PLAUTO
PLAUTO
PLAUTO
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Mesenio: Por Hércules, que tú, opino, que si no vuelves a casa, donde nada
tendrás, mientras buscas a tu hermano, no llores. Pues así es esta nación de
hombres/personas: en Epidamno hay hedonistas y bebedores; pues muchísimos
delatores y timadores viven en esta ciudad; aquí/pues se encuentras las
prostitutas más cariñosas que en ningún otro lugar del mundo (lit. de los
pueblos). Por eso, a esta ciudad se le puso el nombre de Epidamno, porque casi
nadie sale de aquí sin daño.
Menechmo: Yo me cuido de eso. Dame aquí la bolsa.
Mesenio: (lit. ¿Qué quieres de eso?) ¿Para qué quieres eso?
Menecmo: Ya temo tus palabras.
Mesenio: ¿Qué temes?
Menecmo: Que no me dañes en Epidamno: tú eres un gran amante de las
mujeres, Mesenio, yo, en cambio, hombre iracundo, de ánimo perdido, tendré
cuidado de estas dos cosas, cuando tenga el dinero, que no delincas o que yo
me enfade contigo.
Mesenio: Toma y guárdalo. Lo haces (lit. queriéndolo yo) con mi beneplácito.