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STL1343 2014

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República de Colombia

Corte Suprema de Justicia

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA


SALA DE CASACIÓN LABORAL

CARLOS ERNESTO MOLINA MONSALVE


Magistrado Ponente

STL1343-2014
Radicación N° 52013
Acta N°3

Bogotá, D.C., cinco (5) de febrero de dos mil catorce


(2014).

Se procede a resolver la impugnación presentada por


ASOCIACIÓN NACIONAL DE FABRICANTES DE
LADRILLO Y MATERIALES DE CONSTRUCCIÓN
-ANALFALCO, contra el fallo proferido por la SALA DE
CASACIÓN CIVIL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA,
dentro de la acción de tutela que instauró la recurrente
contra el TRIBUNAL SUPERIOR DEL DISTRITO JUDICIAL
DE BOGOTÁ, LOS JUZGADOS TREINTA Y NUEVE CIVIL
DEL CIRCUITO Y CUARTO CIVIL DEL CIRCUITO DE
Radicación n° 52013

EJECUCIÓN, ambos de la misma ciudad, y la INSPECCIÓN


DIECINUEVE A DISTRITAL DE POLICÍA, trámite al que se
vinculó a todos los intervinientes del proceso objeto de la
queja constitucional.

I. ANTECEDENTES

Que el señor Gilberto Quintero González promovió


proceso ejecutivo singular contra Miguel Ángel Pimentel
Parra, ante el Juzgado Treinta y Nueve Civil del Circuito, a
fin de que este le cancelara las sumas de dinero contenidas
en una letra de cambio.

Que dentro de dicho proceso, en proveído de 16 de


junio de 2000, se decretó el embargo y secuestro del lote de
terreno No. 5 Carretera el Mochuelo No. 81a-57 de la ciudad
de Bogotá, para lo cual se comisionó al inspector de policía
de la zona.

Que el 17 de diciembre de 2008, el comisionado,


efectuó el secuestro del inmueble objeto de la medida
cautelar, diligencia en la que la señora María Betulia
Camacho de Pimentel, en calidad de arrendataria de la
sociedad accionante, se opuso a la aprensión del predio,
oposición que fue rechazada por la Inspectora, tras
considerar que «como la medida persigue con los terrenos, que están
embargados, independientemente (sic) de la destinación comercial y
ante la expresión de quien atiende la diligencia que tiene un contrato

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Radicación n° 52013

de concesión minera, no existe un nexo de causalidad que impida

decretar aclaro declarar el secuestro del inmueble. »

Que el 5 de febrero de 2009, la accionante formuló


incidente de levantamiento de medidas preventivas, por
cuanto en relación a la propiedad objeto de estas, la
compañía tenía un título minero de explotación, en virtud
del cual le cancelaba regalías al Estado.

Que mediante providencia del 14 de enero de 2010, el


juez de conocimiento, resolvió negar la solicitud de
cancelación de las medidas cautelares, porque la asociación
incidentante no ostentaba la posesión del bien, sino que
únicamente contaba con una licencia para la explotación
técnica de un yacimiento de arcilla, situación que no era
suficiente para conceder sus pretensiones.

Que inconforme la tutelante interpuso recurso de


apelación contra la anterior providencia.

Que el 28 de abril de 2010, el Tribunal Superior de


Bogotá, confirmó la decisión del a-quo, para lo cual
argumentó que el «el hecho que ANAFALCO cumpla con las
disposiciones de la CAR y de INGEOMINAS y que sea titular de la
concesión minera sobre los predios en que se ubica el que es materia
de medida cautelar en este asunto, per se, no la identifica como
poseedora del raíz, ya que, el contrato de concesión sólo da derecho al
concesionario de explotación y apropiación del mineral que se
encuentre en la zona identificada en el contrato por tiempo estipulado

en el mismo.»

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Radicación n° 52013

Que el 8 de marzo de 2012, se realizó el remate del


lote, adjudicándose al señor Samuel Vargas Bulla, venta
que se aprobó en auto de 3 de mayo de 2012, ordenándose,
también al secuestre realizar la entrega al comprador.

Que se comisionó a la inspección de policía de la zona


respectiva para hacer la entrega del inmueble.

Que el 18 de julio de 2013, la apoderada de Anafalco,


solicitó la suspensión de la diligencia de entrega; pero en
proveído de 28 de agosto de 2013, se denegó la petición,
tras considerar que los posibles derechos que dicha
asociación argumentaba «fueron objeto de discusión en el trámite
de oposición a la diligencia de secuestro que fue desatada de manera
desfavorable mediante decisión de 14 de enero de 2010, confirmado
por el honorable Tribunal Superior de Bogotá mediante determinación

emitida el 28 de abril de 2010.» Aunado, a que «el legislador


estableció como improcedente cualquier tipo de oposición a la entrega
del bien al rematante según prevé el artículo 531 del C.P.C., lo es más
las peticiones encaminadas a suspender el inicio de la diligencia.»

Finalmente, el 5 de septiembre de 2013, la autoridad


comisionada llevó a cabo la mencionada entrega, no
obstante, en dicha oportunidad de nuevo la acá reclamante
se opuso, bajo el mismo argumento que expuso en la
diligencia de secuestro, la cual fue rechazada por ser un
punto ya resuelto dentro del proceso, sin embargo por la
complejidad del trámite se suspendió la diligencia.

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Radicación n° 52013

Sostiene la tutelante que las autoridades accionadas


vulneran los derechos invocados, al insistir en la entrega
del inmueble, desconociendo el título minero que ostenta y
el cual prevalece, pues está amparado en una norma
superior a la civil, que tiene dispuesto «que las minas yacentes
en el suelo o subsuelo minero son de propiedad del Estado y su
explotación es a través de una concesión minera y que las regalías van
directamente al Estado. Ley 685 de 2001.»

Por tanto, solicita que se protejan sus derechos


fundamentales al debido proceso y al trabajo, que
considera vulnerados por las autoridades judiciales
accionadas, al ordenar la entrega y su desalojo de un predio
del cual ostenta título minero que es de utilidad pública e
interés social. Que, en consecuencia, se declare que « la
norma de derecho MINERO, prima sobre la norma civil, por ser norma

constitucional»; y además, se respete por parte del rematante

del bien inmueble «la correspondiente servidumbre forzosa y legal


cuya fijación para la caución se ha impetrado ante la alcaldía de la
localidad de Ciudad Bolívar.»

II. TRÁMITE Y DECISIÓN DE INSTANCIA

Mediante auto proferido el 29 de noviembre de 2013,


la Sala de Casación Civil de esta Corporación, admitió la
acción de tutela, notificó a las autoridades accionadas,
vinculó a los intervinientes en el proceso objeto de la queja
constitucional y corrió el traslado de rigor

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Radicación n° 52013

Dentro del término, el Juzgado 39 Civil del Circuito


señaló que se atenía a los argumentos expuestos en cada
una de las providencias proferidas por ese Despacho y que
se censuraba la parte actora.

Por su parte, la Agencia Nacional de Minería y el


Ministerio de Minas y Energía, alegaron falta de
legitimación en la causa por pasiva, como quiera que no
han incurrido en acción u omisión capaz de vulnerar las
garantías supralegales de la accionante.

Igualmente, la Secretaría Distrital de Gobierno


-Inspección 19 A Distrital de Policía, manifestó que no se ha
vulnerado o amenazado derecho fundamental, puesto que el
procedimiento administrativo se surtió conforme a derecho,
que la actora tiene a su alcance otros medios de defensa y
la acción no fue propuesta como mecanismo transitorio
para evitar un perjuicio irremediable que tampoco se
observa que se presente.

Finalmente intervino la Empresa Ladrilleras Las


Canteras S.A., quien celebró contrato de explotación con la
tutelante, adhiriéndose a las pretensiones de la acción.

Con fallo de tutela del 28 de noviembre de 2013, se


puso fin a la primera instancia, negando el amparo
solicitado, tras advertir que en el caso que se examina, es
claro que en relación a los autos que negaron la oposición
(incidente del desembargo), el amparo solicitado resulta

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Radicación n° 52013

improcedente, porque la petición elevada no atiende el


postulado de la inmediatez; que al margen de lo expuesto,
se encuentra que las determinaciones proferidas por el
Tribunal y por el Juzgado 39 del Circuito de Bogotá,
relacionadas a acceder al levantamiento del embargo y
secuestro que pesaban sobre el inmueble, no pueden
calificarse de arbitrarías, pues corresponden a una legítima
interpretación de la normatívidad, y no se avizoran
vulneradoras de los derechos fundamentales del actor.

Consideró que la protección reclamada no puede


dispensarse, pues es claro que no fue por flagrante
desconocimiento de la ley sustancial o del precedente
jurisprudencial, por vicios en el procedimiento, por defecto
fáctico, ni por ninguna otra actuación caprichosa que los
accionados tomaron sus decisiones, pues los motivos que
adujeron en sus providencias constituye una interpretación
judicial válida y razonable, por lo que no se avizora la
configuración de ninguno de los requisitos de procedibilidad
de la acción de tutela contra sentencias y, por tanto, se
itera, no se advierte violación a los derechos fundamentales
de la tutelante.

Que, en cuanto a la determinación de no aceptar


oposición en la última diligencia o la suspensión de la
misma, no logra advertirse una vulneración a los derechos
fundamentales de la accionante, pues el cumplimiento de la
orden judicial de entrega del inmueble adjudicado al

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Radicación n° 52013

rematante, encuentra respaldo en el artículo 531 del


ordenamiento adjetivo.

Que adicionalmente cabe advertir, que a partir del


perfeccionamiento de la medida cautelar, el bien queda
sustraído del tráfico comercial, y bajo la administración del
secuestre, circunstancia que impide a la accionante ejercer
los derechos que dice detentar sobre el inmueble, desde una
época posterior a su aprehensión material.'

III. IMPUGNACIÓN

Inconforme con la anterior decisión, la parte actora la


impugnó, para lo cual señaló que no es objeto de discusión
el reconocimiento del derecho de propiedad que adquirió el
remantante sobre el lote, donde se viene desarrollando con
antelación la actividad minera. Que las inconformidades se
centraron en las medidas de desalojo que los jueces
ordenaron sin tener en cuenta los derechos mineros
especiales que previamente han sido adquiridos y
reconocidos, los cuales se encuentran amparados en el
contrato de concesión y licencia ambiental. A continuación
cita extractos de jurisprudencia de la Corte Constitucional
donde se trata el régimen de la propiedad de los recursos
mineros y del contrato de concesión que considera sirven de
ilustración al presente caso. Que de los extractos
jurisprudenciales se puede ver que la accionante cuenta
con un derecho adquirido, cuyas labores en desarrollo del

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Radicación n° 52013

artículo 58 C.N. han sido declaradas de utilidad pública e


interés social en todas sus ramas y fases.

Agregó que el derecho a la propiedad privada que tiene


el actual propietario del lote adquirido por vía de remate, es
de interés particular, y su interés no es un derecho
absoluto, el cuál esta llamado a ceder a la prevalencia del
interés publico o social que representa el título minero de
Analfalco, en calidad de concesionaria del Estado
Colombiano. Que la ley minera es una norma especial y de
aplicación preferente frente a disposiciones civiles y
comerciales.

Sostiene que en el fallo de tutela de primera instancia


no se alcanzó a vislumbrar que el interés no es desacatar la
orden judicial de entrega del lote ni de apropiarse de este de
manera irregular, sino de imponer al nuevo propietario el
derecho de servidumbre minera para continuar ejerciendo
la explotación minera y evitar así la orden de desalojo de
todos los elementos que conforman la empresa “Ladrillera
las Canteras S.A.”, empresa que fue vinculada a este
proceso (asociada de ANAFALCO) y cuyo derecho a la
ocupación había sido acordada con el propietario anterior
del lote. Que tampoco tuvo en consideración la Sala para
resolver que la Alcaldía Local de la Ciudad de Bolívar, fijó
una caución a favor del propietario del lote el señor Samuel
Vargas Bulla, por concepto de servidumbre minera.

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Radicación n° 52013

Que entre las obligaciones que tiene un propietario u


ocupante del predio que con antelación su lote viene siendo
ocupado por una industria minera, es de solicitar ante la
Alcaldía correspondiente que fije una caución previo avaluó
por un perito; que en el evento en que el propietario u
ocupante del inmueble no haya demostrado interés en
solicitar que el Alcalde le fije una caución por ocupación del
predio, el concesionario minero, tiene derecho como es el
caso a imponer servidumbres mineras las cuales son legales
o forzosas, esto es significa que es un gravamen impuesto
por la misma ley, por tanto es innecesario la expedición de
un acto administrativo o de una sentencia judicial que la
otorgue.

Asegura que se desconocen las graves consecuencias


en el evento en que se tenga que desalojar todos los
elementos que conforman esta industria, lo cual lleva a
graves perjuicios sociales y económicos para los
concesionarios y sus trabajadores.

Respecto de las consideraciones del fallo sobre la


inmediatez señaló que la acción se impetró en
consideración a la magnitud de las acciones a desplegar en
cumplimiento de las cautelares proferidas en los autos del
14 de enero de 2010 y 28 de abril de 2013, las cuales se
pretendían realizar en diligencia del día 5 de septiembre de
2013.

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Radicación n° 52013

IV. CONSIDERACIONES

La vía preferente de la tutela, establecida en el artículo


86 de la Constitución Política, permite a todo ciudadano
acudir a la Rama Judicial en busca de una orden que
impida un acto amenazante o lo suspenda, siempre que se
trate de proteger ciertos y determinados derechos, definidos
como fundamentales.

La prosecución de la eficacia de los citados derechos,


ha de acompasarse con otros valores del Estado de derecho,
en particular, en lo que concierne a la administración de
justicia, la seguridad jurídica, específicamente la que realiza
el instituto de la cosa juzgada, y el principio constitucional
de la independencia y autonomía de los jueces.

En este sentido se ha decantado jurisprudencialmente


que la acción de tutela es procedente contra providencias o
sentencias judiciales, sólo si con las actuaciones u
omisiones de los jueces, resultan violados, en forma
evidente, derechos constitucionales fundamentales; además
que está limitada, primero a aquellas situaciones en las
cuales el afectado no dispone de otro medio de defensa
judicial, en cuyo caso se convierte en mecanismo principal
y, en segundo lugar, cuando aún existiendo aquél, se utiliza
como mecanismo transitorio con el fin de evitar un perjuicio
irremediable.

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Radicación n° 52013

De otra parte, la Corporación ha reiterado que el


principio de la inmediatez es una condición de procedencia
de la acción de tutela, en orden a garantizar la protección
de los derechos que se consideran vulnerados. Por ello, es
indispensable estudiar cada caso en particular, toda vez
que es necesario que exista una proporcionalidad entre el
medio y el fin perseguido, que se promueva dentro de un
término razonable y prudencial, en razón de la misma
finalidad de la tutela, en procura de que ésta no se
convierta en factor de inseguridad jurídica.

El requisito de inmediatez exige que la acción


constitucional sea presentada en un lapso de tiempo
cercano a la ocurrencia de los hechos que se considera
vulneran los derechos fundamentales, con el objeto de
evitar que el paso del tiempo desvirtúe la amenaza o
violación.

Descendiendo al caso en estudio, a pesar de los


argumentos expuestos por la impugnante, no existe
justificación válida que explique el tiempo transcurrido para
solicitar el amparo constitucional; si se tiene en cuenta que
las providencias con las cuales la peticionaria considera
vulnerados sus derechos fundamentales, fueron dictadas el
14 de enero y el 28 de abril de 2010 mediante las cuales se
negó la solicitud de cancelación de las medidas cautelares,
mientras que la acción de amparo fue radicada hasta el 1
de noviembre de 2013.

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Es decir, luego de haber trascurrido más de 6 meses


de proferido el último de los proveídos cuestionados,
superando el término que la jurisprudencia adoctrinada ha
considerado ampliamente como razonable para no incurrir
en violación al principio de inmediatez.

Con todo es preciso señalar que al revisar estas


providencias, no se advierten que se sean caprichosas o
arbitrarias, puesto que fueron debidamente sustendas con
base en el ordenamiento jurídico aplicable al caso, artículo
762 del Código Civil, y a la realidad procesal, de las cuales
bien puede la impugnante discrepar, pero no por ello
constituye una vía de hecho susceptible de ser amparada
por este medio constitucional. Así como tampoco se advierte
yerro alguno con la decisión que negó la oposición a la
entrega, porque esta encuentra apoyo en el artículo 531
del C.P.C.

Es decir, que con independencia de que se compartan


o no las consideraciones esgrimidas por la autoridad
judicial accionada, lo cierto es que las providencias se
encuentran edificadas en reflexiones que consultan las
reglas mínimas de razonabilidad jurídica, impidiendo al juez
de tutela interferir invocando una mejor interpretación del
asunto. Sin que se advierta vulneración alguna respecto de
la razón alegada por la accionante con relación de que al
momento de decidir se debió tener en cuenta la prevalencia
de la legislación minera, ya que el mismo Código de Minas,
Ley 685 de 2001 en su artículo 28 estableció que «TÍTULOS

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DE PROPIEDAD PRIVADA. La cesión a cualquier título y causa y la


transmisión por causa de muerte, de la propiedad privada sobre las
minas, así como la constitución de gravámenes sobre las mismas, se
regirán por las disposiciones civiles y comerciales. Adicionalmente se
deberán inscribir en el Registro Minero.» (Resaltado fuera de texto).

Ahora bien, si en últimas, lo que pretende la


accionante es imponer al nuevo propietario el derecho de
servidumbre minera para continuar ejerciendo el derecho a
la explotación minera, para ello cuenta con otros
mecanismos de defensa establecidos para tal fin, entre
otros, si bien las servidumbres mineras son forzosas o
legales, lo cierto es que ante la renuencia por parte del
propietario del predio, puede exigir la servidumbre por vía
judicial para que se le imponga coactivamente, a través de
un proceso abreviado, como lo explica el Ministerio de
Minas y Energía, en concepto de fecha 3 de julio de 2009
rad. 2009030567. De otra parte, es de advertir que el
amparo no se propuso por la parte actora como mecanismo
transitorio para evitar un perjuicio irremediable, perjuicio
que tampoco logró demostrar.

En este orden de ideas, y sin que se hagan necesarias


otras consideraciones, se impone confirmar el fallo
impugnado, señalando que la tutela no es una tercera
instancia a la cual puedan acudir los administrados a
efectos de obtener una solución a sus conflictos de mero
rango legal, o para debatir sus tesis jurídicas y probatorias
sobre un determinado asunto, que en su momento fue

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sometido a los ritos propios del proceso natural, según la


ley adjetiva.

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de


Justicia, Sala de Casación Laboral, administrando justicia
en nombre de la República y por autoridad de la ley,

FALLA

PRIMERO. CONFIRMAR el fallo proferido por la SALA


DE CASACIÓN CIVIL DE LA CORTE SUPREMA DE
JUSTICIA, dentro de la acción de tutela promovida por
ASOCIACIÓN NACIONAL DE FABRICANTES DE
LADRILLO Y MATERIALES DE CONSTRUCCIÓN
-ANALFALCO contra el TRIBUNAL SUPERIOR DEL
DISTRITO JUDICIAL DE BOGOTÁ, LOS JUZGADOS
TREINTA Y NUEVE CIVIL DEL CIRCUITO Y CUARTO
CIVIL DEL CIRCUITO DE EJECUCIÓN, ambos de la
misma ciudad, y la INSPECCIÓN DIECINUEVE A
DISTRITAL DE POLICÍA, trámite al que se vinculó a todos
los intervinientes del proceso objeto de la queja
constitucional.

SEGUNDO. NOTIFICAR a los interesados


telegráficamente o por cualquier otro medio expedito.

TERCERO. REMITIR el expediente a la Corte


Constitucional para su eventual revisión.

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Radicación n° 52013

NOTIFÍQUESE Y CÚMPLASE

RIGOBERTO ECHEVERRI BUENO

JORGE MAURICIO BURGOS RUIZ

ELSY DEL PILAR CUELLO CALDERÓN

CLARA CECILIA DUEÑAS QUEVEDO

GUSTAVO HERNANDO LÓPEZ ALGARRA

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Radicación n° 52013

LUIS GABRIEL MIRANDA BUELVAS

CARLOS ERNESTO MOLINA MONSALVE

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