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INTRODUCCIÓN

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INTRODUCCIÓN

Para que las sentencias emitidas en el extranjero tengan validez para el Perú
deben ser reconocidas por los tribunales judiciales peruanos mediante el
procedimiento de Reconocimiento de Sentencias Extranjeras ( “exequátur”),
cumpliendo los requisitos que señala la legislación peruana.

El procedimiento puede realizarse directamente por el interesado ante el Poder


Judicial peruano o por intermedio de un apoderado, el cual debe ser autorizado
mediante un poder por escritura pública.

En cualquier caso, para iniciar el trámite se requiere: Copia del íntegro de la


sentencia legalizada y traducida al castellano, de ser el caso; Copia certificada
del Documento Nacional de Identidad del solicitante.
FORMALIDAD DE LA SOLICITUD DE EJECUCIÓN DE 

SENTENCIA EXTRANJERA 

ARTICULO  2101: “La solicitud a que se refiere el artículo 2106 debe


ir acompañada de copia de la sentencia íntegra, debidamente legalizada y
traducida oficialmente al castellano, así como de los documentos que acrediten
la concurrencia de los requisitos establecidos en este título”

CONCORDANCIAS: C.C. art,2106 

1. COMENTARIO:

El Derecho comparado presenta legislaciones nacionales que imponen al


exequátur condiciones que lo hacen impracticable. Tal es el caso de las que
imponen la revisión del fondo de la sentencia extranjera. Pero, por lo general,
para que el exequátur sea procedente en la doctrina y en el Derecho
convencional general se acepta como condiciones necesarias que la sentencia
extranjera conste en un documento auténtico.

La autenticidad no es sino la calidad que ostenta el acto que ha sido dictado


por la autoridad competente, que es la que tiene facultades como tal según el
Derecho territorial, de lo cual da fe indirectamente la legalización del
funcionario diplomático o consular  respectivo; dejando en claro que las 
legalizaciones no versan sobre cuestiones de fondo o forma del documento que
legalizan y mal podrían convalidar un documento que proviniese de las
autoridades territoriales carentes de competencia para el caso.

El carácter de la autenticidad de un documento depende de la ley territorial


donde se ha realizado. Un Estado extranjero acepta esta autenticidad cuando
ella es legalizada por su respectivo funcionario diplomático o consular o el de
funcionario de un país amigo cuando el nacional no lo haya o se halle impedido
en ese momento. A veces, esa autenticación resulta también del hecho de que
los documentos hayan llegado por la vía diplomática al órgano jurisdiccional a
través  del Ministerio de Relaciones Exteriores.

En el Perú, es suficiente la legalización y traducción de los


pertinentes documentos y, por lo tanto, no se requiere seguir el proceso del
exequátur para la tramitación de exhortos y cartas rogatorias que tengan
por objeto practicar notificaciones, recibir declaraciones u otros actos análogos.
Otra condición necesaria para que la sentencia surta sus efectos en un
país extranjero es que debe ser traducida por persona autorizada al idioma
oficial respectivo del foro del juez al que se ha recurrido.

Sobre este particular puede contrastarse lo dispuesto en el artículo 423,


parágrafos 5 y 6 del Código Bustamante; en el artículo 6, parágrafo a) del
Tratado de Derecho Procesal Internacional de Montevideo de 1940, y el
artículo 2 de la Convención Interamericana sobre eficacia extraterritorial de las
sentencias y laudos y arbitrales extranjeros (Montevideo, 1979).

Hay otras exigencias y condiciones requeridas para que sea procedente el


exequátur. Estos requisitos varían de un sistema jurídico a otro, según la
respectiva legislación y  el sistema a que esté adherida tal legislación. Así, los 
requisitos para el exequátur a que alude el artículo 2107 del Código Civil
peruano son los contenidos en los artículos 2102 Y 21 03 y, además, que las
sentencias  extranjeras cuyo reconocimiento se pretende:

 No resuelvan sobre asuntos de competencia peruana exclusiva.


 Que el tribunal extranjero haya sido competente para conocer el asunto,
de acuerdo a sus  normas de Derecho Internacional Privado y a los
principios  generales de competencia procesal internacional.

La sentencia extranjera tiene que haber sido dictada por una autoridad
judicial competente que también lo sea en la esfera internacional. La
competencia internacional proviene del hecho de que lo que ha sido
decidido, lo ha sido por un tribunal o autoridad judicial extranjera que era
competente para conocer y decidir dicho asunto según las normas o
los principios del Derecho Internacional Privado del Estado donde se
pretende ejecutar dicha sentencia o que produzca el efecto de la cosa
juzgada.

Se pueden presentar cuatro casos en los cuales resulta evidente la


incompetencia internacional:
a) Los tribunales nacionales son competentes en forma exclusiva
o accidental.

b) Incompetencia de la ley extranjera aplicada el fondo por parte


del tribunal que conoció del asunto.

c) El tribunal extranjero conoce y decide incompetentemente


según las reglas del Derecho Internacional Privado del Derecho
nacional.

d) Los tribunales nacionales son incompetentes, pero la decisión


extranjera de una autoridad no jurisdiccional.

 Que se haya citado al demandado conforme a la ley del lugar del


proceso; que se le haya concedido plazo razonable para comparecer; y
que se le hayan otorgado garantías procesales para defenderse. Que
haya habido citación de las partes.
Este es un requisito esencial de orden público del juicio interno y, por  lo
tanto, es exigible que tal condición se haya cumplido en el juicio
extranjero que dio lugar a la sentencia cuyo exequátur se solicita.
  Que la sentencia tenga autoridad de cosa juzgada en el concepto de
las leyes  del lugar del proceso; es decir, que sea definitivamente firme
y ejecutoria.
 Que no exista en el Perú juicio pendiente entre las mismas partes y
sobre el mismo objeto, iniciado con anterioridad a la interposición de la
demanda que originó la sentencia.
 Que no sea incompatible con otra sentencia que reúna los requisitos de
reconocimiento y ejecución exigidos en este título y que haya sido
dictada anteriormente; según la rectificación hecha por la fe de
erratas publicada el 24 de julio de 1984.
 Que no sea contraria al orden público ni a las buenas costumbres.
 Que se pruebe la reciprocidad. Este requisito debe ser concordado con
la presunción relativa que se incorpora en su artículo 838 al Código
Procesal Civil. La presunción relativa se refiere a la existencia de la
reciprocidad respecto a la fuerza que se da en el extranjero a las
sentencias pronunciadas en el Perú. Corresponde la prueba negativa a
quien niegue la reciprocidad. Como se recuerda, mientras el Código Civil
fue promulgado en 1984, el Procesal Civil lo fue en 1992.

No obstante, la Corte Suprema se pronunció en 1997 en el sentido de que si


entre el país que pretende ejecutar un exequátur y  el Perú no existen tratados
bilaterales o multilaterales, es indispensable acreditar que en la nación de
donde proviene la sentencia rige el principio de la reciprocidad, y que la carga
de la prueba incumbe al demandante.

Por ende, si la sentencia procede de un país en el que no se da cumplimiento a


la jurisprudencia peruana, no tendrá fuerza alguna en el Perú. Todos estos
requisitos serán más o menos formales de acuerdo al sistema de reciprocidad
o revisión del fondo de la sentencia extranjera que se encuentre establecido en
una legislación determinada.

Con relación al artículo 2107 del C.C., la reciprocidad puede tener la


consecuencia de permitir el efecto extraterritorial de la sentencia extranjera
cuando recíprocamente está garantizada, legislativa o diplomáticamente, la
ejecución de sentencias nacionales en ese país extranjero; o bien esta misma
reciprocidad está vinculada al poder de revisión por parte de la autoridad
jurisdiccional nacional sobre el fondo de la sentencia, lo cual no se hará sino
cuando existiese la garantía legislativa o diplomática de que tal revisión no se
le hará tampoco a una sentencia nacional. El sistema de revisión del fondo de
la sentencia entorpece el desarrollo del Derecho Internacional Privado, pues el
concepto de soberanía a ultranza y  la tendencia a la interpretación
territorialista del Derecho dan como consecuencia tal entorpecimiento. 

Modificado por el artículo 838° del Código Procesal Civil: Se presume que
existe Carmen Julia Cabello Matamala Dichos requisitos se encuentran
ilustrados en los fallos superiores y supremos que se han presentado en el
material de lectura para información de los presentes, más; serán motivo de
reflexión en este evento tres puntos centrales de diálogo:

• El primero vinculado al objeto de la solicitud de exequatur, esto es la


sentencia extranjera que detente la autoridad de cosa juzgada en el concepto
de las leyes del lugar del proceso; y ello a propósito de las reiteradas
solicitudes de reconocimiento formuladas por connacionales que pretenden la
homologación de una resolución administrativa municipal, que dispone la
disolución del matrimonio celebrado en el Japón e inscrito en los registros
consulares peruanos

. • El segundo relativo a la afectación o no al orden público en los casos de


homologación de una sentencia extranjera que declare el divorcio por una
causal no prevista en la ley nacional.

• El tercero relativo a la oportunidad desde la cual surte efectos en nuestro


país la sentencia extranjera: ¿de la fecha de expedición de la sentencia de
exequatur? o ¿declarada la homologación, los efectos de la sentencia
extranjera se retrotraen en el Perú a la fecha de su expedición por el tribunal
extranjero?

2. OBJETO DE LA SOLICITUD DE EXEQUATUR:

En relación con el primer tema relativo a la homologación de sentencias


extranjeras con carácter de cosa juzgada, es necesario precisar el alcance
terminológico de la expresión sentencia. Sentencia o decisión judicial extranjera
son los términos que usualmente se emplean para señalar a la materia del
procedimiento de exequatur. Como bien lo define la Convención de la Haya en
su artículo 2°; se entiende como decisión judicial a la que sea reconocida y
declarada ejecutoria en el país requerido, y que a la vez no puede ser objeto de
un recurso extraordinario en el país de origen. Surge entonces la necesidad de
distinguir la sentencia extranjera y el auxilio judicial internacional.

 Auxilio judicial internacional «Las cartas rogatorias constituyen el


ruego y apoderamiento que dirige un juez o tribunal de otro país
para que realice determinados actos procesales.
(Ej.: notificación de una decisión, interrogatorio de un testigo,
etc.)»
Le compete señala que «los exhortos o comisiones rogatorias son
las diligencias mediante las cuales los jueces se suplican entre sí
para llevar a cabo ciertas actuaciones judiciales como
notificaciones, práctica de pruebas, etc; ya sea dentro del territorio
del estado en el cual administran justicia o hacia los que ejercen
jurisdicción en otros.»
 De lo que se colige que a pesar de que sean emitidos por un
órgano con poder jurisdiccional no son materia de reconocimiento,
al tratarse meramente de actos judiciales de carácter
administrativo. ¿En este aspecto podrían ser objeto de exequatur
las resoluciones expedidas en procesos no contenciosos, de
jurisdicción voluntaria?
 Resoluciones judiciales expedidas en procesos no contenciosos
Lagarmilla dice «que en los actos de jurisdicción voluntaria no se
trata de contradecir derecho alguno, ni de obligar a terceros sino
que se va a la autoridad judicial a autenticar un acto unilateral, en
el que no se concibe la existencia de parte demandada,
tratándose de procedimientos judiciales» Mortara señala: «la
providencia de jurisdicción voluntaria no es, en realidad, un acto
de función jurisdiccional soberana; por lo mismo, no puede
adquirir autoridad de cosa juzgada y no puede ser ejecutada
forzosamente sobre los bienes o contra la persona de quien se
oponga a ello.» Calamandrei afirma que «la llamada jurisdicción
voluntaria no es tal jurisdicción sino que es administración
ejercida por órganos judiciales.»
APORTE

Se trataba de un divorcio por mutuo consentimiento decretado por un tribunal


ecuatoriano entre una mujer francesa y un marido de origen ruso domiciliados
en Ecuador. A pesar de que el divorcio por mutuo consentimiento no está
consagrado en la legislación francesa y se considera en cuanto tal contrario al
orden público internacional francés, la Casación reconoció la validez del
divorcio. Arguyó que «la reacción frente a una disposición contraria al orden
público no es la misma según que imponga obstáculos a la adquisición de un
derecho en Francia o según que se trate de dejar producir en Francia los
efectos de un derecho adquirido sin fraude, en el extranjero y de acuerdo con la
ley a quien el derecho internacional privado francés otorga competencia.» «La
doctrina del efecto atenuado del orden público cuando se trata de reconocer
derechos válidamente creados en el extranjero puede hoy considerarse
incorporada a la doctrina y a la jurisprudencia francesa. Ha recibido aplicación
en una serie de campos, como, por ejemplo, para admitir el reconocimiento en
el extranjero de un hijo adulterino o para admitir que una de las mujeres de un
extranjero polígamo reclame alimentos en Francia a su marido».

Se admite de este modo que la sentencia dictada en el país del domicilio será
reconocida en los demás países. En los países del Common Law el control del
orden público se ha concentrado en forma prácticamente exclusiva en el control
de la regularidad procesal del juicio. Por naturaleza, el exequatur es un simple
reconocimiento u homologación, un simple dar fuerza ejecutoria a lo decidido
por el juez extranjero, y no un nuevo juicio o una nueva valoración de los
hechos por el tribunal nacional. Por ello, es necesario distinguir el ámbito de la
excepción del orden público, que como tal debería ser restringido y no
extensivo; supuesto distinto es la improcedencia de la homologación porque se
trata de sentencias extranjeras procesalmente irregulares, porque hayan sido
dictadas por un tribunal que carezca de jurisdicción o de competencia
internacional o porque se hayan infringido los principios que aseguran su
regularidad procesal, como son los vinculados a la citación del demandado, su
razonable posibilidad de defensa que posibilite una real controversia judicial.

CONCLUSIÓN

Con relación al tercer tema vinculado a la efectividad del fallo extranjero en el


país, es necesario precisar algunos alcances respecto a la naturaleza procesal
de la acción de exequatur y de la sentencia de exequatur.

En principio, respecto al carácter de la acción, se trata de una acción


autónoma, la materia litigiosa a diferencia de la sentencia extranjera no lo
constituye la relación jurídica sustancial sobre la cual se ha pronunciado el fallo
extranjero; en el caso del exequatur, la materia litigiosa está constituido por la
misma sentencia independiente de la litis que le ha dado origen.

La acción se fundamenta en el principio de soberanía nacional que establece


el efecto territorial de los fallos, razón por la cual es necesario que el juez
nacionalice la sentencia extranjera, convirtiéndola en un elemento jurídico
nacional, luego de verificado los requisitos que la ley establece para estos
efectos.

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