Cirugias Faciales
Cirugias Faciales
Cirugias Faciales
Casos especiales
Topografía
Lesión del nervio facial
El diagnóstico de parálisis facial es difícil en la urgencia
debido al edema, las posibles heridas musculares y el dolor
provocado por la exploración facial. Por consiguiente,
cualquier herida situada en el trayecto del nervio facial
debe explorarse. Sin embargo, se estima que las heridas
B
situadas por delante del borde anterior del masetero no
Figura 1. Suturas de las heridas. son candidatas a una sutura nerviosa, pues las anastomo-
A. Puntos de eversión: se introduce la aguja curva de punta trian- sis y los fenómenos de regeneración neuronal permiten
gular cerca del borde de la herida. Se sale por el labio de la herida, una recuperación de mejor calidad que la reparación qui-
más lejos. Se hace lo mismo en el otro lado (cerca-lejos, lejos- rúrgica
cerca). La exploración se efectúa bajo AG sin curare. Al nervio
B. Punto de ángulo. no se accede de forma directa a nivel de la lesión, donde
es difícil identificarlo en el seno de los tejidos contusos.
sí, con monofilamento no reabsorbible fino (5/0 o 6/0). El uso de un estimulador eléctrico es indispensable para
Los puntos cutáneos se colocan sin apretarlos para evitar localizar su extremo distal y evaluar su conductividad. El
la isquemia de los tejidos. nervio se diseca gradualmente hasta la lesión, preservando
Puede usarse un adhesivo cutáneo para las heridas al máximo su vascularización. Si el nervio está seccionado,
pequeñas (<10 cm) rectilíneas, no contusas y limpias, hay que repararlo [4] . La sutura directa terminoterminal
sobre todo en los niños [2] . Para las heridas muy pequeñas epiperineural (Fig. 2) de urgencia es la técnica con mejo-
o si los tejidos subcutáneos lo permiten, en las zonas poco res resultados funcionales [4] . Si hay pérdida de sustancia
móviles (región temporal, mentón) pueden usarse tiras (>0,5 cm) hay que aplicar un injerto nervioso, en la mayo-
adhesivas estériles. ría de los casos del nervio auricular mayor (ramo del plexo
Las heridas mucosas se suturan con puntos separados cervical superficial) y, a veces, del nervio sural. La repara-
de hilo reabsorbible (3/0 o 4/0). ción nerviosa de urgencia se emplea en las heridas limpias.
En las heridas contaminadas, los extremos del nervio se
marcan con clips y se suturan de forma diferida [4] . La
Estado de vacunación y papel de los sutura nerviosa necesita material específico: microscopio
antibióticos quirúrgico o lentes de aumento e instrumentos de micro-
Como en cualquier herida, se verifica el estado de la cirugía. Los dos extremos del nervio se seccionan de forma
vacunación antitetánica, actualizándolo y completándolo neta y perpendicular a su eje. La sutura debe efectuarse
con una seroterapia si es preciso. En un caso de mordedura sin tensión con puntos separados de monofilamento 9/0,
de animal, cualquier situación de riesgo obliga a contactar 10/0 u 11/0. Pasa por el epineuro y el perineuro perifé-
con un centro de vacunación antirrábica antes de 24-48 rico de los fascículos correspondientes. Algunos autores
horas. usan adhesivo de fibrina a modo de complemento de una
La profilaxis antibiótica no está justificada en el sutura con hilos.
tratamiento de las heridas no infectadas. El trata- La rehabilitación de la mímica por los kinesiterapeutas
miento antibiótico anticipatorio (ante la sospecha de una y los logopedas debe ser precoz, con el fin de activar la
infección incipiente) está indicado en caso de altas conta- conducción nerviosa y favorecer la regeneración axonal.
minaciones por tierra, de contaminación por excrementos Lesión de la parótida y del conducto de Stenon
o de mordedura [2] . Consiste en amoxicilina + ácido clavu- Una herida del conducto de Stenon tiene peor pronós-
lánico por vía oral. Se administran en ciclos cortos (3-5 tico que la de la glándula en términos de cicatrización y de
días). En las heridas de la cavidad bucal (incluida la len- complicaciones secundarias. Estas heridas deben buscarse
gua), la profilaxis antibiótica no sería necesaria, salvo en cateterizando el orificio de drenaje por vía endobucal. Una
las heridas penetrantes que comunican la cavidad bucal solución de yodo diluida, inyectada por el catéter, sale por
con la piel [3] . la herida en caso de lesión del conducto. En este caso, se
requiere un tratamiento especializado, pues, sin repara-
ción, puede formarse un sialocele o una fístula salival.
Cuidados postoperatorios El tratamiento de elección es la sutura primaria de
La cicatriz se deja al aire o en contacto con un apó- urgencia [5] , que puede realizarse en las heridas netas
sito húmedo para evitar la formación de costras. De forma situadas delante del masetero. El segmento proximal del
secundaria, se aplica vaselina con regularidad para ablan- conducto lesionado se identifica gracias a la salida de
dar y hacer caer las costras. saliva tras masajear la glándula parótida. La sutura se
A B C
Figura 4. Cantopexia transnasal.
A. Se pasan dos asas de hilo de acero a través del extremo anterior del ligamento cantal interno. Luego se seccionan los dos cabos de
cada hilo a distinta longitud para poder identificarlos con facilidad.
B. El acceso a la pared medial de la órbita contralateral se realiza a través de una pequeña vía de acceso y después se perfora con broca o
con un punzón cuadrado. En el lado fracturado, en general el orificio ya se efectuó por la fractura. Si es necesario un injerto óseo, se debe
perforar antes de colocarlo. El tabique nasal se perfora con un trocar y se introduce a través de la nariz un pasahílos cuya asa sale del lado
donde se va a efectuar la cantopexia.
C. Los hilos de acero se aprietan después alrededor de un alambre trenzado. El ajuste se regula de forma progresiva hasta obtener una
distancia intercantal ideal (con hipercorrección).
suero salino o de un producto con colorante en el cana- cobertura o de injertos cutáneos. Estos últimos se efec-
lículo sano [8] , o la introducción retrógrada de un catéter túan, si es preciso, de forma diferida y por razones estéticas
helicoidal o en «cola de cerdo» de punta redonda [9] . Una cuando las condiciones locales lo permitan.
vez identificados ambos extremos, se suturan. En los cua-
Mordeduras
tro puntos cardinales del canalículo se colocan puntos
Tras el lavado y desbridamiento minucioso, la mayoría
penetrantes de monofilamento de 8/0 o 9/0, apretando
de los autores recomienda una reparación directa de las
los nudos por fuera de la luz. Algunos autores estiman
mordeduras de la cara dentro de las primeras 24 horas,
que la reparación puede efectuarse tan sólo por aproxima-
salvo en caso de heridas infectadas o con un riesgo ele-
ción de los músculos pericanaliculares sobre un tutor, sin
vado de infectarse [12] . Las mordeduras humanas pueden
microanastomosis del canalículo [10] . La intubación cana-
transmitir algunas infecciones virales (virus de la hepatitis
licular sistemática, usada por la mayoría de los autores,
C y B [VHC, VHB], virus de la inmunodeficiencia humana
no es objeto de consenso. Los cuidados postoperatorios
[VIH]), que deben investigarse en la persona fuente.
consisten en instilaciones de colirio (neomicina y dexa-
El desbridamiento debe ser lo más conservador posible
metasona) durante 15 días. El tutor se deja entre algunas
y la sutura debe efectuarse con puntos separados, ideal-
semanas y 1 año, dependiendo de las series.
mente espaciados con crin de Florencia para permitir el
Heridas labiales drenaje y la irrigación postoperatoria con soluciones anti-
Las heridas de los labios son muy hemorrágicas. Una sépticas. Las crines se retiran al cabo de 24-48 horas.
presión con dos dedos a ambos lados del corte labial Se instaura un tratamiento antibiótico preventivo sis-
permite detener momentáneamente la hemorragia. La temático con amoxicilina + ácido clavulánico. Se puede
herida se sutura en tres planos: mucoso, muscular y cutá- aplicar un tratamiento corto (3-5 días) pero no se ha eva-
neo. El primer punto superficial se coloca en la unión luado. El tratamiento de las infecciones francas necesita
labio blanco-labio rojo con el fin de evitar cualquier des- en principio los mismos antibióticos y se ajusta en función
plazamiento de la sutura que dará lugar a una cicatriz de los resultados del antibiograma.
antiestética. Después se reconstruye el plano muscular. La Se recomienda un control de la cicatrización a las 24
sutura mucosa se efectúa con puntos separados de hilo horas (grado A [2] ).
reabsorbible de 4/0 hasta la unión cutaneomucosa. La Para las mordeduras caninas, se debe controlar el estado
sutura cutánea se efectúa con puntos separados de hilo de la vacunación antirrábica del animal y si fuese necesa-
no reabsorbible de 5/0. rio se deja en observación. Es indispensable contactar con
un centro de vacunación antirrábica antes de 24-48 horas.
Heridas de la cavidad bucal
Las técnicas de reconstrucción podrán usarse a distancia
Salvo casos especiales (herida penetrante con colgajo, en caso de cicatriz antiestética.
trastorno de la hemostasia), las heridas linguales no se
suturan. Lo mismo sucede con los cortes de los frenillos Traumatismo por arma de fuego
labial o lingual. El orificio de salida siempre debe buscarse y repararse.
Tras un lavado abundante y un desbridamiento prudente,
Heridas nasales
los bordes cutáneos se suturan o se aproximan si el defecto
Los puntos clave se colocan minuciosamente en el es considerable.
reborde de las narinas y la columela. La sutura ideal de En las lesiones catastróficas, no debe efectuarse ninguna
las heridas penetrantes se realiza por planos. Las pérdidas reconstrucción de urgencia porque las lesiones todavía
de sustancia se dejan cicatrizar de forma dirigida y luego son evolutivas (extensión de la necrosis). El drenaje es
se reconstruyen de forma diferida con colgajos locorregio- indispensable. La profilaxis antibiótica no es sistemática
nales. en las heridas por proyectil de baja velocidad (las que más
Heridas auriculares se usan en la práctica civil). Las pérdidas de sustancia y las
Se reparan por sutura directa. Si el cartílago está denu- secuelas antiestéticas pueden ser motivo de reconstruc-
dado, la sutura engloba todos los planos (cartilaginosos y ción diferida con injertos y/o colgajos [13] .
cutáneos). Para evitar la formación de un otohematoma,
la sutura se apoya en un rollo de gasa. Los fragmentos car-
tilaginosos desprendidos no se reponen por el alto riesgo Vías de acceso
de fracaso debido a un defecto de vascularización. Una
resección cartilaginosa complementaria puede ser nece- La vía de acceso se escoge en función de las zonas afec-
saria para permitir la sutura cutánea. tadas, las heridas existentes y las fracturas asociadas. Por
La reimplantación microquirúrgica del pabellón en las tanto, es esencial valorar en la exploración inicial todos
amputaciones parciales o totales es posible, pero el índice los tratamientos posibles con el fin de escoger la vía de
de fracaso es elevado [11] . Sin embargo, esta técnica puede acceso más adecuada, y evitar una redundancia de la
ser intentada por especialistas experimentados, pues los cicatriz o escalonar el tratamiento si la multiplicidad de
resultados estéticos son excelentes y el fracaso no inter- incisiones y despegamientos expone al riesgo de afectar a
fiere con la aplicación posterior de otras técnicas de la vascularización de un colgajo musculocutáneo.
reconstrucción. La reimplantación debe efectuarse dentro
de las 8 horas siguientes al traumatismo si el fragmento
amputado se ha conservado en buenas condiciones. Vías de acceso del tercio superior
La técnica de elección para las amputaciones totales y de la cara: vía coronal o vía
parciales es el injerto cartilaginoso, que puede diferirse si
las condiciones locales y generales no son satisfactorias: de Cairns-Unterberger y hemi-Cairns
injerto de cartílago de concha libre si la pérdida de sustan- (Fig. 5)
cia no supera un tercio de la altura del pabellón y respeta
la rama anterior del antihélix. En los demás casos, otopo- Permite acceder al seno frontal, las paredes superiores,
yesis parcial o total. La colocación de una epítesis es una laterales y mediales de la órbita, la raíz nasal, el cuerpo del
alternativa para las amputaciones totales del pabellón. hueso cigomático y el arco cigomático. Hay que respetar
algunos elementos anatómicos: el ramo frontal del nervio
facial, el nervio supraorbitario, ramo del trigémino y, en
Tipo de herida
menor grado, la arteria temporal superficial.
Pérdida de sustancia La incisión se extiende de una oreja a la otra, pasando
Si la herida no puede suturarse de forma directa, se pre- por el vértex. Empieza en vertical bastante abajo, por
fiere la cicatrización dirigida en lugar de los colgajos de delante de la raíz del hélix, para poder desplazar bien el
1 5
1
3 6
4
2 5
8
9
2
10
3
4
11
A B C
Figura 5. Vía coronal.
A. Regiones accesibles por la vía coronal.
B. Vía coronal. 1. Gálea; 2. aponeurosis del músculo temporal; 3. periostio craneal (epicráneo); 4. hueso frontal; 5. nervio supraorbitario.
C. Corte coronal de la región temporal. 1. Gálea; 2. ramo temporal del nervio facial; 3. sistema musculoaponeurótico superficial (SMAS);
4. parótida; 5. periostio; 6. aponeurosis temporal; 7. músculo temporal; 8. aponeurosis temporal superficial; 9. aponeurosis temporal
profunda; 10. cigoma; 11. músculo masetero.
colgajo. La incisión se dibuja a 3-4 cm por detrás de la El cierre se realiza en dos planos sobre dos drenes de
línea de implantación del pelo y puede ser más posterior redón aspirativos: subcutáneo, que englobe la gálea con
en el varón. El trazado tradicional es el de una M de líneas hilo reabsorbible 3/0, y cutáneo, con sutura continua de
redondeadas, pero es más adecuado quebrar la incisión a hilo reabsorbible. Se deja un apósito compresivo durante
nivel de la parte parietotemporal, pues esto evita la cica- 48 horas. Después de retirar los drenes, es preferible reha-
triz vertical siempre visible en esta región. Se rasura una cer un vendaje compresivo y dejarlo un día.
franja estrecha de pelo y luego, si es posible, los cabellos
se anudan y se colocan fuera del trazado, si es necesario
con crema yodada. La incisión se hace con bisturí frío en el Vías de acceso del tercio medio
eje de implantación de los folículos pilosos, previa infiltra-
ción de solución con adrenalina. En la región preauricular, Vías orbitarias inferiores
la incisión es bastante superficial para evitar lesionar la Todas permiten acceder al reborde y el piso de la órbita
arteria temporal superficial. Al ascender, se procura no (Fig. 6). Por lo general, las vías cutáneas ofrecen un acceso
seccionar el músculo temporal. La hemostasia se asegura más amplio que la vía transconjuntival. Desde el punto de
aplicando sobre los bordes de la incisión paños de tela vista estético, cuanto más baja sea la cicatriz, más visible
que se fijan con grapas de Michel o de Royal en las super- será. Al final de la intervención, el párpado inferior puede
ficies de sección del cuero cabelludo. Se evita al máximo suspenderse con un hilo de tracción que se fija a la frente
el uso de la coagulación eléctrica (únicamente bipolar), ya con tiras adhesivas para evitar retracciones.
que puede destruir los bulbos capilares y causar una alope- La incisión de la vía subciliar (Fig. 6) es subpalpebral y se
cia. La parte medial de la incisión, entre ambos músculos efectúa a 2 mm del borde libre del párpado. Engloba la piel
temporales, se amplía hasta la gálea. y luego el músculo orbicular, que se diseca más abajo a fin
La disección comienza lateralmente manteniéndose de preservar la tonicidad del borde libre palpebral y evitar
por encima de la fascia temporal superficial que cubre el las complicaciones retráctiles. La disección continúa hasta
músculo temporal. Se extiende en sentido medial hasta el tabique orbitario, que se preserva, y baja hasta el reborde
la gálea, que prolonga esta fascia, y luego prosigue hacia infraorbitario. Por último, se secciona el periostio. Sólo la
delante hasta 2-3 cm del reborde orbitario superior. En esta piel se sutura al final de la intervención con una sutura
zona hay un riesgo para el ramo frontal del nervio facial, continua de monofilamento 6/0 y puntos separados 5/0 a
que discurre por la cara profunda de la fascia temporal nivel de la pata de gallo.
superficial. El periostio se secciona y la disección se con- La vía palpebral media o subtarsal (Fig. 6) permite un
vierte en subperióstica hasta el reborde orbitario superior. acceso amplio al reborde orbitario hasta la parte poste-
Se expone el nervio supraorbitario, que si es necesario rior del piso. Se sitúa a 4-7 mm debajo del borde ciliar,
puede liberarse de la escotadura supraorbitaria con un en el primer pliegue palpebral existente o supuesto. La
osteótomo fino. abertura del músculo orbicular se desplaza respecto a la
Si es preciso, la polea del oblicuo mayor se desinserta incisión cutánea para conservar el tono palpebral y evi-
para alcanzar la pared medial de la órbita. El reborde orbi- tar las complicaciones retráctiles. La disección prosigue
tario lateral se legra hasta el cuerpo del malar. A nivel del entre el tabique y el músculo orbicular hasta el reborde
arco cigomático, existe de nuevo un riesgo para el ramo orbitario.
frontal. Por tanto, la aponeurosis temporal superficial se La vía palpebral baja o infraorbitaria (Fig. 6) se sitúa en
secciona a 2 cm del arco, lo que hace aparecer la grasa con- el surco palpebral inferior, en la unión entre el párpado
tenida entre las dos hojas de la aponeurosis. La disección y la mejilla. Puede dar lugar a linfedema si se prolonga
se continúa en la cara profunda de la hoja superficial hasta demasiado en sentido lateral por sección de las vías de
el borde superior del arco cigomático. Se efectúa entonces drenaje linfático. Por consiguiente, esta vía de acceso se
una incisión con bisturí frío a lo largo del arco hasta el usa poco.
periostio, lo que permite despegarlo en toda su longitud La vía transconjuntival es invisible, pero puede com-
y alcanzar el despegamiento del hueso cigomático. plicarse con retracciones (Fig. 6). Está indicada en caso de
La incisión hemi-Cairns es una variante que permite la reintervención y riesgo de queloide. El párpado inferior
exposición de la región frontoorbitaria de un solo lado. se evierte con dos ganchos de Gillies, lo que permite ver
En este caso, la incisión es unilateral pero debe sobrepasar por transparencia el borde inferior del tarso. Se pasa un
la línea media para poder reclinar bien el colgajo. hilo de tracción por el fondo de saco conjuntival inferior
A B
2
1
3 3
4
4
luego los dos planos de despegamiento superior y pretra- niños durante el crecimiento. No parecen producir más
guiano. De este modo, la cara externa de la articulación infecciones, exposición de placa o molestias que el tita-
temporomandibular (ATM) se expone reclinando los teji- nio tradicional [27] . Sin embargo, la rigidez del material
dos blandos, que contienen el ramo temporal del nervio biorreabsorbible es inferior a la del titanio y es más caro,
facial. El índice de parálisis facial temporal varía del 0,3 sobre todo si se considera que las placas de titanio pue-
al 22% según los autores, con restitución ad integrum en den dejarse in situ de por vida. En la práctica clínica,
8 semanas en todos los pacientes [18] . Algunos autores usan este tipo de material se usa poco y a menudo sólo en
una vía de acceso de parotidectomía con el fin de indivi- pediatría.
dualizar el tronco del nervio facial y sus ramos iniciales. A
continuación, reclinan los ramos nerviosos hacia arriba o
abajo según la localización de la fractura. En este caso, el Principios de osteosíntesis
riesgo de parálisis facial temporal se estima en el 20%, con
Se trata de mantener la reducción con una o más placas
remisión completa de los síntomas en 3 meses [19] . Algunos
atornilladas a la cortical a ambos lados de la fractura. El
autores señalan complicaciones a modo de fístula salival
centro de la placa se sitúa en el foco de la fractura. Pri-
(2,3% [20] ).
mero se perfora el hueso bajo irrigación continua, frente
La vía retromandibular permite exponer fácilmente el
a un orificio de la placa cercano a la fractura y en el lado
cuello del cóndilo (Fig. 9). El acceso al propio cóndilo es
más estable. La perforación será mono o bicortical según
mucho más difícil. La incisión cutánea es vertical y sigue
el tipo de material. En caso de perforación bicortical, la
el borde anterior del músculo esternocleidomastoideo a lo
longitud del tornillo se mide con un indicador de profun-
largo de 3-4 cm, partiendo de la punta de la mastoides. Se
didad. A continuación, se coloca el primer tornillo. Debe
reclinan el ramo auricular del plexo cervical superficial y
anclarse al hueso al atornillarlo y no girar en el vacío. Si
la vena yugular externa. La cara posterior de la parótida se
sucediese esto, se debe retirar y sustituir por un tornillo
separa del músculo esternocleidomastoideo hasta el vien-
más grueso (tornillo de rescate). Una vez que se mantiene
tre posterior del digástrico. El periostio se incide a nivel de
la fractura reducida, la placa se dispone en sentido perpen-
este ángulo y la disección prosigue por vía subperióstica a
dicular al eje de la fractura o según las líneas de Champy
nivel de las caras medial y lateral de la rama. Los autores
de la mandíbula. Al otro lado del foco, se perfora un ori-
citan un 7,4-30% de parálisis facial postoperatoria, con
ficio simétrico al primero. Se coloca un número igual de
regresión total de los síntomas en todos los pacientes en
tornillos a cada lado (como mínimo dos). Todos los torni-
3 meses [21, 22] .
llos se aprietan al final de la intervención y se verifica la
El trazado de la incisión de la vía intraoral se extiende
estabilidad del montaje.
de la apófisis coronoides hasta el surco vestibular inferior
frente al primer molar. El periostio lateral de la rama se
despega a lo largo de toda su longitud para permitir el
paso y el manejo de un endoscopio. El índice de parálisis
Placas
facial temporal en esta vía de acceso es variable y llega al Las hay de varios grosores, formas y tamaños para adap-
11,8% [23] . tarlas a distintas localizaciones e indicaciones.
Las maxiplacas miden como mínimo 1,5 mm de grosor.
Se reservan a las fracturas mandibulares conminutas y a
Técnicas de contención las grandes pérdidas de sustancia ósea, donde se fijan a
modo de puente. La fijación estable suele obligar a usar
de los fragmentos óseos tres tornillos a cada lado y un anclaje bicortical.
Las placas de compresión favorecen, como su nombre
Principios indica, la compresión del foco de fractura. A medida que el
tornillo desciende, provoca el desplazamiento de la placa
Después de reducir la fractura, la osteosíntesis permite por efecto de los orificios de deslizamiento.
mantener los segmentos óseos en la posición más ana- Las placas de bloqueo se utilizan para las fracturas con-
tómica posible para que se consoliden de manera sólida, minutas mandibulares, asociadas a tornillos bicorticales.
funcional, estética y duradera. El material es de tamaño Permiten un anclaje rígido y una fijación sin compresión
reducido y adaptado a la cara. Debe responder a algunas del foco de fractura.
exigencias de biocompatibilidad, bioestabilidad, resisten- Las miniplacas estándar tienen 0,5-1 mm de grosor. Se
cias biomecánicas, facilidad de colocación y retirada, usan a nivel de los pilares de la cara y de la mandíbula.
estética y coste. La referencia y el tipo de material se ano- Las microplacas tienen un grosor máximo de 0,5 mm. Se
tan en el informe quirúrgico para facilitar el desmontaje, usan como alternativa a los hilos de acero en las zonas de
de ser necesario. menor resistencia, como la pared anterior del seno frontal,
así como los rebordes y las paredes orbitarias.
El atornillado de las mini y macroplacas suele ser
Osteosíntesis con placas monocortical. Todas las placas pueden modelarse con
instrumentos adecuados, con el fin de adaptarlas a los
Materiales contornos óseos.
En la actualidad, el titanio es el material de elección Para las reconstrucciones orbitarias, la reconstrucción
debido a su maleabilidad, resistencia a las tensiones mecá- puede hacerse con implantes de diversos materiales. Las
nicas, falta de memoria de forma y biotolerancia. Además, placas malladas orbitarias de titanio pueden premoldearse
parece ser clínicamente inerte [24] . También es amagnético o modelarse de forma intraoperatoria in situ o sobre
y no produce artefactos en la tomografía computarizada un modelo de cráneo sintético esterilizable. Las perfo-
(TC) ni en la resonancia magnética (RM). raciones múltiples permiten el drenaje de una posible
Algunos usan material biorreabsorbible (polilactato colección orbitaria. El inconveniente principal es el coste
[PLA] o poliglicolato [PGA]) [25] . Este material presenta la elevado y los problemas de retirada del material (bor-
ventaja de degradarse naturalmente, lo que puede provo- des agudos y contundentes). Su uso no se recomienda en
car reacciones inflamatorias y la persistencia prolongada menores de 4 años por no haber sido evaluado de forma
del edema posquirúrgico. El período de degradación es suficiente.
variable: de 1-6 años para el PLA a 9 meses para el PGA [26] . La caja de osteosíntesis siempre contiene material anci-
Esto permite no reintervenir para retirar el material. Estos lar de recorte y modelado de las placas, así como plantillas
materiales pierden su rigidez con el paso del tiempo (a maleables para modelar las placas de reconstrucción man-
partir de las 4-6 semanas), lo que es interesante en los dibulares y orbitarias.
Tornillos
Todos los tornillos actuales son autoperforantes, por lo
que permiten su colocación sin perforación previa. Sin
embargo, la necesidad de un apoyo vigoroso al comenzar
la perforación puede provocar desplazamientos óseos.
El atornillado en compresión se efectúa con un torni-
llo de tracción que atraviesa la cortical sin anclaje bajo
su cabeza, y se fija en la cortical opuesta. Los tornillos
de compresión no presentan ninguna rosca en su parte
proximal.
Los tornillos autobloqueantes presentan una rosca
debajo de la cabeza, lo que les permite solidarizar el tor-
nillo a la placa. Este tipo de placas limita el riesgo de Figura 10. Modelado de un arco. Una primera curva le da la
movilidad y aflojamiento del tornillo y cumple la función forma de una ojiva adaptada a la de la mandíbula a la que debe
de un «fijador externo-interno». adaptarse. A continuación, a nivel de los caninos se efectúan dos
Retiro del material desviaciones laterales sobre el arco, a la derecha y a la izquierda.
Suele decirse que el material de titanio se retira un año Luego, a partir del mismo punto, se levantan los extremos pos-
después de la osteosíntesis. En la práctica, esto ocurre teriores del arco para darle a la mandíbula la forma de la curva
pocas veces (entre el 7-33,8%) y, sobre todo, en un con- de Spee.
texto de infección, de exposición de la placa o de molestias
subjetivas del paciente [28] . El material reabsorbible no se tomando como referencia la articulación dental normal.
retira a menos que haya complicaciones. Al principio de la intervención, permite restablecer la
articulación dental que servirá de referencia para la osteo-
Osteosíntesis con hilo de acero síntesis. Puede emplearse solo, como contención de una
fractura mandibular a modo de un fijador externo.
Se pasa un hilo de acero a ambos lados de la fractura Se efectúa más fácilmente bajo AG, lo que obliga a una
a través de dos orificios perforados en el hueso. La osteo- intubación nasotraqueal. Consiste en la fijación en primer
síntesis con alambre es menos estable que la osteosíntesis lugar de arcos metálicos maleables al maxilar y a la man-
con placa. Sin embargo, es útil en los niños y en caso de díbula, seguida del bloqueo propiamente dicho mediante
fractura conminuta. ligadura entre ambos arcos. La longitud de los arcos se
estima y luego se corrige para evitar lesionar la mucosa
posterior. Su modelado se describe en la Figura 10. Los
Osteosíntesis con tornillo arcos se disponen en el lado vestibular, a nivel de los cue-
La osteosíntesis con tornillo permite reponer fragmen- llos dentales. Los anclajes o clavijas se orientan del lado
tos de tamaño reducido y tratar fracturas en bisel (sobre de la mucosa vestibular para permitir la ligadura entre los
todo de acceso difícil), en especial a nivel del ángulo man- dos arcos. Cada arco se mantiene con un cerclaje peri-
dibular y del cóndilo. En este caso, el atornillado se efectúa dental, empezando por los caninos (Fig. 11). Por último,
con compresión bicortical (cf supra). los arcos se solidarizan con hilos de acero (3/10) alrede-
dor de los anclajes. En esta etapa, la articulación dental
se restablece y puede corregirse según el eje de los hilos
Osteosíntesis con agujas de bloqueo. Dependiendo del tipo de fractura, también
pueden colocarse cuñas posteriores. En caso de osteosín-
En caso de fractura conminuta o de pérdida de sustan- tesis, los hilos de bloqueo pueden sustituirse por elásticos
cia ósea, la osteosíntesis con agujas de Kirschner permite de contención. En las personas edéntulas, el BMM puede
reponer los fragmentos óseos por vía transcutánea en las asegurarse con prótesis fijadas a la mandíbula mediante
zonas donde el uso de placas no sería posible por ser dema- cerclaje mandibular o atornilladas al paladar. A continua-
siado inestable. ción, se solidarizan entre sí con hilos que penetren las
prótesis.
Bloqueo maxilomandibular El BMM obliga a cumplir unas normas postoperatorias
que deben ser explicadas al paciente y aceptadas por éste.
El bloqueo maxilomandibular (BMM) permite solidari- La higiene bucal tiene que ser irreprochable. La alimen-
zar el maxilar y la mandíbula en los pacientes con dientes, tación será adecuada en consistencia y en términos de
A B C
Figura 11. Bloqueo sobre arcos.
A. El hilo de acero se pasa a modo de puente por detrás de un diente, entrando a través de la mucosa gingival interdental por encima del
arco y saliendo por debajo de éste, en el espacio interdental mesial.
B. Los extremos del hilo se trenzan con una pinza tendida al cenit. Durante el ajuste, el hilo se mantiene a nivel del cuello dental lingual
con ayuda del pasahílos.
C. Los dos arcos se solidarizan con hilos de acero (3/10) pasados alrededor de anclajes (obsérvese que los anclajes se han orientado del
lado de la mucosa vestibular).
A B
A B C
D E F
Figura 15. Cranealización del seno frontal.
A y B. Secuelas de fractura no tratada de la pared anterior del seno frontal.
C. Desmontaje de la craniectomía frontal y de la pared posterior del seno frontal. Verificación de la integridad de la duramadre.
D. Realización de un injerto frontal con cemento biológico, que se fija con hilo no reabsorbible.
E y F. Resultados postoperatorios.
Medidas generales
Los analgésicos se ajustan a la intensidad del dolor
según los escalones de la Organización Mundial de la
Salud (OMS).
En caso de rinoliquia, la profilaxis antibiótica es un
tema controvertido, pero no sería recomendable al no
haber dado muestras de ser necesaria [34] . Sin embargo, se
debe controlar la temperatura y, si sospecha una menin-
gitis, se efectúa una punción lumbar. Muchos equipos Figura 16. Descompresión orbitaria. En azul, trazado de las
vacunan a los pacientes contra el neumococo, aunque no incisiones.
existe ninguna recomendación al respecto.
Osteosíntesis
Técnica quirúrgica El reborde orbitario superior, si está lesionado, se
Descompresión orbitaria (Fig. 16) reconstruye mediante osteosíntesis con una microplaca.
Las incisiones transcutáneas transeptales se practican Los separadores orbitarios maleables reducen la salida
con el fin de evacuar el hematoma y disminuir la presión de los tejidos blandos, permiten medir el tamaño de la
intraocular. fractura y facilitan la colocación de los implantes. Por
lo general, se usan placas malladas de titanio e injertos
Vía de acceso de hueso autólogos (parietal o ilíaco), que se fijan con
El acceso a la pared superior de la órbita suele efec- tornillos o placas.
tuarse por vía coronal. La vía palpebral superior se reserva Con independencia del material que se use, no hay
para las fracturas mínimas. En ocasiones, pueden usarse que empujarlo demasiado hacia atrás para no lesionar el
las heridas preexistentes. Luego se expone la pared, ya sea nervio óptico. La navegación quirúrgica intraoperatoria
por vía intraorbitaria o por vía extraorbitaria, previa cra- y la endoscopia pueden ser útiles. Al final de la interven-
niectomía frontal, desplazando el contenido orbitario con ción, se verifica la falta de atrapamiento muscular con una
una valva maleable. prueba de ducción forzada (Fig. 17).
A B C D
Una fractura sin consecuencias estéticas o funcionales hueso cigomático (Fig. 20C). La vía hemicoronal se indica
no requiere cirugía, como sucede con la mayoría de las en las fracturas asociadas de tipo disyunción craneofacial
fracturas A2 y A3, que suelen ser estables. y desplazamientos laterales del arco cigomático [44] .
En las fracturas poco o nada desplazadas (tipos A y B) El grado de reducción condiciona los resultados posto-
con hipoestesia de V2, la tasa de lesión sensitiva posto- peratorios. Una asimetría facial mayor de 2 mm es visible
peratoria es casi idéntico con o sin tratamiento [50] . Por clínicamente [49] . La calidad de la reducción se aprecia
tanto, hay que sopesar la indicación quirúrgica cuando el colocándose a la cabeza del paciente. Al final de esta etapa,
principal síntoma del paciente sea la hipoestesia. se evalúan la estabilidad de la reducción y la movilidad
En los otros casos, primero se reduce la fractura, lo ocular (Fig. 7), pues podría ponerse de manifiesto una
que puede resultar suficiente (fracturas poco desplazadas lesión del piso de la órbita.
y no conminutas). Las fracturas inestables tras reducción
(acción del músculo masetero) requieren una osteosín- Contención
tesis. Asimismo, las fracturas desplazadas con lesiones Contención mediante placas con tornillos. La vía
funcionales se tratan en la mayoría de los casos con de la cola de la ceja permite realizar la osteosíntesis de la
osteosíntesis. Los estudios comparativos entre las diversas diastasis frontocigomática mediante una miniplaca ator-
técnicas de contención sólo se refieren a las fracturas de nillada (fractura A2, B y C). Por vía endobucal, puede
tipo B y ofrecen resultados discordantes. Desde un punto colocarse una miniplaca de osteosíntesis en L a nivel del
de vista estético, los resultados son idénticos [51] o superio- pilar maxilocigomático (fractura B y C) [44] . La vía palpe-
res [52] en caso de osteosíntesis con placas. Los resultados bral inferior se indica para la osteosíntesis del margen
sensitivos postoperatorios parecen ser mejores después de orbitario inferior con una microplaca (fractura A3, B y C).
la reducción seguida de osteosíntesis con miniplacas y La placa se coloca en la parte superior del margen para
microplacas, que con una reducción sola o asociada a que no se palpe bajo la piel. Es indispensable en caso de
una fijación con agujas [53] . Después de la reducción puede lesión del piso con hernia del contenido intraorbitario.
ponerse en evidencia una fractura del piso, sobre todo si el El número de placas necesarias para la contención de
desplazamiento superaba 1 cm. Una exploración del piso las fracturas-luxaciones (B y C) varía según los autores.
de la órbita debe preverse en tal caso. Para algunos, una sola basta a nivel de la sutura frontoci-
Técnicas quirúrgicas gomática o del pilar maxilocigomático y evita cualquier
desplazamiento secundario. Otros añaden, en caso de
La intervención tradicional se realiza con AG. Puede
rotación del cuerpo del hueso y según la primera placa
plantearse una reducción con AL en las fracturas no con-
fijada, una placa a nivel del pilar maxilocigomático o de
minutas y poco desplazadas [44] .
la sutura frontocigomática y/o una placa en el reborde
Reducción (Fig. 20) orbitario inferior [44] (Fig. 21).
Para las fracturas de tipo B, la reducción suele efectuarse Fijación con agujas. Mientras la reducción se man-
por vía percutánea con un gancho de Ginestet anclado al tiene con el elevador, la aguja se introduce por vía
cuerpo del hueso malar (Fig. 20A). El ayudante sostiene fir- percutánea en la unión entre el arco y el cuerpo del hueso
memente la cabeza del paciente. El cirujano mantiene el cigomático, dirigiéndola hacia el ala nasal homolateral
gancho con una mano cerca del tórax y controla la reduc- para anclarla en el pilar maxilar. El clavo se corta a ras
ción con la otra mano, para evitar cualquier riesgo de una de la piel y se extrae al cabo de 4 semanas con AL [51] .
acción descontrolada.
La reducción también se puede hacer a cielo abierto,
sobre todo si se prevé una osteosíntesis. La vía endo-
Postoperatorio, complicaciones y secuelas
bucal (vestibular) permite reducir la fractura a nivel del Como el índice de infecciones es bajo, la profilaxis anti-
arbotante maxilocigomático (Fig. 20B). Las vías orbita- biótica no debe ser sistemática [54] . Después de la cirugía
rias externas permiten controlar la reducción a nivel de es obligatorio realizar una rehabilitación de la abertura
la sutura frontocigomática. bucal. También se indica al paciente que no se suene la
En el método de Gillies, por vía temporal se introduce nariz y que no viaje en avión (entre 8 días y 8 semanas
un elevador de Dingman o de Rowe por debajo de la fas- según los autores [55] ) para evitar el desarrollo de un enfi-
cia temporal profunda, y seguidamente bajo el cuerpo del sema palpebral. El apoyo prolongado sobre el pómulo, en
A B C
Figura 20. Reducción de una fractura del hueso cigomático.
A. Con gancho de Ginestet colocado bajo el cuerpo del hueso cigomático por vía percutánea, en la intersección de una línea que pasa en
la vertical del canto externo y una línea horizontal subnasal.
B. Por vía vestibular superior, se pasa un despegador bajo el cuerpo del hueso cigomático.
C. Con un elevador introducido por vía temporal.
A B C
Figura 22. Reconstrucción del piso orbitario.
A. Injerto autólogo.
B. Lámina de silicona.
C. Malla de titanio.
En el postoperatorio, hay que buscar la persistencia o Hirtz en el postoperatorio. Algunos autores han descrito
la aparición de diplopía, hipoestesia de V2 y disminución otros medios de control intraoperatorio (ecografía, endo-
de la agudeza visual. De modo excepcional, un hematoma scopia [61] ).
intraorbitario puede comprimir el nervio óptico y debe La contención está indicada en las fracturas inestables
drenarse de urgencia (cf supra). El edema postoperatorio tras la reducción, sobre todo en las conminutas. La osteo-
puede explicar una diplopía o una anestesia de V2, pero síntesis de la sutura temporocigomática con placa necesita
regresan de forma espontánea. La recuperación sensitiva una vía de acceso hemicoronal o preauricular, en este caso
puede requerir semanas o meses. asistida por endoscopia [62] .
De forma diferida, se vigila clínicamente que no haya La contención también puede lograrse con una aguja
diplopía y, en caso de duda, se explora la oculomotrici- de Kirschner [63] , una férula externa [60] o un balón situado
dad (prueba de Lancaster). Hay que buscar la presencia de debajo del arco cigomático.
enoftalmos, complicaciones de la vía de acceso o hipoes-
tesia de V2, que puede ser transitoria o definitiva. Las Postoperatorio y complicaciones
complicaciones también pueden deberse al material de El tratamiento postoperatorio consiste en analgési-
reconstrucción. Un injerto demasiado pequeño podría no cos orales, indicaciones para evitar los desplazamientos
mantenerse en su sitio, lo que provocaría el fracaso de la secundarios (dieta líquida al principio, no dormir sobre el
intervención. Un injerto demasiado grande puede causar lado reducido) y una rehabilitación de la abertura bucal.
molestias a nivel anterior, percibirse bajo la piel o extru- La profilaxis antibiótica no es necesaria las fracturas aisla-
dirse. Puede entorpecer la movilidad del globo ocular, y das del arco cigomático [54] .
producir exoftalmos y diplopía. A largo plazo, el mate- Las complicaciones son infrecuentes. Tras la reducción,
rial puede movilizarse o reabsorberse, causando diplopía pueden observarse secuelas estéticas de tipo hipo o hiper-
o enoftalmos. También se han descrito complicaciones de corrección. De forma diferida, el resultado se evalúa por el
tipo sinusitis infecciosa o por retención de secreciones. aspecto estético y el grado de abertura bucal. La corrección
La TC de control no es indispensable si no hay compli- de estas secuelas requiere una reducción a cielo abierto y
caciones. una osteosíntesis [62] .
Tratamiento de la fractura
Observación
Sólo se aplican medidas generales. La consolidación de
estas fracturas se controla de manera periódica.
Tratamiento con foco cerrado
Tras la reducción manual de la fractura, el BMM se efec-
túa con arcos y luego se bloquea, preferentemente con
hilos de acero. Para lograr más estabilidad, puede usarse
una prótesis palatina (fabricada a partir de impresiones
dentales previas del paciente, siempre que se disponga de
ellas), que se fija al maxilar, o un hilo de acero que se
pasa de forma transversal alrededor de los molares. Si se
usa el BMM de forma aislada, se deja en el sitio hasta la
consolidación de la fractura (4-6 semanas).
Tratamiento quirúrgico a cielo abierto Figura 23. Disyunciones craneofaciales. Reducción de una
Esta intervención necesita AG con intubación nasotra- fractura de Le Fort con pinzas de Rowe y Killey.
queal. Durante la contención, la reducción se mantiene
de forma manual o con ayuda de un hilo de acero, pasado con el fin de restaurar la articulación dental. Las disyun-
en transversal alrededor de los molares, lo que permite ciones craneofaciales se tratan después con osteosíntesis
estabilizar el sentido transversal del maxilar. sobre una base fiable (oclusión de referencia).
La intervención continúa con la colocación de los
arcos y con las osteosíntesis, dependiendo la secuencia de Indicaciones terapéuticas
aplicación del número de ayudantes quirúrgicos y de la
En las fracturas de Le Fort I, II o III inmóviles o poco
estabilidad de la fractura. Para la osteosíntesis, se modela
móviles, no desplazadas y sin trastorno de la articula-
y posiciona una primera placa recta o en X a nivel pala-
ción dental, puede bastar con la vigilancia. Se procede del
tino por vía submucosa, o a veces transmucosa. El material
mismo modo que en las fracturas poco desplazadas de tipo
extramucoso debe retirarse a pasado un tiempo. Según la
Le Fort I, II o III en los pacientes edéntulos. Sin embargo,
estabilidad de la fractura, puede añadirse o no otra placa
la consolidación de estas fracturas se controla de manera
por la misma vía de acceso. A continuación, se fija una
periódica.
placa sobre la cara anterior del maxilar, procurando evitar
Las fracturas de Le Fort I, II o III con trastorno menor de
los ápices dentales. Ante una pérdida de sustancia mucosa,
la articulación dental, fácilmente reducibles y poco móvi-
se aconseja crear un colgajo palatino de avance [64] .
les tras la reducción se tratan con BMM. Los pacientes que
Según el tipo de fractura y las preferencias del ciru-
no pueden recibir AG también se tratan con BMM. Las
jano, al final de la intervención puede dejarse colocado
fracturas hemi-Le Fort I conminutas se tratan con BMM o
un BMM, asociado o no a una prótesis palatina.
cirugía. La duración del bloqueo varía en función del tipo
Postoperatorio, complicaciones y secuelas de fractura y de la costumbre de los equipos.
La cabeza del paciente se eleva para disminuir el edema El tratamiento ideal de todas las demás fracturas despla-
postoperatorio. Si hay una herida mucosa considerable zadas es quirúrgico. En las fracturas conminutas, pueden
con pérdida de sustancia ósea, puede administrarse ini- ser necesarios autoinjertos óseos.
cialmente una alimentación por sonda nasogástrica. En
el postoperatorio, se vigilan las hemorragias y el dolor. La Medidas generales
oclusión dental se evalúa tras la retirada del BMM y de
Se basan en el tratamiento urgente de una posible epis-
forma diferida.
taxis y del dolor, seguido de la alimentación y de la higiene
Cuando las fracturas no se tratan o si se hace de forma
bucal.
incorrecta, pueden complicarse con un trastorno de la
En las fracturas de Le Fort II y III, y en ausencia de
articulación dental, lo que requiere un tratamiento orto-
rinoliquia, se recomiendan los lavados de las fosas nasales.
dóncico o una reintervención quirúrgica. Las fracturas
La profilaxis antibiótica no se recomienda, ni siquiera
conminutas con pérdida de sustancia pueden causar fís-
en caso de rinoliquia [34] . Sin embargo, se debe vigilar la
tulas oronasales.
temperatura y se efectúa una punción lumbar si sospecha
una meningitis. Si aparece una rinoliquia, hay equipos
Disyunciones craneofaciales que vacunan a los pacientes contra el neumococo, aunque
no exista ninguna recomendación al respecto.
Retraso terapéutico
En el contexto urgente, a veces se plantea una reducción Tratamiento quirúrgico
cerrada, porque ayuda al tratamiento de la epistaxis y de la Estas intervenciones se realizan bajo AG. El control de
rinoliquia, teniendo en cuenta que éstas suelen resolverse las vías respiratorias requiere intubación nasotraqueal o
de forma espontánea en unos días. Si la rinoliquia persiste una traqueotomía. El acceso a la fractura se efectúa por
más de 7-10 días, la intervención es necesaria, porque el distintas vías, según el tipo de fractura, y pueden aprove-
riesgo de meningitis aumenta tras este plazo [45, 66] . La pos- charse las heridas existentes. En todos los casos, después
tergación del tratamiento de la rinoliquia varía según los de colocar los arcos (o los tornillos), la fractura se reduce
autores y se evalúa de manera multidisciplinaria. con una pinza de Rowe y Killey (Fig. 23) o con un gancho
Fuera de estos casos, el tratamiento se dirige a corre- de Ginestet. Después, se restaura la articulación dental
gir los trastornos funcionales y estéticos. Las fracturas de con un BMM. En esta fase, se verifica que los cóndilos
Le Fort II y III suelen formar parte de los traumatismos mandibulares estén en buena posición en las cavidades
craneofaciales o faciales puros graves y su tratamiento a glenoideas.
menudo es diferido. El tratamiento sólo se plantea si el
estado del paciente, en especial a nivel neurológico, lo Le Fort I
permite. Además, es preferible tratar estas fracturas tras Estas fracturas necesitan una vía de acceso endobucal
la desaparición del edema inicial. Si se asocian a fractu- vestibular superior, aprovechando la posible existencia de
ras mandibulares o palatinas sagitales, el primer tiempo las heridas mucosas. Tras efectuar un raspado subperiós-
quirúrgico consiste en la osteosíntesis de dichas fracturas tico, la fractura se expone y se realiza su osteosíntesis,
A B
A B
Le Fort II
El acceso a la sutura frontal se realiza por vía glabelar o
coronal y al pilar cigomático, por vía endobucal (vestibu-
lar superior) o por degloving. El reborde orbitario inferior
se expone por vías palpebrales inferiores o por degloving.
Tras la reducción de la fractura, se coloca una placa en
L modelada a nivel de los pilares malares (Fig. 25) y a con-
tinuación se verifica la estabilidad de la fractura. Estas dos
únicas osteosíntesis pueden ser suficientes. En caso con-
trario, y dependiendo del tipo de fractura, se colocan a
continuación una placa recta a nivel del reborde orbitario
inferior y/o una placa en Y invertida o dos placas a nivel de Figura 26. Osteosíntesis de una fractura de Le Fort III. Se
la unión frontonasal. La reducción de esta fractura puede coloca primero una placa recta, con cuatro orificios a nivel de
descubrir una lesión significativa del piso o de la pared la sutura frontocigomática de cada lado. En caso de estabili-
medial de la órbita, que debe tratarse en la misma inter- dad insuficiente, se aplican una placa en Y o dos placas a nivel
vención. A continuación, se retira el BMM para verificar frontonasal y/o una placa a nivel del arco cigomático.
la articulación dental. Dependiendo de la estabilidad de la
fractura y de las costumbres del equipo, se puede colocar frontonasal y/o de una placa a nivel del arco cigomático.
o no un BMM al final de la intervención. La reducción de esta fractura puede descubrir una lesión
significativa del piso o de la pared medial de la órbita,
Le Fort III que debe tratarse en la misma intervención. A continua-
El acceso a las suturas frontonasales, frontocigomáticas ción, se retira el BMM para verificar la articulación dental.
e incluso temporocigomáticas se efectúa por vía coronal. Dependiendo de la estabilidad de la fractura y de las cos-
Las vías orbitarias externas permiten exponer la sutura tumbres del equipo, se puede colocar o no un BMM al
frontocigomática. La vía glabelar permite acceder a la final de la intervención.
sutura frontonasal. La vía preauricular permite exponer Tratamiento de una rinoliquia
la sutura temporocigomática.
Según la localización y el tamaño del defecto en la TC,
Tras reducir la fractura, se efectúa su osteosíntesis a nivel
puede indicarse una vía endonasal, externa subfrontal, o
de las tres suturas antes mencionadas, la mayoría de las
ambas asociadas.
veces con miniplacas. Una primera placa recta se coloca
en la sutura frontocigomática de cada lado (Fig. 26), lo Postoperatorio, complicaciones y secuelas
que puede ser suficiente si la fractura es estable. Si no, La cabeza del paciente se eleva para disminuir el edema
y de acuerdo con el tipo de fractura, se continúa con postoperatorio. Se le recomienda no sonarse la nariz [55] .
la colocación de una placa en Y o de dos placas a nivel Aunque la profilaxis antibiótica se prescribe a menudo,
Fractura de la mandíbula
Tratamiento específico.
Fractura de la apófisis coronoides
Mandíbula
Pocas veces se presenta aislada [68] . La mayoría de las
Contusiones temporomandibulares veces, sólo requiere un tratamiento sintomático (anal-
gésicos y antiinflamatorios, seguidos de mecanoterapia).
Primero se aconseja una alimentación líquida, que se va Si existen molestias persistentes de la abertura bucal, se
espesando de forma gradual en función del dolor. Tam- plantea la exéresis quirúrgica del fragmento óseo, prefe-
bién puede indicarse un BMM de corta duración (10-15 rentemente por vía endobucal.
días) sobre ligaduras de Ivy o brackets ortodóncicos adhe-
ridos, con fines analgésicos. Fracturas de la región condílea
En la mayoría de los casos, se describen en función
de la altura de la fractura y/o del grado de despla-
Luxación mandibular zamiento [69, 70] . Las fracturas suelen ser extraarticulares
(subcondíleas bajas) y pocas veces intraarticulares (sub-
Un primer episodio de luxación anterior atendido de condíleas altas o capitales). El tratamiento depende del
urgencia debe tratarse de inmediato. La reducción se tipo de fractura, de la presencia de fracturas asociadas, de
efectúa con el paciente relajado, en ocasiones con preme- la dentición y de la edad del paciente. Hay dos conductas
dicación (perfusión de analgésico o miorrelajante), con terapéuticas que siempre dan lugar a controversias: una
ALR (temporomasetérica o articular) o AG, según el con- funcional y otra quirúrgica.
texto clínico (fractura asociada, elección del paciente,
posibilidades técnicas). Tras la reducción se aplica un ven- Indicaciones
daje de tipo «huevo de Pascua» para disminuir el riesgo El tratamiento funcional no permite una reducción
de recidiva. El tratamiento médico consiste a continua- anatómica perfecta de la fractura, pero favorece la remode-
ción en analgésicos, antiinflamatorios no esteroides y un lación del cóndilo. El acceso quirúrgico al cóndilo puede
miorrelajante. causar una lesión del nervio facial y una necrosis aséptica
Las luxaciones de larga evolución no necesitan medidas del cóndilo si se desvasculariza, de modo que la osteosínte-
urgentes, pero sí un tratamiento quirúrgico. sis puede ser difícil. Sin embargo, en algunos casos varios
Las luxaciones pueden recidivar tras un primer episo- autores han descrito mejores resultados con el enfoque
dio. Se hacen cada vez más frecuentes y fáciles de reducir. quirúrgico [21, 70–73] .
En los primeros momentos, se tratan mediante reducción Con independencia del nivel de la fractura, si el
urgente. La corrección de los trastornos de la oclusión paciente siente poco dolor, la abertura bucal está ape-
es indispensable. De forma diferida, se indica un trata- nas limitada y la articulación dental es normal, se indica
miento complementario quirúrgico o médico (inyección un tratamiento funcional [71, 73] . En los niños se sigue la
de toxina botulínica [67] ). misma actitud, con independencia del tipo de fractura
A menudo, o incluso siempre, las luxaciones posterior, (nivel o desplazamiento).
lateral o medial se asocian a una fractura condílea, cuyo Fuera de las fracturas capitales, el tratamiento quirúr-
tratamiento se describe más adelante. gico se plantea si es imposible obtener una articulación
La maniobra de Nelaton (o de Hipócrates) (Fig. 27) dental correcta con un tratamiento funcional (imposibi-
es la técnica que se usa con más frecuencia. La cabeza lidad técnica o paciente edéntulo), en caso de fractura
del paciente se apoya en un plano duro. Las manos del muy desplazada o luxada (luxación del cóndilo en la fosa
cirujano sujetan por debajo la mandíbula del paciente, cerebral media o en el conducto auditivo externo, eje de
con los pulgares situados sobre los molares mandibulares la rama situado fuera de la cavidad glenoidea), con una
(hay que usar guantes). Se aplica una gran presión conti- disminución de la altura de la rama, o en las fracturas
nua hacia abajo y luego hacia atrás. Tras varias tentativas abiertas, sobre todo en presencia de un cuerpo extraño [73] .
infructuosas, se propone una reducción bajo AG. Se repite Una fractura bilateral o asociada a otras fracturas mandi-
la maniobra y, si fracasa, se usan dos ganchos a nivel de las bulares que necesiten osteosíntesis también hace que se
escotaduras sigmoideas o se inserta una aguja de Kirschner plantee un tratamiento quirúrgico.
a nivel angular. El cierre bucal completo con retorno a la Para las fracturas capitales, el tratamiento quirúrgico
articulación dental normal indica el éxito de la maniobra. es más controvertido aún. En este caso, existe un riesgo
A B
Para optimizar la estabilidad del montaje, hay que usar la proyección original del tercio medio facial (sobre todo
agujas de gran diámetro, colocar en el mejor de los casos relacionada con la reparación correcta del arco cigomá-
dos agujas en cada fragmento, alejar las agujas todo lo tico), así como la oclusión.
posible, colocar las agujas cerca de los trazos de fractura La disponibilidad intraoperatoria de un cráneo de plás-
(respetando una distancia mínima de 1 cm) y situar el tico estéril facilita el modelado de las placas y permite
conector lo más cerca posible de la piel para disminuir adaptar mejor el material de osteosíntesis.
los brazos de palanca. Es indispensable controlar la oclu- Existen dos opciones principales:
sión al término del montaje. Los injertos óseos pueden ser • restablecer primero la unidad maxilomandibular y
necesarios si hay pérdida de sustancia [63] . luego reparar de abajo hacia arriba o de arriba hacia
La alternativa al fijador externo es la técnica bifásica de abajo y seguir por la bóveda craneal;
Joe Hall Morris, que consiste en una osteosíntesis con agu- • comenzar la osteosíntesis por la bóveda y la base del
jas de los focos de fractura, solidarizar éstas con un tubo cráneo y después reparar de arriba hacia abajo.
hueco (de tipo sonda de intubación) y reforzar el montaje Aquí se toma como ejemplo la primera secuencia tera-
inyectando metilmetacrilato en el tubo, lo que al final de péutica, que nos parece la más adecuada. La primera etapa
la polimerización asegura al montaje una rigidez conside- consiste en restablecer la unidad maxilomandibular. En
rable. Sin embargo, la aplicación de esta técnica es difícil, este caso, conviene señalar que si la mandíbula se usa
por lo que se reserva a los cirujanos con experiencia. para posicionar el maxilar, éste debe tratarse integral-
mente mediante osteosíntesis de un cóndilo al otro antes
Postoperatorio, complicaciones y secuelas
de empezar a reparar el resto de la cara. El objetivo de la
Durante la intervención, el ramo V3 puede sufrir un etapa siguiente es la reducción y la osteosíntesis del tercio
traumatismo y producir hipo o anestesia en su territorio. medio facial, empezando por la bóveda craneal, que sirve
En caso de neurapraxia por tracción intempestiva del ner- de referencia anatómica para la reposición de los techos
vio, el plazo para la recuperación puede ser prolongado orbitarios, los senos frontales, los pilares verticales y la
(hasta más de 1 año). El riesgo de complicaciones infeccio- dimensión transversal (arco cigomático). Luego se avanza
sas es considerable (20-62% sin profilaxis antibiótica [54] ). en sentido rostrocaudal. Las osteosíntesis de la sutura cigo-
No guardaría relación con la demora del tratamiento. maticofrontal y del arco cigomático se hacen en un primer
En cambio, correlacionaría con los hábitos tóxicos del momento. Después se efectúa la osteosíntesis de la frac-
paciente (alcohol, tabaco, drogas) [79] y probablemente tura nasofrontal y del reborde orbitario inferior de los dos
con una mala higiene bucal. Las fracturas conminutas, lados. El posible tratamiento de una fractura asociada del
sobre todo las causadas por proyectiles, tienen un alto piso de la órbita se realiza en esta fase. Después, la osteo-
riesgo de infección. El dolor, la oclusión dental y la sen- síntesis de los pilares maxilares y cigomáticos laterales (los
sibilidad del territorio inervado por V3 se evalúan en el pilares pterigopalatinos no pueden someterse a una osteo-
postoperatorio inmediato. síntesis) debe ir precedida de un BMM si no se hizo antes.
De forma diferida, estas fracturas pueden complicarse Al final de la reparación, los trazos de fractura del con-
con un retraso de la consolidación, seudoartrosis, exposi- torno orbitario y de la fractura de Le Fort deben alinearse
ción del material, callos viciosos y dolor en el territorio de manera perfecta. Una incongruencia de osteosíntesis
de V3. Los trastornos de la articulación dental pueden de la fractura de Le Fort puede provocar problemas oclusa-
persistir, sobre todo en caso de tratamiento tardío [79] . La les. Por tanto, la oclusión debe verificarse siempre al final
estabilidad de la fractura se evalúa clínicamente. En el pos- del tratamiento. Según las modalidades de osteosíntesis, la
toperatorio precoz, se efectúa una ortopantomografía y se estabilidad de los focos, la conminución y la complejidad
repite al cabo de un mes. En los niños, es difícil prever si del caso, pero también del cumplimiento del paciente, se
se producirá la erupción dental y, de ser así, si los dien- dejará o no un BMM. Si la reconstrucción del tendón can-
tes serán normales o dismórficos. Esto depende del grado tal es necesaria, será la última acción antes de suturar las
de calcificación de los dientes durante la erupción, del heridas.
grado de impactación del diente afectado, de la presencia En el contexto de las fracturas panfaciales, es indis-
de una infección postoperatoria y del tipo de tratamiento pensable realizar un control radiológico. El seguimiento
(el riesgo aumentaría en caso de osteosíntesis) [75] . terapéutico debe ser prolongado para poder evaluar y tra-
Fractura de la rama (rama ascendente) tar las posibles secuelas.
La acción de los músculos maseteros y pterigoideos
suele producir una autocontención de la fractura, lo que
permite efectuar un simple BMM. Bibliografía
En caso de desplazamiento marcado, el tratamiento qui-
rúrgico es complejo, porque el acceso al foco de fractura [1] Deleuze A, Gentili ME, Vial G. Anesthésie locorégionale
es difícil. Puede consistir en una vía endobucal con ator- en ORL : les blocs de la face. Ann Fr Anesth Reanim
nillado transyugal o en una vía externa. El empleo de una 2004;23:1110–3.
óptica podría ser útil. Las modalidades terapéuticas son [2] Société Francophone de Médecine d’Urgence. 12ème confé-
rence de consensus : prise en charge des plaies aux urgences
comparables a las de las fracturas del ángulo.
2 décembre 2005. p. 1–43.
El papel de los antibióticos en este tipo de fractura no
[3] Abubaker AO. Use of Prophylactic Antibiotics in Preventing
se ha precisado. Las fracturas de la porción edéntula de
Infection of Traumatic Injuries. Oral Maxillofacial Surg Clin
la mandíbula podrían compararse a las fracturas condí- N Am 2009;21:254–9.
leas [54] y no necesitarían profilaxis antibiótica, excepto si [4] Germain M, Marandas P, Demers G. Techniques et applica-
están abiertas hacia la cavidad bucal. tions des sutures nerveuses en ORL. EMC (Elsevier Masson
SAS, Paris), Techniques chirurgicales – Tête et cou, 46-550,
1996.
Fracturas panfaciales: secuencia [5] Steinberg MJ, Herreira AF. Management of parotid duct inju-
de reparación ries. Oral Surg Oral Med Oral Pathol Oral Radiol Endod
2005;99:136–41.
La determinación de la secuencia ideal de reparación [6] Arnaud S, Batifol D, Goudot P, Yachouh J. Prise en charge
es un verdadero desafío. El fin es restablecer la anatomía non chirurgicale des plaies de la glande parotide et du canal
en las tres dimensiones del espacio con la osteosíntesis de de Stenon : intérêt de la toxine botulinique. Ann Chir Plast
los seis pilares óseos verticales de la cara (pilares maxilares Esthet 2008;53:36–40.
nasofrontales, cigomáticos laterales y pterigopalatinos), lo [7] Laure B, Petraud A, Sury F, Goga D, Krastinova D.
que permite restituir la altura facial y la resistencia a las La canthopexie transnasale. Rev Stomatol Chir Maxillofac
fuerzas oclusales. También debe restituirse la anchura y 2010;111:36–42.
[8] Fayet B. Bleu de méthylène et prothèse lacrymale. J Fr Oph- [32] Gerbino G, Roccia F, Benech A, Caldarelli C. Analysis of
talmol 2002;25:1079–80. 158 frontal sinus fractures: current surgical management and
[9] Naik MN, Kelapure A, Rath S, Honavar SG. Manage- complications. J Craniomaxillofac Surg 2000;28:133–9.
ment of canalicular lacerations: epidemiological aspects and [33] Steiger JD, Chiu AG, Francis DO, Palmer JN. Endoscopic-
experience with mini-monoka monocanalicular stent. Am J assisted reduction of anterior table frontal sinus fractures.
Ophthalmol 2008;145:375–80. Laryngoscope 2006;116:1978–81.
[10] Kersten RC, Kulwin DR. One-stitch canalicular repair. A [34] Ratilal B, Costa J, Sampaio C. Antibiotic prophylaxis for
simplified approach for repair of canalicular laceration. Opht- preventing meningitis in patients with basilar skull fractures.
halmology 1996;103:785–9. Cochrane Database Syst Rev 2006(1):CD004884.
[11] Gault D. Post traumatic ear reconstruction. J Plast Reconstr [35] Mondin V, Rinaldo A, Ferlito A. Management of nasal bone
Aesthet Surg 2008;61(suppl1):S5–12. fractures. Am J Otolaryngol 2005;26:181–5.
[12] Stefanopoulos PK. Facial bite wounds: management update. [36] Cook JA, McRae RD, Irving RM. Arandomized comparison
Int J Oral Maxillofac Surg 2005;34:464–72. of manipulation of the fractured nose under local and general
[13] Lepage P, Aupy B, Lekassa P, Briche T, Raynal M, Benariba anaesthesia. Clin Otolaryngol 1990;15:343–6.
F, et al. Plaies cervicofaciales par projectiles. EMC (Elsevier [37] Houghton DJ, Hanafi Z, Papakostas K. Efficacy of external
Masson SAS, Paris), Oto-rhino-laryngologie, 20-860-B-10, fixation following nasal manipulation under local anaesthe-
2008. sia. Clin Otolaryngol 1998;23:169–71.
[14] Stricker M, Pujo J, Simon E. Controverses sur le septum
[38] Rohrich RJ, Adams Jr WP. Nasal fracture management: mini-
orbitaire. Ann Chir Plast Esthet 2009;54:551–66.
[15] Meningaud JP, Rigolet A, Ernenwein D, Bertolus C, mizing secondary nasal deformities. Plast Reconstr Surg
Pitak Arnnop P, Bertrand JC. Endoscopically assisted 2000;106:266–73.
retro-caroncular approach for medial wall fracture of the [39] Staffel JG. Optimizing treatment of nasal fractures. Laryn-
orbit: preliminary study. Rev Stomatol Chir Maxillofac goscope 2002;112:1709–19.
2005;106:205–9. [40] Biswas D, Mal RK. Are systemic prophylactic antibiotics
[16] Miloro M, Redlinger S, Pennington DM, Kolodge T. In Situ indicated with anterior nasal packing for spontaneous epista-
Location of theTemporal Branch of the Facial Nerve. J Oral xis? Acta Otolaryngol 2009;129:179–81.
Maxillofac Surg 2007;65:2466–9. [41] Georgiou I, Farber N, Mendes D, Winkler E. The role of
[17] Manisali M, Amin M, Aghabeigi B, Newman L. Retroman- antibiotics in rhinoplasty and septoplasty: a literature review.
dibular approach to the mandibular condyle: a clinical and Rhinology 2008;46:267–70.
cadaveric study. Int J Oral Maxillofac Surg 2003;32:253–6. [42] Société Française d’Anesthésie et de Réanimation. Recom-
[18] Vesnaver A, Gorjanc M, Eberlinc A, Dovsak DA, Kansky mandations pour la pratique de l’antibioprophylaxie en
AAJ. The periauricular transparotid approach for open chirurgie. Actualisation 1999. Ann Fr Anesth Reanim
reduction and internal fixation of condylar fractures. Cra- 1999;18:75–85.
niomaxillofac Surg 2005;33:169–79. [43] Markowitz BL, Manson PN, Sargent L. Management of the
[19] Choi BH, Yoo JH. Open reduction of condylar neck fractures medial canthal tendon in nasoethmoid orbital fractures: The
with exposure of the facial nerve. Oral Surg Oral Med Oral importance of the central fragment in classification and treat-
Pathol Oral Radiol Endod 1999;88:292–6. ment. Plast Reconstr Surg 1991;87:843–53.
[20] Ellis E, McFadden D, Simon P, Throckmorton G. Surgical [44] Evans BG, Evans GR. MOC-PSSMCME article: Zygomatic
complications with open treatment of mandibular condylar fractures. Plast Reconstr Surg 2008;121(suppl1):1–1.
process fractures. J Oral Maxillofac Surg 2000;58:950–8. [45] Chabannes J, Colnet G, CommunC, Rigal MC, Bonnard
[21] Gerbino G, Boffano P, Tosco P, Berrone S. Long-term cli- M. Diagnostic and therapeutic problems of osteomeningeal
nical and radiological outcomes for the surgical treatment defects and traumatic cerebrospinal fluid defects of the ante-
of mandibular condylar fractures. J Oral Maxillofac Surg rior floor of the base of the skull. Apropos of 95 cases.
2009;67:1009–14. Neurochirurgie 1987;33:112–7.
[22] Haug RH, Brandt MT. Traditional versus endoscope-assisted [46] Papadopoulos H, Salib NK. Management of naso-orbital-
open reduction with rigid internal fixation (ORIF) of adult ethmoidal fractures. Oral Maxillofacial Surg Clin N Am
mandibular condyle fractures: a review of the literature regar- 2009;21:221–5.
ding current thoughts on management. J Oral Maxillofac Surg [47] Potter JK, Muzaffar AR, Ellis E, Rohrich RJ, Hack-
2004;62:1272–9. ney FL. Aesthetic Management of the Nasal Component
[23] Schön R, Gutwald R, Schramm A, Gellrich NC, Schmel- of Naso-Orbital Ethmoid Fractures. Plast Reconstr Surg
zeisen R. Endoscopy-assisted open treatment of condylar 2006;117:10e–8e.
fractures of the mandible: extraoral vs intraoral approach. [48] Young PA, Rice DH. Management of a type II nasoeth-
Int J Oral Maxillofac Surg 2002;31:237–43. moid orbital fracture and near-penetration of the intracranial
[24] Langford RJ, Frame JW. Modifications tissulaires au contact cavity with transnasal canthopexy. Ear Nose Throat J
des plaques de titane posées en chirurgie maxillo-faciale. Rev 2007;86:344–60.
Stomatol Chir Maxillofac 2003;104:55–6.
[49] Zingg M, Laedrach K, Chen J, Chowdhury K, Vuillemin
[25] Rohrich RJ, Hollier L. The role of the nasofrontal duct in fron-
T, Sutter F, et al. Classification and treatment of zygoma-
tal sinus fracture management. J Craniomaxillofac Trauma
tic fractures: a review of 1025 cases. J Oral Maxillofac Surg
1996;2:31–40.
[26] Imola MJ, Hamlar DD, Shao W, Chowdhury K, Tatum S. 1992;50:778–903.
Resorbable plate fixation in pediatric craniofacial surgery: [50] Peltomaa J, Rihkanen H. Infraorbital nerve recovery after
long-term outcome. Arch Facial Plast Surg 2001;3:79–90. minimally dislocated facial fractures. Eur Arch Otorhino-
[27] Fedorowicz Z, Nasser M, Newton T, Oliver R. Resorbable laryngol 2000;257:449–52.
versus titanium plates for orthognathic surgery. Cochrane [51] Bezuhly M, Lalonde J, Alqahtani M, Sparkes G, Lalonde DH.
Database Syst Rev 2007(2):CD006204. Gillies elevation and percutaneous Kirschner wire fixation in
[28] Thorén H, Snäll J, Hallermann W, Kormi E, Törnwall J. the treatment of simple zygoma fractures: long-term quanti-
Policy of routine titanium miniplate removal after maxillo- tative outcomes. Plast Reconstr Surg 2008;121:948–55.
facial trauma. J Oral Maxillofac Surg 2008;66:1901–4. [52] Czerwinski M, Martin M, Lee C. Quantitative comparison of
[29] Coletti DP, Salama A, Caccamese Jr JF. Application of Inter- open reduction and internal fixation versus the Gillies method
maxillary Fixation Screws in Maxillofacial Trauma. J Oral in the treatment of orbitozygomatic complex fractures. Plast
Maxillofac Surg 2007;65:1746–50. Reconstr Surg 2005;115:1848–54.
[30] Rodriguez ED, Stanwix MG, Nam AJ, St Hilaire H, Simmons [53] Taicher S, Ardekian L, Samet N, Shoshani Y, Kaffe I.
OP, Christy MR, et al. Twenty-six-year experience treating Recovery of the infraorbital nerve after zygomatic complex
frontal sinus fractures: a novel algorithm based on anatomical fractures: a preliminary study of different treatment methods.
fracture pattern and failure of conventional techniques. Plast Int J Oral Maxillofac Surg 1993;22:339–41.
Reconstr Surg 2008;122:1850–66. [54] Andreasen JO, Jensen SS, Schwartz O, Hillerup YY. A sys-
[31] Bell RB, Dierks EJ, Brar P, Potter JK, Potter BE. A protocol tematic review of prophylactic antibiotics in the surgical
for the management of frontal sinus fractures emphasizing treatment of maxillofacial fractures. J Oral Maxillofac Surg
sinus preservation. J Oral Maxillofac Surg 2007;65:825–39. 2006;64:1664–8.
[55] Mahmood S, Keith DJ, Lello GE. When can patients blow [72] Schneider M, Erasmus F, Gerlach KL, Kuhlisch E, Lou-
their nose and fly after treatment for fractures of zygomatic kota RA, Rasse M, et al. Open reduction and internal
complex: the need for a consensus. Injury Int J Care Injured fixation versus closed treatment and mandibulomaxillary
2003;34:908–11. fixation of fractures of the mandibular condylar process: a
[56] Burnstine MA. Clinical recommendations for repair of iso- randomized, prospective, multicenter study with special eva-
lated orbital floor fractures: an evidence-based analysis. luation of fracture level. J Oral Maxillofac Surg 2008;66:
Ophthalmology 2002;109:1207–10. 2537–44.
[57] Yano H, Nakano M, Anraku K, SuzukiY, Ishida H, Murakami [73] Valiati R, Ibrahim D, Abreu MER, Heitz C, De Oliveira RB,
R, et al. A consecutive case review of orbital blowout fractures Pagnocelli RM, et al. The treatment of condylar fractures: to
and recommendations for comprehensive management. Plast open or not to open? A critical review of this controversy. Int
Reconstr Surg 2009;124:602–11. J Med Sci 2008;5:313–8.
[58] Dal Canto AJ, Linberg JV. Comparison of orbital fracture [74] Chidyllo SA, Marschall MA. Teeth in the line of a
repair performed within 14 days versus 15 to 29 days after mandible fracture: which should be performed first,
trauma. Ophthal Plast Reconstr Surg 2008;24:437–43. extraction or fixation? Plast Reconstr Surg 1992;
[59] Chen CT, Chen YR. Endoscopically assisted repair of orbital 90:135.
floor fractures. Plast Reconstr Surg 2001;108:2011. [75] Aizenbud D, Hazan-Molina H, Emodi O, Rachmiel A. The
[60] Özyazgan I, Günay GK, Eskitasçıoglu T, Özköse M, Çoruh A. management of mandibular body fractures in young children.
A new proposal of classification of zygomatic arch fractures. Dent Traumatol 2009;24:1–6.
J Oral Maxillofac Surg 2007;65:462–9. [76] Cole PD, Kaufman Y, Hatef DA, Hollier LH. Optimizing
[61] Xie L, Shao Y, Hu Y, Li H, Gao L, Hu H. Modification of surgi- miniplate fixation for simple mandibular fractures. Plast
cal technique in isolated zygomatic arch fracture repair: seven Reconstr Surg 2009;123:691–3.
case studies. Int J Oral Maxillofac Surg 2009;38:1096–100.
[77] Madsen MJ, Haug RH, Christensen BS, Aldridge E. Mana-
[62] Stevens MR, Menis MA. Microscrew fixation of zygomatic
gement of atrophic mandible fractures. Oral Maxillofac Surg
arch fractures. J Oral Maxillofac Surg 1993;51:1158.
Clin North Am 2009;21:175–83.
[63] Alpert B, Tiwana PS, Kushner GM. Management of commi-
nuted fractures of the mandible. Oral Maxillofac Surg Clin [78] Nasser M, Fedorowicz Z, Ebadifar A. Management of the
North Am 2009;21:185–92. fractured edentulous atrophic mandible. Cochrane Database
[64] Chen CH, Wang TY, Tsay PK, Lai JB, Chen CT, Liao HT, Syst Rev 2007(1):CD006087.
et al. A 162-case review of palatal fracture: management [79] Biller JA, Pletcher SD, Goldberg AN, Murr AH.
strategy from a 10-year experience. Plast Reconstr Surg Complications and the time to repair of mandible fractures.
2008;121:2065–73. Laryngoscope 2005;115:769–72.
[65] Hendrickson M, Clark N, Manson PN, Yaremchuk M, Robert- [80] Lovato C, Wagner JD. Infection rates following periopera-
son B, Slezak S, et al. Palatal fractures: classification, tive prophylactic antibiotics versus postoperative extended
patterns, and treatment with rigid internal fixation. Plast regimen prophylactic antibiotics in surgical manage-
Reconstr Surg 1998;101:319–32. ment of mandibular fractures. J Oral Maxillofac Surg
[66] Leech PJ, Paterson A. Conservative and operative manage- 2009;67:827–32.
ment of cerebrospinal fluid leakage after closed head injury. [81] Ellis 3rd E, Miles BA. Fractures of the mandible: a tech-
Lancet 1973;1:1013–5. nical perspective. Plast Reconstr Surg 2007;120(suppl2):
[67] Fu KY, Chen HM, Sun ZP, Zhang ZK, Ma XC. Long-term 76S–89S.
efficacy of botulinum toxin type A for the treatment of habi- [82] Mehra P, Murad H. Internal fixation of mandibular angle frac-
tual dislocation of the temporomandibular joint. Br J Oral tures: a comparison of 2 techniques. J Oral Maxillofac Surg
Maxillofac Surg 2009;48:281–4. 2008;66:2254–60.
[68] Rapidis AD, Papavassiliou D, Papadimitriou J, Koundou- [83] SugarAW, GibbonsAJ, PattonDW, Silvester KC, Hodder
ris J, Zachariadis N. Fractures of the coronoid process of SC, Gray M, et al. A randomised controlled trial compa-
the mandible. An analysis of 52 cases. Int J Oral Surg ring fixation of mandibular angle fractures with a single
1985;14:126–30. miniplate placed either transbuccally and intra-orally, or
[69] Neff A, Kolk A, Deppe H, Horch HH. Neue Aspekte zur Indi- intra-orally alone. Int J Oral Maxillofac Surg 2009;38:
kation der operativen Versorgung intraartikulärer und hoher 241–5.
Kiefergelenkluxationsfrakturen. Mund Kiefer Gesichtschir [84] Schierle HP, Schmelzeisen R, Rahn B, Pytlik C. One- or
1999;3:24–9. two-plate fixation of mandibular angle fractures? J Cranio-
[70] He D, Yang C, Chen M, Jiang B, Wang B. Intracapsu- maxillofac Surg 1997;25:162–8.
lar condylar fracture of the mandible: our classification [85] Levy FE, Smith RW, Odland RM, Marentette LJ.
and open treatment experience. J Oral Maxillofac Surg Monocortical miniplate fixation of mandibular angle frac-
2009;67:1672–9. tures. Arch Otolaryngol Head Neck Surg 1991;117:
[71] Haug RH, Brandt MT. Closed reduction, open reduction, 149–54.
and endoscopic assistance: current thoughts on the manage- [86] Ellis 3rd. Management of fractures through the angle
ment of mandibular condyle fractures. Plast Reconstr Surg of the mandible. Oral Maxillofacial Surg Clin N Am
2007;120(7suppl2):90S–102S. 2009;21:163–74.
Cualquier referencia a este artículo debe incluir la mención del artículo: Daval M, Charrier J-B. Cirugía de los traumatismos faciales.
EMC - Cirugía otorrinolaringológica y cervicofacial 2012;13(1):1-28 [Artículo E – 46-180].
Disponibles en www.em-consulte.com/es
Algoritmos Ilustraciones Videos/ Aspectos Información Informaciones Auto- Caso
complementarias Animaciones legales al paciente complementarias evaluación clinico