Qantara - Pendón de Las Navas de Tolosa
Qantara - Pendón de Las Navas de Tolosa
Qantara - Pendón de Las Navas de Tolosa
Localisacion
Temas asociados
En el círculo central: al-mulk (“el poder” o “la soberanía”).En las cuatro cenefas que enmarcan el
cuadrado central, grafía nasjí: azora LVI, aleyas 10-12:
“¡Creyentes! ¿Queréis que os indique un negocio que os librará de un castigo doloroso?: ¡Creed en
Dios y en su Enviado y combatid por Dios con vuestra hacienda y vuestras personas! Es mejor para
vosotros si supierais… Así, como os perdonará vuestros pecados y os introducirá en jardines por cuyos
bajos fluyen arroyos y en viviendas agradables en los jardines del Edén. ¡Ése [es el éxito grandioso]!”.
En la cenefa superior:
“El Imperio eterno”, “la felicidad perpetua”, “salvación perpetua”, “Loor a Dios por sus dones”,
“Salud eterna”.
Tradicionalmente, se pensaba que este pendón fue el botín de Alfonso VIII de Castilla al derrotar al califa
almohade al-Nasir li-Dîn Allah en 1212, tras vencer en la Batalla de las Navas de Tolosa. Tras estudios
recientes, parece que pasó a los cristianos con Fernando III el Santo, después de tomar Jaén, Córdoba y
Sevilla, y fue trasladado al Monasterio de las Huelgas al hacer éste obras en el claustro del mismo.
El estado de conservación de esta pieza es delicado, aunque ha mejorado tras las restauraciones llevadas a
cabo en los años 1950 y las realizadas recientemente por el equipo de restauración de textiles de Patrimonio
Nacional, con motivo del noveno centenario de la fundación del monasterio. Actualmente el pendón sólo es
visible por uno de sus lados, ya que ha sido dispuesto sobre una tela con el fin de que su peso esté bien
repartido cuando se exhibe colgado.
La extremadamente ordenada composición del conjunto, determinada por un galón blanco trenzado, se
organiza en torno a una estrella de ocho puntas, que engendra rosetones cada vez más complejos, cuyos
tallos entrelazados parecen dibujar palabras. Todos los espacios están rellenos con motivos vegetales: en la
mitad derecha de la composición también figuran cuatro pequeñas cruces. El número ocho, que se repite en
el conjunto de la decoración, tiene un valor simbólico. Una cenefa ininterrumpida, con pequeños medallones
y estrellas entrelazadas, enmarca el rosetón central dentro de un círculo; rodeando el conjunto se sitúa un
marco cuadrado. Esta cenefa rodea también tres pequeños medallones que encierran un león rampante. En las
esquinas, junto a la base curvilínea, se desarrolla un follaje frondoso organizado en una palmeta en esquina.
La composición central está enmarcada por cuatro bandas largas que contienen caligrafía nasjî, cuyas letras
se destacan en color azul oscuro sobre fondo dorado. Estrellas de ocho puntas interrumpen la epigrafía en las
esquinas. La grafía es muy particular: pequeños elementos decorativos vegetales blancos aclaran el fondo
azul de las letras. En la parte superior del pendón se desarrolla una inscripción situada entre dos bandas
decoradas con rectángulos (con los extremos curvos), separados por pequeños rosetones de ocho puntas.
Parece que en su origen esta cenefa había sido más larga y que se cortó para ser integrada a el pendón.
El borde inferior está compuesto por ocho lambrequines en forma de lentejuelas. Contienen motivos
epigráficos cuya lectura actualmente es difícil. Estas medias lunas, que también aparecen en el pendón de
Abû Sa‘id ‘Utmân[1], están influenciadas por el motivo extremo-oriental llamado tchintami, frecuente en los
tejidos otomanos desde el siglo XV, y empleado todavía en el siglo XIX[2]. Esta orla se desarrolla sobre un
fondo cuyo trabajo es muy particular: se trata de una red de puntos alargados relacionados con el trabajo del
metal ayyubí. Este mismo motivo decora varios jarrones de abluciones andalusíes coetáneos realizados en
cuerda seca[3].
Son destacables las similitudes entre la composición central de este tejido y algunos frontispicios de la
misma época, en particular en el caso de algunos Coranes[4]. El contraste entre el rigor de la construcción
general de motivos geométricos y la flexibilidad de la decoración vegetal que decora los espacios (palmetas,
florones diversos, zarcillos, tallos…) da gran elegancia al conjunto.
Se conservan varias representaciones pictóricas de este tipo de pendones: por ejemplo en las Cantigas de
Santa María de Alfonso X el Sabio y en la decoración mural de estuco de época nazarí de la casita del Partal
de la Alhambra de Granada, contemporáneas al reinado de Yûsuf I.
Nota
[1] Realizado en 1312. Este pendón, así como el de Abû l-Hasan (1340) han sido utilizados en la batalla del
Río Salado, y están conservados en la catedral de Toledo.
[2] Vernoit, S., Occidentalism. Islamic Art in the 19th century, New York: Oxford University Press, 1997, p.
24, n° 7.
[4] Sobre este tema, véase Barrucand, M., “Les enluminures de l’époque almohade: frontispices et ‘unwâns”,
en Cressier, P., Fierro, M., Molina, L. (eds), Los Almohades: Problemas y Perspectivas. Madrid: Consejo
Superior de Investigaciones Científicas, Estudios árabes e islámicos. Monografías, vol. 1, 2006.
Bibliografía del objeto
Bango Torviso, I., Maravillas de la España Medieval. Tesoro Sagrado y Monarquía, (cat. exp., León, Real
Colegiata de San Isidoro, 2000-2001), Valladolid: Junta de Castilla y León/Caja España, 2000.
Torres Balbás, L., “Arte almohade, arte nazarí, arte mudéjar”, Madrid: Ed. Plus Ultra, “Ars Hispaniae”, vol.
4, 1949.
Al-Andalus: las artes islámicas en España, (cat. exp., Granada, Alhambra/New York, The Metropolitan
Museum of Art, 1992), Madrid : Ed. El Viso, 1992, p. 326-327, n° 92.
Al-Andalus: the Art of Islamic Spain, (cat. exp., Granada, Alhambra/New York, The Metropolitan Museum
of Art, 1992), New York: J.D. Dodds, 1992, p. 326-327, n° 92.
Vestiduras Ricas. El Monasterio de las Huelgas y su Época. 1170-1340, (cat. exp., Madrid, Palacio Real,
2005), Madrid: Ed. Patrimonio nacional, 2005.