Compendio de Filosofia
Compendio de Filosofia
Compendio de Filosofia
1
Geymonat, L. (2001). Historia de la filosofía y de la ciencia, Crítica, Barcelona.
2
Ibídem.
1
Los primeros pensadores griegos (siglos VI-V a. C.), los presocráticos (o físicos),
se preguntaron por el arché, el principio esencial y originario de la naturaleza.
Este se entiende en un sentido doble: primero, como aquello que existía al
principio y del cual surgió todo; segundo, como el sustrato último de lo real, lo
que todos los seres tienen en común y que garantiza la unidad de la naturaleza.
Podemos clasificar a los presocráticos, según el tipo de solución que dieron, como
monistas, dualistas o pluralistas.3
3
Sáez Rueda, L. (2009). Movimientos filosóficos actuales, Trotta, Madrid, Trotta.
4
Struik, D. J. (1980). “Historia concisa de las matemáticas”. Serie Ciencia y Técnica. Instituto Politécnico
Nacional. Págs. 53-54.
2
Tales opinaba que el agua es el origen de todas las cosas. No sabemos
exactamente lo que quería decir con eso. Quizás opinara que toda clase de vida
tiene su origen en el agua, y que toda clase de vida vuelve a convertirse en agua
cuando se disuelve. Estando en Egipto, es muy probable que viera cómo todo
crecía en cuanto las aguas del Nilo se retiraban de las regiones de su delta. Quizás
también viera cómo, tras la lluvia, iban apareciendo ranas y gusanos. Además, es
probable que Tales se preguntara cómo el agua puede convertirse en hielo y
vapor, y luego volver a ser agua de nuevo. Al parecer, Tales también dijo que
«todo está lleno de dioses». También sobre este particular sólo podemos hacer
conjeturas en cuanto a lo que quiso decir. Quizás se refiriese a cómo la tierra
negra pudiera ser el origen de todo, desde flores y cereales hasta cucarachas y
otros insectos, y se imaginase que la tierra estaba llena de pequeños e invisibles
«gérmenes» de vida. De lo que sí podemos estar seguros, al menos, es que no
estaba pensando en los dioses de Homero.
Pensaba que nuestro mundo simplemente es uno de los muchos mundos que
nacen y perecen en algo que él llamó «lo Indefinido». No es fácil saber lo que él
entendía por «lo Indefinido», pero parece claro que no se imaginaba una sustancia
conocida, como Tales. Quizás fuera de la opinión de que aquello de lo que se ha
creado todo, precisamente tiene que ser distinto a lo creado. En ese caso, la
materia primaria no podía ser algo tan normal como el agua, sino algo
«indefinido».5
Anaxímenes: el aire.6
5
Ibídem.
6
Sánchez Meca, D. (2013). Historia de la filosofía antigua y medieval. Dykinson, Madrid.
3
Opinaba que el origen de todo era el aire o la niebla. Es evidente que Anaxímenes
había conocido la teoría de Tales sobre el agua. ¿Pero de dónde viene el agua?
Anaxímenes opinaba que el agua tenía que ser aire condensado, pues vemos cómo
el agua surge del aire cuando llueve. Y cuando el agua se condensa aún más, se
convierte en tierra, pensaba él. Quizás había observado cómo la tierra y la arena
provenían del hielo que se derretía. Asimismo pensaba que el fuego tenía que ser
aire diluido.
Según Anaxímenes, tanto la tierra como el agua y el fuego, tenían como origen el
aire. No es largo el camino desde la tierra y el agua hasta las plantas en el campo.
Quizás pensaba Anaxímenes que para que surgiera vida, tendría que haber tierra,
aire, fuego y agua. Pero el punto de partida en sí eran «el aire» o «la niebla». Esto
significa que compartía con Tales la idea de que tiene que haber una materia
primaria, que constituye la base de todos los cambios que suceden en la
naturaleza.
Parménides: hay una única realidad (el Ser) que no cambia y, por tanto, el
cambio es sólo apariencia de los sentidos. Este Ser es engendrado, inmutable,
finito y esférico.7
7
Ibídem.
4
nada que se pueda convertir en algo diferente a lo que es exactamente. Desde
luego que Parménides sabía que precisamente la naturaleza muestra cambios
constantes. Con los sentidos observaba cómo cambiaban las cosas, pero esto no
concordaba con lo que le decía la razón.
Los tres filósofos de Mileto pensaban que tenía que haber una –y quizás sólo una-
materia primaria de la que estaba hecho todo lo demás. ¿Pero cómo era posible
que una materia se alterara de repente para convertirse en algo completamente
distinto? A este problema lo podemos llamar problema del cambio. Desde
aproximadamente el año 500 a. de C. vivieron unos filósofos en la colonia griega
de Elea en el sur de Italia, y estos eleatos se preocuparon por cuestiones de ese
tipo.
8
Ibídem.
5
- Heráclito: el universo es un continuo devenir regido por un logos o ley interna,
que es el principio explicativo de la naturaleza, que es la lucha dialéctica de
contrarios. La dialéctica mantiene un equilibrio dinámico de las tensiones
creándose así la unidad armónica de la naturaleza.
- Empédocles: afirmó los cuatro elementos (fuego, tierra, aire y agua), que se
unen y se separan por las fuerzas del amor (Philia) y del odio (Neikos).
6
los átomos de Demócrito. Por su parte los filósofos monistas defienden que la
naturaleza se compone de un solo elemento, aunque no se ponen de acuerdo: para
Tales de Mileto, es el agua; para Anaxímenes, el aire; para Anaximandro el
ápeiron –lo indeterminado-, para Heráclito, el fuego; finalmente los pitagóricos
centran el origen de la naturaleza en los números y defienden una estructura
dualista de la realidad.9
Existen otros rasgos comunes a la obra de los presocráticos: todos ellos vivieron
en las colonias helénicas de Asia Menor o de Italia. En algunos de ellos se
encuentra una influencia de las sabidurías orientales (especialmente Egipto y
Mesopotamia). Es obvio que sus teorías sobre el principio de las cosas son
originales, pero también es cierto, que nos encontramos ante un conjunto de
textos fragmentarios que hace muy compleja la interpretación de su pensamiento.
Los sofistas y Sócrates, que vivieron en la Hélade clásica del siglo V a.C.,
marcan una importante diferencia con los presocráticos. Con ellos el tema del
análisis de la filosofía se amplia para abarcar cuestiones que afectan al ser
humano. Uno de los autores más importantes es Sócrates, que vivió el esplendor
de la Atenas clásica del siglo v. a. C., “la filosofía baja del cielo a la tierra”, de
este modo el problema de la naturaleza se transforma en el problema del ser
humano. Esto no significa que las cuestiones que preocuparon a los presocráticos
no siguiesen presentes en la filosofía posterior, sobre todo en filósofos como
Platón, Aristóteles o los filósofos del helenismo tardío.
Atenas se convirtió en el centro cultural del mundo griego igual que la filosofía
tomo un nuevo rumbo. En Atenas, el interés se fue centrando en el ser humano, se
iba desarrollando la democracia con asamblea popular y tribunales de justicia esto
se llevó a cabo para que el pueblo tuviera el derecho de participación en este
proceso de democracia. En Atenas asistieron unos grupos de profesores que se
hacían llamar Sofistas esto palabra significa persona sabia o hábil. Ellos tenían la
función de enseñar a los ciudadanos.
9
ateniense, señalando que no había normas absolutas sobre lo que es correcto o
erróneo. Sócrates, por otra parte, intentó mostrar que sí existen algunas normas
absolutas y universales.
El ejemplo más conocido de esto es, sin duda, Jesucristo. No podemos estar
seguros de que el Jesús histórico dijera verdaderamente lo que ponen en su boca
Mateo o Lucas. Lo mismo pasa también con lo que dijo el Sócrates histórico. Sin
embargo, no es tan importante saber quién era Sócrates verdaderamente. Es, ante
todo, la imagen que nos proporciona Platón de Sócrates la que ha inspirado a los
pensadores de Occidente durante casi 2. 500 años.
Cuando una persona “entra en juicio”, recoge algo de ella misma. Precisamente
haciéndose el ignorante, Sócrates obligaba a la gente con la que se topaba a
utilizar su sentido común. Sócrates se hacía el ignorante, es decir, aparentaba ser
más tonto de lo que era. Esto lo llamamos ironía socrática. De esa manera, podía
constantemente señalar los puntos débiles de la manera de pensar de los
atenienses. Esto solía suceder en plazas públicas.
Sócrates vivió en el mismo tiempo que los sofistas. Como ellos se interesó más
por el ser humano y por su vida que por los problemas de los filósofos de la
naturaleza. Un filósofo romano – Cicerón – diría, unos siglos más tarde, que
Sócrates “hizo que la filosofía bajara del cielo a la tierra, y la dejó morar en las
ciudades y la introdujo en las casas, obligando a los seres humanos a pensar en la
vida, en las costumbres, en el bien y en el mal”. Pero Sócrates también se
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distinguía de los sofistas en un punto importante. Él no se consideraba sofista, es
decir, una persona sabia o instruida. Al contrario que los sofistas, no cobraba
dinero por su enseñanza. Sócrates se llamaba “filósofo”, en el verdadero sentido
de la palabra. “Filósofo” significa en realidad “uno que busca conseguir
sabiduría”.
Sócrates fue un ser así, un ser raro. Se daba cuenta de que no sabía nada de la
vida ni del mundo, o más que eso: le molestaba seriamente saber tan poco. Un
filósofo es, pues, una persona que reconoce que hay un montón de cosas que no
entiende. Y eso le molesta. De esa manera es, al fin y al cabo, más sabio que
todos aquellos que presumen de saber cosas de las que no saben nada. «La más
sabia es la que sabe lo que no sabe», dije. Y Sócrates dijo que sólo sabía una
cosa: que no sabía nada. Toma nota de esta afirmación, porque ese
reconocimiento es una cosa rara, incluso entre filósofos. Además, puede resultar
tan peligroso si lo predicas públicamente que te puede costar la vida. Los que
preguntan, son siempre los más peligrosos. No resulta igual de peligroso
contestar. Una sola pregunta puede contener más pólvora que mil respuestas.
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La primera acción de Platón como filósofo fue publicar el discurso de defensa de
Sócrates.
Muy resumidamente, se puede decir que los sofistas pensaban que la cuestión de
lo que es bueno o malo, es algo que cambia de ciudad en ciudad, de generación en
generación, es decir que la cuestión sobre lo bueno y lo malo es algo que «fluye».
Sócrates no podía aceptar este punto de vista, y opinaba que había unas reglas
totalmente básicas y eternas para lo que es bueno y lo que es malo.
Mediante nuestra razón podemos, todos los seres humanos, llegar a conocer esas
normas inmutables, pues precisamente la razón de los seres humanos es algo
eterno e inmutable. ¿Me sigues, Sofía? Estamos llegando a Platón. A él le interesa
lo que es eterno e inmutable en la naturaleza y lo que es eterno e inmutable en
cuanto a la moral y la sociedad.
De hecho, para Platón, estas son una misma cosa. Intenta captar una propia
«realidad» eterna e inmutable. Y, a decir verdad, precisamente para eso tenemos a
los filósofos. No están para elegir a la chica más guapa del año, ni los tomates
más baratos del jueves (razón por la cual no son siempre tan famosos). Los
filósofos suelen fruncir el ceño ante asuntos tan vanos y tan «de actualidad»·
Intentan señalar lo que es eternamente «verdadero», eternamente «hermoso», y
eternamente «bueno». Con esto tenemos, al menos, una vaga idea del proyecto
filosófico de Platón. A partir de ahora, miraremos las cosas una por una.
Intentaremos entender un razonamiento que dejó profundas huellas en toda la
filosofía europea posterior.
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Platón opinaba que todo lo que podemos tocar y sentir en la naturaleza fluye. Es
decir, según él, no existen unas pocas que no se disuelven. Absolutamente todo lo
que pertenece al mundo de los sentidos está formado por una materia que se
desgasta con el tiempo. Pero, a la vez, todo está hecho con un eterno e inmutable.
Esto quiere decir que, para Platón, lo eterno y lo inmutable no es una «materia
primaria» física. Lo que es eterno e inmutable son los modelos espirituales o
abstractos, a cuya imagen todo está moldeado. Déjame precisar: los presocráticos
habían dado una explicación, más o menos razonable, de los cambios en la
naturaleza, sin tener que presumir que algo «cambia» de verdad. En medio del
ciclo de la naturaleza, hay algunas partes mínimas que son eternas e inmutables y
que no se disuelven. Lo que quiere decir Platón es que los átomos de Demócrito
nunca pueden llegar a convertirse en un «cocofante» o un «eledrilo».
Precisamente, esto fue lo que puso en marcha su reflexión filosófica.
Expuso su doctrina con gran belleza literaria en diversos pasajes de sus obras. Su
teoría es fruto de su genio sublime; pero filosóficamente es poco exacta.
Hay dos mundos separados por un gran abismo: el mundo de las y el mundo las
cosas.
Las ideas, según Platón, son innatas, es decir, al venir a este mundo ya están en el
alma. Pero al unirse el alma al cuerpo se sufre una conmoción tal que se olvidan.
Las cosas materiales son como el reflejo o sombra de las ideas. El hombre, al ver
esas cosas, va recordando aquellas ideas que contemplo. Po eso en el mundo de
las cosas, el conocimiento es recuerdo.
Podríamos decir que Platón estuvo tan ocupado con «los moldes» o «Ideas
eternas», que no había reparado en los cambios en la naturaleza. Aristóteles, en
cambio, se interesaba precisamente por esos cambios, o lo que hoy en día
llamamos «procesos de la naturaleza». Si quisiéramos llevarlo al último extremo,
podríamos incluso decir que Platón dio la espalda al mundo de los sentidos,
volviendo la cabeza ante todo lo que vemos a nuestro alrededor. (¡Quería salir de
la caverna, quería contemplar el mundo eterno de las Ideas!) Aristóteles hizo lo
contrario. Se puso de rodillas en la tierra para estudiar peces y ranas, amapolas y
anémonas.
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Podríamos decir que Platón sólo usaba su inteligencia; Aristóteles también usaba
sus sentidos. También en la forma en la que escriben, se encuentra una gran
diferencia entre ellos. Platón era un poeta, un creador de mitos; los escritos de
Aristóteles son áridos y minuciosos como una enciclopedia. No obstante, se nota
en mucho de lo que escribe que él se basa en su estudio de la naturaleza.
En la Antigüedad se habla de hasta 170 títulos escritos por Aristóteles, de los que
se han conservado 47. No se trata de libros acabados. Los escritos de Aristóteles
son en general apuntes para lecciones. También en la época de Aristóteles la
filosofía era ante todo una actividad oral. La gran importancia de Aristóteles en la
cultura europea se debe también, en buena medida, al hecho de que fuera él quien
creara el lenguaje profesional que las distintas ciencias emplean hasta hoy en día.
Fue el gran sistematizador que fundó y ordenó las distintas ciencias.
Aristóteles escribió sobre todas las ciencias, de modo que sólo mencionaré
algunos de los campos más importantes. Ya que te he hablado tanto de Platón,
empezaré por contarte cómo rechaza Aristóteles la teoría de las Ideas de Platón. A
continuación, veremos cómo elabora su propia filosofía de la naturaleza, pues fue
Aristóteles quien resumió todo lo que habían dicho los filósofos de la naturaleza
anteriores a él. Veremos cómo pone orden en nuestros conceptos y funda la lógica
como una ciencia. Finalmente hablaré un poco de la visión que tenía Aristóteles
de los seres humanos y de la sociedad. Si aceptas estas condiciones, podemos
poner manos a la obra.
Como los filósofos anteriores a él, Platón deseaba encontrar algo eterno e
inmutable, en medio de todos los cambios. Encontró las Ideas perfectas, que
estaban muy por encima del mundo de los sentidos. Platón opinaba, además, que
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las Ideas eran más reales que todos los fenómenos de la naturaleza. Primero
estaba la «idea de caballo», luego llegaban todos los caballos del mundo de los
sentidos galopando en forma de sombras en la pared de una caverna. Esto quiere
decir que la «idea de gallina» estaba antes que la gallina y que el huevo.
Aristóteles pensaba que Platón había dado la vuelta a todo.
Aristóteles no pensaba que existieran tales moldes, que, por así decirlo, estaban
colocados en estantes fuera de la naturaleza. Para Aristóteles las formas de las
cosas son como las cualidades específicas de las cosas. Esto quiere decir que
Aristóteles está en desacuerdo con Platón en que la Idea de «gallina» sea anterior
a la gallina.
Lo que Aristóteles llama «forma de gallina», está presente en cada gallina, como
las cualidades específicas de la gallina; por ejemplo, el hecho de que ponga
huevos. De ese modo la propia gallina y la «forma» de gallina son tan
inseparables como el cuerpo y el alma. Con esto hemos dicho lo esencial sobre la
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crítica de Aristóteles a la teoría de las Ideas de Platón. No obstante, debes darte
cuenta de que nos encontramos ante un cambio radical en la manera de pensar.
Para Platón, el mayor grado de realidad es lo que pensamos con la razón. Para
Aristóteles era igual de evidente que el mayor grado de realidad es lo que
sentimos con los sentidos.
Platón opina que todo lo que vemos a nuestro alrededor en la naturaleza, son
meros reflejos de algo que existe de un modo más real en el mundo de las Ideas, y
con eso también en el alma del ser humano. Aristóteles opina exactamente lo
contrario. Lo que hay en el alma del ser humano, son meros reflejos de los
objetos de la naturaleza; es decir, la naturaleza es el verdadero mundo. Según
Aristóteles, Platón quedó «anclado» en una visión mítica del mundo, en la que los
conceptos del hombre se confunden con el mundo real. Aristóteles señaló que no
existe nada en la mente que no haya estado antes en los sentidos, y Platón podría
haber dicho que no hay nada en la naturaleza que no haya estado antes en el
mundo de las Ideas.
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conceptos «caballo», «cangrejo» y «canario». Aristóteles no negó que el hombre
tuviera una inteligencia innata.
Tras haber aclarado su relación con la teoría de las Ideas de Platón, Aristóteles
constata que la realidad está compuesta de una serie de cosas individuales que
constituyen un conjunto de materia y forma. La «materia» es el material del que
está hecha una cosa, y la «forma» son las cualidades específicas de la cosa.
Delante de ti aletea una gallina, Sofía. La «forma» de la gallina es precisamente
aletear, y también cacarear y poner huevos. Así pues, la «forma» de la gallina son
las propiedades específicas de la especie «gallina» o, dicho de otra manera, lo que
hace la gallina. Cuando la gallina muere, y con ello deja de cacarear, la «forma»
de la gallina deja de existir.
Lo único que queda es la «materia» de la gallina (¡qué triste, verdad, Sofía!), pero
entonces, ya no es una gallina. Como ya he indicado, Aristóteles se interesaba por
los cambios que tienen lugar en la naturaleza. En la (“materia” siempre hay una
posibilidad de conseguir una determinada «forma». Podemos decir que la
«materia» se esfuerza por hacer realidad una posibilidad inherente. Cada cambio
que tiene lugar en la naturaleza es, según Aristóteles, una transformación de la
materia de posibilidad a realidad.
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Platón pensaba que la realidad está dividida en dos. Una parte es el mundo de los
sentidos, sobre el que sólo podemos conseguir conocimientos imperfectos
utilizando nuestros cinco sentidos (aproximados e imperfectos). De todo lo que
hay en el mundo de los sentidos, podemos decir que «todo fluye» y que nada
permanece. No hay nada que sea en el mundo de los sentidos, solamente se trata
de un montón de cosas que surgen y perecen.
Por otra parte, las Ideas son eternas e inmutables. Según Platón, el ser humano
también está dividido en dos partes. Tenemos un cuerpo que «fluye», y que, por
lo tanto, está indisolublemente ligado al mundo de los sentidos, y acaba de la
misma manera que todas las demás cosas pertenecientes al mundo de los sentidos
(como por ejemplo una pompa de jabón). Todos nuestros sentidos están ligados a
nuestro cuerpo y son, por tanto, de poco fiar. Pero también tenemos un alma
inmortal, la morada de la razón. Precisamente porque el alma no es material
puede ver el mundo de las Ideas. Las Ideas son eternas e inmutables.
Brevemente, podemos decir que Platón piensa que el Estado debe ser gobernado
por los filósofos. Al explicar el por qué, toma como punto de partida la
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composición del ser humano. Según Platón, el cuerpo humano está dividido en
tres partes: cabeza, pecho y vientre. A cada una de estas partes le corresponde una
habilidad del alma. A la cabeza pertenece la razón, al pecho la voluntad, y al
vientre, el deseo. Pertenece, además, a cada una de las tres habilidades del alma
un ideal o una «virtud».
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En el transcurso de los siglos XVI y XVII, en los países más avanzados de
Europa Occidental se va gestando en las entrañas de la vieja sociedad feudal el
nuevo modo de producción, el modo capitalista. La burguesía se desmembra más
y más del tercer estamento para volverse una clase independiente que encabeza la
oposición de vastos sectores de la población al poder feudal. En cierta medida, los
propietarios feudales comienzan a adaptarse a las relaciones capitalistas en
desarrollo.12
Por estas causas cobran aspereza las luchas de los sectores sociales “bajos” contra
los estamentos feudales dominantes, lo que a su vez intensifica la descomposición
12
Herzen, C. (2001). Obras filosóficas escogidas, ed en español, Moscú.
13
Ibídem.
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de las relaciones feudales y forma una de las premisas inmediatas de las
revoluciones burguesas de aquella época: la revolución de los Países Bajos (final
del siglo XVI), la revolución burguesa de Inglaterra (mediado el siglo XVII) y, en
fin, la revolución burguesa de Francia de 1789 a 1794. La Guerra de los
Campesinos en Alemania, la insurrección de Roberto Ket en Inglaterra, la
revuelta de los “desarrapados” en Francia y otras batallas de los trabajadores
fueron, virtualmente, el prólogo de las revoluciones burguesas de Europa
Occidental.14
Para los ideólogos burgueses progresistas, las nuevas concepciones que más
cuadraban a los intereses de la ciencia de la naturaleza eran la filosofía
materialista y el materialismo —por lo general espontáneo— de los naturalistas.
En un principio, estas dos modalidades del materialismo actúan en común. La una
y la otra acometen la crítica de la escolástica planteando el problema del método
del conocimiento; el método viejo expresaba no sólo el divorcio escolástico del
experimento, de la práctica, sino también el idealismo propio de la escolástica.
14
Fernández Sandoica, H. (2013). Tendencias historiográficas actuales, Akal.
25
Los materialistas atribuyen la esterilidad de la pseudociencia escolástica a la
endeblez de su método, cuyos rasgos esenciales son la obediencia acrítica a la
autoridad, el dogmatismo, la especulación, la ausencia de una observación
empírica sistemática y de experimentación, el apresuramiento y la inconsistencia
de las generalizaciones, la primacía de la deducción.
El siglo XIX trajo una cantidad de nuevos movimientos, la mayoría de los cuales
fueron creados por filósofos trabajando desde fuera del mundo académico.
Kierkegaard y Nietzsche sentaron las bases para la filosofía existencialista.
Auguste Comte acuñó el término «positivismo» y popularizó la escuela del
mismo nombre. En la ética, Jeremy Bentham y John Stuart Mill elaboraron el
utilitarismo, según el cual la acción correcta es aquella que produce la mayor
cantidad de felicidad general. Marx y Engels sentaron las bases del materialismo
dialéctico. En los Estados Unidos, Charles Sanders Peirce, William James y John
Dewey dieron origen a la escuela pragmatista. Al final del siglo, Edmund Husserl
inició la escuela de la fenomenología trascendental, y Gottlob Frege empezó con
su trabajo en lógica matemática, que habría de proveer las herramientas para la
filosofía analítica del siglo XX.
Bacon, rechazo esta idea del conocimiento y la interpretó desde una perspectiva
pragmática y utilitaria. De la perspectiva utilitaria de Bacon, el conocimiento, en
el sentido de la verdad, ya no tenía valor intrínseco, sino que deriva su valor de
los efectos prácticos, a los que servía. Así, Bacon abandonó la idea del
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conocimiento como una forma de liberar el espíritu humano (liberales artes).
Bacon, afirmó la primacía de la utilidad en la esfera del conocimiento, que es una
de las características importantes de la idea de la modernidad.
Bacon, se dio cuenta de que los hechos tienen que ser recogidos de manera
metódica para que se puedan hacer comparaciones. No era suficiente para buscar
la confirmación de los casos. En su lugar, vio que las tablas necesarias para
establecerse de forma que los casos negativos pueden ser incluidas y tomadas en
consideración. Propuso hacer experimentos refutando lo que algunos han visto
como una anticipación de la idea de Karl Popper de la falsación. Este fue un logro
revolucionario y original para el que no hay casos previos en la antigüedad
clásica.
Sin embargo, los grandes científicos muy pocos han usado completamente la
metodología de Bacon. Es demasiado laborioso. En su lugar, han tendido a
aumentar el experimento riguroso con la imaginación y la intuición, que ha
permitido a la ciencia el progreso a pasos agigantados. Así que Bacon sobre
estima el valor de la observación minuciosa y recopilación de datos y subestimó
29
el uso de hipótesis y conjeturas. Sin embargo, su promoción de la
experimentación era muy necesaria para permitir a la ciencia para seguir adelante.
Al igual que otros pensadores modernos, Bacon estaba convencido del ideal de
conocimiento neutral, exento de la autoridad, la tradición y la interpretación.
Pensaba que esto era como las ideas de la mente divina, "las firmas verdaderas y
las marcas de puestos en las obras de la creación tal como se encuentran en la
naturaleza". Bacon no creyó que la mente humana era una "tabula rasa", que fue
capaz de recibir una imagen correcta del mundo. En cambio, era más como un
espejo torcido debido a las distorsiones inherentes. Así que antes de tratar de
buscar el conocimiento que una persona tiene para mejorar su mente. Él describe
los prejuicios comunes que impiden que la gente tenga la claridad de mente
necesaria para descubrir este conocimiento como cuatro "Idols" (ídolos):
"Ídolos de la tribu" (idola tribus), que son comunes a todo el mundo debido a la
imperfección de la naturaleza humana, como nuestros sentidos fácilmente
deceivable, una tendencia a hacerse ilusiones y corriendo a la sentencia.
"Los ídolos del mercado" (idola fori), procedentes de las confusiones inherentes
al lenguaje como palabras para las cosas que no existen o palabras que son vagos.
En este Bacon, parece haberse anticipado a Wittgenstein.
30
"Ídolos del teatro" (idola teatrales), que resultan de los mundos de ficción creados
por la filosofía dogmática, que no ha sido sometido a pruebas por la
experimentación. Se describe como supersticiones y ofrece como ejemplo las
personas que basan su filosofía de la naturaleza en el libro del Génesis, capítulo I.
René Descartes nació en 1596 y vivió una vida errante por Europa. Desde muy
joven había nutrido una fuerte esperanza de conseguir conocimientos seguros
sobre la naturaleza de los hombres y del universo. Pero después de haber
estudiado filosofía se convenció cada vez más de su propia ignorancia. –¿ Más o
menos como Sócrates? –Más o menos como él, sí. Como Sócrates, estaba con-
vencido de que sólo nuestra razón puede proporcionarnos conocimientos seguros.
No podemos fiarnos de lo que dicen los viejos libros. Ni siquiera podemos fiarnos
de lo que nos dicen nuestros sentidos. –Así pensó Platón, también él opinó que
sólo la razón nos puede proporcionar conocimientos seguros. –Exacto.
Hay una línea que va desde Sócrates y Platón y que pasa por San Agustín antes de
llegar a Descartes. Todos estos filósofos fueron racionalistas. Opinaban que la
razón es la única fuente segura de conocimiento. Tras extensos estudios,
Descartes llegó a la conclusión de que los conocimientos que se habían heredado
de la Edad Media no eran necesariamente de fiar. En este punto quizás podríamos
compararlo con Sócrates, que no se fiaba de las opiniones corrientes con las que
solía encontrarse en la plaza de Atenas.
Descartes decidió empezar a viajar por Europa, de la misma manera que Sócrates
empleó su vida en conversar con las gentes de Atenas. Descartes nos cuenta que a
partir de entonces sólo buscará aquella ciencia que pueda encontrar en él mismo o
en el «gran libro del mundo». Se adhirió por tanto al servicio de la guerra, que le
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llevó a varios lugares de Centroeuropa. Más adelante vivió unos años en París,
pero en 1629 se fue a Holanda, donde vivió casi 20 años trabajando en sus
tratados filosóficos. En 1649 fue invitado a Suecia por la reina Cristina. Pero la
estancia en ese lugar que él denominó la «tierra de los osos, del hielo y las rocas»,
le provocó una pulmonía, y Descartes murió en el invierno de 1650.
Con sólo 54 años. Pero llegaría a tener una gran importancia para la filosofía,
incluso después de su muerte. No es ninguna exageración decir que fue Descartes
quien fundó la filosofía de los tiempos modernos. Tras el entusiasta
redescubrimiento del re-nacimiento del ser humano y de la naturaleza, surgió de
nuevo una necesidad de recoger las ideas de la época en un sistema filosófico
consistente.
32
generaciones siguientes. Ante todo le interesaba averiguar lo que podemos saber,
es decir, aclarar la cuestión de la «certeza de nuestro conocimiento».
La otra gran cuestión que le preocupó fue la «relación entre el alma y el cuerpo».
Estos dos planteamientos caracterizarían el debate filosófico durante los
siguientes ciento cincuenta años. –Entonces fue un hombre avanzado para su
época. –Sí, pero también eran cuestiones que se planteaban en esa época.
Antes del siglo XVII era habi-tual considerar el alma como una especie de
«respiración vial» que fluye por todos los seres vivos. El significado original de
33
las palabras «alma» y «espíritu» es, de hecho, «aliento vital» o «respiración» en
casi todos los idiomas europeos. Para Aristóteles el alma en algo presente en todo
el organismo como “principio de la vida» de ese organismo, es decir; algo que n
humanos, fueron explicados como un proceso mecánico.
Pero el alma del hombre no podía formar parte de esa “maquinaria corporal».
¿Dónde estaría entonces el alma? Una cuestión importante que quedaba por
explicar era cómo algo «espiritual” podía poner en marcha un proceso mecánico.
–En realidad es algo bastante curioso. –¿Qué quieres decir? –Decido levantar un
brazo, y entonces levanto el brazo. O decido ir corriendo a coger el autobús, e
instantáneamente mis piernas comienzan a correr.
Otras veces puedo pensar en algo triste. De repente, mis lágrimas empiezan a
brotar. Entonces tiene que haber una misteriosa relación entre el cuerpo y la
conciencia. –Precisamente este problema puso en marcha los pensamientos de
Descartes. Igual que Platón, estaba convencido de que había una clarísima
separación entre “espíritu” y “materia”. Pero Platón no pudo responder a la
pregunta de cómo el cuerpo afecta al alma, o cómo el alma afecta al cuerpo. –Yo
tampoco puedo, así que me gustada saber a qué conclusión llegó Descartes. –
Sigamos su propio razonamiento. Alberto señaló el libro que estaba sobre la mesa
que había entre ellos.
En este pequeño libro, Discurso del Método, Descartes plantea la cuestión de qué
método debe emplear el filósofo cuando se dispone a solucionar un problema
filosófico, pues las ciencias naturales ya tenían su nuevo método. –Eso ya lo has
dicho.
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Descartes constata primero que no podemos considerar nada como verdad si no
reconocemos claramente que lo es. Para conseguir esto puede que sea necesario
dividir un problema complejo en cuantas partes parciales sea posible. Entonces se
puede empezar por las ideas más sencillas. Podría decirse que cada idea tendrá
que “medirse y pesarse», más o menos como Galileo decía que todo tenía que
medirse y que lo que no se podía medir tendría que hacerse medible. Descartes
pensaba que la filosofía podía ir de lo simple a lo complejo. Así sería posible
construir nuevos conocimientos.
Al final había que hacer constantes recuentos y controles para poder asegurarse
de que no se había omitido nada. Entonces, y no antes, puede ser alcanzable una
conclusión filosófica. –Casi suena a problema aritmético. –Sí, Descartes quiso
emplear el método matemático también en la reflexión filosófica. Quiso probar
verdades filosóficas más o menos de la misma manera en la que se prueba un
teorema matemático. También quiso emplear la misma herramienta que
empleamos cuando trabajamos con números, es decir la razón. Pues solamente la
razón nos proporciona conocimientos seguros. No resulta tan evidente que los
sentidos sean de fiar. Ya hemos subrayado su parentesco con Platón, quien
también señaló que las matemáticas y los números nos podían proporcionar un
conocimiento más certero que los testimonios de los sentidos.
35
pensara que fuera razonable dudar de absolutamente todo, sino que en principio
hay que dudar de todo.
En primer lugar, no es del todo seguro que podamos continuar nuestra búsqueda
filosófica leyendo a Platón o a Aristóteles, porque aunque ampliamos nuestros
conocimientos históricos, no ampliamos nuestro conocimiento del mundo. Para
Descartes resultaba im-prescindible librarse de ideas viejas antes de comenzar su
propia indagación filosófica. –¿Quería retirar todo el viejo material de
construcción antes de iniciar la nueva casa? –Sí, con el fin de asegurarse
completamente de que la nueva construcción de ideas fuera a aguantar, quería
limitarse a utilizar exclusivamente material nuevo y fresco.
No obstante, la duda de Descartes es más profunda que eso, pues decía que ni
siquiera podemos fiarnos de lo que nos dicen nuestros sentidos. Quizás nos está
tomando el pelo. –¿Cómo? –También cuando soñamos creemos que estamos
viviendo algo real. ¿Hay en realidad, algo que distinga nuestras sensaciones en
estado de vigilia de las de los sueños? «Cuando reflexiono detenidamente sobre
esto, no encuentro ni un solo criterio para distinguir la vigilia del sueño», escribe
Descartes. Y sigue: «¿Cómo puedes estar seguro de que tu vida entera no es un
sueño?».
Lo que opina Descartes es simplemente que todos tenemos una idea de un ser
perfecto, y que resulta inherente a esta idea el que ese ser perfecto exista. Porque
un ser perfecto no sería perfecto si no existiera. Y además, nosotros no
tendríamos ninguna idea de un ser perfecto si no hubiera tal ser perfecto.
Nosotros somos imperfectos, entonces no puede venir de nosotros la idea sobre lo
perfecto. La idea de un Dios es, según Descartes, una idea innata, está impresa en
36
nosotros desde que nacemos, de la misma manera que el artista imprime su firma
en la obra». –Pero aunque yo tenga una idea de un «cocofante», eso no quiere
decir que el «cocofante» exista.
Es ésa una manera bastante especial de pensar. –Es una manera de pensar
marcadamente «racional». Descartes opinaba, como Sócrates y Platón, que hay
una relación entre el pensamiento v la existencia. Cuanto más evidente resulte
algo al pensamiento tanto más seguro es su existencia.
Hasta ahora ha llegado a la conclusión de que es una persona que piensa y de que
hay, además, un ser perfecto. –Y con esto como punto de partida prosigue. En
cuanto a todas esas ideas que tenemos de la realidad exterior, por ejemplo del sol
y de la luna, podría ser que todo fueran simplemente imaginaciones o imágenes
de sueños. Pero también la realidad exterior tiene algunas cualidades que
podemos reconocer con la razón.
37
aproxima al empirismo, y al afirmar que no todo el conocimiento proviene de la
expe- riencia se acerca al racionalismo. Los dos grandes ilustrados, Newton y
Rousseau, también le influyeron: Newton representó el éxito definitivo que se
puede alcanzar si limitamos la ciencia al conocimiento de los fenómenos;
Rousseau reforzó en Kant la convicción de la autonomía de la moralidad frente a
las leyes que rigen el mundo objetivo y la pertenencia del hombre a dos mundos o
reinos, el Reino de la Naturaleza y el del Espíritu. El problema tratado por Kant
fue el de la posibilidad de lo metafísico, la aclaración de cómo el hombre es
ciudadano de ambos reinos. La filosofía kantiana es una filosofía crítica: se tratará
de investigar la posibilidad y límites de la Razón tanto en su aspecto teórico como
en su dimensión práctica. Su proyecto consiste en establecer los principios y
límites del conocimiento científico de la Naturaleza, descubrir los principios de la
acción y las condiciones de la libertad, y delinear el destino último del hombre.
Emmanuel Kant
EL USO TEÓRICO DE LA RAZÓN
Con este filósofo comienza una nueva época en la historia de la filosofía. En Kant
predomina el pensamiento crítico. Centró su atención en el sujeto que conoce.
Para Kant, el sujeto es el elemento activo del conocimiento, los objetos se
adaptan al modo de conocer del sujeto y giran en torno a él. Kant afirma que hay
conceptos que no provienen de la experiencia pero esos conceptos sólo tienen
aplicación en el ámbito de la experiencia.
38
La tarea fundamental de Kant será someter a juicio a la razón para resolver el
antagonismo entre todas las interpretaciones de la misma (racionalista, empirista
e irracionalista).
Las condiciones que hacen posible la ciencia son: empíricas (toda ciencia ha de
basarse en datos que parten de la experiencia) y trascendentales-a priori (toda
ciencia se apoya en unos contenidos anteriores a la experiencia) La ciencia se
compone de juicios y, sin juicios, no hay ciencia. Los juicios pueden ser
analíticos (cuando el predicado está comprendido en el sujeto. Son universales y
necesarios pero no extensivos) o sintéticos (el predicado no está comprendido en
39
el sujeto), a priori (independientes de la experiencia) o a posteriori. Para Kant,
sólo los juicios sintéticos y a priori pueden ser científicos.
40
La metafísica como ciencia es imposible porque las categorías sólo pueden
aplicarse a los fenómenos y las realidades metafísicas (Dios, alma, mundo)
escapan a la experiencia fenoménica. Los juicios sintéticos a priori- son
imposibles en la metafísica. Kant hace una triple crítica a la Metafísica, que se
considera dividida en tres ramas: psicología (alma), cosmología (mundo) y
teología (Dios).
“Obra de tal manera que tus actos puedan ser tomados como normas universales
de conducta.”
Este imperativo no dice lo que hay que hacer sino únicamente cómo. Para Kant
sólo son moralmente buenas las acciones que se realizan por deber.
41
inmortalidad) y Dios (en el mundo, el ser y el deber ser no se identifican; es
necesario admitir a Dios como el ser donde se identifican esas dos realidades).
La metafísica es una rama de la filosofía que estudia la naturaleza, estructura,
componentes y principios fundamentales de la realidad.
La metafísica aborda problemas centrales de la filosofía, como lo son los
fundamentos de la estructura de la realidad y el sentido y finalidad última de todo
ser.
La metafísica tiene dos tópicos principales: el primero es la ontología, que en
palabras de Aristóteles viene a ser la ciencia que estudia el ser en tanto que ser.
El segundo es el de la teología, que es el estudio de Dios como causa última de la
realidad. Existe, sin embargo, un debate que sigue aún hoy sobre la definición del
objeto de estudio de la metafísica, sobre si sus enunciados tienen propiedades
cognitivas.
La metafísica estudia los aspectos de la realidad que son inaccesibles a la
investigación científica.
Según Emmanuel Kant, una afirmación es metafísica cuando afirma algo
sustancial o relevante sobre un asunto («cuando emite un juicio sintético sobre un
asunto») que por principio escapa a toda posibilidad de ser experimentado
sensiblemente por el ser humano. Algunos filósofos han sostenido que el ser
humano tiene una predisposición natural hacia la metafísica.
Kant la calificó de «necesidad inevitable». Arthur Schopenhauer incluso definió
al ser humano como «animal metafísico.
La palabra «metafísica» significa «más allá de la naturaleza o más allá de lo
material o físico», proviene del título puesto por Andrónico de Rodas a una
colección de escritos de Aristóteles.
42
Esto no implica que la metafísica haya nacido con Aristóteles, sino que es de
hecho más antigua, dado que hay casos de pensamiento metafísico en
los filósofos presocráticos.
Platón estudió en diversos Diálogos lo que es el ser, con lo que preparó el terreno
a Aristóteles de Estagira, que elaboró lo que él llamaba una «filosofía primera»,
cuyo principal objetivo era el estudio del Ser en cuanto tal, de sus atributos y sus
causas.
El término metafísica proviene de una obra de Aristóteles compuesta por catorce
volúmenes (rollos de papiro), independientes entre sí, que se ocupan de diversos
temas generales de la filosofía.
Estos libros son de carácter esotérico, es decir, Aristóteles nunca los concibió
para la publicación. Por el contrario, son un conjunto de apuntes o notas
personales sobre temas que pudo haber tratado en clases o en otros libros
sistemáticos.
El peripatético Andrónico de Rodas (siglo I a. C.) al sacar la primera edición de
las obras de Aristóteles ordenó estos libros detrás de los ocho libros sobre física
(tà metà tà physiká). De allí surgió el concepto de «metafísica», que en realidad
significa: aquello que en el estante está después de la física, pero que también de
manera didáctica significa: aquello que sigue a las explicaciones sobre la
naturaleza o lo que viene después de la física, entendiendo física en su acepción
antigua que se refería al estudio de la physis, es decir, de la naturaleza y sus
fenómenos, no limitados al plano material necesariamente.
En la Antigüedad la palabra metafísica no denotaba una disciplina particular
concerniente al interior de la filosofía, sino el compendio de rollos de Aristóteles
ya mencionado.
43
Sólo es a partir del siglo XIII que la metafísica pasa a ser una disciplina filosófica
especial que tiene como objeto el ente en cuanto ente. Es hacia ese siglo cuando
el conocimiento de las teorías aristotélicas se comienza a conocer en el Occidente
latino gracias al influjo de pensadores árabes como Avicena y Averroes.
A partir de entonces la metafísica pasa a ser la más alta disciplina filosófica, y así
hasta la Edad Moderna. Con el tiempo la palabra «metafísica» adquirió el
significado de «difícil» o «sutil» y en algunas circunstancias se utiliza con un
carácter peyorativo, pasando a significar especulativo, dudoso o no científico.
44
atribuir a todo lo que es y si con ello pueden establecerse ciertas propiedades del
ser.
Algunos de los conceptos principales de la metafísica
son: ser, nada, existencia, esencia, mundo, espacio, tiempo, mente, Dios, libertad,
cambio, causalidad y fin.
Algunos de los problemas más importantes y tradicionales de la metafísica son:
el problema de los universales, el problema de la estructura categorial del mundo,
y los problemas ligados al espacio y el tiempo.
La ontología se le llama también “Metafísica general”. Es el “estudio del ser en
cuanto al ser”.
Esta frase parece enigmática, pero no lo es tanto. El caballo, el hombre, son seres.
Pues bien, la Ontología los estudia no en cuanto que son “el caballo”, “el
hombre”…, sino que se fija en algo común a todos ellos; los estudia en cuanto
que son seres. La ontología es, pues el estudio del ser, en cuanto al ser.
La tarea fundamental de esta obra es averiguar cómo son posibles los juicios
sintéticos a priori (tanto en Matemáticas como en Física) y si son posibles en
Metafísica. Veamos sus tres partes principales.
Percibir no es, aún, comprender los objetos; comprender los fenómenos es poder
referirlos a un concepto, y esta es la función propia del Entendimiento (facultad
de los conceptos). Kant la estudia en la Analítica Transcendental, y distingue dos
tipos de conceptos, empíricos, que proceden de la experiencia y son a posteriori, y
conceptos puros o categorías, que no proceden de la experiencia y son a priori: las
categorías (sustancia, causalidad, unidad...) son nociones que no se refieren a
datos empíricos pero tampoco son construidas empíricamente por el hombre, pues
pertenecen a la estructura del entendimiento. El conocimiento es posible porque
aplicamos las categorías a la multiplicidad dada en la sensación. Los conceptos
puros son condiciones transcendentales, necesarias, de nuestro conocimiento de
los fenómenos ya que el entendimiento no puede pensarlos si no es aplicándoles
estas categorías, pero las categorías solamente son fuente de conocimiento
aplicadas a los fenómenos y no tienen aplicación válida más allá de los mismos.
El error de la filosofía dogmática (basada en el uso puro de la razón) consiste en
usar las categorías para referirse a realidades transempíricas o trascendentes (Dios
y el alma, p. ej.).
47
La Dialéctica Transcendental estudia la Razón (facultad de las argumentaciones)
y el problema de si la Metafísica puede ser un saber a priori, y concluye que la
Metafísica como disciplina científica es imposible. La Metafísica quiere alcanzar
las cosas tal y como son en sí mismas, sus objetos son transcendentes ―no
empíricos―: el alma, Dios y el mundo como totalidad; pero la ciencia usa
necesariamente las categorías y éstas sólo pueden emplearse legítimamente
aplicadas a los fenómenos, a lo dado en la experiencia.
48
A. III. EL IDEALISMO TRASCENDENTAL: EL "FENÓMENO" Y EL
“NOÚMENO"
49
Pero con Kant aparece la concepción idealista: no sabemos cómo puede ser el
mundo independientemente de nuestra experiencia de él; todo objeto del que
tenemos experiencia ha quedado influido por la estructura de nuestro aparato
cognoscitivo. Estas ideas llevan a los conceptos de Noúmeno y de Fenómeno:
Noúmeno (o Cosa en sí) es la realidad tal y como pueda ser en sí misma,
independientemente de nuestra experiencia de ella; Fenómeno es la realidad
dependiente del Sujeto Trascendental (el sujeto no empírico del cual se predican
las formas aprióricas, es la realidad estructurada por las formas de la Sensibilidad
y las categorías del Entendimiento. El sujeto no deja intacta la realidad conocida,
la constituye en el propio acto del conocimiento. Por ello, el Idealismo
Trascendental se puede resumir en la afirmación de que sólo conocemos
fenómenos.
La Razón Teórica formula juicios y se ocupa de conocer cómo son las cosas; la
Razón Práctica ofrece imperativos y se ocupa de cómo debe ser la conducta de los
seres racionales. Punto de partida de la ética kantiana: en la experiencia moral hay
algo análogo al dato fundamental del conocimiento: el "factum de la moralidad",
el hecho moral, la existencia del deber: todos los hombres tienen conciencia de
estar sometidos a prescripciones morales, se sienten obligados a hacer ciertas
cosas y a evitar otras.
50
universalidad y la necesidad. La ética kantiana es un intento de entender el factum
de la moralidad y sus condiciones de posibilidad, del mismo modo que la teoría
del conocimiento kantiana es la investigación de las condiciones de posibilidad de
la ciencia.
Kant clasifica los principios prácticos del siguiente modo: las máximas expresan
cómo nos comportamos dadas tales o cuales circunstancias; hay máximas buenas
y malas. El hombre no está dirigido necesariamente a realizar el bien, por ello el
deber se le presenta como un mandato. Los imperativos o mandatos pueden ser
hipotéticos o categóricos; los imperativos hipotéticos mandan una acción porque
ésta es un buen medio para la realización de un fin.
Los categóricos mandan la realización de una acción porque esa acción es buena
en sí misma. Un imperativo es hipotético o categórico dependiendo del
fundamento de determinación que el sujeto ha tenido al realizar la acción: si ha
seguido el precepto "debes hacer X" para la realización de un fin suyo, entonces
dicho mandato es un imperativo hipotético ("debes hacer X si quieres conseguir
Y"). Si lo ha hecho exclusivamente por la propia acción, entonces el mandato es
categórico ("debes hacer X"). Los imperativos hipotéticos son imperativos de la
habilidad cuando el fin para el cual se prescribe una acción como buena es un fin
meramente posible (fin no común a todos los hombres). Los imperativos
hipotéticos son imperativos de la prudencia cuando el fin es un fin real (un fin
común a todos los hombres, la felicidad).
51
Hasta Kant las éticas habían sido materiales, frente a todas ellas, su ética es
formal. Son materiales aquellas éticas según las cuales la bondad o maldad de la
conducta depende de algo que se considera Bien Supremo (sea espiritual o
material): los actos serán buenos cuando nos acerquen a él y malos cuando nos
alejen de él. Toda ética material parte de que hay bienes, cosas buenas para el
hombre, determina cuál es su bien o fin supremo y establece las normas o
preceptos para alcanzarlo. Pero los preceptos de toda ética material son
hipotéticos, empíricos, por lo que no valen absolutamente, sino sólo de un modo
condicional, como medios para conseguir un fin.
52
sujeto se tiene que someter a la realidad, es ésta la que impone sus condiciones; el
sujeto tiene que plegarse al orden del mundo.
Feuerbach
57
le caracteriza como especie, una especie que tiene conciencia y que le diferencia
de los animales.
Marx
Sin embargo, esta influencia se refractaba en ella a través del prisma de las
atrasadas condiciones económico-sociales de la Alemania de aquel entonces. En
la segunda mitad del siglo XVIII y a comienzos del XIX, Alemania era todavía un
país semi-feudal, tanto en el aspecto económico como en el político. La burguesía
alemana era todavía débil, no disponía de suficiente fuerza económica y política
para entablar una lucha abierta contra el feudalismo.
Las teorías de Kant, Fichte, Schelling y Hegel son otros tantos peldaños sucesivos
en la formación de la dialéctica idealista. Pero su tentativa de elaborar la
dialéctica descansaba en el idealismo filosófico y, por consiguiente, no pudo ser
coronada por un éxito total. Al desintegrarse la escuela hegeliana se formó la
tendencia materialista de Feuerbach (ver), quien se muestra materialista en la
solución del problema fundamental de la filosofía.
60
El valor fundamental de Feuerbach en filosofía radica en haber intervenido en
defensa del materialismo contra el idealismo en general, y en particular contra el
de Hegel. Con su profunda crítica del idealismo, Feuerbach ejerció una gran
influencia sobre Marx y Engels, ayudándoles a pasar del idealismo hegeliano a
posiciones materialistas. Marx y Engels, al crear el materialismo dialéctico,
superaron el idealismo de la dialéctica hegeliana, así como la limitación
metafísica del materialismo de Feuerbach, su idealismo en la interpretación de la
historia.
Filosofía alemana de fines del siglo XVIII y primera mitad del siglo XIX. El
fundador de esta filosofía fue Kant (ver), y sus continuadores, Fichte y Schelling.
El sistema de Hegel (ver) fue “la fase culminante del movimiento filosófico desde
los tiempos de Kant” (Engels).
61
condiciones económico-sociales de entonces. La debilidad, la inconsecuencia y la
dependencia de la burguesía alemana respecto de los señores feudales, se dieron
también en sus filósofos, engendrando en Kant, Fichte, Schelling y Hegel su
hostilidad hacia el materialismo, su vinculación con la religión y la forma
místico-idealista del pensamiento. La filosofía clásica alemana prestó una serie de
servicios, de los que el más básico es la fundamentación de la dialéctica.
“La dialéctica hegeliana, como doctrina del desarrollo –la más general, profunda
y rica en contenido–, era considerada por Marx y Engels como una gran
adquisición de la filosofía clásica alemana” (Lenin).
16
Engels, (1996). Dialética de la naturaleza, Grijalbo, México.
63
del hombre. En todo ello la dialéctica de la necesidad juega un papel decisivo
como factor de los cambios.17
El hombre, antes de pensar es una realidad. Si piensa, podemos decir que es una
realidad pensante, y por eso una buena explicación acerca de la realidad y el
pensamiento se puede llamar "Realismo Pensante".19
La realidad nos hace pensar, pero la realidad no es "lo que nos pensamos", ni "lo
que se piensan" los demás. Ellos nos pueden ayudar a pensar, pero no tenemos
por qué contentarles.
17
Hume, D. (1993). Investigaci´on sobre el entendimiento humano, Losada, Buenos Aires.
18
Ibídem.
19
Canals, F. (2003). Sobre la esencia del conocimiento, PPU, Barcelona, PPU.
64
fundirse con la misma realidad. Esto es lo que se llama "hacerse uno con lo
conocido".20
Las religiones son "lo que piensan" sus fanáticos, pero "La Religión" no "se
piensa". La religión se nos revela a través de la realidad y los profetas.
Tomas Hobbes
De origen inglés, nacido en 1588, hijo de un pastor rural. Estudia en Oxford y allí
conoce la filosofía escolástica, que no logra interesarle.
Su Pensamiento:
• Su filosofía es empirista porque parte de los fenómenos tal y cual como son
aprehendidos por los órganos de los sentidos.
John Locke
20
Ibídem.
21
Reinoso Avecillas, R. (2015). Filosofía de la educación y la interculturalidad: hacia una estrategia de
investigación Sophia, Colección de Filosofía de la Educación, núm. 18, Universidad Politécnica Salesiana Cuenca,
Ecuador.
65
• Filósofo inglés, nace cerca de Bristol en 1632 y muere en 1704. Estudió en
Oxford filosofía, medicina y ciencias naturales. Conoció la filosofía de Descartes.
Intervino en la política de su país.
Su Pensamiento:
George Berkeley
Su Pensamiento:
David Hume
66
• Nació en Edimburgo (Escocia) en 1711. Hijo de un terrateniente. En su juventud
se dedicó al comercio, pero luego se dedica a las letras y a la filosofía.
Su Pensamiento:
• Según Hume, tanto la percepción como la reflexión nos aportan una serie de
elementos que atribuimos a la sustancia como soporte de ellos. Pero no limita su
crítica a las sustancias materiales sino al propio yo.
22
Serrano, J. (1995). Pensamiento y concepto, Editorial Trillas, México.
67
2.5 Principales corrientes filosóficas
Ciencias Formales: Este tipo de ciencias tienen como objeto del conocimiento lo
ideal; el método que utilizan es la deducción; y el criterio de la verdad es la no
contradicción; es decir, son conceptos abstractos.
23
Barrios, M. (2002). Voluntad de lo trágico. El concepto nietzscheano de voluntad a partir de El Nacimiento de la
tragedia, Biblioteca Nueva, Madrid.
24
Bunge, M. (1999). “¿Qué es la ciencia?”, (9-16). En La Ciencia su Método y su Filosofía. Ed: Nueva Imagen,
México.
68
Entre éstas encontramos a las Matemáticas y a la Lógica.
Ciencias Fácticas: Las ciencias fácticas o empíricas toman como objeto los
hechos o adquiridos a través de la experiencia. El objeto de las ciencias fácticas es
material; su método es el experimental y su criterio de verdad es la comprobación
o verificación de resultados. Entre éstas encontramos la Física, Química,
Biología, Psicología, Economía, Política, Antropología, Historia, Sociología,
Administración y Comunicación.25
Origen del nombre: El primero que uso el nombre fue Pitágoras de Samos, que
se llamó “filósofo” por modestia; es decir “amante de la sabiduría”, y no sabio.
Es la sabiduría humana por excelencia que nos hace conocer toda la verdad que
humanamente se puede conocer y practicar todo el bien que humanamente se
puede practicar.
“Filosofo es aquel que conoce a fondo los libros y las cosas; el que todo lo pesa y
todo lo somete al imperio de la razón”. CONFUCIO.
“Un poco de filosofía nos aleja de la religión. Mucha filosofía nos vuelve a ella”.
BACON.
Filosofía
70
2. La filosofía considera a Dios como problema, pero no puede probar
empíricamente, la aporía o la contradicción siguiente: a) Dios existe, b) Dios no
existe.
3. Hay filosofías que demuestran la existencia de Dios y hay filosofías, como las
materialistas, que rechazan la existencia de Dios.
Religión
71
3. La religión considera a Dios como principio de todas las cosas. Todo cuanto
existe deviene de Dios.
El mito como relato hace referencia a una irrupción del «otro tiempo» en el
«tiempo de los hombres» que provoca el origen de la realidad más vasta, del
mundo o el origen de algo en el mundo; es decir, estamos ante la presencia de
72
vínculos entre distintas calidades de tiempo que se expresan en el «origen como
fundamento» y en el «origen como principio».27
«Todo mito de origen narra y justifica una "situación nueva" -nueva en el sentido
de que no estaba desde el principio del mundo-. Los mitos de origen prolongan y
completan el mito cosmogónico: cuentan cómo el mundo ha sido modificado,
enriquecido o empobrecido».29
30
Lévi-Strauss, C. (1984). El pensamiento salvaje, Fondo de Cultura Económica, México.
74
artes y costumbres que pertenecen a nuestra era; los cuentos populares, en
cambio, son narraciones referidas a nuestra era.31
Las posturas de los estudiosos que se preocuparon por el mito fueron diversas,
por ejemplo para J. Frazer (1980), el mito era una especie de ciencia primitiva:
«La magia es hermana bastarda de la ciencia», esta posición no admite ninguna
heterogeneidad radical entre el pensamiento mítico y el pensamiento científico.
Mientras que E. B. Tylor consideraba que no existía diferencia esencial entre la
mente del «salvaje» y la del hombre civilizado, de ahí que para él, el mito fuera
como una especie de filosofía del «salvaje», cuyo pensamiento, aún cuando
parecía ser grotesco, no era en modo alguno confuso ni contradictorio, y que en
cierto sentido la lógica del salvaje era impecable, así, el principio metodológico
tyloriano borra casi enteramente toda diferencia entre la mente del hombre
primitivo y del civilizado. En cambio para M. Müller y H. Spencer los mitos eran
una enfermedad del lenguaje.
31
López Austin, A. (1983). «La construcción de la memoria», en La memoria y el olvido. Segundo simposio de
historia de las mentalidades, INAH, México.
32
Cassirer, E. (1993). El mito del Estado, Fondo de Cultura Económica, México.
75
Con S. Freud el mito dejó de ser considerado como un hecho aislado, fue
conectado con fenómenos bien conocidos, que podían estudiarse científicamente
y someterlo a comprobación empírica.33
4.2 Categorías
El hombre consciente se eleva por encima; las categorías son los peldaños de esta
elevación, es decir, del conocimiento del mundo, los nudos de la red que ayudan a
conocerlo y a dominarlo” (Lenin. La teoría de las categorías en el materialismo
dialéctico difiere fundamentalmente de las teorías idealistas. En Kant, por
ejemplo, las categorías son formas apriorísticas de pensar, es decir, eternas, dadas
antes e independientemente de toda experiencia. Hegel concibe categorías en el
34
Diccionario filosófico marxista
77
desarrollo dialéctico, pero para él son peldaños del desarrollo de la idea absoluta
que crea, construye al mundo real.35
Las categorías del materialismo dialéctico y del materialismo histórico, como las
de toda otra ciencia, no constituyen por cierto, un sistema cerrado e inmutable de
nociones fundamentales. El desarrollo de la realidad objetiva y los progresos de la
ciencia multiplican y enriquecen las categorías científicas que reflejan el mundo
objetivo con amplitud y precisión cada vez mayor. Por el hecho de expresar las
relaciones esenciales de la realidad, las categorías deben ser forzosamente tan
flexibles, movibles y ligadas entre sí como lo son los objetos y los procesos del
propio mundo material. Sería erróneo considerar las categorías científicas como
fórmulas rígidas dadas de una vez para siempre. Así, sería un error examinar la
categoría económica de la producción mercantil al margen de las condiciones
históricas.36
35
Ibídem.
36
Diccionario filosófico abreviado
37
Vasquez et al. (2016) Manual de Introducción a la Psicología Cognitiva. Alejandro Vasquez, ed. Editorial CSE.
78
Se dice que el grado sensorial del conocimiento es el medio por el cual el hombre
conoce el aspecto externo del objeto, en forma parcial, aislada e incompleta (no la
esencia).
Un ejemplo de enunciado objetivo típico es: «las hojas de las plantas con clorofila
son percibidas visualmente casi siempre de color verde por el Homo sapiens».
Por el contrario, un ejemplo típico de enunciado subjetivo, aunque sea válido, es:
«las plantas cuyas hojas son de color verde, visualmente son hermosas», ya que el
concepto de belleza puede variar considerablemente de un individuo a otro.
38
Bachelard, G. (2004). La formation de l'esprit scientifique : contribution à une psychanalyse de la connaissance,
París: Vrin.
79
el sujeto de ese conocimiento o autor de esa representación.
Los singulares “reales” son las cosas distintas que existen en la realidad y que
componen la dialéctica objetiva. Los universales en el pensamiento, es decir, en
la dialéctica subjetiva, es el “universal abstracto”; presenta una perspectiva
parcial de la cosa en cuestión, es decir, abstrae una u otra de las relaciones reales
que contribuyen a formar lo universal real.
Lo singular en el pensamiento tiene dos caras. Por una parte constituye una
reflexión simple en la dialéctica subjetiva del individuo concreto. Por la otra,
cuando lo singular en el pensamiento es el resultado de un “ascenso de lo
abstracto a lo concreto” constituye lo concreto, es decir, el reflejo total y profundo
de lo singular en toda su generalidad. Puesto que la generalidad o la universalidad
de lo singular consisten en sus relaciones reales con otros componentes de la
dialéctica objetiva, lo concreto es el reflejo de la cosa en todas las propiedades,
relaciones, etc.40
40
Ibídem.
81
4.6 Esencial y fenómeno, relación entre ellas, pluralidad del fenómeno y
unidad de la esencia
Para las tendencias idealistas subjetivas, la esencia es una creación del sujeto, que
proyecta fuera de sí la esencia y la representa bajo el aspecto de cosas. El único
punto de vista acertado consiste en reconocer la realidad de la esencia objetiva de
las cosas y de su reflejo en la conciencia. La esencia no existe fuera de las cosas,
sino en ellas y a través de ellas, como su principal propiedad general, como su
ley. El conocimiento humano va asimilando gradualmente la esencia del mundo
objetivo, cada vez ahonda más en él. Este conocimiento se utiliza para influir
retroactivamente sobre el mundo objetivo con vistas a su transformación práctica
(cfr. Realidad, lo Real, Esencia y fenómeno).
Sentido de una cosa dada, lo que es por sí misma, a diferencia de las demás cosas
y de los estados mutables de la cosa bajo la acción de unas u otras circunstancias.
El concepto de esencia es sumamente importante para todo sistema filosófico y
82
para diferenciarlos desde el punto de vista de solución del problema de qué
relación tiene la esencia con el ser y qué relación tiene la esencia de las cosas con
la conciencia y el pensamiento. El idealismo objetivo afirma que el ser, la
realidad y la existencia dependen de la esencia de las cosas, que se interpreta
como algo independiente, incuestionable y absoluto. En este caso, las esencia de
las cosas forman una realidad ideal específica, que origina todas las cosas y las
gobierna (Platón, Hegel).
Las corrientes idealistas subjetivas sostienen que la esencia es obra del sujeto, que
la proyecta en forma de cosas. El único enfoque justo consiste en reconocer la
realidad de la esencia objetiva de las cosas y del reflejo de la misma en la
conciencia. La esencia no existe fuera de las cosas, sino dentro de ellas o a través
de ellas como su principal propiedad general, como su ley. Y el conocimiento
humano domina gradualmente la esencia del mundo objetivo y penetra en ella
cada vez más profundamente. Este conocimiento se utiliza para la retroacción
sobre el mundo con el objeto de su transformación práctica.
través de la experiencia, se conoce que ningún fenómeno surge sin causa, "de por
sí”, sino que lo engendran el desarrollo precedente de dicho fenómeno u otros
fenómenos. De la nada no surge nada. Todo fenómeno tiene su origen, lo que lo
engendra. Es precisamente lo que se llama “causa”. Lo que crea, produce o da
vida a otro fenómeno y lo antecede en el tiempo recibe el nombre de causa. Lo
que surge bajo la acción de la causa se denomina efecto.
41
Engels Ludwig Feuerbach, F. (1955). y el fin de la filosofía clásica alemana, Moscú.
84
las causas son también, de ordinario, muchas. Sin embargo, el análisis muestra
siempre que existen causas esenciales, principales, es decir, que determinan todas
las demás causas. En nuestro ejemplo pueden ser la baja disciplina tecnológica y
de producción, el insuficiente nivel de organización de la producción, el trabajo
arrítmico, etc.
En efecto, son ellas precisamente las que determinan todas las demás: los
trabajadores negligentes que entregan artículos defectuosos surgen donde la
disciplina de la producción es baja. El trabajo arrítmico es también causa de
muchos males. Es importante aclarar la causa esencial porque ello permite influir
de modo decisivo sobre el efecto dado. Más esto no significa en modo alguno que
se puede prescindir en mayor o menor grado de las causas no esenciales.
Estos dos conceptos pueden ser entendidos desde diversas áreas de la filosofía,
como la filosofía del lenguaje, la metafísica, etc. En la presente entrada nos
centramos de forma prioritaria en su determinación desde los problemas
relacionados con la teoría del conocimiento y con la epistemología. El interés por
determinar qué es el objeto y el sujeto, así como sus derivados (como son los
conceptos mismos de objetividad y subjetividad), ocupó un lugar de importancia
en las preocupaciones filosóficas de los escolásticos y más tarde en los modernos,
sobre todo a partir de Kant.
85
para ellos como “estar en la mente”, pues todo lo que es pensable es objeto.
Mientras que, autores como Occam, hablan de lo subjetivo como un “ser
substancial”. Del análisis escolástico persiste la idea de que lo “objetivo” no
necesariamente se equipara con “lo real”, ya sea cognoscible o no. En estos
autores, las nociones de interés están más ligadas a problemas de índole
metafísica.
86
apliquen estos conceptos basados sólo en el marco de la teoría del conocimiento
tradicional.
Los criterios de rigurosidad o exactitud de una teoría pasan por otras categorías
relativas a las características de las teorías mismas. Por ejemplo, desde Galileo se
tiene la clara conciencia de que la “simple observación” de la realidad no es lo
que nos lleva a establecer las leyes que constituyen las ciencias modernas, que
típicamente establecen leyes acerca de fenómenos que no son “observables” en
condiciones normales.
87
La causalidad es la "relación que se establece entre causa y efecto. Se puede
hablar de esa relación entre acontecimientos, procesos, regularidad de los
fenómenos y la producción de algo".42
La necesidad es una categoría filosófica que sirve para designar aquellos aspectos
de la realidad, que por estar íntimamente ligados a lo esencial del desarrollo,
deben de ocurrir, se abren paso a través de la realidad hasta que existen de manera
inevitable. La necesidad es portadora de los aspectos esenciales de la realidad que
expresa, y se desprende de las relaciones internas de la misma realidad, se deriva
de ella. La casualidad puede ocurrir independientemente de la voluntad o no de
los seres humanos.
Importante problema filosófico que estudia la relación mutua entre el curso del
conocimiento lógico y el curso del desarrollo histórico de la Sociedad en general
y de la historia del conocimiento en particular. El auténtico conocimiento
científico es el reflejo del proceso del desarrollo histórico de la Naturaleza y de la
Sociedad. Todo fenómeno puede ser conocido correctamente sólo en su proceso
42
Florián B., V. (2012). Diccionario de filosofía: Panamericana Editorial.
88
de nacimiento, desarrollo y muerte, o sea, en su historia. Conocer un objeto
significa reflejar la historia de su nacimiento y desarrollo. Por eso, lo lógico
coincide en general e íntegramente con lo histórico. Pero esta coincidencia no
significa, ni mucho menos, que el curso lógico del pensamiento debe reproducir
la historia en toda su múltiple variedad concreta, en todos sus pormenores, con
todos sus momentos casuales y no esenciales.
En la lógica del materialismo dialéctico, las leyes del pensamiento, los conceptos,
las categorías, su sistema y subordinación (subordinación, relación mutua,
conexión e interdependencia) coinciden en general e íntegramente con la historia
del pensamiento. “En la lógica, decía Lenin, la historia del pensamiento DEBE,
en general e íntegramente, coincidir con las leyes del pensar”.
43
Marx, Engels, Obras escogidas, t. I, p. 343, Ed. esp., Moscú.
90
El Capital de Marx ofrece un ejemplo brillante del análisis fundado sobre la
unidad de lo lógico y de lo histórico. Lenin escribe que ese libro contiene la
historia del capitalismo y el análisis de las nociones teóricas que las generalizan.
Así, el análisis lógico de las formas del valor reproduce la historia del desarrollo
del cambio. En la lógica dialéctica, las leyes del pensamiento, los conceptos, las
categorías, su sistema y su subordinación (sus relaciones recíprocas, sus vínculos
y su interdependencia) coinciden en lo esencial con la historia de las ideas. “En
lógica, escribía Lenin, la historia de las ideas debe, en principio, coincidir con las
leyes del pensamiento”.44
44
Cuadernos filosóficos, Ed. Rusa.
91
UNIDAD V: MATERIALISMO DIALÉCTICO Y LÓGICA FILOSÓFICA
45
Marx, C. y Engels, F. (1995). Feuerbach, oposición entre las concepciones materialista e idealista (capítulo I de
La ideología alemana.Contribución a la crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel.
46
Ibídem
92
para ésta doctrina, la causa real y radicalmente primera se entiende como un ente
supremo (Dios).47
La metafísica trata las "cuestiones últimas", pero, ¿cuáles son esas cuestiones?
Hay muchos modos de presentarlas, y no todos estos enfoques son compatibles
entre sí: ¿por qué existen las cosas? ¿Por qué hay algo y no más bien nada?
¿Existe un Dios? ¿Qué características poseería en caso de existir? ¿Cuál es la
diferencia entre materia y espíritu? ¿Acaso es libre el hombre? ¿Todo está en
47
Ibídem.
93
permanente cambio o existen cosas o relaciones que permanecen invariables a
pesar del cambio? Etcétera.48
48
Zumalabe Makirriain, J. M. (2006). El materialismo dialéctico, fundamento de la psicología soviética
International Journal of Psychology and Psychological Therapy, vol. 6, núm. 1, april, España
49
Engels, Federico. (1980). Carta de Engels a José Block en K�nigsberg. Londres 21-22 de septiembre de 1890.
Obras Escogidas en tres tomos de Marx y Engels, Tomo III. Editorial Progreso Moscú.
94
a la teoría del conocimiento, a la cual el marxismo llegó desde el punto de vista
histórico-social en vez del enfoque abstracto del materialismo contemplativo, que
consideraba los vínculos entre los hombre como algo puramente natural.
Los datos de la ciencia moderna señalan que los procesos físicos, químicos,
biológicos y sociales que tienen lugar en el mundo, no son algo encerrado en sí y
singularizado. Todos ellos pueden transformarse recíprocamente, puesto que entre
ellos existe una vinculación universal, concatenación e interacción.
96
relaciones sociales. Los objetos, sus propiedades y relaciones, al ser reflejadas en
el cerebro, existen en él en forma de imágenes, idealmente
Una era la de los antiguos griegos, de la que Engels realiza una valoración
paradójica y sugerente. Por ser resultado de la contemplación inmediata, las ideas
de los antiguos griegos sobre los fenómenos naturales no se basaban en el
aislamiento de ciertos detalles ni en la búsqueda de principios por fuera del
mundo físico, sino en la comprensión de la naturaleza como un todo en sus rasgos
generales. Asimismo, señala Engels que en sus elaboraciones filosóficas
tempranas, los griegos habían anticipado ciertos desarrollos que luego realizaría
la ciencia moderna, como la atomística.
La otra variante que destacaba Engels era, como es previsible, la dialéctica propia
de la filosofía clásica alemana desde Kant hasta Hegel, a la que nos hemos
referido en los anteriores artículos de esta serie.
97
y que no podía haber contradicciones en la realidad: “Mientras contemplamos las
cosas como en reposo y sin vida, cada una para sí, junto a las otras y tras las otras,
no tropezamos, ciertamente, con ninguna contradicción en ellas. Encontramos
ciertas propiedades en parte comunes, en parte diversas y hasta contradictorias,
pero en este caso repartidas entre cosas distintas, y sin contener por tanto ninguna
contradicción. En la medida en que se extiende este campo de consideración, nos
basta, consiguientemente, con el común modo metafísico de pensar. Pero todo
cambia completamente en cuanto consideramos las cosas en su movimiento, su
transformación, su vida, y en sus recíprocas interacciones. Entonces tropezamos
inmediatamente con contradicciones. El mismo movimiento es una contradicción;
ya el simple movimiento mecánico local no puede realizarse sino porque un
cuerpo, en uno y el mismo momento del tiempo, se encuentra en un lugar y en
otro, está y no está en un mismo lugar. Y la continua posición y simultánea
solución de esta contradicción es precisamente el movimiento”.
Marx pone entonces como ejemplo que en alguna rama del trabajo el trabajador
trabaje ocho horas al día para sí mismo, es decir, para la producción del valor de
su salario, y las cuatro horas siguientes para el capitalista, para la producción de
plusvalía que va, por de pronto, al bolsillo de éste. En este caso alguien tiene que
disponer de una suma de valor que le permita suministrar a dos obreros materia
98
prima, medios de trabajo y salario, para obtener diariamente la plusvalía necesaria
para vivir como uno de sus trabajadores.
100
De tal forma, la historia de la sociedad y la historia de la naturaleza atestiguan de
que en el mundo, todo se realiza dialécticamente. La dialéctica marxista enseña el
modo correcto de abordar los fenómenos de la naturaleza y de la sociedad; es un
método científico de estudio y conocimiento del mundo y sirve de guía para la
acción. Una de las más importantes exigencias del método dialéctico marxista, es
la verificación de todas las verdades logradas en la práctica, la apreciación de
todos los cambios relacionados con la actividad práctica de los hombres. De las
afirmaciones de la dialéctica marxista, emana una serie de importantes principios
directivos en materia de política y táctica, que siempre ha seguido y sigue el
partido de Lenin y Stalin.
La dialéctica marxista-leninista enseña que para seguir una política recta hay que
dirigirse hacia aquellas capas de la sociedad que se desarrollan y tienen un futuro;
hay que mirar hacia adelante y no para atrás, ser revolucionario y no reformista,
seguir una irreconciliable política proletaria de clase.
Para Lenín, esta ley constituye el núcleo de la dialéctica. Esta Ley establece que
todo lo objetivo se expresa en entidades contra-puestas que luchan
permanentemente entre sí, pero que al hacerlo, constituyen la unidad de los
contrarios. La lucha de con-trarios es la esencia del desarrollo de lo objetivo. En
el mundo existen una infinidad de contradicciones, pero la Dialéctica
102
Materialistas estudiaría las de tipo más general, tales como las contradicciones
externas e internas. Las primeras se expresan en las relaciones del objeto con el
entorno y lo que hay en él; las contradicciones internas constituyen las tendencias
contrapuestas en el objeto dado. Estas últimas serían las fuentes del desarrollo,
dado que determinan la esencia del objeto mismo; si no fura por sus
contradicciones internas el objeto dejaría de ser lo que es. Tal lo que sucede, v.g.
con el átomo y las tendencias contrarias de sus partículas con energía negativa y
positiva. Las contradicciones externas pueden ayudar o frenar el desarrollo, pero
no son determinantes de ese proceso. Por otro lado, las contradicciones
antagónicas existen entre las clases que tienen intereses inconciliables y que no
pueden ser resueltas dentro del régimen social existente, sino por la revolución
social. Los intereses entre la burguesía y el proletariado pertenecerían a esta clase
de contradicciones. Por el otro lado, las contradicciones no antagónicas son las
que existen entre grupos sociales cuyos intereses principales coinciden entre sí,
las que pueden superarse dentro del stato quo, tales como las de los obreros y
campesinos, las que no impiden una alianza entre ellos. El concepto de
contradicción fundamental sería la que existe entre el sistema capitalista y el
socialista, la que influye en todas las otras contradicciones.
La calidad es lo que hace que distingue a un objeto de los demás mientras que la
cualidad identifica a cada una de las características de un objeto, de tal manera
que el conjunto de las cualidades determina la calidad del objeto o fenómeno. El
tamaño, el peso, la forma…. De una silla determinada es el conjunto de
cualidades que conforman la calidad de la silla en cuestión y la diferencia de las
103
demás. Por su parte, la cantidad es la característica que hace que las cosas y sus
cualidades sean ponderables y puedan expresarse en números, tal como se mide el
peso, el tamaño o la intensidad del calor o del frío. La cantidad y la calidad no
pueden separarse una de la otra ni ambas del objeto, sino por abstracción mental;
sin embargo, un cambio constante de la cantidad y que traspase ciertos límites
ocasiona un cambio de la calidad de tal manera que el objeto deja de ser lo que
fue para ser otra cosa, así los cambios cuantitativos se tornan cambios
cualitativos, por lo que la ley sería universal al desarrollo del mundo objetivo.
También hay que tomar en cuenta que los cambios cuantitativos siendo lentos y
evolutivos, dan lugar a los cambios abruptos de la calidad, cambios en forma de
saltos dialécticos.
104
mecánico de tesis, antítesis y síntesis, el que conformaría una cadena interminable
para un solo proceso.
106