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MyE: Tema 2, Emoción PDF

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Motivación y Emoción

Tema 2. La emoción

1. Introducción
Las emociones representan complejos estados psicológicos y fisiológicos que muestran un índice de valor
atribuido a la ocurrencia de un acontecimiento. Estos estados son tan complejos como lo es el nicho
adaptativo en que se desenvuelve nuestra especie.
La emoción influye inexorablemente sobre toda la especie humana, tanto sobre la razón como en las
conductas en que actuamos de forma automática sin que en ellas medie la razón consciente. La ausencia de
equilibrio emocional es tan importante que se le considera la causa de la infelicidad y la base sobre la que se
asientan los trastornos emocionales.

2. ¿Qué es una emoción?


El término emoción es ambiguo, carece de límites precisos, esto hace que casi todo el mundo piensa que
sabe qué es una emoción hasta que intenta definirla. En este momento prácticamente nadie parece
entenderla.
La mayoría de los autores suscriben definiciones operacionales que incluyen explícita o implícitamente el
concepto de multidimensionalidad, entendiendo que la emoción está compuesta por tres sistemas de
respuesta claramente diferenciados: 1) el neurofisiológico-bioquímico; 2) el motor o conductual expresivo, y
3) el cognitivo o experiencial-subjetivo.
En definitiva, las emociones son reacciones psicofisiológicas que representan modos de adaptación a ciertos
estímulos del individuo cuando percibe un objeto, persona, lugar, suceso, o recuerdo importante.
• Psicológicamente, las emociones alteran la atención, hacen subir de rango ciertas conductas guía de
respuestas del individuo y activan redes asociativas relevantes en la memoria.
• Fisiológicamente, las emociones organizan rápidamente las respuestas de distintos sistemas biológicos,
incluidas las expresiones faciales, los músculos, la voz, la actividad del SNA y la del sistema endocrino, a fin
de establecer un medio interno óptimo para el comportamiento más efectivo.
• Conductualmente, las emociones sirven para establecer nuestra posición con respecto a nuestro entorno,
y nos impulsan hacia ciertas personas, objetos, acciones, ideas y nos alejan de otros.

Según Palmero, las emociones son procesos multidimensionales episódicos de corta duración que,
provocados por la presencia de algún estímulo o situación interna/externa, que ha sido evaluada y valorada
como potencialmente capaz de producir un desequilibrio en el organismo, dan lugar a una serie de cambios
o respuestas subjetivas, cognitivas, fisiológicas y motor-expresivas ; cambios que están íntimamente
relacionados con la adaptación de un organismo a las condiciones específicas del medio ambiente en
continuo cambio.

3. Descriptores emocionales
Habitualmente empleamos términos como ''estado de ánimo'' o ''sentimiento'' como sinónimos de emoción,
cuando, en realidad, poseen características propias que los distinguen de la emoción.
El afecto es el descriptor más primitivo, general e inespecífico para presentar la experiencia emocional; no
precisa ser etiquetado, interpretado o atribuido a causa concreta alguna. Básicamente describe la valoración
que hacemos de las distintas situaciones a las que nos enfrentamos; se considera que existe una tendencia
innata hacia el afecto positivo, de tal manera que la meta de toda persona es generalmente el hedonismo. Es
muy duradero y tiene un carácter difuso, no estando causado por acontecimientos discretos sino por la
concatenación de estados de ánimo y emociones que experimentamos. La mayoría de las investigaciones
apunta la existencia de dos actores ortogonales: un continuo placer/displacer y la activación.
El humor o estado de ánimo es una forma específica de estado afectivo, que implica la existencia de un
conjunto de creencias acerca de la probabilidad que tiene el sujeto de experimentar afecto positivo o
negativo en el futuro. Tiene duración de varios días, causado normalmente por una causa que aparece
relativamente remota en el tiempo.
Al contrario que las emociones, el humor posee un carácter difuso, tiene una mayor duración, carece de
expresión facial propia y provoca una activación fisiológica menor. Es un estado afectivo no intencional en el
que no tiene por qué existir un objeto que lo cause, de tal modo que una emoción puede también
convertirse en humor cuando deja de focalizarse la atención en el objeto emocional o cuando éste es
inespecífico.
Emoción y estado de ánimo se diferencian también en el grado de activación fisiológica y cortical que
provocan. Así, mientras que en la emoción acaecen intensos estados de activación cortical que conducen al
organismo hacia una acción inmediata, en el estado de ánimo se da un estado más sostenido, a la vez que
menos intenso, manteniéndolo más responsivo a la estimulación. Una emoción es una forma concreta de
afecto provocada por un fenómeno intencional, de menor duración pero mayor intensidad que el humor.
El sentimiento constituye la experiencia subjetiva de la emoción. Son representaciones mentales de los
cambios fisiológicos que caracterizan a cada una de las experiencias emocionales, así como de los objetos y
estados que provocan el procesamiento emocional. Los sentimientos son las disposiciones a responder
afectivamente ante ciertos tipos de específicos de eventos. Puede entenderse como un conjunto de
esquemas cognitivos en torno a información sobre valoraciones, los cuales se actualizan continuamente
reflejando un sentimiento.

Humor/Estado
Afecto Emoción Sentimiento
de ánimo
Grado de > Afecto
General Alta Alta
especificidad < Emoción
Origen General Hechos próximos Inmediato Inmediato
Duración Semanas Horas/días Segundos/minutos Segundos
Objeto/Antecedentes Difuso-global Específico
Activación Tónica Fásica

4. Las funciones de la emoción


La principal función de las emociones es contribuir a la adaptación. Sin embargo, se confundió el papel
adaptativo de las emociones con algunas manifestaciones disfuncionales presentes en ciertos episodios o en
trastornos emocionales. Un creciente número de investigaciones ha demostrado que la inhibición de la
expresión de acontecimientos emocionalmente significativos induce una marcada hiperactivación fisiológica,
provoca inmunodepresión y efectos adversos en la salud a medio y largo plazo; además, induce sesgos
cognitivos sobre el procesamiento de la información emocional, a la vez que dificulta los procesos de
afrontamiento adaptativo.
Diferenciamos entre funciones intra e interpersonales:
1. Funciones intrapersonales . Las emociones permiten:
– Coordinar los sistemas de respuesta subjetivos, fisiológicos y conductuales.
– Cambiar las jerarquías conductuales, activando conductas que pueden estar inhibidas.
– Proveen de un soporte fisiológico para conductas tales como la retirada o la lucha.
– Favorecen el procesamiento inmediato de la información, facilitando infinitas posibilidades de acción
para adaptarse a las demandas ambientales.
– Son un índice de señalamiento (valoración) de la información relevante.
2. Funciones interpersonales. Del mismo modo, las emociones se caracterizan:
– Permiten comunicar intenciones y controlar. La expresión facial, los gestos, la voz y las posturas
corporales cumplen importantes funciones de comunicación de nuestro estado emocional a los
otros. El valor de estas funciones es doble: permiten dar a conocer cómo nos sentimos, así como
para influir en la conducta de otros.
– Establecen y estructuran nuestra posición con relación a los demás y sus ideas, establecen un
espacio entre nosotros y los otros, nos aproximan o alejan, atraen hacia nosotros o provocan
rechazo, facilitan o dificultan la interacción social.

5. El proceso emocional
El proceso emocional es la secuencia completa que recoge desde los antecedentes de la emoción hasta la
respuesta emocional, pasando por los procesos que median durante toda la secuencia.
Las emociones pueden desencadenarse por muy diversas vías:
• A nivel neurobiológico, una emoción puede generarse por causa de la actividad de ciertas
estructuras cerebrales y neurotransmisores, en respuesta a la información percibida y procesada.
• Desde un punto de vista afectivo, las emociones pueden explicarse en función de procesos
sensoriales-perceptivos; por último, diversos factores cognitivos pueden también desencadenarlas

como consecuencia de procesos de evaluación y valoración.
• La cultura ejerce también un papel importante mediador sobre los acontecimientos inter e
intrapersonales que anteceden a una emoción, ya que muchos de ellos son aprendidos socialmente.

Las características del estímulo


Para poder desarrollarse el proceso emocional, se precisa un estímulo capaz de desencadenarlo; este puede
ser interno o externo, estar presente o ausente, ser actual o pasado, real o irreal. En cualquier caso, ha de
poseer características capaces de desencadenar el proceso emocional. Entre ellas, las más significativas son:
1) su grado de novedad e incertidumbre; 2) su carácter placentero o displacentero; 3) su capacidad para ser
controlados, y 4) su compatibilidad con las normas y el autoconcepto del sujeto.
Cada uno de estos grupos de estímulos posee capacidad de desatar mecanismos de sensibilidad afectiva .
En otras palabras, la emoción se inicia cuando el sujeto focaliza la atención en algún cambio o discrepancia,
generando un estado de preparación pre-emocional, que puede o no, conducir finalmente a una emoción.
Sin embargo, no es el estímulo en sí mismo, sino la interpretación que de éste se hace, lo que en última
estancia facilita comúnmente la respuesta emocional.

La percepción del estímulo


Sin la percepción (consciente o no) de un estímulo, el sujeto no adquiere conocimiento acerca de la
existencia de un evento relevante para su estabilidad, imposibilitándose el inicio del proceso.
En el caso de una percepción consciente, el sujeto percibe la presencia de un estímulo que, dadas sus
características particulares, posee la suficiente intensidad para captar su atención. La percepción consciente
está modulada por diversas variables intrapersonales que modulan los antecedentes de la emoción:
– El nivel hedónico o tono emocional, es decir, el estado de ajuste y bienestar subjetivo.
– El grado de labilidad afectiva, es decir, la inestabilidad o tendencia al cambio y expresión frecuente
del estado de ánimo.
– La reactividad emocional, la intensidad personal característica de las respuestas emocionales a
estímulos emocionales.
– Los rasgos emocionales (tendencia a experimentar y responder con diversos estados de ánimo)
influyen en los umbrales para percibir y experimentar diversos grupos de emociones.
Por su parte, en la percepción no consciente , el estímulo no posee la suficiente intensidad para captar la
atención consciente del sujeto, si bien se produce un procesamiento de la estimulación a bajo nivel, incapaz
de aflorar a la conciencia. Este procesamiento de carácter básico, que posee igualmente capacidad para
desencadenar el proceso emocional, es especialmente útil y adaptativo en situaciones en que se precisa una
respuesta inmediata, casi automática, para adaptarnos a situaciones potencialmente lesivas.
La evaluación
La gente responde con diferentes emociones ante la misma situación, dependiendo de cómo la interprete o
valore en función de una serie de dimensiones o categorías. Las valoraciones están determinadas también
por otros factores, tales como las diferencias individuales y temporales a la hora de definir respuestas
emocionales; estos procesos pueden explicar también la existencia de respuestas emocionales
desadaptativas cuando las valoraciones situacionales sean inadecuadas.
Si bien las emociones están mediadas por los procesos valorativos, éstos no tienen por qué ser conscientes ni
necesarios, como en el caso de las emociones causadas por el dolor o el hambre.
Para que uno de estos antecedentes se constituya en precursor de la emoción es precisa su evaluación en
función de parámetros afectivos. Este proceso implica la interpretación ( evaluación), así como la estimación
de la repercusión personal (valoración) que acarrea el estímulo.
Repetidamente se ha debatido en torno a la necesidad de la evaluación consciente para suscitar una
emoción (Lazarus). Así, mientras que unos investigadores sostienen la necesidad del análisis consciente del
sentido o significado de un estímulo (proceso postcognitivo ), otros postulan que la emoción puede
desatarse en ausencia de valoración consciente de las características estimulares (proceso precognitivo).
Bajo las circunstancias en las que el subproceso evaluativo-valorativo es inconsciente, éste posee
connotaciones homeostáticas, ya que faculta al organismo para reaccionar cohesionadamente de forma
defensiva ante un estímulo que es rápidamente considerado como potencialmente desestabilizador, con el
objetivo de reducir con prontitud la probabilidad de un daño o desequilibrio, ya que una demora en la
respuesta podría ser crucial para la supervivencia.
Este tipo de respuesta rápida e inmediata, adaptativa y funcional, se ejecuta mediante la vía corta o rápida
(LeDoux), una vía extralemniscal que une directamente el tálamo con la amígdala sin la participación de la
corteza cerebral, facilitando así la respuesta adaptativa.
Sin embargo, cabe también la posibilidad de que el estímulo que, de forma no consciente, provocó las
respuestas fisiológicas no sea identificado. En este caso, en ausencia del estímulo que dé color emocional al
estado de activación, bien puede ser experimentado como malestar ausente de carácter emocional, o bien
como una emoción discreta fruto de la atribución a factores orgánicos propios o del entorno, dependiendo
del tipo de intensidad de los cambios fisiológicos que suscite.
Por su parte, ante emociones más complejas en las que la conciencia juega un papel determinante, se
requiere la participación de otras estructuras corticales en su evaluación. Éstas emplean la vía larga, la cual
permite explicitar (vía lenguaje) las decisiones que implican la conciencia y la toma de decisiones. Se trata de
un proceso de tipo controlado, en contraposición a la automaticidad de la vía corta.

La respuesta
las respuestas emocionales humanas son fenómenos multidimensionales que abarcan cogniciones,
reacciones viscerales, humorales e inmunológicas, gestos, vocalizaciones y manifestaciones expresivas;
orientaciones posturales y conductas manifiestas o combinaciones de éstas.
La teoría propuesta por Lang afirma que la emoción se expresa de manera casi simultanea mediante tres
sistemas de respuesta. Los componentes de esta tríada se corresponden con las respuestas cognitivas,
fisiológicas y motoras. La escasa relación entre los resultados de la evaluación de una emoción mediante
estos tres sistemas (fraccionamiento de respuesta) ilustra el funcionamiento relativamente independiente
de éstos.

La respuesta fisiológica
Consecuente con la evaluación valorativa, la respuesta fisiológica puede ser consciente o inconsciente; en el
primer caso el organismo reacciona de manera específica y concordante con la emoción subjetivamente
experimentada, mientras que en el segundo la respuesta, si bien puede ser específica de la emoción que se
acaba de desencadenar de forma ajena al conocimiento consciente del individuo, puede también provocar
una reacción indiferenciada de defensa general o evitación.

La experiencia emocional (sentimiento)


Consiste en la toma de decisiones de la ocurrencia de una emoción, cuyo núcleo principal es el placer o
displacer que se desprende de la situación. Los sentimientos son los registros de salida que el cerebro
elabora para interpretar los cambios corporales, así como los cambios en los estados de conciencia que
causan las emociones, esto implica que los sentimientos son necesarios, pero no suficientes para que se
produzca una emoción.
La orexis
La orexis describe las tendencias de acción, el deseo, los impulsos fruto de los subprocesos emocionales que
con anterioridad se han experimentado, permitiendo entender cómo los procesos evaluativos y valorativos
provocan conductas intencionales.
Estas conductas pueden ser altamente complejas, entre las que se incluyen las relacionadas con el control de
la propia extensión emocional (control de la expresión) así como con la ausencia de expresión emocional
(represión emocional). Esta característica confiere a las emociones una dimensión motivacional altamente
relevante.

El afrontamiento
El afrontamiento es un proceso psicológico que se pone en marcha cuando en el entorno se producen
cambios no deseados o estresantes, o cuando las consecuencias de estos sucesos no son las deseables. Es el
conjunto de esfuerzos cognitivos y conductuales que están en un constante cambio para adaptarse a las
condiciones desencadenantes, y que se desarrollan para manejar las demandas, tanto internas como
externas, que son valoradas como excedentes o desbordantes para los recursos de la persona.
• Atendiendo al método utilizado en el afrontamiento, distinguimos entre el afrontamiento activo que
moviliza esfuerzos para la solución de la situación, del afrontamiento pasivo en el que se inhibe toda
actuación.
• Según la focalización del afrontamiento, se distingue entre el afrontamiento dirigido al problema en
el que se intentan controlar las condiciones responsables del problema, del dirigido a la respuesta
emocional, en el que se pretende controlar la propia respuesta emocional observable.
• Teniendo en cuenta el tipo de actividad movilizada en el afrontamiento, se distingue entre formas
de actividad cognitiva o actividad conductual.

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