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Guia de Lectura.

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GUÍA DE LECTURA

“Política para Amador”. Fernando Savater

Prólogo
1. ¿Cuál es la diferencia entre ética y política?
2. ¿A qué se refiere Savater cuando dice que los humanos somos bonsáis?
Entre los antiguos griegos, ¿a quiénes se conocía como idiotés?
3. Menciona el mensaje que, según detalla el propio autor, encierra este libro.

I. Henos aquí reunidos


1. ¿Cuál es el tema fundamental de este capítulo?
2. ¿Cómo describe Savater a la sociedad?
3. ¿Qué diferencia a los hombres de los animales?
4. «Puede que el auténtico rasgo distintivo entre animales y (animales)
humanos sea otro: el de que los animales se mueren y los hombres sabemos
que nos vamos a morir». De ahí, en fin, que los hombres hayan fantaseado
siempre con hallar el secreto de la inmortalidad. Busca ejemplos de novelas,
películas, cómics, series de televisión o videojuegos cuyo tema sea
precisamente la inmortalidad.

II. Obedientes y rebeldes


1. ¿En qué nos diferenciamos, según Savater, de otras especies que, como
nosotros, son también sociables?
2. ¿Cuál es la definición de política expuesta en estas páginas?
3. ¿Qué dice Savater sobre el Conflicto?
4. Por paradójico que a priori pueda resultar, Savater considera más peligrosos
para la sociedad a los «amigos de lo social» que a los individualistas. ¿Por qué?
5. ¿Cómo sería una sociedad humana sin conflictos? ¿Qué imágenes emplea el
autor para describir esa hipotética sociedad?

III. A ver quién manda aquí


1. Calígula aparece en estas páginas como paradigma de jefe «demente
peligroso». Averigua quién fue Calígula, a qué se debe el apelativo que le da
Savater y elabora un retrato del personaje
2. ¿Por qué se compara a los jefes y los dioses en este capítulo? ¿A qué se
debe la tradicional asimilación de unos y otros?
3. Explica la paradoja que encierra la colectividad para el individuo.
4. ¿Por qué los miembros de cada sociedad, obedecen? Explica las distintas
características.
5. ¿Quiénes fueron los primeros pacifistas?
Prologo:
1. Las dos son formas de considerar lo que uno va a hacer (es decir, el empleo que vamos a
darle a nuestra libertad), pero la ética es ante todo una perspectiva personal, que cada
individuo toma atendiendo solamente a lo que es mejor para su buena vida en un
momento determinado y sin esperar a convencer a todos los demás de que es así como
resulta mejor y más satisfactoriamente humano vivir. En la ética puede decirse que lo que
vale es estar de acuerdo con uno mismo y tener el inteligente coraje de actuar en
consecuencia, aquí y ahora: no valen aplazamientos cuando se trata de lo que ya nos
conviene, que la vida es corta y no se puede andar dejando siempre lo bueno para
mañana. En cambio, la actitud política busca otro tipo de acuerdo, el acuerdo con los
demás, la coordinación, la organización entre muchos de lo que afecta a muchos.

2. Bonsáis: La vida de cada humano es irrepetible e insustituible: con cualquiera de nosotros,


por humilde que sea, nace una aventura cuya dignidad estriba en que nadie podrá volver a
vivirla nunca igual. Por eso sostiene que cada cual tiene derecho a disfrutar de su vida del
modo más humanamente completo posible, sin sacrificarla a dioses, ni a naciones, ni
siquiera al conjunto entero de la humanidad doliente. Pero por otra parte, para ser
plenamente humanos tenemos que vivir entre humanos.
Los antiguos griegos a quien no se metía en política le llamaron idiotés; una palabra que
significaba persona aislada, sin nada que ofrecer a los demás, obsesionada por las
pequeñeces de su casa y manipulada a fin de cuentas por todos. De ese «idiotés» griego
deriva nuestro idiota actual.

3. En el libro anterior dijo que la única obligación moral que tenemos es no ser imbéciles, con
las variadas formas de imbecilidad que pueden estropearnos la vida y de las que allí
hablamos. Pues resulta que el mensaje de este libro que empiezas a leer también es un
poco agresivo y faltón, porque puede resumirse en tres palabras: ¡no seas idiota! Si tienes
otra vez paciencia conmigo, intentaré aclararte en los siguientes capítulos lo que quiero
decir con ese consejo que suena de modo tan poco amable.
Dejó dicho que “aquel a quien sus padres no han sonreído será por siempre indigno del
banquete de los dioses y del lecho de las diosas”.

Henos aquí reunidos:


1. El tema fundamental de este capítulo es la sociedad.

2. La sociedad es una red de lazos más sutiles o, si prefieres, más espirituales: está
compuesta de lenguaje, de memoria compartida, de costumbres, de leyes... Hay
obligaciones y fiestas, prohibiciones, premios y castigos. Algunos comportamientos son
tabú y otros merecen general aplauso. La sociedad guarda por tanto información, mucha
información.
La sociedad nos excita, nos estimula, nos pone a cien; pero la sociedad nos permite,
además, relajarnos, sentirnos en terreno conocido: nos ampara.

3. Los animales tienen mecanismos instintivos que les obligan a hacer ciertas cosas y les
impiden hacer otras. De este modo, la evolución biológica protege de peligros a las
especies y asegura su supervivencia. Pero los seres humanos tenemos unos instintos
menos seguros o, más flexibles. Los bichos aciertan casi siempre en lo que hacen, pero no
pueden hacer más que unas cuantas cosas y pueden cambiar poco; por el contrario, los
hombres nos equivocamos constantemente hasta en lo más elemental, pero nunca
dejamos de inventar cosas nuevas, hallazgos nunca vistos y también nunca vistos
disparates. Porque además de instintos estamos dotados de capacidad racional, gracias a
la cual podemos hacer cosas mucho mejores que los animales. Es la razón la que nos
convierte en unos animales tan raros, tan poco animales.
Los animales no tienen más código que el código genético; nosotros tenemos también el
genético, desde luego, pero además el código penal, el código civil y el código de la
circulación.
La sociedad de los hombres y las sociedades del resto de los animales llamados sociales:
estos últimos han evolucionado hasta formar grupos para mejor asegurar la conservación
de sus vidas mientras que nosotros pretendemos, la inmortalidad.

4. “Salvador Dalí en busca de la inmortalidad”, “Logan”, “Maquia, una historia de amor


inmortal”, “Inmortales”.

Obedientes y rebeldes:
1. A diferencia de otras especies sociables, los humanos inventamos formas de sociedad
diversas, transformamos la sociedad en que hemos nacido y en la que vivieron nuestros
padres, hacemos experimentos organizativos nunca antes intentados, en una palabra: no
sólo repetimos los gestos de los demás y obedecemos las normas de nuestro grupo (como
hace cualquier otro animal que se respete) sino que llegado el caso desobedecemos, nos
rebelamos, violamos las rutinas y las normas establecidas, armamos un follón que para
qué. Lo que quería decir Aristóteles, tan formalito como creíamos que era, es que el
hombre es el único animal capaz de sublevarse.

2. La política no es más que el conjunto de las razones para obedecer y de las razones para
sublevarse.
Son las autoridades, las leyes, las instituciones, el aceptar que unos pocos guíen a la
mayoría y decidan por todos.

3. “A mí me parece que el conflicto, el choque de intereses entre los individuos, es algo


inseparable de la vida en compañía de otros. Y cuantos más seamos, más conflictos
pueden llegar a plantearse, porque somos demasiado sociables. Intentaré explicarlo. La
más honda raíz de nuestra sociabilidad es que desde pequeños nos arrastra el afán de
imitarnos unos a otros. Somos sociables porque tendemos a imitar los gestos que vemos
hacer, las palabras que oímos pronunciar, los deseos que los demás tienen, los valores que
los demás proclaman. Sin imitación natural, espontánea, nunca podríamos educar a
ningún niño ni por tanto acondicionarle para la vida en grupo con la comunidad”.

4. Los más peligrosos enemigos de lo social son los que se creen lo social más que nadie, los
que convierten los afanes sociales (el dinero, por ejemplo, o la admiración de los demás, o
la influencia sobre los otros) en pasiones feroces de su alma, los que quieren colectivizarlo
todo, los que se empeñan en que todos vayamos a una... aunque seamos muchos, los que
están tan convencidos de los valores comunes que pretenden convertir en bueno a todo el
mundo aunque sea a palos, etc. La mayoría de los verdaderos individualistas son
tolerantes con los gustos ajenos porque les traen sin cuidado y, como tienen sus propios
valores, a menudo distintos de los de la escala “oficial”, no chocan frontalmente con los
diferentes a ellos, no pretenden imponerles por la fuerza las virtudes propias ni luchan a
zarpazos por apoderarse de algo único cuyo mayor precio viene solamente de que lo
quieren muchos. La gente más sociable es la que acepta el compromiso con los demás
razonablemente, osea: sin exageraciones.

5. En la sociedad, tienen que darse conflictos porque en ella viven hombres reales, diversos,
con sus propias iniciativas y sus propias pasiones. Una sociedad sin conflictos no sería
sociedad humana sino un cementerio o un museo de cera. Y los hombres competimos
unos con otros y nos enfrentamos unos contra otros porque los demás nos importan,
porque nos tomamos en serio unos a otros y damos trascendencia a la vida en común que
llevamos con ellos.
Tenemos conflictos unos con otros por la misma razón por la que ayudamos a los otros y
colaboramos con ellos: porque los demás seres humanos nos preocupan.
Compara la tribu amazónica de apenas un centenar de miembros, cada cual con su papel
masculino o femenino bien determinado, sin muchas opciones para salirse de la norma,
con el torbellino complicadísimo en el que viven los habitantes de París o Nueva York.

A ver quién manda aquí:


1. Calígula fue emprendedor romano desde el 16 de marzo de 37, hasta su asesinato el 24 de
enero de 41. Fue el tercer emprendedor del imperio romano y miembro de la dinastía
Julio-Claudia, instituida por Augusto.
De pequeño acompañaba a su padre en sus expediciones militares y solía vestir de
legionario con las famosas sandalias romanas o caligas. Desde entonces los legionarios
romanos comenzaron a llamarle cariñosamente “Calígula”, algo que a él no gustaba
demasiado.

2. En este capítulo se les compara a los jefes con los Dioses, debido al tabú, ya que estos eran
quienes estaban al mando de una sociedad, eran la figura a la cual los ciudadanos debían
obedecer y en la mayoría de los casos, temer, solo por ser “superiores” aunque realmente
seguían siendo simples personas, sin poderes, ni nada extraordinario.
Porque al considerarlos un poco más que “Hombres” no se sentirían humillados.

3. Tratar de aprovechar al máximo las ventajas de vivir juntos. Una dirección única posibilita
esa unidad de colaboración y tal dirección debe tener cierta estabilidad para garantizar la
unidad social, aunque también tenemos que la unidad de muchos entre otras cosas
determina al grupo más inestable. A veces la colectividad aumenta las capacidades del
individuo, pero también los empequeñece, vuelve a hacerlos sentirse inseguros y
dependientes.

4. > Por temor a estos, lo que podría pasarle a ellos y a su familia si no obedecían
> Por la creencia de que si todos cooperan se puede lograr estabilidad social
> por el reconocimiento de “poder”, así como también el reconocimiento de la sabiduría
en los ancianos, lo cual generaba autoridad.

5. Fue la sociedad griega, donde el poder era rotativo a lo largo de la asamblea circular
después de escuchar a todo el que tenía algo que decir.

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