Delito Contable
Delito Contable
Delito Contable
Existe un bien jurídico protegido de carácter mediato que sería la Hacienda Pública
entendida como actividad financiera del Estado, Comunidades Autónomas y Entes
locales desarrollada en el marco del orden público económico.
Regulación
Se regula en el art. 310 CP, dentro del título XIV "De los delitos contra la Hacienda
Pública y contra la Seguridad Social" del Libro II.
Naturaleza jurídica
Conducta típica
Quedan fuera del tipo los registros de carácter exclusivamente fiscal que deben llevar
los profesionales o artistas no sujetos al régimen de contabilidad mercantil.
• Que se hayan omitido las declaraciones tributarias o que las presentadas fueran reflejo
de su falsa contabilidad. El sujeto que a pesar de haber cometido infracciones en la
contabilidad presente una declaración veraz quedará exento de responsabilidad. En ese
supuesto, esas irregularidades contables serán sancionadas, en su caso, como
infracciones tributarias de carácter administrativo.
• Que la cuantía, en más o menos, de los cargos o abonos omitidos o falseados exceda,
sin compensación aritmética entre dichos cargos o abonos omitidos o falseados, de
240.000 euros por cada ejercicio económico. Esto quiere decir que para fijar el límite de
los 240.000 euros habrá que sumar las rectificaciones que se hayan hecho en la
contabilidad o registro con independencia del carácter positivo o negativo.
La conducta típica de este delito supone dificultar la labor de inspección de la
Administración para comprobar las obligaciones tributarias del obligado; se trata con
esta figura penal de proteger el patrimonio de la Hacienda estatal, autonómica o local,
en su modalidad de ingresos públicos, pero, al tiempo, supone falsear la competencia
entre empresas ya que eludir las obligaciones tributarias por esta vía es una forma de
competir deslealmente, pues quien tiene menos costes puede fijar mejores precios y
obtener más ganancias, afectando de este modo al orden socioeconómico.
Es elemento común y presupuesto necesario a todas las modalidades delictivas que
prevé este artículo que el sujeto activo esté obligado por ley tributaria a la llevanza de:
• Contabilidad mercantil, o
• Libros fiscales, o
• Registros fiscales.
Por tanto será preciso en cada tributo determinar en qué caso es obligatoria la
contabilidad o registros fiscales para saber si se ha cometido o no el delito.
Sujeto activo
Es un delito especial en cuanto a que sólo puede ser sujeto activo quien esté obligado
por una norma tributaria a llevar contabilidad mercantil, libros o registros fiscales; será
por tanto, sujeto activo, un contribuyente y empresario. Quien no reúna los requisitos
necesarios para ser sujeto activo del delito no podrá ser autor, aun cuando pueda ser
partícipe, inductor, cooperador necesario, cómplice.
Es, por tanto, preciso analizar en cada caso a la luz de las concretas y específicas
normas tributarias quién tiene esa obligación para determinar quién es el sujeto activo.
Sujeto pasivo
Elemento subjetivo
El delito del art. 310 CPexige dolo. El tipo no señala un dolo específico, sin embargo,
en la práctica totalidad de los casos la actuación del sujeto activo viene determinada por
la intención de eludir las obligaciones tributarias de la empresa.
Penalidad
El art. 310 bis CP establece la responsabilidad penal de las personas jurídicas, en el caso
de comisión del delito contable objeto de estudio, de acuerdo con lo establecido en el
art. 31 bis CP, según reforma por LO 1/2015 de 30 de marzo.
El delito societario previsto en el artículo 290 del Código Penal implica una falsedad de
los documentos contables, consistente en una omisión de datos o consignación de datos
ficticios, idónea para producir daños a la propia empresa, a alguno de sus socios o a
tercero. Y debe ser realizada con dolo consistente en la intención de producir un daño
mediante una acción u omisión, para sacar provecho de una situación.
Coincide este delito con el delito contable de carácter fisca previsto en el artículo 310
CP, en cuanto que éste en una de sus modalidades sanciona llevar contabilidades
distintas para ocultar la verdadera situación fiscal de la empresa o realizar apuntes
contables ficticios o diferentes a los verdaderos.
Sin embargo presentan importantes diferencias entre sí: El delito contable regulado en el
artículo 310 del Código Penal, está vinculado a los delitos tributarios contemplados en
los artículos 305 a309 CP y el sujeto pasivo lo constituye única y exclusivamente la
Hacienda Pública, estatal, foral o autonómica. Por el contrario, el delito tipificado en el
artículo 290 del Código Penal, incardinado en los delitos societarios, es aplicable de
manera autónoma y el sujeto pasivo no es la Hacienda Pública sino la propia empresa,
alguno de sus socios o un tercero.
Por tanto en el supuesto de que las falsedades contables de la sociedad vayan dirigidas
exclusivamente a defraudar al Erario público y se den los demás requisitos previstos en
el art. 310 CP es éste de preferente aplicación desplazando al delito contable societario
del art. 290 CP, puesto que por tercero, a estos efectos, no se podría entender
comprendido al Erario Público, como así lo ha manifestado el Tribunal Supremo en
Sentencia STS 136/2017 de 2 de marzo: "Del delito del art. 290 no puede ser sujeto
pasivo la Hacienda Pública. No será ella nunca el tercero perjudicado a que se alude allí;
lo impide el principio de especialidad (art. 8.1 CP): hay un delito específico para esa
situación con unas exigencias peculiares; que, además, tiene asignada una penalidad
inferior; y que es perseguible de oficio…. Pensamos en el delito del art. 310 CP que
establece penas de prisión de entre cinco y siete meses anudadas a casos de
contabilidades ficticias, no veraz o doble. De ser la segunda de las hipótesis la ajustada
a la realidad -las cuentas falseadas eran las presentadas a Hacienda- el tipo aplicable
sería el art. 310 y no el 290 CP."
Habrá supuestos en que no se cumplan los requisitos aplicables al delito contable contra
Hacienda Pública previsto en el art. 310 CP y residualmente pueda ser de aplicación al
empresario que no haya llevado la contabilidad de su empresa una sanción penal por el
delito regulado en el artículo 290 del Código Penal.
Problemas concursales
Se puede producir así mismo un concurso ideal de delitos entre el delito contable del
artículo 310 CP y el delito de falsedad documental del art.390 CP, en la medida en que
la conducta falsaria del agente puede incluir la manipulación de documentos con los que
respalda la anotación de datos falsos en los libros y registros contables.
Con respecto al delito de defraudación tributaria del art. 305 CP de concurrir éste con el
delito contable del art. 310 CP estaríamos ante un concurso de leyes, o normativo,
siempre que ambos ilícitos hubieran coincidido en un solo hecho, dirigidos ambos a
defraudar a la Administración Tributaria respecto de un único tributo. Habrá un
concurso de delitos cuando los tributos a los que se hayan dirigido ambos
comportamientos sean distintos.
Se podrá dar un concurso ideal de delitos con el delito contable societario del art. 290
CP si la falsedad contable además de perjudicar a la Hacienda Pública fuese idónea para
perjudicar a los socios, la sociedad o un tercero distinto del Erario público.