De Aprendices y Magos. Hacia Una Nueva Epistemología
De Aprendices y Magos. Hacia Una Nueva Epistemología
De Aprendices y Magos. Hacia Una Nueva Epistemología
El proceso de socialización no se realiza más allá de los conflictos y los antagonismos o pese a
éstos. Su elemento propio lo constituyen los mismos antagonismos que desgarran la sociedad. Es la
misma relación social de cambio la que introduce y reproduce el antagonismo que en todo
momento amenaza a la organización social con la catástrofe total. Sólo a través de la búsqueda del
beneficio y de la fractura inmanente al conjunto de la sociedad sigue funcionando hasta hoy,
rechinante, quejumbrosa, con indescriptibles sacrificios, la máquina social (Adorno, 2001:14).
Cada forma de organización de la sociedad tiene una historia que marca sus
procesos de iniciación, desarrollo y decadencia sistémica. La convivencia social es
una totalidad compleja y, al mismo tiempo, diferenciada por sus ámbitos
constitutivos. En efecto, la convivencia social es un sistema, resultado de la
emergencia de las vinculaciones de los ámbitos entre sí, dispone de una realidad
original que va más allá de sus componentes. Sin estos ámbitos integrados no
puede haber organización, constitución de identidad ni desarrollo de conocimiento
de la sociedad, no hay lugar para el determinismo de alguno de los ámbitos, sólo
en conjunto explican la totalidad social. Cualquiera otra forma de explicación
unilateral que acentúe uno de los ámbitos de manera reduccionista cede el paso a
la fuerza de una interpretación compleja de la naturaleza unitaria de la vida social.
Sin embargo, los ámbitos de la convivencia social son diversos y tienen orígenes
históricamente particulares, lo que le asignan una dinámica relativamente propia.
Las cualidades que poseen cada uno de los ámbitos no provienen de alguno de
los otros, más bien depende del tejido de relaciones que se establece en conjunto
entre ellos. No obstante, las propiedades diferenciadas de los ámbitos, la totalidad
social tienen una presencia en cada uno de ellos, el todo se manifiesta en cada
componente, lo que los hace parte de la organización de la existencia social. El
resultado, es que la integración de los ámbitos posibilita la existencia social como
una totalidad heterogénea, forma una unidad organizada con sus ámbitos
estructurales diferenciados. Y dentro de estos ámbitos uno central es el
conocimiento.
a la forma de entender la ciencia tienen su origen en una serie de tradiciones académicas que la han concebido
como un objeto independiente de las percepciones que se tengan de él.
2
La excepción es aquellos miembros que se adscriben al pensamiento Cartesiano.
humanidad de quienes padecen estas aberrantes condiciones, los cuales a su vez
requieren de soluciones individuales o colectivas, auto-gestionadas o con el apoyo
del Estado a través de la implementación de políticas públicas que hacen transitar
necesariamente hacia procesos sociales de reproducciones integrales, tanto
cotidianos como estructurales, que ni siquiera provocan soluciones de corte parcial
a dichas inequidades. Precisamente, es ahí donde el modelo ha sido exitoso pues
los muchos profesionales desarrollan su acción suponiendo el bienestar de las
personas y el alivio a parte de sus penurias sin cuestionar la eficiencia de su acción
profesional ni las causas que llevaron a esa condición de indignidad.
Hoy la cuestión epistemológica (tan poco frecuentada por los profesionales que han optado por un
Trabajo Social tecnológico), es un campo promisorio, abierto a la trama de las relaciones sociales.
Cada vez que nos planteamos interrogantes acerca de las características del objeto o de los hechos
que se analizan, acerca de cómo aprehenderlos y transformarlos o realizar una lectura crítica de
determinados aspectos de la realidad, estamos haciendo reflexión epistemológica. El acto de pensar
sobre nuestra propia actividad tiene, entre sus objetivos, aclarar qué paradigmas están presentes
en la producción de los conocimientos de nuestra profesión". (Toledo, 2004).
De ahí que las propuestas contemporáneas en trabajo social partan desde un umbral mínimo como
condición de posibilidad: develar las perspectivas que fundan el trabajo social, entendiéndolo como
un movimiento dialéctico en el que teoría y práctica, hacer y conocer, investigar […] son momentos
contradictoriamente fructíferos (Garrett, 2013:38).
Son estas mismas reflexiones las que nos llevan a proponer, por lo menos para
una parte de nuestra América del sur, la dignidad de los seres vivos, dignidad que
necesita de una praxis liberadora que traslade la mirada desde los marginados,
desde las víctimas, desde el sistema a los no marginados, desde el otro pues ello
colaborará a co-construir, a ampliar otras formas de conocer, vivir, ser.
A modo de Conclusión
3
Un ejemplo que ilustra lo anterior es el monopolio de los programas gubernamentales
para la superación de la pobreza en América Latina los cuales son, casi en su totalidad,
financiados por el Banco Mundial. Esto implica que las perspectivas y modelos de
intervención utilizados, en este caso para el abordaje de la pobreza, sean diseñados en los
niveles centrales de estos organismos supra-nacionales, los cuales reproducen sus propias
lógicas coloniales en los distintos territorios en que instalan sus programas (Puyana, 2011).
Estas condiciones hacen que sea necesario no solo examinar críticamente el
supuesto carácter universal (o particular) del Trabajo Social si no también desafiar
las transferencias de conocimiento unilaterales, las enseñanzas en las
universidades, la identidad actual.
Para ello, necesitamos hacer más visible la importancia de las Ciencias Sociales y,
particularmente, del Trabajo Social en los escenarios globales. Debemos intentar
ser resistencia no sólo al capitalismo sino a cómo ese capitalismo ha domado el
pensamiento y volver a ser uno más que reflexiona, discute y acciona como parte
de los “otros” subarternizalos o marginalizados. Sólo así podríamos propiciar
intercambios recíprocos en la búsqueda de la “multiversidad” que se plantea
desde las teorías postcoloniales y la filosofía intercultural (Salas, 2011;
Maldonado, 2014). Es decir, la creencia en que la universalidad está,
paradójicamente, en el diálogo entre las partes y sus diferencias.
Bibliografía:
Barkin, D. (2012) Hacia un Nuevo Paradigma Social. En Revista Polis N. 33, Polis
Revista Latinoamericana, Santiago.
De Sousa Santos, B. (2005) El Milenio Huérfano. Ensayos para una Nueva Cultura
Política. Madrid: Ed. Trotta.
Garrett, P. (2013) Social Work and Social Theory: Making Connections. The Policy
Press, Bristol.
Puyana, A. (2011), Strategies Against Poverty: Designs from the North and
Alternatives from the South. Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales,
Buenos Aires.