Nuria Fernandez, Cid - 2016
Nuria Fernandez, Cid - 2016
Nuria Fernandez, Cid - 2016
Madrid
Abril 2016
¿ES EFECTIV LA TERAPIA DE ESTIMULACIÓN MULTISENSORIAL SNOEZELEN
EN PERSONAS CON DISCAPACIDAD INTELECTUAL PROFUNDA?
Nuria
Fernández-Cid
Fernández-Cid
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Resumen
Abstract
The main objective of our research is to evaluate the effect of Snoezelen therapy in people with
intellectual disabilities, both immediately and after a 6-month treatment. To that end we have applied
a quasi-experimental pretest-posttest study, in which 14 adults with intellectual disabilities have been
involved (7 as experimental group and 7 as control group) belonging to San Juan de Dios Hospital
(Ciempozuelos, Spain). The experimental group has been subjected to Snoezelen treatment once a
week during a 6-month period, whilst the control group has only received care level attention in their
regular room. In order to evaluate the immediate effects of the treatment, we have used a Sensory
Stimulation Session Record, which has measured the physiological and behavioral profile of the
subjects. Concerning the effects of the treatment over time, it has been used a Sensory Individual
Rating Sheet, which has measured the sensory profile. The results obtained, show that the immediate
effect of Snoezelen treatment has been significant both in the pretest and the posttest. Therefore, it can
be seen that Snoezelen treatment appears to produce favorable immediate effects on physiological and
behavioral arousal of people with intellectual disabilities. However, the presence of the intervention
effects maintained over the time, has not been verified due to methodological weaknesses. So we
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encourage future researchers to continue studying this started line, overcoming our limitations.
Introducción
Estos cambios, además de querer superar la estigmatización de los primeros términos, buscan
modificar la clasificación de la discapacidad intelectual según su gravedad. Se deja de clasificar
exclusivamente en base al funcionamiento intelectual, es decir, del nivel de CI: leve (CI=50-69/70);
moderada (CI=35-49); severa (CI=20-34) y profunda (CI=<20). Y se empieza a clasificar, en base al
funcionamiento adaptativo de la persona (abordando el área social, conceptual y práctica de cada uno)
(DSM-V APA, 2013). Con este cambio se relativiza el uso de las mediciones del CI, las cuales son
poco válidas en personas con valores más bajos de CI. Además, incluyendo el funcionamiento
adaptativo, se consigue determinar el nivel de apoyo requerido por cada persona para realizar las
actividades de la vida diaria (comunicación, participación social...), fundamentales y necesarias en la
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vida de todo ser humano. Por otro lado, se suprime también, el criterio de que todas estas limitaciones
deban darse antes de los 18 años, al ser considerado como una limitación innecesaria. Y se sustituye
por un criterio más amplio y adecuado, según el cual éstas limitaciones significativas surgen durante
el periodo de desarrollo de la persona (Navas, Verdugo y Gómez 2008).
Surge entonces, una mirada más amplia, la cual permite valorar e identificar las características
y posibilidades de cada individuo. Mejorando así su calidad de vida. Al dejar de entender a las
personas según su CI, se observa que también tienen carencias en otras áreas. Por un lado, y como se
ha mencionado anteriormente, presentan limitaciones en sus habilidades intelectuales, es decir, en la
capacidad mental para razonar, planificar, solucionar problemas, tener pensamiento abstracto,
comprender ideas complejas, tomar decisiones, aprender con rapidez y aprender de la experiencia.
Pero también en su conducta adaptativa, es decir, en las habilidades conceptuales, sociales y prácticas
que se van aprendiendo y practicando a lo largo de la vida. Además presentan déficits en la salud,
definida como “estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de
afecciones o enfermedades” (OMS, 2015). El área de la participación también se ve afectada, ya que
presentan limitaciones en el desempeño de actividades en ámbitos de la vida social y por tanto en su
funcionamiento en sociedad. El contexto, es decir, las condiciones interrelacionadas en las que viven
éstas personas, representan otro área afectada. Esto se debe a que presentan limitaciones en sus
factores personales (motivación, estilos de afrontamiento, estilos de aprendizaje, estilos de vida) y
ambientales (físico, social, actitudinal), los cuales representan el ambiente completo de la vida de una
persona. Aparece así, un nuevo enfoque de clasificación, con una perspectiva multidimensional
centrada en cinco dimensiones (habilidades intelectuales, conducta adaptativa, salud, participación y
contexto) (Verdugo y Schalock, 2010).
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Para trabajar en estas áreas afectadas, la rehabilitación física y educativa se vuelve
fundamental. Dicha importancia se debe a que a través de la rehabilitación, se desarrollan las
habilidades necesarias para lograr la inclusión de estas personas en la comunidad (Gibson et al. 2011),
la cual, junto con otros factores positivos económicos y una buena nutrición y educación, ha influido
y mejorado la esperanza y calidad de vida de estas personas. El resultado general, por tanto, es una
necesidad urgente de diversificar la rehabilitación, la cual está orientada a diversas áreas (Brown,
2010).
Las áreas de ocio y tiempo libre, son también aspectos de mucha importancia para una buena
calidad de vida, pues se consideran eficaces y estimulantes en términos de desarrollo general,
llegando incluso a ser de carácter inclusivo. También están relacionadas con el desarrollo de una
buena salud, pues ayudan a mejorar las capacidades cognitivas, memoria y velocidad de reacción en
general. Entre estas actividades destacan programas de baloncesto, atléticos, jardinería y natación en
piscinas adaptadas entre otros. Además influyen positivamente en la motivación, autoestima,
cooperación y habilidades de desplazamiento, es decir, aparte de ser divertidas, influyen en cuestiones
del desarrollo (Van der Schuit, 2011).
Una de las área que actualmente está empezando a cobrar especial importancia, es el área de
la estimulación sensoriomotriz, pues favorece las condiciones de vida de las personas con
discapacidad intelectual, trabajando las sensaciones, la percepción y lo sensorial (Castellanos, 2000).
Se considera un área importante ya que a través de los sentidos se desarrolla el comportamiento de las
personas y se filtra la información, signos y estímulos del entorno, que penetran en cada individuo.
Esto constituye el primer elemento sobre el que se basa el aprendizaje. Además trabaja sobre las
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funciones cognitivas básicas, como la memoria; y las funciones cognitivas superiores como la
resolución de problemas o el razonamiento (Heredero et al. 2013). Este área hace referencia a todos
los movimientos y sentidos de la persona, el oído, la visión, el tacto, el gusto y el olfato. La persona a
través de su interacción en el medio, conoce el color, las formas, las texturas, los sonidos, el sabor y el
olor de las cosas. Los movimientos reflejos, las reacciones de enderezamiento y las conductas
motrices también son parte de este área que debe ser estimulada a nivel integral para lograr un
funcionamiento corporal armónico y coordinado (Alviz, 2012).
Los objetivos de la sala actualmente, también han cambiado. Ahora además de querer crear
un lugar de ocio y disfrute, muy beneficioso para una de las áreas afectadas de estas personas, la de
participación; se propone dar vía libre a la experiencia sensorial y buscar el descanso y bienestar
emocional, ayudando a estas personas a mejorar sus déficits en el área de la salud. También se
proporciona una atención individualizada con el objetivo de “reencontrar” a la persona discapacitada
y poder así establecer con ella un conocimiento más personal, una relación positiva, y una mejor
comunicación, sea verbal o no. Todo esto favorece dos de sus áreas afectadas, el contexto y la
conducta adaptativa. En el plano cognitivo, los objetivos son mejorar la capacidad de exploración,
atención, percepción, respuesta de orientación personal, orientación espacial, memoria y estado
psicoafectivo, los cuales ayudan a mejorar el área de habilidades intelectuales. En el plano corporal se
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persigue aumentar el placer sensoriomotor, estimulación vestibular, relajación, movimiento, esquema
corporal... (Martin, Gaffan, y Williams, 1998).
Entre los medios con los que cuenta la sala para poder trabajar los diferentes objetivos,
destaca el contexto estimulatorio, el cual tiene que promover un ambiente de calidez, paz y bienestar,
para ayudar a la persona a mejorar las limitaciones que presenta en sus factores personales
(motivación, estilos de afrontamiento y aprendizaje, estilos de vida) y ambientales (físico, social y
actitudinal). La relación entre la educadora y el usuario debe ser individualizada. Ésta resulta
fundamental, pues provoca un sentimiento de confianza mutua, ayuda a participar en nuevas
situaciones con el usuario y permite conocer mejor sus reacciones en la vida diaria y en su entorno
familiar. Todo esto es muy importante ya que favorece dos de las áreas afectadas de estas personas, la
participación y la conducta adaptativa (Cid, 2012).
El concepto Snoezelen, encierra una metodología de trabajo que permite adaptar las técnicas
y aparatos, a las necesidades concretas según el perfil de cada usuario. El programa ha de ser
individualizado, realizando una valoración previa del usuario (perfil sensorial de cada persona,
preferencias, capacidad de emitir respuestas, autodeterminación del momento) para así proporcionar
los estímulos adecuados a sus necesidades. Debido a esto no todas llevan los mismos elementos, sino
que es el profesional que trabaja en ellas quien selecciona los materiales (Huertas, 2009).
Las principales áreas de estimulación, son las cinco áreas más afectadas en estas personas
(habilidades intelectuales, conducta adaptativa, salud, participación y contexto). Éstas son las más
elementales y las que capacitan a la persona para percibir el entorno y relacionarse con él
adecuadamente. En función de qué área se vea más afectada o de las necesidades que el profesional
detecte, el tratamiento se focalizará en estimular unas áreas más que otras y con diferentes elementos.
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Ante personas con dificultades para adquirir la sensibilidad auditiva, la orientación espacial y
el reconocimiento de sonidos naturales, se emplea la estimulación vibratoria. A través de este tipo de
estimulación, se les ofrece otras posibilidades de experiencia directa que aportan información del
entorno y se les enseña los diferentes fenómenos que se pueden percibir de manera corporal. Mediante
esta forma se trabajan las áreas de salud, participación y conducta adaptativa. Entre los elementos a
destacar están, colchoneta vibratoria o sillón vibratorio, columna de burbujas y material con vibración
(sillas y almohadas), que transmiten la vibración producida por la música (Cid, 2010).
Cuando nos encontramos con personas que presentan problemas con la alimentación,
utilizamos la estimulación del olfato y del gusto, la cual consigue introducir nuevos alimentos y
aromas y potenciar la relación con los estados de bienestar y desagrado. Esto favorece las áreas de la
salud y contexto. Entre los elementos necesarios para ellos, están los olores relacionados con rutinas
diarias, difusor y juegos de aromas, pelotas de olor, sustancias de distintos sabores, texturas,
temperaturas y consistencias para adaptarse a las características de deglución del individuo (Cid,
2010).
Para las personas que tienen dificultades para comunicarse y relacionarse, se emplea
estimulación acústica. Ésta enseña que los sonidos articulados, los tonos y los ruidos, contienen
información y son altamente significativos, pues ayudan a reconocer voces familiares y favorecen la
orientación espacial. Para este tipo de estimulación es necesario que haya tranquilidad en el espacio y
la voz de la persona que conduce la sesión y la música han de ser suaves y agradables. A través de
esto, se trabajan las áreas de conducta adaptativa, contexto, habilidades sociales y participación. Para
ello se utilizan elementos como panel de sonidos, columnas de aire, equipo de música y silla musical
(Cid, 2010).
Algunos tienen dificultad para el reconocimiento visual de personas y del entorno, así como
para orientarse en el espacio. Ante esto, se utiliza la estimulación visual que enseña a reconocer los
estímulos visuales como algo interesante, a activar el rendimiento del nervio óptico y a aprender a
dirigir los movimientos visuales de forma coordinada. Las áreas que se benefician de ello son
habilidades intelectuales, conducta adaptativa y salud, a través de elementos visuales como, bola de
espejos giratoria, columna de burbujas con conmutador, haz de fibras ópticas, pintura fluorescente, luz
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negra y linternas, paneles de pared con efectos de luz y proyector de luz (Cid, 2010).
Las diferentes investigaciones que se han desarrollado sobre este tipo de terapia, en población
con discapacidad intelectual gravemente afectada, han mostrado beneficios en tres niveles distintos:
Pese a estos beneficios, se observa la necesidad de metodología más controlada para poder
valorar los efectos de la intervención Snoezelen (Lotan y Gold, 2009). Esta necesidad se debe a que
hasta el momento, pocos estudios cuentan con variables fisiológicas (Hogg, 2001) o no incluyen un
grupo control (Maes et al. 2007). En la mayoría, no queda evidenciado el efecto a largo plazo de la
sala, lo cual impide comprobar si la duración del programa influye en los beneficios de éste o no
(Chan, 2005). Además, también se observa que hay poca investigación (William et al. 2001) y con
evidencia poco clara, pues existen investigaciones que han mostrado importantes debilidades en los
estudios (Fava y Strauss, 2010).
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difusión del concepto, ya que es un medio muy favorable para ayudar a estar personas con los
aprendizajes básicos y a tener relaciones más significativas. A través del análisis de la sala, se
pretende ofrecer una nueva manera de intervenir destinada a mejorar la calidad de vida de estas
personas, y se espera aportar mayor claridad sobre el funcionamiento de ésta (Cid, 2010). Así mismo,
se persigue contribuir para que los profesionales de la educación conozcan una forma concreta de
trabajar y, sobre todo, cómo ésta ayuda al desarrollo de las personas con discapacidad intelectual y
hace que evolucionen de una manera mejor y más rápida.
Los objetivos principales son, por un lado, evaluar la efectividad inmediata de la sala,
evaluando las respuestas del grupo experimental, al inicio y al final de la sesión. Es decir, comprobar
si existen cambios inmediatos en el perfil fisiológico y conductual de los usuarios, compuesto por un
conjunto de respuestas a nivel motor, conductual, emocional y fisiológico. Por otro lado, se quiere
evaluar la efectividad de la intervención de seis meses de duración en usuarios con discapacidad
intelectual profunda, comparándolo con un grupo control que no reciba dicha intervención. Es decir,
analizar si existen cambios entre el inicio del programa y el final del mismo (a los seis meses de
tratamiento). Para ello se evalúa el perfil sensorial de cada usuario, compuesto por un compendio de
respuestas a nivel auditivo, visual, olfativo, gustativo, táctil, vestibular y propioceptivo.
Método
Participantes
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Escalas de Inteligencia Weschler-WAIS. Y por otro lado, en la clasificación del DSM-V, la cual
clasifica en base al funcionamiento adaptativo de la persona, haciendo una valoración del área social,
conceptual y práctica de cada uno. Esta clasificación permitió determinar el nivel de apoyo requerido
por cada usuario para realizar las actividades de la vida diaria (comunicación, participación social...).
De los 20 residentes, todos presentaron necesidad de unos apoyos extensos y generalizados. Estos
criterios eran convergentes con los explicados en la introducción.
Por tanto, el perfil de los usuarios del centro, seleccionados para participar en el estudio,
cumplieron como criterio de inclusión el hecho de reunir las siguientes características:
Adultos con discapacidad intelectual severa o profunda
Totalmente dependientes para las actividades de la vida diaria
Conexión con el medio alterada por apatía ante los estímulos externos
Esquema corporal desestructurado e incapacidad para realizar movimientos voluntarios fuera
de su patrón patológico
Ausencia o déficit del lenguaje oral con bajo nivel de comprensión y dificultades de
articulación (disartria)
Escasa comunicación intencional y déficits en repertorios básicos de aprendizaje (contacto y
seguimiento ocular, imitación oral o gestual, y seguimiento de órdenes sencillas)
Posibles afectaciones motrices graves
Como criterios de exclusión no participaron aquellos que, aun cumpliendo las características
anteriores, mostrasen un rechazo persistente al tratamiento en la sala, padeciesen crisis epilépticas no
controladas o presentasen además discapacidad sensorial asociada.
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que participaron en el estudio lo hicieron con el consentimiento informado de sus padres o tutores.
Instrumentos de medida
Para medir tanto los efectos inmediatos de la sala, como los efectos a lo largo del tiempo, se
utilizaron dos instrumentos. Éstos, fueron creados por el psicólogo de la unidad y la investigadora (De
Pablo y Fernández-Cid, 2015), basándose en la ficha de “Control de actividades en el aula
multisensorial” (Lázaro, 2009).
- El perfil fisiológico, con dos ítems valorados entre 0 y 1, según las puntuaciones marcadas
por el Pulsioxímetro de dedo, donde 0 significó una respuesta por encima/por debajo de la respuesta
favorable, y 1 significó la respuesta esperada:
El primer ítem, pulsaciones, se interpretó siendo la frecuencia normal y favorable entre 50 y
100 latidos por minuto; agitado, alterado y mareado por encima de 100 lpm (taquicardia); y
cansado y débil por debajo de 50 lpm (bradicardia). Con un ritmo elevado de pulsaciones, se
esperó que el cuerpo tuviese altos niveles de oxígeno en sangre (Herrero, 2011).
El segundo ítem, nivel de oxígeno en sangre, se interpretó siendo el porcentaje adecuado entre
90 y 99%. Por debajo del 90% significó una disminución anormal de la presión de oxígeno en
sangre, provocando una disminución del rendimiento cerebral, traducido en pérdida de
memoria, percepción y consciencia (hipoxemia). Por encima de 100% indicó un aumento del
nivel de oxígeno en el cuerpo provocando dificultad para respirar, sequedad de la boca,
mareos o aturdimiento, debilidad, confusión, y visión borrosa (hiperventilación) (Herrero,
2011).
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agitado, sin ninguna muestra de quietud; el nivel 3 mantener la inmovilidad, un estado
cercano a la somnolencia.
En el cuarto ítem, control de movimientos estereotipados, el nivel 0 significó que no hubo
ninguna modificación en los movimientos estereotipados del sujeto ni ninguna reducción de
las estereotipias; el nivel 3 reducción de los movimientos estereotipados de una forma clara
en frecuencia, duración e intensidad hasta llegar a desaparecer duran la sesión.
En el quinto ítem, nivel atencional, el nivel 0 eran cambios bruscos de actividad, resistencia a
permanecer en un lugar o aparato concreto; el nivel 3 receptividad a diferentes estímulos,
mantenimiento de la mirada en el objeto y en el otro y estados de alerta activa.
En el sexto ítem, nivel de comunicación, el nivel 0 supuso ninguna interacción con el adulto
(ni mirarle ni rechazar su contacto); el nivel 3 búsqueda de la interacción, llamadas de
atención continuada a la comunicación con el adulto.
En el séptimo nivel, nivel de motivación, el nivel 0 significó no querer estar en el aula
multisensorial, no colaborar y no mostrar interés por ningún aparato; el nivel 3 gozar con la
actividad y estar a gusto consigo mismo.
El segundo instrumento, se utilizó para evaluar tanto a través del grupo experimental como
del grupo control, la efectividad de la intervención a lo largo de seis meses de duración. Para ello se
utilizó la “Ficha de Valoración Sensorial Individual” (adjuntada en el ANEXO 2) al inicio del
tratamiento, y a los seis meses de éste. Dicha Ficha constó de 26 ítems valorados del 0 a 5, donde 0
significaba que la persona no había respondido de ninguna forma, 1 que había respondido de una
manera, dos que había tenido tres reacciones distintas y así consecutivamente hasta llegar a cinco.
Éste instrumento midió el perfil sensorial, compuesto por 26 ítems agrupados en 7 escalas.
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La voz humana con intensidad fuerte, el examinador pronunció su nombre muy fuerte,
observó si respondía de alguna manera y lo anotó.
La voz humana con intensidad débil, se repitió el mismo procedimiento pero pronunciando su
nombre con un tono flojo.
Un objeto sonoro con intensidad fuerte, el examinador golpeó fuertemente el pandero,
observó si respondía de alguna manera y anotó el número de respuestas observadas.
Un objeto sonoro con intensidad débil, el examinador repitió el mismo procedimiento
golpeando suavemente el pandero.
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un lado a otro (siendo el arco de balanceo de 1,5 metros aprox), después observó las
respuestas y las anotó.
Aceleración lineal sagital, el examinador repitió el mismo proceso, balanceando al usuario de
delante hacia atrás.
Las diferentes variables que se midieron con estos instrumentos, quedan descritas en el
ANEXO 3. A su vez los materiales a través de los cuales se midieron estas variables, se muestran en el
ANEXO 4.
Procedimiento
El trabajo tuvo una duración de 10 meses. Se comenzó en Junio del 2015 y finalizó en Abril
del 2016. En primer lugar hubo un periodo de observación para posteriormente realizar la selección de
variables y materiales de la sala. Paralelo a esto se fue realizando una búsqueda bibliográfica. Una vez
seleccionadas las variables y los materiales de la sala, se hizo una evaluación pretest del perfil
fisiológico y conductual y del perfil sensorial de cada usuario. A los seis meses se hizo la evaluación
posttest repitiendo el mismo procedimiento.
Debido a que cada usuario tenía asignado un día concreto de la semana para acudir a la sala
de estimulación multisensorial Snoezelen, la evaluación de los efectos inmediatos de dicha sala se
realizó el día asignado para cada usuario. Al entrar en la sala Snoezelen, el investigador ayudado por
el educador, midió los niveles pre-tratamiento del perfil fisiológico y conductual de cada usuario. Por
un lado midió el perfil fisiológico descrito anteriormente (pulsaciones y nivel de oxígeno en sangre).
Para medirlo, se colocó a sí mismo un Pulsioxímetro en el dedo índice con el fin de aumentar la
confianza del usuario frente a dicho dispositivo y poder así colocárselo al usuario posteriormente. Por
otro lado midió el perfil conductual, también descrito anteriormente (bienestar emocional, conductas
adaptadas, grado de relajación, movimientos estereotipados, nivel atencional, de comunicación y de
motivación) y registró las respuestas anotándolas en la ficha. Todos los participantes disfrutaron de en
un ambiente tranquilo, con poca luz y con música clásica de fondo durante todo el tratamiento. En
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cuanto a los elementos de la sala, se seleccionaron aquellos que destacasen por su atractivo estimular
y su carácter interactivo (fibra óptica, tormenta de colores, columna de burbujas, colchón de agua,
proyector, panel táctil y sillón vibratorio). Éstos se escogieron según las necesidades particulares de
cada usuario, ofreciendo la cantidad de estimulación suficiente y agradable para obtener una respuesta
positiva. Aquellos elementos que pudieron resultar potencialmente peligrosos (enchufes, radiadores)
fueron protegidos y las estanterías para el almacenaje del material se situaron fuera del alcance de los
usuarios. La sala estuvo aislada de la luz natural y exenta de ruidos externos en todo momento.
Algunas de las paredes de la sala se encontraron acolchadas para favorecer la sensación de calidez y
confort y la temperatura osciló entre 24 y 27º.
Cada sesión tuvo una duración media de 50 minutos, aunque también se tuvo en cuenta la
decisión del usuario, ya que es uno de los principios Snoezelen. Debido a esto las sesiones se
prolongaron o acortaron dependiendo del estado del usuario. En todo caso, los tiempos de cada una de
las sesiones se encontraron repartidos en 4 partes:
Ritual de entrada. Donde se hacía una presentación de la sala para que los usuarios pudiesen
reconocerla.
Actividades de estimulación programadas. El ambiente era estimulante o relajante
dependiendo de la persona y la actividad se repetía cuantas veces fuese necesario, siempre
que la persona lo desease.
Tiempos de descanso y relajación. Necesarios para que la persona integrase e interiorizase la
estimulación trabajada y se sintiese receptivo para la siguiente actividad.
Ritual de salida. Se vestía al usuario y se le volvía a colocar en su silla (aquellos que la
tuviesen). Siempre se utilizaban las mismas fórmulas de despedida, diferentes de las del
saludo, para que el usuario supiese que la actividad había finalizado.
Por otro lado, se evaluó el perfil sensorial de ambos grupos (experimental y control). Para
ello el investigador administró la Ficha de “Valoración Sensorial” de manera individual y en el mismo
espacio con todos los participantes de ambos grupos (grupo control y experimental). Para evitar
diferencias, la evaluación se realizó con todos los sujetos a lo largo de la mañana y de la misma
manera. El investigador acudió al aula del módulo A, donde están los chicos con la educadora de
dicha sala, y les fue sacando de uno en uno, para llevarles al despacho del psicólogo de la unidad. Ahí,
evaluó el perfil sensorial de cada chico, compuesto por los 7 perfiles descritos anteriormente: Visual,
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reacción ante una persona (en situación de luz y de oscuridad) y ante un objeto luminoso (en situación
de luz y de oscuridad); Auditivo, reacción ante la voz humana (con intensidad fuerte y débil) y ante un
objeto sonoro (con intensidad fuerte y débil); Táctil, reacción ante un objeto de textura (suave y
áspera) y ante un objeto con temperatura (fría y caliente); Olfativo, reacción ante un olor (frutal, de
especias, floral y fuerte no irritable); Gustativo, reacción ante un sabor (salado, dulce, amargo y
ácido); Vestibular, reacción ante aceleración lineal (frontal y sagital); Propioceptivo, reacción ante
presión en (tobillo, muñeca, hombro y cabeza en plano fronto-occipital). Al finalizar la evaluación, les
acompañó a su correspondiente aula. Este proceso se repitió pasados seis meses, con el fin de
observar si la sala tenía efectos a lo largo del tiempo o no.
Análisis de datos
Se contó con dos factores: el tiempo (el cambio a lo largo del tiempo) y el grupo (cambio
entre grupos), y con dos niveles: pre-post y experimental-control. Además se contó con dos variables
dependientes sobre las que se valoró la significancia de las diferencias: el perfil fisiológico y
conductual; y el perfil sensorial.
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Y por otro lado, un Análisis de Varianza de medidas parcialmente repetidas, con el factor intersujetos
Grupo y el factor intrasujetos Momento (pretest-posttest), para evaluar la equivalencia final de ambos
grupos en el posttest.
Resultados
Tabla 1. Estadísticos descriptivos del efecto de sala en el perfil fisiológico y conductual en el pretest y
posttest y pruebas de normalidad.
Pretest Shapiro-Wilk Posttest Shapiro-Wilk
M (Dt) IC95% z (p) M (Dt) IC95% z (p)
Antes sala 9,3 (3,7) 5,9-12,7 0,827 (0,075) 12,3 (1,5) 10,9-13,7 0,935 (0,591)
Después sala 11,4 (4,4) 7,4-15,5 0,736 (0,009) 16,4 (1,9) 14,7-18,2 0,920 (0,467)
M: media; Dt: desviación típica; Shapiro-Wilk: prueba de normalidad; z: estadístico de contraste; p: nivel crítico
de significación; IC95%: intervalo de confianza para la media al 95%.
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Figura 1. Gráfico de caja del perfil fisiológico y conductual en el pretest
antes y después de sala.
Por otro lado, la prueba T de Student para muestras pareadas aplicada con los datos en la
última sesión de la intervención, es decir en el posttest, también ha arrojado un resultado significativo
(t6 = 6,966; p < ,001) con un elevado tamaño del efecto (d = 2,63) (ver figura 2). Es decir, en la última
sesión de la intervención, se analizó qué efecto provocaba la asistencia a la sala, y se encontró que el
perfil fisiológico y conductual era menor antes que después de la última sesión de la intervención.
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antes y después de sala.
Para estudiar si ha habido diferencias entre los efectos de la primera sesión de la intervención
y los de la última, es decir, si hay diferencias entre el pretest y el posttest, se ha llevado a cabo una
prueba T de Student para dos muestras pareadas. En la Tabla 2, pueden observarse los datos por los
cuales se asume el supuesto de normalidad. El resultado de la prueba T (t 6 = 2,898; p = ,027) muestra
que el efecto de la sala es mayor en el posttest que en el pretest, siendo el tamaño del efecto alto (d =
1,10) (ver figura 3).
Para evaluar los efectos de la intervención a lo largo del tiempo se ha utilizado la medida
perfil sensorial, compuesta por la reacción visual, auditiva, táctil, olfativa, gustativa, vestibular y
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propiocceptiva de cada chico. En la Tabla 3 se encuentran los estadísticos descriptivos de dicho perfil
sensorial, correspondientes a los grupos experimental y control en el pretest y el posttest. La
aplicación de la prueba de Shapiro-Wilk ha permitido determinar que las medidas de perfil sensorial
en el pretest y posttest se ajustan a la distribución normal en ambos grupos.
Tabla 3. Estadísticos descriptivos y pruebas de normalidad de perfil sensorial en pretest y posttest en los grupos
experimental y control.
M: media; Dt: desviación típica; Shapiro-Wilk: prueba de normalidad; z: estadístico de contraste; p: nivel crítico
de significación; IC95%: intervalo de confianza para la media al 95%.
En cuanto a los efectos globales del grupo, no se ha podido determinar que existan diferencias
en la medida del perfil sensorial entre los participantes de ambos grupos independientemente del
momento de medida (F1;12 = 0,835; p = ,379; Eta2 = 0,065).
En la figura 4 se observa que el grupo control permanece estable en las dos mediciones de
perfil sensorial, mientras que existe un incremento en el grupo experimental, aunque las diferencias en
el posttest no llegan a alcanzar la suficiente magnitud como para ser significativas.
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Figura 4. Gráfico de líneas del perfil sensorial en los grupos experimental y control en
el pretest y posttest. Las barras verticales indican el doble de la desviación típica.
Discusión
Los propósitos de este estudio eran, por una parte, evaluar el efecto inmediato que produce la
estancia en la sala Snoezelen sobre el perfil fisiológico y conductual del grupo que recibió el
tratamiento y, por otra, analizar el efecto de un programa de estimulación multisensorial en un espacio
Snoezelen sobre el perfil sensorial tanto del grupo que recibió el tratamiento como del que no.
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mejora en el nivel de arousal general, a la vez que estimula la propiocepción, mejora la mecánica
respiratoria, influye positivamente en el tono muscular, aumenta el equilibrio (especialmente
importante en personas mayores) y mejora el ajuste corporal. Todo ello incide de manera beneficiosa
en el bienestar de los pacientes, ya que aumenta su nivel de relajación (Kenyon, 1998). Además, la
mejora del nivel de activación es una de las condiciones previas más importantes para el aprendizaje y
el desarrollo, especialmente en personas con discapacidad intelectual profunda, que experimentan un
amplio rango de dificultades en el contacto con su entorno. Se sabe que la estimulación visual, en
adecuada combinación con la estimulación auditiva, suscita los más elevados niveles de alerta, y que
dicho efecto se mantiene incluso después de la estimulación, lo que supondría un paso previo para el
aprendizaje de determinados comportamientos (Munde et al. 2012).
Sin embargo, aquí también existe cierta controversia acerca de la eficacia de la terapia
Snoezelen. En el ensayo clínico controlado aleatorizado llevado a cabo por Klages, Zecevic, Orange y
Hobson (2011), para analizar el efecto sobre el equilibrio, se encontró que los pacientes sometidos a
este tipo de estimulación sensorial, no disminuyeron significativamente el número de caídas en
relación con el grupo control que no había recibido este tratamiento.
En todo caso, la eficacia inmediata de la sala sería un indicador de una posible tendencia en
los efectos de la terapia Snoezelen, aunque lo verdaderamente importante para las personas con
discapacidad intelectual es el efecto a medio o largo plazo, ya que de esta forma se verá
significativamente mejorada su calidad de vida.
Por otra parte, en cuanto a la eficacia del tratamiento a lo largo del tiempo (seis meses) sobre
el perfil sensorial, los resultados obtenidos no permiten confirmar la presencia de un efecto de la
terapia Snoezelen en comparación con el grupo control que recibió su tratamiento convencional.
Aunque la puntuación promedio en perfil sensorial de los participantes que conformaban el grupo
experimental, aumentó desde la medida pretest hasta la medida posttest (transcurridos seis meses),
dicho incremento no ha sido suficiente para verificar la presencia de efectos de la intervención. Esto
puede deberse fundamentalmente a la escasa potencia de la prueba estadística por el pequeño tamaño
de la muestra. Posiblemente, en una muestra mayor se hubiera podido detectar la presencia de un
efecto de la terapia Snoezelen, ya que la variación entre el pretest y el posttest en el grupo control ha
sido marginalmente significativa, lo que deja abierta la posibilidad de confirmar la bondad de la
terapia Snoezelen en posteriores estudios con mayor número de participantes.
24
esencia, el método Snoezelen no tenía efectos más allá de los que podrían explicarse por la interacción
social entre los participantes y el personal investigador.
En contraste, otros estudios sí han hallado efectos positivos de este enfoque multisensorial en
personas con discapacidad intelectual. En un meta-análisis de estudios experimentales de caso único,
en los que se evaluaba la eficacia de la terapia Snoezelen en personas con discapacidad intelectual, se
observó que este enfoque tiene un efecto beneficioso sobre el desarrollo de conductas adaptativas,
cuyas mejoras se extienden sobre la vida cotidiana (Lotan y Gold, 2009). Sin embargo, los autores del
meta-análisis concluyen que la supuesta eficacia de la terapia Snoezelen, debe ser aceptada con
reservas, debido a la falta de rigor experimental de muchos de los estudios examinados.
Las deficiencias metodológicas de los estudios, parecen ser una seria limitación a la hora de
generalizar los resultados al resto de la población de personas con discapacidad intelectual, así como
para determinar la persistencia de los posibles efectos beneficiosos a lo largo del tiempo. Hogg,
Cavet, Lambe y Smeddle (2001) encontraron que una gran parte de la literatura examinada, muestra
un amplio rango de resultados positivos de la terapia Snoezelen en personas con discapacidad
intelectual, aunque también señalan la existencia de estudios que han hallado efectos negativos de este
tipo de tratamiento multisensorial, lo que confirma la controversia presente en torno a este enfoque.
Los hallazgos de los estudios mencionados no permiten, por lo tanto, corroborar la presencia
de un efecto significativo de la terapia Snoezelen en comparación con otros tratamientos. Los
resultados de nuestro estudio se encuentran en esta línea, en cuanto que no ha sido posible verificar la
eficacia de la terapia Snoezelen respecto al grupo control. Debido a esto, se considera necesario seguir
investigando en este campo con un adecuado rigor metodológico. Por un lado con el fin de superar las
debilidades experimentales que se encuentran en varios de los estudios revisados, y por otro para
proporcionar una referencia básica al personal de rehabilitación y atención, así como a los
profesionales de la investigación en general.
Una de las posibles causas por las que no se ha podido detectar la eficacia de la terapia
Snoezelen, podría radicar en la frecuencia de la intervención. En este estudio se ha realizado un
tratamiento de seis meses de duración, aunque la intensidad de las sesiones se limitaba a una semanal.
Sin embargo, autores como Fava y Strauss (2010) afirman que para que la terapia Snoezelen sea
efectiva, es necesario que su aplicación se produzca de forma intensa y frecuente, con, como mínimo,
25
tres sesiones a la semana.
Existen otros estudios que también han hallado efectos positivos de este enfoque
multisensorial. Según algunos autores, la eficacia de la terapia Snoezelen, también se extiende a la
reducción de las conductas estereotipadas, presentes en el 40% de las personas con discapacidad
intelectual (Cuvo, May y Post, 2001), y que incluye comportamientos tales como simples
movimientos repetitivos como tocarse la cabeza, agitar las manos, mover las piernas, o bien repetir
determinados sonidos vocálicos. El estudio llevado a cabo por Pinto Lopes, Martins Araújo, Vieira
Ferreira y Moreira Ribeiro (2015), sobre un solo sujeto con discapacidad intelectual profunda, mostró
una reducción de las conductas estereotipadas durante la intervención e inmediatamente después.
También se observó un aumento de las interacciones de comunicación entre el paciente y el terapeuta.
Los estudios sugieren que el efecto beneficioso observado sobre las conductas estereotipadas,
se produce a través del incremento de los niveles de estimulación sensorial específica proporcionada
mediante los entornos multi-sensoriales. Hill, Trusler, Furniss y Lancioni (2012) analizaron lo que
ocurría con jóvenes con graves problemas de aprendizaje que manifestaban comportamientos
estereotipados. Éstos observaron si la frecuencia de los comportamientos sucedía con la misma
frecuencia en su sala de actividad habitual o en la sala multi-sensorial. En ambos ambientes se llevan
a cabo observaciones de la frecuencia con la que los participantes estaban interactuando con sus
cuidadores. Lo que estos autores encontraron fue que los niveles de comportamiento estereotipado de
los jóvenes, fueron menores en el entorno multi-sensorial, tanto si los niveles de atención por parte de
los cuidadores eran altos como si eran bajos. Sin embargo, también encontraron que los niveles de
compromiso de los participantes con la actividad, fueron mayores cuando los niveles de atención del
cuidador eran altos, con independencia del medio ambiente.
Por tanto, se observa que la capacidad de las personas con discapacidad intelectual para
involucrarse en actividades enriquecedoras sensorialmente, está muy relacionada con el grado de
atención que reciban por parte de personas a las que se sienten emocionalmente vinculadas. Debido a
esto, además de la estimulación sensorial, sería también necesario llevar a cabo actuaciones que
estimulen la respuesta emocional.
Los resultados de este estudio, aunque suponen una mejora respecto de la investigación
precedente en lo relativo a la calidad del diseño experimental, tanto por el número de sujetos como
por la presencia de un grupo control, deben ser tomados con cautela, debido a la presencia de ciertas
limitaciones. En primer lugar, el número de participantes en ambos grupos es pequeño, lo que supone
una pérdida de la capacidad de las pruebas estadísticas para detectar la presencia de efectos del
tratamiento cuando realmente existen (potencia estadística), lo que podría haber sucedido en este caso.
En segundo lugar, debido a las hospitalizaciones y enfermedades presentadas por algunos de los
sujetos, la asignación de éstos a los grupos no fue aleatoria, lo que podría suponer la presencia de
26
sesgos de asignación por variables extrañas que no han sido aleatorizadas entre los grupos. Sería
necesario, en estudios posteriores, la aplicación de un ensayo clínico aleatorizado con el fin de
eliminar este tipo de efectos indeseables.
Por último, a la luz de los resultados encontrados y de los estudios revisados, sería interesante
tener en cuenta para futuras lineas de investigación, la extensión de los esfuerzos de investigación
para reunir pruebas adicionales y más claras, en cuanto a en qué momento y para quién tiene el
tratamiento Snoezelen un efecto beneficioso.
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30
ANEXOS
31
ANEXO 1
RESPUESTAS FISIOLÓGICAS
AL
AL ACABAR
COMENZAR
PULSACIONES
NIVEL OXIGENO
32
ANEXO 2
VALORACIÓN VISUAL
VISUAL
POSTURA DE LA PERSONA
Capacidades/situación Movimientos Evitación/ Vocalizaciones Movimiento
experimental oculares retirada Placer Displacer voluntario
VISUALREACCIÓN
OBJ. PERSONA
Oscuridad
Luz
Oscuridad
LuMINOS
Luz
O
VALORACIÓN AUDITIVA
AUDITIVA
POSTURA DE LA PERSONA
Capacidades/situación Movimientos Evitación/ Vocalizaciones Movimiento
experimental oculares retirada Placer Displacer voluntario
AUDITIVA REACCIÓN
Intensidad
PANDEROVOZ HUMANA
Débil
Intensidad
Fuerte
Intensidad
Débil
Intensidad
Fuerte
VALORACIÓN TÁCTIL
TÁCTIL
POSTURA DE LA PERSONA
Capacidades/situación Movimientos Evitación/ Vocalizaciones Movimiento
experimental oculares retirada Placer Displacer voluntario
TÁCTILRESPUESTA
Placer (pluma)
Aversión
(lija)
Temperatura Fría
Temperatura Caliente
33
VALORACIÓN OLFATIVA
OLFATIVA
POSTURA DE LA PERSONA
Capacidades/situación Movimientos Evitación/ Vocalizaciones Movimiento
experimental oculares retirada Placer Displacer voluntario
OLFATIVARESPUESTA
FLORAL
(Rosa/Lavanda)
ESPECIAS
(Orégano/Tomillo/Menta)
FRUTAL
(Naranja/Coco/Limón)
OLOR FUERTE NO
IRRITANTE
(Vinagre)
VALORACIÓN GUSTATIVA
GUSTATIVA
POSTURA DE LA PERSONA
Capacidades/situación Movimientos Evitación/ Vocalizaciones Movimiento
experimental oculares retirada Placer Displacer voluntario
GUSTATIVARESPUESTA
SALADO
(Agua con sal)
DULCE
(Agua con azúcar)
AMARGO
(Agua con café)
ÁCIDO
(Agua con limón)
VALORACIÓN PROPIOCEPTIVA
PROPIOCEPTIVA
POSTURA DE LA PERSONA
Capacidades/situación Movimientos Evitación/ Vocalizaciones Movimiento
experimental oculares retirada Placer Displacer voluntario
RESPT. PROPIOCEP.
Tobillo
Muñeca
Hombro
Cabeza
VALORACIÓN VESTIBULAR
VESTIBULAR
POSTURA DE LA PERSONA
Capacidades/situación experimental Movimientos Evitación/ Vocalizaciones Movimiento
oculares retirada Placer Displacer voluntario
aceleración aceleración
LINEAL LINEAL
34
ANEXO 3
- El perfil fisiológico y conductual de los sujetos ante la sala, con las siguientes
subvariables:
Variables medidas:
35
familiares y se ve favorecida la orientación espacial (Gómez, 2009).
Capacidad táctil: permite percibir estímulos mecánicos que incluyen contacto, presión y
golpeo, así como apreciar la forma, aspereza y temperatura de los cuerpos (Gómez,
2009).
Capacidad olfativa: permite identificar personas, animales, restos orgánicos... decidir si
algo es bueno o malo y saber si lo queremos cerca o lejos. Por lo que potencia la
relación con los estados de bienestar y desagrado y puede modificar directamente
nuestro comportamiento (Gómez, 2009).
Capacidad gustativa: permite captar información sobre la naturaleza química de los
alimentos y poder seleccionarlos según los propios deseos y necesidades nutritivas
(Gómez, 2009).
Capacidad vestibular: permite percibir movimientos en distintas direcciones, el sentido
de aceleración y asociar las sensaciones visuales, táctiles y propioceptivas (Gómez,
2009).
Capacidad propioceptiva: por la cual se conoce el cuerpo y sus diferentes partes
(Gómez, 2009).
36
ANEXO 4
Materiales a través de los cuales se midieron estas variables:
37
interactivo, el usuario debe pulsar el botón con el color correspondiente y
automáticamente se difundirá el aroma que corresponde a ese color. Se empleó para
medir el nivel atencional, comunicativo y motivacional y el grado de bienestar
emocional y relajación. También se utilizó para estimular la capacidad olfativa
(Heredero, 2013).
Colchón de agua: Posee un termostato que mantiene la temperatura de agua a 28º.
Permite disminuir el tono muscular a partir de movimientos ondulantes provocados por
el monitor y con la ayuda del calor suave que desprende el agua del colchón. Estos
movimientos favorecen también la mejora del equilibrio y del ajuste postural. Además,
al tratarse de una superficie blanda que ofrece poca resistencia, resulta más fácil
controlar las reacciones de apoyo no deseadas. Permite también el control de posturas
que habitualmente no pueden mantener debido a sus deformidades. Con él se midió el
grado de relajación y bienestar emocional, las conductas adaptadas, el control de
movimientos estereotipados y el nivel de comunicación. Además se empleó para
estimular la capacidad vestibular y propioceptiva (Heredero, 2013).
Sillón vibratorio: sillón acolchado que permite sentir en todo el cuerpo sensación de
vibración. Fue empleado para medir el grado de relajación y bienestar emocional y para
proporcionar estimulación táctil (vibración) (Heredero, 2013).
Luz ultravioleta: hace resaltar todos los elementos de color blanco cuando se elimina el
resto de la iluminación. A través de ella, se midió el nivel atencional, motivacional y
comunicativo y se estimuló la capacidad visual (Heredero, 2013).
Música ambiental: existe un equipo que emite música por toda la sala. Proporciona
estimulación auditiva con sonidos relajantes y sin componentes vocales, para favorecer
la relajación. Se utilizó para medir el grado de bienestar emocional y relajación, las
conductas adaptadas y el control de movimientos estereotipados. También se empleó
para estimular la capacidad auditiva (Heredero, 2013).
Pulsioxímetro: aparato que mide, de manera no invasiva, la saturación de oxígeno en
los tejidos. Tiene un transductor con dos piezas, un emisor de luz y un fotodetector,
generalmente en forma de pinza y se suele colocar en el dedo índice (Herrero, 2011).
Con él se midieron las pulsaciones y la saturación de oxígeno en sangre.
Objeto luminoso (conejo de plástico con luz), para medir la capacidad visual.
Objeto sonoro (pandero), para medir la capacidad auditiva.
Pluma, lija, bolsa especial (que se calienta en el microondas), bolsa de gel frío (recién
sacada del congelador), para medir la capacidad táctil.
Bote de agua con café (sabor amargo), bote de agua con sal (sabor salado), con limón
(sabor ácido) y con azúcar (sabor dulce), para medir la capacidad gustativa. Las
medidas exactas fueron, una cucharadita tamaño café, por 250 cc de agua. Se mantuvo
38
en el frigorífico y hubo que cambiar el contenido para la evaluación post. para evitar
contaminación.
Perfume de lavanda (olor floral), bote de orégano (olor a especias), perfume de naranja
(olor frutal) y bote con vinagre (olor fuerte no irritable), para medir la capacidad
olfativa.
39