Apunte 2 Los 3 Humanismos - Fundamentos Antropológicos Prof
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Breve Reseña sobre el autor. Claude Lévi-Strauss nació en 1908, en el seno de una familia
judía, en Bruselas. Sus primeros trabajos los realizó en Brasil, durante una misión cultural entre
1935 y 1939, pero con La vida familiar y social de los indios nambikwara y Las estructuras
elementales del parentesco, en 1948, comenzó su colección de publicaciones, entre las cuales
destacan Tristes trópicos (1955), El pensamiento salvaje (1962) y los cuatro tomos de sus
Mitológicas (1964-1971). La tesis de que el hombre está sometido a sistemas estructurales
inconscientes atraviesa toda su obra. En Mitológicas analizó 813 mitos. Con sus libros, de
lectura apasionante, influyó no sólo en la antropología, la investigación de religiones y mitos,
sino también en la filosofía y la historia. Éste antropólogo, perteneciente a la generación
francesa de la posguerra-marcada por el positivismo y el desarrollo de las ciencias naturales-
pretendió construir una ciencia del hombre y dotarla de un status epistemológico y de un rigor
metodológico indiscutible. Adhiere a la vertiente estructural funcionalista, entroncándose en la
tesis de neutralidad valorativa. Con él se plasma un antes y un después de la Antropología
clásica. Sostiene que “la conciencia aparece como la enemiga secreta de las ciencias del
hombre”. También establece una variante esencial de los enfoques estructuralistas; esto es a
través de la articulación de la lingüística estructural (Saussure-Jakobson) y de la Antropología
Socio-Cultural. Entendiendo como modelo de ciencia el de la concepción newtoniana, supone
que las ciencias humanas llegarán a ser ciencias en la medida que dejen de ser
humanas. Pone énfasis en el objeto del conocimiento, argumentando que se debe llegar a una
objetividad independiente de quien estudia, construyendo un modelo en forma objetiva sin
referencia a la realidad misma y al investigador. Abandona su carrera de filósofo por
considerarla estéril, y sin estudiar etnología ni antropología, su vocación se despertó en Brasil,
donde viajó como profesor “seducido por lo exótico” y por la necesidad de conseguir una
cátedra. En su enfrentamiento con la historia, Levy-Strauss señala que la misma organiza sus
datos sobre “lo consciente” y la etnología estudia las “condiciones inconscientes”, influencia que
se aprecia en la escuela histórica de las mentalidades y que evidentemente tiene una raíz
freudiana. Alejado de la vida pública, falleció en la madrugada del domingo 4 de noviembre de
2009, antes de cumplir, el 28 del mismo mes, 101 años de edad.
Guía para la Lectura y Análisis de “Los Tres Humanismos” de Claude Levy Strauss
1. ¿Cómo se presenta la etnología y qué tipo de ciencia es?
2. ¿Qué métodos y técnicas desarrollaron los humanistas?
3. ¿Cómo se configuró el mapa del Humanismo desde el Renacimiento?
4. ¿Qué características tienen?
5. ¿Qué necesidad tuvo como ciencia la etnología?
6. ¿En qué estado de la cuestión se encuentra hoy el humanismo?
Con todo, hay allí una ilusión peligrosa, en la medida en que engaña a propósito del puesto real
que ocupa, en nuestra visión del mundo, el conocimiento de los pueblos lejanos.
La etnología no es ni una ciencia aparte ni una ciencia nueva: es la forma más antigua
y más general de lo que designamos con el nombre de humanismo.
Al principio del Renacimiento el universo humano está circunscrito por los límites de la cuenca
mediterránea. Del resto no se pasa de sospechar la existencia. Pero es sabido ya que ninguna
fracción de la humanidad puede aspirar a comprenderse si no es por referencia a las demás.
Pero el problema incluye otro aspecto. Los dos primeros humanismos –clásico y no
clásico-veían limitada su extensión, no sólo en superficie sino también en calidad.
Desaparecidas las civilizaciones antiguas, sólo podía llegarse a ellas a través de los textos y los
monumentos. En lo que toca al Oriente y el Extremo Oriente, donde la dificultad no existía,
el método seguía siendo el mismo, porque civilizaciones tan lejanas no merecían –a lo
que se creía- interés más que por sus producciones más sabias y refinadas.
Siempre más acá y más allá del humanismo tradicional, la etnología lo rebasa por todos
lados. Su terreno engloba la totalidad de la tierra habitada, en tanto que su método reúne
procedimientos que participan de todas las formas del saber: ciencias humanas y ciencias
naturales.
Al sucederse, los tres humanismos se integran, pues, y hacen progresar el conocimiento del
hombre en tres direcciones: por la superficie, ni que decir tiene, pero éste este es el aspecto
más “superficial”, tanto en el sentido propio como en el figurado. En riqueza de los medios de
investigación, puesto que poco a poco nos damos cuenta de que si la etnología fue obligada a
forjar nuevos modos de conocimiento en función de los caracteres particulares de las
sociedades “residuales” que le tocaban en el reparto, esos modos de conocimiento pueden
ser aplicados con fruto al estudio de todas las demás sociedades, comprendiendo la nuestra.
Pero hay más: el humanismo clásico no sólo estaba restringido en cuanto a su objeto sino en
cuanto a los beneficiarios que formaban la clase privilegiada. El humanismo exótico del siglo
XIX se halló ligado a los intereses industriales y comerciales que le servían de soporte y a los
cuales debía la existencia. Después del humanismo aristocrático del Renacimiento y del
humanismo burgués del siglo XIX, la etnología señala pues el advenimiento, para el mundo
acabado en que se ha convertido nuestro planeta, de un humanismo universal por partida
doble.