Alejandro Echavarria
Alejandro Echavarria
Alejandro Echavarria
Alejandro Echavarría Isaza creó la primera aerolínea del país, un hospital líder en atención y desarrollo científico en
Colombia, la industria textil, la banca comercial y, ante todo, un estilo empresarial próspero y humano. Con él
pasamos de la mula al avión. La historia oficial de Alejandro Echavarría parte del traslado de sus padres Rudesindo
Echavarría Muñoz y Rosa Isaza López, de Barbosa a Medellín en 1864, pero ignora que mucho antes hubo un viaje
en sentido contrario. Así lo explica su hijo Guillermo Echavarría Misas en crónica de la historia familiar: "Don
Rudesindo Echavarría Muñoz, oriundo de Medellín, al llegar a la edad en que el hombre tiene que pensar seriamente
en su porvenir y dándose cuenta de que en el Porce y Nare se estaban explotando minerales de oro con gran éxito,
resolvió trasladarse -recién casado- a la población de Barbosa y abrió allí una tienda la cual surtió de todo cuanto
necesitaba el personal de mineros". Por caminos de herradura, agrega, cargaba en bestias las mercancías
adquiridas a Pablo Lalinde y Cía y otros comerciantes de Medellín. Alejandro nació en Barbosa el 1 de julio de 1859,
pero la historia se remonta a la época de la Guerra de los Mil Días. Cuenta Margarita Echavarría de Uribe: "Mi
bisabuelo José María Misas vivía en el parque de Berrío y tenía 22 hijos de dos matrimonios; como era conservador,
los liberales le quitaron la casa con todos sus haberes y él se tuvo que ir a Yarumal. Allá, mi abuelo Alejandro
visitaba a Ana Josefa, prima hermana del padre Marianito Eusse. Su papá José María Misas hablaba de Alejandro
como ese liberalito que viene a hacerle visitas. De la mula al avión Alejandro Echavarría medía 1.70 de estatura,
tenía piel blanca medio rojiza y un lunar en el pómulo derecho, era madrugador y enérgico para el trabajo. No le
gustaban las fiestas con mucho de alcohol o con mucho baile. Prefería disfrutar en privado una buena copa de coñac
y un tabaco habanero, era un hombre adusto, pero se permitía un humor fino e irónico. Margarita Echavarría, una de
las dos mujeres que empezó Antropología en la Universidad de Antioquia junto a 70 hombres, evoca a su abuelo:
“Lo recuerdo como una persona muy simpática y cariñosa, lo llamábamos 'Papalelo' (Papá Alejandro). A los nietos
chiquitos, en broma nos hacía nueces con el cabello, hay una foto de él echándole el humo del tabaco a mi hermana
menor, recuerdo también las comidas deliciosas en casa de mi abuela. Estudió ebanistería en el Instituto de Artes y
Oficios de Medellín, aún conservo dibujos muy bonitos que hizo allá. Admiro mucho que estando mi padre Guillermo
muy pipiolo, le propuso a su padre Alejandro en 1919 comprar una hacienda de ganado en Bolívar; nada sabían de
ganadería, y compraron la hacienda Mundo Nuevo”. Hasta principios del siglo XX, por el aire nacional solo volaban
las aves y Domingo Valencia, el "as del aire", en un globo sobre la Plaza de Bolívar de Bogotá, que más de una vez
se cayó al suelo. Margarita Echavarría relata cómo nació nuestra aviación: “Mi papá Guillermo había estado en
Estados Unidos y le fascinaban los aviones, que eran nuevos; en septiembre de 1919 sugirió al papá Alejandro una
empresa de aviación, ya que estaban vendiendo unos aviones franceses de la guerra de 1914. El 26 de septiembre
se hizo la escritura de la Compañía Colombiana de Navegación Aérea -CCNA-, pionera del transporte de pasajeros
y del correo aéreo, en la Notaría Primera de Medellín, con la firma del Presidente Marco Fidel Suárez. Trajeron los
aviones desarmados por río y por tierra desde Cartagena. Hubo algunos vuelos de turismo sobre Medellín, con dos
aviadores muy brillantes: René Bassin y Jourdanet, y buenos mecánicos. Estuvieron de malas, hubo varios
accidentes; Jourdanet no estaba acostumbrado a los vientos de aquí que le tumbaron el avión y él se mató”. “Con su
hijo mayor, 6 sobrinos, 10 telares, 12 obreras y mil pesos, fundó Coltejer” En diciembre del mismo año 1919, le
surgió competidora a la CCNA: la Sociedad Colombo Alemana de Transportes Aéreos -Scadta-, también con pilotos
de la Primera Guerra Mundial, pero germanos, origen de Avianca, la aerolínea más antigua de América. La CCNA no
resistió su competencia: sus aviones eran de madera y lona, mientras que los alemanes de la Scadta eran metálicos.
En su libro “De la mula al avión”, Guillermo Echavarría Misas dice que el 30 de marzo de 1922, la Scadta rompió el
récord mundial de larga distancia aérea, al volar más de mil kilómetros entre Girardot y Barranquilla. Luego, el
Almacén Nacional y el Salón Alfa en Medellín le dieron la sangre financiera a la futura Coltejer, y a Alejandro, con
qué casarse con Ana Josefa Misas. Tuvieron diez hijos: Gabriel, Sofía, Luisa, Guillermo, Margarita, Alejandro,
Germán, Diego, Rosa y Carlos J. De gran visión publicitaria, sus negocios tenían avisos como: “Con cada corte se
encima un par de medias de seda”, “Paños Alfa: están fuera de toda competencia en precios, calidad y durabilidad”,
“Últimas novedades de París”, “Si es Alfa, es inglés”. “Definitivamente… Coltejer” Emulando a los creadores de la
Fábrica de Textiles de los Andes - Fatelares y de la Fábrica de Tejidos de Medellín (1904), Alejandro compró a su
pariente Gustavo Merizalde dos telares manuales de madera. Con su hijo mayor, seis sobrinos, diez telares, doce
obreras y mil pesos, fundó la Compañía Colombiana de Tejidos -Coltejer-, el 22 de octubre de 1907. En la pobre
Colombia recién separada de Panamá, con su industria en pañales y las cuatro quintas partes de la población
analfabetas, ante quince obreras en sus máquinas, con delantales blancos a listas negras y gorritas, el presidente
Rafael Reyes prendió las máquinas a control remoto. El padre jesuita Carlos Salcedo, narró así el suceso en la
revista "La Familia Cristiana": "El general Reyes tiene en sus manos un botón eléctrico... se pasan dos minutos... de
repente, un electroimán, activo por la corriente que viene de Bogotá por los hilos telegráficos, atrae una palanca;
ésta deja libre un peso que, al caer, cierra el switch que da entrada a la electricidad…”. En abril de 1908 arrancó la
planta en el barrio La Toma, oriente de Medellín, su primer artículo fue una camisa de franela: "era tan fuerte y de
boca tan grande, que parecía una ruana", dijo una de las obreras que la confeccionaron. "Mi papá, Guillermo
Echavarría, llevaba en bicicleta el pago para las obreras, de su casa en el centro de Medellín", recuerda Margarita
Echavarría. El almacén Alejandro Echavarría e Hijos, registró el 14 de abril de 1908, el primer ingreso de 230 pesos
por venta de mercancía de Coltejer.