El Ataque Nazi Contra El Principio de Filiación
El Ataque Nazi Contra El Principio de Filiación
El Ataque Nazi Contra El Principio de Filiación
1PIERRE LEGENDRE
No hemos, acaso, más bien echado un cerrojo al acceso al punto sensible, ese
punto precisamente, a saber, que el exterminio consistía, en su principio, en
matar a hijos en tanto que hijos, los hijos de esto hijos, y, como decía la
tradición jurídica europea venida de la Antigüedad latina, los hijos de uno y otro
sexo, indistintamente por lo tanto hombre, mujeres, niños, todos aquellos que
forman la progenie?
Pretender aniquilar las progenies, porque que son progenies, ¿qué significa
esto en Occidente, lugar donde ocurrieron estos hechos?
1 "L'attaque nazie contre le principe de filiation", en Legendre, Pierre : Filiation, Leçons IV,
suite 2. Fayard, 1990.
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El programa científico-industrial, administrado como cualquier otro programa
administrativo, con el fin de aniquilar las progenies judías, no es asimilable a un
pogromo gigante. Un pogromo puede tener lugar en lo que se llama una
historia social, como episodio de las relaciones entre grupos étnicos o políticos
rivales, sobre el fondo de las tradiciones feudales por ejemplo, en tal lugar, en
tal época. La cuestión nazi no es eso: un pogromo en la época de las
sociedades estatales. Se trata de pensar la idea de la filiación sobre bases
legales nuevas, no para los judíos llamados a desaparecer, sino para la
humanidad nueva libre de judíos. La Shoah fue pensada en términos de los
derechos del hombre, a partir de una legislación que planteaba la purificación
racista, según las palabras del propio Hitler, como un derecho santísimo del
hombre (ein heiligstes Menschenrecht).
Los nazis han actuado según una lógica inexorable. Por esa razón, si no
llegamos a reabrir la cuestión antropológica, ya no para estudiar a los pueblos
no europeos, sino para analizar el imperativo de la sucesión de los hijos bajo la
Ley, con el fin de comprender en qué consisten los elementos intocables de los
montajes de legalidad necesarios a la vida en la especie humana,
retomaremos, ciega y mecánicamente, aunque con otros discursos y bajo otros
emblemas, el camino que ya condujo, bajo su versión nazi, a la sin-Razón
instituida.
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La apelación hitleriana a la Ciencia, en el exterminio de los judíos, recubre la
negación de la Referencia, más precisamente, la imposibilidad de sostener el
lazo de filiación, en primer lugar para los nazis en tanto que sujetos de la
especie humana. La ligadura entre el cuerpo y la palabra caduca, entonces, ya
no se trata de arreglar lo que da testimonio por medio de la interpretación, el
valor de la verdad se disuelve en una corporalidad brutal, la de la carne
científicamente observable; la metáfora de la Referencia ha muerto y entramos
en el cuerpo a cuerpo. Triunfa, entonces, el cuchillo, bajo formas técnicas
modernas (fusilamientos, cámaras de gas, etc.) El bandidismo institucional
consistió en transformar legalmente la parte de sacrificio humano necesario
para el funcionamiento genealógico (como lo informa, por ejemplo, la escena
de Abraham ligando a Isaac) en un gesto técnico vinculado a la nueva Razón
científica, que toma, aquí, su sentido de sin-razón: ya no hay padre ni hijo, el
montaje de la Referencia ha sido descuartizado, el odio está enmascarado por
el servicio científico prestado a la nueva Humanidad.