Serie Enfocados en El Evangelismo
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INTRODUCCIÓN:
Alguien le regaló un folleto aun hombre, hace muchos años, donde se preguntaba al lector “Si
tuviera que dividir a las personas en dos grupos ¿cuáles serían?” Las opciones ofrecidas eran:
1. payos y gitanos 2. blancos y negros 3. feos y lindos 4. grandes y chicos 4. judíos y gentiles.
Además de otros varios ofrecía un espacio para que el lector incluyera los dos grupos en los
que la humanidad pudiera dividirse. Yo era un jovencito y escribí sabios e ignorantes.
Una consulta responsable a las Sagradas Escrituras nos llevaría a concluir que los dos
grupos más importantes en que se puede dividir a la humanidad son salvos y perdidos.
Lo que nos conduce a una pregunta obligada, ¿qué significa ser salvo?
Hoy deseo destacar cuatro puntos acerca del significado de la salvación.
1. En primer lugar, ser salvo significa ser perdonado. El flagelo que atormenta a los seres
humanos es la culpa, observe que no dije sentimiento de culpa sino culpa real. Esta
culpa real es el resultado de su condición de perdidos.
Para ser salvo es necesario resolver el problema del pecado. Perdón es el poder que remueve el
obstáculo espiritual resolviendo el problema del pecado. Significa cancelar la deuda. El perdón
de Dios no es ignorar la deuda sino que habiendo suplido pago justo en el calvario, declara
saldada la deuda.
2. En segundo lugar, ser salvo significa ser libre de condenación. Desde el Génesis leemos
la advertencia de muerte al alma pecadora. En Ezequiel 18:4 también leemos,…el alma
que pecare esa morirá. El lenguaje bíblico en el caso del pecado es totalmente legal.
Quien peca es juzgado, condenado y sentenciado por su pecado. Mire la enseñanza de
Pablo en Romanos 6:23: Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es
vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro. La consecuencia inevitable del pecado es la
muerte. Sólo la gracia de Dios extiende la mano al hombre regalándole vida eterna.
El mismo Jesús en Juan 3.18 dice: El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya
ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.
Más adelante nuevamente Jesús declara: De cierto, de cierto os digo; el que oye mi palabra y
cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación mas ha pasado de muerte a
vida. Juan 5:24
Si Jesús perdona al pecador ya no hay causa por la que deba ser condenado. De esta manera el
hijo de Dios recibe una completa absolución y todo cargo en su contra pierde fuerza legal. Ser
salvo implica la anulación del decreto en su contra. Conscientes de esta bendición los cristianos
disfrutan de la libertad que les ha sido otorgada.
3. En tercer lugar, ser salvo significa ser hecho hijo de Dios. Quien se convierte a Cristo
entra en una nueva relación con Dios. No es falso que Dios sigue siendo rey, amo y
señor. Tampoco dejará de ser juez y Dios omnipotente. Pero una vez que el pecador se
arrepiente, recibe perdón y es libertado de la condenación entra a formar parte de la
familia de Dios. El apóstol Juan lo explica con toda claridad en el capítulo uno y versículo
doce de su evangelio: Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre,
les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.
Los hijos de Dios disfrutan privilegios de hijos. Pablo en Romanos 8:15 indica que los hijos de
Dios no se relacionan con Él con el temor con que un esclavo se relaciona con el amo sino con la
confianza con que un hijo se relaciona con el padre. Pues no habéis recibido el espíritu de
esclavitud, para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el
cual clamamos ¡Abba Padre! Maravilloso privilegio de hijo es el de acercarse íntimamente a
Dios y sentir la confianza y amor de llamarlo “papito”.
En 1ra de Juan 3:1 vemos otro de esos privilegios de hijo: Mirad cuál amor nos ha dado el
Padre, para que seamos llamados hijos de Dios… Este es un privilegio de identidad. Es como si
legalmente Dios diera su apellido a cada creyente. Desde su nuevo nacimiento serán llamados o
identificados como hijos de Dios.
4. En cuarto y último lugar, ser salvo significa ser heredero. En esta salvación gloriosa
vemos una hermosa cadena de eventos. Al ser perdonado el pecador queda libre de la
condenación, al ser liberado de la condenación es adoptado como verdadero hijo de
Dios, al ser hecho hijo de Dios se le da el privilegio de heredar vida eterna.
Pablo alude a esta herencia cuando escribe en Efesios 1:18 alumbrando los ojos de
vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y
cuáles las
riquezas de la gloria de su herencia en los santos. Los tesoros y riquezas celestiales
están a la disposición de los hijos de Dios.
Conclusión:
Cristo entregó su vida de manera que todas las bendiciones conquistadas por Él en el
Calvario las hereden sus hijos por pura gracia.
No titubee, reciba en este instante a Jesucristo y comience a disfrutar desde hoy, los
beneficios de la vida eterna.