Marco Teórico Personería
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El principio de igualdad ante la ley es una concepción jurídica derivada del reconocimiento
de la persona como un ser viviente dotado de unas cualidades inherentes de la raza humana,
y por lo tanto, le confieren dignidad en sí misma, con independencia de factores
proscriptos, tanto de forma negativa o positiva, en las relaciones entre gobernantes y
gobernados así como en la creación, definición y aplicación de las normas que componen el
ordenamiento jurídico. En este sentido, el Estado colombiano desde el Preámbulo de la
Constitución Política enuncia los fines superiores que persigue. Y obviamente se designa la
igualdad como valor del orden jurídico que se establece y que busca garantizar un sistema
político, económico y social justo.
Ante esto, la Corte Constitucional de Colombia (Sentencia C-479 de 1992) manifiesta que
sintetiza los fundamentos, valores y principios en que se cimienta la Carta Constitucional y
el cuerpo normativo desarrolla, que desarrolla con un poder vinculante. Esto quiere decir,
que ninguna autoridad puede contrariar los fines señalados sin lesionar la Constitución.
Así pues, se entiende en Colombia a la igualdad en su doble condición de principio y de
derecho fundamental, considerada como concreciones positivas de la opción valorativa que
se formula desde su mismo preámbulo. Por lo tanto, el fin de la igualdad corresponde a un
compromiso de fondo en los procesos económicos, sociales y políticos, en los que se
considera esencial que las relaciones que sujetan a las personas y el Estado se informen en
este principio.
No obstante, lo anterior se convirtió en un punto de debate, al negarse todo contenido
normativo al expreso señalamiento que el Preámbulo de la Constitución hace del principio
de Igualdad como propósito del Estado y de la sociedad, en otras palabras desde lo jurídico,
así se declare no existe la obligatoriedad, sin que sufra variaciones como base de variadas
pretensiones positivas de justicia. Sin embargo, es válido aseverar que el Principio de
Igualdad, a través de distintas proposiciones normativas que se encuentran a lo largo de la
Carta Política de 1991, es fuente de derechos, deberes, cargas, instituciones garantías y de
múltiples consecuencias jurídicas.
Pues, al declarar la misma Constitución a Colombia como un Estado Social de Derecho en
su Artículo transforma al principio de la Igualdad como un conjunto armónico puesto en
relación con la comunidad de una igualdad formal o de alcance puramente teórico en
materia de derechos, deberes y obligaciones, sino que debe hacerla efectiva mediante
fórmulas concretas que eleven las posibilidades de quienes por sus condiciones de
manifiesta inferioridad, no alcanzarían de otra manera el nivel correspondiente a su
dignidad humana. A lo cual, se unió la Corte Constitucional cuando formuló en las
Sentencias C-472/92, T-432/92 y C-546/92 que: