del cual el hombre
puede decidir. La muerte (en el sentido de finitud de la que nadie escapa) funciona a modo de la castración. Establece un límite claro, y es esto
lo que enfrenta al sujeto con la necesidad de elegir. Así, la muerte obliga a decidir qué es lo que se hace en el lapso de vida que se tiene. Si no
se tuviera un límite definido no se podría elegir. Es de esta manera como la muerte hace progresar al hombre.
6. Explicar los dos estatutos antropológicos representados por la dialéctica del Amo y del Esclavo, teniendo en cuenta la lucha por el puro
prestigio y el deseo de reconocimiento.
El hombre aparece en el marco de un encuentro entre dos entidades, que se enfrentan en una lucha a muerte por puro prestigio. A partir del
reconocimiento del peligro de muerte, una de las partes se rinde -lo que lo configura como esclavo- mientras que la otra arriesga su vida y se
juega -transformándose en amo-.
El amo se humaniza por el reconocimiento del otro –al arriesgar su vida- y saliendo de la animalidad, mientras que el esclavo lo hace por la
aceptación del peligro de muerte pero queda en los límites de la animalidad –al no arriesgar nada-. El esclavo no ha alcanzado su dignidad
humana porque ha renunciado al reconocimiento por miedo a perder la vida. No goza de las cosas que produce, -sólo las transforma por el
trabajo- porque trabaja para el amo a quién entrega su producto. El amo se encuentra en la situación de ser reconocido por alguien a quien él
no reconoce con dignidad humana, pues es esclavo.
Para profundizar el entendimiento de la cuestión, debemos retomar una diferencia fundamental entre animal y hombre. El animal lucha por
necesidades instintivas y concretas (biológicas, como el hambre y el apareamiento), mientras que el hombre lucha por algo abstracto que es el
deseo del otro (deseo de reconocimiento). Así, el hombre se hace oponiéndose al otro, luchando por el reconocimiento y el prestigio. Si no hay
otro que lo reconozca, no es hombre.
7. ¿Qué implica la afirmación “El hombre es un ser para la muerte"'?
Es una expresión de Heidegger que Lacan toma para señalar, en este caso, que el amo en estado puro está en una posición desesperada: solo
tiene que esperar su propia muerte, y nada puede esperar de la muerte del esclavo excepto inconvenientes. En cambio, el esclavo tiene mucho
que esperar de la muerte del amo: además de la muerte del amo, debe afrontar la muerte como todo ser plenamente realizado y asumir su ser–
para–la–muerte. El amo sólo puede afirmarse por medio de un deseo de muerte, de la muerte del esclavo, y por eso es una lucha a muerte.
La muerte es constitutiva de la libertad del hombre. Para que el hombre sea libre es necesario que sea consciente de su finitud, del fin de sus
posibilidades, de su ser para la muerte. De esta manera se conducirá por la vida de forma auténtica y libre.
También es importante notar -desde Heidegger- que la existencia humana adquiere sentido en virtud del límite absoluto establecido por la
muerte; de este modo, el sujeto humano es, en un sentido estricto, “un ser-para-la-muerte”.
Es entonces cuando el hombre se encuentra en presencia de la nada, cuando la existencia puede ser pensada como totalidad y se desvela su
sentido.
8. ¿Qué implica el deseo de reconocimiento y qué es lo que Lacan toma de esta conceptualización en cuanto al deseo?
La satisfacción del deseo de reconocimiento del otro, implica la lucha por el reconocimiento y el prestigio, oponiéndose a otro que lo reconozca.
Si no hay otro que lo reconozca no se es hombre. Por esto es una lucha.
Desear el deseo del otro es desear hacerse reconocer por otro como hombre. Esto supone negar el ser-dado que uno es y negar el deseo del
otro como ser dado, objetivo, independiente de sí. Es arriesgar la propia vida (animal) buscando la muerte del otro (al menos, como ser
absolutamente otro que uno). Debe suprimir su ser (el ser del otro deseo) fuera de sí (de uno). Esta es la acción del hombre. Es siempre una
acción negadora de lo que es; y es creadora, transformadora. Supresión de lo otro en tanto que otro y transformación de lo otro en uno. El deseo
humano es el deseo de que el otro reconozca a ese deseo como aquello deseado por él. El deseo humano es querer imponerse como valor
supremo para el otro deseo. El deseo humano es un deseo de reconocimiento.
Este deseo de deseo surge de la presencia de la ausencia de otro ser dado, y a medida que se realiza crea un humano. Pero sólo se realiza en la
medida en que se tenga mayor potencia que el ser dado, debe destruirse este ser dado lo que explica por qué la destrucción del animal (que es
lo dado) es la creación del hombre.
Esto tiene relación con el narcisismo, ya que se lo que se busca es mostrarse como ser único y que esta imagen sea la reconocida por otros.
Lacan toma esto para explicar que el hombre busca el reconocimiento del otro, es a partir del reconocimiento de un otro. Además, le sirve para
explicar que el deseo es un deseo que no puede nombrarse, y este deseo es la fuente de toda animación de conflictos, el ser llega a existir en
función de la falta estructural.
9. ¿Cómo modifica Hegel, humanizándolo, su conceptualización del Esclavo según las Conferencias de Jena?
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En la primera conceptualización, Hegel proponía cierta naturaleza humana en el esclavo en la medida en la que este reconocía la muerte y temía
a la misma, pero enfatizaba que este no superaba los límites de la animalidad por temor a arriesgar la propia vida. Luego de las conferencias de
Jena Hegel modifica su conceptualización de esclavo. De esta manera, propone que el esclavo es quien puede humanizarse a través del trabajo
sin arriesgar la vida.
El Esclavo se humaniza por la toma de conciencia de su finitud esencial, experimentando la angustia de la muerte. Y son sus acciones lo que lo
humanizan sin arriesgar su vida por el deseo de reconocimiento. Al trabajar, niega lo exterior dado y crea la cultura. Así, podría afirmarse que
reconoce que tiene una falta y trabaja en pos de alcanzar la completud.
La conducta manifiesta por el cual el niño se distingue del animal es, según Miller (1986), el interés lúdico que el niño tiene por su imagen
especular entre los 6 y los 18 meses. Lacan toma este hecho para construir el Estadio del Espejo.
El bebé es, desde el nacimiento, un prematuro, fisiológicamente inacabado. Está en una situación constitutiva de desamparo. Y goza cuando se
reconoce en su forma especular, en una imagen que es indudablemente la suya y lo captura (por la completitud de la forma que ésta le devuelve,
que se anticipa respecto a su propio logro). Y le permite identificarse a la imagen.
2. ¿Por qué Lacan afirma que el deseo en el humano no se constituye sin mediación?
El deseo mismo del hombre se constituye por el signo de la mediación: el deseo de hacer reconocer su deseo. Se tiene por objeto un deseo, pero
es el deseo del otro porque no se tiene objeto sin mediación.
Lacan da dos ejemplos:
1. La más primitiva necesidad, su alimento debe ser preparado.
2. El desarrollo de la satisfacción se da a partir del conflicto entre el amo y el esclavo, y la dialéctica del trabajo.
a. La dialéctica es la del ser mismo del hombre, debe realizar la síntesis de su particularidad y de su universalidad:
universalizando su particularidad. Así llega a una conciencia más adecuada de sí mismo, donde la libertad se confunde con
servidumbre.
3. ¿Por qué el concepto de narcisismo está vinculado con la tendencia suicida expresada en el mito de Narciso?
La tendencia suicida expresada por el mito de Narciso representa el instinto de muerte o de masoquismo primordial (Freud). Esta depende del
hecho de que la muerte -antes de reflejarse en el pensamiento- se experimenta en la fase de miseria original: desde el traumatismo del
nacimiento hasta los seis meses de prematuración fisiológica.
Y va a repercutir luego en el traumatismo del destete. Ante toda separación o destete el niño se vale de los juegos de ocultación por su acción
de repetición liberadora, son manifestaciones de los renunciamientos que van a escandir (separar, diferenciar) la historia del desarrollo psíquico.
Y con este desarrollo quedan vinculados el Yo primordial (esencialmente alienado) y el sacrificio primitivo (esencialmente suicida), la estructura
fundamental de la locura.
La discordancia entre el Yo y el ser debe repercutir a través de las todas las fases de la historia psíquica, y desarrollando esta discordancia llegar
a resolverla. Una resolución mediante una coincidencia ilusoria de la realidad con el ideal debe resonar en las profundidades del nudo imaginario
de la agresión suicida narcisista.
4. ¿Cómo podría articular, de acuerdo al texto, los conceptos de imago, causalidad psíquica e identificación?
La historia del sujeto se desarrolla en una serie de identificaciones ideales, que representan a los más puros de los fenómenos psíquicos, por el
hecho de revelar esencialmente, la función de la imago. Se concibe al Yo como un sistema central de estas formaciones, sistema al que hay que
comprender, de la misma forma que a ellas, en su estructura imaginaria y en su valor libidinal.
En otras palabras, se entiende que la constitución subjetiva se encarna en los procesos identificatorios primarios, que son universales y duraderos
y que permiten apropiarse de las imágenes convirtiéndolas en imagos al cargarlas de significado y subjetividad. Se entiende que la función de
las imagos es relacionar al organismo con su contexto; al sujeto con situaciones socialmente elaboradas. En este proceso también se involucran
las identificaciones secundarias que, que con su función de normalización libidinal, se aúnan en torno a las primarias.
Se observa cómo la estructuración del sujeto está regida por este proceso identificatorio que a su vez va a determinar qué sucede con ese
individuo, qué cosas le van a resultar mas (o menos) significativas, cómo va a construir la realidad y cómo se va a relacionar con esta, etc.
Las imagos son las unidades constitutivas de la historia de la persona, en la cual se remarca la influencia de lo simbólico.
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Es en esa parte del sujeto que se mantiene estable y que es estructural, en ese conjunto de elementos correlacionados y covariantes, en esa
determinación, que podemos apreciar lo que entendemos como causalidad psíquica.
Con la entrada en el mundo simbólico, se pierde la casualidad y rige la lógica de la causalidad.
5. ¿En qué consistió la experiencia de Harrison con las palomas?
Harrison observó que la paloma hembra, aislada de sus congéneres, no ovula. La experiencia demuestra que la ovulación está determinada por
la visión de la forma específica del congénere, sin que sea necesario que se trate de la visión de un macho. Si las hembras están ubicadas de
forma que no escuchen ni vean a sus congéneres, no ovulan. La mera visión por el animal de su propia imagen en el espejo basta para
desencadenar la ovulación.
6. ¿A qué hace referencia Lacan cuando habla de conocimiento paranoico?
El estadio del espejo demuestra que el yo es producto del desconocimiento e indica que el sitio donde el sujeto se aliena a sí mismo es su propia
imagen.
Lacan distingue el conocimiento con su carácter imaginario, del saber que tendría un carácter simbólico. Tanto el conocimiento, como su
correlato, el desconocimiento, hacen parte del autoconocimiento propio del registro imaginario. Es a través del reconocimiento de su propia
imagen reflejada en el espejo que el sujeto llega al conocimiento de sí mismo constituyendo su yo, el cual podría entenderse como un tipo
ilusorio de autoconocimiento.
Como el niño se vive al principio como despedazado, no hace ninguna diferencia entre lo que es él y el mundo exterior (diferenciación yo/no-
yo). Llevado por el Gran Otro y su palabra, la cual no solo tiene función apaciguadora de lo terrorífico de encontrarse frente a la propia imagen
que devuelve completud al reflejo de esa vivida fragmentación sino que también permite cargarla de lenguaje, el sujeto va a reconocer su imagen
en el espejo, anticipando imaginariamente la forma total de su cuerpo. Pero así el niño se vive y se posiciona en primer lugar como otro, el otro
del espejo. Así se instaura el desconocimiento de todo ser humano en cuanto a la verdad de su ser y su profunda alienación en la imagen que se
va a dar de sí mismo.
Es éste conocimiento imaginario de sí mismo, alienado en el reconocimiento de la propia imagen, el que Lacan denomina “conocimiento
paranoico”, ya que tiene la misma estructura de la paranoia. Así como el neurótico constituye una estructura de desconocimiento por su
alineación en el conocimiento de sí mismo (alienación a la imagen de sí), el desconocimiento de sí es también la estructura del delirio paranoico.
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ocultarlo. Pero cuando la agudeza del delincuente es de carácter distinto al suyo, dicho delincuente los anula. El prefecto considera como cosa
demostrada que todo hombre que quiera ocultar una carta utiliza alguna cavidad o rincón; pero escondites tan complicados solo son utilizados
en ocasiones ordinarias y sólo son adoptados por inteligencias ordinarias. En todo caso de ocultación, la forma de hacerlo es presumible y
presumida, y su descubrimiento depende no sólo de la agudeza sino también del simple cuidado de los buscadores. Y cuando la recompensa es
muy importante, las cualidades en cuestión fracasan terriblemente. El origen de la derrota del prefecto G reside en la suposición de que el
ministro es loco porque ha adquirido reputación como poeta. Para el prefecto todos los locos son poetas, pero el ministro D no sólo es poeta,
es también matemático. Si el ministro no fuera más que matemático o poeta, el prefecto no habría tenido necesidad de buscar ayuda. Sin
embargo el ministro es ambas, y entonces las medidas de investigación deben ser tomadas en razón de la capacidad del ministro. Este último
debía estar enterado de los manejos de la policía y de las emboscadas a las que estaba sometido. Sus ausencias toda la noche eran intencionales,
facilito la libre búsqueda de la policía y la persuasión de que la carta no estaba en el hotel. Sabía que la policía buscaba rincón por rincón, y es
por ello que la carta debe estar ante las narices de todo el mundo, de modo que el prefecto allí nunca buscaría.
Es así que un día Dupin va a la casa del ministro (ya que se conocían) y charlan durante un largo rato. Dupin aprovecha para observar la habitación,
hasta que encuentra un tarjetero de cartón donde había una carta. La misma estaba sucia y arrugada, tenía un gran seño negro con la inicial D,
“muy” visible, y estaba dirigida con una diminuta letra femenina al propio ministro. La habían puesto allí con descuido al parecer. Esa era la carta,
totalmente distinta a la que el prefecto había descripto: en la otra el sello era pequeño y rojo con la inicial S; la dirección estaba dirigida a un
personaje real, la letra era grande. El tamaño de las dos cartas era el único punto de semejanza. Pero la suciedad, el estado del papel manchado
y roto estaban en desacuerdo con las costumbres de D, lo que evidenciaban el propósito de despistar con su apariencia de documento sin valor.
Luego de un rato Dupin se va, dejando una tabaquera. Al día siguiente vuelve a buscarla, y cuando estaba allí una fuerte detonación se oye
seguida de gritos, por lo cual el ministro se asoma por la ventana, y allí Dupin aprovecha para buscar la carta y cambiarla por otra que él en su
casa había hecho igual. Reemplaza la carta, ya que sino al irse no hubiese podido salir vivo, el ministro se daría cuenta que ya la carta no estaba
allí. Esta detonación fue planeada por Dupin.
Dupin termina diciendo que ahora la reina es quien tiene la carta en sus manos, y que el ministro todavía ignora que ya no la posee. Éste llegara
muy rápido a su ruina política, y le gustaría ver el carácter de sus pensamientos cuando desafiado por la reina, se vea obligado a abrir la carta
que dejó para él en el tarjetero.
Figura del Detective: La operación del detective es resimbolizar eso que cae dentro del orden del asesinato por medio de un relato lineal.
Estructuralmente el policial se cierra cuando aparece la posibilidad de poner en un relato lineal eso que al principio había quedado resentido
por la irrupción de algo, que desde el punto de vista del sentido, podría decirse que estaría en el orden de lo traumático; algo que no tiene
ningún sentido es normalizado por un relato que tiene como soporte la figura del detective.
¿Qué produce la carta en relación a los personajes? Para ordenar la lectura: los personajes del cuento no tienen la carta sino que están poseídos
por la carta, determinados por el recorrido de la carta significante. El psicoanálisis, a partir de esta observación dice, que el significante es lo que
representa al sujeto para otro significante. En Poe, los personajes se feminizan cuando están en posesión de la carta, como la Reina y el Ministro,
que cuando se apodera de la carta se comporta histéricamente y escribe con letra de mujer.
Determinación de los simbólico, automatismo
- Lacan dice en el seminario “la carta siempre llega a destino”. Quiere decir que uno se convierte en destinatario de la carta en el momento en
que la recibe. Es decir, cualquiera que ocupa ese lugar dentro de esa estructura, dentro de esa red simbólica, se va a convertir automáticamente
en destinatario de la carta. Quien ocupa momentáneamente una posición dentro de una estructura preexistente, va a cumplir la función
asignada a ese lugar.
- El orden simbólico funciona automáticamente más allá de nuestra voluntad, gobernando ciegamente nuestro destino. Pero el orden simbólico
es ciego, es un mecanismo autónomo cuyo funcionamiento es comparable a una máquina de calcular que sobredetermina nuestros actos.
- La carta siempre llega a destino, la carta nunca se pierde porque el sujeto no es previo a la posesión de la carta. El sujeto se convierte en sujeto,
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en destinatario de la carta, desde el momento en que la recibe-por eso la carta nunca se pierde y llega a destino-. La carta nunca se desvía de su
destino, en tanto “dirección”, no lo que significa la carta sino su trayectoria.
¿Y cómo lee Dupin, el detective? Precisamente prestando atención a los detalles insignificantes. Si el orden simbólico funciona de manera
autónoma más allá de la voluntad o el querer decir de estos sujetos, el modo de leer de Dupin será dejarse llevar por la inercia simbólica que
organiza cada escena del cuento.
Primera escena: La Reina en presencia del Rey tiene que ocultar una carta. El Rey no ve nada y la Reina trata de ocultar la carta. El Ministro que
entiende y que a provecha la situación, cambia la carta a la vista de la Reina, que no puede decir nada porque se delataría a los ojos del Rey.
Primera escena: El Rey no ve, el Ministro ve toda la situación y la Reina ve que el Rey no ve y al mismo tiempo ve como la despojan de la carta.
Segunda escena: En el escritorio del Ministro, la resolución. Las escenas se repiten, los personajes cambian. La policía revisó varias veces el
cuarto, por medio de una minuciosa cuadriculación del espacio. La escena se repite: el policía no ve, el Ministro que ve que el policía no ve y se
divierte con la escena, pero que, como la Reina es robado por Dupin, que ve todo; ve que policía no ve pero también ve que el Ministro ocultó
la carta dejándola a la vista.
Más allá de los personajes, dice Lacan, el cuento repite posiciones. Hay posiciones dentro de la estructura que se definen en relación a quien
tiene o no tiene la carta. La escena del crimen policial podría decirse que está estructurada como un lenguaje. Habría como una puesta en escena
a cargo del criminal, que tiene algo de mostración como de ocultamiento. La escena está dotada de una especie de unidad orgánica, en tanto se
trata de un relato cerrado que el detective tiene que agujerear. El trabajo del detective se parece mucho al de la interpretación de los sueños,
donde Freud aconseja no analizar en masa sino en detalle. El detective va a leer los momentos insignificantes de la escena –esas puntas sueltas
donde el relato se deshilacha, detalles no integrados a la organización significativa construida por el criminal.
La tarea del Detective: La tarea del detective es entonces desnaturalizar la escena no solo leyendo detalles insignificantes, sino también
percibiendo la ausencia, la no aparición de algún detalle. Desde el punto de vista del sentido, que algo falte tiene tanto valor como que algo esté
presente. Lacan subraya que para Dupin, la verdad está en el plano del lenguaje y no de la realidad o de los hechos, donde la carta falta a su
lugar. Lo que Dupin sabe es que la carta no se encuentra en su lugar (mientras los policías agujerean las patas de las sillas o levantan el parquet)
falta a su lugar. Falta la carta, falta la falta- un detalle que le permite anticipar que la carta esta oculta a la vista-.
- La carta no se pierde porque hay una verdad estructural, un lugar al que la carta vuelve y se encuentra con la castración en el Otro.
- Importancia de atender no a la historia vivida sino al relato de la historia, eso crea otra verdad de ficción, que implica podría decirse, un
reinterpretación de la propia historia. Ósea que la historia vivida está perdida para todo sujeto que la relata. Implica una pérdida de la referencia
histórica.
- En el cuento, la policía trabaja con la realidad y Dupin con lo real, en tanto imposible, inasimilable. Lo real como producto del lenguaje
Desde el juego “par o impar” se puede pensar la sujeción del sujeto al significante en el sentido de que quién adivina debe, para hacerlo, tomar
una posición frente a una determinada ley que le marca sus posibilidades. Se observa entonces como el sujeto, si pretende ganar una de las
bolillas, está obligado a someterse a las posibilidades limitadas que le ofrece el juego, las cuales no son infinitas sino que son dos: par o impar.
Así, vemos como este sujeto que se encontraría en falta (de certeza) frente al otro poseedor de las bolillas toma una posición (se moviliza siempre
acorde con ella) y se arriesga en pos de obtener algo puesto en valor.
Desde el cuento “La carta robada”: consideramos a la carta como el inconsciente de cada sujeto, como el significante, de la cual no se conoce
quien la envía y cuyo contenido no es revelado pero se configura en relación a su poseedor. Es decir, todos los personajes del cuento y la trama
argumentativa que se da en las diferentes escenas dependen de la posición que ocupe cada personaje en relación a la carta. De la misma vemos
como no lleva un significado intrínseco que se mantiene fijo, sino que se va a constituir en la relación con quien la posea y es esto a la vez lo que
va a determinar su relevancia (o su no-relevancia) en la historia. A la vez, observamos cómo cada personaje que tiene la carta en sus manos la
domina, pero por sobretodo es dominado por el significado que se relaciona con ella. Así, los personajes poseedores se feminizan en relación a
la carta, dando cuenta de que no está asegurada su posesión y de que así como se tiene, se la puede perder. Se aprecia entonces la lucha por su
apropiación, ya que es esto lo que le va a dar sentido a los personajes en la historia, así como la apropiación de los significantes del Otro del cual
no podemos dar cuenta (no se conoce quién envía la carta) nos va a constituir como sujetos en la trama simbólica que representa la vida.
2. Relacionar en el juego par e impar la inercia e insistencia simbólica.
En primer lugar, se asimila al juego con la estructura. Así, el juego representa y organiza a ese algo llamado sujeto. Este ocupa un lugar dentro
del juego y representa el lugar de esos pequeños más y pequeños menos. El sujeto mismo es un elemento de esa cadena que se organiza de
acuerdo a leyes. Siempre puede salir cualquier cosa real. Pero una vez constituida la cadena simbólica desde el momento en el que, bajo la forma
de unidades de sucesión, introducen una cierta unidad significativa, ya no puede salir cualquier cosa.
En el juego se agrupan de a tres los mas y los menos. Esta sola transformación hace emerger leyes sumamente precisas: “un 1 nunca podrá
suceder a un 3, pero después de un 2 es posible que salga un 1. Siempre es posible un número indefinido de 2 entre 1 y 3”. En cierto modo, la
serie de los alfa (paso de 1 a 1 y de 3 a 3) se acuerda de que no puede expresar otra cosa que un delta (retorno de 2 a 1 o de 2 a 3), si antes de
la serie de los alfa se ha producido un beta (paso de 1 a 2), por lejos que esté.
Desde un principio, e independientemente de toda conexión con un lazo cualquiera de casualidad supuestamente real, el símbolo ya está
operando, y por si mismo engendra sus necesidades, estructuras y organizaciones.
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Las palabras quedan, incluso cuando ya nadie se acuerda de ellas. Exactamente como después de quinientos mil signos de la serie más y menos,
la aparición de alfa, beta y delta seguirá determinada siempre por las mismas leyes.
Es en estos comentarios de Lacan que entendemos la insistencia simbólica como esa ley que determina tanto al sujeto como al juego y que va
mas allá de la casualidad real, del mas y del menos azarosos, sino que es eso que permanece y que no cesa de inscribirse y significarse o
resignificarse con una determinada constancia que no se ve afectada por la particularidad de cada caso.
3. En el cuento de “La carta robada” de E. Allan Poe, resaltar las dos grandes escenas y características de las mismas y articular los siguientes
conceptos: estructura simbólica –determinación simbólica de la subjetividad- temporalidad del inconsciente - las dos formas de
repetición.
Lacan hace referencia a la estructura simbólica, explicando que los personajes ocupan lugares que se van cambiando. En este punto, el ministro
tiene respecto a la carta, la misma actitud que la reina: no habla de ella. Y no lo hace porque no puede hacerlo, entonces en la segunda escena
se coloca en la misma posición que la reina, por lo cual deja que le quiten la carta.
Los policías no encuentran la carta, porque no saben qué es una carta. La policía creyendo en su fuerza, y al mismo tiempo en lo real, busca la
carta, pero con ciertas características. Como el ministro modificó el aspecto de la carta, la pueden tener enfrente y no la reconocen. Y el texto
no les ha sido dado, por lo tanto lo que está escondido es la verdad, no la carta.
En la segunda escena, también hay cuatro personajes: el ministro, el prefecto de policía, la carta y Dupin. En relación a la estructura simbólica,
la policía toma la posición del rey y el ministro está en la posición que había sido la de la reina. Dupin se posesiona de la carta, pero tampoco se
lo comunica a nadie. Cuando el prefecto vuelve con Dupin, este le da la carta a cambio de honorarios.
En una tercera etapa, en cuanto a la estructura simbólica, el ministro ha ocupado el lugar del rey, y tiene la carta (pero es una carta falsa,
reemplazada por Dupin).
Con respecto a la determinación simbólica de la subjetividad, todo aquello que sirve para definir a los personajes como reales (cualidades,
temperamento, herencia, nobleza), no sirve para nada en este asunto, sino que cada cual es definido y determinado en cada momento, y hasta
en su actitud sexual, por la posición que toma frente a la carta/significante.
Lacan dice en el seminario “la carta siempre llega a destino”. Quiere decir que uno se convierte en destinatario de la carta en el momento en
que la recibe. Es decir, cualquiera que ocupa ese lugar dentro de esa estructura, dentro de esa red simbólica, se va a convertir automáticamente
en destinatario de la carta. Quien ocupa momentáneamente una posición dentro de una estructura preexistente, va a cumplir la función asignada
a ese lugar.
El orden simbólico funciona automáticamente más allá de nuestra voluntad, gobernando ciegamente nuestro destino. Pero el orden simbólico
es ciego, es un mecanismo autónomo cuyo funcionamiento es comparable a una máquina de calcular que sobre-determina nuestros actos.
La carta siempre llega a destino, la carta nunca se pierde porque el sujeto no es previo a la posesión de la carta. El sujeto se convierte en sujeto,
en destinatario de la carta, desde el momento en que la recibe-por eso la carta nunca se pierde y llega a destino-. La carta nunca se desvía de su
destino, en tanto “dirección”, no lo que significa la carta sino su trayectoria.
Temporalidad del inconsciente
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En relación a la temporalidad del inconsciente, lo que forma parte de la estructura siempre se va a repetir, no desaparece con el tiempo. A la
vez, es importante marcar que lo que se repite no es siempre igual: siempre de agrega algo nuevo, se reedita. Por eso se habla de rememoración
y no memoria, porque la rememoración tiene que ver con la historia del sujeto, que es la que considera como ha ido cambiando, pero siempre
en relación a esta estructura que tiene. Aquello que es reeditado siempre se va resignificando, o sea que rememoración es equivalente a
significación (o resignificación).
Volver a acordarse de algo vivido, es -según Kierkegaard- la repetición de lo pasado y lo viejo. Y teniendo en cuenta lo expresado en el párrafo
anterior, cada vez que se repite algo se produce algo diferente o algo nuevo (pero siempre en relación a la estructura).
Aparentemente se produce lo mismo pero lo que se repite es algo nuevo. En el cuento de E. A. Poe, lo que se observa como repetición es la
escena, la estructura con sus posiciones ocupadas por distintos personajes pero conservando su esencia. La escena se repite, es la misma, pero
tiene algo diferente. Diferentes personajes, nuevos significados. Esto es lo que permite que la estructura permanezca en el inconsciente, porque
a partir de la insistencia de lo simbólico, esta estructura se actualiza y se vuelve atemporal.
Esta rememoración, intima ligada a la repetición tiene que ver con otro aspecto de la escena: cuando Dupin, el detective, se da cuenta cómo se
había escondido la carta (segunda escena), lo hace a partir de la primera escena. Hay una repetición intersubjetiva, un desplazamiento de los
lugares determinado por el puro significante: la carta robada.
La comprensión de esta nueva escena, a partir de la anterior, permite la resignificación: nada se olvida sino que se reedita, lo que en la primera
escena hizo el ministro con la reina -esconder la carta, haciéndola parecer sin importancia- también a Dupin, en la segunda escena y por estar
en el lugar del ministro, se le ocurre hacer lo mismo.
Habíamos dicho que la carta misma es el puro significante, se significa en relación a quien la tiene y el momento particular. No se sabe su
contenido, ni quien la envía. Es por eso, que en las distintas escenas se produce una resignificación de ella pero que es siempre la misma carta.
En la actualidad, la segunda escena, se observa cómo se manifiesta la temporalidad del inconsciente: siempre es lo mismo, nada se pierde, sólo
se modifica dentro de la estructura.
Dos formas de repetición
Teniendo en cuenta las dos formas de repetición, es posible percibir una tyché, en el momento en que el ministro abra la carta y se encuentre
con el mensaje que le dejó Dupin, ya que no se encontraría con lo que esperaba (o sea la carta original). Y un automatón puede verse reflejado
en que en el cuento se repite posiciones. Hay posiciones dentro de la estructura que se definen en relación a quien tiene o no tiene la carta. Es
decir, en las diferentes escenas se ve la misma estructura significante, evidenciada por la repetición de las posiciones en relación a la carta.
También podría calificarse como automatón el hecho de siempre volver a la "búsqueda" de la carta todas las noches.
Metáfora Paterna
La metáfora paterna es una escritura por la cual Lacan propuso una concepción de la función del padre en el complejo de Edipo. Basada en la
escritura de la metáfora, se refiere a la cuestión de que el padre es un significante que sustituye a otro significante, la cual es una sustitución por
identificación: es decir, el padre ocupa el lugar de la madre, un significante viene en lugar de otro.
Lo que permite esta sustitución de significantes es que en el lugar de la madre hay un significado que no se conoce (simbolizado como X): lo que
la madre quiere, lo que se busca, el significante de la falta y el deseo, es decir, el falo. Se expresa en dos interrogantes: ¿cuál es el destino del
niño? y ¿qué falo quiere mi madre que no sea yo?
Como en toda metáfora, el resultado es una significación. En el caso de la metáfora paterna este resultado será la emergencia del falo como
significación: la significación fálica.
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En el caso de “Un padre que nombre” se observa como Juan ha tomado el significante del padre de la nueva pareja de su madre biológica. El
Deseo de la madre de Juan, manifiesto en el hecho de ponerle su apellido a él y el tipo de relación que llevaban entre ellos, se ve sustituido por
el Nombre de un padre que no es su padre biológico. Ni siquiera es un padre que desee ser su padre, pero ejerce su función paterna igual.
En Juan esto se expresa en la demanda de llevar el apellido de este hombre -al ver que otro familiar tenía el apellido paterno-. Tal como hacía
de pequeño llenando hojas con su firma acompañada de su apellido materno y “el paterno” (entre comillas porque no era su padre biológico,
pero para Juan sí era su papá), el tenía dos apellidos. En el juego, se expresa -por las reglas- que el malo es quien roba la identidad al bueno y
que a Juan nadie le roba nada, nadie le debe robar su identidad paterna.
Significación fálica
El lugar del padre (por lo que se erige como Nombre del Padre) se apoya en la castración de la madre (que se aprecia en el Deseo de la Madre):
hay falta en la madre y por eso el hijo tiene significación de falo, el deseo del hijo como su falo. Por la ley del padre y la significación fálica se
hace posible el sentido, la significación del sujeto: se observa que el Gran otro no tiene todas las respuestas y aparece la falta, se marca un vacío
constitutivo en el sujeto que le permite interrogarse a modo de preguntas inconscientes:
1. Por la sexualidad: ¿qué es ser hombre? ¿qué es ser mujer?
2. Por la existencia: ¿estoy vivo? ¿estoy muerto? ¿qué sentido tiene mi vida?
3. Por la diferencia generacional: ¿qué es ser madre? ¿qué es ser padre?
La función paterna al transmitir la ley desde Otro, como nombre del padre, limita al Deseo de la madre escindiendo la unidad inicial de madre-
hijo. Lo que había en el lugar del deseo de la madre como incógnita ahora es ocupado por la Ley de la prohibición incestuosa, la ley del Gran
Otro.
Juan (en “Un padre que nombre”) se ubica en una posición de demanda de esta ley a su padre, demanda de un significante que lo diferencie de
su madre, que le permita escindir la unidad madre-hijo, ser el villano y ya no más el caballero complaciente con su madre. Sin embargo, ese
padre tampoco tiene la solución, la mediación simbólica entre hijo-madre, y se apara en la cuestión de que “no es él quien debe hacer el trámite,
sino un abogado”.
Goce fálico
El goce humano (la satisfacción de las pulsiones sexuales) no es perfecto, siempre hay una falta, no existe un goce que represente una relación
sexual verdadera que resuelva la separación estructural entre los sexos: el hombre goza sexualmente de manera distinta a una mujer. El goce
masculino es fundamentalmente fálico -el hombre goza de su pene- y el goce femenino no sólo es clitoridiano, es un goce Otro que no se localiza
fácilmente, que abarca otras zonas del cuerpo, un goce difícil de nombrar o innombrable. No hay relación sexual porque no existe la
complementariedad entre hombres y mujeres -ni su forma de gozar-, el goce está marcado por esta división entre goce fálico del lado masculino,
y goce del Otro del lado femenino.
El goce, en tanto sexual, es fálico, es decir que no se relaciona con el Otro como tal. El goce femenino, si bien tiene relación con el Otro -con
mayúscula-, no deja de tener relación tampoco con el goce fálico.
Juan (en “Un padre que nombre”), tiene una simbiosis con su madre, una idealización que lo completa, que no lo hace ver “chico”, sino que lo
deja ganar. En ésta etapa aparece una intolerancia a perder, enojos, angustia, que el autor dice “tienen en él la dimensión de síntoma”, es este
síntoma el goce fálico de la etapa. Él es el falo de su madre, es completo y no necesita más goce que el que le es brindado por esa relación.
Cuando pierde esta relación dual, aunque sea en la fantasía, aparece el síntoma; esto sucede cuando Juan pierde, esto nos muestra que la
relación esta anudada a su corporalidad, y por ende al goce fálico del mismo.
Con respecto a “El sueño de la bella Carnicera”, el deseo de la mujer es, en realidad, que no se realice el deseo de la amiga, de la que está celosa;
pero, identificada como está con ella, lo que aparece en el sueño es que no se realiza su propio deseo. Por esta vía ella encuentra la forma de
redoblar su desconocimiento respecto de lo que sería su propio deseo, frente a su amiga y frente a su marido. En otras palabras, ella ocupa en
su sueño el lugar de su amiga porque ésta ocupa en el ánimo de su marido el lugar que a ella le corresponde y porque quisiera ocupar en la
estimación del mismo el lugar que aquélla ocupa (a pesar de que está colmada sexualmente por su esposo y de que confiesa estar muy
enamorada). De lo que puede fácilmente deducirse el móvil de la envidia: que otro no alcance un goce (relación con goce fálico) que el sujeto,
sin admitirlo, desea para sí. Por otro lado, el goce fálico también puede reflejarse en que la mujer, pone en valor el caviar, pero realiza acciones
para no conseguirlo (le dice al marido que no le traiga caviar); hay detrás un cierto sufrimiento, provocando que el deseo se mantenga
insatisfecho.
Según Lacan, la razón profunda que ha dado lugar a la identificación entre ambas amigas es la pregunta por lo agalmático de la feminidad
(relación con la significación fálica, específicamente con la pregunta sobre la sexualidad: ¿qué es ser mujer? ), y es cierto que la satisfacción del
deseo de caviar o de salmón, incluso del deseo sexual, no terminaría de responderla. Hay un deseo de tener un deseo insatisfecho, típico de la
estructura histérica.
El goce de la mujer es enigmático en la medida en que la feminidad no puede cernirse independientemente de la relación fálica. Resulta imposible
simbolizar aquello en lo que consistiría su “naturaleza femenina”.
El deseo de la histérica de tener un deseo insatisfecho se apoya aquí en el significante caviar. Este deseo se sustituye en el sueño por el deseo
de su amiga, quien también tiene un deseo que quiere dejar sin satisfacer, el de comer salmón ahumado. En el sueño, caviar es sustituido por
salmón. El hecho de que ambos significantes desempeñen para las dos mujeres el mismo papel, que tengan la misma significación, permite la
sustitución y constituye la identificación histérica. Al desmontar la sustitución del caviar por el salmón, Freud halla la metáfora del deseo de la
soñante.
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