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Que Es La Inteligencia Emocional

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(Decir primera diapo)

Que es la inteligencia emocional

La inteligencia emocional refiere a las capacidades y habilidades psicológicas que implican el


sentimiento, entendimiento, control y modificación de las emociones propias y ajenas.

Una persona emocionalmente inteligente es aquella capaz de gestionar satisfactoriamente las


emociones para lograr resultados positivos en sus relaciones con los demás.

Así pues, la Inteligencia Emocional es un constructo que nos ayuda a entender de qué manera
podemos influir de un modo adaptativo e inteligente tanto sobre nuestras emociones como en
nuestra interpretación de los estados emocionales de los demás. Este aspecto de la dimensión
psicológicca humana tiene un papel fundamental tanto en nuestra manera de socializar como en las
estrategias de adaptación al medio que seguimos.

“En un sentido muy real, todos nosotros tenemos dos mentes, una mente que piensa y otra mente
que siente, y estas dos formas fundamentales de conocimiento interactúan para construir nuestra
vida mental“.

“El cerebro emocional responde a un acontecimiento más rápido que el cerebro racional”.

DAR EJEMPLO DE UN CASO COTIDIANO DONDE SOMOS MAS EMOCIONALES Y LA FREGAMOS

RELACIONADO CON EL YO SUPER YO Y ELLO, EXPLICAR QUE NO HAY FILTRO

“El cerebro racional habitualmente no decide qué emociones deberíamos sentir”.

(DECIR SEGUNDA DIAPO)

La inteligencia emocional en nuestra vida cotidiana

Si pensamos detenidamente en la trascendencia de nuestras emociones en nuestra vida diaria nos


daremos cuenta rápidamente que son muchas las ocasiones en que éstas influyen decisivamente en
nuestra vida, aunque no nos demos cuenta. Podríamos plantearnos: (1) ¿Compré mi coche haciendo
cálculos sobre la rentabilidad y los comparé con otros modelos y marcas? (2) ¿Elegí a mi pareja
porque era objetivamente la mejor opción? (3) ¿Es mi empleo el que me ofrece el mejor salario?
Gran parte de nuestras decisiones son influenciadas en mayor o menor grado por las emociones.

Tercera diapo:

“El enfado es una emoción muy intensa que secuestra el cerebro. Cuando el enfado nos atrapa hace
que se nos reorganice la memoria hasta el punto de que uno puede olvidarse, en plena discusión, de
porqué ha empezado».

“Las emociones negativas intensas absorben toda la atención del individuo, obstaculizando cualquier
intento de atender a otra cosa”.

“Dominar el mundo emocional es especialmente difícil porque estas habilidades deben ejercitarse
en aquellos momentos en que las personas se encuentran en peores condiciones para asimilar
información y aprender hábitos de respuesta nuevos, es decir, cuando tienen problemas“.

Tratar a una persona agresiva:

Paso Nº1: Mantener la distancia de seguridad.


Ante una persona agresiva o violenta tienes que mantener la distancia de seguridad para prevenir
cualquier tipo de reacción, lleve o no un objeto (cualquier objeto es potencialmente peligroso).

Además, debes evitar arrinconar a la persona, ya que si se siente acorralada puedes incrementar los
niveles de agresividad o violencia.

Paso Nº2: Evaluar a la persona.

Evaluar tono de voz y comportamiento corporal

Paso Nº3: Conocer bien el lugar y su distribución espacial.

Siempre debes de tener una vía física, accesible, rápida y segura, para escapar del comportamiento
agresivo o  violento.

Paso Nº 4: Valorar el grado de peligrosidad de la situación.

Paso Nº 5:  Decidir si puedes  acercarte a la persona y actuar o mejor solicitar ayuda especializada.

No lo dudes, si observas o consideras que no puedes acercarte a la persona y /o actuar, solicita


ayuda.

El único medio de salir ganando de una discusión es evitarla.

Paso Nº 6: Primer toma de contacto.

Planificar en función de la información obtenida un plan de acción.

No improvises, puedes acrecentar las respuestas agresivas o violentas y su vez, generar


consecuencias indeseables para la persona.

Tienes que tener claro:

   ¿Qué quieres que haga la persona?

 ¿Qué quieres que deje de hacer?

 ¿Cómo lo vas a llevar a cabo?

Paso Nº7: Aproximación física y psicológica

 La llevarás a cabo siempre de forma progresiva, salvaguardo tu seguridad.

 Espera siempre a que haya un mínimo de calma antes de iniciar alguna acción.

 Nunca dejes de mirar las manos de la persona y muestra las tuyas.

 Habla o mantén una conservación mientras te acercas a la persona.

 Puedes comentar algo sobre un tema trivial o cotidiano que le permita desviar su atención.

 Evita mirarla a los ojos.

 Emplea un tono tranquilo,  utiliza gestos lentos, voz pausada y lenta.

 Asegúrate de que te esté escuchado.

 Preguntarle ¿En qué te puedo ayudar? y ¿Cómo puedo ayudarte?.


 Muestra interés por su problema.

 Invertir tiempo. Cuanto más larga sea la conversación (aunque sea de aspectos irrelevantes)


más posibilidades hay de que remita el comportamiento agresivo.

Paso Nº 8: Acceder a las peticiones razonables que haga.

No puedes olvidar que tu objetivo es reducir el comportamientos agresivo o violento y la forma de


gestionar la situación es ayudándola a recuperarlo.

Simples técnicas de relajación como respirar profundoamente y la imaginería


relajante pueden ayudar a calmar sentimientos de enojo. Si su pareja es irascible
como usted, sería una buena idea que ambos aprendieran estas técnicas.
Algunos pasos sencillos que puede tratar:
 Respire profundamente, desde su diafragma. Respirar desde su pecho no lo
relajará. Imagine que su respiración sube desde su "barriga."
 Lentamente repita una palabra o frase tranquilizadora como "relájate" o
"tómalo con calma." Repítala mientras respira profundamente.
 Recurra a la imaginería; visualice una experiencia relajante sea de su
memoria o imaginación.
 Los ejercicios lentos y no extenuantes como el yoga pueden relajar sus
músculos y hacer que se calme.
 Practique estas técnicas a diario. Aprenda a usarlas automáticamente cuando
se encuentre en una situación de tensión.

Reestructuración cognitiva

Dicho en pocas palabras, significa cambiar la forma de la que piensa. Las personas enojadas tienden
a maldecir, a insultar y a hablar con términos muy subidos de tono que reflejan sus pensamientos
internos. Cuando está enojado, sus ideas pueden volverse muy exageradas y demasiado dramáticas.
Procure reemplazar estos pensamientos por otros más razonables. Por ejemplo, en lugar de decirse,
"Ay, es horrible, es terrible, se arruinó todo," dígase "es frustrante y es comprensible que esté
disgustado pero no es el fin del mundo y enojarme no va a solucionarlo."

Tenga cuidado con las palabras "nunca" o "siempre" cuando habla sobre usted o sobre otra persona.
"Esta máquina nunca funciona" o "Siempre te olvidas de las cosas" no solo no son precisas sino que
además tienden a hacerlo sentir que su enojo está justificado y que no hay forma de resolver el
problema.

La lógica vence a la ira, porque la ira, incluso cuando es justificada, puede volverse rápidamente
irracional. Por lo tanto, use la lógica fría para usted. Recuerde que el mundo no está en contra suyo,
usted simplemente está experimentando algunos de los malos momentos de la vida cotidiana. Haga
esto cada vez que sienta que la ira le está quitando lo mejor de sí. Estole ayudará a tener una
perspectiva más equilibrada.

Las personas enojadas tienden a exigir justicia, valoración, acuerdo entre las partes y disposición
para hacer las cosas a su manera. Todos deseamos estas cosas y nos sentimos lastimados y
desilusionados cuando no las obtenemos; pero las personas enojadas las exigen y cuando sus
exigencias no se cumplen, su desilusión se transforma en ira. Como parte de su reestructuración
cognitiva, las personas enojadas deben tomar conciencia de su naturaleza exigente y convertir sus
expectativas en deseos. En otras palabras, decir "me gustaría" algo es más sano que decir "exijo" o
"debo tener" algo. Cuando no puede obtener lo que desea, experimentará reacciones normales:
frustración, desilusión, dolor, pero no ira. Algunas personas usan su ira como una forma de evitar
sentirse heridas, pero eso no significa que el dolor desaparezca.

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Ante esta realidad, cabe resaltar que existen personas con un dominio de su faceta emocional
mucho más desarrollado que otras. Y resulta curiosa la baja correlación entre la inteligencia clásica
(más vinculada al desempeño lógico y analítico) y la Inteligencia Emocional. Aquí podríamos
ejemplificar esta idea sacando a colación el estereotipo de estudiante “empollón”; una máquina
intelectual capaz de memorizar datos y llegar a las mejores soluciones lógicas, pero con una vida
emocional y sentimental vacía. Por otro lado, podemos encontrar personas cuyas capacidades
intelectuales son muy limitadas, pero en cambio consiguen tener una vida exitosa en lo que refiere
al ámbito sentimental, e incluso en el profesional.

Este par de ejemplos llevados al extremo son poco habituales, pero sirven para percatarse de que es
necesario prestar más atención a esta clase de habilidades emocionales, que pueden marcar nuestra
vida

Asertividad

La Asertividad se define como: "la habilidad de expresar nuestros deseos de una manera amable,
franca, abierta, directa y adecuada, logrando decir lo que queremos sin atentar contra los demás.
Negociando con ellos su cumplimiento". Está en el tercer vértice de un triángulo en el que los otros
dos son la pasividad y la agresividad. Situados en el vértice de la pasividad evitamos decir o pedir lo
que queremos o nos gusta, en la agresividad lo hacemos de forma tan violenta que nos
descalificamos nosotros mismos.

Emplear el asertividad es saber pedir, saber negarse, negociar y ser flexible para poder conseguir lo
que se quiere, respetando los derechos del otro y expresando nuestros sentimientos de forma clara.
La asertividad consiste también en hacer y recibir cumplidos, y en hacer y aceptar quejas.

a asertividad es un comportamiento que puede servirnos en todos los planos de


nuestra vida y nuestras relaciones, y como todo comportamiento se puede
aprender y entrenar.

A medida que somos más consciente de qué decimos y cómo lo decimos, también
seremos conscientes de las repercusiones positivas que ésto tiene en nuestras
relaciones interpersonales.

Al mismo tiempo, el desarrollo de la asertividad nos permite mejorar


nuestros niveles de autoestima; lo que deviene en una mayor confianza en nosotros
mismos que a su vez desemboca en una vida emocional más saludable y feliz.
Existen dos formas elementales de inteligencia emocional:

Inteligencia interpersonal. Implica entender y comprender las emociones de los otros y tener la
habilidad de reaccionar según el estado anímico del otro. (profundizar)

Inteligencia intrapersonal. Implica entender y comprender las propias emociones, de tenerlas en


cuenta al momento de tomar decisiones y ser capaz de regular las emociones según la situación.
(profundizar)

La Inteligencia Emocional puede dividirse en cuatro grandes bloques: el autonococimiento y la


autorregulación de las emociones (área intrapersonal), y la empatía y habilidades sociales (área
interpersonal). Algunos autores añaden al área intrapersonal la capacidad de automotivarse y
adaptarse al cambio.

Componentes de la ie

Asertividad

La Asertividad se define como: "la habilidad de expresar nuestros deseos de una manera amable,
franca, abierta, directa y adecuada, logrando decir lo que queremos sin atentar contra los demás.
Negociando con ellos su cumplimiento". Está en el tercer vértice de un triángulo en el que los otros
dos son la pasividad y la agresividad. Situados en el vértice de la pasividad evitamos decir o pedir lo
que queremos o nos gusta, en la agresividad lo hacemos de forma tan violenta que nos
descalificamos nosotros mismos.

Emplear el asertividad es saber pedir, saber negarse, negociar y ser flexible para poder conseguir lo
que se quiere, respetando los derechos del otro y expresando nuestros sentimientos de forma clara.
La asertividad consiste también en hacer y recibir cumplidos, y en hacer y aceptar quejas.

Componentes de la inteligencia emocional

Auto-conciencia

La autoconciencia es la capacidad para identificar las propias fortalezas y debilidades, y de


comportarse en el lugar de trabajo de manera de capitalizar las primeras y minimizar las segundas.
Franqueza acerca de las áreas de debilidad, comodidad con uno mismo y "un sentido fuerte y
positivo de autoestima" caracterizan a las personas que son conscientes de sí mismas. Parte de la
autoestima es la voluntad de escucharse a uno mismo antes que nadie. De acuerdo a las
observaciones de Goleman y Malcolm Gladwell, la conciencia de sí mismo va más allá de la auto-
evaluación conciente de un individuo, y más profundamente involucra la capacidad innata de una
persona para la toma de decisiones, influyendo así en todos los aspectos del desempeño

Autorregulación
La autorregulación se relaciona con la conciencia de sí mismo, pero describe más específicamente la
capacidad de controlar las emociones, ya sean negativas o positivas, con el fin de mantener un
comportamiento más adecuado a la práctica profesional y la actividad. Goleman escribe acerca de la
auto-regulación no sólo como un enfoque reaccionario ante escenarios que pueden empujar,
movilizar y distraer, sino también como el impacto constante y deliberado de un ejecutivo en la
cultura organizacionaL

¿Por qué la autorregulación es tan importante para los líderes? Las personas que tienen control de
sus sentimientos e impulsos -es decir, las personas que son razonables - son capaces de crear un
ambiente de confianza y equidad. En tal ambiente, la política y las luchas internas se reducen
drásticamente. Las personas con talento fluyen hacia la organización. Menos mal humor en la parte
superior significa menos en toda la organización.

Motivación

El principio de la motivación representa la voluntad de logro - entusiasmo, empuje, ambición -


independientemente de los obstáculos, y es otro tema constantemente reforzado por los líderes
analizados. Los líderes motivados son competitivos - con ellos mismos y con sus pares por igual. Se
fijan metas y emplean métodos de medición para cuantificar qué tan bien se han cumplido esos
objetivos, si se ha hecho. No cuesta imaginar lo fácil que este rasgo, si no se controla o no está lo
suficientemente equilibrado con otras características como la auto-conciencia y la autorregulación,
puede socavar un perfil de liderazgo. Sin embargo, Goleman sostiene que un líder potencial no se
materializará en uno real sin una motivación suficiente: "Si hay un rasgo que casi todos los líderes
tienen, es la motivación". El líder más fuerte ve oportunidades donde otros no pueden y asume que
todos los problemas se pueden resolver, y, más importante, está motivado para aprovechar esas
oportunidades y buscar la resolución.

Empatía

La empatía es el cuarto pilar de Goleman de la inteligencia emocional y es quizás el más propenso a


la mal interpretación. Pero la empatía tiene un propósito profesional, claro y concreto, y según
Goleman "no significa adoptar las emociones de otras personas como propias y tratar de complacer
a todo el mundo". Describe la comprensión intuitiva del líder de las necesidades no- técnicas del
personal y la capacidad de comunicar esa comprensión efectiva. Como se indica más adelante, la
importancia de la satisfacción del personal, sintiéndose respetado y escuchado, no puede ser
subestimada. La moral del personal y la satisfacción en el trabajo tienen un impacto enorme en
cómo los demás en la organización se sienten acerca de sus trabajos y cómo la totalidad de la
organización se desempeña.

Observa Goleman: "La empatía es un antídoto. Las personas que la tienen están en sintonía con
sutilezas en el lenguaje corporal; pueden escuchar el mensaje detrás de las palabras que se
pronuncian. Más allá de eso, tienen una profunda comprensión de la existencia e importancia de las
diferencias culturales y étnicas". La empatía también mejora la capacidad del líder para hacer que el
personal se sienta respetado, por lo que este puede, a su vez, respetar a otros, fortaleciendo los
esfuerzos constantes hacia la retención. Este tipo de líder puede por lo tanto desarrollar equipos
fuertes que trabajan juntos de manera efectiva para animarse recíprocamente y realizar con éxito la
misión de la organización.

Habilidad social
Habilidad social, el quinto componente de la inteligencia emocional, es, como la empatía, el reflejo
de la interacción de un líder con el mundo, en contraste con los tres primeros factores, que ponen
de relieve características más internas. Es la capacidad de un líder de aprovechar las relaciones para
promover sus ideas, a través de la simpatía, confianza y respeto. Pero así como la línea no es clara
entre la auto-conciencia, la autorregulación, la motivación y la empatía, la habilidad social
representa también matices de los otros cuatro. Sin habilidades sociales, los otros cuatro
componentes de la inteligencia emocional pueden caer por el piso.

Goleman señala también que, debido a que la habilidad social se basa en relaciones positivas, los
líderes más exitosos pueden "parecer no estar trabajando cuando están en el trabajo" y, por tanto,
la habilidad social puede ser el área más difícil de cuantificar. Goleman reconoce, de hecho, que la
inteligencia emocional en general no siempre es propicia para la medición.

Tomar riesgos inteligentes, buenas decisiones y mostrar iniciativa son las conductas ejemplificadas
por los líderes más exitosos y emprendedores. Los principios de la autoconciencia, la
autorregulación, la motivación, la empatía y habilidades sociales permiten la claridad y la capacidad
para llevar a cabo estos comportamientos, especialmente en las industrias vulnerables sin fines de
lucro, donde son cada vez más críticos para la estrategia organización

Inteligencia emocional en el trabajo

La inteligencia emocional desempeña un papel central en el éxito o el fracaso de todo tipo de


relaciones humanas, desde las sentimentales y familiares hasta los vínculos laborales.

También es un factor determinante en el funcionamiento de las organizaciones, ya que la empatía,


autocontrol emocional y motivación de las personas puede condicionar el trabajo en equipo,
haciéndolo más o menos eficiente y satisfactorio.

Estas habilidades también son importantes en la capacidad de las personas de convencer, manipular
e incluso dominar a los demás (los líderes tienden a ser personas emocionalmente inteligentes).

Conciencia de uno mismo: se trata de la capacidad de reconocer emociones personales,


desencadenantes emocionales y limitaciones. En un entorno empresarial, ayudaría, por ejemplo, a
identificar los primeros signos de estrés.

Autorregulación: es la capacidad de controlar las emociones, consiguiendo que no tengan un efecto


negativo. La inteligencia emocional en el trabajo puede resultar de gran ayuda para gestionar, por
ejemplo, la frustración y evitar así conflictos dentro de un departamento.

Motivación: se define como un impulso interno que proviene de la satisfacción personal


experimentada después de un logro. Los negocios que cuentan con una plantilla motivada destacan
por un mejor servicio al cliente, mayores cotas de productividad y niveles superiores de compromiso
entre sus empleados.

Empatía: Su incidencia en el clima laboral es determinante para lograr una atmósfera positiva que
favorece la colaboración y el trabajo en equipo.

Habilidades sociales: Una vez más, la inteligencia emocional en el trabajo nos da la clave para
avanzar hacia la excelencia, gracias a una mayor consistencia, respeto, asertividad en las relaciones
entre compañeros y entre éstos y personas a otros niveles; así como una comunicación más clara,
efectiva y transparente.
Claves para aplicar la inteligencia emocional en el trabajo

Estas habilidades se pueden aplicar en tu puesto de trabajo, sea cual sea tu posición y profesión,
tanto con clientes como con compañeros, empleados, directivos, etc.

Te damos 5 claves para incrementar tu inteligencia emocional en el trabajo.

1. Autoconocimiento

Escucha tu yo interior, interpreta tus sentimientos, identifica tus motivaciones para saber
contrarrestar tus preocupaciones.

Para llevar esto a la práctica, te recomendamos que lleves contigo una pequeña agenda o diario.
Refleja en el cómo te sientes, exprésate, intenta comprenderte y así podrás llevar un seguimiento de
cómo te ha hecho sentir una determinada cosa y qué has hecho para sobreponerte.

2. Autocontrol

Ten confianza en tus conocimientos, habilidades y experiencia laborar para superar los obstáculos
profesionales. Se flexible y adaptable a los cambios.

Cuando tengas un problema realiza una lista de maneras de superarlo y valora cuál será la más
adecuada. Quizás pueda interesarte el artículo: Aceptar, asimilar y superar la frustración.

3. Automotivación

Todos los días nos enfrentamos a retos personales que pueden afectar a nuestro ánimo y motivación
para trabajar. Llegar al trabajo con una buena predisposición es esencial para encarar el trabajo del
día. Sé tu mayor aliado.

Si estás teniendo un día difícil, date un capricho en el almuerzo, descansa 10 minutos dando un
paseo, haz ejercicios de relajación y estira el cuerpo en tu puesto de trabajo y, en definitiva, piensa
constantemente que puedes conseguir lo que te propongas.

 Empatía

Antes de actuar pregúntate cómo tus acciones o comentarios pueden afectar al resto de personas de
tu entorno laboral. Ponte en el lugar del otro para intentar comprender cómo se siente.

Si necesitas hacer una crítica, intenta expresarte de manera constructiva.

5. Relaciones sociales, comunicación y escucha

La comunicación y buena relación con nuestros compañeros de trabajo tiene un efecto muy positivo
en nuestro desarrollo profesional. Establecer vínculos con el resto de trabajadores beneficia tu
bienestar personal.

¿Cómo comunicarte de manera beneficiosa para ti y para los demás?

 Asertividad: Defiende tus ideas y opiniones siempre respetando las de los demás.

 Exteriorización: Transmite con claridad lo que piensas, sientes o quieres.

 Atención dinámica: Escucha a tus compañeros de verdad lo que están comunicando y


participa de esa comunicación.
Aplicar estas técnicas mejorará el ambiente laboral de tu oficina, te hará sentir más confianza en ti
mismo y esto se reflejará en tus resultados. ¡Pon en práctica lo aprendido! También eso es
inteligencia emocional.

Ejemplo :

Una persona que carece de control sobre sus emociones negativas podrá ser víctima de un arrebato
emocional que le impida concentrarse, recordar, aprender y tomar decisiones con claridad. De ahí la
frase de cierto empresario de que el estrés estupidiza a la gente. El precio que puede llegar a pagar
una empresa por la baja inteligencia emocional de su personal es tan elevado, que fácilmente podría
llevarla a la quiebra. En el caso de la aeronáutica, se estima que el 80% de los accidentes aéreos
responde a errores del piloto. Como bien saben en los programas de entrenamiento de pilotos,
muchas catástrofes se pueden evitar si se cuenta con una tripulación emocionalmente apta, que
sepa comunicarse, trabajar en equipo, colaborar y controlar sus arrebatos.

Como debería ser un líder en el trabajo

El tiempo de los jefes competitivos y manipuladores, que confundían la empresa con una selva, ha
pasado a la historia. La nueva sociedad requiere otro tipo de superior cuyo liderazgo no radique en
su capacidad para controlar y someter a los otros, sino en su habilidad para persuadirlos y encauzar
la colaboración de todos hacia unos propósitos comunes.

Aunque muchas veces se evite hacerlo o se haga de forma equivocada, el feedback constituye el
nutriente esencial para potenciar la efectividad de los trabajadores. Al proporcionar feedback, hay
que evitar siempre los ataques generalizados que van dirigidos al carácter de la persona, como
cuando se le llama estúpida o incompetente, pues éstos suelen generar un efecto devastador en la
motivación, la energía y la confianza de quien los recibe. Una buena crítica no se ocupa tanto de
atribuir los errores a un rasgo de carácter como de centrarse en lo que la persona ha hecho y puede
hacer en el futuro.

Como interactuar con una persona adecuadamente en el trabajo

ofrecer un buen feedback, ser concreto, ofrecer soluciones y ser sensible al impacto de las palabras
en el interlocutor.

Quien no tiene consciencia de sus propias emociones, difícilmente podrá entender el


funcionamiento del entorno y sus semejantes. Es por ello que la Inteligencia Emocional en el Trabajo
es un concepto muy importante al cual hay que prestarle plena atención para desarrollarlo
efectivamente.

Para poder aplicar bien la inteligencia emocional en el trabajo, es importante tener en cuenta que:

 Saber equilibrar la inteligencia emocional en el trabajo, basándose en:

1. Analizarse uno mismo, para saber qué cosas te pueden hacer reaccionar emocionalmente y
de qué manera, para tratar de mejorar y cambiar esas reacciones.

2. Aprender a escuchar, que no es lo mismo que oír. Hay que saber escuchar cuando un
compañero plantea un problema, y si dudas se pregunta para aclarar. Esto te ayudará a
tomar decisiones concretas y claras.

3. Saber interpretar el lenguaje corporal de los demás. No siempre las palabras coinciden con
lo que dice el cuerpo, la mirada o los gestos. Ello puede ir en tu contra.
4. Saber qué cosas te causan estrés. Te servirá para evitar esas emociones repentinas que
puedan frustrar tu día o tu trabajo.

Para aplicar bien tu propia inteligencia emocional en el trabajo, cabría destacar:

Hay que saber contener las emociones en el trabajo. Debe estar por encima de las emociones la
racionabilidad.

Si no puedes corregir tus actitudes erróneas frente al trabajo, acude a un profesional.

Hace falta un trabajo constante para lograr un buen manejo de las emociones.

Para sacar el estrés hay que practicar alguna actividad, física o de meditación, que te ayude a evadir
emociones negativas.

Conclusiones

Los estragos que la ineptitud emocional causa en el mundo son más que evidentes. Basta con abrir
un diario para encontrar consignadas las formas de violencia y de degradación más aberrantes, que
no parecen responder a ninguna lógica. Hoy por hoy no nos genera mayor estupor escuchar que un
corredor de bolsa se haya arrojado de un rascacielos tras una repentina caída de la bolsa, que un
marido haya golpeado a su esposa o que, tras haber sido despedido, un empleado haya entrado en
su compañía armado hasta los dientes y haya asesinado a varias personas indiscriminadamente.

Estas evidencias se suman a la ola de violencia que asola al planeta, al alarmante incremento de la
depresión en todo el mundo, a los niveles de estrés que van en franco aumento y a una interminable
lista de síntomas: todos ellos dan cuenta de una irrupción descontrolada de los impulsos en nuestras
vidas y de una ineptitud generalizada, y acaso creciente, para controlar las pasiones y los arrebatos
emocionales.

La abundante base experimental existente permite concluir que, si bien todas las personas venimos
al mundo con un temperamento determinado, los primeros años de vida tienen un efecto
determinante en nuestra configuración cerebral y, en gran medida, definen el alcance de nuestro
repertorio emocional. Pero ni la naturaleza innata ni la influencia de la temprana infancia
constituyen determinantes irreversibles de nuestro destino emocional. La puerta para la
alfabetización emocional siempre está abierta y, así como a las escuelas les corresponde suplir las
deficiencias de la educación doméstica, las empresas y los profesionales que quieran lograr el éxito
en el entorno de especialización y diversidad que caracteriza al mundo moderno deben tener
consciencia de sus emociones y dotarlas de inteligencia.

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