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Tutela Ana Milena

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Santa Cruz de Mompox, noviembre 12 de 2024

SEÑOR:
JUEZ PROMISCUO MUNICIPAL (REPARTO)
Ciudad
E.S.D

ASUNTO: Acción de Tutela para proteger el derecho a la salud.


ACCIONANTE: ANA MILENA ROJAS MORALES
ACCIONADO: MUTUAL SER E.P.S.S

ANA MILENA ROJAS MORALES, identificada con cédula de ciudadanía No.


33.219.755, expedida en Mompox-Bolívar, residenciada en esta ciudad,
actuando en mi propia representación, atendiendo el ordenamiento jurídico
Colombiano y con el debido respeto a usted, manifiesto que formulo Acción de
Tutela contra “MUTUAL SER E.P.E-S”, solicitando se garantice en debida forma
los derechos fundamentales de la Salud, la Vida, a la igualdad, a la Seguridad
Social, a la Protección especial del menor, en condiciones dignas, vulnerado por
la entidad referenciadas.
I. HECHOS:

1. Me encuentro afiliada a la MUTUAL SER E.P.S-S”, en el Régimen


Contributivo.
2. Venía padeciendo de BOCIO NO TOXICO, NO ESPECIFICADO.
3. En fecha 2024/09/12, fui hospitalizada con DX-POP TIROIDECTOMIA
TOTAL VIA ABIERTA COLGAJO LOCAL DE PIEL COMPUESTO DE
VENCINDAD VACIAMIENTO LINFATICO DE CUELLO LIGADURA DE
VASOS DE CABEZA Y CUELLO, en la CLINICA CUMI S.A.S, de la ciudad
de Montería.
4. Por mi condición de salud he tenido que trasladarme a la ciudad antes
mencionada realizarme exámenes y citas médicas.
5. Como no poseo recursos económicos, he tenido que recurrir a préstamos
personales entre amigos y familiares, ya que no poseo trabajo y no cuento
con ayuda de nadie en particular; además soy madre cabeza de hogar
(tengo una niña).

1
6. De igual manera he tenido que acudir a citas con especialistas en la
clínica INTEGRALES HEALTH S.A.S-CLINICA DE LOS RIOS1, en la
ciudad de Magangue; todos estos desplazamientos con recursos prestados
por amigos.
7. Dentro del Plan de Tratamiento POSTQUIRURGICOS, tengo una remisión
nuevamente para Montería para lo cual debo trasladarme a esa ciudad.
8. Los medicamentos prescritos por los médicos han sido sufragados con
recursos igualmente prestados; por lo que hoy me encuentro endeudada.
9. Ante la situación antes mencionada solicite a la entidad accionada en
forma verbal, AUXILIO DE TRASPORTE INTERMUNICIPAL,
TRANSPORTE INTERNO, HOSPEDAJE Y MANUTENCION MIO Y DE MI
ACOMPAÑANTE para poder asistir a las citas programadas.
10. En respuesta a mi solicitud de trasporte la accionada me responde: “Que
en el municipio de Mompós-Bolívar, no corresponde a municipios con Prima
adicional para transporte en la UPC y de acuerdo con lo descrito en el
artículo 122 de la resolución 2481 de 2020 no está contemplado en el plan
obligatorio de salud, y el servicio el cual requiere asistir no hace parte de los
que se considera como puerta de entrada al sistema. Por lo anterior no se
autoriza transporte intermunicipal al usuario.”

II. DERECHOS VULNERADOS


1. DERECHO A LA SALUD
A. EL DERECHO A LA SALUD COMO DERECHO FUNDAMENTAL.

Inicialmente la jurisprudencia de la Corte Constitucional se caracterizó por


diferenciar los derechos susceptibles de protección mediante la acción de tutela y
los derechos de contenido meramente prestacional, los cuales para ser
amparados por vía de tutela, debían tener conexidad con los derechos
inicialmente nombrados, es decir, los de primer orden.

En la Sentencia T-016 de 2007, la Sala Séptima de Revisión de esta


Corporación, desarrolló el criterio jurisprudencial sostenido por esta Corte, sobre
el carácter fundamental de todos los derechos sin distinguir si se trata de
derechos políticos, civiles, sociales, económicos o culturales, así como que dicha
fundamentalidad tampoco debe derivar de la manera como estos derechos se
hacen efectivos en la realidad.

Acertadamente, la jurisprudencia de la Corte, para establecer la fundamentalidad


del derecho a la salud, se ha apoyado de instrumentos internacionales de distinto
orden, por ejemplo por lo estipulado en la Observación N° 14 del Comité de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales, que establece:
“La salud es un derecho humano fundamental e indispensable para el ejercicio de
los demás derechos humanos. Todo ser humano tiene derecho al disfrute del más
alto nivel posible de salud que le permita vivir dignamente. La efectividad del

1
Ver anexos

2
derecho a la salud se puede alcanzar mediante numerosos procedimientos
complementarios, como la formulación de políticas en materia de salud, la
aplicación de los programas de salud elaborados por la Organización Mundial de la
Salud (OMS) o la adopción de instrumentos jurídicos concretos”.

En el mismo sentido, la Constitución de 1991, contempla estos criterios cuando


en el artículo 49, estipula:
“La atención de la salud y el saneamiento ambiental son servicios públicos a cargo
del Estado. Se garantiza a todas las personas el acceso a los servicios de
promoción, protección y recuperación de la salud”.
“Corresponde al Estado organizar, dirigir y reglamentar la prestación de servicios
de salud a los habitantes y de saneamiento ambiental conforme a los principios de
eficiencia, universalidad y solidaridad. También, establecer las políticas para la
prestación de servicios de salud por entidades privadas, y ejercer su vigilancia y
control”.
Por esta razón, el derecho a la salud marca una pauta esencial para que las
personas puedan desarrollarse y gozar de bienestar, esto implica que el derecho a
la salud viene a relacionarse con todas las esferas de la vida de un ser humano,
pues si no goza de buenas condiciones físicas, psicológicas y sociales, no va a ser
una persona protegida en su derecho, por ello cuando se niega un procedimiento o
no se permite suministrar lo necesario para recuperar su salud, se habla de la
vulneración de la misma, es aquí donde el juez puede hacer efectiva su protección
por vía de tutela cuando los encuentre amenazados o vulnerados.
De igual manera y enfatizando la protección constitucional del derecho a la salud
como derecho fundamental, la Sentencia T-200 de 2007, menciona las
dimensiones de amparo de este derecho, para lo cual estableció:
“…En abundante jurisprudencia esta Corporación ha señalado que la protección
ofrecida por el texto constitucional a la salud, como bien jurídico que goza de
especial protección, tal como lo enseña el tramado de disposiciones que componen
el articulado superior y el bloque de constitucionalidad, se da en dos sentidos: (i) en
primer lugar, de acuerdo al artículo 49 de la Constitución, la salud es un servicio
público cuya organización, dirección y reglamentación corresponde al Estado.

La prestación de este servicio debe ser realizado bajo el impostergable compromiso


de satisfacer los principios de universalidad, solidaridad y eficiencia que, según
dispone el artículo 49 superior, orientan dicho servicio. En el mismo sentido, como
fue precisado por esta Sala de revisión en sentencia T-016 de 2007, el diseño de
las políticas encaminadas a la efectiva prestación del servicio público de salud
debe estar, en todo caso, fielmente orientado a la consecución de los altos fines a
los cuales se compromete el Estado, según lo establece el artículo 2° del texto
constitucional.

3
“(ii) La segunda dimensión en la cual es protegido este bien jurídico es su
estructuración como derecho. Sobre el particular, la jurisprudencia de esta
Corporación ha señalado que el derecho a la salud no es de aquellos cuya
protección puede ser solicitada prima facie por vía de tutela. No obstante, en una
decantada línea que ha hecho carrera en los pronunciamientos de la Corte
Constitucional, se ha considerado que una vez se ha superado la indeterminación
de su contenido –que es el obstáculo principal a su estructuración como derecho
fundamental- por medio de la regulación ofrecida por el Congreso de la República y
por las autoridades que participan en el Sistema de Seguridad Social; las
prestaciones a las cuales se encuentran obligadas las instituciones del Sistema
adquieren el carácter de derechos subjetivos…”
Se trata entonces de una línea jurisprudencial reiterada por esta Corte, la cual ha
establecido que el derecho a la salud es un derecho fundamental, que envuelve
como sucede también con los demás derechos fundamentales, prestaciones de
orden económico orientadas a garantizar de modo efectivo la eficacia de estos
derechos en la realidad. Bajo esta premisa, el Estado a través del Sistema de
Seguridad Social en Salud, proporciona las condiciones por medio de las cuales
sus asociados pueden acceder a un estado de salud íntegro y armónico.
Es por ello que la Corte Constitucional ha precisado que la salud puede ser
considerada como un derecho fundamental no solo cuando peligra la vida como
mera existencia, sino que ha resaltado que la salud es esencial para el
mantenimiento de la vida en condiciones dignas y que (el acceso a tratamientos
contra el dolor o el suministro de todo lo necesario, para aquellas personas
que padecen de enfermedades catastróficas que si bien, algunas son
incurables, debe propenderse por todo lo necesario para un padecimiento en
condiciones dignas).
En conclusión, la Corte ha señalado que todas las personas sin excepción
pueden acudir a la acción de tutela para lograr la efectiva protección de su
derecho constitucional fundamental a la salud. Por tanto, todas las entidades
que prestan la atención en salud, deben procurar no solo de manera formal sino
también material la mejor prestación del servicio, con la finalidad del goce
efectivo de los derechos de sus afiliados, pues la salud comporta el goce de
distintos derechos, en especial el de la vida y el de la dignidad; derechos que
deben ser garantizados por el Estado Colombiano de conformidad con los
mandatos internacionales, constitucionales y jurisprudenciales. (Negrilla fuera
de texto)
2. DERECHO A LA VIDA EN CONDICIONES DIGNAS
La dignidad humana es un fundamento del Estado colombiano por lo que es
necesario que se refleje en todas las actuaciones que emanan de las autoridades,
así como de servicios públicos esenciales como la salud, cuya prestación debe
garantizar.
La dignidad humana, comprende tres objetos concretos de protección:

4
 La autonomía o posibilidad de diseñar un plan vital y de determinarse
según sus características, que traduce “vivir como se quiera”.
 La presencia de ciertas condiciones materiales concretas de existencia, es
decir, “vivir bien”.
 La intangibilidad de los bienes no patrimoniales, integridad física e
integridad moral, en otras palabras, “vivir sin humillaciones”.
Es entonces la dignidad humana derecho fundamental, principio y valor. Como
menciona la Corte Constitucional en sentencia T- 940 de 2012, respecto de la
dignidad:
“A grandes rasgos, la dignidad humana como derecho fundamental implica la
correlatividad entre la facultad de exigir su realización en los ámbitos a los que
atañe y el deber de propiciarlos; como principio puede entenderse como una de los
fundamentos que dieron origen a la aparición del Estado colombiano de hoy, así
como un mandato de optimización, cuya realización se debe propender en la mayor
medida posible; finalmente, como valor, la dignidad representa un ideal de
corrección al que tiende el Estado y que le corresponde preservar”.2
La dignidad humana en el Estado colombiano constituye una de las bases y de
los presupuestos ontológicos para su existencia, siendo piedra angular para el
desarrollo del contenido de otros derechos fundamentales y deberes estatales y
particulares dispuestos en la carta; por ello el concepto de dignidad humana se
liga con otros, para lograr la mayoría de esferas dentro de la realidad, y no quede
en mera teoría.

TRANSPORTE Y ALOJAMIENTO EN EL SISTEMA DE SALUD Y SU NEXO CON


EL PRINCIPIO DE INTEGRALIDAD-Subreglas jurisprudenciales

El servicio de transporte se encuentra dentro del POS y en consecuencia debía


ser asumido por la EPS en aquellos eventos en los que (i) Un paciente sea
remitido en ambulancia por una IPS a otra, cuando la primera no cuente con el
servicio requerido; (ii) Se necesite el traslado del paciente en ambulancia para
recibir atención domiciliaria bajo la responsabilidad de la EPS y según el criterio
del médico tratante. (iii) Un paciente ambulatorio deba acceder a un servicio que
no esté disponible en el municipio de su residencia y necesite ser transportado en
un medio diferente a la ambulancia. A partir de esta última situación, las
subreglas jurisprudenciales en materia de gastos de transporte intermunicipal se
circunscriben a los siguientes eventos: (i) El servicio fue autorizado directamente
por la EPS, remitiendo a un prestador de un municipio distinto de la residencia
del paciente; (ii) Ni el paciente ni sus familiares cercanos tienen los recursos
económicos suficientes para pagar el valor del traslado. (iii) De no efectuarse la
remisión se pone en riesgo la vida, la integridad física o el estado de salud del
usuario; (iv) Si la atención médica en el lugar de remisión exigiere más de un día
de duración se cubrirán los gastos de alojamiento.

2
1Sentencia T -940 de 2012

5
CUBRIMIENTO DE GASTOS DE TRANSPORTE PARA PACIENTE Y
ACOMPAÑANTE POR EPS-Reglas jurisprudenciales/CUBRIMIENTO DE
GASTOS DE TRANSPORTE PARA PACIENTE Y ACOMPAÑANTE POR EPS-
Serán cubiertos por recursos de la prima adicional en lugares de dispersión
geográfica y en los demás serán cubiertos por la UPC.

Las zonas que no son objeto de prima por dispersión, cuentan con la totalidad de
infraestructura y personal humano para la atención en salud integral que
requiera todo usuario, por consiguiente no se debería necesitar trasladarlo a otro
lugar donde le sean suministradas las prestaciones pertinentes. En tal contexto,
de ocurrir la remisión del paciente otro municipio, esta deberá afectar el rubro de
la UPC general, como quiera que se presume que en el domicilio del usuario
existe la capacidad para atender a la persona, y en caso contrario es
responsabilidad directa de la EPS velar por que se garantice la asistencia médica.
Ello no puede afectar el acceso y goce efectivo del derecho a la salud, so pena de
constituirse en una barrera de acceso, que ha sido proscrita por la jurisprudencia
constitucional. En conclusión, por una parte, en las áreas a donde se destine la
prima adicional, esto es, por dispersión geográfica, los gastos de transporte serán
cubiertos con cargo a ese rubro. Por otra, en los lugares en los que no se
reconozca este concepto se pagarán por la unidad de pago por capitación básica.
Las mismas reglas deberán aplicarse al alojamiento debido a que su necesidad se
configura en las mismas condiciones que el traslado.
1. El artículo 7º del Decreto 2591 de 1991 dispone lo siguiente en relación
con las medidas provisionales que se pueden adoptar dentro de los
procesos de tutela:

“Artículo 7o. Medidas provisionales para proteger un derecho. Desde la


presentación de la solicitud, cuando el juez expresamente lo considere
necesario y urgente para proteger el derecho, suspenderá la aplicación del
acto concreto que lo amenace o vulnere. Sin embargo, a petición de parte o
de oficio, se podrá disponer la ejecución o la continuidad de la ejecución,
para evitar perjuicios ciertos e inminentes al interés público. En todo caso el
juez podrá ordenar lo que considere procedente para proteger los derechos y
no hacer ilusorio el efecto de un eventual fallo a favor del solicitante. La
suspensión de la aplicación se notificará inmediatamente a aquél contra
quien se hubiere hecho la solicitud por el medio más expedito posible. El juez
también podrá, de oficio o a petición de parte, dictar cualquier medida de
conservación o seguridad encaminada a proteger el derecho o a evitar que se
produzcan otros daños como consecuencia de los hechos realizados, todo de
conformidad con las circunstancias del caso.
2. De conformidad con lo anterior, de oficio o a petición de cualquiera de
las partes, el Juez puede dictar “cualquier medida de conservación o
seguridad” dirigida, tanto a la protección del derecho como a “evitar que se
produzcan otros daños como consecuencia de los hechos realizados…”
(Inciso final del artículo transcrito). También las medidas proceden, de
oficio, en todo caso, “… para proteger los derechos y no hacer ilusorio el

6
efecto de un eventual fallo a favor del solicitante”, estando el juez facultado
para “ordenar lo que considere procedente” con arreglo a este fin (inciso 2º
del artículo transcrito).

III. PETICION

Solicito ante usted señor juez respetuosamente que se me proteja los derechos a
la salud y vida y en consecuencia ordene:
PRIMERO. Se me tutele de manera inmediata mis derechos fundamentales a: LA
SALUD Y DIGNIDAD HUMANA.
SEGUNDO: ORDENE a la MUTUAL SER E.P.S.S que como garantía fundamental
a la continuidad e integralidad en el tratamiento médico, autorice el AUXILIO DE
TRANSPORTE INTERMUNICIPAL , TRANSPORTE INTERNO MIO y DE UN
ACOMPAÑANTE, HOSPEDAJE Y MANUTENCION MIO Y DE MI
ACOMPAÑANTE; además ordene, remita y facilite todos y cada uno de los
procedimientos médicos, exámenes, intervenciones y valoraciones que sean
necesarias para lograr sobre llevar la que padezco y que por trámites
administrativos han omitido mi atención.
TERCERO: Que en adelante, preste, atienda y suministre de manera integral,
continúa, suficiente, oportuna todos y cada uno de los procedimientos,
medicamentos e insumos necesarios para la atención de la enfermedad, que
necesito de manera periódica y continúa siendo indispensable para vivir.
IV. FUNDAMENTOS DE DERECHO
Esta acción de tutela se encuentra fundamentada en el artículo 86 de la
Constitución Política de Colombia y en los decretos 2591 de 1.991, 306 de 1.992
y 1382 de 2000.
V. CONCEPTO DE VIOLACIÓN
El derecho a la salud
Contenido general del derecho

La jurisprudencia constitucional ha estatuido como derecho fundamental


independiente el derecho a la salud, otorgándole una connotación bifronte, es
decir que a la vez de ser un derecho de rango fundamental –constitucionalmente
considerado- goza de la calidad de ser servicio público.
El artículo 49 de la Constitución Nacional prevé el derecho a la salud y al
saneamiento ambiental, como servicios públicos a cargo del Estado, por los
cuales el Estado propendería su especial protección y vigilancia sobre la calidad
de la prestación. Indicó el marco normativo constitucional que los servicios
médicos y sanitarios tienen como principal función la promoción, protección y la
recuperación de la salud, sujetándose a los principios de eficacia, universalidad y
solidaridad.

7
Por su lado, la Ley 100 de 1993, introdujo en el ordenamiento jurídico una serie
de principios rectores a los cuales tienen que sujetarse todas las entidades que
participen o hagan parte del Sistema General de Seguridad Social en Salud.
El artículo 153 de la norma en cita señala que el Sistema de Seguridad Social en
Salud actuaria bajo los principios de Universalidad, calidad, eficiencia,
progresividad, corresponsabilidad, prevención y continuidad, entre otros.
Del marco normativo descrito, se concluye que el concepto del derecho a la salud
constitucionalmente considerado, involucra desde su núcleo esencial, el derecho
que tiene el paciente de acceder a los servicios médicos requeridos para la
promoción, prevención y tratamiento de la patología que le aqueja hasta que se
logre la recuperación o rehabilitación definitiva, en condiciones de inmediatez,
eficiencia, suficiencia y universalidad; es decir que, la atención debe provocar un
restablecimiento y una recuperación real y efectiva. Sobre ello señaló la Corte
Constitucional:

“La salud como derecho integral, implica que la atención deba brindarse en la
cantidad, oportunidad, calidad y eficiencia requeridas, lo cual conlleva ofrecer, de
acuerdo con la ley y la jurisprudencia, todo cuidado, medicamento, intervención
quirúrgica, rehabilitación, diagnóstico, tratamiento y procedimiento necesarios
para restablecer la salud”.
Por tanto, no puede limitarse la órbita de protección del derecho a la salud ante
una patología clara detectada por el profesional de la salud, cuando sean
circunstancias eminentemente administrativas las que impidan el acceso a los
servicios, sin que dicho amparo desconozca los postulados fundamentales sobre
los que se edifica la procedencia de la protección constitucional.

En ese sentido, la garantía del derecho a la salud exige que el mismo se sujete a
la existencia de i) un dictamen médico a través del cual se diagnostique la
presencia de una patología en la paciente, ii) una orden para la realización de un
procedimiento o un medicamento, para que el juez de tutela evalué las
condiciones de vulneración del mismo frente al incumplimiento de las entidades
que administran el Sistema General de Seguridad Social en Salud, de prestar y
facilitar el acceso en condiciones de suficiencia, universalidad, integralidad, a los
servicios de salud.

Y respecto a este último, es decir, la integralidad, la Jurisprudencia


Constitucional ha señalado en reiteradas oportunidades que este principio-deber
debe aplicarse en el entendido que se proteja la realización de un tratamiento
completo y necesario.
Es así que, tal como lo ha indicado la jurisprudencia Constitucional, la atención
del tratamiento médico en condiciones de integralidad y atendido por el médico
tratante se agota en el momento en que se logre la rehabilitación o la
recuperación definitiva del estado de salud.

8
Tratamiento integral de salud

La jurisprudencia constitucional ha señalado que el derecho a recibir la


rehabilitación a través de un tratamiento integral de salud proporcionado por la
EPS o la EPS-S a la cual esté vinculada la persona, es componente indispensable
del derecho a la salud, ya que a partir de la posibilidad de rehabilitación se
materializa el ejercicio pleno, consciente y suficiente del derecho en mención.
Sobre este tema, la jurisprudencia de la Corte Constitucional señaló que:

“La atención a la salud debe ser integral y comprender el cuidado, el suministro


de medicamentos, las intervenciones quirúrgicas, las prácticas de rehabilitación,
la realización de exámenes de diagnóstico y seguimiento, así como todo otro
componente que el médico tratante valore como necesario para el
restablecimiento de la salud del paciente. El reconocimiento de la prestación
integral del servicio de salud debe ir acompañada de indicaciones precisas que
hagan determinable la orden del juez de tutela, la cual bajo ningún supuesto
puede recaer sobre cosas futuras. En concreto, este Tribunal ha entendido que el
principio de integralidad no puede entenderse de manera abstracta, es decir, una
orden de tutela que reconozca la atención integral en salud se encontrará sujeta a
los conceptos que emita el personal médico, y no, por ejemplo, a lo que estime el
paciente.”
De la citación jurisprudencia anterior, se desprende con absoluta claridad que el
derecho a la salud de una persona comporta o involucra la acción –ejecución de
actos positivos- de la entidad prestadora del servicio de salud, que se
materializan en diferentes aspectos o facetas.
Por un lado, en la coordinación y asignación de citas con los médicos que sean
idóneos para la prestación del servicio de salud requerido por persona, así
también como en el suministro de los medicamentos ordenados o prescritos por
el médico tratante. Por otro lado, el derecho a la salud también comporta la
posibilidad de recibir los procedimientos quirúrgicos y la realización de exámenes
que permitan trazar la ruta científica que debe seguir el médico tratante.
De ahí que para lograr la rehabilitación de la o las patologías que puedan aquejar
la salud de una persona, resulta indispensable que el médico cuente con los
instrumentos suficientes que le permitan (i) elaborar un diagnóstico claro sobre la
afección, (ii) ofrecer información al paciente sobre el posible tratamiento, (iii)
descartar tratamientos que no resulten útiles para la patología presente, (iv)
aplicar el tratamiento idóneo y (v) lograr la rehabilitación del paciente.

Así pues, es imperativo que en asuntos en los cuales se debata la prestación del
servicio de salud, las entidades promotoras de salud –EPS- entiendan que la
posibilidad de rehabilitación o no del paciente, pende del cumplimiento estricto
de un procedimiento médico que parte del diagnóstico. Dicho diagnóstico, se
repite, solo se logra y elabora a partir de la verificación de los exámenes
ordenados por el médico tratante.

9
En relación al tema, ha señalado la Corte Constitucional, al estudiar el derecho
de una persona a recibir el diagnóstico de la patología que le afectaba, en los
siguientes términos:
“El derecho al diagnóstico como aspecto integrante del derecho a la salud, es
indispensable para llegar a una recuperación definitiva de una enfermedad o a
mejorar la calidad de vida del paciente. De manera que la negación del mismo,
impide que se realice el tratamiento adecuado y preciso que requiere el afectado.
Pero, no solo la negativa del derecho al diagnóstico vulnera los derechos
constitucionales, sino cuando no se práctica a tiempo o se realiza de forma
negligente, complicando en algunos casos el estado de salud del paciente
hasta el punto de llegar a ser irreversible su cura, eventos en los cuales,
puede llegar a afectar gravemente la salud y la dignidad humana del
paciente al someterlo de manera interminable a las afecciones propias de su
mal estado de salud.” (Subrayas y Negrillas fuera del texto original)
Ya se señaló que, según la jurisprudencia constitucional, el derecho a la
realización de un examen diagnóstico debe protegerse siempre que con la
negación del mismo se desconozca “la estrecha relación que existe entre el
resultado del examen y el tratamiento integral de la enfermedad”, como sucede en
este caso, en el que el médico requiere del examen para determinar un
diagnóstico y, por consiguiente, el tratamiento a seguir.

Así mismo, se recordó que la Corte ha sido enfática en señalar que es al médico
tratante al que le corresponde determinar si es o no necesario realizar un examen
de diagnóstico, de modo que la entidad que suministra los servicios de salud no
puede negarse a practicarlo sobre la base de aspectos económicos,
administrativos o de conveniencia institucional, como ocurren en el caso
concreto, “pues esto prorroga caprichosamente la definición del tipo de
padecimiento, así como la posibilidad de iniciar un tratamiento médico que permita
el restablecimiento del estado de salud del paciente”.

De manera que, conforme a las posturas jurisprudenciales transcritas se


desprende que el derecho a la salud se integra de diversos factores que confluyen
en la recuperación, rehabilitación y restablecimiento de la condición saludable
que se ha visto diezmada y deteriorada por el curso de una patología. Pero, para
que el conocimiento del profesional de la salud resulte benéfico a los intereses del
usuario, es indispensable que este pueda emitir con claridad un diagnóstico y a
partir de allí se pueda construir un procedimiento científico que agotar, lo cual
impone que la inexistencia de un diagnóstico cierto contribuya al deterioro del
paciente.
VI. COMPETENCIA
Es usted competente, señor Juez, por la naturaleza constitucional del asunto y
por tener jurisdicción en el lugar donde tuvieron ocurrencia los hechos que
vulneran o amenazan el derecho fundamental invocado según el artículo 37 del
decreto 2591 de 1.991. Así mismo es usted competente de conformidad por el
inciso segundo del numeral 1 del artículo 1 del Decreto 1382 de 2000.

10
VII.JURAMENTO

Declaro bajo la gravedad del juramento que no he intentado ante otra instancia
de tipo judicial acción de tutela por las mismas causas y donde se consideren los
mismos hechos, por lo tanto no me encuentro incurso en la actuación temeraria
de que habla el artículo 38 del Decreto 2591 de 1991.
VIII. ANEXOS
 Historia Clínica
 Ordenes Médicas.
 Copia de Documento de Identidad
 Copias tiquetes de trasporte.
IX.NOTIFICACIONES

ACCIONANTE: Correo electrónico: rojasmoralesanamilena34@gmail.com y


manelaw0691@gmail.com
CELULAR: 3233682659
ACCIONADA: MUTUAL SER E.P.S-S Callejón de Los Cobos-Mompox-Bolívar.

De su señoría, atentamente.

ANA MILENA ROJAS MORALES


C.C.N° 33.219.755 de Mompox-Bolívar

Anexos: ______ copias.

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