Ciclo Vi, Filosofiaguia 2, 4 Periodo PDF
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tema:
FILOSOFIA COMO CIENCIA
Objetivo Comprender mediante argumentos. los problemas conceptuales lo que implica la definiciones filosóficas.
Fecha de entrega: 21 de Noviembre de 2020 Tiempo previsto para el desarrollo de la guía: 29 de Noviembre 2020
nombre alumno
INSTRUCCIONES Y RECOMENDACIONES
Describa los textos y responda los interrogantes que se encuentran al final de cada texto.
TEXTO 1
“Este mundo (que es el mismo para todos) no lo hizo ningún dios ni ningún hombre, sino que siempre
fue, es y será fuego eterno, que se enciende según medida y se extingue según medida”
Heráclito, fragmento 30, en Kirk, G.S. y Raven, G. S., Los filósofos presocráticos, Ed. Gredos,
Madrid 1981, p. 281
1. Explica a qué se refiere Heráclito con “se enciende según medida y se extingue según medida”.
2. Relaciona el texto con el conjunto de la filosofía heracliteana.
3. Compara la solución que presenta Heráclito al problema del arché con la de los filósofos de la escuela
de Mileto.
TEXTO 2
“Todas las demás cosas tienen una porción de todo, pero la Mente es infinita, autónoma y no está
mezclada con ninguna, sino que ella sola es por sí misma. Pues, si no fuera por sí misma, sino que
estuviera mezclada con alguna otra cosa, participaría de todas las demás, pues en cada cosa hay una
porción de todo, como antes dije; las cosas mezcladas con ella le impedirían que pudiera gobernar
ninguna de ellas del modo que lo hace al ser ella sola por sí misma. Es, en efecto, la más sutil y la más
pura de todas; tiene el conocimiento todo sobre cada cosa y el máximo poder. La Mente gobierna todas
las cosas que tienen vida, tanto las más grandes como las más pequeñas... Conoce todas las cosas
mezcladas, separadas y divididas. La Mente ordenó todas cuantas cosas iban a ser, todas cuantas
fueron y ahora no son, todas cuantas ahora son y cuantas serán...”
TEXTO 3
“Gorgias Leontino fue también del grupo de los que suprimieron el criterio de la verdad... En su libro,
cuyo título es De la Naturaleza, establece gradualmente tres tesis: primero: nada existe; segundo: si
algo existe, no puede ser conocido por los hombres; tercero: si se puede conocer, no se puede
comunicar y explicar a los demás.”
TEXTO 4
“Pero, según mi parecer, los que establecen las leyes son los débiles y la multitud... Tratando de atemorizar
a los hombres más fuertes y a los capaces de poseer mucho, para que no tengan más que ellos, dicen que
adquirir más es feo e injusto, y que esto es cometer injusticia: tratar de poseer más que los otros. En efecto,
se sienten satisfechos, según creo, de tener igual que los demás, siendo inferiores...
Pero según yo creo, la naturaleza misma muestra que es justo que el fuerte tenga más que el débil y
el poderoso más que el que no lo es. Y lo demuestra que es así en todas partes, tanto en los animales
como en todas las ciudades y razas humanas, el hecho de que de este modo se juzga lo justo: a saber,
que el fuerte domine al débil y posea más.... Yo creo que si llegara a haber un hombre con índole
apropiada, sacudiría, quebraría y esquivaría todo esto [lo que se oponga a la ley del más fuerte] y,
pisoteando nuestros escritos, engaños, encantamientos y todas las leyes contrarias a la naturaleza,
se sublevaría y se mostraría dueño este nuestro esclavo, y entonces resplandecería la justicia de la
naturaleza.”
Calicles, en el diálogo platónico “Gorgias”, 483b-484a; Diálogos de Platón, tomo II, ed. Gredos, pp. 80-81
1. Explica la diferencia entre la ley “que establecen... los débiles y la multitud” y “la justicia de la
naturaleza”.
2. Relaciona el texto con el conjunto de tesis sofistas
3. Compara las tesis del texto con el punto de vista socrático.
TEXTO 5
“El alma, pues, siendo inmortal y habiendo nacido muchas veces, y visto efectivamente todas las cosas,
tanto las de aquí como las del Hades, no hay nada que no haya aprendido; de modo que no hay de qué
asombrarse si es posible que recuerde, no sólo la virtud, sino el resto de las cosas que, por cierto, antes
también conocía. Estando, pues, la naturaleza toda emparen-tada consigo misma, y habiendo el alma
aprendido todo, nada impide que quien recuerde una sola cosa ―eso que los hombres llaman
aprender―, encuentre él mismo todas las demás, si es valeroso e infatigable en la búsqueda. Pues, en
efecto, el buscar y el aprender no son otra cosa, en suma, que una reminiscencia”.
Platón, Menón, 81 d.; en Diálogos, tomo II, ed. Gredos, Madrid 1983, p. 302
2. Relaciona la teoría del conocimiento propuesta en el texto con el tema “la Teoría de las Ideas” de
Platón.
3. Explica cómo se relaciona la idea del alma inmortal que aparece en el texto con la antropología
platónica.
TEXTO 6
“―Comprendo, aunque no suficientemente, ya que creo que tienes en mente una tarea enorme:
quieres distinguir lo que de lo real e inteligible es estudiado por la ciencia dialéctica, estableciendo que
es más claro que lo estudiado por las llamadas “artes”, para las cuales los supuestos son principios. Y
los que los estudian se ven forzados a estudiarlos por medio del pensamiento discursivo, aunque no por
los sentidos. Pero a raíz de no hacer el examen avanzando hacia un principio sino a partir de supuestos,
te parece que no poseen inteligencia acerca de ellos, aunque sean inteligibles junto a un principio. Y
creo que llamas “pensamiento discursivo” al estado mental de los geómetras y similares, pero no
“inteligencia”; como si el “pensamiento discursivo” fuera algo intermedio entre la opinión y la
inteligencia.
―Entendiste perfectamente. Y ahora aplica a las cuatro secciones estas cuatro afecciones que se
generan en el alma; inteligencia, a la suprema; pensamiento discursivo, a la segunda; a la tercera
asigna la creencia y a la cuarta la conjetura; y ordénalas proporcionadamente, considerando que
cuanto más participen de la verdad tanto más participan de la claridad.
Platón, República, Libro VI 511 b3-511 e5; en Diálogos tomo IV ed. Gredos, Madrid 1986, p. 337
TEXTO 7
“Además, la ciencia que considera las causas es también más capaz de enseñar (pues enseñan
verdaderamente los que dicen las causas acerca de cada cosa). Y el conocer y el saber buscados por sí
mismos se dan principalmente en la ciencia que versa sobre lo más escible [=cognoscible] (pues el que
elige el saber por el saber preferirá a cualquier otra la ciencia más ciencia, y ésta es la que versa sobre lo
más escible). Y lo más escible son los primeros principios y las causas (pues mediante ellos y a partir de
ellos se conocen las demás cosas, no ellos a través de lo que les está sujeto).Y es la más digna de
mandar entre las ciencias, y superior a la subordinada, la que conoce el fin por el que debe hacerse cada
cosa. Y este fin es el bien de cada una, y, en defini-tiva, el bien supremo en la naturaleza toda.
Por todo lo dicho, corresponde a la misma Ciencia el nombre que se busca [la Sabiduría]. Pues es
preciso que ésta sea especu-lativa de los primeros principios y causas. En efecto, el bien y el fin por el
que se hace algo son una de las causas.”
Aristóteles, Metafísica, Libro I, 982 a28-982 b7; ed. Gredos, Segunda Edición Madrid 1982, pp.12-13
TEXTO 8
“Si la felicidad sólo consiste en el acto que es conforme con la virtud, es natural que este acto sea
conforme con la virtud más elevada, es decir, la virtud de la parte mejor de nuestro ser. Y ya sea ésta el
entendimiento u otra parte, que según las leyes de la naturaleza parezca hecha para mandar y dirigir y
para tener conocimiento de las cosas verdaderamente bellas y divinas; o ya sea algo divino que hay en
nosotros, o por lo menos lo que haya más divino en todo lo que existe en el interior del hombre,
siempre resulta que el acto de esta parte conforme a su virtud propia debe ser la felicidad perfecta, y
ya hemos dicho que este acto es el del pensamiento y el de la contemplación.
Esta teoría concuerda exactamente con los principios que anteriormente hemos sentado y con la
verdad. Por lo pronto, este acto es, sin contradicción, el mejor acto, puesto que el entendimiento es lo
más precioso que existe en nosotros y la cosa más preciosa entre todas las que son accesibles al
conocimiento del entendimiento mismo. Además, este acto es aquel cuya continuidad podemos
sostener mejor; porque podemos pensar durante muchísimo más tiempo que podemos hacer ninguna
otra cosa, cualquiera que ella sea. Por otra parte, creemos que el placer debe mezclarse con la felicidad;
y de todos los actos que son conformes con la virtud, el que nos encanta y nos agrada más según
opinión de todo el mundo, es el ejercicio de la sabiduría y de la ciencia. Los placeres que proporciona la
filosofía son, al parecer, admirables por su pureza y por su certidumbre; y ésta es la causa por qué
procura mil veces más felicidad el saber que el buscar la ciencia. Esta independencia, de que tanto se
habla, se encuentra principalmente en la vida intelectual y contemplativa.”
Aristóteles, Ética a Nicómaco, libro X, capítulo VII, ed. Espasa-Calpe, Madrid 1978, pp. 325-326.
TEXTO 9
“Cuando decimos que el deleite es el fin más importante, no lo queremos equiparar a los placeres
sensuales de los disolutos, como nos achacan muchos que no nos conocen o quienes pertenecen a otra
escuela de diferente criterio. Estos nos censuran injustamente. Lo que nosotros entendemos por placer
es la liberación del dolor en el cuerpo y de la angustia en el espíritu. Esto es lo que nosotros llamamos
una vida agradable, imposible de ser alcanzada con el continuo beber y divertirse, o satisfaciendo
nuestra lujuria con niños y mujeres, o en banquetes en casa del rico, sino por el uso sensato de la razón,
por una paciente búsqueda de los motivos que nos impulsan a elegir o rechazar, zafándonos de las falsas
opiniones que sólo sirven para turbar la paz del espíritu.”
TEXTO 10
“El sumo bien radica en los criterios que aplica al comportamiento una inteligencia extraordinaria; ésta,
cuando ha cumplido con lo suyo y se ha ceñido a sus propios límites ha alcanzado el sumo bien y nada
echa ya en falta; pues más allá del todo no hay nada, y tampoco más allá de los propios límites. De
modo que te equivocas cuando preguntas cuál es la razón por la que persigo la virtud, pues buscas algo
que está por encima de lo más alto. Me preguntas qué busco en la virtud: a ella misma. En efecto, no
tiene nada mejor, ella misma es su propia recompensa. ¿Acaso esto es poco importante? Siendo así que
te digo: el sumo bien es la rigidez inquebrantable del espíritu, la clarividencia, la elevación, la libertad, la
paz y la belleza, ¿todavía exiges algo mayor que sirva de referencia a estas cosas? ¿Por qué nombras el
placer? Busco el bien de la humanidad, no el del vientre, que es mayor en los rebaños y en las fieras.”