Características de La Educación Maya
Características de La Educación Maya
Características de La Educación Maya
El proyecto educativo del Pueblo Maya también se caracteriza por ser flexible y
perfectible; flexible, porque permite ampliaciones y adaptaciones, atendiendo a las
necesidades, aspiraciones y visión de la vida del Pueblo Maya, perfectible, porque
puede ser mejorado, de acuerdo a las prácticas pedagógicas, experiencias y
modalidades educativas del Pueblo Maya, vinculadas a la situación del cosmos, la
madre tierra y de la sociedad mundial.
No hay testimonio de que haya existido entre los mayas un sistema educativo. Sin
embargo, su desarrollo científico y artístico me hace suponer que tenía que existir
una función conservadora e incrementadora de la cultura, y que esta función
estaba sin duda en manos de la clase dominante y de manera particular en los
sacerdotes.
La educación entonces, hasta donde sé, tenía carácter asistemático, es decir que
no obedecía a una planificación regida y supervisada por la clase dominante.
Dentro de las atribuciones de los sacerdotes estaba la observación de los astros y
el cálculo del tiempo, de manera que era este un grupo social el encargado de
custodiar los bienes de la cultura y llevar a cabo las investigaciones de carácter
científico. Para llevar este cometido a lo largo del tiempo, tendría que reparar
convenientemente a sus descendientes, con el objeto de que pudieran sustituirlos
al ser necesarios.
Esta manera de ver una parte del mundo, de la realidad, tiene un origen ancestral
que se remonta al surgimiento mismo de esta cultura, unos cuatro mil años atrás.
Un tiempo en el que los primeros mayas pensaban que el cosmos, la naturaleza,
estaba habitado por espíritus, por entes, que lo mismo podían ser benéficos que
maléficos, protectores o destructores, y que ellos eran la causa de todo lo que
ocurría en el mundo y la vida
Yum tzilo’ob o señores del monte, es el nombre genérico con que los mayas
yucatecos designan a sus diferentes divinidades protectoras de los montes y las
personas.
Los yum tzilo’ob o yum tziles (como más comúnmente se les denomina, en una
combinación lingüística de maya y español), más frecuentes a los cuales invocan
los h-meno’ob (practicantes religiosos mayas, con conocimientos médicos
empíricos), en sus rezos son: Balam, y los Ah-canul.
Yum Balam o K’um K’u Balam, cuida las milpas, el monte, y es objeto de ofrendas
y rezos en las ceremonias agrícolas de petición y agradecimiento, ya que si es
olvidado puede causar enfermedades. La función básica de Yum Balam o los
Balam, ya que no es uno sino varios, es ser guardián del monte, de las milpas.
Ellos producen silbidos y ruidos nocturnos de advertencia a la gente, cuando
protegen el campo. Los Balam cuidan también, aunque en menor grado a las
personas y las comunidades.
“Cada uno de nosotros tiene cuatro Ah-canulo’ob, tres buenos y uno malo. Ellos
también cuidan las casas, están junto a nosotros y oyen todo lo que decimos.”
Este h-men se refiere a los Ah-canulo’ob en sus rezos, como “los queridos
hermanitos”, y cada mes les pone saca’ (atole) junto a su casa para que lo
protejan a él y a su familia.
Ah-canul significa protector. El origen del término se remonta a cuando fue traída
gente del altiplano mexicano, o de Xicalango, Tabasco, en la primera mitad del
siglo XV, para servir como soldados a las órdenes de la dinastía Cocom en la
ciudad de Mayapán. Luego de la destrucción de esa urbe a mediados del referido
siglo XV, a ese grupo se le permitió establecerse en la costa occidental de la
península yucateca, creándose así la provincia o cacicazgo Ah-Canul. En la
primera mitad del siglo XX, el investigador Alfonso Villa Rojas, mencionó que en
Quintana Roo hay la creencia en espíritus guardianes, llamados ah – canulo’ob.
No obstante, este tiempo global, cibernético y digitalizado del siglo XXI, aún es
muy grande la riqueza que conserva el pensamiento mágico-religioso maya, y
mucho es también lo que falta por conocer y explicar de esos ojos y pies mayas,
silenciosos como el tiempo en la piedra.
Se habían descifrado más de cuatrocientos signos, con los que se podían hacer
ingeniosas combinaciones que aumentan las formas de expresión. Se puede decir
que la escritura no había alcanzado la perfección de una lengua civilizada. Según
el punto de vista arqueológica, las culturas más avanzadas de América, vivían en
la etapa neolítica; pero debido a que ya conocían y usaban en algunas regiones el
cobre, se había formado una corriente arqueológica que solía clasificar estas
culturas dentro de la fase llamada eneolítica. Esta época marca el auge de las
culturas agrícolas, dentro de las cuales los pueblos de América desarrollada una
basada en el maíz.
EDUCACIÓN MIMÉTICA
La educación entonces, hasta donde sabemos, tenía carácter asistemático, es
decir que no obedecía a una planificación regida y supervisada por la clase
dominante.
Los sacerdotes eran el grupo social encargado de custodiar los bienes de la
cultura y llevar a cabo las investigaciones de carácter científico. Para llevar este
cometido a lo largo del tiempo, tendría que reparar convenientemente a sus
descendientes, con el objeto de que pudieran sustituirlos al ser necesarios.
EDUCACIÓN TRADICIONAL
La educación que las familias mayas han venido practicando con sus hijas e
hijos, las normas y los signos que las comunidades han establecido para la
convivencia social y política, las disciplinas con las que el pueblo maya logra
desarrollar su ciencia y tecnología, estética y artes, filosofía y espiritualidad,
se sustentan en los siguientes conceptos y fines del proceso de formación de
la persona.
• Educarse y educar para mantener limpios el alma Y el espíritu
• Educarse y educar para mantener limpia la naturaleza, convivir con ella
y ordenar el ambiente
• Formarse y educarse para cultivar la tierra
• Cultivar y desarrollar la inteligencia para encontrar soluciones a
problemas, comprender los fenómenos de la naturaleza y de la vida,
• Construir las ideas, producir conocimiento y poder tener
responsabilidades
• Aprender a producir, a construir ideas y a realizar obras y proyectos
que ayuden a mejorar la vida
• Aprender a compartir e intercambiar lo que trabajamos, producimos y
creamos