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Acción de Tutela Leidy Pinzon

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SEÑOR

JUEZ (REPARTO)

E. S. D.

REF: Acción de Tutela para proteger el derecho al

bienestar familiar acompañado del derecho a la salud.

Accionante: LEIDY DIANA PINZÓN ROJAS

Accionado: PROFAMILIA

LEIDY DIANA PINZÓN ROJAS, identificada como aparece al pie de mi firma,

actuando en nombre propio, invocando el artículo 86 de la Constitución Política,

acudo ante su Despacho para instaurar ACCIÓN DE TUTELA contra

PROFAMILIA, con el objeto de que se protejan los derechos constitucionales

fundamentales que a continuación enuncio y los cuales se fundamentan en los

siguientes hechos:

HECHOS

1. Aproximadamente hace 10 años, sufrí un embarazo utópico en donde el

embrión se encontraba adherido a mi ovario izquierdo, por lo cual me


realizaron una laparotomía para poder sacar el embrión en el Hospital del

Norte en Bucaramanga.

2. En la misma laparotomía me realizaron una Pomeroy o “ligadura de

trompas” dado que el medico tratante insistió argumentando que los

embarazos siguientes que tendría estaban en una alta probabilidad de que

volviera a ser utópicos, este diagnóstico no estuvo sustentado con ningún

análisis medico previo al mismo.

3. Durante estos diez años he tenido el deseo de procrear y tener un hijo, por

lo que me dirigí a citas de ginecología desde el día primero (1) de agosto

del dos mil diecisiete (2017) en donde mi medico tratante fue el doctor

Ricardo Ortiz Serrano en donde le manifesté el deseo de tener un hijo y

solicitarle que me reviera el procedimiento que me practicaron años atrás.

4. El doctor Ricardo Ortiz Serrano me manifestó que el procedimiento para

revertir el pomeroy o “ligadura de trompas” tiene el nombre de

recanalización de las trompas pero que este procedimiento no se

encontraba cubierto por el Plan Obligatorio de Salud (POS).

5. Para esta negativa decidí interponer una acción de tutela a la cual me

dieron respuesta el día 8 de marzo de 2019.

6. El día 1 de agosto de 2019 me realizaron una laparoscopia en donde el

médico tratante el doctor Jesús María Jácome, quien es ginecólogo

obstetra de Profamilia Bucaramanga, manifiesta que tengo una

salpingectonia total bilateral y que soy candidata a una fertilización invitro y

a una transferencia embrionaria.


DERECHOS VULNERADOS

Estimo violado el derecho a la SALUD, VIDA EN CONDICIONES DIGNAS, A LA

FAMILIA Y A LA IGUALDAD, consagrados en los artículos 1, 13, 42 y 49 de la

Constitución Política de Colombia de 1991.

FUNDAMENTOS JURÍDICOS

Actuando en nombre propio, acudo ante su Despacho para solicitar la protección

de los derechos mencionados anteriormente.

El derecho a la salud es un derecho constitucional y un servicio público a cargo del

Estado y en favor de todos los habitantes del territorio nacional. Sin embargo, vía

jurisprudencial, se ha señalado que se puede entender como derecho fundamental

cuando busca protegerse por su conexidad con un derecho fundamental.

Cuando la negación al derecho a la salud pone en riesgo el derecho fundamental

a la vida, y a la vida en condiciones dignas, se configura la posibilidad de reclamar

vía acción de tutela la protección de este derecho.

Como lo señala la Corte Constitucional n su sentencia T-595 de 2002:

Así entendida la progresividad adquiere su pleno alcance constitucional. Tomar los

derechos en serio exige, también, tomar la progresividad en serio, como lo han

precisado los organismos internacionales competentes. En primer lugar, la


progresividad se predica del goce efectivo del derecho y, por lo tanto, no justifica

excluir grupos de la sociedad de la titularidad del mismo. En la medida en que

ciertos grupos sociales, por sus condiciones físicas, culturales o socioeconómicas,

sólo pueden gozar plenamente de una prestación amparada por un derecho si el

Estado adopta políticas que comprometen recursos públicos y exigen medidas de

orden administrativo, el carácter progresivo de estas prestaciones impide que el

Estado sea completamente indiferente a las necesidades de tales grupos puesto

que ello equivaldría a perpetuar su situación de marginamiento, lo cual es

incompatible con los principios fundamentales en que se funda una democracia

participativa. En segundo lugar, la progresividad de ciertas prestaciones

protegidas por un derecho requiere que el Estado incorpore en sus políticas,

programas y planes, recursos y medidas encaminadas a avanzar de manera

gradual en el logro de las metas que el propio Estado se haya fijado con el fin de

lograr que todos los habitantes puedan gozar efectivamente de sus derechos. En

tercer lugar, el Estado puede a través de sus órganos competentes definir la

magnitud de los compromisos que adquiere con sus ciudadanos con miras a lograr

dicho objetivo y, también, puede determinar el ritmo con el cual avanzará en el

cumplimiento de tales compromisos. Sin embargo, estas decisiones públicamente

adoptadas deben ser serias, por lo cual han de estar sustentadas en un proceso

decisorio racional que estructure una política pública susceptible de ser

implementada, de tal manera que los compromisos democráticamente adquiridos

no sean meras promesas carentes de toda vocación de ser realizadas. Así,

cuando tales compromisos han sido plasmados en leyes y representan medidas

indispensables para asegurar el goce efectivo de derechos fundamentales, los


interesados podrán exigir por vía judicial el cumplimiento de las prestaciones

correspondientes.

Así mismo en la sentencia T-1104 de 2000 la Corte Constitucional conoció el caso

de una señora a quien le fue diagnosticada “infertilidad secundaria por síndrome

adherencial”, por lo cual su médico tratante le ordenó la realización de una “cirugía

de recanalización de su trompa izquierda”. Ante el silencio de la entidad

prestadora del servicio de salud sobre la solicitud de la cirugía, la accionante

acudió a la tutela para que la misma le fuera practicada “con el propósito de

generar su fertilidad”. En aquella oportunidad la Corte confirmó la decisión de

segunda instancia, que denegó el amparo invocado, sustentada en los siguientes

argumentos:

(i) La patología de la accionante no pone en peligro su vida ni su dignidad;

únicamente le impide ser madre biológica. Además, el servicio médico solicitado

estaría encaminado solo a permitirle la posibilidad de procrear.

(ii) Aun cuando se admitiera que la maternidad es un estado esencial para la

realización personal de la mujer y el Estado tuviera el deber de garantizar el goce

del derecho prestacional correspondiente, no tendría que acudirse a la atención en

salud para hacer efectivo ese supuesto deber estatal, porque “el ordenamiento

jurídico nacional provee la posibilidad de satisfacción al derecho mencionado

mediante la maternidad adoptiva, previo el cumplimiento de los debidos requisitos

legales”.
Adicionalmente la Corte Constitucional en la sentencia T-732 de 2009 sostuvo:

“Esta primera aproximación nos indica que abarcan pretensiones de libertad, que

exigen del Estado abstenciones, pero también contienen reivindicaciones de tipo

prestacional, que requieren del mismo una actividad concreta, las cuales deberán

ser desarrolladas por el legislador y la administración para

determinar específicamente las prestaciones exigibles y las condiciones para

acceder a las mismas, las instituciones obligadas a brindarlas y su forma de

financiación, teniendo en cuenta que se debe atender, de modo prioritario, a

quienes más lo necesitan, tal y como sucede con todos los derechos según la

jurisprudencia constitucional. En esta tarea, tanto el legislador como la

administración deberán respetar los mandatos constitucionales y los tratados

internacionales sobre derechos humanos ratificados por Colombia que hacen

parte del bloque de constitucionalidad (artículo 93 de la Constitución), para lo cual

deben tener en cuenta las interpretaciones que los órganos autorizados han hecho

sobre el alcance de los derechos que reconocen estas normas”. 

(iii) El derecho a la procreación no puede extenderse “hasta el punto de constreñir

a la administración a garantizar la maternidad biológica de una persona cuyo

condicionamiento biológico per se no le permite su goce (…) mal podría

sobreponer el goce de un derecho de segunda generación -como lo es el de hacer

posible un embarazo de imposible viabilidad sin la intervención positiva estatal-, al

derecho fundamental a la vida de una persona cuya patología la pone en riesgo de


muerte, verbigracia un caso de urgente trasplante de hígado. En efecto, la

escasez de recursos de un país como Colombia implica una clara determinación

de prioridades en materia de gasto público y social, elemento indispensable para

la efectividad de los derechos prestacionales”.

PRUEBAS

Con el fin de establecer la vulneración de los derechos, solicito señor Juez se sirva

tener en cuenta las siguientes pruebas:

 Copia de la orden medica en donde señala mi diagnostico y en donde se

manifiesta que soy candidata para la inseminación invitro.

PRETENSIONES

Con fundamento en los hechos relacionados, solicito al señor Juez disponer y

ordenar a favor mío lo siguiente:

PRIMERO: Tutelar el derecho al bienestar familiar acompañado con el derecho a

la salud.

SEGUNDO: Ordenar a PROFAMILIA y/o quien corresponda, que suministre el

tratamiento de inseminación invitro.

FUNDAMENTOS DE DERECHO
Fundamento esta acción en el artículo 86 de la Constitución Política de 1991 y sus

decretos reglamentarios 2591 y 306 de 1992.

ANEXOS

 Copia del documento relacionado en el acápite de pruebas

CUMPLIMIENTO AL ARTÍCULO 37 DE DECRETO 2591/91: JURAMENTO

Manifiesto bajo la gravedad del juramento que no se ha presentado ninguna otra

acción de tutela por los mismos hechos y derechos.

NOTIFICACIONES

Accionante:

En la dirección: Carrera 20#10-09 apartamento 301, Jardín de Arenales Girón, al

teléfono: 3106788570 o al correo electrónico: leidypinzonrojas19@gmail.com

Atentamente,
LEIDY DIANA PINZÓN ROJAS

C.C. 1.098.640.682 de Bucaramanga

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