El Rompecabezas de Jesus
El Rompecabezas de Jesus
El Rompecabezas de Jesus
PREÁMBULO
La Parte Dos, "Quién era Cristo Jesús ?", es el núcleo del la serie,
porque intenta fijar el concepto del Cristo espiritual que era el objeto
de la fé para Pablo y gran parte del movimiento cristiano primitivo.
Esta fé surgió de las ideas religiosas y filosóficas prominentes de la
época, tanto Judías como Griegas, acerca de una fuerza intermediaria
entre Dios y el mundo, un "Hijo" espiritual ; él obraba al interior de
concepciones del universo que han sido descartadas hace mucho
tiempo. También comparo el Cristo de Pablo con los dioses salvadores
de los cultos de mistéricos grecorromanos, y aunque no ya no es válido
sostener que mucho de lo que es distintivo del cristianismo se derivó
de los misterios, ambas expresiones religiosas son en parte, ramas del
mismo árbol. Ver el cristianismo bajo esta luz nos lleva un largo trecho
hacia el entendimiento del pensamiento de Pablo. Al mismo tiempo se
examinan las palabras de Pablo acerca de Cristo para mostrar que los
apóstoles como él mismo están ofreciendo una fé basada en la
revelación de parte de Dios principalmente a través de la
interpretación de la escritura, en una época de inspiración divina que
no tenía que ver con el reciente desempeño de un hombre histórico. El
segundo artículo termina con un breve vistazo a otra conclusión: que
como lo demuestra su gran diversidad en el período temprano, el
cristianismo no surgió en un único instante y lugar o de un único
movimiento misionero, sino que se expresó a sí mismo de diferentes
formas en muchas sectas y lugares. Ofrezco una definición de los
términos "Jesús" y "Cristo" según eran usados durante este período
inicial.
Pero hay algo muy curioso acerca del hecho de tales ideas en las cartas
de Ignacio. Dejemos de lado los Evangelios por ahora, excepto para
decir que no hay buena razón para fechar ninguno de ellos antes de
muy avanzado el primer siglo, y miremos el cuerpo remanente de
escritos cristianos supervivientes en la época de Ignacio.
El plano incluye las cartas genuinas de Pablo, escritas en los años 50;
cartas escritas más tarde bajo su nombre : Colosenses, Efesios, 2
Tesalonicenses, las tres pastorales(1 y 2 de Timoteo & Tito); otras
espístolas del Nuevo Testamento : Santiago, Hebreos, Judas, 1 y 2 de
Pedro, 1, 2 y 3 de Juan; Revelación. También están incluidos escritos no
canónicos: 1 de Clemente, la Didaché (Más tarde llamada las
enseñanzas de los 12 Apóstoles), las cartas de Ignacio, y la epístola de
Bernabé. Las fechas de muchos de estos documentos (todos
originalmente escritos en griego) son difíciles de fijar y aquí son sólo
tratadas de forma aproximada.
Aquí está la ecuación perdida en las epístolas del primer siglo. Empieza
con el Jesús humano y le declara que fué divino o que fué hecho divino.
Pablo y otros escritores primitivos, sinembargo, parecen hablar
exclusivamente de un Cristo divino. Él es una especie de don, nunca
identificado con un ser humano reciente. Se estipulan creencias
espirituales acerca de éste Cristo e Hijo de Dios divino.
1 Corintios 8 :6, por ejemplo, dice: "Para nosotros hay un Dios, el Padre,
del cual proceden todas las cosas y hay un solo Señor, Jesus Cristo,
por quién son todas las cosas y por quien somos nosotros." De la
misma carta, Pablo recita el evangelio que predicó (15 :3-4) : "Que
Cristo murió por nuestros pecados de acuerdo con las escrituras; que
fue enterrado; que fué levantado en el tercer día de acuerdo con las
escrituras." ¿Por qué la igualación de este Salvador divino con el
reciente Jesús de Nazareth no sería una parte necesaria y natural de al
menos algunas de las declaraciones de fé o aún, de argumentos y
discusiones simples que encontramos en todas las epístolas del primer
siglo? Esta igualación está perdida de forma notoria en 1Corintios 1, 18
y ss, donde Pablo está defendiendo la sabiduría de Dios y la
aparentemente absurda doctrina Cristiana, aunque no siente necesidad
de incluir una defensa del sinsentido de que un ser humano ha sido
elevado a la divinidad. Dejaré al lector que mire cuidadosamente otros
pasajes, como Filipenses 2 :6-11, Colosenses 1 :15-20, el primer
capítulo de la Epístola a los Hebreos (La lista podría crecer
indefinidamente), para que se pregunte dónde está el reciente Jesús
de Nazareth en todo ésto, el hombre que supuestamente había
caminado sobre la misma tierra en que estos escritores también habían
asentado el pie, en muchos casos, durante sus propias vidas.
Ninguna epístola del primer siglo menciona nunca que Jesús ejecutara
milagros. En algunos casos el silencio es impactante.
Tanto colosenses como Efesios ven a Jesús como el Salvador cuya
muerte ha rescatado la humanidad de los poderes demoníacos que se
creía inundaban el mundo, causando pecado, enfermedad y mala
fortuna. Pero ni siquiera en estas cartas hay alguna mención de los
milagros de sanación de los cuales están llenos los Evangelios, aquellos
exorcismos que pudieron haber mostrado que Jesús había subyugado
dichos demonios aún mientras estaba en la tierra.
En varias cartas, Pablo trata con acusaciones hechas por ciertos rivales
no nombrados de que él no es un apóstol legítimo.
Incluso Pedro y Santiago disputan su autoridad de hacer ciertas cosas.
¿Podemos creer que en tales situaciones ninguno
hubiera usado el argumento de que Pablo no había sido un seguidor
verdadero de Jesús, mientras que los otros si lo fueron ?
Pablo nunca discute el punto. De hecho, el afirma (1 Cor.9,1 y 15,8) que
él ha "visto" al Señor en la misma forma que Pedro y todos los demás
lo han hecho. Ésta es una referencia obvia a las visiones, una de las
formas estándar de revelación religiosa en éste período.
Y ¿Cómo pudo Pablo, en Gal 2,6 desdeñar con tal falta de interés a
aquéllos que habían sido los verdaderos apóstoles de
Jesús mismo? Pero él no está solo en no concederles ningún estatus
especial. El verdadero concepto de "apóstol" en los escritos cristianos
primitivos es amplio, significando simplemente un predicador del
mensaje (es decir, el "evangelio") acerca de
Cristo. Nunca se aplica a un grupo selecto de Doce que supuestamente
poseían autoridad especial debida a su apostolado de Jesús mientras él
estaba en la tierra. ( Está lejos de ser claro a qué se refiere "Los Doce"
en 1 Cor. 15,5 puesto que Pablo lista a Pedro y "Los apóstoles " por
separado.)
Esto nos deja con 1 Cor. 11,23 y ss, la declaración de Pablo acerca de
las palabras de Jesús en lo que él llama la Cena del Señor. Tocaré ésto
en el próximo artículo, al igual que unos pocos tópicos en varias cartas
que parecen llegar a a acercarse ambiguamente a un referirse a una
vida reciente de Cristo.
Sobre dicho estado en las décadas de la mitad del primer siglo, entre lo
que un académico ha llamado “una burbujeante masa de sectas y
cultos de salvación”, surgieron los apóstoles de un nuevo movimiento.
En Gálatas 1:16 Pablo dice: “Dios eligió revelar su hijo en mí, y a través
mío predicarlo a los Gentiles”. Pablo afirma que él es el instrumento de
la revelación de Dios. El predica el Hijo, el recién descubierto medio de
salvación ofrecido a Judíos y Gentiles por igual. ¿Pero es este Hijo un
hombre histórico reciente? ¿Ha sido él revelado al mundo a través de
su propia vida y ministerio? No, por lo que vimos en el primer artículo,
ni Pablo ni cualquier otro escritor de cartas cristiano primitivo nos
presenta alguna vez tal idea.
Aquí hay dos frases clave. Primero, el término “en Cristo” (o algunas
veces “por Cristo”) que Pablo y otros usan más de un centenar de
veces a través de las epístolas: ésta difícilmente puede llevar sobre sus
débiles hombros el amplio significado que algunos académicos tratan
de darle, a saber una especie de referencia compacta a la vida,
ministerio, muerte y resurrección de Jesús. Verifique su uso en otros
pasajes como Efesios 1:4, 2 Corintios 3:14, y especialmente Tito 3:6:
“(Dios) envió el Espíritu sobre nosotros plenamente a través de Cristo
Jesús nuestro Salvador”.
Dichas ideas son, para nosotros, extrañas e incluso exóticas, pero eran
una parte integral del pensamiento mitológico del mundo antiguo. Para
obtener una mejor comprensión de ellas, haremos una comparación
entre el Cristianismo y otra expresión religiosa prominente del mundo
grecorromano de su tiempo. También nos ayudará a entender la
evolución de la idea de la redención por el sacrificio de Cristo (aunque
esto no será totalmente resuelto hasta el siguiente artículo).
Pero, ¿cómo pudo toda esta actividad redentora de parte de los dioses
salvadores, en los misterios y en el cristianismo por igual, ser
concebida como teniendo lugar “en el mundo”, o incluso “en carne”,
aunque no en un momento y lugar histórico específico? Esto, por
supuesto, es la naturaleza del mito, pero depende de ciertas
concepciones del mundo sostenidas por los antiguos. Una de éstas no
veía una distinción rígida entre lo natural y lo sobrenatural. Los dos se
mezclaban uno en el otro. La tierra no era sino una capa de un sistema
en niveles que progresaba desde la materia base donde los humanos
vivían hasta el nivel puramente espiritual donde residía Dios. Las
esferas entre los dos niveles contenían otras partes del “mundo”,
pobladas por clases de ángeles, espíritus y demonios. Esta visión
estaba especialmente difundida en el pensamiento apocalíptico Judío,
que veía varias figuras y actividades involucradas en la inminente
llegada del fin del mundo como localizada en estos niveles sobre la
tierra.
Ni siquiera el tiempo funcionaba de la misma forma en todos los
niveles. En el siglo cuarto, el filósofo romano Salustio expresó su visión
así: “Todo esto no pasó en algún momento, sino que siempre está
pasando... la historia de Atis representa un proceso cósmico eterno, no
un evento aislado del pasado”.
Aquí hemos cruzado hasta una línea de pensamiento algo distinta del
universo en niveles continuos recién descrito. La forma en que Salustio
pone las cosas es esencialmente platónica: lo que se percibe por
contemplación y revelación en la tierra es sólo un reflejo imperfecto de
verdades eternas y procesos espirituales en el mundo superior de la
realidad suprema. Varios escritores cristianos primitivos muestran
diferentes mezclas del universo en capas y del platónico, y todo esto
fue construido sobre la base antigua de una más primitiva visión
creadora de mitos, una forjada alrededor de el mundo. Esta perspectiva
colocaba figuras y procesos divinos en un pasado obscuro, primordial:
aquí los dioses habían planeado y establecido cosas que daban
significado a las creencias y prácticas del momento actual, y desde
este pasado sagrado los humanos obtenían beneficios e incluso,
redención. Todas estas ideas contribuían a los mitos de la era en
la cual el cristianismo nació.
Hay unos pocos pasajes en las epístolas que parecen hablar de una
venida reciente de Cristo, notablemente en Gálatas 3 y 4. Pero en 3:23
y 25 Pablo enfatiza que es la fe la que ha llegado en el presente,
mientras que el verso 24, ignorando una traducción amañada
frecuente, es literalmente “conduciéndonos a Cristo” que puede
significar tener fe en él. En 3:19, son los gentiles quienes pertenecen a
Cristo (verso 29) los que están en mente. En cualquier caso, cualquier
referencia al envío o venida de Cristo pueden ser tomadas en el sentido
de la revelación de Cristo por Dios en el momento actual. (En el caso
de Gálatas 4:4, “nacido de mujer”, etc. es descriptivo de este Hijo, no
ligado al envío actual, que en el verso 6 se especifica como sólo en
“espíritu”.) Los cristianos primitivos vieron el Cristo espiritual como
habiendo llegado en una forma real,
activo en el mundo y hablando a través de ellos mismos. Este es
ciertamente el sentido de pasajes como 1 Juan 5:20, “Sabemos que el
Hijo de Dios ha venido” y Hebreos 9:11 y 26.
Hay buena razón para concluir que incluso en esta etapa no había
Jesús en el pensamiento de la comunidad de Q. Esto significa que la
sabiduría y los dichos proféticos en su forma original no habrían
contenido mención de un Jesús como fuente o proclamador de éstos.
Ellos eran pronuciamientos de la comunidad misma y sus enseñanzas
tradicionales, vistas como inspiradas por la Sabiduría de Dios. Mientras
que Mateo y Lucas a menudo muestran una redacción o una idea sobre
un núcleo de un dicho dado, cuando ellos rodean esto con líneas y
contextos de preparación que involucran a Jesús, cada evangelista
ofrece algo muy diferente. (Compare Lucas 17:5-6 con Mateo 17:19-
20). Ni siquiera los dichos apocalípticos del Hijo del Hombre (acerca de
su futura venida) se identifican con Jesús, que es la razón por la cual,
cuando ellos fueron puestos en su boca más tarde, Jesús suena como
si estuviera hablando de alguien más.
Una solución mucho más sensata sería que todas estas expresiones de
la idea de "Jesús" y "Cristo" eran destilaciones separadas de los
conceptos que estaban flotando en las corrientes religiosas de la época
( como se bosquejó en el segundo artículo). Los académicos admiten
ahora que "Los comienzos del cristianismo fueron excepcionalmente
diversos, variaron dramáticamente de región a región, y eran
dominados por individuos y grupos cuya práctica y teología sería
denunciada como "herética"." (Ron Cameron resumiendo a Walter
Bauer). Sólo intereses confesionales continuarían insistiendo que dicha
diversidad -la mayoría de ella descoordinada y competitiva- explotó
súbitamente de un humilde predicador Judío y de un único movimiento
misionero. (Nota: Más de ésto en el Post scriptum).
Jesús tenía que haber ejecutado milagros porque se esperaba que esto
sucediera en los días que precedían al Reino. Por ejemplo, Isaías 35:5-6
dice: "Entonces los ojos del ciego serán abiertos y los oídos del sordo
se destaparán; entonces el inválido saltará como un ciervo y la lengua
del mudo cantará de Júbilo".
Isaías 53:12: "Y fué contado con los criminales." Jesús es crucificado
entre dos ladrones.
****
No sólo se asume que Pablo hizo esto, sino que lo hizo sin decirnos
nunca que alguien lo haya retado en esto, que él hubiera tenido que
defender una proposición tan Blasfema. Su comentario en 1 Cor.1:23
de que la cruz de Cristo es un "escáncalo" se refiere a la idea de que el
Mesías espiritual divino hubiera sido crucificado (en un entorno mítico),
no a que un hombre reciente fuera Dios.
La segunda falacia es una extensión de la primera, y la toqué en el
tercer artículo. Los eruditos se encuentran ante una variedad de
expresiones en la cristiandad primitiva que deja peplejo. Muchos
círculos de creencia carecían de doctrinas cristianas fundamentales, y
diferentes aspectos de Jesús parecen haber sido preservados en
comunidades separadas. La academia moderna más liberal ha
propuesto un curioso escenario para explicar todo esto. Se supone que
varios grupos que estuvieron en contacto con Jesús o con el
movimiento misionero alrededor de él, centraron su atención en
diferentes aspectos de él, algunos en sus enseñanzas exclusivamente,
otros en los milagros, otros incluso en el mensaje acerca de su muerte
y la percepción de la resurrección como un acto redentor. Algunos
salieron con interpretaciónes únicas de él. Algunos de estos grupos lo
vieron en términos enteramente humanos (La llamada "Gente de
Jesús"), mientras que otros, como Pablo, lo convirtieron en Dios y
abandonaron todo interés en su vida e identidad terrenal previa a la
resurrección (Los cristianos del "Hijo de Dios").Burton Mack sugiere que
esta deificación cúltica de Jesús tomó lugar bajo la influencia de
Gentiles en círculos Helenísticos como Antioquía. Pero esto difícilmente
explica a Pablo, un Judío de nacimiento y de crianza que fue convertido
entre 2 y 5 años después de la supuesta muerte de Jesús. ¿Acaso se
desarrolló de repente una mitología completamente helenista alrededor
de Jesús, en el corazón de Jerusalén – y Pablo la enguyó? ¿O tal vez
desde el inicio no creía en Jesús como el Hijo de Dios? Tal vez tengamos
que ver la teología de las cartas de Pablo, nuestro más primitivo
registro escrito dos décadas despues, como el resultado de algún tipo
de influencia impactante ejercida sobre él por Gentiles en Antioquía.
****
Los primeros 100 años del cristianismo han recibido la mayor atención
por parte de los Especialistas cristianos. Convencionalmente se piensa
que Jesús, los orígenes de la Iglesia y los documentos que terminaron
en el canon del Nuevo Testamento yacen dentro del período que va
hasta los años 130. También están incluídos los escritos supervivientes
del variado grupo conocido como los Padres Apostólicos, los cuales
revelan algunas de las condiciones y conflicos al interior del
movimiento en desarrollo. El período subsiguiente con una duración de
otros 100 años o más, fue la edad de los apologistas. Estos eran
hombres como Justino Mártir, quien presentó y justificó el Cristianismo
frente a un mundo exterior que era fuertemente hostil a la nueva fe.
Esta situación, junto con el hecho de que los Evangelios y los Hechos
de los Apóstoles no se vislumbran en ningún otro escritor cristiano
hasta la mitad del siglo segundo, soporta la conclusión de que la figura
de Jesús de Nazaret fue un desarrollo en el pensamiento cristiano que
nació a la vida únicamente en los evangelios, y de forma gradual, a lo
largo del curso del siglo segundo, imponiéndose a sí mismo en la
totalidad del movimiento.
Asímismo, para la redención, ganarán la vida eterna todos los que son
obedientes a los mandamientod de Dios (II.27). En Teófilo no existe el
concepto de una una muerte de Jesús en sacrificio expiatorio, muerte
que además, nunca menciona. Y cuando se le reta su doctrina con
respecto a que los muertos serán resucitados (Autolico ha exigido:
"¡Señáleme aunque sea uno que haya sido resucitado de entre los
muertos!"), este cristiano no tiene una sola palabra que decir acerca de
la propia resurrección de Jesús. Incluso acusa a los paganos de adorar
"hombres muertos" (I.9) y los ridiculiza por creer que Hércules y
Asclepio fueron levantados de entre los muertos (I.13). Todo esto, en
respuesta a un Autolico que preguntó: "Enséñame tu Dios."
***
Esto bien podría ser una referencia a los Evangelios cristianos. Pero si
puede aludir a la encarnación de esta forma, ¿por qué no la trata
abiertamente y en profundidad? Su comentario difícilmente es una
sonada afirmación o una declaración de que dichos relatos deban ser
aceptados como historia. La forma en que Tatiano los compara con los
mitos griegos implica que él los considera del mismo nivel.
Ciertamente, él no se apresura para puntualizar que las historias
cristianoas sean superiores o, a diferencia de las Griegas, fácticamente
verdaderas. Tampoco podemos evadir el hecho de que Tatiano ignora
reiteradamente esas historias evangélicas en el resto de su Apología.
(El iba a cambiar de opinión por la época en que compuso el
Diatessaron.) Más aún, las ignora incluso aunque su lenguaje implica
claramente que los paganos estaban familiarizados con ellas.
Sólo parece haber una forma de interpretar todo esto. Podemos asumir
que los apologistas filósofos estaban familiarizados con la historia del
Evangelio y su figura de Jesús de Nazaret. Pero, con la excepción de
Justino, escogieron no integrarla en su propia fe; decidieron no
identificar este supuesto maestro fundador histórico con su Logos
divino e Hijo de Dios; optaron por no considerarlo como la fuente de las
enseñanzas Cristianas.
En este punto, dice Justino (8: 1), "se encendió una llama en mi alma; y
un amor de los profetas y de aquéllos que son amigos de Cristo me
poseyó." Justino ni siquiera dice (no obstante los mejores intentos de
algunos comentaristas) que hubiera sentido an amor por Cristo mismo,
porque en el Cristianismo al cual se convirtió, Cristo era un concepto
filosófico. Era parte del Dios Supremo que estaba en el Cielo, una
entidad del mismo tipo del Logos. Este Cristo es un Salvador por virtud
de la Sabiduría que imparte (8:2). Éste es el concepto de Salvación que
Justino tiene aquí, porque prosigue para concluir la historia de su
conversión, diciéndole a Trifón: "Si estás buscando ardientemente la
salvación y si crees en Dios, puedes familiarizarte con el Cristo de Dios
y, después de ser iniciado, vivir una vida feliz." (Posteriormente, bajo la
influencia de los Evangelios, Justino hizo un énfasis creciente en el
valor redentor de la muerte y resurrección de Cristo, pero en la religión
del Logos básica, el Hijo salva al revelar a Dios.)
Trifón mismo puede ser una invención literaria, pero Justino pone en su
boca (8:6) una acusación muy reveladora, una que debe haber
representado una opinión extendida en esa época: "Pero Cristo- se de
hecho hubiera naccido y existiera en algún lugar - es desconocido... Y
ustedes, habiendo aceptado un reporte sin base, se inventan un Cristo
para ustedes mismos... " Trifón también expresa la opinión de que la
encarnación es increíble y que los cristianos son locos al colocar a un
hombre crucificado en segundo lugar después de Dios. Como veremos,
incluso los cristianos pudieron estar de acuerdo.
****
Recuerde que este pasaje está siendo compuesto por un cristiano. (La
frase en itálicas fué traducida plenamente.) El ha incluído los
elementos centrales y la figura de la fé cristiana, la persona y la
crucificción de Jesús, dentro de una letanía de ridículos y calumnias
inimaginables levantadaen contra de su religión - sin ninguna
indicación, por su lenguaje o su tono, de que esta referencia a un
hombre crucificado deba ser vista de alguna forma distinta que al resto
de los tópicos: acusaciones difamatorias que necesitan ser refutadas.
Podría ser capaz un autor cristiano, que creía en un Jesús crucificado y
su divinidad, ser realmente capaz de hacer esta forma de
presentación?
***
Como una nota final, podríamos preguntar: ¿Dónde están los escritores
(pues deberíamos esperara que hubiera algunos) que abierta
claramente rechazan la figura de Jesús, sin posibilidad de ambigüedad?
Hasta que nos damos cuenta de que ningún documento de este estilo
nos hubiera llegado a través de 2000 años de censura Cristiana.
Probablemente por la misma razón, no poseemos ningún escrito
pagano que discutiera el caso del rechazo del Jesús histórico. Incluso
Celso (que no hace esto) sobrevive sólo en pedacitos en la gran
refutación de Orígenes. De otro lado, es probable que incluso los
pensadores paganos prominentes como Celso ni hubieran tenido forma
alguna de verificar o refutar la historia cristiana y los relatos narrativos
de Jesús de Nazaret circulantes, ni hubieran tenido las herramientas y
habilidades exegéticas para refutar las afirmaciones cristianas por
medio de un estudio de los documentos mismos. En cualquier caso,
dado el pobre estado de comunicación y de disponibilidad de
materiales, todos estos documentos difícilmente hubieran estado
accesibles a alguien que hubiera pensado en llevar a cabo dicha tarea.