SARA (Con Errores de Paginación) PDF
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ficos. Se movilizan las propias víctimas, los abogados, los médicos, los
psicólogos, los trabajadores sociales, los sociólogos y los antropólogos.
Todos estos actores involucrados pueden encontrar beneficios de la utili-
zación de un esquema como la SARA, que facilita la sistemática de estu-
dio del riesgo de violencia basado en hallazgos de estudios empíricos.
Asimismo, la SARA facilita la revisión, por parte de terceros, de cómo se
ha realizado la evaluación. Si bien diversos aspectos de la SARA son su-
mamente técnicos y requieren que el evaluador esté capacitado en cien-
cias de la conducta o la salud mental, el esquema, en general, puede ser
útil para todos los profesionales que necesiten revisar, interpretar y, even-
tualmente, cuestionar una evaluación.
8
INTRODUCCION
9
1994; Canadian Panel on Violence Agaisnt Women, 1993; Koss et al., 1994;
Kurz, 1993; O’Leary et al., 1989; Walker, 1989). Por esta razón, la mayoría
de los comentarios en este manual se centran en la agresión hacia las espo-
sas, aunque también se aplican a otras formas de violencia conyugal.
10
FORMATO
11
2
En este sentido, la SARA una guía de evaluación o lista de cotejo (es de-
es similar a varios instrumentos
de evaluación forense común-
cir, marco de referencia, conjunto de pautas y
mente usados (véase Grisso, ayuda memoria); una forma de garantizar que
1986). los evaluadores consideren y ponderen la in-
3
Este trabajo se inspiró, en
parte, en el clásico texto de
formación pertinente2. El objetivo fue diseñar
Monahan (1981) y se intentó un esquema sistemático, completo, pero que no
considerar sus advertencias y requiera evaluaciones demasiado complejas o
recomendaciones de la mejor
forma posible. extensas3.
12
Aplicaciones de la
SARA
13
alternativas (por ejemplo, con privación o sin privación de la libertad) y
fijar o recomendar condiciones para la supervisión comunitaria (por ejem-
plo, una medida cautelar que restrinja el contacto del procesado a las vícti-
mas).
14
Advertencia a terceros: Prácticamente, todas las jurisdicciones en los
Estados Unidos de América tienen la obligación de advertir o notificar so-
bre la existencia del riesgo de violencia. Esto se aplica a los profesionales
de la salud mental, los consejeros y los trabajadores sociales (Dickens, 1985).
En general, la obligación de advertir o notificar surge cuando el prestador
de servicios tiene fundamentos razonables y probables, o de otro tipo, para
creer que un individuo representa un peligro para sí o para terceros. La
SARA puede usarse cuando, durante la evaluación voluntaria u ordenada
por el tribunal, o durante el tratamiento, el prestador del servicio cree que el
individuo representa un peligro para terceros identificables (es decir, su cón-
yuge y/o hijos). La presencia de factores de la SARA respaldaría la existen-
cia de fundamentos razonables y probables. Los resultados obtenidos con la
SARA pueden actuar como «cotejo independiente» del juicio del prestador
del servicio y pueden ayudarlo a explicar los fundamentos de sus opiniones.
15
Descripción de la
SARA
16
La revisión bibliográfica también identificó
varias referencias clave que trataban la evalua-
ción del riesgo de violencia en agresores con-
yugales (por ejemplo, Goldsmith, 1990;
Saunders, 1992a, 1995; Sonkin, Martin, &
Walker, 1985; Sonkin, 1987)5. Después de un
debate exhaustivo, se llegó a la conclusión de
que las pautas propuestas en estas referencias
eran inadecuadas para el propósito de esta es-
cala, por varios motivos. Primero, algunas eran
simplemente demasiado extensas o complejas.
Por ejemplo, Sonkin y cols. (1985) identifica-
ron 15 dimensiones generales y más de 80 fac-
tores específicos. Segundo, algunas contenían
factores que parecían contrarios a lo que
intuitivamente se espera o factores que sólo pa-
recían tener una relación indirecta. Algunos
ejemplos incluyen: «la víctima tuvo, previamen-
6
Imagínese, por ejemplo, te, una relación violenta» (Sonkin et al., 1985)
que Ud. realizó una evaluación
del riesgo de violencia conyugal y «la víctima intentó suicidarse» (Goldsmith,
previa al proceso penal y llegó a 1990). Ambos factores se centran en la víctima
la conclusión de que el acusado y su conducta pasada, y no, en el agresor y su
tenía un riesgo alto de violencia,
en parte, debido al terror que conducta pasada, y sería difícil de justificar en
siente su esposa. Ahora Ud. está varias circunstancias6. Tercero, algunas refe-
declarando ante el tribunal y está
rencias incluían factores que eran poco claros e
siendo interrogado por el aboga-
do defensor, que le pregunta: imprecisos. Algunos ejemplos incluyen «el agre-
«Entonces, Sr. X, ¿mi cliente está sor es temperamental» (Goldsmith, 1990) y «ce-
en situación de riesgo de violen-
cia simplemente porque su espo-
loso» (Saunders, 1992a). Por último, algunas in-
sa dice que tiene miedo? ¿No es cluían factores que parecían redundantes. Al-
posible que ella esté exagerando gunos ejemplos son, «ideas suicidas», «intento
su miedo, o incluso, mintiendo?
De ser así, ¿sus conclusiones no
de suicidio» y «amenazas de suicidio» (Sonkin
carecerían de validez? ¿No es et al., 1985). Se intentó que la lista de factores
también posible que la esposa de fuese relativamente corta y que tuviera un nivel
mi cliente tenga un problema
emocional y que sus miedos sean de especificidad moderado (es decir, en cuanto
completamente infundados? ¿Y si a los rasgos, las características o los incidentes,
ella le tiene miedo a Ud. o al y no, en cuanto a las conductas aisladas o espe-
Juez? ¿Esto querría decir que
Ud. o el Juez tienen un alto ries- cíficas). El resultado fue una lista de veinte fac-
go de violencia?» tores, llamados en la SARA ítem, agrupados en
17
cinco áreas de contenido, llamadas secciones. A continuación, se resumen
los criterios de inclusión para cada ítem. Más adelante, en este manual, se
ofrece una descripción más completa.
18
en la bibliografía. No resulta claro por qué este factor está fuertemente
asociado con la violencia, aunque algunas investigaciones sugieren que
ciertos mecanismos de aprendizaje social pueden tener influencia (Widom,
1989).
19
daño físico grave o de muerte. Reciente escalada de la agresión en fre-
cuencia o gravedad (Ítem 14) se refiere a las situaciones en las que la
evolución de la violencia (Greenland, 1985) se intensifica en el tiempo.
7
El «último delito» es la ac- Último delito7: Esta sección incluye tres ítem
tividad delictiva o antisocial por
la cual el delincuente se convier- de contenido similar a aquellos que aparecen en
te en sujeto de evaluación. la sección anterior, que se codifican únicamente
sobre la base del último delito (el delito por el
cual el sujeto está siendo evaluado): Agresiones
graves y/o sexuales (Ítem 18), uso de armas y/o
amenazas de muerte verosímiles (Ítem 19), Vio-
lación de las medidas precautorias (Ítem 20).
20
Requisitos para el
usuario
21
Nótese que varios ítem de la SARA tratan aspectos de la salud mental y
puede ser necesario que se realice una evaluación psicodiagnóstica y/o que
se emitan juicios profesionales. Los usuarios que no son profesionales de la
salud mental (por ejemplo, las autoridades o funcionarios que supervisan a
los sujetos con libertad condicional) pueden codificar estos ítem mediante
la consulta de los informes psicológicos o psiquiátricos existentes. Otras
posibilidades pueden ser: a) codificar estos ítem y señalar que la codifica-
ción debe considerarse provisoria (es decir, que no fue posible hacer la con-
sulta psicológica o psiquiátrica); o b) omitir los ítem, y dejar constancia en
las conclusiones de riesgo de las limitaciones que esto puede tener.
22
Procedimiento de eva-
luación
23
mación» que se puede completar para cada administración de la SARA
(véase el Apéndice B).
Una lectura cuidadosa de los ítem de la SARA indica que todas las
entrevistas deben abarcar las siguientes áreas con respecto al imputado:
● abuso y abandono durante la niñez (Ítem 6);
● historia ocupacional y social (Ítem 5);
● historia de relaciones de pareja (Ítem 4);
24
Comentario
8
Cuando se habla con las En la experiencia local, en general, se ob-
víctimas, es importante recordar
que la entrevista se debe centrar
tuvo beneficio del manejo sumamente técnico
principalmente en el comporta- de las entrevistas semiestructuradas. Cuando
miento del imputado y, no, en el de conductas transgresoras se trata, es frecuen-
de la víctima. Sin embargo, si la
víctima no buscó asesoramiento te poder obtener mayor información permitien-
psicológico ni legal, puede ser do que el entrevistado se explaye sobre el tema
necesario que el entrevistador le en cuestión o a partir de algún estímulo
brinde apoyo emocional básico o
la derive. Asimismo, las entrevis- desencadenante. En ocasiones, la narrativa es-
tas con testigos menores requie- pontánea del entrevistado va brindando deta-
ren una sensibilidad especial. lles que se podrían haber ocultado si se pre-
Previo a cualquier entrevista con
fuentes complementarias, los eva- guntaban directamente. Es frecuente obtener
luadores deben familiarizarse respuestas breves negativas o positivas influi-
con las normas éticas y legales
pertinentes.
das por lo que el entrevistado considera más
conveniente para su situación. La tarea se debe
enfrentar con paciencia y muy cuidadosamen-
te para evitar cualquiera de estos dos errores:
olvidar indagar sobre el tópico de interés e in-
ducir la oferta de información sesgada.
25
Existen varias revisiones de procedimientos estandarizados para la
evaluación del abuso emocional y físico en relaciones de pareja (por ejem-
plo, Goldsmith, 1990; Hotaling & Sugarman, 1986; Saunders, 1992). En
este trabajo, se utilizan las escalas desarrolladas por Linda Marshall (1992)
para medir violencia real, o el intento o amenaza de ésta, ya que estas
escalas parecen proporcionar una evaluación más completa que la mayo-
ría de las otras autoevaluaciones (especialmente, en el área de la violencia
sexual). Se utiliza la escala desarrollada por Tolman (1989) para medir el
abuso emocional y psicológico más general. En cada caso, se le pide al
imputado que evalúe su comportamiento abusivo previo hacia la víctima,
y a la víctima, que evalúe el comportamiento abusivo previo del imputado
hacia ella. Además de indicar el grado y la gravedad del abuso pasado
(desde el Ítem 11 hasta el 14, desde el 18 hasta el 20), estas respuestas
indican en qué medida el imputado puede estar minimizando o negando
su comportamiento abusivo (Ítem 16).
9
Pueden existir acusacio- Comentario
nes/condenas que indiquen
comportamientos abusivos pa-
sados que no estén caratulados
como «agresiones». Por ejem-
plo, los incidentes de violencia,
destrucción de propiedad, etc. En el medio local no está muy difundida la
pueden estar relacionados con utilización de escalas para mensurar el abuso
el maltrato a terceros. La natu-
raleza exacta de estos delitos emocional. En cambio, con respecto a las le-
relacionados con el abuso se siones, es posible obtener información de cate-
puede investigar en las entre- gorías según las definiciones legales en las que
vistas con el imputado y la(s)
víctima(s). subyace una relación escalar de la magnitud
del daño (leves, graves, gravísimas).
26
Registros complementarios: Se debe intentar obtener copias de los
informes policiales, de los antecedentes penales y de las declaraciones de
la víctima inmediatas al hecho. Si el clínico no recibe estos documentos
como parte del proceso de derivación, a menudo, se pueden obtener a
través del fiscal o de las autoridades que controlan a los sujetos con liber-
tad condicional. Los informes policiales, frecuentemente, contienen in-
formación importante con respecto a: (a) las pruebas físicas de agresión
(por ejemplo, cortes y equimosis); (b) las declaraciones de testigos ocula-
res o de aquellos que escucharon el incidente; (c) las observaciones de los
oficiales que realizaron el arresto sobre el comportamiento del imputado;
y (d) las medidas que se tomaron respecto de la seguridad de la víctima en
el momento del arresto. Los antecedentes penales son útiles para estable-
cer los arrestos o condenas previas por agresiones9 y los incumplimientos
de las condiciones de fianza, libertad condicional, etc. Por último, las
declaraciones de la víctima inmediatas al hecho proporcionan la magnitud
de los efectos físicos y emocionales sobre la(s) víctima(s).
Otros procedimientos
de evaluación:
Ya se analizó la importancia de las entre-
vistas con la(s) víctima(s). Se pueden elegir
otros procedimientos para obtener información
adicional. Estos pueden incluir la utilización
de inventarios de personalidad, pruebas
cognitivas/de inteligencia, entrevistas con los
familiares/hijos, y entrevistas con las autori-
dades competentes a cargo de los sujetos que
tienen algún tipo de liberación anticipada.
Inventarios de personalidad:
27
Como se analizó antes, la información proporcionada en una entrevista
puede no revelar exactamente en qué medida existen trastornos psicológi-
cos. Por eso, los inventarios de personalidad estandarizados pueden brin-
dar información significativa con respecto a la presencia de abuso de subs-
tancias (Ítem 7), trastornos mentales mayores (por ejemplo, trastorno del
pensamiento, pensamiento paranoide, depresión/pensamientos suicidas;
Ítem 8 y 9), y trastornos de la personalidad (Ítem 10). El Personality
Assessment Inventory (PAI; Morey, 1991) resultó ser particularmente útil
en este contexto, ya que contiene tres índices de agresión y una medida de
predisposición al tratamiento. Si se sospecha rasgos de psicopatía, se re-
comienda la Hare Phychopatic CheckList Revised (Hare, 1991). Existen
otros inventarios disponibles que miden la celotipia, la dependencia, la
intrusión, la ira, etc. Tales instrumentos generalmente requieren la inter-
pretación de un psicólogo o un psicometrista entrenados.
Al igual que las víctimas, los familiares y los hijos pueden brindar
información valiosa con respecto al patrón de agresión del acusado. Di-
chas entrevistas pueden ayudar a establecer si el acusado es habitualmen-
te agresivo o no. Es decir, si abusó de otros miembros de la familia o
conocidos. Como se analizó en los criterios para los ítem 1 y 2, esto puede
tener implicaciones en cuanto al riesgo.
28
tipo liberación anticipada) o algún tipo de medida cautelar puede brindar
información sobre las actividades diarias del sujeto. Generalmente, la au-
toridad habla con los testigos clave, familiares y contactos de la comuni-
dad (por ejemplo, empleadores) para preparar informes previos a la sen-
tencia o simplemente como parte del manejo del caso. Además, a menudo,
el funcionario puede proporcionar el registro de cumplimiento de las con-
diciones de liberación del sujeto. Esta información es esencial para codi-
ficar los ítem 3 y 20.
Codificación
29
Sobre la base de las experiencias y de las investigaciones preliminares
(por ejemplo, Bond, Eaves, & Kropp, 1994; Kropp, 1995), la presencia de
ítem individuales es un indicador de riesgo relativamente objetivo: en ge-
neral, y especialmente ante la ausencia de ítem decisivos (véase abajo), el
riesgo aumenta con el número de ítem codificados como presentes. Por
supuesto, completar la SARA requiere cierto grado de juicio profesional y
subjetivo por parte del evaluador; sin embargo, las investigaciones sugie-
ren que la concordancia entre evaluadores respecto de la presencia o au-
sencia de ítem de la SARA es muy alta (Kropp, 1995).
Presencia de ítem decisivos: los ítem decisivos son aquellos que, da-
das las circunstancias del caso, son en sí mismos suficientes para que el
evaluador concluya que el individuo tiene un riesgo de violencia. Se in-
cluyen considerando el hecho de que el riesgo, como lo percibe el evaluador,
no es una simple función lineal del número de factores de riesgo presentes
en un caso. Por este motivo, no se suman los códigos numéricos de los
ítem individuales de la SARA para obtener una puntaje total: es posible
que un evaluador, sobre la base de un solo ítem decisivo, pueda concluir
que un individuo tiene un riesgo de violencia alto. Los ítem decisivos se
codifican usando un formato de 2 puntos: 0 = ausente, 1 = presente.
30
Comunicación de los
hallazgos
31
les o previstos, red de apoyo actual o prevista, las circunstancias en torno
al último delito (o la instancia de violencia conyugal más reciente), y los
resultados de cuestionarios o evaluaciones psicológicas. La sección de
opinión final debe presentar las conclusiones de riesgo, así como también
las estrategias que se recomiendan para el manejo del riesgo del sujeto.
Debido a la forma en que fue diseñada, la SARA es adecuada para anali-
zar el manejo del riesgo; cada ítem de la SARA está lógicamente asociado
con una o más estrategias de manejo. Algunos de los factores de riesgo
son de naturaleza más estática (es decir, se espera que si cambian con el
tiempo, este cambio sea leve), mientras que otros son más dinámicos (y
pueden cambiar rápidamente). En la Tabla 1, los ítem de la SARA se des-
criben en un continuo entre lo estático y lo dinámico, y se proponen algu-
nas estrategias para el manejo del riesgo.
Tabla 1: Estrategias de Manejo del Riesgo Asociadas con los Ítem de la SARA
32
GUIA DE EVA- 1: Agresiones previas
LUACION DEL contra familiares
RIESGO DE
VIOLENCIA
CONYUGAL
Criterios
Codificación
33
Nota: ‘Agresión’ incluye agresión física, agresión sexual, y el uso de
armas; ‘Familiares’ incluye tanto los familiares biológicos como los que
no lo son (padres, padrastros, hermanos, hermanastros etc.), y también
los hijos de parejas anteriores o actuales pero no incluye a las parejas
anteriores o actuales (codificado en el ítem 4).
Comentario
2: Agresiones previas
contra extraños o
conocidos
Criterios
34
2 Intento de agresión o agresión real contra extraños o conocidos en el pasado.
1 Amenaza de agresión contra extraños o conocidos en el pasado.
0 No hubo agresión real ni intento o amenaza de agresión contra extraños o conocidos en
el pasado.
Comentario
3: Violación previa de la
liberación anticipada o
supervisión comunitaria
Criterios
Este ítem debe ser codificado sobre la base de los registros formales de
la justicia penal (por ejemplo: informes de la policía o de libertad condi-
cional, antecedentes penales, etc.)
35
Codificación
Comentario
4 Problemas recientes
de pareja
Criterios
36
lentos, y una tasa de recidiva general y violenta más alta que aquellos con
relaciones de pareja estables (Andrews, 1991; Snyder & Fruchtman, 1981).
Con respecto a los varones que agreden a sus esposas, muchos clínicos
observaron que el riesgo de violencia parece ser más alto en las siguientes
circunstancias: (a) el sujeto está viviendo con su pareja, pero ella quiere
terminar la relación; (b) el sujeto está separado de su pareja, pero él quiere
recomenzar la relación; o (c) hubo una separación repentina y/o reciente
(Crawford & Gartner, 1992; Kennedy & Dutton, 1989; McNeil, 1987;
Solicitor General of Canada, 1985; Sonkin, Martin, & Walker, 1985). El
homicidio de una pareja mujer cometido por un varón es más probable
que ocurra en el contexto de una separación o un divorcio (Daly & Wilson,
1988). En líneas más generales, se sostiene que los varones agresivos tie-
nen graves problemas para comunicarse con sus parejas (Maiuro, Cahn, &
Vitaliano, 1986; Saunders, 1993).
Codificación
Nota: Este ítem debe ser codificado de acuerdo con la gravedad del
conflicto en el último año, sin considerar si los miembros de la pareja reci-
bieron tratamiento o si el conflicto se produjo a causa del último delito.
5: Problemas laborales
recientes
Criterios
37
sos bajos y las preocupaciones financieras también constituyen un fac-
tor de riesgo para ejercer violencia conyugal (Campbell, 1986; Hotaling
and Sugarman, 1986; Stuart & Campbell, 1989). Un cambio repentino
y reciente en la situación laboral –más específicamente, el despido o
una suspensión– puede estar asociado a un mayor riesgo de violencia
(McNeil, 1987). Generalmente se cree que los varones pueden mani-
festarles a sus familiares ira y frustración relacionadas con el trabajo
(Saunders, 1993).
Codificación
2 Actualmente desempleado, con una historia laboral inestable durante el último año.
1 Actualmente desempleado, con una historia laboral estable durante el último año; o,
actualmente empleado, con una historia laboral inestable durante el último año.
0 Actualmente empleado, con una historia laboral estable durante el último año.
Criterios
38
varones que agreden a sus esposas tenían muchas más probabilidades
que los no agresores de haber sido víctimas de un doble abuso –es decir,
ser tanto víctima como testigo de violencia de los padres. El riesgo de
recidiva violenta en varones que agreden a sus esposas también está
conectado al hecho de haber sufrido violencia familiar o a haber sido
testigo de ésta durante la niñez o la adolescencia (Saunders, 1992b;
Sonkin, 1987). Se descubrió, en una investigación realizada en sala de
emergencia psiquiátrica, que la calidad de vida familiar durante los pri-
meros años tiene un poder decisivo como factor predictor de violencia
durante un año (Klassen & O’Connor, 1989). Recientemente Saunders
(1993) incluyó esta variable como uno de los tres factores de riesgo de
violencia familiar más ‘prominentes’.
Codificación
7 Abuso/dependencia de
substancias reciente
Criterios
39
considera que el abuso de alcohol es uno de los tres factores de riesgo de
violencia familiar prominentes y agrega que el uso crónico puede provo-
car peleas familiares debido al consumo excesivo de alcohol.
Codificación
Nota: Este ítem debe ser codificado de acuerdo con la gravedad del
abuso durante el último año, sin considerar si el individuo recibió trata-
miento. ‘Grave’ significa que el abuso de substancias perjudicó conside-
rablemente la salud del individuo o su funcionamiento social (por ejem-
plo, una sobredosis o pancreatitis; un arresto o la pérdida del empleo).
Comentario
40
iniciada a temprana edad -habitualmente con consumo de psicofármacos
o inhalantes- combinada con conducta violenta tanto instrumental -por
ejemplo, con el objetivo de obtener la propiedad ajena- como alternativa
cotidiana para la resolución de conflictos interpersonales; b) el que mues-
tran los sujetos que transcurren su historia vital desarrollando dependen-
cia especialmente alcohólica, sin participar de actividades delictivas y sin
mostrar tempranas conductas agresivas pero que, en estadios avanzados
de la carrera alcohólica, cometen actos agresivos dirigidos hacia familia-
res o amistades. Los primeros exponen rasgos del perfil antisocial de la
personalidad tales como paso rápido a la acción, intolerancia a las frustra-
ciones, vivencia temporal predominante en el presente, insuficiente auto-
nomía ética, egocentrismo, predominante valoración hedonista, irrespon-
sabilidad en los roles sociales y familiares tradicionales, ausencia de sen-
timientos de culpa, etc. Los segundos pueden evidenciar agresividad in-
termitente asociada al consumo no cotidiano pero con incapacidad para
detenerse o una fenomenología en la que se destacan el estigma físico
del dependiente crónico, el deterioro de los rendimientos sociales, el debi-
litamiento de la nitidez de conciencia y de las posibilidades de actuar con
adecuada previsión, retraso sensoperceptivo, dismnesia, bradipsiquia, per-
severancia, puerilidad, primitivización, etc.
41
confusión es la comorbilidad con un trastorno antisocial de la personali-
dad. De todas maneras, la baja frecuencia relativa de estos casos hace que
deban considerarse excepcionales (Folino, J. 1998).
8 Ideación/ intento de
suicidio u homicidio
reciente
Criterios
42
do suicidarse antes de cometer el delito; de hecho, no es raro que estos
varones intenten suicidarse o se suiciden después de cometer el homicidio.
Codificación
Comentario
43
esposo/a sea un hecho sin planificar (Daly y Wilson, 1988). Estos últimos
autores, por el contrario, plantean que los homicidas se movilizan hasta
encontrar a la víctima con un objetivo claro en mente y que esto ocurre
así, predominantemente, en las parejas que están separadas (Daly y Wilson,
1988). Una interpretación apta para esos casos es que tales conductas
violentas son expresiones de la actitud masculina de sentirse propietario
de la mujer y de su capacidad reproductiva. En esas conductas violentas,
los varones estarían extendiendo hasta el extremo el ejercicio unilateral
de su autoridad.
44
9 Síntomas psicóticos y/
o maníacos recientes
Criterios
Codificación
45
Comentario
46
10 Trastorno de
personalidad con ira,
impulsividad,
o inestabilidad de la
conducta
Criterios
Codificación
47
Nota: ‘Grave’ significa que los síntomas dieron como resultado un
tratamiento psiquiátrico con hospitalización o ambulatorio, o que perju-
dicaron considerablemente el funcionamiento social (por ejemplo, puntaje
total de la PCL-R e» 25; diagnóstico de cualquier trastorno del Grupo B
del DSM-III-R); ‘moderado’ significa que no necesitaron tratamiento y
que sólo perjudicaron levemente el funcionamiento social (por ejemplo,
puntaje total de la PCL-R entre 15 y 25; rasgos prominentes de cualquier
trastorno del Grupo B del DSM-III-R).
Comentario
48
producirse la ruptura, el ex violento inicia una campaña de acecho, inti-
midación y terrorismo mental con alta probabilidad de reiteración de la
violencia. La conducta puede tener el objetivo de coercionar a la víctima
para que regrese o simplemente la venganza. Algunos presentan una vio-
lencia depredadora, planeada, con propositividad y sin emocionalidad, sin
exaltación autonómica y con metas numerosas, tales como el control, la
intimidación o la devaluación de la víctima. Este tipo de violencia se aso-
cia a la psicopatía o el trastorno antisocial de la personalidad.
Las personas con rasgos paranoides pueden pasar al acto agresivo cuan-
do su suspicacia se exacerba, ya sea por conflictos concretos o porque
transcurre un período de exaltada unilateralidad en sus juicios que genera
fricción con la pareja. En ocasiones, acontecimientos reales y esperables
en una relación conflictiva, como, por ejemplo, el rechazo sexual o la
disminución en la comunicación, pueden desencadenar interpretaciones
celotípicas sobrevaloradas que justifican, para el agresor, adoptar con-
ductas violentas.
11 Agresiones físicas
previas
Criterios
49
lencia (Fagan et al., 1983; Sonkin, 1987). El cálculo aproximado de la tasa
de recidiva de agresión hacia las esposas oscila entre 30 y 70 % durante un
período de uno a dos años (Dutton, 1995); estas tasas parecen aplicarse
sin tener en cuenta si el sujeto está arrestado y/o bajo tratamiento
(Hamberger & Hastings, 1993).
Codificación
12 Agresiones sexuales/
celotipias sexuales
previas
Criterios
50
Codificación
Comentario
51
13 Uso de armas y/o
amenazas de muerte
verosímiles previas
Criterios
Codificación
52
Comentario
14 Reciente escalada de la
agresión en frecuencia
o gravedad
Criterios
53
todos los registros pertinentes cuando se evalúan los patrones de violen-
cia (Rice & Harris, 1992). En muchos casos esto demostrará una ‘evolu-
ción de la violencia’ a través del tiempo (Greenland, 1985).
Codificación
Comentario
54
15 Violación previa de las
medidas precautorias
Criterios
Codificación
2 Arresto(s) previo(s) por violar las medidas precautorias ordenadas por un tribunal civil o
penal.
1 Violación(es) previa(s) de las medidas precautorias ordenadas por un tribunal civil o
penal que no dieron como resultado el arresto del sujeto.
0 No registra violaciones previas de las medidas precautorias ordenadas por un tribunal
civil o penal, o nunca existieron tales disposiciones.
55
Comentario
16 Minimización extrema o
negación de la historia
de violencia conyugal
Criterios
56
et al., 1985). En los varones que agreden a sus esposas, la minimización y
la negación se asocian con la falta de voluntad para modificar los compor-
tamientos agresivos o para comenzar programas de tratamiento y también
están relacionadas con un riesgo mayor de recidiva violenta (Dutton, 1988;
Sonkin, 1987).
Codificación
2 Minimización extrema o negación del comportamiento agresivo previo pese a las pruebas
documentadas que indican lo contrario, según la presencia de uno o más de los siguientes
indicadores:
a. el individuo niega muchas o todas las agresiones previas;
b. el individuo niega la responsabilidad por muchas o todas las agresiones previas (por
ejemplo, culpa a la víctima);
c. el individuo niega las consecuencias graves de muchas o todas las agresiones previas
(por ejemplo, dice que la víctima no sufrió heridas físicas).
1 Minimización moderada del comportamiento agresivo previo pese a las pruebas
documentadas que indican lo contrario, según la presencia de uno o más de los
siguientes indicadores:
a. el individuo niega algunas agresiones previas, pero admite otras;
b. el individuo niega la responsabilidad que le cabe por algunas de las agresiones previas
(por ejemplo, culpa a la víctima), pero acepta la responsabilidad por otras;
c. el individuo niega las consecuencias graves de algunas agresiones previas
(por ejemplo, dice que la víctima no sufrió heridas físicas), pero reconoce otras
consecuencias.
0 No hay discrepancia, o la discrepancia es escasa, entre la versión del individuo acerca de
las agresiones previas y la(s) versión(es) documentada(s).
Comentario
57
asume en el hogar. Esa persona está muy entrenada para el ocultamiento, la
distorsión y la justificación en pro de su imagen cargada de deseabilidad
social, al punto tal que la versión violenta puede resultar inverosímil para el
lego y difícil de vislumbrar para el idóneo. Asimismo ocurre con el abusa-
dor de alcohol que, independientemente de la negación genérica que pueda
anteponer, suele estar bien acostumbrado a transferir culpas al alcohol y, a
minimizar, además del consumo, todas aquellas consecuencias disociales.
Codificación
2 Promueve explícitamente las actitudes que apoyan o aprueban la violencia conyugal.
1 Parece promover implícitamente las actitudes que apoyan o aprueban la violencia
conyugal.
0 No hay pruebas que indiquen actitudes que apoyan o aprueban la violencia conyugal.
58
Comentario
○ ○ ○ ○ ○
Criterios
Codificación
59
Nota: «Violencia grave» significa que la víctima sufrió heridas físicas
graves (es decir, que necesitó atención médica).
Comentario
Codificación
60
Nota: ‘Arma’ incluye armas de fuego, cuchillos, y objetos usados como
palos; ‘verosímiles’ significa que las amenazas fueron percibidas como
reales por la víctima. Las amenazas imprecisas (por ejemplo, ‘Te voy a
agarrar’) percibidas como verosímiles por la víctima deben ser codifica-
das como amenazas de daño físico grave.
20 Violación de las
medidas precautorias
Criterios
Codificación
2 El último delito incluye un arresto por violar las medidas precautorias dispuestas por un
tribunal civil o penal.
1 El último delito incluye una violación de las medidas precautorias dispuestas por un
tribunal civil o penal, pero ésta no dio como resultado el arresto del sujeto.
0 El último delito no incluye una violación de las medidas precautorias dispuestas por un
tribunal civil o penal, o nunca existió tal orden.
61
Otros
Criterios
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Apéndice A
73
Impreso electrónicamente en: La Plata, Argentina
Noviembre de 2004: 100 ejemplares
Diseño de Tapa: Clarisa Capurro - Melva Piccirilli
Diseño y diagramación interior: Clarisa Capurro
74