Aparato Psiquico Principio Placer PDF
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Silvia Tubert
I 1 )
• • , :...
El modelo
..
El concepto de aparato psíquico forma parte de la metapsicología freudiana, es decir, de las
hipótesis teóri~as que constituyen el fundamento del psicoanálisis. Se trata de urí modelo
conceptual que reconoce la existencia de diferentes sistemas o instancias psíquicas e inten-
ta dar cuenta del "trabajo" que realizan, en función de su capacidad para transmitir y trans-
formar la energía psíquica. . ' ·
Freud compara el "instrumento puesto al servicio de las funciones anímicas" con 'u n
aparato óptico -microscopio, telescopio, cámára fotográfica-, de modo que la localidad psí-
quica corresponde a un lugar situado en el interior de este aparato, en el que surge uno de
los grados preliminares de la imagen; tal lugar es un punto virtual, es decir, no coincide con
ningún elemento concreto del instrumento. La metáfora espacial, insiste, no representa un
intento de localización anatómica de las funciones mentales, sino que constituye una "repre-
s~ntación auxiliar" para comprender el funcionamiento psíquico en toda su complejidad,
~1vidiéndolo en diversos sistemas o partes -exteriores unas a otras- cada una de las cuales
tiene un modo de funcionamiento especial. ·
El ordenamiento espacial de los sistemas es, en cierto modo, una forma de representar
plás_ticamente la hipótesis de que exist~ cierto ~rden _temporal en l~s proc~os psíq~ico~: es
decir, que la energía que hace posible el func1onam1ento de este aparato {la exc1tac1on~
recorre los sistemas conform~ a una sucesión determinada (Freud, 1981: 672).
Es interesante observar que este modelo tiene un doble origen: uno, referido a la clínica, se
encuentra en Estudios sobre la histeria; el otro, de carácter metapsicológico, en Proyecto de
. / ' 1
neuróiouos El pnmero
· se sitúa en el plano de la representación
b -la pala-
una pstcoiogta para d l lano de la energía psíquica. Arn os, representación
bra, los recuerdos-; el ~egu7 o,
ó'
.:l P~oyecto
e maten pat geno ega a aquella fragmentado .
tetna )sicología para neurólogos, publicado en 1950, no llevaba título algu-
no. reu ósle re ~.r ªs a é en sus cartas como "los cuadernÓs"' "la psicología" o "la psicología
para neur ogos . e trata de un proy t 0 d · · ·
{ · · l d . ec re ucc1omsta, que intentaba explicar las funct0-
~esl~¿~~~1~c uyen º,la ps1~opatologfa, en términos de un "aparato neuronal", es decir,
a anatom1a y fisiología del sistema nervioso. Pero poco después abandon6
mpleto este propósito, al que consideraba fallido, afirmando que "codos Jos intentos
Pº~~~cebir Jas ideas como almacc~adas en las células nerviosas y las cxcítacío11es como
~;uiendo el curso de las fibras nerv10sas han fracasado por cornplc:co" (Prcud, 1981 : 209 _
210).
Aunque desechó la terminologla neurofisiológica, Freud retomó algunas de las ideas esbo-
zadas en el Proyecto, para reformularlas en términos propiamente psicoanalfricos en el capí-
culo VII de La interpretación de los sueños. En este conrexro, intenta resolver el enigma de
por qué lo inconsciente sólo puede proporcionar durante eJ reposo Ja fuerza impulsora para
la realizaci6n de deseos, y considera que su esquema del aparato psfquico permitirá esclare-
cer la naturaleza del desear.
Para desarrollar sus hipótesis toma como modclo la concepción neurofisiológica del
"arco reflejo". El sistema nervioso tiene un extremo sensorial (las terminaciones nerviosas
de los 6rganos de los sentidos) por donde recibe las excitaciones o cantidades de energía ori-
ginadas en los estímulos, y un extremo motor por donde se descarga la encrgfa recibida
mediante un movimiento corporal de respuesta. Entre ambos se sitúan los centros nervio-
sos de Ja médula espinal o del cerebro, encargados de recibir la energfa y transformarla en
unaaccí6n, con el consiguiente efecto de reducir la tensión generada por el cstfmulo.
. El aparato psfquico funciona, en sus orígenes, como un aparato reflejo, lo que no sig-
n.1fica, como ha quedado dicho, que se atribuya a los sistemas que lo integran una localiza-
ción anatómica, sino que la circulación de la energía sigue un orden determinado que defi-
ne el lugar de esos sistemas, es decir, que tiene una dirección. Toda la actividad psíquica
parre.de est(mu los, ya sean externos 0 internos, y termina · en mervac1ones
· · · Jo que
momees,
per~ae adscribir también a este aparato ficticio un extremo sensorial que recibe las per-
cepciones Yotro extremo · que contro1a el pasaje · a 1a acc1'ón. .
Freud introduce una nueva diferenciación en el extremo sensorial, pues las percepcio-
lanesfunhan. id0 deJando
· unas marcas en el psiquismo, las hue11as mn émicas, · que hacen pos1'ble
te¡ ción de la memoria. Pero resulta difícil concebir un sistema capaz de retener fielmen-
ne as modificaciones de sus elementos v. al mismo tiempo, conservar la capacidad perma-
nte de ,, · ·
buir acoger nuevas percepciones o experiencias, de modo que se torna necesario at~1-
su fuestas · dos fiunciones
· a dos sistemas distintos. El sistema
· p (percep t'ivo) carece de memoria
. '
alas nc1onarniento quedaría obstaculizado si restos de asociaciones anteriores se opusieran
nuevas
Las h percepciones.
los eIel'henuellas mnémi'cas, en cam b'io, son el producto de modificaciones permanentes ·de
·• 1 tos d l · · sto que 1as percepcio-
nes se e e aparato anlmico y configuran redes asociauvas, pue . . . .
tie,., ncuentran enJ d l . fiunción de su coincidencia ongmana en el
"'Po D aza as en a memona en d J • 'ó l ·
taci6n ~ e modo que los sistemas mnémicos constituyen la base e a ~oc1a~1 n: l a ~xc1-
ropagada por los elementos p se extenderá, siguiendo Ja menor res1stenc1a, a as ue-
'· incon
, , .c1cntéfl, ' el estudio
·•·Jgn cicc:to, , de IonMuto111•-1,... rJcLiróti'c<>S y eJ ana. "'I'HH8
· (e
J J0 8 suc fí1os
h1c1<:ron potJto e ~<:cotJoc;<:r un ttfW de fuucíonarnícnto mental muy diferente de lo8 pro-
CC§O§ de pcnMu!uento. ohscrvadotJ por la f'!'lÍCologfa tradicional. ENa opotikíón entre dos
modoo de funcwn?mrcnro, mc11tal es la que Prcu<l rcgintra en 1m <lifcrcncíación dd apa-
rato p§frJUIOO en d1verson twacmas que, además, no ct:tán dados a priori, sino <¡ue son el
'"I rcaulta<lo de una hfororía,
Inconncícnte Y prcconccíentc pueden étltcn<lcrsc entonces como rc<lcR <le huellas mné-
I
.1 mícMqu? ce ?íforeudan, <lc:c<lc d purtto de vista topográfico, por su posición con respecto
I '
a Ja conc1cnc1a y, dct:de el punto de visea dínámico·ccon6mico, según sus modos de fun-
donamícnw, procc o primado y proceso secundario, rcspcctívamcntc.
E~ro íntrodue<: también uua perspectiva genética, puesto que el psiquismo no opera des-
de d momento del nacimiento tal como lo hace en la vida adulta, sino que sufre una serie
de tra:nsformadonctJ. De hecho, los términos "primario" y "secundario" tienen una conno-
tacíón temporal; sí uno alude a la forma primitiva de funcionamiento ps(quíco, el otro con-
·'11•/
·
~ístc en una modíflcadón que hace posible un nuevo tipo de operación.
J>ero esto no significa que el primero desaparezca, sino que puede irrumpir en las
.,,.,. diversas formadoncn del ínconodcntc; primario no quiere decir s6Jo originario, sino que
índíca también que este proceso es de mayor importancia y tiene una capacidad fun-
.'
·' cional má1'f amplía, Pred ,amente debido a Ja aparicí6n más tardía del proceso secunda-
rio "continúa conHtituido el nódulo de nuestro ser por impulsos optativos inconscien-
te.~, íncocrcíblcs e frrnprchcnsíhlc5 para los preconsdentes, cuya misión queda limitada
.. ~ de una vez para nícm,pre a indicar a Jos impulsos optadvos proccde~tes de lo ínco~s
/
.··" dcnrc Jos caminos más adecuadotl' (Frcud, 1981; 710-711). Por la misma razón, el sis-
/ ,; tema prccon .dente no tendrá nunca acceso a un~ gran par.te de Jos recuerd~s .{los más
.... ~' temprano,), que quedan al margen de su influencia y constituyen la precondic1ón de la
11
,• rcprcsí6n. .
En t,fl(j orfgcne ,, picnna Frcud, el apara.to tiende~ m.antenerse li~re~de es~ímulos, fun-
donando como un aparato reflejo que deriva Jas cxcm1c1ones sensoriales hac~a Ja descarga
-
tnou,ra. •
J•rcud po<Jtula Ja noción · de encrg(a com o ,,qudlo que da cuenta de ciertos efectos
0
.. . r • dd deseo sexual en lo que respecta adsu
, ''l:rcrva<lo!¡ en Ja cHmca, como Jas trantJ1ormac1ones
'/
t, • • /, J ducdón de s{nromas que se acompafia e1
"ºJCW, tu i fin " nu fo cntc de cx.c1tac1'-m, o a pro ·
t 1np<,f>rcdm ic11w de otrac¡ actívídade 1 del 8Ujcw. J 'l · . d 1 · '
A · · r. • ronundan obre a natura1eza u urna e as magm-
,,{ C/JflJO Ja!f CICfJ CIM 1(fll Ct'li1 no e p ' maciones
•
. . . ·~ estu di'"'n si'no que Se contentan
tudc~ cuyít, varrncw11c·1, ec1uiv~lenci. Y tran;for t bl el psicoanálisis aluden a aquello .
º ,
Ese funcionamiento, sencillo en su origen, se verá pert~rbado po~ las "ineludibles condi-
.
c10nes 1 ..J_" , que habrán de impulsar su transformación. Los. primeros
d e a viua ·, estímulos,
. corres.
. las grandes necesidades vitales, provocan una excitacion que se tiende a der'
pond ientes a " d"fi ·, l-
var hacia la motricidad; esta expresión emocional ?º.es más qu~ un~ mo i i~~ion interna".
El nm . ~o hambriento grita y patalea, sin lograr ehmmar la excita~ión, percibida subjetiva-
l 1 . .ó ' ' "
mente como una tensión desagradable o disp acer: a excitaci n sigue asi u~a v1a. progresi-
va (del extremo perceptivo al motriz), pero la descarga no conduce a la satisfacción sino al
fracaso, puesto que la tensión persiste. . . .,
El ser humano nace en un estado de inmadurez biológica; en comparacion con la mayo-
ría de los animales, su vida intrauterina es más breve y pasa por un perí~do más prolonga-
do de desamparo o indefensión (Hilflosigkeit. falta de ayu~a) ante los pe~1gro~ ~xternos. Por
esta razón tendrá más peso la influencia del mundo exterior (el 9rden simbohco tomará el
relevo del orden biológico) y se establecerá una dependencia intensa y prolongada con res-
pecto al otro {la madre o sustituto materno), cuyo valor para la vida del lactante aumenta
en forma proporcional a su carencia. .
La "omnipotencia, de la madre es un ,fact~r decisivo para la.organización del sujeto psí-
quico, que no se produce de una manera espontáne~ o autónoma, sino que habrá de cons-
tituirse en esa relación con el otro, lo que da lugar al anhelo de ser amado que acompaña al
ser humano a lo largo de toda su existencia. Esa existencia se sostiene, entonces, en la rela-
ción de alteridad: en ocasión de los primeros cuidados, los trazos del Otro inscriben en el
infante marcas del placer, del displacer y un "mapa' erógeno" que configuran los primeros
elementos de una identidad subjetiva. Pero si la carencia infantil hace posible la instaura-
ción de la alteridad en el ser humano, se convertirá entonces en la fuente de todos los moti-
vos morales.
El bebé es incapaz de realizar la acción espedfica, es decir, la actividad necesaria para
lograr la resolución de la tensión interna créada por la necesidad. Si bien su organismo está
?otado ?e ~gunos r_eflejos incondicionados innatos (succión, deglución, por ejemplo), es
1mprescmd1ble una intervención adecuada del primer Otro: la madre le aporta el alimento
proporcionándole.así una "experiencia de satisfacción" que suprime la excitación interna e
mcluye la perce~ctó~ del objeto adecuado para lograrla. ·· .
En esa experiencia se asocia la huella mnémica del objeto (pecho nutricio, pero t~bién
el ~ontacto corporal Ydemás percepciones sensoriales que acompañan al acto de la al_unen-
tación ~ue son, ªsu v~z.' ~ehículo del deseo de la madre, puesto que el hijo está incluido en
s~ propia economía hbidmal) con la huella mnémica de la excitación emanada de la nec:
sidad. Cuando , lresurja
. esta última
. ' entonces' un impulso psiqmco,
, . que F reud llama "deseo 5'
ª
se propagar~ ª_Primera, ten~endo a reconstituir la experiencia de satisfacción. Los rasgo_
~el Otro se mscnben cuando este proporciona un placer en ocasión de satisfacer una nece
s1dad.
1. La r.eap~icdión d.e la p~rcepció~ (la reaparición del objet~ tal como se lo ha percibiddo e~
. a experiencia e sati_sfacción) es la realización del deseo, "y la carga psíquica completa e
Bibliografla
L
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Principio del placer. J1rincipio de realidad
C/;~~ú!.eradc~ par Frwá romo io~ dtrv príndpír~ dd foncionamíenro méntal~, µ¡n f<ñ f'<h
w!adrA fundamental~ ron Jm qtu: ort71ní'7.:t w cnnapd/Jn <ld apt1r~ro ~(quía;, l~cln pre--
~~ ~ d ínícío t:n ~u pé1l~amítnw y«; lo~ put<l~ con~í-derar príndpírn en unw que
cr;~~ruyen un punw de partida, /, ~rrír dt dl1ñ (l.; organí7..a d rmnm <k ví~ca eronúmiro
~ 1t r~púC61rrgi~ cott~íd~ado por él como Ja tn~ rmfa «JJídi y a Ja v~ el r.crrirorio m<fa
rl'.cum cft: ~u teari~ A~í <ldine Frcud e~tm príndpím en J926~
rfa~, rmntení~J lo ,.-m,~ fnja. que~ ~íbJe Ja ~uma wul de La~ acíracícmc::;¡ a la~ cua--
fa,~~ S(Jfm::tídr1, El wr;1_, de f(A pr<~~r.. ~íquían ~ '~6'Jlado amomátícamenre par d
;>~ÍriÚP"ÍO dd p~cu·dhpfaur, dé manera 1<11 que en una u <Jtra formad díspfacer a,parea
't.tu6p:e <1íncufadr, um un ~urnent11 y d pf:.ca u.1n una dí~mínud0n de Ja C".ccítad6n, En
d CUrVJ dd á~~rr<Aft1, tf prÍmÍtÍVú prÍnCÍpÍo dd pf<iar C".CperÍmenta una rnooíficací6n
4~::-úmda rv,rf~ U>n.ddt-raó(,n CIJn d rnuncffJ C".CterÍM (prÍnCÍpÍfJ de reaJí<fadJ, rntdían1
, H éh;>fa~ ~ pre-IÍn ~,) placer, por Jo que en alguna~ parte~ de ~u obra Frcud lo JJama
f:r.;df/J et~ dhpfoccr o príndpio dd plaar·díspfaccr. El principio de realidad forma par~
~ C/,:J d ptíndpio dd pfacer (no se lo~ puede considerar por separado, Jo importante C$ tu
'~ttrmd/,~ J, lo rr 1xHfka y <hrrÍgt: ha,dendo que fa satí,facd6n no se bu~ue por Jo~ camíl
f'.IA. r. .{~ cr.:vA, ~itu~ qué tcrl¿? en cuenta Ja realidad y ~usque fatíjfaccio~~ que comid.c~cn
~ ~· ~.<!rJ t:ztt;:rÍI»:, ~fafaa::ínn~~ rni~ if-gura~, Aunque srmplé_lj cn ! U ddimc1.6n, 101 do1 prm-
U?..t~ ~,:J d n(u.ko de wdo d de~arrollo ¡xíroanaHtico, a Ja v~ que Ja arl!ta m~ dura de
~: t."h"ri:i..
El punto de partida
· buido por los postulados de la escuel .
. ífi d la época está im . · a Ps1c
El pensamiento c1ent 1co : l h h s psíquicos de 1dént1ca natura1eza a los pr 0•
ons1dera os ec o . El h b oceso
biológica alemana, que c d 'bl s a leyes matemáncas. om re es consid s
'bl d dida y re uc1 e d erad0
físicos, suscept1 es e me . do en conexión con el mun o exterior y¡
. o un sistema cerra ' as cua
como una máquma, com . d d lazamientos de masas de energía. Se basa en ¡ ·
. í . el refle•o e 1os esp . 1 , . a sen.
hdades ps qmcas son ) d do poca importancia a as caractensticas del ob·
. l rgías que aporta, an . Jeto
sac1ón y en as ene . de ser libre sino que nene que estar organizadas , ·
La . l .ón energéuca no pue ' . egun
circu ac1 . . . ue la regulen Aquí aparece el placer como pnmer principio regu
d
eterm
inados prmc1p1os q
d
· . 1d' 1
pción exclusivamente física: e isp aceres consecuencia de 1
·
lador dentro e una conce . d' a
' .6 d la energía dentro del aparato y el placer se consigue me 1ante la descarga
acumu1ac1 n e · · d 1 fl ·
del exceso d e exc1tac1 · 'ón. El modelo básico lo da el funcionamiento e arco , . re eJo' en el
que ante un aumento de excitación se responde con una. descarga automauca, . ., que evacua
· mente el exceso de excitación, haciendo volver el sistema a la pos1c1on de equilibrio.
mo tnz b · " 1
Entre los. autores que elaboraron su esquema del "hom re máq~ina ' e que tuvo una
influencia más temprana y decisiva en Freud fue Fechner. Éste enuncia en su obra dos prin-
cipios: el "principio de estabilidad" y el ''principio del placer de la acción". El principio de
estabilidad dirige el aparato psíquico con la finalidad de mantener la cantidad de excitación
en el nivel más bajo, o por lo menos constante. El principio del placer de la acción propugna
que los actos humanos se determinan por el placer. o displacer sentidos en el momento en
el interior del aparato, según leyes físicas que actúan de forma inconsciente y automática.
Los principios freudianos (constancia, inercia, placer, realidad, nirvana) tienen como base
. . \
estas teonzac1ones. \
Cuando Freud tiene su encuentro con la histeria va a explicar el síntoma histérico dentro
de este m~co teórico. ~í, considera que el síntoma· histérico es producido por un exceso de
acumulac1on de energ1a dentro del aparato: los síntomas histéricos son la expresión del des-
pl~iento, dentro de la esfera psíquica inconsciente, de un excedente de excitación, de una
canttdad sobrante de energía mental, que atenta contra la estabilidad del sistema.
En la Comunicación prelimz'nar, obra rea1·izada en coa 1 boración · con Breuer Freud comie· n·
za a plantear
. sus .propias teonas ' d'istanc1an · d e su colaborador y de sus 'antecesores. La
· ' d ose
constancia se obtiene med' 1d d 1 · 'ó
d 1 d ª
tante escarga e a energía ya existente y mediante la ev1taci n
e o que pue a aumentar la cantid d d · ·, l Apa·
rece aquí la no ·, d d e
c1on e erensa en el ma
ª e excitacion, por la defensa contra el estímu o.
d 1 . . .
reo e pnnc1p10 de constancia.
· · · de meraa
El pnnap10 · · funoona
· sm· problema · los estímulos. aremos: segun' el mode-
· para .
lo del arco reflejo
. el sistema
. al ·
neuron pnmano · descarga las canadades de energía directa-
ncs ue exigen de occioncs que deuen reoliznrsc c1~ el mundo c~Lcnor y 111odif 1cad11.
t~tns '\tcciones cspcdficas" sc originan por rntc:nsas canttJadeN de c11cr·gla c111c 1ir11c11
que ver con el Not des Lebem, el apremio de 11\ vida. P~r d n~remi~J de la vida c~ .t1i ~1 crn:i ncu.
ronnl se ve obliglldo n nbandonar su primitiva tc:nd~ncm a la mercia Y :t e<!n.1plc11z:mc, ¡1prc 11•
dicndo a tolerar la acumulacitSn de una cierta c;mtt<.fod de energía (pr111c.: rp10 de co11s1and~).
necesaria parn poder cumplir las demandas dc la :tcción específica, i111posihlc de realizar ,¡
el aparato no dispone de ningt'm monto de energía.
El aparato tiene que defenderse de los acl'1mulos de: energía (proceNo primario) y, ala
vez, tiene que asegurarse la reserva de una cantidad de energfa necesaria para la rcalízací{Jn
de la acción específica, organizada segl'm d proceso secundario. Todas las funciones del sí~
tema neuronal deben estar sometidas al concepto de función primaria y función secunda·
ria, regidas por el principio de inercia y el principio de constancia, rcspcctivamentc, yambos
principios obedecen al principio del placer, que tiene por meta la evitación del displacer.
Freud diferencia aquí la estructura y la función. La estructura del sistema neuronal se
rige en su conjunto por el principio de inercia, que tiende a apartar la cantidad <lelas ncu·
ronas, mientras que su función sirve al propósito de descargar dicha cantidad siguiendoel
principio del placer.
Se ve c~mo F~eud parte de. una idea del principio del placer puramente físico-anatómí·
ca, pero la mclus16n de la clímca humana.llevará a un desdoblamiento del sistema en dos
pri~cipios que rigen ~l func~onamiento del sistema. Estos dos principios aparecen intc.rrc·
lac1onados en su func1onam1ento segl'm mecanismos que va a tener que elaborar supon1en·
do nuevas complejizaciones.
. El p~imer pr~blema de articulación entre los dos sistemas conduce a la necesidad de
mtr~duc1r .Ja func1?n de la conciencia. en el aparato. Hasta aquí todos los procesos eran.auc~
mát1cos· e drnconsc1entes,
J •
pero la realtzac1'ón de 1a acc1'ó n espcc(l".llca reqmere • de unas infor
mac1ones e a real.1dad Y,un regist~o de ésta que incluya la función de la conciencia, una
teoría de la memoria y la introducción de la l'd d d l e
p d • cua 1 a e os renómenos. a
" . un amental es el ~nálisis de I~ vivencia de satisfacción, vivencia mítica, necesaria Pª'.
~x~l~c.1r e~ pu.ntlo <le P?rt1da del funcionamiento del aparato. El análisis de esta vivencia supo~ª
r mtro uc1r a noción de información y el estatuto d l b' ás allá de que
· · d · e ·
v1venc1a e sat1sracc1ón, desde el punto de · é.e o Jeto porque
' . m í lo se hace
'é . vista encrg tlco haga cesar el cst mu ' a
tam b1·n necesario que alguna información . d ' éste ce11g
se mtro uzca en el aparato, para que
¡\f( l0~1 proc~so~ <,~r sv llt\"• ~,, trnnrn Y ~t! d ~"·~u·mw la prímcrn, la f'(!hJ>ll ·~1:1 :111 , ¡ •
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<I<','!'ll'1'1 uado11r~ '" prllg1·0 pn rn vc1lli"11cÍlm ~le In j nrngt n mn ·rnlm ·a l11;~1 ;;''"Í•
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cada por la cle;~e~eJanza e?tr~ la catcxia desiderativa de un recuerdo y una catcxía perceptí·
va que le sea s1m1lar. La comc1dencía de estas catcxías habrá d · señal bio-
lógica para n l fl l . . 1d · · e convertirse en una
repro. J • .' ,.e ner m a a act1v1~ a de pensamiento e iniciar la descarga. El pensamiento
eucuvo - proceso secundario b 1 .d 'd 1~
carga siempre <)lle ap"a;ezc" 1' . - dusca ~ 1 . cnt1 ad de pensamiento y el derecho a a
· " e signo e rea i<lad, 1
Supongamos que d objeto pres. el • ·ao,
que sea, en efecto, un ~cmejantc, En
cado ramhién por el he h0 1
:ita0
por. la percepción sea similar a~ propio su) lí·
C.'llSO, el tntcrá teórico que se Je dedica queda cxp
ol · . . . e <e que un 01>1•cto • , prírnet
)jtro #.1l1~fac1tntc '111 prírn 01, J scmc:Jantc fue, al mumo t1empo, su "'
· ' · donde crl .,Jeto .10,,tíl Y tam b'
sea· en füN N<:mcJanrcs L
· len •
su única fuerza aux1·1·1ar. D· e ahí~qV"
1972: I, 239), 1
e str •urnano aprende por primera vez a (rc)conoccrse (fr
El corn11le'JO'j e1semejante se d' , f
~um constant~ que persiste cohercn'~~ en dios porciones, una de las cuales es una e5tr~
er comprendida por rn d' d mo a cosa (d D, ~ . 1 trap~
mación sobre el r .. e io e la actividad de J a1 , tng,, mientras que a o 'nfot'
f> opio cuerpo del 3ujcto, ª
mcmona, es decir, reducida a una 1
Son muc?as Y complejas las elab~racio?es que Freud realiza en esta obra para poder dar
una ardcula.c1ón coherente del funcion~~J~nto ~el aparato. Partiendo de una concepción
energética s1~ple, se ve lle~ad? ~ subdivid~r el sistema en dos formas de funcionamiento
( rocesos) regidos por dos prmctptos energéucos. En su articulación lógica existen, sin embar-
p puntos indispensables para la construcción del edificio conceptual que escapan a tales
go, . . . 1 al
principios: la as1stenc1a a1ena y a natur eza del objeto.
En Los dos principios delfancionamiento mental ( 1911), Freud vuelve a la articulación entre
principio del yl~c~r Y principio d~ realidad como principios rectores del funcionamiento
mental. El prmc1p10 del placer deja de tener el carácter global, como tendencia que rige el
funcionamiento del aparato, y pasa a sustituir al principio de inercia que rige el funciona-
miento primario. El principio de realidad, que se utiliza aquí por primera vez, pasa a repre-
sentar la guía del proceso secundario, con su función organizada de ligazón de la energía en
contacto con el sistema perceptivo.
Anteriormente, los dos principios se explicaban según un modelo físico-mecánico en el
que la evolución biológica, para adaptarse a su función, había introducido dos regímenes
de funcionamiento: el proceso primario y el proceso secundario. Sin abandonar las tesis pre-
cedentes, se introduce un modelo más globalista y evolucionista. Ya no se trata de un siste-
ma basado en el arco reflejo, en el que el principio de realidad controlaría la descarga de la
acción, sino de una actividad inventiva, evolutiva, que requiere de un correcto conocimiento
de la realidad y de una tensión costosa.
Freud pretende otorgar a la "fantasía'' un lugar en su metapsicología. Desde tiempo antes,
la fantasía va adquiriendo protagonismo en la economía libidinal y es necesario ubicarla y
articularla en torno a los dos principios. Los neuróticos se refugian en la enfermedad a fin
de obtener gracias a ella los placeres que la vida les niega; la fantasía compensa las insufi-
ciencias de la vida real aportando una satisfacción fantasmática sustitutoria.
El mundo de la fantasía tiene una estrecha relación con el narcisismo, que Freud empie-
za a investigar en esta época. El Yo puede constituirse en objeto libidinal y ser un destino de
la pulsión, siendo el fantasma su lugar habitual de satisfacción.
La descarga motora, que durante el régimen del principio de la realidad había servi-
do para descargar de los incrementos de estímulo el aparato psíquico, y había cumplido
esta misión por medio de inervaciones transmitidas al interior ~el cu~rpo (mímica, expre-
sión de los afectos), quedó encargada ahora de una nueva función, sie~do empleada para
la modificación adecuada de la realidad y transformándose así en acción (Freud, 1972:
V, 1939).
é s.¡ anteriormente el proceso primario tendía a la ~ucinación del objeto, a~uí se ~one el
nfas1s en las descargas energéticas internas (autoerousmo), lo que, durante cierto ttempo,
I¡
En el más allá
. ..
del principio del placer aparece la "
l . . .
l ·ó l . . ,,
compu si n a a repetición , como
1
más pnmiuva, e ementa e mstmttva que el principi·o d l l .
una ley l ., e p acer a1que sustituye.
EJCiste en el hombre una co~pu s1on ~,la repetición que se ubica por encima del princi-
. del placer, una tendencia bruta al eterno retorno de lo mi·smo,, , que escapa al prm-
p10 .
. io del placer.
c1p Freud intenta buscar una le~ metapsicológica que dé cuenta de la relación entre el
principio del placer _Y l~ com.pulsión ª l~ repetición y, al no encontrarla, recurre a la hipó-
tesis de una memoria biol~g1:ª'. qu~ c~1~ca de especulación. Al final del texto va a volver
al interjuego de los ~?s principios, ~nc~dtendo en la importancia de la ligazón de la ener-
gía y la tr~sformacmn de la energia ~lb.re en en~rg~a .ligada, ligazón como acto prepara-
torio que introduce Y asegura el domm10 del pnnc1p10 del placer. La vida psíquica con-
siste en ligar, cifrar esas energías, pero tiene un límite que se manifiesta en la compulsión
a la repetición.
El principio del placer será entonces una tendencia que estará al servicio de una fun-
ción encargada de despojar de excitaciones al aparato anímico, mantener en él constante
la excitación o conservarlo lo más bajo posible. No podemos decidirnos seguramente por
ninguna de estas tres opiniones, pero observamos que la función así determinada toma-
ría par~e en la aspiración más general de todo lo animado, la de retornar a la quietud .del
mundo inorgánico (Freud, 1974: VII, 2540).
Los problemas planteados en el Proyecto siguen ahí sin resolverse, no es posible una
reabsorción del principio del placer por el principio de realidad; el principio de inercia,
llamado aquí "principio del nirvana" como tendencia ciega del aparato a la descarga, sigue
actuando siempre. El ciframiento y la elaboración tienen un límite, la compulsión a la
repetición.
A estos temas volverá en el artículo titulado El problema económico del masoquismo, ya
que el masoquismo aparece como contrario al principio del placer. El que el dolor y el dis-
placer constituyan un fin en sí mismos supone la paralización del principio del placer. Admi-
t,e ~ue puede haber tensiones placenteras, y que placer y displac~r no pueden ser referidos
un1camente a las disminuciones 0 aumentos de la tensión del estimulo, aunque tengan una
estrecha relación con este factor. Tiene que haber algo de naturaleza cualitativa que influya
en el proceso, el ritmo, el orden temporal, pero que están por descubrir. . . .
El principio de nirvana expresa la tendencia del instinto de m~er~e, el p~m~i~to del p_la-
c~r .representa la expresión de la libido, y la modificación de e~te ult.imo prmcipio, el ~n~
c~p10 de realidad, corresponde a la influencia del mundo exterior. Nm~no de estos prmc1-
p1os queda anulado por los demás, y generalmente coexisten, aunque difieran en sus fines.
d .De aqui' en ad e1ante 1as rererencias
e · a los dos principios son escasas y, Freud se. muestra
. .
ubuativo en sus p1anteam1entos,
· ·1 d
osci an o entre mantener la supremacia
. del prmcipio del
l
lPacero adm·c· i tr que h ay h ech os que escapan a e'l y que son exclusivamente gobernados por
a .Pulsión de muerte. Es un problema no resuelto • el cómo y cuándo se puede superar el
Princip·10 d l
e placer y si esto es posible.
Conclusiones . . . .
lado que le permite mscnbu en un .
. . d l l er es un postu b 'd sisteni
Para Freud, el principio. e Plóac· s el fu neto . namiento del hom re cons1 erado col"h a
·••O u
coherente, de formulac10nes g1c.aí, . permitiéndole avanzar en sus conclusiones e ir dna
valor heur soco, . d d , es.
máquina. Tiene un gran l { psicoanalítica. Parnen o e esta teona general
d toda a teor a . . d 1 , tras
cubriendo y construyen o . b d tras descubnr los mecanismos e sueño, se v ll
ros1s y so re to o alí . e e.
su encuentro con la neu . la teoría psicoan nea.
'ó d na teoría propia, J • , .1
vado a la creac1 n e u á . tá en el Proyecto ae una pszcowgia para neurólo
El punto nuclear d~ esteltr nfislto esve forzado a introducir una doble dinámica en~Ios,
d explicar e sue o, se d . d os
donde Freu , para . d s principios que regulan os tipos e procesos rnen
{ .cos y a compagmar o . 1fu . . ta.
procesos an m1 l . . . del placer el proceso primario y e nc10nam1emo incons
les. por un lado '1 ed prmc1p10 ' . l
1 . . . de realidad en conexión con a conc1enc1a, funcionand
· · ·
ciente; por otro a o, e prmc1p10 ' . . . F d d d o
·o Entre estos dos pnnctpios es, para reu ' on e se constituve
según el proceso secUndarl · . . . r
la realidad psíquica, entre alucmac1ón y pensa~1uento.. . . .
·
Para arncu al rlos dos principios se ve obligado a mtroductr. la noción
. . . ) de cualidad ya
definir las funciones psíquicas (atención, memoria, pens:imi~n~o, JUICIO ... que fi~almeme
serán fenómenos de inhibición, para corregir la tendencia onginal del aparato hacia la alu-
cinación. Mediante esta corrección, el aparato tenderá a la identidad de pensamiento y que
tiene un límite en la compulsión a la repetición.
Principio del placer y principio de realidad seguirán siendo su principal referencia mera-
psicológica y a ellos volverá a la hora de buscar la referencia donde situar las nuevas incor-
poraciones teóricas: el fantasma y el narcisismo. Luego, el rumbo que tomó la cura, centra-
da en el análisis de las resistencias, conducirá a Freud a escribir Más allá del principio dtl
placer, donde vuelve a tratar los problemas ya presentes en el Proyecto, con la difícil coná-
liación entre la tendencia a la descarga total, a la estabilidad o a la constancia. La constata·
ción ~~la existencia.de fenómenos clínicos que escapan al principio del placer llevará ala
repetición como límue entre inconsciente y pulsión.
Entre los au~or~ pos~eriores, es Lacan quien más se ha percatado de la importancia capi-
tal de los dos prmcip1os, Intentando salir ·de los atolladeros del pensamiento freudiano. Alo
largo
· d de 1 as veces, d esd e diererentes puntos de vista
l su obra'.trata repet'd · la opos1c10n · · ' pnn° · ·.
p10 e p1acer · · d al'd d '
Lo d ll -prmc~p10 e re t a ' casi siempre en el marco de la relectura del Proyecto.
s esarro os lacamanos en torno I d · · · · · d un·
tos: el orden · ból'
s1m ico y e1estatuto del objeto
ª
os os prmc1pios mc1den principalmente en os P
El orden simbólico precede al · : deb'do
a la prematuración human . ~UfiJeto, que o~ligadamente tiene que constituirse en él; d \A.
. a, e1s1gm cante paras1ta al . d . . . . .. d pjit
cer y prmcipio de realidad . , orgarusmo esde el rmao. Pnnap10
. se s1ruan en torno l 1 . , d ·...... :11canre,
relación que tiene un dobl e l
e erecto, e de abol' al .
ª ª re ac10n el sujeto con la cadena s11'1~
d eante.
Por otro lado, elabora u { ~ SUJeto y a la vez consagrarlo como es ,
diana) inventa el obJ.eto a arnt~ ulteor.óa prlop~a del objeto, a partir de das Ding (la Co~. ?"~
al' ' ic ac1 n óg1 • CIOO
ca entre mconsciente y pulsión. La repeo . ~.di
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re iza para reestructurar el d d
h b mun o e los ob. al 1univD~-
umano se a re al mundo de 1 , b Jetos: estar el primero perdido, e
os s1m olas q . .
ue tiene una estructura de lenguaJe·
Bibliografla
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