Mentes Triunfadoras en La Organización
Mentes Triunfadoras en La Organización
Mentes Triunfadoras en La Organización
Pensemos unos instantes por favor. El triunfo se relaciona íntimamente con el éxito. Y el éxito
puede variar en su interpretación de persona en persona. Puede significar un tema económico,
familiar, espiritual, profesional, etc. Sin embargo cualesquiera fuese su interpretación, existe un
factor común que siempre se encuentra presente en una mentalidad triunfadora y es la forma en
que pensamos.
1. El triunfador piensa siempre en positivo. Eso es una constante en su vida y por lo tanto, procura
no quejarse ante las adversidades, sino más bien encontrar oportunidades en los problemas. Aquí
es donde empieza el desarrollo de la parte emocional versus la tradicional parte técnica o
intelectual que nos enseñan desde niños. ¿Ud. preferiría contar con una persona que confía en sí
misma o en otra que no confía? Sin temor a equivocarme creo que la gran mayoría elegiremos a la
primera, sencillamente porque podrá desenvolverse mejor y tomar decisiones sin necesidad que
la estén vigilando constantemente. En otras palabras, la persona que confía en sí misma es
mayormente autónoma, desarrolla su criterio y no necesita que le digan a cada rato que hacer. Se
vuelve proactiva y por el contrario, estimula a que otras personas también empiecen a
desarrollarse. El hecho de confiar en uno mismo es la primera pieza clave para conseguir una
mentalidad triunfadora.
2. La persona triunfadora posee una sana ambición. Tradicionalmente se ha considerado como mala
o dañina a la ambición. Nada más alejado de la realidad. Rompamos el paradigma, la ambición es
muy diferente a la codicia. Cuando uno ambiciona algo, aspira a lograr algo, realizar algo, ser algo.
No es simplemente el desear hacer las cosas, hay que ponerse a trabajar muy duro para
conseguirlo. Por lo tanto, es altamente recomendable estimular una sana ambición entre las
personas, siendo niños inclusive es importante inculcar, sembrar en los niños un por qué vivir, que
les impulse a ser cada día mejores personas, que puedan a su vez ayudar a otras menos
favorecidas. La codicia por el contrario es querer las cosas para uno solo, acaparar con las cosas
sin compartir ni ayudar. Una persona codiciosa se vuelve inevitablemente egoísta y muchas veces
amargada de su vida porque en lo profundo de su ser sabe que lo que está haciendo está mal.
3. El triunfador desea y busca la felicidad. Esto va íntimamente ligado con el pensamiento positivo.
En Neurociencias existe un concepto que indica “para cada acción existe un motivo” y esto
equivale a decir que cada motivo parte de una emoción que se ha tenido por anticipado. Los seres
humanos somos esencialmente emociones y si estas de repente se vuelven negativas, pues
impulsarán a tener pensamientos negativos, los cuales inevitablemente nos llevarán a realizar
acciones negativas, muchas veces de forma inconsciente. En otras palabras, cada vez que
logramos controlar nuestras emociones y nos obligamos en eliminar las negativas –
convirtiéndolas en positivas- estaremos en capacidad de controlar nuestros actos y responder de
forma efectiva ante las situaciones que atravesemos.
4. La persona triunfadora reconoce el apoyo de los demás. Nadie trabaja solo, es imposible pensar
en alguien que logre resultados sin necesitar de alguien más. A esto se le conoce comúnmente
como trabajar en equipo. Sin embargo, no solo es necesario trabajar en equipo sino también
reconocer el mérito que le corresponde a cada integrante del equipo. En otras palabras, SER
AGRADECIDO y reconocer la importancia del trabajo que realizan los demás es un punto
fundamental en el pensamiento de toda persona triunfadora. Agradecer nos permite abrirnos
más ante la gente, en volvernos personas de confianza y a la postre nos convierte en mejores
personas. ¿Conoce personas que son agradecidas en su organización?
5. El triunfador es un idealista. En una época como la nuestra se hace mucho énfasis en el estilo de
vista consumista. La palabra consumismo viene del vocablo griego “consumere” que significa
gastar, lo que implica que cada vez estamos más interesados en gastar para satisfacer nuestros
propios deseos. Esto es justamente lo que nos aleja de los ideales, que son expresiones que nos
acercan a la excelencia de los valores. Las personas triunfadoras luchan por un ideal, un “por qué
vivir”, que va más allá del bienestar de su familia o su entorno social ya que están convencidas de
que los valores son la base del ser humano y que solo a través de ellos podemos hacer un mundo
mejor.
Finalmente podemos afirmar que para generar un cambio en la mentalidad de los colaboradores
de cualquier tipo de organización, se requieren priorizar los aspectos emocionales sobre los
técnicos. Esto implica genera un liderazgo participativo donde pueda mostrarse al personal las
oportunidades que implican el cambio de pensamiento tradicional por uno progresista que se
muestra lleno de oportunidades. Trabajar en los diferentes aspectos que se han comentado es
una tarea de evangelización que debería formar parte obligatoria en la agenda de todo mando en
la organización, la cual permite obtener resultados extraordinarios y sorprendentes con el
personal, ya que al cambiar el pensamiento del colaborador, cambiará su actitud en el trabajo y
por lo tanto sus resultados también se traducirán en una mayor productividad. Todo esto como
consecuencia de que la sensación de libertad es mayor al volverse una persona triunfadora.
Tablear de Cheirdana sacerdote francés jesuita de principios del S. XIX decía: