Ensayo Jack The Ripper
Ensayo Jack The Ripper
Ensayo Jack The Ripper
Si bien el Londres de 1888 no era la ciudad más segura y pacífica del mundo, está
claro que los cinco asesinatos ocurridos entre agosto y noviembre de ese año
colectiva que estos ocasionaron. Pero, ¿quién fue el autor de tan sangrientos
crímenes?
Hubo muchos sospechosos durante los meses en que ocurrieron los asesinatos, los
más frecuentes eran doctores debido a la limpieza de los cortes y la velocidad con la
que se practicaban; sin embargo también se sospechaba de casi todas las personas
Alicia en el País de las Maravillas; el príncipe Albert Víctor, nieto de la reina Victoria;
o el pintor Walter Sickert. Había una bestia sedienta de sangre rondando las frías y
neblinosas calles del Londres nocturno, y lo más aterrador era que podía ser
cualquiera.
ha sido establecido; la razón más lógica es que la profesión más antigua era la peor
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una pirámide social y económica que centralizaba el dinero y el poder en unas
pocas manos; otra razón podría ser que el asesino tenía alguna especie de cuenta
pendiente con el gremio del placer; o tal vez fueron escogidas por ser una víctima
fácil, las mujeres que se veían en la necesidad de vender su cuerpo para sobrevivir
eran más fáciles de llevar a un callejón oscuro y apartado del río de londinenses.
Durante el día, Jack tal vez era un sencillo hombre con un trabajo honesto, un vecino
amigable, un padre de familia, un ejemplo para la sociedad británica. Pero al caer la noche
la bestia era desatada, Dr Jeckyll se transforma en Mr Hide y, vestido con una capa y el velo
de la noche, sale a las calles a buscar una nueva víctima, otro cuello para cercenar, otro
vientre que abrir, otros intestinos que decoren alguna ventana cercana. Claramente este
Lo más seguro es que el misterioso asesino padeciera alguna enfermedad mental, algo muy
común en la época. Una voz que sólo el asesino podía escuchar lo atormentaba y le exigía
sacrificios para poder saciar su sed de sangre que, una vez satisfecha, dormiría sin
Actualmente, más de ciento treinta años después de los asesinatos, las mentes sabias e
humano le impide dejar las cosas inconclusas, necesita respuestas para saber que está
libre de peligro; si bien es raro que un hombre pueda alargar su existencia más de cien
podido encontrar el que puede ser el rostro definitivo del asesino. A través del ADN
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particular. La persona que cometió los crímenes fue un polaco judío llamado Aaron
emigró en 1882 a Londres, donde trabajó de peluquero. Investigadores señalan que tenía 23 años
cuando cometió los asesinatos y que era esquizofrénico. Fue internado en un centro psiquiátrico y
Pero ni las pruebas ni el análisis genético convencen a todos los expertos como
en Austria, le dijo a la revista Science que el análisis mitocondrial no es decisivo para apuntar a un
solo sospechoso. Walther Parson, un científico forense de la misma universidad austriaca, también
criticó en Science que los científicos no publicaran los resultados de las secuencias de ADN
mitocondrial, que no representaban riesgo alguno para la privacidad de los involucrados y que
deberían haberse incluido en el documento "para que el lector pueda interpretarlos por sí mismo".
Mick Reed explica en The Conversation que no hay un registro que pruebe que el
la escena del crimen, recogiera un chal. E incluso si ese fuera el caso, asegura
fabricó tanto entre 1901 y 1910, o incluso mucho antes, a principios del siglo XIX.
la certeza de quién pudo haber sido la bestia de Whitechapel, y tal vez sea lo mejor
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vivió en el Londres de 1888 sin duda, pero su nombre, su historia, sus motivos, todo
lo que condujo a Jack a ser Jack, tal vez quede para siempre en el olvido; tal vez no
tengamos que saber toda la verdad, tal vez esté destinado que el testamento de
Jack el Destripador sólo sean sus víctimas y su identidad, el rostro que vieron cinco
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Bibliografía
● BBC News https://www.bbc.com/mundo/noticias-47640178
● RT en español https://actualidad.rt.com/actualidad/view/139518-identidad-
jack-destripador-asesinato
● Zárate, José Luis. Jack, En el principio fue la sangre. Universidad de
Guadalajara 2004.