Nadie Que Esté Feliz Escribe - Digital PDF
Nadie Que Esté Feliz Escribe - Digital PDF
Nadie Que Esté Feliz Escribe - Digital PDF
Gustavo Solórzano-Alfaro
Ilustración de cubierta
Aerolo Nebulaes, El sembrador, trazo en papel fabriano, 76,7 x 52,5 cm, 2016
Proyecto gráfico
Diego Mellado G.
Fotografía de solapa
Rebeca Hernández Hasbun
ISBN 978-956-9552-13-7
Nadar Ediciones Limitada
Santiago de Chile
http://www.nadarediciones.cl
contacto@nadarediciones.cl
11
Si valiera la pena
un pacto con el diablo
sería esta tortura
inversa de perderte
a cambïo de toda
la ciencia conocida.
Tendría la esperanza
de que al final de todo
igual me salvarías.
12
En un espacio de 2 x 3
me muevo con intermitencia.
De un estante a otro
busco entre folios
citas que no recuerdo,
libros que dejé a medio terminar
como casi todo lo que hago.
13
14
15
Aquí
bajo un sol helado
se comprueba la absoluta
orfandad de un poeta de provincia.
16
¿Buscás la felicidad?
No estás obligado a escribir.
Bien podrías ser un árbol
movido apenas por la brisa.
17
18
Ante un muro
cubierto de musgo
juramos que el amor
sería inamovible.
El muro permanece
‒como testigo fiel de esa promesa‒
pero algo en el amor se ha quebrado.
Las promesas se rompen,
los muros se mantienen.
Somos tan diferentes de las piedras
‒ajenos al silencio‒
que cada tanto
queremos regresar a nuestras casas,
probar que están en pie,
que son perennes
o quién sabe cuál otra fantasía.
Las piedras no conocen la palabra.
Los muros son memoria sin sentido
‒abatidos por décadas,
sellados por decretos‒.
El amor da
contra esos muros
de vez en cuando.
Las piedras
permanecen.
19
20
21
22
23
24
25
26
A G.A. Chaves
27
28
29
30
La temporada apenas
tarda lo que los mangos
tardan en arrojarse.
Los recojo con cuidado
pero aun así me manchan.
Los meto en sacos,
los dejo en la basura.
A veces los entierro
en el fondo del jardín.
Paleo y paleo tierra
sobre ellos y no se acaban.
Mi esposa, en la glorieta,
me observa como a un niño.
A lo mejor ella sabe
el secreto de las frutas
maduras y calladas
que se lanzan al vacío.
Sí, de seguro lo sabe,
por eso sus ojos brillan
como jamás brillaron
los ciruelos o los mangos.
31
32
33
34
35
(Aforismo)
¿Es la vida miserable?
Lo pregunto sin cinismo,
más bien con impotencïa.
(Versión 2)
¿Qué es el sacrificio?
¿Qué es la voluntad?
¿Qué es el sufrimiento
sino una prueba que jamás termina
sujeta a los caprichos
de un dios lejano?
¿Qué respuestas habría
en un mundo que fuera comprensible?
(Versión 1)
¿Qué es el sacrificio, qué la voluntad?
36
37
Yo solo espero
que el mundo se le abra
como una naranja dulce.
38
La poesía es el lago
en el que Narciso cree
ver su rostro, perfecto.
La crítica, el espejo
que le devuelve su rostro
verdadero: deforme.
He conocido poetas
que al regresar del baño
traían un nuevo libro
bajo su brazo.
39
40
He intentado convencerme
de esa muerte anunciada por Barthes.
Quizá porque así podría decir
“Me acosté con prostitutas y salí ileso”.
Quizá porque entonces nadie en mi familia
me miraría de forma extraña.
Quizá porque es más fácil cuando una confesión
es sincera y verdadera.
41
Si ustedes me creyeran
y aceptaran que lo que aquí se dice es ficción
y no los apuntes verídicos
de una persona cualquiera
podría sentirme más tranquilo
de aceptar lo que acepto,
de confesar lo que confieso,
de decir lo que digo,
de sufrir lo que sufro,
de llorar lo que lloro,
de vivir lo que he vivido.
42
43
A Crístofer Arias
Lo abrí en primavera
y lo cerré apenas en el verano.
Sin duda era un mal negocio,
pero me quedé a vivir en el pueblo.
44
45
Datos vitales:
46
Su corazón no pudo
vencer el sobrepeso.
47
48
49
1
Hay una historia que no puede ser contada. En esa
historia ni vos ni yo nos conocemos.
2
En unos papeles desordenados hay apuntes de antes de
la guerra. Los dos en un bar después de la medianoche.
Una cena de pan y chorizo.
3
Los últimos papeles son notas sueltas sobre la escasez
de los víveres, listas de amigos muertos, dibujos de
ventanas, teléfonos de oficiales y mensajes que piden el
cese al fuego.
4
Entre los puntos 1 y 2 pudimos habernos conocido. La
guerra pudo haberse evitado. ¿Qué sucedió en el medio?
¿Por qué las cosas resultan de un modo y no de otro? No
habitamos el mejor de los mundos posibles: habitamos
el único mundo posible.
50
A Byron Espinoza
51
52
53
La historia va así:
Brian Wilson quedó fascinado por el Rubber Soul.
Luego compuso Pet Sounds.
Paul McCartney quedó cómo loco con Pet Sounds.
Luego compuso sus temas del Sgt. Pepper.
Wilson deseaba ser el mejor. Trabajaba en el disco Smile.
Un buen día, mientras iba en su carro,
escuchó “Strawberry Fields Forever”.
Detuvo el carro. Dejó de trabajar.
Se recluyó en su casa, se quedó en una cama,
se atragantó de fármacos y otras drogas.
Todo había terminado.
Para Wilson, ya no había nada más allá de esa canción.
Y no hubo nada más allá de esa canción.
54
55
56
57
58
59
60
61
62
Sonrío al agua.
Soy la flor ciega:
un cuerpo arrojado
contra el frío y sin alas.
63
Sonrío al agua.
Soy la flor ciega:
apenas un cadáver
en estado de gracia.
64
65
66
A Germán Hernández
67
68
69
70
cuando así
pasen las cosas
una y otra vez
cuando así
pasen las cosas
una y otra vez
y se repitan
y se repitan
una y otra vez
y se repitan
y de nuevo
y vuelta a repetir
y a empezar de nuevo
y repetir y decir lo dicho
y cantar lo cantado
y decir lo ya dicho
una vez más y repetir
como todos los ciclos
como todos los tiempos
como las últimas verdades
71
por fin
72
La música es apenas
una nota al pie de “Famous Blue Raincoat”.
La poesía es solo
un garabato al margen de tu nombre.
73
Es absurdo escribir
poemas de amor
cuando uno está enamorado
y es correspondido
o al menos cree serlo.
Es un sinsentido total
intentar versos
que en otras circunstancias
también te saldrían mal
cuando estando enamorado
sos incapaz de dejar caer
como un mazo
las palabras que necesitan caer
con toda la fuerza y la tristeza.
Es un lugar común,
perdoname,
pero no tengo nada que decirte.
Los poemas de amor
son pobres sustitutos
de la grandeza y de lo eterno.
74
75
76
[Exordio]
77
[Exposición]
Pero no.
La lluvia ha empezado
a caer
y busco refugio.
En mi cocina
preparo una crema
de finas hierbas.
Con un cuchillo
marco las estaciones
78
[Confirmatio]
79
[Peroratio]
Dame tu risa,
precioso ángel,
dame tu risa;
quitame el peso
de arrojar estas
palabras vacuas
a la gente. Que sea
tu risa el bálsamo
para abandonar esta
manía inútil
de los versos.
80
81
§ El título del libro es una frase que solía repetir el teórico literario y
psicoanalista costarricense Manuel Picado. A lo mejor el origen sea otro,
pero lo que importa aquí es su gesto. Esta es mi forma de agradecerle
por todo.
§ “Para ser una leyenda”. El verso final es una frase que mi xará,
G.A.Chaves, escribió en sus observaciones a otro poema de este libro.
A un comentario suyo le debo también haber completado el texto
“Lennon…”.
§ “¡Y luego dirán que no matan las penas!”. El título es la frase del
final que pronuncia Domingo al observar a Orfeo, en Niebla, nivola
de Miguel de Unamuno (Colección Popular de Cultura Universal,
Managua: Editorial Nueva Nicaragua, 1987, p. 261). En la Odisea,
Argos, el perro de Odiseo, es el primero que lo reconoce cuando este
83
§ “Poética n.° 7”. La segunda parte de este texto es una afirmación que
solía hacer Luis Antonio Bedoya, a quien está dedicado el texto.
84
85
A Alberto Calvo,
a G.A. Chaves,
a Luis Chaves,
a Fabián Coto Chaves,
a Byron Espinoza,
a Germán Hernández,
a Andrea Mickus,
a Luis Moreno Villamediana
a Silvia Piranesi
y a Eduardo Valverde
–quienes leyeron versiones preliminares de este libro–,
por su generosidad, por su tiempo, por sus observaciones
y por sus invaluables sugerencias
A Carlos Cortés,
a Gladys González
y a Ezequiel Zaidenwerg,
por sus palabras
A Aerolo Nebulaes,
por El sembrador
87
Notas 83
Agradecimientos 87
Nadie que esté feliz escribe es un libro
donde se abrazan los dos hemisferios del
planeta. Fue compuesto con la familia
tipográfica Adobe Garamond Pro y
diseñado por el equipo editorial de Nadar.
Terminó de imprimirse en junio de 2017,
en Santiago de Chile.