Comunicado-Crecimiento de ALyC en 2021 No Alcanzará
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Comunicado-Crecimiento de ALyC en 2021 No Alcanzará
la pandemia
En un nuevo informe, la CEPAL elevó su estimación de crecimiento regional para este año a 5,2%
producto de un rebote que no asegura una expansión sostenida. Advierte que los impactos
sociales de la crisis se agudizan y se prolongarán durante la recuperación.
DESARROLLO ECONÓMICO
DESARROLLO SOCIAL
ESTADÍSTICAS
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“Necesitamos políticas para una recuperación transformadora con énfasis en la inversión. Políticas
industriales y tecnológicas para impulsar el crecimiento de sectores más intensivos en tecnología y
generadores de empleos de calidad. Reestructurar los sistemas de salud y educación. Sostener las
transferencias, universalizar un ingreso básico de emergencia, implementar bonos contra el
hambre, asegurar el acceso a una canasta básica digital, fortalecer el apoyo a las mipymes.
Impulsar políticas transversales y sectoriales para avanzar hacia un nuevo modelo de desarrollo”,
declaró.
Según las nuevas proyecciones de la CEPAL, en 2022 América Latina y el Caribe crecerá 2,9% en
promedio, lo que implica una desaceleración respecto del rebote de 2021. Nada permite anticipar
que la dinámica de bajo crecimiento previo a 2020 vaya a cambiar. Los problemas estructurales
que limitaban el crecimiento de la región antes de la pandemia se agudizaron y repercutirán
negativamente en la recuperación de la actividad económica y los mercados laborales más allá
del repunte del crecimiento de 2021 y 2022. En términos de ingresos per cápita, la región
continúa en una trayectoria que conduce a una década perdida, advierte el informe.
Al 30 de junio, la región acumulaba más de 1.260.000 muertos por causa del COVID-19 (32% del
total mundial, a pesar de que su población representa el 8,4% a nivel global) y presenta grandes
brechas en la vacunación respecto a los países desarrollados. Para cerrarlas se requiere
cooperación e integración. En América Latina y el Caribe (30 países) el porcentaje de la población
total con esquema de vacunación completo llega a solo 13,6%, mientras que en la Unión Europea
es de 34,9% y en América del Norte 46,3%.
En el último año, la tasa de pobreza extrema habría alcanzado el 12,5% y la de pobreza el 33,7%.
Las transferencias de emergencia a los sectores más vulnerables permitieron atenuar el alza de la
pobreza en la región en 2020 (pasó de 189 millones en 2019 a 209 millones pudiendo haber sido
de 230 millones, y de 70 millones en 2019 a 78 millones pudiendo haber sido 98 millones en el
caso de la pobreza extrema). Estas transferencias beneficiaron a 326 millones de personas, el
49,4% de la población. Sin embargo, la desigualdad en la distribución del ingreso aumentó (2,9%
del índice de Gini). En tanto, la inseguridad alimentaria moderada o grave alcanzó a 40,4% de la
población en 2020, 6,5 puntos porcentuales más que en 2019. Esto significa que hubo 44 millones
de personas más en inseguridad alimentaria moderada o grave en la región, y 21 millones pasaron
a sufrir inseguridad alimentaria grave.
Por otro lado, la CEPAL indica que la pandemia deja a 2021 en un peor estado ambiental que es
difícil de revertir. Si bien hubo mejoras temporales en la calidad del aire y redución de la emisiones
de gases de efecto invernadero, las emisiones repuntarían 5% este año, mientras que en 11 países
de la región se observó una caída de 35% en el presupuesto o gasto de protección ambiental en
2019-2020.
En materia de comercio exterior el panorama es más favorable, ya que se prevé que las
exportaciones regionales se incrementen 22% en 2021 (luego de experimentar un descenso de
10% en 2020), lo que se explica por el aumento de los precios de las materias primas, la
recuperación de la demanda en China, Estados Unidos y la Unión Europea, y la recuperación de la
actividad económica en la región. En tanto, en el período enero-abril de 2021, el valor del
comercio intrarregional se expandió un 19% respecto de igual período de 2020, con lo que
recuperaría valores cercanos a los de 2019 (que ya eran muy bajos).
Con relación al financiamiento, el informe de la CEPAL advierte que América Latina es la región con
el mayor peso de la deuda externa en el PIB (56,3%) y con el mayor servicio de la deuda externa en
términos de exportaciones de bienes y servicios (59%). Esos niveles de endeudamiento reducen el
espacio fiscal y ponen en peligro la recuperación y el crecimiento futuro. En el caso de los
pequeños Estados insulares del Caribe (PEID), la situación es aún más insostenible, ya que en
algunos países el nivel de deuda pública supera el 100% del PIB.
“A la luz de todos estos desafíos, es necesaria una nueva arquitectura financiera internacional para
responder a la emergencia y al desarrollo de la región”, enfatizó Alicia Bárcena. Indicó que se
necesita un foro multilateral para debatir condiciones de emisión de nueva deuda y
restructuración de deuda, una agencia multilateral de calificación crediticia, la inclusión de países
de ingreso medio en todas las iniciativas de alivio y acceso a liquidez tanto concesional como no
concesional, la implementación de instrumentos de financiamiento innovadores, como bonos
verdes y bonos SDG, la capitalización y fortalecimiento de la banca de desarrollo en todos sus
niveles, acceso a mecanismos multilaterales para la aplicación de impuestos globales, eliminación
de la elusión, evasión y flujos ilícitos, y repensar el sistema de cooperación para lograr una
medición multidimensional más allá del PIB per cápita.
En materia fiscal, el estudio de la CEPAL reafirma que es imprescindible mantener las políticas
fiscales para apoyar las transferencias sociales de emergencia, apoyar a los sectores productivos y
revertir la persistente caída de la inversión para continuar mitigando los efectos de la pandemia y
avanzar en una recuperación transformadora con igualdad. Además, las políticas fiscales deben
tener un enfoque de género en todo el ciclo fiscal. “El espacio fiscal se debe aumentar vía
crecimiento de los ingresos tributarios y reducción de gastos innecesarios. También hay que
consolidar los impuestos sobre la renta, extender el alcance de los impuestos a la propiedad y al
patrimonio (riqueza), revisar y actualizar de forma progresiva las regalías a la explotación de
recursos no renovables, y considerar impuestos a la economía digital, ambientales y relacionados
a la salud pública”, precisa el informe.
“Los esfuerzos para una recuperación transformadora deben aprender de la crisis ambiental: las
otras ventanas de oportunidad también se irán cerrando si no se actúa ahora”, remarcó Bárcena.