Que Es La Inteligencia Emocional
Que Es La Inteligencia Emocional
Que Es La Inteligencia Emocional
Así pues, la Inteligencia Emocional es un constructo que nos ayuda a entender de qué manera
podemos influir de un modo adaptativo e inteligente tanto sobre nuestras emociones como en
nuestra interpretación de los estados emocionales de los demás. Este aspecto de la dimensión
psicológicca humana tiene un papel fundamental tanto en nuestra manera de socializar como en las
estrategias de adaptación al medio que seguimos.
“En un sentido muy real, todos nosotros tenemos dos mentes, una mente que piensa y otra mente
que siente, y estas dos formas fundamentales de conocimiento interactúan para construir nuestra
vida mental“.
“El cerebro emocional responde a un acontecimiento más rápido que el cerebro racional”.
Tercera diapo:
“El enfado es una emoción muy intensa que secuestra el cerebro. Cuando el enfado nos atrapa hace
que se nos reorganice la memoria hasta el punto de que uno puede olvidarse, en plena discusión, de
porqué ha empezado».
“Las emociones negativas intensas absorben toda la atención del individuo, obstaculizando cualquier
intento de atender a otra cosa”.
“Dominar el mundo emocional es especialmente difícil porque estas habilidades deben ejercitarse
en aquellos momentos en que las personas se encuentran en peores condiciones para asimilar
información y aprender hábitos de respuesta nuevos, es decir, cuando tienen problemas“.
Además, debes evitar arrinconar a la persona, ya que si se siente acorralada puedes incrementar los
niveles de agresividad o violencia.
Siempre debes de tener una vía física, accesible, rápida y segura, para escapar del comportamiento
agresivo o violento.
Paso Nº 5: Decidir si puedes acercarte a la persona y actuar o mejor solicitar ayuda especializada.
Puedes comentar algo sobre un tema trivial o cotidiano que le permita desviar su atención.
Dicho en pocas palabras, significa cambiar la forma de la que piensa. Las personas enojadas tienden
a maldecir, a insultar y a hablar con términos muy subidos de tono que reflejan sus pensamientos
internos. Cuando está enojado, sus ideas pueden volverse muy exageradas y demasiado dramáticas.
Procure reemplazar estos pensamientos por otros más razonables. Por ejemplo, en lugar de decirse,
"Ay, es horrible, es terrible, se arruinó todo," dígase "es frustrante y es comprensible que esté
disgustado pero no es el fin del mundo y enojarme no va a solucionarlo."
Tenga cuidado con las palabras "nunca" o "siempre" cuando habla sobre usted o sobre otra persona.
"Esta máquina nunca funciona" o "Siempre te olvidas de las cosas" no solo no son precisas sino que
además tienden a hacerlo sentir que su enojo está justificado y que no hay forma de resolver el
problema.
La lógica vence a la ira, porque la ira, incluso cuando es justificada, puede volverse rápidamente
irracional. Por lo tanto, use la lógica fría para usted. Recuerde que el mundo no está en contra suyo,
usted simplemente está experimentando algunos de los malos momentos de la vida cotidiana. Haga
esto cada vez que sienta que la ira le está quitando lo mejor de sí. Estole ayudará a tener una
perspectiva más equilibrada.
Las personas enojadas tienden a exigir justicia, valoración, acuerdo entre las partes y disposición
para hacer las cosas a su manera. Todos deseamos estas cosas y nos sentimos lastimados y
desilusionados cuando no las obtenemos; pero las personas enojadas las exigen y cuando sus
exigencias no se cumplen, su desilusión se transforma en ira. Como parte de su reestructuración
cognitiva, las personas enojadas deben tomar conciencia de su naturaleza exigente y convertir sus
expectativas en deseos. En otras palabras, decir "me gustaría" algo es más sano que decir "exijo" o
"debo tener" algo. Cuando no puede obtener lo que desea, experimentará reacciones normales:
frustración, desilusión, dolor, pero no ira. Algunas personas usan su ira como una forma de evitar
sentirse heridas, pero eso no significa que el dolor desaparezca.
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Ante esta realidad, cabe resaltar que existen personas con un dominio de su faceta emocional
mucho más desarrollado que otras. Y resulta curiosa la baja correlación entre la inteligencia clásica
(más vinculada al desempeño lógico y analítico) y la Inteligencia Emocional. Aquí podríamos
ejemplificar esta idea sacando a colación el estereotipo de estudiante “empollón”; una máquina
intelectual capaz de memorizar datos y llegar a las mejores soluciones lógicas, pero con una vida
emocional y sentimental vacía. Por otro lado, podemos encontrar personas cuyas capacidades
intelectuales son muy limitadas, pero en cambio consiguen tener una vida exitosa en lo que refiere
al ámbito sentimental, e incluso en el profesional.
Este par de ejemplos llevados al extremo son poco habituales, pero sirven para percatarse de que es
necesario prestar más atención a esta clase de habilidades emocionales, que pueden marcar nuestra
vida
Asertividad
La Asertividad se define como: "la habilidad de expresar nuestros deseos de una manera amable,
franca, abierta, directa y adecuada, logrando decir lo que queremos sin atentar contra los demás.
Negociando con ellos su cumplimiento". Está en el tercer vértice de un triángulo en el que los otros
dos son la pasividad y la agresividad. Situados en el vértice de la pasividad evitamos decir o pedir lo
que queremos o nos gusta, en la agresividad lo hacemos de forma tan violenta que nos
descalificamos nosotros mismos.
Emplear el asertividad es saber pedir, saber negarse, negociar y ser flexible para poder conseguir lo
que se quiere, respetando los derechos del otro y expresando nuestros sentimientos de forma clara.
La asertividad consiste también en hacer y recibir cumplidos, y en hacer y aceptar quejas.
A medida que somos más consciente de qué decimos y cómo lo decimos, también
seremos conscientes de las repercusiones positivas que ésto tiene en nuestras
relaciones interpersonales.
Inteligencia interpersonal. Implica entender y comprender las emociones de los otros y tener la
habilidad de reaccionar según el estado anímico del otro. (profundizar)
Componentes de la ie
Asertividad
La Asertividad se define como: "la habilidad de expresar nuestros deseos de una manera amable,
franca, abierta, directa y adecuada, logrando decir lo que queremos sin atentar contra los demás.
Negociando con ellos su cumplimiento". Está en el tercer vértice de un triángulo en el que los otros
dos son la pasividad y la agresividad. Situados en el vértice de la pasividad evitamos decir o pedir lo
que queremos o nos gusta, en la agresividad lo hacemos de forma tan violenta que nos
descalificamos nosotros mismos.
Emplear el asertividad es saber pedir, saber negarse, negociar y ser flexible para poder conseguir lo
que se quiere, respetando los derechos del otro y expresando nuestros sentimientos de forma clara.
La asertividad consiste también en hacer y recibir cumplidos, y en hacer y aceptar quejas.
Auto-conciencia
Autorregulación
La autorregulación se relaciona con la conciencia de sí mismo, pero describe más específicamente la
capacidad de controlar las emociones, ya sean negativas o positivas, con el fin de mantener un
comportamiento más adecuado a la práctica profesional y la actividad. Goleman escribe acerca de la
auto-regulación no sólo como un enfoque reaccionario ante escenarios que pueden empujar,
movilizar y distraer, sino también como el impacto constante y deliberado de un ejecutivo en la
cultura organizacionaL
¿Por qué la autorregulación es tan importante para los líderes? Las personas que tienen control de
sus sentimientos e impulsos -es decir, las personas que son razonables - son capaces de crear un
ambiente de confianza y equidad. En tal ambiente, la política y las luchas internas se reducen
drásticamente. Las personas con talento fluyen hacia la organización. Menos mal humor en la parte
superior significa menos en toda la organización.
Motivación
Empatía
Observa Goleman: "La empatía es un antídoto. Las personas que la tienen están en sintonía con
sutilezas en el lenguaje corporal; pueden escuchar el mensaje detrás de las palabras que se
pronuncian. Más allá de eso, tienen una profunda comprensión de la existencia e importancia de las
diferencias culturales y étnicas". La empatía también mejora la capacidad del líder para hacer que el
personal se sienta respetado, por lo que este puede, a su vez, respetar a otros, fortaleciendo los
esfuerzos constantes hacia la retención. Este tipo de líder puede por lo tanto desarrollar equipos
fuertes que trabajan juntos de manera efectiva para animarse recíprocamente y realizar con éxito la
misión de la organización.
Habilidad social
Habilidad social, el quinto componente de la inteligencia emocional, es, como la empatía, el reflejo
de la interacción de un líder con el mundo, en contraste con los tres primeros factores, que ponen
de relieve características más internas. Es la capacidad de un líder de aprovechar las relaciones para
promover sus ideas, a través de la simpatía, confianza y respeto. Pero así como la línea no es clara
entre la auto-conciencia, la autorregulación, la motivación y la empatía, la habilidad social
representa también matices de los otros cuatro. Sin habilidades sociales, los otros cuatro
componentes de la inteligencia emocional pueden caer por el piso.
Goleman señala también que, debido a que la habilidad social se basa en relaciones positivas, los
líderes más exitosos pueden "parecer no estar trabajando cuando están en el trabajo" y, por tanto,
la habilidad social puede ser el área más difícil de cuantificar. Goleman reconoce, de hecho, que la
inteligencia emocional en general no siempre es propicia para la medición.
Tomar riesgos inteligentes, buenas decisiones y mostrar iniciativa son las conductas ejemplificadas
por los líderes más exitosos y emprendedores. Los principios de la autoconciencia, la
autorregulación, la motivación, la empatía y habilidades sociales permiten la claridad y la capacidad
para llevar a cabo estos comportamientos, especialmente en las industrias vulnerables sin fines de
lucro, donde son cada vez más críticos para la estrategia organización
Estas habilidades también son importantes en la capacidad de las personas de convencer, manipular
e incluso dominar a los demás (los líderes tienden a ser personas emocionalmente inteligentes).
Empatía: Su incidencia en el clima laboral es determinante para lograr una atmósfera positiva que
favorece la colaboración y el trabajo en equipo.
Habilidades sociales: Una vez más, la inteligencia emocional en el trabajo nos da la clave para
avanzar hacia la excelencia, gracias a una mayor consistencia, respeto, asertividad en las relaciones
entre compañeros y entre éstos y personas a otros niveles; así como una comunicación más clara,
efectiva y transparente.
Claves para aplicar la inteligencia emocional en el trabajo
Estas habilidades se pueden aplicar en tu puesto de trabajo, sea cual sea tu posición y profesión,
tanto con clientes como con compañeros, empleados, directivos, etc.
1. Autoconocimiento
Escucha tu yo interior, interpreta tus sentimientos, identifica tus motivaciones para saber
contrarrestar tus preocupaciones.
Para llevar esto a la práctica, te recomendamos que lleves contigo una pequeña agenda o diario.
Refleja en el cómo te sientes, exprésate, intenta comprenderte y así podrás llevar un seguimiento de
cómo te ha hecho sentir una determinada cosa y qué has hecho para sobreponerte.
2. Autocontrol
Ten confianza en tus conocimientos, habilidades y experiencia laborar para superar los obstáculos
profesionales. Se flexible y adaptable a los cambios.
Cuando tengas un problema realiza una lista de maneras de superarlo y valora cuál será la más
adecuada. Quizás pueda interesarte el artículo: Aceptar, asimilar y superar la frustración.
3. Automotivación
Todos los días nos enfrentamos a retos personales que pueden afectar a nuestro ánimo y motivación
para trabajar. Llegar al trabajo con una buena predisposición es esencial para encarar el trabajo del
día. Sé tu mayor aliado.
Si estás teniendo un día difícil, date un capricho en el almuerzo, descansa 10 minutos dando un
paseo, haz ejercicios de relajación y estira el cuerpo en tu puesto de trabajo y, en definitiva, piensa
constantemente que puedes conseguir lo que te propongas.
Empatía
Antes de actuar pregúntate cómo tus acciones o comentarios pueden afectar al resto de personas de
tu entorno laboral. Ponte en el lugar del otro para intentar comprender cómo se siente.
La comunicación y buena relación con nuestros compañeros de trabajo tiene un efecto muy positivo
en nuestro desarrollo profesional. Establecer vínculos con el resto de trabajadores beneficia tu
bienestar personal.
Ejemplo :
Una persona que carece de control sobre sus emociones negativas podrá ser víctima de un arrebato
emocional que le impida concentrarse, recordar, aprender y tomar decisiones con claridad. De ahí la
frase de cierto empresario de que el estrés estupidiza a la gente. El precio que puede llegar a pagar
una empresa por la baja inteligencia emocional de su personal es tan elevado, que fácilmente podría
llevarla a la quiebra. En el caso de la aeronáutica, se estima que el 80% de los accidentes aéreos
responde a errores del piloto. Como bien saben en los programas de entrenamiento de pilotos,
muchas catástrofes se pueden evitar si se cuenta con una tripulación emocionalmente apta, que
sepa comunicarse, trabajar en equipo, colaborar y controlar sus arrebatos.
El tiempo de los jefes competitivos y manipuladores, que confundían la empresa con una selva, ha
pasado a la historia. La nueva sociedad requiere otro tipo de superior cuyo liderazgo no radique en
su capacidad para controlar y someter a los otros, sino en su habilidad para persuadirlos y encauzar
la colaboración de todos hacia unos propósitos comunes.
Aunque muchas veces se evite hacerlo o se haga de forma equivocada, el feedback constituye el
nutriente esencial para potenciar la efectividad de los trabajadores. Al proporcionar feedback, hay
que evitar siempre los ataques generalizados que van dirigidos al carácter de la persona, como
cuando se le llama estúpida o incompetente, pues éstos suelen generar un efecto devastador en la
motivación, la energía y la confianza de quien los recibe. Una buena crítica no se ocupa tanto de
atribuir los errores a un rasgo de carácter como de centrarse en lo que la persona ha hecho y puede
hacer en el futuro.
ofrecer un buen feedback, ser concreto, ofrecer soluciones y ser sensible al impacto de las palabras
en el interlocutor.
Para poder aplicar bien la inteligencia emocional en el trabajo, es importante tener en cuenta que:
1. Analizarse uno mismo, para saber qué cosas te pueden hacer reaccionar emocionalmente y
de qué manera, para tratar de mejorar y cambiar esas reacciones.
2. Aprender a escuchar, que no es lo mismo que oír. Hay que saber escuchar cuando un
compañero plantea un problema, y si dudas se pregunta para aclarar. Esto te ayudará a
tomar decisiones concretas y claras.
3. Saber interpretar el lenguaje corporal de los demás. No siempre las palabras coinciden con
lo que dice el cuerpo, la mirada o los gestos. Ello puede ir en tu contra.
4. Saber qué cosas te causan estrés. Te servirá para evitar esas emociones repentinas que
puedan frustrar tu día o tu trabajo.
Hay que saber contener las emociones en el trabajo. Debe estar por encima de las emociones la
racionabilidad.
Hace falta un trabajo constante para lograr un buen manejo de las emociones.
Para sacar el estrés hay que practicar alguna actividad, física o de meditación, que te ayude a evadir
emociones negativas.
Conclusiones
Los estragos que la ineptitud emocional causa en el mundo son más que evidentes. Basta con abrir
un diario para encontrar consignadas las formas de violencia y de degradación más aberrantes, que
no parecen responder a ninguna lógica. Hoy por hoy no nos genera mayor estupor escuchar que un
corredor de bolsa se haya arrojado de un rascacielos tras una repentina caída de la bolsa, que un
marido haya golpeado a su esposa o que, tras haber sido despedido, un empleado haya entrado en
su compañía armado hasta los dientes y haya asesinado a varias personas indiscriminadamente.
Estas evidencias se suman a la ola de violencia que asola al planeta, al alarmante incremento de la
depresión en todo el mundo, a los niveles de estrés que van en franco aumento y a una interminable
lista de síntomas: todos ellos dan cuenta de una irrupción descontrolada de los impulsos en nuestras
vidas y de una ineptitud generalizada, y acaso creciente, para controlar las pasiones y los arrebatos
emocionales.
La abundante base experimental existente permite concluir que, si bien todas las personas venimos
al mundo con un temperamento determinado, los primeros años de vida tienen un efecto
determinante en nuestra configuración cerebral y, en gran medida, definen el alcance de nuestro
repertorio emocional. Pero ni la naturaleza innata ni la influencia de la temprana infancia
constituyen determinantes irreversibles de nuestro destino emocional. La puerta para la
alfabetización emocional siempre está abierta y, así como a las escuelas les corresponde suplir las
deficiencias de la educación doméstica, las empresas y los profesionales que quieran lograr el éxito
en el entorno de especialización y diversidad que caracteriza al mundo moderno deben tener
consciencia de sus emociones y dotarlas de inteligencia.