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Estrella de Belen

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Relación con la ‘Estrella de Belén’

La teoría de que la conjunción de Júpiter y Saturno puede ser la


‘Estrella de Belén’ fue planteada a principios del siglo XVII por
Johannes Kepler, un astrónomo y matemático alemán que argumentó
que esta misma conjunción planetaria alrededor del 6 a.C. podría
haber servido de inspiración para la historia de la estrella de Mateo.
Sin embargo, los científicos aseguran que no existe ninguna evidencia
de que en esa época hubiera una conjunción de planetas similar. El
coordinador de las actividades de la Federación de Asociaciones
Astronómicas de España y representante de esta organización en la
NASA, Victoriano Canales, dice que “no sabemos a ciencia cierta qué
pudo ser la Estrella de Belén”, descartando también que fuera una
“supernova” (explosión de estrellas), ya que los barridos realizados
con radiotelescopios no han detectado ningún rastro de esas
explosiones.
Estrella de Belén
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Mosaico de la iglesia de san Apolonio en Rávena que muestra a los tres Magos siguiendo


la Estrella de Belén.

La Estrella de Belén fue, según la tradición cristiana, el astro que guió a


los Magos al lugar del nacimiento de Jesucristo. El Evangelio de
Mateo menciona que los Reyes Magos vieron aparecer por el Oeste la Estrella
de Belén, aunque no aclara si se trataba de un planeta, una estrella o cualquier
otro fenómeno astronómico. Según los escritos, los sabios viajaron siguiendo la
estrella, y esta se detuvo sobre el lugar en el que Jesús había nacido. Los
Reyes Magos lo asociaron al Rey de los Judíos. De haber sido astrónomos
griegos o romanos podrían haber asociado la estrella de Belén con la estrella
polar, el planeta rey, y Régulo, la estrella rey. O si venían de Babilonia, lo
podrían haber asociado el planeta Saturno (Kaiwanu). En todo caso, bien
podría tratarse de la estrella Sirio, a la que apuntan los "tres reyes" del cinturón
de la constelación de Orión.

Índice

 1Conjunción de Júpiter y Saturno


 2Júpiter en el este de Aries
 3Una nova
 4Todas las anteriores
 5Importancia para determinar el nacimiento de Jesucristo
 6Véase también
 7Referencias
 8Enlaces externos

Conjunción de Júpiter y Saturno[editar]

La estrella de Belén dirigiéndose hacia el sur (12 de noviembre del año 7).

La primera explicación natural de este fenómeno fue dada por el astrónomo


alemán Johannes Kepler en 1614. Kepler determinó que una serie de
tres conjunciones de los planetas Júpiter y Saturno (un hecho muy poco
frecuente) ocurrieron en el año 7 a. C. y relacionó este hecho con la estrella de
Belén, pero cálculos modernos han demostrado que en esa ocasión los dos
planetas no se acercaron lo suficiente como para impresionar a los
observadores. De hecho, un antiguo almanaque inscrito en una tabla de arcilla
hallada en Babilonia sugiere que los astrólogos de la época no le dieron
demasiada importancia a ese evento.

Júpiter en el este de Aries[editar]


Más recientemente, el astrónomo Michael R. Molnar ha identificado a una doble
ocultación de Júpiter tras la luna en el 6 a. C. en Aries como la estrella de
Belén.
Las investigaciones de Michel Molnar se basan en la forma como se
conmemoraba el nacimiento de los reyes en la antigua Roma. Unas monedas
romanas celebran este acontecimiento con la aparición de Júpiter (una estrella
para los sabios de la época) sobre la constelación del nuevo rey. 1
(2:1) Cuando nació Jesús, en Belén de Judea, bajo el reinado de Herodes, unos magos de Oriente
se presentaron en Jerusalén (2:2) y preguntaron: "¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de
nacer? Porque vimos su estrella en el este y hemos venido a adorarlo".

Evangelio según San Mateo.

Estas monedas ubican una estrella y la imagen de un cordero. En la


antigüedad el cordero era atribuido como símbolo del judaísmo y reunido al
conocimiento de los astrólogos sobre el nacimiento de los reyes con la estrella
llamada Júpiter en conjunción con la Luna (oculta) que se encontraban en el
este de Aries ("...vimos su estrella en el este").
Así que con estos elementos buscar a Júpiter (la estrella de los reyes) en Aries
(judíos) ocurrió el 17 de abril del 6 a. C. Además en Aries se encontraban el
Sol, Saturno y la Luna.
(2:4) Entonces (Herodes, rey de Judea) reunió a todos los sumos sacerdotes y a los escribas del
pueblo, para preguntarles en qué lugar debía nacer el Mesías.

(2:5) "En Belén de Judea, le respondieron, porque así está escrito por el Profeta"...
(2:9) Después de oír al rey, ellos partieron. La estrella que habían visto en el este iba delante ellos,
hasta que se detuvo en el lugar donde estaba el niño.

Evangelio según San Mateo.

Con estas observaciones, los magos viajaron a Judea y estuvieron


preguntando sobre el nacimiento de un rey. Herodes (el rey de Judea) avisado
de los magos forasteros los manda a llamar y se entrevista con ellos en
diciembre del 6 a. C., pidiéndoles que le avisen cuando encuentren al nuevo
Rey de Judea. Los sabios parten en busca del Rey siguiendo a la estrella.
(2:11) Y al entrar en la casa, encontraron al niño con María, su madre, y postrándose, le adoraron.
Luego, abriendo sus cofres, le ofrecieron dones: oro, incienso y mirra.

Evangelio según San Mateo.

El 23 de agosto, Júpiter empieza a retroceder en los cielos ("La estrella...iba


delante ellos") y es nuevamente seguida por los magos después de la
entrevista con Herodes, hasta el 19 de diciembre donde Júpiter se detiene en
los cielos ("La estrella...se detuvo en el lugar donde estaba el niño") y los
magos llegan a Belén, encontrándose a Jesús de 8 meses, le ofrecen oro,
incienso y mirra.
Júpiter reiniciará su avance en los cielos a partir del 20 de diciembre.
Pero este suceso sucedió muy cerca del sol y habría sido difícil de ver, incluso
con un telescopio pequeño (del cual no se disponía en esa época), salvo que
los Reyes Magos hayan podido saber de esta ocultación por complejos
cálculos, supuesto poco probable. Las ocultaciones de planetas tras la luna son
más comunes, pero Molnar da motivos astrológicos para realizar la importancia
de este hecho.
Por otro lado, Belén está geográficamente al sur de Jerusalén (a 10 km) y la
mención de Mateo de que la estrella iba delante de los magos mientras
viajaban a Belén permite deducir que la estrella se veía hacia el Sur, y por tanto
a medianoche. Así mismo Mateo cuenta que la estrella se posó sobre el lugar,
lo cual permite suponer que estaba cerca del horizonte y del punto cardinal Sur.
Y ningún planeta llega a estar a medianoche cerca de horizonte.

Una nova[editar]
Otras explicaciones incluyen una nova (algunas veces identificada como
un cometa) que hubo en el 5 a. C. la cual fue registrada por los astrólogos
chinos y coreanos. El obstáculo a dicha explicación es que no hay rastros o
huellas de nova alguna en la constelación donde fue observada por los chinos
y coreanos.2 Entre el 3 y el 2 a. C., hubo una serie de siete conjunciones,
incluidas tres entre Júpiter y Régulo así como algunas conjunciones muy
cercanas entre Júpiter y Mercurio el 18 de junio del 2 a. C. Urano fue visible
diversas veces, pero probablemente no fue reconocido como planeta debido a
su lento movimiento.

Todas las anteriores[editar]


Las últimas explicaciones,3 expuestas en la web del Instituto de Astrofísica de
Canarias por Mark Kidger argumentan que lo más probable es que la suma de
acontecimientos astronómicos (la triple alineación de los planetas en el 7 a. C.,
en la constelación de Piscis, más el probable cálculo del ocultamiento de
Júpiter tras la Luna, cerca del Sol) hayan alertado a los Reyes Magos sobre la
gestación de un acontecimiento importante en Judea, pasando a ser la Nova la
señal definitiva del nacimiento de un gran rey según sus interpretaciones. 456
Otra posibilidad como estrella en sentido astronómico del término es Alfa
Centauri, pues hace 20 siglos era visible desde la latitud en la que está
Jerusalén. Esta ciudad está a 31 grados y 47 minutos de latitud norte
(31º47'00" N), igual que las regiones en las que
estaban Babilonia, Susa y Persia (con Persépolis) al oriente de Jerusalén,
posibles lugares de procedencia de los magos (y desde los que habrían visto la
estrella) y que entonces pertenecían al Imperio Parto (Partia). Alfa Centauri es
la estrella más cercana al Sol y la cuarta más brillante del firmamento terrestre,
y se ve junto a otra estrella llamada Hadar (Beta Centauri). A tales estrellas se
les llama "los Punteros" al apuntar o señalar hacia la constelación de la Cruz
del Sur, que también se veía a la derecha de ellas y que muestra forma de cruz
romana, símbolo o signo (no astrológico sino religioso) asociado a Jesús. A la
medianoche tales estrellas estaban justo hacia el Sur, muy cerca del horizonte,
casi posadas en él, y Belén está justo al Sur respecto a Jerusalén, de modo
que un viajero que va desde Jerusalén hacia Belén va hacia el Sur. También
Mateo cuenta que "la estrella" iba "delante de" los magos, de modo que a la
estrella de Jesús también se le podría llamar la estrella del Sur. Hace 20 siglos
se las podía ver desde 32ºN trazando un corto arco (de su paralelo celeste)
durante unas 5 horas en torno al punto Sur del horizonte, en torno a la
medianoche de los días en torno al 21 de marzo. Actualmente tales estrellas y
constelación no son visibles desde 32ºN debido al lento bamboleo del eje de la
Tierra que hace que con los siglos, desde cualquier punto del planeta se pierda
visión de ciertas regiones celestes tras un horizonte.
Importancia para determinar el nacimiento de Jesucristo[editar]
Contemporáneamente, y aún tratándose de un relato bíblico, los astrónomos le
han seguido la pista a las referencias de las escrituras, para tratar de encontrar
una explicación racional a ese episodio del Nuevo Testamento, e igualmente
intentan buscar la fecha exacta del nacimiento de Jesucristo, para tratar de ver
cuál fenómeno astronómico podría coincidir cronológicamente con aquel.
El monje Dionisio el Exiguo (astrónomo, abad escita de un monasterio romano,
encargado de establecer el nacimiento de Jesús) cometió dos errores
importantes al calcular el calendario cristiano en el siglo VI. Para determinar el
año del nacimiento de Cristo tomó en cuenta los reinados de los emperadores
romanos, pero olvidó que César Augusto había mandado cuatro años con el
nombre de Octavio y también omitió el año cero (número desconocido en esa
parte del mundo en esa época).
Ese margen de error sitúa el nacimiento de Jesús cinco años antes de lo que
normalmente se cree. Otros dos datos aportados por los Evangelios son útiles
para buscar la fecha aproximada del acontecimiento venerado por los
cristianos. El censo que obligó a José y María a pedir posada en Belén podría
ser el que César Augusto ordenó entre los años 8 y 6 a.C. Adicionalmente,
según las escrituras, aún vivía el rey Herodes, que murió en el año 4 a. C. Por
supuesto, la Natividad tampoco ocurrió en diciembre. Lucas el
Evangelista comenta que los pastores vigilaban sus rebaños en las montañas,
pero en Belén diciembre es un mes duro en el cual las ovejas habrían estado
bajo techo y no pastando fuera. Ese dato sugiere que el nacimiento de Jesús
se produjo entre marzo y abril del año 6 a. C.
En el Evangelio de Lucas se dice que el ángel Gabriel se aparece a Zacarías,
padre de Juan el Bautista, cuando él ministraba en el templo. Teniendo en
cuenta esto, se obtiene el dato de que, como era de la orden de Abías,
ministraba el incienso la penúltima semana de mayo, y Juan le llevaba a Jesús
seis meses de edad. Entonces, Jesús debe de haber nacido para la fiesta de
los Tabernáculos, en el mes de septiembre del año 7 o 6 a. C.7
Por otra parte si se toma en cuenta que en el evangelio de Lucas 1:26 dice que
"el sexto mes el ángel Gabriel fue enviado..." (aunque habla del sexto mes del
embarazo de Isabel, prima de María), y que el sexto mes del calendario judío
corresponde al mes de Etul, 'agosto- septiembre' para el calendario gregoriano,
podemos ubicar el momento de la concepción de María, por ende el nacimiento
de Jesús nueve meses después, en "junio" del calendario gregoriano, además
coincide con el solsticio de verano para el hemisferio norte, siendo el día más
largo del año el 21 de junio, este fundamento es totalmente creíble ya que está
basado en un fundamento bíblico y astronómico. En este mismo tenor, no se
omite mencionar, que utilizando una interpretación analógica, a los textos
bíblicos, se tiene que: "la conjunción ocurrida el 17 de junio del año 2 a. C.
correspondería con mayor exactitud a la fecha real del nacimiento de Jesús, ya
que el primer mes del calendario judío se corresponde con marzo, mes en que
se verifica el equinoccio de primavera (21 de marzo) regido por el signo
astrológico de Aries, que representa el impulso de origen, el comienzo de la
vida. En este orden de ideas, el evangelio de Lucas menciona que la
anunciación fue el sexto mes, es decir en septiembre, que se encuentra regido
bajo el signo de Virgo (la virgen) y que en una gestación de nueve meses
tendría como resultado que la virgen alumbrara bajo el signo de Géminis, en
junio. Por causa de lo expuesto, se puede concluir que: Jesús nace en el mes
de junio, probablemente el mencionado día 17 (numerológicamente 8, como el
día de su resurrección y símbolo del bautismo) y que en términos de
interpretación analógica nos permitiría afirmar la doble naturaleza del Cristo,
Dios y humano, como Castor y Polux en la constelación de Géminis, en
términos de la mitología griega, o bien como el Quetzalcoatl de las culturas
prehispánicas en México, el cual tenía un hermano gemelo Tezcatlipoca,
destacando que ambos personajes tienen relación con el planeta Venus, el
amor, el lucero de la mañana".8
Sin embargo, el teólogo alemán Josef Heinrich Friedlieb estableció una
cronología muy exacta, según la cual el primer turno sacerdotal de Jojarib
estaba de servicio durante la destrucción de Jerusalén en el noveno día del
mes judío de Av.
Así, el turno sacerdotal de Jojarib estaba de servicio durante la segunda
semana de Av.
En consecuencia, el turno sacerdotal de Abias (el turno de Zacarías) fue, sin
duda, durante la segunda semana del mes judío de Tishrei, la misma semana
del Día de la Expiación en el décimo día de Tishri (entre el 22 de septiembre y
el 8 de octubre).
Esto implica que Juan el Bautista habría sido concebido a finales de
septiembre, lo que coloca su nacimiento a finales de junio.
Justo después de que María concibió a Jesús, fue a visitar a su prima Isabel,
que tenía seis meses de embarazo de Juan el Bautista. 
Esto significa que  Juan el Bautista era seis meses mayor que Cristo (Lucas 1:24-27,
36), y si se agregan seis meses al 24 de junio se obtiene 24 al 25 de diciembre como su
fecha de nacimiento.9
 Qué fue en realidad la estrella de Belén  que según los evangelistas
guió a los Reyes Magos hasta el nacimiento de Cristo? ¿Fue un cometa
como el famoso Halley que Giotto pintó en 1304 en «La adoración de
los reyes magos»? ¿Una potente supernova? Grant Mathews , profesor
de astrofísica y cosmología teórica en el Departamento de Física de la
Universidad de Notre Dame's College of Science, ha estudiado durante
más de una década el misterio que rodea a este fenómeno astronómico
que marcó el inicio de nuestra era. La estrella de Belén no fue una
estrella , asegura. Lo que guió a los magos de Oriente a conocer a Jesús
fue una alineación planetaria única, que según sus cálculos
no se repetirá en 500.000 años.
«Los astrónomos, historiadores y teólogos han reflexionado sobre la
cuestión de la 'Estrella de Navidad' durante muchos años», dice
Mathews en un comunicado difundido por la Universidad de Notre
Dame's College of Science. «¿Dónde y cuándo apareció? ¿A qué se
parecía? De los miles de millones de estrellas, ¿cuál de ella brillaba ese
día hace tanto tiempo? La astrofísica moderna ha intentado explicar
uno de los mayores eventos astronómicos de la historia», añade.
Tras el estudio de documentos históricos, astronómicos y bíblicos,
Mathews cree que el acontecimiento que cautivó a los Reyes Magos  -
probablemente sacerdotes del Zoroastrismo de la antigua Babilonia y
Mesopotamia- fue una alineación planetaria extremadamente
rara que ocurrió en el año 6 a. C. ( la fecha del nacimiento de
Cristo se estima en el 7 al 6 a.C .) Durante esta alineación, el Sol,
Júpiter, la Luna y Saturno estaban todos en Aries, mientras que Venus
estaba al lado en Piscis, y Mercurio y Marte estaban en el otro lado en
Tauro. En ese momento, Aries era también la localización del
equinoccio vernal, según explican desde el Departamento de Física de
la universidad.
La presencia de Júpiter y la Luna significó el nacimiento de
un gobernante con un destino especial. Saturno era un símbolo
de la entrega de la vida, así como la presencia de Aries en el
equinoccio vernal, que también marcaba el comienzo de la primavera.
Que la alineación ocurrió en Aries, señala Mathews, significaba
un gobernante recién nacido en Judea.
«Los Magos habrían visto esto en el este y habrían reconocido que
simbolizaba un nacimiento real en Judea», partiendo en busca
del gobernante recién nacido, explica Mathews. Según sus cálculos,
pasarán 16.000 años antes de que se vuelva a ver una alineación
similar, e incluso entonces, el equinoccio vernal no estaría en Aries.
Mathews no ha podido calcular una alineación como la que, según él
fue la Estrella de Belén, hasta dentro 500.000 años.
«Siento una conexión cercana con estos antiguos Magos», confiesa
Mathews, «que escudriñaron fervientemente los cielos para descubrir
la verdad acerca de la naturaleza y evolución del universo, tal como lo
hacemos hoy».

El Papa emérito Benedicto XVI  en su libro sobre «La infancia de


Jesús» ya señalaba a una conjunción planetaria como el fenómeno
astronómico que pudo haber llevado a los Magos hasta Belén, una
teoría que ya han contemplado otros expertos, como explicó a
ABC Miguel Gilarte Fernández , presidente de la Asociación
Astronómica de España.

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