La Participación de Los Adolescentes en La Sociedad
La Participación de Los Adolescentes en La Sociedad
La Participación de Los Adolescentes en La Sociedad
sociedad.
Los jóvenes no son sólo el futuro del país, sino más bien, son el presente. Mucho de lo que
ellos puedan hacer por el país en sus años adultos dependerá de lo que piensan, sientan y
hagan hoy.
Los patrones clásicos de incorporación de los jóvenes a la sociedad han cambiado de forma
sustancial en los últimos tiempos. Tradicionalmente, el acceso al mundo adulto
representaba la emancipación, la seguridad y la estabilidad social, así como el primer paso
para ir consiguiendo una mayor calidad de vida. Este acceso se hacía a través de la
independencia económica que da el trabajo, elemento que aseguraba los mínimos para
hacer una vida independiente y autónoma.
Sin embargo, es muy difícil que alguien desee hacer algo por su comunidad o por su país si
no conoce mucho del mismo, si no siente que pertenece a ese grupo. Ocurre algo similar
con algunas personas que alquilan una casa, no tienen interés en mejorar o cuidar la misma,
porque sienten que no pertenecen a ese lugar, en cambio se debería considerar que el lugar
donde uno vive debe ser el mejor lugar.
Educación, salud, empleo, pobreza, delincuencia, participación, recreación, entre otras, son
las prioridades que estableció la Asamblea General de la ONU para tomar acciones que
mejoren la situación de los jóvenes a nivel mundial.
Conflictos políticos, económicos y sociales alrededor del mundo, hacen que los jóvenes
estén permanentemente expuestos a ambientes de violencia y peligro. Pero sin embargo
diferentes jóvenes se unen a diferentes actividades cotidianas para poder mejor su ambiente
diario en casa, escuela, o barrio. Es muy importante que los jóvenes estén conscientes de las
situaciones que se pueden enfrentar.
La salud de la democracia depende, en gran parte, de los jóvenes. Con más de 1.800
millones de personas entre los 10 y los 24 años, la juventud es hoy el gran pulmón de la
sociedad. Nunca antes ha habido en el mundo tanta gente joven. En las últimas décadas ha
crecido el interés por su participación política y hasta el Banco Mundial ha identificado la
ciudadanía activa como una de las actividades más importantes para lograr una transición
positiva hacia la edad adulta, tanto para los jóvenes de hoy como para las siguientes
generaciones.
En el último informe mundial de la ONU sobre juventud se reclama que las sociedades
democráticas deben ofrecer oportunidades a cada nueva generación de jóvenes para
expresar sus opiniones y para que sus intereses queden representados en los procesos
legislativos. Sin embargo, como se apunta en el informe, gran parte de la población joven
mundial se siente desilusionada con la política general y en clara desventaja frente a los
adultos en las leyes y medidas parlamentarias. Una desafección que queda patente en el
hecho de que, en la mayoría de las democracias establecidas, el descenso de votantes en
una tendencia a largo plazo desde la década de los 80 y que ese descenso se concentra
especialmente en los jóvenes. Según la encuesta presentada en el mismo informe en más de
33 países, solo un 44% de los jóvenes entre los 18 y los 29 años “siempre votan” frente al
60% de los ciudadanos del resto de rangos de edad.
Otro de los fenómenos recientes en la política electoral de las democracias más maduras ha
sido el fuerte declive de la participación en partidos políticos. Los miembros más jóvenes
de la presente generación se muestran reacios a comprometerse con instituciones políticas
centralizadas y hereditarias que, consideran, no representan sus intereses –
fundamentalmente, según recoge la misma estadística, porque son instituciones dominadas
por gente demasiado mayor, masculina y procedente de ambientes de nivel económico
medio o alto.
Existe una preocupación generalizada sobre el hecho que la política genera hoy más
desafección entre la juventud de todo el mundo y sobre el impacto negativo que esto puede
tener en la gobernanza de la sociedad. Sin embargo, muchos analistas apuntan a que la
participación política de los jóvenes no ha disminuido, sino que ha evolucionado hacia
nuevas formas. “Durante las décadas más recientes, el mundo ha sido testigo de un cambio
en el foco de lo político a las políticas, del compromiso con procesos electorales
institucionalizados a una mayor implicación en propuestas de activismo”, señalan en el
informe. Como consecuencia de ello, el repertorio de participación juvenil se ha expandido
a formales alternativas como las peticiones por internet, los movimientos sociales, la
música y la cultura o las protestas en la calle. “La gente joven se implica en la política a
través de situaciones y problemas concretos, abrazando causas o asuntos que se convierten
en personales y que se manifiestan a través de las redes personales potenciadas por las
redes sociales en internet”, añaden.
En este sentido, el mismo informe aporta tres recomendaciones hacia las instituciones para
potenciar la relación con la población más joven:
• Reforzar la comunicación interactiva: existe una necesidad de prestar más atención a los
asuntos que interesan a los jóvenes y priorizar sus preocupaciones; comunicar
interactivamente con ellos cara a cara, vía internet y a través de las redes sociales y
reengancharse al apoyo de los jóvenes para encontrar soluciones a los problemas que les
afectan.
• Empoderar a los jóvenes a través de sus redes: aprovechar el contacto entre iguales para
fomentar la participación política de los jóvenes. En la campaña presidencial de 2008 en
Estados Unidos, Barack Obama pidió la ayuda de los jóvenes americanos para movilizar la
propuesta del Partido Demócrata a través de sus amigos y redes.
• Mejorar la representación de los jóvenes y la política de la presencia. El informe
considera urgente considerar medidas para mejorar la reprensencion de los jóvenes y, en
concreto de las mujeres jóvenes, en los parlamentos nacionales y en el resto de cuerpos de
decisión. Algo que se puede lograr de diferentes maneras, por ejemplo, dando pasos hacia
el establecimiento de cuotas, desarrollado listas de mujeres y asegurando una presencia
igualitaria de mujeres y de los grupos socioeconómicos más desfavorecidos en las ramas
juveniles de los partidos y en los cuerpos de representación de los jóvenes (como los
parlamentos juveniles y los consejos).