Cómo Ayudar A Los Niños A Manejar Sus Miedos
Cómo Ayudar A Los Niños A Manejar Sus Miedos
Cómo Ayudar A Los Niños A Manejar Sus Miedos
Por supuesto, esto no significa dejar de ayudarles completamente (por ejemplo, dejándoles
a oscuras en la habitación por la noche y despidiéndonos de ellos hasta el día siguiente),
sino guiarles de forma progresiva, hasta que puedan manejar sus miedos por sí mismo.
En estos casos, el Instituto recomienda ayudar a los niños y niñas a hablar sobre lo que les
está asustando. Los niños pueden saber de qué tienen miedo, pero no siempre son
capaces de verbalizarlo. En estos casos, puede ser de utilidad formular preguntas
específicas. Por ejemplo, si a un niño le dan miedo los perros, se le puede
preguntar: "¿qué hace que los perros te asusten?", "te asustó algún perro o te intentó
morder?", "¿hay algún perro en concreto al que le tengas miedo?", teniendo información
relativa a aquello que elicita el miedo en los niños, se puede formar una idea más clara de
cómo ayudarles a superarlo.
Una vez que se conoce cuál es el miedo, hay que transmitir a los niños el mensaje de que
se les está tomando en serio, validando sus sentimientos. Por ejemplo, en lugar de
afirmar "¡eso no da miedo!” o "aquí no hay nada que dé miedo", hay que tratar de
decirle: “realmente eso suena atemorizante” o "sé que muchos niños se preocupan por lo
mismo que tú”.
Elaborar un plan: trabajar de forma conjunta con los niños para establecer metas
razonables. Por ejemplo, si normalmente el niño o niña necesita que uno de sus padres (o
los dos) permanezcan con él o ella en la habitación hasta que se duerma, se puede acordar
que al final de la semana intentará apagar la luz y quedarse solo/a. Una vez que se ha
establecido el objetivo, hay que determinar los pasos que se necesitarán para alcanzar
este objetivo.
Primera noche: los padres pueden acordar leer dos libros con el niño o niña,
apagar las luces, encender una luz nocturna y sentarse tranquilamente con él o ella
(sin hablar ni jugar) hasta que se quede dormido/a.
Segunda noche: se acuerda leer un libro, apagar las luces y encender una luz
nocturna. Se puede dejar la puerta entreabierta, quedándose los padres afuera de
la habitación y no dentro de ella.
Tercera noche: se acuerda leer un libro, apagar las luces, encender la luz
nocturna y cerrar la puerta.
Cuarta noche: leer un libro, apagar las luces y cerrar la puerta.
Deben hacerle saber al niño/a que es capaz por sí solo de enfrentar sus miedos, con
frases del tipo: "lo estás consiguiendo” o “¡qué valiente eres!”. Los niños, especialmente los
más pequeños, pueden necesitar más tiempo para adaptarse y comenzar a alcanzar
algunos de los pasos establecidos.
- Temores que limitan la capacidad del niño o niña para disfrutar de sus actividades
diarias. Por ejemplo, negarse a ir de excursión al parque porque puede haber perros allí.
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