MONOGRAFIA
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Monografía Final
Indice:
Introducción………………………………………………………………………………. 2-3
0
Estructura:
Psicosis………………………………………………………………………….4
Esquizofrenia…………………………………………………………………………….......7
Manifestaciones Clínicas…………………………………….……………………………11
Acompañamiento Terapéutico……………………………………………………………25
Anexo………………………………………………………………………………………..32
Bibliografía………………………………………………………………………………….41
Introducción
1
La presente monografía trata sobre el dispositivo del acompañamiento terapéutico
en pacientes con esquizofrenia, como uno de los recursos del proceso de
rehabilitación psicosocial de los mismos.
Estructura: Psicosis
En un comienzo las psicosis eran entendidas como un proceso relacionado con una
posesión divina. Recién en el siglo XVIII es considerada enfermedad. La psiquiatría
intentó transformar racionalmente los síntomas en signos objetivos, dando lugar a la
intervención e investigación neurofisiológica y la psicofarmacología. Ya entrado el
siglo XX es cuando se intenta dar una perspectiva diferente, como es el caso del
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psicoanálisis, que intentaba capturar su objeto de conocimiento, privilegia la
escucha sobre la mirada. En general se habla de las psicosis (en plural) porque se
incluye un abanico de problemáticas (esquizofrenia, paranoia, melancolía, psicosis
maníaco depresiva).
Brotes y Fases:
Otros fenómenos son: eco del pensamiento (cuando el sujeto piensa y escucha que
su pensamiento se va repitiendo); Ideorrea (un flujo inmanejable de
representaciones); pensamiento anticipado (el sujeto vivencia que sus
pensamientos aparecen antes de que él los piense). La característica general en
todos estos fenómenos es que el sujeto no es dueño de sus pensamientos y se les
presentan como algo extraño, independiente y autónomo.
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Positivos: (exacerban alguna función): - Alucinaciones - Delirios - Fenómenos
Intuitivos (por ejemplo: un sujeto escucha ruidos en el palier de su edificio y tuvo la
intuición de que lo estaban buscando para matarlo). Aquí se trata de una alucinación
en el sentido del “error” de percepción. - Ilusiones de memoria (se presentan ya no
como una percepción sino como un recuerdo, no se diferencia la ilusión del
recuerdo). - Anticipación del pensamiento, enunciación de actos, impulsiones
verbales, etc., en oposición a las alucinaciones auditivas, es decir a las voces
objetivadas, individualizadas y temáticas. - Automatismo mental: son neutros (no
implican ningún afecto en especial, ni de persecución, ni de temor), no sensoriales
(no implican datos relacionados con la percepción) y no temáticos (anideicos,
carecen de significado).
Esquizofrenia
Término creado por E. Bleuler en 1911 para designar un grupo de psicosis cuya
unidad ya había señalado Kraepelin clasificándolas bajo el epígrafe de «demencia
precoz» y distinguiendo en ellas las tres formas, que se han vuelto clásicas,
hebefrénica, catatónica y paranoide.
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Al introducir el término «esquizofrenia», Bleuler Intenta poner de manifiesto lo que,
para él, constituye el síntoma fundamental de estas psicosis: la disociación. El
término se impuso tanto en psiquiatría como en psicoanálisis, a pesar de las
divergencias existentes entre los diferentes autores acerca de lo que confiere a la
esquizofrenia su especificidad y, por consiguiente, acerca de la extensión de este
cuadro nosográfico.
De igual manera, Kraepelin entre 1890 y 1907 reunió́ todos estos casos y les dio el
nombre de Demencia Precoz: especie de locura caracterizada por su evolución
progresiva hacia un estado de debilitamiento psíquico y por los profundos trastornos
de la afectividad. Distinguía tres formas clínicas en la demencia precoz: una simple,
la hebefrenia, una catatónica o hebefreno-catatónica, y una forma paranoide,
definida por la importancia de las ideas delirantes, más o menos extravagantes e
intrincadas. (Ey, 1976)
Pero todos los observadores de esa época coincidían en que en tales casos se
trataba menos de una demencia (en el sentido de debilitamiento intelectual global,
progresivo e irreversible) que de una disociación de la vida psíquica, que pierde su
unidad; era por tanto una especie de disgregación de la personalidad. Es
precisamente esta noción la que subyace al concepto de esquizofrenia introducido
por Bleuler en 1911, en su libro Dementia Praecox ou groupe des Schizophrenes,
para quien estos enfermos no eran dementes, sino personas afectadas por un
proceso de disociación o disgregación (Spaltung, en alemán) de sus funciones
psíquicas, que desintegra su capacidad asociativa y que al alterar su pensamiento,
les sume en una vida aislada (Ey, 1976; Broustra, 1979).
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más clínicos para la definición de la enfermedad, lograba descartar de alguna
manera la fatalidad evolutiva a la que estaban sujetos los pacientes bajo la etiqueta
de demencia precoz (Broustra, 1979, p35)
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o catatónico. También se incluyen en esta patología los subtipos específicos de
esquizofrenia (paranoide, desorganizada, catatónica, indiferenciada y residual).
Manifestaciones Clínicas
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Tras peripecias, pródromos, lentas progresiones o estallidos, se instaura la
esquizofrenia, pero lo esencial del cuadro debe ser descrito sin olvidar que las
psicosis esquizofrénicas evolucionan por lo general durante años; puede decirse
que durante la mayor parte de la existencia. Entre los elementos descriptivos
básicos se encuentran por una parte la disgregación de la vida psíquica (modo
esquizofrénico de desestructuración de la conciencia y de la personalidad, llamado
Síndrome de Disociación), y por otra una producción delirante. Ambos aspectos son
estrictamente complementarios y están unidos por caracteres comunes: la
ambivalencia, la extravagancia, la impenetrabilidad y el desapego, que dan a la
sintomatología su carácter particular.
La actividad delirante
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Desde la perspectiva psiquiátrica tradicional, el pensamien- to arcaico o irreal
constituye no un pensamiento demencial sino un pensamiento regresivo, gobernado
por las exigencias afectivas y por la necesidad de modificar el sistema de realidad,
de escapar a las leyes y de las categorías lógicas del entendimiento. Arcaico, ya
que está caracterizado por una regresión al nivel prelógico donde las palabras
poseen el poder de modificar el mundo externo y la persona misma,
constituyéndose en cierta forma una mentalidad mística consecuencia de la
ingenuidad del pensamiento. Irreal por ser un pensamiento paralógico, a la vez
simbólico y sincrético. Las abstracciones de este pensamiento no son los modos
lógicos por los cuales se obtiene un concepto en la realidad conocida, sino que son
refugios, retiradas sistemáticas sin base objetiva. (Piro, 1987)
Discordancia psicomotriz
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Trastornos del curso del pensamiento y del campo de la conciencia
Alteraciones Fonéticas
Por otra parte los neologismos, “palabras nuevas” creadas por el sujeto, constituyen
términos personales, “privados” en cierto sentido, e incomprensibles para los
demás. La incoherencia sintáctica es frecuente y consigue transformar el lenguaje
en una ensalada de palabras. La forma más común de lenguaje semánticamente
disperso está constituido por una serie verbigerativa de frases sin aparente
significado, y proposiciones incomprensibles o absurdas hasta el punto de deformar
completamente la estructura lingüística, de modo que resulta de ellos una total
incoherencia o una (aparente) completa carencia de significado (Ey,1976).
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representa un síntoma. Este hecho ha propiciado una visión terapéutica menos
sesgada y ha permitido demostrar que además de describir los síntomas
detalladamente, también es posible hablar con la persona con esquizofrenia, pero
sobre todo que es posible escucharla.
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especialmente útiles durante el período prodrómico. Otros puntos destacados de
este estudio son los diferentes enfoques emergentes de tratamiento y prevención.
La evidencia reciente sugiere posibles beneficios de algunos tratamientos y
suplementos vitamínimos, tales como los que contienen vitaminas B y ácidos
grasos omega-3.
Los conceptos básicos para tratar la enfermedad siguen siendo los mismos pero se
espera que con la comprensión de los científicos sobre la evolución clínica a largo
plazo y la neurobiología relacionada se experimente un cambio transformador. “La
reevaluación crítica de la historia natural de la esquizofrenia, y las ideas
relacionadas en torno a las nuevas estrategias de intervención… nos dan
numerosas razones para ser optimistas”.
En este libro, coordinado por el Dr. Jerónimo Saiz, jefe del servicio de Psiquiatría del
Hospital Ramón y Cajal, de Madrid, y el Dr. Julio Bobes, jefe del servicio de
Psiquiatría del Hospital Universitario Central de Asturias, se determina que los
trastornos mentales pueden afectar al 25% de la población, mientras que los
recursos destinados a su atención no llegan al 5% del gasto sanitario público.
La salud mental es un aspecto esencial para la calidad de vida y el bienestar de las
personas. Según se explica en el libro, los recursos y la atención que se ha venido
prestando a la atención de la salud mental en España está todavía lejos de lo que
corresponde a nuestro sistema nacional de salud y a nuestro nivel de producto
interior bruto per cápita.
“Falta una correlación entre la prevalencia de los trastornos mentales y los recursos
destinados para su atención”, subrayan los psiquiatras en uno de los capítulos del
libro. “En términos generales, las enfermedades o los trastornos mentales pueden
afectar al 25% de la población a lo largo de su vida, mientras que los recursos
destinados a su atención no llegan al 5% del gasto sanitario público”. Según datos
del libro, actualmente, el 9% de la población padece al menos un trastorno mental.
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“Es llamativa la falta de información sobre los recursos disponibles para tratar las
enfermedades mentales en España”, detalla uno de los capítulos.
El estigma como barrera para la recuperación
La esquizofrenia implica en ocasiones una elevada necesidad de atención derivada
de su tendencia a la cronicidad, así como de los déficits cognitivos y funcionales que
se asocian a la enfermedad. Dichas complicaciones limitan la capacidad para un
trabajo normalizado, las relaciones sociales y los lazos emocionales que son
esenciales para el mantenimiento de una vida normal.
Las actitudes estigmatizantes hacia la enfermedad mental perviven claramente a día
de hoy, a pesar de los esfuerzos de algunos grupos e instituciones científicas y
sociales para reducir sus características. Entre las estrategias más específicamente
que se proponen en el libro para conseguir cambios destacan: iniciar actividades
educacionales comunitarias dirigidas a fomentar un cambio en las actitudes ante los
enfermos mentales, incrementar el uso de fármacos capaces de controlar los
síntomas de la enfermedad, minimizando los efectos secundarios estigmatizantes y
permitiendo al paciente no recordar todos los días el estigma de su enfermedad;
incluir educación contra el estigma en la formación de profesores, cuidadores y
profesionales sanitarios. Asimismo, mejorar la psicoeducación de los pacientes y
familiares sobre cómo adaptarse a convivir con la enfermedad conociéndola mejor,
involucrar a los pacientes y familiares en la identificación de prácticas
discriminatorias y promocionar acciones sociales y legales para reducir la
discriminación.
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bienestar, autoestima, satisfacción con la vida y el pronóstico de la esquizofrenia.
Por tanto, los autores consideran que hay que avanzar en el acceso al empleo y su
mantenimiento como parte de la atención en salud mental, analizando los factores
que influyen en el acceso al empleo en personas que padecen esquizofrenia y las
posibles intervenciones para facilitarlo.
Título: Impacto social de la esquizofrenia
Coordinadores: Dr. Jerónimo Saiz y Dr. Julio Bobes
Ediorial: Glosa
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la falta de conciencia sobre la presencia de síntomas psicóticos o del déficit o
pérdida de facultades mentales complejicen la tarea.
Para comenzar a desarrollar un tratamiento hay que primero saber qué es la
esquizofrenia. Se trata de un trastorno del sistema nervioso central que puede
afectar severamente la calidad de vida de quienes lo sufren y su entorno. El
doctor Ricardo Corral, médico psiquiatra del Hospital Borda (MN 67.653), la define
como "una enfermedad mental, neuropsiaquiátrica, crónica, que se caracteriza
principalmente por síntomas como alucinaciones y delirios".
Los signos de manifestación en un paciente son referidos a la distorsión del
pensamiento, las percepciones, las emociones, el lenguaje, la conciencia de sí
mismo y la conducta. En tanto el rango etario en que suelen presentarse oscila
"entre los 15 y los 25 años", explica Corral. Y aunque se desconoce la causa
específica, se cree que influyen factores genéticos y ambientales.
En este contexto, al tratarse de una enfermedad incurable y de tratamiento crónico,
la aparición de nuevas y más modernas terapias representan una esperanza para
quienes la padecen y su entorno. Recientemente, la Administración Nacional de
Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) aprobó el palmitato de
paliperidona de administración trimestral del laboratorio Janssen. El primer y único
antipsicótico de acción prolongada que se aplica sólo cuatro veces al año. Este
mayor intervalo de dosificación favorece notablemente la adherencia y
consecuentemente el control de la enfermedad y sus síntomas.
La característica sustancial de esta nueva terapia -ya empleada en Europa- es
precisamente la administración de solo cuatro veces al año, un progreso significativo
respecto de los fármacos orales que se utilizaban hasta el momento, que se deben
tomar todos los días, incluso en ciertos casos en varias veces en la jornada.
"Desde el punto de vista de los médicos tiene una ventaja fundamental: la
posibilidad de dar una medicación que está presente todos los días. Aquí no va a
haber un despiste en el sentido de que el paciente quizá se olvidó de tomarla o se le
ha agotado la prescripción y tiene que ir a la farmacia y no lo hace. Todos esos días
sin medicación tienen una consecuencia que es el riesgo de recaídas, que es el
gran problema que tenemos en el manejo de la esquizofrenia", dijo a Infobae el
doctor Pedro Manuel Sánchez Gómez, responsable de la unidad de psicosis
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refractaria del Hospital Psiquiátrico de Álava, perteneciente al Servicio Vasco de
Salud-Osakidetza.
¿Qué significa una recaída? "Es grave porque supone unas semanas de presencia
de síntomas agudos de la enfermedad, de sufrimiento, de perder empleo, la
actividad en redes sociales y además de secuelas neuropsiquiátricas, que en
algunos casos hace que esa persona no retorne al punto de origen del que partió
antes de que se produjera la recaída", aclaró el especialista.
El nuevo tratamiento está indicado para pacientes clínicamente estables que están
desde al menos hace cuatro meses bajo tratamiento con la formulación de palmitato
de paliperidona de administración mensual. Un estudio de mantenimiento a largo
plazo demostró que el 93% de los pacientes en tratamiento con paliperidona de
liberación prolongada permanecieron libres de una recaída a la finalización del
estudio.
La esquizofrenia se trata con antipsicóticos, independientemente de la edad. El
palmitato de paliperidona no fue aún estudiado en menores de 18 años. Y con
respecto a los efectos adversos -asumiendo que toda medicación que modifica el
funcionamiento del cuerpo para devolverlo a la normalidad puede provocarlos- esta
terapia tiene un perfil especialmente benigno en comparación con las medicaciones
orales, los antipsicóticos clásicos.
"Es mucho más tolerable en cuanto a los efectos metabólicos, de aumento de peso,
de elevación de los niveles de colesterol, a los síntomas extrapiramidales, esas
alteraciones en el movimiento que se asemejan a una enfermedad de Parkinson",
sostuvo el profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad del País Vasco en
Bilbao.
A futuro, Sánchez Gómez planteó: "La esquizofrenia es una enfermedad que
compromete todo el cerebro y en consecuencia todas las funciones mentales del ser
humano. Durante décadas el objetivo primario que teníamos los psiquiatras eran
fármacos que controlaran los síntomas más llamativos, las conductas aberrantes,
las ideas delirantes, lo que la gente entiende por locura. Eso sigue siendo algo
imprescindible".
Sin embargo, uno de los propósitos actuales es devolver al paciente su autonomía,
lograr que las personas sean más libres: "En estos momentos el objetivo de la
psiquiatría es conseguir que además el paciente pueda vivir en la sociedad de la
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manera más autónoma posible. Que vuelva a recuperar autonomía para establecer
relaciones con las personas ligadas a un lazo afectivo, para establecer sus redes
sociales, para conseguir empleo y que en consecuencia sea autosuficiente
económicamente. Permitir que tenga la posibilidad de no desgastar a familiares que
se vean obligados a cuidar de esta persona, a veces con escasos recursos".
Acompañamiento Terapéutico
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El A.T. cumple la función de impulsar a los pacientes a que produzcan nuevas
formas de vincularse, de hablar y de ser escuchados. La contención en un momento
de crisis, la reducción del período de ingreso/internación o la evitación del mismo,
logrando una mejoría observable en función de la patología, es sumamente
importante.
El objetivo es el de hacer énfasis en las partes sanas del sujeto, evitando focalizarse
únicamente en los aspectos desajustados. En ocasiones el paciente puede tener
interés en retomar estudios o actividades laborales, situación en la cual el
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acompañante auspiciará de puente, atenuando las dificultades que la misma
enfermedad representa para llevarlas a cabo.
No puede ser muy lejano ya que el vínculo que se vaya a generar no ayudaría al
proceso del paciente, pero tampoco debe ser tan cercano que resulte en una
sofocación, pudiendo generar también sentimientos de persecución en el paciente, o
la confusión de roles por parte de ambos. Se debe buscar una distancia óptima para
que la tarea se pueda llevar a cabo de la mejor manera posible, distancia la cual no
es universal ni continua, sino que se va ajustando en función de las circunstancias y
subjetividades de las partes involucradas.
Si bien la delimitación del trabajo varía en función de las condiciones del ambiente
en el cual se va a desarrollar, las familias deben conocer las pautas que irán
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delimitando los alcances, objetivos y posibles caminos a recorrer por el equipo, para
delimitar el lugar que cada participante va a ocupar.
El A.T tiene la posibilidad de entrar y salir del mundo del acompañado, lo cual le
permite no saturarse ni mimetizarse con el mismo, como lo puede llegar a hacer un
familiar o amigo. A su vez, su rol no es contemplado con el distante asombro con el
que suele verse a las figuras médicas, lo que configura un lugar próximo al paciente,
elementos que posicionan al acompañante en un favorable lugar de acción. Como
se remarcó con anterioridad, la esquizofrenia es una enfermedad compleja, la cual
suele producir gran desgaste y dolor tanto en el paciente como en su ámbito más
próximo.
Una escucha implica una posición de abandono de sí, una dimensión de entrega,
estar dispuesto a habitar temporariamente al otro. Alejarse de sí y estar, mientras
dura la escucha, en el campo del otro. Esto significa una renuncia que habilita un
con-vivir con el otro, sus pensamientos, sus afectos. Para ambos, quien es
escuchado y quien escucha, tiene efectos. Quien es escuchado vivencia una
presencia plena del otro, momentáneamente no está solo, alguien acompaña las
eternas y solitarias tierras de la subjetividad; quien escucha, sale de sí, se enriquece
de otro, vive mágicamente otra vida, otra existencia, otro sentir (p. 180). Cabe
detenerse para reflexionar sobre el alcance de la escucha y el peligro que la misma
encierra. Como se citó anteriormente, en la escucha desaparecen profesional y
paciente, se da un abandono de sí y se entra en el mundo del otro. Movimiento el
cual se entiende indispensable para el trabajo del A.T., pero que sin los recaudos
necesarios puede generar inconvenientes.
Como A.T. es importante desarrollar la habilidad de entrar y salir del mundo del
otro, del mundo de una persona esquizofrénica, y aún así mantener la distancia
necesaria para poder ayudarlo, para no quedar atrapado en sus delirios y temores,
los cuales pueden a su vez no ser tan ajenos, despertando-avivando temores
propios. El problema del tratamiento psicoterapéutico con el paciente psiquiátrico no
radica en el hecho de si hace o no transferencia, sino que podría ser un problema
contratransferencial del terapeuta. Sostiene que el paciente psicótico tiene una
incidencia mucho mayor en el terapeuta que cualquier otro paciente, lo cual puede
generar miedo en este, llevándolo muchas veces de forma inconsciente, a sostener
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una marcada distancia, la cual el paciente busca recortar. Entonces se puede
considerar que existe un juego de fuerzas, por un lado el acompañante puede
buscar un distanciamiento que le sirva para protegerse de los delirios y miedos del
esquizofrénico, los cuales en cierto sentido no radican en su totalidad en el otro,
sino que pueden llevar al acompañante a afrontar los suyos. Por otra parte, la
persona con esquizofrenia puede buscar estar más cerca del acompañante,
presentando una demanda absorbente.
Es importante destacar que tanto el plan del acompañamiento terapéutico, como
cualquier otra actividad dirigida a la rehabilitación de una persona, nunca se lleva a
cabo de forma aislada o independiente. Siempre debe funcionar en base a un
equipo. A su vez, el actuar en equipo tiende a minimizar los riesgos de perder el
foco de la intervención, de quedar dominado por las circunstancias, ya que un otro
próximo puede servir de referencia en dichos momentos.
Puede suceder que sea el mismo acompañante que se sitúe en un lugar que impida
el trabajo con el paciente, como sería el adoptar una postura autoritaria, alejándose
de ese lugar de semejante. Entonces, al contar con un grupo, sería “rescatado” de
ese lugar, permitiendo reanudar el trabajo. En contrapartida, el otro extremo también
es perjudicial.
En cuanto al espacio físico en el cual se desenvuelve el acompañante, es por lo
general de carácter ambulatorio, trabajando en aquellos lugares que frecuente el
paciente, buscando abordar su cotidianeidad, se busca en esta última instancia
facilitar el lazo social, o incentivar la reinserción educativa, laboral, recreativa,
búsqueda la cual apunta a evitar la estigmatización y el aislamiento del paciente,
factores ambos que, como se expuso, conducen a la cronificación de la enfermedad.
El dispositivo del acompañamiento terapéutico busca la recuperación o la
construcción de nuevos vínculos del paciente.
El manejo de los tiempos, tanto del encuentro en particular como de la duración de
la totalidad del acompañamiento, dista de ser sencillo. Por un lado, en ocasiones
puede ser de utilidad fijar el tiempo del encuentro de antemano, lo cual puede
resultar beneficioso tanto para el acompañante como para el paciente, ya que sería
una ayuda para no perder el foco u objetivo de la intervención, si es que lo hubiese.
El tiempo se encuentra sujeto a la particularidad de cada caso, así como a la
agudeza del acompañante en poder leer lo “dicho” y lo “no dicho”, de poder
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interpretar los acontecimientos y prever un futuro desenlace. El principal elemento
que hace eficaz a un dispositivo terapéutico, es el dejar lugar y dar tiempo para que
el deseo del sujeto se pueda pronunciar, debiendo ser este a su vez, el fin último de
toda intervención. Entonces se podría pensar que el acompañante terapéutico debe
ser una persona capaz de dejar de lado su narcisismo, evitando estar en constante
búsqueda de la brillante intervención, que genere un giro en el proceso y encamine
rápidamente al paciente hacia su recuperación. Debiendo por el contrario, controlar
la ansiedad que el transcurso del tiempo le suscite. También debe ser capaz de no
priorizar en todo momento los objetivos fijados, dejando un espacio en apariencia en
blanco, para que surja algún elemento que ataña a la situación y que no se haya
manifestado aún.
En definitiva, el manejo tiempo en el dispositivo del acompañamiento terapéutico en
pacientes con esquizofrenia debe gozar de gran movilidad. En la mediad de lo
posible, resulta conveniente estructurar y re-estructurar el encuadre entre ambos
(acompañante y acompañado), posicionando de esta forma al paciente en un lugar
activo en su propia recuperación, dándole cierto poder se lo reconoce como sujeto
de deseo, se reconoce su dolor y sufrimiento, los cuales no siempre son evidentes o
fáciles de comprender por la idiosincrasia de la esquizofrenia. Siempre que exista un
sufrimiento, un dolor, un padecer, el entendimiento y la empatía de quien esté
próximo puede ser la base indispensable para cualquier estrategia terapéutica. El
ejercicio del acompañamiento terapéutico, llevado adelante con dedicación y
esmero, se convierte en una poderosa herramienta en el multifacético campo de la
rehabilitación del paciente esquizofrénico. Presentándose como un semejante,
demostrando genuino interés por el dolor del otro, es que se puede generar un
acercamiento terapéutico.
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El acompañamiento terapéutico en pacientes con esquizofrenia representa un
abordaje del sujeto en su mismo territorio. Pretende entablar un vínculo y conocer
sobre la persona más allá de la patología, comprendiendo que la enfermedad es
solo una parte de su ser, sin olvidar que la misma deviene en función de un
constructo social. Desde esta concepción, el acompañante se introduce con
precaución en la vida de un individuo que sufre, que padece una compleja
enfermedad mental de origen multifactorial. Al ser la esquizofrenia una enfermedad
que lleva al sujeto hacia el autismo, el dispositivo del acompañamiento buscará
servir de intermediario, de puente entre el paciente y el mundo exterior, el cual a su
vez percibe como hostil. Desde un posicionamiento cercano y empático, aunque
velando por la distancia optima, la figura del acompañante se presentará como un
apoyo para que el paciente transite su vida, auspiciando de yo auxiliar. Servirá de
ayuda para llevar a cabo tareas que solo no podría, como asistir al centro de
rehabilitación, realizar trámites, compras, viajar en transporte público, entre otras.
Buscará a su vez, ayudarlo a desarrollar un proyecto de vida, el cual dé sentido a
sus días y motive el entablar vínculos con el mundo exterior, evitando perderse en el
suyo propio.
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Anexo
IMPACTO SOCIAL
RESUMEN:
Introducción y objetivos:
Pocos son los estudios que evaluan la autopercepción del estigma social en las
personas que padecen esquizofrenia. El objetivo del presente estudio consiste en
analizar la percepción sobre la esquizofrenia que tienen las personas que la
padecen.
Material y métodos:
Resultados:
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Las áreas de peligrosidad, culpa, pérdida de roles sociales y miedo al rechazo
fueron aquellas que más mencionaron y más preocupaban a las personas que
participaron en los grupos focales.
Conclusión:
Intervenciones para reducir el estigma social en la comunidad y en los propios
usuarios/as deberían ser tenidas en cuenta, especialmente en estas áreas.
Introducción
Muestra
La población a la que nos dirigimos son personas que padecen esquizofrenia, que
son atendidas en los servicios comunitarios de rehabilitación psicosocial. El estudio
se realizó en los Servicios de Rehabilitación del Baix Llobregat de la red de salud
mental del Parc Sanitari Sant Joan de Déu (Viladecans, Cornellà de Llobregat y El
Prat de Llobregat). Estas ciudades están situadas en la periferia de la ciudad de
Barcelona y corresponden a áreas ligeramente deprivadas. Cada área cubre una
población de entre 90.000 y 130.000 habitantes. Estos servicios están dirigidos a
realizar el trabajo de integración del enfermo mental en la comunidad y se atienden
principalmente personas con esquizofrenia. Se informó sobre el estudio a todas las
personas que asisten a los Servicios de Rehabilitación del Baix Llobregat y cumplen
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criterios DSM-IV-R de diagnóstico de esquizofrenia; y se les solicitó su colaboración
para participar en el estudio. El total de personas de la población diana fue de 104.
La bibliografía nos indica que la edad, el nivel educativo y el género son factores
diferenciales en la valoración de uno mismo, por este motivo se clasificaron al total
de usuarios de la muestra en cuatro grupos: menores y mayores de 40 años, nivel
educativo primario y medio-alto (estudios secundarios y superiores). Para controlar
el género se intentó que los grupos fueran equitativos, incluyendo tanto hombres
como mujeres en los cuatro grupos. De la población diana inicial se realizó una
selección aleatoria estratificada por las variables comentadas previamente.
Procedimiento
El grupo focal es una técnica utilizada en investigación cualitativa que permite poner
en contacto las ideas de las personas que participan y que facilita la utilización de
un lenguaje inteligible para las personas a las que va dirigido. La técnica consiste en
hacer grupos homogéneos y no dirigidos en los que los asistentes puedan conversar
sobre el tema indicado dentro de un ámbito informal. A pesar de no ser dirigidos, el
coordinador de cada grupo focal contaba con un guión temático para estructurar la
sesión y sugerir temas que se considerase importantes para la evaluación del objeto
de estudio. Este guión temático fue elaborado y consensuado por los investigadores
a partir de la bibliografía sobre el tema y de la propia experiencia, y fue revisado por
un experto externo que sugirió ligeros cambios.
Primero, se muestran los contenidos del guión de los grupos focales. Se realizaron
dos sesiones en cada uno de los cuatro subgrupos. A cada subgrupo asistió un
terapeuta que guiaba la sesión y un co-terapeuta que se encargaba de anotar las
observaciones de las conductas de los miembros del grupo (nerviosismo delante de
un tema, silencios...). Los coordinadores de cada grupo fueron psicologos/as o
trabajadores sociales de los centros pero se aseguró que no conocieran a las
personas que participaban en el grupo focal para facilitar su participación. Los
coterapeutas fueron psicologos/as y terapeutas ocupacionales. La duración de las
sesiones fue de aproximadamente una hora y media. Se seleccionaron un total 15
personas en cada uno de los grupos y el terapeuta de referencia del centro de
rehabilitación psicosocial informó a los usuarios/as de los objetivos y contenidos del
estudio, así como solicitar su colaboración. Las sesiones de los grupos focales se
realizaron fuera del emplazamiento habitual al que asistían los usuarios/as a hacer
las actividades. De esta manera se garantizó que las personas que participan en el
estudio lo vivieran como externo al servicio de rehabilitación. Por otro lado, dado
que las personas que formaban los grupos pertenecen a los diferentes centros de
día, posiblemente algunos de ellos no se conocieran entre ellos lo que facilita la
vivencia ser externo al servicio. Las sesiones del grupo focal tienen la intención de
facilitar una relación informal por lo que durante la sesión se sirvieron bebidas y
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aperitivos. Todas las sesiones de los grupos focales se grabaron y fueron,
posteriormente, transcritas.
Analisis de datos
Aspectos éticos
El estudio fue aprobado por el Comité de Investigación de Sant Joan de Déu y por el
Comité de Ética de Sant Joan de Déu.
Resultados
Los participantes de los grupos focales fueron un total de 15 personas para el primer
grupo (menores de 40 años y nivel educativo bajo), 15 para el segundo (mayores de
40 y nivel educativo bajo), 9 para el tercer grupo (menores de 40 años y nivel
educativo medio-alto) y 14 para el último grupo (mayores de 40 años y nivel
educativo medio-alto). El total de mujeres de la muestra fue de 15 (28%), y en el
grupo en el que participaron en menor medida fue en el grupo de menores de 40
años con nivel educativo bajo. Se realizaron grupos de trabajo en los que se
analizaron los comentarios registrados durante los diferentes grupos focales. Las
categorías previamente diseñadas en los grupos focales en las que los usuarios
hicieron más referencia fueron la de peligrosidad, culpa, pérdida de roles sociales y
miedo al rechazo.
Se han detallado los comentarios relacionados con el estigma social que surgieron
en los diferentes grupos para cada una de las categorias comentadas.
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mental”, “cuando me preguntan digo que tengo depresión”, “dices que tienes una
enfermedad mental y te rechazan”, “al decir que eres enfermo mental cambia el trato
con los demás”), incluso por parte de la familia (“mi familia no dice que tengo una
enfermedad mental”). Los comentarios recogidos en la categoría de autorestricción
de las relaciones sociales van en la línea de los comentados previamente en la
categoria de pérdida de roles sociales. En esta categoría se recogen más aspectos
en relación a la automarginación de los propios pacientes hacia el resto (“he sido yo
el que me he apartado de la gente”, “intento mantenerme distanciado de las
personas”, “yo he tenido de marchar de mi barrio porque no me aceptaban”). Las
categorías de pérdida de control sobre su vida y benevolencia aportan información
similar. Por un lado, las personas entrevistas sienten que han perdido el control
sobre su vida y necesitan la supervisión y la sobreprotección de la familia (“me
siento supercontrolada por mis padres”, “mi madre está siempre detrás de mi”,
“dependemos un poco”, “me siento mimada por mis padres”). En la categoría de
benevolencia añaden no solo esta conducta de sobreprotección por parte de la
familia sino también por el personal sanitario (“los médicos te tratan con un poco
más de cuidado”, “estamos demasiado atendidos”). Sin embargo, la postura con
respecto al personal sanitario está reflejada en ambos sentidos, por un lado un
sentido benevolente (descrito anteriormente) y un sentido autoritario, recogido en la
categoría con este nombre (“en los pisos nos controlan demasiado”, “no hay
libertad”, “en los hospitales no deberían atar a la cama”). En relación a la categoria
de conciencia de enfermedad surgen dos aspectos importantes: la necesidad del
tratamiento y la cronicidad (“me da miedo a dejar la medicación”, “se necesita
tratamiento para mucho tiempo”, la medicación no te cura”) y la medicación como
equivalente a drogas (“un día iba un poco desequilibrado por la medicación y decian
mira ese borracho”, “me aburre depender de los medicamentos”, “me siento como
una rata de laboratorio hasta que aciertan con el medicamento”, “la medicación crea
dependencia”). Los comentarios relacionados con la categoría de cronicidad de la
enfermedad quedan incluidos en las categorías mencionadas anteriormente.
Discusión
37
imágenes públicas del enfermo mental y acceso a roles sociales) (18) y de tres
dimensiones (distancia física y miedo, distancia social y aislamiento, y
responsabilidad social y tolerancia) (19). De alguna manera las dimensiones de
roles sociales y distancia social y aislamiento serían similares a la obtenida en
nuestro estudio sobre pérdida de roles sociales. El apartado de peligrosidad sería
similar al recogido en las dimensiones de distancia física y miedo del estudio de
Buizza et al (2005) (19). La visión de peligrosidad de las personas que padecen una
enfermedad mental grave ha sido la más comentada en los grupos siendo uno de
los aspectos más trabajados en investigaciones previas Vezzoli et al (2001) (5)
sugieren que el miedo hacia el enfermo mental posiblemente viene dado por el
desconocimiento de la enfermedad. Como aparece en los grupos el hecho de que
los medios de comunicación difundan la imagen de peligrosidad de las personas con
esquizofrenia no ayuda a reducir esta connotación sino a potenciar el estereotipo de
agresividad del enfermo mental y a generar más miedo en la población general (7,
8). Otro de los aspectos destacados de los grupos es la pérdida de roles sociales lo
que hace que hace que esto influya negativamente en aspectos como encontrar un
empleo, relaciones sociales y sentimentales. Estos datos coinciden con los factores
que destaca Thornicroft et al (2009) (20) en un estudio internacional realizado en 27
paises, ya que los investigadores identifican que en la mayoria de los casos la
discriminación hacia las personas con esquizofrenia se da en tres áreas: problemas
para hacer amigos, trabajo y una discriminación negativa general. Novak et al
(2009) (21) sugiere que el trabajo es uno de los aspectos por los que se discriminan
más a las personas con esquizofrenia. Además diferentes estudios comentan que
las consecuencias de estos prejuicios negativos y esta discriminación en la
búsqueda de empleo y en las relaciones sociales puede comportar un
empeoramiento de su adaptación psicosocial (14). En relación a la culpa y a la
causalidad de la enfermedad es importante destacar la visión que las personas con
esquizofrenia tienen de lo cree la sociedad sobre ellos. Para las personas que
participaron en los grupos era importante diferenciar la figura de la persona que
tiene una enfermedad mental de aquella que consume tóxicos porque en la
comunidad no se diferencian estos perfiles y se atribuye una relación directa entre
consumo de tóxicos y enfermedad mental. Por otro lado, en nuestro estudio aparece
ligado este sentimiento de culpabilidad porque la gente cree que son vagos y que no
38
quieren trabajar, esta es una característica de la identidad del propio paciente que
también se recoge en estudios previos (3, 4). Es interesante destacar en cuanto a la
información relacionada al miedo al rechazo las dimensiones de discriminación de la
población general y el comportamiento de ocultamiento de la enfermedad por parte
de las personas con esquizofrenia. Estudios previos ya hablaban de la conducta de
secretismo por parte de las familias (10, 11), pero cabría añadir también este
secretismo por parte de los propios usuarios/as. Por último se deberían tener en
cuenta también los aspectos relacionados con la pérdida de capacidades que
influeyen en la autoestima directamente, la pérdida de control de su propia vida y la
influencia de la familia y profesionales en el trato hacia las personas que sufren
esquizofrenia. El hecho de identificar qué aspectos son los que preocupan más a las
personas con esquizofrenia y facilitan que sean discriminados resulta de utilidad
para implementar estrategias que favorezcan la reducción del estigma social en la
comunidad y en las propias personas que lo padecen.
Conclusión:
Para concluir este trabajo queremos destacar la importancia del rol del A.T. en el
trabajo de recuperación y reinserción del paciente con esquizofrenia, ya su labor le
permite conocer a fondo el carácter del individuo (no solo la patología) y además, el
modo en que la enfermedad se manifiesta en él, es decir, las peculiaridades que
hacen que cada paciente sea único aún padeciendo la misma enfermedad.
39
transporte público, entre otras. Buscará a su vez, ayudarlo a desarrollar un proyecto
de vida, el cual dé sentido a sus días y motive el entablar vínculos con el mundo
exterior, evitando perderse en el suyo propio.
Por otro lado, las competencias que posee el A.T. no se trata únicamente de ‘estar
predispuesto a’ o ‘tener facilidad para’, sino que está entrenado en la resolución de
problemas inmediatos, mediación con familiares, estimulación por medio de la
palabra y las actividades para que el paciente se mantenga motivado, y no quede
estancado. La escucha libre de prejuicios y la posibilidad de compartir actividades
en apariencia triviales, descubriendo a posteriori el potente efecto terapéutico que
las mismas encierran.
También es una persona empática que comprende más allá de lo hablado, el A.T.
sabe entender lo que no se dice, pero se expresa, pues sabe leer los pequeños
detalles que dan información sobre el estado emocional de un sujeto. Para una
persona que tiene dificultades en relacionarse con un mundo fuera de sí, todas
estas habilidades ayudan a que pueda encontrar el modo de volver a contactarse.
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Bibliografía
https://sifp.psico.edu.uy/sites/default/files/Trabajos%20finales/
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