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Resumen de Jaume Aurell

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PREPARACIÓN SEGUNDO CERTAMEN METODOLOGIA DE LA HISTORIA

TEXTO: AURELL, Jaume, Tendencias Historiográficas del siglo XX, Globo Editores, Santiago 2008.

Postmodernismo: Surgió en los años setenta y se manifestó con las revoluciones estudiantiles de
Berkeley y París donde hubo un rechazo a la cultura establecida por los ideales de la modernidad
de sus antecesores. Esta corriente se basa en: 1. Abandono del pensamiento único de la
modernidad y progreso. 2. Historia tratada desde un punto de vista poliédrico. 3. Intención de
liberar a la Historia de moldes academicistas y metodológicos. Es difícil fijar su metodología y
epistemología, aunque es reconocida su existencia por todos los historiadores. De hecho,
Lawrence Stone lo ha visto como una verdadera amenaza para la disciplina histórica. El
postmodernismo es un conjunto de epistemologías y metodologías. Entre las tendencias
convergentes cabe mencionar el posestructuralismo foucaltiano, el desconstruccionismo
derridiano, la nueva hermenéutica de Paul Ricoeur y Michel de Certau junto con la derivación del
giro lingüístico.

El concepto de postmodernidad empezó a difundirse con el libro de Jean François Lyotard, La


condition postmoderne de 1979. Afirmaba en su ensayo que en el terreno de la historia, el influjo
del postmodernismo se dejó sentir en el rechazo de las periodizaciones e interpretaciones
globales. Las sustituciones de los grandes relatos de la Historia (History) por los pequeños relatos
(story) y el recurso de metáforas.

El Postmodernismo aporta al historiador en que sus principios sirven para corregir errores de
visión, aumentar la rigurosidad en el análisis, mejorar contextualización de textos y acrecentar la
conciencia de que los condicionamientos personales pueden afectar la objetividad en la
interpretación.

La posmodernidad afecta a la historiografía de dos modos:

 Niega la posibilidad de construir grandes relatos, es decir, niega el empirismo histórico como
base de sus paradigmas.
 Niega la posibilidad de reconstruir el pasado ya que los documentos no son pruebas reales de
lo sucedido sino discurso y representaciones.
Estas teorías han provocado dos grandes cambios:

 El interés por estudiar la historia cultural de las minorías y los sujetos subalternos.

A partir de las referencias de George G. Iggers en From Scientific Objectivity to the


Postmodern Challenge nos hace considerer al postmodernismo más bien como una corriente
intelectual arreferencial y abstracta que ha afectado a buena parte de las ciencias sociales. Es
así como el talón de Aquiles del postmodernismo historiográfico es la falta de referentes en la
práctica. Se evidencia una actitud teórica ante la obra histórica y no como una verdadera y
propia corriente historiográfica sustancialmente. Esto se debe a que la borrosidad de sus
contenidos y su falta de fijación geográfica realzan su mitificación. Una obra que puede
probablemente ilustrar sus métodos y postulados es Historical Imagination de Hayden White.
(Metahistory. The Historical Imagination in Nineteenth-Century Europe, 1973.

Características del Postmodernismo:

1. Supuso una conciencia de plena ruptura, donde en nuevo contexto intelectual en


los años setenta se descubre la primacía del lenguaje, de los códigos y símbolos.
2. Busca superar el esquematismo del estructuralismo y el materialismo histórico.
3. Pérdida de confianza en los grandes sistemas de pensamiento o paradigmas del
siglo XIX y buena parte del XX. (Positivismo, Historicismo, Marxismo y
Estructuralismo).
4. Época de un intenso diálogo interdisciplinar en el seno de las ciencias sociales:
Nexos entre la Historia, antropología y lingüística.
5. Énfasis en el discurso, más que en la estructura.
6. Sus referentes teóricos son habitualmente franceses: Lyotard, Baudrillard, Barthes,
Foucault, Derrida, Deleuze y Ricoeur. La excepción es Hayden White de
nacionalidad estadounidense.
7. En reacción a la Historia Económica y Social, se reivindica el papel de la cultura a
través de Arnold Gehlen y Claude Lévi-Strauss.
8. Se influyó en la tercera generación de la Escuela de los Annales donde el
estructuralismo braudeliano fue sustituido por la historia de las mentalidades de los
exponentes Emmanuel Le Roy Ladurie o Jacques Le Goff. (La nouvelle histoire)
9. Cabe mencionar también los aportes de Michel Foucault, intelectual poliédrico e
intermediario entre antropología, lingüística e historia. Su hábil manejo del nuevo
lenguaje filosófico semiótico lo hace impenetrable a la crítica. Un interesante
ensayo de Paul Veyne trata sobre la función revolucionadora del antropólogo
francés en la disciplina histórica. (Foucault révolutionne l’historie, Comment on écrit
l´historie.

Giro lingüístico: Fundamento teórico del postmodernismo. También conocido como Linguistic Turn
es una expresión originaria de Gustav Bergman en 1964 y hecha célebre por los ensayos editados
por Richard Rorty en 1968. (The Linguistic Turn. Recent essays in philosophical method) Se trató de
un movimiento estrictamente filosófico que influyó en la disciplina histórica.

Características del Giro Lingüístico:

1. Tendencia al relativismo sobre el entero campo de la Historia tal como ponen de


manifiesto los planteamientos teóricos como prácticos de Hayden White y Dominick
LaCapra.
2. Progresiva interconexión de las ciencias sociales cuyo denominador común es la
articulación de un discurso adecuado a sus necesidades.

Consecuencias para la Historiografía:


1. Perfeccionamiento de las técnicas de relato y narración histórica. Ejemplos de la forma de
narración de Domingo de Bouvines de George Duby (1973). Menocchio de Carlo Ginzburg
(1976). Martin Guerre de Natalie Z. Davis. (1982).
2. Recuperación de viejos temas de investigación desde una metodología y forma renovada
como la Nueva Historia Política, La Historia de la Religiosidad o la Historia Social del
Lenguaje.
3. Mediante el desconstruccionismo de Jacques Derrida en Of Grammatology, 1976, se le
niega al texto histórico la posibilidad de representar a la realidad en sí misma. Por tanto se
le incapacita al documento la capacidad de acceder al pasado. Lo cual quiere decir que el
historiador está condicionado por los signos lingüísticos del documento que analiza. Estos
pueden ser relativos y sometidos a las paradojas de las figuras retóricas de la metáfora y la
metonimia. Elementos esenciales de filólogos y lingüistas aparte de los historiadores.
4. Se introducen nuevas formas de hacer historia, sustituyendo el lenguaje seriado y
esquemático de analista, marxistas y cliómetras.
5. El principal referente del viraje lingüístico es Hayden White con su obra Metahistoria. La
Imaginación histórica en la Europa del Siglo XIX. (1973). Éste combina la teoría de la
historia con la teoría literaria, poniendo de manifiesto que la escritura de la historia no se
diferencia de la poesía, del relato.
6. White en The Content of the Form de 1989 confirma su concepción de la Historia donde
prioriza el discurso, la narración y y la articulación lingüística por encima de la cientificidad
de la historia. Plantea el problema de la selección de la información. El encuentro entre
realidad e imaginación, historia y ficción se volatiliza definitivamente. Los planteamientos
relativistas de White marcan la afirmación de Kant sobre el principio de separación entre lo
objetivo y subjetivo.
7. Todo esto trae como consecuencia, que la prioridad del lenguaje es la única referencialidad
que le queda al científico experimental, social y en definitiva, al historiador.

Hayden White: Para él forma y contenido son lo mismo, como lo son los usos de los filósofos y de
los historiadores; pues el realismo histórico característico de los historiadores decimonónicos no es
más que una forma particular de poética.

En efecto, habría una elección de carácter estético y pre conceptual que es la que determina la
forma en que se trata la evidencia histórica que, para White, se mantiene más o menos constante
más allá de las diferentes elaboraciones teóricas que se hagan luego sobre ella.

Lo que sí hay son tres formas de conceptualización básicas (el autor no distingue entre explicación
y comprensión), que él lo llama estilos historiográficos:

 Las tramas literarias: Los discursos de los clásicos (Michelet, Ranke, Tocqueville...) se han
servido de las tradicionales tramas literarias a la hora de explicar cómo ocurrieron los
acontecimientos. Se consideró al protagonista un héroe frente a las contingencias, una víctima
del contexto o incluso un perdedor total, acompañando entonces el relato con moralinas.
 Las formas de argumentación: es el nivel que se usa para explicar el significado de los
acontecimientos, son los argumentos formales: hay mecanicistas (Marx, que busca leyes
generales), hay organicistas (Ranke, que encuentra totalidades espirituales detrás de los
individuos históricos) y los hay contextualistas (Michelet, que buscaría identificar los rasgos
distintivos de los sujetos históricos).
 El tercer nivel es el modo en que los autores utilizan la historia para conocer el presente, es
decir, las ideologías o explicación por implicación
ideológica: Anarquistas, radicales, conservadores y liberales..
La visión de White es profundamente textualista y pone en cuestión todos los supuestos del oficio
del historiador: el sentido del progreso de la historiografía, la metodología... pues para él todo es un
relato de ficción. Sin embargo el autor ha declarado que no hay que sacar su obra de contexto, que
fue escrita para el siglo XIX, no para el siglo XX.
Nueva Historia Narrativa: Resultado práctico del giro lingüístico. Es una narrativa que accede al
rigor de la exposición histórica a través del desarrollo de una estructura coherente del relato.
Constituye el afán de construir un relato coherente basado en el rigor documental. No significa
una escuela, sino una tendencia intelectual.

Tramos de la investigación histórica narrativista:

1. Fase Heurística: Cuidadosa recopilación de los datos documentales.


2. Fase Analítica: Organización y tratamiento de los datos.
3. Interpretación histórica del material procesado.

Antecedentes: Aparición del linguistic turn y la incorporación tardía pero efectiva de los
postualdos de Michel Foucault: Les mots et les choses. Une archéologie des sciences humaines,
1966. Paul Ricoeur, Temps et récit. Michel de Certau: L’écriture de l’histoire. Hans-Georg Gadamer
(Verdad y Método) Jacques Derrida: L’écriture et la difference. Son verdaderos referentes
intelectuales para los historiadores con una vinculación estrecha con la filosofía. En 1979,
Lawrence Stone publicó un artículo: El resurgimiento de la narrativa: Reflexiones acerca de una
nueva y vieja historia. Consideró el retorno de la narratividad en desmedro de los grandes
esquemas teóricos y estadísticos de las décadas anteriores.

Causas del resurgimiento de la narrativa:

1. Sustitución de la sociología y la economía por la antropología como la principal ciencia


interlocutora de la historia.

Características:

1. Significó una Profunda transformación de los paradigmas historiográficos porque su


propuesta metodológica iba más allá de un simple cambio de temáticas
predominantes. Rompió con el estigma que había cargado la narración, sinónimo de
ficción para los Annales, estructuralismo, historia cuantitativa y el materialismo
histórico.
2. Tal como explica Michel de Certeau en la Escritura de la Historia, se relegó la función
del historiador a una función analítica, interpretativa, pero no narrativa. La historia
narrativa era tratada despectivamente como una crónica, exposición lineal de los
acontecimientos, limitada a lo político, militar o diplomático.
3. La Nueva Historia Narrativa venía a reivindicar y recuperar el relato que el historicismo
clásico había empezado a abandonar. Se ocupa de lo particular y lo específico más que
de lo colectivo y lo estadístico.
4. Se plantea el problema de redacción en primer plano dada la prioridad del lenguaje
sobre la realidad. Se preocupan de la elegancia del estilo como por la construcción de
la hipótesis.
5. Las obras de los narrativistas reflejan en toda su intensidad la pluralidad humana. La
narración suele ser temporal.
6. La nueva historia narrativa pretende devolver a la historia su capacidad de convertirse
en arte, sin dejar de ser ciencia.
7. Revistas históricas de prestigio: History and Theory (1960) y Storia de la Storiografia
(1982).

Consecuencias para la historiografía:


1. Alternativa eficaz y contundente a la rigidez metodológica de los viejos
paradigmas del marxismo, estructuralismo y la historia cuantitativa.
2. El contexto epistemológico que rodea el entorno de la narración es una de las
causas directas de la crisis de la disciplina histórica de los años 80.
3. Replanteamiento de hacer historia en tres dimensiones: contenido, método y el
estilo.
4. Ha revitalizado y legitimado algunos géneros, como el de la biografía.
5. Se empoderaron de la antropología para el enfoque metodológico de los temas
que causaron interés en aquellos años: sentimientos, emociones, normas de
comportamiento, valores y estados mentales. Se valoraron antropólogos de la
cultura como Edward E. Evans-Pritchard, Clifford Geertz, Mary Douglas y Victor
Turner.
6. La antropología cultural con Clifford Geertz (interpretación de las culturas 1973)
Marshall Sahlins (islas de la historia: la muerte del capitán Cook. Metáfora,
antropología e Historia, 1988). Se constituyó un modelo para la investigación
histórica.
7. Recuperación del evento dentro de la escena histórica con George Duby (La
Batalla de Bouvines el 27 de julio de 1214). Aparición de monografías centradas en
un solo acontecimiento o individuo.
8. La historia encontró un lenguaje más inteligible, no enclaustrado en un argot
profesional hermético e iniciático. Trabajos dedicados a la reconstrucción del
contexto y de los significados precisos de las palabras e ideas del pasado.
9. La narración por encima del análisis dejó de constituir un síntoma de falta de rigor
científico al ser una estructura narrativa atractiva y coherente.
Diferencias entre Historia Narrativa e Historia Estructural
Ordenación descriptiva antes que analítica. Concede prioridad al hombre sobre sus
circunstancias.

Consideraciones finales:
1. Las nuevas narraciones se interesan por personajes anónimos de la historia, más
que por los notorios social y políticamente.
2. Análisis tan importante como la descripción.
3. Nuevas fuentes para construir nuevos relatos: disputas judiciales, protocolos
notariales o memorias personales.
4. Influjo de antropólogos en el comportamiento humano para revelar el significado
simbólico de los gestos, acciones y palabras.

La Microhistoria: Lo novedoso que posee es la prioridad del relato. Aprovechamiento de un


pequeño acontecimiento como fuente de conocimiento universal. Su aparición se produce con el
desencanto producido en los años setenta con los grandes paradigmas historiográficos y el
desengaño con las ideas de progreso, por tanto surge una descripción más realista del
comportamiento humano. Esta corriente historiográfica tiene la cualidad de ser una verdadera
metodología porque tiene aplicaciones prácticas.

Ejemplos característicos de la Microhistoria:

Narraciones históricas de Carlo Ginzburg, El Queso y los Gusanos (1976). Natalie Z. Davis. Le retour
de Martin Guerre (1982) y la de Robert Darnton, The Great Cat Massacre, (1984). La revista
italiana Quaderni Storici es el foco expirimental de la microhistoria. Destacan las figuras de
Giovanni Levi, Alberto Tenenti, Giorgio Spini y Ruggiero Romano.

Los libros de Ginzburg y Davis se leen como una novela, y hay que empezarlos desde el principio,
pero a su vez se consideran verdaderas obras históricas por la rigurosidad con la documentación
tratada que al menos en apariencia formal transmiten. El relato de Ginzburg nunca pierde la
credibilidad y la verisimilitud, el de Davis en cambio, se mueve continuamente de modo explícito
como implícito en fráfiles límites que separan la verdad de la ficción. El trabajo de Davis se plantea
de un modo muy pragmático conectándose con la verdadera naturaleza del conocimiento
histórico. Pone en práctica lo que Hayden White había teorizado años antes: La narración no es
solo forma, implica contenido y una intencionalidad en sí misma, al seleccionar lo más significativo
de ser historiado y asignarle el modo que se vea más conveniente. Hay en el libro de Davis, una
legitimación de la hermenéutica como acceso a la realidad histórica. La historiadora
norteamericana pone de manifiesto un nuevo elemento en la metodología: la facultad imaginativa
del propio historiador. (Invention), es decir la capacidad del historiador de llenar con su
imaginación las lagunas de la documentación. Para ello este postulado de Davis se basa en un
profundo conocimiento de la estructura interna de las fuentes judiciales. A partir la suposición
racional de la autora con conocimientos previos del contexto, de las condiciones sociales,
económicas, culturales e intelectuales de una región francesa del siglo XVI. La conjunción de texto
y contexto legitiman la labor de invención del racionamiento de la campesina de la obra.

En cuanto a El Queso y los Gusanos de Carlo Ginzburg, sobre un molinero italiano, planteó una
investigación de carácter microscópico. Se basa también en la documentación judicial. En ella
Ginzburg reconstruye la vida de Domenico Scandella, llamado Menocchio, un molinero del Friuli,
de cuya vida se tienen noticias gracias a las actas del proceso inquisitorial al que se tuvo que
enfrentar por su poco convencional concepción del mundo. En opinión de Ginzburg, las ideas de
Menocchio, quien además negaba la divinidad de Cristo, la validez de los sacramentos y afirmaba
la equivalencia de las distintas religiones, surgirían del contacto de esa mentalidad campesina con
la lectura de los pocos libros a que Menocchio tuvo acceso en su vida. A través del estudio de la
gente corriente, se articula un relato creíble, lineal y bien construido. Claro que encontró
detractores, es el caso de John H. Elliot, quien puso en duda la credibilidad de la interpretación del
historiador italiano y la representatividad del molinero. Sin embargo, la construcción de tal relato
coherente de Ginzburg le permite articular un discurso unitario de carácter poliédrico. Como
resultado, El Queso y los gusanos se puede considerar según el punto de vista que se aprehenda
como una historia de las ideas, una historia de la religión, una historia de la cultura o una historia
de las mentalidades.

Robert Darnton publicó una monografía dedicada al análisis del proceso de publicación y
divulgación de la Encyclopédie y la propagación del pensamiento de la ilustración. (The Business of
the Enlightenment, 1979). Cinco años más tarde completó su apuesta por el narrativismo con La
Gran Matanza de Gatos y Otros Episodios de la Historia de la Cultura Francesa, 1984. En el primer
capítulo, “Los campesinos cuentan cuentos: el significado de Mamá Oca”, el autor analiza una serie
de cuentos populares de la Europa del siglo XVIII en los que extrae datos e información
trascendental sobre la sociedad en la que se gestaron dichos relatos. Un ejemplo de ello es el
conocido “Hansel y Gretel” de los hermanos Grimm, en el cual se puede observar la normalidad
con la que, debido a la escasez económica, prácticas como el infanticidio eran aplicadas. El episodio
sobre la matanza de gatos de los obreros de Saint-Séverin es, por lejos el más inverosímil de los seis
que incluye el libro. El mismo Darnton previene al lector de pensar que este relato, elaborado por
uno de los obreros 20 años después de lo ocurrido, es un retrato fiel de lo sucedido (si acaso tal cosa
pudiese existir). Los felinos, afirma, que eran muy queridos por los burgueses, molestaban a los
obreros de la zona y, sobre todo a los aprendices, cuya categoría social era prácticamente más baja
que la de estos animales. En medio de unas condiciones de vida muy difíciles, cuando se desata la
matanza esta toma el cariz de una “agresión simbólica” corporativa. Darnton interpreta las formas
de matar de los obreros como un insulto retorcido hacia los patrones, una práctica regida por todo
un conjunto de reglas, de significados propios del oficio de los protagonistas del relato.

Conclusión: La microhistoria no funciona si no está bien escrita. El relato es clave en un discurso


que sin esta calidad formal, deviene en erudición vacía e intrascendente. Por tal razón un gran
número de investigadores se inscriben en este tipo de tendencia al redactar sus tesis doctorales.
Probablemente, no sean notorios si se quedan en el ámbito de un lenguaje académico, de jerga
científica, incapacades de trascender la representatividad de lo único.
LA CRISIS DE LA HISTORIA

Características:

1. Abandono de la economía y demografía por la cultura y las emociones.


2. Se analiza el individuo más que la colectividad.
3. Apostado en la interdisciplinariedad y pluridisciplinariedad.
4. Se prioriza lo discursivo por sobre lo descriptivo.
5. Se destaca lo literario por encima de lo científico.
6. Aparecen la nueva historia política, nueva historia cultural, historia social del lenguaje o la
historia religiosa.

Factores de la Crisis:

1. Caída de los grandes paradigmas. Se busca una tercera vía frente a la experimentación
narrativa y la desaparición de las tradiciones nacionales hegemónicas en los ochenta y
noventa.
2. El relativismo que pone en duda el conocimiento histórico objetivo.
3. Desorientación de la disciplina e identidad histórica que busca en lugar de la jerga
científica, un lenguaje verdaderamente humano amparado en las ciencias sociales.
4. Durante los años setenta, los historiadores habían empezado a sustituir la estadística y
la serialidad por el relato y el hecho singular como fundamento de la construcción de
una historia y de la historia.

LAS TERCERAS VIAS

A mediados de los años ochenta, la historiografía estaba en un callejón sin salida inmersa en un
discurso teorico relativista, la pérdida de su sitial en el ámbito de las ciencias sociales y la crisis de
las tradiciones nacionales. Además la desaparición de los grandes referentes dogmáticos, se unía
la falta de referentes alternativos claros. Surgieron unas nuevas tendencias, basadas en una
“renovación desde dentro de las corrientes historiográficas más tradicionales. De la dimensión
original recurrieron a la política, lingüística y religiosidad, las llamadas terceras vías.

EL GIRO CULTURAL

A finales de los ochenta, el panorama historiográfico pareció esclarecerse. En 1989, Lynn Hunt
coordinó un volumen sobre las ultimas tendencias historiográficas que tituló The New Cultural
History. Quedaba explicitada esta nueva corriente, la nueva historia cultural.
Características de la Nueva Historia Cultural:

1. Asume una visión más poliédrica de la realidad.


2. Intenta realizar un relato integrado de todas las manifestaciones culturales.
3. Estrecha sus vínculos con la Historia del Arte, la Historia Intelectual o los Estudios
Literarios.
4. Sus referentes teóricos son los textos de Hayden White, Michel Foucault, Roland Barthes,
Pierre Bourdieu, Jacques Derrida, Tomás Kuhn, Richard Rorty, Marshall Sahlins y Raymond
Williams, pertenecientes a la antropología, filosofía, sociología y la lingüística y de
tendencias intelectuales de postmarxismo, postestructuralismo, deconstruccionismo y
postmodernismo.
Los nuevos historiadores de la cultura son Natalie Davis, Lyn Hunt, Carlo Ginzburg, Robert
Darnton, Joan Pau Rubiés.
5. Como consecuencia se ha dotado el giro cultural de una capacidad de consenso
epistemológico.
6. Rechaza el reduccionismo del historicismo clásico y de la historia económica.
7. Opta por la ciencia social interpretativa postulada por Clifford Geetz y Charles Taylor en
vez de aspiraciones totalizadoras.
8. Abandona el sueño de objetividad y reconoce el rol de la imaginación en la reconstrucción
histórica.

Aportes del Cultural Turna a las ciencias sociales según Ronald Suny en un articulo del 2002 en The
American Historical Review:

1. Demuestra que no existen instituciones o cultural atemporales, en consecuencia siempre


deben ser estudiadas a la luz de su tiempo y espacio determinados. El texto en su
contexto.
2. Centra el poder de la cultura como fuente principal de comprensión histórica.
3. Sustituye la noción de totalidad de la realidad histórica marxista y de la nouvelle histoire
por una noción holística a través de un proceso de problematización de la historia.
4. Énfasis en los procesos de identidad nacionales, grupos sociales y dinámicas del poder, de
ahí el vínculo entre historia social y la nueva historia política.
5. Exploración de las concepciones, discursos y generaciones de poder.
6. Considera el estilo narrativo como el mejor para describir la experiencia social.
7. Identificación con la antropología en su dimensión más etnográfica, capaz de insertarse en
un tiempo y espacio para analizar la cultura y conectando lo poético con lo político, osea
procesos lingüísticos e históricos.
LA NUEVA HISTORIA POLITICA

1. Se fundamenta en un debate epistemológico de renovación más que de consolidar un


contexto ideológico hegemónico.
2. Gracias al giro cultural, dota de nueva vitalidad a temas y conceptos como poder,
espacios públicos, estado, nación, actores, élites, mitos o símbolos políticos como en
los trabajos de François Xavier Guerra sobre Iberoamérica.
3. Añade conciencia de la complejidad de lo real mediante un análisis poliédrico.
4. Es el fruto de una ruptura, de un renovado interés por los temas políticos desde la
pluridisciplinariedad y por tanto cultural.
5. Analiza las percepciones, sensibilidades, la creación de la autoridad, la transmisión de
creencias, normas y valores, lo que despolitiza la historia política, aunque suene
paradójico tal como sugiere Christophe Prochasson.
6. Afán integrador que la convierte en un conglomerado de historia social, económica y
sobre todo, cultural.

Aportes de los autores:


1. René Remond, Por une histoire politique, plantea que la diversidad de objetos son
múltiples.
2. Hobsbawm y Trevor Ranger en The Invention of Tradition muestran su interés por
la identidad nacional.
3. Philippe Levillain sugiere la rehabilitación de la biografía como género histórico
tomando elementos antropológicos y psicológicos.
4. Alain Corbin analizó los procesos convergentes entre fuerzas modernizadoras y
conservadoras y los comportamientos electorales.
5. Maurice Agulhon conectó lo político a las mentalidades a través del concepto de
sociabilidad.

HISTORIA SOCIAL DEL LENGUAJE

Es un nexo entre la historia tradicional y los postulados radicales del giro


linguistico. Surgió de la combinación entre el triunfo tardío de la historia social y el
influjo del linguistic turn en la disciplina histórica. Dio frutos al aplicarse al análisis
de sociedades medievales y renacentistas consolidándose en el panorama
historiográfico internacional.

Contribuciones:
1. Convicción de que lenguaje es utilizado por los grupos sociales para marcar
fronteras frente a la panorámica social general. Sea relacionado con la
conciencia de pertenencia a una comunidad nacional o un grupo social.
2. Estudio de jergas que remiten a un mundo social o profesional compartido,
códigos morales, de género, minorías étnicas o religiosas.
3. Postula la cuestión acerca de si es la lengua la que modela la sociedad o un
simple reflejo de la sociedad que la usa.
4. Demuestra que el lenguaje es una fuerza activa en la sociedad, (Burke) fuente
importante de dominación simbólica, (Bourdieu).
5. Útil para el análisis de las hegemonías culturales y de poder.
6. Resulta ser un antídoto de los excesos relativizantes del deconstruccionismo
más radical.
7. Eficaz para el diálogo fructífero entre historia y lingüística.

Aportaciones: En la obra colectiva dirigida por Peter Burke, The Social History of
Language, 1987. El concepto clase social cae en desuso, sustituido por la
terminología del grupo social de Georges Duby. Las relaciones entre contexto y
texto expuestas en Bauman y Sherzer en un ámbito plurilinguistico, Explorations in
the ethnography of speaking. La asincronía entre formas linguisticas y realidades
sociales postulada por colaboradores de Giglioni eb Language and Social Context.

HISTORIA DE LA RELIGIOSIDAD
Tiene una mayor vitalidad a partir de los años setenta, el desarrollo de esta
tendencia se debe a una generación de historiadores franceses: Gabriel Le Bras,
André Latreille, Marrou y Dupront, esta tradición fue recogida y liderada por Yves
Marie Hilaire y Gérard Cholvy.

Características:
1. Incorpora a la Historia de la Iglesia elementos de religiosidad tales como
creencias populares, piedad, espiritualidad, análisis del pensamiento y los
intelectuales de inspiración católica, influjo de la religiosidad en el ámbito
social, movimientos colectivos devocionales o confesiones diversas en países
de tradición católica.
2. Se basa en definitiva en todo aquello que el hombre hace motivado por una
determinada visión religiosa de la vida.
3. Integra los temas religiosos en su dimensión sociológica y cultural.
4. Tendió puentes con las restantes ciencias sociales dentro de la renovación
historiográfica de los años setenta: teología, sociología y antropología.
5. Los contemporaneístas cuentan una mayor variedad de fuentes parroquiales,
notariales y hagiográficas. Se adentran en las dimensiones culturales y sociales
de la religiosidad.
6. Se vio enriquecida gracias a la convergencia de tres ámbitos historiográficos:
sociología religiosa, utilización de métodos cuantitativos y estadísticos y
renovación temática y epistemológica aportada por la historia de las
mentalidades.
7. Se rompió el monopolio de erudición eclesiástica confesional que ejercía
sobre el análisis de los fenómenos religiosos, tendiéndose nexos entre el
mundo académico civil y eclesiástico.

Gabriel Le Bras desarrolló un específico vocabulario de sociología religiosa para conocer la


vitalidad religiosa de Francia, este trabajo fue complementado por Fernand Boulard, quien
se adentró en métodos cuantitativos y estadísticos para el estudio de fenómenos
religiosos. Además de los estudios de psicología colectiva e historia de las mentalidades
de los primeros Annales.
Gadille y Boudon: Jerarquía y formación de élites clericales.
Langlois: Congregaciones religiosas femeninas
Boulard y Boutry: Fromas de sociabilidad del clero.
Ozouf: Formación intelectual de las élires, la confesionalidad de la enseñanza.

LAS TERCERAS VIAS.


Factores que permitieron la llegada de las Nuevas Historias. 1989
1. Caída de los regímenes socialistas al este de Europa.
Representa el desmoronamiento práctico del marxismo, cuyos fundamentos teóricos
fueron dinamitados en la década anterior.
2. Debate en torno al bicentenario de la Revolución Francesa.
La historiografía había abandonado definitivamente la vía de las tradiciones
nacionales.
3. Publicación del artículo sobre el Fin de la Historia de Francis Fukujama.
Se basa en un sistema hegeliano donde el motor de la historia serán dos fuerzas
básicas: la evolución de las ciencias sociales y la tecnología. Habría culminado la
evolución histórica con la consolidación de la democracia liberal y la economía de
mercado, el cual pronto quedaría desacreditado ante los hechos venideros.
4. Consolidación de la corriente de nueva historia cultural.
Se procede a enriquecer las prácticas formalistas de la crítica literaria con una
renovada atención al contexto histórico. Surge con ello el estudio de la elaboración y
consolidación de textos legitimadores, como el trabajo de la historiadora
norteamericana Spiegel que aportó en los años noventa una de las alternativas al
callejón sin salida que representan ciertas formas del giro lingüístico.
5. Debate entre vieja y nueva historia en la American Historical Review.
Se trataba de la accesibilidad del conocimiento histórico objetivo en la que participó
Lawrence Stone, Patrick Joyce y Gabrielle Spiegel. Esta última fue la protagonista al
invalidar al postestructuralismo como alternativa real a ser una corriente
historiográfica. Spiegel sostiene entonces que las diferencias lingüísticas estructuran la
sociedad, las diferencias sociales forman el lenguaje, donde el papel del lenguaje es
mediar entre texto y realidad.
6. Programático artículo de Roger Chartier.
Cuestionó la primacía de estructuras y procesos en favor de individuos y culturas. Hace
un quiebre a los postulados postmodernos. Chartier coincide con Spiegel en que el
mundo histórico se manifiesta a partir de signos y expresiones simbólicas, es tarea del
historiador descifrar tales signos para acceder a una cultura determinada. Para ello
será beneficioso el diálogo interdisciplinar: con la semiótica, lingüística, antropología,
sociología que nunca la harán perder la identidad propia en sus métodos y objetivos
de disciplina histórica sino reforzarlos.

Epilogo: Tendencias en la evolución de la historiografía del siglo XX.


1. Presentismo: Tendencia a construir un discurso histórico en base al contexto en que
está inmerso el historiador. Se detecta un influjo de las corrientes historiográficas del
momento en la obra histórica: del contexto intelectual en el texto histórico. Aquello
obliga al historiógrafo a analizar los autores, las obras y las corrientes históricas sin
prescindir del contexto en que se articulan, respetando cuidadosamente la cronología
y estableciendo coordenadas espacio-temporales.

2. Utilidad Política: Se refiere a que en el proceso de profesionalización y de investigar


para una institución, el historiador puede depender económicamente de un
determinado proyecto político o ideológico en que la rigurosidad de la independencia
de la obra histórica era cuestionada. No obstante con los acontecimientos de finales
del siglo XX y la decadencia de las ideologías se ha acelerado el proceso de
independencia de la obra histórica.
3. Peso de las tradiciones nacionales: La historiografía ha estado condicionada y
determinada por realidades nacionales y estatales a partir de su vernacularización del
siglo XIII, dando desarrollo a una historia romántica de connotaciones nacionalistas.
4. Nacionalismo Historiográfico: El nacionalismo ha sido, paradójicamente, uno de los
motores de la historiografía, aunque obviamente repercutiendo en el grado de la
objetividad de las obras históricas. Ejemplos varios como el historicismo alemán, la
escuela de los Annales francesa, la tendencia a la inducción inglesa con el
materialismo histórico, la italiana con Croce y la microhistoria, norteamericana en el
diálogo interdisciplinar, o la española con el historicismo de un Ortega y Gasset o una
vía intermedia entre los Annales y materialismo histórico de Vicens Vives.
5. Generación Historiográfica: Cada historiador recibe el influjo y a su vez influye en los
componentes de su misma generación. Posee un afán por superar un estado de la
historiografía recibido de la generación anterior.
6. Predominio de la narración en el discurso histórico: La historia ha sido concebida
desde tiempos clásicos como la construcción del relato del pasado. Después ese relato
adquirió formas muy diversas. Desde la retórica clásica al lenguaje serial de los
movimientos de la posguerra. La preocupación del historiador por construir un relato
coherente ha sido una condición sine qua non a lo largo de todo el desarrollo de la
historiografía occidental. Con la vuelta de la narratividad, aparecieron nuevos
problemas epistemológicos concentrados en la objetividad histórica. El peso de la
forma es cada vez mayor al punto que se ha acuñado el concepto de contenido de la
forma que sintetiza el momento actual de la historiografía y sus principales referentes
epistemológicos.

¿Cuál es el remedio contra estas simplificaciones históricas?

El mejor antídoto es un estudio en profundidad del desarrollo de la historiografía a lo


largo de la historia. El análisis del objeto histórico debe ser poliédrico, dado que la
historia siempre se ha resistido a ser analizada desde un punto de vista único -bien sea
político, económico o social. La disciplina histórica se ha tenido que conformar con la
prioridad de un concepto tan amplio y complejo como es la cultura.
El historiador está obligado a reivindicar su condición de humanista, a ser algo más
que un científico. La historia es más un arte que una ciencia, aunque no renuncia a la
rigurosidad de sus métodos. Se ha recuperado la prioridad del acontecimiento,
también en el análisis de la situación actual- desde el lanzamiento de las bombas
atómicas al 11 de septiembre de 2001.
Los nuevos campos que se desarrollan en la historia a partir de los años setenta y
ochenta- la nueva historia narrativa, la nueva historia política, la nueva historia social -
no son más que una confirmación de que la historiografía precisa renovarse
continuamente ya que tratan de reinventar, reactivar y reactualizar con metodologías
puestas al día, unas corrientes que habían sido objeto de renovación durante el
intenso siglo XX.

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