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Qué Es La Lucha de Clases

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1. ¿Qué es la lucha de clases?

La lucha de clases es un principio teórico fundamental en la doctrina


filosófica del marxismo y del materialismo histórico.

Propone la existencia de conflictos en la sociedad como consecuencia de una


disputa o antagonismo entre los sectores que la componen (las clases
sociales), en la medida en que cada clase intenta reorganizarla política y
económicamente a su favor. De esta lucha constante, inherente a toda forma
de organización política humana, se desprendería el progreso político y social
que compone la Historia.

Según la propuesta marxista, la sociedad industrial capitalista es la más


reciente de una sucesión de sistemas económicos y sociales en los que ha
existido siempre una tensión entre pobres y ricos, amos y esclavos,
señores feudales y siervos, o en términos contemporáneos, burguesía y
proletariado.

Estas tensiones han dinamitado los sistemas por dentro, apuntando cada vez


más hacia nuevas estructuras más igualitarias, en un proceso que culminaría
en la sociedad sin clases, de igualdad social y económica. Sólo entonces
podría resolverse el conflicto.

El concepto de la lucha de clases es popular entre la militancia


izquierdista y fundamenta la concepción del mundo revolucionaria, que aspira
a detonar la insurgencia de las clases oprimidas para así transitar desde
el capitalismo al comunismo, que sería su forma igualitaria y evolucionada.

Ver además: Clase Obrera.

2. Antecedentes históricos de la lucha de


clases
Los antecedentes de la lucha de clases aparecen en los escritos de Nicolás Maquiavelo.

Aunque fue formulado en (y se atribuye a) la obra de Carlos Marx y Federico


Engels en el siglo XIX, de cuya influencia y popularidad se derivaron las
doctrinas del socialismo, comunismo y el materialismo histórico, los
antecedentes de la lucha de clases pueden rastrearse mucho antes, en los
escritos de Nicolás Maquiavelo (siglo XVI).

El filósofo italiano dividía los bandos en tensión en toda sociedad


políticamente organizada entre “el pueblo” gobernado y “los grandes”
gobernantes. Posteriormente, con el advenimiento de la Era Moderna y el
triunfo de los valores burgueses (como la propiedad privada y el liberalismo),
estas tensiones pasaron a ser entre propietarios y trabajadores. Jean Jacques
Rousseau, François Quesnay, Edmund Burke y el padre del capitalismo,
Adam Smith estudiaron dicho proceso en sus respectivas obras.

Los anarquistas, conviene añadir, fueron quienes asumieron el concepto más


similarmente a como lo planteaba Maquiavelo, dando en el tiempo origen a
una amplia gama de posturas políticas y filosóficas respecto al modo en
que el derrocamiento del Estado burgués debía ocurrir: el anarcocapitalismo,
el antiestatismo, anarconidividualismo, etc.

3. Karl Marx
Carlos Marx (Karl Marx en alemán) fue quien mejor formuló este concepto
y lo popularizó en el mundo contemporáneo. Tomando la línea de
pensamiento que iba de Maquiavelo a Burke, propuso que las tensiones de la
lucha de clases empujaban la rueda de la historia, generando progreso y
cambio social. Sus palabras fueron: “La historia (escrita) de todas las
sociedades existentes hasta ahora es la historia de la lucha de clases”.

Así, Marx formula la “Teoría de la lucha de clases como el motor de la


historia”. En su visión, esta lucha era por apropiarse de los medios de
producción, secuestrados por la propiedad privada y la burguesía para poder
explotar a la clase trabajadora y mantener un estatus de vida privilegiada, a
costa del esfuerzo de la mayoría empobrecida.

La resolución prevista por Marx era la transformación paulatina del capitalismo


hasta que sembrara él mismo las bases de la Revolución, que derrocaría
el orden burgués e instauraría la “Dictadura del proletariado”, necesaria para el
advenimiento de una sociedad sin clases: el comunismo.

4. Consciencia de clase
La doctrina marxista llama “conciencia de clase” a la capacidad de los
individuos y las masas de tener conciencia de a qué clase social
pertenecen, para así actuar en consonancia con las necesidades de su
estamento social y no jugar el juego de las clases dominantes. La alienación
es lo contrario a la conciencia de clase: la imposibilidad de percibir
la explotación capitalista a la cual se somete a los trabajadores.
Esta terminología es muy empleada en los discursos de la izquierda
revolucionaria y las ideologías socialistas, a menudo como un mandato (la
conciencia de clase) o un término peyorativo (la alienación).

Última edición: 6 de diciembre de 2019. Cómo citar: "Lucha de clases

El socialismo para Friedrich Engels, uno de sus teóricos, es un sistema social


y económico caracterizado por el control por parte de la sociedad, organizada con todos sus
integrantes, tanto de los medios de producción como de las diferentes fuerzas de trabajo
aplicadas hacia los mismos.12 Vladimir Lenin expresó en su escrito "Seis tesis acerca de las
tareas inmediatas del poder soviético" que el Estado socialista organizado por la "dictadura del
proletariado" tenía como objetivo sentar las bases del comunismo y se encargaría de la
dirección de la economía bajo el modo de producción "socialista" centralizado. El socialismo
moderno es, en primer término, por su contenido, fruto del reflejo en la inteligencia, por un
lado, de los antagonismos de clase que imperan en la moderna sociedad entre poseedores y
desposeídos, capitalistas y obreros asalariados, y, por otro lado, de la anarquía que reina en
la producción.1La RAE define así el término socialismo: «Sistema de organización social y
económica basado en la propiedad y administración colectiva o estatal de los medios de
producción y distribución de los bienes».3 El socialismo implica, por tanto, una planificación y
una organización colectiva consciente de la vida social y económica. 4
Subsisten sin embargo criterios encontrados respecto a la necesidad de la centralización de la
administración económica mediante el Estado como única instancia colectiva en el marco de
una sociedad compleja,56 frente a la posibilidad de formas diferentes de gestión
descentralizada de la colectividad socialista, tanto por vías autogestionarias como
de mercado, así como mediante el empleo de pequeñas unidades económicas socialistas
aisladas y autosuficientes.78El primer acto en que el Estado se manifiesta efectivamente como
representante de toda la sociedad: la toma de posesión de los medios de producción en
nombre de la sociedad, es a la par su último acto independiente como Estado. 9
Existen también discrepancias sobre la forma de organización política bajo el socialismo para
lograr o asegurar el acceso democrático a la sociedad socialista a clases sociales o
poblaciones,10 frente a la posibilidad de una situación autocrática por parte de
las burocracias administrativas.11 Las formas históricas de la organización social de tipo
socialista pueden dividirse entre determinadas evoluciones espontáneas de ciertas
civilizaciones de carácter religioso y las construcciones políticas establecidas por proyectos
ideológicos deliberados. De estas se destacan, respectivamente, el Imperio inca12 y la Unión
Soviética.

Índice
 1Concepto
o 1.1Origen de la palabra socialismo
o 1.2Socialismo y comunismo
o 1.3Socialismo como movimiento político
 2Historia
o 2.1La influencia de la Ilustración y el socialismo utópico
o 2.2Los debates entre los socialistas clásicos
o 2.3El socialismo en el siglo XX
o 2.4El socialismo del siglo XXI
 3Véase también
o 3.1Conceptos relacionados
o 3.2Socialismo marxista
o 3.3Socialismo no marxista
 4Referencias
 5Bibliografía
 6Enlaces externos

Concepto[editar]
Origen de la palabra socialismo[editar]
Al parecer la palabra socialismo fue empleada por primera vez por el monje Ferdinando
Facchinei en 1766 para referirse a la doctrina de los que defendían el contrato social como el
fundamento de la organización de las sociedades humanas. Veinte años más tarde, otro autor
italiano Appiano Buonafede volvió a utilizarla. Sin embargo, la palabra socialismo, en el
sentido moderno del término, no aparece hasta 1830 en Gran Bretaña y en Francia, casi
simultáneamente, para designar las ideas de los seguidores de Robert Owen y de Henri de
Saint-Simon. El primer uso preciso del neologismo se suele atribuir
al sansimoniano francés Pierre Leroux quien en el número de octubre-diciembre de 1833 de
la Revue encyclopédique publicó un artículo titulado Del individualismo y del socialismo,
aunque en él criticaba ambas doctrinas por considerarlas el resultado de la exageración de la
idea de libertad, la primera, y de la idea de asociación, la segunda. 13 Sin embargo, en una nota
añadida a la reimpresión del artículo años más tarde escribió: 14
Desde hace algunos años, nos hemos acostumbrado a llamar socialistas a todos los pensadores que se
ocupan de reformas sociales, a todos los que critican y reprueban el individualismo… y en este aspecto
yo mismo, que siempre he combatido el socialismo absoluto, soy designado hoy como socialista. […]
Soy socialista sin duda, si se quiere entender por socialista la doctrina que no sacrifica ninguno de los
términos de la fórmula Libertad, Fraternidad, Igualdad, Unidad, sino que todos los aúna.

Entre agosto de 1836 y abril 1838 Louis Reybaud publicaba en la Revue des deux


mondes tres estudios bajo el título de Socialistas modernos dedicados a Saint-Simon,
a Charles Fourier y a Robert Owen, y en los que confirmaba que el término socialismo, en su
sentido moderno, había surgido hacia 1830.14
Como ha destacado Jean-Paul Thomas, toda «palabra nueva, responde a realidades nuevas.
Las doctrinas sociales no surgen casualmente a principios del siglo XIX. Tienen como origen
inmediato la revolución industrial y la miseria que le acompaña… Contraponen a la búsqueda
egoísta del provecho la visión de una comunidad de productores ligados unos a otros por una
solidaridad fraternal». Según este autor las raíces del socialismo hay que buscarlas en las
propuestas igualitarias de los grupos «radicales» de la Revolución Francesa, como la
del enragé Jacques Roux que escribió en 1793, denunciando los acaparamientos de los
bienes de subsistencia: «los productos de la tierra, como los elementos, pertenecen a todos
los hombres. El comercio y el derecho de propiedad no pueden consistir en hacer morir de
miseria y de inacción a nuestros semejantes». 14

Socialismo y comunismo[editar]
Unos diez años después de la aparición de los términos «socialismo» y «socialista» surgieron
en Francia las palabras «comunismo» y «comunista» y su uso se difundió
rápidamente. Étienne Cabet y el neobabuvista Jean-Jacques Pillot las emplearon de inmediato
y el adjetivo «comunista» fue usado para referirse a un banquete organizado por Pillot
celebrado el 1 de julio de 1840 en las afueras de París en el que participaron más de mil
comensales, en su mayoría obreros, y en el que se defendió la necesidad de aplicar reformas
que no fueran meramente políticas para alcanzar una «igualdad real». 15 En junio de 1843 el
poeta alemán Heinrich Heine, quien desde hacía más de diez años vivía en París, advirtió de
su crecimiento: «Los comunistas son en Francia el único partido que merece atención». 16
Desde Francia los términos «comunismo» y «comunista» se difundieron por los Estados
alemanes y por Suiza, gracias al libro de Lorenz von Stein publicado en 1842 en Leipzig con el
título El socialismo y el comunismo en la Francia de hoy (Der Sozialismus und Communismus
des heutigen Frankreichs) —Wilhelm Weitling, August Becker y otros los utilizaron enseguida
—, y también por Gran Bretaña a través de otros canales. Así el término «comunismo» fue
sustituyendo progresivamente al originario de «socialismo» o al menos se confundió con él. 17
Según Jean Bruhat, en la década de 1840 «comunista» y «socialista» no eran términos
completamente equivalentes ya que los comunistas se distinguían por unas ideas que en ellos
estaban más claramente afirmadas que en los socialistas, como la realidad de la lucha de
clases de la que se derivaba la necesidad de la revolución —la conquista del Estado— para
alcanzar la nueva sociedad, pues para cambiar al hombre había que cambiar el régimen
económico y social en el que vivía, como lo advirtió el neobabuvista Théodore
Dézamy cuando criticaba a los que creían «que para modelar al hombre a su gusto bastaría
proponérselo de un modo testarudo y enérgico».18 Estas diferencias fueron las que motivaron
que Karl Marx y Friedrich Engels adoptaran el término «comunista» y no el de «socialista»
para llamar a la Liga que fundaron en 1847 y al manifiesto de la misma hecho público al año
siguiente. Engels explicó en 1890 que en aquellos años «la parte de los obreros que,
convencida de la insuficiencia de las revoluciones meramente políticas, exigía una
transformación radical de la sociedad, se llamaba entonces comunista» mientras que la
mayoría de los que se hacían llamar «socialistas» «se hallaban fuera del movimiento obrero y
buscaban apoyo más bien en las clases "instruidas"», «y como nosotros ya en aquel tiempo
sosteníamos muy decididamente el criterio de que "la emancipación de la clase obrera debe
ser obra de la clase obrera misma", no pudimos vacilar un instante sobre cuál de las dos
denominaciones procedía elegir».19
Después de 1848, los términos «socialismo» y «comunismo» se afirmaron y se superpusieron,
identificándose en unos períodos y diferenciándose en otros, y también se utilizaron para
caracterizar etapas de desarrollo histórico distintas. 20 El sociólogo francés Émile
Durkheim afirmó que en el «comunismo», a diferencia del «socialismo», la contribución a la
producción común era libre y no planificada mientras que el consumo se vivía en común. 21
Poco después Lenin en El Estado y la revolución (1917) utilizó la palabra «socialismo» para
referirse a la primera etapa en la consecución de la sociedad sin clases o «comunismo»,
caracterizada por la organización colectiva de la producción y la distribución en tanto
que el consumo seguiría siendo particular.22
Según el marxismo, en un sistema socialista, al establecerse la propiedad social (colectiva) de
los medios de producción, desaparece cualquier forma de propiedad privada de los bienes de
capital y con esta el capitalismo como forma de apropiación del trabajo asalariado, una forma
de explotación por vía económica. Por lo tanto el socialismo constituye el primer paso para la
extinción de las clases sociales (o comunismo) dando así por superada la lucha de
clases como motor del progreso histórico.23

Socialismo como movimiento político[editar]


Por extensión se define como socialista a toda doctrina o movimiento que aboga por su
implantación. Frecuentemente existen diferentes movimientos políticos que adoptan el título
de Socialismo: desde aquella fecha existen ideas de búsqueda del bien común e igualdad
social, hasta los proyectos reformistas de construcción progresiva de un Estado socialista en
términos marxistas, o las variantes pre y post-marxistas de socialismo (sean obreristas o
nacionalistas), o al intervencionismo, conceptos de socialismo o de sus métodos que pueden
variar drásticamente según varíen los interlocutores políticos y que algunas veces se
distancian en mayor o menor medida de su etimología: estatistas, nacionalistas,
marxistas, cooperativistas, corporativistas gremiales clásicos, socialistas de renta, socialistas
de mercado, mutualistas, socialdemócratas modernos, etc.
El socialismo continúa siendo un término de fuerte impacto político, que permanece vinculado
con el establecimiento de un orden socioeconómico construido por, para, o en función de, una
clase trabajadora organizada originariamente sin un orden económico propio, y para el cual
debe crearse uno público (por vía del Estado o no), ya sea mediante revolución o evolución
social o mediante reformas institucionales, con el propósito de construir una sociedad sin
clases estratificadas o subordinadas unas a otras; idea esta última que no era originaria del
ideario socialista sino del comunista y cuya asociación es deudora del marxismo-leninismo. La
radicalidad del pensamiento socialista no se refiere tanto a los métodos para lograrlo sino más
bien a los principios que se persiguen.
Existen diferencias entre los grupos socialistas, aunque casi todos están de acuerdo en que
están unidos por una historia en común que tiene sus raíces en el siglo XIX, en las luchas de
los trabajadores siguiendo los principios de solidaridad y vocación a una sociedad igualitaria,
con una economía que pueda, desde su punto de vista, servir a la totalidad de la población en
vez de a unos pocos.
Por otro lado el significado de facto del socialismo ha ido cambiando con el transcurso del
tiempo. Así en el marxismo-leninismo el socialismo es considerado como la fase previa
al comunismo, mientras que en la socialdemocracia con el término de socialismo se alude a la
redistribución de la riqueza mediante la aplicación de un sistema fiscal progresivo.

Historia[editar]
La influencia de la Ilustración y el socialismo utópico[editar]
Inglaterra fue una de las dos cunas del socialismo «utópico». Existieron dos causas
importantes que dan al socialismo utópico inglés su carácter peculiar: la revolución industrial,
con su cortejo de miserias para el desarrollo del Proletariado británico, y el desarrollo de una
nueva rama de la ciencia: la economía política, concepto asociado a la búsqueda de dominio
titular de las ciencias políticas.
En Francia tuvo un carácter más filosófico que en Inglaterra. Su primer representante fue el
conde Henri de Saint-Simon, considerado por Engels el creador de la idea en estado
embrionario que sería utilizada por todos los socialistas posteriores. 24 Propuso la Federación
de Estados Europeos, como instrumento político para controlar el comienzo y desarrollo de
guerras. Al mismo tiempo Charles Fourier, concibió los falansterios (comunidades humanas
regidas por normas de libre albedrío e ideologías económicas socializadas).

Los debates entre los socialistas clásicos[editar]


Mijaíl Bakunin, ideólogo político, defensor de la independencia individual y colectiva.

Poco después aparece la teoría comunista marxista que desde una teoría crítica


del comunismo, desarrolla una propuesta política: el «socialismo científico». Karl Marx postula
en una de sus obras la diferenciación entre «valor de mercado» y «valor de cambio» de una
mercancía y la definición de plusvalía, siendo estas sus mayores contribuciones a la economía
política; no obstante, los economistas modernos no utilizan estos conceptos del mismo modo
que lo hacen los seguidores de la escuela marxista del pensamiento económico,
argumentando que la teoría expuesta por Marx no contempla la interacción total de la ciencia
económica y se ve parcializada por el comunismo. Entre los socialistas hubo una muy pronta
división entre marxistas y anarquistas los cuales eran la esencia más cercana a la ideología
marxista. El marxismo como teoría recibió muchas críticas, algunas de ellas constituirán
durante muchas décadas la base ideológica de la mayoría de partidos socialistas. Más tarde,
a raíz de la Revolución rusa y de la interpretación que le dio Lenin, el leninismo se convertiría
en foco de admiración de los partidos comunistas, agrupados bajo la III Internacional.
La teoría marxista se construye conjuntamente con el anarquismo. El anarquismo se podría
inscribir dentro de los conceptos tempranos del socialismo, que como ideal busca que las
personas decidan sobre sus vidas libre e independientemente; la abolición del Estado y de
toda autoridad; exaltando al individuo.
La meta del socialismo es construir una sociedad basada en la igualdad,
la equidad económica, la iniciativa personal, la cooperación moral de un individuo, eliminando
las compensaciones estratificadas por esfuerzo, promoviendo estructuras políticas y
económicas de distribución como por ejemplo el seguro social.
Friedrich Engels, filósofo socialista alemán.

El socialismo en el siglo XX[editar]


El socialismo alcanzó su apogeo político a finales del siglo XX en el bloque comunista de
Europa, la Unión Soviética, estados comunistas de Asia y del Caribe.
Durante la segunda mitad del siglo XX fue de gran importancia para el llamado bloque
socialista (conjunto de los países controlados por la Unión Soviética tras la contraofensiva en
el frente oriental durante la Segunda Guerra Mundial), donde la URSS impuso sistemas de
gobierno socialistas dependientes.
Tras la Segunda Guerra Mundial, la tensión militar-ideológica entre el bloque socialista,
encabezado por la Unión Soviética, y el capitalista, encabezado por Estados Unidos,
desembocó en un enfrentamiento político que se conocería como Guerra Fría. Se conoció de
ella extraoficialmente y fue la competencia por la superioridad en todos los aspectos y lograr
así el dominio completo (pero no directo) de la mayor cantidad de países. Culminó con la
disolución política de la URSS, tras una crisis agravada por su situación económica y política y
fuertes presiones externas, acompañada de una pronunciada crisis en los demás estados
socialistas, principalmente los europeos.

El socialismo del siglo XXI[editar]


Artículo principal: Socialismo del Siglo XXI

El socialismo del siglo XXI es un concepto que aparece en la escena mundial en 1996, a
través de Heinz Dieterich Steffan.25 El término adquirió difusión mundial desde que fue
mencionado en un discurso por el entonces presidente de Venezuela, Hugo Chávez, el 30 de
enero de 2005, desde el V Foro Social Mundial.
En el marco de la Revolución Bolivariana, Chávez señaló que para llegar a este socialismo
habrá una etapa de transición que denomina como Democracia Revolucionaria. Hugo Chávez
expresó “Hemos asumido el compromiso de dirigir la Revolución Bolivariana hacia el
socialismo y contribuir a la senda del socialismo, un socialismo del siglo XXI que se basa en la
solidaridad, en la fraternidad, en el amor, en la libertad y en la igualdad” en un discurso a
mediados de 2006. Además, este socialismo no está predefinido. Más bien, dijo
Chávez “debemos transformar el modo del capital y avanzar hacia un nuevo socialismo que
se debe construir cada día”.

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