La Ilustración Ibérica (Barcelona. 1883) - 3-3-1883
La Ilustración Ibérica (Barcelona. 1883) - 3-3-1883
La Ilustración Ibérica (Barcelona. 1883) - 3-3-1883
sión, alegando derechos á diversos estados de aquel imperio. Ocho años duró
NUESTROS GRABADOS la guerra contra María Teresa, poniéndose á favor de la esforzada empera-
triz Inglaterra, Holanda, Saboya y Rusia, y declarándose en contra Francia,
España, Baviera, N'ápoles y Prusia.
El gran Federico fué el primero eu romper las hostilidades, y siendo la
EL MONO HABIU V SU AMO, campaña desfavorable á María Teresa, fué proclamado emperador el elector
de Baviera con el nombre de Carlos VII. obligada á abandonar a Viena, re-
Maravilla de los chiquillos, embeleso de los más talluditos, regocijo de fugióse en Hungría, interesando a los nobles magiares y alcanzando, gracia.s
los viejos y simplemente uwnu xahio para la gente de peso y juicio, recorre el á ellos, el triunfo sobre el pretendiente. «Moriamur pro rege nostro Mario, The-
animalito pueblos o granjas en compañía de su dueño para ayudarle á éste reaa: muramos por nuestro rey María Teresa,<• fué la divisa de los valientes
a ganarse la miserable vida. Preciso es confesar que el gracioso artista es húngaros, y así lo hicierou hasta restablecer en sus derechos á la perseguida
admirablemente inteligente, hábil y chistoso, hasta el punto de que, á tener soberana.
que escoger entre él y el maestro de escuela, que con tanto desden los mira, Con todo, donde mas interesaute se muestra el carácter de Maria Teresa es
cualquiera se quedarla con él. Porque ino es una prueba de real valer tocar en su vida íntima, revelada por la correspondencia que se está dando preci-
el violin como lo toca el mono, llevar arrastrando el sable del modo que él lo samente á luz en la actualidad y que es en verdad enorme. El duque de Bro-
lleva, saludar como saluda, mirar por encima de las antiparras con la serie- glie ha trazado de la emperatriz un magistral retrato en el que la representa
dad con que el lo hace, y guardar el equilibrio con la destreza que lo guar- como mujer hermosísima, enamorada de un príncipe discreto y oscuro, que
da? (Cuántos hombres serian capaces de mostrarse tan inteligentes y doctosí eligió por esposo entre cien poderosos pretendientes, Carlos de Lorena; entre-
Por eso los niños, jueces imparciales, le manifiestan tanta simpatía, y por gada por completo á los afectos de la familia, bondadosa, casera, retirada y
eso le desprecia el consumidor, que no se digna Ajarse en él, prefiriendo apu- sencilla, siendo su corte un modelo de costumbres puras y casi patriarcales,
rar el vaso. Respecto al/'/(¿jrc.surit). conocedor de cuanto vale el artista de asi como su unión con Carlos de Lorena uireterno idilio de puro amor.
cuatro manos que comparte con él las penas y las glorias, cumple concien- María Antonieta heredó de ella la hermosura, sin heredar en cambio su
zudamente con su deber de gaitero, no pudiendo empero disimular su satis- genio político y su entereza. Muchos eran los consejos que sin cesar le envia-
facción al reparar que uno de los espectadores se apresta á entregarle una ba desde Viena María Teresa, que no podía esperar ciertamente al cerrar la
buena recompensa; cuando menos, dos cuartitos... muerte sus ojos que debiese perecer eu un cadalso la hija querida de su cora-
zón: pero la brillante reina de I''raucia necesitaba mas que cartas, la presen-
II k.Uí I.OS ÁUltOI.KS, cia de su madre. La grande emperatriz, sin miedo y sin tacha, hubiera sa-
bido poner a raya a aquellos cuñados disolutos y difamadores y á aquel
La madre interrumpe su labor para contemplar como juguetean sus pe- pueblo manejado por unos cuantos energiímenos y una docena de siniestros
queñuelos. El nogal presta su sombra a aquella escena, que no ha de menester m.ijaderos.
mejor dosel para inspirar envidia a los sencillos corazones. ¡Cuan felices no
son, en efecto, esos humildes seres! Crecidos en el seno de la próvida natura-
leza, transcurren dicho.saniente para ellos los dfas de su existencia, sin pun-
zantes ambiciones ni amargos cuidados que vengan á alterar la placidez de
su vida. Kl trabajo retiene al padre en el campo durante las horas de sol, y
%%ll \.\ m m MOliERNA DEL CALOR
cuando llega el momento del descanso tras la ruda jornada encuentra en el GRANDES UNIDADF-S DEL MUNDO MATERIAL
hogar a su amante esposa y á los tiernos hijos, que le colman de caricias y
endulzan con sus gracias la fatiga del día. La jciven madre vigila incesante-,
mente a los chiquitines, y constante testigo de todas sus acciones y travesa- Antes iba toda la masa á la par y yo la veía ir; ahora o.'ici¡.( ó ribra en par-
ras, encuentra sin embargo nuevo y jamas visto todo cuanto hacen, y se lo ticular cada molécula con extraordinaria rapidez, pero describiendo curvas
refiere al esposo, que no calie en si de admiración y orgullo, tan pequeñas que no las percibo; y como el movimiento es de oscilación
Al igual que sus padres serán los hoy infantiles personajes, y al recordar alrededor de una posición media de equilibrio, y como ademas la forma ex-
los días de su niñez sentirán lo que sentimos todos: que nunca es más dichosa terior y aparente de los cuerpos no cambia, creo que es un nuevo fenómeno, y
la vida que en aquella edad temprana, aurora siempre sonrosada de uua l9 doy nuevo nombre. La ciencia me dice, sin embargo, que el movimiento
vida quizas sombría. total equivale á la suma de los movimientos parciales de los átomos, porque
en el fondo eterno é invariable de las cosas, la cantidad no cambia.
¡No TODO SK HA llK SAllEIi! VIII. Hemos visto cómo la fuerza y el movimiento se trasforma en movi-
mientos especiales, á los que se da el nombre de calórico: veamos ahora cómo
Terrible cosa es verse expuesto á una indiscreción, tratándose de cosas recíprocamente el calor se trasforma en fuerza y en movimiento.
El carbón de piedra arde eu el hogar de una locomotora : una enorme
graves y formales, como la que ocupa sin duda a uuestra escribldnra. La chi-
masa desaparece en pocas horas.
ca se hallaba bastante necesitada de un colaborador que la auxiliase en sus
i Dónde está esa materia!
comienzos epistolares, y con tal objeto fué a implorar el apoyo de una ilus-
trada señorita, poetisa y futura licenciada en ciencias, para que la dictase ¡Qué se hizo de la inmensa cantidad de calórico que desarrolló !
La materia queda, aunque bajo otra forma, y esparcida en la atmósfera,
un importante documento, del cual nada tenia que saber el novio. La seño-
idéntica á sí misma, sin que un solo átomo se haya anulado.
rita accedió de buena gana, llevándose de paso el Manual de carias aniatorias,.
El calórico, es decir, el inovimiento vibratorio é interno de la masa quesobre
y hete aquí que á las pocas lineas asoma por la ventana intempestivamente la rejilla del hogar brillaba hecha ascua, ha cambiado de forma y de movi-
la mitad del cuerpo del bien amado, curioso por demás. La que tan oculto miento Molecular ha pasado á movimiento lolal: el calor del carbón de piedra
trata su atrevido propósito no podía consentir ciertamente en dejarlo adivi- ha desaparecido, pero en cambio el tren vuela sobre los carriles. Este hecho
nar tan de repente, y volviéndose al imporluno galán, le manifiesta clara y es aquel heclm bajo otra forma. Y en efecto, si en cualquier instante queremos
categtíiúcaniente que no está bien que lo sepa todo y que aquello no es para cerrar el circulo del feuómeno, nada más fácil.
ser tan fácilmente revelado. El tren vuela a razón de 40, de 50, de SO kilómetros por hora: de repente se
Mucho tememos, sin embargo, que haya adivinado ya el mozo lo que sig- oprimen los frenos, humo y chispas saltan de las ruedas, la fuerza viva pug-
nifica aquella misteriosa colaboración de la señorita y la aldeana: una feli- na aún, pero al fin el movimiento cesa: la fricción ha destruido pues la velo-
citación en verso con motivo de sus días, estreno de una serie de escrituras, cidad de avance.
no menos anti-caligráticas y ort..i.9rí(/;(i/'oias.. prólogo obligado de todo casa- i Dónde está la/'I«?I';ÍÍ rirn del tren? -
miento. En el freno y en las ruedas se halla, convertida en calórico.
Las moléculas de estas masas vibran rápidamente alrededor de sus posi-
N E P T Ü N O Y ANFirniTP:. ciones medias, y de este modo el movimiento totaf se ha individualizado en
las moléculas, ha penetrado en la masa, y dividiéndose indefinidamente ha
¡Quién, en presencia de esa vida exuberante, de ese estilo amplio y pode- llegado al átomo : el tren corría riiiíes, los átomos vibran ahora, y estas vibra-
roso, de esas opulentas desnudeces y de esa magnificencia de formas, no ciones, así como las olas del mar se esparcen y se pierden cada vez más
adivina al punto el pincel del gran maestro de Ambéres? El genio de Rubens débiles, pero más extensas en compensación, así se esparcen también en et
complacíase eu representar de preferencia cuanto diese ocasión á expresar la tren, en el suelo, en la atmósfera, eu el océano infinito de la materia.
vida, la gloria y el esplendor de la carne, convirtiendo el asunto en gigan- Resumamos esta serie de hechos.
tesca apoteosis de la belleza brutal y corpórea. Enamorado del color y de la Primero: calórico (movimiento vibratorio) en el hogar de la locomotora.
luz, brotaban de su mágica paleta a torrentes el movimiento y la energía Segundo: este calórico se convierte en movimiento: el tren marcha.
sensual, la alegría desenfrenada y el tumulto de los goces materiales y gro- Tercero: se oprimen los frenos, se detiene el tren, su movimiento se anu-
seros. De ello es buen ejemplo nuestro grabado. Las figuras de Venus y Po- la; pero una cantidad equivalente aparece en forma de calórico, y es aquel
seidon ostentan tan prepotente desarrollo; la belleza de sus cuerpos es tan que brillaba en las entrañas de la locomotora.
vigorosa y exubeiMnle, que aparecen triunfantes y gloriosos en medio de los El circulo queda, pues, cerrado.
tritones y nereidas y de los monstruosos animales que les circuyen. El pin- IX. Hé aquí tres grandes principios: el calórico, la fuerza, y el movi-
tor ha sabido armonizar la fiereza de los brutos con la soberbia musculatura miento, identificados, en un principio único, y trasformándose unos eu
de los dioses, transportando la mente á la más alta glorificación de la forma otros como evoluciones del gran todo.
humana. , i Y esto, — no nos cansaremos de repetirlo, — no son vanas hipótesis: jamas
teoría alguna ha recibido comprobaciones más terminantes.
MARÍA TERESA. Elijamos unidades de medida para estos tres efectos.
1.** Para el trabajo mecánico, el caballo de vapor ó el kilográmetro.
Esta grandiosa figura del siglo XVIII parece adquirir de cada día mayor ( Se llama hilográmetro el trabajo necesario para elevar un kilogramo á un
atractivo y simpatía, á medida que se va estudiando y conociendo mas su metro de altura, y el caballo de vapor es igual á TTi kilográmetros.)
carácter. Hija mayor del emperador Carlos VI, que no tuvo sucesión varo, JOSÉ ECHEGARAY.
nil, fué elevada al trono de Austria en virtud de una pragmática que abolia (Se continuará).
la ley sálica; pero al punto protestaron varios reyes contra la toma de pose- --S-B-
LA ILUSTRACIÓN IBÉRICA
rentes, sin desear esos cuidados, esa ternura, esa con- ;üh debilidad humana! ¡Cuál te revolas contra todo lo
fianza que atraen el corazón y hacen brotar en el cansado absoluto!
cerebro la idea de Dios y la realidad de los afectos del ¡El que no pedia inspiraciones á la fe en la Divinidad,
alma. pedia al fanatismo vulgar y grosero que consultase á las
Había nacido en el seno de la religión, y él, que se hacía cartas su destino!...
heraldo de la fraternidad humana, olvidaija que el regene- Su destino estaba ya fijado: debía ser víctima de ese
rador de la sociedad embrutecida en el placer y en el odio, mismo abandono que había esterilizado su vida, porque la
había sido el primero en dar al mundo esas leyes de amor frialdad del corazón, que mata los afectos, como el hielo los
que sustentan la igualdad, la libertad, la dignidad del gérmenes removidos en las entrañas de la tierra, produce
hombre. las catástrofes, en cuyo seno ruge la desesperación ó se
¡Negaba á Dios, y sin embargo, era supersticioso! desenvuelve la muerte.
NEPTUNO Y ANFITRITE
Si el iu:iIogrado patricio hubiera tenido fe en algo supe- Lamentemos la temprana muerte de Gambetta, que acaso
rior á su talento, y cariño á algo que estimara en más que impidió, con su prematura llegada, una reacción de su
su persona, es decir, creencia en Dios y amor a l a familia, alma hacia la verdadera luz, y pidamos á Dios tenga pie
únicas grandezas que por ser ajenas á las miserias de dad del que murió sin recibir ni el beso de su hijo, ni la
nuestras pasiones llevan en sí algo divino, se hubiera sen- bendición de su padre, ni la oración de la mujer amada,
tido elevar á esos mundos de la abnegación y el sacrificio, ni el perdón del que todo lo avalora con su misericordia
y su gloria, cimentada en tan sólidas virtudes, seria impe- infinita, como promesa de paz y descanso en el seno de la
recedera. eternidad.
Porque el hombre no es tan independiente como afecta PATROCINIO DF, BIF.DMA.
creer; la religión y el amor modifican su carácter, y sus
sentimientos íntimos ejercen una salvadora influencia en A D M I N I S T R A C I Ó N . — Esiablecimienlo editorial de R a m ó n Molinas,
las decisiones de su vida pública.
Cortes, 365 y 3 6 7 .
Su cerebro retiene el cuadro que su memoria refleja, y
si la imagen es dulce y pura, sus pensamientos se impreg-
Reservados todos los derechos d e propiedad artística y literaria.
nan de tonos suaves, así como de fría dureza si sólo copia
el vacio.
ESTAKI.F.CIMIF.NTO T I P O G R Á F I C O DF, R E R N A B É R A S K D A . — V i L l . A R I! OKL, I 7 , R A U C K I . O N A .