La Última Hoja
La Última Hoja
La Última Hoja
LENGUAJE Y COMUNICACIÓN
Prof. Jessica Romero Contreras
Guía 8º AÑO
Durante la lectura
Ahora, puedes revisar la página 15 de tu texto de estudio, allí encontrarás dos estrategias de lectura, nosotros
trabajaremos la primera de ellas. Ésta, consiste en la construcción de un mapa de la historia. Durante la lectura
detecta los elementos presentados por la estrategia (¿Dónde ocurre la historia?, ¿Cuándo ocurre la historia?, etc.),
puesto que, en la siguiente actividad, trabajaremos construyendo el mapa de “La última hoja”.
¡Leamos con este propósito el cuento "La última hoja" que se encuentra entre las páginas 16 y 24 de tu texto!
FIG
URE
1.5
MEDIA
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8
Recuerda que...
Los personajes pueden analizarse en cuanto a su importancia, por medio de las acciones y cómo estas afectan el
transcurso de la historia en los relatos.
El cuento cumple con una estructura de los acontecimientos que puede ordenarse fácilmente (inicio, nudo o
conflicto, desarrollo y desenlace) , pero no todos los escritores siguen esta premisa, la literatura y sus técnicas van
mutando, la experimentación con el orden se hace fundamental en la narrativa más contemporánea.
Es importante poder ubicar fechas y lugares dentro de los relatos para así ir creando mentalmente el espacio de la
narración en el que se mueven los personajes.
El concepto del amor que trabaja este texto cumple con las características que nombramos en las clase anteriores,
podemos decir que el acto de Behrman fue un acto de amor más o menos desinteresado hacia Johnsy, entregando su
vida en pos de la recuperación de ella, finalmente él cumple con su último objetivo: lograr su obra maestra final,
pero este objetivo pasa a un segundo plano.
9
Unidad
1
Estrategia de lectura
Existen variados organizadores gráficos que ayudan a relacionar los elementos del cuento y
comprender lo que relata. Uno de ellos es el mapa de la historia, que te permite relacionar los
siguientes elementos:
La trama o el problema
Acontecimiento 3
Acontecimiento 1 Acontecimiento 2
Resolución o desenlace
• Detecta estos elementos a medida que lees y, cuando termines la lectura, completa tu
organizador en el cuaderno.
Vocabulario en contexto
Elabora un esquema como el de más abajo para cada una de las palabras destacadas en
las oraciones numeradas. Todas ellas se relacionan con el lugar en que se desarrolla la
historia.
1 «… los artistas pronto empezaron a rondar por
el viejo Greenwich Village, en pos de ventanas
orientadas al norte y umbrales del siglo XVIII, Palabra
buhardillas holandesas y alquileres bajos». Dibujo o
2 «Sue y Johnsy tenían su estudio en los altos símbolo que la
Definició representa
de un gordo edificio de ladrillo de tres pisos». n
3 «Una enredadera de hiedra vieja, muy vieja,
nudosa, de raíces podridas, trepaba hasta la Nueva oración
mitad de la pared».
4 «… el viento norte volvió a zumbar con • A partir de estas palabras,
violencia
¿cómo te imaginas el lugar
mientras la lluvia seguía martillando las donde se desarrolla la
ventanas y los bajos aleros holandeses». historia?
Lee con el propósito de conocer un conflicto que viven dos personas en Nueva York.
• ¿Qué conflictos cotidianos enfrentan las personas en una gran ciudad?
La ú ltima
hoja
O. Henry
en pos de: en busca
de.
En un pequeño barrio al oeste de Washington Square las
colonia: grupo de calles, como locas, se han quebrado en pequeñas franjas
viviendas con estilo llamadas
común; barrio. «lugares». Esos «lugares» forman extraños ángulos y curvas.
furtivamente: Una calle se cruza a sí misma una o dos veces. Un pintor
ocultamente. descubrió en esa calle una valiosa posibilidad. ¡Supongamos
musgo: planta sin que un cobrador, con una cuenta por pinturas, papel y tela,
raíces que crece a la al cruzar esa ruta se encuentre de pronto consigo mismo de
sombra sobre piedras, regreso, sin que se le haya pagado a cuenta un solo centavo!
cortezas de árboles y Por eso los artistas pronto empezaron a rondar por el viejo
otras superficies. Greenwich Village, en pos de ventanas orientadas al norte y
céfiro: viento del umbrales del siglo XVIII, buhardillas holandesas y alquileres
oeste. bajos. Luego importaron algunos jarros de peltre y un par de
platos averiados de la Sexta avenida y se transformaron en
una colonia.
Sue y Johnsy tenían su estudio en los altos de un gordo
edificio de ladrillo de tres pisos. Johnsy era el apodo familiar
que le daban a Joanna. Sue era de Maine; su amiga, de
California. Ambas se
conocieron junto a una mesa común del restaurante
Delmónico de la Calle ocho y descubrieron que sus
gustos en materia de arte, ensalada de achicoria y
moda, eran tan afines que decidieron establecer un
estudio asociado.
Eso sucedió en mayo. En noviembre, un frío e
invisible forastero a quien los médicos llamaban
Neumonía empezó a pasearse furtivamente por la
colonia, tocando a uno aquí y a otro allá con sus
dedos de hielo. El
devastador intruso recorrió con temerarios pasos el East
Side, fulminando a veintenas de víctimas; pero su pie
avanzaba con más lentitud a través del laberinto de los
“lugares” más angostos y cubiertos de musgo.
El señor Neumonía no era lo que uno podría llamar un
viejo caballeresco. Atacar a una mujercita, cuya sangre
habían los céftros de California, no era juego limpio para aquel viejo
adelga tramposo de puños rojos y aliento corto. Pero, con todo,
zado
1
que tus probabilidades de reponerte
muy pronto eran, veamos, sus
palabras exactas… ¡de diez contra
una! ¡Es una probabilidad casi tan
sólida como la que
tenemos en Nueva York cuando viajamos en
tranvía o pasamos a pie junto a un edificio
nuevo!
Ahora, trata de tomar un poco de caldo y deja que
Susie vuelva a su dibujo, para seducir al director de la
revista y así comprar oporto para su niña enferma y
unas costillas de cerdo para ella misma.
—No necesitas comprar más vino —dijo Johnsy con los
ojos fijos más allá de la ventana—. Ahí cae otra. No, no
quiero caldo. Solo quedan cuatro. Quiero ver cómo cae la
última antes de anochecer. Entonces también yo me iré.
—Mi querida Johnsy —dijo Sue, inclinándose sobre ella—.
¿Me prometes cerrar los ojos y no mirar por la ventana
hasta que yo haya concluido mi dibujo? Tengo que
entregar esos trabajos mañana. Necesito luz: de lo
contrario, oscurecería demasiado
los tintes.
—¿No podrías dibujar en el otro cuarto? —preguntó
Johnsy con frialdad.
—Prefiero estar a tu lado —dijo Sue—. Además, no quiero
que sigas mirando esas estúpidas hojas de la enredadera.
—Apenas hayas terminado, dímelo —pidió Johnsy
2 ¿Qué quiere cada
cerrando los ojos y tendiéndose, quieta y blanca, como una
estatua caída—. Porque quiero ver caer la última hoja. una de las amigas?
Estoy cansada de esperar. ¿Qué conflicto
Estoy cansada de pensar. Quiero abandonarlo todo e irme genera esto?
navegando hacia abajo, como una de esas pobres hojas
fatigadas. 2
—Procura dormir —dijo Sue—. Debo llamar a Behrman
para que me sirva de modelo a fin de dibujar al viejo
minero ermitaño.
Volveré inmediatamente. No intentes moverte hasta que yo vuelva.
El viejo Behrman era un pintor que vivía en el piso bajo. varios años no había
Tenía más de sesenta años y la barba de un Moisés de pintado nada, salvo, de
Miguel Ángel que bajaba, enroscándose, desde su vez en cuando, algún
cabeza de sátiro hasta su tronco de duende. Era un mamarracho comercial
fracaso como pintor. Durante cuarenta años había o publicitario. Ganaba
esgrimido el pincel, sin haberse acercado siquiera lo unos dólares sirviendo
suficiente al arte. Siempre se disponía a pintar su obra de modelo a los
maestra, pero no la había iniciado todavía. Durante pintores jóvenes de la
colonia que no oporto: vino dulce.
ermitaño: persona que
vive en soledad.
sátiro: ser mitológico
que vive en el
bosque; se le
representa con
orejas de cabra y
abundante barba.
esgrimir: usar algo
como un arma.
1
pared de ladrillo, una hoja de hiedra. Era la última.
Conservaba todavía el color verde oscuro cerca del tallo,
pero sus bordes dentados estaban teñidos con el amarillo
de la desintegración y la putrefacción. Colgaba
valerosamente de una rama a unos siete metros del suelo.
—Es la última —dijo Johnsy—. Yo estaba segura de que
caería durante la noche. Oía el viento. Caerá hoy y al
mismo tiempo moriré yo.
—¡Querida, querida! —dijo Sue, apoyando contra la
almohada su agotado rostro—. Piensa en mí si no quieres
pensar en ti misma.
¿Qué haría yo?
Pero Johnsy no respondió. Lo más solitario que hay en el
mundo es un alma que se prepara a emprender ese viaje
misterioso y lejano. La imaginación parecía adueñarse de ella
con más vigor a medida que se aflojaban, uno por uno, los
lazos que la ligaban a la amistad y a la tierra.
Transcurrió el día, y cuando empezó a anochecer ambas
pudieron aún distinguir entre las sombras la solitaria hoja de
hiedra adherida a su tallo, contra la pared. Luego, cuando
llegó la noche, el viento norte volvió a zumbar con violencia
mientras la lluvia seguía martillando las ventanas y los bajos
aleros holandeses.
Al día siguiente, cuando hubo suficiente claridad, la
despiadada Johnsy ordenó que levantaran la persiana. La
hoja aún seguía allí. Johnsy se quedó tendida largo tiempo,
mirándola. Y luego llamó a Sue, que estaba revolviendo su
caldo de gallina sobre el hornillo.
—He sido una mala muchacha, Susie —dijo—. Algo ha
hecho que esa última hoja se quedara allí, para probarme lo
mala que fui. Es
un pecado querer morir. Ahora puedes traerme un poco de caldo y
de leche, con algo de oporto y… no; tráeme antes un espejo. acceso es agudo. No
Luego ponme detrás unas almohadas y me sentaré y te hay esperanzas de
miraré cocinar. salvarlo; pero hoy lo
Una hora después, Johnsy dijo: llevarán al hospital
—Susie, confío en que algún día podré pintar la bahía de para que esté más
Nápoles. cómodo.
Por la tarde acudió el médico y Sue encontró un pretexto
para seguirlo al comedor cuando salía.
—Hay buenas probabilidades —dijo el médico, tomando en
la suya la mano delgada y temblorosa de Sue—. Cuidándola
bien, usted la salvará. Y ahora tengo que ver a otro enfermo
en el piso bajo. Es un tal Behrman… un artista, según parece.
Otro caso de neumonía. Es un hombre viejo y débil y el
Observa la ilustración de la página 22 y reflexiona: ¿qué ilustradora?
significado das
al avecilla que se acerca a la hoja?,
¿qué elemento del relato habrá querido representar la
Al día siguiente el médico le dijo a Sue:
—Su amiga está fuera de peligro. Usted ha vencido.
Ahora alimentación y cuidados. Eso es todo.
Y esa tarde Sue se acercó a la cama donde Johnsy, muy
contenta, tejía una bufanda de lana muy azul y muy inútil, y
la ciñó con el brazo, rodeando hasta las almohadas.
—Tengo que decirte una cosa —dijo—. Hoy murió de
neumonía en el hospital el señor Behrman. Solo estuvo
enfermo dos días.
El mayordomo lo encontró en la mañana del primer día en su
cuarto, impotente de dolor. Tenía los zapatos y la ropa
empapados y fríos. No pudieron comprender dónde había
pasado una noche tan horrible. Luego encontraron una
linterna, encendida aún, y una escalera que Behrman había
sacado de su lugar y algunos pinceles dispersos y una paleta
con una mezcla de verde y amarillo… y…
Mira la ventana, querida, observa esa última hoja de hiedra
que está sobre la pared. ¿No es extraño que no se moviera ni
agitara al soplar el viento? ¡Oh, querida! Es la obra maestra de
Behrman: la pintó allí la noche en que cayó la última hoja.
En El regalo de los Reyes Magos.
Santiago: Andrés
• ¿Cuál es el tema de este Bello.
cuento?
• ¿De qué nos habla?