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Capitulo 1 Números Reales

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Área de Análisis Matemático

Universidad de Zaragoza

Capı́tulo 1

Números reales

1.1. Sistemas numéricos


1.1.1. Números naturales: principio de inducción
Los números 1, 2, 3, . . . , reciben el nombre de números naturales. Con ellos se realizan dos
operaciones, la suma de números naturales y el producto de números naturales, que dan como
resultado otro número natural perfectamente definido. Para dos números naturales cualesquiera
m y n, su suma suele representarse por m + n y su producto por m · n o m n (si no ha lugar a
confusión). Si denotamos con N el conjunto de todos los números naturales, podemos pensar en la
suma y el producto como aplicaciones del producto cartesiano N × N en N, de modo que

+ : (m, n) ∈ N × N → m + n ∈ N, · : (m, n) ∈ N × N → m n ∈ N.

Las propiedades fundamentales de estas operaciones son las que a continuación transcribimos:
Dados números naturales cualesquiera m, n, p, se cumplen
N1. Propiedad asociativa de la suma: (m + n) + p = m + (n + p).
N2. Propiedad conmutativa de la suma: m + n = n + m.
N3. Propiedad asociativa del producto: (m n) p = m (n p).
N4. Propiedad conmutativa del producto: m n = n m.
N5. Existencia de elemento neutro (identidad) para el producto: Hay un número natural,
que denotamos por 1, tal que 1 · n = n · 1 = n.
N6. Propiedad distributiva del producto respecto de la suma: m (n + p) = m n + m p.
Es posible asimismo “comparar el tamaño” de dos números naturales cualesquiera , estable-
ciendo ası́ una relación de orden en N. Suele escribirse m ≤ n para indicar que m es menor o igual
que n (o lo que es lo mismo, que n es mayor o igual que m, lo que también se escribe n ≥ m), y
pondremos m < n (o n > m) para expresar que m es estrictamente menor que n (o sea, que m es
menor y distinto que n). Esta relación cumple para m, n, p ∈ N
N7. Propiedad reflexiva: m ≤ m.
N8. Propiedad antisimétrica: si m ≤ n y n ≤ m, entonces m = n.
N9. Propiedad transitiva: si m ≤ n y n ≤ p, entonces m ≤ p.
N10. Propiedad de orden total: siempre es m ≤ n o n ≤ m.
N11. Principio de buena ordenación: Todo conjunto no vacı́o de números naturales posee un
elemento mı́nimo, es decir, dado S ⊆ N no vacı́o, existe un elemento m en S tal que m ≤ n
para todo n ∈ S.
Una de las propiedades de N más usadas durante el curso es el denominado principio de induc-
ción, que pasamos a enunciar.
N12. Principio de inducción matemática: Un conjunto de números naturales que contenga
a 1 y que con cada n contenga a n + 1, debe contener a todos los números naturales. Es decir,
dado S ⊆ N tal que 1 ∈ S y n + 1 ∈ S siempre que n ∈ S, es S = N.

1
2 CAPÍTULO 1. NÚMEROS REALES

En la práctica, el principio de inducción suele aplicarse en términos de “propiedades” más que


en términos de conjuntos, como expresan los siguientes enunciados:
N12’. Principio de inducción: Si para cada número natural n se tiene una propiedad Pn que
puede ser cierta o falsa, de tal manera que

(a) P1 es cierta,

(b) para cada n ∈ N, suponiendo que Pn es cierta se puede demostrar que Pn+1 es cierta,

entonces Pn es cierta para todo n ∈ N.


N12”. Principio de inducción completa: Si para cada número natural n se tiene una propiedad
Pn que puede ser cierta o falsa, de tal manera que

(a) P1 es cierta,

(b) para cada n ∈ N, suponiendo que P1 , P2 , . . . , Pn son ciertas se puede demostrar que Pn+1 es
cierta,

entonces Pn es cierta para todo n ∈ N.


La ordenación de N no es independiente de las operaciones anteriormente consideradas: como
es bien sabido, para dos números naturales m, n se tiene m > n si y solo si es m = n + p para
algún número natural p.
Es un hecho notable, señalado por el matemático italiano G. Peano en su obra Arithmetices
principia nova methodo exposita (Bocca, 1889) que todas las propiedades de los números naturales
pueden deducirse de las siguientes, llamadas en su honor axiomas de Peano para los números
naturales:
P1: Para todo número natural n existe otro número natural, ns , que llamaremos siguiente o
sucesor de n.
P2: Existe un número natural, que denotamos por 1, tal que ns 6= 1 cualquiera que sea el número
natural n.
P3: Para números naturales cualesquiera m y n, es ms = ns si y solo si m = n.
P4. (Principio de inducción): Si un conjunto S de números naturales satisface las dos condi-
ciones 1 ∈ S y n ∈ S implica ns ∈ S, entonces S = N.
Las operaciones de suma y producto y la relación de orden se definen entonces en términos de
“siguientes”, véase por ejemplo [Birkhoff-MacLane].

1.1.2. Números enteros y racionales


El conjunto de los números enteros . . . , -3, -2, -1, 0, 1, 2, 3, . . . , que amplı́a el de los naturales,
se denota por Z. En él hay definidas dos operaciones, suma y producto, y una relación de orden,
cuyas propiedades fundamentales recogemos a continuación:
Dados m, n, p ∈ Z, se cumple
Z1. Propiedad asociativa de la suma: (m + n) + p = m + (n + p).
Z2. Propiedad conmutativa de la suma: m + n = n + m.
Z3. Existencia de elemento neutro (cero) para la suma: Hay un número entero, que
denotamos por 0, tal que 0 + n = n + 0 = n.
Z4. Existencia de elemento opuesto para la suma: Hay un número entero (y solo uno), que
denotamos por −n, tal que (−n) + n = n + (−n) = 0.
Las propiedades Z1 a Z4 pueden resumirse diciendo que Z es un grupo conmutativo para la
suma.
Z5. Propiedad asociativa del producto: (m n) p = m (n p).
Z6. Propiedad conmutativa del producto: m n = n m.
Z7. Existencia de elemento neutro (identidad) para el producto: Hay un número entero,
que denotamos por 1, tal que 1 · n = n · 1 = n.
1.1. SISTEMAS NUMÉRICOS 3

Z8. Propiedad distributiva del producto respecto de la suma: m (n + p) = m n + m p.


Las propiedades Z1 a Z8 pueden resumirse diciendo que Z es un anillo conmutativo para la
suma y el producto.
Z9. Propiedad reflexiva de la ordenación: m ≤ m.
Z10. Propiedad antisimétrica de la ordenación: Si m ≤ n y n ≤ m, entonces m = n.
Z11. Propiedad transitiva de la ordenación: Si m ≤ n y n ≤ p, entonces m ≤ p.
Z12. Propiedad de orden total: Siempre es m ≤ n o n ≤ m.
Nótese que no va a ser válido un principio de buena ordenación igual que para los números
naturales: por ejemplo, el propio conjunto Z no tiene elemento mı́nimo, pues para cada n ∈ Z es
n − 1 < n. Sin embargo, vamos a tener una propiedad análoga para cierta clase de subconjuntos:
Z13. Principio de buena ordenación de los conjuntos minorados: Todo conjunto no vacı́o
de números enteros acotado inferiormente posee un elemento mı́nimo, es decir, dado S ⊆ Z no
vacı́o tal que para algún k ∈ Z es k ≤ n para todo n ∈ S, existe un elemento m en S tal que
m ≤ n para todo n ∈ S.
En Z puede hablarse del “siguiente” a un número entero, en el sentido de que entre n y n + 1
no hay ningún otro número entero. No se cumple, sin embargo, el principio de inducción, sino una
propiedad similar aunque más débil:
Z14: Un conjunto de números enteros que contenga un número k y que con cada n contenga a
n + 1, debe contener a todos los números enteros mayores o iguales que k. Es decir, dado S ⊆ Z
tal que k ∈ S y n + 1 ∈ S siempre que n ∈ S, se tiene S ⊇ {n ∈ Z : n ≥ k}.
Como es sabido, la introducción de los números enteros hace posible la substracción, pero no la
división. Esta operación es posible (¡dividiendo por elementos distintos de 0!) en el conjunto Q de
los números racionales, cocientes de números enteros (con denominador no nulo). Las propiedades
básicas de la suma, producto y orden de números racionales se sumarizan a continuación.
Dados a, b, c ∈ Q, se cumple
Q1. Propiedad asociativa de la suma: (a + b) + c = a + (b + c).
Q2. Propiedad conmutativa de la suma: a + b = b + a.
Q3. Existencia de elemento neutro (cero) para la suma: Hay un número racional, que
denotamos por 0, tal que 0 + a = a + 0 = a.
Q4. Existencia de elemento opuesto para la suma: Hay un número racional (y solo uno),
que denotamos por −a, tal que (−a) + a = a + (−a) = 0.
Las propiedades Q1 a Q4 expresan que Q es un grupo conmutativo para la suma.
Q5. Propiedad asociativa del producto: (a b) c = a (b c).
Q6. Propiedad conmutativa del producto: a b = b a.
Q7. Existencia de elemento neutro (identidad) para el producto: Hay un número racional,
que denotamos por 1, tal que 1 · a = a · 1 = a.
Q8. Existencia de inverso para el producto: Si a 6= 0, hay un número racional (y solo uno)
que denotamos por a−1 o 1/a, tal que a−1 a = a a−1 = 1.
Q9. Propiedad distributiva del producto respecto de la suma: a (b + c) = a b + a c.
Las propiedades Q1 a Q9 expresan que Q es un cuerpo conmutativo para la suma y el producto.
Q10. Propiedad reflexiva de la ordenación: a ≤ a.
Q11. Propiedad antisimétrica de la ordenación: Si a ≤ b y b ≤ a, entonces a = b.
Q12. Propiedad transitiva de la ordenación: Si a ≤ b y b ≤ c, entonces a ≤ c.
Q13. Propiedad de orden total: Siempre es a ≤ b o b ≤ a.
Q14. Compatibilidad del orden con la suma: Si a ≤ b, entonces a + c ≤ b + c.
Q15. Compatibilidad del orden con el producto por elementos no negativos: Si a ≤ b
y c ≥ 0, entonces a c ≤ b c.
Las propiedades Q1 a Q15 expresan que Q es un cuerpo conmutativo totalmente ordenado.
Señalaremos que en Q no hay ninguna propiedad similar al principio de inducción. Ni siquiera
puede hablarse del “siguiente” a un número dado: concretamente, entre dos números racionales
4 CAPÍTULO 1. NÚMEROS REALES

a+b
distintos siempre hay otro número racional. Pues si a < b, se tiene a < < b (¿por qué?).
2

1.1.3. La recta numérica


La representación gráfica de los números como puntos de una recta permite visualizar, sobre
todo, las relaciones de orden. La suma es aún una construcción lineal, pero para construir productos
hay que pasar al plano.
Esta representación permite descubrir “huecos” en Q: ningún número racional puede representar
la longitud de la diagonal del cuadrado de lado unidad. Dicho de otra forma, no existe ningún
número racional a tal que a2 = 2 (porque si fuese a = m/n con m y n enteros sin factores primos
comunes (n 6= 0), se sigue que m2 = 2n2 , con lo que m2 –y por tanto m– debe admitir el factor
2; pero entonces m = 2p para algún entero p, y sustituyendo en la igualdad que tenı́amos queda
4p2 = 2n2 , es decir, 2p2 = n2 , luego n2 –y por tanto n– debe admitir el factor 2, que es ası́ factor
común a m y n, contra lo supuesto).
Para poder hablar de números que puedan representar estas cantidades es necesario proceder
a una nueva ampliación de los sistemas numéricos. Ası́ pasamos a considerar el conjunto R de los
números reales o, más exactamente, las propiedades de R (sin entrar en su naturaleza: no diremos
“qué es” un número real, sino “cómo funcionan” los números reales).

1.1.4. Números reales: operaciones algebraicas


En R hay dos operaciones, suma y producto, respecto de las cuales es un cuerpo conmutativo.
Esto significa, como ya sabemos, que si a, b, c son números reales cualesquiera, se cumple:
R1. Propiedad asociativa de la suma: (a + b) + c = a + (b + c).
R2. Propiedad conmutativa de la suma: a + b = b + a.
R3. Existencia de elemento neutro (cero) para la suma: Hay un número real, que denota-
mos por 0, tal que 0 + a = a + 0 = a.
R4. Existencia de elemento opuesto para la suma: Hay un número real (y solo uno), que
denotamos por −a, tal que (−a) + a = a + (−a) = 0.
R5. Propiedad asociativa del producto: (a b) c = a (b c).
R6. Propiedad conmutativa del producto: a b = b a.
R7. Existencia de elemento neutro (identidad) para el producto: Hay un número real
distinto de 0, que denotamos por 1, tal que 1 · a = a · 1 = a.
R8. Existencia de inverso para el producto: Si a 6= 0, hay un número real (y solo uno) que
denotamos por a−1 o 1/a, tal que a−1 a = a a−1 = 1.
R9. Propiedad distributiva del producto respecto de la suma: a (b + c) = a b + a c.
Las propiedades comúnmente usadas en los cálculos algebraicos se deducen de éstas. Por ejem-
plo, veamos en detalle cómo se probarı́a que para todo número real a es a · 0 = 0:
R3 R9
a · 0 = a (0 + 0) = a · 0 + a · 0

y de R4 se sigue
R1 R4 R3
0 = −(a · 0) + a · 0 = −(a · 0) + [(a · 0 + a · 0)] = [−(a · 0) + a · 0] + a · 0 = 0 + a · 0 = a · 0.

1.2. Ordenación de los números reales


1.2.1. Desigualdades fundamentales en R
En R hay una relación de orden cuyas primeras propiedades son las mismas que las de la
ordenación de los números racionales:
Dados a, b, c ∈ R,
1.2. ORDENACIÓN DE LOS NÚMEROS REALES 5

R10. (reflexiva): a ≤ a.
R11. (antisimétrica): a ≤ b y b ≤ a =⇒ a = b.
R12. (transitiva): a ≤ b y b ≤ c =⇒ a ≤ c.
R13. (orden total): a ≤ b ó b ≤ a.
R14. (relación con la suma): a ≤ b =⇒ a + c ≤ b + c.
R15. (relación con el producto): Si c ≥ 0, a ≤ b =⇒ a c ≤ b c.
En particular, a ≥ 0 y b ≥ 0 =⇒ a b ≥ 0.
De estas pueden deducirse sucesivamente (es un ejercicio recomendable) las siguientes desigual-
dades, que utilizaremos de aquı́ en adelante sin más comentario según las necesitemos.
Para x, y ∈ R, pondremos x < y si x ≤ y y x 6= y. Ası́, dados a, b, c, d, a1 , . . . , an ∈ R,

1. a ≤ b y b < c =⇒ a < c.

2. a < b y b ≤ c =⇒ a < c.

3. a < b =⇒ a + c < b + c.

4. suma de desigualdades: a ≤ b y c ≤ d =⇒ a + c ≤ b + d, siendo entonces a + c = b + d si y


solo si a = b y c = d.

5. a1 , . . . , an ≥ 0 =⇒ a1 + · · · + an ≥ 0; además, a1 + · · · + an > 0 excepto si a1 = · · · = an = 0.

6. a ≤ b ⇐⇒ −a ≥ −b.

7. a < b ⇐⇒ −a > −b.

8. a > 0 ⇐⇒ −a < 0.

9. a > 0 y b > 0 =⇒ a b > 0.

10. a > 0 y b < 0 =⇒ a b < 0.

11. a < 0 y b > 0 =⇒ a b < 0.

12. a < 0 y b < 0 =⇒ a b > 0.

13. a 6= 0 =⇒ a2 > 0, y ası́ a2 ≥ 0 siempre.

14. 2ab ≤ a2 + b2 .

15. 1 > 0, −1 < 0.

16. a < b y c ≥ 0 =⇒ a c ≤ b c, siendo entonces a c < b c si y solo si c 6= 0.

17. a ≤ b y c < 0 =⇒ a c ≥ b c, siendo entonces a c > b c si y solo si a < b.

18. producto de desigualdades: si b ≥ 0 y c ≥ 0, a ≤ b y c ≤ d =⇒ a c ≤ b d.

19. si b ≥ 0 y c ≥ 0, a ≤ b y c ≤ d, entonces a c < b d excepto si d = 0 o bien a = b = 0 o bien


b = c = 0 o bien a = b y c = d.

20. 0 ≤ a ≤ b =⇒ a2 ≤ b2 .

21. 0 ≤ a < b =⇒ a2 < b2 .

22. a2 ≤ b2 y b ≥ 0 =⇒ a ≤ b.

23. a2 < b2 y b > 0 =⇒ a < b.


6 CAPÍTULO 1. NÚMEROS REALES

1
24. a > 0 ⇐⇒ > 0.
a
1 1
25. 0 < a ≤ b =⇒ ≤ .
b a
1 1
26. a ≤ b < 0 =⇒ ≤ .
b a

1.2.2. Valor absoluto de un número real. Desigualdades básicas


El valor absoluto de un número real a es el número real no negativo
(
a, si a ≥ 0;
|a| =
−a, si a ≤ 0.

Gráficamente corresponde a la distancia de a al origen.

Definición 1.2.1 (distancia entre números reales). Dados a, b ∈ R, llamaremos distancia


entre a y b al número real no negativo |a − b|.

Gráficamente, |a − b| mide la ‘distancia geométrica’ entre a y b.


Recogemos las propiedades del valor absoluto que son de mayor interés para el resto del curso.
Si a, b, c, d, denotan números reales cualesquiera, se verifica:

1. |1| = 1; | − 1| = 1.

2. | − a| = |a|.

3. −|a| ≤ a ≤ |a|.

4. |a| ≤ b ⇐⇒ −b ≤ a ≤ b.

5. |a| < b ⇐⇒ −b < a < b.

6. |a| > b ⇐⇒ a > b ó a < −b (supuesto b ≥ 0).

7. |a| ≥ 0; |a| = 0 ⇐⇒ a = 0.

8. |a b| = |a| |b|.

9. desigualdad triangular |a + b| ≤ |a| + |b|.

10. desigualdad triangular “inversa”: ||a| − |b|| ≤ |a − b|.

11. |a−1 | = |a|−1 siempre que a 6= 0.

12. a2 ≤ b2 ⇐⇒ |a| ≤ |b| y a2 = b2 ⇐⇒ |a| = |b|.

13. |a| ≤ b ⇐⇒ a2 ≤ b2 y b ≥ 0.

Ejercicio. Demostrar que


|x| ≤ εpara todo ε > 0 =⇒ x = 0.

¿Para qué números x se cumple que x ≤ ε para todo ε > 0?


1.2. ORDENACIÓN DE LOS NÚMEROS REALES 7

1.2.3. Conjuntos acotados en R: cotas, supremo, ı́nfimo, máximo, mı́nimo de


un conjunto
Dado un subconjunto S de R, si para algún número real a es a ≤ s para todo s ∈ S, diremos
que a es una cota inferior de S y que S está acotado inferiormente (por a).
Si para algún número real b fuese b ≥ s para todo s ∈ S, diremos que b es una cota superior
de S y que S está acotado superiormente (por b).
Cuando S está acotado a la vez superior e inferiormente, se dice que S está acotado .
Un número real m es mı́nimo de un conjunto S si pertenece al conjunto y es una cota inferior
del mismo. Es decir, si m ∈ S y m ≤ s para todo s ∈ S. Pondremos entonces m = mı́n S.
Un número real M es máximo de un conjunto S si pertenece al conjunto y es una cota superior
del mismo. Es decir, si M ∈ S y M ≥ s para todo s ∈ S. Pondremos entonces M = máx S.
Un número real a es ı́nfimo de un conjunto S si es la mayor cota inferior del S. Es decir, si
a ≤ s para todo s ∈ S y cada a0 > a no es cota inferior de S, de modo que se tendrá a0 > s0 para
algún s0 ∈ S. Pondremos entonces a = inf S.
(Dicho de otra forma, el ı́nfimo de un conjunto es el máximo del conjunto de cotas inferiores
del primero.)
Nótese que si a = inf S, será a = mı́n S si y solo si a ∈ S.
Un número real b es supremo de un conjunto S si es la menor cota superior del S. Es decir, si
b ≥ s para todo s ∈ S y cada b0 < b no es cota superior de S, de modo que se tendrá b0 < s0 para
algún s0 ∈ S. Pondremos entonces b = sup S
(Dicho de otra forma, el supremo de un conjunto es el mı́nimo del conjunto de cotas superiores
del primero.)
Nótese que si b = sup S, será b = máx S si y solo si a ∈ S.

Ejemplos. Ver [Apostol1, pág. 29].

1.2.4. Axioma del supremo (axioma de completitud de R para el orden)


R16. Completitud de R: Todo subconjunto no vacı́o de R acotado superiormente tiene supremo.
La propiedad simétrica (todo subconjunto no vacı́o de R acotado inferiormente tiene ı́nfimo) es
consecuencia de lo anterior.

1.2.5. Propiedad arquimediana de R: consecuencias


Teorema 1.2.2 (propiedad arquimediana de R). Dados dos números reales a, b, con a > 0,
existe algún número natural n tal que na > b.

Demostración. Razonemos por reducción al absurdo. Si la tesis no fuese cierta, es decir, si hubiese
números reales a, b, con a > 0, tales que na ≤ b para todo número natural n, veamos que se llega
a una contradicción. En tal caso, el conjunto S = {na; n ∈ N} estarı́a acotado superiormente (por
b) siendo no vacı́o, luego por la propiedad de completitud tendrı́a supremo. Sea s este supremo, es
decir, s = sup S = sup{na; n ∈ N}. Puesto que a > 0, s − a < s; según la definición de supremo,
s − a ya no puede ser cota superior del conjunto S, de modo que existirá algún elemento en S
estrictamente mayor que s − a. Dicho elemento será de la forma n0 a con n0 ∈ N, y ası́ s − a < n0 a.
Pero esto implica que s < n0 a + a = (n0 + 1) a y obviamente (n0 + 1) a ∈ S, con lo cual s no podrı́a
ser cota superior de S, contradicción.

Aplicada al caso particular a = 1, la propiedad arquimediana muestra que el conjunto N de los


números naturales no está acotado superiormente por ningún número real.
Como consecuencia de la propiedad arquimediana se puede probar que todo número real
está “encajado” entre dos enteros consecutivos.
8 CAPÍTULO 1. NÚMEROS REALES

Teorema 1.2.3 (parte entera de un número real). Dado x ∈ R, existe un número entero (y
uno solo), que suele denotarse con [x], tal que

[x] ≤ x < [x] + 1.

Denominaremos a [x] la parte entera de x.

Demostración. La desigualdad del enunciado equivale a decir que [x] es el mayor número entero
menor o igual que x. Para probar que existe, podemos utilizar uno cualquiera de los siguientes
caminos:
Primer camino. Comenzamos por observar que todo conjunto no vacı́o de números enteros
acotado superiormente tiene un elemento máximo, como se deduce del principio de buena ordenación
de los conjuntos minorados (Z13) sin más que tomar opuestos. Pero el conjunto S de enteros
menores o iguales que x es no vacı́o, pues por la propiedad arquimediana existe n ∈ N tal que
−x ≤ n y ası́ −n ≥ x, luego −n ∈ S; además, S está acotado superiormente (por x o por cualquier
número natural superior a x, si no queremos salirnos de Z). Por lo tanto, S tiene un elemento
máximo, llamémosle m, que por estar en S será menor o igual que x y por ser máximo excluye que
m + 1 (entero estrictamente mayor que m) pueda figurar en S, lo que implica que m + 1 > x.
Segundo camino. Utilizaremos que todos los números naturales son mayores o iguales que 1
(¡demostrarlo por inducción!) y que los números naturales son justamente los enteros positivos.
Llamando nuevamente S al conjunto de enteros menores o iguales que x, S es no vacı́o por el
argumento anterior y está acotado superiormente por x; aplicando el axioma de completitud, S
tiene un supremo, al que vamos a llamar s. Como s − 1 ya no es cota superior de S, por ser
estrictemente menor que s, existirá m ∈ S tal que s − 1 < m ≤ s. Pero m también es cota superior
de S, dado que si algún n ∈ S verificase n > m obtendrı́amos m < n ≤ s < m + 1, de donde
0 < n − m < 1, y n − m serı́a un entero positivo menor que 1, imposible. Por tanto vemos que
hay un elemento de S que es cota superior de S, es decir, que es el máximo de S, y como antes
deberá cumplir m ≤ x < m + 1.

La propiedad arquimediana permite también deducir cómo están “repartidos” en R los números
racionales.

Teorema 1.2.4 (densidad de Q en R). Dados dos números reales a, b, con a < b, existe algún
número racional r tal que a < r < b.

Comentario. Si existe tal r, podrá escribirse en la forma r = m/n con m ∈ Z y n ∈ N, de


modo que hemos de encontrar m ∈ Z y n ∈ N tales que a < m/n < b o, lo que es lo mismo,
na < m < nb. Es intuitivamente claro, pensando en la representación gráfica de R, que entre dos
números a “distancia” mayor que 1 siempre se puede incluir un número entero (suponiendo los dos
números positivos, por ejemplo, superponiendo el segmento unidad consigo mismo hacia la derecha,
la primera vez que sobrepasemos el número más cercano al origen, no habremos sobrepasado el otro
número). Esta es la idea que vamos a tratar de utilizar.

Demostración. La propiedad arquimediana aplicada a b − a > 0 y a 1 nos asegura la existencia de


un n ∈ N tal que n(b − a) > 1, con lo cual nb > na + 1.
Sea ahora S = {p ∈ Z : p > na}. Este es un conjunto no vacı́o (¿por qué?) de números
enteros acotado inferiormente en Z (¿por qué?); según la propiedad Z13, posee un elemento mı́nimo.
Llamando m = mı́n S, puesto que m ∈ S es m > na; y como es el mı́nimo de S, m − 1 no puede
estar en S, lo que significa que m − 1 ≤ na. Pero entonces m ≤ na + 1 < nb; ası́ pues, na < m < nb
y finalmente a < m/n < b.

Teorema 1.2.5 (densidad de R \ Q en R). Dados dos números reales a, b, con a < b, existe
algún número irracional x tal que a < x < b.
1.2. ORDENACIÓN DE LOS NÚMEROS REALES 9

Demostración. Es suficiente encontrar un número irracional y. En efecto, si y ∈ R \ Q, para cada


r ∈ Q se tiene r + y ∈ R \ Q (pues si fuese r + y ∈ Q, como la diferencia de dos números racionales
es asimismo un número racional, también y = (r + y) − r ∈ Q). Puesto que a − y < b − y, según
acabamos de probar existe r ∈ Q tal que a − y < r < b − y, de donde a < r + y < b y r + y ∈ R \ Q.
Veamos, pues, que existe y ∈ R \ Q. Para ello, como ya sabemos que no hay ningún número
racional cuyo cuadrado sea igual a 2, vamos a √demostrar que existe un número real positivo
de cuadrado 2 (número que representamos por 2). Consideremos el conjunto S = {x ∈ R :
x ≥ 0, x2 ≤ 2}. Este es un conjunto no vacı́o de números reales (por ejemplo, 1 ∈ S), acotado
superiormente (por ejemplo, por 2: ya que si x > 2, x2 > 4 > 2), luego tiene supremo.
Sea y = sup S (como 1 ∈ S, y ≥ 1 > 0). Comprobemos, por exclusión, que y 2 = 2. No puede
ser y 2 > 2, porque entonces tomando por ejemplo h = mı́n{y, (y 2 − 2)/2y} > 0 se tendrı́a

(y − h)2 = y 2 − 2yh + h2 > y 2 − 2yh ≥ y 2 − (y 2 − 2) = 2,

de modo que si x ∈ S, (y − h)2 > 2 ≥ x2 , de donde y − h > x, es decir, y − h serı́a una cota superior
de S ¡estrictamente menor que su supremo!
Pero tampoco puede ser y 2 < 2, porque entonces tomando por ejemplo h = mı́n{y, (2 −
y 2 )/3y} > 0 , se tendrı́a (y + h)2 = y 2 + 2yh + h2 ≤ y 2 + 2yh + yh = y 2 + 3yh ≤ y 2 + (2 − y 2 ) = 2,
o sea, y < y + h ∈ S, con lo cual el supremo de S no serı́a cota superior de S, absurdo. Queda
ası́ como única posibilidad y 2 = 2.

1.2.6. Intervalos en R
Reciben el nombre de intervalos los subconjuntos de R definidos del siguiente modo (a, b son
números reales cualesquiera):
(a, b) = {x ∈ R : a < x < b} (intervalo abierto acotado de extremos a, b)
[a, b) = {x ∈ R : a ≤ x < b} (intervalo semiabierto –por la derecha– de extremos a, b)
(a, b] = {x ∈ R : a < x ≤ b} (intervalo semiabierto –por la izquierda– de extremos a, b)
[a, b] = {x ∈ R : a ≤ x ≤ b} (intervalo cerrado acotado de extremos a, b)
(a, +∞) = {x ∈ R : x > a} (intervalo abierto no acotado de origen a)
[a, +∞) = {x ∈ R : x ≥ a} (intervalo cerrado no acotado de origen a)
(−∞, b) = {x ∈ R : x < b} (intervalo abierto no acotado de extremo b)
(−∞, b] = {x ∈ R : x ≤ b} (intervalo cerrado no acotado de extremo b)
(−∞, +∞) = R.

Nótese que si a > b, (a, b) = ∅, de modo que el conjunto vacı́o es un intervalo.


Los intervalos de R pueden ser caracterizados mediante la propiedad de los valores intermedios:
Proposición 1.2.6 (caracterización de los intervalos reales). Un subconjunto I de R es un
intervalo si y solo si dados x, y ∈ I, cada z ∈ R tal que x ≤ z ≤ y también pertenece a I. (Dicho
de otro modo: con cada dos valores están también todos los intermedios.)
Demostración. Para probar la implicación directa basta un examen de todos los casos. Por ejemplo,
si I = (a, b), x, y ∈ I, y z ∈ R es tal que x ≤ z ≤ y, se tiene a < x ≤ z ≤ y < b, luego a < z < b y
por definición z ∈ I.
La implicación inversa es trivial en el caso de que I = ∅. Suponemos, pues, I 6= ∅. Pueden
presentarse las siguientes situaciones: (1) I es acotado. (2) I es acotado superiormente pero no
inferiormente. (3) I es acotado inferiormente pero no superiormente. (4) I no es acotado superior
ni inferiormente. Veamos cada una de ellas.
(1) I es acotado. Sea a = inf I, b = sup I. Obviamente entonces (a, b) ⊆ I ⊆ [a, b], pues
c ∈ (a, b) ⇐⇒ a < c < b, y por definición de supremo e ı́nfimo existirán un x ∈ I con x < c y un
y ∈ I con c < y, luego c ∈ I; por otra parte, también por definición de supremo e ı́nfimo, de x ∈ I
se sigue a ≤ x ≤ b, o sea, x ∈ [a, b]. Ahora,
10 CAPÍTULO 1. NÚMEROS REALES

si a, b ∈ I, [a, b] = (a, b) ∪ {a, b} ⊆ I ⊆ [a, b], luego I = [a, b],


si a ∈ I, b 6∈ I, [a, b) = (a, b) ∪ {a} ⊆ I ⊆ [a, b] \ {b} = [a, b), luego I = [a, b),
si a 6∈ I, b ∈ I, (a, b] = (a, b) ∪ {b} ⊆ I ⊆ [a, b] \ {a} = (a, b], luego I = (a, b],
si a 6∈ I, b 6∈ I, (a, b) ⊆ I ⊆ [a, b] \ {a, b} = (a, b), luego I = (a, b).
(2) I es acotado superiormente pero no inferiormente. Sea a = sup I, con lo que (−∞, a) ⊆
I ⊆ (−∞, a], pues para cada z ∈ I es z ≤ a y dado z < a, existe y ∈ I con z < y (por definición
de supremo) y existe x ∈ I con x < z (I no está acotado inferiormente), que con la hipótesis del
enunciado da z ∈ I. En consecuencia,
si a ∈ I, (−∞, a] = (−∞, a) ∪ {a} ⊆ I ⊆ (−∞, a], luego I = (−∞, a],
si a ∈/ I, (−∞, a) ⊆ I ⊆ (−∞, a] \ {a} = (−∞, a), luego I = (−∞, a).
Los restantes casos se analizan de forma análoga: en (3) se obtiene I = (a, +∞) o I = [a, +∞),
donde a = inf I, y en (4) queda I = R.

1.3. APÉNDICE. Expresión decimal de un número real


En esta exposición, seguiremos esencialmente la que puede verse en [Apostol2, págs. 13–15].
Los números reales de la forma
a1 a2 an
a0 + + 2 + ··· + n,
10 10 10
donde a0 es un número entero no negativo y a1 , . . . , an son enteros que satisfacen 0 ≤ aj ≤ 9, se
expresan normalmente de la forma a0 , a1 a2 . . . an . Esta expresión se llama representación decimal
finita. Estos números son racionales, pero no todo número racional tiene una representación decimal
finita (véase [Apostol2, págs. 13–14]).
Proposición 1.3.1 (aproximaciones decimales finitas de los números reales). Dado un
número real x ≥ 0, para todo n ∈ N existe un decimal finito rn = a0 , a1 a2 . . . an tal que
1
r n ≤ x < rn + .
10n
En consecuencia,
x = sup{rn : n ∈ N}.
Demostración. Para construir los rn basta tomar a0 = [x], ak = [10k x] − 10[10k−1 x], 1 ≤ k ≤ n
(ver detalles en [Apostol2, págs. 14–15]).
Por otra parte, x es cota superior de {rn : n ∈ N} por construcción, y es la menor de las cotas
1
superiores porque si y < x es posible encontrar un n ∈ N de manera que 10n > (¿por qué?)
x − x0
0
y para este n es rn > x (¿por qué?).

Que x es el supremo del conjunto {rn : n ∈ N} suele expresarse poniendo

x = a0 , a1 a2 . . . an . . .

y se dice entonces que a0 , a1 a2 . . . an . . . es una representación decimal infinita de x. En ciertos


casos, es posible obtener el mismo supremo para dos representaciones decimales infinitas distintas,
ver [Apostol2, pág. 15].
Para x = 0, suele tomarse como representación decimal 0, 00 . . . 0 . . .; y para x < 0, se parte de
una representación decimal de −x y se coloca un signo − delante.
(Hay una presentación más geométrica y ‘computacional’ en [Lax, §1.3].)
Si en vez de usar potencias de 10 se utilizan potencias de 2, se obtiene la representación
binaria de los números reales; la representación hexadecimal resulta al tomar potencias de 16.
Ambas han adquirido gran importancia (especialmente la primera) en relación con los ordenadores.
(Ver detalles en [Abellanas-Galindo, capı́tulo 3] y [Bartle-Sherbert, págs. 73 y siguientes].)
Bibliografı́a

[Abellanas-Galindo] Abellanas, L. - Galindo, A.: Métodos de cálculo. Serie Schaum, Mc Graw-


Hill/Interamericana de España, Madrid, 1989. Citado en la(s) página(s) 10

[Apostol1] Apostol, T. M.: Calculus, vol. I (segunda edición). Reverté, Barcelona, 1989.
Citado en la(s) página(s) 7

[Apostol2] Apostol, T. M.: Análisis Matemático (segunda edición). Reverté, Barcelona,


1991. Citado en la(s) página(s) 10

[Bartle-Sherbert] Bartle, R. G. - Sherbert, D. R.: Introducción al Análisis Matemático de


una Variable. Limusa, México, 1990. Citado en la(s) página(s) 10

[Birkhoff-MacLane] Birkhoff, G. - MacLane, S.: Algebra moderna. Teide, Barcelona, 1960.


Citado en la(s) página(s) 2

[Lax] Lax, P. - Burstein, S. - Lax, A.: Calculus with Applications and Compu-
ting. Springer, Berlı́n, 1976. Citado en la(s) página(s) 10

Área de Análisis Matemático


Universidad de Zaragoza
11 analisis@unizar.es

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