Lealtad Familiar
Lealtad Familiar
Lealtad Familiar
Se considera que el individuo está inserto en una red de lealtades multipersonal. Dentro
del contexto de esta red estructurado, se exige que cada persona cumpla las expectativas
y obligaciones del grupo.
La dinámica familiar se vuelve más transparente en cuanto se descubre quién está ligado
a quién por una lealtad abierta o encubierta y lo que esto significa para las personas así
vinculadas. Los síntomas de un individuo son la expresión de su lealtad hacia la familia
y, por consiguiente, debe evaluarse como un aporte positivo.
Dentro del sistema familiar, la lealtad puede entenderse como la expectativa de adhesión
a ciertas reglas y la amenaza de expulsión si se transgrediesen. Por tanto, la estructura
psíquica de un individuo es una internalización de expectativas y percepciones lealmente
aceptadas.
La persona a quién se delega algo es enviada, pero a la vez está ligada a la familia por la
larga cuerda de la lealtad. Las personas delegadas prueban su lealtad cumpliendo
conscientemente la misión que les han encomendado, y la realización de la misión
asignada origina sentimientos de autoestima.
Las "misiones encomendadas a los hijos", pueden satisfacer diversas necesidades de los
padres. Puede ser que "se envíe" al hijo adolescente delegado a tener aventuras de diversa
índole, generalmente para vivenciar una época de frenesí que, por diversos motivos, los
padres no fueron capaces de vivir. 0, tal vez, el hijo delegado ayuda a sus padres a
superar aspectos prácticos de la vida, les brinda apoyo, libra sus batallas y busca
información para ellos. También es posible, que las personas delegadas sean puestas al
servicio del autoideal de los padres, y así, deberán llegar a ser famosos atletas, científicos,
artistas, etc. que los padres no llegaron a ser. En otros casos, el hijo delegado debe
incorporar en su personalidad los aspectos negados y rechazados de la personalidad de
los padres que éstos puedan tener esos aspectos rechazados a una distancia segura pero
observable.
a) Conflicto entre dos o más misiones incompatibles: se pide al hijo qué sea un "niño"
complaciente, dependiente, etc., y al mismo tiempo, un deportista duro, de éxito.
A- DELEGADOS VINCULADOS.
Los delegados vinculados pertenecen a familias en las que predominan las fuerzas
centrípetas". El hijo queda "ligado" de forma intensa y prolongada, en el grupo familiar. La
separación de sus padres se retrasa. Por otro lado, desarrolla un fuerte sentimiento del
deber. Siente que la supervivencia psicológica de sus padres "depende exclusivamente de
él", lo cual trae como consecuencia una intensa culpa ante el solo pensamiento de iniciar,
por su parte, una separación.
Los delegados vinculados deben cumplir misiones que los mantienen en el centro del
campo de tensión de la familia. Entre esas tareas se encuentra, por ejemplo, la de dar
significado a la vida de un padre que envejece, o puede dársele la tarea de continuar la
vida de un hermano que haya muerto joven, cumpliendo las esperanzas y expectativas
que los padres habían depositado en el hijo perdido.
La ligazón significa, también, una a privación para el ligado. Esto es así, ya que quedan
subdesarrolladas sobretodo las capacidades de imponerse y de conformar su vida de
modo autónomo.
B- DELEGADOS EXPULSADOS.
Los delegados expulsados pertenecen a familias en las que predominan las fuerzas
centrífugas". En estos casos se acelera la separación de los padres; la consecuencia es, a
menudo, una autonomía prematura.
Dado que estas personas desde el comienzo les falta el sentimiento de ser importantes
para otros, tampoco en la vida posterior hay algo que les resulte verdaderamente
importante. A menudo se les encomienda la tarea de ser personalidades conformistas,
incapaces de formular quejas y sin carácter, que aunque son rechazados por sus padres,
tienden a idealizarlos igualmente.
Así por ejemplo, nos podemos encontrar con una madre que, angustiada al sentirse
rechazada por su propia madre, busca compensación ofreciendo una "devoción total" a
una hija suya. A esta hija, según el registro de méritos, se le pide restablecer la justicia
familiar, dando a la madre lo que su propia madre no le dio. Si esta niña crece con un
"inexplicable sentimiento" negativo hacia la madre "la amorosa", podemos, mediante la
intervención terapéutica, cambiar la visión de los miembros de la familia. La negatividad
de la niña no la veremos como un problema de su personalidad sino "en relación" a la
demanda involuntario de una madre, que pide a su hija que compense las deficiencias de
su propia madre.
En otro ejemplo podemos ver cómo el sacrificio de un hijo que está simbióticamente
apegado a su madre, la cual, a su vez, estuvo privada efectivamente, es una manera de
saldar esa vieja cuenta.
Hay que comentar, no obstante, que esta "visión lineal" y vertical de acontecimientos que
caen sobre las generaciones, en el sentido de "algo ocurrió en el pasado que desencadenó
comportamientos compensatorios hasta terminar en un síntoma en la actualidad", olvida
el cuadro horizontal en el "aquí y ahora", y esto limita la riqueza de las claves
contextuales, que indican al terapeuta lo que, en el presente, está manteniendo
recurrentemente el problema.
10 .3. Parentalización.
En las familias con hijos parentalizados, se puede suponer que las necesidades de los
padres no fueron satisfechas por sus propios progenitores y que el deseo de verlas
satisfechas se transfiere a los propios hijos. La parentalización es así una modalidad de
"delegación". En cierto sentido, los hijos asumen el rol de los abuelos.
10.4. Triangulación.
Las partes en conflicto pueden hallarse ante el siguiente dilema: o bien una de ellas gana
y la otra pierde, o bien la relación puede desintegrarse. En esas circunstancias, una
solución puede ser la inclusión de una tercera persona. El perdedor en un conflicto puede
compensar su frustración estableciendo un lazo abierto o encubierto con un tercero
restaurando así el equilibrio de la relación diádica Así mismo, se puede evitar el conflicto
si el tercero, por lo general un hijo, proporciona un problema, convirtiéndose en "chivo
expiatorio", o se le encomienda que genere una conducta problemática ("delegación").
La metáfora del "chivo expiatorio" se refiere a una situación en la cual los padres tratan
de resolver un conflicto existente entre ellos buscando o exagerando problemas en otro
miembro de la familia. Por lo general, la persona "designada" para servir de chivo
expiatorio es un hijo.
El "triángulo perverso", término introducido por Haley, se refiere a la estructura
patológica que adopta una relación entre tres personas, en la cual dos de ellas con
diferentes niveles jerárquicos constituyen una coalición contra la tercera. Esta alianza
adopta normalmente la forma de una trasgresión de las fronteras generacionales, en la
que uno de los padres se une a un hijo formando una coalición contra el otro.
1. Triangulación:
Describe una situación en que los padres, en conflicto abierto o encubierto, intentan
ganar, contra el otro, el cariño o apoyo del hijo. Connota un intenso conflicto de lealtades.
2. Coalición progenitor-hijo:
Aunque la familia pide terapia para un niño problema, es una expresión más abierta del
conflicto parental. Uno de los padres se pone del lado del niño contra el otro. Es difícil
saber si es el niño o el cónyuge excluido el que tiene más problemas.
3. Tríada desviadora-atacadora:
Los padres toman al hijo como "chivo expiatorio". La conducta del niño es anómala y los
padres se unen para controlarlo. Ambos padres, no obstante, están en desacuerdo sobre
cómo tratarlo, por lo que su manera es contradictoria. Esta categoría incluye la mayor
parte de desórdenes de comportamientos en los niños.
4. Tríada desviadora-asistidora:
Los padres enmascaran sus diferencias tomando como foco un hijo definido como
"enfermo" Los padres muestran preocupación y sobreprotección. Esto los une mucho, y es
un rasgo común en familias en las que la tensión se expresa en trastornos
psicosomáticos.
Todas estas tríadas pueden encontrarse en las familias con hijos que presentan diversos
trastornos de conducta. El objetivo de la terapia es apartar al hijo de su posición entre los
padres, y ayudar a los padres a enfrentarse más directamente a sus problemas.
Cabe mencionar, siguiendo a Haley, que una persona participa, simultáneamente, en
veintiún triángulos, (familia extensa donde hay dos padres y dos hijos, y cada padre tiene
a su vez dos padres). Si todos viven juntos en armonía, no hay dificultad. Pero si un niño
está en el nexo de dos triángulos que entren en conflicto, se encontrará en una posición
difícil . Si su madre y su abuela materna están en conflicto con su padre y con la madre
de su padre, tendrá que comportarse cuidadosamente, porque si complace a un grupo
desagradará al otro.
Si los triángulos en que habita el niño se encuentran divididos, tendrá, que mostrar
un comportamiento conflictivo para poder sobrevivir. Y semejante
comportamiento a menudo es considerado como "anómalo" o "extraño".