Padre Fuentes
Padre Fuentes
Padre Fuentes
El Padre Fuentes afirmó que el mensaje vino “de los propios labios de la vidente
principal”.
Este relato ha sido documentado con todo detalle por el Hermano Michel de la Sainte
Trinité en el Volumen III de su serie Toute la Verité sur Fatima [“Toda la verdad
sobre Fátima”].
El texto siguiente es traducción de la publicación en la revista The Fatima
Crusader
“Padre, la Santísima Virgen está muy triste porque nadie ha prestado ninguna
atención a
Su Mensaje, ni los buenos ni los malos. Los buenos continúan su camino, pero sin
dar ninguna
importancia a Su Mensaje. Los malos, no viendo realmente caer el castigo de Dios
sobre ellos,
continúan su vida de pecado sin atender siquiera el Mensaje. Pero créame, Padre,
Dios castigará
al mundo y eso será de una manera terrible. El castigo del Cielo es inminente.”
“Padre, ¿cuanto tiempo hay antes de que llegue 1960? Será muy triste para todos,
ninguna
persona se alegrará de nada si antes el mundo no reza y hace penitencia. No puedo
dar ningún
otro detalle, porque esto es todavía un secreto. De acuerdo a la voluntad de la
Santísima Virgen,
solo al Santo Padre y al Obispo de Leiria les está permitido conocer el secreto,
pero ellos han
elegido no saberlo, para no ser influenciados. Es la tercera parte del Mensaje de
Nuestra Señora,
la que permanecerá secreta hasta 1960.”
“Dígales, Padre, que muchas veces la Santísima Virgen dijo a mis primos Francisco y
Jacinta, tanto como a mi, que muchas naciones desaparecerán de la faz de la tierra.
Ella dijo que
Rusia será el instrumento de castigo elegido por el Cielo para castigar al mundo
entero si antes
nosotros no obtenemos la conversión de esa pobre nación.”
“Dígales también, Padre, que mis primos Francisco y Jacinta se sacrificaron, porque
en
todas las apariciones de la Santísima Virgen María, siempre La vieron muy triste.
Ella nunca nos
sonrió. Esa tristeza, esa angustia que notamos en Ella, penetró nuestras almas. Esa
tristeza es
causada por las ofensas contra Dios y los castigos que amenazan a los pecadores. Y
así, nosotros,
niños, no supimos que pensar, excepto inventar diversos medios de rezar y hacer
sacrificios.”
“La otra cosa que santificó a esos niños fue ver la visión del Infierno.”
“Padre, es por ello que mi misión no es indicar al mundo los castigos materiales
que
ciertamente vendrán si el mundo no reza y hace penitencia antes. ¡No! Mi misión es
indicar a
todos el peligro inminente en que estamos de perder nuestras almas por toda la
eternidad si
permanecemos obstinados en el pecado.”
“El diablo hace cuanto está en su poder para distraernos y quitarnos el amor por la
oración; seremos salvados juntos o seremos condenados juntos.”
“Padre, la Santísima Virgen no me dijo que estamos en los últimos tiempos del
mundo,
pero Ella me lo hizo comprender por tres razones.”
“La primera razón es porque Ella me dijo que el diablo está empeñado en una batalla
decisiva contra la Virgen. Y una batalla decisiva es la batalla final, donde un
bando será
victorioso y el otro sufrirá la derrota. Por lo tanto, de ahora en adelante debemos
elegir los
bandos. O estamos con Dios o estamos con el diablo. No hay otra posibilidad.”
“La segunda razón es porque Ella dijo a mis primos y a mi misma, que Dios está
dando
los dos últimos remedios al Mundo. Estos son: el Santo Rosario y la Devoción al
Inmaculado
Corazón de María. Estos son los dos últimos remedios, lo cual significa que no
habrá otros.”
“La tercera razón es porque en los planes de la Divina Providencia, Dios siempre,
antes
de castigar al Mundo, agota todos los otros remedios. Entonces, cuando ve que el
Mundo no
presta atención a pesar de todo, como decimos en nuestra imperfecta manera de
hablar, El nos
ofrece con una ‘cierta inquietud’ el último medio de salvación, Su Santísima Madre.
Y es con
una cierta inquietud, porque si nosotros despreciamos y rechazamos estos últimos
medios, no
tendremos ningún otro perdón del Cielo, porque habremos cometido un pecado que el
Evangelio
llama ‘el pecado contra el Espíritu Santo’. Ese pecado consiste en rechazar
abiertamente, con
todo conocimiento y consentimiento, la salvación que El ofrece. Recordemos que
Jesucristo es
un muy buen Hijo, y que El no permite que ofendamos y despreciemos a Su Santísima
Madre.
Debemos tener en cuenta, que a través de muchos siglos de la historia de la
Iglesia, los obvios
testimonios demuestran, por los castigos terribles que han acontecido a aquellos
que han atacado
el honor de Su Santísima Madre, cómo Nuestro Señor Jesucristo siempre ha defendido
el honor
de Su Madre.”
Un año después de publicada, la entrevista del Padre Fuentes con la Hermana Lucía
produjo una fuerte reacción por parte de la curia episcopal de Coimbra, diócesis
donde está
ubicado el convento. Desde esa curia se publicó una nota anónima que acusaba al
Padre Fuentes
de haber inventado esas revelaciones de la Hermana Lucía, proclamando que la propia
religiosa
desautorizaba, por falso, el testimonio publicado. La curia había declarado que el
Padre Fuentes
había fabricado en su totalidad los comentarios citados más arriba. Hasta el
momento, nadie ha
querido asumir la responsabilidad por esa nota. En esas condiciones, dicha nota es
legalmente
nula e inválida.