Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

RCP Psicologia

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 12

UNIVERSIDAD POPULAR AUTÓNOMA

DE VERACRUZ
SEDE ÁLAMO TEMAPACHE
MAESTRÍA EN PSICOLOGÍA PARA
GRUPOS VULNERABLES

INTERVENCIÓN EN DESASTRES

ASESOR:

DR. EDSON G. MONROY GUERRERO

GRADO TERCER SEMESTRE

TÉCNICA DE RCP EN PSICOLOGÍA


DIMENSIÓN HUMANA DE LA RCP.
ASPECTOS PSICOLÓGICOS

INTRODUCCIÓN

La técnica de reanimación cardiopulmonar (RCP) fue desarrollada a finales


de la década de los cincuenta e inicios de la de los sesenta del siglo pasado. Los
descubridores de la ventilación “boca a boca” fueron los doctores James Elan y
Peter Safar. Aunque la reanimación “boca a boca” ya fue descrita en la Biblia
(usada por comadronas para resucitar a los recién nacidos) no se había vuelto a
emplear hasta que fue redescubierta en los años 1950.
También a principios de la década de los cincuenta, los doctores
Kouwenhoven, Knickerbocker y Jude descubrieron las ventajas de las
compresiones torácicas para provocar la circulación artificial. Más tarde, en 1960,
la reanimación boca a boca y el masaje externo del corazón se combinaron para
dar lugar a la RCP que se conocemos hoy en día.

Respecto a la RCP y a la parada cardiorespiratoria (PCR) debemos de


saber que:

El paro cardíaco es la principal causa de muerte en adultos.


La mayoría de PCR sobrevienen en personas con "enfermedades
cardíacas".
La probabilidad de sobrevivir a una PCR se duplica con el uso de
RCP

La víctima típica de una PCR es, en el caso de los hombres, aquellos


que acaban de cumplir los 60 años y, en el caso de las mujeres, a
punto de cumplir los 70 años.

las mujeres.

boca a boca.
Si la RCP se inicia durante los cuatro minutos después de la PCR y la
desfibrilación en los diez minutos posteriores, la víctima tiene un 40%
más de posibilidades de supervivencia.

ASPECTOS PSICOLÓGICOS DE LA RCP

En Estados Unidos desde 1973, más de 40 millones de personas han


aprendido reanimación cardiopulmonar (RCP). Se considera que el
entrenamiento de las maniobras de reanimación es una de las iniciativas de
Salud Pública más importante en los últimos tiempos. Millones de individuos
están dispuestos a preparase para actuar y salvar la vida de un ser humano.
Sin embargo, conviene saber que la RCP solo ayuda a reanudar los latidos
cardiacos y a restablecer la función respiratoria en algo menos de la mitad de las
paradas cardiorespiratorias (PCR). Pero de los pacientes a los que el corazón
les vuelve a latir y son ingresados en un Servicio de Urgencia Hospitalario, sólo
la mitad sobrevivirá y regresarán a su domicilio. Esto significa que 3 de cada 4
intentos de RCP no tendrán éxito.
Por todo lo anteriormente dicho, se deben de tener en cuenta las reacciones
emocionales de los reanimadores y testigos, planificando la respuesta ante
dichas reacciones, especialmente cuando sus esfuerzos parecen no haber dado
ningún resultado.

El éxito del reanimador no se debe de medir en función de que la víctima


de PCR viva o muera, sino por el hecho de que éste intentó salvarla. Se
considerará que ha tenido éxito sólo por el mero hecho de actuar, hacer un
esfuerzo o simplemente tratar de ayudarla.

REACCIONES DE ESTRÉS QUE PUEDEN APARECER TRAS LA RCP


Una PCR es un episodio dramático y emotivo, sobre todo si la víctima es
un amigo, un conocido o un ser querido y por lo tanto conlleva una gran carga
emocional. Por otro lado, la emergencia puede implicar detalles físicos
desagradables como sangrado, vómitos o falta de higiene. Los intentos fallidos
aún pueden aumentar más la carga de estrés emocional en los reanimadores.
Este estrés puede causar diversas reacciones tanto emocionales como
físicas, que pueden persistir mucho tiempo tras la emergencia. Normalmente
estas reacciones de estrés son inmediatas, aparecen dentro de las primeras
horas tras el episodio, pero en otras ocasiones la respuesta emocional es mucho
más tardía. Tanto unas como otras son frecuentes y normales.
Las reacciones se pueden manifestar con síntomas psicológicos como
sensación de pesar, ansiedad, ira, irritabilidad, confusión mental, culpa o tristeza;
y con síntomas físicos como dificultad para dormir, fatiga, cambios de hábitos
alimenticios. Es frecuente no poder dejar de pensar en el episodio.
No se debe de olvidar que estas reacciones son frecuentes y totalmente
normales, y no significa que exista alteración mental alguna; únicamente reflejan
que el episodio ha repercutido poderosamente en el reanimador o en el testigo.
Estas situaciones se suelen resolver con rapidez mediante la comprensión y el
apoyo de sus seres queridos.

¿CÓMO PREVENIR O REDUCIR EL ESTRÉS POST RCP?


La manera más efectiva de reducir el estrés después de una RCP es muy
simple. Consiste en hablar al respecto; se debe de conversar sobre el tema,
animando a describir lo que ha sucedido; no se debe de tener miedo a “revivir “
el episodio, por el contrario es beneficioso y saludable hacerlo. También es
interesante comentar lo que se pensó durante la RCP, cómo se sentía el
reanimador en ese momento y cómo se siente en el presente. Compartir sus
sentimientos con otras personas cercanas puede prevenir las reacciones de
estrés post RCP y ayudar a su recuperación.

BARRERAS PSICOLÓGICAS ANTE LA RCP


Las preocupaciones más frecuentes con las que se enfrentan los
reanimadores son básicamente la ansiedad generada ante las maniobras y la
respuesta ante aspectos desagradables de la RCP.
Ante la cuestión cómo va a responder el reanimador ante una emergencia
vital; las preguntas que acuden a su mente son: ¿seré capaz de actuar?,
¿sabré identificar correctamente una PCR?, ¿recordaré los pasos de las
maniobras de RCP? ¿Recordaré las dosis de los diferentes fármacos y
algoritmos?, en resumen ¿tendré realmente capacidad de responder ante una
verdadera emergencia?. La intensidad de estas incertidumbres se acentúan ante
toda emergencia que involucre a un amigo, un familiar o un ser querido.
Ante aspectos desagradables de la RCP, el reanimador se preguntará:
¿seré capaz de realizar la respiración boca a boca a un extraño?, ¿qué haré si la
víctima está sangrando por heridas en la cara, producidas al perder el
conocimiento?, ¿me plateará algún riesgo de enfermedad si no dispongo de un
dispositivo de barrera?.
Por otro lado, la desfibrilación requiere que el reanimador desnude el tórax
de la víctima, pues no se pueden adherir los electrodos de desfibrilación a menos
que se les coloque directamente sobre la piel, y para ello el reanimador debe de
abrir la camisa o la blusa de la víctima en PCR, quitándole la ropa interior. Muchas
personas se sienten cohibidas a desvestir a extraños, en un lugar público sobre
todo si están muchas personas delante, por un sentimiento de pudor o decoro.
Todo el mundo sabe que las descargas de desfibrilación son traumáticas,
por eso el reanimador debe superar la tendencia natural a no dañar nadie, ya que
en caso de emergencia sus acciones, aunque dolorosas, pueden salvar una vida.
Finalmente hay que decir que cuando un reanimador actúa, todos los que le
rodean esperan que responda con precisión y seguridad; pero hay que asumir,
que a veces es difícil actuar seguro ante una situación tan inesperada y
problemática como es la PCR.
Las barreras psicológicas pueden entorpecer una respuesta rápida ante una
emergencia. La solución para evitarlo no es fácil. Además de realizar prácticas
repetidas ensayando con diferentes situaciones, es conveniente que el
reanimador piense cómo respondería si se enfrentara con una situación de este
tipo. La práctica mental, aunque no es una práctica real, sí es una buena técnica
para mejorar actuaciones futuras.
PROTOCOLO DE INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA DURANTE LA RCP
1. Tranquilizar al paciente, expresando verbalizaciones de carácter positivo.
2. Informarle de las características del cuadro clínico que presenta.
3. Manifestarle voluntad de ayuda por parte del equipo asistencial.
4. Mejorar los recursos psicológicos del paciente, indicándole que su situación es
potencialmente reversible.
5. Indicarle cuál es la conducta que debe seguir

La reanimación cardiopulmonar (RCP) es una técnica útil para salvar vidas en


muchas emergencias, entre ellas, un ataque cardíaco o cuasiahogamiento, cuando
se detienen la respiración o los latidos del corazón de una persona. La American
Heart Association (Asociación Estadounidense del Corazón) recomienda que todos,
tanto los observadores sin capacitación como el personal médico, comiencen la
reanimación cardiopulmonar con las compresiones de pecho.
Es mucho mejor hacer algo que no hacer nada en absoluto si temes que tus
conocimientos o habilidades no están al 100 por ciento. Recuerda que la diferencia
entre hacer algo y no hacer nada podría salvarle la vida a alguien.
A continuación, se presentan algunos consejos de la American Heart Association
(Asociación Estadounidense del Corazón):

 Falta de capacitación. Si no tienes capacitación en RCP, solo practica la


reanimación cardiopulmonar con las manos. Esto significa hacer compresiones
de pecho sin interrupción de 100 a 120 por minuto hasta que lleguen los
socorristas (se describe en mayor detalle más adelante). No es necesario
proporcionar respiración de rescate.
 Con capacitación y preparación. Si tienes capacitación y confianza en tus
habilidades, comprueba si la persona tiene pulso y respira. Si no respi ra o no
tiene pulso en 10 segundos, comienza las compresiones de pecho. Comienza la
reanimación cardiopulmonar con 30 compresiones de pecho antes de dar dos
respiraciones de rescate.
 Con capacitación, pero falta de práctica. Si anteriormente hiciste la
capacitación en reanimación cardiopulmonar, pero no tienes confianza en tus
habilidades, solo haz las compresiones de pecho a un ritmo de 100 a 120 por
minuto. (Los detalles se describen más adelante).
Los consejos anteriores se aplican a adultos, niños y bebés que necesiten
reanimación cardiopulmonar, pero no a los recién nacidos (bebés de hasta
4 semanas).
La reanimación cardiopulmonar (RCP) puede mantener el flujo de sangre oxigenada
al cerebro y otros órganos vitales hasta que un tratamiento médico más definitivo
pueda restablecer el ritmo cardíaco normal.
Cuando el corazón se detiene, la falta de sangre oxigenada puede causar daño
cerebral en solo unos minutos. Una persona puede morir en 8 o 10 minutos.
Para aprender correctamente la reanimación cardiopulmonar, haz un curso de
capacitación de primeros auxilios acreditado que incluya la reanimación
cardiopulmonar (RCP) y cómo usar un desfibrilador externo automático. Si no
recibiste capacitación, pero tienes acceso inmediato a un teléfono, llama al 911 o al
número local de emergencias antes de comenzar la reanimación cardiopulmonar.
El operador podrá darte instrucciones sobre cómo hacer los procedimientos de
manera adecuada hasta que llegue la ayuda.

Antes de comenzar
Antes de comenzar la reanimación cardiopulmonar (RCP), comprueba lo siguiente:

 ¿El ambiente es seguro para la persona?


 ¿La persona está consciente o inconsciente?
 Si la persona parece inconsciente, tócale o golpéale el hombro y pregúntale en
voz alta si se encuentra bien.
 Si la persona no responde y hay dos personas más, pídele a una que llame
al 911 o al número local de emergencias y obtenga el desfibrilador externo
automático, si hay uno disponible, y pídele a la otra persona que comience la
reanimación cardiopulmonar.
 Si no hay nadie más y tienes acceso inmediato a un teléfono, llama al 911 o al
número local de emergencias antes de comenzar la reanimación
cardiopulmonar. Busca un desfibrilador externo automático, si hay uno
disponible.
 Tan pronto como tengas el desfibrilador, aplica una descarga si así lo indica el
dispositivo y luego comienza la reanimación cardiopulmonar.
Recuerda deletrear C-A-B
Compresiones en el pecho

Abrir la vía respiratoria


Respiración de rescate
La American Heart Association (Asociación Estadounidense del Corazón) usa las
letras C-A-B —compressions, airway, breathing (compresiones torácicas, vías
respiratorias, respiración)— para ayudar a las personas a recordar el orden en el
que deben seguir los pasos de la reanimación cardiopulmonar (RCP).

Compresiones torácicas: restablece la circulación sanguínea

1. Coloca a la persona boca arriba sobre una superficie firme.


2. Arrodíllate junto al cuello y los hombros de la persona.
3. Coloca la palma de una mano en el centro del pecho de la persona, entre los
pezones. Coloca la otra mano sobre la anterior. Mantén los codos derechos y
posiciona los hombros directamente arriba de las manos.
4. Usa el peso de la parte superior del cuerpo (no solo los brazos) para presionar
(comprimir) el pecho con fuerza al menos 2 pulgadas (aproximadamente 5 cm),
pero no más de 2,4 pulgadas (aproximadamente 6 cm). Presiona con firmeza
a un ritmo de 100 a 120 compresiones por minuto.
5. Si no estás capacitado en reanimación cardiopulmonar, continúa haciendo las
compresiones en el pecho hasta que notes signos de movimiento o hasta que
el personal médico de urgencia tome el control. Si estás capacitado en
reanimación cardiopulmonar, abre las vías respiratorias y proporciona
respiración de rescate.
Vías respiratorias: abre las vías respiratorias

 Si estás capacitado para hacer reanimación cardiopulmonar y has hecho


30 compresiones torácicas, abre las vías respiratorias de la persona mediante la
maniobra de inclinar la cabeza y levantar el mentón. Coloca la palma sobre la
frente de la persona e inclínale lentamente la cabeza hacia atrás. A continuación,
con la otra mano, levántale lentamente el mentón hacia adelante para abrir las
vías respiratorias.
Respiración: respira por la persona
La respiración de rescate puede ser boca a boca o de boca a nariz si la boca está
gravemente lesionada o si no puede abrirse.

1. Con las vías respiratorias abiertas (mediante la maniobra de inclinar la cabeza


y levantar el mentón), cierra las fosas nasales con los dedos para hacer
respiración boca a boca y cubre la boca de la persona con la tuya, sellándola
por completo.
2. Prepárate para darle dos respiraciones de rescate. Proporciona la primera
respiración de rescate —de un segundo de duración— y observa si se eleva el
pecho. Si efectivamente se eleva, proporciona la segunda respiración. Si el
pecho no se eleva, repite la maniobra de inclinar la cabeza y levantar el
mentón, y luego proporciona la segunda respiración. Treinta compresiones
torácicas seguidas de dos respiraciones de rescate se consideran un ciclo. Ten
cuidado de no proporcionar demasiadas respiraciones y de no respirar con
demasiada fuerza.
3. Reanuda las compresiones torácicas para restablecer la circulación.
4. Apenas haya un desfibrilador externo automático disponible, colócalo y sigue
las indicaciones. Administra una descarga y, a continuación, reanuda la
reanimación cardiopulmonar (comenzando con las compresiones torácicas)
durante dos minutos más antes de administrar una segunda descarga. Si no
estás capacitado para usar un desfibrilador externo automático, un operador
del 911 u otro operador médico de urgencia pueden indicarte cómo usarlo. Si
no hay ningún desfibrilador externo automático disponible, sigue el paso 5 que
se explica a continuación.
5. Continúa con la reanimación cardiopulmonar hasta que notes signos de
movimiento o hasta que el personal médico de urgencia tome el control.
Cómo hacer reanimación cardiopulmonar (RCP) a un niño
El procedimiento para hacerle reanimación cardiopulmonar a un niño —desde el
primer año de edad hasta la pubertad— es básicamente el mismo que para un
adulto. La American Heart Association (Asociación Americana del Corazón)
recomienda lo siguiente para hacer reanimación cardiopulmonar a un niño:

Compresiones torácicas: restablece la circulación sanguínea


Si estás solo y no viste cuando el niño perdió el conocimiento, comienza con cinco
ciclos de compresión y respiración —esto debería tomarte unos dos minutos—
antes de llamar al 911 o al número local de emergencias y de buscar el desfibrilador
externo automático, si hay uno disponible.
Si estás solo y viste cómo el niño perdió el conocimiento, llama al 911 o al número
local de emergencias y busca el desfibrilador externo automático, si hay uno
disponible; comienza la reanimación cardiopulmonar. Si hay otra persona
disponible, pídele que llame para solicitar ayuda de inmediato y que traiga el
desfibrilador externo automático mientras tú comienzas con la reanimación
cardiopulmonar.

1. Recuesta al niño boca arriba sobre una superficie firme.


2. Arrodíllate junto al cuello y los hombros del niño.
3. Usa ambas manos, o solo una si el niño es muy pequeño, para hacer las
compresiones de pecho. Presiona (comprime) el pecho con fuerza unas
2 pulgadas (aproximadamente 5 cm). Si es adolescente, presiona el pecho con
fuerza al menos 2 pulgadas (aproximadamente 5 cm), pero no más de
2,4 pulgadas (aproximadamente 6 cm). Presiona con firmeza, a un ritmo de
100 a 120 compresiones por minuto.
4. Si no estás capacitado en reanimación cardiopulmonar, continúa haciendo las
compresiones en el pecho hasta que notes signos de movimiento o hasta que
el personal médico de urgencia tome el control. Si estás capacitado en
reanimación cardiopulmonar, abre las vías respiratorias y proporciona
respiración de rescate.
Vías respiratorias: abre las vías respiratorias

 Si estás capacitado para hacer reanimación cardiopulmonar y has hecho


30 compresiones torácicas, abre las vías respiratorias del niño mediante la
maniobra de inclinar la cabeza y levantar el mentón. Coloca la palma sobre la
frente del niño e inclínale lentamente la cabeza hacia atrás. A continuación, con
la otra mano, levántale lentamente el mentón hacia adelante para abrir las vías
respiratorias.
Respiración: respira por el niño
Utiliza el mismo ritmo de compresión y respiración que se utiliza con un adulto: haz
30 compresiones seguidas de dos respiraciones. Esto comprende un ciclo.

1. Con la vía respiratoria abierta (utilizando la maniobra de inclinar la cabeza y


levantar el mentón), cierra las fosas nasales con los dedos para hacer
respiración boca a boca y cubre la boca del niño con la tuya, sellándola por
completo.
2. Prepárate para darle dos respiraciones de rescate. Proporciona la primera
respiración de rescate, que debe durar un segundo, y observa si se eleva el
pecho. Si efectivamente se eleva, proporciona la segunda respiración. Si el
pecho no se eleva, repite la maniobra de inclinar la cabeza y levantar el mentón
y luego proporciona la segunda respiración. Ten cuidado de no proporcionar
demasiadas respiraciones y de no respirar con demasiada fuerza.
3. Después de las dos respiraciones, comienza de inmediato el próximo ciclo de
compresión y respiración. Si hay dos personas haciendo reanimación
cardiopulmonar, haz 15 compresiones seguidas de dos respiraciones.
4. Apenas haya un desfibrilador externo automático disponible, colócalo y sigue
las indicaciones. Para niños de hasta 8 años, usa almohadillas pediátricas si
están disponibles. Si las almohadillas pediátricas no están disponibles, usa
almohadillas para adultos. Administra una descarga y, a continuación, reanuda
la reanimación cardiopulmonar (comenzando con las compresiones torácicas)
durante dos minutos más antes de administrar una segunda descarga. Si no
estás capacitado para usar un desfibrilador externo automático, un operador
del 911 u otro operador médico de urgencia pueden indicarte cómo usarlo.
Continúa hasta que el niño se mueva o llegue la ayuda.

Para administrar reanimación cardiopulmonar a un bebé de 4 semanas o más


La mayoría de los paros cardíacos en los bebés se producen por falta de oxígeno,
por ejemplo, por ahogo o atragantamiento. Si sabes que el bebé tiene una
obstrucción de las vías respiratorias, dale primeros auxilios para atragantamiento.
Si no sabes por qué el bebé no respira, administra reanimación cardiopulmonar
(RCP).
Para empezar, evalúa la situación. Toca al bebé y espera a ver cómo responde (por
ejemplo, moviéndose), pero no lo sacudas.
Si el bebé no responde, sigue los procedimientos de C-A-B (siglas en inglés de
«compressions, airway, breathing», compresiones torácicas, vías respiratorias,
respiración), que se detallan abajo, para un bebé de menos de 1 año (salvo en
recién nacidos, que comprenden a los bebés de hasta 4 semanas) y cronometra el
llamado de ayuda de la siguiente manera:

 Si eres el único reanimador y no viste cómo el bebé perdía el conocimiento,


administra la reanimación cardiopulmonar durante dos minutos (alrededor de
cinco ciclos) antes de llamar al 911 o al número local de emergencias y buscar
el desfibrilador externo automático. Si viste cómo el bebé perdía el conocimiento,
llama al 911 o al número local de emergencias y busca el desfibrilador externo
automático, si hay uno disponible, y comienza la reanimación cardiopulmonar.
 Si hay otra persona disponible, pídele que llame para solicitar ayuda
inmediatamente y que traiga el desfibrilador externo automático mientras tú
atiendes al bebé.
Compresiones: Restablecer la circulación sanguínea

1. Coloca al bebé boca arriba sobre una superficie plana y firme, como una mesa.
También puede ser en el suelo.
2. Imagina que hay una línea horizontal trazada entre las tetillas del bebé. Coloca
dos dedos de una mano justo debajo de esta línea, en el centro del pecho.
3. Presiona con suavidad el pecho unas 1,5 pulgadas (unos 4 cm).
4. Cuenta en voz alta mientras presionas a ritmo bastante rápido. Debes
presionar a un ritmo de 100 a 120 compresiones por minuto.
Vía respiratoria: Abrir la vía respiratoria

 Después de 30 compresiones, con cuidado, inclina hacia atrás la cabeza del


bebé, levantándole el mentón con una mano y presionando hacia abajo la frente
con la otra mano.

Respiración: Respira por el bebé

1. Cubre la boca y la nariz del bebé con tu boca.


2. Prepárate para darle dos respiraciones de rescate. Usa la fuerza de tus mejillas
para soplar aire en forma suave (en lugar de profundamente desde los
pulmones) para exhalar lentamente en la boca del bebé una vez, en una
respiración de un segundo. Observa si se eleva el pecho del bebé. De ser así,
haz una segunda respiración de rescate. Si el pecho no se eleva, repite la
maniobra de inclinar la cabeza y levantar el mentón y luego proporciona la
segunda respiración.
3. Si de todos modos el pecho del bebé no se eleva, continúa las compresiones
en el pecho.
4. Haz dos respiraciones después de cada serie de 30 compresiones en el pecho.
Si la reanimación cardiopulmonar está a cargo de dos personas, haz dos
respiraciones después de cada serie de 15 compresiones en el pecho.
5. Administra reanimación cardiopulmonar durante unos dos minutos antes de
llamar a emergencias, salvo que alguien pueda llamar mientras tú atiendes al
bebé.
6. Continúa la reanimación cardiopulmonar hasta que el bebé dé señales de vida
o llegue el personal médico.

También podría gustarte