Las Cuatro Nobles Verdades
Las Cuatro Nobles Verdades
Las Cuatro Nobles Verdades
suttra.2 “He aquí oh monjes, esa noble verdad llamada dukkha: 3 nacer es dukkha, la
muerte también es dukkha, estar unido a eso que uno no ama en modo alguno es dukkha,
estar separado de lo que uno ama es dukkha, no obtener lo que uno desea es también
dukkha. En resumen, Los cinco agregados del apego 4 son dukkha. He aquí, oh monjes, esa
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El texto está tomado del siguiente autor. DOGEN. Cuerpo y espíritu, la transmisión de las enseñanzas del
Buda, España: Paidós (orientalia, 80), 2002, p.132.
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Las palabras sánscritas Dharmachakrapravatana suttra tienen estas tres acepciones: La primera puesta en
movimiento de la rueda del Dharma, el primer sermón del Buda o Las Cuarto Nobles Verdades.
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Primera noble verdad. Dukkha significa literalmente “insatisfacción”, de aquí se infiere figuradamente “eje
defectuoso de una rueda”. La idea budista expone que todo es dolor y sufrimiento; la vida es imperfecta y está
condicionada por la impermanencia, la interdependencia y la identidad absoluta; dicho de otro modo, todo
está en constante cambio, nada es para siempre; junto con la vejez, la enfermedad, la muerte sobre todas las
demás, la desgracia y el infortunio acompañan la existencia humana.
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Mediante un análisis implacable el Buda demostró que todo cuanto existe en el mundo puede ser clasificado
en cinco categorías, “conjuntos” o “agregados” (skandha):
1) Conjunto de las “apariencias” o de lo sensible (que abarca la totalidad de las cosas materiales, los órganos
de los sentidos y sus objetos)
2) Las sensaciones (provocadas por el contacto con los cinco órganos de los sentidos)
3) Las percepciones y las nociones que de ahí resultan (es decir, los fenómenos del conocimiento)
4) Las construcciones psíquicas (samskhara), que incluyen la actividad psíquica consciente e inconsciente
5) Los pensamientos (vijñana) o conocimientos producidos por las facultades sensoriales, especialmente por
el espíritu (manas), cuya sede es el corazón y que además organiza las experiencias sensoriales. Sólo el
nirvana no está condicionado ni “construido”; en consecuencia no puede ser clasificado entre los “agregados”.
Estos “agregados” o “conjuntos” describen, de manera sumaria, el mundo de las cosas y la condición humana.
De aquí se infiere que lo que denominamos “mente” está formada por instantes de conciencia, la mente es
vista como un evento no como un objeto, la percepción es dinámica no estática. Por lo tanto el budismo no
concibe la idea de un alma antropomorfa, impersonal y “estática”; ni mucho menos eterna e inmortal. Cf.
FRITHJOF SCHUON, Tesoros del budismo, España: Paidós (orientalia # 59), 1998. p.27.
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noble verdad llamada “la causa del dukkha” 5: se trata de esa “sed”6 producida por la
existencia y por el retorno al ser, relacionada con una terrible avidez y que encuentra
nuevos motivos de alegría tanto por aquí como por allá, es decir, esa “sed” de placeres
oh monjes, esa noble verdad llamada “cesación del dukkha” 7: consiste en la cesación
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Segunda noble verdad. Samudhaya significa origen y está determinada por el apego, la ira y la ignorancia;
estos tres “venenos” mentales crean actitudes y emociones perturbadas que no permiten ver la realidad como
es. La cadena de eslabones interdependientes que ata a los hombres a la rueda del sufrimiento es un ciclo de
causalidad; el Budismo no señala una causa primera, sino más bien una serie de eslabones interconectados
que forman un círculo vicioso del que no parece haber escapatoria posible. Las doce Causa-dependiente son:
1-2. Condicionadas por la Ignorancia aparecen las Actividades Intencionales;
3. Condicionada por las Actividades Intencionales surge la Conciencia de renovación de la atadura;
4. Condicionadas por la Conciencia de renovación de la atadura aparece la Mente y la Materia;
5. Condicionada por la Mente y la Materia aparece la base séxtuple;
6. Condicionado por la base Séxtuple aparece el Contacto;
7. Condicionado por el Contacto aparece el Sentimiento;
8. Condicionada por el Sentimiento aparece la Codicia;
9. Condicionado por la Codicia aparece el Aferramiento;
10. Condicionado por el Aferramiento aparece el Cambio;
11. Condicionado por el Cambio aparece el Nacimiento;
12. Condicionados por el Nacimiento aparecen el envejecimiento, la muerte, la preocupación, la lamentación,
el dolor, la tristeza y la desesperación. Así aparece toda esta serie de elementos del sufrimiento. H.
SADDHATISSA. Introducción al budismo. Madrid: Alianza editorial, 1974.
Los hábitos compulsivos y recurrentes están determinados por lo que se ha denominado “Karma”, la acción o
actividad volitiva centrada en la ignorancia y en los otros dos “venenos” mentales; sin causa no hay efecto. El
karma es definitivo, expansivo, no se desvanece por sí mismo. Podría decirse entonces que es la retribución
moral de nuestras acciones, sin embargo, no existe nada definitivo, todo es transformable. No existe el destino
según la cosmovisión budista.
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Entiéndase por sed, el deseo (apego) que se proyecta sobre las personas, cosas, sensaciones, situaciones. etc.
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Tercera noble verdad. Niroda significa cesación. Consiste en la “ascesis” o ejercitamiento del cuerpo a
adquirir una postura sedente correcta y firme para concentrarse en la respiración: “Fresco viento de sabiduría
que enfría el calor de las actitudes y emociones perturbadas”. La práctica de la meditación permite a las
personas a través, primera y principalmente de la respiración, un encuentro consigo mismas estando en
silencio y sin distracciones, contemplando la manera en que la mente se comporta, como un mono saltando de
un lado a otro sin poder detenerse, proyectando estados y emociones neuróticos, dejándolos pasar de largo sin
aferramiento, para luego, siempre con la práctica y guía del maestro poder llegar a controlarlos y, finalmente
“quemarlos”, obteniendo una mejor calidad de vida en el sentido espiritual. Esto grosso modo es la
meditación. El budismo hace gran hincapié en el hecho de que ésta es la única vía para alcanzar la liberación
total del sufrimiento “Nirvana”, concepto que se traduce como “extinción”. Para una mejor comprensión de
este axioma debe haber una noción de la vacuidad que es la ausencia del objeto negado. La clave de esta
cuestión radica en la comprensión del significado del concepto de atman en el contexto de la teoría del
anatman. Desde el punto de vista de la escuela Madyamaka-prasagika, mientras no abandonemos la
concepción de que los objetos y acontecimientos pueden tener cualquier existencia intrínseca, seguiremos
considerando las cosas como reales, como si disfrutaran de cierto tipo de entidad independiente. Por
consiguiente, los seguidores de esta escuela niegan la existencia intrínseca e identidad de las cosas y los
acontecimientos, y reivindican que éste es el verdadero significado de la vacuidad. DALAI LAMA. Las cuatro
nobles verdades. España: Plaza & Janés2002. El budismo no implica nihilismo. No niega la existencia del
mundo ni de las cosas. La cuestión se reduce a que todas las cosas no tienen una existencia inherente, una
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absoluta de semejante “sed” al dejarla de lado, renunciando a ella y liberándose,
desembarazándose de su yugo.
He aquí oh monjes, esa noble verdad llamada “el sendero que conduce a la cesación del
existencia en sí misma, sino una pobre existencia contingente, subordinada e inestable. Su textura, la materia
que la compone, y su esencia se disuelven conforme transcurren los instantes. No es más que un conjunto
momentáneo de elementos interdependientes; en ella se cruzan infinitas causalidades. Por eso, cuando
hablamos de vacío nos referimos a la ausencia de cualquier clase de existencia inherente, de cualquier clase
de existencia absoluta, la cual no sería el fruto de una proyección de nuestro espíritu. PACCO RABANNE. La
iluminación del budismo. Barcelona: Ediciones Folio, S.A., Rbla., 2000.
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Cuarta noble verdad. Marga significa camino o sendero. Aquí se encuentra el código ético budista
caracterizado por el noble óctuple sendero expuesto al final del sermón y el triple entrenamiento superior que
consiste en el Arrepentimiento (no culpa); la culpa se centra en uno mismo, es decir, no permite evaluar una
acción que ha traído consecuencias. El arrepentimiento, en cambio, es altruista “los demás”. La
determinación de no reincidir en la acción; únicamente dándonos cuenta del costo que tienen las acciones que
realizamos, tratando de no volver a repetir el acto, pensamiento, acción, etc. Tomar refugio; es decir, seguir la
figura del Buda, como ejemplo de un ser humano que pudo librarse del dolor y el sufrimiento, y no adorarlo a
manera de Dios o Divinidad; seguir las enseñanzas Dharma, y acercarse a la comunidad Sangha.
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Recta comprensión o visión quiere decir, en primer lugar, que se ha comprendido el error de creer que la
seguridad material proporciona automáticamente la paz de la mente o que las creencias y ritos puedan borrar
los efectos de un acto del pasado. Poco a poco, conforme se perfecciona el sendero, la recta visión, basada en
el conocimiento, va sustituyendo los errores y supersticiones anteriores basados en la ignorancia y en la falta
de discernimiento. Si se quiere desarrollar este factor hay que dejar de pensar mecánicamente y empezar por
poner en duda las propias convicciones hasta que todo punto de vista erróneo haya sido sustituido por puntos
de vista basados en una comprensión de las cosas tal como son en realidad. Hay que ver la vida tal cual es,
conforme a sus características de inestabilidad, insatisfacción y la negación de uno mismo; hay que poseer
una clara comprensión de la naturaleza de la existencia, de la ley moral, de los factores y elementos
componentes que concluyen con el Samsara.
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Recto pensamiento o recta motivación, parece referirse a la base emocional del pensamiento más que al
pensamiento mismo, es decir, la cualidad de la tendencia tras la actividad pensante. El desarrollo del “recto
pensamiento” presupone el descubrimiento gradual y la resolución de estas tendencias inadvertidas. Implica la
eliminación de las raíces “impuras” y el fomento de las raíces “puras” de generosidad y abnegación,
amabilidad y compasión, sabiduría y comprensión. Esto significa que nuestra conciencia debe ser pura, libre
de “sed” carnal, de malevolencia, de crueldad y de tendencias similares. Al mismo tiempo deberíamos estar
dispuestos a renunciar a todo lo que obstaculice nuestra marcha hacia adelante.
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Recto modo de expresión. No prestando atención a la mentira, ni entregándose a ella, ni a la difamación,
conversaciones groseras o frívolas. Es un instrumento mediante el cual podemos aprender y enseñar, ayudar y
ser ayudados. Practicamos el recto modo de expresión cuando usamos la conversación como medio para
llegar a las personas, para entenderlas y entendernos a nosotros mismos. La mayor parte de las llamadas
conversaciones son una serie de entrecortados monólogos; cada miembro del grupo habla más o menos
cuando le corresponde, pero no hay nadie que escuche o que intente responder. La práctica de este tercer
factor implica un cambio gradual (pero radical) en nuestro uso del lenguaje, es decir, “recta comunicación”,
nos daremos cuenta de los peligros, al igual que del inmerso valor potencial de la conversación. Por
consiguiente, significa el uso de diversos medios de comunicación para promover la búsqueda de la
comprensión y del discernimiento. Debería estar caracterizado no solamente por la sabiduría, sino también
por la amabilidad.
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Según Mircea Eliade17: Mediante un análisis implacable el Buda demostró que todo cuanto
existe en el mundo puede ser clasificado en cinco categorías, “conjuntos” o “agregados”
(skandha):
a) Conjunto de las “apariencias” o de lo sensible (que abarca la totalidad de las cosas
materiales, los órganos de los sentidos y sus objetos)
b) Las sensaciones (provocadas por el contacto con los cinco órganos de los sentidos)
c) Las percepciones y las nociones que de ahí resultan (es decir, los fenómenos del
conocimiento)
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Recta acción es cualquier acción procedente de una mente no obstruida. Mientras que la moralidad, en el
sentido usual de la palabra, puede ser practicada por quien desconozca los motivos que se esconden tras esa
manera de comportarse, la recta acción es imposible sin una comprensión clara y profunda. La recta acción
presupone la abstención del karma impuro y la ejecución de sólo aquellas acciones que lleven a cabo
resultados beneficiosos.
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Recto medio de vida. El primer precepto –No hacer daño a los seres vivientes- exige que no ganemos el
sustento por medio de trabajos como el de carnicero, compraventa de carne, pesca, caza, etc. Tampoco
fabricar o usar armas ni comprometerse en ninguna forma de empresa guerrera. De manera similar al quinto
precepto –no permitirse bebidas o drogas que tiendan al oscurecimiento de la mente- nos previene no
solamente del tráfico de drogas, sino también de tomar parte en la fabricación o distribución de alcohol. En
cuanto ahondamos un poco en el concepto del recto medio de vida advertimos gran cantidad de problemas y
matices: 1) Si podemos mantener, por el trabajo, pago de impuestos y aceptación de beneficios, a un gobierno
involucrado en empresas de guerra o que se esté preparando activamente para tal tipo de acción. 2) Si, en
nombre del alivio del sufrimiento humano, podemos comprometernos en investigaciones médicas que
impliquen el sacrificio de las vidas de innumerables animales; y, con más sutileza, si se pueden prescribir,
vender o, incluso, usar dichas drogas descubiertas y experimentadas por medio de tales experimentos. 3) Si
tenemos derecho a aniquilar insectos portadores de enfermedades o trabajar en la preparación de productos
destinados a tal fin. 4) Si el tercero y cuarto preceptos darían lugar a prohibirnos el trabajo en publicidad o en
trabajos relacionados con la producción en masa. Más que evitar los medios de vida censurables. Presuponen
que sopesemos cuidadosamente nuestros atributos y potencialidades y que seleccionemos un trabajo que
ponga en práctica nuestros talentos y al mismo tiempo nos ayude a desarrollar nuestros puntos débiles, ello
nos exige que nos detengamos a reflexionar y consideremos cómo y por qué estamos empleando nuestras
horas de trabajo. Si nuestra ocupación nos ayuda a comprendernos a nosotros mismos y al mundo que nos
rodea, entonces es para nosotros, por inútil y absurda que parezca a nuestros amigos y vecinos.
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Recto esfuerzo. Se divide en cuatro partes: 1) El esfuerzo para suprimir estados impuros ya presentes. 2) El
esfuerzo para evitar que se originen estados impuros que aún no se han presentado. 3) El esfuerzo para
conservar estados puros que ya se hayan presentado. 4) El esfuerzo para fomentar estados puros que aún no se
hayan originado. Este sexto factor, aunque depende de la intuición y del discernimiento, se refiere
principalmente al desarrollo de la voluntad.
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Recta atención es la base del noble óctuple sendero, sirve también como control de los otros factores,
evitando el excesivo desarrollo de los unos a expensas de los otros. Se divide en los cuatro fundamentos de la
atención: 1) la atención del cuerpo, es decir, intentemos vivir el aquí y el ahora “en nuestros cuerpos”. 2) La
atención de los sentimientos nos exige que adoptemos una actitud igualmente tranquila y desinteresada
respecto a nuestros cuerpos. Por sentimientos se entiende aquí cualquier reacción emocional que sigue a un
estímulo cualquiera: placer, dolor o indiferencia. No se trata, de ninguna manera, de suprimir todo tipo de
sentimientos que eventualmente puedan originarse; se trata de que observemos cómo se origina el sentimiento
y, sin forcejear con él dejarlo que se desvanezca. 3) La atención de la mente consiste en la observación
cualitativa, constantemente variable del estado de la mente; limitarse a observar, no intentar discutir, permitir
que cada estado venga y se desvanezca sin impedírselo. 4) La relación del objeto de la atención con ciertos
aspectos de la enseñanza, es decir como un estado de ánimo reemplaza a otro; desapego en vez de apego,
amor en vez de aversión, sabiduría en vez de ignorancia.
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Recta concentración o meditación. La meditación y su contrapartida en la vida diaria. Hay muchos
obstáculos en el camino del que busca tranquilizar su mente de esta manera: emociones violentas de deseo o
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d) Las construcciones psíquicas (samskhara), que incluyen la actividad psíquica consciente
e inconsciente
e) Los pensamientos (vijñana)18 o conocimientos producidos por las facultades sensoriales,
especialmente por el espíritu (manas), cuya sede es el corazón y que además organiza las
experiencias sensoriales. Sólo el nirvana no está condicionado ni “construido”; en
consecuencia no puede ser clasificado entre los “agregados”.
Estos “agregados” o “conjuntos” describen, de manera sumaria, el mundo de las cosas y la
condición humana19.
La concatenación de causas y efectos que rige el ciclo de las vidas y los renacimientos se le
conoce como “coproducción condicionada” (pratityasamutpada), ésta enumera doce factores
(“miembros”), de los que el primero es la ignorancia (avidya). Esta ignorancia produce las
voliciones, que a su vez producen las “construcciones psíquicas, condicionantes de los
fenómenos psíquicos y mentales, etc., hasta el deseo, y más en especial el deseo sexual, que
engendra una nueva existencia y desemboca finalmente en la vejez y en la muerte.
En esencia, la ignorancia, el deseo y la existencia son interdependientes y bastan para
explicar la concatenación ininterrumpida de los nacimientos, muertes y transmigraciones.
Por otra parte, desde la época posvédica, el deseo y la ignorancia habían sido
denunciados como causas primeras del dolor y la transmigración. Pero las Upanishads, al
igual que le Samkhya y el Yoga, reconocen además la existencia de otro principio
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espiritual y autónomo, el atman20 o el purusha. Buda, sin embargo, negó al parecer, o al
menos silenció, la existencia de tal principio.
A pesar de todo, parece que Buda aceptaba una cierta unidad y continuidad de la
“persona” (pugdala). En un sermón sobre la carga y el portador de la carga afirma: “La
carga son los cinco skandha: materia, sensaciones, ideas, voliciones, conocimiento; el
portador de la carga es el pugdala. Pero se negó a tomar partido en las controversias entre
los “partidarios dela persona” (pudgalavadin) y los “partidarios de los agregados”
(Skandhavadin), manteniéndose en una posición “intermedia”21.
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Atman (raíz an, respirar, véase a0tmo/j, a0utmh/) es en primer lugar el Espíritu, principio luminoso y
pneumático, y como tal a menudo asimilado al Viento (vayu, vata, raíz va, soplar) del Espíritu que “sopla
donde quiere”. Siendo la esencia última de todas las cosas, atman adquiere el sentido secundario de “sí”,
independientemente del plano de referencia, que puede ser somático, psíquico o espiritual, de forma que,
frente a nuestro Sí real, el Espíritu en nosotros mismos y en todas las cosas vivas, está el “sí”, del que
hablamos cuando decimos “yo” o “tú”, significando esta o aquella persona. En otros términos, hay dos en
nosotros, el Hombre Exterior y el Hombre Interior, la individualidad física y psíquica, y la Persona verdadera.
Así pues, en función del contexto deberemos traducir por uno o por otro. Como la palabra atman, empleada
en modo reflexivo, sólo puede ser traducida por “sí”. Pero debe entenderse con claridad que la distinción es
en realidad la que existe entre “espíritu” (pneu~ma) y “alma” (yuxh/) en el sentido paulino. Es verdad que
ese “Sí” supremo, “ese Sí inmortal del sí” es idéntico al “alma del alma” (yuxh_ tyxh/j) de Filón, y al “alma
inmortal” de Platón diferenciada del “alma mortal”, y que muchos traductores traducen atman por “alma”;
pero, aunque haya contextos en los que “alma” significa “espíritu” resulta peligrosamente engañoso, a causa
de las nociones corrientes de “psicología”, donde se habla del Sí último y universal como de un “alma”. Sería,
por ejemplo, un tremendo error suponer que cuando un “filósofo” como Jung habla de “el hombre en busca de
un alma”, esto puede tener alguna reacción con la búsqueda hindú del Sí, o con aquello a lo que se refiere la
exhortación Gnw~qi seauto/n. Cognoscete ipsum. De los dos “síes” de que se trata, el primero ha nacido de
la mujer, el segundo del Seno divino, del fuego sacrifical; y cualquiera que no haya “nacido de nuevo” no
posee efectivamente más que el yo mortal nacido de la carne y que debe acabar con ella. De ahí que en las
Upanishads y el budismo las cuestiones fundamentales sean: “¿Quién eres tú?” y “¿Por qué sí” la
inmortalidad puede ser alcanzada?, y la respuesta sea: únicamente por el Sí qué es inmortal; los textos hindúes
no caen nunca en el error de suponer que un alma que ha tenido comienzo en el tiempo pueda ser inmortal; y,
en verdad, no vemos que los Evangelios cristianos expongan en ninguna parte una doctrina tan inadmisible.
ANANDA COOMARASWAMY. Hinduismo y budismo. Barcelona: Paidós (orientalia #56), 1997., pp. 32ss. Véase
los vocablos: animus, i; y el equivalente griego; qumo/j, ambos con la misma significación: sentimiento,
afección, inclinación, pasión. C.f. Fumus, i > humo.
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Los pudgalavadin mismos se aproximaban a sus adversarios al poner una definición paradójica de la
persona: “es falso que el pugdala sea la misma cosa que los skandha; es falso que difiera de los skandha”. A
su vez, los “partidarios de los agregados” terminaron por transformar la “personalidad” en una “serie”
(samtana) de causas y efectos, cuya unidad, si bien fluida, nunca es discontinua, lo que la hace parecerse al
“alma”. Estas dos interpretaciones serán elaboradas por las escuelas posteriores, pero en la historia del
pensamiento budista, el futuro habría de ser de los partidarios del “alma-serie” (mente-consciencia). MIRCEA
ELIADE. Historia de las creencias y de las ideas religiosas II. Barcelona: Paidós (Orientalia #64), 2000.,
pp.122ss.
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INICIACIÓN AL BUDISMO
Solamente hay un medio de llegar a ser budista y no es otro que el de seguir los pasos de
del individuo hacia la liberación. Las diez ataduras que nos encadenan al renacimiento
(dasasamyodana) son:
1. La decepción (sakkayaditthi)
2. La incertidumbre (vicikiccha)
8. La presunción (mana)
9. La inquietud (uddhacca)
7
El budismo posee una moral, que podría definirse como una moral natural; se basa en el
agentes externos; no se nos pide obedecer los mandamientos de Dios; es independiente del
temor y del amor, sólo tiene en cuenta el conocimiento basado en una elección empírica y
cuidadosa.
No hay ninguna ley, ningún “debes” o “no debes”. El budista es invitado a “adoptar por sí
mismo” ciertas “normas de entrenamiento”, que encontrará útiles para esa tranquila
hay legislador, no hay mandamientos, pero hay una llamada al sentido común y al orden
social.
mente.
También conocidos como estados “puros” o “cosas que estimular”, en contraste con los
1. Dana, es uno de los estados “puros” más sobresalientes, significa “dar”. Puede
encuentra en la Carta a los Corintios: Y si repartiere todos mis haberes [entre los pobres]
y si entregare mi cuerpo para ser abrasado [como sacrificio] mas no tuviere caridad, ningún
22
Corintios, I, 13, III-V.
8
Sin embargo, Dana implica un desarrollo gradual de la voluntad de dar, en
problemas de los demás son para mí tan importantes como los míos propios. Metta
humanidad.