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EPISTEMOLOGÍA Cuadernillo de Textos y Actividades

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UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA NACIONAL

FACULTAD REGIONAL AVELLANEDA

Tramo de Formación Pedagógica para Profesionales y Técnicos


Centro de Vinculación con Secundaria y Superior
Facultad Regional Avellaneda
Universidad Tecnológica Nacional

MATERIA: EPISTEMOLOGÍA

EPISTEMOLOGÍA: Cuadernillo de Textos y Actividades


Autora: Sonia Estela Durand y Gabriel García

1
Índice

Contenidos Páginas

1 - Unidad 1 Ciencia y Epistemología ………… 3 a 20


Módulo 1 Ciencia antigua: Grecia, Helenismo, Roma.
La ciencia en el medioevo.
La ciencia moderna. Epistemología

2 - Unidad 2 Ciencias naturales


Módulo 2 La epistemología en el siglo XIX …………. 21 a 28
Módulo 3 El positivismo lógico del Círculo de Viena …………. 29 a 47
Módulo 4 Superando errores: Bachelard, Popper …………. 48 a 59
Módulo 5 Epistemologías alternativas: Kuhn,
Lakatos, Laudan. …………. 60 a 74

3 - Unidad 3 Ciencias sociales


Módulo 6: Las tendencias epistemológicas
de las ciencias sociales …………. 75 a 86
Módulo 7 Paradigmas de las ciencias sociales …………. 87 a 91

4 - Unidad 4: Dos propuestas diferentes.


Módulo 8 Karl Popper: la lógica de la situación. …………. 92 a 99
Módulo 9: Pierre Bourdieu El capital cultural y
la reproducción social …………. 100 a 107
Actividades …………. 108 a 116

Bibliografía …………. 117 a 120

2
UNIDAD 1

MÓDULO 1

Ciencia y epistemología
La opinión corriente, supone que la ciencia es algo a-histórico que ha existido siempre, con
cambios en sus resultados, pero sin muchos en cuanto a la manera de producir conocimiento.
Nada más alejado de la realidad. A lo largo de la historia, desde que los griegos usaron por
primera vez la palabra episteme (ciencia), las distintas épocas históricas la han utilizado para
designar distintas formas de producir conocimiento y al conocimiento mismo así producido. Más
aún, desde la segunda mitad el siglo XIX se hizo referencia a ciencia (antes denominados filosofía
de la naturaleza) cuando se trataba de las ciencias de la naturaleza y, casi enseguida, los estudios
médicos y los estudios sociales y humanos, comenzaron a denominarse ciencias.

Las reflexiones sobre el conocimiento científico también han ido modificándose: desde
suponer que todo conocimiento era subsidiario de una ontología, hasta considerar que la reflexión
sobre el conocimiento científico (epistemología) debía considerarse lo principal de la reflexión
filosófica y, más aun, una reflexión basada en análisis lógicos y empíricos que dejara de lado los
grandes sistemas filosóficos.

Esto nos lleva a concentrarnos en dos temas fundamentales

1 - ¿Por qué los griegos usaron una palabra especial para designar una forma de conocimiento
que veían diferente a la de los pueblos de su época?

2 - ¿Cómo se produjo el cambio de la reflexión sobre la ciencia que dio lugar a la primacía de la
epistemología?

Comenzaremos a intentar la primera de las respuestas y, para ello, ingresaremos en lo que


se denomina mundo antiguo.

Pero antes de empezar conviene que, siguiendo a Aristóteles, indiquemos cuáles son los
distintos caminos del conocimiento para no identificar conocimiento solamente con episteme
(ciencia). Ya, Aristóteles distinguía la actividad, del resultado de esa actividad. Los modos de
llegar a la verdad de una determinada actividad. Esos modos son:

1 – techné (conocimiento técnico. Para fabricar algo)

2 – phronesis (conocimiento de la acción prudente. Prudencia, sensatez, buen juicio)

3 – episteme (conocimiento científico. Ciencia)

4 - sophía (saber del sabio. Sabiduría)

5 – nous (pensamiento puro o intelecto)

Pero sólo tres son las actividades que competen a estas modalidades:

a) Theoria: como actividad de la episteme, de la sophía y del nous.

b) Praxis: como actividad del habito sensato (phronesis).

3
c) Poiesis: como actividad de la techné.

Para terminar esta introducción resumiremos el planteo de Aristóteles de la siguiente


manera: Aristóteles separó la actividad práxica de la poiética y la teoría porque consideraba que
esas actividades suponían hábitos específicos y formalmente distintos. Mientras que la actividad
poietica implica traer algo a la existencia (técnicas para fabricar), la actividad praxica (hoy la
praxis se confunde con la poiesis y esta guiada por la eficiencia. En Grecia, la parxis era diferente
de la poiesis y estaba guiada por el buen juicio) está referida a la acción entre seres humanos
(significa poseer la sensatez o buen juicio para la interacción entre hombres, que se modifican, a
través de ella, a sí mismos). La praxis está ligada a la retórica, la ética, la política, la medicina, etc.,
en las cuales están involucrados los hombres que viven en comunidad. Por último, mediante a
actividad contemplativa o teórica adquirimos saber científico, desarrollamos la razón y el intelecto.
Veamos desde ya, que la ciencia se plantea como una actividad contemplativa.

Como vemos, no es lo mismo el hacer con objetos (poiesis), de aquel de las relaciones
entre hombres (praxis) o la actividad teoría (hacer científico, filosófico que implica el pensamiento
puro).

En ninguno de estos caminos se menciona al mito por eso podemos sostener que la
ciencia desplaza al mito en cuanto a intentar un acercamiento a las realidades humanas. En todo
caso, la tarea del conocimiento es la de correr el velo mítico que cubre la realidad, y este develar
(aletheia que fue traducido por verdad) es el fin del conocimiento científico (de la episteme).
Veamos un poco esto.

I - Mito, y episteme dentro del mundo antiguo

1 - Narraciones míticas

Todas las culturas se han hecho preguntas sobre el destino del hombre, las características
del mundo natural, etc. Podemos preguntarnos, entonces: ¿Cuál es la diferencia con las
respuestas que dieron a estas cuestiones los babilonios, por ejemplo, cuyos conocimientos sobre
los fenómenos celestes fueron la base del saber de los griegos? Para responder a estas
preguntas es necesario que diferenciemos episteme de mito.

En efecto, puede sostenerse que, a diferencia de lo que los griegos denominaron epistme,
las respuestas sobre el destino del hombre y sus necesidades, que dieron, por ejemplo, los
babilonios (por nombrar solamente una de las culturas más antiguas que la griega), estaban
ligadas a los mitos

Los babilonios, que habían observado correspondencias entre sucesos estelares y


terrestres (influencias celestes sobre las estaciones, el clima, la vegetación, los partos...),
consideraron que en el cielo se determinaban los acontecimientos (personales y estatales) que
sucedían en la tierra. Buscaron en el movimiento de los planetas el sol y la luna, las señales que
permitieran hacer predicciones sobre el futuro de los individuos, es decir, sus estudios tenían una
salida mítica.

Registraron, también, los movimientos observados y realizaron predicciones en este


terreno de acuerdo a sus necesidades pero, cuando intentaron explicaciones, éstas devenían en
mitos, con la intervención de fuerzas sobrenaturales. En otras palabras, a la hora de dar una
explicación que apelara a causas naturales, elevaron a cada uno de estos cuerpos celestes a la
categoría de dioses. De este modo elaboraron narraciones míticas1 y no teoría (en el sentido de

1
Llamamos mito a una narración que atribuye los orígenes (y el presente) del universo a la intervención de seres
sobrenaturales. En un sentido muy amplio del término, podría considerarse como un modo de explicación que podemos
caracterizar como narración más que explicación en el sentido moderno del término.
4
episteme que veremos más adelante). También, estos saberes, beneficiaron sus cosechas y por lo
tanto, su vida en general lo que nos habilita a sostener que ese saber instrumental o técnico
tampoco era ciencia porque no poseía el grado de abstracción y separación del mundo de la vida
que poseyó la episteme pero, la tarea de abstracción de los griegos (que dieron origen a la
episteme), se realizó sobre muchos de esos conocimientos técnicos, matemáticos o astronómicos,
íntimamente relacionados con los mitos.

En resumen, que hayan elaborado narraciones míticas no significa que no hubieran


observado la naturaleza ni que no poseyeran un conocimiento de ella (producto de tal observación)
ni que no hubieran hecho operaciones matemáticas sino que sus explicaciones no fueron del
mimo tipo que las que dieron los griegos desde el siglo VI a. C. Puntualicemos: tenían
conocimientos técnicos y daban explicaciones míticas, no episteme (que luego será traducida por
los romanos como cientiae).

2 - El mundo helénico y la irrupción de la episteme

Jean Pierre Vernant sostiene, por ejemplo, que “la razón es hija de la Polis2” El sistema
político de democracia directa puso en primer plano en muchas ciudades griegas el valor de la
discusión, el uso de la palabra como medio para argumentar y persuadir en la asamblea, la
consideración de las pruebas, el modo de refutar al contrario, la evaluación de las distintas
razones que sostienen alternativas enfrentadas. Estas características de la discusión política en
Grecia son las propias del pensamiento racional Pero ¿a qué llamaremos pensamiento racional?

En Grecia antigua (durante lo que se consideró período helénico que tenía como centro
cultural Atenas: siglos VI al IV a.c.) existía un nuevo modo de pensamiento, lo que no significa
afirmar que hubiera desaparecido el mito, sino que dentro de ese marco y con esas influencias
fueron capaces de buscar una nueva forma de saber. Quien vive el mito no cuestiona su verdad o
falsedad, en tanto la episteme es reflexión, búsqueda de la verdadera sabiduría siempre posible y
siempre distante (filo-sofía) En definitiva, es en Grecia en donde se da este paso fundamental de
la explicación mítica (narratológica) a la explicación racional de la episteme (ciencia). Todo esto ha
permitido decir que allí se dio el paso del mito al logos (razón).

El nuevo pensamiento griego (la episteme griega o helénica), al decir de Habermas, estuvo
ligada al interés emancipativo de la especie humana, es decir la superación de la alineación
que hace sentir al hombre que lo que es su propio poder no le pertenece y lo somete desde fuera
como poderes sobrenaturales. La episteme significó el primer intento de emancipación del hombre
de fuerzas sobrenaturales que lo sometían a designios desconocidos. En este sentido, lo que los
medievales, más adelante, van a considerar ciencia no representa el esfuerzo humano de la
episteme, dado que el hombre vuelve a ser sometido a poderes sobrenaturales.

En tal búsqueda de explicaciones por causas naturales (y no narraciones en las que


intervengan fuerzas extranaturales) los griegos reconocen muy bien la diferencia entre las dos
fuentes del conocimiento: la sensibilidad y la razón. Desconfiando de los sentidos consideraron
que la explicación de la episteme es la de la razón, aceptando como cosa natural la contradicción
que puede haber entre el testimonio de los sentidos y el conocimiento que nos proporciona la
razón.

Pero, además, esta nueva forma de conocimiento (racional y por causas naturales) fue
también crítica. Es relevante destacar que los filósofos (tal como se los llamó a los representantes

“El mito cuenta una historia sagrada, relata un acontecimiento que ha tenido lugar en el tiempo primordial, el tiempo
fabuloso de los comienzos. Dicho de otro modo: el mito cuenta cómo, gracias a las hazañas de los Seres Sobrenaturales,
una realidad ha venido a la existencia (...). Es, pues, siempre un relato de una creación: se narra cómo algo ha sido
producido, ha comenzado a ser. (...)” (Mircea Eliade).
2
Ciudad estado griega en donde se desarrolló la cultura helénica. Estas ciudades pierden su autonomía en el período
helenístico.
5
de esta nueva forma de saber) no enseñaban una doctrina alternativa. Cada discípulo notable,
después de haber aprendido con su maestro, terminaba proponiendo algo diferente a lo que este
maestro proponía. Es decir lo esencial de este pensamiento es la actitud crítica. Por fin, ese
pensamiento que hemos caracterizado como racional y crítico procede de la actividad
contemplativa: teoría.

La palabra teoría tiene para los griegos un carácter eminentemente visual. Teoría
significaba mirar, observar; sin participar activamente en lo que se estaba desarrollando. La
ciencia griega expresó siempre el ideal de la ciencia contemplativa. La vida teórica fue entendida
como vida contemplativa, y éste es el ideal del sabio. Hacer ciencia era un valor en sí mismo, y
nadie se planteaba que ésta debería devenir en técnica. Dicho de otra manera: el saber científico
se desarrolló de espaldas al quehacer diario de los hombres.

Veamos un ejemplo de los aportes de la episteme griega que intenta las explicaciones
racionales de los fenómenos naturales por causas, también, naturales. Podemos advertir que los
animales crecen, esto es algo visible. Pero ¿cómo es posible el crecimiento? Llevamos un cordero
de 8 Kg. a un terreno, y después de unos meses pesará 14 Kg. ¿De dónde salieron esos 6 Kg.
nuevos de cordero? Podríamos sugerir que del pasto y del agua. Pero esto nos llevaría a algo
inaceptable: que el pasto se transforme en cordero. Anaxágoras propuso una explicación: que en
el pasto (también en muchos otros lugares) hay semillas (homeomerías) de cordero. En el pasto
hay semillas de sangre, de pelo, de hueso, etc., de todo eso que vimos aumentar de tamaño,
porque deben haber venido de algún lado (es imposible que vengan de la nada). Y, también,
deberemos reconocer que en el cordero hay semillas de hombre, etc. La teoría de Anaxágoras
podríamos resumirla así: “hay semillas de todo en todas partes”, y en cada cosa predominará un
cierto tipo de semilla. Esto es una explicación que permite comprender porqué es posible el
crecimiento. Podría objetarse: ¿esas semillas son visibles? Anaxágoras contestó que no, que son
muy pequeñas como para verlas. ¿Y entonces porqué debemos aceptar que existen? La
respuesta que hubiese dado Anaxágoras sería: porque mi razón prueba que allí deben estar, caso
contrario, sería incomprensible que algo crezca. Es decir se trata de una explicación racional y
teórica3.

En resumen, la episteme o este saber crítico, racional, teórico y con explicaciones que
buscaban causas naturales de los fenómenos, se oponía a los mitos o narraciones en las que
intervenían fuerzas sobrenaturales.

Las tradiciones científicas helénicas (griegas)

Ahora vamos a señalar dos grandes tradiciones, con respecto a la ciencia,


correspondientes a los dos filósofos máximos de la antigüedad porque su influencia, aun es
efectiva.

a) la de Platón (428-347), la tradición matematizante (pitagórico-platónica)

b) la de Aristóteles, (la tradición teleológica4)

a) La tradición matematizante pitagórico-platónica

Desde el punto de vista del desarrollo de la episteme, Platón (428 ac. a 347 ac.) estuvo
muy influenciado por estas ideas pitagóricas que le habían dado a los números y formas
geométricas un lugar abstracto y divino. Recordemos que muchos conocimientos matemáticos
proceden de los egipcios quienes los utilizaban, entre otras cosas para la construcción de las

3
Cuando los griegos iban al teatro iban a ver una teoría; nadie puede comprender una obra si no ve el comienzo, o si
pierde el final, o si se pierde alguna parte, porque las partes refieren al conjunto.
4
Teleología: del griego telos, fin, lógos, tratado.
6
Pirámides (anticipando el teorema de Pitágoras). Pero para Platón la matemática (especialmente
la geometría) eran expresiones ideales perfectas (no se le hubiera ocurrido que tuvieran utilidad
poiética), las formas que estudiaba la geometría, no eran las formas sensibles sino las formas
puras. Por esto podemos decir que la matemática como ciencia, nace en Grecia.

Platón sostuvo que existían dos mundos: el sensible (o mundo de las cosas perceptibles)
y el inteligible (o mundo de las ideas), Las ideas tienen existencia independiente de la realidad y
la determinan, aunque en forma imperfecta. El mundo sensible está formado por copias
imperfectas de lo que existe en el mundo ideal formado de cosas perfectas, plenas y sin
resquicios. En cambio, en el mundo sensible nos vemos permanentemente engañados nuestros
de los sentidos. El llamado problema de Platón era justamente el de explicar el mundo o “salvar
las apariencias” como se suele decir, utilizando sólo las herramientas que Platón aceptaba: los
círculos y las esferas y que Tolomeo, unos pocos siglos después, llevaría al extremo.

Propuso que los números y figuras geométricas tenían una enorme importancia, porque su
estudio permitía a los hombres alejarse de los objetos sensibles hacia la verdadera realidad. En el
frontispicio de su escuela Platón escribió: “nadie entre aquí si no sabe geometría”.

Nos encontramos entonces con una tradición que da gran impulso a las matemáticas pero
ya no aplicables a la realidad sino como episteme teórica y abstracta. Platón, no se propone
estudiar el mundo sensible porque engaña con su apariencia y deforma la verdadera realidad que
son las ideas. La matemática era el conocimiento abstracto que permitía llegar al mundo de las
ideas o verdadera realidad.

Sin embargo, a esa perfección matemática la colocó en los cuerpos celestes que
aparecen, de alguna manera, identificados con ese mundo ideal en la medida en que reproduce
las formas geométricas perfectas. Esto será retomado con mucha más fuerza por Aristóteles quien
determinará justamente que el espacio supra-lunar (por encima de la Luna) es el espacio de los
movimientos perfectos (circulares) y de los cuerpos perfectos (esferas), una concepción que
perdurará indiscutida durante siglos.

Es decir, Para Platón, los objetos matemáticos así como las relaciones entre ellos, tienen
su realidad (externa e independiente de quien conoce) en el mundo de las ideas. Conocer,
para Platón, significa re-conocer, trasladar este cuerpo de objetos y relaciones preexistentes en un
mundo exterior e implantarlos en el intelecto del individuo. La tesis fundamental de esta postura
epistemológica, que podemos llamar realismo matemático, es la separación explícita entre el
sujeto cognoscente y el objeto de conocimiento.

b) La tradición teleológica de Aristóteles.

Aristóteles fue discípulo de Platón y en muchos aspectos continuaba ideas de éste, sin
embargo poseía una disposición diferente: estuvo interesado por considerar el mundo sensible, y
negó que hubiese otro separado (el de las Ideas).

Fue un gran sistematizador del conocimiento de su época, conocimiento al que sometía a


crítica para proponer luego soluciones originales y superadoras. Como ya se sabe, construir un
sistema, aunque éste no sea más que una clasificación, supone un esfuerzo de discriminación
muy grande. Veamos ahora solamente algunos aspectos del pensamiento de Aristóteles que nos
pueden servir para ver la evolución de la episteme.

Para Aristóteles (en esto coincidía con Platón), sólo hay ciencia de lo universal. Pero lo
universal no es algo que esté separado de los objetos (como proponía Platón al postular la
existencia separada de las Ideas respecto de lo individual). Sino que estaba en los individuos, sólo
los individuos existen y en ellos se presenta el universal.

7
Por otro lado, no consideraba que las matemáticas pudieran dar cuenta del mundo físico.
El mundo sublunar era imperfecto, por lo que pretender hacerlo coincidir con la precisión
matemática era un error de método. Además, consideraba que las medidas eran en cierto modo
una referencia a un sistema arbitrario (ej.: no da el mismo número lo que se mide en centímetros o
pulgadas). De todos modos, la aplicación de la geometría en el mundo supra-lunar quedaba
justificada por la perfección de los objetos celestes.

De este modo una cosa son las que ocurren en la Tierra (física) y otra (diferente en cuanto a
su naturaleza y movimiento) las que ocurren en los cielos (astronomía). La separación entre
astronomía y física que dejó instaurada Aristóteles estuvo vigente hasta el siglo XVII, en que se
inicia una visión unitaria del mundo físico.

Cuando quiso referirse a las causa de los fenómenos naturales Aristóteles distinguió 4
causas

1 - Causa inicial o eficiente: que es el principio del cambio.

2 - Causa material: aquello de lo cual algo surge

3 - Causa formal: es la idea o paradigma

4 - Causa final: es la realidad hacia la cual tiende a ser.

Pongamos un ejemplo. Supongamos que queremos explicar la causa de la fabricación de


un sillón. La causa eficiente es el que lo fabrica, la material las maderas y telas, etc., que se
usarán, la formal es la forma que se le dará y la final es para qué se va a usar.

Esta caracterización estuvo vigente hasta entrada la Edad Moderna. La ciencia moderna
(recordemos para cuando leamos más adelante respecto a ella) empobrece el concepto de causa
en tanto se refiere solamente a la causa como causa eficiente borrando las otras tres.

3 - El mundo helenístico5 y el desarrollo de la episteme

Como vimos, las primeras especulaciones eran totalizantes (filosóficas) y esto se va a


modificar con el helenismo.

5
Con la muerte de Alejandro Magno (323 a.c.), el imperio que había fundado se desmiembra. Pero la liberación del
yugo macedónico no significó para Grecia la vuelta al apogeo. Si bien es cierto que la escuela de Atenas siguió
funcionando la decadencia de la ciudad, en cuanto a lo artístico y científico, al menos se va acentuando lenta pero
inexorablemente. Alejandría (fundada el 30 de marzo de 331 a.C. por Alejandro en la desembocadura del río Nilo, en
Egipto) pasa a ser el centro de ese período histórico-cultural que conocemos como Helenismo y abarca los siglos que
van de la muerte de Alejandro (323 a. C.) hasta la conquista del mundo antiguo por los romanos (como dos fechas
posibles pueden mencionarse la dominación de Egipto en el 47 a.C. y la dominación de Grecia el año 30 a.C.). Pero hay
autores que sostienen que, en realidad, el período se extiende incluso aun bajo la dominación romana y podría
considerarse concluido recién con la destrucción total de la biblioteca de Alejandría denominada biblioteca hija . La
historia hace referencia a la denominada Biblioteca Madre y la Biblioteca hija. Esta finalmente reemplazará a la
Biblioteca-madre, luego del incendio provocado en la biblioteca madre durante las luchas entre los legionarios de Julio
César y las fuerzas ptolemaicas de Aquilas, entre agosto del 48 y enero del 47 a.C. en el puerto de Alejandría.
Ptolomeo III Everguétis (el 'Benefactor') será el fundador de la Biblioteca-hija en el Serapeum. Durante el siglo IV d.C.,
luego de la proclamación del cristianismo como la religión oficial del imperio romano, la seguridad de los santuarios
griegos comenzó a ser amenazada. Los viejos cristianos odiaban la Biblioteca porque ésta era, a sus ojos, la ciudadela
de la incredulidad, el último reducto de las ciencias paganas. La situación se tornó particularmente crítica durante el
reinado de Teodosio I (375-395), el emperador que trató de acabar con la herejía y el paganismo. Por orden de Teófilo,
obispo de Alejandría, que había peticionado y conseguido un decreto imperial, el Serapeum, el complejo que contenía la
preciosa biblioteca y otras dependencias fueron destruidos y saqueados.
8
Muerto Alejandro, la asamblea ateniense resolvió liberar a las ciudades griegas de todas las
guarniciones militares macedónicas y se inició una reacción anti-macedónica bajo la cual cayó
Aristóteles que fue acusado de impiedad. Hemos de recordar que Aristóteles había sido tutor de
Alejandro hasta que éste subió al trono. Aceptó voluntariamente el destierro y murió un año
después en Calcis. Con la muerte de Aristóteles se concreta, ya definitivamente, la decadencia de
Atenas y el comienzo del auge de Alejandría (centro del helenismo así como Atenas lo había sido
del período helénico).

Alejandría fue la mayor ciudad que el mundo antiguo había visto jamás. Gente de todas las
naciones llegaban allí para vivir, comerciar, aprender. En un día cualquiera sus puertos estaban
atiborrados de mercaderes, estudiosos y de lo que hoy denominaríamos turistas. Era una ciudad
donde griegos, egipcios, árabes, sirios, hebreos, persas, nubios, fenicios, italianos, galos e íberos
intercambiaban mercancías e ideas. Fue probablemente allí donde la palabra cosmopolita
consiguió tener un sentido auténtico: ciudadano, no de una sola nación o ciudad, sino del cosmos.

¿Qué impidió que sus estudios arraigaran y florecieran más allá de la época helenística
propiamente dicha? Podemos intentar una hipótesis: No hay noticia en toda la historia de la
Biblioteca de que alguno de los ilustres científicos y estudiosos llegara nunca a desafiar
seriamente los supuestos políticos, económicos y religiosos de su sociedad. Se puso en duda la
permanencia de las estrellas, no la justicia de la esclavitud. La ciencia y la cultura en general
estaban reservadas para unos cuantos privilegiados. La vasta población de la ciudad no tenía la
menor idea de los grandes descubrimientos que tenían lugar dentro de la Biblioteca. Los nuevos
descubrimientos no fueron explicados ni popularizados. La investigación no benefició al pueblo.
Los descubrimientos en mecánica y en la tecnología del vapor se aplicaron principalmente a
perfeccionar las armas, a estimular la superstición, a divertir a los reyes (salvo honrosas
excepciones como Arquímedes). Los científicos nunca captaron el potencial de las máquinas para
hacer el trabajo más digno. Los grandes logros intelectuales de la antigüedad tuvieron pocas
aplicaciones prácticas inmediatas.

En efecto, esta ciencia es cosa de sabios y se desarrolló al margen de los conflictos


sociales que la época vive, el pueblo no tenía noticia de ella. Tal vez esta sea, también, una de las
consecuencias de la separación tan tajante con el conocimiento técnico y su despreocupación por
el mundo del trabajo6. La ciencia no fascinó nunca la imaginación de la multitud. Cuando al final
de todo, la chusma se presentó para quemar la Biblioteca no había nadie capaz de detenerla.

Los principios generales que la ciencia helenísticas respetó fueron los siguientes: la
Ciencia se desprende de la Filosofía (en el sentido de una especulación teórica de lo universal),
no porque haya antinomia entre una y otra, sino porque en lugar de tender a una explicación
global del mundo, como las antiguas cosmologías (mitos), y de proceder ella misma una síntesis
total (filosofía), la Ciencia persigue su propio objeto, la explicación astronómica del cielo y la
construcción de un sistema matemático racional. Desde ahora, la investigación científica se
especializa por ramas. El razonamiento a priori y abstracto, del que Aristóteles hacía aún uso
frecuente, es sustituido por la observación minuciosa del objeto; la determinación precipitada de
las “causas” y de un principio universal de explicación, por el estudio de los fenómenos
concomitantes y la investigación de leyes; la interpretación deformadora de los hechos en función
de una doctrina preconcebida, por la lectura objetiva de la realidad.

Así tenemos los estudios astronómicos. Sobre la base de estos datos se han sacado las
siguientes conclusiones: la observación de la naturaleza no tenía como fin la transformación de la
misma, significó la necesidad de ajustar los datos empíricos a las teorías abstractas con ayuda de
las matemáticas.

6
Por esta época la mano de obra esclava era abundante y no hacía falta incrementar la producción con técnicas
perfeccionadas (tal como ocurrirá con el nuevo modo de producción de la burguesía en el siglo XVIII).
9
La astronomía se convierte, por aplicación del cálculo de las velocidades de los fenómenos
celestes, en una ciencia cada vez más exacta. Se distinguen los distintos tipos de estrellas, se
calculan las órbitas de los planetas, se trata de medir las dimensiones del sol, de la Tierra, de
predecir eclipses. Para crear teorías se toma, como modelo, la matemática por considerar que la
perfección del cielo debía sólo compararse con la perfección de las matemáticas. De este modo
se crean hipótesis más o menos artificiosas para explicar los movimientos de los astros respecto
de la tierra. En fin, se acentúa el carácter deductivo de las teorías. Pero no hay un intento de
interacción con el saber técnico y esto limita en mucho los aportes de la experiencia.

De todos estos estudios mencionaremos solamente el de Ptolomeo por su gran influencia


durante toda la Edad Media.

La obra del matemático y astrónomo Claudio Ptolomeo (Alejandría, 100-178) continuó


lúcidamente la tradición astronómica: “Creemos que el astrónomo debe esforzarse en conseguir el
objetivo siguiente: demostrar que todos los fenómenos en el cielo los producen movimientos
uniformes y circulares...” (Almagesto, III, 2, citado por Levinas, 1996)

El gran aporte de Ptolomeo fue dejar planteado de qué modo los astrónomos debían
intentar solucionar los problemas que se presentaban en astronomía: sus recursos serían el uso
del epiciclo, de la excéntrica y el ecuante. El ecuante era un punto artificial de observación
(externo a la Tierra) desde el cual la velocidad del astro en cuestión podía verse como uniforme.
Es importante observar cómo juegan aquí los conceptos de aparente y real: desde la Tierra puede
percibirse un movimiento aparente que no es real. Puede parecer que el planeta se detiene, pero
en realidad continúa su trayectoria en el epiciclo7 sin que lo advirtamos, debido a nuestro punto de
observación. Sin embargo, hay en la astronomía ptolomeica una renuncia a proponer las causas
físicas del movimiento. Todo lo que se pide al astrónomo es que proponga las combinaciones
geométricas más adecuadas que muestren cómo ocupan los astros los lugares en que los vemos.
No se espera que esta propuesta sea verdadera, y es legítimo que se explique el movimiento de
maneras geométricas distintas; si ambas coinciden con lo que vemos, pueden ser aceptadas. Esta
tradición astronómica intentará “salvar las apariencias” (esta es una frase de Platón).

En matemáticas destacan Euclides, Arquímedes y Apolonio. La obra más importante de


Euclides (que vivió probablemente entre 330-277 a.C., durante el reinado del primer Ptolomeo)
son los Elementos (Stoikheia), obra que, en trece libros, reúne de forma sistemática el conjunto
del saber matemático de la antigüedad, expuesto en forma deductiva, de acuerdo con el concepto
de ciencia expresado por Aristóteles en sus Analíticos Posteriores; partiendo de axiomas,
postulados y definiciones se deducen teoremas o se resuelven problemas.

A esta altura podemos introducir una segunda pregunta ¿por qué no se desarrolló la física?
La respuesta nos obliga a plantearnos otra hipótesis. La física requiere de un método experimental
y este método supone la manipulación de la naturaleza (forzar los hechos para que ocurran). Aquí
aparecen dos sistemas de valores que hicieron imposible esta práctica.

1 Toda manipulación de este tipo estaba asociada al trabajo y éste era considerado una
actividad sujeta a las necesidades y propia de esclavos. De este modo no podían pensar que el
saber superior estuviera ligado a ningún tipo de manipulación.

2 – Los griegos consideraban que la naturaleza era una armonía perfecta que no debía
modificársela más allá de la búsqueda de la satisfacción de las necesidades.

En consecuencia no se habría producido el desarrollo del método experimental y la física


siguió ligada a la filosofía (al pensamiento teórico abstracto).

4 – El mundo romano y el giro práctico.

7
Círculo cuyo centro estaba en un punto de la circunferencia de otro círculo mayor
10
Los romanos no constituyeron un pueblo inclinado hacia las preocupaciones científicas
teóricas. Su espíritu práctico (en el sentido de praxis) lo alejaba de la ciencia contemplativa. Sus
necesidades militares los impulsaron a ciertas cuestiones prácticas, mantenían hospitales de
campaña (algo nuevo), desarrollaron la ética, la oratoria, la política, etc. Por lo demás, los
romanos tomaban como criterio de cultura lo que venía de los griegos, a los que consideraban sus
maestros y de los que se decían sucesores en sus relatos míticos por eso, y por su actitud
práctica, no realizaron innovaciones a las ciencias griegas (episteme) sino que las reprodujeron tal
como las habían recibido.

En otras palabras, su espíritu práctico los llevó a desarrollar reflexiones ligadas a la vida en
las ciudades. El derecho, la moral, la retórica y la medicina, se encuentran entre sus grandes
aportes.

Una de las formas de praxis más desarrollada fue el derecho romano (que aun se estudia
en las facultades de derecho) pero también la médica que llamarán Materia médica (hasta el XIX)
es el estudio de las sustancias que se usan como remedio. Dioscórides, cirujano de Nerón,
clasificó 600 plantas según la enfermedad que curaban (los contemporáneos de Hipócrates, en
Grecia, conocían unas 150 hierbas medicinales, pero no las habían clasificado). Primero trataba la
enfermedad, luego describía las plantas que la curaban, dónde crecían y cómo usarlas. La
medicina era considerada una actividad práctica útil, también (y principalmente), por la necesidad
de hospitales que atendieran a los soldados heridos provenientes de las múltiples guerras en las
que se embarcó Roma.

4.1 - El giro romano hacia el cristianismo

Con la aparición del cristianismo, la cultura romana comienza un camino de


enfrentamientos (que más adelante culminará con su asimilación) produciéndose un nuevo giro en
las cuestiones científicas.

En un principio las enseñanzas cristianas contenían muchas advertencias contra los que
deseaban saber, se inclinaban por la simplicidad del espíritu, despreciaban a los sabios. De hecho,
el cristianismo era resistido por los hombres doctos formados en la tradición griega, que veían en
ella una nueva superstición. Todo esto generó un fuerte desprecio mutuo, que impulsó a muchos
escritores cristianos a enfrentarse con el pensamiento de filósofos y científicos de tradición
pagana (esto es, que desconocieron el mensaje bíblico).

“... por influjo de los últimos filósofos clásicos, estoicos, epicúreos y neoplatónicos, la
curiosidad por la naturaleza había sido casi enteramente sustituida por el deseo de una paz
imperturbable que podía ser conquistada solamente por una mente liberada de las dependencias
de la materia y de la carne. Estos filósofos se preguntaron: ¿para qué sirve el conocer y el hacer?.
Los maestros cristianos tenían una respuesta también para esto: vale la pena conocer y hacer lo
que lleva al amor de Dios. Los primeros cristianos mantuvieron su desprecio de la curiosidad por
las cuestiones naturales y, al principio, también tendieron a menospreciar a la Filosofía porque
podía distraer a los hombres de una vida agradable a Dios.” (Crombie, 1959).

Ya a fines de la antigüedad, Agustín de Hipona (San Agustín) (354-430) en buena medida


continuaba el desprecio por la tarea científica respecto a lo que era importante para los creyentes:
“Así pues, cuando el problema que se nos plantea es saber qué creemos en materia de religión,
no es necesario sondear la naturaleza de las cosas tal como lo han hecho aquellos a los que los
griegos denominaban physici; ni debemos alarmarnos por más tiempo de que los cristianos
ignoren la fuerza y el número de los elementos, el movimiento, el orden y los eclipses de los
cuerpos celestes, las especies y naturalezas de animales, plantas, piedras, fuentes, ríos y
montañas, la cronología y las distancias, los signos que anuncian la proximidad de las tormentas u
11
otras mil cosas que tales filósofos han descubierto o creen haber descubierto (...) Al cristiano le
basta con creer que la única causa de todas las cosas creadas, celestes o terrestres, visibles o
invisibles, es la bondad del Creador, el único Dios verdadero, y que nada existe, salvo Él mismo,
cuya existencia no tenga su origen en Él.” (Citado en: Kuhn, 1962) Sin embargo, San Agustín
advirtió que los escritos platónicos ofrecían un material importante para los fines del cristianismo y
se dedicó a ellos.

2 - El medioevo cristiano

Como sucesores del espíritu romano, los hombres del medioevo se preocuparon
principalmente por la praxis, agregando las formas de salvar el alma a los desarrollos romanos.
Además se va a intentar realizar una síntesis entre la razón y la fe, en donde la primera queda
sometida a la segunda y todo lo referente a observación de la naturaleza queda fuera de ese
saber oficial.

La gran síntesis medieval la realizó Tomás de Aquino que fue quien advirtió que no era
posible mantener la total dominación de la teología en la interpretación de los fenómenos del
mundo terrenal, e introdujo la doctrina de la doble verdad. El universo quedó dividido en dos
dominios. Más arriba de la luna, era dominio de la teología (reina de todas las ciencias). Sólo ella
podía decir qué eran los fenómenos, qué era la verdad. Por debajo de la luna se admitió que el
hombre podía llegar a establecer algunas verdades relativas de lo que se ocupaba la filosofía, la
matemática, la astronomía, la acústica, la lógica, la gramática, etc., (artes liberales), sometidas a
la teología.

De esta manera la naturaleza se convierte en signo de Dios y, su interpretación, es guiada


por las verdades de las Sagradas Escrituras, las cuales solamente la podían interpretar los que
poseían “la razón iluminada por Dios” o sea los teólogos. Esta concepción del conocimiento
científico (contemplativo) - ya que hay ciencias superiores e inferiores en cuya cúspide está la
teología que somete a todas las demás - está jerarquizado porque cuanto más sublime es el
objeto que estudian más jerarquía tendrá la ciencia. Ciencia es entonces, de acuerdo al objeto y
no por su método, como lo será en la modernidad. Por eso, al margen de las artes liberales
(ciencias) se desarrollaron las denominadas artes serviles8 (poiéticas) entre las que se contaban
la pintura, la música, la alquimia, la arquitectura, y todas las técnicas medievales que, por estar
sometidas a las necesidades de la vida cotidiana no se consideraron ciencias.

Debemos puntualizar, que el desarrollo de las artes serviles fue muy importante y terminará
marcando su influencia en el nacimiento de la ciencia moderna

Así, la Edad Media poseía una visión ejemplarista de la naturaleza (es decir, los hombres y
el mundo eran vestigios de la creación de Dios), por eso veían en el mundo el signum Dei, como
vestigium en las cosas materiales y como imago en las inmateriales. Volvemos a ver explicaciones
de desastres como la peste negra como castigos divinos o signos del fin de los tiempos, tal vez,
en forma algo parecida a la época de los mitos.

3 – El nacimiento de la ciencia moderna

8
El concepto de bellas artes, es un concepto moderno que diferencia la actividad poietica en dos modalidades: la
artística y la técnica.
12
Hasta los siglos XI o XII, el cristianismo dominaba una Europa agrícola, y el gran objetivo de la
vida era la salvación del alma (visión ejemplarista). A partir de los siglos XII y XIII, con la sociedad
de los ingenieros, con el formidable progreso de la técnica en la Edad Media, con el desarrollo de
las ciudades, Europa cambió de mentalidad, de modo de producción, de intereses, y vio aparecer
nuevos personajes. Los rasgos característicos de la ciencia moderna son los rasgos
característicos de la sociedad de la época en que surgió. La ciencia se volvió experimental porque
los ‘prácticos’ adquirieron un lugar más importante. Se cita siempre a Leonardo, pero los artistas-
ingenieros eran muchos. Apareció entonces toda una serie de ‘prácticos’. A partir del siglo XVI
surgieron al lado de las universidades -donde la enseñanza, incluso de la matemática, era teórica,
abstracta- las ‘escuelas de cálculo’ para comerciantes, donde se aprendía a medir el volumen de
un barril, a usar trigonometría elemental para medir alturas. Hubo libros destinados a
comerciantes, que se difundieron rápidamente, bastante antes de Galileo, a quien se lo considera
iniciador de la ciencia moderna. A partir de los siglos XIV y XV, surgieron también los banqueros.
Los bancos de Italia tenían grandes saldos en países distantes. Este hecho es esencial hasta para
comprender la aparición de los números negativos. Lo importante no es saber quién los inventó
sino que los banqueros tenían columnas para anotar las pérdidas y las ganancias, hacían cálculos
y tenían que computar lo que ocurría en las sucursales extranjeras, adquiriendo así el hábito del
cálculo abstracto. Durante el Renacimiento aparecen las primeras estadísticas: todos los días se
contaban cuántos bueyes, vacas y cerdos entraban en la ciudad de Florencia. Es el comienzo del
mundo moderno, de las cifras cuantitativas .Entre el fin de la Edad Media y el comienzo del
Renacimiento surgió una sociedad que confiaba en la racionalidad del hombre y en su poder de
actuar sobre la naturaleza. Como siempre, se encontraron justificaciones teológicas: se descubrió
en la Biblia que Dios siempre había querido que el hombre dominase la naturaleza. Se puso el
énfasis en los aspectos racionales de la Biblia. Un pasaje del "Libro de la Sabiduría" dice, por
ejemplo, que Dios hizo todo según el número, el peso y la medida. Galileo sostuvo que la
naturaleza es matemática y racional.” (Thuillier, 1990)

Como vimos, la tradición griega estimaba que lo propio del conocimiento científico es el
conocimiento de las causas, y que la ciencia versa sobre lo Universal. Luego esta búsqueda de
las causas es la pregunta del por qué lo que resulta la pregunta fundamental del esfuerzo
científico. De esta manera, podemos entender que para Aristóteles la investigación filosófica fuera
“ciencia primera”, puesto que explica por un tipo de causas que buscan responder al por qué. La
ciencia moderna se pegunta el por qué y también el cómo, explicar un fenómeno, es decir,
describir cómo se genera o desarrolla. El por qué apunta a una idea de causalidad muy
distinta .Según lo que ya vimos, Aristóteles presenta cuatro causas (material, formal eficiente y
final). La modernidad redujo el concepto de causa aristotélico a la causa eficiente, desconociendo
las demás.

Pero hay un rasgo aun más diferenciador, y es que Aristóteles considera que el
conocimiento de más alto grado son las ciencias que no buscan ser práctica ni poiéticas, por el
contrario vemos como uno de los rasgos fundamentales del conocimiento científico de la
modernidad es su orientación hacia lo más útil y productivo. Comienza un proceso de
identificación de praxis con poiesis (que culminará con Marx para quien la producción de objetos
modifica también al hombre) y parece carecer de sentido ocuparse en conocer algo (mediante la
contemplación: teoría) que no sea útil. No nos olvidemos que está naciendo la sociedad burguesa
cuyo valor principal es justamente lo útil. El conocimiento teórico comienza su compromiso con la
acción práctica y poiética. ¿Cómo surge esta ciencia?

Desde el siglo XVI comienza a cobrar impulso la nueva forma de hacer ciencia ligada a los
estudios astronómicos y físicos, la cual madurará en los dos siglos siguientes. Era una ciencia que
avanzaba con pasos seguros y que, por la admiración que suscitaba, incitaba a la imitación. Ha
desaparecido casi del todo la ciencia theoría de la antigüedad, como simple aspiración a
contemplar el mundo para hacerlo inteligible. Ha desaparecido, como ideal operativo, la visión
ejemplarista cristiana de la ciencia medieva y ha surgido otra que se sostiene en la idea de que la
racionalidad es propia de cada individuo, en tanto ser humano (y no como propia de los que tienen
13
la razón iluminada por Dios, como el medioevo cristiano), que busca legitimarse como
conocimiento público y probarse con los datos que proceden de los sentidos. Razón y experiencia
sensible quedarán atadas desde, por lo menos, la época de Galileo

“Entre la ciencia feudal y la ciencia moderna –dice Samaja- hubo un cambio de contenido
epistemológico, no de función epistemológica: a una sociedad que se concebía a sí misma como
tutelada por la Voluntad de un Ser Supremo, a través de sus ministros, correspondió la idea de
una naturaleza habitada por fuerzas espirituales. Correlativamente, a una sociedad que se
presenta como un sistema mecánico, cuya equilibración depende de la sola operación de los
mecanismos objetivos del mercado (nexus rerum), corresponde una visión de una naturaleza
regida por las funciones matemáticas.” (Samaja, 1993). Pero la unificación del conocimiento de la
naturaleza y la matemática, como lenguaje apropiado para entenderla, sólo fue posible dentro de
una cultura mercantil9 que llevó ambas disciplinas al punto de fusión.

Así, todo lo que hasta ese momento (la época Medieval) se había llamado ciencia aparece
ahora lleno de errores; en consecuencia, buscaron nuevos métodos capaces de generar certezas.
Pero los métodos, a pesar de esta meta compartida, comienzan a ser divergentes: la certeza
proviene de la razón o de la realidad empírica. Este último camino no encuentra una codificación y
una praxis convincente hasta Newton, quien, en su obra, aun no han desaparecido elementos
medievales como por ejemplo la existencia del eter, o el concepto de hipótesis como la usaron los
matemáticos medievales (una conjetura que es útil para razonar pero no como una suposición que
debe ser probada empíricamente, tal como la concibe la ciencia moderna).

Los hombres modernos, al confiar en la racionalidad del individuo, pretenden la difusión


del saber a todos y no solamente a una elite de elegidos o iluminados. La ciencia busca
legitimarse como conocimiento público, es decir, cualquier individuo que haya recibido educación,
puede entender y probar las hipótesis científicas sometiendo sus resultados al tribunal de la
experiencia y de la intersubjetividad.

Otro aspecto destacable es que se concibe a la ciencia como un proceso que requiere la
colaboración entre los científicos. Este es uno de los objetivos que impulsa la creación de las
academias y las publicaciones periódicas científicas. “El avance y el progreso de las ciencias y de
las artes mediante la colaboración: he aquí la común finalidad que se proponen las primeras
academias científicas modernas: la Accademia del Cimento (1657), la Royal Society (1662), la
Académie des sciences (1666)” (Rossi1966). “En 1665 (...) se publica en París el primer diario
científico –el Journal des Savants- seguido tres meses después por los Philosophical transactions,

9
Recordemos que la cultura mercantil se instala en el mundo occidental con el derrumbe del
sistema feudal comenzado aproximadamente en el siglo XIV - XV y hace posible la Revolución
Industrial del siglo XVIII. Suele denominarse revolución comercial a esta cultura mercantil que
significó los siguientes cambios: 1 – El monopolio del comercio en el Mediterráneo que ejercían las
ciudades italianas. 2 – El intercambio que estas ciudades realizaron con las ciudades de Europa
septentrional. 3 – La introducción de monedas de circulación general. 4 – La acumulación del
capital sobrante en el comercio, la navegación y la minería. 5 – La demanda de materiales bélicos y
el impulso dado por los nuevos monarcas al comercio con el fin de crear otras fuentes de impuestos.
6 – El deseo de obtener productos del Lejano Oriente estimulado por el relato de los viajeros.

14
de Londres, que, de hecho, son científicos y no filosóficos, en el sentido en que lo entendemos
actualmente” (Cailleux, 1961).

Pero, en varios aspectos, los cambios en la forma de pensar la naturaleza tuvieron su


inspiración en algunas tradiciones medievales como las reflexiones sobre el papel de la inducción
en el pensamiento aristotélico o el reconocimiento del valor de determinados experimentos que
realizaron, entre otros, Roger Bacon, Grosseteste y Guillermo de Ockham.

Lo más novedoso fue la nueva relación que se establece con el mundo de la técnica, que
ya hacía comenzado a vislumbrarse en la última etapa de la Edad Media. De esta esfera, puede
decirse que la ciencia moderna tomó:

• los procedimientos,
• el uso de los artefactos y

• la elaboración de modelos matemáticos, base de la nueva forma de


representación del mundo.

A diferencia del desarrollo paralelo y sin demasiados contactos entre la ciencia y la técnica
durante la antigüedad y la Edad Media, en la modernidad se produce una interacción entre ciencia
y técnica que atravesó por distintos períodos. Inicialmente predominó el aporte técnico al campo
científico, más tarde la ciencia comienza a realizar aportes a la técnica y paulatinamente se
avanza hacia la interacción. Pero aún cuando la ciencia del siglo XVII no haya producido avances
técnicos inmediatos, Habermas sostiene que difiere de la antigua en tanto desarrolla una
dimensión de control técnico posible. Es decir, el hombre moderno proyecta extender mediante la
ciencia su dominio sobre la naturaleza.

Pero el precio de este dominio parece haber sido que la razón separe cualquier
presupuesto cuya influencia no fuera calculable (valoraciones, prejuicios, opiniones). Tal como lo
demanda el imperativo galileano, la búsqueda del saber no debía estar sujeta a ninguna limitación
externa a sí misma. Esto determinó una concepción de ciencia que ha llegado, con altibajos, hasta
el día de hoy: la ciencia es neutral, los únicos valores que la guían son los del conocimiento
(simplicidad de las teorías, predictivilidad, coherencia, verdad, etc.) y permanece ajena a las
cuestiones éticas, políticas o religiosas.

Los enfrentamientos de Galileo con el poder político y religioso indican el comienzo de este
ideal: la neutralidad de los conocimientos y la autonomía para la investigación. De este modo la
objetividad se vería defendida de todo elemento distorsionador. La verdad científica daría luz a las
sombras de la ignorancia haciendo desaparecer, así, fanatismos y prejuicios que impiden al
hombre su realización plena y completa, su emancipación total. “Los prejuicios morales fueron
puestos bajo la lupa del científico (considerando que) su método tiene efectos notables, en cuanto
a eliminar prejuicios y mostrar la incompetencia lógica de algunos proyectados cursos de acción.”
(Klimovsky, 1982).

En su origen, esta nueva forma de pensar la naturaleza debió reclamar la autonomía de los
controles políticos y religiosos sin lo cual no hubiera podido desarrollarse. Dimensión técnica y
búsqueda de autonomía son, así, dos caras de la misma moneda. Este ideal de neutralidad ha
sido cuestionado actualmente sobre todo desde el ámbito de las ciencias sociales y algunas

15
orientaciones de la filosofía de la ciencia (que veremos más adelante), basándose en el
compromiso existente entre ciencia y poder.

En resumen, la ciencia moderna se constituyó, a la vez, como empresa cognitiva en


busca de certidumbres -que brinda un cuadro integrado del mundo, pretendidamente libre de
intereses externos a sí misma- y como fuente de poder o herramienta para manipular el medio.

Analicemos los aportes de la técnica medieval y su ulterior desarrollo para mostrar las
características de las ciencias físicas modernas:

a – Con respecto a la importancia de los procedimientos experimentales podemos recordar


la afirmación de Bernal, según la cual: “Los primeros hombres de ciencia que examinaron la
naturaleza o la obra de los hombres, tuvieron que utilizar el equipo y las ideas predominantes
entonces en la tecnología, es decir que usaron el compendio de recetas prácticas e instrumentos
del hogar, la granja y el taller artesanal”. Bernal ve en el experimento, base de la ciencia moderna,
“un proceso técnico en pequeña escala. Los aparatos del experimentador, como lo prueba el caso
de Agrícola (1490-1555), se reducen a los del fundidor” (Bernal, 1963).

Pero el experimento científico debió integrar el sistema hipotético deductivo y la


cuantificación de la experiencia sin lo cual no podría haberse dado como forma universal de
verificación de los resultados en determinadas ciencias, como por ejemplo la física. La deducción
hipotética era un razonamiento común entre los lógicos y matemáticos medievales y se la
diferenciaba de la deducción categórica. La deducción categórica parte de un principio
incondicionado y lo afirma como verdadero para comunicar su certidumbre a sus consecuencias.
Ejemplo de una deducción categórica es el siguiente:

Sostengo que todos los santafesinos son argentinos es verdad y que todos los rosarinos son
santafecinos también lo es, en consecuencia es verdad que todos los rosarinos son argentinos

En tanto la deducción hipotética es una deducción condicionada y, los matemáticos


medievales, consideraban, el principio del cual se partía, como un postulado. Es decir un principio
que no se demuestra y que no posee como tal valor de verdad pero tiene la potencia para
engendrarla deductivamente:

Por ejemplo: Si la línea es una sucesión infinita de puntos debemos considerar al


segmento como una sucesión de puntos limitada por los puntos en que se corta la línea.

Pero la deducción hipotética propia del método experimental va a requerir el cambio del
concepto de hipótesis. Ya no será un postulado cuya verdad o falsedad no se demuestra sino una
conjetura que deberá probarse, es decir hay un compromiso con la verdad. Pero si establecemos
una hipótesis conjetura que deberá ser demostrada por los hechos, se nos plantea un problema
que ya lo conocían los matemáticos griegos. Si bien podemos extraer de la verdad del principio la
verdad de las consecuencias, nada podemos decir del principio cuando las consecuencias son
verdaderas. Podría ocurrir que las consecuencias sean verdaderas y el principio falso. Esto llevó a
sostener que las hipótesis que la ciencia no ha podido refutar son solamente probablemente
verdaderas.

b - El uso de instrumentos técnicos para la investigación científica es el correlato de los


cambios apuntados. Galileo le otorga al telescopio un papel fundamental para el desarrollo de la
ciencia y lo reconoce como invención de “un simple fabricante de lentes ordinarias.” (Galileo,
1623). La utilización del mismo en la tarea científica genera la oposición de los teólogos de la
época quienes - poseedores de una concepción distinta de ciencia - desconfiaron de su valor. El
jesuita P. Grassi criticó la concepción astronómica de Galileo, y en especial el uso que hacía del
telescopio (al cual, por razones puramente lógicas, le niega la posibilidad de producir un aumento

16
tal en las cosas que permita hacer visible lo que antes no lo era). Con este argumento pretendía
negar la existencia de manchas solares y otros descubrimientos hechos con el telescopio, que
ponían en duda la perfección de la órbita celeste. No hay que olvidar que la verdadera ciencia
para el medioevo debía deducirse de las verdades reveladas y no de la observación empírica,
considerada fuente de errores. Galileo respondió a la obra de Grassi en un libro de título sugestivo:
El ensayador. Con la introducción de los instrumentos, la observación científica se diferencia de la
observación banal en tanto aquella es artificial en un doble sentido: por el uso de instrumentos y
por el carácter del método experimental de provocar la aparición del fenómeno artificialmente.

c- Si bien se reconoce en la cuantificación propia de la ciencia el aporte de los teóricos, no


debemos olvidarnos del uso de las matemáticas en la astrología y la magia medievales. Dice
Blanché al respecto, que si bien no puede compararse este uso con la aplicación de las
matemáticas para el conocimiento del mundo que realizaron los modernos, muchos de los
científicos del primer momento estaban familiarizados con ella a través de los estudios
astrológicos o de la numerología usada en la magia. El único que no estaba relacionado con estas
prácticas parece haber sido Galileo. Tampoco debemos olvidar que dentro del ámbito del trabajo
artesanal tenía gran importancia la cuantificación: “...antes de Galileo y durante su vida, las
matemáticas eran usadas cada vez más por los técnicos y artesanos prácticos” (Needham, 1956).

La única forma de darle a la física un lenguaje matemático es redefiniendo su objeto de


estudio. Este nuevo objeto son las relaciones entre fenómenos y no las cualidades. Son las
relaciones las que pueden ser medidas y de este modo se obtiene un carácter consensual del
conocimiento de la experiencia (eminentemente ligado a cada uno de los sujetos que lo
adquieren). Este nuevo objeto de conocimiento es formal y abstracto. Así, comienza un camino en
el cual por ejemplo rojo, no es una sensación que depende de quien ve esta cualidad de los
objetos sino una determinada longitud de onda. Este conocimiento de las relaciones entre
fenómenos puede cuantificarse y convertirse en test de las hipótesis teóricas.

Es decir el lenguaje matemático no puede captar sino relaciones entre fenómenos, estas
relaciones son algo que puede medirse (y, por lo tanto, algo que puede verificarse o refutarse). El
fenómeno sufre, de esta manera un proceso de abstracción al cual corresponde la sistematización
unificación y ordenamiento del sistema complejo de leyes e hipótesis que se verifican. El plano
privilegiado de estas abstracciones, o sea el plano en que es más fácil la reducción del fenómeno
a las relaciones que lo determinan, es el plano de la mecánica, donde entran en juego los
conceptos sugeridos más inmediatamente por la técnica de las llamadas máquinas simples. Este
plano tiene la ventaja de poder expresar relaciones en forma matemática elemental, de manera
que permite penetrar en las propiedades más características del plano inclinado, la palanca, el
movimiento pendular, etc.10. A esta concepción de la naturaleza entendida como una máquina que
puede desarmarse, estudiar sus partes por separado hacerla más inteligible se la denomina
mecanicista. Es decir, a la idea de una naturaleza como lugar privilegiado de la manifestación
divina, poblada de marcas y analogías que hay que descifrar le sucede la idea de una naturaleza
entendida como máquina escrita con caracteres matemáticos (Galileo) constituida por relaciones
que hay que medir.

Estos cambios se hicieron evidentes con la difusión de la teoría heliocéntrica de Copérnico


apoyada por Galileo, la mecánica de Newton, la química de Lavoisier y la teoría de la evolución de
Darwin (que terminó de remover lo últimos vestigios de interpretación medieval de la naturaleza).
No va a pasar mucho tiempo hasta que el mundo social, como consecuencia de los bruscos
cambios producidos especialmente por la Revolución Francesa y la Revolución Industrial, también
requiera ser pensado con los instrumentos intelectuales de la ciencia moderna.

10
Los desarrollos ulteriores de la investigación experimental modificaron la visión que acabamos de mencionar. El
hecho mismo de que la matemática comenzara a sugerir nuevos métodos (por ejemplo el desarrollo del análisis
infinitesimal) y que estos métodos se revelaran extraordinariamente fecundos surgió la idea de interpretar el lenguaje
matemático como auxiliar útil en el estudio de la naturaleza. Es decir, nace el concepto de matemática aplicada. Por otro
lado el físico sabe que no hay garantías a priori en la aplicación de una u otra teoría matemática a la realidad física, lo
que lo hace estar siempre dispuesto a intentar la aplicación de otra teoría.
17
Pero, junto con los descubrimientos que realizara la nueva física, los nuevos hombres de
ciencia sintieron la necesidad de buscar una fundamentación para la forma de conocimiento que
estaban generando. Así, tanto Galileo como Kepler y aun Newton reflexionaron sobre cuestiones
epistemológicas relativas al asunto que encaraban, es decir hicieron filosofía de la ciencia.
Tengamos en cuenta que llamar tanto a las reflexiones sobre la ciencia como los descubrimientos
físicos se siguió utilizando el término filosofía. Así, la obra de Newton se la considera una filosofía
de la naturaleza.

4 - Epistemología

1 – Las reflexiones sobre la ciencia.

Los problemas del conocimiento fueron planteados ya desde el origen de las


especulaciones teóricas (en Grecia) y, con el desarrollo del saber occidental, formaron parte de la
filosofía. La rama de la filosofía que trataba de teorizar sobre el conocimiento se denominó
gnoseología que planteaba la posibilidad, la esencia y el origen de todo conocimiento.

Con el nacimiento de la ciencia moderna (siglo XVII) los sistemas filosóficos se ocuparon
de intentar fundamentarla, es decir cómo se construye el conocimiento (tema de la actal
epistemología). Este es el caso del sistema filosófica de Immanuel Kant (siglo XVIII). Kant abordó
diversos problemas filosóficos pero el núcleo de su filosofía se centro en el conocimiento científico.

Sostiene Rolando García: “El gran mérito que tuvo Kant entonces -y continúa siéndolo- es
haber planteado con toda claridad el problema del conocimiento, de la relación sujeto-objeto en la
construcción del conocimiento. Lo que ya no son aceptables son sus respuestas, que forman un
sistema cerrado completo: explica el espacio, el tiempo, la causalidad, las matemáticas y,
naturalmente, explica la ciencia de su época.

Pero en la época de Kant, lo que se conocía de la ciencia era la geometría de Euclides, la


lógica aristotélica – que venían sin cambios de la antigüedad clásica - y la gran revolución que,
iniciada por Galileo, había llevado a la física a su formulación moderna con Newton. También la
aritmética había incorporado los cálculos de Newton y Leibnitz. Kant intenta fundamentar esta
ciencia que concebía al espacio y al tiempo como absolutos.

Para Kant - dice Rolando García - la geometría es lo que dicen los Elementos de Euclides,
la lógica es el silogismo aristotélico; la aritmética es el cálculo en la forma que Newton y Leibniz lo
construyeron; el espacio y el tiempo es lo que Newton considera como espacio y tiempo. (...). La
obra de Kant es el monumento de la filosofía especulativa. Pero ese monumento tuvo mala suerte.
Kant muere en 1804 y no pasan 20 años sin que la ciencia, fundamentalmente la matemática,
tenga un vuelco extraordinario. Aparecen las geometrías no euclidianas, y a partir de ahí yo diría
que cada uno de los conceptos que daba Kant como establecidos van a ser sistemáticamente
demolidos en lo que resta del siglo XIX y el comienzo del siglo XX.

La geometría no euclidiana muestra que la geometría de Euclides es sólo una de las


geometrías entre otras equivalentes, y que la geometría del espacio físico no era un problema que
podían decidir las matemáticas por sí mismas. Por su parte, la lógica va a ser completamente
renovada en ese siglo. Se va a mostrar que la silogística de Aristóteles es sólo un pequeño
capítulo de la lógica, se va a resolver lo que fue el gran escándalo de la matemática y de la lógica:
la lógica de Aristóteles no es capaz de expresar el más simple razonamiento matemático, siendo
que las matemáticas se consideran la cumbre del razonamiento lógico. Es fácil mostrar
razonamientos muy simples que no son reducibles a silogismos. Cae entonces la lógica
aristotélica. Weirstrass da al cálculo un aspecto completamente distinto, muestra que Blos
infinitésimos que tanto le hicieron devanar los sesos a Kant y también a Hegel no son problema. Y
Cantor resuelve las antinomias sobre el infinito. Brevemente se llega al final del siglo con una
matemática distinta, sin que quede nada de los problemas de Kant.

18
En los inicios del siglo XX, con la relatividad y la mecánica cuántica, el proceso se va a terminar.
El espacio y el tiempo cobran un sentido completamente distinto. Este es el derrumbe, no de Kant
ni de Hegel, es el derrumbe de la filosofía especulativa. A partir de ahí la filosofía especulativa
pierde el derecho de tratar de fundamentar los conceptos científicos. (García Rolando, 1990)

Todos estos cambios van a conducir a la preeminencia de las cuestiones epistemológicas


por sobre cualquier otro planteo filosófico.

Los alemanes - sostiene Rolando García - son los primeros que se percatan de esto, quizá
porque una buena parte de lo que ocurrió fue en Alemania. Y lo que era erkenntniss theorie, teoría
del conocimiento (erkenntniss es teoría) le anteponen wissenshaft leherer (wissenshaft es ciencia)
una teoría de la ciencia. (García Rolando, 1990)

Quien toma esto muy claramente y le da un sentido filosófico, quien retoma sobre todo la
reconstrucción de la geometría, es Bertrand Russell, publicando en los últimos años del siglo XIX
una obra fundamental, Los fundamentos de la geometría, en la que utiliza la palabra epistemology
como traducción, o como equivalente al wissenshaft leherer de los alemanes. No la teoría del
conocimiento, no el erkenntniss, sino la teoría de la ciencia. Poco después, en 1901, se traduce al
francés el libro de Russell, y allí aparece la palabra epistemoligie, que según el diccionario
histórico de la lengua francesa es el punto de partida del uso de la palabra epistemología, como
distinta a la teoría general del conocimiento que había sido edificada por los filósofos. Quien
nacionaliza el término epistemoligie, que va a pasar al español como epistemología, es Meyerson.
Su libro publicado poco después, Identidad y realidad, comienza el prólogo diciendo "me voy a
ocupar de la filosofía de la ciencia o epistemología como hoy empieza a usarse". Es ese el
momento en el que aparece una epistemología como teoría de la ciencia, distinta a lo que la
filosofía especulativa entendía como teoría del conocimiento. Entonces, a partir de ese momento
se hace necesario distinguir entre una teoría del conocimiento que podríamos llamar teoría del
conocimiento común, y una teoría del conocimiento científico que sería la epistemología”. (García
Rolando, 1990)

2 - Desarrollo de la epistemología.

A comienzos del siglo XX, la epistemología es entendida como una forma de fundamentar
la ciencia. Pero esta actividad es concebida de diferente manera. Mientras algunos siguen
pensando que los planteos epistemológicos deben hacerlo los filósofos, por fuera de la actividad
científica, otros (como el empirismo lógico) sostienen que la única forma de fundamentación
posible debe surgir desde dentro de la actividad científica misma, es decir, desde los científicos.

Lo que ya empezamos a destacar, es que todos estos planteos, se centran en el análisis


de los resultados de la labor científica y se convierten en una epistemología normativa que dice lo
que debe ser y lo que no debe ser ciencia. O sea, cómo debía analizarse la estructura lógica y la
prueba empírica para poder determinar qué debía ser un conocimiento científico. Otra forma de
análisis (que surge a mediados del siglo XX) es plantearse la ciencia como práctica, como
actividad pero, a comienzo de siglo, van a predominar los análisis de la ciencia como resultado.

Por eso podemos determinar por lo menos dos etapas: La primera etapa corresponde a los
aportes del Círculo de Viena y a la labor de filósofos, como fueron los aportes del empirismo lógico
y los de Popper respectivamente.

La segunda etapa se abre, con la obra de Thomas Kuhn, quien sustituye como centro de interés
filosófico la estructura lógica de los enunciados por las vicisitudes históricas de la ciencia. Con
esto nos acercamos a los planteos de la ciencia como actividad.

Enfrentada con estos planteos está la sociología del conocimiento que niega el valor de la
epistemología y se centra en el análisis de las prácticas científicas.

19
Dentro de la primera etapa colocamos el esfuerzo por considerar que hay muchos objetos
diferentes sobre los que puede trabajar la ciencia, determinando diferentes ciencias (psicología,
sociologías, física, astronomía etc.) pero que el conocimiento científico es uno. O sea, si de
ciencia se trata, a pesar de existir muchas, debe existir una unidad o unicidad de todas. El
problema se generó, no con las ciencias formales, sino con las ciencias fácticas que fueron las
que se revolucionaron al separarse de las especulaciones teológicas (siglo XVII)

Un ejemplo de esta búsqueda de unicidad son los trabajos de Carnap quien consideró que
la ciencia era “una” porque su lenguaje es el mismo en todos los casos: un lenguaje lógico y
empírico. Estrechamente ligado a la unificación del lenguaje está la unificación del método. Si el
método es el fundamento del conocimiento científico debía ser único, para todas las ciencias
fácticas. Así, se llegó a la idea de trascendentalidad y a-historicidad del método científico (el
método es trascendental a la historia, una vez que se ha llegado a él, no lo modifica).

También, se ha buscado la unidad por la axiomatización de sus teorías. Una vez


axiamatizadas, se podrá mostrar que la estructura lógica es la misma. Esta tesis ha sido sostenida,
entre otros, ya por Otto Neurath (1882 – 1945, perteneciente al círculo de Viena), quien también
plantea la necesidad de buscar conexiones entre las distintas ciencias.

En la segunda etapa podemos considerar que el desarrollo de las ciencias sociales, y de la


sociología del conocimiento, que mostraron la casi imposibilidad de aplicación del método
considerado científico, llevó a cuestionar todo. El método depende del objeto de estudio, entonces
hay tantos métodos diferentes como ciencias, tantos lenguajes diferentes como ciencias y tantas
formas de estructuración de sus teorías como ciencias haya. Esto pone en tela de juicio la
unicidad de la ciencia: no existe la ciencia sino las ciencias. Pero entonces, no existe una
epistemología sino diferentes epistemologías para cada ciencia.

Para los sociólogos del conocimiento no debería hablarse de ciencia sino de ciencias
(consideran que hablar de ciencia es una invención filosófica); cada ciencia deberá realizar sus
propios planteos epistemológicos. Los epistemólogos se encontraron ante la urgencia de redefinir
su ámbito en una epistemología general o aceptar que se diluya en varias epistemologías
particulares.

Para terminar mencionaremos la posición de Blanche quien intenta superar esta oposición.
Para Blanché, la unicidad de las ciencias fácticas en términos de inteligibilidad y positividad del
conocimiento científico. o sea, la ciencia moderna presenta una tensión entre los aportes de la
experiencia (datos singulares) y los de la razón (teorías universales) y es esta tensión lo que es
común a todas las ciencias. En otras palabras, no es un método único ni leyes o lenguaje único lo
que nos permite hablar de unicidad, sino la forma de producir conocimiento inteligible y positivo.

Siendo así, una epistemología general es posible, en tanto existen temas generales para
todas las ciencias. Actualmente, esto está en discusión porque se prefiere hablar de epistemología
de cada una de las ciencias particulares o filosofía de la ciencia (cuando se hacen planteos
generales sobre la construcción del conocimiento).

20
Unidad 2

La epistemología y las ciencias de la naturaleza

Módulo 2
Principales soluciones epistemológicas del siglo XIX

En el siglo XIX las epistemologías, relacionadas con las ciencias naturales giraron,
principalmente, en torno a los problemas de la física de Newton.

Estas epistemologías trataban de resolver las cuestiones científicas de una nueva manera.
Se produce así, un rico debate entre filósofos y científicos que va a delinear los problemas
principales que deberán ser repensados, como consecuencia de los nuevos cambios, de
comienzos del siguiente siglo (puntualizados en la unidad anterior).

La reflexión sobre las cuestiones relativas a la posibilidad del conocimiento (científico), es


decir las cuestiones epistemológicas giraron en torno al método de las ciencias por considerar que
es la estructura lógica del método científico lo que hace posible el conocimiento.

Estas cuestiones epistemológicas (y metodológicas) estuvieron marcadas por el empirismo


inglés11 como fondo tanto para las críticas como para su defensa. Sus cuestiones principales
estuvieron centradas en la relación que debería existir entre las teorías matematizadas y la
realidad empírica aceptando como método de búsqueda o descubrimiento de causas a la
inducción científica definida por Francis Bacon en el siglo XVII. Bacon había buscado otorgarle a
la ciencia un lugar para el bienestar de la sociedad y renovar el método de la ciencia medieval. Así
puede considerarse a Bacon como el punto de partida de las epistemologías inductivas del siglo
que nos interesa. Este es el motivo por el cual nos alejaremos, por un momento, de nuestro

11
Como representantes destacados del empirismo inglés podemos mencionar a John Locke (1632-1704) y a David
Hume (1711-1776). La actitud crítica del empirismo se centró en la exigencia básica de que a toda idea ha de
corresponderle una impresión para que tenga sentido. Así, todos los conceptos fundamentales de la filosofía tradicional:
causalidad, sustancia, alma, Dios y libertad quedan cuestionados como expresiones sin sentido. Locke había sostenido
que todos los conocimiento que posee la razón derivan de la experiencia y esta nos brinda cualidades primarias
(objetivas de los cuerpos como son la extensión, la figura, el número, el movimiento, la solidez) y las cualidades
secundarias (subjetivas como son el color, el sabor, el sonido, la temperatura etc.). Las cualidades primarias y
secundarias son ideas con las que pensamos los cuerpos.
Hume, a su vez, asume como punto de partida que las ideas son fenómenos de la conciencia, lo que pensamos supera
con creces lo percibido, pero sólo hay certeza de lo percibido. La innovación fundamental de Hume es su distinción
entre impresiones (producto de las percepción) e ideas simples (copia de las impresiones) y compuestas (formadas por
la asociación de ideas simples). La asociación de ideas se rige por leyes de asociación (semejanza, contigüidad,
causalidad). Una impresión es una percepción que, por ser inmediata y actual, es viva e intensa, mientras que una idea
es una copia de una impresión, y por lo mismo no es más que una percepción menos viva e intensa, que consiste en la
reflexión de la mente sobre una impresión; tal reflexión se hace por la memoria o la imaginación. De esta manera, la
tesis fundamental de Hume es al mismo tiempo una hipótesis psicológica sobre la génesis del conocimiento empírico y
una estipulación lógica del rango de los conceptos empíricamente significativos. Esto hizo que las corrientes empiristas
ulteriores se vieran impregnadas de planteos psicologistas contra los cuales va a reaccionar Popper. La búsqueda del
sentido o la verdad de una proposición es la búsqueda de la impresión que la ha producido y esto va a
ser un programa que se extiende hasta en el denominado empirismo lógico pero, con las modificaciones introducidas al
empirismo clásico, se terminan produciéndose conflictos que veremos más.
Uno de los aportes más significativo de Hume fue la crítica a la noción de causalidad. No vemos la conexión entre
efecto y causa, lo que vemos son dos fenómenos contiguos que tendemos por hábito a asociarlos como causa y efecto.
Es decir, la causalidad es más la costumbre, o hábito, de generalizar en forma de ley, o enunciado universal, las
sucesiones de fenómenos que suceden regularmente en el tiempo. Con lo que niega que las teorías empíricas pudiesen
conseguir el rango de verdades necesarias.
21
propósito de abocarnos a las reflexiones del siglo XIX para, en forma muy sucinta, referirnos a
Francis Bacon.

Para Francis Bacon12 (1561-1626) la unilateralidad del Organom aristotélico es una de las
cosas a superar. La forma es la constitución de un Novum Organom que integre la observación y
la reflexión adoptando procedimientos que controlen la marcha gradual de la inducción. Esta línea
comienza a insistir en la justeza de las rigurosas observaciones particulares, en donde la
inducción y sus tablas hacen las veces de voto racional. Al establecer los axiomas por medio de la
inducción - nos dice Bacon - hay que buscar una forma de inducción distinta de la actualmente en
uso [...]. La inducción que procede por enumeración simple es algo pueril, concluye de forma
precaria, se expone al peligro de una instancia contradictoria y se pronuncia generalmente a partir
de un número de particulares más restringido de lo conveniente e incluso según aquellos que
están al alcance de la mano. Sin embargo, la inducción útil al descubrimiento y demostración de
las ciencias y de las artes debe separar la naturaleza por medio de los debidos rechazos y
exclusiones y finalmente concluir afirmativamente, tras tantas negaciones como sean precisas.
(Bacon, F., 1984).

Es decir, la inducción no consiste en una simple recogida de datos, sino en una observación
cuidadosa y completa de los hechos, que llama «historia natural y experimental», realizada según
tablas de presencia, ausencia y comparación o grados. La inducción baconiana supone de hecho
la obtención de hipótesis o conjeturas por eliminación, las cuales somete de nuevo a otras pruebas.

Todo el esfuerzo realizado en el siglo XIX es intentar un método riguroso a partir de los hechos
(por eso se lo va a llamar método inductivo) pero no en la mera generalización empírica (inducción
por enumeración simple).

1 - El inductivismo en el siglo XIX

Recordemos que es recién en el siglo XX en que empieza a hablarse de epistemología allí


donde, antes, estos planteos formaban parte de un sistema filosófico y dentro de él de la
gnoseología (o teoría general del conocimiento).

En el siglo XIX las reflexiones filosóficas sobre la ciencia, estaban relacionadas con el
método de las ciencias naturales. Si se trataban de ciencias empíricas, entonces el método
debería tener una estructura inductiva. Pero la inducción no da seguridades de modo que
buscaron una lógica de la inducción que pudiera garantizar la verdad de las hipótesis. Esta tarea
estuvo principalmente por empiristas, es decir, por aquellos que sostuvieron que la única fuente de
conocimiento es la experiencia.

La ciencia nueva es una ciencia empírica en la medida en que la experiencia es la piedra


de toque para sus hipótesis. Por eso, no es extraño que una de las principales concepciones
filosóficas fuera el empirismo para el cual no hay en el intelecto que no haya entrado por los
sentidos. Es decir, a las ideas le corresponden impresiones que tienen su origen en los sentidos y
no hay ideas innatas. Así, todos los conceptos fundamentales de la filosofía tradicional: causalidad,

12
Francis Bacon (1561- 1626) era hijo del Lord Guardasellos de la reina Isabel, estudió jurisprudencia y en 1584 fue
elegido miembro de la Cámara de los Comunes y luego, en 1613, ya con Jacobo I, Lord Guardasellos y Lord Canciller.
En 1618 fue nombrado barón de Verulam y posteriormente vizconde de Saint
Albans. Su notable carrera política se vio interrumpida cuando, acusado de corrupción, en 1621, ante la Cámara de los
Lores. El reconoció que había aceptado regalos de personas que tenían causas con él pero que esto no había influido en
su decisión final. Fue declarado culpable y encerrado en la Torre de Londres, quedando excluido de la vida pública.
Jacobo I le perdonó la multa y dio por terminada su prisión después de unos pocos días. Durante los últimos años de su
vida pasó largo tiempo trabajando sobre los problemas de la ciencia convencido que ésta debía ser útil para la
humanidad.
22
sustancia, alma, Dios y libertad quedan cuestionados como expresiones sin sentido dado que no
hay nada en la realidad empírica que las haya producido.

Hume, empirista, asume como punto de partida que las ideas son fenómenos de la
conciencia, lo que pensamos supera con creces lo percibido, pero sólo hay certeza de lo percibido.
La innovación fundamental de Hume es su distinción entre impresiones (producto de las
percepción), ideas simples (copia de las impresiones) y compuestas (formadas por la asociación
de ideas simples). La asociación de ideas se rige por leyes de asociación (semejanza, contigüidad,
causalidad). Una impresión es una percepción que, por ser inmediata y actual, es viva e intensa,
mientras que una idea es una copia de una impresión, y por lo mismo no es más que una
percepción menos viva e intensa, que consiste en la reflexión de la mente sobre una impresión; tal
reflexión se hace por la memoria o la imaginación. De esta manera, la tesis fundamental de Hume
es al mismo tiempo una hipótesis psicológica sobre la génesis del conocimiento empírico y una
estipulación lógica del rango de los conceptos empíricamente significativos. La búsqueda del
sentido o la verdad de una proposición es la búsqueda de la impresión que la ha producido. Esto
hizo que las corrientes empiristas se vieran impregnadas de planteos psicologistas contra los
cuales va a reaccionar Popper.

Uno de los aportes más significativo de Hume fue la crítica a la noción de causalidad.
Hume sostiene que no vemos la conexión entre efecto y causa, lo que vemos son dos fenómenos
contiguos que tendemos por hábito a asociarlos como causa y efecto. Es decir, la causalidad es
más la costumbre, o hábito, de generalizar en forma de ley, o enunciado universal, las sucesiones
de fenómenos que suceden regularmente en el tiempo. Con lo que niega que las teorías empíricas
pudiesen conseguir el rango de verdades necesarias y queda planteada la cuestión de la
inducción, que podemos enunciar así:

El problema de la inducción consiste básicamente en lo siguiente: nuestros sentidos nos


permiten conocer situaciones particulares o hechos concretos que se dan en el mundo exterior. Si
algunos de esos hechos se repiten, tenemos la tendencia a creer que son resultado de una ley
universal y necesaria (con lo que habremos dado un salto de los casos particulares al universal y
lógicamente no está justificado). Por ejemplo, vemos salir el sol por el este todas las mañanas y
tenemos absoluta confianza en que ese fenómeno podremos seguir observándolo mientras
tengamos conciencia (por supuesto, si nos mantenemos a una distancia prudencial sobre la
superficie de la Tierra entre los dos círculos polares, y estamos bien de la vista, etc.). Pero estos
casos nos demuestran a las claras que la simple asociación de dos características (la salida del
sol y un ciclo de veinticuatro horas) no basta para postular una relación necesaria y constante
entre ellas. (Gutierrez, Claudio)

Es decir, las generalizaciones empíricas (inducción común) dan un salto de una gran
cantidad de casos a todos los casos y esto no tiene justificación lógica porque aparecido un caso
contrario a la generalización, (y eso es posible siempre) quedaría falsado el universal. Esto es o
mismo que decir que el razonamiento inductivo no da seguridades como el deductivo y, si la
estructura lógica del método científico es la inducción común, entonces no habría como defender
la ciencia.

Muchos filósofos han buscado formular de una manera racional las condiciones que
permiten separar las asociaciones fortuitas, de las asociaciones legítimas. Estos filósofos son los
considerados inductivistas que, en el siglo XIX, buscaron fundamentar la ciencia en la psicología y
al método científico en la inducción. Con distintas soluciones y adhesiones, podemos mencionar
desde Francis Bacon (1561- 1626) en el siglo XVII, y John Stuart Mill (1806 a 1873).

John Stuart Mill (1806-1873)

John Stuart Mill intenta fundamentar la inducción por eliminación (que ya había sido
utilizada por Bacon) porque la concibe como estructura lógica del método experimental o sea de
un método riguroso a partir de los hechos.
23
Comienza diferenciando la forma de inducción imperfecta, (por enumeración simple e
incompleta), de la mal denominada inducción perfecta (aquella en la que podemos enumerar
todos los integrantes de una totalidad). La inducción perfecta no es más que una notación
abreviada. Así por ejemplo, si analizo el universo de los 12 apóstoles, uno por uno, y encuentro
algunas propiedades comunes, puedo llegar a hacer, según lo expresado por la tradición, una
inducción perfecta porque puedo analizar todos los casos y predicar una característica de todos
ellos. Pero decir Pedro es judío, Pablo es judío, Juan es judío (y así con todos) y concluir que
Todos los apóstoles son judíos no es una inferencia sino solamente una transformación verbal. O
sea, la única inferencia inductiva es aquella que parte de algunos casos analizados y se extiende,
por eliminación, o por generalización simple a casos que no se han analizado.

De modo que cuando Mill habla de inducción se refiere solamente a la inducción


imperfecta por eliminación (científica) que diferencia de la simple generalización de la mayoría de
los casos (inducción común).

En ciencia, cuando tratamos de mostrar que un fenómeno determinado es la causa de otro,


(es decir, un antecedente invariable e incondicional de otro) existe una gran variedad de
situaciones posibles y de nada sirve sostener que en la generalidad de los casos se ha
manifestado de tal manera (indicción común). Las generalizaciones empíricas de este tipo están
basadas en el sentido común y no son científicas. Los procesos inductivos que realiza la ciencia
son aquellos que se realizan cuando se establecen relaciones causales entre fenómenos por
medio de la eliminación de circunstancias en que no se da el fenómeno

Pero para que la lógica inductiva esté fundamentada, debe basarse en un principio universal de
inducción que haga necesaria esta inferencia. Este principio de inducción debe ser necesario.
Pero si todos los conocimientos surgen de la experiencia, y por lo tanto son contingentes, ¿de
dónde saca el principio de inducción su carácter de necesario?

Mill considera que, como las verdades de las matemáticas que son generalizaciones
empíricas, el principio de inducción o como él lo llama principio de regularidad de la naturaleza
tienen el mismo status Nadie duda de las verdades matemáticas ni del principio de inducción
porque su certeza la obtiene del largo camino recorrido sin que jamás nadie haya podido refutarlos.

Enuncia el principio de regularidad de la naturaleza del siguiente modo: “lo sucedido una
vez volverá a suceder si las circunstancias se asemejan en grado suficiente ”. O sea, la misma
causa está acompañada por el mismo efecto en condiciones semejantes. Este principio se nos
impone sin que esperemos que exista una excepción (del mismo modo las verdades matemáticas).

Este principio posee la necesidad que puede brindarnos las cuestiones que proceden de la
naturaleza, es decir se nos impone sin que esperemos que exista una excepción (del mismo modo
las verdades matemáticas). Pero cuando tratamos de mostrar que un fenómeno determinado es la
causa de otro, (es decir, un antecedente invariable e incondicional de otro) la situación es diferente
porque existe una gran variedad de situaciones posibles y de nada sirve sostener que en la
generalidad de los casos se ha manifestado de tal manera. Las generalizaciones empíricas de
este tipo están basadas en el sentido común y no son científicas.

Mill propone no un simple método de generalización empírica sino, como él lo llama un


método experimental que le permita afirmar que la presencia de un fenómeno A es un indicio de
que B va a ocurrir, apoyado en el principio de regularidad de la naturaleza. De este modo una
inferencia inductiva tiene la misma fuerza que una deductiva.

La inferencia deductiva puede tener la siguiente forma:

Todos los hombres son mortales (regla universal que permite obtener un resultado, de
modo que si las premisas son verdaderas la conclusión también lo será)

24
y Juan es hombre (caso de la regla, sabido por observación de los hechos)
luego Juan es mortal (resultado de la inferencia o conclusión)

Una inferencia inductiva (o sea a partir de los hechos) sería según Mill del siguiente
modo:

La misma causa está acompañada por el mismo efecto si las condiciones se asemejan en
grado suficiente (regla)
y A tiene como antecedente invariante e incondicional a B (caso)
luego en condiciones semejantes B producirá A. (resultado, predicción hipotética firme)

Lo que ha hecho, al incorporar el principio de regularidad de la naturaleza en las premisas,


es intentar convertir a la inferencia inductiva en un cálculo deductivo. Sin embargo nos faltaría ver
cómo sostenemos la verdad del caso (segunda premisa). ¿Qué garantiza que B es en realidad la
causa de A? Para esto Mill ha propuesto los métodos experimentales que, siguiendo a Bacon,
consistían en la eliminación racional de aquellas condiciones que no están ligadas al fenómeno,
hasta llegar a aquella que no se puede eliminar sin eliminar el fenómeno mismo. La manera de
hacerlo es proveyéndonos de reglas, tal como en el caso de las inferencias deductivas, de modo
que nuestras conclusiones inductivas serán concluyentes en la medida en que sigamos esas
reglas. La otra premisa tiene el principio de regularidad de la naturaleza el cual es aceptado como
verdadero sin excepción como las verdades matemáticas. En consecuencia la inferencia posee el
mismo valor que una inferencia deductiva.

Ahora podemos dar cuenta del método de la ciencia que Mill lo denomina método
experimental que actúe por eliminación de casos. En posesión de este método el científico puede
afirmar que la presencia de un fenómeno A es un indicio de que B va a ocurrir, eliminando
circunstancias y apoyado en el principio de regularidad de la naturaleza. De este modo una
inferencia inductiva tiene la misma fuerza que una deductiva. Parte de un principio universal, va a
casos estudiados experimentalmente, y saca una conclusión válida para casos con circunstancias
semejantes.

Mil propuso cinco cánones o métodos experimentales (de estructura inductiva):


concordancia, diferencia, combinación de diferencia y concordancia, variaciones concomitantes y
residuos:

Canon I. El método de la concordancia elimina de entre las circunstancias antecedentes las que
no están presentes cuando sí lo está el fenómeno. El «método de la concordancia» elimina de
entre las circunstancias antecedentes las que no están presentes cuando sí lo está el fenómeno.
Establece que «si dos o más casos del fenómeno que se investiga tienen sólo una circunstancia
en común, esta circunstancia es (probablemente) la causa o el efecto del fenómeno dado»

Se observó que los habitantes de varias ciudades presentaban una propensión mucho
menor de caries dentales que el término medio de toda la nación (F) y se dedicó cierta atención a
tratar de descubrir la causa de este fenómeno. Se halló que las circunstancias propias de estas
ciudades diferían en muchos aspectos: en latitud y en longitud, en elevación, en tipos de
economía etc.(C) Pero había una circunstancia que era común a todas ellas: la presencia de un
porcentaje raramente elevado de flúor en sus aguas, lo que significaba que la dieta de los
habitantes de esas ciudades incluía una cantidad excepcionalmente grande de flúor (CC). Se
infirió de ello que el uso de flúor puede causar una disminución en la formación de caries dentales
y la aceptación de esta conclusión condujo a adoptar tratamiento en base a flúor para dicho
propósito en otras localidades.

F = fenómeno al cual se intenta buscar la causa.

C = conjuntos de circunstancias

25
CC = circunstancia común

Ejemplo (extraído de Copi, 1953)

Canon II. El método de la diferencia requiere un caso positivo y uno negativo, con las
circunstancias antecedentes que difieren en un solo aspecto. Pero es posible que la circunstancia
en cuestión sea accidental. De modo que debe acudirse al método de la diferencia: «Si un caso en
que se presenta el fenómeno que investigamos y otro en que no se presenta tienen las mismas
circunstancias en común excepto una, que ocurre sólo en el primero, esa circunstancia sola en la
que los dos casos difieren es (probablemente) el efecto o la causa o una parte indispensable de la
causa del fenómeno». El método requiere un caso positivo y uno negativo, con las circunstancias
antecedentes que difieren en un solo aspecto.

Ahora, siguiendo con el mismo ejemplo, tomamos un grupo de personas (F) con las
mismas condiciones genéticas (hermanos). Les damos la misma alimentación y planteamos el
mismo cuidado de los dientes (CC). Pero a una de ellas le damos flúor (CD) luego podemos sacar
la conclusión, si la que toma flúor tiene menos caries que las restantes, que el flúor previene las
caries.

F = los dos fenómenos

CC = circunstancias comunes

CD = circunstancia diferente.

Canon III de la concordancia y la diferencia combinadas: La debilidad del


razonamiento está en que lo que llamamos causa puede ser sólo parte necesaria de la misma. Mill
sugirió la combinación de ambos métodos como más efectiva. El «método conjunto de
concordancia y diferencia» enuncia: «Si dos o más casos en que aparece el fenómeno tienen sólo
una circunstancia común, mientras que dos o más casos en que no aparece el fenómeno sólo
tienen en común que esta circunstancia no aparece, la circunstancia única en que difieren los dos
conjuntos de ejemplos es (probablemente) la causa o parte indispensable de la causa del
fenómeno».

Usamos primero el método para hallar una condición en cuya presencia siempre ocurre el
fenómeno (condición suficiente) y en cuya ausencia dicho fenómeno no ocurra (condición
necesaria). Este método aumenta la eficacia de los dos métodos anteriores tomados por separado.
El método de variaciones concomitantes se utiliza cuando no es posible utilizar alguno de los dos
anteriores es decir, no pueden eliminarse determinadas circunstancias. Así, Cuando un fenómeno
varía en proporción directa o inversa a la variación de una circunstancias dada, ésta puede ser su
causa

El método de las variaciones concomitantes se utiliza cuando no es posible utilizar


alguno de los dos anteriores es decir, no pueden eliminarse determinadas circunstancias. Cuando
un fenómeno varía de alguna manera particular, es la causa o efecto de otro fenómeno que varía
de la misma o de otra manera, pero concomitantemente.

Ana desarrolló un sarpullido grave e inusual (F) debido a su semejanza con otras
enfermedades de la piel, los médicos le dijeron que eliminara de su dieta la carne de aves de
corral, la carne vacuna y los productos lácteos (SC). Al hacerlo desapareció el sarpullido y luego
los médicos le dijeron que comenzara a comer de nuevo pollo y más tarde carne. En ningún caso
se presentó de nuevo el sarpullido. Entonces se le dijo a Ana que reanudara el consumo de
productos lácteos (V1), tras hacerlo reapareció el sarpullido que persistió aun cuando luego
eliminara de su dieta aves y carne (V2). Los médicos concluyeron que el sarpullido de Ana lo
producía el consumo de productos lácteos.

26
SC = selección de las posibles causas

V1 = variación: aparece la circunstancia, aparece el fenómeno

V2 = Variación: no aparece la circunstancia, no aparece el fenómeno.

Ejemplo de Gustason W., citado por Herder.

Canon IV. El método de los residuos pone más en evidencia el carácter eliminador de
esta inducción. Mill lo define de la siguiente manera: Restad de un fenómeno la parte de la cual se
sabe, por inducciones anteriores, que es el efecto de ciertos antecedentes; entonces el residuo del
fenómeno es el efecto de los antecedentes restantes. Veámoslo con un ejemplo:

El descubrimiento del planeta Neptuno por Adams y Le Vernier. Se había estudiado el


movimiento del planeta Urano con ayuda de las teorías de Newton, y se bosquejó su órbita en la
suposición de que el Sol y los planetas interiores a ella eran los únicos cuerpos que influirían. Pero
las posiciones de Urano obtenidas por cálculo no coincidían con las observadas. Suponiendo que
estas diferencias (RF) podrían explicarse por la acción gravitacional de un planeta exterior a la
órbita de Urano, se calculó la posición de tal planeta hipotético (cuyos principio se ajustarían a los
principios comunes de la mecánica celeste) (IA), tomando como base para el cálculo las
perturbaciones en el movimiento de Urano. En las cercanías del lugar calculado fue descubierto,
en efecto, el planeta Neptuno (en 1846) (AR)

RF = residuo del fenómeno.

IA = inducciones anteriores.

AR = antecedente restante.

Ejemplo extraído de Cohen y Nagel.

Cohen y Nagel le critica el hecho de que Mill vea en este procedimiento una inducción
cuando en realidad se trata de una deducción que parte de la aceptación de la teoría de la
gravitación universal y una hipótesis sobre el origen posible de estas discrepancias: otro planeta
desconocido. Lo mismo podemos decir de los métodos anteriores dado que significan una
hipótesis previa sobre las posibles causas. Con esto no se les está negando su eficacia práctica,
el planteo es otro: si deben interpretarse como una forma de inducción o como procedimientos
deductivos, si nos permiten afirmar que hemos verificado concluyentemente algo, si nos permiten
sostener que un suceso A puede ser entendida como la condición necesaria o suficiente o
necesaria y suficiente (según como sea entendida la idea de causa) de otro suceso B.
Aparentemente el método de la concordancia se mueve con la idea causa como condición
necesaria, el de la diferencia como condición suficiente y el de las variaciones concomitantes con
la idea de condición necesaria y suficiente. Esto lo veremos más adelante con las críticas que se
le han realizado, principalmente al principio de regularidad de la naturaleza en el cual se apoyan.

Las críticas que se le han realizado son diversas: Algunas de ellas provenientes del
mismo campo del empirismo. Mill ha partido del supuesto de que en la realidad concreta se
expresan las generalidades y esto es contrario al empirismo que sostiene que las
generalizaciones son construcciones a partir de casos que son particulares. De aquí proceden
algunas críticas que sostienen que su posición no puede considerarse una forma nueva de
empirismo como él la considera.

Por otro lado, Cohen y Nagel le realizan la siguiente crítica:

27
“1 – El principio se halla formulado de una forma sumamente vaga: lo sucedido una vez
volverá a suceder, si las circunstancias se asemejan en grado suficiente. Pero, ¿cuál es ese grado
suficiente de semejanza? El principio no lo dice. En toda investigación particular debemos
basarnos en otros criterios, si los hay, a fin de determinar cuáles son las circunstancias
importantes para la producción del fenómeno.

2 – En segundo lugar, la premisa menor de un silogismo inductivo es una proposición


particular. Por lo tanto, aunque utilicemos una premisa mayor universal, como el principio de
uniformidad de la naturaleza, las premisas son insuficientes para demostrar una conclusión
universal.

3 – Por último, el principio no afirma que todo par de fenómenos estén relacionados
invariablemente; solo declara que algunos pares de fenómenos están vinculados de tal suerte. Por
ende, apelar a dicha doctrina en una investigación particular es inútil”.

Los métodos podrían utilizarse cuando no hay una gran variedad de condiciones posibles
porque, si este es el caso, es muy difícil la eliminación de las condiciones que nos son causas del
fenómeno sin antes haber seleccionado un conjunto posible de ellas. Whewell dice: “Lo obvio a
destacar en estos métodos es que dan por supuesto aquello que es más difícil de
describir....¿Dónde hemos de buscar nuestros A, B, C? La naturaleza no nos presenta los casos
de esa forma, ¿cómo pues, reducirlos a ella?”

28
Módulo 3

La reacción de comienzos del siglo XX:

Abordaremos solamente dos orientaciones epistemológicas de comienzos del siglo XX que,


supuestamente, ayudarán a comprender mejor las tendencias epistemológicas actuales. El
convencionalismo de Poincaré y Duhem y el positivismo lógico que se constituyó en la
epistemología dominante de la primera parte del siglo.

1 – El denominado convencionalismo:

El convencionalismo considera que los axiomas y principios de la ciencia son


convenciones razonables cuya función es la representación matemática de las leyes. Se
considera a Poincaré (1854-1912) como el primero que desarrolló esta tesis, pero son también
convencionalistas Pierre Duhem (1861-1916), científico e investigador de la historia de la ciencia,
y Edouard Le Roy (1870-1954), matemático y filósofo.

Poincaré sostenía que una ley científica puede tener un doble significado:

En el primer caso toda ley puede ser usada como una convención que sirve para estipular
el significado a un término científico. Poincaré ponía como ejemplo: la ley de inercia
generalizada. Esta ley no puede ser contrastada empíricamente dado que no existe un sistema
aislado del resto que permita tal cosa. La ley especifica que la aceleración de un cuerpo depende
sólo de su posición y de las velocidades y posiciones de otros vecinos. Una contrastación decisiva
de este principio requiere que, tras ciertos períodos, cada cuerpo del universo volviese a la
posición y velocidad que tenía en un instante anterior determinado. Pero tal contrastación no
puede hacerse. Lo más que puede conseguirse es examinar la conducta de grupos de cuerpos
que se encuentren razonablemente aislados del resto del universo. (Losse, 1984).

De este modo si no se consiguiese comprobar la hipótesis siempre es posible suponer que


los cuerpos no estaban debidamente aislados (hipótesis ad hoc 13) pero puede decidirse aceptarla
convencionalmente como significativa. De tal manera este principio no es más que una
convención que permite darle significado al término científico movimiento inercial.

En el segundo caso, las leyes científicas tienen también otro significado: pueden usarse
para sistemas cerrados en cuyo caso es posible la contrastación empírica. Es decir, un conjunto
de supuestos, postulados, axiomas y teorías que se deducen de los primeros (sin tener en cuenta
ningún otro conjunto) referido a la realidad empírica. Poincaré se ocupa, así, de la mecánica de
Newton en la cual la matematización la convierte en un sistema cerrado.

13
Una hipótesis ad hoc (= a propósito de los hechos; para un fin determinado) es aquella que surge después de las
contrastaciones falsadoras (o para evitarlas) con el fin de revisar algunos de los conocimientos supuestos que podrían
haber producido la contrastación negativa (= defensa de hipótesis falsada). Popper sostiene que las hipótesis ad hoc no
deben usarse. Antes de la contrastación empírica se debe realizar un cuidadoso análisis de todos los conocimientos
implicados de modo que cuando la hipótesis es puesta a prueba, si es refutada, no hay que defenderla con ninguna
hipótesis ad hoc. Hempel sostiene que siempre es posible revisar los supuestos con hipótesis ad hoc pero la ciencia no
tiene interés de defender a toda costa sus hipótesis. Por otro lado, identificar en un pasado, las hipótesis ad hoc que se
han utilizado no es tarea fácil. Lakatos diferencia tres tipos distintos de estas hipótesis. Hay hipótesis ad hoc, que
agregan las expresiones: salvo excepciones, (como las de la seudo ciencia). Otras están confirmadas de modo
aproximado (ad hoc de los convencionalistas). Por último están las que defienden la hipótesis y están corroboradas pero
todas ellas se caracterizan por no promover la búsqueda en otras direcciones.
29
Esto dio pié a Duhem para extender la posición convencionalista, que Poincaré había
limitado a la geometría y a la mecánica de Newton, a todas las ciencias de la naturaleza con
lenguaje matemático.

Acentuó la tesis de Poincaré de que siempre es posible escapar a las refutaciones a los
sistemas cerrados, dado que es lícito pensar que cuando una conjunción de hipótesis es puesta a
prueba es posible que el error provenga de una de ellas o de haber puesto en forma conjunta a
ambas.

Por ejemplo, si suponemos que una sustancia es ácida, y el experimento con papel
tornasol refuta nuestra suposición, podemos pensar que hemos cometido un error y este puede
ser: o que el principio de que en todos los casos el ácido pone rojo al papel tornasol como
condiciones antecedentes es erróneo (estaría mal hecha la relación entre el ácido y el color rojo
del tornasol, para todos los casos) o también que el error pudo estar en haber supuesto que la
sustancia era ácida o en que el papel tornasol tenía tinta suficiente. Si adoptamos la estrategia de
dudar del papel tornasol o del ácido de la sustancia es porque hemos decidido adoptar por
convención la hipótesis que relaciona el rojo del papel tornasol con el ácido de la sustancia. Para
elegir entre una duda u otra nos guiaremos por las veces anteriores en que ha sido puesto a
prueba el papel tornasol o las veces en que ha sido demostrado que las sustancias, procedente
del mismo sistema, han probado su acidez. Es decir, si uno de los supuestos aparece confirmado
en otras teorías y el otro no, es lícito dudar del segundo.

Con los mismos argumento refuta los experimentos cruciales (suposición sostenida en el
siglo XIX) Un experimento crucial refuta solamente la conjunción de determinadas hipótesis. Solo
podría ser decisivo si se pudiesen eliminar todos los posibles conjuntos de premisas explicativas
menos una y esto es casi imposible.

En consecuencia Duhem sostiene que los hechos están cargados de teoría por lo que el
resultado de una refutación depende siempre de la decisión de los científicos. En este sentido
recomendaba a los científicos asumir una actitud desapasionada y objetiva como forma de
fundamentar su buen juicio.

Lakatos llama a esta tesis holismo14 de Duhem Quine la cual es interpretada como que las
hipótesis conceptos y experimentos inscriptos en una teoría no son independientes de ella (el todo
determina las partes) lo que conduce a negar la distinción tradicional entre términos
observacionales y términos teóricos.

14
Se denomina así a todo enfoque teórico que tienda a considerar el objeto de estudio de una ciencia como un todo (=
holos, en griego) es decir, los individuos o los elementos de una totalidad no tienen otro sentido que el que les otorga el
todo.
30
2 - El siglo XX y el Círculo de Viena

Al comenzar el siglo, Viena se constituyó en el epicentro de un movimiento intelectual irradiado


a todo el Imperio Austro-húngaro, que abarcaba la filosofía, la ciencia, las artes plásticas, la
música y la arquitectura. Este movimiento llenó de asombro al mundo de la cultura y es solamente
comparable al París de entreguerras o el de la década del 60.

Al lado de esta Viena intelectual se desarrollaba la vida brillante de las elites que se mecían al
compás de los valses de Strauss, en reuniones a orillas del Danubio Azul, en charlas intelectuales
en el Café Central. Sin embargo, la profunda crisis económica por la que atravesaba permite
hablar también de una Viena dolorosa, una Viena que, tras la derrota del liberalismo (que no había
podido dar soluciones a la crisis económica) comienza a buscar las causas de su fracaso en el
antisemitismo y el racismo.

Es aquí en donde se desarrollo el denominado Círculo de Viena compuesto por distintos


filósofos y científicos que buscaron producir una revolución en la ciencia, en la filosofía y aún en la
sociedad.

La historia más reciente divide la historia del Círculo en tres etapas:

1 – de 1907 a 1913 Antes de la primera guerra de 1914-1918, un grupo de jóvenes entre los que
se encontraban Frank, Hans Hahn y otros, se reunían para discutir sobre todo cuestiones de
filosofía de la ciencia, de física y matemática. En aquella época el positivismo de Ernst Mach
constituía la principal inspiración de este pequeño grupo de estudiosos. Estas reuniones
anteriores a la primera guerra mundial se recordarán como la época "prehistórica" del
neopositivismo. Los problemas principales que trataban eran el lenguaje de la ciencia, el problema
de la demarcación etc. Pero no hay ninguna tesis de esta época que haya sobrevivido.

2 – Después de la primera guerra mundial (1921 a 1922) comienza su período oficial. Más
específicamente 1924, cuando Herbert Feigl y Friederich Waismann se entrevistaron con Schlick
con la idea de formar un grupo de debate. Schlick aceptó la iniciativa, y como consecuencia
comenzaron los coloquios del viernes por la noche. Este fue el inicio del Círculo de Viena, que
contó entre sus primeros miembros con el matemático Hans Hahn, el sociólogo Otto Neurath y su
esposa Olga (hermana de Hahn y también matemática), Feliz Kaufmann (entonces profesor de
filosofía del derecho), Víctor Kraft (filósofo versado en historia e interesado por la metodología
científica) y el matemático Kurt Reidemeister, quien 1924 propuso leer y discutir el Tractatus
logico-philosophicus de L. Wittgenstein quien no perteneció nunca al Círculo.

En 1926 también R. Carnap fue llamado a la universidad de Viena. Hahn y Schlick


mostraron sus preferencias por él, en lugar de por Hans Reichenbach, quien por su parte en Berlín
había fundado la Sociedad para la Filosofía científica, cuyos objetivos eran análogos a los del
Círculo de Viena. Inmediatamente se forman dos grupos:

1 – El ala denominada, hoy, de izquierda formada por Carnap, Frank, Neurath.

2 – Podríamos decir que el ala derecha, agrupaba al resto.

3 - 1934 (huída) Neurath se va a Inglaterra y Carnap a EE.UU. El que introduce a Cranap en la


academia fue Charles Morris que tenía gran poder de manejo académico. Pero los servicios de
inteligencia estaban informados del pensamiento de Cranap y le pusieron condiciones: que no
relacionara el cálculo lógico con la política. Con lo cual lo obligaron a dedicarse a la formalización
de las teorías, a la lógica simbólica y al cálculo.

El Círculo de Viena tenía su manifiesto (perteneciente al segundo período) redactado por


Neurath, donde los miembros se comprometen con un conjunto de ideas. Neurath presentará las

31
tesis del Círculo como “las únicas posiciones de resistencia seguras contra el dominio creciente de
la ideología nazi”. Es injusto calificar de ceguera política o de ingenuidad filosófica la actitud de los
positivistas lógicos, como pretendió el marxismo soviético: “ellos distinguieron perfectamente el
peligro, tuvieron el coraje de afrontarlo públicamente”.(Lecourt, 1981). Sólo un análisis de la
coyuntura científica nueva que entonces se había instaurado puede permitir comprender el papel
efectivo que pudo desempeñar el neopositivismo en este momento histórico.

El Círculo de Viena surgió en torno a la firme convicción común de que en lo sucesivo una
revolución definitiva era posible y necesaria en filosofía, el entusiasmo de una intensa actividad de
organización para reagrupar todas las fuerzas intelectuales que pudieran participar en el
cumplimiento de esta tarea, explícitamente concebida como un combate.

“El manifiesto se cierra, ya lo hemos dicho, con un llamado al “combate” ”. Su espíritu


pionero creyó tener incidencia inmediata en las cuestiones más medulares de la actualidad
europea de 1930. El triunfo de “la concepción científica del mundo” tendría una “relación directa”
con la “suerte de las masas” (Lecorut, 1981) Este combate estaba definido por la posibilidad de
remodelar, según las exigencias de la racionalidad, todas las esferas de la vida económica, social
y cultural. Esta tarea revolucionaria se debía desarrollar especialmente en la educación y en la
arquitectura.

Ambicionan un proyecto de unificación revolucionaria “por encima”, no solo de las prácticas


científicas, sino del conjunto de regiones ideológicas de la sociedad vienesa que se fusionaba bajo
una representación determinada de la racionalidad científica.

Pero la mayoría de estos intelectuales (Moritz Schlick, Rudolf Carnap, Otto Neurath, etc.) eran
judíos así como los intelectuales que actuaban en otros campos y el odio antisemita fue un telón
de fondo hasta que las condiciones históricas lo colocaron como primera figura, cosa que conduce
a la disgregación del movimiento intelectual. El triunfo del nazismo con sus teorías seudo
científicas sobre la raza superior los obligó al exilio.

Alguno de sus miembros, (como Carnap) partieron para EE.UU. y allí desplazaron, en la
academia, al pragmatismo y dieron origen a la corriente tecnicista. Pero muchas de sus
propuestas sociales, de contenido socialista, no eran bien vistas de modo que la investigación que
se mantuvo fue aquella relativa a los aspectos formales del lenguaje científico. Lo que fue un
movimiento con aliento revolucionario, o por lo menos de control de las nuevas fuerzas autoritarias
nacientes, se convirtió, en un dogma científico conservador. Este exilio, mostró la ineficacia de las
armas lógicas contra el nazismo pero también contra el maccarthysmo norteamericano. Dice
Lecourt que tampoco “contribuyeron a armar a los filósofos contra los excesos criminales del
maccarthysmo”. (Lecourt, 1981)

En este marco se desarrollo una concepción epistemológica denominada empirismo lógico,


positivismo lógico o neopositivismo cuyas características centrales, y más difundidas, son
consolidadas fuera de Viena después del exilio de sus miembros. Si bien podemos mencionar
algunas de estas características como comunes, no debemos descuidar que las asunciones de
cada uno de sus miembros fueron muy diferentes. Por eso, después de mostrar algunas de estas
características haremos referencia a los planteos de Rudolf Carnap, considerado central dentro de
esta corriente.

2.1. - El empirismo lógico:

El denominado empirismo lógico intentó una superación del positivismo y el empirismo del
siglo XIX sin apartarse de sus supuestos principales y fue representada por varios círculos
académicos, entre ellos los más importantes fueron el denominado Círculo de Viena y el círculo de
Berlín.

32
El programa se organizó intentando una síntesis entre el empirismo de Mach, para quien
toda compleja teoría científica era reducible en última instancia a un conjunto de generalizaciones
de la experiencia, y el logicismo de Russell y Wittgenstein, cuyo formalismo fue una influencia
determinante en Carnap, (considerado central en el positivismo lógico).

El empirismo lógico, concibió a la filosofía, o como la actividad consciente de la búsqueda


de sentido (Schlick) o como una lógica de la ciencia (Carnap) pero no como una teoría que pueda
realizar afirmaciones en el mismo sentido que las realiza la ciencia. Su naturaleza es muy distinta
a la de la ciencia, ya que no nos dice nada (sus enunciados son seudo-enunciados), aun cuando
nos ayude a comprender mejor lo que deseamos decir.

Si analizamos la caracterización que el empirismo había dado al concepto de experiencia


deberemos decir que por experiencia entienden todo conocimiento que nos llega a través de los
sentidos. El problema que se le planteaba al empirismo es que todo cuanto se conoce mediante
los sentidos no es sino una percepción, aquí y ahora, realizada en la conciencia del individuo
acerca de algo singular y subjetivo; es decir una vivencia del yo. ¿Cómo puede algo subjetivo ser
la confirmación del conocimiento científico que pretende validez universal?

Este problema llevó a los positivistas lógicos a abandonar la tesis empirista estricta y
sostener que al lado de la investigación empírica de las proposiciones científicas debe colocarse
el análisis lógico de las mismas (la lógica posee enunciados tautológicos, es decir, no empírico).
Orientaron sus investigaciones hacia el lenguaje de la ciencia, cuyos enunciados de experiencia
pretenden un consenso entre científicos.

En definitiva, consideraron que los enunciados de las ciencias físicas (en la que centraron
sus especulaciones), otorgan verdadero conocimiento porque hablan de aquello que se ofrece a
los sentidos y poseen una estructura lógica que garantiza su coherencia. Pero ¿qué es aquello
que se ofrece a los sentidos? ¿Son los objetos y sus propiedades? ¿Cómo elabora el ojo, el oído,
etc., estas imágenes? Responder esta pregunta nos lleva a consideraciones de psicología de la
percepción y, además, queda sin explicación el salto que damos para la formación de ideas. Tales
discusiones no dejaron de estar presentes en el Círculo de Viena pero la tesis que predominó fue
la siguiente: son las proposiciones (enunciados) las que deben ser analizadas, o sea el lenguaje
de la ciencia, abandonando todo tipo de análisis psicológico.

El empirismo lógico abandona la idea de que las leyes científicas son reglas para sostener
que son proposiciones y aceptan una verificación empírica. Consideraron que la proposición es
una estructura lógica que solamente puede predicarse de una oración declarativa es decir es la
posibilidad que ésta última tiene de ser verdadera o falsa. Para los miembros del Círculo de Viena,
las pseudo-proposiciones son aquellas oraciones declarativas que por no poseer una referencia a
alguna entidad no puede establecerse su significado: su verdad o falsedad. Las proposiciones que
hablan de hechos. ¿Son solamente las proposiciones particulares por el hecho de referir a actos
de un sujeto o son las que puede caracterizarse por el tipo de términos que las componen, es
decir, que refieren objetos físicos o propiedades estos? Esto dividió las posiciones. Lo que unió a
los representantes del Círculo de Viena fue su análisis lógico de los enunciados científicos y su
planteo sobre el contenido empírico de los mismos.

Entendieron que existen proposiciones, como las proposiciones matemáticas, que


expresan identidades y no hablan del mundo; y proposiciones, (como las de la física) que hablan
33
del mundo. Todas las otras debían ser consideradas seudo proposiciones. Como por ejemplo
aquellas que hablan del sentido de la vida. Así, modificaron el principio de los empiristas según el
cual toda proposición inteligible se basa en la experiencia, del siguiente modo: Toda proposición
inteligible se basa en la experiencia a menos que sea una identidad (tautologías lógicas o
matemáticas).

En otras palabras, para los representantes del empirismo lógico, la metafísica es el intento
de demostrar que hay entidades que están más allá del ámbito de toda experiencia posible.
Consideraron que no hay que reemplazar los absolutos metafísicos por otros menos generales
tomados de la ciencia misma (positivismo decimonónico) sino rechazar las proposiciones sin
sentido o seudo proposiciones porque hablan de meras ficciones.

En consecuencia: hay por lo menos tres tesis fuertes que llegaron a desplazar las
preocupaciones sociales del grupo y se oficializaron como las tesis del positivismo lógico. Estas
fueron:

1- La lógica inductiva es un algoritmo: si me dan enunciados de observación formalizados e


hipótesis, formalizadas, con los teoremas de la lógica inductiva se puede determinar la
probabilidad.
2- Otra de las tesis, es la división en contextos.
3- La teoría de verificacionista del significado: el método de verificación de hipótesis es el
método para determinar el significado de las proposiciones.

Pasemos a analizar, brevemente cada una de ellas.

1 - En cuanto a la lógica inductiva, fueron variando sus búsquedas pero nunca dudaron
de la inducción como forma de confirmación de hipótesis.

2 - La epistemología, con el positivismo lógico, nace delimitando su campo de estudio que


supone la separación de las actividades científicas, lo que se denominó: división en contextos.

Reichenbach, (1851-1953) realizó una distinción tajante de los problemas relativos al


descubrimiento de hechos y regularidades y aquellos relativos a cómo se validan estos
descubrimientos. En su libro Experiencia y predicción organiza las reflexiones sobre la ciencia de
la siguiente manera:

a – Tareas del contexto de descubrimiento propias de la psicología y de la sociología

b – Tareas de la crítica histórica que tiene por fin la reconstrucción racional de las teorías

c– Tareas epistemológicas que tienen a su cargo la crítica desligada de los factores


sociales con pretensión de alcanzar la verdad intemporal e impersonal.

Aceptando esta distinción, los miembros del Círculo de Viena (Reichenbach no lo era)
consideraron que las tareas epistemológicas están relacionadas con aquellas actividades
científicas que buscan verificar o falsar hipótesis o sea el contexto de justificación de hipótesis.
Con el tiempo se convirtió en un lugar común de la epistemología la distinción entre contexto de
descubrimiento y justificación delimitando el campo de la epistemología a los problemas
relativos al contexto de justificación.

El contexto de descubrimiento está referido al problema de la invención de hipótesis


postuladas para la interpretación de la naturaleza, es decir, es un conjunto de problemas para ser
encarados por la sociología o la psicología dado que no posee estructura lógica. A partir de la

34
obra de Reichenbach15, los epistemólogos argumentaron que la observación de los hechos es
imposible sin una hipótesis previa o que la inducción no es ninguna garantía para la formulación
de hipótesis; por el contrario éstas son producto de la imaginación científica (Hempel, Popper),
luego el descubrimiento de hipóteisis no es tema de la epistemología. La tarea de ésta es mostrar
la estructura lógica del contexto de justificación de hipótesis, es decir los procedimientos lógicos
llevados a cabo para la confirmación o refutación empírica de las mismas.

La división en contextos tuvo su influencia también en la matemática. Para varias de las


corrientes matemáticas especialmente el formalismo, el matemático descubre (contexto de
descubrimiento) las relaciones matemáticas y una vez hecho el descubrimiento la tarea del
matemático consiste en justificarlo (contexto de justificación) dentro de una estructura formal. La
tarea científica es, entonces, también la de justificación.

Hoy, esta división entre contextos ha sido repensada, en función de cada ciencia, en
términos de construcción social de conocimiento (sociología del conocimiento) o en términos de
validez programática del descubrimiento. Por ejemplo, Lakatos sostiene que es el programa de
investigación el que determina la forma de validación o descubrimiento de teorías: “Un
descubrimiento mayor consiste en el descubrimiento de una teoría en vez de un hecho. Una vez
inventada una teoría los descubrimientos de hechos son descubrimientos menores”, (Lakatos,
1986). Es decir, el contexto de descubrimiento es también un problema epistemológico.

3 - La tesis verificacionista del significado sostiene que una proposición contingente es


significativa si y sólo si puede ser verificada empíricamente. Es decir: el significado de una
proposición es su método de verificación. Esto hace que el principio de verificabilidad se convirtió
en el principio de significatividad: separa las proposiciones con sentido de aquellas que no lo
tienen. Es decir, aquellas que poseen un lenguaje ambiguo y no pueden mostrar su relación en
una experiencia posible

Ante esta tesis, los empiristas lógicos (positivistas lógicos o neo-positivistas) adoptaron
distintas soluciones. Hubo algunos que adhirieron a esta teoría sosteniendo que las hipótesis y
teorías quedan verificadas con la inducción (es decir, podemos sostener que son verdaderas
después de la prueba empírica). Otros, en cambio, se conformaron con afirmar un cierto grado de
probabilidad pero no una verdad, como es el caso de Carnap.

2.2 - Rudolf Carnap.(1891-1970)

Lo que más se difundió de Carnap fueron sus planteos formales y esto principalmente
porque, al verse obligado a abandonar Europa (a causa del nazismo), se fue a EE.UU. Allí,
predominaba el pragmatismo de Dewey pero ante la actitud que éste tuvo de presidir el Comité
que juzgaría al asesino de Trosky, cayó en desgracia. Dewey era más de izquierda de lo que
EE.UU. podía soportar. En ese momento llegó Carnap. El Servicio de Inteligencia norteamericano
sabía muy bien de los planteos sociales del Círculo de Viena. Lo aceptaron a Carnap previa
advertencia que se limitara a los análisis formales dejando de lado los planteos sociales. Así lo
hizo Carnap. De modo que lo que más se difundió de él, fueron los planteos formales que son los
que pasamos a explicar. El punto central de su pensamiento es el reduccionismo de diverso tipo
en la búsqueda de la unidad de la ciencia, ambas tesis interconectadas.

I - Reduccionismo

15
Reicenbach no perteneció al Círculo de Viena sino al de Berlín. El único grupo importante de filósofos alemanes que
adoptó ideas paralelas a las promovidas por el Círculo de Viena fue el de Berlín, que aunque pequeño contaba entre sus
miembros a Otto von Mises, Carl G. Hempel y Hans Reichenbach (1891-1953).
35
a - Reduccionismo fisicalista: Carnap propone un único gran sistema jerarquizado de modo que
las ciencias se reducían desde las nuevas ciencias hasta las anteriores (por reglas de
correspondencia). Se trataba de un fisicalismo terminológico y legal. El terminológico proponía la
reducción de los términos a los del lenguaje de la física. En cuanto al reduccionismo de las leyes
él no llegó a hacerlo lo propuso como un proyecto posible.

b - La reducción del método Toda ciencia es inductiva y los planteos epistemológicos están
reducidos a lo que ocurre en el contexto de justificación de hipótesis. El método científico,
(inductivo, contexto de justificación) es igual para todas las ciencias.

II - Unificación de la ciencia.

La idea de una ciencia única (con lo cual se oponen al idealismo imperante en la Viena romántica
de esa época) tenía por fin oponerse a esa concepción romántica o metafísica de la época
resignificando la relación entre progreso científico y social. En última instancia lo que busca es la
unificación de la ciencia pero sus propuestas son fuertemente políticas: la unidad del lenguaje y
del método en aras de la unidad de la comunicación; ésta en aras de la unidad de acción; y esto
en aras de un proyecto político. Todo esto conduce a su proyecto central: la unificación de la
ciencia.

Esta tesis de unidad de la ciencia se basa, así, en dos sub-tesis fundamentales: del
lenguaje y del método.

a - Unidad del lenguaje

Con esta tesis arma el esqueleto para condenar a la metafísica al terreno del seudo-lenguaje. Lo
que hay que fomentar es la comunicación entre científicos y por eso la búsqueda de un lenguaje
común que fuera independiente del origen nacional o racial de los científicos y que hiciera
abstracción del contenido específico, considerado aquello que diferenciaba e impedía la
comprensión en torno a lo que los unía.

En el lenguaje ¿Qué podía haber de común? su estructura lógica, considerada centro del
lenguaje unificado. Es decir, cuando ese lenguaje se instalara, todos los problemas se centrarán
en aquello que une al japonés con el americano: las relaciones lógicas entre enunciados.

Toma de Neurath la idea de que las oraciones se verifican con otras oraciones. Así la
reflexión sobre la ciencia se centra en la construcción de un lenguaje básico para todos los
enunciados científicos (unidad de la ciencia). Consideró que todas las oraciones singulares que
registran experiencias son oraciones protocolares de la ciencia no corregibles (es decir, no
hipotéticas) sino consensuables. Y las leyes son oraciones universales que deben poder probarse
con enunciados singulares. En la última parte de su vida va modificar esto sosteniendo que las
proposiciones quedan confirmadas y no verificadas y que los enunciados de base son aceptados
por convención.

Carnap realiza el análisis de los términos que componen las oraciones y distingue términos
observacionales de términos teóricos pero reconoce la dificultad para hacer esta distinción.
Sigamos, por un momento su pensamiento:

“Una de las distinciones más importantes entre dos tipos de leyes de la ciencia es la
distinción entre las que podrían llamarse (no hay una terminología aceptada en general) leyes
empíricas y leyes teóricas. Leyes empíricas son las que pueden ser confirmadas directamente
mediante observaciones empíricas. A menudo se utiliza el término «observable» para designar un

36
fenómeno que puede ser observado directamente; de modo que puede decirse que las leyes
empíricas son leyes acerca de observables.

En este punto debemos hacer una advertencia. Los filósofos y los científicos utilizan de manera
muy diferente los términos «observable» e «inobservable». Para un filósofo, «observable» tiene un
sentido más estrecho. Se aplica a propiedades como «azul», «duro», «caliente», etc. Son
propiedades que se perciben directamente a través de los sentidos. Para el físico, la palabra tiene
un sentido mucho más amplio. Incluye a toda magnitud cuantitativa que pueda ser medida de una
manera relativamente simple y directa. Un filósofo no consideraría una temperatura de 80º C, por
ejemplo, o un peso de 45 kilos como un observable, porque no hay percepción sensorial directa
de tales magnitudes. Para un físico, ambos son observables porque se los puede medir de una
manera muy simple. El objeto que se quiere pesar es colocado en una balanza de platillos. La
temperatura se mide con un termómetro. El físico no diría que la masa de una molécula, y menos
aún la de un electrón, es algo observable, porque en este caso los procedimientos de medición
son mucho más complicados e indirectos. Pero a las magnitudes que pueden ser determinadas
mediante procedimientos relativamente simples -la longitud con una regla, el tiempo con un reloj o
la frecuencia de ondas luminosas con un espectómetro- las llama observables.

Un filósofo podría objetar que no se observa realmente la intensidad de una corriente eléctrica.
Sólo se observa la posición de un indicador. Se introdujo un amperímetro en el circuito y se
observó que la aguja señalaba la marca 5,3. Ciertamente, no se observó la intensidad de la
corriente, sino que se la infirió a partir de lo observado.

El físico respondería que esto es verdad, pero que la inferencia no era muy complicada. El
procedimiento de medición es tan simple y tan bien fundado que no puede dudarse de que el
amperímetro brinda una medición exacta de la intensidad de la corriente. Por ello se la incluye
entre los observables.

Aquí no se trata de quién utiliza el término «observable» de la manera correcta o adecuada. Hay
un continuo que comienza con: observaciones, sensoriales directas, y pasa a métodos de
observación enormemente complejos e indirectos. Obviamente, no puede trazarse una línea
divisoria tajante en este continuo; es una cuestión de grado. Un filósofo está seguro que el sonido
de la voz de su mujer proveniente del otro lado de la habitación es un observable. Pero
supongamos que la oye en el teléfono. ¿Es o no un observable su voz? Un físico, ciertamente,
diría que cuando mira algo a través de un microscopio común está haciendo una observación
directa. ¿Sucede lo mismo cuando mira a través de un microscopio electrónico? ¿Observa la
trayectoria de una partícula cuando ve el rastro que deja en una cámara de burbujas? En general,
el físico habla de observables en un sentido muy amplio, comparado con el estrecho sentido que
da el filósofo a la palabra, pero, en ambos casos, la línea de separación entre lo observable y lo
inobservable es muy arbitraria. Es conveniente recordar esto cuando se encuentran estos
términos en los libros de los filósofos o los científicos. Cada autor establece el límite donde le
resulta más conveniente, según su punto de vista, y no hay ninguna razón por la cual no deba
gozar de este privilegio.

Las leyes empíricas, en mi terminología, son las que contienen términos directamente
observables por los sentidos o medibles mediante técnicas relativamente simples. A veces, estas
leyes reciben el nombre de generalizaciones empíricas, para recordar que se las obtiene mediante
la generalización de los resultados de las observaciones y mediciones. No sólo incluyen leyes
cualitativamente simples (como «todos los cuervos son negros»), sino también leyes cuantitativas
que surgen de mediciones simples. Las leyes que relacionan la presión, el volumen y la
temperatura de los gases son de este tipo. La ley de Ohm, que vincula la diferencia de potencial
eléctrico, la resistencia y la intensidad de la corriente, es otro ejemplo conocido. El científico
realiza repetidas mediciones, halla ciertas regularidades y las expresa en una ley. Estas son las
leyes empíricas. Como indicamos en capítulos anteriores, se las usa para explicar hechos
observados y para predecir sucesos futuros observables.

37
No hay un nombre comúnmente aceptado para designar el segundo tipo de leyes, a las
que yo llamo leyes teóricas. A veces se las llama leyes abstractas o hipotéticas. «Hipotéticas»
quizás no es un nombre adecuado porque sugiere que la distinción entre los dos tipos de leyes se
basa en el grado en el cual las leyes están confirmadas. Pero una ley empírica, si es una hipótesis
de ensayo confirmada solamente en escasa medida, seguiría siendo una ley empírica aunque
pudiera decirse que es hipotética. Una ley teórica no se distingue de una ley empírica por el hecho
de que no esté bien establecida, sino por el hecho de que contiene términos de un tipo diferente.
Los términos de una ley teórica no se refieren a observables aun cuando se adopte el significado
amplio que da el físico a lo que puede ser observado. Son leyes acerca de entidades tales como
moléculas, átomos, electrones, protones, campos electromagnéticos, etc., que no pueden ser
medidas de manera simple y directa”. (Carnap, Fundamentación lógica de la física, Sudamericana,
Buenos Aires 1969)

Después de la lectura de Carnap nos queda claro que su epistemología es más un análisis
lógico del lenguaje científico y que trabaja con enunciados de, por lo menos, dos tipos: aquellos
que predican algo del mundo y que poseen términos observables y aquel que también predica del
mundo pero que sus términos no son observables. Esta distinción nos remite a otra porque si no
se aclara bien de qué tipo de enunciado se habla cuando decimos que tienen términos no
observables, corremos el riego de considerar a la metafísica como ciencia.

Carnap distingue tres tipos de oraciones:

- Las oraciones de objeto que refieren a objetos del mundo y son las que tienen significado.
- Las seudo oraciones que poseen la sintaxis de las oraciones de objeto pero que no lo son
y, como tal carecen de significado.
- Las oraciones sintácticas que hacen referencia al lenguaje y no a objetos del mundo.

Oraciones de objeto, como el cielo está claro (propias de las ciencias empíricas); oraciones
sintácticas, como El predicado es lo que se dice del sujeto y seudo oraciones (u oraciones de
seudo objetos) que parece que tratan de realidades pero no lo hacen, como Los números son
entes ideales Si se pretende nombrar objetos «metafísicos», la filosofía construiría seudo-
enunciados, no traducibles a oraciones sintácticas, como por ejemplo cuando predico algo del
alma, de la vida después de la muerte, de ángeles o demonios.

De este modo el análisis sintáctico de las oraciones podrá diferenciar aquellas que tienen
significado de aquellas que no lo tiene. Carnap sostiene que si los filósofos quieren que sus
afirmaciones tengan significado, no deben enunciar meras oraciones de seudos objetos sino
aceptar que no hablan del mundo sino del lenguaje o a lo sumo deben dar recomendaciones para
la construcción correcta de un lenguaje.

Por ejemplo: la oración: cinco no es una cosa sino un número, no es equivalente a la


oración que habla del mundo tal como El agua no es un ácido sino un alcalino. Aceptando que en
la primera oración se está hablando sobre el lenguaje, debería traducirse del siguiente modo: la
palabra cinco no es una palabra cosa sino una expresión numérica. (Ejemplo de Carnap, citado
por Passmore, 1996). O cuando decimos: el árbol es una cosa, sólo tiene sentido si la traducimos
a una oración sintáctica de la siguiente forma: árbol es el nombre de algo en el mundo. Porque en
la primer forma, no tenemos cómo probar empíricamente que es una cosa. Así, se evitarían
plantear problemas filosóficos que no tienen sentido como por ejemplo preguntar por la naturaleza
del número o la coseidad de la cosa.

Pero este método de traducción resulta muy engorroso por eso lo cambia por el de
reducción. Es decir, propone una tarea de reducción, que es una tarea de simplificación,

38
consistente en la sustitución de una noción por otra más simple o básica guiándose por reglas de
correspondencia16.

Las nociones más básicas son las del lenguaje fisicalista representado por las oraciones
protocolares de la física.

Así, debe reducirse:

fenómenos vitales a fenómenos fisicoquímicos;

fenómenos psíquicos o mentales a estados del cerebro;

psiquismo humano a conducta observable;

términos teóricos a observacionales.

b - La unidad de método: (propuso también unidad de leyes, aunque esto último no lo llegó a
desarrollar).

Esta unidad del método de confirmación de hipótesis lo obligó a hacer correcciones a sus
tesis porque la inducción, ya sabemos, no da seguridades y Carnap no estaba dispuesto a
abandonarla.

Busca un único método válido para todas las ciencias. El mismo está caracterizado por la
sistematización deductiva de los enunciados de toda teoría y por el uso de la inducción en el
contexto de justificación para establecer la aceptabilidad de los enunciados en función de la
evidencia empírica disponible (Gómez, 1995). Aquí van a centrarse fundamentalmente muchas de
las discusiones posteriores.

Carnap abandona la estricta teoría verificacionista del significado y la reemplaza por el


siguiente requerimiento. Una proposición posee sentido siempre que tenga algunas
consecuencias comprobables, de alguna forma, empíricamente.

Carnap distingue dos tipos de confirmación:

1 – directa. Los enunciados protocolares (o enunciados singulares) son los únicos que
aceptan una confirmación directa pues son ellos los únicos que se limitan a registrar experiencias.

2 - indirecta. Las demás proposiciones sólo pueden ser verificadas indirectamente. De


este modo tanto las leyes como cualquier otro enunciado científico, que no sea registro de
experiencias, tienen el carácter de hipótesis (son corregibles) porque su verificación es indirecta.
Esta verificación consiste en tomar la proposición que hay que verificar junto con otras ya
verificadas para demostrar que pueden deducirse de las proposiciones directamente verificables.
Pero con la verificación indirecta no se demuestra la verdad de las proposiciones sino solamente
su probabilidad. Por esto Carnap, abandona el término verificable por el de comprobable (lo que
sería una verificación directa) y confirmable (lo que sería una verificación indirecta pero que
comienza a llamar confirmación).

Luego una oración puede tener significado aun cuando no sea verificable en el sentido
positivista original del término (es decir cuando no sea equivalente a un conjunto finito de
proposiciones de experiencia verdaderas) sino en la medida en que sus predicados sean
comprobables o confirmables.

16
Estas reglas ponen en correspondencia términos: un término teórico con uno empírico (observable).
39
Lo importante es que Carnap termina reconociendo la imposibilidad de verificar
concluyentemente cualquier proposición científica. El método científico es más bien un método de
confirmación gradualmente creciente (probabilidad) y las hipótesis son aceptadas, en última
instancia, por elección personal; con lo cual apela a valores extra-científicos.

Este tema de los valores internos a la ciencia (valores epistémicos como simplicidad de las
hipótesis, coherencia, etc.) y de los valores externos como voliciones, biografía del científico o
valores contextuales, lo vamos a tratar más adelante. Por ahora, retengamos que, a pesar de que
se ha considerado que Carnap, como formalista, deja de lado los valores externos (no
epistémicos), las nuevas relecturas de Carnap lo han negado. Carnap daba importancia de los
valores internos para la confirmación pero, como ésta no es definitiva nunca, (es decir, es
probable), se recurre a los valores externos para terminar de aceptar una hipótesis (confirmada
inductivamente). Es decir, el científico decide, en última instancia, guiado por diversos valores
personales, si la hipótesis la aceptará o no para futuras investigaciones (veamos que el párrafo
habla de confirmación inductiva como algo distinto de aceptación) y esto implica valores externos.

En el módulo siguiente, veremos un ejemplo de análisis lógico del lenguaje, de la mano de


Hempel que perteneció Círculo de Berlín pero cuyas tesis son muy cercanas a estas.

3 - El Círculo de Berlín: Carl Gustav Hempel.

Para seguir con esta línea de pensamiento vamos a ocuparnos de uno más de los pensadores
del Círculo de Berlín: Carl G. Hempel. Recordemos que estamos analizando la ciencia no como
práctica social sino como el conjunto de conocimientos considerados científicos y que lo que se
intenta es poder determinar, por este medio, qué es ciencia y qué no es.

Hemos visto que el problema que se le presenta a la ciencia moderna es congeniar lo teórico
(las hipótesis y teorías) con lo empírico (aquello que debe comprobarlas). Por esta razón se pensó
que el método de la ciencia era la inducción mediante la cual se intentaba desde la observación
de los hechos y, a través de generalizaciones científicas, formular hipótesis (Stuard Mill). Es por
eso que Mill busca una fundamentación lógica para la inducción.

Luego, con Carnap, se abandona la idea de que la forma de descubrir hipótesis sea tema de la
epistemología porque tal descubrimiento no posee lógica. La epistemología debe ocuparse del
contexto de justificación y allí, mediante la inducción, las hipótesis quedarán confirmadas como
probables porque la inducción no da seguridades. Si saco la conclusión, Todos los cuervos son
negros, esta afirmación quedaría falsada con el solo hecho de ver un cuervo no negro por lo tanto
debe sostenerse solamente la probabilidad (posición también de Hempel).

Veamos, además que una hipótesis teórica no puede contrastarse con lo empírico
directamente porque frente a la experiencia siempre tenemos casos particulares y las hipótesis
científicas son universales. De modo que debemos buscar una hipótesis empírica implicada en mi
hipótesis fundamental que nos permita verificarla con la experiencia.

Ejemplo. Si sostengo que Hay un aumento de la pobreza deberé, primero definir qué entiendo
por aumento de la pobreza. Por ejemplo: el aumento de la pobreza es un aumento en la cantidad
de pobres. ¿Y pobres? Pobre es aquella persona que no posee lo suficiente para satisfacer sus
necesidades básicas. Pero, cuando voy a tratar de detectar quién es pobre, me encuentro con la
dificultad que esa hipótesis posee términos que no puedo verificar empíricamente (“lo suficiente” y
“necesidades básicas”) Tendré entonces que formular otra hipótesis que me permita la verificación
empírica, determinando en ella a que llamaré necesidades básicas y qué considero que es lo
mínimo que esa persona deberá tener para satisfacerlas.

Luego hago la investigación correspondiente y, comparando mis resultados con los de años
anteriores, sabré si mi hipótesis ha sido o no confirmada. Para esto formulo otra hipótesis empírica
que diga, por ejemplo
40
Si comparo la cantidad de pobres de mi encuesta con la del año anterior entonces deberá ser
un número mayor al del año anterior.

Supongamos que la corroboro. Deberé, luego, continuar la investigación con otras


observaciones para darle un grado mayor de probabilidad (recordar que esto es necesario porque
la confirmación es un razonamiento deductivamente inválido que no da seguridades).

Estas derivaciones deductivas me acercan desde una hipótesis fundamental a una empírica
que puedo contrastar. Parto de la base de que, lo que le pase a la empírica le pasará a la
fundamental porque está implicada en ella, aunque existen diferencias lógicas entre rechazarla o
corroborarla (que veremos más adelante).

Consideramos que Hempel ejemplifica muy didácticamente estos procedimientos. Formula dos
tesis:

1. una teoría de la confirmación.


2. un análisis de la explicación científica.

I – Teoría de la confirmación:

Cuando plantea el problema de la confirmación, Hempel se apoya en lo que denomina


inducción en sentido amplio, (de acuerdo con las últimas tesis de Carnap en torno a la forma de
verificación empírica) sin asumir una posición reduccionista (ver Carnap en la clase anterior).

Critica a la inducción como forma de descubrimiento de hipótesis (contexto de


descubrimiento) porque sostiene la imposibilidad de recoger o clasificar datos relevantes sin una
hipótesis previa. Los datos relevantes lo son para una hipótesis y sin ella no sabemos tampoco
cuál clasificación de ellos será significativa. Hempel sostiene que no hay observación posible sin
una hipótesis o una conjetura aproximada que guíe la observación.

Cuando decimos que descubrimos hechos por inducción lo que hacemos es partir de una
conjetura aproximada. La fuente de la hipótesis puede ser diversa. Pongamos como ejemplo un
caso muy citado: Kekulé dejó consignado en sus notas que la estructura del átomo de benceno se
la sugirió un sueño que tuvo después de haber trabajado inútilmente durante el día para
establecerla.

Luego operamos deductivamente hasta llegar a la prueba empírica. Allí se nos abren dos
caminos: si mi hipótesis es falsada, la abandonaré porque he razonado deductivamente (modus
tollens) pero si queda corroborada debo recurrir a procedimientos inductivos porque la forma
lógica que he utilizado es una falacia (razonamiento deductivamente inválido) Cuando decimos
que confirmamos hipótesis lo que hacemos es volver a poner a prueba una hipótesis ya
corroborada con el fin de aumentar su grado de probabilidad y estos procedimientos son
inductivos.

Por lo tanto, en posesión de una hipótesis definida, la tarea consiste en buscar confirmarla
o falsarla. El investigador comienza una tarea deductiva para extraer consecuencias observables
de la hipótesis que ha creado y esto lo hace siguiendo la inferencia deductiva. Estas
consecuencias están implicadas en las hipótesis y tales implicaciones se realizan con ayuda de
hipótesis auxiliares. Se llama así a todos esos conocimientos que es necesario tener para que se
manifiestes el evento esperado. Por ejemplo. El uso de determinado instrumental, la forma de
lectura de los datos que aporta el mismo, etc.

41
El proceso sería entonces el siguiente. Creamos una hipótesis (H) y como es algo universal no
podemos comprobar directamente. Extraemos, entonces, de H una hipótesis empírica que esté
implicada en H (que denominamos implicación contrastadora IC), con la forma lógica:

Si H entonces IC.

H ‫ כ‬IC

Con ella vamos a trabajar del siguiente modo. Suponemos que H es verdadera y que lo será IC.
La contrastación deberá demostrar que IC es verdadera (o falsa) para poder concluir algo de H.
Pero la implicación contrastadora es en sí misma una implicación de la forma si….
entonces…..Con eso nos quedaría que:

H implica p ‫ כ‬q

H =p‫כ‬q

En donde p señala el antecedente del condicional y q el consecuente. p indica las


circunstancias específicas en que se supone, o con las que se supone, se manifestará el evento
empírico implicado en la hipótesis fundamental y q señala el evento que esperamos suceda.

En otras palabras, las consecuencias observables de la hipótesis son ellas mismas


implicaciones que tienen por fin poder contrastar 17 la hipótesis, por eso la llama: implicación
contrastadora.

Hay por lo menos dos formas distintas de implicaciones contrastadoras:

1- Las que permiten experimentación (o sea intervenir para modificar) llevaran en el


antecedente las circunstancias específicas experimentales, es decir lo que se ha modificado para
que se produzca el fenómeno. Hempel no se limita a los ejemplo tomados de la física, pone en
este caso uno tomado de la medicina
2- Las que no suponen un control experimental llevarán en el antecedente las circunstancias
que observamos donde se da el fenómeno.

Veamos un caso de cada una de estas formas de contrastación:

Caso 1: condiciones experimentales

Fenómeno

“Ignaz Semmelweis, un médico de origen húngaro, realizó trabajos entre 1844 y 1848 en el
Hospital General de Viena. Como miembro del equipo médico de la Primera División de
Maternidad del hospital, Semmelweis se sentía angustiado al ver que una gran proporción de las
mujeres que habían dado a luz en esa división contraían fiebre puerperal o fiebre de post parto.
En la adyacente Segunda División de Maternidad del mismo hospital, en la cual se hallaban
internadas casi tantas mujeres como en la primera, el porcentaje de muertes por fiebre puerperal
era mucho más bajo”. (Hempel, 1982)

Semmelweis realizó diversas conjeturas sin éxito hasta que un incidente casual (un médico del
equipo, haciendo una autopsia se corta y muere con los mismos síntomas) lo llevó a elaborar la
siguiente hipótesis:

17
Poner en concordancia las hipótesis con los hechos. Es decir son el conjunto de operaciones, teóricas y
experimentales, por medio de las cuales se pone a prueba una hipótesis científica.
42
Hipótesis: la fiebre puerperal se debe a la materia cadavérica que llevaban los médicos en las
manos y que introducían en el organismo de las pacientes cuando las revisaban. De aquí
desprendió una implicación contrastadora:

Implicación contrastadora Si los médicos se lavan las manos con una solución de cal
clorurada (circunstancias específicas experimentales C) entonces las muertes disminuirán
(acontecimiento esperado E).

Una de las hipótesis auxiliares que ha permitido la construcción de la situación experimental


es: el agua clorurada desinfecta mejor que el agua y el jabón

Toda la construcción deductiva depende de la observación empírica de la disminución de muertes.

Caso 2 condiciones no experimentales

Recordemos que la extracción de implicaciones es diferente si se trata de una situación que


no permite la creación de situaciones experimentales dado que no puede variarse el fenómeno a
voluntad. “Cuando el control experimental es imposible, cuando las condiciones C mencionadas
en la implicación contrastadora no pueden ser provocadas o variadas por medios tecnológicos
disponibles, entonces habrá que contrastar la hipótesis de un modo no experimental, buscando o
esperando que se produzcan casos en que esas condiciones especificadas se den
espontáneamente” (Hempel, 1982). El siguiente ha sido extraído de Sagan Cosmos. El análisis
fue realizado por nosotros con motivos didácticos.

Fenómeno

“En las primeras horas de la mañana del 30 de junio de 1908, en Siberia Central, se observó
una gigantesca bola de fuego moviéndose rápidamente a través del cielo. Cuando tocó el
horizonte se produjo una enorme explosión que arrasó dos mil kilómetros cuadrados del bosque e
incendió con una ráfaga de fuego miles de árboles cercanos al lugar del impacto. La consiguiente
onda de choque atmosférica dio dos veces la vuelta a la Tierra. En los dos días siguientes el
polvillo presente en la atmósfera era tan abundante que se podía leer el periódico de noche en las
calles de Londres a 10.000 kilómetros de distancia, por la luz que ese polvillo dispersaba.

Sólo 20 años después se envió una expedición para examinar el terreno y entrevistas a los
testigos. A partir de esto se intentó una explicación del fenómeno.

Primera Hipótesis La causa del fenómeno fue la caída de un trozo de antimateria que se
aniquiló al entrar en contacto con la Tierra desapareciendo en un destello de rayos gama
(hipótesis) Implicación contrastadora: Si se revisa con los aparatos adecuados la zona
(circunstancias específicas no experimentales) entonces se hallará
radiactividad.(acontecimiento esperado E)

Una de la hipótesis auxiliares que intervienen en esta observación es el conocimiento de los


instrumentos que me permites determinar si fue o no un trozo de antimateria.

Segunda Hipótesis Lo causó un mini agujero negro que atravesó la Tierra entrando en Siberia
y saliendo por otro lado (hipótesis) Implicación contrastadora Si se buscan las anotaciones de ese
día de las ondas de choque atmosféricas (circunstancias específicas no experimentales)
entonces se hallarán datos que indiquen que un objeto salió proyectado por el Atlántico
Norte.(Acontecimiento esperado E)

Tercera Hipótesis Lo causó un fragmento cometario que chocó con la Tierra (hipótesis)
Implicación contrastadora: Si se realiza un análisis meticuloso de la zona (circunstancias

43
específicas no experimentales) entonces deberían encontrarse algunos fragmentos de las partes
heladas del cometa.(acontecimiento esperado E).

Es evidente que son muchas las hipótesis auxiliares que ayudaron a extraer la implicación
contrastadora (el conocimiento de la zona en que ocurrió el suceso, la forma de reconocimiento
del terreno, el uso de los materiales o instrumental, etc.)

Pero la hipótesis puede ser refutada o corroborada y hay diferencias lógicas entre ambos
casos.

Resumiendo: En el caso de la refutación seguimos dentro de la lógica deductiva. La


contrastación del caso 2.1 demostró que no hay radiactividad, y del caso 2.2 que no hay datos en
las hondas de choque de ese día. El razonamiento realizado es un razonamiento deductivo válido:
modus tollendo tollens. Es decir si las premisas son verdaderas lo será la conclusión. Esta
asegura que nuestra hipótesis no se da. De todas formas no debemos olvidar que lo que se pone
a prueba no es solamente la hipótesis que quiero probar sino, conjuntamente con ella, todos los
supuestos auxiliares que también están implicados. Esto complica nuestra toma de decisiones en
toda refutación de hipótesis.

Si se confirma, hay que apelar a la lógica inductiva porque la confirmación es, en primer
término, una falacia que no da seguridades. Por ejemplo en el caso 1 la conclusión es que
disminuyeron las muertes y en el caso 2.3 que se encontraron fragmentos de cometa. Al llegar a
tal afirmación, hemos razonado falazmente, desde el punto de vista deductivo es decir si las
premisas son verdaderas no hay garantías de la verdad de la conclusión y como tal es un
razonamiento deductivamente inválido: falacia de afirmación del consecuente. Entonces,
necesitamos la inducción (pero probabilística o como la llama Hempel inducción en sentido amplio)
a la que recurre Hempel para elaborar su teoría de la confirmación. El investigador busca datos
relevantes, variados, precisos y con apoyo teórico en distintas oportunidades para darle a su
hipótesis una mayor probabilidad (tarea inductiva). Es decir, la lógica de la inducción es ahora la
lógica de la probabilidad. A medida en que una hipótesis se sostiene con los diversos datos
relevantes, la hipótesis ha aumentado su grado de probabilidad.

II - El análisis de la explicación científica.

Hasta aquí nos hemos referido a cómo se debe razonar para probar algo que consideremos
científico. Pero ¿Cuál es el objetivo de todo ese trabajo científico? Esta pregunta se responde de
la siguiente manera. El objetivo es elaborar explicaciones y predicciones de los fenómenos a
partir de sus comprobaciones. Sin embargo por explicación y por predicción se ha entendido
cosas diversas. Si se interpreta la palabra explicación o la palabra predicción en su uso cotidiano
no podríamos ver con claridad las características especiales de la explicación científica. Una
concepción muy difundida en la epistemología, hoy considerada concepción heredada (dentro de
la cual ubicaremos a Carnap y Hempel) es considerar que la ciencia tiene solamente un modelo
de explicación: el nomológico, el cual puede presentarse en dos modelos: el deductivo y el
probabilístico

Partamos de la siguiente caracterización que da Bunge «La ciencia […] intenta explicar los
hechos en términos de leyes, y las leyes en términos de principios. Los científicos no se
conforman con descripciones detalladas; además de inquirir cómo son las cosas, procuran
responder a por qué ocurren los hechos, cómo ocurren y no de otra manera. La ciencia deduce
proposiciones, relativas a hechos singulares, a partir de leyes generales, y deduce las leyes a
partir de enunciados nomológicos aún más generales (principios)» (Bunge 1983: 30).

1 – Modelo deductivo

Hempel analiza la explicación partir de leyes (explicación nomológico-deductiva) como la


forma característica de explicación científica, es decir la subsunción del fenómeno en la ley
44
científica que permite explicarlo. Esta forma de explicación se aplica por igual a las tres áreas
principales de la explicación científica: explicación de los eventos por medio de leyes, de las leyes
por medio de teorías y de teorías por medio de teorías más amplias o principios. Los estudios
sobre la lógica de la explicación de Hempel y Oppenheim son los que más han contribuido al
desarrollo de esta forma de explicación denominada nomológico-deductiva. Los autores proponen
cuatro condiciones de adecuación que ha de satisfacer una explicación científica:

1 – El explanandum (el fenómeno que se explica) ha de estar lógicamente implicado por el


explanas (aquello que explica).

2 – El explanans (lo que explica) ha de contener leyes que sean necesarias para la
deducción del explanandum (y en el caso de la explicación de eventos, el explanans ha de
contener, asimismo, enunciados de condiciones iniciales, es decir enunciados que refieran objetos
o eventos empíricos específicos)

3 - El explanans ha de tener contenido empírico.

4 - La cuarta condición, catalogada como condición empírica, es que el explanans ha de


ser verdadero, y no sólo ser confirmado. Hempel modificó más tarde su posición utilizando, en vez
de explicaciones verdaderas, explicaciones más o menos confirmadas o con una mayor
posibilidad de ser verdaderas, es decir, partiendo de leyes probables llegaremos a una explicación
probabilística.

El modelo deductivo se resume en el siguiente diagrama

C1, C2, ......Cn: condiciones iniciales

Explanans

L1 L2.... .Ln: leyes generales

E Descripción del fenómeno empírico a explicar Explanandum

Como consecuencia de esta forma de explicación Hempel analiza el concepto de ley. Una
ley científica:

1 - Debe ser una proposición universal.

2 – Pero, para ser considerada ley científica (y no una mera generalización empírica) debe
haber razones para considerarla verdadera. Esto no es una condición necesaria sino suficiente
que depende de las teorías científicas aceptadas en una época determinada.

3 – Debe poder subsumir el fenómeno en una explicación nomológico-deductiva.

4 – Debe poder justificar un enunciado contrafáctico del tipo: Si A hubiera sido el caso
entonces B habría sido el caso. Ejemplo: Si hubiéramos puesto esta vela de parafina en una
caldera hirviendo por encima de los 60 grados se habría fundido. Este condicional se apoya en la
ley: La parafina es líquida por encima de los 60 grados. En cambio una generalización empírica
como: Todos los minerales que hay en esta caja son de hierro, no sirve para justificar el
contrafáctico relativo a ella que diría: Si hubiéramos puesto esta piedra en esta caja contendría
hierro.

“Usaremos, por tanto, – nos dice – la palabra ley con ciertas libertades, aplicando el
término a ciertos enunciados del tipo a que aquí nos referimos, enunciados de los que se sabe,
sobre una base teórica, que sólo se cumplen de una manera aproximada y con ciertas
45
cualificaciones” (Hempel 1982). Muchas veces las leyes se dan por supuestas. Así, en el caso
Semelweis la explicación de la muerte por fiebre puerperal sería la siguiente:

Explanans:

Ley implícita: Toda contaminación de la sangre es un envenenamiento que produce fiebre y


muerte. Condiciones iniciales o datos: Los médicos, revisaban a las pacientes después de
hacer autopsias con las manos no higienizadas.

Explanandum

En la División Primera hay más muertes por fiebre puerperal que en la División Segunda

Como la explicación es un razonamiento deductivo compuesto por premisas y conclusión,


en el lenguaje cotidiano quedaría del siguiente modo (recordemos que porque introduce a las
premisas y por lo tanto a la conclusión)

Explicación (partiendo del Explanandum)

(Explanandum) En la División Primera hay más muertes por fiebre puerperal que en la División
Segunda porque (explanans) toda contaminación de la sangre es un envenenamiento que
produce fiebre y muerte (ley supuesta) y los médicos revisaban, allí, a las pacientes después de
hacer autopsias con las manos no higienizadas (datos).

Explicación partiendo del explanas

Explanans: Toda contaminación de la sangre es un envenenamiento que produce fiebre y muerte


(ley implícita) y en la división segunda los médicos, revisaban a las pacientes después de hacer
autopsias con las manos no higienizadas (datos) Por lo tanto, (explanandum) en la División
Primera hubo más muertes por fiebre puerperal que en la División Segunda.

Hempel, analiza también las explicaciones probabilísticas que contienen en su explanans


una ley probabilística. Estas explicaciones tienen la misma estructura lógica pero su sentido es
diferente dado que, a partir de una ley de ese tipo, sólo puede darnos una explicación probable.
Nos basta solamente con mencionarlas.

En resumen, un concepto fundamental de la explicación en las ciencias de la naturaleza es,


por tanto, la noción de ley. Si bien se le ha asignado diferentes significados al termino ley, dentro
de las que encontramos la de Hempel, retengamos solamente que puede interpretarse por ley
toda relación constante y objetiva en la naturaleza, en la mente o en la sociedad (Bunge 1973: 69
y s.). Es importante señalar, además, que esas leyes resultan significativas en el contexto más
general de una teoría.

2. Modelo probabilístico

Explicación propia de aquellas ciencias que recurren a hipótesis probabilísticas o estadísticas; por
ejemplo, las leyes de la herencia. En este caso, las leyes a las que podemos recurrir para explicar
el problema, al ser de naturaleza probabilística o estadística, no permiten el uso de un esquema
nomológico-deductivo. En aquellos casos en que la premisa que tiene forma de ley es de carácter
estadístico, la conclusión, el explanandum, no se deduce necesariamente y tiene sólo un valor de
probabilidad (estadística); o lo que es lo mismo, el explanans implica al explanandum sólo con un
cierto grado (por elevado que sea) de probabilidad. Se trata, por consiguiente, de un razonamiento
inductivo y la clase de explicaciones que siguen este modelo se denominan explicaciones
probabilísticas o inductivo-estadísticas (I-E), que gozan de probabilidad inductiva o lógica, por lo
que sólo confieren verosimilitud.
46
Como este modelo inductivo-nomológico admite la posibilidad de construir dos
explicaciones con explanans lógicamente compatibles, cuyos explanandum resultan lógicamente
incompatibles entre sí, Hempel precisó posteriormente que una explicación de este tipo es buena
sólo si muestra que su explanandum tiene una alta probabilidad de ocurrir.

Después de este análisis Hempel pretende que todas las ciencias desarrollan estas formas
de explicación. Supone que, cuando se explica un suceso por su origen o su función, hay siempre
una ley implícita. Esto ha sido muy criticado. Incluso Popper agrega, para las conductas sociales,
la explicación por fines definidos por la situación (que veremos más adelante)

En la actualidad se sostiene que no existen solamente estas formas de explicación porque


las ciencias sociales y humanas producen explicaciones diferentes a las mencionadas por Hempel
y poseen igual valor científico. Este tema lo veremos cuando abordemos el problema de las
ciencias sociales.

En cuanto a la predicción solamente diremos que Hempel considera que tiene la misma
estructura lógica que la explicación. Sostiene que entre explicación y predicción rige el principio de
simetría. Es decir, una predicción cumplida es entonces una buena explicación y una explicación
correcta nos permite realizar predicciones con los mismos datos y leyes. “La diferencia entre
explicación y predicción no radica, por tanto, en su estructura lógica sino en que en el primer caso
sabemos que la conclusión es verdadera, mientras que en el segundo no lo sabemos, y al
predecir ganamos un presunto conocimiento fundado en datos y leyes, pretensión que sólo se
justifica si la predicción se cumple. (Klimovsky, 1995)

Así como, para Hempel y toda esta concepción de la ciencia, la forma de la explicación
permite diferenciar una ciencia de una no ciencia, la predicción tiene el mismo valor. Por eso,
dentro de este marco, se ha desconfiado de las ciencias sociales porque su carácter predictor es
muy limitado (casi imposible). Esto nos permite afirmar que no puede reducirse La Ciencia al
modelo de las ciencias naturales.

47
Módulo 4

Superando errores: Gaston Bachelard y Karl Popper

Resulta extraño que nos refiramos en un mismo módulo a dos pensadores que
corresponden a tradiciones epistemológicas tan diferentes y que, por otro lado no tuvieron
demasiados contactos. Pero, si adoptamos como proyecto la epistemología comparativa (proyecto
de Dominique Lecourt), la referencia no parece tan extraña: ambos autores, desde ópticas
diferentes se refieren a la importancia de superar errores en la tarea científica. La influencia que
ejercieron es divergente a tal punto que a Bachelard se lo trata especialmente en el ámbito de las
ciencias sociales y humanas (especialmente la psicología), en tanto a Popper se lo considera un
crítico que influye en el ámbito de las ciencias naturales. Comencemos marcando las tradiciones
epistemológicas que los diferencian.

Bachelard se inscribe dentro de la epistemología francesa. En Francia, el desarrollo de la


epistemología estuvo signada por la oposición al espiritualismo principalmente de Meyerson 18 y
las postulaciones marxistas de Althusser. La epistemología francesa cuenta como representantes
principales a Althusser, Bachelard, Canguilhem, Foucault, Lecourt, Raymond, Balibar y Dessanti.

Esta línea de pensamiento se encuentra alejada de los planteos de la filosofía anglosajona,


y desarrolla una preocupación histórica por el saber. Pero más aún, la línea anglosajona y la
francesa se desconocieron mutuamente, aún cuando muchos de sus conceptos puedan ser
comparables. Bachelard discute con el espiritualismo de la corriente francesa y se inscribe en el
análisis histórico de la ciencia, continuado, entre otros, por Canguilhem en el ámbito francés.

Popper, que desarrolla su pensamiento en el marco de la filosofía analítica, centra su


crítica en el neopositivismo pero retomando muchos de sus planteos -en tanto acepta el análisis
sentencial de las teorías científicas-. Se distancia especialmente por su crítica radical a la
inducción y el abandono del monismo metodológico estricto. Esto último lo llevó a realizar una
propuesta para el conjunto de las ciencias sociales en polémica con los teóricos de la escuela de
Francfort (ver más adelante). Muchos de sus planteos ejercieron una influencia decisiva en el
desarrollo ulterior de la epistemología especial.

El tratamiento frente a los errores es en ambos autores divergente. Mientras Popper


considera los errores forman parte del camino de la ciencia, se van superando mediante el uso del
método científico y una actitud crítica frente a los resultados obtenidos (dado que todas las
hipótesis científicas son provisorias y revisables); Bachelard considera que los errores son propios
del pensamiento, dificultan el camino de la ciencia y son superables mediante un psicoanálisis de
errores. Podríamos decir que Popper aceptaría la posición de Bachelard pero la consideraría fuera
de los problemas que debe encarar la epistemología.

Popper sostiene que el pensamiento científico es un camino desde el sentido común en la


medida en que se va ascendiendo a una racionalidad superior. Bachelard, sostiene que entre el
sentido común y el pensamiento científico hay una ruptura no un mero tránsito.

Pese a las obvias diferencias entre ambos, coinciden en el reconocimiento de la


importancia del papel que desempeña la superación de errores en la tarea científica. Uno desde la
refutación lógica, otro desde la superación psicológica. Ambos, por otra parte, son exponentes del
racionalismo, que conciben de distinta manera.

18
Para Meyerson, el espíritu humano procede según reglas que son consustanciales mediante las cuales reduce lo
diferente a lo idéntico. La investigación científica no interesa por los resultados que ha conseguido, sino por los
razonamientos que ha utilizado para conseguirlos. Para Meyerson la ciencia no es más que un conjunto de operaciones
del intelecto, operaciones más fáciles de captar allí que en otra parte.
48
Gastón Bachelard (1884 – 1962)

Gastón Bachelard, (que tuvo como discípulo a Canguilhem y éste influyó en Foucault)
nació en 1884 en una pequeña ciudad del sur de Francia, donde se graduó en matemáticas.
Durante la primera guerra mundial, perteneció al ejército durante 3 años y estuvo en el frente de
batalla. Cuando terminó la guerra fue profesor de física y química en la escuela secundaria de su
ciudad natal. Las preocupaciones filosóficas lo llevaron a continuar estudiando filosofía,
doctorándose en 1927. Posteriormente, se desempeñó como docente universitario en Dijon, pero
nunca dejó de añorar a su ciudad natal.

Su obra es muy diversa. Abarca problemas científicos, epistemológicos y poéticos: El


nuevo espíritu científico (1934), La formación del espíritu científico. (1938), La filosofía del no
(1940), entre otros. Sin embargo la difusión de su obra se centró en los países francoparlantes y
de habla hispánica pero no fueron traducidas al inglés, por lo menos hasta 1973.

Sus trabajos epistemológicos “giran alrededor de los problemas de la nueva física que se
desarrolla con los descubrimientos de Einstein, Planck y Heisenberg y los nuevos conceptos en
química y matemáticas” (Geltman 1996). Bachelard sostiene que todo ello indica la aparición de
un nuevo espíritu científico, una nueva etapa en el pensamiento.

La primera tarea que se propone es el análisis de “los presupuestos implícitos que hoy
utilizan los científicos de modo espontáneo, sin preocuparse por las contradicciones que surgen
en relación con el sentido común y con esquemas de pensamiento largamente acuñados”
(Geltman 1996). Para esto realiza minuciosos análisis de los conceptos científicos recurriendo a la
historia de la ciencia.19

La experiencia básica
Para comprender qué es la ciencia debe primero reconocerse lo que no es –y no podrá
ser- ciencia.

Los hombres en contacto con el mundo poseen experiencias, que podemos llamar básicas,
u “observaciones básicas”. “La observación básica se presenta con un derroche de imágenes; es
pintoresca, concreta, natural, fácil. No hay nada más que describirla y maravillarse. Se cree
entonces comprenderla.”

Pero lo que se obtiene de la experiencia básica no puede traspasar los límites de lo


precientífico, y es el primer obstáculo que la ciencia debe superar.

“El pensamiento precientífico no ahínca en el estudio de un fenómeno bien circunscrito. No


busca la variación, sino la variedad. Y éste es un rasgo particularmente característico; la
investigación de la variedad arrastra al espíritu de un objeto a otro, sin método; el espíritu no
apunta entonces sino a la extensión de los conceptos”. En la ciencia, por el contrario, “la
investigación de la variación se liga a un fenómeno particular, trata de objetivar todas las variables,
de probar la sensibilidad de las variables. Esta investigación enriquece la comprensión del
concepto y prepara la matematización de la experiencia.” Daremos algunos ejemplos de
pensamiento pre-científico:

19
“Como en definitiva nos proponemos delinear la lucha contra algunos prejuicios, los argumentos polémicos pasan
frecuentemente al primer plano. Es, por otra parte, más difícil de lo que se supone, separar la razón arquitectónica de la
razón polémica, pues la crítica racional de la experiencia es solidaria con la organización teórica de la experiencia: todas
las objeciones de la razón son pretextos para experiencias. Se ha dicho frecuentemente que una hipótesis científica que
no levanta ninguna contradicción no está lejos de ser una hipótesis inútil. Lo mismo, una experiencia que no rectifica
ningún error, que es meramente verdadera, que no provoca debates, ¿a qué sirve? Una experiencia científica es, pues,
una experiencia que contradice a la experiencia común.” (Bachelard 1938)
49
A - “...veamos el espíritu precientífico en demanda de variedad. Basta recorrer los primeros libros
sobre la electricidad para que llame la atención el carácter heteróclito de los objetos en los que se
investigan las propiedades eléctricas. No es que se convierta a la electricidad en una propiedad
general: paradójicamente se la considera una propiedad excepcional pero ligada al mismo tiempo
a las sustancias más diversas. En primera línea –naturalmente- las piedras preciosas; luego el
azufre, los residuos de la calcinación y de la destilación, los belemnites, los humos, la llama. (...)
Después de haber hecho el catálogo de las sustancias susceptibles de ser electrizadas, Boulanger
deduce la conclusión que ´las sustancias más quebradizas y más transparentes son siempre las
más eléctricas´. Se presta siempre una gran atención a lo que es natural. Por ser la electricidad un
principio natural, se creyó por un momento disponer de un medio para distinguir los diamantes
verdaderos de los falsos. El espíritu precientífico quiere siempre que el producto natural sea más
rico que el producto artificial.” (Bachelard 1938)

B - “Un autor anónimo, verosímilmente el abate de Mangin, presenta su Historia particular y


general de la electricidad con este subtítulo muy sintomático: ´O de lo que algunos físicos de
Europa han dicho de útil e interesante, de curioso y divertido, de gracioso y festivo´.” (Bachelard
1938)

Vemos que el pensamiento precientífico, al ligarse a las observaciones básicas, “lejos de ir


a lo esencial (...) aumenta lo pintoresco”. “En la formación de un espíritu científico, el primer
obstáculo es la experiencia básica, es la experiencia colocada por encima de la crítica, que ésta sí,
es necesariamente un elemento integrante del espíritu científico. Puesto que la crítica no ha
obrado explícitamente, en ningún caso la experiencia puede ser un apoyo seguro. Ofreceremos
numerosas pruebas de la fragilidad de los conocimientos básicos, pero desde ya nos interesa
oponernos a esa filosofía fácil que se apoya sobre un sensualismo más o menos franco, más o
menos novelesco, y que pretende recibir directamente sus lecciones de un dato claro, limpio,
seguro, constante, siempre ofreciéndose a un espíritu siempre abierto.”

La ciencia, en cambio, va en el sentido contrario: hacia la abstracción. “He aquí la tesis


filosófica que sostendremos: el espíritu científico debe formarse en contra de la Naturaleza, en
contra de lo que es, dentro y fuera de nosotros, impulso y enseñanza de la Naturaleza, en contra
del entusiasmo natural, en contra del hecho coloreado y vario. El espíritu científico debe formarse
reformándose. Frente a la Naturaleza sólo puede instruirse purificando las sustancias naturales y
ordenando los fenómenos revueltos.” (Bachelarad 1938)

Saber socializante como realizante de lo matemático.


Caracteriza al pensamiento científico como un pensamiento realizante en el sentido de la
realización de lo racional, en la medida en que construye conceptos valiéndose de instrumentos,
mediciones y experimentos. Los conceptos organizan racionalmente lo que luego se intentará
verificar en su concreción experimental. Por ejemplo: una serie compleja de observaciones,
mediciones y cálculos permiten a Einstein producir un concepto nuevo como el de curvatura del
espacio, concepto que luego encuentra aplicación en determinados fenómenos astronómicos.
Siendo así, Bachelard “no diría que Eisntein descubrió la curvatura del espacio, puesto que la
ciencia no se ocupa de reflejar la realidad en sí misma; diría más bien que la ciencia produjo un
concepto que permite obtener, con ciertos cálculos y mediciones, un fenómeno de curvatura
espacial” (Geltman 1996). Esto lo lleva a sostener que “La química de hoy ha llegado a ser la
ciencia de los cuerpos que no existen” (Bachelard, El materialismo racional,1953).

Pero en realidad “para Bachelard lo real no tiene un sentido monotónico. La realidad es


una función múltiple que se ofrece en distintos estratos y niveles” (Geltman 1996). Una de las
formas de lo real es lo real cotidiano, a la que lo real científico se opone. “Frente al realismo
ingenuo (considerado como el enemigo más poderoso para el avance científico) acentúa los
matices, las diferencias, evitando generalizaciones y analogías que transportan a todo nivel las

50
intuiciones más simples de la experiencia vulgar cotidiana” (Geltman 1996) 20. Entiende que entre
esta realidad y la realidad científica media una ruptura.21

Considera a su vez, siguiendo esta línea de pensamiento, que los objetos son el producto
de los métodos con que nos aproximamos a ellos. “Distintos métodos engendran objetos distintos
y no existen, para una apreciación fina y matizada, objetos separados de sus métodos” (Geltman
1996). “... la ciencia realiza sus conceptos, sin encontrarlos jamás ya hechos. La fenomenotécnia
amplía la fenomenología. Un concepto se ha tornado científico en la proporción en que se ha
tornado técnico, en la medida en que es acompañado de una técnica de realización.” Por ejemplo:
“Los elementos fabricados en laboratorio (...) se iluminan al nacer, parpadean alegremente
durante microsegundos y mueren. Con la excepción del Plutonio (número 94 de la Tabla
Periódica), los elementos más pesados que el Uranio (número 92) son tan inestables que sólo se
forman en reactores nucleares o aceleradores de partículas. En junio pasado, científicos del
Instituto Conjunto para la Investigación Nuclear, en Dubna, Rusia, crearon el elemento 114, que
duró 30 segundos, toda una vida en el mundo subatómico. En junio nacieron el 116 y el 118,
cortesía del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore, en California. Las vidas de 116 y 118
fueron, respectivamente, una milésima de segundo y tres diezmilésimas de segundo, lo bastante
largas para pensar que hemos alcanzado la zona de estabilidad, prevista desde los años 70, para
los elementos de peso atómico alrededor de 114, cuya duración sería mayor que fracciones de
nanosegundo22.” (Tomado de la revista Discovery, febrero del 2000; obsérvese que el lenguaje de
divulgación emplea metáforas que no podrían aceptarse en física: “nacen”, “parpadean
alegremente”, “mueren”. La divulgación introduce una distorsión.)

Este saber realizante de lo racional, que se separa de la realidad cotidiana es además un


saber realizante de lo matemático. “A medida que avanza la ciencia, el método experimental
se acerca cada vez más al método matemático y en consecuencia el científico realiza lo que
obtiene en su laboratorio de un modo semejante a lo que realiza el matemático en el desarrollo de
sus trabajos” (Geltman 1996)23.

20
“Y entrando en el detalle mismo de la investigación científica, frente a una experiencia bien determinnada que pueda
ser registrada como tal, verdaderamente como una y completa, el espíritu jamás se siente impedido de variar las
condiciones, en una palabra de salir de lo mismo y buscar lo otro, de dialectizar la experiencia. Así es como la Química
multiplica y completa sus series homólogas, hasta salir de la Naturaleza materializando cuerpos más o menos
hipotéticos sugeridos por el pensamiento inventivo. Es así como en todas las ciencias rigurosas, un pensamiento ansioso
desconfía de las identidades más o menos aparentes, para reclamar incesantemente mayor precisión, ipso facto mayores
ocasiones de distinguir. Precisar, rectificar, diversificar, he aquí los tipos del pensamiento dinámico que se alejan de la
certidumbre y de la unidad, y que en los sistemas homogéneos encuentran más obstáculos que impulsos. En resumen, el
hombre animado por el espíritu científico, sin duda desea saber, pero es por lo pronto para interrogar mejor.” (Bachelard
1938)
21
“La ciencia, tanto en su principio como en su necesidad de coronamiento, se opone en absoluto a la opinión. Si en
alguna cuestión particular debe legitimar la opinión, lo hace por razones distintas de las que fundamentan la opinión; de
manera que la opinión, de derecho, jamás tiene razón. La opinión piensa mal; no piensa; traduce necesidades en
conocimientos. Al designar a los objetos por su utilidad, ella se prohíbe el conocerlos. Nada puede fundarse sobre la
opinión: ante todo es necesario destruirla. Ella es el primer obstáculo a superar.” (Bachelard 1938)
22
El prefijo nano indica 109 veces menor (en este caso, que un segundo).
23
“Tornar geométrica la representación, vale decir dibujar los fenómenos y ordenar en serie los acontecimientos
decisivos de la experiencia, he ahí la primera tarea en la que se funda el espíritu científico. En efecto, es de este modo
como se llega a la cantidad representada, a mitad camino entre lo concreto y lo abstracto, en una zona intermedia en la
que el espíritu pretende conciliar las matemáticas y la experiencia, las leyes y los hechos.
Esta tarea de geometrización que a menudo pareció lograrse –ya después del éxito del cartesianismo, ya después del
éxito de la mecánica newtoniana, ya también con la óptica de Fresnel- termina siempre por revelarse insuficiente. Tarde
o temprano, en la mayor parte de los sectores, estamos obligados a comprobar que esta primera representación
geométrica, fundada sobre un realismo ingenuo de las propiedades espaciales, implica conveniencias más ocultas, leyes
topológicas menos firmemente solidarias con las relaciones métricas inmediatamente aparentes, en una palabra:
vínculos esenciales más profundos que los vínculos de las representaciones geométricas familiares. Poco a poco se
advierte la necesidad de trabajar debajo del espacio, por así decir, en el nivel de las relaciones esenciales que sostienen
los fenómenos y el espacio. El pensamiento científico es entonces arrastrado hacia ´construcciones´ más metafóricas
que reales, hacia ´espacios de configuración´ de los que el espacio sensible, en definitiva, no es sino un mísero ejemplo.
El papel de las matemáticas en la física contemporánea sobrepasa pues notablemente la simple descripción geométrica.
51
“El paralelo se aclara si se toma en cuenta el carácter constructivo de ambos
procedimientos. El matemático realiza operaciones formales que anticipan operaciones concretas;
el científico realiza experimentos que preanuncian operaciones técnicas. (...) Así como el
matemático generaliza ciertos procedimientos y operaciones (...) así también el físico generaliza
de modo hipotético ciertos resultados para otras situaciones semejantes o análogas.” (Geltman
1996)
“En síntesis, las leyes científicas son, desde este punto de vista, reglas de construcción. Si
se hace tal cosa, con tales aparatos y en tales condiciones, se obtendrán tales resultados que
podrán ser medidos de tal o cual manera. La ciencia moderna es ´una ciencia por completo
artificialista´.” (Geltman 1996; la cita corresponde a El materialismo racional)

Pero para convertirse en saber realizante de lo matemático la ciencia moderna ha dejado


de ser un saber individual “para transformarse en un hecho socio-cultural en que se inserta cada
investigador” (Geltman 1996). Esto porque la primera impresión frente a un experimento es
engañosa y para salir del error se necesita el control de la comunidad científica. “La ciencia del
solitario – dice Bachelard – es cualitativa. La ciencia socializada es cuantitativa” (Bachelard, La
formación del espíritu científico, 1967)

“Con todo, este carácter social de la ciencia moderna no implica un obstáculo para la
creatividad. Todo lo contrario. Para Bachelard, una de las notas fundamentales del nuevo espíritu
científico es el hecho de haberse liberado del realismo ingenuo y de los prejuicios clásicos de un
saber contemplante, por lo cual ha podido lanzarse a la construcción de hipótesis arriesgadas, sin
cuidarse de las primeras impresiones de la experiencia común. La ciencia ha pasado de la
filosofía del ´como si´ a la del ´por qué no´.” (Geltman 1996)

La ciencia dialectiza.
La dialectización condensa, para Bachelard, las funciones más elevadas del pensamiento.
Entiende por dialéctica tanto las relaciones entre los principios científicos y sus aplicaciones
particulares como la complementación de opuestos. Los principios se modifican en virtud de sus
aplicaciones y las relaciones de oposición constituyen polaridades epistemológicas. La negación
no es definitiva pero hace avanzar el saber. En este último sentido la dialéctica es tomada en
sentido hegeliano pero en Bachelard es, como vimos, un concepto más amplio.

“La ciencia dialectiza cuando integra puntos de vista opuestos sin preocuparse
dogmáticamente por forzar la coherencia y la unidad.” Esta característica de la ciencia como
integradora de puntos de vista contrarios lo lleva a desconfiar de las diferenciaciones que realiza
la filosofía. Por esto sostiene que los filósofos no deben intervenir en la ciencia sino más bien
aprender de ella.

Pero los opuestos sólo pueden ser verdaderamente complementarios, cuando están bien
separados manteniendo cada uno su identidad sin confundirse. Por eso protesta contra toda
síntesis apresurada, contra la tendencia fácil a unir en una visión de conjunto vaga e
indeterminada.

En la complementación de los contrarios encontramos la dialectización pero también la


encontramos en la interrelación sujeto objeto que se produce en el acto de conocer. El polo
subjetivo no se puede eliminar en ninguna observación por lo que no llegamos nunca al objeto en
estado puro. Sin embargo, las modificaciones que introduce en el objeto pueden ser medidas,
controladas o evaluadas. De modo que no acepta ni el objetivismo estricto ni el sociologismo o

El matematismo no es ya descriptivo, sino formativo. La ciencia de la realidad no se conforma ya con el cómo


fenomenológico: ella busca el porqué matemático.
Y entonces, puesto que lo concreto acepta ya la información geométrica, puesto que lo concreto es analizado
correctamente por lo abstracto, ¿por qué no podríamos fijar la abstracción como el derrotero normal y fecundo del
espíritu científico? En efecto, si se reflexiona sobre la evolución del espíritu científico, se discierne de inmediato un
impulso que va de lo geométrico, más o menos visual, a la completa abstracción.”
52
psicologismo que pretenden captar la realidad de la ciencia solamente como producto de los
condicionamientos culturales.

La última de las formas de dialectización a que se refiere es aquella que surge cuando el
científico construye sus conceptos en la medida en que esta dialectización va creando el mundo
de la fenomenotecnia, mundo intermedio entre el sujeto y el objeto. Para llegar a estos resultados
la ciencia ha contradicho el mundo de la vida cotidiana, colocándose allí una ruptura que
solamente los errores resistentes tienden a encubrir.

Los obstáculos epistemológicos


Los obstáculos epistemológicos impiden el avance de la ciencia.24 y son formas de tapar
las rupturas con el fin de mostrar una continuidad que el pensamiento no posee.
1 Son polimorfos (presentan distintas formas) y
2 poseen relaciones dialécticas (por salir de uno puede caerse en su opuesto)25.
3 Son productos del imaginario mediante el cual el científico se representa su tarea.
La única forma de desembarazarse de estas falsas imágenes es mediante lo que él
denomina psicoanálisis de los errores26. Aunque reconocer que los obstáculos epistemológicos no
podrá evitar que vuelvan a aparecer; permite sin embargo una mayor posibilidad de superarlos.

Superar los obstáculos epistemológicos despeja el camino hacia la abstracción, necesaria


para el desarrollo del pensamiento científico (tanto en lo social como en lo individual). Menciona
como obstáculos generales: la opinión, el espíritu conservativo, permanecer en lo concreto. Pero
luego se ocupa de obstáculos más particularizados que han surgido en el desarrollo de la física.
Así, toda la historia de la ciencia es una serie de rectificaciones de la verdad a través de sucesivos
errores.

Los obstáculos epistemológicos se manifiestan tanto en la tarea del historiador como en la


tarea docente.“En la educación, - sostiene Bachelard - la noción de obstáculo pedagógico es
igualmente desconocida. Frecuentemente me ha chocado el hecho de que los profesores de
ciencias, aún más que los otros si cabe, no comprendan que no se comprenda. Son poco
numerosos los que han sondeado la psicología del error, de la ignorancia y de la irreflexión. (...)
Los profesores de ciencias se imaginan que el espíritu comienza como una lección, que siempre

24
“Cuando se buscan condiciones psicológicas del progreso de la ciencia, se llega pronto a la convicción de que hay
que plantear el problema del conocimiento científico en términos de obstáculos. Y no se trata de obstáculos externos,
como la complejidad y la fugacidad de los fenómenos, ni de incriminar la debilidad de los sentidos y del espíritu
humano: en el mismo acto de conocer, íntimamente, aparecen, por una especie de necesidad funcional, pausas e
inquietudes. Aquí mostraremos causas de estancamientos e incluso de regresión, descubriremos causas de inercia a las
que llamaremos obstáculos epistemológicos. El conocimiento de lo real es una luz que proyecta siempre sombras en
alguna parte. Nunca es inmediato y pleno. Las revelaciones de lo real son siempre recurrentes. Lo real no es nunca «lo
que podríamos pensar», sino lo que hubiéramos debido pensar. El pensamiento empírico es claro después, cuando el
aparato de las razones ya está a punto. Volviendo sobre un pasado de errores, encontramos la verdad en un verdadero
arrepentirse intelectual. De hecho, se conoce contra un conocimiento anterior, destruyendo conocimientos mal hechos,
remontando lo que, en el propio espíritu, impide la espiritualización.” (Bachelard 1938)
25
“Es por otra parte muy notable que, de una manera general, los obstáculos a la cultura científica se presentan siempre
por pares. A tal punto que podría hablarse de una ley psicológica de la bipolaridad de errores. En cuanto una dificultad
se revela importante, se tropezará con un obstáculo opuesto. Semejante regularidad en la dialéctica de los errores no
puede provenir naturalmente del mundo objetivo.” (Bachelard 1938)
26
“Un solo ejemplo: el equilibrio de los cuerpos flotantes es objeto de una intuición familiar que es una maraña de
errores. De una manera más o menos clara se atribuye una actividad al cuerpo que flota, o mejor, al cuerpo que nada. Si
se trata con la mano de hundir en el agua un trozo de madera, esta resiste. No se atribuye fácilmente esa resistencia al
agua. Es, entonces, bastante difícil hacer comprender el principio de Arquímedes, en su asombrosa sencillez matemática,
si de antemano no se ha criticado y desorganizado el conjunto impuro de las intuiciones básicas. En particular, sin este
psicoanálisis de los errores iniciales, jamás se hará comprender que el cuerpo que emerge y el cuerpo totalmente
sumergido obedecen a la misma ley.
De ahí que toda cultura científica deba comenzar, como lo explicaremos ampliamente, por una catarsis intelectual y
afectiva. Queda luego la tarea más difícil: poner la cultura científica en estado de movilización permanente, reemplazar
el saber cerrado y estático por un conocimiento abierto y dinámico, dialectizar todas las variables experimentales, dar
finalmente a la razón motivos para evolucionar.” (Bachelard 1938)
53
puede rehacerse una cultura perezosa repitiendo una clase, que puede hacerse comprender una
demostración repitiéndola punto por punto. No han reflexionado sobre el hecho de que el
adolescente llega al curso de Física con conocimientos empíricos ya constituidos; no se trata,
pues de adquirir una cultura experimental sino de cambiar una cultura experimental, de derribar
los obstáculos amontonados.” (Bachelard 1938)

Karl Raimund Popper (1902-1994)

Popper estudió en la Universidad y en el Instituto Pedagógico de Viena, su ciudad natal.


Estableció contactos con los positivistas lógicos del Círculo de Viena, que entre sus publicaciones
incluyó su primer libro y obra más destacada: La lógica de la investigación científica.

Esta cercanía con el Círculo de Viena hizo que muchos lo consideraran como un positivista
heterodoxo, pero Popper ya en su primer libro discute continuamente con la tradición empirista y
muestra que no comparte algunas de sus ideas básicas. De todos modos, una consideración
posterior podría mostrar ciertos puntos de contacto con la tradición contra la que se define.

Emigrado de Viena en el año 35, se instala dos años en Inglaterra y luego ocho años en
Nueva Zelanda, trasladándose definitivamente a Inglaterra en 1947 donde enseñó en la London
School of Economics. La obra de Popper se convirtió en ineludible para todas las discusiones
epistemológicas posteriores. Incluso muchos de los que renovarán el panorama epistemológico en
la última mitad del siglo XX remontan su obra a una reconsideración de los temas o problemas
que él deja planteados (es el caso de Kuhn, Lakatos y Laudan, que veremos más adelante).

Criterio de demarcación y problema de los enunciados de base

A Popper se lo considera como un racionalista. Para distinguirlo de otros racionalistas


(dogmáticos), se lo denomina “racionalista crítico”. Para Popper esta última denominación sería
redundante: “hago equivalente la actitud racional y la actitud crítica”. (Prefacio a la edición inglesa
de La lógica de la investigación científica, 1958). También se lo ha denominado falsacionista por
su manera de entender la tarea científica caracterizada principalmente por su oposición a las tesis
inductivistas. Por esta razón Popper se ve obligado a reformular muchos de los supuestos de
estas corrientes. Entre ellos la forma en que vamos a distinguir ciencia de no ciencia. A esto se le
ha denominado problema de la demarcación, “Llamo problema de la demarcación - sostiene - al
de encontrar un criterio que nos permita distinguir entre las ciencias empíricas, por un lado, y los
sistemas metafísicos, por otro.” (Popper 1934).

Los inductivistas resolvieron el problema recurriendo a la experiencia sensible. Si las


hipótesis derivaban de la experiencia, eran científicas; caso contrario eran metafísicas, o sea,
carecen de sentido. El criterio de demarcación inductivista fue, entonces, la verificabilidad o
criterio de verificación: sólo serán aceptados como científicos (en el sentido de empíricos) los
enunciados que son verificados mediante la experiencia.

Pero, aceptar, como propusieron los inductivistas, que la ciencia proviene de la experiencia
significa aceptar la inducción: “... quien dice que sabemos por experiencia la verdad de un
enunciado universal suele querer decir que la verdad de dicho enunciado puede reducirse, de
cierta forma, a la verdad de otros enunciados –estos singulares- que son verdaderos según

54
sabemos por experiencia27; lo que equivale a decir que los enunciados universales están basados
en inferencias inductivas” (Popper, 1934)

Pero Popper rechaza el uso de la inducción en ciencia. Las inferencias inductivas


necesitan basarse en un principio de inducción, pero “es superfluo todo principio de inducción, y
(...) lleva forzosamente a incoherencias (incompatibilidades) lógicas”. Sostiene además que “no se
gana nada si el mismo principio de inducción no se toma como “verdadero” sino como meramente
probable” (...) “Mi principal razón –señala- para rechazar la lógica inductiva es precisamente que
no proporciona un rasgo discriminador apropiado del carácter empírico, no metafísico, de un
sistema teórico; o, en otras palabras, que no proporciona un criterio de demarcación apropiado.”

Algunas posiciones epistemológicas (como la segunda postulación de Carnap o la de


Hempel) al reconocer la dificultad de demostrar la verdad de los enunciados universales que
componen las teorías, restringieron el criterio de verificación proponiendo el de confirmación (las
experiencias favorables aumentarían el grado de confirmación, y en consecuencia la probabilidad
de que el enunciado en cuestión sea verdadero). Pero Popper considera inaceptable el aumento
de probabilidad de que una hipótesis sea verdadera, porque esto supone un compromiso con la
lógica inductiva que rechaza.

El criterio que propone Popper para decidir si una teoría es científica es el de falsabilidad:
que la teoría no sea compatible con todo lo que suceda en el mundo, que pueda anticiparse qué
casos, de darse, mostrarían su falsedad.

Define el criterio de demarcación de la siguiente manera: Sólo admitiré un sistema entre


los científicos o empíricos, si es susceptible de ser contrastado por la experiencia (pero) no exigiré
que un sistema científico pueda ser seleccionado de una vez para siempre en un sentido positivo:
pero sí que sea susceptible de selección en un sentido negativo, por medio de contrastes o
pruebas ha de ser posible refutar por la experiencia un sistema científico empírico” (Popper, 1976)

La tarea científica consiste, entonces en tratar de falsar hipótesis (no de corroborarlas)


porque la falsación tiene una estructura lógica válida en tanto cualquier forma de confirmación
requiere del método inductivo (que ha rechazado Popper). Así, en ciencia todo es provisorio, es
decir hipotético, y como tal revisable. Una teoría es científica cuando es falsable, es decir, cuento
con los elementos y las formas para declararla falsa. De esta manera cuanto más falsable es, es
más científica. Por ejemplo, si digo que: Los inviernos son fríos, esto sería poco científico. En
tanto decir: El invierno, en la República Argentina, es una estación cuyas temperaturas son
menores de 10º, es científico porque son más las posibilidades de falsarlo empíricamente que
tiene.

Sin embargo Popper ha dicho que en ciencia todo es provisorio, de modo que no puede
proponer un criterio de demarcación fijo para la ciencia. Es muy cuidadoso en caer en
contradicciones y esto lo lleva a sostener: “mi criterio de demarcación, por lo tanto, ha de
considerarse como una propuesta para un acuerdo o convención (...) por supuesto la elección
(...)tiene que ser, en última instancia objeto de una decisión que vaya más allá de la mera

27
Popper se opone con la misma fuerza al psicologismo de modo que por experiencia no debemos entender la
experiencia individual, propia de cada uno, subjetiva sino esa construcción del dato sensible que realiza la ciencia y
pone en un enunciado singular.
55
argumentación” (Popper, 1976). Recordemos esto: el acuerdo, no está basado en simples
argumentaciones. Veremos, más adelante, que hay aquí un intento de diferenciarse de Kuhn.

Entremos ahora a plantear el problema de los enunciados de base (que hemos visto en el
tema del Círculo de Viena). Toda ciencia divide sus enunciados en universales o leyes y
particulares o enunciados de base que sirven para contrastar las teorías. Para Popper una ciencia
debe contar, con enunciados de base28 no con enunciados verificadores sino con enunciados
falsadores (que sirvan para falsar la teoría)

En efecto, para sostener la propuesta popperiana es ineludible recurrir a los “enunciados


básicos”. “Los necesitamos para decidir si a una teoría ha de llamársele falsable, esto es, empírica,
así como para corroborar las hipótesis falsadoras y, por tanto, para falsar teorías.” Poseen la
forma lógica de enunciados existenciales singulares (o enunciados de hay singular) del tipo “hay
tal o cual cosa en la región k” o “tal y cual evento acontece en la región k”. “Los enunciados
básicos son, por tanto, en el modo material de hablar, enunciados que afirman que un evento
observable acontece en una región individual del espacio y el tiempo.” (Popper 1934)

Un enunciado básico debe satisfacer dos requisitos formales:


a) sólo se podrá deducir a partir de un enunciado universal añadiendo condiciones iniciales
b) contradice un enunciado universal.
c) Además de estos requisitos formales, deben ser observable.

Pero exigir que el enunciado básico sea observable acerca a Popper al “psicologismo” que
ha rechazado. No soluciona nada afirmar que con observable se refiere a que “son contrastables -
por observación”. Tras intentar una solución al problema29, Popper cierra la discusión: No tengo
intención de definir el término observable, o evento observable, aunque estoy dispuesto a
elucidarlo por medio de ejemplos psicológicos o mecánicos; creo que debería introducirse como
término no definido que adquiere suficiente precisión en su uso: es decir, como un concepto
primitivo cuyo empleo ha de aprender el epistemólogo, lo mismo que tiene que aprender el del
término símbolo, o que el físico ha de hacer lo mismo con el término punto-masa.

Pero aquí debe enfrentar otro problema: los enunciados falsadores también hipotéticos o
sea deben ser contrastados e intentar refutarlos. ¿Cómo hacemos para falsar una teoría sin caer
en un regreso al infinito? A un enunciado falsador debe intentar refutárselo con otro más elemental
y así sucesivamente. De este modo, así como no puede confirmarse las hipótesis, tampoco podría
refutárselas. Deberá aceptar alguna forma de verificar el enunciado de base. Sin embargo,

28
Recordemos que los enunciados se contrastan con otros enunciados, no con los datos sensibles. La base empírica está
constituía por enunciados singulares a los que Neurath denominó enunciados protocolares y que luego pasaron a
llamarse enunciados de base.
29
“Sin duda, parecerá que al exigir la observabilidad he terminado por permitir que el psicologismo se deslice
suavemente en el interior de mi teoría. Pero no es así. Desde luego, cabe interpretar el concepto de evento observable en
sentido psicologista; pero yo lo estoy empleando en un sentido tal que se le podría reemplazar perfectamente por ´un
evento que concierne la posición y el movimiento de cuerpos físicos macroscópicos´; o bien podemos –con mayor
precisión- establecer que todo enunciado básico, bien ha de ser un enunciado acerca de posiciones relativas de cuerpos
físicos, bien será equivalente a cierto enunciado básico de tipo mecánico o materialista. (...) Así pues, la acusación de
que al apelar a la observabilidad he vuelto a admitir subrepticiamente el psicologismo no tendrá mayor peso de la de
que he admitido el mecanicismo o el materialismo; lo cual hace ver que mi teoría es, en realidad, bastante neutral, y que
no debería colgársele ninguno de estos rótulos. Digo todo esto exclusivamente para salvar al término observable –tal y
como yo lo empleo- del estigma del psicologismo. (Las observaciones y las percepciones pueden ser psicológicas, pero
la observabilidad no lo es).”
56
recordemos que Popper rechaza el criterio verificacionista porque se apoya en la inducción. Por lo
tanto, no puede aceptar que los enunciados básicos, que permiten la contrastación de la teoría,
sean verdaderos

La salida popperiana es apelar a la convención: todos los enunciados básicos se aceptan


por convención, es decir si bien en ciencia no hay nada confirmado de una vez para siempre y
podríamos incluso negar el valor de los enunciados básicos, los científicos los aceptan después
de una discusión racional y los usan para la falsación de sus hipótesis. “Siempre se puede,
cuando lo crean necesario, revisar estos enunciados básicos.” Veamos que es la segunda vez que
Popper apela a la convención , es decir a un acuerdo entre personas racionales.

Por ejemplo: “ El enunciado básico “esta rata está muerta” no expresa una verdad
indiscutible, en el sentido de que aplico términos universales (rata, muerte) que podrían haberse
empleado indebidamente: un examen del hecho en cuestión podría arrojar que no es una rata, o
que no estaba muerta. Es, por lo tanto, una hipótesis acerca de lo que ocurre. En la medida que
fracasen los intentos de refutarlo, el enunciado básico será considerado como corroborado y
aceptado por los científicos. Pero aquí tiene lugar una decisión: se decide aceptarlo, de acuerdo a
determinados criterios metodológicos”

La lógica de la investigación científica

Para Popper es fundamental distinguir qué es lo que corresponde al análisis metodológico.


Al respecto, divide el trabajo científico tajantemente en dos partes
a) las cuestiones que se refieren al origen o invención de una teoría y
b) las referidas a su aceptación.

Sobre las primeras, considera que la metodología no tiene nada que decir, porque se trata
de un acto no controlado por la lógica. La metodología trata solamente las cuestiones referidas a
la aceptación o rechazo de las teorías, es decir, las cuestiones de justificación o validez.30

“... nuestro conocimiento (...) puede estar unido a sentimientos de creencia o convicción:
quizá en un caso al sentimiento de estar compelido a pensar de una manera determinada, y en el
otro al de certidumbre perceptiva. Pero todo esto interesa solamente al psicólogo: no roza siquiera
los únicos problemas que interesan al epistemólogo, como son las conexiones lógicas existentes
entre los enunciados científicos” (Popper 1934). De este modo, Popper descarta como objeto de la

30
“He dicho más arriba que el trabajo del científico consiste en proponer teorías y en contrastarlas.
La etapa inicial, el acto de concebir o inventar una teoría, no me parece que exija un análisis lógico ni sea susceptible de
él. La cuestión acerca de cómo se le ocurre una idea a una persona –ya sea un tema musical, un conflicto dramático o
una teoría científica- puede ser de gran interés para la psicología empírica, pero carece de importancia para el análisis
lógico del conocimiento científico. Este no se interesa por cuestiones de hecho (el quid facti? de Kant), sino únicamente
por cuestiones de justificación o validez (el quid juris? kantiano); sus preguntas son del tipo siguiente: ¿puede
justificarse un enunciado?; en caso afirmativo, ¿de qué modo?; ¿es contrastable?; ¿depende lógicamente de otros
enunciados?; ¿o los contradice quizá? Para que un enunciado pueda ser examinado lógicamente de esta forma tiene que
habérsenos propuesto antes: alguien debe haberlo formulado y habérnoslo entregado para su examen lógico.
En consecuencia distinguiré netamente entre el proceso de concebir una idea y los métodos y resultados de su examen
lógico. En cuanto a la tarea de la lógica del conocimiento –que he contrapuesto a la psicología del mismo-, me basaré en
el supuesto de que consiste pura y exclusivamente en la investigación de los métodos empleados en las contrastaciones
sistemáticas a que debe someterse toda idea nueva antes de que se la pueda sostener seriamente.” (Popper 1934)
57
metodología todos los aspectos relativos al descubrimiento, considerándolos como carentes de
lógica.31
Una vez sentado esto, Popper se dedica a analizar la tarea científica proponiendo el
método de conjeturas y refutaciones (de estructura hipotética deductiva).

“Las teorías son redes que lanzamos para apresar aquello que llamamos el mundo: para
racionalizarlo, explicarlo y dominarlo. Y tratamos de que la malla sea cada vez más fina.” (Popper
1934)

¿Qué es lo que justifica que aceptemos ciertas leyes, si no hay forma de demostrar su
verdad? No las justificamos en absoluto. Simplemente han sobrevivido a los intentos de refutación,
y este proceso se asocia a la selección natural. Pero hemos visto que no sólo las teorías y las
leyes son hipótesis, sino también los enunciados básicos. Nuestras ideas acerca del mundo son
siempre precipitadas, demasiado audaces, prematuras, injustificadas e injustificables. Los
científicos no intentan defenderlas, sino descubrir que se han equivocado (“los que no están
dispuestos a exponer sus ideas a la aventura de la refutación no toman parte en el juego de la
ciencia”).

“El antiguo ideal científico de la episteme –de un conocimiento absolutamente seguro y


demostrable- ha mostrado ser un ídolo. La petición de objetividad científica hace inevitable que
todo enunciado científico sea provisional para siempre: sin duda, cabe corroborarlo, pero toda
corroboración es relativa a otros enunciados que son, a su vez, provisionales.”

Nos parece que es hora de mencionar los pasos deductivos del método de conjeturas y
refutaciones. Su estructura, ya sabemos es deductiva de modo que se parte de las hipótesis, o
más bien de los problemas que fuerzan a la invención de hipótesis.

1. Seleccionamos un problema, quizá por haber tropezado con él.


2. Tratamos de resolverlo proponiendo una hipótesis como solución tentativa.
3 - A través de la discusión crítica de nuestras hipótesis, nuestro conocimiento se desarrolla por
medio de la eliminación de algunos errores es a través de contrastaciones de diferente tipo:
a – Comparación lógica de las conclusiones para someter a contraste la coherencia lógica
de nuestras hipótesis.
b – Luego el estudio de su forma lógica para determinar que no se trata de una tautologías.
c – Luego comparamos nuestra hipótesis con otras del sistema para averiguar si se trata de
un adelanto científico o no.
d – Por último la contrastación empírica, que busca refutarla a través de enunciados
falsadores. Si no se la puede refutar, se la acepta provisoriamente y se la usa. Si se la
refuta, recomienza todo, otra vez.
4. La discusión crítica incluso de nuestras mejores teorías siempre saca a la luz nuevos
problemas” (Popper, 1973).

Popper acepta que hay formas de intentar salvar una hipótesis refutada (las hipótesis ad
hoc) pero sostiene que esta actitud es poco científica porque, si se han hecho todos los controles
racionales antes indicados, puesto mucho cuidado en la contrastación empírica, la hipótesis
refutada debe abandonarse.

31
“... mi opinión del asunto –valga lo que valiere- es que no existe, en absoluto, un método lógico de tener nuevas
ideas, ni una reconstrucción lógica de este proceso. Puede expresarse mi parecer diciendo que todo descubrimiento
contiene un elemento irracional o una intuición creadora en el sentido de Bergson.” (Popper 1934)
58
En resumen, el proceso de contrastación mediante experimentos u observaciones podría
esquematizarse así: a partir de una teoría (hipótesis) se deducen enunciados singulares que
permiten poner a prueba (contrastar) la teoría. Si estas expectativas se cumplen, no hay motivos
para descartar la teoría. Pero si no se cumplen, si enunciados singulares incompatibles con la
teoría son respaldados por la realidad, debemos considerar refutada la teoría.

Si de un sistema teórico se infiere un enunciado singular, y éste es falso, queda


demostrado que el sistema teórico es falso.32 Pero, si consideramos que la teoría es un conjunto
de enunciados de distinto nivel de generalidad, lo que podemos saber a partir de la falsación es
que en la teoría hay al menos un enunciado falso. Que sepamos que el conjunto es falso no nos
indica en particular qué hipótesis ha sido falsada. En este punto, Popper considera que el
investigador intenta “adivinar” poniendo en acción el “instinto científico”.

“Así pues, no podemos saber, a primera vista, entre los diversos enunciados del
subsistema restante t´ (del cual no es independiente p), a cuál hemos de reprochar la falsedad de
p: cuáles de ellos tenemos que alterar y cuáles habríamos de retener. (...) Con frecuencia, lo único
que hace adivinar al investigador qué enunciados de t´ debe considerar inocuos y cuáles
necesitados de modificación es su instinto científico (influido, desde luego, por los resultados de
llevar a cabo contrastaciones una y otra vez). Con todo, merece la pena recordar que, a menudo,
lo que puede originar un avance decisivo es la modificación de lo que nos sentimos inclinados a
considerar inocuo (debido a su completo acuerdo con nuestros hábitos intelectuales): tenemos un
ejemplo notable de lo que digo en la modificación einsteniana del concepto de simultaneidad.”
(Popper, 1934)

32
“El modo de inferencia falsador a que nos referimos – o sea, la manera en que la falsación de una conclusión entraña
la falsación del sistema del que se ha deducido- es el modus tollens de la lógica clásica. Podemos describirlo como sigue.
Sea p una conclusión de un sistema t de enunciados, que puede estar compuesto por teorías y condiciones iniciales (no
haré distinción entre ellas, en beneficio de la sencillez). Podemos simbolizar ahora la relación de deducitibilidad
(implicación analítica) de p a partir de t por medio de
´t → p´, que puede leerse: ´p se sigue de t´. Supongamos que p sea falsa, lo cual puede escribirse ´−p´ y leerse ´no p´.
Dada la relación de deducibilidad, t → p, y el supuesto −p, podemos inferir −t (léase ´no t´): esto es, consideramos que t
ha quedado falsado. Si denotamos la conjunción (aserción simultánea) de dos enunciados colocando un punto entre los
símbolos que los representan, podemos escribir también la inferencia falsadora del modo siguiente:
( t → p) . −p  → −t ; o, expresándolo con palabras: ´Si p es deducible de t, y p es falsa, entonces t es también falsa.
Gracias a este modo de inferencia falsamos el sistema completo (la teoría con las condiciones iniciales) que había sido
necesario para la deducción del enunciado p, es decir, del enunciado falsado. Por tanto, no puede afirmarse de un
enunciado cualquiera dado del sistema que él en particular ha resultado vulnerado –o no vulnerado- por la falsación:
solamente en el caso de que p sea independiente de una parte del sistema podemos decir que esta parte no ha quedado
arrastrada por la falsación. En relación con esta circunstancia nos encontramos con la siguiente posibilidad: en ciertos
casos –quizá teniendo en cuenta los niveles de universalidad- podemos atribuir la falsación a una hipótesis
determinada ...” (Popper 1934)
59
Módulo 5

Epistemologías alternativas

Comencemos con un resumen de las características de la ciencia para las epistemologías


anglosajonas que ya hemos estudiado (llamadas también concepción heredada de la ciencia). De
acuerdo con esas epistemologías, la ciencia posee las siguientes características (en general, más
o menos aceptadas por todas ellas):

1 – Tienen un componente de realismo (pretende describir el mundo real).


2 - Existe un criterio definido para diferenciarla de lo que no lo es (demarcación).
3 - Es acumulativa, de modo que, aun existiendo errores, los conocimientos avanzan hacia la
verdad y se edifican unos sobre otros.
4 - Es una (no hay más que una sola ciencia que habla desde diversos aspectos del mundo real).
5 – En líneas generales y con algunas diferencias y actitudes críticas se acepta que todos los
términos utilizados deben definirse cuidadosamente y se debe distinguir los términos
observacionales de los términos teóricos. Estos últimos mediante reglas de correspondencia o
definiciones operacionales deben definirse de acuerdo a lo observacional.
6 - Las teorías poseen una estructura deductiva (se conciben como sistemas axiomáticos) y se
aceptan, rechazan o corrigen de acuerdo con procedimientos de verificación o confirmación, que
básicamente consisten en la contrastación de afirmaciones sobre hechos o consecuencias que se
deducen de las hipótesis.
7 - Se realiza una distinción tajante entre un contexto de justificación (aspecto sincrónico que
atiende a la fundamentación lógica del resultado científico) y un contexto de descubrimiento,
(aspecto diacrónico, atendiendo a los aspectos psicológicos e históricos que han llevado al
resultado científico o a la teoría).
8 – Esta concepción puede llamarse concepción sentencial de las teorías (una teoría es un
conjunto de enunciados caracterizables axiomáticamente) y su tratamiento adecuado es el
tratamiento micrológico (estudiando la relación de los enunciados uno a uno se puede solucionar
los problemas de consistencia, independencia, completud y deducibilidad).

Pero la importancia creciente otorgada al aspecto histórico, junto con un creciente interés y
un notable avance en los estudios sobre historia de la ciencia, dio origen a una manera de
entender la filosofía de la ciencia que reinterpreta el papel del contexto social, cultural e histórico
en el desarrollo de la ciencia (contexto de descubrimiento).

En esta nueva filosofía de la ciencia, destacan las aportaciones teóricas de Thomas Kuhn,
N. R. Hanson, P. Achinstein, Stephen Toulmin e Imre Lakatos. Todos ellos basan sus reflexiones
en la historia de la ciencia. De ellos surge una nueva imagen de la ciencia.

Esta renovación epistemológica, que podría considerarse iniciada por Kuhn, ha sido una
rebelión contra el neopositivismo, al entender la ciencia más bien como un proceso dinámico real
que tiene aspectos históricos y sociológicos, cuyo sujeto es la comunidad de investigadores, y no
como una mera construcción lógica de fundamentación y justificación del pensamiento científico
(centrada en el contexto de justificación). Sin embargo debemos reconocer que, en tanto crítica al
neopositivismo, la epistemología de Popper es un antecedente importante.

Thomas Kuhn (1922 - 1996)

60
Kuhn fue profesor de la Universidad de Princeton y del MIT. Es uno de los iniciadores de lo
que se denominó la nueva filosofía de la ciencia. Otorga un lugar relevante a la historia y al
comportamiento social de los científicos, y revisa –y cuestiona- ideas claves anteriormente
vigentes en epistemología.

Antes de la obra innovadora de Kuhn, en el panorama epistemológico se enfrentaban dos


corrientes hegemónicas: el inductivismo y el hipotético-deductivismo.

Ambas recibirán la misma crítica: consideran el trabajo científico como una actividad
individual, en que el científico evalúa datos e hipótesis valiéndose del método científico. Las dos
corrientes exponen el método que cualquier científico debe llevar adelante para producir
conocimiento científico; difieren en la propuesta, pero acuerdan en que hay un método. Para
ilustrar su propuesta, buscan ejemplos en la historia que muestren quién actuó como un buen
científico (en cada caso, el que haya usado el método propuesto). Estas epistemologías, para
Kuhn, no se ajustan a lo que efectivamente ocurre en la historia de la ciencia; son prescriptivas
(señalan cómo debe procederse).

El inductivismo sostiene que la ciencia parte de una base segura: la experiencia


acumulada por sucesivas generaciones. Puesto que la base empírica siempre está en aumento,
esto ofrece siempre mayores oportunidades para que sean corregidas las leyes inadecuadas. Por
decirlo así, la ciencia no tiene más remedio que progresar. Es la versión más optimista sobre el
progreso científico. Pero, según observa Kuhn, los datos no son iguales para todos, y lo que para
cierta comprensión del mundo es un dato, para otra puede ser un problema 33. El conocimiento
científico no podía asimilarse al progreso acumulativo que sugieren los inductivistas.

Respecto a los hipotético-deductivistas, según Kuhn estos no advertían que:


a) en muchas oportunidades los científicos poseen datos en contra y sin embargo no
consideran a sus hipótesis como refutadas (por ejemplo, la caída vertical de una piedra era
tomada como dato contrario a las hipótesis de Copérnico sobre el movimiento de la tierra, pero
éste se negaba a abandonar sus ideas y el tiempo mostró su acierto)

b) otras veces, los científicos desconfían de las confirmaciones de hipótesis que no


aceptan, y las rechazan (lo que hacía Copérnico con esa misma observación). Lo que hacen tanto
unos como otros es aceptar datos o rechazarlos, pero esto es una actividad que muestra la
importancia de la teoría para decidir cuáles son los datos. Ya es capaz de explicarlos (y, por tanto,
los acepta), ya los encuentra sin explicación (y, por tanto, los considera un problema a explicar).

Que se acepte o no un dato depende de la teoría que se posee, y esto no es simplemente


darle entrada o no; es desde la teoría que se configura el dato: teoría y dato no son
independientes.

Podemos considerar que algunos hipotético-deductivistas adelantaron ciertos temas en los


que hará hincapié Kuhn.
En particular, aquellos que analizan las complicaciones que surgen en el trabajo científico,
advirtiendo que los científicos cuentan con una serie de recursos para evitar que su hipótesis
fundamental deba ser abandonada34.

Otras innovaciones podríamos buscarlas en el corrimiento que hace Kuhn de las


cuestiones lógicas del método científico, que habían sido preocupaciones centrales tanto para los

33
1 Señalar la posibilidad de poner en duda los datos no es una innovación de Kuhn. Popper había señalado que
llamábamos datos a hipótesis de nivel ínfimo que consideramos suficientemente corroboradas.
34
Puede verse un ejemplo de esto en Hempel, Filosofía de la ciencia natural, Alianza, Madrid, 1979 Como la
contrastación parte de un conjunto de hipótesis, ante una aparente refutación es posible desplazar la duda. Los
científicos pueden introducir incluso hipótesis “ad hoc”, con el objeto de evitar la refutación. Popper conocía estos
recursos, pero era reacio a aceptarlos porque conducían al convencionalismo (ninguna teoría podría refutarse, por no
existir los experimentos cruciales); y Popper reconocía en los convencionalistas unos adversarios muy difíciles de abatir.
61
empiristas lógicos como para los hipotético-deductivistas. Estas serán eclipsadas de un modo casi
total por las consideraciones históricas y sociológicas.

Kuhn parte de considerar el desarrollo histórico de las ciencias naturales; tras haber
dedicado una intensa consideración a la astronomía (Kuhn 1959) escribió lo que se considera su
obra fundamental: La estructura de las revoluciones científicas (1962). Intentemos dar una breve
reseña de sus afirmaciones sobre el cambio en la ciencia.

Acerca de La estructura de las revoluciones científicas

La principal deficiencia que encuentra Kuhn en las epistemologías vigentes es su


inadecuación a los hechos históricos. Las considera propuestas a priori, que intentan validarse
buscando en la historia ejemplos que puedan avalarlas. El se propone, en cambio, exponer lo que
han hecho realmente los científicos en la historia35.

Para decidir si un suceso histórico fue científico o no, no debe juzgarse en referencia a su
aporte a lo que la ciencia sostiene hoy (este es el error de quienes proponen un avance
acumulativo de la ciencia), ni con referencia al método que hoy consideramos científico. Fue
científico en la medida que era acorde con la ciencia de su época. Cada época tiene una manera
de comprender la ciencia.

La ciencia no la hacen individuos aislados bajo la guía de una metodología invariable y


eterna, como parecen sugerir inductivistas e hipotético-deductivistas. La realizan comunidades
científicas guiadas por paradigmas.

El de paradigma es uno de los conceptos claves de Kuhn. Es un término escurridizo, al que


dio diversos usos y varias definiciones. El paradigma es el conjunto de ideas y formas de actuar
que los científicos de una disciplina deben conocer, y aceptar, en un período histórico determinado.

La teoría es parte del paradigma, pero éste contiene muchos más elementos. El
paradigma dice qué cosas hay en mundo para esa disciplina (y, por extensión, las que no hay), de
qué modo detectarlas, qué tipos de hipótesis son aceptables, qué problemas son científicos y
cuáles no (dicho de otro modo, qué problemas son fértiles y cuáles no pueden ser solucionados).
Cómo deben evaluarse los componentes de la teoría; incluye también componentes morales. Por
ejemplo un científico no debe mentir, no debe ocultar información, etc. y metafísicos
(convicciones indemostrables empíricamente). O sea, en la naturaleza existe el azar, en la
naturaleza todo lo que ocurre tiene una causa, etc..

Pero, antes de lograrse el consenso36, se atraviesa una etapa en la que distintas escuelas
difieren en su evaluación de la realidad. La ciencia requiere la adopción de un consenso que se

35
Esto lo expondrá a la siguiente crítica: su obra no explica nada, es meramente “descriptiva”. Kuhn no aceptó esta
limitación.
36
Fragmento de Estructura de las revoluciones científicas
“La historia muestra que el camino hacia un consenso firme de investigación es muy arduo.
Sin embargo, la historia sugiere también ciertas razones que explican el porqué de las dificultades encontradas. A falta
de un paradigma o de algún candidato a paradigma, todos los hechos que pudieran ser pertinentes para el desarrollo de
una ciencia dada tienen probabilidades de parecer igualmente importantes. Como resultado de ello, la primera reunión
de hechos es una actividad mucho más fortuita que la que resulta familiar después del desarrollo científico subsiguiente.
Además, la falta de una razón para buscar alguna forma particular de información más recóndita, la primera reunión de
hechos y datos queda limitada habitualmente al caudal de datos de que se dispone. (...)
Pero, aunque este tipo de reunión de datos ha sido esencial para el origen de muchas ciencias importantes, cualquiera
que examine, por ejemplo, los escritos enciclopédicos de Plinio o las historias naturales baconianas del siglo XVII,
descubrirá que el producto es un marasmo. (...)
Esta es la situación que crea las escuelas características de las primeras etapas de desarrollo de una ciencia. No puede
interpretarse ninguna historia natural sin, al menos, cierto caudal implícito de creencias metodológicas y teóricas
entrelazadas, que permiten la selección, la evaluación y la crítica. Si este caudal de creencias no se encuentra ya
62
expresa en la adopción de un paradigma. “Para ser aceptada como paradigma, una teoría debe
parecer mejor que sus competidoras; pero no necesita explicar y, en efecto, nunca lo hace, todos
los hechos que se puedan confrontar con ella.” (Kuhn, 1962)

El paradigma debe ser enseñado a los futuros científicos, y éste es el papel que cumplen
los manuales de una disciplina. El científico para Kuhn no es ante todo una individuo creativo y
trasgresor, sino alguien que ha incorporado el saber de su época e intenta llevarlo adelante sin
discutirlo.

“El estudio de los paradigmas (...) es lo que prepara principalmente al estudiante para
entrar a formar parte como miembro de la comunidad científica particular con la que trabajará más
tarde. Debido a que se reúne con hombres que aprenden las bases de su campo científico a partir
de los mismos modelos concretos, su práctica subsiguiente raramente despertará desacuerdos
sobre los fundamentos claramente expresados. Los hombres cuya investigación se basa en un
paradigmas compartidos están sujetos a las mismas reglas y normas para la práctica científica.
Este compromiso y el consentimiento aparente que provoca son requisitos previos para la ciencia
normal, es decir, para la génesis y la continuación de una tradición particular de la investigación
científica.” (Kuhn 1962)

El paradigma da orientación al trabajo colectivo de los científicos. “En el desarrollo de


cualquier ciencia, habitualmente se cree que el primer paradigma aceptado explica muy bien la
mayor parte de las observaciones y experimentos a que pueden con facilidad tener acceso todos
los que practican dicha ciencia. Por consiguiente, un desarrollo ulterior exige, normalmente, la
construcción de un equipo complejo, el desarrollo de un vocabulario esotérico y de habilidades, un
refinamiento de los conceptos que se parecen cada vez menos a sus prototipos usuales
determinados por el sentido común. Por una parte, esta profesionalización conduce a una
inmensa limitación de la visión de los científicos y a una resistencia considerable al cambio de
paradigma. La ciencia se hace así cada vez más rígida. Por otra parte, en los campos hacia los
que el paradigma dirige la atención del grupo, la ciencia normal conduce a una información tan
detallada y a una precisión tal en la coincidencia de la teoría y de la observación como no podrían
lograrse de ninguna otra manera.” (Kuhn 1962)

En el período de ciencia normal los científicos intentan explicar, usando el paradigma, todo
lo que ocurre en el ámbito de su disciplina. Pero jamás un paradigma logró explicar todo, siempre
se enfrenta con problemas por resolver. 37

Es un problema aquello que se resiste a ser explicado a partir del paradigma. Un hecho
contrario a las expectativas del paradigma es un problema a resolver (no se lo toma como
refutatorio, sino como aparentemente refutatorio): la ciencia no actúa fundamentalmente mediante
refutaciones 38 . Y, en efecto, la ciencia normal (concebida como esa actividad de resolver
problemas) logra explicar e incluir hechos originalmente problemáticos, aumentando su poder
explicativo (esta etapa podría considerarse, incluso, como de progreso acumulativo).

Merece un párrafo aparte el método que debe ser aprendido pero normalmente no se
explicita. Los científicos toman contacto con el método de una manera implícita, viendo cómo

implícito en la colección de hechos –en cuyo caso tendremos a mano algo más que “hechos simples”- deberá ser
proporcionado del exterior, quizás por una metafísica corriente, por otra ciencia o por incidentes personales o
históricos. Por consiguiente, no es extraño que, en las primeras etapas del desarrollo de cualquier ciencia, diferentes
hombres, ante la misma gama de fenómenos –pero, habitualmente, no los mismos fenómenos particulares- los
describan y los interpreten de modos diferentes. Lo que es sorprendente, y quizá también único en este grado en los
campos que llamamos ciencia, es que esas divergencias iniciales puedan llegar a desaparecer en gran parte alguna
vez.” (Kuhn, 1962)
37
Un problema es una cuestión que el paradigma no puede resolver. Si el paradigma pudiese demostrar que es capaz de
explicar lo que ocurre, dejaría de ser un problema.
38
Estas tienen un papel, pero no marcan la tónica general.
63
realizan el trabajo los que son científicos o leyendo la historia de los científicos y los casos
ejemplares. Es un aprendizaje inconsciente, y es raro que los científicos puedan verbalizar aquello
que efectivamente hacen39.

¿Pero qué ocurre si un problema se resiste a la actividad integradora de los científicos


normales? Si un equipo de investigadores intenta resolver un problema y no lo logra, se pensará en
principio que ha fracasado el equipo y que alguien en el futuro lo podrá resolver. No se piensa que
el fracaso corresponde al paradigma. Los científicos tienen confianza en su paradigma y no se
espera que lo pongan en duda. Todos los paradigmas coexisten con esas anomalías, esos hechos
que no parecen ocurrir según las expectativas del paradigma.

“La ciencia normal, la actividad en que, inevitablemente, la mayoría de los científicos


consumen casi todo su tiempo, se predica suponiendo que la comunicad científica sabe cómo es
el mundo. Gran parte del éxito de la empresa se debe a que la comunidad se encuentra dispuesta
a defender esa suposición, si es necesario a un costo elevado. Por ejemplo, la ciencia normal
suprime frecuentemente innovaciones fundamentales, debido a que resultan necesariamente
subversivas para sus compromisos básicos.” 40 (Kuhn 1962)

Pero como ningún paradigma logró nunca explicarlo todo, el paradigma se enfrentará
progresivamente con distintos problemas que intentará resolver dentro del marco que impone la
ciencia normal. Si el problema es resuelto, el paradigma muestra su efectividad explicativa. Pero
puede suceder que no lo resuelva. “A veces, un problema normal, que debería resolverse por
medio de reglas y procedimientos conocidos, opone resistencia a los esfuerzos reiterados de los
miembros más capaces del grupo dentro de cuya competencia entra. Otras veces, una pieza de
equipo, diseñada y construida para fines de investigación normal, no da los resultados esperados,
revelando una anomalía que, a pesar de los esfuerzos repetidos, no responde a las esperanzas
profesionales. En esas y en otras formas, la ciencia normal se extravía repetidamente. Y cuando
lo hace –o sea, cuando la profesión no puede pasar por alto ya las anomalías que subvierten la
tradición existente de prácticas científicas- se inician las investigaciones extraordinarias que
conducen por fin a la profesión a un nuevo conjunto de compromisos, una base nueva para la
práctica de la ciencia. Los episodios extraordinarios en que tienen lugar esos cambios de
compromisos profesionales son los que se denominan en este ensayo revoluciones científicas.
Son los componentes que rompen la tradición a la que está ligada la actividad de la ciencia
normal.” 41 (Kuhn 1962)
Que haya anomalías, problemas por resolver, es normal. Pero si se acumulan durante
mucho tiempo anomalías muy graves y nadie las puede resolver, esto puede llevar a una situación
de crisis en que algunos científicos (de manera anormal) se sienten insatisfechos con el

39
Es interesante señalar, para avalar esta observación de Kuhn, que cuanto más reconocida es la actividad científica
menos se habla del método. En el curriculum de físicos y químicos no se encuentra la materia Metodología, y sí en
cambio la encontramos, y en varios niveles, en aquellas cuya cientificidad está discutida (ciencias sociales).
40
Ejemplo: a fines del siglo XIX hubo serios intentos, que empleaban instrumental muy sofisticado, para producir el
aumento de la velocidad de la luz. Puesto que los experimentos no daban resultado y el aumento de velocidad no podía
ser registrado, pensaron que el instrumental no sería lo suficientemente preciso. Pero no se creyeron en la obligación de
afirmar que la velocidad de la luz no podía aumentarse, porque esto estaba contra todas las expectativas de la física.
Einstein, por el contrario, tomó el resultado de esos experimentos como correcto y reconoció la imposibilidad de
aumentar la velocidad de la luz, a partir de lo cual debía emprenderse la reforma de toda la física.
41
Ejemplo: la astronomía ptolomeica se encontraba con problemas cuyas vías de solución posible eran parte de la
propuesta paradigmática. Se afirmaba que los planetas describían órbitas circulares y mantenían un movimiento
uniforme (afirmaciones que ni siquiera se propuso alterar la nueva astronomía heliocéntrica de Copérnico), pero no era
esto lo que podía observarse en numerosos casos. La única manera aceptada de explicar las trayectorias anómalas era
recurrir a los deferentes, los epiciclos y las excéntricas, a lo que se agregó el uso del punto ecuante (en términos de
Kuhn, todas éstas son técnicas diseñadas dentro del paradigma para lo resolución de problemas). Sin embargo, la
combinación de todos estos recursos no brindaba resultados totalmente satisfactorios. El estudio de la trayectoria
anómala de Marte llevó a Kepler, tras descartar la figura circular, a consideraciones extraordinarias acerca de esta
trayectoria que lo llevaron finalmente a sostener su forma elíptica. Esta afirmación se unió a un nuevo tipo de
compromisos que formaron parte del nuevo paradigma astronómico.
64
paradigma, desconfían de él e inician al respecto discusiones filosóficas sobre los fundamentos de
su disciplina.42
Esto último señala un período extraordinario (o anormal). En estos momentos puede
proponerse un nuevo paradigma (en tiempo de ciencia normal, nadie estaría dispuesto a
escucharlo), que puede captar paulatinamente la atención de los científicos disconformes. La
comunidad científica inicia en ese caso un largo enfrentamiento a efectos de reconstruir el
consenso; si el nuevo paradigma se impone (esto es, si logra atraer progresivamente a todos los
componentes de la comunidad), el cambio de paradigma se denomina revolución científica43. Esto
constituye un avance no acumulativo44 de la ciencia.

Si hay dos paradigmas, estos son incompatibles (no es posible que ambos tengan razón,
no pueden armonizarse)45 e inconmensurables (desde uno no puede evaluarse al otro, puesto
que cada uno posee su propio sistema de evaluación y, según este sistema, es él quien tiene
razón).46

El nuevo paradigma es atractivo en la medida que parece solucionar de entrada los


problemas que el anterior no pudo (en este sentido muy restringido, podríamos pensar que es
mejor). Pero es en principio una propuesta poco examinada que acarrea problemas mucho más
graves que el anterior47. Ningún hecho nos permite decidir, porque lo que para uno es un dato

42
Ejemplo: “...el Renacimiento fue un período de viajes y exploraciones. (...) Las necesidades de la exploración
contribuyeron a crear una demanda de astrónomos europeos competentes, con lo que, hasta cierto punto, cambió la
actitud de estos hacia su propia ciencia. Cada nuevo viaje revelaba nuevos territorios, nuevos productos y nuevos
pueblos. Los hombres no tardaron en comprender hasta qué punto podían ser erróneas las antiguas descripciones de la
tierra. En particular, se percataron de cuán equivocado podía estar Ptolomeo, pues, además del más grande astrónomo y
astrólogo de la antigüedad, también había sido el geógrafo de mayor envergadura. El conocimiento por parte del
astrónomo –conocimiento que pronto descubriremos en el propio Copérnico- de que el hombre renacentista podía
corregir la geografía de Ptolomeo, le preparó para el advenimiento de los cambios en su propio dominio.”
Las discusiones en torno a las reformas de los calendarios tuvieron un efecto aún más directo y dramático en la
práctica de la astronomía renacentista, pues el estudio de aquellos enfrentó a los astrónomos con la inadecuación e
insuficiencia de las técnicas de computación que venían empleando. Los errores acumulativos del calendario juliano
habían sido reconocidos mucho tiempo antes, y las propuestas para reformarlo se remontaban a antes del siglo XIII. No
obstante, tales proyectos no se pusieron en marcha de forma eficaz hasta el siglo XVI, cuando las crecientes
dimensiones de las entidades políticas, económicas y administrativas dieron una renovada importancia a la necesidad de
encontrar un medio eficaz y uniforme de computar las fechas. Dicha reforma se convirtió entonces en un proyecto
oficial de la Iglesia, con resultados para la astronomía muy bien ilustrados por la propia biografía de Copérnico. A
principios del siglo XVI se pidió a Copérnico que aconsejara al papado sobre la reforma del calendario. Copérnico
declinó la oferta y propuso que fuera pospuesta la reforma, pues opinaba que las teorías y observaciones existentes aún
no permitían establecer un calendario verdaderamente adecuado. Cuando Copérnico expone los aspectos de la
astronomía de su tiempo que le habían llevado a reflexionar sobre su teoría fundamental, escribe: En primer lugar, es tal
su inseguridad (la de los matemáticos) acerca de los movimientos del sol y de la luna que no pueden deducir ni observar
la duración exacta del año estacional´” (Kuhn 1959)
43
Kuhn asocia este suceso a una revolución política, en el sentido de que el paradigma anterior no tiene previstas
instancias por las cuales pueda ser reemplazado. El nuevo paradigma se impone violentando las reglas de juego
vigentes.
44
Porque debe abandonarse lo anterior, o ser reinterpretado mediante el nuevo paradigma.
45
Ejemplo de incompatibilidad: Newton hace afirmaciones acerca del tiempo y del espacio que son incompatibles con
la propuesta de Einstein. Newton sostiene que hay un tiempo absoluto y un espacio absoluto, y que en el espacio existen
las líneas rectas. Einstein considera que espacio y tiempo no son separables sino que forman una unidad (el espacio-
tiempo), acepta la idea de relatividad, y sostiene que en el espacio todas las líneas son curvas. Tomemos el caso de las
líneas: como los radios de las circunferencias son enormes, las líneas pueden parecernos rectas a los efectos prácticos,
pero no lo son. Estamos frente a ideas que no pueden compatibilizarse.
46
Intentemos acercarnos a esta idea con una metáfora. Si tuviésemos a un comerciante y a un poeta frente a una misma
realidad (por ejemplo, frente a un bosque), sus interpretaciones sobre lo que tienen delante no serán coincidentes. El
comerciante y el poeta exponen dos visiones del mundo (los paradigmas son maneras de concebir el mundo). ¿Cuál es
la visión adecuada? De acuerdo a los criterios de evaluación del poeta, es él quien tiene razón, y de acuerdo a los
criterios del comerciante es él quien tiene razón.
47
En el caso de Copérnico, se proponía explicar algunas anomalías como la diferencia de brillo de Venus y la extraña
órbita de Marte, pero presentaba problemas mucho más graves: no era capaz de explicar la caída de los cuerpos, la
inexistencia de vientos en sentido contrario al movimiento de la tierra, etc.
65
para el otro es un problema a resolver, y viceversa. Esto nos lleva a una cuestión difícil: ¿porqué
los científicos deciden adoptar el nuevo paradigma?

Al respecto Kuhn es terminante en varios aspectos: “no puede resolverse nunca de manera
inequívoca sólo mediante la lógica y la experimentación” (Kuhn 1962, Cap. IX). Ya dijimos que
tampoco desde uno puede evaluarse al otro. Y tampoco existe una instancia de arbitraje, un
tercero que pudiera decidir como juez desde afuera de ambos paradigmas cuál de ellos es mejor
(y no existe porque no puede hacerse ciencia desde fuera de un paradigma). No hay una prueba
que permita determinar qué paradigma es mejor, y tampoco un paradigma puede ser refutado.

Aquí Kuhn recurre a algo en cierto modo inesperado: los científicos han perdido la
confianza en el paradigma anterior, y lo que ocurre es que ahora depositan su fe en el nuevo.
Asocia el cambio de paradigma a una conversión religiosa.

La conversión como proceso íntimo, subjetivo, quizás no, pero el desplazamiento de un


paradigma vigente por otro nuevo puede durar décadas. Muchos integrantes de la comunidad
defenderán al paradigma viejo hasta el final. El paradigma nuevo debe lograr su aceptación, y
para eso debe persuadir. “Para argüir en la defensa de ese paradigma cada grupo utiliza su propio
paradigma”. Como al nuevo paradigma se le presentan problemas, la nueva comunidad científica
que lo adopta inicia una nueva ciencia normal. Con el tiempo, las anomalías graves pueden
desembocar en otra crisis, etc.

¿Todo esto indica que no hay progreso en la ciencia? Esto es difícil de responder para
Kuhn. Podemos aceptar que hay un progreso acumulativo si nos restringimos al proceso que
ocurre dentro de una ciencia normal, en que la capacidad explicativa se perfecciona con el paso
del tiempo. En un sentido más amplio el progreso se da por rupturas, saltos bruscos en el orden
de las ideas en que se arroja lo acumulado durante el período normal y se empieza de nuevo
sobre nuevas bases (la revolución científica). Pero, ¿es un acercamiento a la verdad? Kuhn
asocia todo el proceso a una evolución de tipo darwiniana.48, de modo que entiende el progreso
no como un acercamiento a una verdad extra-paradigmática, sino como una estructuración cada
vez más compleja de los paradigmas.

Un paradigma evoluciona a partir de otro, pero esto no indica que se aproxime más a la
verdad (así como no podemos decir que una especie sea más verdadera que otra). Nada nos
puede indicar dónde se encuentra la verdad, así como no hay una finalidad última hacia la cual se
dirigen las especies. El nuevo paradigma ha superado problemas que el anterior no pudo, y puede
sostenerse que históricamente es preferible, pero nada nos asegura que sea verdadero. De hecho,
algunas ideas de paradigmas que se creyeron superados con el tiempo volvieron a incorporarse
(¿qué sentido tendría entonces sostener que el que lo reemplazó era verdadero?).

La cuestión de la inconmensurabilidad

48
“... el desarrollo científico, como el biológico, constituye un proceso unidireccional e irreversible. Las teorías
científicas posteriores son mejores que las anteriores para resolver enigmas en los medios a menudo totalmente distintos
a los que se aplican. Tal no es una posición relativista, y muestra el sentido en el cual sí soy un convencido creyente en
el progreso científico.” (Kuhn 1962)
“El proceso descrito en este ensayo ha sido un proceso de evolución desde los comienzos primitivos, un proceso
cuyas etapas sucesivas se caracterizan por una comprensión cada vez más detallada y refinada de la naturaleza. Pero
nada de lo que hemos dicho o de lo que digamos hará que sea un proceso de evolución hacia algo. Inevitablemente, esa
laguna ha molestado a muchos lectores. Todos estamos profundamente acostumbrados a considerar a la ciencia como la
empresa que se acerca cada vez más a alguna meta establecida de antemano por la naturaleza.
(...) El proceso descrito como la resolución de las revoluciones (...) constituye, dentro de la comunidad científica, la
selección, a través de la pugna, del mejor camino para la práctica de la ciencia futura. (...) Y todo el proceso pudo tener
lugar, como suponemos actualmente que ocurrió la evolución biológica, sin el beneficio de una meta establecida, de una
verdad científica fija y permanente, de la que cada etapa del desarrollo de los conocimientos científicos fuera un mejor
ejemplo.” (Kunh 1962)
66
Al considerar que las observaciones eran parte de la propuesta del paradigma, en el
sentido de que el mismo vocabulario observacional que constituye la experiencia es paradigmático,
la propuesta de Kuhn puso en crisis el criterio de confirmación de las teorías basado en la
comunicabilidad del lenguaje de los enunciados observacionales.

La carga teórica de los enunciados observacionales hacía imposible la comparación entre


teorías rivales, y la incomunicabilidad entre paradigmas abría el camino a la irracionalidad de la
elección.

La propuesta de Kuhn fue criticada prontamente como irracionalista y relativista, en tanto


no ofrecía criterios racionales que hicieran posible decidir por un paradigma u otro (no habría
forma concluyente de demostrar qué teoría es la que debía aceptarse), y cada paradigma poseía
motivos para considerarse como la visión adecuada del mundo.

En la Posdata (1969) realizada para La estructura de las revoluciones científicas, Kuhn se


defiende frente a esta crítica (y también respecto a otras). Diferencia la posibilidad de
demostración fáctica de la formal: en la empírica no puede darse una demostración porque, a
diferencia de lo que ocurre en matemáticas, la cuestión no es sólo derivar las conclusiones
mediante reglas aceptadas, sino que lo que está en discusión son los mismos principios de los
que debe partir la demostración. Quien no esté persuadido de las premisas no podrá aceptar la
conclusión; por lo tanto, la persuasión debe preceder a la demostración.

Las dificultades que generaron las propuestas de Kuhn lo llevaron a realizar modificaciones.
Vistas las dificultades a las que había llevado el término paradigma 49, propuso dos significados
fundamentales: la matriz disciplinaria y los ejemplares. Por un lado, un significado global que
denominó matriz disciplinaria. Esta estaría compuesta por cuatro componentes:
generalizaciones simbólicas (los elementos formalizables), componentes metafísicos, valores y
ejemplares (paradigmas en sentido estricto).

Sobre los ejemplares considera que debe centrarse la mayor atención; son los ejemplos
compartidos, los modos concretos en que se resuelven problemas; con ellos quienes van a
incorporarse a la comunidad científica aprenden a “percibir toda una variedad de situaciones como
similares” de una manera compartida con el grupo de especialistas, asimilando “una manera de
ver las cosas, comprobada por el tiempo y sancionada por su grupo” (Kuhn, posdata)

Acusación de irracionalismo.

Algunos críticos de Kuhn han sostenido que su posición linda con el irracionalismo dado
que niega toda posibilidad de selección racional entre diversas opciones. En esta línea están las
críticas de Popper y de Lakatos.

Pero tal interpretación ha sido objetada por Stegmüller y Sneed para quienes Kuhn no
sostiene una completa irracionalidad en la elección de paradigmas. Según la interpretación que da
Sneed no habría en él ninguna dosis de irracionalismo dado que una teoría empírica es una diada
formada por una estructura matemática y un conjunto abierto de aplicaciones caracterizadas por
un conjunto paradigmático (ejemplar). Si el paradigma no se falsa sino que se abandona es
porque no hay forma de refutar estas generalizaciones formalizadas. El trabajo del científico se
mantiene a nivel de los ejemplares y de las leyes especiales.

49
Sobre este concepto, señala: “Mi texto original no deja ninguna cuestión más oscura o más importante. Un lector
partidario de mis ideas, quien comparte mi convicción de que “paradigma” indica los conceptos filosóficos centrales
del libro, (...) ha concluido que el término ha sido aplicado al menos de veintidós modos distintos” (Kuhn, Posdata)
67
Además, la teoría es una red conceptual que excluye la posibilidad de términos
observacionales neutros. Cada teoría crea su propia base experimental. El hecho de que no
existan términos observacionales neutrales hace que sea imposible elegir entre un paradigma u
otro por falsación empírica, pero sí puede elegírselo por la capacidad potencial de resolver
problemas, con lo cual la elección racional es posible pero diferente de aquella que plantea la
concepción sentencial de las teorías.

Un gran aporte de Kuhn sería haber señalado numerosos motivos por los cuales una teoría
empírica es algo mucho más complejo que una teoría formal. Principalmente a través de la noción
de paradigma – entendido como ejemplar – pone énfasis en los aspectos no lingüísticos de las
teorías empíricas y actualiza un análisis de la ciencia desde el punto de vista de su totalidad
estructural.

Después de Kuhn.
A mediados de los años sesenta, la discusión entre partidarios de Popper y seguidores de
Kuhn, y las variaciones que se introducen en las posturas iniciales de estos autores lleva a un
debate muy fructífero. Imre Lakatos introduce el término de «programa de investigación» -una
reelaboración de la noción de paradigma de Kuhn- e intenta una superación entre la posición de
ambos autores. Paul K. Feyerabend, que inicialmente había colaborado con Popper, adopta un
punto de vista anárquico y provocador en su manera de entender la ciencia, criticando sobre todo
la asunción de un determinado método científico. Larrry Laudan considera aún rígidos los criterios
de Kuhn y Lakatos y no muy adecuados los de Popper, e introduce, como remedio, la teoría de las
«tradiciones de investigación».

De todos estos autores seguiremos los planteos de Lakatos y Laudan pero no dejaremos
de mencionar algunas corrientes que han contribuido con esta renovación de la epistemología
como son las siguientes:

1 - Desde la sociología del conocimiento y las ciencias cognitivas se destaca la importancia


del contexto social y de la comprensión de la ciencia entendida como constructo50.

2 - Por otro lado, dentro de la misma tradición analítica de la filosofía, la concepción


estructural de la ciencia de Patrick Suppes, J. Sneed, W. Stegmüller, U. Moulines y otros,
representa también una postura integradora los contextos de descubrimiento y de justificación
sostienen básicamente que las teorías científicas son estructuras complejas (idea ya mantenida
por Kuhn) y, ante las dificultades de considerar las teorías como cálculos formales, intenta una
axiomatización informal de las mismas.

3 - Emparentada con esta última orientación, se halla la concepción semántica de la


ciencia (propuesta sobre todo por Frederick Suppe, Van Fraassen y Ronald Giere, siguiendo los
estudios iniciales de E. B. Beth) que, además de considerar a las teorías científicas como
estructuras, las considera asimismo como conjuntos de modelos, que al menos en parte
representan fenómenos observables.

Imre Lakatos (1922 -1974)

Nacido en Hungría, fue opositor al nazismo. Integrante del partido comunista húngaro, fue
acusado de revisionista en 1950 y encarcelado por tres años. Emigró tras los sucesos de Hungría
de 1956. Tras un breve paso por Viena, se doctora en Cambridge y ejerce como profesor en la
London School of Economics a partir de 1960.

50
La ciencia es entendida como una construcción social e histórica en donde la praxis científica es considerada
fundamental para la comprensión de sus teorías.

68
Si bien su teoría remonta a las ideas de Popper, llega a una reformulación tan radical que
es dificil afirmar que continúa siendo popperiano. Sus afirmaciones intentan enfrentar el
relativismo e irracionalismo atribuidos a Kuhn, pero sus afirmaciones se acercan a las posiciones
de Kuhn a tal punto que el mismo Kuhn sostuvo que no lo consideraba enfrentado a sus propias
ideas.

Popper como referente


Popper afirma enfrentar al convencionalismo (al que reconoce una gran coherencia en sus
postulaciones y como muy difícil de criticar), aunque él mismo introduce componentes
convencionalistas acerca de los enunciados básicos y las reglas metodológicas a seguir.
Recordemos que el convencionalismo consideraba (entre otras cosas) que existen muchos
recursos disponibles y efectivamente usados por los científicos para evitar que una teoría sea
falsada51. Ahora bien: Lakatos considera que el falsacionismo metodológico de Popper es una
vertiente de lo que denomina “el convencionalismo revolucionario”52.

Según Lakatos, Popper fue llevado por sus propias limitaciones a juzgar como irracionales
algunas acciones llevadas adelante por los científicos, que desde otro punto de vista pueden ser
consideradas como racionales. En este sentido, Lakatos intenta mostrar que la ciencia es racional,
aun en aquellas determinaciones que Popper (y también Kuhn) consideraron irracionales.

Críticas lakatosianas a Popper


Popper sostiene que una teoría científica debe establecer en qué condiciones se mostraría
que sus afirmaciones son falsas, pero Lakatos no encuentra que esto haya sido puesto en práctica
por, por ejemplo, los newtonianos. Por lo tanto, o los newtonianos fueron científicos deshonestos o
las ideas de Popper fracasan para definir a la ciencia.

Los más grandes científicos, si nos atenemos a los criterios de Popper, “emplearon (...)
tácticas ilícitas, estratagemas ad hoc”. La actitud metodológica que se registra en la historia de la
ciencia es tratar como simples anomalías lo que para Popper serían contraejemplos refutatorios.
“Alguno de los programas de investigación, tenidos actualmente en la mayor estima por la
comunidad científica, progresaron entre un océano de anomalías”, pero Popper no puede
reconocer estas actitudes como racionales.

Popper exige que las teorías sean consistentes. “Sin embargo, algunos de los más
grandes programas de investigación científica progresaron sobre fundamentos inconsistentes”.

También debe observarse, señala Lakatos, que: “en la mayoría de los casos, sino en todos,
donde ocurren dos teorías rivales, es de sobra conocido que ambas están infectadas
simultáneamente por anomalías. En tales casos Popper sucumbe a la tentación de simplificar la
situación de modo que su metodología continúe siendo aplicable.”

Lakatos intenta mostrar con todos estos ejemplos que varios “juicios básicos” provistos por
los científicos falsan la definición de ciencia y la ética popperianas. Popper no puede dar cuenta
de la historia de la ciencia, de la que da una mala lectura, empobreciéndola o desvirtuándola.
Convierte las anomalías en “experimentos cruciales” (que nadie reconocía en el momento en que
se desarrollaban), exagera la importancia de lo que considera refutatorio (cuando los científicos, al
menos los contemporáneos, no le atribuyen un papel decisivo) y oculta todas las anomalías que
poseían las teorías. “Está condenado a ignorar el hecho histórico de que las teorías más

51
“El convencionalismo descansa sobre el reconocimiento de que supuestos falsos pueden tener consecuencias
verdaderas y, por tanto, falsas teorías pueden tener un gran valor predictivo.” (Lakatos 1970)
52
“El convencionalismo revolucionario surgió como la filosofía de la ciencia de los bergsonianos: libre arbitrio y
creatividad fueron sus slogans.” (Lakatos 1970)
69
importantes nacen refutadas y que algunas leyes se explican más tarde, en vez de ser rechazadas,
a pesar de los contraejemplos conocidos”. Sus propuestas son abstractas y ahistóricas.

El punto de partida científico


Según Lakatos, los científicos llevan adelante programas de investigación, y estos son los
que permiten realizar una reconstrucción racional del cambio en la ciencia.53 “La unidad básica de
estimación no debe ser una teoría aislada ni una conjunción de teorías, sino más bien un
´programa de investigación´ con un ´centro firme´ convencionalmente aceptado (y por una
decisión provisional ´irrefutable´) y con una ´heurística positiva´ que defina problemas, esboce la
construcción de un cinturón de hipótesis auxiliares, prevea anomalías y las transforme en
ejemplos victoriosos; todo eso según un plan preconcebido.”
El centro firme es el conjunto de ideas que (por decisión metodológica) los científicos que
siguen ese programa han puesto fuera de toda duda. A partir de las afirmaciones del núcleo se
intentará explicar todo lo que pasa en la realidad. Para eso cuenta con el auxilio del conjunto de
hipótesis que forman el cinturón protector. Este cinturón será reajustado todo lo necesario para
lograr que el núcleo del programa logre su cometido: las ideas que componen el cinturón
protector pueden ser alteradas, agregadas o retiradas; el objeto de estas modificaciones es lograr
la eficacia explicativa del núcleo.

La metodología a seguir es expuesta por el programa de investigación mediante la


heurística positiva y la heurística negativa. La heurística positiva señala lo que debe hacerse, lo
que el programa permite hacer y espera que se haga. En cambio, la heurística negativa puede
considerarse como el conjunto de prohibiciones, lo que el científico que trabaja dentro del
programa no debe hacer; la primera indicación de la heurística negativa es que el investigador no
puede intentar falsar el núcleo firme. Por otra parte, es importante señalar que los programas de
investigación no son estructuras consistentes, sino que presentan incoherencias, lo que no impide
su aplicación.

Los programas de investigación en acción

El científico debe encarar y tratar de solucionar aquellos problemas que la heurística


positiva señala como importantes. El programa registra las anomalías, pero las deja de lado en la
medida que la metodología no le señale que es importante resolverlas. No son las anomalías las
que muestran lo que hay que resolver. En esto Lakatos se aleja de las recomendaciones
popperianas, y critica la solución que éste propuso .54 Pero si la refutación no opera para descartar
las construcciones teóricas, ¿qué es lo que hace que una teoría sea preferible a otra, o hace que
consideremos a una propuesta superior a otra?

Lakatos da un criterio racional para decidir esta cuestión, dando criterios de progreso.
Reconocemos que un programa supera a otro según el tipo de defensa que se realiza de éste.
Todo programa organiza su defensa, esto es, intenta demostrar que el núcleo firme es fértil para
explicar el mundo. Pero puede suceder que esta etapa sea progresiva o degenerativa.

Una defensa es progresiva si a partir del núcleo firme y el cinturón protector logra anticipar
ciertos fenómenos, o hacer predicciones que se cumplen, o introduce hipótesis que después se

53
Toda metodología (Lakatos analiza en especial la inductivista, la convencionalista y la refutacionista) posee una
propuesta para reconstruir racionalmente la historia de la ciencia. Cada una diferirá sobre lo que considere irracional, de
acuerdo a lo que proponga como racional.
54
“La metodología de los programas de investigación ofrece un panorama del juego de la ciencia muy diferente al
panorama del falsacionismo metodológico. La mejor jugada de salida no es una hipótesis falsable (y por tanto,
consistente) sino un programa de investigación. La mera ´falsación´(en sentido popperiano) no puede implicar un
rechazo. Las meras ´falsaciones´ (es decir, anomalías) han de ser registradas, pero no es necesario que tengan una
influencia primordial. (...) ningún enunciado básico aceptado autoriza por sí solo al científico a rechazar una teoría. Un
tal antagonismo puede representar un problema (mayor o menor), pero en ninguna circunstancia una ´victoria´. La
naturaleza puede decir no, pero la inventiva humana –contrariamente a Weyl y Popper- siempre puede gritar más
fuerte.” (Lakatos 1970)
70
corroboran. Es decir, el programa de investigación “es progresivo mientras su desarrollo teórico
anticipa su desarrollo empírico”.

Un programa se habrá estancado, en cambio, cuando “sólo aduce explicaciones post-hoc,


o bien sólo proporciona descubrimientos por casualidad, o predice hechos anticipados y
descubiertos por un programa rival”. Es decir, su defensa es regresiva, la teoría va por detrás de
los conocimientos empíricos.

Dicho de otro modo, el progreso no se debe a las refutaciones sino al exceso de contenido
empírico que muestra un programa respecto a otros, al éxito que obtiene en su aplicación. “Según
mi metodología los más grandes descubrimientos científicos son programas de investigación que
pueden evaluarse en términos de problemáticas progresivas o estancadas” Es racional elegir un
programa de investigación progresivo frente a uno regresivo, aunque no es algo tan sencillo
decidir en qué etapa se encuentra el programa, y esto generalmente se advierte sólo con el paso
del tiempo.

Debe aclararse además que un programa puede sostenerse aunque su defensa sea
regresiva, y es posible también que una reformulación de su cinturón protector convierta al
programa nuevamente en progresivo.

Larry Laudan

Laudan perfeccionó algunas de las tesis de Kuhn. Se opuso al neopositivismo y criticó el


enfoque popperiano. R. Gómez señala la valiosa aportación del modelo reticular de Laudan en el
que la metodología, epistemología y axiología interactúan. También, que Laudan, a partir de 1986
se desliza hacia un naturalismo normativo, en el que pierde importancia la diferenciación entre
ciencia y no-ciencia.

La búsqueda de consenso: modelo reticular

¿Cómo es que una proporción muy alta de científicos, que previamente tenían opiniones
diferentes (y a menudo mutuamente incompatibles) sobre una determinada materia, pueden
eventualmente llegar a tener opiniones substancialmente idénticas sobre la misma?". (...)

La solución más conocida del problema de la diferencia de puntos de vista en ciencia


postula un modelo jerárquico de justificación con niveles distintos interrelacionados entre sí.
Hemos visto, por ejemplo, cómo Popper introduce las convenciones o reglas metodológicas como
principios dominantes de su sistema epistemológico; y cómo esos principios están sometidos a
una regla de nivel superior, a saber, la que dice que no debemos defender ningún enunciado de
su posible falsación. (nivel metodológico)

En el nivel más bajo ocurren disputas sobre cuestiones de hecho, (nivel empírico) es decir,
descripciones de eventos observables directamente, pero también otras descripciones de cómo es
el mundo que hacen referencia a entes teóricos o inobservables (como el electrón o la electricidad)
que sin embargo son observables indirectamente, por sus consecuencias. Estos debates o
desacuerdos de hecho son resueltos eventualmente por los científicos, y en esta forma logran
consenso empírico, moviéndose hacia arriba en la escala, hasta el nivel de las reglas
metodológicas compartidas por todos los que discuten. Tales reglas se refieren a atributos que
hay que buscar (por ejemplo, base de evidencia empírica independiente o simplicidad) o evitar
(por ejemplo, soluciones epiciclares en las teorías científicas).

Los desacuerdos pueden permanecer, sin embargo, en los casos no poco frecuentes en
que los científicos discrepan sobre las propias reglas de evidencia o de procedimiento, o sobre la
aplicación apropiada de estas reglas al caso concreto. De acuerdo con el modelo jerárquico, tales
controversias, que podemos llamar desacuerdos metodológicos, solo pueden resolverse
ascendiendo todavía otra grada más en la escala, para apelar a las metas compartidas por todos
71
los practicantes de la ciencia. Esto puede suceder porque las reglas metodológicas derivan su
fuerza del hecho de que los científicos las consideran medios para obtener las metas de la ciencia.
Así pues, cuando dos científicos defienden reglas metodológicas diferentes pueden en principio
superar este desacuerdo determinando cuál de las reglas en conflicto conduce de manera más
eficaz a alcanzar los fines colectivos de la ciencia. A este tercer nivel de las metas cognoscitivas lo
denomina Laudan el nivel axiológico

Podemos entonces resumir la visión filosófica predominante sobre los desacuerdos


científicos diciendo que los desacuerdos sobre hechos se resuelven en el nivel metodológico; los
desacuerdos metodológicos se superan en el nivel axiológico; pero en cuanto a las diferencias
axiológicas, o bien no existen (si suponemos que los científicos comparten las mismas metas) o
no pueden resolverse. Esta concepción, igualmente compatible con la filosofía de Popper y de
Kuhn, tiene el defecto de que, en definitiva, edifica la ciencia sobre bases no racionales. Además,
parece claramente refutada por la experiencia histórica, donde los desacuerdos más feroces entre
científicos llegan finalmente a superarse, sobre una base que todas las partes involucradas
estarían dispuestas a calificar de eminentemente racional. El problema de la formación del
consenso, nos dice Laudan, "consiste concretamente en buscar respuesta a preguntas como
estas: ¿por qué los geólogos, que una vez despreciaban la teoría de la deriva de los continentes,
llegaron a aceptar la tectónica de placas? ¿Por qué los físicos, que una vez abogaron por la teoría
corpuscular de la luz, llegaron eventualmente a admitir que la teoría ondulatoria era una mejor
apuesta?". Debemos pues encontrar una mejor teoría sobre la formación del consenso que la que
nos ofrece el esquema jerárquico prevaleciente, cuya debilidad principal consiste en que no
predice el consenso que de hecho suele lograrse en las grandes controversias sobre la aceptación
de paradigmas científicos.

Para Laudan resulta claro que las reglas metodológicas sub-determinan a las teorías
científicas; es decir, muchas veces no bastan para decidir entre ellas. Igualmente, las metas
cognoscitivas últimas sub-determinan a esas reglas. Todo esto resulta en la posibilidad de que por
sí misma la jerarquía no pueda producir un consenso en todas las materias científicas. El hecho
de que el consenso se dé a pesar de todo, alude a la existencia de otros factores que influyen en
las decisiones. En particular, Laudan sugiere que acreditar o desacreditar una regla metodológica
requiere que nos preguntemos si el universo es tal que nuestros fines cognoscitivos puedan
favorecerse siguiendo una regla en vez de otra; pero esta es una pregunta sobre el mundo, que
solo puede contestarse mediante una investigación empírica (que supone selección entre teorías
alternativas, usando reglas metodológicas, etc.). Podemos ver aquí algo así como una
recursividad de los problemas científicos, que no es simple sino multidimensional. La conclusión
obligada es que la metodología científica es ella misma una disciplina empírica que no puede
prescindir de los mismos métodos cuya validez investiga, una visión que ya expresara en el siglo
pasado John Stuart Mill cuando, al defender el principio de inducción, afirmaba que su justificación
es coextensiva con todo el conjunto de nuestra experiencia; o el mismo positivismo lógico cuando
veía la empresa de la filosofía de la ciencia como comparable a las reparaciones del casco de un
barco en pleno viaje trasatlántico.

Laudan concluye que la suposición de que la escogencia racional entre conjuntos


alternativos de fines cognoscitivos internamente coherentes es siempre imposible, es falsa. Existe
una amplia gama de herramientas críticas que podemos utilizar para evaluar un grupo de metas
cognoscitivas. Esa gama de herramientas no es otra cosa que la utilización apropiada y refinada
del mismo método científico:

El modelo clásico jerárquico postula una escala justificatoria unidireccional, que procede de
las metas a los métodos a los reclamos fácticos.... Debemos cambiar este modelo jerárquico para
insistir en que nuestras creencias fácticas le dan drásticamente forma a nuestras ideas sobre qué
suerte de métodos promueven en efecto qué clase de metas.... Necesitamos remplazar ese
cuadro jerárquico con lo que podríamos llamar un modelo reticular de la justificación. El enfoque
reticular muestra que podemos usar nuestro conocimiento de los métodos disponibles de
investigación como una herramienta para evaluar la viabilidad de metas cognoscitivas propuestas
72
(por ejemplo, podríamos llegar a mostrar que no hay ningún método conocido para alcanzar una
meta determinada, y que en consecuencia la meta es irrealizable). Igualmente, el cuadro reticular
insiste en que nuestros juicios sobre cuáles teorías son sanas, pueden jugarse contra nuestras
axiologías explícitas a fin de revelar tensiones entre nuestras estructuras de valores implícitas y
explícitas.

En resumen, el modelo reticular propugna un proceso complejo de ajustes y de justificación


mutuos entre los tres niveles de la escala científica:

La justificación fluye hacia arriba tanto como hacia abajo de la jerarquía, enlazando metas,
métodos y aseveraciones de hecho. No debe considerarse ninguno de estos tres niveles como
privilegiado, primario o más fundamental que los otros.

La obra de Laudan es un intento de síntesis de posiciones contradictorias y en cierta forma


ofrece un ensayo bastante satisfactorio de conciliación y de superación de las tesis originales de
Popper y de Kuhn. En todo caso, representa una epistemología más matizada, en la que se trata
de dar peso a muy distintos factores, incluyendo los lógicos, los empíricos, y los históricos (...)”.
(Gutierrez, C.)

Las tradiciones de investigación55

Inicialmente Laudan fue uno de los más fieles seguidores de Lakatos. Sin embargo,
después de un tiempo él mismo propuso un modelo de crecimiento científico. Este nuevo modelo
conserva aún el matiz y algunas de las características propuestas por Lakatos, razón por la cual
su originalidad ha sido puesta en duda varias veces, pero, sin embargo, ofrece algunas
modificaciones interesantes.

En primer lugar, Laudan (1977) habla de "tradiciones de investigación", en lugar de


"programas de investigación". Una tradición de investigación es un conjunto de presuposiciones
generales acerca de las entidades y procesos en un área de estudio y acerca de los métodos o
técnicas apropiadas para realizar investigaciones y construir teorías en esa misma área. Laudan
concibe las tradiciones de investigación, al igual que Lakatos, como un conjunto de teorías en
evolución que no pueden ser evaluadas fuera de su contexto histórico.

Para organizar las tradiciones de investigación Laudan propone tener en cuenta


determinadas directrices:

Ontológicas: Las que indican al científico las entidades que conforman la realidad que van
a investigar

Metafísicas: Las que indican los procesos no observables que organizan la realidad que
pretenden investigar.

Metodológicas: Las que indican al científico la forma como debe aproximarse a la realidad
que pretende investigar.

De acuerdo con Laudan, las tradiciones de investigación son lineamientos generales de


investigación y estudio que no deben ser, necesariamente, explicativos, predictivos o verificables,
a diferencia de las teorías que los constituyen, que sí lo son. En este sentido, las tradiciones de
investigación son sólo vagamente normativas, a diferencia de los programas de investigación
lakatosianos en los que el núcleo ejerce una definitiva función normativa. En palabras de Laudan
"Una tradición de investigación, lo más que hace es especificar una ontología general y un método

55
Extraído de internet.
73
general de resolver los problemas dentro de un dominio determinado" (Laudan 1977, pp. 84). Son
las teorías las que, a su juicio, constituyen la parte explicativa, verificable y predictiva de la ciencia.

Las tres funciones importantes de una tradición de investigación son, según Laudan:

a) la de determinar los límites de aplicación de las teorías que constituyen una disciplina;

b) la de proveer heurísticas negativas y positivas (lo que nos recuerda a Lakatos), esto es,
proporcionar ideas iniciales que permitan la formulación de teorías explicativas, predictivas y
verificables, todo esto con el objeto de incrementar la capacidad de la tradición de investigación
para resolver problemas; y, finalmente,

c) la de justificar racionalmente la existencia de teorías científicas.

Una de las características que Laudan conserva de la metodología de Lakatos, es el


carácter evolutivo e histórico de las tradiciones de investigación. Estas son formuladas en un
ambiente intelectual determinado, crecen e incrementan su rango de aplicabilidad, y se desgastan
y acaban por desaparecer para ser sustituidas por nuevas tradiciones. Sin embargo, los cambios o
transformaciones que la historia opera en las tradiciones de investigación son percibidos de
manera distinta que en los programas de investigación. Para Laudan el núcleo esencial es
también modificable, a través del tiempo, por la experiencia no necesariamente empírica. A tal
punto, que la tradición puede terminar sus días con características radicalmente diferentes a las
que tenía cuándo se inició, circunstancia impensable desde la perspectiva de Lakatos.

Finalmente, Laudan suaviza pero mantiene las nociones de progresividad y degeneración


de Lakatos como criterios de evaluación científica. En este punto las diferencias entre Laudan y
Lakatos, sostenidas por el mismo Laudan, no aparecen del todo claras. Laudan sostiene que
Lakatos se limita a reconocer progresívidad en un programa, cuando éste ha logrado un
incremento en su contenido empírico, pero sólo empírico.

Según Laudan, Lakatos ignora y no considera como importante el incremento de contenido


conceptual, En palabras de Laudan: "la concepción de Lakatos de progreso es exclusivamente
empírica; las únicas modificaciones progresivas en una teoría son aquellas que incrementan el
enfoque de su contenido empírico". Las consecuencias de esta característica de la metodología
de programas científicos de investigación, de acuerdo con Laudan, son: la restricción y la
ignorancia exagerada del incremento de la capacidad de búsqueda de las teorías, sin tener que
recurrir necesariamente al contenido empírico corroborado sino al incremento conceptual.

74
Unidad 3

Módulo 6

Tendencias epistemológicas en ciencias sociales

Antes de mencionar las nuevas tendencias epistemológicas, conviene intentar responder a


la pregunta ¿De qué hablan los epistemólogos cuando lo hacen acerca de la ciencia? Lo primero
que hay que percibir es que no hablan acerca de lo mismo. Que en las llamadas versiones
estándar o concepción heredada de la ciencia, como es el caso de neopositivistas y popperianos,
se habla acerca de un lenguaje particular: el propio de las teorías científicas. En el caso de Kuhn,
de una comunidad científica en su desarrollo histórico. En el de Lakatos, de programas de
Investigación; en el caso de Laudan, de tradiciones de investigación y no todo es lo mismo. De
modo que las nuevas reflexiones sobre la ciencia también hablarán de cosas diferentes.

Actualmente hablamos de tendencias epistemológicas en la medida en que la


epistemología puede ser entendida de diferente manera y las especulaciones en torno al
conocimiento se mueven constantemente en torno a estas tendencias. Vamos a mencionar por lo
menos tres de ellas que nos permiten organizar las reflexiones que hemos realizados y que
realizaremos a continuación. Padron menciona tres de ellas:

1 - La que puede considerarse que sigue la herencia del Círculo de Viena y que se la ha
denominado concepción heredada que, según hemos visto, se caracteriza por sus análisis lógicos
y empíricos de los resultados del proceso de conocimiento. Incluye también todas aquellas
reelaboraciones que han surgido para enfrentar las críticas del falsacionismo popperiano y las
críticas de Kuhn

2 – La que concibe la reflexión epistemológica en un plano no analítico sino socio-histórico,


cultural, psicológico y antropológico sin aceptar la diferenciación entre valores internos y externos.
Tal como las posiciones holistas, las posturas que se centran el la reflexividad, que asumen la
complejidad del pensamiento o el recurso a la historia.

3 – Aquella que concibe a la epistemología como una meta teoría y como ciencia fáctica, es decir
que intenta explicar mediante teorías contrastables los procesos del conocimiento. Esta manera
de asumir estas reflexiones se superponen con la denominada sociología de la ciencia.

En las ciencias sociales predominan actualmente más la segunda y la tercera de las


tendencias que la primera (más propia de las ciencias naturales). Esto porque, hoy, se asume que
las ciencias sociales tienen una especificidad que hace imposible aceptar sin revisión las
reflexiones epistemológicas realizadas en torno a las ciencias naturales. Si bien esa especificidad
tiene que ver principalmente con el objeto de estudio, también están marcadas por el momento de
su nacimiento. Por eso empezaremos con este recorrido histórico, antes de entrar directamente en
tema.

Nacimiento de las ciencias sociales.

Entre los XVIII, XIX y comienzos del XX (según la ciencia de que se trate) se sitúa la
transformación de los estudios denominados humanidades, en ciencias sociales y humanas . Es
decir, las humanidades van a ser revolucionados por la ciencia positiva.

75
Hasta mediados del siglo XIX la diversidad de ciencias (cada una con su propia trayectoria)
hizo que se impusiera la necesidad, acorde con el desarrollo de una racionalidad universal, de
especular acerca de los fundamentos que unen y relacionan el campo científico. Visto así, “son
deudoras del movimiento denominado Ilustración que busca el establecimiento de una sociedad
mejor basado en la idea del desarrollo de la razón universal (Gouldner, 1976). En estas
circunstancias, dirá Von Wright “ resultó natural que una de las principales cuestiones de la
metodología y filosofía de las ciencias del siglo XIX, fuera la concerniente a la relación entre estas
dos importantes ramas de la investigación empírica (la de la naturaleza y la del espíritu)” con el fin
de buscar una unidad en la ciencia.

La expresión de esta búsqueda se consolida, en estos comienzos, con la idea positivista


de unificación de la ciencia. Así las ciencias sociales se constituyen como tales dentro del
pensamiento positivista decimonónico. De este modo, en el pasado de toda ciencia social,
podemos encontrar la tesis positivista de unificación de la ciencia con centro en las ciencias de la
naturaleza.

De la misma manera, la tesis positivista, determinó el programa de los comienzos de todas


las ciencias sociales y humanas. Llevó a buscar definir sus estudios en términos de lo observable,
eliminando tanto los dogmatismos de cualquier signo como los prejuicios y supersticiones que
impedían la búsqueda de leyes universales e hipótesis contrastables empíricamente. Por eso se
sostuvo que, si la sociedad es un todo que se impone al sujeto - de la misma manera que las
ciencias de la naturaleza dado que todas son “ciencia - el conocimiento de lo social se legitimaría
de la misma manera.

Sin embargo, esta tesis produjo, también desde sus comienzos, diversos enfrentamientos
teórico / epistemológicos que fueron obligando a una reflexión cada vez más ajustada a las
especificidades de cada campo pero también fueron acercándose hacia a los estudios
multidisciplinarios.

Desde el punto de vista histórico, la conformación de lo social y humano, como ciencia


positiva, estuvo ligada, al igual que los de las ciencias naturales, a condiciones históricas
específicas. Las ciencias de la naturaleza, según vimos nacen ligadas a la apertura del comercio y
al nacimiento de la burguesía. Las ciencias sociales y humanas, a la Revolución Francesa y la
Revolución Industrial que conducen a la instalación de la sociedad capitalista burguesa en el
mundo.

Aclaremos, sin embargo, que - como la consolidación de las ciencias que integran el
campo de lo social y humano no se realizó en el mismo momento sino que ocurrió por lo menos a
lo largo de dos siglos - las situaciones históricas difieren un tanto de ciencia en ciencia. Así, a la
economía y la sociología le corresponde el inicio de la revolución industrial. La psicología, ya
avanzada la misma- La antropología al neocolonialismo. Un caso distinto lo constituye la Historia
que, por su antigüedad, se ve obligada a repensar la narrativa. Aún así, todas son deudoras de
estas dos revoluciones: la Revolución Francesa y la Revolución Industrial.

“Con la Revolución Industrial, apareció una nueva sección de la clase burguesa: una clase
capitalista industrial cuyos intereses estaban en contra del sistema vigente establecido por los
intereses agrarios y comerciales de la aristocracia conservadora del siglo XVIII”: (Dobb, M., 1973).
El capitalismo industrial, que se manifestó inicialmente en Inglaterra y trastocó el orden económico
/ social. Los cambios en la forma de producción provocaron la aparición de nuevas clases sociales
76
como el proletariado y la burguesía industrial, desarrollando en forma creciente el poder de la
clase media (con la consabida concepción utilitaria de la vida). Así, un proceso de rápida
urbanización hizo cambiar la fisonomía a las ciudades y campos. Se necesitaban nuevas
soluciones para nuevos problemas tanto en el nivel de la práctica (modo de organización) como
en el del análisis teórico (modo de comprensión). Los conceptos de sociedad, cultura, orden
económico, conducta etc. recibieron un impulso que los colocó en el centro de toda reflexión
teórica; reflexión surgida de la necesidad de encontrar una nueva forma de orden social acorde
con las expectativas de la clase burguesa.

La Revolución Francesa mostró cómo la acción humana podía modificar un orden político
que llevaba siglos pero, al mismo tiempo, comenzó a sentirse que la sociedad, escapaba al control
humano. Los conceptos de cultura y sociedad declaran tácitamente que los hombres han creado
un mundo social del cual han sido alienados 56: Así, los conceptos germinales de las ciencias
sociales están ligados por el trauma de nacimiento de un mundo social del cual los hombres
sienten, al mismo tiempo, una nueva potencia y una trágica impotencia (Gouldner, 1979).

El movimiento que conduce desde entender la sociedad, la cultura y la economía como


determinantes del individuo e imponiéndose con fuerza coactiva, hacia entender al sujeto como
determinante de la sociedad, muestra su ligazón a su trauma de nacimiento – y lo podríamos
seguir, principalmente, en la sociología.

Dentro de este marco general ¿Cuál es la respuesta que se le da a la pregunta


epistemológica fundamental sobre cómo producen y validan el conocimiento, las ciencias sociales
y humanas? y también ¿cómo definen su objeto de estudio? La respuesta no es única y para
responderla debemos hacernos cargo de la especificidad de las ciencias sociales.

Especificidad de las ciencias sociales.

Si bien durante mucho tiempo los estudios sociales y humanas recurrieron a los modelos
de las ciencias naturales para ganar cientificidad, con el correr del tiempo y las reflexiones
epistemológicas, se ha llegado a comprender que usar esos modelos (tanto de explicación como
de relación entre el sujeto y el objeto de estudio o la experimentación y la medida), son formas
incompletas de análisis para estas ciencias.

Esta especificidad se verá mejor si comparamos su objeto de estudio con el de las ciencias
naturales, que ya hemos analizado.

Ciencias de la naturales (física, geología, química, biología, etc.) su objeto no cambia demasiado
y, si lo hace es largo del tiempo, tienen capacidad para experimentar con sus objetos de

56
Desde el punto de vista filosófico por alienación se entiende extrañamiento o distanciamiento y expresa una extrañeza
del sujeto respecto de sí mismo. Esta noción fue elaborada especialmente por Hegel, Feuerbach y Marx,. En los
Manuscritos económico-filosóficos de 1844, Marx sostiene que el hombre es producto de su trabajo y el trabajo, en la
sociedad capitalista es trabajo alienado. El hombre se convierte en siervo (y no dueño) del objeto que él mismo ha
producido. La alineación no termina allí sino que hasta el que produce el objeto queda convertido en cosa, es decir en
una mercancía, vende su libertad por un salario y la vida del obrero se convierte en un medio para vivir. Así, lo alienado
no es solamente el producto, sino también el obrero, pues al ser desposeído de su mercancía, es desposeído de sí mismo:
el trabajador deviene una “cosa” más, una mercancía, es decir se reifica. A partir de aquí el concepto de alineación ha
tomado preeminencia para caracterizar todo proceso mediante el cual lo propio se vuelve extraño.
77
conocimiento (aunque esta no es uniforme en todas ellas) y desarrollan tecnologías que permiten
el control de la naturaleza.

Ciencias sociales y humanas (psicología, pedagogía, sociología, economía, historia,


antropología, etc.): su objeto cambia en ciclos temporales cortos, ya que tratan de sujetos y
sociedades humanas; tienen mayores dificultades para hacer experimentación, y en algunas
disciplinas ni siquiera hay posibilidad (por ejemplo: historia, sociología, etnología), además deben
hacerse cargo, en sus métodos, de la posibilidad de distorsiones por el hecho que el objeto de
estudio es el sujeto que actúa en sociedad: sujeto y objeto tienen una relación recíproca. Sus
tecnologías son de eficacia limitada.

Es por esto que, si queremos aplicar los modelos de las ciencias naturales a las sociales,
nos encontraremos con problemas que surgen del carácter específico de su objeto de estudio.

En consecuencia, nos haremos cargo de tres cuestiones fundamentales que diferencian a


las ciencias naturales de las sociales.

1 – Las especificidades epistemológicas y metodológicas que plantean el estatus del sujeto que
investiga y de su objeto.

2 – La explicación en ciencias sociales.

3 - Dos formas diferentes de explicación metodológica según la manera de concebir el objeto de


estudio (con lo cual interrelacionamos los dos puntos anteriores).

1 – Especificidades epistemológicas y metodológicas

Piaget reconoce dos tipos de problemas (surgidos de su especificidad) para aplicar los
modelos de las ciencias naturales: los epistemológicos y los metodológicos. Considera
epistemológicos a aquellos problemas que surge del presupuesto sobre cómo es la relación entre
el sujeto que conoce y el objeto conocido para producir conocimiento y llama problemas
metodológicos a aquellos que tienen que ver con la forma en que se adquiere el conocimiento
científico.

A - En cuanto a las especificidades epistemológicas podemos Piaget sostiene que el sujeto,


cuando vive y actúa es centro de sus necesidades. Este sujeto centrado en los órganos de los
sentidos y volcado a satisfacer sus necesidades Piaget lo denomina sujeto egocéntrico. Es el
sujeto que tiene una relación inmediata con los objetos que sacian sus necesidades.

Pero en la relación de conocimiento se requiere ir más allá de esas determinaciones subjetivas,


más allá del sujeto centrado. Es decir, el conocimiento es una relación entre un sujeto que conoce
al que denominamos sujeto epistémico y un objeto de conocimiento. Pero, ¿qué es sujeto
epistémico? “El sujeto que coordina sus acciones entre sí y con las de otros, mide, calcula y
deduce de manera verificable por otros, y cuyas actividades epistémicas son comunes a todos los
sujetos”, y al proceso que lo hace posible durante toda su vida Piaget lo denomina “proceso de
descentración” (Piaget, 1973). Por esto podemos decir que la relación de conocimiento supone un
sujeto descentrado, un sujeto que tome distancia de sus propias necesidades subjetivas. El
científico que investiga es un sujeto epistémico que ha llegado al más alto grado de descentración.

Tomando el tema de la ciencia, Piaget señala que la relación de conocimiento y el proceso de


descentración que se expresa en el conocimiento científico resulta ser diferente según el tipo de
objeto que cada ciencia constituya. De este modo los objetos de las ciencias sociales (cuyo objeto
son las prácticas sociales) generan al sujeto epistémico una dificultad mayor para la descentración.
¿Por qué tal dificultad? Piaget contesta que el objeto de estudio está formado por sujetos; es decir:
“el sujeto que observa o experimenta en sí mismo o en otro, puede, por una parte, ser modificado

78
por los fenómenos observados (otros sujetos), y por otra, dar lugar a modificaciones en cuanto al
desarrollo y la naturaleza misma de esos fenómenos” (Piaget, 1973). Las razones de la dificultad
son dos:

La primera es que, la frontera entre el sujeto epistémico y el egocéntrico no es clara dado que
el yo del observador es parte integrante de los fenómenos que debería poder estudiar desde fuera.

La segunda, está en relación con las valoraciones. Todo científico necesita valorizar, en
relación consigo mismo, aquello que se dispone a investigar pero en el campo social, sostiene
Piaget, cuanto más se valoriza el objeto más problemático se vuelve el proceso de descentración.
En efecto, se hace más difícil separarse de sus intereses y necesidades subjetivas lo que no
significa que sea imposible. Tal dificultad genera problemas que requiere de un investigador capaz
de auto-reflexión, que haga de su lugar en el proceso de conocimiento el problema primero de su
investigación.

Pero también, deberá plantearse las prácticas sociales (objeto de estudio, su objeto de
conocimiento) como problemáticas, dado que nuestra experiencia de la realidad se nos da ya
semiotizada, es decir, inserta en los procesos de construcción de significados. Lo que conoce (e
intenta interpretar científicamente) son siempre redes de significaciones que ya están
interpretadas por los distintos actores sociales. La interpretación que realiza el investigador
científico es entonces sobre otras interpretaciones. A esto Giddens lo llama doble hermenéutica,
que genera nuevos problemas. Por ejemplo ¿Qué relación deben tener las interpretaciones de los
actores sociales con las interpretaciones del científico social? ¿Qué pasa cuando el actor social
conoce las interpretaciones de los científicos sociales? Es posible que cuando se hacen explicitas
las generalizaciones que el objeto de estudio no conocía, éste cambia. Ésta es otra de las
diferencias con las ciencias naturales.

B - Ahora, presentaremos las especificidades metodológicas.

Las corrientes positivistas han sostenido que las ciencias miden, experimentan y contrastan
sus teorías con la realidad y esto es, tal como hemos visto, la garantía de los juicios de realidad.
En el orden de lo social y humano se ha señalado como una crítica que la experimentación y la
medida no son igualmente posibles lo que significa un nuevo tema de polémicas y reflexiones.
Piaget sostiene que en cada caso el objeto de estudio les plantea a cada ciencia social distintos
problemas.

Pero aclaremos un poco esto. Es cierto que la experimentación en ciencias sociales a veces
es difícil y otras imposible pero, sostiene Piaget, debemos puntualizar que también en el orden de
lo natural hay ciencias que han tenido dificultades de experimentación. Nos referimos
especialmente a la astronomía. En esta ciencia, como algunas de las ciencias sociales y humanas,
los objetos de estudio están situados en escalas mayores que la acción individual.

En astronomía las distancias y los objetos pertenecen a una escalas macro y en sociología o
demografía se trata de fenómenos colectivos. En ninguno de los casos citados pueden
modificarse los fenómenos variando los factores (que es lo que requiere un método experimental).
Pero la posibilidad de la correlación de las esquemas teóricos con el cálculo y la medida lleva al
equivalente de una experimentación en tanto que permiten una confrontación entre las medidas y
las nuevas consecuencia sacadas de la teoría.

Por otro lado, resulta a veces posible una experimentación indirecta creando condiciones
“micro” similares a las “macro” que permita extraer consecuencias. Es el caso de las experiencias
de laboratorio para probar por ejemplo la gravedad.

En las ciencias sociales o humanas parece, entonces, que no es la dificultad en la


experimentación su problema principal dado que, esto puede ser compensado con la precisión en
la medida. Y precisamente, su principal dificultad radica en conseguir un grado de precisión
79
aceptable con respecto al cálculo y la medida. Esto ha llevado a las ciencias sociales y humanos a
buscar otros caminos de análisis de sus objeto e estudio.

Piaget analiza, en relación con las dificultades metodológicas, la situación de varias ciencias
sociales y humanas: economía, sociología, psicología, etnografía, demografía y lingüística. Cada
una de ellas, han resuelto los problemas que les planteaba su objeto de estudio de manera
diferente.

La demografía es casi la única de las ciencias sociales y humanas que no tropieza con esta
dificultad para medir. Esta posibilidad surge del hecho de que la unidad de medida son los
individuos. De tal modo puede aplicar métodos estadísticos relativamente sencillos. Aquí aparece
un caso similar al de la astronomía en tanto compensa su dificultad para experimentar en sentido
estricto con la gran precisión numérica.

En cambio es diferente la posición de la psicología, Si presenta alguna dificultad para


realizar cierto tipo de experimentos no se deba a la escala de su objeto de estudio dado que este
es el comportamiento individual. La limitación es por cuestiones éticas que hacen que ciertos
experimentos no se planifiquen dentro de su campo por considerarlos contrarios al respeto de la
dignidad humana del individuo. Sin embargo, desde el punto de vista epistemológico, los
experimentos son posibles y presentan muy pocas dificultades. Pueden programarse situaciones
experimentales para, por ejemplo, analizar la capacidad para resolver problemas.

La gran dificultad de la psicología es la falta de unidades de medida. Es cierto que los


psicólogos hacen referencia al resultado de los test como una forma de medida pero no puede
considerársela medida en sentido estricto porque no poseemos una unidad de medida que por
repetición pueda dar cuanta de esa capacidad medida. Por ejemplo “Un sujeto recuerda ocho
palabras de quince en una prueba de memoria o cuatro sectores de los seis que tiene un recorrido
espacial, no sabemos ni si esas palabras o esos sectores son equivalentes entre sí, ni tampoco de
qué manera comparar la memoria de las palabras con la de los trayectos”. (Piaget, 1973)

Pero además, aun cuando tomemos esto como un simil medida, no nos aporta conocimiento
sobre los mecanismos íntimos que llevó a cabo el sujeto para resolver el problema presentado.

Es gracias a otros modelos que esta ciencia está en posesión de datos estadísticos y
estructuras lógico-matemáticas, lo que nos permite decir que su dificultad no le produjo
limitaciones sino que la obligó a buscar otros caminos.

En economía la medida es más accesible no así la experimentación en sentido estricto lo que


no obsta a que ciertas formas de poner a prueba modelos económicos puedan considerarse cuasi
experimentos.

El objeto de estudio de la economía es el intercambio de valor de orden económico. Estos


intercambios difieren de los intercambios políticos, morales o afectivos por cuanto los primeros
son cuantificables y los segundos poseen un carácter cualitativo. Pueden considerarse
intercambios de valor de orden económico a intercambios que se regularizan, estableciendo que
por cada x debe haber un y. Para esto se hace indispensable contar con una unidad de medida
que en economía son los precios, la moneda etc. “Pero todavía estamos muy lejos de poseer un
sistema de unidades de medida entre las cuales se puedan establecer equivalencias como en la
física” (Piaget, 1973).

En tanto la experimentación en sentido estricto no es posible. Sólo podríamos sostener que


hay experimentación si la entendemos más bien como una observación guiada por un sistema de
abstracciones inspirado en modelos teóricos. Pero aquí está la dificultad mayor de la economía:
80
poner a punto los modelos teóricos con la realidad empírica, es decir el problema de la
contrastación.

Los modelos teóricos utilizados por la economía son cada vez más sutiles (la lógica
matemática, los modelos mecánicos, estocásticos, la teoría de los juegos, y métodos
operacionales, los modelos cibernéticos, etc.) y son utilizados alternativamente en combinación
con análisis históricos y análisis institucionales. Pero la aplicación de todos estos métodos a los
datos de la experiencia tropieza con la dificultad de la delimitación de los campos de observación
(Piaget, 1973)

La lingüística, “presenta un admirable ejemplo de una ciencia en la que la


experimentación es prácticamente imposible (salvo en fonética experimental y en
pasicolingüística), y en la que el análisis sistemático de los datos observables ha bastado para
construir métodos cuyo rigor debe servir de ejemplo para otras ciencias del hombre” (Piaget,
1973). Aun cuando tampoco le ha sido elaborar sistemas de unidades de medida.

La búsqueda de regularidades se ha apoyado en las estructuras lógicas. A partir de aquí la


lingüística ha seguido dos caminos diferentes:

1 – Medir en forma estadística las regularidades exteriores de los procesos internos

2 – Realizar análisis estructurales.

Así construyó una metodología lo suficientemente precisa como para progresar en la


adquisición de los conocimientos.

La posición más difícil la ocupan la etnografía y la sociología porque las dificultades son
tanto para experimentar como para medir en todos los terrenos. Piaget afirma que las dificultades
que esta ciencia tuvo para utilizar métodos de las ciencias naturales la convirtió en una ciencia
creativa en este terreno.

Piaget considera que, en general, son cuatro las técnicas metodológicas más comunes en
estas áreas.

1 - El análisis estadístico multivariado que permite ir desde las correlaciones a las causas de
los fenómenos.

2 - En segundo lugar el análisis de las estructuras para lo cual se ha implementado el


método estructuralista (tomado del álgebra cualitativa) que tienden a ir más allá de las causas,
hacia las implicaciones que den cuenta de estos datos por medio de conjuntos subyacentes.

3 – La tercera opción consiste en coordinar el análisis estructural con el análisis histórico o


sea, coordinar la estructura y la génesis (orientación marxista).

4– Por último, los métodos de la microsociología que estudian en una escala inferior los
procesos macro.

Si bien estas estrategias surgieron en los centros de estudios de sociología se han


proyectado al resto de las ciencias sociales.

2 - La explicación en ciencias sociales

La explicación en una ciencia no es totalmente ajena a la concepción que tengamos de su


objeto ya que éste depende de la perspectiva desde la que los científicos «entiendan» la realidad.

81
Contrariamente a lo que se cree a menudo, el camino de la ciencia no consiste sólo en observar,
en acumular datos experimentales para deducir una teoría.

“Es perfectamente posible observar un objeto durante años sin extraer jamás la menor
observación de interés científico […] Si la ciencia evoluciona es porque un aspecto todavía
desconocido de las cosas se desvela de repente; no siempre como consecuencia de la aparición
de instrumentos nuevos, sino gracias a un nuevo modo de examinar los objetos, de considerarlos
bajo un ángulo nuevo. Esa mirada está necesariamente guiada por una cierta idea de lo que
pueda ser «la realidad». Implica siempre una cierta concepción de lo desconocido, de esa zona
situada más allá de lo que la lógica y la experiencia autorizan a creer” (Jacob 1981: 29-30).

En consecuencia, depende de la teoría y la ciencia social de que se trate, el tipo de


explicación que se asumirá como apropiada. Esto nos lleva a recordar que ya hemos hablado de
dos formas de explicación (cuando analizamos Hempel) que son propias de las ciencias naturales.
Pero, no hay que olvidar la dificultad que estas ciencias tienen para establecer relaciones
causales (explicaciones nomológico-deductiva y probabilística). ¿Existen modelos de explicación
que acepten mejor la especificidad del sujeto, de los procesos, de las relaciones, de las
organizaciones, etc., de las ciencias sociales? Los investigadores en ciencias sociales a menudo
aportan explicaciones racionales, rigurosas y coherentes de cómo ocurre un hecho sin conseguir
explicar por qué ocurre.

Las posiciones reduccionistas sólo aceptarán como válidas las dos primeras formas de
explicación (nomológico-deductiva y estadística), tomando como control de la validez de las
explicaciones la posibilidad de establecer leyes (causales o estadísticas) pero desde el ámbito de
lo social han surgido dos tradiciones diferentes: la que busca diferentes formas de explicación y
aquella que propone la comprensión (tradición hermenéutica). Ambas tradiciones tiene propuestas
de acercamiento pero nosotros tomaremos solamente una de ellas: las formas de explicación
posible.

Además de las explicaciones que ya analizamos en las ciencias naturales (y que aún hay
científicos que se esfuerzan para introducir en su dominio de estudio) podemos mencionar las
siguientes:

1. Explicación por procesos. Se basa en la reconstrucción completa de un proceso tipificado, para


lo que deben identificarse todos los estados evolutivos o fases, seleccionando aquellos que,
hipotéticamente, tienen relevancia para el desarrollo del fenómeno. Se estudian desde esta
perspectiva los procesos de socialización, inadaptación, etc.

2. Explicación funcional, se refiere a un tipo particular de explicación de los acontecimientos de las


ciencias sociales. Se trata de explicitar las funciones que en un sistema cumple un elemento, si se
comprende el sistema se pueden explicar las funciones de sus elementos. Por ejemplo, se puede
explicar funcionalmente la formación de subgrupos en una clase, a partir de las funciones de
apoyo, refuerzo, referencia, etc. que cumplen los mismos. Para la explicación funcional, se debe
describir el fenómeno en su contexto, identificar los elementos relevantes de dicho contexto y las
relaciones que establecen, la estructura del sistema (cómo es) y su dinámica (cómo funciona-
actúa).

3. Explicación crítico-racional. Se pretenden identificar los aspectos intencionales de la actividad


humana, establecer los intereses, motivaciones, intenciones, etc. que dan cuenta de determinados
fenómenos, explicando a partir de las teorías que han mostrado su eficacia cognitiva hasta el
momento. La explicación comparativa y la psicológica serían de este tipo.

4. Explicación teleológica. Se explica por causas finales, de lo que se trata es del análisis de la
adecuación de medios a fines. Se explican las acciones o sucesos actuales por las finalidades
planteadas, siendo las acciones los medios que se desarrollan para lograrlas. Tiene que ver con la

82
finalidad de las acciones actuales; si se comprende la finalidad se pueden explicar las acciones
(por ejemplo, se estudia para conseguir un título).

La teoría de los juegos (y en cierto sentido, la lógica de la situación de Popper) - por


ejemplo, fundamenta sus explicaciones sobre la explicación teleológica, desarrollando el concepto
de estrategia – se aplica en todas las ciencias sociales (pedagogía, psicología, sociología,
economía). Se parte de la identificación de los objetivos del sujeto de la acción (individuos, grupos,
organizaciones, etc.), es decir, identifica alguna cosa pretendida o meta de la actuación. Se
agrega algún acto o actos conducentes a su logro (estrategia), algo así como un medio dirigido a
tal fin; y por último, las instituciones, objetos intervinientes y los elementos de conocimiento, para
alcanzar el fin en cuestión.

3 - Dos formas diferentes de explicación según la manera de concebir el objeto de estudio.

El todo social puede ser analizado a partir de determinada asunciones teóricas con
respecto a cómo concebir el análisis del mismo. Podemos asumir que la base de las ciencias
sociales son los actos de los sujetos, ya que los únicos que actúan y tienen intenciones son los
sujetos. Debe evitarse la pretensión de analizar las entidades supra-individuales como agentes
sociales. La causalidad procede de lo individual a lo social; se ejerce a partir de los agentes
humanos.

Pero también podemos asumir que el todo no es igual a la suma de las partes y que los
sujetos individuales, como agentes sociales, participan de determinadas estructuras pre-existentes
siendo los sujetos individuales expresiones de estas estructuras.

Nos hallamos frente a dos concepciones diferentes. La primera es el individualismo


metodológico y la segunda suele denominarse holismo.

Para el individualismo metodológico, sostiene que la sociedad (o cualquier otra totalidad social
que se desee estudiar) no es más que la agregación de partes relacionadas entre sí. De acuerdo
con esto, las leyes o tendencias sociales son todas ellas reducibles a leyes de la conducta
individual. Así, para los filósofos analíticos (relacionados con las tesis neopositivistas), las
expresiones que se refieren a la totalidad social, como capitalismo, voluntad del pueblo, sociedad
global, etc., se consideran ideológicas. La idea de totalidad que manejan estos filósofos es la de
sistema de las consecuencias de las interacciones individuales.

.Boudon enuncia este principio de la siguiente forma: “De manera general, se dirá que se está
frente a una metodología individualista cuando la existencia o el aspecto de un fenómeno P, o
cuando la relación entre un fenómeno P y otro fenómeno P’, se analizan explícitamente como una
consecuencia de la lógica del comportamiento de los individuos implicados por ese fenómeno o
esos fenómenos” (Boudon, 1999).

El problema que se le plantea al individualismo metodológico es explicar cómo se produce el


tránsito de las decisiones individuales (voluntarias o no) a los efectos colectivos (entendidos como
fenómenos de agregación o efectos emergentes).

Este problema quedaría resuelto si se pudiese postular una continuidad entre la acción de los
individuos (guiada por intereses individuales) y la acción colectiva, pero la identidad de intereses
individuales parece no alcanzar para desencadenar una acción colectiva. En muchas situaciones,
los individuos tienen la capacidad y el deseo de realizar una acción colectiva y, a pesar de ello,
permanecen inactivos. En otros casos, el individuo actúa pero la interacción de todos los sujetos
actuando en el mismo sentido determina un efecto social no deseado (efecto perverso). Es decir,
el individualismo metodológico debe recurrir al concepto de efecto de agregación, para dar cuenta
de esta dificultad.
83
“Un efecto de agregación o efecto emergente es, por lo tanto, un efecto que no es buscado
explícitamente por los agentes de un sistema y que resulta de su situación de interdependencia”
(Boudon, 1999).

Cuando el efecto emergente genera un estado de cosas que incluso es contrario a los
intereses de los agentes involucrados; es decir no solamente es no buscado sino también
indeseable, Boudon lo denomina “efecto perverso”.

El ejemplo clásico de un fenómeno de emergencia perverso es el rumor en materia financiera.


Las posiciones individualistas señalan que estos fenómenos existen y que son la consecuencia de
la agregación de las interacciones individuales: se difunde un rumor sobre la posible insolvencia
de determinados bancos. Entonces cada uno de los clientes se presenta para retirar sus depósitos,
y la agregación de estos comportamientos individuales tiene por consecuencia llevar
efectivamente a la quiebra a los bancos en cuestión que no era la intención de los ahorristas.

Estos fenómenos de emergencia perversos permiten formular una explicación del cambio
social diferente a la planteada por las corrientes marxistas. En vez de explicar los cambios por
conflictos sociales los explican a partir de las acciones más elementales y sus efectos de
agregación. Sin embargo las posiciones individualistas metodológicas no explican por qué se dan
efectos emergentes, se limitan a postularlos con el fin de superar el obstáculo teórico que se les
presenta al asumir esta posición.

En consecuencia, el individualismo metodológico hace un imperativo epistemológico del


retorno al sujeto, entendido como actor, e insiste en la necesidad de re-pensar las elecciones y las
estrategias de los individuos. Un ejemplo de explicación del tipo individualista metodológico, es el
propuesto por Popper para las ciencias sociales.

En tanto las posiciones holistas57 recurren, en general, a análisis estructurales o funcionales


de conjunto para explicar el lugar que les cabe a los sujetos en la acción social colectiva y explicar
las manifestaciones individuales.

Dentro de esta categoría suele colocarse a un conjunto de las posiciones marxistas,


estructuralista (e incluso hasta sistémicas). Se trata de un agrupamiento de teorías diversas que
sólo tienen en común considerar que las partes de una totalidad son como son según el todo en
que se encuentren. Hay un holismo radical, para el cual las relaciones concretas entre los
individuos son esencialmente epifenoménicas con respecto a las explicaciones sociales. Las
actuaciones de los individuos son generadas por la acción del todo y, por sí solas, no explican
nada. Estas posiciones radicales tienen dificultad para explicar el cambio social porque si los
individuos no son más que expresiones de las estructuras sería imposible concebir un sujeto
innovador. Pero dentro del holismo está colocado el marxismo y, en este caso, no hay una
subordinación de las partes al todo sino una relación dialéctica entre ambos: las partes son
expresión de la totalidad y las partes configuran y modifican al todo. Es decir, hay entre todo y
parte una relación dialéctica. Una posición, cercana a esta, es la que asume Habermas.

57
Desde el punto de vista etimológico holismo deriva del griego en donde holos significa todo.
En ciencias sociales, siempre que se destaque el sistema social con preferencia al individuo, lo colectivo por encima de
lo individual ha sido considerada una posición holista. “El holismo sociológico supone que los hechos sociales, y la
misma sociedad, son de una naturaleza totalmente original y propia, irreductible a la del individuo, lo cual tiene como
consecuencia que los métodos de las ciencias de la naturaleza no sean aplicables, por inadecuados, a las ciencias
sociales.”
84
Pongamos un ejemplo en el que se vean las diferencias de perspectiva entre posiciones
individualistas metodológicas y holistas. Supongamos que queremos estudiar por qué hay un
aumento en las tasas de suicidios. Desde una posición holística se trataría de demostrar que los
suicidios (actos eminentemente individuales) están determinados por causas sociales, y el objetivo
de la sociología sería el de demostrar que esos comportamientos son determinados por el lugar
que ocupan los individuos en las estructuras sociales que determinan sus expectativas futuras

Desde un punto de vista individualista metodológico se convertiría al fenómeno observado


(el aumento en la tasa de suicidio) en la consecuencia del comportamiento de los individuos que
participan en estos fenómenos. Es decir, se examinarían los comportamientos individuales en que
se determinen los objetivos, los elementos de conocimiento, los objetos físicos e instituciones
sociales, en esa situación social, que llevaron al sujeto a una conducta no guiada por la
racionalidad.

La sociología de la ciencia
Los sociólogos de la ciencia consideran que la epistemología ha sido especulativa y trató
de indicar qué debería ser ciencia. Este punto de vista, es abandonado después de Kuhn. Según
los sociólogos de la ciencia, por ejemplo, la epistemología deberá ser reemplazada por la
sociología del conocimiento que estudiará la ciencia en su contexto.

Por supuesto, se ha generado un debate muy difundido que enfrenta lo que se considera
ciencias duras con las humanidades y, en especial, los epistemólogos con los sociólogos del
conocimiento.

A esta altura podemos también hacer una distinción. Mientras la epistemología puede
considerarse internalista, en la medida en que enfrenta las cuestiones científicas con las
herramientas racionales del mundo de la ciencia, la sociología de la ciencia(o del conocimiento)
puede considerarse externalista (aunque algunas corrientes llegan a negar esta distinción), en la
medida en que explica el mundo científico como una consecuencia del mundo social en que se
encuentra y de su momento histórico.

Desde hace unos 30 años la sociología de la ciencia ha venido tratando no sólo el contexto
de descubrimiento sino que, con paso firme, ha encarado el interior del contexto de justificación,
contraviniendo el tabú de que la sociología no debía tocar el núcleo epistemológico del
conocimiento científico (considerado como una caja negra que no se debía abrir). Diversas
escuelas han venido insistiendo, con variadas metodologías y enfoques, en la idea de que el
mismo conocimiento científico, en todas sus fases de realización, es un producto social. De este
modo se ha inaugurado una línea heterogénea de investigaciones interdisciplinares, que se suele
conocer con el nombre genérico de estudios sobre Ciencia, Tecnología y Sociedad (CTS o STS en
inglés).

En general, los sociólogos de la ciencia están de acuerdo en la adopción de un relativismo


epistémico, es decir, que el conocimiento está enraizado en un determinado tiempo y cultura y no
se limita a ser reproducción de la naturaleza. Consideran pertinente el estudio de la Ciencia en
acción, antes de que las teorías sean fijadas y se conviertan en "cajas negras", así como el
análisis de aquellos períodos en los que las controversias obligan a abrir esas cajas negras que la
comunidad científica daba por supuestas.

Como no podía ser menos el relativismo epistémico no generó muchos enfrentamientos.


Ya nadie supone que la ciencia refleja la realidad, sino que la construye. Pero no pasó lo mismo
con la tesis relativista radical que provocó el rechazo de la filosofía tradicional de la ciencia, para
la que esto supondría la muerte de la epistemología tradicional y la usurpación explicativa de la
ciencia por parte de los sociólogos. Para esta forma de relativismo, la resolución de todas las
controversias científicas se debe a factores extra-científicos, incluso aquellas referentes a lo que
existe.
85
Es decir, hay aquí un relativismo ontológico que ve a lo existente mismo como una
construcción social. Evidentemente, estas escuelas sociológicas se han de enfrentar a la
sospecha de que otorgan poderes al vago concepto de contexto social, al tiempo que deben
aclarar por qué la sociología no habría de aplicarse a sí misma sus propios postulados
constructivistas, ya que parece evidente que la sociedad sí es un constructo social.

Todas estas discusiones hacen que no podamos encerrar a las ciencias sociales en un
solo paradigma que guíe la investigación. Por eso encararemos en el módulo siguiente los
paradigmas más destacados de investigación en ciencias sociales.

86
Módulo 7
Paradigmas en ciencias sociales

El conjunto de las ciencias sociales está atravesado por distintas polémicas de acuerdo
con la tradición teórica a la que pertenecen los autores. Vamos a denominar paradigma a este
conjunto de tradiciones teóricas que guían la investigación, entendiendo que este concepto guarda
similitudes y diferencias con la noción kuhniana.

Coincidiendo con Kuhn (1970), un paradigma representa una matriz disciplinaria y un


ejemplar que sirve como guía para los profesionales de una disciplina porque indica cuáles son los
problemas y las cuestiones importantes con los que ésta se enfrenta; se orienta hacia el desarrollo
de un esquema aclaratorio (es decir, modelos y teorías) que puede situar a las cuestiones y los
problemas en un marco que le permitirá a los profesionales tratar de resolverlos; establece los
criterios para el uso de las "herramientas apropiadas (es decir, metodologías, instrumentos y tipos
y formas de recolección de datos) en la resolución de los enigmas disciplinarios y proporciona una
epistemología en la que las tareas precedentes pueden ser consideradas como principios
organizadores para la realización del ‘trabajo normal’ de la disciplina” (Filstead, 2000).

La diferencia fundamental con la concepción de Kuhn es que, en el orden de las ciencias


sociales, coexisten simultáneamente varios paradigmas, es decir, no son inconmensurables. En
consecuencia, el período de madurez de la ciencia no coincide con la vigencia de un único
paradigma.

En ciencias sociales existen varios paradigmas competitivos que organizan la investigación


de acuerdo a supuestos teóricos y prácticas distintivas. Sin embargo, estos paradigmas presentan
contradicciones y tensiones en su interior, dando lugar a la incorporación de elementos, tanto
teóricos como metodológicos, de otros paradigmas.

Una de las cuestiones que autoriza la división de paradigmas en estas ciencias es cómo se
entiende la relación sujeto / objeto; lo que ha sido enunciado como el problema de las distintas
“lógicas-en-uso”, de la investigación social (Kaplan;1964). Estas lógicas están en relación con tres
paradigmas fundamentales a los que, por un motivo organizador, llamaremos positivistas,
interpretativistas y dialécticas, y que pasaremos a analizar.

1 - Paradigmas epistemológicos de las ciencias sociales

1.1 Paradigma positivista

Las lógicas de la investigación positivista encuentran que al conocimiento del fenómeno


social (concebido como real, fáctico, exterior al investigador) se accede por la observación
controlada por el método científico que permite detectar las relaciones constantes o regularidades
entre fenómenos (leyes).

En efecto, el investigador deberá actuar de acuerdo con cánones metodológicos precisos


como garantía de objetividad. Asimismo, se intenta reemplazar el sentido común por un cuerpo de
conocimientos científicos. Esta distinción entre conocimiento vulgar y científico significa que el
conocimiento científico es muy diferente a otras formas de conocimiento producidos socialmente y
que los científicos son bastante diferentes a la gente en general. “La vida social debe ser
explicada no por las nociones de aquellos que participan en ella, sino por causas más profundas,
que no son percibidas conscientemente” (Durkheim, 1964).

Así, la realidad es aprehendida en su totalidad como algo externo y dado; tal la formulación
de Durkheim: "Los hechos sociales son externos al hombre y ejercen presiones sobre él”
(Durheim, 1968).

87
Este paradigma tuvo su origen en la sociología con la figura de Comte 58 (positivismo
evolucionista) y Durheim59 (que continúa con el positivismo pero superando la idea evolucionista
de Comte).

Pero, es en antropología en donde aparece una primer tensión al interior de las lógicas de
la investigación positivista dado que, sin romper del todo con la distinción entre sujeto y objeto de
conocimiento, aparece una necesidad: la de participar de alguna manera en el mundo que se
estudia. La observación participante, como método fundamental en la recolección de datos en
antropología, se convirtió en un obstáculo para los antropólogos de tradiciones positivistas, ya que
la participación en el mundo social viola la separación entre el observador y el fenómeno
observado y “convierte en problemática la creencia básica de que el objeto de investigación existe
en el mundo externo en el mismo sentido que el objeto de cualquier ciencia, y de que como
cualquier otro objeto de preocupación científica, tiene características concebibles que no deben
ser perturbadas durante el proceso de la observación” (Durheim, 1968).

Es decir, La presencia del antropólogo “afecta” la situación observada, haciendo que la


observación no pueda verse como totalmente libre de distorsiones y convirtiendo en problemático
el intento básico de informar sobre lo que ‘realmente está pasando allí’” (Holy, s/f).

Para eliminar la perturbación ocasionada por la presencia del antropólogo, se


recomendaba entonces una larga estancia en el terreno. De esta manera, cuanto más larga es la
estadía, más posibilidades existían de que el antropólogo no sea percibido como un extraño, sino
como parte del “paisaje”.

1.2. Paradigmas interpretativos

Este paradigma es deudor del desarrollo de la hermenéutica que veremos más adelante. La
adopción en los años 1960 del paradigma interpretativo (cuya lógica está ligada a la hermenéutica)
por parte de muchos científicos sociales implicó una crítica a la ortodoxia que queda expresada
fundamentalmente en un cambio o desplazamiento de las siguientes tres esferas de ideas.
1. De la teoría del fenómeno social como algo externo, a la teoría de los hechos sociales
como construcciones que existen dentro de un marco de referencia. Un hecho va a ser siempre el
producto de interpretaciones.

58 Comte, considerado el padre de la sociología, sostenía que la sociedad debía ser analizada como un organismo y ser
estudiada en dos dimensiones: sus condiciones de existencia, su orden (Estática Social) y su movimiento y progreso (la
Dinámica Social). Orden y progreso aparecen como ideas básicas de su pensamiento y se constituyen en divisas de la
teoría positivista, que adquiere gran importancia en Francia, en la primera década del siglo XIX, momento en que es
sacudido por luchas sociales producto del sistema industrial, que en este país se impone más tardíamente que en
Inglaterra.
Comte se propone "contribuir a poner orden en una situación social que definía como anárquica y caótica, mediante la
construcción de una ciencia que, en manos de los gobernantes, pudiera reconstruir la unidad del cuerpo social”. De
esta manera sostenía que para completar la nueva sociedad no era necesaria una revolución sino la aplicación pacífica
de la ciencia y el conocimiento (positivismo).
Se esperaba que todas las contradicciones sociales se resolvieran con la evolución social ya que fueron interpretadas por
Comte y los sociólogos positivistas como una consecuencia de la subsistencia de una cultura retrasada. Esta propuesta
puede ser considerada una posición evolucionista y naturalista dado que sostenía que el hombre evolucionaba desde
estadios primitivos hacia una sociedad regida por la razón y la ciencia.
59 En 1895, Émile Durkheim (1858-1917) publica su libro Las reglas del método sociológico, en el que define a la

sociología y a su objeto como el estudio de los hechos sociales considerados como cosas. En sus propias palabras: Un
hecho social consiste en toda forma de obrar, de pensar y de sentir que ejerce sobre el individuo una presión exterior.
Es decir los hechos sociales son anteriores y exteriores al individuo, lo obligan a actuar, lo coaccionan en determinada
dirección. Se expresan en normas, en leyes, en instituciones que aseguran la tendencia a la buena integración del
individuo con la sociedad”. Durkheim está acentuando la objetividad y exterioridad del mundo social por encima de los
individuos concretos. Al afirmar que los hechos sociales son cosas tiende a presentar al orden existente como un
"orden natural". Esto puede considerarse como una continuación de la tradición positivista a la que se hizo referencia
con Comte, (si bien en Durkheim hay un rechazo al evolucionismo social de éste). Es decir el positivismo de Durheim
no es evolucionista.

88
2. De la unicidad del método en ciencias naturales y sociales, a la idea de que las ciencias
sociales requieren métodos diferentes de investigación que las naturales, por la cualidad subjetiva
del objeto de estudio.
3. De la recolección de datos mediante la observación y la muestra, a la interpretación de
significados mediante procedimientos cualitativos.

Estos tres grupos de ideas están relacionados en un nuevo paradigma interpretativo, que está
expresado en la sociología de la interacción simbólica, en la etnología y la sociología
fenomenológica (Garfinkel, Filmer). Estas escuelas entienden que las acciones observadas
requieren una indagación acerca del criterio preconcebido que los actores aplican a sus acciones.
Parten del supuesto de que la realidad está preconstruida simbólicamente, y como tal, no es
posible un acceso inmediato a esa realidad. Es decir, la comprensión de las acciones sociales no
es accesibles a los sentidos, sino que, al estar mediadas por interpretaciones (tanto de los actores
como de los investigadores), son modeladas por la forma de ver el mundo. Por lo tanto, se trata de
compartir significados entre sujetos que se interpelan mutuamente (investigador / investigado)
según los diferentes universos de significados de ambos. Consideran que tal caracterización
obliga al investigador a incorporar su propia práctica como parte del objeto de estudio
introduciendo la noción de reflexividad.

Sin embargo, la reflexividad ha sido entendida de diferentes maneras. Desde esta


perspectiva, (nos referimos a la sociología de la interacción simbólica, a la etnología y a la
sociología fenomenológica) se debe incluir una reconstrucción subjetiva, o sea, han tendido a
concentrar la atención en su propia subjetividad y en la experiencia vivencial del trabajo de campo,
originando una confesión intimista o lo que el mismo Clifford Geertz denominó la enfermedad del
diario íntimo.

Una derivación crítica del paradigma interpretativo está constituida por lo que podríamos
denominar: la reflexividad como organizadora del paradigma en la medida en que ésta deja de
cumplir una función complementaria de carácter subjetivo para ubicarse en el centro de la
investigación social.

Para Bourdieu, la reflexividad implica una específica manera de mirar y analizar los
condicionamientos sociales que afectan la práctica de investigación tomando especialmente al
propio investigador y sus relaciones, con el fin de objetivar al propio sujeto objetivante. En este
sentido, la reflexividad no se reduce a que la subjetividad del investigador se vuelva en sí misma
objeto de estudio, para ver cuál es el impacto afectivo que se produce en él sino más bien que se
vea a sí mismo con un sujeto participante en el juego de fuerzas del campo que estudia y
reflexione sobre las categorías de análisis que va a utilizar.

La reflexividad epistémica, tal como la llama Bourdieu, supone ir más allá de la experiencia
vivida del sujeto para comprender la estructura organizacional y cognoscitiva de lo que Bourdieu
denomina campo en el cual el investigador es parte. Ve lo social con una doble existencia: se
expresa tanto en las estructuras objetivas (estructuras independientes de la conciencia y de la
voluntad de los agentes individuales, grupales, clases o sectores) como en las subjetividades
(esquemas de percepción, de pensamiento, de acción que constituyen socialmente nuestra
subjetividad). Las estructuras objetivas tienen la capacidad de orientar y coaccionar las prácticas
sociales y las representaciones que de las mismas se hacen los individuos o agentes sociales.

De este modo, construir un objeto científico significa, en primera instancia, revisar las
representaciones compartidas por todos, los lugares comunes, las representaciones oficiales,
institucionales, etc. Lo preconstruido se encuentra en todas partes; por lo tanto, la tarea del
investigador es conocer el objeto, el mundo social del cual él es producto.

1.3 El paradigma dialéctico

89
Antes de entrar de lleno en el desarrollo del paradigma dialéctico revisemos un poco lo
analizado hasta aquí. El paradigma positivista se apoya en la lógica clásica y supone una relación
de exterioridad entre el sujeto de conocimiento y el objeto conocido. El interpretativo se apoya en
la comprensión, supone una relación genoseológica mediatizada y una realidad simbólicamente
pre-construida. En tanto el paradigma dialéctico supone una lógica dialéctica y una ontología de la
complejidad. Este último paradigma se ha difundido en casi todas las ciencias sociales,
especialmente en economía y sociología.

Aclaremos un poco lo dicho anteriormente con respecto al fundamento ontológico del


paradigma dialéctico. Las visiones neopositivistas y neoliberales son la expresión de lo que podría
denominarse una ontología newtoniana o atomista: la realidad se concibe como un recipiente de
cosas particulares de distinta naturaleza y el sujeto está enfrentado a ella. Por su parte, para la
lógica dialéctica (y tal vez podríamos incluir las concepciones interpretativistas) el supuesto
ontológico en que se apoya es una ontología que Samaja denomina ontología de la complejidad.
¿Qué significa esto? Una ontología de complejos satisface los siguientes principios:

“1. Tesis de complejidad, que afirma que toda entidad es compleja; lo que es simple no tiene
entitatividad por sí mismo, sino sólo en tanto esté relacionado con algo distinto del mismo.
2. Tesis de contradicción, según la cual las contradicciones internas que como veremos más abajo
no pueden identificarse con las contradicciones de la lógica standard son una fuente necesaria de
todo cambio, y son resueltas a través del cambio.
3. Tesis de la esencia, en la que se propone que al menos una contradicción constituye la esencia
de toda entidad propiamente dicha; o sea que no todas las contradicciones son accidentales” (Fisk,
1981).

Así, en lo que podríamos llamar concepción dialéctica de la realidad, es importante aclarar


el concepto de totalidad concreta. Esta es la unidad en la diversidad, jerárquicamente articulada y
en constante dinamismo y el sujeto forma parte de ella (no es externo a ella). Su reproducción,
conservación, superación y degradación se produce a partir del movimiento de sus momentos
particulares y las totalidades más desarrolladas han subordinado (como sus partes) a las menos
desarrolladas. La totalidad concreta está en cambio constante, y lo que opera impulsando este
cambio no puede ser evidentemente un agente externo –ya que si fuera así no se trataría de la
totalidad– sino una condición de la misma totalidad: la contradicción o negación de la negación
que permite ir superando y conservando (Aufhebe, en alemán) los momentos anteriores.

Esta concepción de la realidad supone un método dialéctico de análisis con lo cual se


pretende dotar al estudio de las sociedades humanas de una metodología no idealista, que no
caiga en el subjetivismo de las tradiciones empirista, ni en las ilusiones metafísicas del
racionalismo; supone una realidad compleja y contradictoria.

“En una contradicción dialéctica, tal como la entiende Marx, los opuestos se hallan en real
oposición, en una unidad en tensión que está preñada de posibilidades. Pero ninguna de esas
posibilidades tiene por qué acaecer ineludiblemente. Las contradicciones que la historia presente
pueden llevar a realizarlas o a frustrarlas. Por otra parte, dadas las condiciones que favorecen la
realización de una determinada posibilidad, se dará una línea de desarrollo que no es fortuita o
accidental. Como se observa, de una contradicción dialéctica no se sigue, como de una
contracción lógico-formal la totalidad de las posibilidades, no se siguen ni la totalidad de los
enunciados ni la totalidad de sus negaciones. Todo lo contrario, dadas determinadas condiciones
materiales, se efectivizarán sólo determinados procesos de desarrollos de las potencialidades
dentro de una determinada totalidad” (Gómez, 1980).

El método dialéctico marxista supone que todo fenómeno puede ser abordado desde dos
movimientos distintos: desde las partes abstraídas del todo al cual presuponen (y que son a su

90
vez totalidades concretas menos desarrolladas) o partiendo del todo que ha subordinado a las
partes en una unidad superior. Con el primer movimiento se conceptualizan los fenómenos
recurriendo al proceso de abstracción y con el segundo se parte de las manifestaciones concretas.
“Para conectar estas dos instancias de análisis se recurre a buscar las mediaciones” (Katz, 2001)
que han permitido que el todo subordine a las partes. “Esta posibilidad de exponer el mismo
fenómeno en instancias diferentes del análisis es un atributo del método dialéctico, que rechaza
las categorías inmutables y analiza los procesos en su cambio y movimiento constante. Para
aplicar este procedimiento hay que sustituir los razonamientos rectilíneos por un ‘ir y venir’ de
‘avances en espiral’ (Katz, 2001).

De lo dicho se desprende que el ser humano y su mundo no son más que producto de una
historia, por lo que puede sostenerse que negar el análisis histórico implica un encubrimiento
ideológico. Las denominadas “leyes naturales” en la economía política son leyes históricas y las
contradicciones en que se desarrolla la sociedad capitalista aparecen encubiertas. Así, por
ejemplo, “Marx utilizó la teoría del valor para demostrar que bajo la apariencia de armonía y
justicia, el capitalismo se basa en la desigualdad social. Pero, además, destacó que esta
inequidad estructural es universalizada como un acontecimiento natural por toda la sociedad. En
la actividad cotidiana desarrollada en el mercado se torna común observar que las mercancías se
intercambian como equivalentes, que el dinero circula y que el capital se acumula, cómo si estos
elementos motorizaran automáticamente y por sus propias fuerzas la reproducción económica, sin
ninguna intervención de los hombres. Las huellas de la acción humana quedan borradas en el
universo de compras, ventas, contrataciones y negociaciones corrientes, opacando el control que
detenta la clase dominante de todo este proceso. Y lo que se torna particularmente invisible es el
origen del beneficio en la plusvalía y las causas de sus acrecentamiento en la explotación” (Katz,
2001)

Este paradigma influyó principalmente en el campo de lo económica que es una de las


ciencias sociales que no encaja bien en los tres paradigmas citados, por lo menos no ha tenido un
desarrollo del paradigma interpretativo. Es por esto que, someramente, le daremos un tratamiento
aparte.

91
Unidad 4
Dos propuestas diferentes sobre lo social

Módulo 8

La lógica de la situación

Características del monismo metodológico popperiano60.

Anteriormente, se ha abordado los problemas que las ciencias sociales ofrecen a la


metodología o, mejor quizás, los problemas que las ciencias sociales deben resolver, desde el
punto de vista metodológico, debido a sus particulares características epistemológicas que las
convierten en ciencias específicamente diferentes de las naturales.

También se explicó cómo, en función de esos problemas, se instaló en el ámbito de la


metodología de las ciencias la discusión respecto de si las ciencias sociales debían desarrollar
métodos específicos o si, por el contrario, había un único método común a todas las ciencias.

En esta discusión tercia Popper ofreciendo su propio punto de vista que trataremos de
exponer a continuación teniendo en cuenta el desarrollo que hace fundamentalmente en “El mito
del marco común”, teniendo en cuenta además, en lo pertinente, algunas obras suyas que son
particularmente significativas al respecto.

Así, Ud. podrá ver cómo reconoce que ambos puntos de vista son, en parte, razonables
pero igualmente equivocados. Tanto los cientificistas (él no los llama así), que se niegan a
reconocer estatus científico a las ciencias sociales hasta tanto logren adecuar sus criterios
metodológicos a los sustentados por las naturales, como los que Popper denomina ‘historicistas’
que sostienen la existencia, entre ambas ciencias, de un abismo metodológico insalvable.

Según Popper esta controversia está fundada en una mala interpretación capital. Si bien
ambos grupos de ciencias tienen sus particularidades poseen algo en común, por el hecho de ser
ciencias. Lo común a todas las ciencias tiene que ver con lo que “vagamente”, dice Popper, se ha
llamado racionalidad y objetividad científicas y que no son más que aspectos de la discusión
crítica. Esta racionalidad está implícita en el uso del método que es la garantía de objetividad
científica o conocimiento público e intersubjetivo. Estos métodos a pesar de manifestarse en forma
diferente, según la ciencia, poseen la misma estructura.

En La Miseria del Historicismo, refiriéndose a este mismo asunto dice:


“No pretendo afirmar que no existe diferencia alguna entre los métodos de las ciencias teóricas
de la naturaleza y de la sociedad; tales diferencias existen claramente, incluso entre las distintas
ciencias naturales, tanto como entre las distintas ciencias sociales. (Compárese, por ejemplo, el
análisis de los mercados de libre competencia y el de las lenguas romances.) Pero (...) los
métodos de los dos campos son fundamentalmente los mismos (...).El método esbozado en la
sección anterior siempre consiste en ofrecer una explicación causal deductiva y en experimentar
(por medio de predicciones).
Este ha sido llamado a veces el método hipotético-deductivo, o más a menudo el método de
hipótesis, porque no consigue certeza absoluta para ninguna de las proposiciones científicas que
experimenta; por el contrario, estas proposiciones siempre retienen el carácter de hipótesis de
signo tentativo, aunque este carácter pueda dejar de ser obvio después que han superado gran
número de experimentos, de pruebas severas” (Popper 1973).

60
Tal como se señala en la bibliografía consignada al final del módulo, se prestará especial atención a lo expuesto por
Popper en ‘La Miseria del historicismo’, ‘La Sociedad abierta y sus enemigos’, ‘Conjeturas y refutaciones’ y
‘Conocimiento Objetivo’.

92
Como se ve, aquí Popper toma distancia de ambos polos de la discusión y, a pesar de las
diferencias que reconoce, sostiene la unidad estructural del método de las ciencias, que
denomina indistintamente ‘método de hipótesis’ o ‘método crítico 61 , que ya ha sido tratado in
extenso, método que, por otra parte, deberá ser adecuado en cada caso para respetar las
peculiaridades de cada una de las ciencias, las naturales y las sociales.

Recordemos cuál es la estructura metodológica que es la base de todas las diferencias de


método de las distintas ciencias? Popper considera que la ciencia siempre comienza con
problemas y termina con problemas de manera que podría resumirse en los siguientes cuatro
pasos:

1. Seleccionamos un problema, quizá por haber tropezado con él.


2. Tratamos de resolverlo proponiendo una teoría como solución tentativa.
3. A través de la discusión crítica de nuestras teorías, nuestro conocimiento se desarrolla por
medio de la eliminación de algunos errores, y de esta manera aprendemos a comprender nuestros
problemas y nuestras teorías, así como la necesidad de nuevas soluciones.
4. La discusión crítica incluso de nuestras mejores teorías siempre saca a la luz nuevos
problemas” (Popper, 1973).

La explicación científica por construcción de modelos.

El trabajo científico, nos dice, se inicia, según vimos, con la selección de problemas.
Debemos, pues, considerar qué tipos de problemas podemos plantearnos o pueden presentarse a
nuestra consideración para su eventual solución. Estos pueden ser de dos clases.
1 – Problemas relativos a un pequeño número de acontecimientos singulares, como por ejemplo,
por qué apareció en el cielo el arco iris esta tarde, o por qué aumentó el índica de precios
agropecuarios el trimestre pasado, etc., etc.
2 – Problemas relativos no a sucesos particulares sino a cierto ‘tipo’ de acontecimientos, como por
ejemplo, por qué se produce el arco iris, o por qué aumenta la tasa de desempleo (no importa
cuando ni donde), etc., etc.

Los problemas que diferencian una explicación de otra son de dos tipos:
1- Los problemas relativos a los sucesos particulares requieren para ser explicados de leyes y
condiciones iniciales (ver Hempel: explicación nomológica-deductiva)-
2 – El segundo tipo de problemas requiere la construcción de modelos los cuales necesita ser
animado con leyes o principios especialmente aceptados para tal fin. “Es decir que “un modelo
consta de ciertos elementos colocados en una relación típica entre sí, más ciertas leyes
universales de interacción: las leyes «animadoras »” (Popper, 1992).

“Los modelos, tal como aquí se entienden – dice Popper - se podrían llamar también «teorías», o
se podría decir que incorporan teorías, puesto que son intentos de resolver problemas, problemas
de explicación. Pero lo opuesto dista mucho de ser verdad. No todas las teorías son modelos. Los
modelos representan condiciones iniciales típicas, no leyes universales. Y, por tanto, requieren
que se los suplemente con «animadoras» leyes universales de interacción, con teorías que no son
modelos en el sentido que aquí se ha indicado” (Popper, 1992).

Resumiendo: La diferencia entre explicaciones de hechos singulares y explicaciones


típicas está que las primeras requieren de condiciones iniciales y leyes mientras que las segundas
de modelos y principios o leyes animadoras del modelo.

61
Explicitando el concepto de lo que entiende por método de hipótesis señala que “ el trabajo del científico, señala, no
comienza por la recolección de datos, sino por la selección sensible de un problema prometedor, un problema que sea
significativo dentro de la actual situación problemática, que a su vez está completamente dominada por nuestras teorías.

93
Lo dicho hasta aquí vale para los modelos explicativos de problemas propios de las
ciencias naturales, corresponde que nos preguntemos como se articula todo lo dicho para
adecuarlo a problemas típicos de las ciencias sociales. O sea, tal como lo afirma un premio Nobel
de economía Von Hayek, en ciencias sociales hay menos explicaciones en detalle y más
explicaciones en principio pero, veamos que se sigue sosteniendo que la explicación, y no la
interpretación, es lo característico de la ciencia

Puede esquematizarse la diferencia entre estos dos tipos de explicaciones del siguiente
modo:

EXPLICACIONES DE EVENTOS EXPLICACIONES TÍPICAS

Leyes1, Leyes2 Leyes3 Leyes etc Principios o leyes animadoras


C1 C2 Ct etc. Mo 11 Mo 21 Mo 3 etc.
_________________________________________________________________________fenóm
eno a explicar fenómeno a explicar

(C1 etc = condiciones iniciales)


(Mo 1 etc.= Modelo)

El método de las ciencias sociales: La lógica de la situación.

Si bien las ciencias naturales utilizan también modelos, éstos son una metodología esencial en las
ciencias sociales. Pero ¿cómo explicamos la acción social sin caer en modelos psicológicos
rechazados por Popper por inconducentes? (ver texto62)

62
“Si la objetividad científica se fundara, como supone ingenuamente la teoría sociológica del conocimiento, en la
imparcialidad u objetividad del hombre de ciencia, entonces tendríamos que decirle adiós sin dilación. En realidad,
debemos ser en cierto modo más escépticos que los defensores de la sociología del conocimiento, pues no cabe ninguna
duda de que todos somos víctimas de nuestro propio sistema de prejuicios (o "ideologías totales" si se prefiere esta
expresión); de que todos consideramos muchas cosas evidentes por sí mismas; de que las aceptamos sin espíritu crítico
e incluso con la convicción ingenua y arrogante de que la crítica es completamente superflua; y, desgraciadamente, los
hombres de ciencia no hacen excepción a la regla, aun cuando hayan logrado librarse superficialmente de algunos de
sus prejuicios en el terreno particular de sus estudios. Pero esta limpieza no tiene lugar mediante el socio-análisis u otro
método similar; los investigadores no tratan de treparse a un plano superior desde donde puedan comprender, socio-
analizar y depurar sus insensateces ideológicas. En efecto, con tornar sus mentes más "objetivas" no les bastaría para
alcanzar lo que hemos denominado "objetividad científica. Lejos de ello, lo que entendemos habitualmente con esta
expresión reside en otro plano diferente; es una cuestión de método científico. Y --extraña ironía-- la objetividad se
halla íntimamente ligada al aspecto social del método científico, al hecho de que la ciencia y la objetividad científica no
resultan (ni pueden resultar) de los esfuerzos de un hombre de ciencia individual por ser "objetivo", sino de la
cooperación de muchos hombres de ciencia. Puede definirse la objetividad científica como la inter-subjetividad del
método científico. Pero este aspecto social de la ciencia es prácticamente pasado por alto por quienes se llaman a sí
mismos sociólogos del conocimiento.
En este sentido tienen gran importancia dos aspectos del método de las ciencias naturales, que constituyen
conjuntamente lo que podría denominarse el "carácter público del método científico".
En primer término, hay algo que se acerca a la critica libre; así, un hombre de ciencia expone su teoría con la plena
convicción de que es inexpugnable, pero esto no convence necesariamente a sus colegas, sino que, más bien, tiende a
desafiarlos. En efecto, ellos saben que la actitud científica significa criticarlo todo y no se arredran ni aun ante las
personalidades más autorizadas.
En segundo término, los hombres de ciencia tratan de zanjar las discrepancias simplemente verbales. (No estará de más
recordarle al lector que si bien nos referimos a las ciencias naturales, podría incluirse también cierto sector de la
economía moderna.) Así, se esfuerzan seriamente por hablar el mismo idioma, aunque se sirvan de lenguas diferentes.
En las ciencias naturales esto se logra tomando a la experiencia como árbitro imparcial de toda controversia.
Cuando hablamos de "experiencia", nos referimos a una experiencia de carácter "público", como las observaciones y
experimentos, a diferencia de la experiencia en el sentido más "privado" de las experiencias estéticas o religiosas; y
decimos que una experiencia es "pública" cuando todo aquel que quiera tomarse el trabajo de hacerlo pueda repetirla. A
fin de evitar las disidencias formales, los hombres de ciencia procuran expresar sus teorías en forma tal que puedan ser
verificadas, es decir, refutadas (o confirmadas) por dicha experiencia. Esto es lo que constituye la objetividad científica.
Todo aquel que haya aprendido el procedimiento para comprender y verificar las teorías científicas puede repetir el
experimento y juzgar por sí mismo. Pese a ello, siempre habrá quienes arriben a juicios parciales o aun arbitrarios, pero
94
Popper sostiene que los modelos de las ciencias sociales no deben apelar a las
intenciones del sujeto actuante sino a las características de la situación en que se encuentra y que
movilizan su acción de determinada manera.

“el método de aplicar una lógica de la situación a las ciencias sociales no se basa en ningún
supuesto psicológico relativo a la racionalidad (o al revés) de la "naturaleza humana". Muy por el
contrario; cuando hablamos de "conducta racional" o de "conducta irracional", queremos significar
un comportamiento que está o no de acuerdo con la lógica de la situación. En realidad, el análisis
psicológico de una acción en función de sus motivos (racionales o irracionales presupone --como
lo señaló Max Weber - que previamente hemos adoptado un patrón con respecto a lo que ha de
considerarse racional a la situación tratada” (Popper, 1992).

Ahora deberíamos preguntarnos cuál es esa determinada manera y para responder esta
pregunta Popper introduce el principio animador del modelo que es el principio de racionalidad.
Luego el sujeto actúa evaluando la situación de modo de que su actuar sea lo más racional
posible dada la situación objetiva en que se encuentra.

“La descripción de una situación social histórica concreta es lo que en ciencias sociales
corresponde al enunciado de las condiciones iniciales de las ciencias naturales. Y los «modelos»
de las ciencias sociales teóricas son en esencia descripciones o construcciones de situaciones
sociales típicas.
Desde mi punto de vista, la idea de una situación social es la categoría fundamental de la
metodología de las ciencias sociales. Incluso me siento inclinado a decir que, en las ciencias
sociales, casi todo problema de explicación requiere el análisis de una situación social” (Popper,
1992).

Popper llama a este análisis de una situación social típica indistintamente como análisis
situacional de una situación social o lógica de una situación social o, más brevemente, lógica
situacional. En ciencias económicas ha sido designada como Teoría de la elección racional.

La lógica de la situación requiere entonces la construcción de modelos y un postulado o


principio de racionalidad como animación del modelo.

El principio de racionalidad:

Abordemos ahora el problema de determinar qué entiende por principio de racionalidad.


Este principio, según lo entiende Popper, no se corresponde con la afirmación empírica de que
todos los hombres actúan siempre racionalmente. Su formulación sería más o menos la siguiente:
Los sujetos en una situación determinada tienden a maximizar sus beneficios, lo que significa
actuar adecuadamente de acuerdo a la situación objetiva.

Es decir, debe ser considerado como un principio cuasi vacío o principio-cero puesto que
no es más que “un aspecto, o una consecuencia del postulado metodológico según el cual
deberíamos encerrar todo nuestro esfuerzo teórico, todo nuestra teoría explicativa, en los límites

ello no puede evitarse y, en realidad, no perturba seriamente el funciona


miento de las diversas instituciones sociales creadas para fomentar la objetividad y la imparcialidad científicas; por
ejemplo, los laboratorios, las publicaciones científicas, los congresos. Este aspecto del método científico nos muestra lo
que puede lograrse mediante instituciones ideadas para hacer posible el control público y mediante la expresión abierta
de la opinión pública, aun cuando ésta se limite a un círculo de especialistas. Sólo el poder político, cuando se lo utiliza
para restringir la libertad de crítica o cuando no logra protegerla, puede alterar el funcionamiento de estas instituciones,
de las cuales depende, en última instancia, todo progreso científico, tecnológico y político.
A fin de poner más en claro este aspecto tristemente olvidado del método científico, podemos considerar aconsejable
caracterizar a la ciencia más por sus métodos que por sus resultados” (Popper, 1992). “La sociedad abierta y sus
enemigos”

95
de un análisis de la situación, de un modelo” (Popper, 1997).

Esta posibilidad de adoptar en ciencias sociales un método de construcción racional, que


Popper denomina “método cero” es justamente, a su entender, “la diferencia más importante entre
los método” de estas ciencias y las naturales.

Procurando hacer más explícito el sentido de lo que entiende por método o “principio cero”
aclara que quiere “significar el método de construir un modelo en base a una suposición de
completa racionalidad (y quizá también sobre la suposición de que poseen información completa)
por parte de todos los individuos implicados, y luego de estimar la desviación de la conducta real
de la gente con respecto a la conducta modelo, usando esta última como una especie de
coordenada cero. Un ejemplo de este método es la comparación entre la conducta real (bajo la
influencia de, digamos, prejuicios tradicionales, etc.) y la conducta modelo que se habría de
esperar en base a la «pura lógica de la elección», como descrita por las ecuaciones de la
economía” (Popper, 1973).

Así entendido el principio de racionalidad expresa, una vez constituido el modelo, nada
más que la suposición de que los eventuales actores de una situación social cualquiera, es decir,
típica, actuarán en los términos de dicho modelo, y, si no lo hacen, el modelo servirá para explicar
las desviaciones.

De acuerdo con esto este principio no desempeña el papel de una teoría empírica
explicativa y, por consecuencia, no es contrastable. Aquí la teoría estaría representada por el
modelo y lo que habría que contrastar o criticar sería el modelo.

“Las contrastaciones, cuando están disponibles, dice más adelante Popper, se usan para
contrastar un modelo particular, un análisis situacional particular, pero no el método general de
análisis situacional, ni tampoco, por esta razón, el principio de racionalidad: sostener éste forma
parte del método. (El método general no es contrastable, aunque es argumentable)”(Popper,
1997).

Popper fue muy duramente criticado por estas afirmaciones suyas. Dado que no duda en
reconocer que la realidad todos los días se encarga de mostrar, mediante ejemplos de sujetos que
actúan inadecuadamente a situaciones concretas, que el principio de racionalidad es, lisa y
llanamente falso, sostener, como lo hace, que, a pesar de todo, es metodológicamente
incontrastable, por lo tanto no empírico, implica considerarlo un principio ‘a priori’ y ser, además,
inconsistente con respecto a todos sus presupuestos metodológicos y a su concepción acerca de
la racionalidad y objetividad científica

Al respecto, Popper admite que este principio es ‘a priori’ en tanto que no es empírico, es
decir, en tanto que es independiente de la experiencia – recordemos que lo caracteriza como
cuasivacío -- pero se apresura a aclarar que no lo es si se quiere entender por ello ‘válido o
verdadero a priori’ puesto que es claramente falso dado que la realidad se encarga de refutarlo a
diario.

Si se tiene en cuenta que el modelo tampoco es verdadero puesto que no es más que “una
sobre-simplificación afortunada de la realidad”, cabe preguntarse, entonces, qué sucede si unimos
un modelo de tal naturaleza a un principio animador falso, como es el de racionalidad. La
respuesta es obvia, producirá una explicación necesariamente falsa.

Desde un punto de vista teórico Popper tiene que lograr fundamentar el principio de
racionalidad para que su teoría no sea una mera formulación metafísica. ¿Cómo lo hace?

Popper sostiene que: “el principio de adecuación de la acción (es decir, el principio de
racionalidad) como una parte integral de toda, o de casi toda teoría social contrastable. Pero, si se
contrasta una teoría y se la encuentra defectuosa, siempre tenemos que decidir cuáles de sus
diversos elementos constituyentes serán responsables de su fracaso. Mi tesis es que la política
96
metodológica sana no consiste en hacer responsable al principio de racionalidad, sino al resto de
la teoría, esto es, al modelo.(Popper, 1997).

Claro que esto nos lleva al problema de la verdad dado que la ciencia es una constante
búsqueda del conocimiento verdadero. Para no ahondar en este tema espinoso anotaremos
solamente que para Popper las teorías científicas, cualesquiera que sean, constituyen buenos
acercamientos a la verdad aunque nunca podamos decir que sean verdaderas.

Agreguemos ahora otro problema: si el principio de racionalidad es apto para construir


modelos de la conducta humana ¿cómo explica la conducta inadecuada? Porque podemos estar
interesados en explicar una acción, no ya como adecuada a la situación sino como una desviación
de ella, es decir, queremos explicar una acción inapropiada, o lo que podríamos llamar con Popper
“acciones irracionales”. En el caso en que parecería posible sostener que un agente no actuó
racionalmente cabe la pregunta de si es posible, para explicar esto, construir un modelo animado
por un “principio de inadecuación”.

Sobre este particular Popper responde que no, que en tal caso los inadecuados son los
agentes pero sus acciones pueden ser comprendidas “como adecuación a la situación tal como
ellos la ven” (Popper, 1997).

Para lograr esta comprensión tenemos que reconstruir una visión de la situación más
amplia que la que tienen los agentes que obraron inadecuadamente, de forma tal que veamos
cómo y por qué la situación tal cual es vista por ellos, es decir con su experiencia, objetivos,
imaginación, etc., limitados, los induce a obrar, no ya inadecuadamente, sino adecuadamente a la
visión limitada que de ella tienen. Tal vez el problema radicó en la información deficiente que el
agente tiene de la situación y sobre ello deberían actuar la tecnología social fragmentaria y la
ingeniería social.

Popper concluye: “La racionalidad como actitud personal es la actitud de disposición a


corregir las propias creencias. En su forma intelectualmente más desarrollada es la disposición a
discutir críticamente las creencias propias y a corregirlas a la luz de las discusiones críticas con
otras personas. (...) El «principio de racionalidad», por otro lado, no tiene nada que ver con el
supuesto de que los hombres son racionales en el sentido de que siempre adoptan una actitud
racional. Más bien al contrario, es un principio mínimo (puesto que no supone otra cosa que la
adecuación de nuestras acciones a nuestras situaciones problemáticas tal como las vernos), lo
que anima casi todos nuestros modelos explicativos situacionales y que, aunque sepamos que no
es verdad, tenemos alguna razón para considerar una buena aproximación a la verdad. Su
adopción reduce considerablemente la arbitrariedad de nuestros modelos, arbitrariedad que, si
tratamos de actuar sin este principio, termina siendo un auténtico capricho” (Popper, 1997). En el
módulo siguiente veremos otra forma de entender la racionalidad.

El funcionamiento del modelo:

Pongamos el ejemplo que utiliza el mismo Popper. A tal fin supone un peatón tipo, es decir
cualquiera no importa quien, que está apurado por alcanzar el tren y para ello tiene que cruzar una
calle de tránsito vehicular muy denso y con coches estacionados en ambos costados; y plantea
como problema a explicar los movimientos erráticos que este peatón deberá realizar lograr su
cometido, es decir, cruzar la calle.

Para arribar a la explicación de estos movimientos señala que hay que describir la
situación de la que éstos son parte o elementos. Entre los elementos que pueden aislarse o
señalarse en esta descripción hay algunos cuya constatación es obvia; por ejemplo, los coches en
movimiento y los estacionados que se oponen al peatón como obstáculos a sortear y son
considerados por éste como limitaciones a sus movimientos en su intento de cruzar la calle. Es
decir objetos físicos. Pero además están las instituciones sociales. Algunas de estas son
entidades abstractas, como, por ejemplo, las reglas de tránsito, y otras están incorporadas a
objetos físicos, (como por ejemplo los semáforos) o a cuerpos vivos, como es el caso de un
97
guardia de tránsito. Hay también otros elementos, no tan obvios pero no por ello menos reales que
deben ser considerados en este intento de explicación. Si los objetos físicos y las instituciones
sociales a los que nos hemos referido se oponen al peatón como obstáculos o limitación de sus
movimientos, es porque éste tiene ciertos objetivos que pretende alcanzar con estos movimientos.
Aquí nos advierte Popper que debemos hacer una clara y tajante distinción entre los objetivos que
cada peatón pudiera tener en una situación de este tipo y aquellos que se ofrecen como
elementos de la situación misma. subjetivamente cada quien estará apurado por cruzar la calle ya
sea porque no quiere perder el tren que ya está en el andén, o porque están a punto de cerrar la
puerta del banco y necesita hacer un depósito para cubrir la cuenta corriente que está en
descubierto, o lo que se nos ocurra. Pero sea cual fuere el objetivo que psicológicamente mueva a
cualquier peatón en una situación similar, es obvio que el ‘objetivo situacional’ no es otro que
lograr cruzar la calle con rapidez y seguridad.

Para completar este cuadro situacional hay que tener en cuenta también ciertos elementos
cognitivos o de información indispensables. Esto porque para que los objetos físicos e
institucionales sean verdaderos obstáculos deben ser conocidos como tales por el peatón, es
decir que, si el peatón desconoce las normas de tránsito ni éstas ni el semáforo se le oponen
como límite para el logro de su objetivo de cruzar la calle.

En resumen, “el análisis situacional comprenderá cosas físicas y algunas de sus


propiedades y estados, instituciones sociales y algunas de sus propiedades, ciertos objetivos y
algunos elementos de conocimiento” (Popper, 1997).

Problemas derivados

Preguntémonos ahora: ¿Puede sostenerse que la lógica de la situación es capaz de


realizar explicaciones de los colectivos sociales? Es decir, si se trata de una posición individualista
metodológica, (como vimos en el módulo anterior) entonces ¿es apta para dar una explicación de
los efectos sociales de la conducta individual? Pero aquí aparecen los problemas que hemos visto
en el módulo anterior y que requieren recurrir a: el efecto emergente.

Este trabajo de explicación de los efectos emergentes lo realiza La Teoría Económica del
Juego que es una rama floreciente de la Teoría de la Elección Racional (de donde toma Popper su
lógica de la situación) y que ha influido no sólo en Economía y en Biología Evolutiva, sino también
en Filosofía y Teoría Política y Social. La teoría del juego analiza diversas situaciones y muestra
cómo, en algunas de ellas, el sujeto es impulsado a actuar cooperativamente y en otras no. Cómo
en algunas situaciones se logra un beneficio colectivo y en otras no. Nosotros nos referiremos
solamente a la situación de no cooperación (Dilema del Prisionero) con el fin de mostrar cómo
tratan este tema a partir de la idea de que los fines están definidos por la situación.

El "Dilema del Prisionero" es una historia que suele atribuirse a A. W. Tucker, y da nombre
a la más difundida de las situaciones que estudia la Teoría de Juegos: la situación de no
cooperación. La mencionada historia es la siguiente:

Dos prisioneros incomunicados en celdas individuales han cometido dos crímenes, uno
leve y otro grave. Existen pruebas suficientes para que les condenen por el primero, pero no por el
segundo, a menos que alguno confiese haberlo cometido. El fiscal visita a uno de los prisioneros y
le dice: "Tengo una buena noticia y una mala noticia para usted. La buena noticia es que si
ninguno de ustedes confiesa su grave crimen, sólo podremos condenarles a dos años por su
primer crimen y si usted confiesa, yo convenceré al jurado de que es usted un hombre arrepentido
y de que el perverso es su compañero, de modo que usted quedaría libre en un año y él
permanecería en prisión 10 años. La mala noticia es que voy a hacerle la misma oferta a su
compañero". "¿Y que ocurriría si ambos confesásemos?", pregunta el prisionero. "Entonces no
tendré razón para beneficiar a ninguno de ustedes, dejaré que la justicia tome su curso y, como el
crimen es grave, estimo que les condenarán al menos a 8 años". Así, los prisioneros se
encuentran ante el siguiente dilema:

98
Cada uno piensa que sólo pueden pasar dos cosas: que el otro confiese o que no confiese.
"Si confiesa, es mejor que yo también lo haga, porque de lo contrario me quedaré 10 años en la
cárcel. Si no confiesa y yo sí, entonces podré beneficiarme de la oferta del fiscal y quedaré libre
en un año". La conclusión es que haga lo que haga el otro, lo mejor es confesar. Ambos razonan
de igual modo, con lo cual ambos confiesan y se quedan en la cárcel mucho más tiempo del que
les habría tocado, si hubiesen cooperado entre sí y ninguno de los dos hubiese confesado.

Este es un juego de dos personas, pero podría darse entre n personas, por ejemplo, en el
caso de una huelga, que puede entenderse como un bien público. Cada trabajador puede pensar:
"o bien hay bastantes trabajadores que vayan a la huelga y consiguen el objetivo de esta acción
colectiva (por ejemplo, un ascenso salarial, una reducción de la jornada laboral o una mejora en
las condiciones de trabajo), o bien esto no ocurre. En el primer caso, de todas formas voy a
beneficiarme del éxito de la huelga, y si me quedo, puedo, además, seguir cobrando y quizá
mejore mis relaciones con mis superiores. Y si los demás no van a la huelga, lo mejor es que yo
tampoco vaya, porque estaré pagando en vano los costes de mi contribución a esta acción
colectiva que va a fracasar".

El dilema muestra que lo individualmente racional conduce al fracaso colectivo. Lo mismo


puede ocurrir en el caso de muchas otras acciones colectivas (manifestaciones, revoluciones,
guerras, votaciones, etc.) y en muchos otros contextos, por lo que este juego ha resultado útil en
una gama muy amplia y variada de investigaciones en Ciencias Sociales. Estamos pues frente a
un modelo que nos permitirá explicar o predecir los movimientos de cualquiera que se encuentre
en una situación de alternativas dilemáticas pero siempre que sostengamos que el Modelo de la
elección racional es la única forma de abordar las prácticas sociales. Esto es lo que critica la
hermenéutica actual.

99
Módulo 9
El capital cultural y la reproducción social

(Este texto corresponde a Marta Degli Innocenti de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora - Facultad
de Ciencias Sociales)

El objetivo de este trabajo es presentar algunos conceptos centrales del pensamiento de


Pierre Bourdieu (1930 - 2002) que permiten explicar, desde su perspectiva, cuál es la dinámica y
estructura de los procesos de reproducción social. Comprender dichos procesos es un elemento
básico para reflexionar acerca de la potencialidad del hecho educativo y no caer en posturas
ingenuas u optimistas.

Desde la perspectiva de este autor, lo social (prácticas y procesos sociales) está multi-
determinado, es decir que sólo puede ser explicado a partir de un análisis que vincule elementos
económicos y culturales simultáneamente.

Si bien toma del marxismo la idea de una sociedad estructurada en clases sociales en
permanente lucha por la imposición de sus intereses específicos, entiende que las diferencias
económicas y materiales no alcanzan para explicar la dinámica social. El poder económico sólo
puede reproducirse y perpetuarse si, al mismo tiempo, logra hegemonizar el poder cultural y
ejercer el poder simbólico. La dominación de una clase social sobre otra se asienta en el ejercicio
de este poder.

Lo social presenta una doble existencia: se expresa tanto en las estructuras objetivas
(estructuras independientes de la conciencia y de la voluntad de los agentes individuales, grupales,
clases o sectores) como en las subjetividades (esquemas de percepción, de pensamiento, de
acción que constituyen socialmente nuestra subjetividad). Las estructuras objetivas tienen la
capacidad de orientar y coaccionar las prácticas sociales y las representaciones que de las
mismas se hacen los individuos o agentes sociales.

Los conceptos de campo y habitus permiten captar estos dos modos de existencia de lo
social: el campo como lo social hecho cosa (lo objetivo) y el habitus como lo social inscripto en el
cuerpo (lo subjetivo). Las prácticas sociales que realizan los agentes se explican a partir de la
relación dialéctica que existe entre ambos.

Para analizar la dinámica social es necesario comprender el campo como el lugar en el cual
se juegan las posiciones relativas que ocupan los distintos grupos o clases y las relaciones que
entre los mismos se establecen y, al mismo tiempo, comprender las formas de conformación de la
subjetividad, es decir, la constitución del habitus. Una primera aproximación a este concepto nos
permite definirlo como un conjunto de disposiciones duraderas que determinan nuestra forma de
actuar, sentir o pensar.

El habitus, o esquema de percepciones y categorizaciones con que aprehendemos la realidad,


es el producto de la coacción que ejercen las estructuras objetivas sobre la subjetividad. La
constitución del habitus está ligada a la posición ocupada por el agente en el espacio social o en
los distintos campos en los que participa. El habitus es un conjunto de relaciones incorporadas a
los agentes, el cual a su vez configura un sistema de relaciones con el campo. Por otro lado, el
campo está constituido por una estructura de relaciones, es una construcción histórica y social.
Las posiciones ocupadas por los distintos agentes en los campos tienen una dimensión histórica,
es decir, son el producto de luchas históricas, que a su vez se hallan inscriptas en los cuerpos y
son parte constitutiva del habitus de los agentes.

El campo o lo social hecho cosa

Bourdieu define los campos sociales como espacios de juego históricamente constituidos,
con sus instituciones específicas y sus leyes de funcionamiento propias; son espacios
100
estructurados de posiciones, las cuales son producto de la distribución inequitativa de ciertos
bienes (capital) capaces de conferir poder a quien los posee.

Hay una amplia diversidad de campos y sub-campos que funcionan con una lógica específica
pero que a su vez comparten un conjunto de leyes generales, válidas para todos. Cada campo
específico se define a partir del capital que en él está en juego. El capital puede definirse como un
conjunto de bienes acumulados que se producen, se distribuyen, se consumen, se invierten, se
pierden.

Un campo puede ser económico, cultural, social o simbólico. Dentro de estas categorías hay
una gran variedad de sub-campos; por ejemplo, dentro del campo cultural existe el arte - a su vez
dentro de él el sub-campo de la literatura, la música, el cine, etc. - y está también el campo
científico - y dentro de él, el sub-campo de las ciencias sociales, el de las ciencias naturales, el
lingüístico, etc.

Históricamente pueden surgir nuevas especies de bienes que sean valorados y reconocidos
socialmente y que, por lo tanto, den origen a un capital específico y a un nuevo campo de lucha;
por ejemplo, dentro del campo cultural, el campo del video es de formación reciente. Del mismo
modo, determinados campos pueden dejar de existir o se puede modificar su lugar en la jerarquía
de los campos, se pueden volver dominantes sobre otros o perder valor. Por ejemplo, el campo
religioso ha ido perdiendo a partir de la modernidad su capacidad de dominar otros campos
culturales como el educativo o el artístico.

La distribución in-equitativa del capital, cualquiera que sea, es la que define la posición
relativa que cada agente va a ocupar en un campo, de allí que los intereses y las estrategias de
estos agentes van a estar orientados por la posición que ocupan en el mismo y a la configuración
de sus habitus. Así como en el comportamiento económico, la búsqueda de ganancias va a ser el
principal objetivo de los otros campos (cultural, social y simbólico)

Pero además de estos objetivos específicos, los agentes comparten otros intereses que
pueden denominarse genéricos, que se vinculan a la existencia misma del campo. Más allá de las
posiciones que cada agente ocupe, para que el campo se constituya es necesario que los agentes
posean un habitus que contenga las reglas del juego y que valore el bien específico que es objeto
de la lucha en ese campo. Es decir, es necesario que los agentes se comprometan y valoren el
bien por el que se lucha, le den un sentido social y personal.

Bourdieu define la relación entre el habitus y el campo como una relación de


condicionamiento: el campo estructura el habitus, que es el producto de la incorporación de la
necesidad inmanente de ese campo o de un conjunto de campos más o menos
concordantes. Pero es también una relación de conocimiento o de construcción cognitiva: el
habitus contribuye a constituir el campo como mundo significativo, dotado de sentido y de valor y
en el cual vale la pena invertir su energía. La relación de conocimiento depende de la relación de
condicionamiento que la precede y que da forma a las estructuras del habitus.

La realidad social se verifica entonces en las cosas y en los cerebros, en los campos y en los
habitus, en el exterior y en el interior de los agentes; el habitus contribuye a naturalizar y
legitimizar el mundo social del que es producto.

El habitus o lo social hecho cuerpo

Habitus es el concepto que permite articular lo individual y lo social, las estructuras internas
de la subjetividad y las estructuras objetivas que constituyen el ambiente, esto es, las llamadas
condiciones materiales de la existencia. Al mismo tiempo, este concepto permite comprender que
estas estructuras subjetivas y objetivas, lejos de ser extrañas por naturaleza, son dos estados de
la misma realidad, de la misma historia colectiva que se deposita o inscribe a la vez en los
cuerpos y en las cosas.

101
Como sistema de disposiciones para actuar, percibir, sentir y pensar de una cierta manera,
interiorizadas e incorporadas por los individuos a lo largo de su historia, el habitus se
manifiesta por el sentido práctico, es decir, por la aptitud para moverse y orientarse en la situación
en la que se está implicado y esto sin recurrir a la reflexión consciente, gracias a las disposiciones
adquiridas que funcionan como automatismos.

Entre las estructuras objetivas y las prácticas que realizan los agentes se encuentran los
habitus, que son al mismo tiempo productos y productores de las estructuras. El habitus se define
como sistema de disposiciones duraderas, estructuras estructuradas predispuestas para funcionar
como estructuras estructurantes, es decir, en tanto que principio de generación y estructuración de
prácticas y representaciones que pueden estar objetivamente reguladas y ser regulares sin
constituir el producto de la obediencia a reglas.

El término ‘disposición’ es apropiado para expresar el contenido del concepto de habitus en


cuanto designa una manera de ser, una predisposición, tendencia, propensión o inclinación a
actuar de determinada manera. Como sistema de disposiciones permite analizar tanto la
interiorización de la exterioridad, en la medida en que es producto de condicionamientos objetivos
como la exteriorización de la interioridad, en la medida en que organiza las prácticas y contribuye
así a la reproducción de las estructuras.

La práctica es el producto de la relación dialéctica entre una situación y un habitus, que como
sistema de disposiciones durables y transferibles, funciona como matriz de percepciones,
apreciaciones y acciones y hace posible el cumplimiento de tares infinitamente diferenciadas. La
práctica, entonces, tiene que ver con las condiciones objetivas que precedieron la constitución del
habitus y con las condiciones presentes que definen la situación donde la práctica tiene lugar.

El habitus está constituido por un conjunto de principios simples y parcialmente substituibles,


a partir de los cuales pueden inventarse una infinidad de soluciones que no se deducen
directamente de sus condiciones de producción. Esto permite adjudicar a toda práctica dos
dimensiones que están siempre presentes: una dimensión ritual (mecánica, previsible, regular y
regulada) y una dimensión estratégica (consciente, libre, improvisada, original). La coexistencia de
ambas permite tanto la reproducción de los esquemas previos como el enfrenamiento de
estrategias que posibilita la resolución original de la situación.

El concepto de habitus se diferencia de la noción de costumbre; mientras esta última se


caracteriza por la repetición, el mecanicismo, el automatismo, el habitus se caracteriza por su
poder generador de nuevas prácticas. Si bien esta capacidad se encuentra limitada por su
constitución histórica, no siempre se reduce por completo a sus condiciones de producción; los
ajustes impuestos por las necesidades de adaptación a situaciones nuevas e imprevistas, pueden
determinar transformaciones durables del habitus; no obstante, estas modificaciones permanecen
dentro de ciertos límites ya que el habitus define la percepción de la situación que lo determina.

Desde el punto de vista dinámico, la génesis de los habitus, el proceso de su conformación,


los constituyen como una serie cronológicamente ordenada de estructuras. Esto es por lo que los
habitus constituidos en un momento determinado, se erigen en factores estructurantes de las
experiencias estructurantes posteriores, de manera que, por ejemplo, los habitus desarrollados en
el seno de la familia presiden la estructuración de las experiencias escolares posteriores. A su vez,
los habitus resultantes del paso por la escuela funcionan como matriz para la estructuración de las
experiencias profesionales, y así sucesivamente.

El habitus de clase

El concepto de habitus permite explicar los procesos de reproducción social de las


estructuras objetivas y analizar cómo, mediante el trabajo de inculcación y de apropiación, estos
niveles estructurales penetran en los agentes individuales y toman la forma de disposiciones
duraderas. Por esta razón, todos los individuos sometidos a condiciones objetivas de existencia
similares, tienen en consecuencia sistemas de disposiciones análogos. Esto permite definir al
102
habitus de clase como aquel sistema de disposiciones común a todos los productos de las mismas
estructuras.

El elemento de homogeneidad que define a una clase o a un grupo como tal es el resultado
de los condicionamientos estructurales idénticos a los que han estado sometidos los individuos
que la constituyen. En los procesos de génesis de las clases intervienen tanto la pedagogía
espontánea como la pedagogía racional. El trabajo específicamente pedagógico, racionalmente
orientado a la producción de habitus, contribuye a la integración de los grupos y clases sociales.

Toda acción pedagógica se define por su función objetiva de imponer significaciones e


imponerlas como legítimas. Con esta imposición, los condicionamientos objetivos se perpetúan
mediante la conformación de esquemas y disposiciones en el interior de los organismos
individuales. El habitus producido por los procesos de inculcación tiene una función parecida al
capital genético, en tanto información generadora de información análoga.

El habitus es el principio de producción y organización de las prácticas pero opiniones y


estilos diferentes pueden ser generados a partir de esquemas genéticos idénticos. Sin embargo,
detrás de la multiplicidad se esconden los principios generadores integradores de las clases
sociales ya que el habitus de clase funciona como la forma incorporada de la condición de clase y
de los condicionamientos que ella impone.
Para entender la estructura y función de los procesos pedagógicos, desde la pedagogía
familiar hasta la escuela, es necesario recurrir al análisis de la génesis de los habitus. Como
afirman Bourdieu y Passeron, sólo una teoría adecuada del habitus permite revelar las
condiciones sociales del ejercicio de la función de legitimación del orden social que es la más
disimulada de todas las funciones ideológicas de la escuela. El sistema de enseñanza tradicional
logra producir la ilusión de que su acción de inculcación es enteramente responsable de la
producción del habitus culto y que su eficiencia diferencial se debe a las aptitudes innatas de los
que la reciben, por lo tanto, es independiente de todas las determinaciones de clase. Sin embargo,
la escuela tiene por función confirmar y reforzar un habitus de clase que, por estar constituido
fuera de la escuela, está en la base de todas las adquisiciones escolares. De este modo,
contribuye de una manera irremplazable a perpetuar la estructura de las relaciones de clase y, al
mismo tiempo, a legitimar disimulando que las jerarquías escolares que produce reproducen las
jerarquías sociales.

Modos de adquisición de la cultura

Existen dos modos típicos de constitución de los habitus: la educación primera o aprendizaje
por familiarización (espontánea, implícita, infiltrada en todas las prácticas sociales en que participa
el niño) y el trabajo pedagógico racional (la acción escolar)

La educación primera reduce los principios, valores y representaciones que tienen un estatuto
simbólico específico al estado de práctica pura, a conocimiento práctico-práctico. El efecto de este
tipo de procesos se sitúa en el plano inconsciente. Todo el trabajo que se realiza sobre el cuerpo
del niño, con el objeto de introducirlo a las formas, movimientos y maneras ‘correctas’, es decir,
todo el trabajo de corrección y enderezamiento que se expresa en una variedad de órdenes de
conducta (camina derechito, no tomes el lápiz con la mano izquierda, etc.) trae aparejado el
aprendizaje de las maneras, de los estilos donde se expresa la sumisión al orden establecido.

La fuerza de las experiencias primeras y de los habitus que se inculcan de manera tan
disimulada cuanto eficaz y duradera, van a condicionar y determinar los aprendizajes posteriores,
de modo tal que toda experiencia pedagógica debe contar con su presencia y eficacia.

Si se tiene en cuenta que en toda sociedad de clases existe un sistema de acciones


pedagógicas estructurado (sistema escolar) destinadas a reproducir los habitus que corresponden
con los intereses de las clases dominantes, el trabajo pedagógico escolar va a tener una
productividad diferencial de acuerdo a la clase social de origen de los individuos. Para los que

103
provienen de los sectores dominantes, la educación escolar tendrá el sentido de una reeducación,
para los que pertenecen a los sectores dominados, será de de-culturación.

Para los primeros, el trabajo pedagógico va a ser una continuidad respecto de la educación
primera, dado que el niño ya posee en estado incorporado el arbitrario cultural que la relación
pedagógica vehiculiza y presupone un dominio práctico-práctico previo de los principios simbólicos
que pretende inculcar.

Cuando existe una distancia considerable entre los habitus incorporados y los contenidos del
currículum escolar la relación pedagógica, si quiere ser eficaz, debe adquirir formas
manifiestamente impositivas, ya que es preciso vencer las resistencias que opone el habitus
adquirido al arbitrario cultural que se quiere inculcar.

La importancia de la educación primera es tal que sus efectos se manifiestan a lo largo de


toda la vida de los individuos. El aprendizaje por familiarización y las pedagogías racionales
constituyen dos modos de adquisición de la cultura y la competencia cultural de cada individuo va
a quedar marcada por su origen y a definir modos particulares de relación con la cultura.

Sin embargo, aunque el aprendizaje escolar se basa sobre los habitus previamente
adquiridos y, por tal razón, no se puede adjudicar toda la competencia desarrollada por un
individuo únicamente a la acción de la escuela, se puede afirmar que la escuela debería o podría
cumplir una función remedial. La educación escolar es tanto más necesaria como estrategia de
adquisición de capital cultural en la medida en que no ha sido posible obtener el mismo mediante
herencia familiar. Para aquellos individuos que pertenecen a los sectores más desposeídos de
capital económico y cultural, el recurso de la escuela se constituye en el único camino para
apropiarse de los bienes culturales.

El habitus, como capital cultural incorporado, en la medida en que su modo de adquisición


transcurre de un manera ‘natural’, puede aparecer él mismo como natural, es decir como innato,
oponiéndose así al habitus ‘aprendido’ y por lo tanto artificial. Bourdieu deduce de esto que la
ideología del gusto natural extrae sus apariencias y su eficacia del hecho de naturalizar las
diferencias reales, convirtiendo en diferencias de naturaleza a las diferencias en los modos de
adquisición de la cultura y reconociendo únicamente como relación legítima con la cultura a la que
lleva menos visibles las huellas de su génesis, a la que al no tener nada de aprendido, de
preparado, de rebuscado, de estudiado, de escolar o de libresco, manifiesta, a través de la
prestancia y la naturalidad que la verdadera cultura es naturaleza.

Lo anterior no debe inducir a creer que entre el aprendizaje por herencia y el aprendizaje
escolar se instauran relaciones simples. Existen una serie de factores que intervienen en el
proceso de conversión desigual del capital heredado en capital escolar como las expectativas
puestas en la escuela, la eficacia de la institución escolar, las imposiciones de género o grupos
específicos, entre otras.

El capital cultural

Bourdieu analiza las formas típicas del capital cultural, distinguiendo para cada forma o
estado, una modalidad de adquisición y de transmisión.

El capital cultural puede existir en estado incorporado, es decir bajo la forma de disposiciones
duraderas del organismo; en estado objetivado, bajo la forma de bienes culturales, cuadros, libros,
diccionarios, instrumentos, máquinas, etc. y en estado institucionalizado, forma de objetivación
que es necesario poner por separado porque, como se observa con el título escolar, confiere
ciertas propiedades totalmente originales al capital cultural que supuestamente debe garantizar.

El estado incorporado (habitus) es la forma fundamental de capital cultural, está ligado al


cuerpo, se realiza personalmente y supone su incorporación mediante la pedagogía familiar. No
puede ser delegado y su transmisión no puede hacerse por donación, compra o intercambio sino
104
que debe ser adquirido; queda marcado por sus condiciones primitivas de adquisición, no puede
ser acumulado más allá de las capacidades de apropiación de un agente singular y muere con las
capacidades biológicas de su portador. Esta forma de capital cultural se destaca en lo esencial por
su modo disimulado de adquisición que lo hace aparecer como adquisición y propiedad innata.

El capital cultural objetivado tiene su propia lógica de transmisión. Puede ser transmitido en
su materialidad, desde el punto de vista jurídico, en forma instantánea (herencia, donación, etc.) o
puede ser apropiado por capital económico. Lo particular de este capital es que su apropiación
material no implica la apropiación de las predisposiciones que actúan como condiciones de su
apropiación específica. Es decir, que no se transmiten de la misma manera una máquina y las
habilidades y reglas que es necesario disponer para operarla. Los bienes culturales suponen el
capital económico para su apropiación material y el capital cultural incorporado para su
apropiación simbólica.

El capital cultural institucionalizado confiere a su portador un valor convencional, constante y


garantizado jurídicamente; tiene una autonomía relativa con relación a su portador y aún con
relación al capital cultural que efectivamente posee en un momento determinado. El título escolar
homologa y hace intercambiables a sus poseedores; esto posibilita establecer tasas de
convertibilidad entre el capital cultural y el capital económico, garantizando el valor, en dinero, de
un capital escolar determinado.

Escuela e integración cultural

La cultura escolar dota a los individuos de un cuerpo común de categorías de pensamiento


que hacen posible la comunicación, a través de la adquisición de esquemas comunes de
percepción, pensamiento y acción. La escuela tiende a asumir así una función de integración
lógica.

La cultura no es solamente un código ni un repertorio común de respuestas a problemas


recurrentes, es un conjunto compartido de esquemas fundamentales, previamente asimilados, a
partir de los cuales se articulan una infinidad de esquemas particulares directamente aplicados a
situaciones también particulares.

El orden de exposición que la escuela impone a la cultura transmitida, que se debe la mayoría
del tiempo casi tanto a la rutina como a las necesidades pedagógicas, tiende a imponerse como
necesario a la conciencia de los que adquieren la cultura según ese orden. Para transmitir este
programa de pensamiento llamado cultura, debe someter a la cultura que transmite a una
programación capaz de facilitar la transmisión metódica. Las recopilaciones de textos escogidos y
los manuales son el tipo de obras subordinadas a la función de valorar y ordenar que incumbe a la
escuela. Como tiene que preparar a sus alumnos para responder a los problemas de la escuela,
los profesores se ven obligados a organizar de antemano sus propósitos según la organización
que sus alumnos deberán encontrar para responder a estos problemas. Es en los manuales
donde se encuentran discursos organizados en función de los temas sobre los que hay que
disertar.

Así, el programa de pensamiento y acción que la escuela tiene por misión transmitir debe una
parte importante de sus características a las condiciones institucionales de su transmisión y a los
imperativos propiamente escolares. La relación que un individuo mantiene con su cultura depende
fundamentalmente de las condiciones en la que la ha adquirido, especialmente porque el acto de
transmisión cultural es la actualización de un cierto tipo de relación con la cultura.

La escuela tiene, además de esta función de integración lógica, la función de la distinción. La


cultura que trasmite separa a los que la reciben del resto de la sociedad por un conjunto de
diferencias sistemáticas: los que se han apropiado de la ‘cultura erudita’ trasmitida por la escuela
disponen de un sistema de categorías de percepción, de lenguaje, de pensamiento y de
apreciación que les distingue de los que no han conocido otro aprendizaje que los trucos del oficio
y los contactos sociales con sus semejantes.
105
Bibliografía consultada
BOURDIEU y PASSERON. (1972) "La reproducción. Elementos para una teoría del sistema de
enseñanza". Ed. Laia, Barcelona.
BOURDIEU, Pierre. (1983) "Campo de poder y campo intelectual". Folios Ediciones; Buenos Aires.
(1989) “Sistemas de enseñanza y sistemas de pensamiento”. En SACRISTAN Y PEREZ GOMEZ. "La
enseñanza: su teoría y su práctica". AKAL/Universitaria; Madrid.
BOURDIEU, Pierre (1997) “Capital cultural, escuela y espacio social”. Siglo Veintiuno; México.
BOURDIEU, Pierre (1997) “Razones prácticas. Sobre la teoría de la acción”. Anagrama; Barcelona.
DE LUQUE, Susana. (1995) Pierre Bourdieu: las prácticas sociales”. En “La ciencia y el imaginario social”.
Ester Díaz, Compiladora. Almagesto, Buenos Aires.
GUTIERREZ, Alicia. (1994) “Pierre Bourdieu: las prácticas sociales”. Centro Editor de América Latina;
Buenos Aires.
TENTI FANFANI, E. "La educación como violencia simbólica: Bourdieu y Passeron". En GONZALEZ
RIVERA Y TORRES. "Sociología de la Educación: corrientes contemporáneas". Centro de Estudios
Educativos; México, 1981.

Las prácticas sociales


(texto de Joaquín Aguilar)

Bourdieu habla de los campos como "universos sociales relativamente autónomos" (p. 84).
Es en esos campos, campos de fuerzas, en los que se desarrollan los conflictos específicos entre
los agentes involucrados. La educación, la burocracia, los intelectuales, el religioso, el científico, el
del arte, etc. son campos específicos, es decir, estructurados conforme a esos conflictos
característicos en los que se enfrentan diversas visiones que luchan por imponerse.
Dentro de su obra de tiene particular importancia el concepto de "capital simbólico":
El capital simbólico es una propiedad cualquiera, fuerza física, valor guerrero, que,
percibida por unos agentes sociales dotados de las categorías de percepción y de
valoración que permiten percibirla, conocerla y reconocerla, se vuelve
simbólicamente eficiente, como una verdadera fuerza mágica: una propiedad que,
porque responde a unas "expectativas colectivas", socialmente constituidas, a unas
creencias, ejerce una especie de acción a distancia, sin contacto físico (La
economía de los bienes simbólicos, pp. 171-172)

El capital simbólico (pone como ejemplo, entre otros, el "honor" en las sociedades
mediterráneas) sólo existe en la medida que es percibido por los otros como un valor. Es decir, no
tiene una existencia real, sino un valor efectivo que se basa en el reconocimiento por parte de los
demás de un poder a ese valor. Para que ese reconocimiento se produzca tiene que haber un
consenso social sobre el valor del valor, por así decirlo. Gran parte de la obra de Bouridieu se ha
dedicado al descubrimiento o revelación de los mecanismos que se dedican a la constitución de
esos elementos que configuran el capital simbólico en cada campo social. Así cuando habla de
una teoría de la violencia simbólica, la califica como "una teoría de la producción de la creencia,
de la labor de socialización necesaria para producir unos agentes dotados de esquemas de
percepción y de valoración que les permitirán percibir las conminaciones inscritas en una situación
o en un discurso y obedecerlas" (La economía de los bienes simbólicos,). Es decir, para que un
valor sea percibido como tal, se generan toda una serie de acciones cuya función es la
construcción de la creencia que perciba, reconociéndolo, el valor.

Sólo así puede funcionar el concepto de capital simbólico. Dentro de este marco, es
comprensible que Bourdieu se haya dedicado al análisis de los campos en los que es
especialmente señalada la configuración de los valores simbólicos: el estado, la burocracia, la
iglesia, el mundo académico. Bourdieu apunta en este sentido: La mayor parte de las obra
humanas que solemos considerar como universales —derecho, ciencia, arte, moral, religión,
etc.— son indisociables desde el punto de vista escolástico tanto de las condiciones económicas
como de las condiciones sociales que las hacen posibles y que nada tienen de universal. Se han
engendrado en estos universos sociales tan particulares que son los campos de producción
cultural (campo jurídico, campo científico, campo artístico, campo filosófico, etc.) y en los que
están comprometidos unos agentes que comparten el privilegio de luchar por el monopolio de lo
106
universal y de contribuir así, poco o mucho, al progreso de las verdades y de los valores que son
considerados, en cada momento, como universales, incluso eternos (El punto de vista escolástico,
p. 213)

Dentro de su sistema conceptual, el habitus es otra presencia constante. Dentro de la


sociedad no existe una vivencia independiente de la sociedad misma y sus reglas; las
experiencias están mediatizadas por las configuraciones de los diferentes campos. Si el campo es
el marco, el habitus es el efecto del marco, su interiorización:
El habitus cumple una función que, en otra filosofía, se confía a la conciencia
trascendente: es un cuerpo socializado, un cuerpo estructurado, un cuerpo que se
ha incorporado a las estructuras inmanentes de un mundo o de un sector particular
de este mundo, de un campo, y que estructura la percepción de este mundo y
también la acción en este mundo (¿Es posible un acto desinteresado, p. 146)

Bourdieu se manifiesta en varios momentos de la obra en contra de las teorías de


la acción humana como "interés", lo que el explica como una aplicación abusiva de las
reglas de un campo determinado, el "económico", a otros distintos. Esa noción de "interés"
implicaría una acción humana basada siempre en el cálculo, es decir, consciente Bourdieu
tiene su propia propuesta:
La teoría de la acción que propongo (con la noción de habitus) equivale a decir que
la mayor parte de las acciones humanas tienen como principio algo absolutamente
distinto de la intención, es decir disposiciones adquiridas que hacen que la acción
pueda y tenga que ser interpretada como orientada hacia tal o cual fin sin que
quepa plantear por ello que como principio tenía el propósito consciente de ese fin
(La economía de los bienes simbólicos, p. 166)

Bourdieu propone el ejemplo del "juego", en el que los jugadores, una vez que han
interiorizado sus reglas, actúan conforme a ellas sin reflexionar sobre las mismas ni
cuestionárselas. De alguna forma, se ponen al servicio del propio juego en sí. Esa interiorización y
automatismo de las reglas de juego, que son las que determinan la capacidad de acción de los
jugadores, se corresponden con ese "cuerpo socializado", con el habitus generado en los diversos
campos sociales.

El propósito final de la sociología de Pierre Bourdieu sería la deducción de las reglas del
juego partiendo de las acciones observables de los jugadores. El sociólogo tendría primero que
determinar que tras ciertas acciones se esconde algún tipo de juego; tendría que establecer
quiénes son los que están jugando; cuál es el espacio en el que se desarrolla ese posible juego
(campo) y, una vez establecidas todas estas cosas, deducir de las acciones qué tipo de juego es
el que practican. El juego es el conjunto de todo: acciones posibles, reglas, jugadores, beneficios
que obtienen, estrategias para conseguirlos, terreno, etc.

107
ACTIVIDADES

108
Módulo 1

Actividad 1 (para todos los módulos)


Realice un resumen con los conceptos fundamentales de este módulo, siguiendo las instrucciones
que se detallan a continuación:

1 - Cada vez que copie un fragmento de las clases deberá hacerlo según el siguiente ejemplo:

a -: “La epistemología comienza buscando una fundamentación de la ciencia y la encuentra en el


contexto de justificación o validación de hipótesis, considerando que la producción de teoría no
posee estructura lógica” (Durand S, 2007, p. 5) (observe que no se pone pág., sino p. Si se trata
de dos páginas irá pp. También puede reemplazar p. por dos puntos, es decir :)

b - Si cita un fragmento de algún autor que está en el texto de las clases la cita deberá hacerse
de la siguiente manera:

“.lo que quiera citar” (Kuhn T. en Durand S., 2007, p.3)

2 - Aunque no cite textualmente cuando ponga una idea del autor que está leyendo debe decir
según..... ....(o alguna expresión sinónima) En ese caso no se necesitan comillas ni el paréntesis
de la cita. Es decir, en todos los casos debe tomar distancia del texto y no escribir nada que no
sea suyo como si lo fuera. No se aceptarán trabajos que sean copias sin citar.

3 - Al final del trabajo deberá constar la bibliografía utilizada y citada del siguiente modo:

Durand, S. y García G., Epistemología, UTN, Buenos Aires, 2008.

Actividad 2
Realice un comentario comparando estas dos explicaciones de fenómenos naturales.
1 – (El señor) después de haber medido las dimensiones de Apsu, la Gran Morada, su semejanza
la fijó como Esharra, la Gran Morada Esharra, a la que hizo firmamento. Hizo ocupar sus lugares a
Anu, Emil y Ea. Construyó mansiones para los grandes dioses, fijando sus semejanzas astrales
como constelaciones. Determinó el año designando las zonas: puso tres constelaciones para cada
uno de los doce meses. En su vientre colocó el cenit. Hizo que la luna alumbrara y le confió la
noche.
2 -“Los truenos, relámpagos, rayos, huracanes y tifones, todos estos fenómenos acontecen a
causa del viento; pues, cuando constreñido en una densa nube, se abre paso por la fuerza a
causa de su delgadez y ligereza, entonces la ruptura produce el ruido y su choque contra la
negrura de la nube origina el relámpago.”

Actividad 3
Señale en el siguiente fragmento de la Carta de Galileo a un amigo lo que puede considerarse
comienzo de una nueva concepción acerca del conocimiento (ciencia en sentido moderno).
Analice las metáforas subrayadas.
La razón que me mueve (...) es ver cómo se envía indiscriminadamente a los jóvenes a las
universidades para que se conviertan en médicos, filósofos etc. y cómo, de la misma manera que
algunos ejercen luego sus profesiones siendo ineptísimos, otros, que podrían ser mucho más
competentes, permanecen dedicados a las tareas familiares o a cualquier otra ocupación alejada
de la literatura, estos, aunque – como diría Ruzzante – están bien provistos de sentido común, no
están capacitados para leer las obras escritas en latín y poco a poco se acaban convenciendo de
109
que las grandes novedades en el terreno de la lógica y de la filosofía que dichos tratados
contienen, les están para siempre vedadas. Pues bien, yo quiero que se den cuenta de que así
como la Naturaleza les ha dado – al igual que a los filósofos – ojos para ver estas obras, también
les ha dado mentes capaces de entenderlas y comprenderlas.
Necesitamos guía en los bosques y en las tierras desconocidas, pero en los lugares abiertos, tan
sólo los ciegos la necesitan (y, en cuanto a estos, mejor que se queden en su casa); quien tiene
ojos en la frente y en la mente es de ellos de quien ha de servirse de toda guía

Actividad 4
Complete el siguiente cuadro:
Etapas de la epistemología Características Representantes
primera
segunda

Actividad 9
La ciencia o las ciencias: La unicidad de la ciencia se ha buscado de varias maneras.
Sintéticamente diga cuáles son:
1
2
etc.

Módulo 2
Actividad 1

Señale cuáles de los siguientes argumentos son deductivos y cuáles son inductivos.
Indique también cuáles son las premisas y cuál la conclusión.

1 - Un jardinero que cultiva su propio jardín con sus propias manos une en su
persona los tres caracteres diferentes del terrateniente, el granjero y el labrador. Su producción
por lo tanto debe brindarle la renta del primero, el beneficio del segundo y el salario del tercero”(de
Adam Smith, La riqueza de las Naciones).

................................................................................................................................................

2 - Dado que, en el transmisor no hay ningún filamento o elemento de calentamiento que


se queme [y ha demostrado, hasta hoy, durabilidad]. Por consiguiente los transmisores pueden
durar casi indefinidamente, a menos que se los maltrate, o se deterioren por la difusión de vapor
de agua por la envoltura etc. (Leonardo Engel Un pequeño artefacto de gran futuro).

...................................................................................................................................................

3 - Ninguno de nosotros está orientado hacia los objetos externos exactamente igual
que cualquier otro, pues todos nosotros ocupamos posiciones diferentes frente a los objetos, y
mientras interactuamos los objetos envejecen (W. Quine, Sobre entes mentales).

...................................................................................................................................................

110
4- Dado que se han encontrado grupos de turistas tirando colillas de cigarrillos en los
parques nacionales, inferimos que ningún turista tiene en cuenta el cuidado del patrimonio
nacional.

..............................................................................................................................................
5 - O el universo fue producto de una gran explosión cósmica o ha sido eternamente
como es hoy. Pero los estudios científicos realizados han sostenido que el universo es producto
de una gran explosión por lo que podemos concluir que no es cierto que haya sido siempre igual
que ahora.

................................................................................................................................................
6 - "Los hombres consciente o inconscientemente, derivan sus ideas morales (,.) de las
relaciones económicas, puesto que las tres clases de sociedad moderna, la aristocracia feudal, la
burguesía y el proletariado tienen cada una su moral especial.

................................................................................................................................................

7 - Se han realizado pruebas en los alumnos que egresaron de la escuela secundaria y en


casi todas las ocasiones se constató que desconocen el alcance de las verdades científicas. Por lo
tanto todos los alumnos secundarlos egresan con esa falencia .

........................................................................................................................................

8 - Dado que Juan, Pedro y Pablo son alumnos secundarlos, podemos concluir que
desconocen el alcance de las verdades científicas, pues todos los alumnos secundarios
desconocen dicho alcance.

.............................................................................................................................................

9 - Todas las formas de gripe se deben a diferentes virus, pues en los casos observados los
síntomas y los tratamientos a los cuales respondieron los pacientes fueron diferentes .

Actividad 2

a – Lea el siguiente ejemplo del método de la concordancia de Mill y señales:


F = fenómeno al cual se intenta buscar la causa.
C = conjuntos de circunstancias
CC = circunstancia común

Se observó que los habitantes de varias ciudades presentaban una propensión mucho
menor de caries dentales que el término medio de toda la nación y se dedicó cierta atención a
tratar de descubrir la causa de este fenómeno. Se halló que las circunstancias propias de estas
ciudades diferían en muchos aspectos: en latitud y en longitud, en elevación, en tipos de
economía etc. Pero había una circunstancia que era común a todas ellas: la presencia de un
porcentaje raramente elevado de flúor en sus aguas, lo que significaba que la dieta de los
habitantes de esas ciudades incluía una cantidad excepcionalmente grande de flúor. Se infirió de
ello que el uso de flúor puede causar una disminución en la formación de caries dentales y la
aceptación de esta conclusión condujo a adoptar tratamiento en base a flúor para dicho propósito
en otras localidades.

Módulo 3

Actividad 1

111
Si bien, tal como Ud. lo ha leído en el texto de Carnap, la distinción entre términos teóricos
y observacionales es una cuestión muy espinosa, solamente a modo de práctica le sugerimos que
determine, siguiendo a Carnap, cuáles de estos términos podrían considerarse teóricos y cuáles
observacionales:

Electrón, protón, entropía, célula, gen, cromosoma, piel, aceleración, humedad.

Actividad 2
Siguiendo la diferenciación entre contexto de descubrimiento y validación, analice el siguiente
fragmento diferenciando las actividades de descubrimiento de las de justificación.
1 - Schliemann, contra la opinión de muchos, se lanzó a la búsqueda de la ciudad de Troya
mencionada por los poemas homéricos. Para él, Homero no había sido sólo poeta, sino un
historiador muy bien documentado sobre la guerra de Troya. Su suposición sobre dónde la hallaría,
había nacido del enorme impacto emocional que había sentido en su infancia ante la lectura de
Homero. Esta suposición basada en una esperanza infantil, llevó, a este aficionado, a realizar en
1870 una expedición a la zona en que supuestamente estaría ubicada Troya y después de arduos
trabajos se produjo uno de los hallazgos arqueológicos que más conmovieron al mundo: la
ubicación de los restos de la ciudad perdida.

Actividad 5
Busque en los siguientes fragmentos
a - Aísle la hipótesis de partida (hipótesis fundamenta)
b - Construya o aísle la implicación contrastadora correspondiente.
c – Exprese la contrastación y el resultado de la misma.
d – Muestre cómo sería la estructura lógica de la confirmación o la refutación (según corresponda).
e – Identifique por lo menos una hipótesis auxiliar posible.

Fragmento 1 - Pourchet y su equipo fueron de los primeros en sostener que el origen de la vida
se encontraba en el espacio interestelar. Movido por tal idea, supusieron que si analizaban los
meteoritos caídos en las regiones menos contaminadas de la Tierra, estos debían contener
materias orgánicas. Después de arduas investigaciones encontraron que los micrometeoritos
contenían silicatos y componentes orgánicos. (art. Clarín 1991)

Fragmento 2 - El junio 2 de 2003 despegó con destino a Marte un cohete ruso que intentará
detectar alguna forma de vida en Marte. La zonda Mars Express estará seis meses en el espacio y,
seis días antes de entrar en su órbita final – a fines de diciembre – lanzará el vehículo explorador
Beagle 2, equipado con complejos instrumentos científicos que se quedará en órbita observando
el planeta y su atmósfera durante al menos un año marciano (687 días). Su misión será escrutar
metro a metro el suelo de Marte para buscar carbono y gases, como el metano, que sólo pueden
ser producidos por organismos vivos. En caso de confirmarse la suposición de la existencia de
tales gases, habría quedado confirmada la existencia de vida pasada en el planeta rojo.

Fragmento 6: La hipótesis del encurvamiento del rayo luminoso por la gravitación fue postulaba
como una hipótesis derivada de la teoría de la relatividad. Al pasar tangencialmente al borde del
Sol, el rayo de una estrella se desviaría y la desviación debía manifestarse por un aparente
desplazamiento de la estrella. Las observación fotográfica de las estrellas en torno al Sol (durante
un eclipse total) debía mostrar el desplazamiento de sus posiciones. Para testar su hipótesis se
esperó a el eclipse total de del 29 de mayo de 1919 visible desde el hemisferio austral. Dos
expediciones inglesas se encargaron de efectuar la observación: una desde el Golfo de Guinea, y
la otra desde Brasil. A pesar de que las nubes dificultaron la tarea lograron fotografiar algunas
estrellas en las cercanías del Sol oscurecido. El examen microscópico de las placas reveló que las
posiciones estelares estaban, en efecto, desplazadas.

112
Actividad 7
Reconozca en los siguientes ejemplos los componentes de explanans y el explanandum. Señale
qué tipo de explicación es.

Todos los objetos de oro si se calientan a una temperatura igual o superior a 1063 grados C se
funden y como el brazalete de Ana fue calentado a 1063 grados C, por lo tanto el brazalete de Ana
se fundió. (Ejemplo extraído de Fetzer, Philosophy of Science, Paragon House, N.Y., 1993, p. 79)
ley
Explanans:
Datos
Explanandum

Construya una explicación partiendo del explanamdum

Todo objeto que posea iridium, en determinadas condiciones, brilla en el espacio y los científicos
comprobaron que algunos satélites artificiales poseían iridium y condiciones favorables para brillar
por ser vagabundos en el espacio, en conclusión en el cielo se ven ciertos resplandores que no
proceden de los cuerpos celestes.
ley
Explanans:
Datos
Explanandum

Construya una explicación partiendo del explanamdum

Módulo 4
Actividad 1

Explique la siguiente afirmación de Bachelard: El subtítulo de La formación del espíritu


científico es: Contribución a un psicoanálisis del conocimiento objetivo. Justifique este subtítulo.

Actividad 2

Vamos a analizar el siguiente fragmento de Popper. Tengamos en cuenta que son dos las posibles
fuentes de nuestro conocimiento: la experiencia (que mediante la inducción llega a afirmaciones
generales) y la razón (que obtiene verdades universales por el sólo uso de la razón). Popper ha
descartado, en párrafos anteriores, que el principio de inducción (con el cual se ha intentado
justificar las inferencias inductivas) sea una verdad de razón. En el párrafo que sigue se ocupa de
ver qué pasa si sostenemos que el principio de inducción tiene su base en la experiencia.

(a) “A partir de la obra de Hume debería haberse visto claramente que aparecen con facilidad
incoherencias cuando se admite el principio de inducción, y también que difícilmente pueden
evitarse (si es que es posible tal cosa), ya, que, a su vez,(b) el principio de inducción tiene que ser
un enunciado universal. Así pues, (c) si intentamos afirmar que sabemos por experiencia que es
verdadero, reaparecen de nuevo los mismos problemas que motivaron su introducción (d) para
justificarlo tenemos que utilizar inferencias inductivas;(e) para justificar éstas, hemos de suponer
un principio de inducción de orden superior, y así sucesivamente: (f) por lo tanto cae por su base
el intento de fundamentar el principio de inducción en la experiencia, ya que lleva, inevitablemente
a una regresión infinita”

Análisis:
1 – Desglose el argumento de Popper separando las afirmaciones que realizada, numerándolas.
a – b – c - etc.

113
2 - Enuncie el principio de inducción (ver Stuard Mill).
3 – Según lo que dice Popper en el fragmento a analizar: las generalizaciones empíricas a las que
arribamos inductivamente ¿estarían justificadas por ese principio? ¿Si o no?
4 - ¿Por qué para justificar el principio de inducción por la experiencia debería postularse un
principio de orden superior?
5 – Explique el párrafo subrayado en el fragmento.

Módulo 5

Actividad 1
Realice un esquema que señale los momentos por los que, según Kuhn, atraviesa una disciplina a
lo largo de su historia.

Actividad 3
Explique el siguiente párrafo según la perspectiva de los programas de investigación y su crítica a
las epistemologías inductivista y falsacionista.

“Para el inductivista y falsacionista no importa si el descubrimiento de un hecho precedió o


siguió a una teoría: sólo su relación lógica es decisiva.
(...) algunas disputas de prioridad son problemas internos vitales, puesto que en esta
metodología resulta absolutamente importante para la estimación racional saber qué programa fue
el primero en anticipar un hecho nuevo y cuál sólo después encajó el, ya entonces, hecho antiguo.
Algunas disputas de prioridad pueden explicarse por un interés racional y no simplemente por
vanidad y deseo de fama. Entonces cobra importancia el que la teoría tychoniana, por ejemplo,
tuviese éxito en explicar –sólo post hoc- las fases observadas de, y la distancia a, Venus que
habían sido anticipadas originalmente y con precisión por los copernicanos...” (Lakatos 1971)

Módulo 6

Actividad 3
Diferencie en los argumentos que a continuación se transcriben, las posiciones holistas o
individualistas metodológicas señalando qué le permitió diferenciarlos.

1 - “Es preciso volver sobre el principio unificador de las prácticas sociales y construir la clase
objetiva como conjunto de agentes que están colocados en condiciones de existencia
homogéneas, las que imponen condicionamientos de existencia homogéneos y producen
sistemas de disposiciones homogéneas, aptas para engendrar prácticas semejantes.” (Bourdieu,
La distinción, 1979

2 - “Para realizar una investigación sociológica sobre el tema de la ideología basta con tomar
como punto de observación la naturaleza de las adhesiones personales, de investigar cómo es
posible que, puesto que se postula que toda elección tiene su racionalidad, la elección puede
recaer sobre ideas falsas. Este criterio de falsedad, en efecto, es presentado como lo esencial de
la ideología. El problema que se plantea es averiguar por qué y cómo los actores sociales pueden
incurrir en esas interpretaciones equivocadas. Y las respuestas a esta interrogación vendrán de la
consideración de las situaciones concretas en que se encuentran los actores, situaciones a partir
de las cuales ellos se ven llevados a adherir a una determinada teoría” (Ansart, Sociologías
contemporáneas, Amorrortu, 1992)

3 – “La ideología, como sistema de creencias, de sentimientos y de representaciones, se define


por referencia a un grupo social (categoría de clase o partido) y no sin relación con los intereses
del grupo. Siendo así existe un influjo de las creencias comunes sobre las elecciones, las
114
actitudes y las adhesiones de los agentes, que en buena medida, se produce sin que ellos lo
adviertan”
4 - “Los actores sociales, lejos de contemplar la realidad desde un punto de vista absoluto y
exterior, perciben la realidad a partir de su posición concreta y de manera deformada o parcial.
Por ejemplo, a partir de su experiencia cotidiana, los intercambiadores de mercancías
comprueban que estas pueden aumentar de precio cuando la demanda es abundante y que
tienden a perder valor cuando la clientela disminuye. Por eso se ven llevados a pensar que los
valores dependen del mercado, y que la verdadera ley del valor es, en verdad, la ley de la oferta y
la demanda. Del mismo modo, se podría hablar de efecto de disposición para designar el hecho
de que los actores sociales terminan por percibir fenómenos en función de sus propios esquemas
de referencia o hábitos mentales, y esto los lleva a interpretarlos de manera equivocada. También,
el hecho de que en una situación de recepción de una comunicación el actor social está poco
inclinado a examinar la verdad de los contenidos y en cambio tiende a confiar en la autoridad que
los expresa, es otra forma de formación de ideologías”. (Boudon, 1979)

Actividad 3

A modo de resumen complete el siguiente cuadro colocando si o no en los casilleros vacíos, según
corresponda y obviando los matices que marcan diferencias.

Dificultad de experimentación Dificultad de medida


Dificultades
Ciencias

Economía

Sociología

Psicología

Lingüística

Demografía

Etnología

Módulo 7

Actividad 1
Compare los siguientes fragmentos. ¿En qué se asemejan y en qué se diferencian? ¿A qué
paradigma de los estudiados se acerca cada uno?

Fragmento 1
“El investigador tendrá que trabajar en el medio de sus sujetos en vez del laboratorio, y tendrá que
entrar al campo los más ‘libre’ posible de una teoría previa. Tendrá que participar en las
actividades en que participan diariamente sus sujetos, pero tendrá que evitar ‘distorsionar’ el
campo. No deberá preguntar a los sujetos directamente, pero sí estar lo más abierto posible a
aquello ‘dado por hecho’. Tendrá que ser muy cuidadoso al planificar su entrada al campo,

115
preparar un rol adecuado y cortejar asiduamente a aquellos que podrían apadrinar su membresía
en grupos sociales selectos”. (Willis, Paul “Notas sobre el método)

Fragmento 2
Para analizar la dinámica social es necesario comprender el campo como el lugar en el cual se
juegan las posiciones relativas que ocupan los distintos grupos o clases y las relaciones que entre
los mismos se establecen y, al mismo tiempo, comprender las formas de conformación de la
subjetividad. Esta comprensión incluye al investigador que es parte del juego de fuerzas del
campo que investiga.

Módulo 8
Actividad 1
El siguiente fragmento corresponde a Fredrich A. Hayek. ¿Puede decirse que Popper estaría de
acuerdo con el planteo de Hayek?. Señale en el fragmento aquellos párrafos que se pueden
comparar con los postulados popperianos de la lógica de la situación.
“El Estado tiene que limitarse a establecer reglas aplicables a tipos generales de situaciones y
tiene que conceder libertad a los individuos en todo lo que dependa de las circunstancias (...) Si
los individuos han de ser capaces de usar su conocimiento eficazmente para elaborar planes,
tienen que estar en situación de prever los actos del Estado que pueden afectar esos planes (...)
El planificador económico debe sujetarse a la general convicción acerca de lo que es justo y
razonable” (Hayek, El camino de la servidumbre)

Actividad 2
Analice el modelo del dilema del prisionero determinado los elementos que lo constituyen y que
deben tenerse en cuenta para que el mismo pueda ser explicativo de un tipo de situación social
determinada.

116
BIBLIOGRAFIA

Althusser, Ideología y aparatos ideológicos del Estado, Nueva Visión, Buenos Aires, 1999.
Anderson, P., La construcción de una única mano, Historia y lecciones del neoliberalismo, in
Revue Page, 1999.
Ansart, P., Las sociologías contemporáneas, Amorrortu, Buenos Aires, 1992.
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Aristóteles. Física. Madird, Gredos, 1995.
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Aristóteles, Tratados de lógica (el organon), México, México D.F., Porrúa 1993.
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