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Flash Interior

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Flash

Harry odiaba a la gente.

Le agotaba cualquier conversación espontánea con un desconocido. Le


aburrían las tonterías que decían cuando se sentían incómodos. No estaba
acostumbrado a socializar, y no entendía muy bien qué se esperaba de él
en esas situaciones. El conjunto lo convertía en alguien no demasiado
adecuado para mantener una casual charla con sus clientes.

Pero le gustaba su trabajo.

Le gustaba no pensar en nada más que en el encuadre perfecto, le


gustaba jugar con luces y sombras, le gustaba el suave chasquido del
botón de la cámara que cantaba que acababa de grabarse un recuerdo. Le
gustaba esconderse en la sórdida luz roja del cuarto oscuro a revelar
fotografías que aparecían como visiones sorprendentes, momentos
imposibles de recuperar que ya estaban atrapados para siempre.

Encontró una botella de agua parcialmente llena y le dio un trago,


haciendo una mueca. Tenía resaca, y ojeras, comprobó al verse reflejado
en la brillante fotografía enmarcada que había tras el mostrador; se
deslizó las gafas de sol en la nariz para ocultarlas. Su jefe había
conseguido que se vistiera con una camiseta negra, la última que había
comprado, y un pantalón "sin agujeros", lo suficientemente sencillo como
para que los desgastados de las rodillas pareciesen de adorno.

Entró al diminuto almacén para coger la mochila negra. No llevaba su


propia cámara; llevaba la mejor que tenía el estudio, la niña bonita del
viejo, y no podía esperar a utilizarla. No le ponía las manos encima a una
cámara tan sofisticada desde hacía mucho tiempo, y pensaba aprovechar
la ocasión, sacar las mejores fotos, jugar con los encuadres y la luz hasta
conseguir el disparo perfecto.

Y además, el viejo estaba enfermo. Tosía fuerte y tenebrosamente, y


roncaba húmedamente durante toda la noche. No estaba en condiciones
de hacer el reportaje de una boda de gente rica. Muy a su pesar, tendría
que dejarlo ir solo.

Así que el aparente horror de un día ruidoso y agitado rodeado de gente


frívola y estúpida tendría recompensa. Tenía el día entero para
experimentar con la cámara más cara del estudio, sin supervisión.

"Sé amable" le oyó gruñir, mientras rebuscaba en busca del objetivo que
necesitaba. "Ni se te ocurra decir esas idioteces sarcásticas con las que
siempre sales. Si has bebido, me importa una mierda, y si estás de mal
humor, me importa una mierda. Vas a ser amable hoy. Es gente de dinero.
Una mierda en sus zapatos vale más que tú, ¿me has oído?"

Puso los ojos en blanco.

"¿Dónde está el focal de 70 milímetros?"

"¿Me estás escuchando, imbécil?"

Encontró el focal. Lo metió en la funda rígida y luego en la gastada


mochila negra.

El viejo alzó un brazo desde detrás del mostrador para detenerlo cuando
se disponía a salir. Tosió estrepitosamente durante un buen rato antes de
hablar.

"Éste es un estudio de renombre" tronó, blandiendo un dedo blanquecino


hacia él "Y es un cliente muy valioso. Si alguien me dice que tu
comportamiento no ha sido ejemplar, considérate despedido. Te dejaré en
la puta calle, que es donde te encontré"

"Que te jodan"

No miró atrás. No le hacía falta.

La boda se celebraba en un hotel inmenso, en lo que parecía un salón


privado. La mujer que lo recibió llevaba un atuendo de colores chillones y
lo saludó con una mueca mal disimulada.

"¿Tú... tú eres el fotógrafo?" preguntó con cautela.

Harry se contuvo para no poner los ojos en blanco.

"Sí, señora"

Ella pareció dudar.

"¿...Sabes bien lo que tienes que hacer?"

No. Acabo de encontrarme esta cámara en el aparcamiento.

"Sí, señora" repitió.

"Oh, está bien. Antes de que se me olvide, saca unas fotos de las niñas.
Que se vean las flores del fondo, ¿eh? Son orquídeas de Madagascar,
cuestan doscientos dólares la media docena..."
Sacó la cámara de su estuche y la encendió, escuchando a medias.

"Ningún problema" se forzó a decir. Media docena de niñas, ataviadas de


vestidos idénticos pero de colores distintos, se colocaron en fila y
esbozaron sonrisas brillantes. Se subió las gafas de sol a la coronilla y
montó el flash.

"Asegúrate de que se vean las flores. No me refiero a la parte de arriba,


necesito que se vea el jarrón entero" al parecer todavía no se había ido;
apretó la mandíbula.

"Puedo sacarles fotos a las flores, directamente" masculló, y la oyó


resoplar.

"Eso ha sido un poco grosero, joven. Cuidado con tu tono o llamaré a...
quienquiera que sea tu supervisor" advirtió, y se mordió la lengua
automáticamente.

"Lo siento, señora" se encontró diciendo. Apuntó con rapidez y ajustó el


enfoque.

Sacó varias fotos de las niñas, que empezaban a impacientarse. Las dejó
marchar y observó todas las fotos concienzudamente, controlando la luz y
el fondo; las flores, comprobó con irritación, se veían con claridad. En la
última, la cámara había enfocado a dos personas que caminaban por
detrás de los jarrones transparentes: una mujer y un chico joven.

Aumentó un poco el zoom para verlos, aburrido. Ella llevaba un vestido de


colores vivos; él, un esmoquin normal y corriente. Tenía los ojos azules, la
piel bronceada y el pelo acaramelado, y miraba hacia atrás en el momento
del disparo de la cámara.

Era guapo, pequeño, y parecía malhumorado.

Harry se mordió la uña del pulgar distraídamente, pensando...


Flash

Louis se miró en el espejo una última vez con el nerviosismo mordiéndole


el estómago. Era temprano, no había dormido bien, y tenía un aspecto
cansado. El traje le había quedado perfecto cuando se lo habían ajustado
a medida meses atrás, pero había adelgazado un poco y ahora la tela se
aflojaba en lugares extraños, dándole un aspecto desarreglado. Los
zapatos brillantes le apretaban y la tela de la camisa picaba. Salió tras su
madre con paso lento.

Odiaba las bodas. Nunca le habían gustado, pero a medida que pasaban
los años, las indirectas de sus familiares se hacían más incómodas, y el
vacío a su lado iba despertando más preguntas para las que no tenía
respuesta.

"Por aquí, cariño. Mira cómo lo han decorado todo. Oh, qué bonitas son
las bodas. ¿No te encantan?"

Había intentado no ir con todas sus fuerzas. Al fin y al cabo, ni siquiera


conocía demasiado a los novios; ella era una prima a la que recordaba
ligeramente de cuando eran adolescentes, pero a él ni siquiera lo había
visto nunca. A pesar de todo, su madre se había tomado el acontecimiento
como la ocasión ideal para reunir a toda la familia, esparcida por
diferentes ciudades de Inglaterra, y había llegado a pagarle el billete de
avión y el hotel y suplicarle por teléfono que no faltase. Y ahora no
parecía tener ganas de dejar de hablar, nunca.

"A nadie le importa si vienes solo, cariño. Mucha gente va sin


acompañante a las bodas, no pasa nada..."

Sí pasaba, porque nunca sería capaz de acostumbrarse al silencio


incómodo que se hacía en la mesa inevitablemente cada vez que
respondía que no, no lo acompañaba nadie. Sí, ya tenía veintidós años.
No, no tenía novia. Todavía.

"Tu hermana también ha venido sola. Podría haberse traído a ese chico de
las pecas, pero ha decidido venir sola porque ha querido. ¿Tú ves algo de
patético en eso? Yo, no"

Se sentía más ridículo, expuesto y avergonzado a medida que su madre


hablaba. Sentía la necesidad de dar explicaciones, de justificarse, de
demostrar que estaba solo porque quería... aunque no fuese cierto.

"Cuando encuentres novia, genial, y mientras tanto, genial también.


Cuando tengas pareja te preguntarás para qué te habías preocupado
siquiera. Uno nunca sabe cuándo va a aparecer esa persona especial,
Louis..."
Su hermana Lottie era la única que sabía que era gay. El secreto pesaba
entre él y el resto de su familia como una barrera insalvable; sabía de
sobra que nadie lo aceptaría realmente si se lo contase. Que no volverían
a mirarlo y a ver al niño pequeño que todos habían visto crecer, que no
volverían a tratarlo de la misma forma. Que no volvería a ser lo mismo.

Eso no quería decir que el secreto no lo estuviera matando despacio,


enganchado en su interior como un insecto repugnante del que no podía
deshacerse. Louis había llegado a cenar con chicas, había intentado
desesperadamente mirarlas por la calle, fijarse en la innegable belleza de
las modelos de los anuncios, pero siempre había tenido la sensación fría,
húmeda, desagradable, de que algo no iba bien. De que no era eso lo que
quería.

Y se había cansado. Había decidido separar a su familia del resto de su


vida por su propia salud mental. Trabajaba y flirteaba con hombres y salía
a veces, y bailaba con desconocidos, y cenaba con amigos de amigos y
buscaba calor en labios de extraños, y llamaba a su familia desde la
seguridad de las paredes de su apartamento, dejando que lo mordiera el
remordimiento sólo más tarde. Había dibujado una línea en el suelo entre
él y su familia, pero había crecido sin parar hasta dejarlos separados por
un inmenso barranco. Se distanciaba a pasos agigantado de sus seres
queridos; era el precio que había pagado por su libertad.

Su madre no se había callado.

"¿Pero dónde se ha metido tu hermana? ¿Ha encontrado sus zapatos? Me


llamó antes desde su habitación porque no encontraba la caja y ahora..."

"No sé" murmuró.

"¡Le dije que nos esperase allí! Mi habitación y la suya están al lado. Y
cuando fui a buscarla no estaba, sólo una mujer del servicio de
habitaciones. Supongo que habrá bajado a saludar. Vamos a buscarla.
¡Oh! ¡Mira a tu prima, está ahí! ¿La ves? ¡Vamos a saludarla!"

Resultó que su prima se iba a casar con un hombre alto, de pelo rubio
rojizo y ojos grisáceos y saltones, que lo saludó con entusiasmo y lo llamó
"Lucas" las suficientes veces como para que resultase terriblemente
incómodo corregirlo. Louis habría dado cualquier cosa por irse de allí a
los diez minutos de conversación.

Su madre no le prestaba atención; charlaba animadamente con una


escuálida mujer, que llevaba una pamela de color morado oscuro que le
ocultaba gran parte de la cara y que lo golpeó en la frente cuando se
inclinó hacia él.

"¡Hola! Tú eres Louis, ¿verdad?" le estampó dos besos húmedos besos en


las mejillas antes de que pudiera responder "Soy Janet, la madre del
novio. Encantada de conocerte. Muchas gracias por venir. Es una boda
preciosa, ¿verdad? Los floristas han hecho un trabajo maravilloso.
Maravilloso. Estoy buscando al fotógrafo que iba a venir a fotografiar
aquí... Margaret dice que ya ha llegado y que es un poco... peculiar. ¿Lo
has visto?"

Negó con la cabeza.

"Acabo de llegar" admitió mientras se frotaba la frente distraídamente,


ligeramente incómodo.

"Sí, sí, he hablado con tu madre. Es una mujer maravillosa, ¿no es cierto?
Maravillosa. Oh, ¿no es aquél el fotógrafo? ¡Joven! ¡Eh, chico...!"

Señalaba a un joven alto, que se giró al instante. Era alto y de hombros


anchos; llevaba unas gafas de sol grandes y oscuras y el pelo castaño
oscuro recogido en un moño. Iba vestido de negro de los pies a la cabeza,
y una cámara grande y de aspecto pesado colgaba de su cuello.

Louis quedó prendado de sus manos grandes, de la pronunciada curva de


su mandíbula, de su piel blanca y limpia.

Tragó saliva, mortificado, antes de detenerse en seco.

No había un mejor momento para conocer a un hombre guapo, ¿verdad?


Tenía que ser delante de toda su familia.

Janet chasqueó los dedos en su dirección.

"Disculpa. Cuando contratamos el servicio de fotografía, hablamos con un


hombre... mayor que tú. Tenía el pelo gris y..." él asintió, sin dejarla
terminar. Se levantó las gafas de sol y se las apoyó en la coronilla,
dejando al descubierto los ojos verdes, enmarcados por pestañas largas...
y ojeras pronunciadas.

"Es mi jefe. Lo estoy sustituyendo, está enfermo." mostró una brillante


tarjeta negra, con una pequeña cámara dibujada en blanco bajo las letras
impresas.

La mujer hizo una mueca de preocupación. No hizo ademán de agarrar la


tarjeta; Louis la aceptó instintivamente, y los ojos del joven se clavaron en
él al instante.

"¿Está enfermo? ¿Qué le pasa?" dijo ella, con el ceño fruncido. Él se


encogió de hombros. No había apartado la mirada de Louis.

"Soy fotógrafo, no médico"

Ella frunció los labios. Louis soltó una carcajada involuntaria.

"¿Estás seguro de que podrás hacer el trabajo?" preguntó, dubitativa.


Él movió los pies. Parecía incómodo.

"Sí, señora. Llevo muchos años trabajando en esto"

"Pues pareces muy joven. Y no puedes ir con esas gafas por aquí. ¿Te
encuentras bien?"

Él apretó los labios.

"Me encuentro bien, gracias." murmuró hostil. "Le aseguro que quedarán
satisfechos de las fotos"

Janet esbozó una sonrisa tensa.

"Lo veremos"

El fotógrafo no pareció afectado; se encogió de hombros y desapareció


entre la gente.

Ella chasqueó la lengua.

"¿Puedes creértelo? ¡Qué insolente!" susurró. Louis apenas pudo articular


un murmullo como respuesta. Lo observó alejarse, en silencio.

Y qué guapo.

Miró la tarjeta que aún sostenía. El nombre de un estudio de fotografía


resaltaba en letras grandes sobre el nombre "Harry Styles", en una
caligrafía más pequeña y discreta. La mujer malinterpretó su silencio.

"Me aseguraron que era uno de los mejores estudios de fotografía"


aseguró con firmeza, pero parecía preocupada. "Si las fotos no quedan
bien, pondré el grito en el cielo. ¿Qué van a pensar los invitados si ven a
ese... a ese vagabundo por ahí, fotografiando a la gente? ¿Y los
empleados? ¿Sabes lo exclusivo que es este hotel? ¡Llevábamos un año y
medio esperando para poder celebrarlo todo aquí? ¿Y si está drogado?"

Louis parpadeó. Miró la tarjeta de nuevo.

"Parecía profesional" dijo, distraído. Ella se giró para mirarla con tal
mueca de indignación que Louis casi retrocedió medio segundo antes de
que el vestido de colores de su madre apareciese de repente.

"¡Aquí estás! He encontrado a tu hermana, vamos. Janet, la ceremonia


está a punto de empezar, ¿no vas a ir a sentarte?"

Ella lanzó un chillido bajo al comprobar la hora en el brillante reloj de


aspecto pesado que le colgaba de la delgada muñeca.

"¡Tengo que ir a comprobar que los niños de las flores están listos!" echó
a andar sin despedirse; Louis se volvió hacia su madre con una elocuente
mueca de fastidio.

"No digas nada" advirtió ella antes de que pudiese abrir la boca "Te lo
pido de rodillas. Vamos con tu hermana. El hotel es espectacular,
¿verdad?"

Asintió, desganado, pero la siguió entre la gente.

Su hermana ya estaba sentada cuando llegaron hasta ella. Lo recibió con


una amplia sonrisa.

"Estos zapatos me están matando" le informó alegremente "mañana no


sentiré los pies. Pero son preciosos, mira" levantó una pierna para
enseñarle un zapatito de tacón negro "no pienso decirte cuánto me han
costado. Los llevaré hasta que muera"

Rió en voz baja mientras se abría la chaqueta del traje para sentarse.

"Aún te quedan años. Pasarán de moda"

"A partir de ciertos precios, las cosas llegan a no pasar de moda nunca.
Son tan caras que puedes llevarlas cuando quieras"

"Gracias por la lección. ¿Qué día sale tu revista de moda semanal?"

Ella le sacó la lengua.

"Cuando tenga una, no pienso darte ni una portada"

"Gracias a dios"

"Niños" su madre los fulminó con la mirada desde la fila de detrás "¡Esto
es una boda! Podéis charlar en el banquete"

Lottie suspiró, irritada.

"Cumpliremos cuarenta años y seguirá llamándonos así" murmuró.

"No cumplirás cuarenta años si vas subida en esos zapatos"

Ella le golpeó ligeramente el brazo, aparentemente ofendida.

"No tienes ni idea de moda"

Louis abrió la boca para contestar, pero ambos recibieron un silencioso


cachetazo en la nuca que los calló a ambos con eficacia.

El resto de la ceremonia fue aburrido.


En el banquete se sentaron en una pequeña mesa redonda, separados de
dos matrimonios que no conocían aunque decían ser sus parientes, por
varias cestas repletas de pan y tostadas.

Lottie leía algo en su teléfono y el resto de ocupantes de la mesa


charlaban animadamente entre ellos.

Su madre ni siquiera esperó a que los camareros llevasen el primer plato;


se levantó enseguida y se apresuró a recorrer todas y cada una de las
mesas, saludando a voces y llenando la sala de su risa cantarina.

El fotógrafo sacaba fotos de la mesa nupcial unos pocos metros más


adelante; Louis se dedicó a observar sus movimientos calculados, la
flexión de sus piernas delgadas para variar el ángulo y sus manos
alrededor de la cámara negra, sujetándola con tanto cuidado como a un
bebé. Se dio cuenta de que tenía la boca seca y alargó la mano hacia una
copa llena de agua, avergonzado.

Su hermana se inclinó hacia él con expresión aburrida.

"Para cuando vuelva, te habrá conseguido tres novias." susurró señalando


a su madre en la distancia, medio divertida, medio seria "No te lo tomes a
mal"

Esbozó una sonrisa triste, negando con la cabeza.

"No debería haber venido. Me siento fuera de lugar" admitió, y su


hermana hizo un sonido de indignación por lo bajo.

"¿Y dejarme aquí sola con mamá? Y una mierda. Si sufro yo, sufres tú
conmigo. Además, ella paga el hotel. Pienso aprovechar el servicio de
habitaciones al máximo. ¡Vamos a comernos uno de estos... una de estas
cosas!" alargó la mano con decisión hacia la bandeja repleta de una
especie de canapés de colores.

Louis sonrió.

"Y el fotógrafo es guapísimo" dijo, intentado unirse a su optimismo.

Ella chasqueó la lengua.

"Ya lo creo. No por qué está fotografiando a los invitados. Que se


fotografíe él en el espejo del baño."

"Desde luego, yo preferiría ese álbum" murmuró con sorna, alargando la


mano para agarrar la copa de agua. Su hermana lo miró de reojo.
"Ve a hablar con él" dijo con suavidad.

Se giró para mirarla.

"¿...Para qué?" preguntó, sarcástico.

"Para conocerlo. Te sabes los pasos, ¿no?"

Puso los ojos en blanco.

"No voy a hablarle aquí, delante de todo el mundo, Lottie." susurró.

"¿Por qué no? Nadie tiene por qué sospechar. Puedes estar manteniendo
una conversación normal con el fotógrafo"

"Ni hablar. Me moriría de vergüenza. Saldría huyendo al verme. Es


demasiado guapo para mí, puede aspirar a más"

"¿Estás de broma? Mientras hablamos hay mujeres operándose para


conseguir un culo como el tuyo"

Se echó a reír a su pesar, pero acabó negando con la cabeza una vez más.

"No es gay" dijo en voz baja, con aspereza "Yo noto estas cosas. Ve tú,
tienes más posibilidades"

"No. De todas formas, es demasiado mayor para mí. ¡Ve!"

"¡Sh!" le recriminó. A pesar de todo, su hermana bajó el tono.

"¿Qué puedes perder? ¿Prefieres quedarte aquí a conversar con estos


imbéciles? ¿Os esperar a que llegue mamá con una candidata para que la
saques a bailar en cuanto empiece a tocar la banda de música?"

Louis suspiró.

Se acercó a él con tranquilidad. Que no tuviera ninguna posibilidad con él


no significaba que no pudiera tener una conversación agradable con un
hombre atractivo, pensó con obstinación. Se lo merecía, por el día largo e
insoportable que se disponía a sufrir.

"Hola" se oyó decir a sí mismo. Él alzó una ceja tras las gafas de sol.
Parecía levemente desconcertado.

"...Hola" respondió, antes de girarse de nuevo hacia su cámara. Louis


respiró hondo. Miró la suave curva de su espalda, ancha y fuerte; sus
músculos se adivinaban con facilidad bajo la tela fina de su camiseta. No
parecía que fuera a seguir con la conversación, así que lo hizo él.
"Me llamo Louis" insistió. Él se quedó quieto para mirarlo durante un
segundo; sostenía la cámara en una mano y un brillante objetivo en la
otra.

"Harry" dijo en voz baja. Guardó el objetivo en la mochila que llevaba


colgada de un hombro y le tendió la mano. Louis la estrechó de buen
grado.

"Lo sé. Quiero decir" se corrigió al instante "lo leí en tu tarjeta..."

Él asintió, con una media sonrisa irónica.

"¿Puedo ayudarte en algo, Louis? ¿Algunas flores concretas que quieren


que fotografíe?"

Frunció el ceño, sin entender. No estaba seguro de si hablaba en serio o


no, pero negó con la cabeza de todas formas.

"Sólo soy un primo de la novia" dijo en voz alta, encogiéndose de


hombros. "No soy... nadie importante"

Harry levantó las cejas.

"Debes de ser la única persona no importante de la boda" dijo en voz baja,


y Louis sonrió.

"Sí, a mí no hace falta que me fotografíes"

"Ya lo he hecho"

Louis frunció el ceño.

"¿...Cómo?"

Él negó con la cabeza. Parecía arrepentirse de lo que acababa de decir.

"Fue un accidente" dijo, restándole importancia con un gesto. "Bueno,


¿querías algo?"

Louis todavía estaba mirándolo intentando no quedarse boquiabierto.

"Sólo quería... presentarme. Antes no nos conocimos... bien" tartamudeó.


Se sentía ridículo, pero él asentía, desmontando el trípode con
movimientos mecánicos.

"Pues ha sido un placer. Encantado, Louis" dijo ya de espaldas.

Louis se quedó mirándolo con desconcierto varios segundos antes de


volver a la mesa.
Flash

Su madre ya estaba de vuelta cuando se sentó a la mesa. Para su alivio,


estaba sola. Ya había llegado el primer plato y Louis se dedicó a ignorar
las miradas interrogantes de Lottie mientras escuchaba a su madre a
medias. Algo de la hija de alguien. Muy guapa. Muy alta. ¿No quería ir a
saludarla...? Estaba un par de mesas más allá.

Respiró hondo y contestó a su madre con el mejor humor que pudo fingir.
No, no iba a ir a saludarla. Prefería quedarse y esperar el primer plato. Sí,
tenía bastante hambre... ¿no era aquella una prima de su madre que hacía
años que no veía...? ¿No debería su madre ir y hablar con ella...?

Su madre desapareció. El banquete pasó con una lentitud insoportable,


pero Louis no desistió. Sabía que la boda acabaría tarde, así que optó
para recurrir al alcohol para que convirtiese una reunión insufrible en un
soportable torbellino de música y vestidos de colores. Consiguió De todas
formas, no le haría ninguna falta guardar recuerdos de la ocasión.

Su mente todavía rondaba a la figura alta y desgarbada del fotógrafo.


Hacía demasiado tiempo que no se sentía tan atraído por alguien, casi
desde... desde Bradley...

Reprimió ese recuerdo con eficacia. Estaba entrenado para ello.

Volvió a ver a Harry al cabo de varias horas; reapareció entre los


invitados como un espíritu. Se movía en silencio, invisible; parecía
acostumbrado a que nadie se fijase en él. No tocaba a nadie, no miraba a
la gente entre la que se colaba para caminar, y nadie parecía verlo, pero
todavía estaba disparando fotografías. Era sorprendente y escurridizo, y
le resultaba patéticamente difícil apartar la mirada.

Louis quería ver las fotos que sacaba, casi tanto como verlo a él. Al cabo
de tres copas se levantó de nuevo, dejó a Lottie enfrascada -de nuevo- en
su teléfono y se acercó a él, que montaba concienzudamente un trípode
de aspecto robusto en un rincón de la pista de baile, junto a un enorme
altavoz. Llevaba las gafas de sol puestas de nuevo, pero se las levantó
para mirarlo.

"Hola otra vez"

Todavía no había bebido lo suficiente como para no perder el aliento al


tenerlo tan cerca, ver los minúsculos detalles de su camiseta gastada, sus
ojeras violáceas y sus sorprendentes ojos verdes. Louis se sentía casi
decepcionado.
Eres tan guapo que con mi mala suerte sólo puedes ser heterosexual.

Louis respiró hondo.

"Baila conmigo" pidió, sin rodeos. Él pareció desconcertado durante


apenas un segundo; negó con la cabeza.

"...Estoy trabajando"

"Todo el mundo está borracho ya. Nadie querrá que saques más fotos"

Pero él se encogió de hombros.

"No me pagan para bailar" dijo en voz baja, volviéndose hacia el trípode
donde había montado la cámara. Louis frunció el ceño. Le molestaba su
ceño fruncido, la hiriente indiferencia de su expresión.

"Estás en una boda. Podrías sonreír un poco" murmuró. Él puso los ojos
en blanco.

"Voy a contarte un secreto. Ya sé que normalmente los fotógrafos parecen


estar muy contentos y alegrarse mucho por todo el mundo, pero la verdad
es que no nos importa. Podrían haberse casado dos langostas y me habría
dado igual. Sólo quiero hacer las fotos, cobrar y largarme de aquí,
¿entiendes? En eso consiste mi trabajo. No en charlar con invitados
aburridos. He oído que hay putas que te acompañan a las bodas, pero yo
soy fotógrafo"

Se mordió el labio inferior.

"Vas a tener que ser algo más que antipático para alejarme" admitió. "Los
invitados de esta boda son poco interesantes"

Harry suspiró, irritado.

"Eres muy insistente, ¿verdad?"

Se encogió de hombros.

"Me aburro."

Él se puso de nuevo las grandes gafas de sol.

"¿Por qué no vas a bailar con uno de esos trajeados borrachos?" sugirió.
Decidió ignorar su tono irónico.

"No los conozco. He venido solo"

"Ya, me pregunto por qué" dijo él en voz alta, sarcástico.

Louis se quedó callado. Apretó los dientes y giró sobre sus talones, sin
decir nada más. Volvió a su mesa a paso rápido, malhumorado. Su
hermana se volvió hacia él alzando las cejas sugerentemente.

"¿Qué tal?"

Negó con la cabeza, extendiendo la mano hacia una jarra llena de un


líquido rojo. Moriría antes de demostrar lo que le habían herido sus
palabras.

"Es imbécil." gruñó. Señaló una jarra de cristal llena de un líquido rosado
"¿Esto lleva alcohol?"

"Sí, es ron y zumo de..."

"Bien" se llenó la copa sin esperar respuesta, y le dio un trago largo. Su


hermana resopló.

"Veo que sí es imbécil" dijo en voz baja, sin perder el buen humor "es una
lástima. Estaba buenísimo"

Louis dejó la copa sobre el delicado mantel sin muchos miramientos; el


líquido le salpicó la mano.

"No sé qué estoy haciendo, la verdad" gruñó mientras se secaba "No sé


por qué te hice caso. Esto es ridículo. Yo soy ridículo"

"Relájate. Sólo es un hombre heterosexual. Creí que estarías


acostumbrado a estas cosas..."

"Pues no creías bien. ¿Qué sabes tú de todas formas?"

Lottie calló.

"No puedo saber si no me lo cuentas" murmuró, hosca.

"Pues este no es el mejor momento para contarte nada. ¿Sabes qué?


Olvídalo. Sólo a mí se me ocurriría acercarme a él aquí, en medio de toda
la gente y con... mamá ahí, buscándome una novia para que la gente deje
de murmurar qué será de su hijo rarito sin futuro y sin novia"

"Louis"

"No" se levantó "Voy a ir al baño a lavarme la cara, y si alguien me ve,


pienso decirle que no me encuentro demasiado bien, porque eso me
apoyará más tarde cuando me largue de aquí temprano." tiró de la silla
hacia atrás y se alejó, huraño. Jugueteó con la manga de la camisa
mientras caminaba; le quedaba un poco corta, y llevaba todo el día
tirando de la tela sin éxito. Arrastraba los pies; no debería beber más.
Hacía tiempo que no bebía, y ya no estaba acostumbrado. El
resentimiento por estar allí y por el antipático del fotógrafo no eran
razones suficientes para ponerse a beber alcohol como un marinero, se
reprochó con enfado. Pronto estaría lo suficientemente borracho como
para dejar de fingir entusiasmo y amabilidad cada vez que alguien se
acercaba a saludarlo.

Totalmente perdido en la niebla de sus propios pensamientos, Louis


tropezó con una enorme pirámide de copas de cristal llenas de champán.
El estruendo fue enorme, chirriante. Cayó sobre cristales rotos y un
charco de líquido lleno de burbujas diminutas y trozos del delicado cristal
curvado de las copas.

Cuarenta personas se giraron para mirarlo.

"¡Louis!" su madre parecía preocupada y avergonzada a partes iguales.


Lo ayudó a levantarse con cuidado "¿estás bien? ¿Te has cortado? ¿No has
visto las copas?"

Oyó una cascada de cristales diminutos cayendo de entre los pliegues de


su propia ropa cuando se enderezó con su ayuda, aturdido. Tenía la
chaqueta empapada y la camisa posiblemente rasgada.

"Yo..."

"Oh, dios. Mira cómo te has puesto."

"Aparta" le dijo con suavidad, en un susurro "Te mancharé a ti también"

Su madre ya tiraba de él con insistencia.

"Vamos a limpiarte"

"No, yo... puedo solo, iré... Iré a por alguien que me ayude a limpiar"
balbuceó. Se notaba el rostro ruborizado y demasiado caliente, como si
todas las miradas posadas en él irradiaran calor.

Prácticamente corrió hacia la zona de los camareros. Se sentía varios


niveles por encima de 'avergonzado'; ni siquiera quería ver la expresión
enrojecida y tensa de su madre.

Había tardado aproximadamente tres horas en fastidiar la boda.

Un éxito pasando desapercibido, Louis. Un éxito.

En cuanto salió del salón de baile se sacó la chaqueta, la tela ya pesada y


olorosa a champán, y la dobló sin cuidado para colgársela del brazo. No
se había hecho ningún corte en las manos, pero había una fina línea de
color rojo brillante en su antebrazo izquierdo. Retiró la tela, siseando en
voz baja cuando notó el escozor punzante.

"Disculpa" paró a una chica de uniforme negro que cargaba con varias
cajas de cartón "He hecho un desastre en la pista de baile. ¿Podría
alguien ir a recogerlo...?"

Ella asintió.

"Claro. Espera un minuto."

"Gracias" Esperó a que se fuera antes de escabullirse en una zona


reservada para el personal. Tardó varios segundos en encontrar lo que
buscaba; una mesa cubierta con impecables servilletas de tela ya
dobladas, listas para colocar en las mesas. Agarró dos.

"¿Qué clase de estúpido arrogante hace una montaña con copas llenas de
champán? ¿Podría ser más... absurdo, soberbio, frívolo...?" masculló en
voz baja para sí, doblando hacia atrás la manga de la camisa para dejar al
descubierto el corte. No parecía muy profundo, pero sangraba cada vez
más, y estaba a punto de ponerlo todo perdido. Presionó la tela contra la
herida, sin saber qué otra cosa hacer.

"Hola. Otra vez"

Se giró asustado. Era el fotógrafo otra vez, solo, con una ceja levantada,
injustamente atractivo. Louis le dedicó una mueca. Se giró de nuevo hacia
la montaña de servilletas; agarró un puñado, dubitativo. ¿Debía salir y
exponerse a la mirada de todo el mundo, o quedarse escondido en un
reservado para personal del hotel y quedar como un maleducado?

"Ahora no tengo tiempo para que me rechaces. Quedó muy claro las dos
primeras veces" dijo con acidez.

"Yo no bailo. Pensé que saltaría a la vista"

"Podrías haberlo dicho. No tenías por qué comportarte como un idiota


desagradable"

"Soy un idiota desagradable. Siento no haberlo puesto en mi tarjeta"

Louis se encogió de hombros.

"Ya da lo mismo" murmuró. Iba a despedirse de él cuando se dio cuenta


de que Harry no se había apartado; al revés, había avanzado un paso
hacia él.

"Ya te he dicho que lo siento"

Asintió.

"Me da igual" mintió "Vete. No voy a decirle a nadie nada malo de ti, no te
preocupes. Estoy demasiado ocupado muriéndome de vergüenza" siguió
diciendo, airado. Él no parecía inmutarse.

"...De acuerdo. No hace falta que lleves todo eso" lo detuvo al ver que
parecía dispuesto a marcharse "ya estaba recogiéndolo cuando pasé por
allí. Menudo destrozo"

Louis le dio la espalda y se apoyó con suavidad en el borde de la mesa. Se


pasó una mano por el pelo, con los ojos cerrados.

"Estupendo" susurró, pero su voz sonó histérica. "Estupendo"

"¿...Estás bien?"

Asintió furiosamente.

"Muy bien. ¿Ya no estás trabajando?" preguntó con sarcasmo, y él sonrió.

"No. Se ha acabado mi jornada ya. Pero puedo sacar otra vez la cámara si
vas a matar a alguien"

Louis siguió la dirección de su mirada hasta la sangre que estaba a punto


de gotear de su antebrazo. La secó con rapidez.

"Puedes irte" dijo con sarcasmo "Ya he tenido suficiente sangre por hoy"

Él sonrió con sinceridad por primera vez.

"Yo... lo siento, no... no puedo salirme de lo profesional. Cundiría el pánico


entre estos imbéciles y me despedirían"

Asintió.

"Lo entiendo" susurró "Lo siento si te he ofendido. Creí que eras g..." se
cortó. Miró a su alrededor, mortificado. Estaban solos, pero la música no
estaba demasiado alta. "...como yo"

Él sonrió, tomando aire. Louis tragó saliva.

"Siento haberte puesto en esta situación." balbuceó con rapidez "No es


propio de mí"

Eso a él no le importa.

Harry no parecía impresionado por su afectación. A decir verdad, había


un aire irónico en su expresión que le sugería que todo aquello le estaba
haciendo gracia. Hasta que se inclinó tanto hacia él que notó su aliento
cálido en su oído.

"Puedes hacerme un baile privado" susurró, burlón. "Ahora que he


acabado. Sería una buena despedida"

Louis sacudió la cabeza. Sabía que se estaba burlando de él, pero se


negaba a darse por vencido.

"¿Qué clase de chico crees que soy?" susurró, fingiendo indignación.


"Alguien que se acerca a calentar al fotógrafo"

Sonrió.

"¿Crees que te estoy calentando?"

"Creo que lo estás intentando"

"Si meto una mano en tus pantalones, ¿todavía dirás que sólo lo intento?"

Lo oyó tragar saliva.

"Bueno" dijo despacio "Diría que ha sido un buen intento"

Louis meneó la cabeza, con una sonrisa triste.

"Adiós, Harry"

Una mano cálida en su brazo lo detuvo cuando se disponía a alejarse.

"Hablaba en serio" dijo con suavidad. Le dedicó una mirada cortante.

"No, no hablabas en serio"

"Louis" se estremeció al oír su propio nombre de sus labios, engarzada en


su voz profunda y suave como terciopelo. Se quedó quieto; se sentía
hipnotizado. "Nadie tiene que saberlo"

"Nadie puede saberlo" murmuró "si alguien se entera, estoy acabado"

"Entonces" Harry se inclinó hacia él apenas unos milímetros más; podía


ver sus pestañas y la redondez rosada de sus labios "supongo que no
quieres correr el riesgo"

"Sería" empezó despacio; no era capaz de parpadear. "Sería irresponsable


y..."

Harry tragó saliva. Vio su nuez subir y bajar en su garganta, bajo la piel
blanca. Louis intentó respirar hondo sin mucho éxito.

"Y..." no se le ocurría nada que decir. A decir verdad, no se le ocurría nada


en absoluto. Su mente había borrado el diccionario entero en favor de
registrar la maravilla de sus mechones desordenadamente recogidos en
un lío de pelo color chocolate.

"Sí, lo sería"

"Pero" susurró "¿me quieres? Si quisiera, ¿me querrías?"

Harry sonrió. Una mano se deslizó por su costado, enviando un río de


fuego a todos los rincones de su cuerpo.
"Ven al baño a lavarte eso, y lo comprobaremos" murmuró contra su
oreja, y sonrió.

"Te sigo"
Flash

"¿Y si entra alguien?"

Harry negó con la cabeza. Pasó el cerrojo de la puerta, lo agarró por los
muslos y lo subió a la superficie de mármol sin aparente esfuerzo.

"Quiero dejarlo todo claro" murmuró, desabrochándose el botón del


estrecho pantalón a duras penas. "No soy un príncipe azul, no voy a
decirte lo bonito que lo tienes todo, no voy a llevarte a cenar y no voy a
conocer a tu familia"

Louis puso los ojos en blanco. La camisa demasiado abierta dejaba ver la
piel blanca y perfecta de sus clavículas, salpicada de delgadas líneas
negras que le cubrían el torso formando tatuajes que no tenía tiempo de
observar de cerca. No resultaba demasiado fácil mantener la atención.

"Eso espero. Porque mi familia ni siquiera sabe que soy gay" dijo con
aspereza, y él alzó una ceja.

"¿...En serio? ¿...Tú?"

Apretó los labios. En cualquier otro momento habría fingido sentirse


ofendido, pero estaba demasiado urgido y sabía que tenían poco tiempo.

"Mira, estoy de acuerdo con todo eso, sólo quiero que me folles" susurró,
tirando de sus pantalones ya desabrochados para atraerlo hacia sí. Harry
se acomodó entre sus piernas sin protestar; esbozaba una leve sonrisa.

"Genial. Todo claro" se estiró para besarlo con rudeza; sus labios se
sentían amoratados para cuando se separaron.

Pasó las yemas de los dedos por su pelo atado con delicadeza.

"Me encanta tu pelo" murmuró. Hablaba para sí, pero Harry pareció oírlo.

"Quita, quítame...esto..." agarró su mano y la llevó hacia atrás hasta que


pudo palpar la goma que le recogía el pelo. La desenredó y se la quitó,
hundiendo los dedos experimentalmente entre sus mechones. Eran
sorprendentemente suaves; se escurrían como agua de sus manos.

Se le escapó una risita propia de una adolescente. Él ladeó la cabeza.

"¿Entretenido?" preguntó con sorna, pero su voz sonaba ronca y


ligeramente temblorosa.

Apartó las manos, irritado.


"Vamos" lo urgió. Empezó a quitarse la chaqueta, pero él lo interrumpió
con sus propias manos; era más fuerte de lo que había previsto, y Louis se
dejó enseguida.

"Déjame hacerlo a mí" le oyó murmurar con concentración.

Louis contuvo la risa.

"¿Es que eres un romántico?"

"Cállate" le oyó espetar, pero había un asomo de sonrisa en sus labios.

Harry le desabrochó la camisa, pero no se la quitó; deslizó los dedos por


su pecho, casi experimentalmente, y la emprendió enseguida con el cierre
de sus pantalones. Tiró de ellos y los arrojó al suelo sin mirar a dónde
caían. Los calzoncillos los siguieron; se mordió el labio inferior al acabar
de bajárselos. Louis se removió un poco, incómodo por su mirada.

"¿Qué pasa?" preguntó en voz baja, intentando no sonar avergonzado.


Pero él sacudió la cabeza.

"Nada" se inclinó y lo mordió en el hombro con delicadeza, y Louis abrió


los ojos.

"No me marques" murmuró sin aliento, y él se separó de su piel, pero


atrapó sus labios entre los suyos al segundo siguiente.

"¿No te gusta?"

Era difícil explicarlo con todos sus instintos cantando que sí le gustaba,
que lo quería, que se sentía morir sólo de pensar en el aire sobre su piel,
frío y decepcionante después de sus labios suaves.

"M-me gusta, pero no quiero" sus labios lo interrumpieron de nuevo "n-no


quiero que lo vean, mi madre..."

"Hm. ¿No quieres que sepa que su hijo es una putita?"

Louis hizo un leve sonido de sorpresa cuando Harry decidió hundir el


rostro en su clavícula.

"No soy... no soy una putita" susurró con los ojos cerrados, y notó las
vibraciones en su piel cuando él murmuró algo que no entendió. "¿Qué
has dicho?"

"Que sabes bien"

Louis asintió sin sentido, riendo en voz baja. Era extraño estar allí
sentado, sobre la helada superficie del baño, con un fotógrafo
desconocido entre sus piernas, acariciándole los hombros en una
intimidad imposible, en una prisa absurda, y la espesa sensación de que
aquello era un error flotando entre ellos.

"¿Eres virgen?" la voz de Harry era tan ronca que la sentía acariciándole
el pecho como la lengua de un gato.

Louis se echó a reír.

"No, cariño" él asintió "¿Tienes un condón?"

"Sí, espera" se sacó una cartera cuadrada del bolsillo y la abrió. Louis
frunció el ceño al reconocer el envoltorio.

"Esos no tienen lubricante"

"Es que no suelo follarme a hombres, putita. No soy gay"

"Sí, ya lo veo"

Harry no respondió. Se metió dos dedos en la boca; Louis casi gimió sólo
de verlo, y él levantó la cabeza.

"¿...Prefieres hacerlo tú?"

Negó con la cabeza. Él ladeó la cabeza.

"No sé hacerlo" admitió. No parecía avergonzado, pero sí incómodo.

Louis volvió a sacudir la cabeza, tenaz.

"No hace falta ser un premio nobel" agarró su mano y la llevó entre sus
piernas, intentando controlar su respiración cada vez más agitada.
Empezaba a preocuparle que Harry pudiese oír los alocados latidos de su
corazón, que notase el calor palpitando en sus sienes. Se sentía febril.

Tócame. Tócame. Acaríciame.

"Con cuidado" advirtió, pero arqueó la espalda con un suspiro cuando


sintió uno de sus dedos en su entrada.

"Dime" Harry sonaba ahogado "dime si es demasiado"

Louis no respondió; no confiaba en su propia voz. Se sujetó al borde con


firmeza y rodó las caderas hacia delante con delicadeza.

"Más" susurró "otro"

Él obedeció; Louis aceptó la intrusión de buen grado. Sus dedos eran


torpes, pero se sentían fantásticos. Le gustaba la ligera sensación de sus
músculos estirándose con cierta resistencia, el calor llenándolo al instante
y el tirón en el centro de su cuerpo. La anticipación le subía por la
espalda como un río de hormigas.
"Muévelos un poco más rápido" se sentía atragantado. "Flexiónalos sólo
un poc-ah." echó la cabeza hacia atrás todo lo que pudo, cogiendo aire
bruscamente. Lo ojos se le cerraron solos. "Así."

Harry negó con la cabeza, con el labio inferior entre los dientes.

"Pero estás muy apretado. No voy a poder follarte en toda la noche"

Le dedicó una mirada indignada.

"Cariño, yo digo cuándo puedes follarme, y aún no es el momento. Sigue."

Él chasqueó la lengua.

"Otro" le dijo con rapidez antes de que pudiera decir nada más.
"Muévelos un poco más rápido, puedo..." dio un respingo cuando Harry
tocó algo en su interior que lo hizo enmudecer al instante. Cerró los ojos;
habría jurado que veía fuegos artificiales tras sus propios párpados.
"Mierda, Harry"

Él se separó un poco para mirarlo con una ceja erguida.

"Te he encontrado el botón de encendido, ¿eh?"

"Que te jodan" farfulló. "Vamos, vamos, quita" le dio un manotazo y tiró de


él para besarlo de nuevo. "Ya estoy listo"

Harry no se hizo de rogar; se bajó la ropa interior lo justo como para


liberar su erección. Louis cerró los dedos alrededor sin dudarlo, tragando
saliva inconscientemente, y él bajó la cabeza para observar sus
movimientos.

"En otras circunstancias ya estaría de rodillas" admitió. "Esto parece


delicioso. Pero no hay tiempo"

Él emitió una risa atragantada, que se cortó cuando empezó a deslizar la


mano con suavidad por su longitud.

"No me importaría" admitió, sin apartar la mirada.

Le arrancó el condón de la mano con eficacia, impaciente.

"Yo te lo pongo" masculló, abriéndolo con los dientes. "Eras más rápido
con las fotografías"

"No tenía a una putita apurándome mientras sacaba las fotografías"

"No soy..."

"Ya, ya sé que n..."

"Vamos" lo interrumpió. "Va a entrar alguien. ¿Quieres darte prisa?" Su


respiración se cortó cuando empezó a empujar dentro de él. Quemaba,
honda y dolorosamente; dio un respingo y sus nudillos se volvieron
blancos al aferrarse al borde del mármol.

"Para, para" Louis se tapó los ojos con la mano libre, avergonzado. Él
obedeció, confuso.

"¿...Estás bien?"

Le costaba respirar.

"Eres" paró para respirar hondo, con la mandíbula apretada "jodidamente


enorme. Para"

Lo notó resoplar, pero obedeció.

"D-Dijiste que no eras virgen"

"Sí" le daba vueltas la cabeza; se agarró a sus hombros con fuerza. "Pero
no que fuesen todos... monstruos, como tú"

Él se inclinó para presionar los labios contra su mejilla; su respiración


profunda le bajó por la piel del pecho, cálida y húmeda.

"Madre mía" le oyó mascullar "eres diminuto. Te voy a destrozar"

Rió sin aliento. Empezaba a ganar confianza a medida que el dolor se


disipaba despacio ante lo que probablemente era el mayor placer que
había sentido en su vida. Harry era grueso, grande y palpitante en su
interior, como esperando a poder moverse.

"Para eso he venido" susurró en su oído, y sonrió cuando sintió sus


músculos tensándose bajo sus dedos.

"Avísame" susurró él, contenido. Louis se desquitó apretando los dedos en


sus mechones largos, con fuerza. Se le escapó un quejido involuntario, y
lo invadió la vergüenza. Se mordió el labio inferior, con saña, pero él no
parecía haberlo oído.

Tardó casi un minuto en rendirse. No necesitaba caminar bien al día


siguiente, razonó con mordacidad. Lo que necesitaba era a Harry
moviéndose dentro de él, ya.

"Muévete, fotógrafo." susurró "Parece que sólo te manejas con la cámara"

Harry apretó la mandíbula. Deslizó las manos por sus muslos y los levantó
para envolverse en sus piernas.

"No es el único instrumento que controlo" dijo sin aliento.

Louis cruzó los tobillos tras sus caderas, con una sonrisa de suficiencia.
Estiró el cuello para hablar contra sus labios llenos.

"Demuéstralo"

Harry le mordió el labio inferior por toda respuesta.

A la primera embestida, los dos emitieron dos bajos sonidos guturales que
sonaron casi idénticos. Se miraron enseguida, reprochándose
mutuamente el ruido que estaban haciendo, pero ninguno de los dos dijo
nada.

A la segunda, Louis dejó caer la cabeza hasta apoyar la frente en la suya,


y se agarró a sus hombros. Se sentía morir de placer, pero se negó a darle
la satisfacción de demostrarlo.

A la tercera, lo oyó soltar una palabrota en voz baja, y sus manos fallaron
un poco donde le sujetaban los muslos.

"Mierda" su voz profunda tenía un tinte casi agudo; sonaba casi ahogada.
"No pensaba q-que esto se sentiría así"

Louis se sentía desfallecer. Harry no era como ningún otro hombre con el
que hubiera estado con hombres de... de todo tipo.

"No sabía que tú sí que eras virgen, cariño" se las arregló para burlarse
en un tartamudeo. "¿Quieres que vayamos más despacio?"

"Oh, cállate. No te han follado así en tu vida" sonaba demasiado trémulo


como para resultar intimidante, pero a Louis se le encogió el estómago al
oírlo.

Ahí tengo que darle la razón.

A una parte- pequeña, lejana, cubierta por un velo- de su mente empezó a


preocuparle lo evidente de los pequeños sonidos que estaban haciendo,
apenas el golpeo de las caderas de Harry contra su piel, el suave rumor
que emitía desde lo más profundo del pecho cada vez que se enterraba en
él. Sin embargo, era difícil que nada de eso importase cuando tenía a un
guapo, rudo, impaciente fotógrafo entre las piernas, penetrándolo con
una ferocidad que no creía posible. Intentó transmitirle su preocupación,
pero no consiguió reunir las palabras adecuadas.

"Oh" soltó el aire al mismo tiempo que le oía gruñir una palabrota. "H-
Harry..."

"J-Joder, ya"

Le ardían las entrañas con cada golpe. Harry atenazaba una mano en su
cintura y se apoyaba en la otra para arremeter con brusquedad; todo su
torso lo golpeaba contra el espejo que quedaba a su espalda. Gimió en voz
alta, y él lo acalló enseguida.
"No hagas ruido" ordenó en un susurro feroz. Obedeció; sus manos
resbalaron por sus hombros y se aferraron a sus bíceps, que se hincharon
bajo sus dedos cuando Harry se movió. Louis intentó rodar las caderas,
despacio, pero lo tenía demasiado sujeto y no podía moverse.

"El ángulo" murmuró entre dientes en su oído, frustrado "Cambia un poco


el ángulo. Me estás matando, pareces nuevo"

"Soy nuevo" espetó él "No sé... No sé ni qué hago, yo no soy... no soy..."

Louis frunció el ceño.

"Tienes- ¿Tienes novia?"

Harry bufó algo ininteligible.

"No"

Louis asintió para sí, cerrando los ojos.

"Yo t-tenía novio" tartamudeó, aferrándose al cuello de su camisa. "P-pero


no era tan bueno como tú"

Él apretaba la mandíbula casi tanto como la mano que lo sujetaba a él por


la cintura.

"No hables de ot-tro mientras te estoy follando" masculló, aparentemente


molesto.

"¿Por qué t-te importa?"

"No m-me importa. Pero no lo hagas"

Se le pusieron los ojos en blanco. Abrió la boca en un gemido silencioso,


pero tardó varios segundos en poder articular una palabra inteligible.

"Un poco más..." no sabía cómo acabar la frase. Ya no recordaba lo que


acababa de decir.

Pero entonces Harry al fin tiró ligeramente de su pierna derecha para


acomodarla mejor y rozó su próstata, y Louis ahogó un grito y se perdió
en un mar invisible que lo ahogó, lo cegó, lo dejó a la deriva. Lo sintió
gemir casi a lo lejos, amortiguado por el pitido de sus propios oídos, por
el tejido de su propia camisa, donde Harry había hundido el rostro.

Cuando volvió en sí, él todavía lo sujetaba con fuerza, jadeando


profundamente. Salió de él despacio, pero aun así se le escapó un quejido.

"Madre mía" Harry se pasó una mano por el pelo "madre mía. No tenías...
No parecías..."

Hizo un ruidito de indignación.


"¿No parecía qué?"

"No parecías así de..." recuperaba la respiración con lentitud "...enérgico.


Explosivo, diría yo"

Puso los ojos en blanco. Se sentía flotar todavía.

"Gracias, supongo"

Harry se deshizo del condón con rapidez. Se lavó las manos, recogió su
ropa interior y los pantalones del traje y se los tendió.

"Deberías... esperar un rato antes de salir, yo iré a buscar el equipo y me


iré ya" dijo en voz baja, abrochándose los botones de la camisa.

Louis se quedó donde estaba, balanceando las piernas con cuidado para
comprobar que no se le habían dormido.

"Bésame" pidió cuando él se giró, ya abrochándose los pantalones. Él


ladeó la cabeza.

"No soy... un gran aficionado de los besos" admitió, y Louis puso los ojos
en blanco.

"Bésame" repitió con firmeza. "Voy a volver a una boda a la que no


querían invitarme y a la que he venido solo, para estar rodeado de gente
que seguramente me dejaría de hablar si supiese que soy gay. Bésame.
Por favor."

Harry dudó. Quizás había oído la desesperación que latía en su voz a


pesar de sus intentos de ocultarla; o quizás no le importase. ¿Por qué iba
a importarle? Al fin y al cabo, no se conocían de nada.

Se inclinó y cubrió con su boca sus labios temblorosos, rudo. Louis se


sentía masilla bajo ellos, un muñeco de hilo lleno de chispas, una estatua
de hielo que se derretía agradablemente desde el interior. Quería
rodearle el cuello con los brazos, pero sabía que no era una buena idea,
así que mantuvo las manos firmemente unidas en el regazo para
contenerse.

Tardó en abrir los ojos cuando se separaron. Se sentía cansado.

"Gracias" murmuró. Le tendió su goma del pelo, que todavía tenía entre
los dedos "Ten"

Harry la agarró, pero se limitó a deslizarla por su mano hasta ponérsela


en la muñeca a modo de pulsera.

"Quédatela" dijo en voz alta, burlón. Se dio la vuelta para irse. "Adiós,
putita"
Louis le lanzó un rollo de papel higiénico antes de que desapareciera tras
la puerta.

Se lavó en el lavabo y se vistió despacio. Su brazo había acabado


recubierto de una costra de sangre seca que frotó con cuidado. Dolía
menos de lo que habría esperado, decidió con resignación. De todas
formas, ahora tenía magulladuras en la cadera, la espalda rígida y
contracturada y una dulce quemazón entre las piernas para distraerse del
dolor del corte.

Nadie lo notaría. Se sentaría en la silla más acolchada que pudiese


encontrar. Caminó experimentalmente a lo largo del baño estrecho,
haciendo una mueca, hasta que estuvo satisfecho con sus propios gestos.
Comprobó su imagen en el espejo; todavía estaba algo ruborizado, pero
sabía por experiencia que el rubor no se iría hasta pasado un buen rato.
Podría fingir que era por la vergüenza. Lo que sería más difícil de
disimular sería la ligera hinchazón de su labio inferior: Harry se lo había
mordido con más fuerza de lo que le había parecido en el momento.

Se pasó una mano por el pelo para peinarlo. No tenía ninguna prisa;
dudaba que a esas alturas alguien estuviese lo suficientemente sobrio
como para echarlo en falta, y no es que estuviese deseoso de someterse a
las miradas de todo el mundo otra vez.

Lo último que hizo fue quitarse la goma de la muñeca y guardarla en uno


de sus bolsillos.

Adiós, putita.

"Imbécil" gruñó en voz baja, antes de salir del baño.


Flash

Su hermana casi tiró media docena de bebidas preparadas que se


acumulaban sobre la mesa al verlo.

"¿Estás bien? ¿Te cortaste? ¿Te manchaste el traje?"

Se sentó con sumo cuidado. Le quitó importancia con un gesto.

"Me lastimé el brazo. Es poco"

"Tienes... Tienes la boca hinchada. ¿Qué...?"

Se llevó la mano al labio herido, sensible.

"Sí, ya lo sé. Me golpeé al caer" mintió con naturalidad.

"¿Dónde te habías metido? Te has perdido al padre de Paul haciendo la


mejor imitación del Pato Donald que yo haya visto en mi v..."

Louis le sonrió, pero se dio cuenta de que sus manos temblaban cuando
agarró la copa que tenía más cerca. Y de que necesitaría beber bastantes
más de aquellos cócteles extraños si quería deshacerse de aquella
vergüenza que lo carcomía, de la culpabilidad por la estupidez que había
cometido, del miedo a que alguien hubiera visto algo, de que
sospechasen...

No era tan grave. No era tan grave, ¿verdad? La gente tenía sexo en las
bodas, constantemente, incluso en las películas. Era joven, no tenía
ningún compromiso. Había utilizado protección. ¿Qué problema había?
Ninguno.

Sí que lo había. Si hubiera sido con una mujer, estaba seguro de que
fácilmente podría convertirlo en una anécdota de la que reírse. Pero en
ese momento, apretando la copa de cristal entre sus dedos hasta casi
romperla, Louis estaba seguro de que un paso en falso arruinaría la boda,
su familia y seguramente su vida. Y de que había arriesgado demasiado
en un instante por un impulso; sentía vértigo sólo de pensar en que
alguien podría haberlos descubierto.

"Quería limpiarme, ayudar un poco a limpiar cristales..." balbuceó.

"El fotógrafo se ha ido. ¿Lo viste? ¿Bailaste con él?"

Louis se metió las manos en los bolsillos, y sus dedos encontraron los
bordes rígidos de la tarjeta.

"No" murmuró, sentándose con cuidado y alargando la mano hacia uno de


los vasos "Pero me ha dado su tarjeta, mira"

Su hermana la aceptó, pero apenas le echó un vistazo. Sus ojos brillaban.

"¡Cuéntame todos los detalles!" gorjeó. Louis casi se atragantó con la


bebida.

Preferiría no hacerlo.

"No me cae bien" dijo al final "es guapísimo, pero no vale la pena el dolor
de cabeza. Es imposible hablar con él"

"Oh" ella se encogió de hombros. "Bueno, no te preocupes. Habrá más


oportunidades"

Asintió, con una falsa sonrisa.

"Y espero que no aparezcan en bodas, sobre todo con mamá delante"
intentó bromear. Ella puso los ojos en blanco.

"Pues no hay muchos más escenarios disponibles. Quizás si no tuvieses


ocho trabajos..."

Puso los ojos en blanco.

"Sólo tengo un trabajo." mintió. "Y estoy ahorrando para el futuro, listilla.
Cuando mamá deje de darte la paga para comprar caramelos, te darás
cuenta de que la vida independiente es muy difícil"

Ella ladeó la cabeza.

"Una vez te llamé a las tres de la mañana y estabas trabajando. Tu jefe


debe de ser traficante de esclavos"

Puso los ojos en blanco.

"¿Aquello es una barra?" señaló, cambiando de tema.

Su hermana asintió.

"Sírvete. Hay barra libre. Los manhattan son francamente malos, no lo


pidas"

La miró escandalizado.

"¿Qué estás bebiendo ahora?" le arrebató la copa para olerla "¿lleva


alcohol? ¡Mamá!"

"¡Sh!" ella le dedicó una mirada asesina. "¿Quieres dejarme beber lo que
quiera o quieres que llame a mamá para que nos arrastre a saludar a
medio millón de familiares?"
Puso los ojos en blanco. Se sentía cada vez peor.

"Quédate aquí. Ahora vuelvo"

Louis enterró la vergüenza y el remordimiento que lo carcomían bajo dos


chupitos de tequila y un vaso de vodka con zumo de naranja.

Volvió con su hermana arrastrando ligerísimamente los pies, y ella alzó


una ceja.

"¿Qué has bebido?"

La señaló con un dedo amenazante.

"Tú nunca bebas" ordenó, con una firmeza tambaleante "no bebas nunca."

Ella puso los ojos en blanco.

"Cariño, varios chorros de alcohol se han ido cayendo en mis cócteles


todo el día. Así es como soporto a esta gente"

Louis la miró varios segundos, frunciendo el ceño en busca de una


respuesta inteligente, pero no le dio tiempo a responder. Su madre
apareció como un huracán de gasa violeta.

"¡Aquí estás! ¿Te has hecho daño? ¡Cómo te has puesto el traje! ¿Eso es
sangre?"

Louis tragó saliva.

"Estoy bien" dijo en voz baja, casi molesto "No es nada. Me he lavado y ya
está"

"¡Jamás vais a adivinar con quién he hablado!"

Con alguien fascinante, no hay duda.

Su madre ignoró con habilidad la mirada sarcástica que intercambiaron.

"¡Con vuestra tía Emily! ¿Os acordáis de la tía Emily? Quería tener más
hijos, pero sólo pudo tener a vuestra prima porque después los médicos le
detectaron unos problemas ováricos y..."

"¿Esta conversación va a continuar en la línea de los ovarios de la tía


Emily?" la interrumpió Lottie "Porque si es así, creo que necesito una
copa más fuerte que ésta"

"No seas boba. ¡Las señoritas no beben en las bodas! Qué bromas tenéis
siempre..." su hermana le dedicó un guiño exagerado a Louis cuando su
madre se giró de nuevo hacia él.

"El caso es que vuestra prima, la que tenía aquel novio extranjero que
hablaba con ese acento tan gracioso. Sabéis a quién me refiero. Ella
estudió algo de historia, o puede que algo social, había estudiado fuera..."

Los dos asintieron con entusiasmo. Ninguno de los dos tenía ni idea de
quién hablaba.

"Sabemos quién es" la interrumpió Louis con suavidad, porque ella


parecía dispuesta a seguir dando explicaciones durante horas.

"Resulta que ha dejado a ese chico extranjero, discutían mucho, dijo


Emily. ¡Pero eso no es lo peor! Ahora vuestra tía se ha enterado de que
está viviendo con una... amiga."

Lottie y Louis intercambiaron una mirada silenciosa.

"¿...Y?" preguntó su hermana, impaciente "¿ha oído hablar de las


compañeras de piso alguna vez?"

Su madre le dio un ligero golpe en el brazo, inclinándose hacia delante.

"¡No es una compañera de piso! Dicen que están... juntas. Quiero decir...
las dos. ¡Juntas! Figúrate. La tía Emily está disgustadísima. Ni siquiera le
había dicho nada. ¡Tuvo que enterarse por una vecina!"

Louis sintió a su hermana apartando la mirada, y no movió ni un músculo,


y su mano no tembló donde sostenía la copa.

"Debe de estar pasándolo fatal" continuó ella, sin darse cuenta del cambio
en el ambiente. "Pobre. No le he dicho nada, por supuesto, no voy a
hacerle pasar el mal trago aquí en la boda..."

Louis asentía mecánicamente.

No te preocupes.

El mal trago ya lo estoy pasando yo.

Su madre seguía hablando. La sonrisa de su hermana empezaba a


volverse rígida.

"Mamá" dijo al final, con suavidad "No sabes lo que ha pasado. Puede que
ellas..."

Su madre no la dejó seguir. Levantó las manos, defensiva.

"No lo sé" admitió "no sé lo que ha pasado. Pero la pobre Emily. No se lo


esperaba en absoluto..."
Dejó que siguiera hablando; de todas formas, prestar atención no le
ayudaría a disimular mejor. Cuando acabó de hablar no se sentía
ofendido, ni siquiera asustado, sólo cansado y un poco vacío.

"Me voy" susurró. Lottie lo miró al instante, pero no insistió.

"¿Quieres que vaya contigo?"

Negó con la cabeza.

"¿Vas a subir ya a tu habitación?" su madre parpadeó, mirándolo con los


ojos azules muy abiertos. Asintió de buena gana.

"Estoy cansado. Y me duele un poco el golpe. Tengo el traje mojado y...


quiero darme un baño"

"Es temprano, cariño. ¿Quieres que te ayude a cambiarte y...?"

"Oh, no, no hace falta. Quédate con Lottie, aún puedes pasarlo bien"
murmuró. "Nos veremos mañana, ¿vale?"

Ella asintió.

"Descansa" lo besó en la mejilla. Lottie se levantó y lo siguió.

"Louis" lo detuvo "Sabes que no lo decía en serio, ¿verdad? No lo dijo con


mala intención. Habría dicho lo mismo si ella se hubiera ido con... con un
hombre desconocido. Sólo estaba cotilleando"

"Ya lo sé, ya lo sé. No importa, Lottie" mintió. "No te preocupes. Ve con


mamá, está mirando raro" La besó en la mejilla antes de irse.

Louis suspiró al entrar en su habitación de hotel. Estaba exactamente


como la había dejado, pero la oscuridad tras la ventana y su ropa
esparcida por el suelo la convertían en una escena mucho más
deprimente de lo que recordaba.

Se dio un largo baño, se vistió ignorando su reflejo en el espejo, y se dejó


caer en la cama, exhausto. Las sábanas olían a un jabón que no era el
suyo y la almohada era extrañamente dura, pero estaba seguro de que
ninguna de ellas era la razón por la que se sentía lejos de casa.

Pero la habitación empezó a inclinarse peligrosamente sobre su eje, y las


náuseas treparon enseguida por su garganta como repulsivos insectos. Se
sentó trabajosamente, tomando grandes bocanadas de aire para intentar
combatirlas, y se llevó las manos a la coronilla con cansancio. Todo el
alcohol parecía haberse puesto de acuerdo para subírsele a la cabeza al
mismo tiempo.

He bebido demasiado.

Esto no va a ser nada divertido mañana.

Tardó un buen rato en poder levantarse. Bebió dos vasos de agua


lentamente antes de rendirse y dejarse caer en la cama de nuevo.

Pero no durmió. Se dedicó a dar vueltas en la cama, cada vez más


nauseoso y comido por el remordimiento.

¿Qué clase de idiota se tira al fotógrafo en una boda con toda su familia?

Era imposible que no los hubiera oído alguien. Había camareros,


limpiadores, el salón estaba a rebosar de gente. Se tiró del pelo;
empezaba a sentirse desquiciado.

Y si se entera mamá. Y si alguien le cuenta algo. Y si alguien nos vio


entrar juntos, o me vio hablar con él.

Tragó saliva con dificultad. Empezaba a tener ganas de hiperventilar.


Alargó la mano hacia su teléfono móvil antes de darse cuenta.

"¿Diga?"

"Zayn" se sentía al borde de las lágrimas y no sabía por qué "Siento las
horas."

"¿Louis?" lo oyó bostezar "¿Qué tal la boda?"

Louis notó una risa histérica abrirse camino por su garganta.

"Genial" gaznó "He bailado y he bebido y tuve sexo con el fotógrafo"

Al otro lado de la línea, Zayn guardó silencio.

"¿Sigues borracho, Lou?"

"N-No. Es probable" balbuceó. "P-Pero es cierto. Lo hicimos en el baño y


c-creo que nadie nos oyó y era guapísimo, Zayn, ojalá lo hubieras visto,
todavía tengo su tarjeta. Tenía-Tenía el pelo largo y los ojos verdes, como
un puñ-ñetero cuadro renacentista"

"¿Y por qué suenas como si estuvieras llorando?"

"Porque no dejo de pensar en que alguien pudo habernos visto, que


alguien se lo puede contar a mi m-madre y..." paró para respirar.

"Lou. Lou, tranquilo. No pasa nada. Escucha"


"N-nadie" lo interrumpió. Se concentró en respirar despacio para evitar
sonar como un histérico definitivo. "Nadie lo sabe, y todos me odiarían si
lo supieran, y todo el mundo me ha preguntado si tengo novia y a algunos
les he dicho que sí, y odio haber mentido..."

"Oh." lo oyó suspirar con suavidad "Oh, Louis. No te preocupes más por
eso. Mañana lo verás todo más claro."

Cogió aire profundamente.

"No quiero seguir así" confesó "No quiero seguir mintiendo, no quiero
seguir sonriendo a gente que no me quiere por cómo soy..."

"No puedes saber eso, Louis. Muchísima gente te querría exactamente


igual si lo supiera. Muchísima"

"Pero no la gente importante"

"La única gente importante será la que lo entienda, Louis. No le debes


nada a nadie"

Asintió, pero tenía los ojos llenos de lágrimas.

"Es mi familia. Es... toda mi vida" susurró. "No quiero que las cosas
cambien. No quiero ser el hijo gay de mi madre, no quiero que ponga una
sonrisa incómoda cuando le pregunten por mí, no quiero que evite el
tema delante de extraños, no quiero que llore y me pregunte si he
'intentado no ser gay', no quiero eso, Zayn"

"No dirán eso. Louis, nadie va a decir eso, no tiene por qué cambiar nada"

"Soy un embustero, ¿verdad?" susurró "Estoy mintiendo a toda la gente a


la que quiero para que sigan queriéndome. Soy peor que ellos. Soy..."

"No. No pienses eso. No es tu culpa, y no estás haciendo nada malo.


Nadie puede culparte, ¿me oyes? Sólo estás protegiéndote. Es
comprensible"

"Pero no lo van a comprender. Nadie"

"Claro que sí. Vete a dormir, Lou. Ahora no piensas con claridad, no es un
buen momento para reflexionar."

Asintió con convencimiento varios segundos antes de darse cuenta de que


Zayn no podía verlo.

"V-vale" murmuró. "Vale. Creo que he bebido demasiado"

"Escúchame. No es tu culpa no haber salido del armario. No eres un


embustero. Estás esperando el momento adecuado, y no tienes ninguna
obligación de contárselo a nadie que no quieras. Es tu vida privada, ¿me
oyes?"

"Sí" tragó saliva a través de las lágrimas "sí"

"Te llamaré mañana. No llores, Lou. Tú no tienes la culpa de esto, ¿de


acuerdo?"

"De acuerdo"

"Repítelo"

"Yo no t-engo la culpa de esto" murmuró.

"Ahora, créetelo"

Sonrió a través de las lágrimas. Después, se las secó.

"Gracias, Zayn"

"¿Te sientes mejor?"

"Sí. Y borracho"

"Vete a dormir, Lou"

"Lo haré"

"Te quiero"

"Y yo"

"Dejaré de hacerlo si me vuelves a llamar a estas horas"

Sonrió de nuevo.

"Vale"

"Cuelga de una vez y vete a descansar"

Louis se levantó con una dolorosa resaca y con un sabor asqueroso en la


boca. El sonido de su teléfono móvil se había transformado de alguna
forma en una atronadora taladradora eléctrica.

Consiguió agarrarlo. Su hermana no esperó a que hablase.


"¿Estás preparado?"

Frunció el ceño.

"S-Sí. Ya tengo la maleta casi acabada"

"¿Qué maleta?"

"La maleta para irme a casa..."

"...Louis, sabes que la boda no ha acabado, ¿verdad?"

"¿Qué?"

"Van a hacer una fiesta informal, hoy. Parte de la familia del novio no
podía venir ayer, así que van a hacer una especie de repetición."

Louis no se había movido.

"Lo repetiré. ¿Qué?"

"¿No lo sabías? Lo ponía en la invitación..."

"¿...Qué? Oh, no" sentía el aire escapándose de sus pulmones "Estás de


broma"

"No, Lou."

Gimió en voz alta.

"Esto es un infierno infinito" se quejó. Se giró hacia su maleta "¿y ahora


qué me pongo?"

Su madre lo observaba desde detrás de su propia copa.

"¿Te encuentras bien, cariño?"

Perdió fuerza al mirarla. Asintió distraídamente; se sentía como una


marioneta con los hilos cortados.

No quiero ser tu hijo gay. Quiero ser tu hijo.

Asintió. Estaban sentados en mesas blancas, esparcidas por el amplio


jardín del hotel. Louis había agradecido el aire libre como una bendición
del cielo, pero se limitó a pedir grandes vasos de agua helada que bebía a
sorbitos. No comió nada; no confiaba en su propia habilidad para
mantener la comida en el estómago.
"Estoy bien" dijo en voz baja, pero su voz sonó débil. Esperó a que se
marchase un minuto para volverse hacia Lottie a la velocidad de la luz.
Alzó una ceja.

"Tienes tanta resaca como yo" dedujo en voz alta, y ella asintió con
expresión hosca "Si es que no puedes beber. Eres una criatura"

Ella hizo el amago de tirarle el vaso por encima.

"¿Te quedaste con ganas de bañarte en copas?" lo retó, de buen humor.

Se quedó al lado de su hermana un buen rato. Hasta... hasta que volvió a


ver a Harry.

Llevaba un pantalón vaquero con grandes rotos en las rodillas. La


camiseta era prácticamente idéntica a la del día anterior, a excepción de
que tenía el cuello tan bajo que distinguía el primer tatuaje que había en
su torso; dos pájaros negros, que cruzaban miradas bajo sus clavículas.
Se movía igual que el día anterior, silenciosa y discretamente, sabiendo
que nadie le prestaba atención, disparando fotografías entre los invitados.

Louis se mordió el labio todavía sensible, dejando que su mirada se


deslizase perezosa por su espalda.

Todavía estaba furioso con él, pero le resultaba difícil dejar de mirarlo.

Podría babear. Ahora sabía cómo se sentía su piel de porcelana bajo las
yemas de los dedos, las delicadas líneas de sus tatuajes. Sabía el ruido
que emitiría su garganta gruesa si enredaba los dedos en su pelo moreno
con la suficiente fuerza. El centro de su cuerpo empezaba a apretarse
dolorosamente sólo de mirarlo.

Y Harry también lo estaba mirando. Lo disimulaba bien; no se había


quitado las gafas de sol y tenía el cuerpo ligeramente vuelto, pero notaba
su mirada en la piel como aire caliente.

Se excusó para ir al baño en cuanto su madre volvió, y se ocultó detrás de


un enorme biombo de madera blanca, que ocultaba la entrada del servicio
a la parte de atrás del restaurante del hotel. Estaba a punto de sentirse
en la cúspide de la ridiculez y marcharse, cuando Harry apareció, con la
cámara todavía encendida colgada del cuello.

"Qué quieres" murmuró apenas se acercó. Él alzó una ceja.

"¿Quién ha dicho que quisiera algo?"

"Llevas toda la mañana mirándome, y te prometo que no estoy de humor"

"¿Yo? Tú llevas sin quitarme los ojos de encima desde que llegué. Me
siento un poco violado"
"¿Tú, violado?" respiró hondo antes de decir cualquier barbaridad.
Permaneció en silencio tanto tiempo que Harry acabó impacientándose.

"¿...Te encuentras bien?"

"La verdad es que no. Me siento como un muerto al que alguien ha


intentado resucitar sin mucho éxito" dijo con franqueza. Él dudó.

"Pero no vas a vomitar, ¿verdad? Porque estos son mis mejores zapatos"
dijo con seriedad. Louis empezó a pensar en cómo trepar por su camiseta
negra para poder llegar adecuadamente a su cuello y estrangularlo.

"Si sigues aquí, es posible que vomite" se conformó con decir. "Sabes
cómo solucionarlo, ¿verdad? Te das la vuelta, empiezas a caminar y te vas
a la mierda"

Harry lo ignoró.

"Sólo quería asegurarme de que... no has hablado con nadie de lo que


pasó ayer"

Louis levantó la mirada. Quería mirarlo a los ojos, pero descubrió que aún
llevaba puestas las gafas de sol. Bajó la cabeza de nuevo, molesto.

"No, claro que no he hablado con nadie" contestó de mal humor. "Nadie
sabe que soy gay. Podría hundirme la vida si se entera mi familia. ¿No
estabas escuchando?"

"La verdad es que no mucho"

Louis apretó los dientes.

"No te preocupes. El secreto está a salvo conmigo" dijo en voz baja,


sarcástico "Por la cuenta que me trae"

"Genial"

"Adiós" ya estaba volviéndose para marcharse cuando una mano cálida le


agarró el brazo.

"Yo no soy gay" le oyó susurrar con aspereza "Sólo fue... un momento
raro. Un desliz."

Asintió con rapidez. No quería escucharlo; quería huir.

"Deja de decir eso. En primer lugar, es difícil creerte porque no has hecho
más que demostrar lo contrario. Y en segundo lugar, no tienes que
explicarme nada, me da exactamente igual. Por mí, podrías tener una
cabra esperándote en casa" explicó con diplomacia.

Él suspiró.
"¿Puedes hablar como una persona civilizada o sólo tienes esa habilidad
cuando estás a punto de...?"

Lo calló con una mirada asesina.

"Habla" dijo aspereza.

"No tengo mucho trabajo últimamente"

"Todos tenemos problemas. Yo tengo resaca y me duelen ciertas partes


del cuerpo que preferiría no mencionar"

Harry se encogió de hombros.

"Eso te pasa por ser una p..."

"No te atrevas a llamarme eso otra vez" lo interrumpió, con la voz


ahogada por la rabia. "No aquí entre toda la gente. Te mataría"

Él lo observó de arriba a abajo, calmado. Louis se sintió enfadar todavía


más al verlo tan poco afectado.

"Te costaría" opinó.

Ya se estaba marchando cuando lo agarró de nuevo.

"Espera. Estoy hablando contigo"

Louis empezaba a perder la paciencia.

"¿Qué quieres?" preguntó con cansancio. "No quiero que me vean


hablando contigo. ¿Quieres abreviar?"

"Quiero sacarte fotos."


Flash

Louis parpadeó. Se sintió enrojecer.

"...¿Cómo?"

"Quiero fotografiarte"

Frunció el ceño.

"¡Baja la voz! Yo no soy ningún modelo. No sé posar. Seré lo más ridículo


que hayas visto en tu vida"

"Claro. Es el objetivo. ¿Para qué querría fotografiar a un modelo? No voy


a hacer un catálogo de ropa"

Suspiró.

"Yo no soy alguien que... alguien que se fotografíe, Harry. Si quieres que
follemos otra vez, puedes decírmelo directamente. No tienes que andarte
con rodeos."

Harry sonrió. Ladeó la cabeza.

"Oh, quiero follarte otra vez. Pero también quiero fotografiarte"

Suspiró.

"Mira, lo siento, pero no puedo" admitió "Si... si alguien de mi familia ve


esas fotos, me..."

"Nadie las verá. No son para publicar"

"¿Cómo puedo saberlo?"

"¿No confías en mí?"

Contuvo la risa.

"Por supuesto que no. ¿Has visto cómo vas vestido?"

Él no parecía afectado en absoluto.

"Firmaremos un contrato de confidencialidad. Está inventado"

Sacudió la cabeza.

"Si no vas a publicar las fotos, ¿para qué quieres sacármelas?"


Él puso los ojos en blanco.

"Para pelármela con ellas. ¿Tú qué crees? Soy fotógrafo, Louis. No
necesito que mis fotografías salgan en todos los periódicos para que me
guste hacerlas"

Torció el gesto.

"¿Puedo pensármelo?"

Él se encogió de hombros.

"Tampoco te estoy sugiriendo ir a vivir a Marte."

Alzó la cabeza para mirarlo a los ojos.

"Que si puedo pensármelo" repitió, impasible. Él acabó asintiendo.

"Sí, claro."

"Te llamaré al número de la tarjeta"

"Llama al de abajo. El de arriba es el del estudio y..."

"Llamaré al que me dé la gana" lo interrumpió, con una sonrisa rígida.


"Adiós"

"¿Hoy no hay polvo de despedida?"

Louis se giró para clavar en él una mirada asesina.

"Baja la puta voz" masculló, antes de escabullirse de nuevo hasta su


mesa.

Zayn se recostó en el mullido sofá rojo que presidía el salón. La


habitación era grande y cuadrada, con el suelo de hormigón, y las paredes
estaban recubiertas de dibujos pintados directamente sobre el ladrillo
visto, pinturas sobre óleos raídos y pósters mal arrancados. Olía a pintura
en esmalte, a especias, a humo y a la comida china que estaban
engullendo como cena. En definitiva, olía a la casa de Zayn. Sólo él habría
podido convertir en una especie de hogar el bajo en el que vivía, que
había sido un taller de mecánica y que todavía tenía impregnado un
pesado olor a aceite en algunas habitaciones.

"Harry" dijo, al cabo de un rato meditando en silencio.

Asintió. Se sentía casi ansioso.

"Harry" repitió.

"¿Moreno? ¿Rubio?" preguntó, revolviendo con los palillos en la caja


cuadrada.

"Moreno. Ojos verdes. Alto. Parecía una estatua griega"

Él asintió. De repente, se giró para mirarlo.

"Utilizarías protección" farfulló, con la boca llena. "Ni siquiera lo conoces.


Podría ser un promiscuo, o un putero, podría pasarte algo..."

Puso los ojos en blanco.

"Claro que utilicé protección" dijo, con un gesto obvio "no soy idiota."
Revolvió en su propia caja de arroz frito en busca del último trozo de
carne. "Utilizamos protección de la talla más grande" masculló, y lo oyó
reír.

"Ya lo entiendo. Por eso estás así. Eres un romántico, Louis."

"¡No!" lo golpeó con los palillos, escandalizado. "No se trata de eso. Pero
al día siguiente..."

"Me extraña verte sentado aún a estas alturas..."

Lo acalló con una mirada asesina.

"Lo que decía" continuó, ignorándolo "es que al día siguiente se acercó a
hablar conmigo. Me dijo que quería fotografiarme"

Zayn se inclinó hacia delante. Había dejado de comer.

"¿...Desnudo?"

Casi se atragantó.

"¡Claro que no! ¿Q-Quién te crees que soy, Pamela Anderson en la portada
de Playboy?" él no se inmutó.

"¿Hablasteis específicamente de fotografías vestido?"

"Bueno" Louis sintió sus mejillas enrojecer "no hablamos de nada


específico. Pero no creo que haya asumido que saldré desnudo si no
hemos dicho nada"
Zayn pareció pensarse la respuesta, pero lo conocía lo suficiente como
para saber que sólo fingía.

"Llámale y pregúntale"

"¡No voy a llamarle y preguntarle si pretenderá que vaya desnudo o no!"

"¿Por qué no? ¿Te lo follas en el baño pero no quieres que te saque unas
fotos?"

"Evidentemente. A saber dónde acaban. Podría verlas alguien conocido"

Zayn lo pensó un momento.

"Tienes razón" dijo al final, con suavidad. "Pero si estás vestido, ¿las
harás?"

Se encogió de hombros.

"Supongo que no" murmuró, bajando la cabeza hacia la caja de comida.


"Aunque estuviera vestido, ¿cómo iba a explicarlo si alguien de mi familia
lo viese?"

"Te pidieron que hicieses de modelo y aceptaste. ¿Qué hay de malo en


eso?"

Negó con la cabeza con vehemencia.

"No quiero dar explicaciones"

"Pero quieres sacarte las fotos"

Lo miró.

"No, ¿quién ha dicho que quiera hacerlas?"

"Es obvio. No has hablado de otra cosa que no fuese ese fotógrafo en toda
la noche"

Le dedicó una mueca.

"Bueno. Hacía mucho tiempo que no echaba un polvo así"

"¿Cuánto tiempo?"

Louis le dio vueltas a los palillos manchados antes de usarlos para


llevarse a la boca el último bocado.

"Toda mi vida" acabó diciendo, con sorna, y él rió.

"Hay muchos penes en el mundo. No te dejes hipnotizar por el primer


imbécil que tenga uno destacable"
Apretó los labios. Se pasó una mano por el pelo, cerrando los ojos.

"Dios, no sabes lo desesperante que es" murmuró "Es... como un robot


diseñado para sacarme de quicio..."

Zayn le hizo un gesto con el vaso que sostenía.

"Pues eso. No vale la pena"

"No" acordó al instante.

"¿...Pero te va a llamar?"

Negó con la cabeza.

"Me dijo que lo llamase yo porque le dije que tenía que pensármelo.
Tengo su tarjeta"

Zayn asintió despacio, pensativo.

"¿Y vas a llamarlo?" presionó.

"No lo sé. No lo sé" lamió los palillos y los dejó caer dentro de la caja
"supongo que no. No quiero líos. Y tengo demasiado trabajo"

"Trabajos. Tienes demasiados trabajos"

Sacudió la cabeza.

"No debería haber ido a esa estúpida boda se quejó "Y sobre todo nunca
debería haber hablado con él."

"En realidad, todo iba bien hasta que decidiste tirártelo"

Le dedicó una mirada gélida.

"No estás ayudando"

Zayn sonrió ampliamente. No parecía arrepentido.

"Lo sé"

Apenas tres días después, Louis se debatía delante de su teléfono.


Harry detrás de su cámara, con las largas piernas flexionadas.

Harry con una ceja levantada tras sus gafas de sol, girando la cabeza
como si supiera lo deliciosa que se veía la curva de su cuello cuando lo
hacía, como si pudiera notar a Louis derritiéndose al otro lado de la
habitación en presencia de su mandíbula cuadrada. Como si se estuviera
burlando de él. Como si fuera consciente de su desesperación.

Harry gimiendo agitadamente entre sus piernas, con la camisa abierta y


los tatuajes negros extendiéndose por su pecho como las líneas de un
mapa. Harry sujetando sus caderas con demasiada fuerza y mordiéndole
la boca y gruñendo en voz baja como un animal encerrado

Tragó saliva.

Va a ser complicado mantener esto dentro de lo profesional, pensó con


amargura, pero agarró el teléfono. Trató de no pensar en su maltrecha
dignidad mientras oía los tonos.

Alguien descolgó.

"¿Diga?" no era Harry. Era un hombre mayor, con la voz gastada.

Respiró hondo.

"Hola" se esforzó por decir. "Buenas tardes. ¿Podría hablar con Harry?"

Oyó un leve crujido.

"¿Con Harry?" parecía burlarse de él; Louis empezó a temer haberse


equivocado. "¿Quién coño eres?"

Frunció el ceño, nervioso. Quería colgar, dejar de oír esa voz de carraca y
olvidarse de esa condescendencia sucia para siempre; pero sabía que si lo
hacía, no volvería a llamar.

"Soy un amigo" acabó balbuceando.

"¿Un amigo? ¿Eres ese cabrón que le vende droga?"

"No, yo... Quedé con él para que me saque unas fotos" tartamudeó.

"Ah. ¿Es por un servicio de fotografía? Porque seguramente yo pueda


hacerlo mejor"

Lo dudo enormemente.

"No" se oyó decir en voz alta "Quedé... con él, en concreto. ¿No está ahí?"

No oyó respuesta. Ya estaba a punto de colgar cuando Harry agarró el


teléfono con un ruido cortante.
"¿Diga?

Soltó el aire que estaba conteniendo.

"Harry" respiró "Hola. Soy Louis, de... la boda."

"Sí. Sé quién eres"

Se tragó la respuesta que realmente quería darle y se concentró en ser


amable.

"He pensado lo de las fotos"

"Pensar está bien. ¿Quieres hacerlas o no?"

Puso los ojos en blanco.

"Sí"

"Genial"

Respiró hondo.

"Quiero el contrato de confidencialidad. Firmado por ti y por... el


responsable del estudio. Y no quiero que se suban a... ninguna página
web, ni a ningún catálogo, ni que se presenten a ningún certamen..."

"Todo eso ya se refleja en el contrato, lo verás aquí. Sabes leer, ¿no?"

"Claro que sí. Lo que me preocupa es que tú no sepas escribir"

"Espera" oyó el lejano rumor de pasar páginas al otro lado de la línea


"¿Mañana a las seis?"

"No. Trabajo hasta las doce"

Más páginas.

"¿Pasado mañana, a las cuatro y media?"

"También trabajo"

Lo oyó resoplar.

"¿Cuándo puedes?"

"El domingo. Por la tarde la tarde"

"No abrimos el estudio los domingos"

"Tendrás que abrirlo para mí"


"Yo no 'abro el estudio' para cualquiera que esté ocupado, Louis. Si no
tienes tiempo, no te ofrezcas para hacer las fotos"

Se encogió de hombros para sí.

"De acuerdo. Era tu estúpida idea de todas formas." dijo con ligereza,
pero contuvo la respiración mientras él suspiraba, con el labio inferior
atrapado sin piedad entre los dientes.

"Vale" lo oyó bufar "Eres un dolor de muelas allá donde vayas, ¿no?"

"Hago lo que puedo"

"A las cuatro"

"A las cuatro y media. Tengo que encontrar la dirección"

"Me estoy jugando bastante para abrir el puñetero estudio cuando a ti te


venga en gana"

"Qué valiente. Ponlo en tu currículum. Escucha" lo interrumpió antes de


que pudiera contestar "¿Quieres que me ponga algo... especial?"

"Oh, por supuesto. Trae el mejor vestido colonial que tengas. Con
enaguas y corsé, a poder ser. Pero sin bragas"

"Eres idiota"

"Ponte una camiseta blanca y unos vaqueros."

Respiró hondo intentando no perder la paciencia.

"Las fotografías las haré así, ¿no?"

"¿Así?"

"En camiseta blanca y vaqueros"

"No entiendo qué quieres que te diga"

"¡Que si es eso lo que voy a llevar puesto cuando me hagas las fotos!"
exclamó, acalorado.

"¡Ah...! Sí... claro. ¿Qué otra cosa...?"

"Genial" lo cortó. "Genial. ¿Voy a la dirección de tu tarjeta? ¿Al estudio de


fotografía?"

"No, ahí no hay sitio. Tenemos un lugar para sacarlas. Te enviaré la


dirección en un rato." Un breve silencio "¿Qué coño ibas a traer puesto?
¿Un traje de noche?"
Colgó.

Louis trabajaba en un bar de lunes a viernes, y en una discoteca las


madrugadas de los viernes y sábados.

Solía pasarse el domingo entero durmiendo; trabajar las noches después


de una semana lo suficientemente larga lo dejaba mareado y exhausto.

El domingo era también el día en el que su hermana solía llamarlo, para


charlar. Suponía que no tendría nada que hacer. Era una buena
suposición, en realidad, porque su hermana no sabía nada de su segundo
trabajo.

Eso no evitaba que diese un respingo cada vez que la melodía empezaba a
trinar. Louis se incorporó en la cama, sobresaltado, y empezó a toser
automáticamente, en un intento de calentar la voz.

"¿Diga?" acabó diciendo en voz alta, sujetando el teléfono contra su oreja


sin encender la luz.

"Hola, Lou"

"Lottie" tragó saliva. No abrió los ojos, sus párpados pesaban una
tonelada. "Hola. ¿Va todo bien?"

"Sí, sí, muy bien. ¿Y tú?"

"Bien" frunció el ceño al oír la cautela en su voz "¿...Por qué? ¿Ha pasado
algo, o...?"

"No, no. Sólo quería asegurarme de que no estás disgustado por... lo que
dijo mamá en la boda"

Suspiró.

"No, claro que no. Sé que no lo dijo con mala intención"

"No hace falta hablar con mala intención para hacer daño"

Sonrió.

"Ya lo sé, pero estoy bien. No te preocupes por mí, Lottie. Ya lo he oído
todo"

"Pero no se lo has oído a mamá"


Apretó los labios. Su hermana tenía la extraña habilidad de encontrar sus
debilidades en los rincones más ocultos, allí donde todo el resto de
personas ni siquiera miraban.

"¿Por qué estás tan preocupada? Ya te he dicho que no estoy disgustado"

"Ya lo sé. Pero también sé que cada vez que alguien dice algo así, te
desinflas un poco más. Como si... hubieras estado pensando en decir algo,
y de repente te arrepintieras"

"Créeme, no saldré del armario pronto. Estoy muy bien aquí"

"Eres un mal mentiroso. Cada vez estás más delgado. Mamá se ha dado
cuenta de que parecías agotado en la boda"

"Que yo sepa, las personas heterosexuales también se cansan"

"Ya sabes lo que quiero decir."

Louis sonrió.

"Estoy bien, Lottie. De verdad." prometió, pero ella no pareció quedarse


conforme.

"¿Sales por ahí, con tus amigos?" presionó.

Puso los ojos en blanco, sonriendo.

"Sí, mami"

"Me refiero a alguien que no sea Zayn. Él no cuenta"

Frunció el ceño.

"¿Por qué no cuenta?"

"Porque prácticamente vives en su casa. Sospecho que os acabaréis


casando"

Louis se echó a reír.

"Zayn es como mi hermano. Como un hermano mayor e irritante" dijo con


sinceridad.

"Ahora en serio. Sabes que puedes decírmelo si sales con alguien"

Respiró hondo.

"No salgo con nadie" murmuró, casi tranquilizador. "Sabes que te lo


contaría"

"A mí. Sólo a mí, y nadie más. Como si fueran trapos sucios"
Louis se pellizcó el puente de la nariz, exasperado.

"Quieres que salga del armario." murmuró, frustrado.

"Quiero que seas feliz. Y ahora mismo no lo eres, Lou. Te falta... algo"

Cerró los ojos.

"Ya lo encontraré" dijo, con más seguridad de lo que realmente sentía.


"No te preocupes por mí"
Flash

Harry abrió la puerta.

"Llegas tarde"

"Hola" le dedicó una sonrisa exageradamente grande. "Es maravilloso


verte otra vez. He echado de menos tu amabilidad"

"Y yo tu ingenio" Harry hizo un amago de reverencia que decidió ignorar.

"Cuando llamé, hablé con un hombre mayor. ¿Es tu jefe?"

Él se encogió de hombros.

"Por decirlo de alguna forma"

Asintió despacio.

"Un hombre encantador" dijo al final, desesperado por romper el silencio


que amenazaba con caer sobre ellos "Me confundió con tu camello"

Harry alzó una ceja.

"Pasa" dijo al final, haciéndose a un lado para que entrase.

El estudio era tan grande que casi parecía una nave industrial; había
grandes planchas textiles de diferentes colores, extendidas en una de las
paredes más largas; dos focos de más de dos metros de altura guardaban
un trozo cuadrado de suelo, entarimado, como centinelas con forma de
paraguas abiertos. Todo el resto de la estancia estaba llena de objetos;
columnas blancas de cartón piedra, cestas, baúles de madera, sillones y
butacas, cuerdas gruesas y anudadas entre ellas, alfombras enrolladas e
incluso pequeños montoncitos de libros falsos.

Louis eligió una butaca tapizada con una tela gruesa y áspera de color
naranja oscuro y se dejó caer sobre ella con ligereza.

"Quiero ver el contrato" anunció, sin mirarlo. Harry emitió un gruñido


molesto antes de desaparecer al fondo del estudio.

Volvió con un manojo de papeles y un bolígrafo, y se lo tendió todo sin


mirarlo.

"Yo ya lo he firmado" murmuró. "Espero que sí sepas leer"

Louis ojeó los papeles. Nunca había visto un contrato de confidencialidad,


así que no tenía ni idea de qué debía esperar, pero no pensaba darle la
satisfacción de demostrar que no sabía lo que leía.

Todo parecía bastante estándar; aparecía un sello azul en todas las


páginas, y una firma grande y puntiaguda en todos los pies, hecha con
tinta negra.

"¿Tengo que firmar en todas las hojas, como tú?"

Harry negó con la cabeza. Por algún extraño milagro, decidió no burlarse
de su pregunta.

"Sólo en la última. Donde pone tu nombre. Pero hay dos copias, una es
para ti"

Louis frunció el ceño, sin levantar la mirada del papel.

"¿De dónde has sacado mi nombre completo?"

Él hizo un gesto obvio con las manos.

"De la boda"

"Mi segundo nombre no aparecía en la invitación"

"¿Por qué no?"

Porque lo odio.

"No has respondido a la pregunta. ¿Me has espiado?"

Él soltó una carcajada.

"Yo bajaría los humos. No eres tan interesante, créeme."

"Pero has abierto este estudio un domingo por la tarde para volver a
verme"

"Para fotografiarte. Soy fotógrafo, ¿te has fijado?" Harry levantó la pesada
cámara que colgaba de su cuello para mostrársela, con una ligera
expresión de sorpresa.

Louis asintió con indulgencia.

"Lo que tú digas, cariño" se burló con satisfacción, firmando bajo su


nombre.

"Vamos" Harry lo guió hasta el trozo de suelo entarimado, tras una


brillante pantalla blanca, y lo colocó delante. "Ponte aquí." Ladeó la
cabeza, escrutándolo durante unos segundos.

"Sin chaqueta" decidió en voz alta. "Quítatela." Louis se encogió


inconscientemente.
"La verdad es que prefiero llevarla"

"Sin chaqueta. Puedo poner un calefactor si tienes frío"

Louis obedeció. No le emocionaba la idea de quedarse en camiseta


blanca, sobre todo en una ligeramente estrecha que- toda la culpa era
suya- Zayn había insistido que se pusiese.

"No te acuestes con él" había sido su único consejo, y estaba dispuesto a
seguirlo. A conciencia.

No le resultaría difícil; se sentía incómodo, vulnerable e inseguro bajo la


mirada calculadora de Harry, que lo escrutaba como si el objetivo fuera
un enorme ojo amenazante.

"Y el reloj" dijo él al cabo de unos segundos, en un tono más suave. "Y los
zapatos"

"¿...Los zapatos?"

Él asintió, ignorando su tono escéptico.

"Eres demasiado... grande, en el objetivo. Necesito que aparezcas un poco


más vulnerable"

"¿Qué tiene que ver eso con los zapatos?"

"¿Quieres hacer lo que te digo de una puta vez?" gruñó él, exasperado
"¿Alguna vez has seguido una orden sin cuestionarla?"

"No" respondió con facilidad, sin parpadear "Y no tengo pensado empezar
ahora"

"Quítate los puñeteros zapatos. Vamos a empezar. No quiero que se me


haga tarde escuchando tus tonterías"

Louis balanceó los brazos a sus costados, incómodo.

"Vas a tener que decirme qué hago" admitió. Él asintió; montaba la


cámara sobre un trípode sin prestarle demasiada atención. Se estiró para
encender los dos focos.

"No te preocupes. No hay que tener un doctorado"

Louis miró a su alrededor.

"¿...Me siento en el suelo?"

"No, ahora te traigo... Espera" desapareció entre dos gruesas escaleras de


mano de madera; Louis miró las dos cámaras que Harry había dejado en
el suelo.
"Siéntate" volvió al instante, cargando con un taburete alto de madera
oscura, pulida y brillante, que puso delante de la pantalla blanca. "Deja
las manos relajadas en el regazo. Cierra los ojos"

Obedeció, incómodo. La tarima era fría e irregular bajo las plantas de sus
pies, pero no dijo nada mientras se subía al taburete. Louis se encaramó
con cuidado, molesto. Las piernas no le llegaban al suelo.

Harry disparó antes de que pudiese cerrar los ojos.

"No estaba listo" protestó al instante.

"Cierra los ojos"

Louis bajó los párpados con fuerza, decidido a estropearle la siguiente


imagen, pero él disparó sin más. Abrió los ojos al instante y movió las
piernas en el aire.

"¿No había una silla más alta?" gruñó.

"Sí." él le dedicó una sonrisa brillante. Louis parpadeó; incluso con el aire
burlón, tenía una sonrisa amplia y franca. Los hoyuelos lo rejuvenecían, y
sus ojos verdes se entrecerraban ligeramente.

Estaba guapo, con una camisa negra desgastada y un pantalón casi


idéntico al que había llevado a la boda, con dos grandes rotos en las
rodillas.

Louis apartó la mirada con rapidez. Él apareció tras la cámara. Para su


desgracia, tenía una ceja levantada con expresión divertida.

"No estaba previsto que te pusieras caliente" se burló "Pero puedo


quitarme la camisa si va a ser una sesión..."

"Cállate" espetó "Eres inapropiado. Y maleducado. No sé por qué he


venido"

"Porque eres una putita"

"Si vuelves a llamarme eso, me iré. Y le contaré a tu jefe a qué te


dedicaste en tu horario de trabajo en la boda"

Harry asintió con seriedad.

"Eso es muy amenazador. Pero, técnicamente, no era mi horario de


trabajo. Así que tenía permiso para hacer lo que considerase conveniente.
Putita"

Louis se puso de pie con un movimiento brusco.

"Eh" Harry le agarró el antebrazo, con una suavidad que parecía impropia
de sus manos grandes. "Lo siento. No te vayas. Sólo quería que te
enfadases"

Louis se sacudió su mano de encima. Se sentía ridículo, furioso y


exagerado ante la calma exasperante de Harry.

"¿Por qué?" explotó "¿Para qué mierda me has hecho venir? ¿Para
humillarme?"

Harry disparó y el flash lo acalló eficazmente, al mismo tiempo que la luz


lo cegaba. Louis se sintió hervir.

"¿En serio vas a fotografiarme cuando te estoy gritando?"

"Claro. Para eso he venido"

Alargó la mano hacia sus zapatos y empezó a ponérselos.

"Me voy" susurró con aspereza. Harry no se movió.

"Eres tú cuando estás enfadado. Eres real"

Louis bufó. No se detuvo.

"Soy real" refunfuñó "Esté enfadado o no"

"Para la cámara, no. Eres como un maniquí. No tienes expresión, no te


mueves bien. Pero si estás enfadado conmigo, eres emoción pura. Eres
movimiento y sombra"

"Genial. Al final sí que has hablado con tu amigo que te vende droga" dijo
con sarcasmo, y Harry ocultó una sonrisa tras la cámara. "Ni se te ocurra
seguir disparando. Ni se te ocurra"

Harry pareció tomarse en serio la amenaza en un voz, porque bajó la


cámara al instante.

"¿Te vas, en serio?" oyó su voz a sus espaldas cuando echó a andar.

"No voy a quedarme aquí y dejar que me trates así para que puedas
fotografiarme con la expresión adecuada, como un mono de feria"

"Creía que era exactamente para eso para lo que venías"

"Venía a que una persona normal me sacase fotos. Fotos normales. No sé.
Sonriendo, serio, mirando hacia abajo, mirando hacia arriba, mirando a lo
lejos..."

"¿Para qué quiero esa mierda? No necesito fotografiarte así. Así es como
te ve todo el mundo ya"

Sacudió la cabeza.
"No quiero que me vean de otra forma"

"¿Por qué no?"

"Porque" respiró hondo "tarde o temprano, todo acaba volviendo a que


soy gay. Y no puedo... salir del armario ahora"

"No se trata de eso"

"¿Y de qué se trata?"

Pero él se limitó a encogerse de hombros.

"Sólo pareces vivo cuando estás enfadado conmigo"

Louis negó con la cabeza.

"Pues estoy vivo las veinticuatro horas del día" espetó con rabia, pero su
voz sonó hueca.

Harry suspiró.

"Quédate, por favor" acabó murmurando entre dientes, a su pesar. Louis


se lo pensó sin apartar la mirada de las correas negras de la cámara, que
se enroscaban entre sus manos.

Respiró hondo.

"No vuelvas a llamarme eso" advirtió, y él asintió, con una media sonrisa
que lo sacó de quicio instantáneamente.

"Prometido"

Harry se puso en movimiento al instante.

"Ponte ahí. De pie. Mete el pie izquierdo detrás del derecho. No tanto.
Relaja los brazos, ¿qué te pasa en los brazos? ¿Tienes frío?"

Negó con la cabeza y relajó los músculos premeditadamente.

"No estoy cómodo así. No tengo demasiado buen equilibrio"

"Después de cargarte esa torre de copas, ya había supuesto que no eras


un atleta olímpico."

Chasqueó la lengua.

"Ese champán era asqueroso. Y ya hay que ser creído para hacer una
montaña con copas de cristal."

"En eso estamos de acuerdo" Harry disparó varias veces antes de quedar
satisfecho.
Lo pilló desprevenido; parpadeó, cegado.

"Podrías haber avisado. He quedado con cara de..."

Él revisaba la foto en la pantalla de la cámara.

"Es el objetivo." lo interrumpió, distraído "No te quiero posando, y eres


fácil de distraer..." giró la cámara para ver algo en la foto. "No. La luz está
mal. Siéntate en el suelo, mejor. Espera..."

Louis dejó que apartase el taburete y que bajase los focos hasta que su
luz lo deslumbró.

"¿Cómo me siento?"

"Cabeza abajo"

Louis se dejó caer sobre el entarimado y cruzó las piernas, petulante.

"Eres idiota. Me sentaré como me dé la gana" anunció en voz alta, y él


casi sonrió detrás de la cámara.

"Mírame" obedeció instintivamente; Harry disparó al instante. Contempló


la pantalla varios segundos antes de asentir.

"Tienes un odio muy fotogénico" comentó en voz baja. "Eres muy fácil de
fotografiar"

Louis puso los ojos en blanco.

"No hables de otro modelo mientras me estás fotografiando" se burló,


irónico. Él frunció el ceño; no parecía haberlo entendido.

"¿De qué coño hablas?"

Louis meneó la cabeza. No se molestó en responder.

El flash se disparó otra vez.

"Ya está" le oyó murmurar "Espera"

Louis se bajó del taburete mientras él arrastraba los focos hacia un lado y
cambiaba el fondo por uno negro.

Se volvió hacia él con decisión, observándolo como si se enfrentase a un


nuevo reto.

Alargó una mano para darle un toquecito en el hombro.

"Siéntate en el suelo. Flexiona una pierna, apóyate en esta mano... Eso."

Louis lo miró con expectación.


"¿...Vas a sacar la foto o...?" preguntó al cabo de unos segundos de
silencio.

"No quiero que mires al objetivo esta vez. Mira a otro lado"

Louis clavó la mirada en un sillón forrado de terciopelo negro.

"¿Para qué tenéis toda esta basura?" se decidió por decir, sólo por
pincharlo.

"Necesitamos diferentes accesorios según la sesión fotográfica"

"Parecen decorados porno" opinó, y él rió entre dientes.

"Pues una vez nos alquiló el estudio un grupo de cine independiente, para
grabar unas escenas"

"Calculo que habrán tenido sexo en la mitad de los sillones" calculó con
aparente frialdad, pero acabó uniéndose a sus risas.

Louis acabó aburriéndose de sentarse en el suelo de madera y se paseó


por el estudio. Harry lo siguió sin protestar; lo retenía de vez en cuando
para ir a buscar un foco portátil o para darle órdenes antes de disparar,
pero parecía apaciguado.

Llevaban más de dos horas cuando Harry se quedó quieto. Louis se quedó
mirándolo, esperando a que tomase la fotografía, pero no lo hizo.

"¿...Y bien?"

"Espera. Tengo una idea. Vuelve a la tarima." desapareció y reapareció


con una pantalla idéntica a la que ya cubría la pared a sus espaldas, pero
de un intenso color azul claro. Louis le dejó cambiarla.

"Un color muy sutil" dijo con suavidad, y él sonrió.

"Nunca lo he usado. Parece el puto fondo de la sirenita, es ridículo"

"¿Y ahora lo usas conmigo? Qué halagador"

"Es una prueba. Trae el taburete"

Lo arrastró deliberadamente despacio hasta el centro del entarimado y se


subió a él. Lo miró con expectación.

"¿Qué hago ahora?"

"Tápate los ojos con las manos"


Obedeció. Llevaba toda la tarde oyendo órdenes aparentemente absurdas;
una más no lo mataría.

Oyó el suave sonido del flash una, y dos veces.

"Vale. Ya está" oyó, y retiró las manos, pero Harry todavía lo apuntaba con
la cámara, y disparó una tercera vez antes de que pudiese reaccionar, con
las manos todavía en alto.

"¿Qué...?"

"Tenían que verse tus ojos" Harry hizo un gesto hacia la pantalla azul
"¿Para qué crees que he puesto eso?"

"¿Y para qué me pediste que me los tapase?"

"Para que no te dieses cuenta de que quería que se te vieran los ojos. No
eres fácil te engañar, p..." se cortó. Louis clavó una mirada desafiante en
él, que suspiró.

"Ha valido." alargó una mano para ayudarlo a bajar del taburete "Gracias
por venir. Creo que esto va a quedar genial"

Louis esbozó una media sonrisa. Abrió la boca para responder cuando se
dio cuenta de que Harry no había acabado de hablar.

"Está bien que tengas más talentos además del de ser follado en baños"

Apretó la mandíbula.

"Cuando las vea, comprobaremos si tú también tienes algún otro talento"

Él lo miró.

"¿Quieres verlas?"

"Evidentemente. Para algo he posado todo el día."

"No las entenderás. No tienes ni idea de fotografía."

Alzó las cejas.

"No puede ser tan difícil si tú te dedicas a esto"

Harry no parecía afectado.

"¿Siempre eres tan irritante?"

"Sólo con personas como tú"

Él asintió con calma.


"Puede que por eso te dejase tu novio"

Louis sintió la ira reverberando inevitablemente en su pecho.

"Que te jodan" escupió. Se levantó y se calzó con rapidez, agarrando su


chaqueta casi con violencia y doblando su copia del contrato al agarrarla
sin prestar atención.

Salió del estudio hecho una furia, y Harry no intentó detenerlo.


Afortunadamente, porque a esas alturas ya estaba dispuesto a darle un
puñetazo si intentaba acercarse a él.

No dejó salir las palabras contenidas que se arremolinaban en su interior


iracundas, furiosas por no ser liberadas en una explicación que no tenía
que darle, una aclaración que no le interesaba.

Yo le dejé a él.
Flash

Louis estaba acabando de cocinar la cena cuando el teléfono empezó a


sonar. Zayn llegaba tarde, como siempre, y ya lo había previsto. Agarró el
teléfono con la mano entorpecida por una manopla de cocina.

"¿Vas a llegar tarde otra vez? Creo que he quemado el asado" anunció de
buen humor "¿te has acordado del pan?"

Al otro lado del teléfono se hizo el silencio.

"Creo que hoy voy a retrasarme, tesoro"

Louis sintió su propia expresión cambiando al oír la voz grave y


aterciopelada. Carraspeó.

"¿Quién es?" gruñó. Sabía perfectamente quién era.

"Harry"

"Harry... ¿Qué Harry...?" fingió preguntarse en voz alta. Le oyó bufar.

"Fotógrafo. La sesión de fotos de anteayer. Follamos en una boda"

"Ah, Harry. Sí, ya me doy cuenta... ¿cómo puedo librarme de ti?"

"Voy a revelar las fotografías. Dijiste que querías verlas"

"Ya no me interesan. No te preocupes"

"Louis. Siento lo que dije. No era asunto mío"

Zayn timbró en ese momento. Presionó el botón de abrir sin preguntar


quién era.

"Oye, tengo que irme. Acepto tus disculpas, simplemente no quiero volver
a verte en mi vida. No es personal. Me dan igual las fotos. Puedes
quemarlas o romperlas o empapelar paredes con ellas, me da igual"
explicó con paciencia.

"Te dejaste el reloj"

"¿...Eh?"

"El reloj de pulsera. Te lo dejaste olvidado en el estudio. ¿Tampoco lo


quieres?"

Apretó los dientes. Empezó a preguntarse si valdría la pena sacrificar un


reloj para no tener que soportarlo más en el momento en el que Zayn
golpeaba la puerta de su apartamento con los nudillos.

Abrió. Se sacudió la manopla de la mano y levantó un dedo para decirle


que tardaría un minuto. Zayn no dijo nada; arrastraba una bolsa de
plástico y llevaba un abrigo negro cinco tallas más grande del que le
habría correspondido.

"Iré a buscarlo" dijo, hosco.

"¿Cuándo?"

"Déjaselo a tu jefe. Iré cuando pueda"

"Mi jefe no te lo dará. Probablemente no te deje entrar siquiera"

Louis frunció el ceño.

"Estás mintiendo" aseguró, pero dudaba.

"Compruébalo"

"No tengo días libres esta semana" dijo con impaciencia "y no me
adelantarán nada en el bar"

"Dime dónde trabajas y te lo llevaré"

"No voy a decirte dónde trabajo"

"¿Por qué no?"

"Porque eres un estúpido desagradecido y entrometido"

Zayn pareció entender con quién estaba hablando en ese momento. Dejó
la bolsa en el suelo y levantó las cejas con expectación.

Louis aguzó el oído; podría jurar que acababa de oírlo suspirar.

"De acuerdo. Es tu reloj. A mí ya ves si me importa"

Se mordió el labio inferior.

"Te llamaré" dijo, esquivo.

"¿Cuándo?"

Empezaba a perder la paciencia.

"Cuando pueda. Cuando vea que tengo un momento para ir a buscar el


reloj. Cuando me dé la gana" borboteó, malhumorado.

"Vale, vale. Jesús. Estás muy amargado. ¿Necesitas otro polvo?"


"Adiós" colgó con rapidez. Si seguía escuchando esa voz profunda,
probablemente nunca acabaría con la conversación.

Zayn lo miraba con escepticismo cuando lo miró.

"...Hola" gruñó "llegas tarde"

"¿Estabas hablando con él? ¿Con el fotógrafo?"

Asintió.

"Vamos a cenar. Siéntate"

Zayn se sentó arrinconado a la diminuta mesa que presidía tristemente su


cocina.

"¿Vas a volver a verlo? ¿Después de...?"

"No. Claro que no." sacó la bandeja del horno y dejó que el soplo de aire
caliente le bañase el rostro. "Dios, estoy agotado. Mi jefe es idiota. El bar
se va a hundir por su culpa"

"Que le jodan. Busca un trabajo mejor"

Negó con la cabeza. Cortó dos trozos de carne en dos platos y repartió la
menestra de verduras y la salsa entre ellos.

"Me gusta el bar" dijo en voz baja. "Estoy a gusto allí"

"¿Estás a gusto con Harry?"

Se giró con brusquedad.

"¿A qué viene eso?"

"Todavía estamos hablando de él. Simplemente has intentado cambiar de


tema"

Louis torció el gesto. Dejó el plato delante de su amigo.

"Lávate las manos. Estás lleno de tinta" gruñó.

Zayn hundió el tenedor en su plato, pero todavía lo observaba con los ojos
oscuros divertidos.

"Te ha dejado tocado" advirtió.

"¡No! Por supuesto que no. ¿Quién te crees que soy? Sólo hice la estúpida
sesión de fotos porque me lo pidió. Es buen fotógrafo, y ya está. No
necesito un nuevo machito heterosexual en mi vida. ¿Quieres lavarte las
manos, por favor? Es un poco antihigiénico"
"Es tinta hipoalergénica. No es tóxica, y no me quedaba disolvente para
limpiarme. Estás molesto por lo que dijo de Bradley, ¿no?"

Se giró para mirarlo, incrédulo.

"Claro que estoy molesto" farfulló. "¿En serio encuentras raro que me
enfadase?"

Zayn ladeó la cabeza.

"Sí"

Se dejó caer sobre su propia silla y hundió el tenedor en su plato casi con
violencia.

"¿Por qué?"

"No lo sé. Tú me lo dirás"

"Zayn, me he pasado mucho con las especias o has fumado hierba antes
de venir a mi casa." dijo, exasperado, llenándose la boca de ternera
asada. Él masticó con tranquilidad antes de responder.

"¿Te importa lo que ese tal Harry opine sobre tu relación con Bradley?"

"Claro que no. No me importa ninguna de sus opiniones, sobre nada"

"Entonces, ¿por qué te molestó?"

"Porque fue maleducado y no era su puto asunto para meter la nariz y


Bradley aún es un tema un poco delicado"

Él asintió.

"Y nunca se había comportado así" lo apuntó con el tenedor vacío


"¿Verdad?"

Louis frunció el ceño.

"No. Fue un imbécil desde el principio."

"¿Y por qué volviste?"

Louis apretó los dientes.

"Porque es buen fotógrafo. Y guapo. Y quería... quería que me


fotografiase" admitió a su pesar.

Zayn asintió, aparentemente concentrado en su plato.

"Eso es lo que dije. Que te ha dejado tocado" dijo con sencillez "La
ternera está buena. ¿Tienes pan?"
"Eras tú el que se suponía que iba a traer el pan. No me ha dejado tocado.
Simplemente quería... quería hacer algo. Trabajo dieciséis horas al día,
me merezco una aventura."

"Una aventura era tener sexo con él en el baño. Ir a su estudio a que te


saque fotos es... una cosa rara. ¿Tenía que traerlo yo?"

Louis asintió.

"Bueno, pues ya está hecho" se masajeó las sienes con cansancio "Iré a
buscar mi reloj y me iré. Antes de..."

"Antes de que te enamores de él" completó Zayn con una sonrisa


brillante.

"No voy a enamorarme de él. ¡Es insoportable!"

"Ya"

Louis lo miró.

"Estáis todos desesperados por pensar que sea algo, pero no lo es.
Entiendo que dado mi historial estéis hartos de aguantarme, pero..."

Zayn siguió comiendo sin mirarlo.

"Aquí nadie está desesperado. ¿No?" aseguró con sarcasmo, y Louis le


tiró una servilleta arrugada.

"¿Qué has estado haciendo tú?" acusó "en lugar de traer pan fresco como
te pedí, ¿eh?"

Zayn esbozó una sonrisa totalmente libre de culpa.

"Lo olvidé. Tengo un nuevo cliente particularmente indeciso. 'No, no


tengo ni idea de qué quiero tatuarme. ¿Podrías hacerme unos diseños?'
¿Unos diseños de qué? Se cree que soy telépata"

"Échalo. Tienes más clientes. Dile que vuelva cuando se decida"

Él negó con la cabeza.

"Nunca son demasiados clientes. Hay que pagar las facturas"

Asintió, y el silencio llenó su diminuta cocina casi al instante.

"No te tortures por Bradley, Louis" le oyó decir con voz apagada, al cabo
de un rato "está bien pensar en alguien aunque ya no estés con él. Está
bien tomarte tu tiempo para superarlo. Está bien... acostarte con quien
quieras mientras tanto."

Apretó la mandíbula.
"No me acosté con Harry para olvidar a Bradley" dijo a pesar de todo.
Zayn alzó una ceja.

"¿No?" presionó.

"Me acosté con él porque me sentía solo, porque nadie en la boda sabía
que soy gay, y porque era muy guapo. Mucho. No porque Bradley me
pusiese los cuernos. No tengo un trauma ni nada parecido" acabó
gruñendo.

"Simplemente no quiero que te hagas daño, Lou..."

Otra vez. No lo dijo, pero las palabras flotaron entre ellos, y Louis cogió
aire profundamente.

"No va a pasar nada." aseguró "Lo tengo bajo control. Sólo fue un
calentón. Además, él es hetero. Lo dejó muy claro."

"Vale" Zayn pareció apaciguado "vale"

Su jefe acabó dándole la tarde libre al día siguiente, y Louis decidió ir a


buscar su reloj y olvidarse de Harry de una vez por todas. Rápido e
indoloro, pensaba con obstinación para sus adentros mientras caminaba
hacia el estudio; así es como debía acabar.

No llamó para avisarlo; no se sentía con fuerzas para soportar su


sarcasmo de nuevo. Además, si lo pillaba con alguna chica, la dosis de
realidad (que parecía necesitar tan desesperadamente) lo haría entrar en
razón y deshacerse de todos esos pensamientos que en algún momento
habían empezado a filtrarse en su mente todas las noches.

Entró sin llamar. No esperaba que la puerta estuviera abierta, pero cedió
bajo sus dedos.

Harry estaba de espaldas, revolviendo en unas cajas grandes de cartón


marrón. No pareció sobresaltarse al verlo, pero se quedó quieto,
mirándolo fijamente. Tenía ojeras y el pelo mal recogido, como si lo
hubiese hecho sin prestar atención, y llevaba una camiseta gris con una
evidente mancha negra sobre el pecho.

"...Hola" acabó diciendo Louis. Él ladeó la cabeza.

"No esperaba que vinieras" dijo con sinceridad.


Louis puso los ojos en blanco.

"¿Me das mi reloj?" preguntó en voz alta, y él esbozó una sonrisa apagada
antes de darle la espalda.

"Espera un minuto. Lo tengo dentro"

Lo siguió a lo largo del estudio. Casi todo estaba movido de sitio, y tras
unas pantallas que imitaban paredes de piedra y madera había aparecido
una puerta que no recordaba haber visto.

Harry lo miró antes de entrar.

"...Mejor quédate aquí" dijo, con una voz sorprendentemente suave que le
acarició el pecho como terciopelo. "Es el cuarto de revelado y no puede
entrar luz"

Asintió.

"¿...Estás revelando mis fotos?" preguntó. Se arrepintió al instante de


haber preguntado, pero Harry relajó los hombros al mirarlo.

"Sí" dijo con sencillez, apartando la mirada. "No tardaré, no te preocupes"

Louis torció el gesto. Se tragó el orgullo.

"¿...Puedo verlas?" acabó preguntando.

Harry se quedó quieto.

"...las últimas todavía están secándose" admitió "como dijiste que... no


querías verlas, no me apresuré."

Asintió con rapidez. Estaba a punto de responder cuando él siguió


hablando casi precipitadamente.

"...Pero puedes verlas, si quieres. Las que ya han secado"

Asintió. Él abrió la puerta parcialmente.

"Ven detrás de mí, es bastante pequeño. Hay diez escalones que bajan"

Louis lo siguió sin protestar.

"Sí, no parece la entrada a una mansión"

No veía nada.
Literalmente. Harry había cerrado la puerta, y la oscuridad húmeda y fría
parecía aumentar con cada escalón que bajaban. El aire estaba cargado
de un olor fuerte y químico, que se hizo peor cuando lo oyó abrir una
segunda puerta, al final de los escalones.

"No te muevas" El chasquido de un interruptor sonó, y una agónica


bombilla roja reveló un estrecho cuarto en penumbra repleto de mesas y
atravesado por una maraña de cables de los que colgaban fotografías
goteantes.

"Oh" Louis miró a su alrededor antes de que la mano cálida de Harry en


las suyas lo sobresaltase.

"Por aquí. Con cuidado, no rompas nada"

Se dejó guiar hasta el centro de la habitación, donde había un pequeño


espacio libre de mesas y cajas. Harry se puso unos guantes de goma que
parecían haber aparecido de la nada.

"No toques nada" insistió "El líquido puede quemarte la piel"

Asintió sin sentido, porque sabía que Harry no podía verlo; estaba de
espaldas, con los brazos levantados para alcanzar una fotografía que no
llegaba a poder ver, y quitando la pequeña pinza que la sujetaba. Se
movía con tanta delicadeza que parecía otra persona.

"Ésta está seca" le oyó decir. Se volvió hacia él con la fotografía entre las
manos y se la mostró de cerca.

Louis se observó a sí mismo encaramado al taburete. Incluso en la


penumbra, podía ver su expresión torcida por enfado y sus manos tensas
en el borde de la madera, con la espalda inclinada hacia delante y las
rodillas juntas.

Es muy buena, supo al instante. Pero no iba a admitirlo delante de él.

Respiró despacio, cerrando los ojos al notar el olor químico todavía más
fuerte.

Asintió, fingiendo desinterés. Harry puso la fotografía de nuevo en su


sitio; parecía desinflado. Resultaba evidente que el sitio era demasiado
pequeño para la cantidad de fotografías y las anchas bandejas que
recogían su goteo; estaban tan pegados que notaba su vaquero áspero
contra su propia cadera. Podía oler el sutil aroma de su piel, y volvió la
cabeza enseguida.

"Tengo el reloj en la mochila. Espera" le oyó decir en voz baja. Louis


apretó los dientes. Se sentía más inadecuado e incómodo a cada segundo
que pasaba. Tenía la necesidad irracional de disculparse y ni siquiera
sabía por qué.
"Esto es muy pequeño" se quejó.

"Él ya era una sombra alargada al otro lado de la habitación.

"Ya. Tenemos otro mejor, pero es sólo para las fotografías de encargo y
esas cosas... Espera. Tardaré un minuto"

"Vale"

Él se giró. No podía verle la expresión.

"Ten" su reloj, frío y suave, se deslizó en la palma de su mano. Harry se lo


puso alrededor de la muñeca, y lo abrochó con una delicadeza que
parecía impropia para sus manos demasiado grandes.

Louis levantó la cabeza para mirarlo.

"...Gracias" murmuró.

Él asintió. Louis agarró su mano cuando ya se iba a separar de él.

"Enséñame más" pidió "enséñame otra foto"

Harry se quedó quieto.

"...¿Quieres verlas?"

"Sí" insistió, irritado. "Les echaré un vistazo y me iré"

Él se quedó quieto durante un momento. Parecía desconcertado.

"...Espera. Las puse por aquí, estoy seguro"

"¿Ya las has escondido? ¿Salgo tan feo?" se burló.

Él se encogió de hombros.

"Las metí por aquí. Pensé que no volverías"

"¿Por qué?"

"Porque me lo dijiste por teléfono, literalmente"

"Oh" Louis fingió ablandarse; se puso una mano sobre el pecho. "¿Estabas
triste?"

"Claro que no. No seas ridículo" Harry se arrodillaba detrás de una mesa
para revolver en varias pequeñas cajas de cartón apiladas "Estoy
acostumbrado"

Louis calló.
Esperó a que se volviese con una caja de cartón llena de lo que parecían
gruesos sobres de papel marrón; revolvió hasta encontrar el que buscaba
y se lo tendió. Louis tardó unos segundos en agarrarlo; su respiración
ligeramente acelerada lo tenía hipnotizado.

"Louis" le oyó murmurar.

Estaban demasiado cerca.

Tenía que salir de allí.

"¿Podemos... salir de aquí?" soltó el aire "Es un poco agobiante"

Él asintió con rapidez. Por primera vez, parecía avergonzado.

"Yo las llevo. Ven."

Salir de nuevo al estudio se le hizo extraño, como si en lugar de


diferentes habitaciones hubiera recorrido la distancia entre dos mundos
completamente diferentes. La luz súbita lo hizo parpadear y frotarse los
ojos mientras oía a Harry cerrar la puerta tras ellos.

Hojeó las fotos una detrás de otra, mirándolas todas con detenimiento.

Louis se observó a sí mismo en cada una, comparando sorprendido las


luces y sombras de dos que de otra forma habrían sido idénticas. Estaba
enfadado, distraído, mirándolo con desconfianza y dándole la espalda. Era
extraño verse así. Parecía otra persona.

"¿Así es como me ves?" preguntó en voz baja, casi para sí.

Harry no parecía haberlo oído; movía los pies sin parar y tenía las manos
cogidas a la espalda. Parecía nervioso.

"Mira las del fondo azul" dijo de pronto, y Louis levantó la cabeza. Bajó la
mirada hacia las fotos en su regazo y las pasó hasta que encontró la que
buscaba; él mismo por enésima vez, con las manos apoyadas en el suelo a
ambos lados de sus piernas cruzadas. Sus ojos destacaban con tanta
intensidad al lado del fondo turquesa que frunció el ceño.

"¿No la has retocado demasiado...?" preguntó con cautela. Harry


parpadeó.

"No la toqué. Quería el color puro."

Louis observó la fotografía de cerca.

"Imposible" murmuró "¿hablas en serio?"

Él asintió.

"Así es como se ven tus ojos" murmuró. Louis tragó saliva. Sentía las
mejillas arder. "...Bueno. Qué te parecen?"

Louis tardó en responder. No podía dejar de mirar las fotos, pero no podía
humillarse pidiéndole una copia.

Nadie me había visto así, nunca.

Se le retorció el estómago casi dolorosamente. Quería besarlo; quería


aferrarse a sus hombros anchos y respirar otra vez en su pelo de
chocolate, en la suavidad de su cuello. Sentía un látigo de calor golpeando
su cuerpo desde la nuca, y quería quemarse contra su piel.

Se encogió de hombros. Tenía demasiada saliva en la boca.

"Parecen muy buenas" dijo con recelo, despacio "Pero yo no tengo ni idea
de fotografía. Soy camarero"

Harry parecía casi desconcertado.

"Eres la primera persona que me dice eso en toda mi vida" admitió,


alargando una mano para agarrar las fotos.

Lo miró sin parpadear. No soltó el sobre.

"¿...Qué?"

"Todo el mundo opina sobre sus fotografías. Cuando se trata de criticar tu


trabajo, todos se convierten en expertos de repente. Si alguien es feo,
normalmente la culpa es mía porque no utilicé un buen ángulo, o no
calculé bien la luz..."

Louis rió en voz baja.

"No" dijo en voz baja, con suavidad "son muy buenas. Que yo sea feo no
influye"

Harry sonrió.

"Gracias"

Se encogió de hombros.

"...Me gusta cómo me ves" acabó admitiendo, y se sintió humillado al


instante. Se mordió la lengua. "Quiero decir. Me gusta verme... nunca me
habían hecho fotografías así y..."

Él se humedeció los labios. Louis intentó no mirarlo con todas sus fuerzas,
pero su mirada acabó atrapada en el lento subir y bajar de su pecho bajo
la camiseta gris, y no fue precisamente una ayuda.

"Debería irme" murmuró. Harry asintió.


"Sí" aceptó al momento. Pero ninguno de los dos hizo amago de moverse.

"Me gustan las fotografías" repitió. Él asintió.

"Me gustó... fotografiarte" dijo despacio.

Se miraron en silencio varios segundos. Louis aceptó su propia derrota.

"¿Soy yo o hay tensión sexual en esta habitación?" murmuró.

Harry se mordió el labio inferior. Lo agarró por la cintura y tiró


ligeramente de él; Louis dejó caer el sobre de papel y lo oyeron caer en
alguna parte. Sus labios ya estaban unidos para entonces, y no tenía el
aliento suficiente para soportar la rudeza de Harry contra su boca. Sus
labios estaban húmedos, sabía a cerveza, y definitivamente había echado
de menos su contacto de chispas suaves. No se inmutó cuando Louis se
separó de él para tomar aire, ahogado.

"Quieres hacerlo" murmuró contra su sien, mientras una de sus manos


viajaba por su espalda "Quieres hacerlo otra vez, tienes tantas ganas que
has venido a por ese estúpido reloj sólo para calentarme. Apuesto a que te
lo dejaste a propósito."

Louis rió sin aire.

"Apuesto a que tu ego está afectando seriamente a tu visión de la


realidad" dijo con sinceridad, pero la sonrisa de Harry no se movió.

"Pero aquí estás. Aquí estamos"

Louis no se molestó en responder; buscó a su alrededor unos segundos


antes de señalar una enorme butaca tapizada de tela roja.

"Ahí" balbuceó. Harry se bajó los pantalones y se sentó en la butaca


despacio, casi perezoso. Sonrió al mirarlo, palmeando sus propios muslos.

"Ven aquí, putita" ronroneó.

Negó con la cabeza.

"Detesto que me llames eso" murmuró, pero ya se estaba encaramando a


él. La tela de la butaca era áspera, pero la piel de Harry era el cielo
contra sus muslos.

"No es verdad. Veo cómo te brillan los ojos cuando lo oyes" dijo con
tranquilidad. Metió los dedos bajo el dobladillo de su camisa. "¿Me has
echado de menos?"

Sonrió.

"Ya te gustaría" se burló. Pasó las yemas de los dedos por la piel bajo sus
ojos. "¿Y tú? ¿Te has quedado despierto pensando en mí?"

Harry sonrió bajo sus dedos. Louis metió un dedo en el hoyuelo de su


mejilla.

"Quiero follarte" le oyó murmurar. Se deshizo de su propia chaqueta y se


inclinó para conectar sus labios a los suyos de nuevo con desesperación.

"Sólo una vez" susurró. Se inclinó para morderle la boca con ligereza.
"Sólo una vez, y me iré a mi casa y nos olvidaremos de esto"

Y te sacaré de mi cabeza.

Harry asintió.

"No tengo condones"

"Yo sí. Eh..." buscó a su alrededor "¿Dónde he dejado mis cosas?"

"Vamos" lo urgió él, pero sujetaba su brazo con tanta fuerza que
probablemente sus dedos dejarían marcas.

Louis volvió dándole vueltas al envoltorio brillante entre los dedos. Harry
seguía donde lo había dejado, sentado con las rodillas separadas.

Señaló el bulto de sus calzoncillos con su expresión más inocente.

"¿Está ocupado este asiento?" preguntó casi con seriedad.

Harry soltó una carcajada.


Flash

Louis empezó a reírse con facilidad; la risa de Harry era contagiosa y


sorprendente. Dividió los dos diminutos compartimentos, ignorando su
mirada cuestionante.

"Es el lubricante" dijo en voz baja, antes de que pudiese preguntarlo. "La
última vez me destrozaste"

Sintió el fantasma de sus dedos en la cara interna de los muslos; dejó que
le quitase el pantalón mientras intentaba leer la fecha de caducidad con
los ojos entrecerrados.

"Me gustó destrozarte" dijo él con una sonrisa. Lo ignoró.

"Espero que esto esté bien. Lleva en mi cartera..." se paró a pensarlo "Ni
siquiera me acuerdo de cuánto tiempo"

Harry sonreía de nuevo.

"No te creo, putita"

"Calla" lo interrumpió. Abrió el preservativo y se lo puso. Se extendió el


lubricante en los dedos y se frotó las yemas para calentarlo.

Harry dio un respingo en cuanto empezó a masturbarlo, despacio y firme.


Louis se quedó embobado enseguida mirando su boca abierta, los ojos
cerrados con fuerza. Quería lamer los abdominales que se adivinaban bajo
su camisa abierta, morder su boca llena. Pasó las manos por sus hombros
anchos, inclinándose inconscientemente hacia él.

"Yo lo hago" susurró. Él negó con la cabeza.

"Quiero hacerlo yo"

"No. Tú te mueves como un maldito virgen"

Evitó que pudiera protestar trabando la boca en la suya.

"No, cállate" lo urgió, hablando contra sus labios. "Cállate. Si hablas


pensaré en el error que estoy cometiendo"

Él sonrió. Sus manos le acariciaron el costado por encima de la camisa.

"Quítate esto" su voz era tan profunda que parecía un ronroneo


"Quítatelo"

Sacudió la cabeza, sombrío.


"No"

"¿Por qué no?" probaba su clavícula con los labios, pero enseguida notó
sus dientes marcándolo sin piedad.

Louis apretó los labios. Sabía a lo que estaba acostumbrado Harry; no


había más que ver el aire burlón de los mechones que se le escapaban
cuando se recogía el pelo, su sonrisa ladeada y la seguridad en sus
caderas, en el movimiento de sus hombros y el ladeo de su cabeza.

Harry se acostaba con mujeres increíblemente atractivas. A menudo.


Estaba seguro de ello.

Y estaba seguro de qué no iba a encontrar si se quitaba la camisa.

Respiró profundamente, y sintió un desagradable escalofrío en la nuca.

No eres suficiente, se dijo a sí mismo al instante, y si no te das prisa, se


dará cuenta.

Harry no le prestaba atención a su expresión; deslizaba los labios por su


hombro como si hubiera nacido para ello. Tiró del cuello de su camisa un
poco más. La costura empezó a hacerle daño al otro lado del cuello.

"Para" murmuró. Harry se humedeció los labios, pero obedeció.

"Quiero que te quites esto" insistió, sin apartar la mirada de su cuello.

Negó con la cabeza.

"No"

"Si tú no te la quitas, yo tampoco me quitaré la mía"

"Vale"

Harry lo miró sorprendido por primera vez.

"Te encantan mis tatuajes, putita. Yo lo sé y tú lo sabes"

Negó con la cabeza de nuevo, obstinado.

"Déjame hacerlo a mi manera" masculló "por esta vez"

"Lo hicimos a tu manera en la boda. Estabas tan desesperado que me


dejaste marcas en los hombros."

Negó con la cabeza.

"Calla" ordenó de nuevo, disgustado. Harry se humedeció los labios con la


lengua.
"Ven aquí, siéntate" murmuró.

Louis pasó una rodilla por encima de su regazo y se acomodó en el sillón.


Lo tomó en la mano enseguida, sólo para disfrutar de su expresión casi
herida.

"Te recordaba más grande" comentó con ligereza "¿hace frío?"

La risa profunda de Harry le hacía cosquillas en la garganta. No se dejó


engañar.

"Date prisa" insistió. Louis se levantó y apoyó todo el peso en las piernas;
la tela basta se le clavó en la piel de las rodillas, y Harry aprovechó la
ocasión para besar su garganta, justo a la altura de sus labios.

Louis sonrió.

"No eres un aficionado de los besos, ¿eh?" Se burló. Harry no contestó;


apenas se había separado de él y casi tenía que bizquear para mirar sus
ojos verdes, burlones.

"Sólo es para que hagas ese ruido" murmuró él.

"¿Qué ruido?"

Harry se estiró un centímetro para besarlo con ligereza. Sus labios eran
suaves y se apartaron rápido, como si temiesen quemarse.

"Ese ruido" le oyó susurrar. No recordaba haber hecho ningún sonido;


abrió los ojos para encontrarse con un Harry despeinado y más
ruborizado de lo que recordaba.

"Cállat..." empezó a murmurar por enésima vez, pero calló cuando notó
sus dedos en su entrada "¿Q...quién te ha dado permiso para hacer eso?"

Harry parecía impaciente.

"Me he cansado de esperar" gruñó. Louis le dio un manotazo a su mano y


agarró su erección para colocarse bien, con los labios firmemente
apretados. Se dejó caer ligeramente, lo suficiente como para que ambos
dieran un respingo y la mano de Harry empezase a dejar la marca de sus
dedos amoratada en la parte baja de su espalda.

Apenas notaba una ligera quemazón; el lubricante- y la larga ducha de


esa mañana- se ocupaban del resto. Pero los ojos se le giraron y sus
pulmones liberaron el aire con brusquedad. Ni siquiera veía a Harry, pero
lo sentía. Vaya si lo sentía. Y quería más.

"Vamos" lo animó él entrecortadamente. Sonaba afectado, pero no tanto


como debería, decidió petulante.
Se dejó caer unos centímetros más. Harry luchaba por respirar bajo sus
manos; Louis se sentó completamente en su regazo y soltó un gemido
bajo, agudo, que los dos fingieron no haber oído.

"Bien" susurró, pero no abrió los ojos "Bien, bien, bien"

"Eh" Harry le rozó la mejilla húmeda, y se dio cuenta de que había una
lágrima en ella. "¿Quieres parar?"

Negó con la cabeza.

"Quiero más" confesó. "Pero necesito... un momento"

Harry emitió un ruidito que lo hizo reír a pesar de todo.

"¿Quién es ahora el de los ruidos?" intentó balbucear, pero ni él mismo


entendió lo que acabó balbuceando.

Empezó a rodar las caderas despacio, con Harry deslizándose


deliciosamente en su interior. Se mareó un poco; atenazó las manos en
sus hombros y los utilizó de apoyo.

Harry alzó una mano para cerrar un puño en su pelo.

"Me gustaría fotografiarte ahora" susurró, el cansancio raspando su voz.


"Ahora mismo en este instante"

Louis sonrió.

"Te mataría" admitió.

"Valdría la pena" Harry parecía más quebrado a cada segundo que


pasaba. Su pulgar le rozó un pómulo "Mira cómo... cómo te brillan los
ojos. Ahora sí que eres una put-ah, dios" lo calló eficazmente rodando las
caderas. Contuvo un gemido, pero no pudo evitar la satisfacción que lo
invadió al verlo tensarse al instante, sus párpados temblorosos cerrados
con fuerza. "Eres perfecto para esto. No entiendo por q-qué te ofende que
te llame..."

Louis dejó escapar un gemido. Le temblaban las piernas. Quería


interrumpirlo, pero no tenía voz, y Harry seguía hablando.

"Estás hecho para sentarte en mi polla, putita"

Chasqueó la lengua. Rodó las caderas con más fuerza, y los músculos de
sus muslos empezaron a quemar. Se levantó un poco sobre las rodillas, y
los dos jadearon cuando se dejó caer. Lo intentó de nuevo.

Harry se sentía fantástico. Mejor que en la boda. Mejor que cualquier


otro. Louis asumió que empezaba a delirar cuando se preguntó si podría
encontrar un vibrador lo más parecido posible a él. Cuánto costaría.
Lo sujetó por las caderas para intentar pararlo. No se lo permitió, y le oyó
soltar un gruñido.

"Déjame hacer"

Louis sonrió.

"Esto no se trata de ti" le recordó, moviéndose más despacio, casi


experimentalmente.

Harry hizo una mueca.

"Creo que esto sí se trata de mí, Louis. Estoy literalm..."

Lo agarró por la barbilla con suavidad.

"No sabes nada" murmuró con dulzura, inclinándose para besar sus labios
llenos. "No sabes nada, sólo eres un tío heterosexual con el que estoy f-
follando de forma totalmente casual" se levantó un poco más; Harry gimió
cuando bajó y golpeó sus muslos con un sonido que sonó como una
bofetada. "Estoy intentando enc-" se cortó para morderse el labio
inferior. "mierda" jadeó, cerrando los ojos.

Giró las caderas, soltando el aire al sentir la familiar sensación que se


disparó por su columna vertebral. Sonrió sin darse cuenta, echando la
cabeza ligeramente hacia atrás.

"Intentando encontrar eso" le oyó murmurar. "¿Necesitas ayuda?"

Negó con la cabeza. Empezó a hacer pequeños círculos con las caderas,
apretando dulcemente contra ese punto exacto.

"Puedo solo, gracias"

Harry resopló a través de los dientes apretados.

"Date prisa. No voy a durar mucho"

Louis tampoco, pero moriría antes de admitirlo. Se limitó a moverse con


más brusquedad a pesar del agarrotamiento que empezaba a adueñarse
de sus piernas, ignorando ferozmente la voz en su interior que le decía
que Harry podría sentirse todavía mejor si le permitía moverse.

Se contuvo como pudo para no gemir, pero acabó suspirando, y las manos
de Harry extendiéndose por avidez por su cintura no ayudaban
demasiado. Se sentía acalorado y tenso, desesperado por liberarse.

"Vamos" empezó a murmurar inconscientemente, buscando de nuevo ese


punto en su interior. "Vamos, vamos..."

Harry acabó con un gruñido en el condón. Louis se agarró con más fuerza
a sus hombros, hizo un último esfuerzo por rodar las caderas, gimió.

Se encontró jadeando en su pecho, y era suave y cálido, y no lo recordaba


así. Ni siquiera recordaba haberse apoyado en él. Harry no se había
movido; todavía estaba dentro de él. Louis no intentó impedírselo; de
todas formas, estaba demasiado exhausto.

"Harry" llamó con la voz cascada.

"¿Hm?"

"Tengo que irme a trabajar"

Él movió la cabeza para mirarlo, pero su brazo se ciñó un poco más


alrededor de su cintura.

"Y yo. Espera"

Asintió.

"No puedo moverme" se quejó.

"No quiero que te muevas. Espera un momento"

Louis se mordió el labio inferior. Acababa de darse cuenta de que no


quería salir de él. Y de que él tampoco quería.

"Quiero sacarte más fotos" le oyó murmurar; sonaba casi borracho


"Quiero... quiero fotografiarte cuando estás enfadado. Cuando no estás
fingiendo. No quiero fotografiar a esos idiotas ricos que traen a sus bebés
rubios, quiero fotografiarte a ti"

Louis se separó de él.

"Hay que ver lo sentimental que te pones después de correrte" murmuró,


riendo. Harry se movió, carraspeó, el momento se rompió.

"Tienes que irte" dijo con sencillez. "Tengo mucho trabajo"

Asintió. Se levantó trabajosamente, sin aceptar su mano tendida, y


trastabilló hacia su ropa interior para vestirse. Tenía las piernas tan
dormidas que tuvo que apoyarse en un taburete, pero se las arregló para
disimular.

"Yo también" suspiró.

"...Puedo hacerte una copia de las fotos, si quieres"

Tragó saliva.

"Sí" lo miró, a los ojos verdes, con las pupilas dilatadas y las pestañas
espesas. "Me gustaría"
Él asintió sin más. Louis se mordió el labio inferior, intentando decidir qué
decir mientras se ponía los pantalones

"...Te las pagaré" acabó diciendo. Harry negó con la cabeza. Él no había
hecho amago de moverse.

"Son tuyas. Tienes derecho legal a recibir copia de todas. De hecho, lo


ponía en el contrato" le guiñó un ojo "¿Seguro que sabes leer?"

Puso los ojos en blanco.

"Leí lo importante"

Tenía una sensación extraña cuando se marchó. Harry no dijo nada; lo


dejó ir sin mirarlo. Estaba extraño, callado y quieto entre todos los
objetos que se esparcían por el estudio, mirándolo con una expresión que
no sabía descifrar. Louis quería quedarse, quería arrancarle las palabras
que parecía tan desesperado por decir. Pero no se atrevió. Ni tampoco a
pedirle un beso.

Volvió a casa con un pesado sentimiento de derrota sobre los hombros. Se


duchó, masticó un sándwich de pie junto a la ventana grande del salón, y
miró el reloj. Era hora de irse a trabajar.

Zayn se sentaba en la barra con una leve sonrisa. Se acercó a él


enseguida.

"¿Qué te pongo, guapo?" se burló, y él rió.

"Agua. Fría"

Chasqueó la lengua.

"Es el pedido más soso de la noche" opinó, pero abrió la nevera y sacó
una pequeña botella de agua. "Y una chica me pidió dos servilletas hace
un par de horas"

Él bebió un trago largo, poco impresionado. Probablemente era la


millonésima vez que hacía ese chiste; sabía perfectamente que Zayn no
bebía.

"¿Cuándo sales?"

"A las seis." Él consultó su reloj; apenas eran las dos y media "Vete a
dormir, Zayn, no me esperes"

Él dudó.

"No creo que esté mañana. He quedado con el cliente indeciso"


"¿Mañana? Es tu día libre"

Él se encogió de hombros.

"Nunca son demasiados clientes" repitió. Louis torció el gesto.

"¿Te estás acostando con él?"

Zayn parpadeó, confuso.

"¿Con quién?"

"Con ese cliente"

"¡Louis! ¡Claro que no!" él puso los ojos en blanco. "Que tú lo hagas no
significa que los demás también..."

Louis dejó caer el trapo húmedo sobre la barra con un sonido sordo y
empezó a limpiarla con movimientos circulares. Zayn se pasó una mano
por el pelo negro, dejándolo todavía más desordenado.

"Te has vuelto a acostar con él" acusó al momento "Conozco esa cara. Oh,
Louis."

Se encogió de hombros.

"Es muy guapo" se quejó, acabando de limpiar la barra. "Y yo estoy muy
solo. ¿A quién le importa si me acuesto con él?"

"Te vas a joder la cabeza, Louis. Otra vez"

"No" metió más cervezas en el refrigerador al ver entrar en el bar un


grupo grande de gente. "Tengo que atender, ¿vale? Vete a dormir, no te
preocupes"

Zayn le guiñó un ojo por toda despedida.

Louis se movió hasta el otro extremo de la barra, donde una de sus


compañeras se esforzaba por recordar los pedidos de unas quince
personas.

Harry estaba en un rincón, esperando con expresión paciente. Louis se


quedó helado.

Maldijo en voz baja, fingiendo no verlo, pero él ya se estaba inclinando


hacia su lado de la barra.

"¿Me pones un martini seco?" preguntó con inocencia. Louis apretó los
dientes.

"¿Qué coño haces aquí?" gruñó.


"Beber, evidentemente. No creo que nadie esté aquí para otra cosa"

"Esto es un bar gay. La gente no viene aquí sólo a beber"

Harry alzó las cejas.

"¿Eso es un ofrecimiento?"

Se giró. Armó un martini seco con rapidez y se lo deslizó de malos modos,


salpicando ligeramente la barra.

"Paga, chico heterosexual" gruñó. "Cuatro con cinc..."

"Pediré otra dentro de un rato"

"Hay que pagar al momento" señaló descuidadamente el cartel a su


espalda que lo indicaba. "Políticas de empresa"

Harry asintió. Deslizó un billete en su dirección.

"¿Podemos hablar?" preguntó mirándolo a los ojos, mientras agarraba el


cambio.

"Claro que no. Estoy trabajando. Ve a la pista, seguro que hay muchos
hombres interesados. También hay cuarto oscuro. Le pides una ficha a la
chica de pelo rosa y tienes derecho a una hora sin..."

"Louis. No he venido a hablar. He venido a hablar contigo"

Alzó las cejas.

"Creía que estabas aquí para beber."

"Puedes hacer esto todo lo difícil que quieras, Louis. Pero vamos a acabar
teniendo una conversación"

Louis limpió de nuevo la barra, innecesariamente.

"Dime qué quieres" dijo con cansancio. "Mi jefe no puede verme
charlando contigo en lugar de trabajar."

"Quiero otra sesión de fotos privada y confidencial"

Parpadeó.

"¿Cómo?"

Harry abrió los brazos.

"Quiero sacarte fotos otra vez" insistió "He acabado de revelar las fotos,
son muy buenas. Eres muy bueno."
Louis chasqueó la lengua.

"Tengo la sensación de que debería estar cobrando por esto" dijo con
acidez. Bromeaba, pero la expresión de Harry se oscureció al instante.

"Podríamos hablarlo, pero entonces las fotos quedarían a cargo del


estudio. Es el viejo el que tendría que verte y decidir si..."

"No" lo detuvo, meneando la cabeza. "Yo... estaba de broma. No


necesito... no quiero que me pagues"

Él no parpadeó.

"Podríamos hablarlo" repitió "simplemente..."

"No" lo detuvo con suavidad. Él torció el gesto.

"Quiero volver a fotografiarte" dijo al final, inclinándose para hacerse oír


por encima de la música. "Yo"

Louis ladeó la cabeza.

"Me lo pensaré"

Harry parpadeó; parecía confuso.

"¿Te... lo pensarás?" repitió. Louis asintió.

"¿Algo más? De verdad que no puedo quedarme a charlar. Tengo mucho


trabajo"

Harry suspiró, se acabó la copa de un trago y desapareció sin decir nada


más. Torció el gesto y se llevó el vaso usado para lavarlo. Zayn no se
había ido; estaba mirándolo fijamente desde un rincón. Tiró de su manga
cuando se acercó a regañarlo por esperarlo a pesar de todo.

"Louis" masculló "¿Ése era Harry?"

Parpadeó. Abrió la boca para contestar, pero no le dejó.

"¿Es Harry?" repitió, insistente. Asintió.

"¿...Qué pasa? ¿Le conoces?"

Zayn sacudió la cabeza.

"No te acerques a él." advirtió "Hablaremos mañana"

"No" lo paró "¿Qué pasa con él? No puedes irte así. ¿De qué...?"

Pero su amigo ya se estaba echando el abrigo sobre los hombros.


"Hablaremos mañana" repitió, antes de perderse entre la gente.
Flash

Estaba a punto de meterse en la cama cuando lo llamó Lottie. Hablaba en


voz baja; consultó el reloj. Eran las ocho. Debía de estar en casa todavía.

"¿Lou?"

"Hola. ¿...Estás bien?"

"Sí, sí. Quería avisarte de que mamá va a organizar... una cena."

Parpadeó.

"¿Una cena?"

"Con unos amigos. Tienen... una hija"

Louis suspiró. Se frotó el puente de la nariz con los ojos cerrados.

"¿Cuándo?"

"El fin de semana que viene, probablemente"

Genial. Además tendré que pedir otra noche libre.

Tragó saliva.

"Ahora mismo no estoy de humor, Lottie" confesó.

"Ya lo sé. Lo siento, Louis. Puedes decir que no te viene bien, o que estás
enfermo, y..."

"Y la moverá al siguiente fin de semana" suspiró. "No te preocupes. Yo me


ocupo de esto, ¿vale?"

Su hermana pareció dudar.

"Vale" acabó cediendo "¿Estás bien? ¿Quieres que...?"

"No" la cortó al instante. "Me voy a dormir. Te llamaré, ¿vale? Gracias por
avisarme. No te preocupes"

Marcó el teléfono de Zayn en cuando colgó, pero él no contestó. Volvió a


intentarlo. Y luego otra vez.

"Louis"

"Por fin." Se frotó los ojos con la mano libre "¿qué coño fue lo de ayer?
¿Conoces a Harry?"
Lo oyó suspirar.

"Claro que lo conozco. Lo he tatuado."

Parpadeó.

"¿Es por eso por lo que no querías que me acercase a él?" preguntó con
sarcasmo "porque te aseguro que estaba al corriente de que tiene... "

"Dejé de tatuarlo. Lo eché del estudio la última vez porque se lió a


puñetazos con mi compañero. Aparecía borracho, drogado, qué se yo. No
es trigo limpio"

Louis se mordió la cara interna de la mejilla.

"No me importa lo que haga con su vida" acabó diciendo con aspereza.
"No es mi problema"

"Louis, en serio. Hay algo en él que... me da mala espina"

"¿Porque lleva tatuajes? Una vez te hiciste uno porque te sobró tinta de
un cliente. Tú le tatuabas"

"No tiene nada que ver con los tatuajes, joder. Tiene prohibida la entrada
a la mitad de los bares de esta ciudad. Tiene prohibida la entrada a mi
estudio. Aaron ni siquiera quiso decirme por qué se peleaban"

"Eso suena a que la pelea la empezó él"

"Créeme, confío más en mi compañero que en ese drogadicto"

Puso los ojos en blanco.

"No es una persona agradable. No me extraña que haya acabado en


peleas, puede ser muy desesperante. Eso no significa nada, no entiendo
por qué te pon..."

"Me pongo así porque veo lo que está pasando. No quiero que te hagas
daño, Louis. Deberías dejar de verlo"

"Sólo son fotografías."

"No sabes cómo va a aparecer la próxima vez que vaya a fotografiarte"

"No estoy buscando un príncipe azul. Quiero que me saque fotos. Me


gusta. Es un buen cambio después de..." calló. Zayn suspiró.

"¿Después de qué?"

"Después de mi madre" acabó gruñendo "Lottie me acaba de llamar, va a


hacer otra cena"
"¿Habrá otra chica sospechosamente soltera en esa cena?"

"Es más que probable"

"¿Vas a ir?"

"No lo sé. No quiero, pero... tampoco quiero las consecuencias de no ir"

"Puedo ir contigo si quieres, ya lo sabes"

"No. No es eso lo que... lo que quieren"

"Que le jodan a lo que quieran. El dueño de tu vida eres tú"

Asintió, pero no se sentía convencido en absoluto. Se sentía agobiado y


con ganas de morderse las uñas, otra vez.

"Pensaré algo. Ahora me voy a dormir"

"Ten cuidado con Harry, Louis. ¿Por favor?"

Puso los ojos en blanco.

"Claro"

Durmió mal. Se levantó al cabo de unas horas, malhumorado y más


cansado que antes. Puso la cafetera sobre la cocina silbante y suspiró.

Decidió que esa cena sería la última a la que iría. Que sacrificaría los
últimos restos de su dignidad si era necesario.

Por una milésima de segundo, se imaginó a sí mismo en la cena con


Harry a su lado.

Soltó una risita; valdría la pena ver el horror en las miradas de todos, a
Harry extraño y desgarbado, vestido de negro, poco afectado por los
susurros maleducados de todo el mundo. Sería refrescante. Liberador. Se
sentiría bien, seguro.

Sacudió la cabeza al momento. La idea era tan divertida como ridícula. E


hiriente.

Nunca tendría el valor de aparecer ante su madre de la mano de un


hombre.

Harry no iría a cenar con él y su familia ni aunque lo llevase atado.

Y el sentimiento que le carcomía el pecho con un dolor sordo no era


diversión.

Louis se levantó a por un periódico viejo y se puso a hojear la hoja de


contactos. Tardó poco en encontrar lo que buscaba.

"Hola, mi amor"

Suspiró.

"Buenos días" murmuró. "¿Hablo con...?" Consultó de nuevo el nombre del


anuncio "¿con Jenny?"

"Para servirte, cariño. ¿Qué puedo hacer por ti?"

Tragó saliva.

"Estoy buscando un servicio un poco... especial" tenía un nudo en el


estómago.

"Todos mis servicios son especiales, cariño"

A pesar de todo, soltó una risa amarga.

"Necesito que vengas conmigo a una cena y te hagas pasar por la novia
más formal y seria del mundo. ¿Cuánto me costaría eso?"

"Depende. Es una cena de negocios, ¿sí?"

"No. Es familiar"

"...Familiar" repitió ella. Parecía ligeramente desconcertada "De acuerdo.


¿Se trata de quedar por encima de alguien? ¿De una ex?"

"Se trata de que sigan convencidos de que soy heterosexual" no se


molestó en disimular la vergüenza en su voz. Supuso que sería una de las
pocas personas con las que no tendría que hacerlo. "Mira, no te voy a
engañar. Sé que cobras 75 la hora, pero es posible que se alargue un par
de horas... y no tengo más de 100. Puedes fingir que te ha surgido algo al
cabo de un rato y yo te pagaré el taxi de vuelta. ¿Está bien?"

Jenny permaneció varios segundos en silencio.

"¿Cuántos años tienes, cielo?"

Tragó saliva.

"Veintidós"

La oyó respirar hondo.

"Es mejor que te pase el número de Rebeca... una compañera. Tú y yo


quedaríamos raros, soy demasiado mayor para ti"
Tragó saliva.

"Eso... es muy profesional" dijo en voz alta, impresionado. "Gracias"

"¿Cuándo?"

"El viernes, por la noche"

"De acuerdo. Mi amiga te llamará mañana o pasado. ¿Te parece bien?"

Tragó saliva y tenía la garganta tan seca que resultó doloroso.

Esto es lo que menos "bien" me parece del planeta.

"Sí"

"Adiós, cariño"

Louis se quedó mirando su propio teléfono más tiempo del que debería.

Llamó a Harry.

No se sentía con fuerzas para hablar con nadie más.

"¿Diga?"

"Hola" ya se sentía ridículo. "¿Harry?"

"Sí. ¿Sam? Aún no tengo las fotos, dijiste que..."

"No, soy Louis"

Harry se quedó callado al otro lado de la línea.

"Louis" repitió despacio "¿qué Louis?"

Bufó.

"Me sacaste unas fotos. Follamos en una boda. Y en un sillón"

Harry reía en voz baja.

"Ah. Sí, te recuerdo."

"Escucha" su voz sonó ligeramente congestionada, y se aclaró la


garganta, entrando en pánico. "El otro día hablaste de fotografiarme otra
vez. ¿Sigue en pie?"

Él tardó en responder.

"...Sí. Sí, claro que sigue en pie"

"Vale" Louis tragó saliva "¿Me llamarás?"


"Sí. Pero no pienso hacerlo un puto domingo otra vez. Si tienes trabajo, lo
siento"

Louis cerró los ojos. Era justo.

"Vale. Pediré... no sé, pediré un día libre, o algo"

"Suenas desesperado, put..."

"Estoy desesperado" lo interrumpió. "Escúchame, no voy a acostarme


contigo otra vez, ¿de acuerdo? Sólo quiero que me saques las malditas
fotos."

"...Vale, vale"

"¿Lo harás?"

¿Me verás otra vez?

"Sí, claro"

"Bien" respiró hondo, casi con violencia, y el aire le hizo daño en el


diafragma. "¿El mismo contrato?"

"Sí. Oye, ¿te importaría hacer algo... un poco diferente?"

Frunció el ceño.

"¿Cómo de diferente?"

"Fuera. En la calle. Tengo un obturador nuevo"

Parpadeó.

"¿...en la calle?"

"Sí. Si no tienes inconveniente"

"...no. Quiero decir, ¿puedes... puedes hacerlo? ¿Es legal?"

"Sí, claro. Somos un estudio de fotografía, tenemos licencias y toda esa


mierda"

"Vale. Vale, me parece bien"

"¿...Estás bien?"

Louis sintió que su rostro se ponía rígido.

"Sí." gaznó "Muy bien. Adiós"

"Louis. Suenas... histérico. Suenas como en la boda"


"Veo por dónde vas, y no necesito ser follado otra vez, muchas gracias"

"Oh, dios. Olvida lo que he dicho. Por mí puedes pudrirte"

"Adiós. Te llamaré cuando encuentre un hueco"

"De día. Y que no llueva. Necesito buena luz natural"

"¿Qué clase de profesional eres? ¿Sólo puedes hacer fotos si tienes la luz
adecuada?"

"Soy fotógrafo de estudio, no un puto reportero de guerra"

Puso los ojos en blanco. Esperaba que Harry colgase, pero no lo hizo.

"¿No vas a ofrecerme ponerte algo especial?"

Louis sonrió a pesar de todo.

"No. Me pondré lo que yo quiera"

"Camiseta blanca sin marca y vaqueros. Por favor"

"Lo que yo quiera" repitió.

"¿Vas a traer condones también esta vez?"

Louis se sintió arder. Colgó.

Harry lo recibió con las gafas de sol ya puestas y con una sonrisa tan
inusual que resultaba extraña en su rostro.

"Hola, putita"

Emitió un gruñido por todo saludo.

"¿Nos vamos?"

Él asintió. Se echó una mochila grande y negra al hombro y le hizo un


gesto para que saliera.
"¿A dónde vamos?"

Él cerró la puerta con llave.

"A un parque que no está muy lejos."

Caminaron en silencio. Louis se sentía casi vulnerable bajo la sombra de


Harry, que caminaba despacio y sumido en sus propios pensamientos. Y
nunca había sido demasiado bueno ocultando lo que estaba pensando.

"¿Qué te pasa?" acabó preguntando en voz alta. Harry lo miró casi


sobresaltado. Empezó a caminar un poco más rápido. "Estás callado"

Harry se detuvo.

"¿Qué... qué haces aquí, Louis?" preguntó en voz baja "¿por qué has
vuelto?"

Frunció el ceño, sin entender.

"¿Cómo que por qué he vuelto? Apareciste en mi trabajo, que todavía no


sé cómo averiguaste. Me pediste otra sesión de fotos"

Harry no se movió.

"Sé que me vio tu amigo, en el bar" acabó diciendo en voz baja "El
tatuador. Supongo que te habrá advertido sobre mí"

Le sostuvo la mirada. Se planteó mentir, pero no le veía demasiado


sentido.

"¿Qué crees que me ha contado?" acabó preguntando, con suavidad.


Harry se encogió de hombros.

"¿Importa?"

"Claro que importa. Podría ser grave. Podría ser mentira"

"¿En serio vas a creer mi versión antes que la de tu amiguito?"

"Depende de lo que me cuentes"

Harry sacudió la cabeza.

"No te debo ninguna explicación" dijo al final con brusquedad, pero


parecía casi... triste "cree lo que quieras, Louis. No podría importarme
menos"

Apartó la mirada. Estaban llegando a lo que parecía ser el parque elegido;


grande, rodeado de árboles y al lado de lo que parecía una pista de skate
de hormigón recubierto de grafitis de colores.
Harry se detuvo en la entrada, un enorme arco de piedra casi comido por
la vegetación que lo rodeaba.

"¿Quieres sacar las fotos o no?" preguntó con cansancio.

Louis cruzó la entrada por delante de él.

"Claro que quiero" refunfuñó. "Para eso he venido"

No miró si lo seguía o no. Buscó una zona con césped y se sentó entre dos
árboles, mirándolo con expectación.

"¿Has venido igual? ¿Sabiendo que no soy de fiar?"

Se encogió de hombros.

"Yo no soy de fiar. Le miento a mi familia todos los días. ¿Qué le dices tú a
la tuya?"

Harry alzó las cejas.

"Absolutamente nada" murmuró. "Entiendo que tu amiguito esté


preocupado. No tenemos que volver a quedar solos en el estudio si no
quieres."

Louis sacudió la cabeza.

"¿Es por eso por lo que quisiste hacer esta sesión en la calle?"

"...Claro que no"

"¿Y por qué es?"

"Existe algo en el mundo de la fotografía. Y en todos los demás, en


realidad. Se llama variar" lo informó él con tono didáctico, y Louis rió.

"Eres estúpido"

"Relaja los hombros. Ladea un poco la cabeza"

Siguieron sacando fotos durante un buen rato. Pero Harry todavía estaba
callado y meditabundo cuando lo colocó delante de un trozo de muro de
piedra. Louis se esforzó por mantenerse callado; sabía que se moría de
ganas de seguir hablando.

Harry le dio un toquecito en los hombros para que los relajase de nuevo.
Le levantó la barbilla con un movimiento suave.

"No soy... ningún violador, ni nada por el estilo" acabó diciendo.

Louis frunció el ceño. Lo miró, extrañado.


"Sé que no lo eres. Me... me da igual, Harry. No son mis asuntos"

Él asintió.

"Voy a cambiar el objetivo. Arréglate el pelo"

"Ya me he arreglado el pelo"

"Ah" Harry parpadeó "Entonces sólo péinate"

Puso los ojos en blanco, pero se pasó los dedos por el pelo con un sordo
sentimiento de vergüenza.

"¿Qué quieres que le haga?" preguntó, incómodo. Él se encogió de


hombros.

"Sólo... ponlo normal. Como sea tu pelo natural"

"Mi pelo natural es así. Nunca le hago nada"

Harry se acercó. Pasó los dedos entre su pelo experimentalmente; Louis


se quedó inmóvil, con la mirada fija en la piel suave de sus mejillas, su
cuello, sus hombros. Tragó saliva.

"Bésame" pidió en un murmullo. Él negó con la cabeza, pero no se apartó.

"Sólo te estoy..." paró para humedecerse los labios, y Louis se sintió arder.
"fotografiando"

Pasó las manos por sus hombros para atraerlo unos centímetros más.
Harry era demasiado grande; sus músculos se adivinaban bajo la tela de
su camiseta. Sabía que había podido hacerlo porque él se lo había
permitido, no porque tuviese la fuerza suficiente, y ese pensamiento se
quedó revoloteando en su cabeza por alguna razón.

"Puedes fotografiar cómo soy después de que me beses" susurró, antes de


estirarse y besarlo, rápido y seco.

Harry no reaccionó al principio. Tuvieron que pasar cinco largos


segundos para que se inclinase y le devolviese el beso, tan despacio que
parecía no haberse decidido todavía. Su respiración era densa y caliente
contra su rostro, y sus labios estaban tibios, casi inmóviles. Louis intentó
acercarse un poco más, pero la cámara que todavía sostenía Harry en las
manos se interpuso entre ellos, grande y fría, un recordatorio de que
todavía estaban en un parque, en una sesión de fotos confidencial y
pública, casi tan absurda como ellos dos.

Harry le mordió el labio inferior, apenas un pellizco antes de separarse de


él.

"Joder" dijo con la voz raspada "No abras los ojos" murmuró.
Incluso el sonido del flash sonó más suave. Sonó varias veces; le oyó
tragar saliva con ligereza al mirar las fotos.

"Es buena" anunció en voz baja. Asintió; la cabeza le daba vueltas.


"Espera. Voy a mirar las demás, a ver si se me ocurre algo"

No se molestó en responde; sabía que no lo escucharía de todas formas.


Lo observó de todas formas; tenía el ceño fruncido con concentración, y
llevaba una cadena brillante bajo la camiseta. No se había dado cuenta
hasta entonces.

Apartó la mirada al darse cuenta de que estaba a punto de quedarse


embobado. Harry no se había dado cuenta; pasaba las fotografías a toda
velocidad, adelante y atrás.

"Estás... triste" declaró al final, como si fuese un hecho evidente "las fotos
son tristes"

Louis parpadeó.

"Lo siento" dijo, sin saber qué otra cosa decir. "Puedo sonreír más"

Él sacudió la cabeza. Lo miró.

"A veces está bien que las fotografías sean tristes. Pueden ser buenas
igualmente. Pueden ser incluso mejores"

Asintió. Harry no había hecho preguntas; seguramente ni siquiera le


importase, pero no quería cargar con todo lo que pesaba sobre él. No se
sentía lo suficientemente fuerte.

"Este fin de semana mi madre va a hacer una cena para intentar juntarme
con la hija de una de sus amigas" balbuceó alegremente. "Así que he
contratado a una prostituta para que vaya conmigo y finja ser mi novia, y
que así me deje en paz una temporada"

Harry parpadeó. Había bajado la cámara.

"Y al parecer es algo carísimo" siguió diciendo, sin prestarle atención "Y
voy a tener que trabajar bastantes más turnos extras si quiero comer este
mes, p-pero he rechazado el turno de esta tarde para que me fotografíes.
Porque tú sabes que soy gay, y aun así quieres fotografiarme. Porque s-ser
gay no tiene nada que ver con la fotografía. Es irrelevante. Por eso me
gusta. Por eso quería volver"

Dio una gran bocanada de aire al acabar de hablar, y Harry ladeó la


cabeza. Se mordió el labio inferior.

"¿Quieres un descanso?" acabó diciendo con sencillez. Asintió


furiosamente.
"Sí, por favor"

Se alejó a paso rápido hacia un quiosco, conteniendo las lágrimas a duras


penas. Estaba casi tan avergonzado como enfadado consigo mismo.

Cállate, se dijo a sí mismo, tajante. Sonríe, haz lo que te diga para las
fotos.

Regresó con una botella de agua y las mejillas coloradas. Harry estaba
sentado en uno de los bancos, mirando algo en su teléfono. La mochila
negra descansaba a su lado; no hizo amago de apartarla, y tampoco se
planteó pedírselo.

"Lo siento" dijo con aspereza. "No debería haber dicho eso. No quiero que
esto deje de ser... profesional"

"Estás todavía más jodido de la cabeza de lo que pensaba, putita"

Puso los ojos en blanco.

"Oh, hablemos de cabezas jodidas. ¿Quieres agua o sólo bebes whiskey


directamente de la botella, para demostrarle a todo el mundo el chico
malo que eres?" murmuró.

Harry sonrió.

"No tengo nada que demostrarte" dijo con ligereza.

"Oh, claro que no. Simplemente quieres que quede claro que no eres gay.
Porque no lo eres"

Harry estaba tomando algo para responder, irritado, cuando lo cortó.

"Lo siento" dijo con cansancio. "Lo siento. Hoy no es un buen día.
¿Quieres acabar de hacer las fotos otro día?"

Él lo miró como si estuviera loco.

"Es la mejor sesión de fotos que he hecho en mi vida. Este obturador es


genial y la luz tiene el ángulo perfecto. No vas a ir a ninguna parte"

Tragó saliva.

"Zayn sólo me dijo que te habías metido en una pelea con su compañero"
dijo de pronto.

Él asintió despacio.

"Bueno, es cierto" disparó de nuevo. Levantó el dedo índice de la mano


izquierda y lo sostuvo por encima de su hombro "Mira aquí"

Louis clavó la mirada en la yema de su dedo, obediente.


"Y que bebes. Y... te drogas" insistió.

"Ajá"

"Y que... tenga cuidado contigo. Porque vas a hacerme daño."

"Hm"

"Pero no te preocupes, porque no vas a hacerme daño. Creo que he


perdido la capacidad de ilusionarme" pensaba en voz alta, y esperaba un
comentario sarcástico como respuesta, pero lo único que obtuvo fue una
sonrisa medio oculta tras su cámara.

"Yo también " disparó.


Flash

Louis observaba las manos de Harry curvarse alrededor de la cámara.


Tenía los nudillos enrojecidos por el frío, y una pulsera de cuero negro
trenzado alrededor de la muñeca izquierda. Nunca había reparado en
ella.

"Tienes que dejar de mirar al objetivo" dijo él de pronto, sobresaltándolo


"Mira arriba"

Obedeció.

"No me habías dicho a dónde mirar" se quejó, airado.

"Porque quería que mirases a tu alrededor de forma natural, no que te


quedases embobado mirándome."

"¡Eres el que me está fotografiando! Claro que te miro a ti. Estoy


esperando a que me digas qué hacer"

"Te estoy diciendo qué hacer. No mirarme"

Louis torció la cabeza.

"Esto es muy estúpido" lo informó.

"¡Ignórame! Vamos, nadie suele tener ningún problema. Ves al fotógrafo y


disimulas para que parezca una foto casual y robada. ¿Nunca lo has
hecho?"

Louis negó con la cabeza.

"No me gusta que me saquen fotos" confesó. La ceja izquierda de Harry


se alzó dos centímetros "quiero decir, normalmente. Esas fotos que te
haces en Navidad con gente a la que no ves nunca. ¿Tú nunca te sacas
fotos?"

"No. Me gusta más este lado de la cámara"

"Tampoco ayuda tener esa pinta" señaló con ligereza, pero él no se


inmutó. Disparó el flash otra vez.

"Sigue creyéndote gracioso, putita. Queda bien en las fotos"

No respondió a eso. Pero tampoco se quedó callado. Rebuscó en su mente


hasta dar con la pregunta que quería hacer.

"¿Por qué te peleaste con el socio de Zayn?" preguntó al final.


Harry se quedó quieto.

"¿Otra vez? ¿A qué viene eso ahora?"

"Me dijo que él no había querido decírselo. Así que había asumido que
había sido culpa tuya"

Él dejó la cámara.

"No vamos a hablar de eso" declaró, tranquilo pero firme. Louis no se dio
por vencido.

"¿Por qué no?"

"Porque no es asunto tuyo"

"Sólo quiero saber más de ti. Tener tu versión"

"Déjalo ya, Louis" ahora sí que parecía molesto.

"¿Por qué?"

"Porque las cosas no son así. No soy..." se quedó callado "ah, olvídalo.
Ponte de pie"

Obedeció.

"Debe de ser una vida muy interesante la tuya" dijo con ligereza "para
que puedas dar tan pocos detalles. Supongo que serás espía en realidad,
o algo realmente misterioso."

Harry disparó.

"Camina." siguió disparando. "No. Vuelve atrás y vuelve a caminar,


despacio. Más serio. Ahí, quédate quieto. Sube un poco la cabeza"

Louis puso los ojos en blanco, pero Harry no lo dejó hablar.

"Sólo te saco fotos. No somos amiguitos"

Frunció el ceño.

"Las fotos no serán buenas si no me cuentas nada" dijo en voz baja. Él


disparó de nuevo.

"Las fotos ya son buenas."

"Sí, antes lo eran. Pero ahora no confío en ti"

Harry lo miró con expectación.

"¿Y qué?"
Louis apretó los labios.

"Que no volveré"

Esta vez sus ojos verdes lo miraron con dureza.

"¿Quieres decir que antes confiabas ciegamente en mí?" preguntó con


frialdad.

Se encogió de hombros.

"Claro"

Harry asintió.

"Por desesperación" afirmó.

"No. Porque no me quedó otro remedio. Pero ahora no me quedaré. Zayn


tenía razón. No voy a hacerme daño otra vez, me niego."

Harry se echó a reír con amargura.

"Claro que vas a volver. Eres tóxico, Louis. Estás tan desesperado por
contarle a tu madre que te van los penes que vas por ahí contándole tus
preocupaciones a cualquier desconocido y follándote al primero que
encuentras. Eso sí va a hacerte daño. No intentes convencerte de que
será mi culpa cuando te lastimes porque tenga tatuajes y a tu amigo le dé
miedo una cerveza"

Lo he ofendido.

"No recuerdo haberte pedido mi opinión sobre mi vida" dijo, airado, pero
él pareció todavía más furioso.

"Oh, no, yo tampoco recuerdo haberte preguntado absolutamente nada


sobre ella, pero aquí estamos"

Louis se sintió enfadar.

"Viniste al bar, Harry." empezó a decir atropelladamente "A pedir esa...


esa mierda de cóctel y hacerte el interesante cuando en realidad estabas
muriendo por hacerme volver"

Él negó con la cabeza.

"Para fotografiarte. Eres buen modelo y quería aprovecharlo. No hacer de


psicólogo para un gay reprimido"

"No recuerdo nada de esa profesionalidad cuando me estabas follando en


el baño"

Harry alzó los brazos, enfadado.


"¡No sé por qué lo hice! ¡No sé por qué coño pasó, Louis! Sigues
repitiendo eso como si fuera a darte una explicación, pero no la tengo"

"¡No intento que me des una puta explicación!" explotó "¿Yo te gusto?"

"¿Qué?"

"Quiero decir" dijo atropelladamente. "Físicamente."

Él soltó una risa seca.

"No sé, putita. No soy..."

"Si vuelves a decir que no eres gay, voy a gritar" lo cortó, irritado.
"Ninguna persona segura de su sexualidad necesita reafirmarlo tantas
veces. Hemos tenido sexo, literalmente, dos veces. Y yo sí soy gay. Es un
poco insultante que sientas la necesidad de dejar claro que tú no lo eres."

Harry todavía lo miraba sin parpadear. Acabó levantando las manos en un


gesto de expectación. Todavía sostenía la enorme cámara en una de ellas.

"¿Y...? ¿Qué quieres que te diga? Es cierto"

Estaba tan enfadado que las palabras no acudían a su cerebro.

"Acabas de besarme" acabó espetando, frustrado.

"Porque me lo pediste"

"¿Sí? ¿Puedes darme todo el dinero que llevas encima? ¿Sería suficiente
con que te lo pidiera?"

"Un beso no es dinero. No significa nada"

Asintió.

"Nada" repitió. Harry resopló.

"Claro que me gustas físicamente" acabó diciendo, en voz baja "Si no, no
querría fotografiarte"

Asintió como un autómata.

"Vale" zanjó, cortante, y él resopló.

"Me gustó... me gustó besarte" dijo despacio, desviando la mirada hacia


su cámara de nuevo "Me gustó fotografiarte después de besarte. Creo que
esa fotografía es muy buena"

Asintió de nuevo.

"Me alegro mucho" espetó, cínico.


Harry suspiró, irritado.

"No sé por qué pasa" dijo con aspereza "no sé por qué me gustas."

"No tienes que saberlo" murmuró antes de darse cuenta.

Harry no respondió, parecía avergonzado. Señaló el cierre de uno de los


extremos del parque, que se limitaba a separar la pista hormigonada de
una zona llena de árboles con una alambrada oxidada.

"Allá" se limitó a decir. "De espaldas a esa alambrada. Ya estamos


acabando"

Louis obedeció, pero agarró el cierre de su chaqueta y se estiró para


besarlo de nuevo. Nunca iba a ser capaz de controlar la necesidad que
nacía en el centro de su cuerpo, extendiéndose en todas las direcciones.
Quería enlazar las piernas alrededor de su cintura, tirar de su pelo y
morderle los hombros anchos. Y se detuvo antes de hacer ninguna de las
tres cosas.

Se obligó a pensar en todas las mujeres con las que Harry se habría
acostado desde que lo conocía. ¿Cuántas serían? ¿Serían varias, o se
acostaría siempre con la misma? ¿Qué opción sería peor? ¿Tendría el
pecho marcado si le quitase el grueso jersey gris que llevaba, estarían sus
tatuajes salpicados de las manchas violáceas que él no se había atrevido a
hacerle?

¿Les llamaría putita a todas las mujeres? Louis acabó atragantándose con
ese pensamiento.

"¿Vas a volver?" susurró él. Se sobresaltó, pero sólo pudo dedicarle un


gesto vago.

"¿Vas a contarme lo que pasó?"

Harry sonrió.

"No" dijo con suavidad, retándolo, pero agarró la cámara de nuevo.

Es un truco.

"Si te beso otra vez, ¿me lo contarás?" ladeó la cabeza. A pesar de todo,
vio hoyuelos en sus mejillas antes de que bajase la cabeza para ocultarlos.

"Estamos en la calle. Nos va a ver alguien, y te sacarán del armario"

"Ahora mismo me importa poco" admitió.

"¿Por qué?"

"Porque si alguien le cuenta a mi madre que me van los penes, me


ahorraré todo ese montaje con la prostituta en la cena." dijo con
amargura.

"¿Por qué sigues con esa mierda? La odias"

Asintió.

"Haces muchas tonterías cuando estás en el armario. Yo una vez me


acosté con el fotógrafo en una boda" dijo, distraído, y Harry sonrió.

"Espera" le bajó la cremallera de la chaqueta y tiró de ella hacia sus


hombros para que se la quitase. Lo miró, atónito.

"¿Quieres que me congele? Ahora mismo hay como cuatro grad..."

"Es sólo para una foto" se apresuró a decir él, como si previese su enfado.
"Sólo una y podrás volver a ponértela"

Obedeció, ceñudo.

"Si enfermo, pienso pedirte una indemnización" se quejó, y él sonrió.

"Te deseo suerte" le bajó un poco el cuello de la camiseta, serio de nuevo


"dios, mírate"

Louis se estremeció.

"Tengo frío" se quejó. "Date prisa. ¿Dónde me pongo?"

Harry lo colocó de espaldas. No parecía estar escuchándolo. Agarró su


mano derecha y la alzó despacio.

"Deja la mano relajada. Muy, muy relajada, déjala muerta" le indicó,


levantando su brazo hasta dejarlo en ángulo sobre su cabeza, con los
dedos sobre su propio hombro. Harry lo observó durante un seguro; le
colocó el cuello de la camiseta. "Inclina un poco más la cabeza" su aliento
le rozó la nuca; se estremeció, y Harry se incorporó "lo siento"

"¿Por qué sólo eres educado conmigo cuando estás concentrado?"


murmuró, pero él no pareció oírlo. Deslizó los dedos por el pliegue que se
había formado en su camiseta, y Louis contuvo un escalofrío.

El aire cortante empezaba a ponerle la piel de gallina. No sentía el frío.

"Harry" murmuró.

"Relaja los hombros. Gira un poco la cabeza..." lo guió con los dedos. "No
tanto. Mira al suelo."

Harry deslizó la mano por su espalda para alisar la tela, y no estaba


seguro de que el escalofrío que lo acababa de sacudir hubiera sido debido
al viento cortante.
"Baja la cabeza un poco más. ¿Tienes la espalda recta?"

Asintió. No se atrevía a hablar. Dejó que sacase la foto.

"Mírame" ordenó él tras la cámara "Le rompí la nariz a ese hijo de puta
porque no quiso tatuarme y me llamó 'yonki de mierda'. ¿Vale?"

Disparó a tiempo de atrapar su sorpresa. Louis tragó saliva.

¿Lo eres?

Se frenó a tiempo.

"Ahora me siento mal por haber preguntado" admitió.

"Fantástico. Así no te pondrás tan pesado la próxima vez"

"Yo siempre me pongo pesado. Va con el pack. ¿Puedo ponerme ya la


chaqueta?"

Él mismo se la puso sobre los hombros.

"Eres mi modelo favorito" confesó, un segundo antes de disparar de


nuevo. Louis no quería sonreír.

"Ni siquiera soy modelo"

"Creo que es por eso"

Esperó, pero Harry no añadió nada más. Se alejó.

"Hemos terminado ya. ¿Sabes volver?"

Asintió.

"Voy a coger un bus. Quiero dormir todo lo que pueda hoy, porque
mañana..."

Se cortó al mirarlo; Harry estaba sentado, observando las fotografías en


la pantalla de la cámara sin prestarle atención, así que no insistió. No se
molestó en despedirse.

Rebeca resultó ser una joven rubia, bonita, de ojos color miel, que lo citó
en una pequeña cafetería de aspecto polvoriento y llegó puntual.

Llevaba un abrigo gris sencillo y unos pantalones vaqueros, con un gran


bolso negro colgado al hombro.

No tenía ni idea de cuál era el saludo adecuado para una prostituta a la


que iba a contratar. Acabó tendiéndole la mano, y ella lo recompensó con
una amplia sonrisa.

Lo interrogó todo el camino.

La cena fue sorprendentemente bien. Rebeca era educada, encantadora y


sabía manejar las situaciones y silencios incómodos. Se notaba que no era
la primera vez que lo hacía; recordaba los nombres con facilidad e
inventaba con facilidad datos y anécdotas que encajaban entre ellos. Era,
pensó Louis con sarcasmo, una profesional.

Lottie exhibió una rígida sonrisa, pero no abrió la boca. Los amigos de su
madre- y su hija- parecían desconcertados de su papel en aquella cena. Su
padre hacía preguntas tímidas a Rebeca, que las manejaba bien. Y su
madre estaba confusa, gorjeante y muy, muy feliz.

Ojalá pudiese ser lo que mi madre quiere, se descubrió pensando después


de oírla reír estrepitosamente. Ojalá pudiese ser alguien del que estuviese
orgullosa.

Louis tragó algo que podría haber sido pavo, o ternera... o verduras
estofadas. Fuese lo que fuese, se hizo una bola en cuanto estuvo en su
estómago. Huyó al baño del piso de arriba para que nadie lo oyese
vomitar, y practicó en el espejo una sonrisa que no temblase.

Eres patético, se dijo a su propio reflejo. Patético y cobarde.

La cena acabó temprano. A decir verdad, todos los invitados- con


excepción de su madre- parecían deseosos de marcharse.

Le pagó a Rebeca en metálico, y ella le ofreció una sonrisa débil.

"Cuando quieras repetir, ya sabes. El mejor polvo de mi vida" dijo con


ironía, y Louis le devolvió la sonrisa con agotamiento.

"Gracias. Eres muy buena actriz"

Ella se encogió de hombros. Le dijo adiós con la mano desde detrás de la


ventanilla del taxi.

Louis volvió a casa, hiperventiló en la cocina con el rostro hundido en una


bolsa, se dio una ducha de agua demasiado caliente y se acurrucó en el
sofá desfondado. Era temprano todavía, y estaba demasiado cansado para
llorar.

Dos timbrazos lo sobresaltaron. Se levantó despacio y se secó los ojos con


las mangas del jersey mientras cruzaba el pasillo.

Agarró el telefonillo.

"¿Quién es?"

"Abre" era Zayn. Suspiró.

"¿Qué haces aquí?"

"Perder el tiempo en un portal, aparentemente. ¿Puedes darle al botón?"

Louis dudó.

"La verdad es que no tengo muchas ganas de estar con nadie" confesó.

"¿Quieres abrir de una vez? Tengo frío"

Suspiró, riendo en voz baja, pero abrió.

"No estoy de humor" anunció en cuanto entró. Zayn alzó las cejas.

"Sí, ya lo sé. Por eso he venido."

Tomó una bocanada de aire tembloroso.

"Vale" dijo en voz baja. Zayn respiró hondo.

"Ven aquí" gruñó, antes de tirar de él para abrazarlo. Se dejó.

Zayn no necesitaba preguntar cómo había ido; nunca lo hacía. Y le estaba


infinitamente agradecido por ello.

La tela de su abrigo picaba. Louis frunció el ceño.

"¿...Abrigo nuevo?"

Zayn lo ignoró.

"No cambies de tema. No vas a quedarte eso dentro. Vamos a hablar,


vamos a ver una película barata, y mañana vamos a reírnos de esta
tontería. ¿Queda claro?"

"No estoy especialmente festivo"

"Oh, no, no estaba pidiendo tu opinión. Sólo te informaba del plan"


Louis se echó a reír entre dientes. Dejó que se dejase caer sobre el sofá, a
su lado.

"Ha sido perfecto" gruñó. Él parpadeó.

"No lo dices como si fuese algo bueno"

"No lo es. Tenía la esperanza de que algo saliese horriblemente mal y el


destino me impidiese hacer el ridículo de esa forma. Por el amor de dios,
contraté a una prostituta, Zayn. Y se la presenté a mis padres"

Él se encogió de hombros. Su impasibilidad lo tranquilizó


automáticamente; la ansiedad empezaba a disiparse y cada vez tenía más
ganas de hacer un chiste malo sobre todo aquello. Dio gracias al cielo por
su mejor amigo en ese momento.

"¿Qué tal la chica?"

"Bien" confesó "era muy buena. Más le valía, me costó tres turnos extra"

Zayn sonrió.

"¿Crees que tu madre se callará una temporada?"

"No creo que haya sido tan fácil. Supongo que ahora me llamará más,
querrá... hablar con ella, tejerle un jersey, qué se yo"

"Esto es muy fácil. Esperas un par de meses, finges una horrible ruptura y
tu madre evitará el tema durante un montón de tiempo"

Lo miró, impresionado.

"Podría haber cuernos" sugirió, y Zayn asintió con entusiasmo.

"¡Claro que habrá cuernos! Te pondrá los cuernos con... con su hermano"

Lo golpeó con un cojín.

"Eso es vomitivo"

"¡Exacto! ¿Qué madre vuelve a sacar el tema después de eso?"

Se echó a reír.

"Oh, dios, eres un genio"

"Ya lo sé. Y sé que tú no. ¿Has vuelto a quedar con el fotógrafo?"

Se encogió de hombros.

"No me he vuelto a acostar con él. Es sólo un profesional de la fotografía


que ha quedado deslumbrado por mi belleza e inspiración" eligió
responder, y él refunfuñó algo que sonó a "poco profesional" Louis levantó
una ceja.

"¿Y tú qué?" se burló. Zayn alzó las cejas.

"¿Hm?"

"Ese abrigo no es tuyo, no es la primera vez que lo traes, y has quedado


con tu nuevo cliente... en privado"

Zayn gruñó.

"¿Cómo coño te enteras de todo?"

Le dedicó una amplia sonrisa. Abrió la boca para hablar.

Aaron viene al bar. Y bebe bastante, iba a decir, pero se calló a tiempo.

"Tengo mis métodos" acabó diciendo. Zayn resopló. Respondió algo


sarcástico y evasivo, pero no lo oyó. Estaba demasiado concentrado
pensando.

Sabía de lo próximo que iba a hablar con él cuando volviese a aparecer.

Harry lo llamó a la semana siguiente, mientras se vestía para ir a trabajar.

"Va a nevar" dijo sin siquiera saludarlo. Hablaba más rápido de lo normal
"la semana que viene bajarán mucho las temperaturas y va a nevar. Tengo
que fotografiarte en la nieve, tengo unos filtros de luz blanca que..."

Parpadeó.

"No tengo turnos libres" confesó "acabo de usar el último que tenía este
mes"

"...Puedo hacerlo el domingo. ¿Puedes?"

Sonrió.

"Sí" murmuró "¿Tantas ganas tienes de verme?" se burló.

"Voy a intentar robar la cámara nueva. Si no me asesina el viejo, puede


quedar increíble"
"¿Planeas jugarte la vida?"

"La vida no es nada sin riesgos"

"Voy a preguntártelo de otra forma. ¿Planeas jugarte mi vida?"

Lo oyó reír.

"No, putita. Tú y tu culo estáis a salvo. Más o menos. Abrígate. Vamos a ir


a la montaña. ¿Te parece bien?"

"A" frunció el ceño "¿a la montaña? ¿Cuánto tardaremos?"

"Poco. Tengo coche."

Tragó saliva.

"Es posible que ésta también sea una sesión de fotos tristes" advirtió,
intentando mantener un tono jovial.

"No te preocupes. También tengo cerveza."


Flash

Harry lo esperó delante del estudio, apoyado en una especie de 4x4 con
cadenas de aspecto imponente en las enormes ruedas.

"¿No me dijiste que no eras reportero de guerra? ¿Por qué tienes un


tanque de batalla?"

"Lo he cogido prestado" no parpadeó "bueno. ¿Qué tal fue la cena?"

Pasó de largo.

"Te da igual" declaró, malhumorado, subiendo al coche. "¿Dónde están las


cervezas? No me apetece estar sobrio"

Harry alzó una ceja.

"A mí no me apetece fotografiar a un borracho." dijo, pero se subió al


asiento del conductor.

"Mala suerte"

El viaje les llevó casi una hora, y Louis no dejó de mirar las montañas
nevadas, cada vez más cerca, intentando no mirar de reojo el perfil de
Harry, que conducía con una sola mano con la otra relajada sobre la
palanca de cambios y empezaba a hacerlo babear si no dejaba de mirarlo,
por el amor de dios, iba a darse cuenta.

Apartó la mirada por enésima vez, incómodo. Lo único que le faltaba era
que Harry se diese cuenta y encontrase una nueva razón para burlarse de
él.

"Estás callado"

Se sobresaltó ligeramente; lo miró con aparente indiferencia.

"No tengo un buen día. ¿Has traído esas cervezas?"

Él meneó la cabeza, incrédulo. No respondió.

Harry sacó la mochila de la cámara en cuanto aparcó. Señaló unos


cuantos árboles a un lado de la carretera.
"Ahí habrá un buen juego de luz y sombra"

Louis tembló en cuanto se sumergió en el aire gélido como en una bañera


de agua helada. Se ajustó el abrigo, mirando a su alrededor. Todo estaba
cubierto de una perfecta capa de nieve, y el blanco era tan luminoso que
le hacía doler los ojos.

"Esto es precioso" admitió en voz alta, y se giró para descubrirlo ya


montando un trípode "no me necesitas para sacar las fotos. El paisaje ya
merece que lo fotografíes"

Él sonrió.

"Ven" se acercó y lo colocó frente a la cámara, comprobando la distancia


antes de besarlo en la comisura de los labios. Se dejó, cerrando los ojos.

Sólo me está besando para la foto, supo al instante, pero Harry no se


movió.

"Tienes la nariz roja" murmuró; parecía casi divertido. Louis frunció el


ceño.

"Hace frío" se quejó. "Bueno, ¿vas a hacer fotos o...?"

Él se alejó hasta quedar de nuevo tras la cámara.

"Un paso atrás" ordenó al instante "Otro paso. Un poco a la derecha... ahí
estás bien"

Harry parecía de tan buen humor que sus pensamientos sombríos


desaparecieron momentáneamente. Dejó que lo moviese de un lado a
otro, colocándolo y corrigiendo su postura por apenas unos milímetros,
hasta que notó el rostro totalmente entumecido.

"Acércate un poco" dijo él al cabo de un rato, y su voz sonó todavía más


profunda de lo habitual; carraspeó "Quiero una de primer plano"

Se acercó, obediente, y decidió sacarle la lengua a la cámara. Harry se


echó a reír.

"Preciosa, putita. Muy artística"

Le sacó varias fotos de cerca. Y después se inclinó para besarlo en la


frente. Louis alzó la mirada, sorprendido, y él disparó de nuevo. Se estaba
riendo sin hacer ruido cuando salió de detrás de la cámara. Louis empezó
a reírse también.

Me gusta este juego.

Al cabo de un rato, Harry cambió de cámara. Metió la cabeza en el


maletero abierto del coche y no sólo volvió con una diferente, alargada y
más compacta, sino que también traía una cerveza en cada mano. Le
lanzó una.

"Nada de estas fotografías es normativo de todas formas" dijo a modo de


excusa, y Louis sonrió. La abrió y dio el trago más largo que pudo. Se
secó la espuma de los labios con el dorso de las manos.

"Menos mal que has traído algo frío para refrescarnos. Casi me haces
sudar" dijo en voz alta, sarcástico, mientras lo veía beber. Harry ni
siquiera le dedicó una mirada.

"Puedo hacerte sudar cuando quiera"

Apretó los labios. Se acabó la cerveza y lo miró, expectante.

"¿Y ahora qué? ¿Vamos a hacer un calendario para alcohólicos


anónimos?" dijo con sarcasmo, levantando la lata vacía. Él asintió con
seriedad.

"Serás enero. Gira la lata para que se vea la marca, son nuestros
patrocinadores"

Tiró la lata en dirección al coche.

"Pues nuestros patrocinadores apestan. Vamos a necesitar una bolsa para


la basur..." se quedó callado cuando lo vio enfocar con la cámara de
nuevo.

"Oh no, no te calles. Habla."

Louis lo miró con el ceño fruncido.

"Voy a quedar hablando y quedaré horrible en las fotos"

"No quedarás hablando"

"¿Cómo?"

"Eso es problema mío. Un poco de fe"

Se lo pensó durante un segundo.

"Mi vida te importa una mierda" insistió al final, incapaz de contenerse.

"Hm" Harry pareció pensativo "y además eres observador"

A pesar de todo, Louis soltó una risa.

"Eres idiota"

"Habla. Te encanta hablar, ¿no? Demuéstralo"


"Me sentiré incómodo hablando sabiendo que no me estás prestando
atención"

"¿No estás acostumbrado?"

"Pues no. La verdad es que suelo tratar con gente más educada que tú"

"Eso es difícil de creer" Harry cambiaba algún ajuste en la cámara, sin


mirarlo "Soy una persona encantadora"

Rió de nuevo. Oyó el flash.

"Hoy no tengo ganas de hablar" acabó confesando. Harry bajó la cámara


para mirarlo con la cabeza ladeada.

"Vale" aceptó con una facilidad sorprendente. "¿De qué tienes ganas?"

"De beber más" gruñó, y él sonrió.

"No hay más cerveza hasta que no consiga la fotografía que quiero con
ese rayo de sol" señaló la luz filtrada que se colaba entre los dos árboles a
su espalda. Harry echó a andar, dándole la espalda. "Creo que quedaría
mejor desde este lado..."

Louis se agachó y reunió un montón generoso de nieve. Lo apretó entre


las manos.

"Espera. Acabo de recordar algo de lo que sí tengo ganas" dijo en voz


alta.

Se puso de pie, pero un estallido de frío justo en su oreja lo dejó aturdido.

Harry ya estaba preparando una segunda bola de nieve para lanzársela; le


arrojó la que tenía en la mano, enfurecido, pero apuntó demasiado alto y
él la esquivó limpiamente.

"Muy lento" se burló. Se quitó la cámara que llevaba colgada al cuello

Louis resopló. Juntó varios puñados de nieve apretada entre las manos y
alzó los brazos para estrellarla directamente en su nuca. Harry soltó un
grito y se giró para agarrarle los brazos, todavía en alto. Intentó
desasirse, pero tenía demasiada fuerza. Sus ojos verdes brillaban, y su
respiración apurada empezaba a crear vapor.

"Has cometido un error" aseguró con tranquilidad, y Louis estalló en risas


de nuevo.

"Suéltame"

"Un error muy grave, putita" Harry tiró de él hacia abajo, con fuerza. Las
rodillas se le doblaron; los dos estaban arrodillados en el suelo al cabo de
unos instantes.

Harry agarró un puñado de nieve y lo presionó contra su cuello,


despiadado; Louis gritó de sorpresa, sintiendo el frío colándose en cada
rincón de su cuerpo.

"Hij-jo de puta" consiguió mascullar. Tanteó con la mano sobre la capa de


nieve crujiente que los rodeaba, agarró un puñado pequeño y lo estrelló
contra su coronilla, con toda la fuerza que pudo reunir. Harry lo soltó con
brusquedad; sacudió la cabeza, y Louis se echó a reír.

"Pareces un perro"

Él se quedó quieto. Se miraron durante un segundo, las chaquetas


empapadas y el pelo goteando sobre la frente. Se echaron a reír al mismo
tiempo.

"Más te vale no fotografiarme ahora" consiguió decir entre risas. Harry


intentó arreglarse el pelo mojado, pero lo dejó todavía más revuelto y
pareció rendirse. Se lo soltó.

"Vamos al coche, me estoy congelando. ¿Tienes hambre?"

Se acomodaron en los asientos de delante, y Louis se encogió de hombros


mientras él alcanzaba otra mochila de los asientos traseros, que,
contrariamente a lo que había pensado, no era de otra cámara. Sacó dos
enormes bocadillos y le tendió uno. Louis parpadeó sorprendido, pero lo
aceptó. Era incluso más pesado de lo que parecía.

"¿De qué es?"

"Ternera. No sabía si comes cerdo o no, como tu amigo..." no acabó la


frase, pero Louis lo miró parpadeando.

¿Por qué recuerda eso?

"...Yo sí como cerdo" dijo al final "Pero esto me da para comer una
semana. ¿Eres una ballena azul?"

Harry lo miró fingiendo estar ofendido.

"Las mentes de los genios consumen energía" dijo con suficiencia,


tendiéndole una cerveza.

Apenas hablaron mientras comían. Harry no parecía molesto por el


silencio y Louis todavía no estaba seguro de qué decir. Siguió bebiendo
hasta que la lengua se le volvió pesada en la boca y el perfil de Harry se
volvió peligrosamente atractivo. Todavía más.
Alargó una mano para tocar sus rizos húmedos, embobado.
Sorprendentemente, él se dejó; enroscó un dedo alrededor de uno de sus
tirabuzones.

Qué pelo tan bonito tiene.

Y qué suave.

Parece el pelo de Bradley.

Qué pena que fuese un cabrón. Tenía un pelo precioso.

Ojalá estuviese con Bradley todavía. Ojalá no hubiera sabido nada, nunca.
Ojalá no hubiera oído ese mensaje. Ojalá aún estuviésemos en su
apartamento, con el ventanal del salón. Ojalá aún me llamase ángel.

Louis respiró hondo y se acabó la cerveza.

"Hazme el amor" susurró. Harry lo miró; no parecía sorprendido, pero sí


sobresaltado. Le quitó la cerveza ya vacía de la mano.

"Estás borracho" decidió con resolución "vamos a volver"

"No. Vamos a al asiento de atrás. A follar" dijo con seguridad, y Harry se


echó a reír.

"No vamos a hacer nada. No puedes andar recto"

"Puedo hacer otras cosas"

Lo vio negar con la cabeza.

"Vámonos. Nos hemos quedado sin luz de todas formas"

Louis miró por la ventanilla. Tenía razón; empezaba a anochecer y las


sombras se hacían más grandes a cada minuto que pasaba.

"Todavía se ve" murmuró. Harry negó con la cabeza.

"Nos vamos" alargó la mano para agarrar las llaves, pero Louis se
adelantó. Se echó hacia delante para alcanzar la linterna que había visto
en el salpicadero. Su estómago dio un ligero vuelco con el movimiento
brusco, pero consiguió agarrarla. La encendió y apuntó directamente a
los ojos verdes de Harry, cegándolo.

"Solucionado" dijo con resolución, y él se echó a reír, pero su risa se cortó


en cuanto echó mano para abrir la puerta del coche.

"¿...A dónde vas?"

Dejó de escucharlo; el aire helado lo golpeó en la cara, y la nieve hizo que


se le enterrasen los pies hasta los tobillos. No era la situación ideal para
caminar con agilidad, pero el frío lo despejó ligeramente, y Harry
diciendo algo a sus espaldas y siguiéndolo con una maldición en voz baja
le pareció extremadamente divertido. De hecho, aún se estaba riendo
cuando se giró hacia él.

"Mira cuánta luz" argumentó con convicción, blandiendo la linterna hasta


que el chorro de luz se sacudió e iluminó intermitentemente el suelo;
estaba empezando a nevar de nuevo y los copos parecían fantasmas
diminutos y silenciosos. "Trae la cámara. Fotografía esto"

Harry bajó la cámara del coche y la encendió. Lo apuntó con ella; Louis
negó con la cabeza.

"No, a mí no, a la nieve. ¡Mira!" señaló los copos que caían del cielo. Le
oyó disparar, una vez, y dos; luego oyó el crujido del flash.

Harry lo dejó jugar con la luz de la linterna un rato más; después enroscó
un brazo alrededor de su cintura, asegurándolo contra su costado cuando
lo notó resbalar sobre la nieve pisoteada.

"Bueno, ya está bien. Nos vamos"

Se estiró para besarlo en los labios, pero calculó mal y acabó besándolo
en la mandíbula.

"Imbécil" acabó balbuceando por alguna razón. Harry aún lo sujetaba


contra él a duras penas "Eres m-muy alto"

"Y tú ya no vas a beber más" le oyó decir con indulgencia "tres cervezas y
estás por los suelos, putita. Qué peligro tienes..."

Se dejó conducir al coche otra vez.

"No lo sabes tú bien" gruñó. "Llévame a casa"

"No sé dónde vives"

"Pues no p-pienso decírtelo. Eres un..."

Harry arrancó sin escucharlo.

Pero en algún momento debió de decirle su dirección, porque Louis acabó


tambaleándose dentro de su apartamento y dándose una ducha caliente
antes de derrumbarse sobre su cama.
Entró sin llamar. Era tarde; el sol se estaba poniendo, y el estudio estaba
desierto.

"¿Harry?"

Oyó un ruido abajo, donde sabía que revelaba las fotos.

"Un minuto, putita"

Gruñó. Se paseó entre los decorados y los muebles esparcidos en busca


de un sitio donde sentarse. Se miró en un espejo, toqueteó un tocadiscos
y finalmente eligió un sillón dorado, ribeteado en verde oscuro, de
aspecto regio. Se dejó caer sobre él y tocó el brazo de madera; tenía una
extraña textura, casi cálida al tacto.

"Es falso"

Se giró. Harry tenía una caja de cartón entre las manos.

"Hola"

"Es de cartón piedra. No hay presupuesto para un sillón de marqués de


esos"

"...¿de cartón piedra? ¿Y aguanta el peso?"

"Sí, porque es para niños."

Se puso de pie al instante.

"Lo siento" dijo en voz baja. Harry se encogió de hombros.

"Pesas poco, no se va a romper" se inclinó y lo besó en los labios, apenas


un roce suave antes de apartarse con rapidez.

Louis se quedó quieto. Le hormigueaban los labios.

¿Cuándo habían empezado a besarse de forma casual?

Entró en pánico al instante.

¿Qué digo? ¿Qué hago? ¿Por qué me ha besado ahora? ¿Por qué me ha
gustado?
Rápido, di algo.

No podemos estar tanto tiempo en silencio, saldrá huyendo.

O peor, dejará de besarme.

"¿Y tú qué sabes cuánto peso?" dijo al final. Le ardían las mejillas, y Harry
también parecía ruborizado. Se giró para abrir la caja, que había dejado
en el suelo.

"Sé perfectamente cuánto pesas" le oyó murmurar con suficiencia. "¿Has


venido a ver cómo han quedado las fotos o para ver en ellas lo que no
recuerdas?"

Frunció el ceño.

"No estaba tan borracho"

"Sí, ya me di cuenta" Harry lo observaba con una media sonrisa burlona.


"Intentaste meterte en mis pantalones"

Gruñó, frotándose las sienes.

"Fuiste tú el que trajo la cerveza" dijo con suficiencia. "¿Querías una


sesión de fotos de un borracho?"

Harry revolvía entre las fotos.

"Quería que dejases de parecer triste. Y funcionó."

"Pero tú dijiste que las fotos podían ser buenas aunque yo estuviese
triste"

Harry se encogió de hombros.

"No todas. Mira esta." le tendió una fotografía antes de que pudiese
responder. Era prácticamente blanca; el flash hacía brillar la nieve a
niveles casi fosforescentes. Él mismo, sonrojado y blandiendo una linterna
cuyo haz de luz quedaba borrado por la del flash, estaba de pie mirando
al cielo. Los copos de nieve a su alrededor estaban tan saturados que
parecían manchas pintadas sobre la foto.

"Es un poco... surrealista" dijo en voz baja "parece otra dimensión"

"Es porque usé el flash. No se usa flash en la nieve, refleja demasiado la


luz. Es como un chaleco reflectante"

"¿Y por qué lo usaste?"

"Porque sabía que sólo se te vería a ti si lo usaba. La nieve es como un


fondo blanco, sin línea de suelo."
Tragó saliva.

"Me llamó mi madre para preguntarme cuándo iba a volver mi 'novia' a


cenar" confesó "por eso... por eso estaba de mal humor"

Harry se quedó callado. No parecía saber qué hacer con esa información.

"¿Y no le dijiste que tenías que venir a una sesión fotográfica con el
fotógrafo que te tiraste en la boda?"

"Casualmente no salió el tema" Levantó la cabeza para mirarlo; planeaba


dedicarle una mirada irónica, pero estaban más cerca de lo que había
previsto y Harry tragó saliva audiblemente.

Se inclinó y lo besó en los labios, rápido.

"Vete" dijo con aspereza "tengo que marcharme al otro estudio, a


trabajar."

Asintió.

"¿...me llamarás?"

Él hizo un gesto evasivo.

"Sí, si... tengo tiempo, y se me ocurre algo..."

Louis se quedó mirándolo fijamente. Fue consciente por primera vez de


una cicatriz en su sien, casi ya en la línea del cabello. De la clara línea
blanca que le atravesaba la comisura del labio inferior. Se sentía extraño.

No me va a llamar, comprendió con una sensación fría en el estómago. La


certeza, repentina y asfixiante, dolió más de lo que esperaba.

No me va llamar.

Parpadeó.

"¿Lo harás?" preguntó, y él lo miró.

"Sí. ¿...Por qué no iba a hacerlo?"

Se encogió de hombros sin apartar la mirada de sus ojos.

"Tengo la sensación de que ya tienes lo que querías de mí" admitió en voz


alta. "Que ya tienes fotos suficientes como para mandarme a la mierda,
que es lo que claramente querías desde el principio"

Harry pareció tan sobresaltado que sus últimas dudas se disiparon.

"No..." empezó a decir "claro que no. No tengo las fotos suficientes,
simplemente he hecho todo lo que tenía planeado hacer. Ahora mismo, no
tengo nada en mente..."

Asintió. Balbuceó una excusa y se marchó, dejando atrás a un Harry


ligeramente confundido. Sabía que no tenía ningún derecho a enfadarse.
Sabía que se estaba comportando como un crío caprichoso.

Hizo lo que hacía siempre que se sentía estúpido y humillado.

Llamó a Zayn.
Flash

"¿Lou? ¿Va todo bien?"

"Eh..." se frotó las sienes con las manos "Creo que Harry acaba de
dejarme"

"¿Qué?"

"Quiero decir" se corrigió atropelladamente "que creo que no va a volver


a fotografiarme"

Lo oyó suspirar.

"Bueno, casi... casi es mejor, ¿no? Menos complicaciones"

"Sí" dijo sin convencimiento. "Sí"

"Entonces, ¿cuál es el problema?"

Respiró hondo.

"Que quiero..." se calló. "No... no quiero dejar de verlo"

No quiero que deje de verme.

"¿Por qué?"

Calló.

"Es por Bradley, ¿verdad?"

Calló de nuevo.

"Te molesta no poder volver a tirarte al fotógrafo porque vas a quedarte


sin distracciones"

Gruñó.

"Te he llamado para que me consueles, no para que dejes claro que soy
una mala persona" protestó.

"Louis"

Suspiró.

"Le echo de menos" admitió. "Ya sé que estaba muy enfadado cuando lo
dejamos, y que dije que estaba mejor sin él, y que no me merecía, y es
cierto, pero lo echo de menos. Y me he liado con el fotógrafo de una boda
porque no pensaba en Bradley cuando estaba con él, pero eso no es la
solución a todo" tragó saliva "tenías razón. Harry no me hace bien. Sólo
estoy herido y rencoroso"

Zayn tardó en responder. Se oía un rumor mecánico en su lado de la línea


que se alejó hasta pasar a ser casi imposible de oír.

"Perdona. Aaron está tatuando. Avísame cuando salgas de trabajar y


estaré en tu casa, ¿vale?"

"¿Vas a seguir acusándome de cosas?"

Zayn colgó.

Apareció en su casa con varias cajas de cartón plegadas bajo el brazo.


Louis le abrió la puerta de mal humor.

"¿Ahora eres indigente?" ironizó, señalando las cajas.

"Vengo a ayudarte"

"¿A encontrar un buen puente bajo el que dormir?"

Zayn lo empujó ligeramente para entrar.

"Siempre haces esos chistes tan graciosos cuando estás triste" dejó caer
las cajas sobre la mesa del salón y las desplegó. "Estoy aquí para evitar
una catástrofe. Vamos a meter todas las cosas de Bradley en estas cajas, y
las vamos a mandar a tomar por culo. A las cajas y a él"

Louis frunció el ceño.

"...Es un detalle, pero aquí ya no hay nada de Bradley"

Zayn echó a andar hacia su dormitorio, con una de las cajas en las manos.

"¿Sí? ¿Con qué camiseta has dormido?"

"Eh" fue tras él, incómodo "Oye, eso no es..."

Zayn ya tenía en sus manos una camiseta ancha de algodón; blanca, con
las mangas azul marino y un enorme número 23 en el frontal. Su camiseta
favorita para dormir. De Bradley.

La blandió hacia él durante un segundo con expresión triunfante.

"Preciosa" se burló. La dejó caer en la caja. Louis hizo una mueca; intentó
recuperarla, pero él la sostuvo fuera de su alcance.
"Devuélvemela"

"Es suya. No necesitas nada suyo. Podría pegarte algo"

Sonrió.

"Me gusta la camiseta, Zayn."

"Te trae recuerdos. No los necesitas. Fuera." Zayn se movió hacia una
maltrecha estantería, casi doblada bajo el peso de los libros que se
apilaban precariamente sobre ella. "¿Hay algún libro que no me suene
demasiado...?"

Tardaron menos de una hora en llenar dos de las cajas, pero Louis se
sentía agotado cuando acabaron. Los recuerdos brotaban por todas
partes con los más mínimos detalles, un mechero, un CD antiguo y
olvidado, una fotografía, unos calcetines.

Se dejó caer sobre su propio sofá y se frotó los ojos con las manos.

Esto no está tan superado como yo pensaba, iba a bromear, pero se


arrepintió en el último momento y calló.

"Harry nunca me prometió nada" aseguró mientras Zayn se sentaba a su


lado. "Él sólo quería sacarme fotos. Fui yo el que intenté utilizarlo para
quitarme a Bradley de la cabeza. Lo que pasa es que me pone enfermo.
Esa forma que tiene de... de tratarme, como si yo fuera a desaparecer en
cualquier momento, como si... sólo se estuviese burlando de mí, como si
supiese algo que yo no sé"

Él se encogió de hombros.

"Es un tío extraño, sin más. Es mejor así"

Asintió.

"Desde luego, si se cree que voy a aparecer por allí a rogarle que me
fotografíe, va listo" dijo con suficiencia "Sólo lo hice porque vino a
suplicarme"

Zayn asintió con indulgencia, encendiéndose un cigarro.

"Claro que sí, Lou"

Bradley no contestó al teléfono. No le sorprendió; de hecho, era lo que


esperaba. Se habría llevado un susto si lo hubiera oído descolgar. Tosió y
carraspeó antes de oír el pitido.

"Hola. Soy Louis, he estado haciendo limpieza y tengo una caja llena de
cosas tuyas. Si las quieres, puedes venir a buscarlas. Si no contestas,
asumiré que no las quieres y me desharé de todo. Adiós"

Durmió mal. Bradley no llamó. Louis quería estar aliviado por no tener
que enfrentarse a su voz de nuevo, pero algo en su interior quería llorar.

Luchaba por abrir una botella de ron, todavía rumiando sobre las cajas de
cartón que había abandonado en el recibidor, cuando tuvo un déjà vu.

Harry estaba sentado al otro lado de la barra, exactamente en el mismo


sitio que la última vez. Louis le hizo una seña a Cat para que lo atendiese
ella y les dio la espalda a ambos, afanándose en seguir abrillantando una
copa de cóctel que estaba limpia desde hacía un buen rato.

"Lou" se giró para encontrarse a su compañera, con las cejas alzadas


"dice que quiere hablar contigo. ¿Le conoces?"

Dejó caer el trapo sobre el mostrador y empezó a limpiarlo con saña.

"Puede esperar a que acabe mi turno" optó por gruñir.

"¿Estás de broma? Está buenísimo. Yo te cubro"

"No tienes por qué. Estoy en mi turno y... hay que bajar a por más
ginebra. Y los vasos del lavavajillas, hay que secarlos. ¿Puedes abrirme
esta botella? De verdad que no sé por qué se atascan."

Ella suspiró.

"Si es un ex, puedo llamar a seguridad"

Negó con la cabeza al instante.

"No es un ex. No es nada"

Pero se volvió y se acercó al extremo de la barra en el que Harry lo


esperaba inmóvil. Alzó una ceja al darse cuenta de su enfado.

"Tienes que dejar de venir" farfulló.

"Hola a ti también"

"Estoy trabajando. Vas a meterme en un lío. Lárgate"

"Muy bien, gracias. ¿Cómo estás tú?"

"Harry. Hablo en serio"


"Sí, yo también. Pero no me dejas hablar"

Respiró hondo.

"¿Qué quieres?"

"Un amigo me va a prestar su estudio este fin de semana. Es más grande


y tiene mejor iluminación que el mío"

Asintió.

"Esas son unas noticias fantásticas" dijo con ironía.

"Está un poco lejos de mi estudio, pero puedo recogerte allí y llevarte"

Louis tragó saliva.

"Dijiste que ya tenías todo lo que necesitabas" dijo en voz alta.

"No, tú dijiste eso. Yo dije que te avisaría cuando tuviese una nueva idea"

Parecía divertido y extrañamente calmado, y tuvo la súbita sensación de


que había reaccionado exageradamente... por enésima vez. Y no le gustó.

"Lo siento, pero no voy a volver" se oyó decir.

Esta vez, Harry sí que lo miró.

"¿Qué?"

Disfrutó de la sorpresa mal disimulada en su rostro.

"Ahora no tengo tiempo." continuó diciendo, envalentonado.

"...Puedo hacerlo el domingo"

"Ya tengo ocupado el día."

"Avísame cuando tengas un rato libre y..."

Louis suspiró.

"Harry. Quiero decir que tengo planes. Con alguien" mintió con
naturalidad. Él parpadeó.

"No me importa" Louis alzó las cejas "...quiero decir, que puedo hacerlo...
otro día"

"No quiero que me saques más fotografías" mentía, y no sabría decir por
qué, pero sabía que quería ver crecer la desesperación en sus ojos. Y
funcionó.
"¿...Cómo?"

"Me has oído. No quiero más fotos. Me he cansado"

"Mientes" Harry se recompuso un poco; decidió pincharlo un poco más.

"Esto ha estado bien, de verdad, pero ahora mismo apenas tengo tiempo
libre, y... el poco que tengo, quiero emplearlo... bien. Con esa otra
persona."

Él enderezó la espalda. Sus ojos estaban oscuros.

"...Claro." agarró su móvil de la barra y se levantó "Claro. Bueno, tengo..."


se quedó callado "Tienes mi tarjeta si... cambias de opinión"

Asintió con una sonrisa.

"La tengo" confirmó. Harry se bajó del asiento de la barra, descoordinado.

"Las fotos que ya te saqué, no... no saldrán en ningún sitio. Los contratos
siguen en pie"

Asintió.

"Genial" le dedicó una sonrisa "Adiós, Harry"

Cat lo miraba cuando volvió a su lugar.

"¿Qué ha sido eso?"

Se encogió de hombros.

"Una pequeña venganza" murmuró, y ella se echó a reír.

"Genial. Nunca me canso de ver a cabrones recibir su merecido"

Louis asintió, pero no estaba del todo convencido.

"Si vuelve por aquí" murmuró, mirando la puerta por la que acababa de
salir "Avísame"

"Claro."

La primera vez que sonó el teléfono, con la melodía de Zayn, no dudó en


responder.

"...Oye, no sé si debería decirte esto, pero vino al estudio"

Dejó las verduras que estaba cortando.

"¿...Harry?"

"Hoy. Vino a disculparse con Aaron. Luego habló conmigo, me pidió que lo
tatuara"

Tragó saliva.

"¿Lo hiciste?"

"Claro que no. Tiene prohibida la entrada"

"¿... y entonces, qué...?"

"Le dije que no iba a tatuarlo. Dijo que lo entendía y se marchó. La verdad
es que fue educado"

Louis frunció el ceño.

"Qué extraño. ¿No te dijo nada más?"

"No. Parecía..." hizo un gesto ambiguo.

"¿...triste?"

"Drogado" acabó diciendo él, mandando al infierno la mínima ilusión que


se acababa de formar en su estómago. "Parecía drogado"

Louis ignoró la sensación punzante que se había adueñado de su


estómago.

"¿Drogado cómo?" no se había dado cuenta de lo mucho que había bajado


el volumen de su voz.

"No tengo ni idea. ¿Cómo voy a saberlo? ¿Qué insinúas?"

Se encogió de hombros.

"¿Por qué dices que parecía drogado entonces?" respondió, defensivo.

"Tenía las pupilas dilatadas, la mirada perdida y caminaba extraño.


¿Satisfecho?"

Frunció los labios. Zayn suspiró.

"Has hecho bien en alejarte de él, ¿de acuerdo?" dijo con sencillez.
Pero la segunda vez que su teléfono sonó, con la melodía predeterminada,
entró en pánico. Era temprano, todavía se estaba lavando la cara, y vio su
propia expresión en el espejo del baño.

Es Bradley.

Se quedó quieto en el sitio.

No quería contestar. No quería oírlo. No esperaba que llamase. No estaba


preparado.

Pero se acercó al teléfono, casi de puntillas, para mirar la pantalla. Era


antiguo y la pantalla del identificador de llamadas estaba ligeramente
desgastada, pero reconoció el número.

Saltó el contestador.

"Hola. Soy Harry..." pudo oír el segundo exacto en el que se pensaba si


hacer una broma o no "el fotógrafo. Me ha llamado el que me prestó el
coche y dije que me he dejado una bufanda, pero yo no llevé bufanda, así
que supongo que es tuya. Si la quieres, llámame"

Levantó el auricular.

"Iré mañana al estudio. Más te vale no estar puesto"

Si él se sorprendió, lo disimuló bien.

"¿Puesto de qué?"

"De lo que sea. Al parecer no haces distinción"

"Estás enfadado"

"Increíblemente perceptivo. Debes de estar sobrio"

"Putita, te estás metiendo en un terreno que no te conviene"

"Es una de mis especialidades."

"¿Quieres tu puta bufanda o no?"

"¡Sí, claro que la quiero!"

"Pues te veré mañana"

Louis estuvo a punto de arrojar el teléfono por la ventana al oírlo colgar.


Afortunadamente, se detuvo a tiempo y se dedicó a respirar hondo- quizás
con algo de furia- como cuando había aprendido a meditar. Se le ocurrió
una idea que lo hizo sonreír.

Todavía no me he vengado. Mañana me vengaré.

Harry tenía el pelo pulcramente recogido y llevaba una camiseta holgada


que le dejaba las clavículas al aire; esbozó una sonrisa arrogante al verlo.
Se le hacía la boca agua sólo de mirarlo, seguro y burlón con una ceja
perfecta levantada con escepticismo.

Esto va a ser fácil.

"Hola"

"¿Me das mi bufanda?"

Él ladeó la cabeza.

"Últimamente vas demasiado al grano. No estoy seguro de que me guste."


se burló. Louis se quitó el abrigo.

"Oh, ¿Quieres hablar? Hablemos. ¿A qué fuiste al estudio de Zayn? ¿Qué


esperabas? ¿Qué pretendías?"

"¿Que qué pretendía yendo a un estudio de tatuajes, a pedirle a un


tatuador que me hiciese un tatuaje? Está claro que la respuesta tiene que
ver contigo, putita. Como todo. Sigue buscando"

Puso los ojos en blanco.

"Es por esto por lo que no quiero volver. Eres un desagradable, y un


maleducado y un entrometido y..."

"No, no es por eso, putita. Mientes horriblemente mal."

"Dame mi bufanda"

"Dime por qué no quieres volver"

Apretó los dientes. Se tragó su orgullo.

"Me fui porque empezaba a perder la perspectiva de las fotografías y


venía para estar contigo" dijo al final.

Harry tragó saliva.


"Podemos hacerlo diferente. Con más gente, o... en otro sitio"

"No va a funcionar, Harry. No voy a dejar de sentirme atraído por ti


porque cambiemos el decorado"

"¿Y qué? ¿Qué importa eso? Las fotografías son buenas. No tiene por qué
pasar nada. No pasará. Ni siquiera soy..."

"Cállate" Louis se cubrió los ojos con una mano "Por favor, deja de hablar
ahora mismo"

Harry obedeció, pero no por mucho tiempo.

"Dime qué quieres que haga"

Apretó los dientes.

Quiero que me supliques. Quiero verte vulnerable por una vez. Quiero
verte sin muros.

Lo miró a los ojos.

"Quiero que me digas que me quieres" lo retó "que me digas que me


quitaste la bufanda para tener una excusa para verme. Que eres gay"

Él pareció perder la paciencia.

"Por décima vez, putita" empezó a decir exasperado "No soy..."

Allá va. Acabas de perder tu última oportunidad.

Alzó las manos para hacerlo callar.

"De acuerdo, de acuerdo" dijo con tranquilidad "Voy a empezar a hablar


claro. De hecho, la bufanda me da igual. Puedes quedártela. Venía a por
un polvo, pero veo que voy a tener que hacerlo yo mismo" Eligió un sillón
y se sentó, para encontrarse a Harry con una mezcla de enfado y
confusión que adoró al instante.

"¿Qué estás...?" sus músculos faciales se congelaron al verlo sacarse la


cartera del bolsillo. Le dio vueltas al envoltorio de plástico, sin prestarle
atención, antes de dejarlo sobre el brazo del sillón cuidadosamente.
"Louis"

Se puso de pie y tiró de sus propios pantalones hasta bajárselos. Hizo lo


mismo con su ropa interior, y se sentó de nuevo en el sillón. Sólo entonces
se atrevió a mirarlo.

Harry tenía las pupilas dilatadas. Su respiración era tan profunda que
podía oírla. Todavía tenía la boca abierta para seguir hablando, pero no
oía ni un sonido.
Bueno, todavía no está lo suficientemente afectado, decidió con
resolución. Separó las dos partes, abrió el envoltorio del lubricante y se lo
extendió en las yemas de los dedos. Tiró a un lado el preservativo, sin
abrirlo.

"Esto no voy a necesitarlo" dijo con ligereza, fingiendo estar pensativo.


Calentó el lubricante frotando los dedos entre ellos. "La verdad es que
esto es sólo lo mejor que puedo conseguir ahora mismo" explicó con
calma "preferiría hacerlo con bastante, bastante más lubricante, ¿sabes?
Es como lo hago en casa"

Harry parecía tan excitado como enfadado.

"Eres una putita" ladeó la cabeza. Louis sonrió.

"Te encanta llamarme eso, pero a partir de ahora lo harás con razón"
Abrió las piernas y deslizó un solo dedo en su interior, cerrando los ojos y
abriendo la boca para respirar. Harry apretó los dientes; se acercó un
paso más.

"No puedes hablar en serio" lo oyó murmurar, tan bajo que estaba seguro
de que no pretendía que lo oyera.

Se lo tomó con calma. Lo miró divertido cuando vio que Harry empezaba
a desabrocharse el cinturón.

"No estarás pensando que voy a dejar que me toques, ¿no?" preguntó con
suavidad, y él tragó saliva.

"¿No estás listo ya?"

"Harry" cerró los ojos en busca de un ángulo mejor "¿No lo has


entendido? No vas a follarme. Porque no eres gay"

Él emitió un sonido casi dolorido.

"Oye, lo siento." su voz sonaba rasposa, e hizo que un agradable


escalofrío lo recorriese "Siento lo que dije, yo..."

Louis abrió los ojos y clavó la mirada en sus ojos entornados cuando pasó
a meterse dos dedos; parecía desesperado, pálido, y ayudó. Ayudó
bastante. Sus dedos quemaban un poco; estaba demasiado estrecho y el
lubricante no era demasiado, pero tendría que valer.

Harry cayó de rodillas delante de él en cuanto lo oyó gemir.

"Déjame hacerlo a mí" apenas tenía un hilo de voz.

"No sabrías cómo" dijo con sorna "No eres gay"

"Louis..."
"No" lo cortó, insensible "Ni se te ocurra tocarme."

Harry entrecerró los ojos, pero no hizo ademán de desobedecer.

"Para" susurró. Louis no le prestó atención; tenía la mente nublada y el


recuerdo de la boda era tan poderoso que casi lo sentía entre sus piernas,
sujetando sus muslos. Sintió los músculos bajos de su espalda
contrayéndose, y arqueó un poco más la espalda para encontrar un buen
ángulo. Le dolía ligeramente la muñeca; empezó a echar de menos el
vibrador que escondía en casa.

"No tengo ninguna intención de parar" se las arregló para decir. "Oh,
dios, ojalá fueses gay, ¿no? Podrías estar..." se cortó para respirar
"Podrías estar sintiéndote fantástico ahora mismo. Podría sentirte
mañana, como la última vez. Te recordé en la ducha durante tres días,
Harry" su respiración empezaba a acelerarse. "Cada vez que caminaba.
Podía sentirte, como un m-maldito virgen"

Lo oyó emitir un gemido bajo. Empezaba a dolerle seriamente la muñeca,


pero estaba muy cerca, casi podía alcanzar ese punto exacto...

"Apuesto a que podrías dejarme dolorido de verdad, si te lo propusieras."


balbuceó, añadiéndole un poco de rapidez a sus movimientos "Si me
agarrases contra la pared. Apuesto a que podrías dejarme marcado, a
hacerme sentir como si me hubieran desvirgado otra vez" ni siquiera era
demasiado consciente de lo que estaba diciendo, pero la imagen mental
fue suficiente para hacerlo contraer hasta el último músculo de su cuerpo
y eyacular con los dientes clavados con saña en su propio labio inferior.

Se dejó caer relajado sobre el sillón, agotado, mientras recuperaba el


aliento. Evaluó la tortura en sus ojos verdes.

No ha estado mal, concluyó con satisfacción, pero tuvo que esperar varios
minutos antes de poder moverse.

Se levantó sobre piernas trémulas y se vistió de nuevo, con tranquilidad.


Agarró su abrigo, olvidado sobre una mesa. Miró a Harry, que todavía lo
observaba lívido arrodillado delante del sillón. El bulto en sus pantalones
era tan evidente que casi lo hizo reír.

"Menos mal que no eres gay" comentó con tranquilidad, sin perder una
sonrisa brillante. "Si no, podrías tener una erección ahora mismo. ¿Te
imaginas cómo de embarazoso sería?" Se inclinó y estampó un beso en su
mejilla; él no movió ni un músculo. "Ponte hielo en eso" susurró en su
oído.
Flash

Los días siguientes, Harry le fue dejando mensajes cada vez más furiosos
en el contestador. No fue hasta casi una semana después cuando decidió
escucharlos.

"No sé quién... quién te crees que eres" le oyó decir; parecía ahogado.
"Pero eso fue... un golpe bajo. Un golpe bajo que me esperaba de ti,
pero..." lo oyó bufar. "Llámame. Vamos a llegar a un acuerdo. Vas a volver
a dejarme que te fotografíe. No puedo fotografiar nada ya. Nada queda
como yo quiero. Estoy desconcentrado por tu culpa."

Meneó la cabeza con incredulidad, intentando no sentirse tan satisfecho.

Al día siguiente, cuando el teléfono sonó de nuevo, apenas lo dejó hablar.

"Hola, soy Harry otra v..."

Descolgó el auricular.

"No intentes colarme toda esa mierda del pobre artista sin inspiración.
Sólo necesitas echar un polvo" dijo con alegría. Harry tardó en contestar.

"Bueno. ¿Vas a venir?"

No sabía si reír o llorar.

"Claro que no. Me he cansado de ir a todas partes y de llamar y de pedir


que me presten atención."

"Iré yo"

"¿Lo harás?" espetó, sin creerlo por un instante.

"Sí"

Louis cerró los ojos.

"Ven a casa" lo retó. "Ven, ahora mismo."

Un breve silencio.

"¿Está él?"

"¿Quién?"

"Tu... yo que sé, a quien sea que te estés tirando"


Tragó saliva. Recordó su conversación en el bar, y reprimió una sonrisa.

"No" dijo con suavidad "No está"

"Tardaré un rato"

"Pues voy a salir. Más te vale darte prisa"

Harry colgó, y Louis empezó a darse cuenta de las consecuencias de lo


que acababa de hacer.

Miró a su alrededor; su apartamento era diminuto y lúgubre. Apenas un


salón, una cocina descascarillada, un baño húmedo y su dormitorio,
ocupado en gran medida por su cama y un armario. La única persona que
se atrevía a invitar era Zayn; su madre, su hermana y todos sus amigos
insistían en que podía permitirse algo mejor. Su mejor amigo se quejaba
en voz alta del sofá hundido y endurecido, de la renqueante mesa
diminuta sobre la que lo invitaba a cenar, de las ventanas temblorosas. Su
madre se negaba a adentrarse por el pasillo lúgubre. Su hermana fruncía
los labios sólo de hablar de ello.

Todos tenían razón; podía permitirse un apartamento mejor. Tenía dos


trabajos- uno que su familia conocía, y otro que no- y apenas gastaba en
comida. Su madre solía ayudarlo pasándole dinero todos los meses, y
Louis fingía necesitarlo.

Ahorraba desesperadamente todo lo que podía, por dos razones. La


primera era un estúpido proyecto en el que llevaba años pensando, con la
pesada resignación de que le llevaría años reunir el dinero suficiente
como para planteárselo siquiera.

La segunda de ellas era que sabía que llegaría el día en el que tendría que
revelar a su familia quién era en realidad, o el secreto acabaría
envenenándolo, y aunque Freddie's era un bar gay, la mayor parte de sus
ingresos venían de un trabajo en el que todo el mundo lo tomaba por
heterosexual. Un paso en falso y la noticia correría como la pólvora, y
entonces... entonces podrían echarlo del trabajo, la ayuda de su madre
podría desaparecer, y ese apartamento se convertiría de verdad en lo
único que podría pagar.

Pasaba tanto tiempo en él que jamás le había dedicado un pensamiento


lugar en el que vivía, pero ahora estaba avergonzado. ¿Qué iba a pensar
Harry de él?

Empezó a ordenar los libros amontonados sobre la mesa de café, la ropa


arrugada que ocultaba casi todos los muebles de su dormitorio, las tazas
de té secas que aparecían en todas las superficies planas. Enderezó el
cuadro del salón y estiró las mantas que se arrugaban sobre su cama.

Estaba a punto de llamarlo para decirle que había sido una broma cuando
el timbre sonó.

Harry apareció en el umbral de su puerta, ruborizado y jadeante, con una


mochila negra cargada al hombro. Resopló al verlo.

"Pensé que ya no estarías aquí" admitió, entre respiraciones agitadas.


Louis frunció el ceño.

"¿Has venido corriendo?"

Harry se apoyó en la pared con una mano para recuperar el aliento. Louis
se mordió el labio inferior mirándolo; notaba su propio rostro enrojecer a
cada minuto.

Sí, ha venido corriendo.

Le rodeó el cuello con los brazos y cortó sus jadeos con un beso.

"Siento el desorden" fue todo lo que pudo tartamudear.

Harry no dijo nada; a decir verdad, no pareció prestarle atención al


apartamento. Lo levantó por los muslos y lo sujetó contra la pared,
mordiéndole el hombro con fiereza.

Louis jadeó, notando su erección contra la cadera. Harry se separó lo


justo de él para poder hablar.

"¿El dormitorio, por favor?" preguntó con voz ronca. Le costó pensarse la
respuesta.

"En... esa puerta de ahí" susurró, y Harry asintió casi con seriedad.

"Gracias" dijo con ligereza, y Louis empezó a reírse mientras lo


arrastraba hacia allí sin esfuerzo aparente. Lo dejó caer sobre la cama y
gateó sobre él, deshaciéndose de su camiseta y ayudándole a duras penas
a quitarse la suya.

Louis sentía los latidos de su corazón por todo el cuerpo, la necesidad y el


calor extendiéndose por su cuerpo como telarañas. Acarició los tatuajes
de su pecho; dos pájaros enfrentados, sombreados en negro.

"Este es de Zayn" adivinó al instante "S-Siempre hace él los pájaros. Le


encantan"

Harry tragó saliva audiblemente; imitó su gesto, pasando una mano


callosa por sus clavículas.

"Deberías pedirle uno" dijo, con un tono de normalidad totalmente


arruinado por su respiración atropellada. Louis rió bajo sus dedos.

"Uno que ponga 'Harry Styles perdió su heterosexualidad conmigo', en


letras muy grandes"

A pesar de todo, Harry rió.

"No. Uno que ponga 'soy una putita' sería mejor" dijo mientras tiraba de
de sus pantalones hacia sí mismo.

Sus pantalones eran elásticos y se deslizaron con suavidad por sus


muslos; los de Harry fueron bastante más complicados. Todavía
arrodillado sobre él, se retorció hasta conseguir sacárselos a sacudidas.

Louis lo atrajo hacia sí al instante, tirando de sus hombros hasta que


perdió el equilibrio y acabó totalmente encima de él. Sentía su pulso
acelerado en su cuello, su pelo suelto en todas partes. Lo recogió con las
manos y lo sostuvo en su coronilla.

"¿Por qué no te lo has atado?" murmuró, hundiendo más los dedos en la


maraña de rizos.

Harry no respondió; acababa de descubrir que podía crear la más


deliciosa fricción entre ellos si rodaba las caderas delicadamente contra
las suyas. Louis dejó caer la cabeza sobre el colchón, apretando los puños
en su pelo.

"Oh, joder" murmuró. Abrió un poco las piernas para enlazarlas alrededor
de su cintura, y él aprovechó la oportunidad para acercarse todavía más,
dejando escapar un sonido ahogado que sonó maravillosamente grave.
Sus ojos se cerraron solos "Oh, mierda"

"Voy a tener que pedirte que dejes de decir eso" le oyó murmurar "O
puede que me corra ahora mismo y se nos acabe el juego"

Sonrió.

"Apuesto a que p-podría reanimarte" susurró.

"Joder, ya lo creo que podrías" Harry sonreía cuando se inclinó para


besarlo; Louis se sintió encender bajo él como una llamarada. Empezó a
rodar las caderas él también, casi instintivamente, y el placer estalló a
través de él como un rayo.

"No, para. Espera. El lubricante" dijo, con la urgencia mal disimulada en


la voz.

Harry no pareció entenderlo, pero dejó que desenredara sus piernas y


alcanzase una botella de lubricante de su mesita de noche.

"¿...Tienes eso ahí encima?"

Se encogió de hombros con una sonrisa impertinente.


"Ventajas de vivir solo"

"Dámelo" Harry lo agarró con convencimiento, pero le dio vueltas a la


botella entre los dedos, claramente confundido. Louis lo observó,
divertido.

"¿Qué quieres hacer?"

Él averiguó cómo se echaba, pero apuntó mal y acabó mojándose el


antebrazo.

"Quiero hacer eso con los dedos. Eso que tú hiciste el otro día. ¿Cómo
se...?" presionó el dispensador varias veces.

Louis sonrió.

"Vas a necesitar más lubricante" dijo con sarcasmo; Harry se había


echado tanto en los dedos que estaba maniobrando para que no gotease
sobre las sábanas.

"Oh, calla. Esto es difícil"

"¿Nunca se lo has hecho a una chica?"

Harry negó con la cabeza. Parecía casi avergonzado.

"Dime" murmuró, frustrado "Cómo hacerlo"

Louis agarró su mano y la acercó para que el lubricante gotease sobre su


piel.

"Te lo echas todo en la mano. Tienes que ponérmelo a mí también" dijo


con suavidad.

"...Vale, espera"

Sonrió al ver su nerviosismo.

"Mira, espera" se irguió para frotar sus dedos con los suyos, calentando el
lubricante en ellos. Harry lo observó hacerlo casi embobado. "Ahora.
Despacio"

Él decidió que sería una buena idea frotar un dedo empapado de


lubricante contra su entrada. Hundió la yema del dedo en su interior,
lentamente y sin dejar de dedicarle su mejor sonrisa. Parecía tan
triunfante que lo habría insultado, si su dedo no se sintiese tan bien.

"¿Voy bien?" preguntó, pero no lo dejó contestar. Un segundo dedo se


unió al poco tiempo al primero, y después un tercero. Louis acabó
retorciéndose contra él, respirando con dificultad.

Más, más, más.


Soltó un gemido cuando Harry flexionó ligeramente los dedos. Le
temblaban las piernas.

"Aprendes rápido" le dijo entre jadeos, y su sonrisa se amplió todavía


más.

"Gracias" dijo con formalidad, y Louis ahogó una risa antes de


estremecerse de nuevo.

"Te encanta esto" murmuró sin aliento, dejando que sus dedos se
hundiesen un poco más "Te encanta... tener el control."

"No. Me encanta ver cómo te retuerces. Quiero que me pidas más."

Lo golpeó con el talón en la espalda.

"Pues vas a tener que esforzarte más" lo empujó, y Harry se apartó con
gesto confuso.

"¿He hecho algo mal...?"

Negó con la cabeza.

"Nada. Pero no pienso correrme aún. Es suficiente. Quítate eso"

Harry se apartó para pelearse con sus calzoncillos; intentó quitárselos sin
apartarse de donde estaba arrodillado, pero no tuvo éxito y tuvo que
ponerse de pie con torpeza. Louis rebuscó en su mesita hasta dar con los
preservativos, pero él apenas les echó un vistazo.

"Esos no" dijo al instante, pateando la ropa arrugada que se interponía en


su camino y volviendo a la cama con uno diferente en la mano. Louis lo
miró también, momentáneamente confuso.

"¿Qué tiene de malo este?" sostuvo el envoltorio con cuidado.

"Me alegra que me lo preguntes. Es demasiado pequeño"

Puso los ojos en blanco.

"Arrogante" murmuró. Le quitó el preservativo de la mano y se lo puso.

"Joder" Harry se estremeció. Le dio una palmadita en el muslo antes de


tumbarse de nuevo.

"Ven aquí" lo llamó, extendiendo los brazos hacia él y flexionando los


dedos. Abrió un poco más las piernas, con la esperanza de que eso lo
hiciese darse prisa, pero Harry se entretuvo unos segundos acariciando
sus muslos.

"Eres una putita" dijo con tranquilidad, como si acabase de deducirlo, y


Louis se echó a reír. Su risa se atascó cuando Harry empezó a entrar en
él, y los dos gimieron. Louis cerró los ojos y atenazó la almohada en una
mano; cada nervio de su cuerpo estaba tenso y a punto de romperse.

"Oh, mierda" apretó los dientes.

Harry todavía no se había movido; tenía la cabeza caída y su pelo no le


dejaba ver su rostro, pero notaba sus respiraciones en la piel del
estómago, cálidas, húmedas. Enviando una lluvia de cosquillas allá donde
lo tocaban.

"Sabes" empezó a decir él, en un jadeo apenas inteligible "Creo que esto
es suficiente. Creo que sólo quiero quedarme así"

Sonrió.

"No, no vas a hacerlo" dijo con la seguridad temblando en su voz. Harry


levantó la cabeza para mirarlo. Sudaba; diminutas perlas de sudor
empezaban a formarse en su frente, y tenía las pupilas tan dilatadas que
apenas podía distinguir sus iris. "Vas, ah, vas a follarme, para eso has
venido."

Harry se movió para atenazarlo contra el colchón; lo notaba tan adentro


que le costaba respirar, y así era como quería morir. Intentó rodear sus
caderas con las piernas, pero no las sentía. Él pareció darse cuenta de sus
intenciones, porque lo hizo él mismo, sosteniendo sus muslos con
facilidad.

Se inclinó para besarlo, un caos de saliva y labios bruscos antes de


agarrarse a los barrotes de su cama con una mano para equilibrarse.

Harry empezó a moverse tan lentamente que intentó protestar, pero lo


único que consiguió fue un gimoteo agudo que pareció gustarle. Intentó
rodar las caderas para ayudarlo a moverse, y él clavó los dientes en su
propio labio inferior, con saña. Lo tomó como una buena señal.

Poco a poco, establecieron un ritmo lento pero firme. Dos respiraciones y


un gemido ahogado después, los barrotes de su cama golpearon la pared
con un golpe metálico y resonante. Louis soltó todo el aire por la boca; se
miraron durante un segundo antes de decidir, sin palabras, que no era
importante.

"Más" pidió a ciegas. Harry tomó aire. Los pájaros se contrajeron a la vez
que los músculos de sus brazos.

Sus empujes se volvieron un poco más fuertes; Louis soltó la almohada y


tanteó la pared detrás de su cabeza para que no lo arrastrase. Harry
mascullaba algo entre jadeos, pero no entendía ni una palabra. El roce de
su piel era eléctrico y adictivo; y perdió el control de sus propios
movimientos. Extendió una mano con avidez por sus hombros y clavó las
uñas en su espalda, ahogando un grito cuando Harry se movió en su
interior un poco más rápido, y su estómago se contrajo.

"Por el amor de dios, te siento..." empezó a balbucear, pero olvidó lo que


iba a decir a mitad de frase. Él respondió con un gruñido y un embiste
más brusco que los hizo gimotear a los dos "Harry. Harry" no conocía
ninguna otra palabra, y no parecía que hubiese otra cosa que a él le
apeteciese oír. Sus voces dejaron de tener sentido enseguida, y
renunciaron a ellas. Moverse desesperadamente el uno contra el otro era
infinitamente más importante.

Los golpes de los barrotes contra la pared se hicieron más intensos, pero
lo único que oía eran sus jadeos, fuertes, atrancados a veces. Harry
encontró su próstata casi por accidente y lo hizo sollozar, y el sonido
pareció volverlo loco, porque la agresividad en sus movimientos se
multiplicó. Louis se aferró a su pelo, contrajo las piernas
involuntariamente, se dejó ir.

Tardó tanto en volver en sí que temió haber perdido el conocimiento. La


habitación se aclaró despacio, y el pitido en sus oídos dejó paso a sus dos
respiraciones. Harry todavía estaba tumbado sobre él, desmadejado como
un muñeco pesado y jadeante.

"Madre mía" consiguió decir "casi me matas"

Harry se movió despacio para tumbarse de lado y le dedicó una mirada de


incredulidad, agotado.

"¿Yo a ti? Vas a ser mi fin, putita"

Se estiró con cuidado; cada músculo de su cuerpo protestó al instante.

"Oh, mierda" hizo una mueca.

"¿Te he hecho daño?"

"No más que de costumbre. Dios mío, mis piernas." las movió con
cuidado; le hormigueaban. Todavía sentía la cabeza nublada y pesada
"Creo que nunca me había sentido así. Estás desaprovechado como
fotógrafo"

"¿Intentas decirme que me prostituya?"

"Cielos, no. Me refería al porno. Ni se te ocurra empezar a cobrarme"

Harry chasqueó la lengua.

"No sé quién tendría que cobrarle a quién"

No respondió. No tenía ganas de discutir. En realidad, no tenía ganas de


hacer nada que no fuese dormir. Dejó caer la cabeza con delicadeza sobre
su hombro. Se notaba la boca hinchada y dolorida, y no era lo único.

"Me has mordido la boca" se quejó, cerrando los ojos. Harry se movió un
poco a su lado; oyó el susurro de las sábanas debajo de él.

"Y tú a mí. Siempre me la muerdes"

Asintió con seriedad. Abrió los ojos para mirarlo, y tocó su labio inferior
con el pulgar.

"Me gusta tu boca. Sobre todo me gusta cuando está cerrada" murmuró.
Harry parpadeaba despacio, respiraba despacio. Era demasiado grande
para su cama diminuta, demasiado pálido contra sus sábanas azul marino,
demasiado despreocupadamente atractivo en medio de su apartamento
viejo y húmedo. Estaba fuera de lugar, pero tenía una sonrisa relajada y
satisfecha en el rostro que resultaba relajante, y parecía adormilado.

Louis quería quedarse acostado a su lado, envolverse en sus brazos y


dormir durante una semana entera.

"No ibas a ir a ningún sitio" dijo él de repente, en voz baja.

"No" no se planteó mentir. No tenía fuerzas.

Harry se dejó caer sobre la almohada, respirando con suavidad. Pasó una
mano por su cintura, y Louis se dejó arrastrar por la cama unos
centímetros hasta acabar amoldado a su costado.

"Estás jugando conmigo, putita. Y te estoy dejando. ¿Por qué lo haces?"

Sonrió con suficiencia.

"Porque quería que corrieras"

Harry resopló. Todavía lo observaba con intensidad, los ojos verdes


oscuros y brillantes.

"¿Vas a volver?"

"¿Vas a pagarme con orgasmos?"

"Si eso es lo que quieres" Harry se acercó tanto que notó el roce de sus
labios contra los suyos cuando habló. Louis sonrió y lo dejó; apenas
atrapó su labio inferior entre los suyos durante un par de segundos antes
de apartarse. Seguramente tendría la boca tan dolorida como él, pensó.

Harry todavía estaba en silencio.

"¿Es por él por lo que no quieres volver?" preguntó al final "¿Tienes...


novio, o algo, ahora?"

Puso los ojos en blanco.


"No" se levantó con cierta dificultad para sentarse en la cama. "No es
eso"

"¿Qué es?"

Se encogió de hombros.

"No te conozco" dijo con suavidad. Harry frunció el ceño.

"Claro que me conoces. Te he fotografiado y hemos..."

"No tengo ni idea de quién eres" lo interrumpió. "Sólo sé que eres


fotógrafo y que cada vez que intento saber algo de tu vida me dices 'no es
asunto tuyo, putita' y cambias de tema. Y no sé qué ocultas, ni por qué te
importa que yo lo sepa"

Él suspiró.

"No tenemos que saber nuestros tipos sanguíneos para que te saque
fotos, Loui..."

"Eso es lo que tú dices. Pero tú sabes cosas de mí."

Harry recorrió su clavícula con los dedos. Sabía por su miraba abstraída
que no lo estaba escuchando.

"Quiero fotografiarte así" murmuró. Louis rió al notar las cosquillas;


agarró su muñeca para detenerlo.

"¿Qué me darás a cambio?" murmuró. Harry se inclinó para besarlo en el


hombro, despacio. Estaba tan calmado, tan abierto, que parecía otra
persona.

"Dime qué quieres saber" le oyó decir "Te garantizo que la respuesta será
decepcionante"

"¿Por qué fuiste a ver a Zayn?"

"Porque me gusta como tatúa"

"Pero te había prohibido la entrada al estudio"

"...Y porque quería que se enfadase"

Frunció el ceño.

"¿Cómo?"

Harry se encogió de hombros.

"Bueno, él me conoce, y te conoce. Quería ver si se ponía en plan machito


protector. 'No te acerques a Louis, hijo de puta', y todo eso"

"¿Para qué?"

"Para ver si... realmente te había hecho daño, o simplemente estabas


jugando conmigo" Harry todavía recorría sus hombros con las yemas de
los dedos "Pero ya veo que sí"

"¿Y por qué fuiste drogado?"

Harry se quedó quieto.

"¿Quién ha dicho que yo estaba drogado?"

"Yo. Yo lo he dicho. Dime qué habías tomado"

"Eso no es..."

No lo dejó continuar. Empezó a rebuscar en busca de su camiseta, pero


sólo encontró sus vaqueros rotos.

"Vale" dijo con ligereza, sin rendirse.

Harry resopló, malhumorado.

"Sólo había fumado un par de cigarros. Tu amigo necesita cagar esa


escoba que se ha tragado"

"Mi amigo se gana la vida tatuando de forma legal y limpia, y su forma de


vida se puede acabar si lo pillan tatuando a alguien que no esté en sus
plenas capacidades mentales. Eres tú el que necesita quitarse esa
superioridad de encima antes de que te aplaste"

Harry suspiró.

"Vale, vale. Lo siento" alzó las manos. "Zayn lo dejó claro. No volveré a
pasarme por allí. Dile que puede quedarse tranquilo. ¿Satisfecho?"

"Claro que no. Si me sigues fotografiando" empezó a decir con cuidado


"tienes que seguir unas normas"

Harry alzó una ceja.

"Ah, ¿sí?"

Hundió un dedo en su pecho.

"No quiero que vuelvas a... meterte nada, si vas a fotografiarme"

"¿Vas a hacerme controles antidroga?" parecía casi divertido.

"Si hace falta, sí"


"Me encantaría verte intentarlo" deslizó una mano por su costado,
bajando hasta su muslo. Louis la siguió con la mirada.

"No voy a aparecer colocado ni borracho para sacar las fotografías, Louis.
No planeo caer tan bajo, aún soy un fotógrafo profesional" hablaba tan
despacio que su voz ronca sonaba como una nana; luchó por mantener los
ojos abiertos mientras lo escuchaba. "Bueno, ¿eso es todo?"

"Sí. De momento" añadió desafiante. Harry fingió un suspiro de alivio.

"Menos mal. Pensé que ibas a decirme que no volviese a llamarte putita"

Sonrió.

"Me gustas más cuando no finges que no eres gay" dijo con ligereza, y
Harry negó con la cabeza.

"¿Podemos dejar ese tema apartado?"

"Claro" Louis se encogió de hombros. Se levantó al oír el timbre de su


teléfono; trastabilló "Es tu tortura interna, no la mía"

Notaba todos sus músculos débiles y las piernas flácidas. Caminó con
sumo cuidado, bajo la mirada divertida de Harry.

"Me gusta que camines así" le oyó decir, y resopló.

"¿Jodido?"

"Exactamente" no necesitaba girarse para notar la sonrisa lobuna que


había en su rostro.

Alcanzó su teléfono; era Bradley. Louis tragó saliva.

"¿Pero qué quiere ahora este imbécil?" espetó en voz baja.

Harry se vestía a sus espaldas.

"Ya me voy, ya me voy" dijo en voz alta. Louis no consiguió reírse. Rechazó
la llamada.

La pantalla se iluminó de nuevo. Louis empezó a entrar en pánico.

"¿Quién es?"

No se giró. No se atrevía a mirarlo.

"El pasado" dijo con sarcasmo.

"Si quieres, puedo responder yo. Te garantizo que no te volverá a llamar"

Esta vez sí que se rió.


"No, gracias. Esta es mi guerra" tomó varias bocanadas de aire, tosió,
descolgó. "¿Hola?"

"Louis"

Parecía que habían pasado años desde la última vez que había oído su
voz, y al mismo tiempo, podía verlo perfectamente apoyado en la mesa de
la cocina, mirarlo desde su coche, oír su respiración pesada en mitad de
la noche, como si aún estuviese ahí.

No respondió nada. No se encontró la voz. Afortunadamente, él fingió no


darse cuenta.

"¿Estás en casa?"

Carraspeó de nuevo.

"Depende de para qué"

"Estoy de camino, voy a buscar mis cosas"

Torció el gesto.

"Ya las he tirado" mintió.

"...No importa. ¿Puedo ir un momento?"

Miró de reojo a Harry, que acababa de calzarse sentado en su cama.

"¿Para qué? ¿Qué quieres?"

"Louis, tenemos que hablar. Tengo que decirte algo"


Flash

Louis torció el gesto involuntariamente.

"No me interesa nada de lo que tengas que decir"

"Lou, por favor. Será sólo un momento. Es importante para mí"

"Tú ya no eres importante para mí"

Lo oyó respirar hondo.

"Está bien" espetó, irritado "Di lo que tengas que decir y lárgate. No estoy
solo"

"Gracias, ángel"

"No me llames eso" colgó.

Harry estaba agarrando su mochila cuando se volvió.

"¿Qué haces?"

"¿Le dices que venga diez minutos después de follar? Eres increíble,
put..."

"Quédate" lo interrumpió, intentando no balbucear "Sólo hasta que venga.


¿Puedes quedarte?"

Harry lo miró como si estuviera loco.

"¿Quieres que me quede a saludar a tu novio?"

"No, no es mi novio. Es mi ex"

Empezó a vestirse atropelladamente mientras él todavía lo observaba con


el ceño fruncido.

"No pinto nada en medio, putita"

"Por favor. Ya estaba de camino. Y lo echaré pronto, te lo prometo. Será


un minuto, sólo quiero que te vea aquí"

"¿Por qué?"

Louis acabó de ponerse el pantalón.


"Porque eres más guapo" gruñó "que se joda. Quítate los zapatos,
recógete el pelo, ven al recibidor cuando lo oigas llegar, habla poco."

Harry levantó una ceja, pero parecía complacido.

"¿También quieres que me la saque para que vea que la tengo más grande
que él?"

"No. Bueno, no sé. Te haré una señal"

Harry reía en voz baja, pero Louis apenas podía contener su nerviosismo.
Pensó en cambiarse la camiseta; abrió su armario, pero estaba todo
demasiado arrugado.

"¿Puedes traer las cajas que hay en el recibidor? Tengo que esconderlas"

Harry frunció el ceño, pero obedeció. Volvió con las cajas en brazos
apiladas unas sobre otras.

"¿Qué son?" las dejó en el suelo. Louis gruñó.

"Sus cosas"

"...Y las vas a esconder" no parecía estar entendiéndolo.

"Sí, claro. Le he dicho que las había tirado."

Harry sonrió.

"Cruel, putita"

"¿Cruel?" se acercó para arreglarle el cuello de la camiseta, impaciente


"Espera a conocerlo"

Bradley estaba más bronceado, y se había cortado el pelo; ahora lo


llevaba cuidadosamente peinado hacia atrás con gomina. Llevaba traje y
corbata bajo un abrigo marrón que lo hacía parecer mayor de lo que
realmente era.

Estaba cambiado, pero sus ojos oscuros seguían siendo cautivadores y sus
hombros seguían pareciendo el refugio perfecto en una tormenta. Ni
siquiera estaba cerca y ya podía oler su colonia, y los recuerdos acudieron
puntuales a atormentarlo. El gesto nervioso de sus dedos jugueteando con
el dobladillo de su abrigo era tan dolorosamente familiar que tuvo que
apartar la mirada.
Louis se quedó sin habla. Fue una suerte que Harry apareciese en el
recibidor, con el pelo recién atado y descalzo.

Bradley y Harry se miraron como a cámara lenta. Uno impecable con


traje y corbata, otro desaliñado y con marcas de uñas- sus uñas-
adivinándose bajo la camiseta holgada. Bradley parecía aturdido; Harry
tenía la sonrisa más petulante que había visto nunca plasmada en el
rostro. Eran prácticamente de la misma altura, pero ni siquiera parecían
de la misma especie.

Bradley se recuperó primero. Le dirigió una sonrisa tensa a Louis.

"¿...Quién es?" preguntó.

Le sostuvo la mirada.

"Mi... novio" dijo en voz alta, con más seguridad de la que sentía.

"A-ah" le tendió la mano "soy Bradley"

Harry no la estrechó. Su sonrisa no decayó ni un ápice.

"Harry" dijo con sencillez, sin moverse del sitio. La mano de Bradley cayó
de nuevo.

El silencio empezó a agrandarse entre ellos.

Bradley carraspeó.

"Bueno, yo..."

"¿Qué es lo que querías decirme?" lo interrumpió, impasible.

Él respiró hondo. Se tiró de las solapas del abrigo con un gesto mecánico,
profesional.

"Escucha, estoy aquí porque te aprecio. Porque creo que te mereces que
te diga esto a la cara"

Le sostuvo la mirada.

"Pues dilo"

Bradley abrió su abrigo y metió la mano en uno de los bolsillos interiores.


Sacó un sobre blanco de aspecto corriente, que le heló el corazón.

Se lo tendió.

"Esto es para ti. No quiero que te enteres por terceras personas" dijo, con
tono de disculpa.

Lo agarró. Ahora sí que lo miró a los ojos, y lo encontró avergonzado.


"¿Esto qué es?" susurró. Él bajó la cabeza "¿Esto... qué coño es esto,
Bradley?"

Él tragó saliva.

"Así es como han ido las cosas. Quiero ser sincero contigo"

Le dio la vuelta al sobre

"Pues ojalá hubieras empezado antes"

"Adiós, Lou" levantó una mano extendida en dirección a Harry.


"Encantado de conocerte"

Él apenas levantó la barbilla unos centímetros a modo de despedida.

"Precioso abrigo" dijo con sarcasmo, pero él ya no lo escuchaba.

Desapareció tan rápido que Louis pensaría que todo había sido producto
de su imaginación... si no fuese por el sobre. El sobre le ardía en la mano.

Sabía lo que había dentro, pero no quería enfrentarse a ello todavía. Un


momento más. Un segundo más sin esa imagen. Podría haberse echado a
llorar, pero no le dio tiempo; Harry soltó una carcajada estrepitosa en
cuanto se cerró la puerta.

"¿Salías con ese?" señaló la puerta. "¿con ese?"

Louis puso los ojos en blanco. Por alguna razón, las carcajadas genuinas
de Harry lo hacían sentirse un poco mejor.

"Eran otros tiempos" dijo, fingiendo estar ofendido, pero no tuvo


demasiado éxito. Harry todavía se estaba riendo.

"Tiene cara de jugar al golf, gastarse el dinero de papi en coca y


montárselo con su secretaria" se puso serio un segundo después "Quiero
decir, secretario"

"No" hizo un gesto apaciguador y le dio la espalda. Tenía los ojos


húmedos, y le ardían "No, tienes razón. Literalmente. Se lo montó con su
secretaria"

Él parpadeó.

"...Oh" pero se recuperó rápido de la sorpresa "¿Y a qué se dedica? ¿Es


vendedor de aspiradoras?"

"Es abogado, para tu información"

"Espero que gane mucho, porque debe de gastarse millones en gomina."

Ahogó una risa. Se frotó los ojos, parpadeando con rapidez para que se
secasen.

"Sí que gana mucho"

Harry lo siguió a la cocina.

"¿Eso del sobre es un cheque? Deberías invitarme a comer"

Lo miró.

"Ya me gustaría. Pero no"

"¿Y qué hay?"

Tragó saliva.

"Malas noticias" dijo, bajando la mirada hacia él.

"Hoy estás muy misterioso" Harry siguió hablando, pero ya no lo


escuchaba. Desbarató el sobre con manos temblorosas. No era que no
pudiese imaginar lo que había dentro, era que se negaba a creerlo.

Dentro había una delicada invitación de boda, con letras doradas


estampadas sobre papel pesado y ribeteado, de aspecto lujoso. Tanto el
sobre como la invitación eran de un blanco tan inmaculado que temió
mancharlos sólo al sostenerlos.

Bradley G. Hess y Maria Komorowska le invitan a su enlace matrimonial.

Louis se pasó una mano por el pelo. La realidad lo golpeó como un golpe
de viento helado.

Una boda.

Se casaban.

Bradley se casaba con su secretaria, con el discreto aroma a colonia que


impregnaba sus camisas, con los mensajes en clave y las mentiras y su
propia ceguera estúpida.

Todo el mundo estaba invitado.

Incluso él.

Harry todavía lo miraba con las cejas alzadas.

"Bueno, ¿qué pasa? ¿Se va a morir o qué?"

Respiró hondo.

"Tienes que irte" dijo en voz alta.


"Oh, no." dijo en voz alta, burlón "¿En serio te gustaba ese, putita?"

"Harry, márchate, por favor" su voz se rompió. Él se acercó un poco.


Estaba serio.

"Eh. ¿Estás bien?"

Negó con la cabeza enérgicamente.

"No" dijo al instante, con un nudo en la garganta haciendo que su voz


sonase gruesa y pastosa. Dejó el sobre encima de la mesa "No, no mucho.
¿Puedes marcharte para que pueda llorar y sentirme patético?"

Él sonrió.

"No" respondió con sencillez. Respiró hondo. Harry frunció el ceño;


parecía honestamente confundido ante la idea.

"¿Vas a llorar por él? Parece un imbécil completo" opinó, pero lo rodeó
con los brazos sin protestar; olía a cerveza, a humo y a ese extraño
químico al que apestaba la habitación de revelar fotografías. Se aferró a
él. "Vamos, ¿lo has visto? No es alguien por quien merezca la pena llorar"

Louis cerró los ojos; su voz profunda lo envolvía agradablemente, y era


fácil relajarse al notarla vibrar en su pecho.

Movió las manos en un gesto inútil.

"Se casan" intentó explicar. Harry asintió con condescendencia.

"Pues sí. Si lo hubiera sabido, le habría dado mi tarjeta. No estaba


preparado"

Suspiró sin contestar. Harry le frotó la espalda, despacio.

"Sabes" dijo con ligereza "conozco a gente que podría deshacerse de él


por poco dinero"

A pesar de todo, se echó a reír. Se secó los ojos húmedos con las mangas
de la camiseta y se separó un poco de él, ligeramente avergonzado-

"No pienso invertir ni un céntimo en ese gusano" dijo con aspereza "que
se muera él solo"

Harry sonrió.

"Olvídate de él. Abrígate. Vamos a sacar fotos"

Sonrió. Negó con la cabeza.

"No estoy de humor" dijo con suavidad.


"¿Quieres salir a discutir conmigo, o quieres quedarte aquí regodeándote
en tu tristeza por el Señor Gomina?"

Negó con la cabeza. Se giró y se apresuró a entrar en la cocina. Se sirvió


un vaso de agua con manos temblorosas.

"No quiero salir ahora"

Harry lo siguió hasta allí, mirando a su alrededor.

"Bueno, puedo fotografiarte aquí."

"¿...Aquí?"

"Claro. Es perfecto"

Lo miró intentando adivinar si estaba de broma o no.

"Perfecto" repitió, mirando el pasillo angosto. Pero Harry parecía hablar


en serio.

"Las paredes son blancas, hay poca decoración y los muebles no parecen
pesados si hay que mover algo. Además las ventanas son pequeñas, puedo
jugar con la luz si seguimos al sol"

Louis sacudió la cabeza.

"Esto es una cuadra" dijo, medio riéndose. "Y yo estoy..."

"Estás perfecto" Harry le agarró las manos para arrastrarlo fuera de la


cocina. "Voy a por la cámara. Despeja la pared más ancha del salón"

"Espera. Sácate la camiseta."

Lo miró. Alzó una ceja, y Harry puso los ojos en blanco.

"No es lo que piensas. Pásatela por la cabeza."

Louis suspiró, pero obedeció. Oyó el chasquido de la cámara varias veces


antes de conseguir desvestírsela del todo.

"Espera" dijo, oyendo su propia voz amortiguada por la ropa. Sacó la


cabeza y lo miró; tenía un brillo divertido en la mirada.

"Creo que no ha valido. Póntela otra vez"


Louis luchó por no reír.

"Te estás riendo de mí"

"No. Quiero la foto mientras te quitas la camiseta, no sin ella"

Se la puso, soltando un bufido.

"Todos los artistas sois estúpidos" declaró de buen humor. "¿Qué se


supone que soy? ¿La lujuria?"

Lo oyó reír.

"Mucho mejor. Eres Louis desvistiéndose"

A pesar de todo, dejó que lo repitiera una vez más hasta que quedó
satisfecho. Y Harry todavía lo miraba con ojos curiosos cuando emergió
de detrás del objetivo.

"¿Por qué te afecta tanto, de todas formas? Se van a casar. Gran cosa.
Ojalá agarren herpes genital los dos. ¿Y qué?"

Suspiró.

"Es más complicado que eso" confesó.

"¿Cómo de complicado?"

Negó con la cabeza. Oyó el chasquido de la cámara.

"Te da igual" declaró, pero él lo detuvo.

"Vamos, en serio. Dímelo."

Tragó saliva.

"Se va a casar con esa zorrita con la que me puso los cuernos"

Harry se quedó callado. No sacó más fotos.

"Oh" dijo con ligereza, soltando el aire. "Vale. Eso... Es de hijo de puta"

Louis inclinó la cabeza.

"Gracias" respiró hondo "Bradley... se lo llevó todo" acabó diciendo,


sintiéndose impotente. "Teníamos... demasiado en común. El grupo de
amigos, las vacaciones, los planes de futuro, una nueva casa... Todo
desapareció. Se llevó el futuro."

Harry se lo pensó con la cabeza ladeada.

"Ningún amigo que te haya dejado para irse con tu ex era un buen amigo
de todas formas" sentenció. Disparó. Revisó la fotografía. "Más serio"
ordenó, volviendo a ocultarse tras la cámara. Louis puso los ojos en
blanco; se giró ligeramente y exageró una solemne expresión, imaginando
los retratos militares. Harry rió después de sacar la foto. "Esta es buena."

Louis lo observó colocarse de nuevo cuidadosamente y orientar la cámara


hacia arriba, acabando casi en cuclillas. Carraspeó para deshacer el nudo
que amenazaba con formarse en su garganta.

"Nunca usas trípode" observó en voz alta.

"Oh, sí lo uso. Para trabajar"

Alzó las cejas.

"Pensé que estabas trabajando ahora"

"No, quiero decir para las cosas aburridas. Bodas, bautizos, compromisos,
esa clase de cosa. Lo que nos da de comer."

Louis se paró a pensarlo.

"Pensaba que te gustaba tu trabajo. La fotografía..." admitió.

"Me encanta la fotografía. Es mi vida. Pero mi trabajo no siempre es


fotografía. La mayoría de las veces es sólo sacar fotos. Que no tiene nada
que ver con la fotografía"

Sonrió.

"Lo entiendo"

Harry montó un objetivo nuevo.

"Es el precio que pagas" se encogió de hombros. "...Bueno, ¿vas a decirme


lo que no me estás contando de ese imbécil?"

Lo miró.

"¿...Eh?"

"No soy tonto. Todavía le estás dando vueltas por una razón"

Suspiró.

"Él y yo íbamos a casarnos" confesó. Harry pareció realmente atónito por


primera vez.

"¿Ca-casaros? ¿Íbais a casaros?"

Asintió, molesto.
"Repartimos estas mismas invitaciones. Ni siquiera ha cambiado el
diseño, sólo el nombre. Seguramente lo harán en la misma fecha"

Harry permaneció un buen rato en silencio.

"¿Cuándo?"

"Dentro de dos meses."

"¿...Y tu familia?"

"Iba a decírselo antes de la boda. Si... nos aceptaban, estupendo. Y si


no..." se encogió de hombros "Ah, qué importa ya. Cuando cancelamos la
boda, decidí que iba a salir del armario de todas formas, pero... me
acobardé en el último momento. Me sentía fatal"

Harry ladeó la cabeza.

"¿Por qué cancelasteis la boda?"

"Te lo he dicho. Me puso los cuernos con ella, era su secretaria. Punto.
Los pillé, armé un escándalo. Pensé que iba a arrastrarse, pero ni siquiera
lo sentía. Me dijo que creía ser feliz, pero que se había dado cuenta de
que necesitaba algo... real"

"¿...Real?"

Louis tragó saliva.

"Una mujer" explicó con cansancio "Que se había dado cuenta de que
necesitaba una mujer. Pensó que podía conformarse con un chico, pero..."

Harry parpadeó.

"Así que se confirma que era idiota" dijo, triunfal. "¿Qué?" dijo al ver su
expresión enfadada. "¿Se puede saber qué le veías?"

Su tono era tan indignado que tuvo que echarse a reír.

"Me gustaba" confesó "Me gustaba porque... yo siempre era su prioridad,


porque me sentía seguro con él, porque todo era estable y..." suspiró "no
sé. Estaba enamorado y era estúpido. Pero ahora..."

"Ahora eres sólo estúpido"

"Sí, buen resumen" Louis tensó la mandíbula "Al principio creía que me
dolía porque le echaba de menos. Pero ahora ya sólo queda la sensación
de que no soy suficiente. De que no voy a... serlo, nunca"

Harry todavía lo observaba en silencio.

Disparó el flash.
"Eres hermoso, Louis" dijo en voz baja.
Flash

Louis se sintió enrojecer hasta las orejas.

No dijo nada. Afortunadamente, Harry parecía tan avergonzado como él.


Bajó la mirada y ajustó el objetivo en la cámara.

"Quiero decir" carraspeó. "Que no... no tienes por qué sentirte... así. Sólo
porque ese imbécil se tirase a su secretaria"

Louis asintió con pesar.

"Sé que es estúpido" susurró.

Harry apartó la cámara.

"No, no he dicho que sea estúpido. He dicho que no deberías sentirte así"

Bajó la mirada para evitar que se le encendiesen las mejillas todavía más.

"Sólo dices eso para meterte en mi cama" bromeó, y Harry sonrió.

"Ya me metí en tu cama" señaló con ligereza.

Louis frunció el ceño. Harry aprovechó la ocasión para disparar el flash


una vez más. Tenía el labio inferior atrapado entre los dientes y la mirada
esquiva.

"¿Cuándo es la boda?" acabó diciendo.

"Dentro de casi tres meses"

"¿Por qué no vas?"

Louis lo miró, incrédulo.

"¿...Cómo voy a ir? ¿Estás loco?"

Harry se encogió de hombros. Abrió la boca para insistir, pero no le dejó


hablar.

"Dios mío, ni hablar. Todos mis antiguos amigos están allí. Todo el mundo
sabe... sabe lo que pasó. Y ella... dios mío, no pienso volver a ver esa cara
en mi vida"

"Bueno, podrías ir y envenenarlos a todos"

Se echó a reír.
"No merece la pena" aseguró "Sólo... sólo quiero vivir mi vida muy lejos
de él. De todos ellos. Hacen que me sienta... miserable. Y humillado."

Harry dejó la cámara y avanzó hacia él hasta dejarlo atrapado entre la


pared y su cuerpo. Era demasiado grande y lo cubría totalmente, y Louis
se encontró respirando contra su hombro. Echó la cabeza hacia atrás, y
una mano cálida le acarició la mandíbula.

"Déjame arreglarte" le oyó murmurar, pero no movió ni un músculo. Louis


se retorció ligeramente; tardó en entenderlo.

"Ya me he peinado" consiguió decir, y los hoyuelos de Harry aparecieron


al instante.

"Vale. Pues despéinate" respiraba despacio, pero sentía el aire cálido


bajándole por la clavícula. Se estiró para besarlo en la mejilla y empujó su
pecho con una mano para separarse de él. Harry alzó una ceja
interrogante, pero retrocedió un paso, obediente.

"¿Eso es un beso?" lo retó en voz baja. Ladeó la cabeza.

"Acabamos de tener sexo en mi habitación" señaló con ligereza.

Harry negó con la cabeza con seriedad.

"Quiero un beso" murmuró.

"¿Es imprescindible para la foto?"

Él asintió. Se inclinó un poco más.

"Extremadamente imprescindible" su mano subió por su cintura despacio,


con delicadeza. Se enredó con el bajo de su camiseta y extendió los dedos
por la piel de su espalda. Louis se estremeció tan visiblemente que lo hizo
sonreír.

Sus labios se encontraron como un suspiro silencioso.

Louis sintió su respiración en las mejillas. Sus manos ciñéndose en su


cintura. Alzó las manos y tiró del cuello de su camiseta para ver las
marcas de sus propias uñas, y rió cuando las encontró.

"Lo siento por esto" dijo con suavidad. Se inclinó para besar la piel
lastimada, y Harry soltó un quejido bajo, pero sonreía cuando lo miró.

"Eres..." no lo dejó terminar. Lo besó de nuevo, y Harry pareció fundirse


contra él, arrastrando las manos por su espalda y profundizando el beso.

Se separaron. Para entonces, Louis ya no notaba la frialdad de la pared


contra su espalda.
"Si intentas que deje de llamarte putita, besarme cada vez que lo hago es
un mal método"

"Pero ha funcionado"

Harry le retiró el flequillo de la frente y se alejó, en busca de la cámara.

"Para, ahí. No te muevas" se escudó tras ella al instante. Louis sonrió.

"No hace falta que fotografíes ahora" dijo sin aliento.

Él se quedó quieto a medio camino. Lo miró.

"Tengo que..." alargó la mano hacia la correa de la cámara. "Sólo... un


momento..." se la acercó al rostro; Louis se mordió el labio inferior un
segundo antes de que disparase. Tenía una sonrisa casi perversa cuando
emergió tras la cámara.

"Voy a mandarle esta foto al estúpido de tu ex" afirmó con seriedad, y


Louis puso los ojos en blanco. Se dio la vuelta y se metió en la cocina para
respirar hondo, rehuyendo su mirada.

"Ni se te ocurra. ¿Para qué?"

"Para que vea lo que se pierde"

Louis sintió una sonrisa formándose en su rostro, que intentó reprimir.


Abrió la alacena.

"¿Quieres un té?"

Lo oyó reír.

"No he bebido té en mi vida"

Louis llenó el hervidor de agua de todas formas.

"Cualquier momento es bueno de empezar"

"¿No tienes cervezas?"

Hizo un ruido de indignación.

"¿Hay cinco grados bajo cero en la calle y te apetece una cerveza?"

Harry asomó la cabeza dentro de la cocina.

"Podrías calentarla"

Louis puso los ojos en blanco. Se había dejado en el otro extremo de la


cocina el pequeño taburete al que se subía para alcanzar las cosas de los
estantes de arriba, pero se negaba a utilizarlo delante de él.
"No creo que Bradley se arrepienta" admitió. "Parecía feliz. Estaba más
moreno, guapo, con ese abrigo. Parecía mayor. Parecía un hombre casado
ya"

"Pero se ha visto obligado a invitarte a su boda sólo para volver a verte. Y


me odia. Eso es una buena señal."

"No te odia. Es que fuiste un maleducado con él"

"¿Te molestó?"

"No" dijo con aspereza. "Él fue más maleducado... apareciendo aquí, y...
poniéndome los cuernos en general"

Oyó su risa profunda.

"Es una forma muy amable de decirlo"

Louis buscaba la caja de latón en la que guardaba el té. La puso sobre la


encimera.

"Soy una persona extremadamente amable, por si no te habías fijado" dijo


entre dientes.

"Estás enamorado de él todavía" le oyó decir.

"Claro que aún estoy enamorado de él" empezó a rebuscar en las alacenas
de abajo en busca de tazas de té, pero sólo encontró platos, una batidora
que ya no funcionaba y cuatro botellas de cristal tintado de colores
diferentes. "Estuvimos juntos cuatro años. Le conocí cuando era un
mocoso de instituto"

"Ah" Harry parecía encantado de escucharlo "Así que también es un


pederasta. Encantador"

"No es un pederasta. Él también era joven..."

"¿Cómo de joven?"

"Lo suficiente como para decirse a sí mismo que podía experimentar con
su sexualidad, aparentemente" Louis decidió renunciar a su orgullo y se
estiró todo lo que pudo para alcanzar los vasos de cristal, en el estante
más alto.

"Espera" la voz de Harry no sonaba demasiado cerca, pero al cabo de


apenas unos segundos su cuerpo cálido apareció tras él. Lo notó entero
contra su espalda, y se quedó inmóvil. Estaba atrapado; se agarró a la
encimera para mantener el equilibrio, respirando su olor con suavidad.

Estaban pegados desde los hombros hasta las rodillas, pero Harry parecía
cómodo. A decir verdad, parecía incluso satisfecho. Louis se quedó mudo.
"¿Te alcanzo eso?" murmuró él.

Giró la cabeza delicadamente para mirarlo. Bajó el brazo despacio.

"...Por favor" acabó rindiéndose. Tenía la boca seca. Las piernas flojas.

Harry alzó el brazo y alcanzó dos vasos en una sola mano sin esfuerzo, sin
apartar la mirada de él.

Dejó los vasos sobre la encimera con suavidad. Lo miró divertido.

"¿Cómo los alcanzas normalmente?" habló en un susurro, su piel ardía


bajo la ropa. Louis torció el gesto.

"Tengo un..." no conseguía recordar la palabra. Sus ojos verdes ocupaban


su mente por completo y no dejaban espacio para nada más. "Un... me
subo a... ese..."

Los ojos de Harry se deslizaron hasta el taburete de madera. Cuando lo


miró de nuevo, en ellos había una chispa de diversión.

"Ya veo"

Pasó la mano por uno de sus hombros, buscando el pájaro que se adivinó
al tirar de la tela.

"Tú ves muchas cosas" murmuró, molesto.

Harry parpadeaba despacio, respiraba despacio.

"Mírate" suspiró, y su voz sonó profunda y gastada. "Espera" dijo,


retrocediendo en busca de su cámara "No te muevas"

Louis sonrió, pero sentía frío ahí donde habían dejado de tocarse. Preparó
una taza de té mientras lo oía revolver. Harry volvió con la cámara y
montó el objetivo tan apresuradamente que peligró un segundo en sus
manos.

"Creo que por esto me gusta que me fotografíes" murmuró. Harry tardó el
responder; disparó tres veces antes de mirarlo.

"¿Por qué?"

"Bueno, a veces la gente me dice que soy hermoso. Pero nunca me lo


creo"

Harry ajustaba el zoom, sin mirarlo. Su camiseta se había caído un poco


sobre su hombro derecho, y dejaba ver las marcas enrojecidas que le
había dejado.

"¿Me creíste a mí, antes?"


"No lo sé. ¿Lo decías en serio?"

"Claro que lo decía en serio"

Louis ladeó la cabeza.

"Bueno, lo creo ahora" murmuró. "Lo creo cuando me enfocas con la


cámara. Me ves"

"¿...Te veo?"

"Ya sabes" dijo, incómodo "Con la cámara. Me ves. Por eso las fotos son
buenas"

Harry se humedeció los labios.

"Las fotos son buenas porque eres hermoso" dijo en voz baja. Louis calló.

Lo oyó respirar hondo.

"Debería irme" Harry bajó la mirada "Ya llego tarde. El viejo me va a


matar"

Ladeó la cabeza.

"Te ayudaré a recoger" dijo, señalando con la cabeza los objetivos que
había sobre la mesa del salón.

"No, no. Puedo solo" Harry lo reunió todo con una facilidad sorprendente
y se echó al hombro la mochila.

"Oye" lo detuvo "...Gracias. Por... hoy. No es justo que te haya puesto en


esa situación, y no tenías por qué quedarte. Te lo agradezco"

Él sonrió, hoyuelos y rizos despeinados, y Louis se encontró a sí mismo


observándolo mientras recorría el pasillo.

"No hay de qué. Considéralo un pago por tus servicios como modelo"

"Pensé que ibas a pagarme con orgasmos" bromeó.

"Bueno, entonces considéralo una paga extra"

Le abrió la puerta, pero Harry se paró en el umbral y lo besó en los labios,


rápido y seco.

"Te llamaré" dijo en voz baja.

Louis alzó la barbilla.

"¿Para fotografiarme o para follar?" dijo en voz alta, desafiante, pero


sonrió sin darse cuenta.
"Todavía no lo sé. Lo que me dejes"

Louis miraba sus labios llenos.

Me avergüenza reconocer lo que te dejaría hacerme.

Se estiró para besarlo de nuevo. Le gustaba la forma en la que lo


agarraba cada vez que se besaban, como si tuviese que sujetarlo contra él
para impedir que cayese al suelo. Harry no tenía aliento cuando se
separaron; se lo tomó con satisfacción. Ya era hora de que empezase a
mostrarse afectado.

"Vete" le dio un golpecito en el pecho, y había una sonrisa torcida e


injustamente atractiva en sus labios cuando se dio la vuelta.

"Adiós, Louis"

Se quedó junto a la puerta tanto tiempo que el té estaba frío para cuando
lo bebió.

Arrojó las sábanas en la lavadora y comprobó el reloj en cuanto empezó a


lavar. Le quedaba hora y media antes de entrar a trabajar y todavía no se
había duchado. Pero su teléfono empezó a sonar antes de que pudiese
empezar a desnudarse.

"¿Zayn?"

"Lou. Creo que he hecho una tontería"

Louis apretó el teléfono con más fuerza, tragando saliva. Se frotó los ojos
con la mano libre.

"Sí, yo también"

"Pero la mía es peor"

"No lo creo"

"Es posible que me haya tirado a un cliente." Louis apenas escuchaba.


"Posible. Probable. Vino con más... dudas, no sé, lo invité a un café, sólo...
no pretendía..."

"Bradley se casa, Zayn" susurró, y él enmudeció.

"¿Qué?"

"Se casa con Maria. Vino a casa y me trajo la invitación, es como las
nuestras. Es el mismo día, no..." se detuvo. Respiró hondo "Ni siquiera
han cambiado el día, se casan el 25 de mayo..."
"Espera, ¿fue a tu casa? ¿Y le... le dejaste entrar?"

"Sí" cerró los ojos "Pero no le di sus cosas. Las escondí..."

"Lou, ¿por qué coño le abriste la puerta?"

Cerró los ojos, enfadado.

"Le dejé pasar porque estaba Harry aquí. Y quería que... lo viera, en mi
casa"

"...Espera, ¿qué hacía el fotógrafo ahí?"

"Me... he acostado con él"

"Oh, Lou" una breve pausa "¿Cómo voy a juzgarte ahora?"

Soltó una risa seca.

"No" lo detuvo "No, no he acabado. Ese no es el problema."

"Por el amor de dios. ¿Cuál es el problema?"

"Creo que me estoy enamorando de él"


Flash

"Oh, por el amor de dios. Te lo d..."

"Ni se te ocurra acabar esa frase" gruñó. "Hablemos mejor del cliente al
que te has tirado. ¿Es el indeciso?"

"Lou..."

"¿Te ha pagado el tatuaje o ya ofreces tatuajes a cambio de sexo de forma


oficial?"

"Sé lo que estás haciendo y no v..."

"Oh, espera, creo que me estoy acercando a un túnel" frotó el teléfono


contra su camiseta durante varios segundos; luego colgó.

Su móvil vibró a los pocos minutos; un mensaje de Zayn.

Esto es ridículo.

Ni siquiera tienes coche.

No puedes huir de esta conversación eternamente.

Ese fotógrafo no es trigo limpio, Lou. Te lo digo en serio.

No es bueno que te estés enamorando de él. Sólo es una prueba de


que yo tenía razón.

Es mejor que te alejes de él, pero eso ya lo sabes, por eso has
colgado.

Dejó el móvil y fue a darse una ducha. Cuando volvió, más mensajes lo
esperaban en la pequeña pantalla. Los leyó con resignación.

Liam es genial.

Pero no pienso contarte los detalles porque eres una perra que
huye de sus problemas.

La tiene enorme.

Louissss. Deja de ignorarme.

Lo llamó al salir de la ducha.

"¿Has recapacitado? ¿Vas a dejarlo?"


Frunció el ceño.

"¿De qué hablas? Te he llamado para hablar del asombroso pene de tu


nuevo novio. Evidentemente"

"No voy a hablar de eso. Sólo quería tu atención. Conozco tus


prioridades"

"Entiendo. ¿Está circuncidado?"

Lo oyó reír.

"Vamos, en serio. Sinceramente, creo que deberías dejar de verlo"

"¿Por qué? Él está para comérselo."

"No te hace bien. Tú no eres de esa gente"

"¿'De esa gente'? Ya soy adulto, Zayn. Puedo tener sexo con quien me dé
la gana"

"Me refiero a que no... no tienes esa clase de personalidad. No eres la


clase de persona que puede vivir así. Te estás enamorando y vas a salir
lastimado"

"No voy a quedarme solo el resto de mi vida por miedo a salir lastimado"

"Lou, te mereces un novio normal. Algo más que sexo y la negación


constante de una relación. Ya has dejado que fuera demasiado lejos.
Cuanto más esperes, más doloroso será"

Se frotó los ojos.

"Ahora no me siento solo, Zayn" acabó susurrando "no me siento...


abandonado. Me siento apreciado. Hacía mucho tiempo que no me sentía
así"

"Ya lo sé, y eso es genial, pero no puedes depender de él por eso. Sabes
cómo puede acabar"

Bajó la mirada.

"Lo sé" cedió.

Zayn suspiró.

"Al menos habla con él. Aclara las cosas."

"Es imposible hablar con él. Al menos en serio. Empezará a llamarme..."


se cortó.

"Pues hazlo posible. Porque está claro que no estáis buscando lo mismo, y
tú te niegas a aceptarlo"

"Está bien" dijo, poniendo los ojos en blanco "Hablaré con él. Eres como
una madre gay e irritante, Zayn"

"Es por tu bien."

Pero tardó en llamarlo. De hecho, no fue hasta la noche siguiente cuando


reunió el valor. Carraspeó. Se sentó en el sofá. Se levantó. El teléfono lo
sobresaltó cuando empezó a pitar.

Se sentó de nuevo. Se sentía estúpido. No hubo respuesta.

Saltó el contestador.

Soy Harry Styles. Si es por un servicio de fotografía, deja un


mensaje.

El pitido lo pilló desprevenido; nunca había esperado lo suficiente como


para oír su mensaje. Boqueó durante un segundo, planteándose dejar uno,
hasta que decidió colgar.

Lo llamó de nuevo. Esta vez, contestó.

Pero no le oyó a él; sólo ruido, estática y lo que parecía ser música
demasiado lejana como para resultar comprensible.

"¿Putita?" hablaba demasiado cerca del micrófono, y el sonido lo


sobresaltó. Frunció el ceño.

"...Hola. ¿Podemos hablar?"

Lo oyó resoplar.

"¿Aho...ra?"

Tragó saliva. Empezó a recorrerlo sudor frío.

"¿Estás bien?" preguntó en voz baja, casi con timidez.

Oyó su risa, profunda y arrastrada.

"No es un buen momento, Louis" sonaba congestionado, y arrastraba


ligeramente las palabras.

Supo que había sido una idea horrible al instante. Tragó saliva en silencio.
Quería colgar, pero no se atrevía.
"Lo siento" murmuró al instante.

"Te llamaré, ¿v-vale?"

"¿...Estás borracho?"

"Sí. Y hoy no quiero líos. Sólo quiero d-dormir"

Louis respiró hondo. No sabía qué decir; estaba tan ruborizado que sentía
el calor trepando por su cuello, incendiándole el rostro. Sentía vergüenza.

"Vale, eh... lo siento. No debería haber llamado, yo..."

"Adiós"

La línea se cortó.

Louis se dio un baño caliente y se concentró con todas sus fuerzas en no


tomarse la llamada como una premonición de la conversación que
acabarían teniendo.

Invitó a Zayn a cenar. Tenía un tatuaje nuevo en un antebrazo, tapado con


una venda, y no hizo preguntas. Ninguno de los dos sacó el tema, y Louis
abrazó a su amigo antes de dejarlo marchar.

Harry lo llamó al cabo de dos días. El sonido lo despertó; debía de


haberse quedado dormido mientras esperaba a que se enfriase el té.

Contestó con un bostezo.

"¿Ya has pasado la resaca?" espetó, forzándose a mantener un tono


alegre.

"Eres muy inoportuno, putita"

"Gracias. ¿Qué quieres?"

"Me deben un favor y me van a dejar un jardín de reportajes de bodas. En


cuanto haya un día despejado..."

Se frotó los ojos con las manos.

"Quería hablar contigo, no sacarme más fotos" gruñó.

"Bueno, podemos hablar entonces. Tú siempre estás hablando"


Ignoró eso último.

"Avísame con tiempo. Tengo bastante trabajo ahora"

"Vale."

"¿Va todo bien?"

"¿...A qué viene esa pregunta?"

"Estabas borracho"

Lo oyó reír, y el sonido profundo lo hizo estremecer.

"No todo el mundo que se emborracha tiene una vida miserable. Últimas
noticias"

Puso los ojos en blanco.

"Adiós, Harry"

"¿Qué te pasa? ¿Qué he dicho ahora?"

Bostezó.

"Nada. Que me has despertado sólo para ser desagradable conmigo"

"Son las cuatro de la tarde"

"Sí, no todo el mundo puede ir por ahí a beber por las noches. Algunos
trabajamos"

"Qué irascible. Creo que necesitas un par de orgasmos"

"¿Vas a solucionarlo?"

"Depende de la calidad de las fotos"

Bufó.

"La semana que viene estaré ocupado. Llámame la siguiente" colgó sin
darle tiempo a responder.

El día que quedaron, nevaba. Harry insistió en hacer las fotografías en un


campo de fútbol municipal, y apareció con un abrigo grueso de lana y
medio rostro oculto tras una bufanda gris. Le guiñó un ojo a modo de
saludo.

"Vas a tener que quitarte los guantes. Odio los guantes"

Se miró las manos enguantadas y soltó un resoplido.


"No pienso perder un dedo por congelación. El sexo no es tan bueno" se
burló, pero Harry meneó la cabeza, serio.

"Pararemos si te duelen las manos. Tengo un termo de café caliente"

Gruñó.

"Primero vamos a buscar el sitio"

Él se encogió de hombros y señaló un mugriento muro de ladrillo que


empezaba a desmoronarse y que en otro tiempo había protegido uno de
los lados del campo del viento.

Chasqueó la lengua.

"¿Un muro de fondo? Estás innovador" bromeó.

Harry no contestó; dejó la mochila sobre un banco y se inclinó para


revolver en ella. Louis acabó mirándolo extrañado.

"¿...Va todo bien?" preguntó en voz baja. Harry asintió con entusiasmo.

"Los guantes" repitió con aspereza "Quítatelos"

Obedeció; el aire helado le mordió las manos en el instante en que perdió


el contacto con la lana. Los dejó sobre su mochila y se giró hacia él, que
lo miraba serio.

"Me he traído un filtro de luz un poco delicado. No quiero luz muy


directa"

Louis asintió, sin atender demasiado. Cogió aire.

"Escucha, te llamé el otro día porque... quería hablar contigo"

Harry asintió.

"Fantástico. Habla"

Puso los ojos en blanco.

"¿Qué vamos a hacer ahora?"

Él alzó las cejas.

"Tengo una cámara. Tú tienes un cuerpo. Creo que lo que viene va a ser
fotografía"

"No" Louis tragó saliva "Quiero decir con nosotros"

"¿Con nosotros? ¿De qué estás hablando?"


"Quiero decir que nos hemos acostado demasiadas veces como para
seguir fingiendo que aquí no pasa nada"

Harry frunció el ceño.

"Nos hemos acostado un par de veces. Y sigo sin saber de qué coño estás
hablando"

"¿Qué somos, Harry?" espetó. Él pareció honestamente confundido por un


momento.

"¿Que qué... somos? ¿Has fumado hierba?"

Empezaba a sentirse ridículo.

"Nuestra... relación" acabó balbuceando.

Él se encogió de hombros.

"No somos nada, putita. Lo siento si te ha dado esa impresión"

Respiró hondo. Para su alivio, era enfado lo que estaba creciendo en su


pecho como un tsunami, y nada más. De momento. Pero Harry seguía
hablando.

"Escucha, no voy... no voy a ser tu novio. No voy a llevarte flores ni... toda
esa mierda. Creía que había quedado claro. Lo dejé claro"

Louis sacudió la cabeza.

"Eso fue antes de... tus discursitos, de que vinieras a buscarme, de que
me dijeras que soy hermoso"

Harry negó con la cabeza.

"Escucha, eres... esto es sexo, y nada más" hablaba con una suavidad tan
impropia de él que sonó condescendiente. Louis parpadeó despacio.

"No he dicho lo contrario. Y... lo entiendo. Pero si vamos a seguir así,


necesito... algo." dijo con lentitud.

Él levantó las manos.

"¿...Algo?"

"No puedo seguir haciéndolo si no... si nunca va a convertirse en algo


más. En una relación. Algo serio. Algo con sentido"

Harry suspiró.

"No me... interesa, algo serio" admitió con una media sonrisa incómoda.
"Ya lo sabes"
"Ya lo sé. No estoy hablando de... ahora mismo" Louis paró para respirar
hondo "Pero quiero... un futuro, una posibilidad, algo a lo que agarrarme.
De que algún día esto va a ser más que... fotografías y sexo"

Harry negó con la cabeza.

"Louis..."

El silencio cayó sobre ellos. Pero oyó la respuesta.

Cerró los ojos. Se sentía como si le hubiesen apuñalado, pero no movió ni


un músculo.

"Quieres decir" dijo despacio "que no existe la más mínima posibilidad, de


que esto pueda... acabar siendo algo más"

"Louis, no seas ridículo"

Bajó la mirada.

"Ojalá fuera algo más que esto" murmuró "Ojalá yo significara para ti algo
más que esto. Ojalá me tomases en serio"

"Louis" empezó él con irritación, pero no le dejó seguir.

"Esto es mi culpa" anunció, lúgubre "Sabía que pasaría esto y lo acepté.


Porque es esto lo único que consigo de todas formas."

"Yo no soy gay"

"Oh, Harry" se sujetó la cabeza con las manos. Ya no estaba enfadado;


sólo exhausto. El cansancio lo había atravesado como un rayo y le había
robado el aliento. "No puedo tener esta discusión otra vez. Me gustaría...
ser otra cosa, pero no puedo. Me gustaría ser una chica bonita para ti"
murmuró "para... llevarte de la mano y presentarte a mis padres. Y poder
estar contigo sin oír que estás haciendo una excepción porque no eres
gay. Para que no te avergonzases de tener sexo conmigo. Para haberme
casado con Bradley"

Por su expresión, Harry parecía haber recibido un puñetazo. Tardó en


hablar.

"Louis, nunca te prometí nada, y si estabas lo suficientemente ciego como


para no verlo, no es mi culpa"

Se pasó una mano por el pelo.

"Esto ha estado bien" dijo, recuperando la calma con un esfuerzo


hercúleo. "Sé que nunca me mentiste. Pero no puedo seguir haciéndolo
si... si no conduce a ninguna parte"
Harry frunció el ceño.

"¿Qué estás diciendo?"

"Harry, me estoy enamorando de ti. Y no puedo seguir haciendo esto si


nunca... vamos a salir de esto"

"¿Salir de esto? Esto es sexo, y fotografías, y está bien. ¿Dónde está el


problema?"

Sacudió la cabeza.

"No puedo hacerlo" confesó. "No es lo que quiero"

"¿Por qué? ¿Por qué no?"

Louis temblaba.

"Porque... me lo merezco. Me merezco algo mejor que esto. Me merezco


una r-relación estable, me merezco ser feliz"

Harry soltó el aire que estaba aguantando hasta entonces.

"Pues vete" dijo con calma "Márchate, vamos. Yo no voy a darte nada de
eso"

Lo sé. Lo sabía desde el principio.

Pero eso no significaba que fuese a doler menos. Lo comprobó en ese


instante.

Asintió.

"Creo que debería marcharme" dijo en voz baja. Harry dejó la cámara y se
frotó la cabeza; asintió.

"Sí, márchate" sonaba mordaz, casi como si lo estuviese retando.

"Harry, no quiero... acabar mal, si nada de eso, simplemente..."

"Quieres marcharte, claro, está bien, lo entiendo." lo cortó él. Frunció el


ceño al oír su tono.

"No puedo acostarme contigo si no... vamos a ser algo más. No es eso lo
que estoy buscando. Ni tú tampoco. Chico heterosexual" acabó soltando
entre dientes.

"Déjalo ya, Louis. Sabía que iba a pasar esto desde que apareció ese
imbécil en tu apartamento. Te lo has pasado bien y ya está"

"¿Que me...? Fuiste tú quien vino a buscarme para fotografiarme. Fuiste


tú quien empezó a..." se cortó. Respiró hondo. "Mira, no quiero discutir.
No somos nada. No te debo ninguna explicación. Esta... mierda de técnica
tuya de follarme y luego ignorar lo que ha pasado ya no funciona."

Él no lo escuchaba. Alzó una ceja.

"Adiós, putita"

Puso los ojos en blanco.

"Como quieras. Hablaremos cuando hayas madurado" farfulló "Es decir,


hasta nunca"

Harry le respondió algo, pero no lo oyó. El crujido de sus propios pasos en


la nieve amortiguó el sonido.

Louis llegó a su apartamento tembloroso y sintiéndose las piernas


dormidas. Se sentó en el sofá y miró su teléfono para descubrir varias
llamadas perdidas de Lottie.

Suspiró y hundió el rostro en las manos.

Felicidades. Has dejado de necesitar un novio para que te dejen.

Se dio una larga ducha y contempló su propio piso vacío desde el umbral
de la puerta. Llegaba tarde a trabajar, y le dolía la espalda.

Al menos no tendré que volver a tirar cosas.


Flash

Los días siguientes fueron... extraños.

Se negaba a echarlo de menos. Se negaba rotundamente.

De hecho, ahora tenía más tiempo libre, y lo necesitaba


desesperadamente. Dormía más, hacía algún turno extra, llamaba a su
hermana, quedaba con Zayn.

No pensaba en unos ojos verdes desapareciendo tras la cámara. No sentía


el fantasma de unos dedos cuando se quitaba la ropa, y no oía risas
graves cuando ponía copas y limpiaba vasos.

Definitivamente no creyó oír el chasquido de un flash mientras caminaba


de vuelta a casa a las ocho de la mañana. Estaba amaneciendo, así que
fue fácil atribuirlo al agotamiento.

Había sido un día duro.

Se quitó el abrigo y escuchó los mensajes. Sólo había uno; de Bradley.

"Hola. Eh... supongo que no querrás hablarme, ni... oírme. De hecho,


probablemente no lo oigas, pero... necesito hablar contigo. Necesito...
decirte esto"

Puso los ojos en blanco. Se preparó para colgar.

"Louis, he cometido un error... terrible, y no espero que me perdones


nunca. Sé que no me lo merezc..."

Cortó el mensaje y lo eliminó. Ya estaba preparándose para meterse en la


cama cuando volvió a ver la luz roja parpadeando. Se acercó de nuevo,
malhumorado.

El mensaje no comenzaba con ningún saludo. Ningún aviso. Ningún


preámbulo que lo preparase para lo que estaba a punto de oír.

"Louis, si tú me lo pides, no me caso"

Soltó una risa amarga e involuntaria que lo sobresaltó. Cortó el mensaje.


Lo eliminó. Hundió el rostro en las manos.

¿Qué voy a hacer con este imbécil?

Llamó. Bradley contestó rápido.

"¿Lou?"
Respiró hondo. Le temblaban las manos; su visión se emborronó un poco,
y utilizó la libre para secárselos.

"Cásate" espetó "cásate con esa zorra y vive una vida perfecta y contesta
tranquilamente a todos los que te pregunten por 'tu pareja', y... y ten
hijos. Y vive una vida cómoda. Porque eso es lo que queréis, ¿no? Eso es
lo que quiere todo el mundo. Si eres maricón, calla la boca y busca a una
mujer, y sonríe mucho y sé eternamente infeliz. Será mejor que admitir
quién sois realmente."

"Lou..."

"Cállate." lo cortó "no he llamado para oírte. He llamado para insultarte.


Vive tu vida de mierda, espero que seas muy feliz, espero que no te
arrepientas en tu lecho de muerte de haber dejado que eligieran tu vida
por ti. Pero déjame en paz. No vuelvas a llamarme, ni a invitarme a nada,
y si se te ocurre volver por aquí, llamaré a la policía"

Colgó. Se fue a dormir. Y tuvo pesadillas.

"Creo que esto es lo que necesito" reflexionó.

Zayn lo miró.

Llevaban un buen rato sentados en el sofá. Louis atacaba una tarrina de


helado de frambuesa; Zayn dibujaba una garza en un cuaderno
distraídamente.

"Quiero decir" siguió diciendo "que puede que esto me venga bien. Estar
solo. Aprender a... vivir conmigo mismo. Y darme cuenta de que no
necesito a nadie para ser feliz"

Zayn asintió, alzando las cejas.

"Tienes razón." dijo al final, con calma.

"Lo de Harry nunca habría funcionado. Él no es lo suficientemente


maduro como para asumir que es gay. Y yo sólo quería llenar el vacío de
Bradley."

"Ajá"

"En el fondo, era sólo narcisismo. Porque él siempre me miraba cuando


me sacaba fotos, como si yo..." apretó los labios "bueno, no sé explicarlo.
Como si me viera a mí en medio de una multitud. Y eso me gustaba." Zayn
asentía "Me hacía sentir especial. Pero no necesito que un borracho idiota
me saque fotos para saber que soy especial. Lo soy y punto" Zayn se unió
a sus risas.

"¿Estás intentando convencerme a mí o a ti mismo?"

Gruñó.

"Fue culpa mía" dijo al final, con suavidad "Me acosté con él porque no
superaba a Bradley y me enamoré de él porque... porque soy estúpido" se
encogió de hombros "¿Qué puedo decir?"

"No fue sólo culpa tuya. Él podría haberte tratado como a un ser humano"

"Él es imbécil. Nunca fingió no serlo" cuando vio que Zayn iba a insistir, lo
interrumpió con rapidez "Háblame de ese Liam" Él lo miró, entrecerrando
los ojos "¡vamos! Acaban de dejarme. Me merezco una distracción."

"No te han dejado, Louis. Tú has elegido dejar de acostarte con un


fotógrafo"

Agarró una servilleta usada y hecha una bola y se la lanzó.

"Aburrido. Has dicho que la tenía grande"

"Sólo lo dije para llamar tu atención"

"¿Así que la tiene pequeña?"

"No he dicho eso"

Soltó una carcajada.

"¿Lo has tatuado?"

Él asintió.

"Unas flechas en el antebrazo"

"¿Flechas?"

"Una cosa muy sencilla. Representa a su familia"

Sonrió.

"Un hombre de familia. Suena bien"

Él sacudió la cabeza, ignorando su tono melodramático.

"No es nada serio. Sólo... viene a veces al estudio. Tomamos algo. Es muy
simpático. A Aaron no le importa"
"¿Se ha quedado a dormir contigo?"

"Un... par de veces"

"¿A dormir?"

"¡Louis! ¿Realmente quieres los detalles?"

Hizo un gesto obvio.

"Por supuesto" oyó sonar su teléfono. "¿Ha dejado su ropa en tu casa?"

"¡No, claro que no! Es algo... casual. Pero él es dulce y... bueno, no sé. Me
lo paso bien con él."

"¿Cuándo vas a presentármelo?"

Su teléfono empezó a sonar antes de que pudiera contestar.

"Disculpa. Seguiremos esta conversación en un momento" dijo con


diplomacia, y él rió.

"Llamada para el presidente" dijo con sarcasmo; lo ignoró.

Era Lottie.

"Hola, Lou. Oye, Rita acaba de tener un bebé"

Louis frunció el ceño; no le sonaba el nombre.

"Enhorabuena para Rita." dijo con lentitud.

"Rita es la nieta de la vecina, ¡tonto! La chica pelirroja que venía a jugar a


veces"

"Ah" seguía sin saber qué hacer con esa información. "Bueno, y...
¿deberíamos mandarle flores, o algo...?"

"Van a bautizarlo. Quería recomendarle al fotógrafo guapo de la boda de


Elisa, pero no tengo su teléfono."

Parpadeó. No esperaba oír eso.

"No se lo recomiendes" acabó balbuceando. "Era un maleducado"

"Ya lo sé, pero he visto las fotos y son muy buenas. Incluso la bruja de
Janet se quedó impresionada. El chaval es un artista"

"El chaval es un imbécil. Que llame a cualquier estudio de la ciudad. Hay


muchos."

"Vamos. La chica es simpática y me apetece hacerle el favor"


"¿Por qué?"

"¡Para ser una buena vecina! Y porque planeo pedirle prestada la


barbacoa para celebrar mi cumpleaños. ¿Algún problema?"

Se frotó los ojos.

"¿Y yo que sé del fotógrafo?" gruñó al final. Zayn alzó una ceja.

"Te dio tu tarjeta, ¿no? ¿No la tienes por ahí?"

"No" mintió con rapidez. "No sé, prueba a... llamar a la señora horrible
que hablaba de las flores. A esa tal Janet. Ella tendrá el teléfono"

"Louis, prefiero recomendarle a un mono con una polaroid antes que


hablar otra vez con esa señora."

Cerró los ojos.

"Buscaré la tarjeta, pero no creo que la encuentre" mintió.

"Gracias" Lottie estuvo un buen rato callada "mamá pregunta por Rebeca"

Se frotó los ojos con las manos.

Ya sabía lo que iba hacer antes de responder.

"Dejará de hacerlo pronto" prometió.

A la mañana siguiente, se sentía agotado. Tenía el día libre y había


planeado pasarlo limpiando, haciendo la colada y comprando, pero ahora
no tenía ganas de hacer nada.

Odiaba el olor de su ropa después de trabajar. Odiaba su piso


desordenado, pequeño, húmedo, odiaba las tazas de té sobre la mesa y la
ropa sucia sobre las baldosas del baño y las alfombras raídas. Odiaba
haberle presentado a Rebeca a su madre, mentirle a Lottie, tranquilizar a
Zayn, saludar a sus compañeras de trabajo. Odiaba echar de menos a
Harry y odiaba negárselo a sí mismo. Odiaba oír los mensajes de Bradley
antes de borrarlos. Odiaba avergonzarse.

Necesito unas vacaciones.

Tenía correo; había un sobre en el suelo delante de su puerta, entre varios


papeles de publicidad. No reconoció el remitente; dentro había una nota
escrita a mano.
Louis:

Las fotos siguen en confidencialidad. Este es el salario que especificaba el


contrato.

Harry

Había un cheque. Torció el gesto; no quería el dinero, pero tampoco


quería ir a devolvérselo, ni llamarlo. Sabía cómo podía acabar.

En su lugar, llamó al estudio. Aaron respondió.

"Ah, ¿eres Louis? Zayn no está. ¿Quieres dejarle un mensaje?"

"Eh... no. Bueno, sí. Dile que quiero que me tatúe"

"Guau." podía oír su sonrisa cuando habló "al final te has pasado al lado
oscuro"

Sonrió.

"Sí, eso espero"

"No te preocupes, yo le aviso. Está con una espalda entera y aún le falta
una hora como mínimo"

"Gracias, Aaron"

Zayn prácticamente botaba en el asiento.

"Dios mío, ¿qué quieres? Dime exactamente lo que quieres. ¡No! Sólo
dame un par de pistas, te dibujaré algo. Te haré varios diseños y eliges
uno para trabajar a partir de ahí. ¡Aaron! ¿Dónde están los cuadernos?
Espera, ¿quieres color? Tengo una tinta que acaba de llegarme de Bali y
es..."

"Zayn" lo cortó, más divertido que asustado. "Quiero algo pequeño.


Sencillo"

Él asintió.

"Claro. Claro. Es el primero. Es mejor que te hagas algo discreto, no


demasiado llamativo. ¿Qué tienes en mente?"

"Quiero" tragó saliva "un arcoiris. Sin línea. Sólo los colores"
Zayn dejó caer el rotulador. Parecía aturdido.

"¿Del... orgullo? Claro. He hecho varios, espera. Debo de tener las fotos
detrás"

Pero se quedó quieto en la puerta de la trastienda.

"¿Dónde lo quieres, Lou?" preguntó con suavidad. Se señaló la clavícula


derecha.

"Aquí"

Aaron silbó.

"Va a doler" advirtió, con una media sonrisa. Zayn no sonreía. De hecho,
parecía incómodo.

"Se te va a ver... bastante. ¿No lo prefieres en un sitio más fácil de


esconder?"

Suspiró.

"No. De eso se trata"

Él todavía no se había movido del sitio.

"¿Qué quieres decir?"

"Voy a salir del armario, Zayn"

Con la pistola de tatuar en la mano y ya sentado en el taburete donde


tatuaba, Zayn seguía pálido.

"Creo que deberías pensártelo mejor" opinó, mientras desinfectaba por


enésima vez las agujas de repuesto. "Esta es una decisión importante y no
sé si lo has meditado bien..."

"Zayn" lo interrumpió. "Cállate y tatúa. Pensé que te dedicabas a eso"

Oyó la risa cálida de Aaron. Le tendió a Zayn la crema anestesiante.

"Yo me quedo fuera. No tengo citas hoy de todas formas"

"Genial"

Aaron le dedicó una sonrisa alentadora.


"Suerte, Louis"

Tragó saliva.

"Gracias"

Fue peor de lo que pensaba.

Las agujas se sentían como cuchillas en su piel. En cuanto empezaron a


acercarse al hueso de su clavícula, se le saltaron las lágrimas. Al principio
se mordió la lengua, con orgullo, pero acabó rindiéndose.

"Vale" soltó el aire que estaba conteniendo. "Vale, ¿puedes... puedes ir


más despacio?"

Lo oyó reír.

"Cuanto más rápido vaya, antes acabaré"

"Dios" echó la cabeza hacia atrás "no me advertiste de que iba a doler
tanto"

"Vamos. Enseguida te acostumbras."

"Verás como vuelves, Louis" le oyó decir a Aaron desde la parte delantera
de la tienda.

Se tapó los ojos.

"Acaba" espetó entre dientes.

Zayn pasó una gasa desinfectante por su piel; Louis masculló una
palabrota.

"¿Ya está?"

"Ya está. Quejica. ¿A que no ha sido para tanto?"

Louis todavía tenía una mano atenazada sobre sus propios ojos. Veía
estrellas.

"¿Que no ha sido para tanto? Espera a que pueda levantarme de aquí. Te


voy a dar una paliza"

Lo oyó reír.

"Pesas como un tercio de lo q..."


"Cállate." Torció la cabeza para mirar el tatuaje, pero el movimiento hizo
que los músculos de su pecho se contrajeran y que las agudas punzadas
volvieran. "Tráeme un espejo"

Zayn revolvió varios segundos antes de tenderle un espejo cuadrado, con


una esquina envuelta en cinta aislante negra. Lo agarró con un gruñido.

"¿No tenías otro más viejo?"

"¿No tienes mejores modales?"

"Acabas de clavarme unas agujas asesinas en el pecho. Creo que puedo


insultarte"

"No, yo creo que no. Creo que deberías ir a la farmacia y comprar crema
para tatuajes"

"No pienso tocarlo hasta que deje de doler"

"Que te lo has creído. Lávalo tres veces al día con jabón neutro y agua
templada. No te pongas ropa ajustada, no lo destapes"

"Lo que tú digas" se miró el tatuaje en el espejo; la piel estaba roja e


irritada alrededor, pero los colores eran vivos y el arcoíris era pequeño y
brillante.

Sonrió.

"Es genial" dijo con sinceridad.

Zayn gruñó, estirando la espalda.

"Ya era hora de que me dieses algo de reconocimiento" dijo con


suficiencia.

Respiró hondo.

"Me encanta, en serio. Me siento mejor cuando lo veo"

Zayn le sonrió.

"Bien" dijo, apaciguado "Me alegro de que te guste"

No dejó de mirarlo.

"¿Cuánto te debo?"

Zayn lo miró como si hubiera hablado en chino.

"No voy a cobrártelo. Por supuesto" dijo en tono obvio, casi divertido.

"¿Cómo que no? ¡He ahorrado!"


Aaron intervino desde detrás del mostrador.

"Ni lo pienses, Louis"

Se volvió hacia Zayn.

"Quiero que me lo cobres. Te lo he pedido, he venido en tus horas de


trabajo. No era un favor, era un trabajo"

"Lou, tú me dejaste mi parte del dinero para abrir este sitio. Tú no pagas
aquí"

Ladeó la cabeza.

"Ven a cenar, al menos. Hoy invito yo" pidió.

Zayn no lo miraba. Jugaba con el arroz en su plato y no dejaba de tirar del


cuello de su camiseta. Parecía tan incómodo que empezó a ponerlo de los
nervios.

Esperó impaciente a que sacase el tema, pero su amigo seguía comiendo


y hablando de cosas sin importancia.

Louis no era bueno callando cosas.

"¿Podemos sacar el tema ya, por favor? Lo estás deseando" Acabó


diciendo.

Zayn dejó el tenedor. Se frotó los ojos.

"Louis, ¿vas a salir del armario, en serio?"

Respiró hondo.

"Sí."

"¿Tu madre...?"

Suspiró.

"Mi madre tendrá que superarlo o dejarme de hablar." dijo, intentando


que no le temblase la voz "Esperemos que sea lo primero"

"¿No tienes miedo?"

Bebió agua.

"Miedo no es la palabra. Estoy aterrado" confesó.


Zayn se pasó una mano por el pelo oscuro.

"¿Qué pasa con el alquiler?"

"Me llega con los dos sueldos. Más o menos"

"No ahorrarás"

"No importa. Iré más despacio."

"Louis" Zayn tragó saliva "¿estás seguro de que lo quieres hacer?"

Se encogió de hombros.

"Estoy seguro de que no quiero seguir en el armario" dijo en voz baja. "No
pienso volver a oír hablar a mi madre de chicas que me gustarían. No
pienso... volver a disimular, delante de nadie."
Flash

"Sólo necesita algo de tiempo, ¿de acuerdo? Ahora está así, pero se le
pasará."

Louis tragó saliva y se secó las lágrimas. Tenía los ojos hinchados.

"No te preocupes, Lottie." murmuró, sin ningún convencimiento.

"Hablaré con ella. Entrará en razón. Te lo prometo. Como que yo me


llamo Charlotte"

Tres meses después

El 24 horas estaba regentado por un diminuto hombre hindú que nunca


hablaba. No le molestaba; teniendo en cuenta las horas a las que acudía,
y la clase de comida que compraba, que no pudiese hablar y juzgarlo era
una ventaja.

Ladeó la cabeza mirando una especie de pasteles de chocolate que había


jurado no volver a comer. Había bajado a por té, pero ya tenía los brazos
llenos de cosas. Y todavía no había encontrado el té.

"¿Louis?"

Levantó la mirada y deseó morirse. Sintió su piel encogiéndose y


ahogándolo, su garganta apretándose al instante.

"Hola, Harry" se encontró diciendo. "...Feliz Navidad"

Él bajó la mirada. Estaba guapo; le había crecido el pelo. Si no fuese por


la gruesa bufanda que le cubría la boca, podría tener una cámara en la
mano, burlándose de él y girando a su alrededor buscando el ángulo
perfecto.

"Feliz cumpleaños" susurró. Louis esbozó una sonrisa débil.

¿Cómo lo ha sabido?

"Gracias"

"¿Eso es una especie de tarta baja en calorías?"


Miró los fideos instantáneos que tenía en la mano, y sonrió.

"Algo así" bromeó.

Harry ladeó la cabeza.

"Has salido del armario" dijo en voz baja, con una suavidad que parecía
impropia de él.

Frunció el ceño.

"¿Y tú qué sabes?"

"Nadie que tenga una buena relación con su familia está aquí hoy.
Comprando esa porquería barata."

Sus palabras se sintieron como puñaladas. Louis bajó la cabeza.

"Enhorabuena por una deducción brillante" dijo con sarcasmo.

Harry sonrió con cansancio.

"¿Estás bien?"

Se encogió de hombros.

Estoy comprando té a pesar de que todavía no se ha acabado, porque no


soporto estar en mi apartamento y esta tienda 24 horas es el único local
abierto de la ciudad.

"He estado mejor" admitió.

"Ya"

Louis suspiró.

Se miraron durante varios segundos. Harry se rascó la cabeza.

"¿...Quieres tomar algo?"

Lo miró, sorprendido.

"Yo..." empezó a tartamudear. Pero no se lo pensó mucho. Cualquier cosa


antes que volver a su apartamento helado. "Vale"

Él lo siguió; puso todo lo que había comprado sobre el mostrador de la


caja. El hombre ni siquiera levantó la mirada para empezar a escanearlo
todo.

"¿Conoces algún sitio abierto?" preguntó mientras sacaba la cartera.


Harry asintió sin mirarlo. Puso su propia compra sobre el mostrador,
detrás de la suya; aspirinas.
"¿Estás enfermo?"

Él se encogió de hombros.

"Migrañas"

El sitio era pequeño, sombrío, olía a polvo y estaba repleto de gente.

Louis se dejó caer en una esquina de un pequeño sofá de sky. Harry pidió
dos cervezas y se sentó enfrente de él. Deslizó una hacia él.

"No me puedo creer que esto esté tan lleno" dijo, mirando a su alrededor.
Él ladeó la cabeza.

"Nadie abre en Nochebuena. Todos los que no quieren estar en casa están
aquí"

Asintió. Empezaba a arrepentirse de haber accedido a ir con él; todas


esas semanas de autoconvencimiento, el tatuaje curado en su clavícula,
las lágrimas de su madre en las que se esforzaba en no pensar. No había
pasado tanto tiempo, pero no se sentía la misma persona que Harry solía
fotografiar.

Y estar sentado frente a esos ojos verdes se sentía como un paso atrás.

Harry pareció notarlo, porque desvió la mirada enseguida.

"¿Hace mucho?"

"¿Eh?"

"¿Hace mucho que saliste del armario?"

Asintió con inseguridad.

"Ya ha pasado... algo de tiempo, sí"

"¿Y todavía no lo han superado?"

Hizo una mueca. Todavía sentía el tirón en el pecho cada vez que lo
recordaba.

"A mi madre le está llevando... algo de tiempo asimilarlo"

Y mientras tanto, ha dejado de cogerme el teléfono.


"Entiendo"

"¿Podemos hablar de otra cosa?" pidió en voz baja, agachando la cabeza


para alcanzar la cerveza.

Harry asintió.

"Claro"

Louis gruñó.

"¿Por qué estás tan amable? ¿Ya habías empezado a beber? ¿O eran
tranquilizantes en lugar de aspirinas?"

Harry sonrió.

"Creo que esa porquería china que has comprado es castigo suficiente"

"Tú estabas comprando medicación"

"Unas aspirinas no son LSD..." Harry se cortó abruptamente.

Iba a llamarme putita.

Louis engulló un trago de cerveza demasiado grande, y tosió.

"Pero no... no me arrepiento" dijo con rapidez "De salir del armario. Ni
siquiera hoy"

Harry parpadeó despacio.

"¿Estás... solo? ¿Y tus amigos?"

"No les dije lo que pasó aún"

"¿Por qué no?"

"Porque vendrían a pasar aquí las vacaciones, y quiero que estén con sus
familias..." no dijo nada más, pero el resto de su frase flotó entre ellos al
instante.

Ellos que pueden.

Harry asintió, pero no dijo nada más. Sintió una ola de vergüenza
absurda, y el impulso de cubrirse el rostro. No lo hizo.

"No me arrepiento" repitió. "Me siento mejor. Me siento ligero. Me siento


libre. ¿Cómo te sientes tú?"

Harry encajó el golpe con una media sonrisa injustamente atractiva.

"No me va mal"
"¿Tienes... modelos nuevos?"

Harry frunció el ceño.

"Sí. Pero son sólo modelos" dijo, como si respuesta tuviese algún sentido
"son... todos iguales, todos posan igual, todos te dejan la misma
fotografía"

"Esa es una forma muy larga de decir que me echas de menos"

Él sonrió.

"No espero que vuelvas" dijo con sencillez. "Siento lo que pasó."

"No, yo lo siento" susurró. "Siempre lo dejamos todo claro. Fui yo quien


empezó a liar las cosas y a... pedirte cosas que no debería. Fui muy
inmaduro, lo siento"

Harry negó con la cabeza.

"Yo fui inmaduro" dijo en voz baja, bebiendo más. "No cobraste el cheque"

"No quería el dinero. No lo hice por el dinero"

"Ya lo sé. Pero era tuyo"

Louis tragó despacio. Acababa de entrever un tatuaje que no recordaba


adivinándose en su antebrazo, justo por encima de la manga de su jersey,
y se le había llenado la boca de saliva.

"Te has tatuado" escogió decir, y él parpadeó.

"Sí." lo miró distraídamente "Todavía le faltan un par de sombras. Pero


tiene que curarse del todo"

Asintió.

"Yo también" dijo en voz alta. Harry dejó la cerveza.

"¿Cómo?"

"...Yo también me he tatuado"

Harry se echó a reír.

"¿Qué? ¿Tú?"

Asintió. Iba a fingir orgullo, pero su risa era contagiosa y acabó riéndose
con él.

"Enséñamelo, vamos" sus ojos chispeaban por primera vez, y la diversión


en su expresión era casi cautivadora. De hecho, uno de sus hoyuelos se
marcó en su mejilla.

Louis sacudió la cabeza para despejarse.

"No puedo" carraspeó "No puedo enseñártelo aquí."

Harry se rió de nuevo.

"Esto mejora por momentos, put..." se calló.

Se hizo un pequeño silencio. Los dos ignoraron la palabra que flotaba en


el aire.

Louis buscó algo que decir. No lo encontró.

"...Mira" tiró del cuello de su jersey. Lo estiró lo suficiente como para


dejar un extremo a la vista; Harry se inclinó hacia delante. Olía bien,
familiar y dulce. Olía como cuando se habían caído en la nieve. Como
cuando había ido corriendo a su apartamento. Como el día que se
conocieron.

Soltó la tela del jersey y el tatuaje quedó oculto de nuevo. Harry se echó
hacia atrás.

"¿Cuánto tiempo hace que lo hiciste?"

"Tres meses. Está curado ya"

Harry sonreía.

"Es bueno" dijo en voz baja. Le sostuvo la mirada.

"Zayn me lo hizo"

"Zayn" Harry bebió un poco más, sonando atragantado "genial"

"¿Vas a enseñarme el tuyo?"

Harry se retiró la manga del jersey para que lo viese; una sirena, de
líneas gruesas y sombras contundentes. Estaba desnuda y tenía los ojos
negros e inexpresivos.

"Me lo hice en el aniversario de la muerte de mi madre"

Louis asintió. Se sentía aturdido.

"Nunca... habías hablado de ella" Él se cubrió el brazo. Tenía las mejillas


un poco enrojecidas, pero le quitó importancia con un gesto.

"Murió cuando yo era muy pequeño"

Asintió como un robot. No sabía si debía reír, darle el pésame o restarle


importancia con una broma. La expresión de Harry era impenetrable.

"¿La recuerdas?" acabó por decir, tanteando en busca de más


información.

"Cada vez menos. Por eso me lo hice"

Louis se acabó la cerveza.

"Estás cambiado" dijo en voz alta.

Harry asintió.

"Tú también"

Me gusta.

Se mordió el labio inferior.

"Harry" murmuró.

¿Has salido del armario?

"Dime algo" le dio vueltas al vaso vacío entre las manos. "¿Todavía estás
con eso de que no eres gay?"

Harry tragó saliva, pero parecía calmado. Había un brillo sereno en sus
ojos que no recordaba.

"¿Estás preguntando si te echo de menos?"

Sonrió con malicia.

"No. Que me echas de menos ya lo sé. Estoy preguntando si eres gay. Ni


más ni menos"

"¿Es algo necesario, en serio?"

Louis sintió su estómago hundirse un poco.

Soy especialista en volver a por más patadas.

"Sí"

"Siempre te molestó eso"

"Sí. Siempre me ha molestado perder el tiempo"

Harry meneó la cabeza.

"No sé qué soy, Louis. Sé que me gustan las mujeres. Y que me gustabas
tú"
Levantó la cabeza.

Olvídalo. Ya hemos tropezado con esta piedra.

"Así que" se las arregló para decir, atragantado "estás... reconciliado,


contigo mismo"

Harry puso los ojos en blanco. No respondió.

"Puedes venir a buscar tus guantes cuando quieras" dijo al cabo de un


rato, y Louis sonrió.

"Ya los daba por perdidos."

"No lo hagas. Los tengo en el estudio. Ven a por ellos antes de que se los
quede el viejo"

Louis asintió sin convencimiento. Sabía que no era una buena idea.

"Debería irme" dijo con cautela. Harry asintió con rapidez.

"Sí, yo también."

Pero la dolorosa evidencia flotó entre ellos. A ninguno de los dos lo


esperaba nadie, en ninguna parte.

"¿Vamos a pagar las cervezas?"

Él sacudió la cabeza. Parecía casi molesto consigo mismo.

"Están pagadas."

"Oh" ladeó la cabeza. "Gracias"

Él sacudió la cabeza. Se puso el abrigo.

"Te... acompaño a casa"

Lo miró.

"No hace falta. Todos los atracadores están en sus casas celebrando la
Nochebuena" bromeaba, pero el silencio que se hizo entre ellos dejó ver
la tristeza en su voz.

Caminaron en silencio. La acera estaba helada, pero no se atrevió a


agarrarse a su brazo.

Harry se quedó parado delante de su portal. Respiró hondo.

"Gracias por acompañarme" dijo en voz alta. Él se encogió de hombros.

"Adiós, Louis. Feliz cumpleaños"


"Harry" lo detuvo. Se giró para mirarlo. "Yo... iré a por los guantes"

Él esbozó una sonrisa.

"Llámame cuando quieras"

Fue una idea estúpida.

Lo supo en cuanto entró en el estudio. Moderno, limpio, pero con un


anciano mal encarado tras el mostrador. Las paredes estaban cubiertas
por fotografías gigantescas de varios metros de alto, todas retratos, todas
en blanco y negro.

¿A qué clase de psicópata le parece buena idea llenar la recepción de ojos


que te observan?

Tragó saliva.

"Hola" dijo en voz alta, con más seguridad de la que sentía. "¿Está
Harry?"

El anciano bajó unas gafas de montura metálica para escrutarlo con unos
ojos azules de aspecto intimidante un largo rato. Louis empezaba a
ponerse incómodo cuando por fin habló. Tenía una voz cavernosa y
desagradable; reconoció la voz que le había preguntado si le vendía droga
a Harry.

"¿Tiene cita?"

"No exactamente, he venido porque Harry... bueno, vengo a buscar mis


guantes. Me los dejé hace tiempo... cuando... y él me dijo que podía venir
a por ellos"

Llevaban tanto tiempo en silencio y se había explicado tan mal que estaba
empezando a plantearse darse la vuelta y salir corriendo de aquel estudio.
Pero entonces el viejo se colocó de nuevo las gafas en la nariz y volvió a
los papeles que estaba leyendo. Hizo un gesto con una mano nervuda
hacia la puerta a su espalda.

"Mira en la parte de atrás. Ahí es donde tiene sus mierdas..."

La única ventana estaba cubierta por una persiana polvorienta, así que
sus ojos tardaron un buen rato a acostumbrarse a la penumbra. La
habitación era enorme, olía a alcohol, y estaba prácticamente vacía: había
un bulto largo y rectangular pegado a una de las paredes, un mueble bajo
y cuadrado recubierto de lo que parecía ropa desordenada, y varios
objetos de formas variadas esparcidos por el suelo.

Louis frunció el ceño. Se acercó a la ventana y tanteó hasta encontrar el


cordón que abría la persiana; tiró con fuerza y la luz lo cegó unos
segundos.

El bulto rectangular era una cama. Había botellas vacías, papeles


arrugadas y rollos de cámara vacíos por el suelo, y prendas de ropa, todas
negras, amontonadas sobre lo que parecía un mueble de salón. Todas las
paredes estaban cubiertas de fotografías de diferentes tamaños, más o
menos separadas según la zona.

Louis frunció el ceño al entenderlo.

Esto no es un taller de fotografía. Es un dormitorio.

"¿Qué coño haces aquí?"

Se giró con brusquedad, asustado. Harry estaba lívido, con los ojos verdes
oscurecidos y con la furia torciéndole el gesto.

Louis parpadeó. Se sentía avergonzado y no sabía por qué.

"Vine a buscar..." no se encontraba las palabras. Sabía que debía decir


algo, pero los sonidos no acudían a sus labios. "Tu... tu jefe... sólo
quería..."

Harry no parecía escucharlo; todavía estaba pálido.

"Fuera" tronó, y Louis retrocedió un paso "¡Fuera!"

Salió corriendo de allí. El viejo no levantó la mirada del mostrador.


Flash

Entró en el estudio de tatuajes tan rápido que Zayn, que garabateaba en


un cuaderno sentado a la mesa de la entrada, no levantó la vista hasta
que ya estuvo dentro.

"Harry vive en el estudio de fotografía. Y vosotros lo sabíais. Y yo me he


enterado hace media hora, y he sido un estúpido todo este tiempo"

Su amigo suspiró. Se puso de pie despacio.

"Lou..."

"Siéntate" ordenó "nadie va a salir de aquí sin decirme todo lo que sabe, o
te juro que no me vuelves a ver en tu vida"

Zayn no se movió.

"¿Por qué no puedes dejar las cosas como están, olvidarte de un amago de
relación que no te salió bien y ya está?"

Se encaró con él.

"Porque me has mentido." espetó "Eres la única persona en el mundo que


nunca me mentiría y ahora no... ahora siento que no puedo confiar en ti,
Zayn"

Él meneó la cabeza.

"Estás sacando las cosas de quicio, Loui..."

"¿Qué...?" se giró para ver a Aaron saliendo de la trastienda. "...Louis.


¿Qué pasa?"

"Harry Styles" masculló por toda respuesta. "¿Lo conoces?"

"Yo... sí, ¿por qué...?"

Se volvió hacia Zayn de nuevo.

"Harry vino aquí a tatuarse y tú le reconociste en el bar. Vosotros lo


conocéis" Zayn abrió la boca para hablar, pero no le dejó "Tiene dos
pájaros en la clavícula. Y son tuyos. Habría reconocido tus puñeteros
tatuajes de pájaros en cualquier sitio"

"Louis, ya te dije que venía..."

"¿Tú le tatuaste la sirena?"


"Louis, dejamos de tatuarlo" intervino Aaron "Le dijimos que no volviera."

"Ya te lo he dicho" intervino Zayn desde su sillón.

"Sí, me lo dijiste. Me lo dijiste todo, menos lo importante. Así que dejad


de cotillear como señoras y decidme lo que sabéis. Tengo derecho a
saberlo"

"Es su vida, pregúntale a é..." acalló a Zayn con una mirada asesina.
Aaron frunció el ceño.

"¿Por qué te importa? ¿Ha pasado algo?"

"Se lo ha tirado" anunció Zayn desde atrás, con tono exasperado "Y nunca
lo ha superado, aparentemente"

Lo ignoró. Señaló a Aaron, que retrocedió un paso. Lo cual, teniendo en


cuenta que era diez centímetros más alto que él, puede que fuese un
logro.

"Harry tiene migrañas" empezó Aaron con cautela "no sé... detalles
médicos, pero lo tiene desde que nació"

"Eso ya lo sé." sólo era mentira a medias "Sigue hablando"

Él se encogió de hombros.

"Sé que vive con el viejo. Le hace trabajos de fotografía"

"¿Y...?"

"Y nada" intervino Zayn "es un liante. Siempre está drogado, borracho o
las dos cosas. Siempre dándole un puñetazo a alguien o destrozando
algún bar"

Aaron se encogió de hombros.

"Antes no era así." intervino, tranquilizador "Venía a tatuarse, hablaba de


sus fotos, era un buen tío. Pero fue empeorando y dejó de venir."

"Lo echasteis" tradujo Louis.

"Claro que lo echamos. La única razón por la que su jefe no le echa es


porque es muy bueno. Le ha ganado todos los premios de fotografía que
tiene el estudio"

Louis frunció el ceño. Miró a Zayn; conocía sus expresiones como la


palma de su mano.

"Tú sabías todo esto" dijo en voz alta "sabías todo y lo único que se te
ocurrió decirme fue 'no te acerques a él, no es buena gente', erais... ¡erais
amigos, Zayn!"
"Louis..."

"¿Se te ocurrió en algún momento enterarte de lo que realmente había


pasado? ¿O simplemente querías echarlo de aquí lo antes posible?"

Su amigo frunció el ceño.

"Podemos meternos en un lío si tatuamos a alguien que no está sereno y


consciente de lo que hace, Louis. Podrían cerrarnos el estudio. Además, él
estaba cambiado. De mal humor y siempre insultando, metiéndose en líos
y luego desapareciendo cuando llegaba el momento de pagar los
destrozos"

"¿Y no hicisteis nada? ¿Lo echasteis... y ya?"

Zayn parecía casi divertido.

"¿Qué coño querías que hiciéramos? ¿Darle el biberón? No somos


psicólogos."

Louis pensaba en Harry encogiéndose de hombros, desapareciendo entre


la gente.

Estoy acostumbrado.

Se dio la vuelta y salió del estudio, con el tiempo justo de oír refunfuñar a
Zayn.

"¿A dónde vas ahora? ¿Pero qué te ha dado...?"

Lo llamó al llegar a casa. No recibió respuesta, así que dejó que sonara el
pitido del contestador.

Sin embargo, se encontró sin nada que decir

"¿Crees que te juzgaría por dónde vives, Harry?" acabó explotando


"¿Crees que soy tan estúpido?"

Colgó.
Pasaron varios días. Harry no respondió a sus llamadas.

Así que decidió aparecer en el estudio al que solía ir.

La puerta estaba abierta, pero no vio a nadie. Reconoció el sillón falso en


el que se había sentado y el fondo azul enrollado en un rincón, y su
estómago se encogió ligeramente.

Bajó al cuarto de revelado, tanteando la pared a su derecha y sintiendo


crujir los escalones bajo sus pies. Apestaba a productos químicos, pero no
se atrevía a taparse la boca con la mano. Bajar unas escaleras a oscuras a
tientas y con una sola mano no sonaba prometedor.

"¿Harry?"

Un ruido fuerte.

"Me cago en la... ¿Louis?"

Tragó saliva. Se paró al final de las escaleras.

"Sí" susurró.

"¿Qué coño haces aquí?"

"No me cogías el teléfono. No soy tan fácil de ignorar" pero sintió la


convicción que lo había arrastrado hasta allí disiparse como niebla.

Lo oyó mascullar algo en voz baja, y luego el interruptor. La luz rojiza,


temblorosa, lo descubrió entre rollos de revelado. Tenía el pelo recogido y
llevaba guantes blancos. Y le dio la espalda para hundir las fotos que
llevaba en las manos en una bandeja llena de líquido.

"Vete"

Fue al grano.

"Has estado en mi apartamento. ¿Me ves capaz de juzgar la casa de


nadie?"

Harry sacudió la cabeza.

"Vete, Louis. Hablo en serio"

"Estoy hablando en serio."

"Y yo. Vete"

"Vas a venir arriba y vas a hablar conmigo donde pueda verte a la luz esa
cara sinvergüenza que tienes" empezó a subir las escaleras sin mirar
atrás, airado. No esperaba que lo siguiera, pero oyó sus pesados pasos en
los escalones al cabo de un suspiro.

"Creo que es mejor que te vayas" le oyó decir. Se estaba quitando los
guantes de plástico.

"No voy a irme" declaró, esforzándose por no sonar como un niño


pequeño.

Harry alzó las cejas.

"Sabes que sólo he parado por educación, ¿verdad? Podría levantarte


como a una ramita" lo demostró echando el hombro hacia delante y
apartándolo de su camino. Le abrió la puerta "Adiós, Louis"

Louis cerró la puerta de un empujón y se encaró con él.

"Dijiste que todo el mundo se acababa marchando. Bueno, pues he


resuelto el misterio de por qué" empezó, sarcástico "Porque los echas sin
contemplaciones en cuanto algo te pone incómodo. Cualquier cosa antes
que renunciar a esa tontería de chico malo"

Pero calló cuando le echó un vistazo a su rostro poniendo atención por


primera vez. Parecía derrotado y vulnerable y muy, muy triste.

"Si de verdad quieres saberlo, te lo contaré" le oyó decir en voz baja.

Tragó saliva.

"¿Vas... a contarme lo que ha pasado?"

"Sí"

Oh.

No sabía qué decir; no esperaba que fuese tan fácil.

"¿Vas a dejar de ser un estúpido?" siguió presionando.

"Nunca"

Sonrió a su pesar.

"No me eches, Harry" murmuró "Dime qué está pasando"

Él suspiró.

"Siéntate" le señaló dos sillones negros rodeados de rollos de cable, y se


sentó a su lado. "Voy a ir al grano. Tengo... la cabeza jodida" acabó
diciendo, con una sonrisa amarga.
"Ya me han dicho..."

"No, escucha. Te han dicho que tengo migrañas. Te estoy diciendo que
tengo la cabeza jodida."

Ladeó la cabeza.

"¿Cómo de jodida?" preguntó con desafío.

Harry soltó una risa amarga.

"Te encantan los problemas. No sé por qué me sorprende"

"Habla" lo interrumpió, casi riendo. "Dime qué le pasa a tu cabeza" Harry


no respondió, así que siguió hablando "Las migrañas son fuertes, ¿no?"

Él asintió secamente con la cabeza. Louis quería acariciar su mandíbula,


besar su ceño fruncido, apartar sus brazos para hacerse un hueco en su
regazo. Había sido una mala idea ir, y ya no había vuelta atrás.

Estaba a punto de levantarse cuando él empezó a hablar en voz baja.

"A veces no puedo salir del cuarto de revelado porque la luz duele tanto
que me desmayo. A veces no veo. A veces no puedo abrir los ojos, a veces
estoy bien, y me caigo de repente. O vomito."

Parpadeó.

"Eso... no significa que tengas la cabeza jodida." empezó a decir con


cautela. "No significa que no puedas ser una person..."

Harry lo interrumpió frotándose los ojos con las manos.

"Soy un puto inútil, Louis. Sólo soy alguien que se agarra la cabeza y
espera a que pase lo peor"

Calló.

"Nunca me habías dicho nada."

Él se encogió de hombros.

"Antes tomaba tres pastillas al día. Más si tenía dolor"

Asintió. Harry tragó saliva. Le dio vueltas a uno de los anillos que llevaba,
sin mirarlo.

"Me las pagaba el viejo, a cambio de que trabajase con él. Estaba bien.
Podía trabajar, más o menos."

Louis asintió despacio. Temía hablar y romper el delicado silencio que se


extendía entre ellos cuando él dejaba de hablar, el ambiente calmado y
silencioso, al Harry serio que hablaba con la cabeza gacha, más en serio
de lo que nunca lo había oído.

Harry carraspeó.

"Bueno, pues ya te habrás imaginado que esas tres pastillas eran caras.
Eran jodidamente caras" aclaró, con sorna.

Louis asintió.

"Al final me dijo 'voy a dejar de pagarte el tratamiento y voy a ponerte un


sueldo para que te lo pagues tú mismo' y yo dije 'genial, de acuerdo', qué
iba a decir"

Se quedó callado.

"Pero no seguiste con el tratamiento"

"Claro que no. Me paga una tercera parte de lo que cuesta."

Louis ladeó la cabeza.

"Pero él sabe perfectamente..."

"Claro que lo sabe"

"¿Se lo dijiste?"

"Oh, sí. Y dijo 'si no te gusta ahí tienes la puerta'"

"Pero no te fuiste"

Harry negó con la cabeza.

"No tengo a dónde ir"

"¿Dónde vivías antes de trabajar para él?"

Él soltó una risa amarga.

"¿Que dónde vivía? En el puto orfanato. Apareció y me sacó de allí, como


si me hubieran sacado de un pozo de mierda con una grúa"

Louis asintió como un autómata.

El puto orfanato.

Las palabras se repitieron en su cabeza.

"Oh, no me pongas esos ojos, putita. No lo soporto. No debería haber


dicho nad..."
Se estiró y lo besó en los labios para hacerlo callar. Harry se deshizo bajo
su cuerpo, la tensión vaciándose en él visiblemente.

Si sigo besándolo, seguirá hablando.

Se separó de él, pero respiró contra su mejilla, y no soltó la mano con la


que se sujetaba a su cuello.

"¿Qué hiciste?" balbuceó, intentando mantener un tono conversacional.


Milagrosamente, Harry lo dejó pasar. Esta vez sí que lo miró a los ojos
para hablar.

"Buscar soluciones" murmuró.

Louis tragó saliva. Se dejó caer de nuevo sobre el respaldo del sofá.

"Malas soluciones" dijo con ligereza.

"Soluciones que funcionaban"

"¿...funcionaban?"

Harry asintió.

"Al principio iba bien. Con unos cuantos cigarrillos al día podía aguantar
sin problema. Después tenía que mezclarlo con un poco de alcohol.
Después no fue suficiente eso tampoco"

"¿Qué tomabas?"

"De todo. Todo lo que funcionase. Todo lo que me quitase el dolor"


suspiró. "No me fue bien. Empecé a meterme en peleas. Me denunciaron
unos imbéciles. Tus amigos me echaron del estudio de tatuajes. El viejo
me dijo que si seguía dando mala imagen por ahí me iba a echar a la
calle. Pero cuando empecé a dejarlo fue peor, porque ya no estaba
acostumbrado a trabajar con dolor. Fue entonces cuando fui a esa boda..."

"Cuando" carraspeó "nos conocimos..."

Harry asintió.

"El viejo estaba enfermo y no tuvo más remedio que enviarme. Si no,
nunca me habría dejado ir solo."

"Tenía razón. Te dedicaste a tirarte a uno de los invitados"

Harry soltó una carcajada, pero Louis seguía serio.

"Entonces" empezó en voz baja "cuando... cuando nos conocimos,


¿estabas...?"

Harry se encogió de hombros.


"El orgasmo ayudó" le guiñó un ojo.

"Oh" se echó hacia atrás, fingiendo formalidad. "Para eso me querías.


Para que las endorfinas te quitasen el dolor"

"Tú hacías de modelo a cambio de orgasmos, putita. No me dejes como el


malo"

Rió con ganas, y cogió aire profundamente. Llevaba tiempo sin reírse así,
pensó distraídamente. Harry siguió hablando.

"Seguí dejándolo, poco a poco. Era difícil. Pero tú te pusiste tan enfadado.
Diciéndome que tenía que dejar de tomar 'esas cosas' si quería seguir
fotografiándote. Como si... ah, no sé"

Como si me importaras. Sí que me importas.

"¿Qué estás haciendo ahora?"

"Trabajar y cobrar. Estoy ahorrándolo todo. Bueno, casi todo"

"¿Para qué?"

"Para pagarme el tratamiento. Y volver a ser una persona normal"

Louis tragó saliva. Pensó en la naturalidad con la que lo había invitado a


una cerveza el día de su cumpleaños. El tatuaje recién hecho en su brazo.

"Pero perdías el tiempo fotografiándome a mí" escogió decir.

"Louis, fotografío bebés y novias ricas diez horas al día. Por muy jodido
que esté, al final del día tengo ganas de fotografiar algo que valga la
pena"

Tenía la boca seca. Muy seca.

"Y tú seguías volviendo" Harry parecía avergonzado y desesperado a


partes iguales "Aunque... tenías que venir a horas extrañas, y yo te hacía
enfadar, y Zayn te dijo que yo era escoria, seguías... apareciendo, y
enfadándote cuando te decía que no soy gay, seguías viniendo..."

"Me gustaba venir. Me sentía bien"

Harry asintió, pero parecía distraído.

"Eres el único lo suficientemente testarudo como para haber seguido...


insistiendo"

Se encogió de hombros.

"Eres el único que me ve de verdad"


Harry sonrió.

"Eres fuerte." ladeó la cabeza "Eso es lo que me gusta de ti. Eres


jodidamente fuerte, aunque no te des cuenta"

Frunció el ceño.

"No soy fuerte. Es que se me da bien ignorar la realidad"

Harry negó con la cabeza.

"Hay que tener un par de huevos para salir del armario, perder a tu
familia y seguir preocupándote por mi vida como si no pasase nada."

Louis hizo una mueca. Le habría gustado poder sentirse halagado.

"Eres una buena distracción" concedió, y consiguió verle sonreír.

"Gracias, putita. Tú tampoco estás mal"

Louis se inclinó y lo besó en los labios, despacio. Harry no se movió; olía a


líquido de revelado, a humo, y a algo más que lo sacudió por dentro.
Sintió las yemas de sus dedos en su cintura, y tiró de su mano para que le
pasase los brazos alrededor.

"Gracias por contármelo" susurró. Pasó los dedos por sus mechones
atados, y él cerró los ojos. Lo oyó suspirar tan suavemente que creyó
habérselo imaginado por un momento.

"Oh, Louis. ¿Qué voy a hacer contigo?"


Flash

Louis parpadeó.

"Fotografiarme" dijo al final, resolutivo. Harry se echó a reír.

"No puedo. Tengo que irme en un rato"

Frunció el ceño.

"Vale"

"¿Vas a volver?"

Sonrió.

"¿Vas a volver tú?"

"Siempre" Harry pareció arrepentirse en cuanto lo dijo, pero Louis sonrió.

"¿Alguna vez pensabas en mí?" preguntó en voz baja, temiendo la


respuesta. "¿Cuándo estabas...?"

Harry suspiró.

"Claro que sí. Pensaba en qué dirías si me vieses tumbado en la cama


todo el día como un hongo. Pensaba en la vergüenza que me daría que
vieses dónde duermo."

Louis tragó saliva.

"¿Te duele ahora?" preguntó en voz baja.

Harry cerró los ojos un momento.

"No, no mucho"

Ladeó la cabeza.

"¿No mucho?"

Harry le sonrió.

"A veces me olvido" admitió. "Luego cuando dejo de concentrarme en otra


cosa, me doy cuenta de que aún duele"

Louis respiraba despacio. El aire del estudio no era suficiente. Quería


respirar el que había en el hueco de su cuello.
"Bésame otra vez y no dolerá" susurró. Pero Harry no se movió; se frotó
los ojos con una mano.

"Sé perfectamente que no tengo nada que ofrecer, Louis" susurró "no
quiero liar más las cosas. Pero quería ser sincero contigo, porque...
porque eres insistente, y testarudo, y diferente."

Sonrió a su pesar.

"Esto es lo que quiero." murmuró.

"No tienes ni idea"

Frunció el ceño.

"Me preguntaste si quería parar la primera vez que lo hicimos, en la


boda" empezó a balbucear "No me conocías, no te importaba, me
llamabas putita y te burlabas de mí, pero hice un gesto y me preguntaste
si quería parar. Ningún cabrón hace eso"

Paró para tomar aliento, pero por poco tiempo.

"Y aquel otro día, el día de la nieve" siguió, todavía más


inexplicablemente enfadado "No quisiste follar porque yo estaba
borracho. ¿Y qué? ¿A quién le importa que esté borracho? ¿Por qué
desaprovechar la oportunidad de sexo sin que te lo recriminase después?
Si antes me hubieras dado dos cervezas más, no me habría acordado de
nada. Pero no quisiste, me llevaste a casa"

Harry resopló. Meneó la cabeza, pero había un asomo de sonrisa en sus


labios.

No lo dejó hablar.

"Insistes en que eres una mala influencia, pero yo te calé desde el primer
momento" insistió, triunfante.

La sonrisa de Harry apareció definitivamente, y había una chispa en sus


ojos que había echado de menos.

"Cuando te pones así, quiero agarrarte y follarte contra la superficie más


cercana" comentó, casual. Louis se atragantó.

"No me digas eso si te tienes que ir" advirtió "porque puede que al final
no te vayas"

Harry se inclinó y lo besó de nuevo, tirando de sus muslos para


levantarlo.

Estaba a punto de ceder cuando sonó un teléfono móvil. Harry gruñó; se


separó de él a regañadientes.
"Mierda. Tengo que irme ya. Va a venir una pareja a ver una sesión de
fotos que hicimos la semana pasada y criticarlo todo"

Sonrió.

"Vale."

Harry suspiró.

"Ven aquí" lo besó en los labios una vez más; los recorrió con su pulgar
cuando se separaron, con su propio labio inferior entre los dientes
"Mataría por poder fotografiarte ahora"

"Te creo. He visto el bulto en tus pantalones"

"Hablo en serio"

"Yo también"

Harry reía cuando la puerta se cerró tras él.

Al día siguiente, mientras Louis cerraba el bar y se despedía de sus


compañeros, una sombra lo esperó al otro lado de la calle.

Louis dio un respingo cuando unos brazos se cerraron alrededor de sus


caderas.

Harry le guiñó un ojo. Ni siquiera se inmutó cuando le dio un codazo en el


pecho.

"¿Qué haces aquí? ¿Sabes el susto que me has dado?"

Él no se había movido, ni su sonrisa tampoco.

"He venido a protegerte de los peligros de la noche" dijo teatralmente.


Louis gruñó. Se deshizo de sus brazos.

"Tú eres uno. Casi me matas de un infarto" se agachó para recoger el


puñado de llaves, que había dejado caer. "Ay, dios. ¿A qué has venido?
¿Cómo sabías que estaría aquí?"

"Sé a qué hora cierra este sitio. Quiero acompañarte a casa"

Louis alzó una ceja.

"Es decir" aseguró la reja que ocultaba la puerta del bar "quieres echar
un polvo"

"Has roto la magia, putita"

Se giró hacia él.

"¿Qué tal estás...?" Harry apartó la cabeza cuando intentó pasarle una
mano por el pelo. Agarró su muñeca y bajó su mano con delicadeza.

"Estoy bien" zanjó "No me trates como a un inválido, por el amor de dios"

"¿Preocuparme por ti es tratarme como a un inválido?"

"No te lo he contado para que te preocupes"

Louis echó a andar, sin esperar a ver si lo seguía.

"¿Para qué me lo has contado?" contestó, airado, y Harry frunció el ceño.

"Para que no te fueras"

"No iba a irme de todas formas"

Harry esbozó una sonrisa triste.

"Ya te habías ido, Louis"

"No me había ido, me habías echado"

Harry se encogió de hombros.

"Es mejor cuando haces enfadar a la gente, porque luego cuando


desaparecen es normal, porque estaban todo el día enfadados contigo. Es
mejor eso que ver marchar a alguien que parecía preocuparse de verdad.
Porque entonces la única explicación es que se han marchado porque eres
una carga"

Louis parpadeó. Tenía un nudo en la garganta.

"Pero tú no eres una carga" murmuró.

Harry ladeó la cabeza. No contestó.

Entraron en casa en silencio. Louis se sentía desfallecer de puro


cansancio.

"¿No vas a cenar nada?"

Negó con la cabeza.


"Nunca ceno cuando cierro el bar. Estoy demasiado cansado, voy a
cambiarme"

Pero Harry había calentado las sobras de arroz y carne asada que había
guardado en la nevera cuando volvió. Alzó las cejas al mirarlo.

"Ven aquí y come. Te llevará cinco minutos" dijo él con calma.

Se acercó, luchando por no sonreír.

"No es suficiente para los dos"

Él negó con la cabeza con incredulidad.

"Yo ya he cenado. Son las cuatro de la mañana, Louis."

Se sentó obedientemente y masticó despacio. La comida estaba deliciosa,


pero el sueño y la mirada intensa de Harry no lo dejaban saborear.

"Todavía piensas que voy a desaparecer" dijo al acabar, al cabo de un rato


en silencio. Harry entrecerró los ojos.

"Todavía es posible"

"¿Te vas a ir?"

"Quería acompañarte a casa"

"Duerme aquí conmigo"

Harry sonrió.

"Ni siquiera cabemos en la cama"

"Nos apretaremos"

"No tienes persianas"

"¿Necesitas oscuridad?"

Él asintió brevemente, con los labios apretados. Louis frunció el ceño,


pensando.

"Cubriremos las ventanas con mantas"

Harry rió.

"Eres insistente"

"Porque quieres quedarte. Para eso has venido, no para echar un polvo.
Sabes que estoy agotado"
"Probablemente te saque fotos mientras duermes"

Louis se levantó y dejó el plato sucio en el fregadero.

"Haz eso y mañana iré a tu entierro"

Él se echó a reír. Sus manos se deslizaron por su espalda; Louis se dejó


amoldar contra su pecho. Apoyó la cabeza en su clavícula y respiró hondo.

"¿Crees que no podría matarte?" preguntó, mientras él aún reía en voz


baja.

"Oh, sé perfectamente que podrías matarme. Lo sé de primera mano.


Estoy seguro de que será así como moriré"

Sonrió.

"Duerme aquí. Vamos a liar más las cosas. Te dejaré un cepillo de dientes
y algo de ropa"

"¿Crees que entraría en tu ropa? Eres como un muñeco"

Se quedó callado, pero Harry meneó la cabeza.

"No necesito ropa. Duermo en ropa interior"

Tragó saliva, asintiendo.

Se apretaron en la cama. Louis rió al verlo con la espalda contra la pared,


intentado hacerle espacio en una cama demasiado pequeña para uno solo
de ellos.

"Apuesto a que ahora te arrepientes de haber venido" se burló. Harry


tenía una amplia sonrisa y los brazos relajados.

"Te aseguro que no"

Se acurrucó contra él, gruñendo hasta que sintió sus brazos ciñéndolo a
él. Se acomodó contra su pecho.

"Apaga la luz" susurró. Harry parpadeaba despacio.

"Espera un momento"

Suspiró.

"Estoy agotado"

"Quiero hablar contigo un poco más"


Lo miró con un ojo abierto y otro cerrado.

"¿Estás seguro de que estás bien? ¿Has bebido?"

Harry levantó las manos en la penumbra.

"Estoy limpio" juró, haciéndolo sonreír.

Se acurrucó contra su pecho.

"Habla. Dime lo que quiero oír"

Harry sonrió con cansancio.

"Soy gay, Louis"

Lo miró, poco impresionado.

"¿No te atraen las mujeres?"

"Sí, claro que me atraen"

"Entonces no eres gay"

Harry se encogió de hombros.

"Sólo lo dije para hacerte feliz. Que tus ojos se achinaran como hacen a
veces..."

Louis meneó la cabeza.

"Escúchame" Harry pasó una mano por su cuello, acariciándole la nuca


con las yemas de los dedos y enviando electricidad a cada una de sus
células. "Ni siquiera sabía que me pudiesen gustar los hombres hasta que
te vi a ti, putita. Me has cambiado, y todavía no tengo un nombre para
eso. Pero le pondré uno si es lo que quieres"

Louis sintió una sonrisa extenderse por su rostro; Harry ladeó la cabeza.

"Ahí está" se burló. Lo golpeó en el pecho con una mano.

"Apaga la luz" dijo airado, pero él lo ignoró.

"Esto es lo que quiero fotografiar." Louis sonrió bajo las yemas de sus
dedos, pero enseguida se puso serio.

"¿Cuántas fotografías de gente que ya no está en tu vida guardas, Harry?"

Él calló.

"Muchas" admitió en voz baja, sosteniéndole la mirada "¿Crees que es


patético?"
Negó con la cabeza, pero antes de que pudiera responder él siguió
hablando.

"¿Pensaste alguna vez en hacer algo con tu familia antes de salir del
armario? ¿Una última vez, sólo por si acaso las cosas no volvían a ser lo
mismo?

Louis bajó la mirada.

"Entiendo por qué lo haces" dijo, conciliador "Pero no estoy seguro de que
sea... sano"

"No lo es. Pero la cámara es todo lo que tengo"

"No es todo lo que tienes"

Harry sonrió. Presionó los labios contra los suyos, respirando despacio.

"Estás diferente" le oyó decir "tienes menos miedo"

Lo miró, serio.

"Me siento diferente" admitió. "Ahora sé que puedo vivir con menos cosas
de las que creía."

"Por ejemplo, una cama normal"

Intentó darle un manotazo, pero estaba demasiado cansado.

"Eso no era lo que quería oír. Dime lo que quiero oír"

"No puedo. No puedo ser un buen novio. No sé cómo serlo"

Louis se irguió en la cama para mirarlo, serio.

"Yo te ayudo. Te enseñaré. Soy un novio fantástico"

Harry reía en voz baja.

"Me gustaría ser una persona normal e invitarte a salir. Hacer esas cosas
estúpidas que hacen las parejas en las películas"

Louis sonrió, enternecido.

"Puedes hacerlo"

"No, no puedo" sintió sus labios en la sien. "No puedo, porque es posible
que de repente tenga que meterme en una habitación oscura con una
toalla fría en la cabeza"

Louis suspiró. Le pasó los dedos por el pelo de nuevo.


"Me tumbaré contigo" ofreció. Él sonrió, así que siguió hablando "yo iré a
por una toalla mojada"

Harry suspiró.

"Eres bueno para mí, Louis." murmuró "Me gustaría ser bueno para ti"

Sonrió.

"Eres mejor para mí de lo que piensas"

"Vamos. Tu último novio fue ese cretino millonario de la gomina. Has


bajado mucho el listón, putita"

"Ese cretino millonario fue uno de los mayores errores de mi vida"

Harry hizo una mueca de burla.

"Así que ahora te interesan los cretinos pobres"

Asintió.

"Y guapos" recorrió los tatuajes en su clavícula, con el sonido de su risa


grave haciéndole cosquillas en el cuello.

"Y guapos" le oyó repetir.

"Sé que no te necesito. Puedo vivir sin ti, pero no quiero."

Harry sonrió.

"Estás mejor sin mí, putita. Soy el novio rebelde que te echas para putear
a tus padres"

Soltó una risita.

"Eres mi novio" se burló, y lo vio enrojecer. "Oh, qué bien suena. Voy a
escribírtelo en una camiseta. Voy a tatuártelo en la frente" le rozó la sien
con los dedos, y Harry besó sus nudillos.

"Ahora sí que es hora de apagar la luz. Necesitas dormir"

Louis tenía que luchar por mantener los ojos abiertos, pero hizo un
esfuerzo para hacer un ruido de indignación.

"¿No íbamos a echar un polvo?"

Harry apagó la luz.

"Buenas noches, Louis"


Cuando despertó, a la mañana siguiente, la cama estaba vacía.
Flash

Lo llamó. Tardó en contestar.

"Hola, putita"

Cerró los ojos.

"¿Dónde estás?"

"Trabajando. Entro a trabajar a las ocho" oía balbuceos a sus espaldas.

Frunció el ceño.

"¿Y qué... hora es?"

"Las doce y media"

"¿Con quién estás?"

"Con David y Julia. Vamos a hacer un trío"

"Son bebés, ¿verdad?"

"No, pero sigue. Me gusta oírte celoso"

Luchó por no reír.

"Vas a tener que esforzarte más"

Lo oyó suspirar.

"Sí, son bebés. De ocho meses."

"Sigo sin estar celoso"

"Sálvame. Me queda una hora y estos cabrones no miran a la cámara"

"¿Has probado a cantarles? ¿Ponerles caras?"

"Creo que mi dignidad ya está demasiado lastimada por hoy. Uno echó la
pota"

Rió.

"¿Eres fotógrafo o niñero?"

"La gente rica no sabe la diferencia"


Puso los ojos en blanco.

"Me he despertado solo. ¿Qué clase de novio eres?"

"Pues un pringado, evidentemente. ¿No me has oído?"

"Deberías haberme traído el desayuno a la cama en una bandeja. Eso es


lo que hacen los buenos novios"

"Oh, perdóname. Estoy aprendiendo" un breve silencio "no cabría en la


cama. Tendrías que levantarte para que pudiera poner el desayuno en
ella"

Rió.

"¿Cómo has dormido?"

"Bien. Tampoco es que mi cama sea ningún lujo. Oye, hago un parón a la
una y media. Podríamos comer juntos"

"Vale. ¿Quieres que me acerque al estudio?"

"No. Iré yo, no quiero que te vea el viejo"

"¿Te avergüenzas de mí?"

"Me avergüenzo de él"

"¿Qué hago de comer?"

"Súbete a una bandeja y échate nata"

Hizo un esfuerzo para no reír.

"Vas a pasar hambre"

"No te creo."

Harry apareció sonriente, con aspecto casado y con el pelo recogido.

"Los niños me tiraban del pelo" dijo cuando se dio cuenta de que lo
miraba "Tuve que atarlo"

Sonrió.

"Ven aquí. Te he echado de menos"


Lo besó sin pararse a respirar. Sus labios ardían. Harry le mordió el labio
inferior.

"Yo sí que te he echado de menos" sus manos buscaban en el bajo de su


camisa, pero lo detuvo. Frunció el ceño.

"Estás muy caliente" murmuró.

"Sí, ya lo sé. Por eso he venido"

"Idiota." Le pasó una mano por la frente, y la encontró caliente. "Tienes


fiebre, Harry"

Él asintió.

"No es un buen día" admitió "no te preocupes, es normal" se inclinó para


seguir besándolo, pero no le dejó.

"¿Es... normal?"

Harry se encogió de hombros.

"A veces me da fiebre. Me tomo una aspirina y ya está"

"¿...y ya está? ¿Qué pasa si empeoras?"

"Lleno la bañera de agua fría y me meto"

"¿Te duele ahora?"

"Poco. No es para tanto. ¿Comemos?"

Asintió. Le sirvió en un plato y lo empujó hacia él, pero no se sentó.

"Tú come" ordenó, alejándose sin hacer ruido.

Tapó las ventanas con mantas, gruñendo y echando de menos el pequeño


banco al que solía subirse. Volvió a la cocina y rebuscó en los cajones.

"Tengo velas." aseguró en voz baja a un Harry que lo observaba divertido.


"La luz te hará menos daño que la de la artificial"

"¿Cómo lo sabes?"

Desvió la mirada.

"He... leído un poco en internet"

Harry sonrió.

"¿Vas a hacerme un número de enfermera sexy, putita?"


Se echó a reír.

"Come" ordenó. Encendió las velas y apagó las luces. Se sentó frente a él
y se sirvió un plato. Harry sonreía.

"Vas a ahorrar en luz" dijo con ligereza, antes de hundir el tenedor en su


propio plato. "Esto está delicioso"

Comieron sin apenas hablar. Louis se sentía bien viéndolo en la cocina,


comiendo tranquilamente y bromeando en voz baja. Intentó vislumbrar un
gesto de dolor, una mueca, cualquier cosa, pero no los encontró. Y eso
acabó con su buen humor.

Está acostumbrado a disimular. Es bueno.

"Harry" llamó en voz baja cuando acabaron de comer. Él alzó la cabeza;


ahora sí que vio el dolor en sus gestos.

"Tengo que irme" admitió. "No está mejorando. Tengo que avisar al viejo e
irme a casa"

"¿A casa a qué?"

"A tumbarme"

"Túmbate aquí"

"No vas a pasarte tu día libre cuidándome, Louis. No te voy a dejar"

Lo besó en la frente.

"Que te tumbes" musitó contra sus labios. "No era una sugerencia. Sé
bueno y te haré ese número que quieres"

"No tien..."

"Por favor"

Harry se levantó, dejó que lo arrastrase por el pasillo y se derrumbó


sobre su cama, obediente.

"Quiero liguero" murmuró, somnoliento, antes de cubrirse la cabeza con


la almohada.

"¿Vas a tomar algo? ¿Alguna pastilla?"

"Éxtasis"

"Hablo en serio."

A pesar de todo, Harry le dedicó una sonrisa cansada. Una mano grande y
cálida le rodeó la mejilla; se agarró a su muñeca.
"No, putita. No te preocupes"

"Vale" besó la palma de su mano antes de levantarse.

Cerró la puerta de su dormitorio y lo dejó dormir.

Llamó a Lottie.

"¿Lou?"

"Hola" suspiró. "¿Cómo estás? ¿Cómo está mamá?"

"Mal. Te echa de menos. Habla de ti todo el día."

"¿También habla de llamarme y decirme que no soy un error de la


naturaleza, o sólo habla en general?"

"Louis. Está haciendo un esfuerzo..."

"No. Lo siento. No voy a conformarme con eso. No voy a conformarme en


general. Si quiere aceptar quién es su hijo, que me llame."

"Lo estoy intentando"

"No es tu responsabilidad, Lottie. Es la suya."

"No quiero que estéis enfadados"

"Nadie está enfadado. Sólo estoy esperando una respuesta que no sea un
'estoy muy decepcionada de que no te enamores de la clase de personas
que a mí me gusta para ti', y todo estará bien"

"No sé cuándo pasará eso"

"Pues estaré esperando"

Su hermana suspiró.

"Te quiero, Louis. Lo sabes, ¿verdad?"

Sonrió.

"Lo sé. Yo también te quiero"


Cuando Harry se levantó, eran casi las siete. Louis se quedó quieto al
verlo de pie en el pasillo, frotándose un hombro perezosamente. Estaba
perfecto, guapo y adormilado en su pasillo, con la ropa arrugada y el pelo
revuelto. Louis se derritió.

"¿Estás bien?"

Él asintió.

"¿Eres responsable de la toalla mojada que me ha empapado el pelo?"

"¿Te ayudó?"

"Probablemente. Me tengo que ir. El viejo estará hasta el culo de trabajar.


No está acostumbrado"

Sonrió.

"Trabajas mucho..."

"¿Lo dices tú?"

"Digamos que todavía te duele mucho. Que no te puedes levantar" lo


empujó con suavidad hasta sentarlo en la cama de nuevo. "Digamos que
estás" murmuró contra su sien "mucho, mucho peor"

Harry hizo puños en la espalda de su camiseta; parpadeaba despacio y


tenía las pupilas dilatadas.

"La verdad es que aún me duele" dijo con voz ronca.

Asintió con fingida condescendencia.

"Túmbate, cariño. Te voy a hacer una exploración"

Harry soltó una carcajada.

"¿Tú a mí o yo a ti?"

"Yo a ti, claro" pasó las manos por sus hombros y se acomodó en su
regazo "tengo que encontrar qué te pasa"

Harry giró la cabeza para besarlo en la oreja.

"Deberías buscar un poco más abajo" murmuró, y sus puños se apretaron


un poco más. Louis cerró los ojos.

"Harry" murmuró. Él ya recorría su cuello con los labios, y sus dedos se


había vuelto ágiles para tirar de su camiseta "Harry" se separó de él, y él
se quedó quieto, con una mirada casi curiosa.
"¿Qué pasa?"

"¿Te has acostado con alguien más?"

Harry frunció el ceño. Sus manos se habían quedado quietas.

"¿...Qué?"

"Que si te has acostado" tragó saliva "con alguien más, desde que
estamos... desde que..."

"¿Estás hablando en serio?"

Asintió, sintiéndose enrojecer.

Oh, no.

Harry bufó.

"Claro que no me he acostado con nadie. ¿Crees...?"

Su primer instinto fue cruzarse de brazos, pero estaban demasiado cerca


y no podía.

"En la boda me lo dijiste" dijo, defensivo "Que no eras un príncipe azul.


Que querías follarme y punto"

"Sí, dije muchas cosas en la boda. También te dije que no quería bailar
contigo"

Louis sonrió.

"¿Querías bailar conmigo?" se burló.

"Bueno" Harry consiguió quitarle la camiseta "no en público, al menos"

Bajó la mirada, todavía sonriendo.

"Dime lo que quiero oír" dijo al final, desabotonando su camisa. Harry


respiró hondo, y los botones se movieron entre sus dedos.

"No podemos seguir así" sus labios llenos se movían tan despacio cuando
susurró que se quedó mirándolos, hipnotizado.

"¿Así? ¿Cómo?"

"Diciéndote lo que quieres oír"

Sonrió. Acabó de desabotonar su camisa y la deslizó por sus hombros. Sus


ojos verdes sobre su rostro quemaban.

"No me acosté con nadie que no fueras tú" susurró Harry "Y no voy a
hacerlo. Lo había dado por hecho y pensaba que tú también. ¿Contento?"

Asintió, con una sonrisa satisfecha, y él puso los ojos en blanco.

"Estoy perdido contigo, ¿no? Mi vida se basará en darte lo que quieres a


partir de ahora"

"Será una buena vida" se inclinó para besar las comisuras de sus labios.
"Te lo demostraré"

Se quitó la camiseta y la tiró a sus espaldas. Lo empujó para que se


tumbase boca arriba y se cernió sobre él, riendo cuando las yemas de sus
dedos le hicieron cosquillas en el estómago.

"Para. Vas a estropear mi número de enfermera sexy"

"Era el peor número que he visto en mi vida. Ni siquiera te has puesto un


liguero"

Se echó a reír.

"Compraré uno" prometió. Harry ladeó la cabeza. Parecía un niño viendo


la película de su vida.

"Ríete otra vez"

Apretó los labios.

"No" consiguió articular. Harry ciñó los brazos alrededor de su cintura y


le hizo cosquillas en la espalda. Intentó apartarlo con las manos, pero él
atrapó sus muñecas con una facilidad frustrante, y las sostuvo a un lado.
Louis se estaba riendo antes de darse cuenta.

Harry los giró a ambos y se cernió sobre él con naturalidad. El peso de su


cuerpo era cálido, tranquilizador. Olía tan bien que quería hundir la nariz
en su pelo y llenarse los pulmones de su olor, pero Harry no parecía darse
cuenta. Todavía parecía satisfecho de hacerlo reír.

"He ganado"

Louis puso los ojos en blanco.

"Tu premio es alcanzar los condones y el lubricante de mi mesita"

Harry rió, pero alargó el brazo y lo oyó revolver. Se dedicó a retorcerse


bajo su cuerpo y luchar por soltarle el pelo. Sonrió cuando lo consiguió, y
Harry se irguió, dejó el lubricante y el preservativo en la cama y tiró de
sus pantalones con impaciencia.

"Vamos" lo urgió. Louis levantó las caderas y se los quitó él mismo. Harry
empezó a pelearse con el cierre de sus propios vaqueros al verlo.
"Tienes que comprarte pantalones menos ajustados" dijo entre dientes. Él
levantó la cabeza para mirarlo; las puntas de sus mechones le hicieron
cosquillas en el pecho.

"¿No te gustan estos?"

Se mordió el labio inferior, y Harry sonrió antes de que pudiese


responder. Los tiró a un lado de la cama.

"Sí, eso pensaba. Quítate esto..." tiró de su ropa interior con impaciencia,
y se inclinó para besarlo en el estómago. "Del uno al diez, ¿cuánto te
enfadarías si te sacase una foto ahora mismo?"
Flash

Rió.

"Bastante"

"Mírate" Harry se inclinó para besarlo, largo y profundo, y no ayudó a


calmar los latidos de su corazón. Le mordió el labio inferior, y se quejó
cuando perdió el contacto con su pecho, pero calló al ver que agarraba el
lubricante.

Harry se llenó los dedos. Lo miró con una sonrisa brillante.

"¿Has visto? No lo he derramado" parecía orgulloso, pero no tenía tiempo


de alentarlo. Se sentía arder; echó la cabeza hacia atrás.

"Genial" masculló. Abrió un poco más las piernas. Sus músculos


empezaron a doler un poco, pero oyó que se le cortaba la respiración y
dedujo que valía la pena.

Harry no esperó después de eso. Una de sus manos se deslizó por sus
muslos y la otra se colocó entre ellos para hundir un dedo dentro de él.
No había calentado el lubricante, y estaba frío. Dio un respingo.

"Esa forma que tienes de abrir las piernas, me vas a matar" Harry sonaba
ronco; el pelo ya suelto le ocultaba el rostro. "Aquella vez que... que
viniste al estudio, y te pusiste en ese sillón, joder."

Sonrió.

"Otro" pidió sin aliento, y Harry se inclinó para besarlo. Le apartó los
mechones de la cara y le dejó, conteniendo un gemido. ¿Qué hiciste?
¿Cuando me... fui?"

Harry lo miró con incredulidad.

"¿Qué qué hice? Matarme a pajas"

Se echó a reír, y él se vengó curvando los dedos, callándolo al instante.


Louis cogió aire con brusquedad se agarró a su bíceps, desesperado.

"Vale, ya vale de charla. Necesito que me folles"

"Todavía no te..."

"Ahora. Estoy listo"

"Vale" oía su respiración demasiado fuerte. Sus dedos desaparecieron y


oyó cómo se peleaba con el envoltorio "Vale, espera"

Levantó la cabeza.

"¿Quieres que lo haga yo?"

Harry sacudió la cabeza, con una media sonrisa.

"Putita, si me tocas ahora mismo, no me va a dar tiempo a follarte"

Se mordió el labio inferior. Empezaba a notar un hormigueo que le nacía


en el estómago y se extendía por todo su cuerpo. Estuvo a punto de gemir
cuando lo sintió acomodarse entre sus piernas.

Harry no entró. Se frotó contra su entrada, sin aliento, y se mordió el


labio inferior. Louis se retorció contra él, prácticamente vibrando de
necesidad. La promesa de lo que estaba por venir lo estaba volviendo
loco.

Estaba a punto de suplicar- era lo que Harry parecía querer- cuando le


oyó hablar.

"¿Me quieres?" no le quedaba aire. Su voz sonaba tan gastada como si ya


estuviera agotado, pero sabía que no era así.

No sabía a qué se refería exactamente, pero sabía que lo necesitaba


dentro de él. Ya.

"Sí" no reconoció su propia voz; sonaba demasiado aguda, pero Harry


pareció calmarse al oírlo.

Lo sintió dentro de él, poco a poco, lo oyó respirar y soltar un quejido, oyó
el murmullo de las sábanas cuando se inclinó hacia él, y notó su cuerpo
pesado sobre el suyo. Se dio cuenta de que había cerrado los ojos, y no
podía abrirlos. Sentía sus propios músculos aferrándose a cada
centímetro; dolía, profundo y dulcemente, y se sentía borracho con la
sensación. Veía estrellas.

"Oh, Harry"

Él se echó hacia delante y apoyó los brazos a ambos lados de su cabeza


para sostenerse. Sus labios le besaron el cuello, los hombros, la clavícula.
Le besó el tatuaje, y se movió para mordisquearle el lóbulo de la oreja. Un
disparo de placer lo atravesó en cuanto empezó a moverse; ahogó un
grito.

"Todavía" se las arregló para decir "no te había avisado"

"No podía más" Harry tenía los dientes apretados, la mandíbula rígida, y
había una vena tensándose en su cuello. Nunca había visto a nadie tan
hermoso. "No puedo más"
Louis echó la cabeza hacia atrás y arqueó ligeramente la espalda. Intentó
ayudarle, rodar las caderas, levantarlas, pero no podía moverse. Harry
usó una mano para levantar una de sus piernas y rodear su cadera con
ella, y el nuevo ángulo hizo que los dos gimieran.

"Mierda, Harry"

Lo notaba enterrado dentro de él con cada bocanada de aire que tomaba.


Empezaba a marearse. Cerró los ojos y apretó los puños en la sábana. No
era suficiente; se agarró a sus hombros, pero acabó hundiendo los dedos
en su pelo. Él gimió.

"Joder" se movió para besarlo con torpeza, y sus movimientos perdieron


fuelle. Gruñó algo en voz baja; parecía casi tranquilo. Su respiración era
tan profunda que su pecho tocaba el suyo cuando inspiraba. Louis gimió
en su boca. No iba a durar, pero no era capaz de decírselo.

"Más" articuló al final, con su frente sobre la suya "rápido"

Por alguna razón, sus palabras parecieron enfurecerlo; sus movimientos


se volvieron bruscos, y sus gemidos se convirtieron en gruñidos. Se
agarró a los barrotes de la cama con una mano y la usó para darse
impulso, y Louis tuvo que aferrarse a él para que el movimiento no lo
arrastrase. Se le escapaba el aliento de los pulmones con cada embestida,
el placer era casi insoportable, y el hormigueo de su estómago ahora lo
llenaba cada vez más, lo inundaba, seguía creciendo...

Dos empujes más, y Harry gimió algo que no pudo entender antes de
enterrarse en él. Louis sintió una deliciosa corriente eléctrica
atravesándolo; abrió la boca, pero no fue capaz de emitir ningún sonido.

Se derrumbaron al mismo tiempo, un lío de brazos y piernas en la cama.


Sentía su rostro hundido en su cuello, su pelo por todas partes. Sólo oía
sus jadeos; los dos sonaban ahogados mientras recuperaban el aliento.

"Dios." él se reía sin aire; un movimiento con las piernas y lo hizo dar un
respingo "Ahora sí que no me duele nada"

Louis no se movió; sus oídos se destaponaron de repente. Al parecer, el


teléfono de Harry estaba sonando. No recordaba haber oído el principio
de la melodía; la oyeron hasta el final.

Ninguno de los dos se movió durante un buen rato, pero Harry acabó
emergiendo para separarse de él y levantarse. Ni siquiera se movió, el
frío que lo invadió allí donde perdió el contacto con su piel cálida no duró
mucho. La cama cedió suavemente bajo el peso de Harry casi al instante.

Louis abrió los ojos. Se encontró con los suyos, brillantes y oscuros. Se
quedó mirando los pequeños movimientos de sus pupilas, embobado.

"La primera vez que te vi" tenía la voz gastada y le dolía ligeramente la
garganta "Llevabas gafas de sol. Pero aun así estabas guapísimo"

Harry sonrió.

"Era un día malo. Por eso las llevaba"

Calló.

"¿Por eso fuiste un imbécil conmigo?"

"Por eso y porque no quería cagarla. Cuanto menos hablo con los clientes,
menos posibilidades hay luego de que le digan al viejo que soy un..." se
frotó los ojos con las manos "Bueno, ya sabes."

Asintió. Harry recorrió su hombro, su brazo y su cintura con la yema de


un dedo.

"La primera vez que yo te vi, fue en una foto" admitió "Y supe que tenía
que fotografiarte a ti"

Louis se estiró para besar las comisuras de sus labios.

"¿Todavía te duele?"

Él lo miró.

"No"

"¿Quieres que deje de preguntar si te duele?"

Harry sonrió.

"Sí, por favor"

"Vale"

Pero aguantó callado poco más de un minuto.

"Tienes que volver al tratamiento, Harry. No puedes seguir así"

Harry frunció el ceño.

"¿Crees que no lo sé? ¿Con qué pretendes que lo pague?"

Torció el gesto.

"Tu jefe te paga menos de lo que debería porque te tiene viviendo en el


estudio. Ven a vivir conmigo"

Harry negó con la cabeza.

"Estás loco. Y el viejo no va a soltar ni un duro más. Sabe que no tiene por
qué"

"Busca un trabajo mejor pagado"

"No hay mucho más en el mercado para mí. Soy fotógrafo, no stripper"

"Eres un buen fotógrafo. Los novios de la boda en la que nos conocimos se


quedaron impresionados"

"No es verdad. Vinieron al estudio a elegir las del álbum y lo criticaron


absolutamente todo"

"Sí, pero luego le dijeron a mi hermana que se habían quedado


impresionados contigo. Y mi hermana quería recomendarte a su vecina"

"Louis" Harry suspiró "Nadie me va a contratar. No puedo asegurar que


vaya a poder trabajar mañana, ni dentro de dos horas. No soy un
empleado rentable"

"Pues" Louis frunció el ceño "Monta tu propio estudio. Eres mejor que
cualquier otro fotógrafo."

Harry le sonrió como si fuese un niño pequeño intentando convencerlo de


que le comprase caramelos.

"¿Con qué dinero?"

Respiró hondo.

"Vende las fotografías"

"¿Qué fotografías?"

"Las mías"

"Tenemos un contrato de confidencialidad..."

"Renunciaré a él"

"Eso no significa que pueda" Harry se pasó una mano por el pelo, pero
parecía estar pensando. "Aunque ganase algo, el viejo tendría derecho a
cobrar el premio"

"¿Qué? Todos los premios de fotografía que tiene el estudio los has
ganado tú"

"¿Cómo sabes tú eso?"

"Me lo dijo Aaron"

Harry suspiró.
"El dinero se lo queda el viejo. Soy su empleado"

"Eso no es justo"

"No he dicho que lo sea. De todas formas, ganar uno de esos premios es
prácticamente... azar. Es una posibilidad entre un millón. Y si gano algo,
se lo quedará él"

"No vas a contárselo"

"Tiene derecho..."

Alzó una ceja, enfadado.

"¿Sí? ¿Qué pone en tu contrato? ¿Lo pone al lado de la cláusula donde


especifica que no te paga la medicación que necesitas y que te prometió?"

Harry sonrió a su pesar.

"Eres mala gente"

"Él es mala gente"

"Si gano algo, querré pagarme la medicación con él. Para montar un
estudio tendría que invertir mucho. No podría ahorrar para el
tratamiento" hablaba en voz baja.

"Pero luego ganarás más, y ahorrarás más rápido. ¿Cuánto te llevará al


ritmo que llevas ahora?"

Harry calló.

Mucho. Lo veía en sus ojos sin que se lo dijera. Mucho tiempo ahorrando
para muy poco tiempo tratándose.

"Montar un negocio cuesta, Louis."

"Lo recuperarás. Te vas a llevar a todos los clientes del estudio viejo"

"Tienes demasiada fe en mí"

"Un estudio te dará más dinero del que nunca te dará él. Puedes vivir de
tu propio talento, no tienes por qué conformarte con la caridad de ese
imbécil"

"Ya lo sé"

Respiró hondo.

"¿Por qué no, Harry? ¿Por qué no lo intentas?"

Él no respondió. Sus brazos se ciñeron a su alrededor, y bajó la cabeza


para apoyarla en su hombro. Respiró hondo varias veces antes de hablar.

"Nadie ha cuidado nunca de mí" susurró. "No sé qué hacer contigo, Louis.
No sé qué hacer para que nunca te vayas"

Apretó los labios.

"No voy a irme" rozó la frente con la suya, y tomó nota mentalmente de
que ya no tenía fiebre. "Sabes que soy muy terco"

Harry sonrió.

"Sí. Es un alivio" Su teléfono empezó a sonar, pero agarró sus muslos


cuando intentó apartarse. "¿A dónde crees que vas?"

"¿No contestas?"

"Seguro que es el viejo. Que le jodan"

"¿Y si es importante?"

"Seguro que lo es" Harry recorrió con los dedos su tatuaje, sonriendo.
"¿Hablaste por teléfono mientras estaba tumbado?"

Asintió.

"¿Con quién?"

"No es importante" murmuró. Su mano cálida se instaló en su espalda


desnuda, y lo recorrió un escalofrío.

"Sí es importante. Ahora estás disgustado"

"No quiero hablar de eso ahora" murmuró. Harry lo besó en la mandíbula.

"¿Seguro?"

"Sí"

"Vale" se frotó las sienes un momento, y luego suspiró y se levantó "Tengo


que irme. Dios, voy a matar a ese viejo"

"Ni se te ocurra. La cárcel está a dos horas en autobús"

Harry torció una sonrisa. Empezó a vestirse.

"¿Vendrías a verme?"

Asintió.

"Te llevaría tabaco y cuchillos fáciles de esconder"


"Eres un pozo de bondad"

"Lo sé" le guiñó un ojo, y se levantó despacio para vestirse él también. Se


apoyó en la cama y probó a dar un paso; el dolor entre sus piernas era
soportable.

Tengo que comprar más lubricante. O preservativos más finos. O...

"¿Qué haces de pie? Me ofende verte caminar. ¿No lo he hecho bien?"


Harry sonaba tan sinceramente irritado que se echó a reír.

"Créeme, lo has hecho bien. Tan bien que necesito una ducha"

"Me siento mejor"

Se quedó quieto cuando vio que agarraba sus cosas.

"¡Harry!"

"¿Qué?"

"Ven a darme un beso"

"Oh" Harry dejó la mochila en el suelo de nuevo y se acercó. Sonrió,


dispuesto a ponerse de puntillas, pero no le dio tiempo; sus manos los
levantaron por los muslos y tuvo que agarrarse a sus hombros para no
perder el equilibrio.

Asintió.

"Esto sí que es una despedida" dijo, con tono serio, y él rió.

"Gracias"

"Estás mejorando" murmuró contra sus labios.

"¿Despidiéndome?"

"Como novio"

Harry lo besó una vez más antes de dejarlo en el suelo.

Su teléfono sonó. Lo alcanzó con el corazón latiéndole desbocado, pero no


era su madre. Era Zayn.

"Hola, Lou"
"Hola"

"¿Vas a volver a hablarme en algún momento de tu vida?"

"Claro que sí. En cuanto admitas que debiste decírmelo"

"Debí decírtelo. Lo siento. No quería que te acercaras más a él porque..."

"Porque se comportaba como un imbécil"

"Sí. Y no... no necesitabas esa clase de persona en tu vida en ese


momento, Lou"

"No" se frotó los ojos "una persona como Harry era justo lo que me hacía
falta. Me ha hecho darme cuenta de muchas cosas"

"¿Qué cosas?"

Cerró los ojos.

"Estoy enamorado de él"

"Ya lo sé"

Louis frunció el ceño. Para eso no estaba preparado.

"No voy a juzgarte, Lou. Ya estás rodeado de demasiada gente que te


juzga. Me niego a ser uno de ellos. Si tú eres feliz, para mí es suficiente"

Cerró los ojos.

"Gracias"

"¿Vas a hablar con tu madre?"

Se mordió el labio inferior.

"No lo sé. No me ha llamado"

"Ni tú a ella"

"No tengo ganas de llamarla. Quiero que... me llame y me diga lo que sea.
Yo ya dije todo lo que tenía que decir"

"¿Cómo está Harry?"

Frunció el ceño.

"Jodido"

"¿Por qué no se medica?"


"Porque es caro. Su jefe se la pagaba, pero ya no"

Zayn suspiró al otro lado de la línea.

"Me odias, ¿verdad?"

"No"

"Claro que sí. Y con razón"

Sonrió.

"Te echo de menos"

"Y yo a ti, idiota. ¿Qué puedo hacer para que me perdones?"

"Aceptar a Harry. No, espera. Quiero detalles sobre ese novio tuyo"

Lo oyó suspirar.

"Está bien. Eres insistente"

"Eso me han dicho. Ven a cenar hoy"

"¿Chino?"

"¿Existe otra clase de cena?"


Flash

Hacer la compra había cambiado bastante los últimos meses.

Ya compraba los fideos instantáneos que él odiaba. Ni pan; Harry insistía


en aparecer con él todos los días. Ni cervezas, porque Harry había dejado
el alcohol definitivamente y no quería tentarlo.

Ahora compraba café. El suavizante de etiqueta verde que le gustaba oler


en sus camisas. Y preservativos; muchos. Demasiados, incluso pagándolos
a medias.

Ahora le gustaba hacer la compra. Le gustaba que Harry se quejase al ver


las bolsas de fruta. Le gustaba que insistiese en hacer él la comida, que
apareciese con carne, con pescado fresco, proclamando que Louis se
moriría en menos de dos meses si seguía alimentándose a base de fideos
instantáneos. Le gustaba que comprase cosas antes de que se acabasen y
ver su letra en la lista de la compra.

Llegó a la parte de los lubricantes. Llamó a Harry.

"Buenos días, putita"

"Tenemos que hacernos pruebas" dijo, frotándose los ojos.

"Uh. ¿Qué pruebas?"

"Unas de sangre. Que nos digan que estamos sanos y..."

"¿De sangre? ¿Para eso hay que pincharse?"

"...Claro. ¿De qué otra forma...?"

"Olvídalo. A mí no me metes en la misma habitación que una aguja"

"¿Qué clase de machito eres? ¿Te da miedo un pinchazo?"

"Soy una caja de sorpresas. No soporto las agujas."

"Harry, si nos hacemos las pruebas, podemos hacerlo sin preservativo.


Gastamos más en eso que en comida"

"Después de que me pinchen, tendrás que hacerlo con mi cadáver."

Puso los ojos en blanco.

"Bueno, si no quieres, no pasa nada. Yo me las haré de todas formas.


Podemos tener menos sexo, controlarnos un poco."
Esperó unos segundos. Sonrió al oírlo respirar hondo, exasperado.

"Está bien." gruñó.

"Gracias" canturreó "¿Tienes algo en contra del sabor a piña?"

"¿Vas a saber como un piña colada?"

"Probablemente"

"No soy un gran fan"

Puso los ojos en blanco.

"¿Cuál te gusta, listillo?"

"Nunca he probado esa mierda. ¿Qué hay?"

"Eh..." echó un vistazo a la colorida fila de lubricantes. "Chocolate, uva,


cereza, fruta de la pasión..."

"Chocolate"

Arrugó la nariz.

"No, hazme caso, no está muy conseguido"

"Compra el que sea, putita"

"Hay demasiados" se quejó.

"Sigue buscando. Si encuentras algo que te haga saber a coca cola,


tendré que casarme contigo"

Louis se quedó callado. Se notó enrojecer.

Quería responder algo sarcástico y romper el silencio, pero no se le


ocurría absolutamente nada.

"Buscaré" tartamudeó al final. Colgó.

Fue entonces cuando la vio.

Lo primero que vio fueron sus ojos brillantes, azules.

Los había heredado de ella.

Después, el vestido. Llevaba un vestido largo y amplio, de flores azules. El


pelo recogido en la coronilla con una pinza. Agarraba una cesta llena de
cajas de cereales de colores.

Todavía no lo había visto. Louis temblaba.


"¿Mamá?"

Olía bien cuando llegó a casa. No veía a Harry, pero oía ruido en la
cocina. Lo observó desde el umbral de la puerta; él se giró para guiñarle
un ojo.

"Hola. ¿Cómo de importante crees que es echarle sal a la lasaña?"

Abrió la boca para decir algo, pero las palabras se le atragantaron.

Harry dejó la espátula. Frunció el ceño.

"Todavía puedo echársela ahora." ofreció, inseguro.

Asintió. Echó a andar por el pasillo; oyó sus pasos tras él.

"Oye, no tienes que comértelo para no herir mis sentimientos o alguna


mierda así. Podemos pedir unas de esas pizzas grasientas que te gustan"

Soltó una risa seca. Se sentó en el borde de la cama y hundió el rostro


entre las manos.

"Louis" Harry estaba en la puerta. "¿Ha pasado algo? ¿Estás bien?"

Se notó negar con la cabeza.

"No, no mucho" buscó a su alrededor algo con lo que secarse las


lágrimas; no había nada. Sólo había libros esparcidos por los estantes,
ropa, la mochila de la cámara de Harry.

"Eh" la cama cedió bajo el peso de Harry a su lado, y sus brazos lo


rodearon; se dejó. "Louis. ¿Quieres que me vaya?"

"No" dijo al instante, con la voz pastosa por las lágrimas que ya le
anegaban los ojos. Se aferró a su antebrazo. "No"

"Dime qué ha pasado. ¿Estás bien?"

Se movió para apoyar la mejilla en su pecho.

"He visto a mi madre" susurró. Harry se tensó.

"¿Qué? ¿Dónde?"

"En el supermercado"

Lo notó tragar saliva.


"¿Has hablado con ella?"

"No" tenía la garganta dolorosamente cerrada "no... hemos hablado."

"¿Cómo?"

"Fingió no verme y desapareció"

Harry bajó la cabeza para presionar los labios en su coronilla.

"Oh, Louis"

Se dejó arropar entre sus brazos; cerró los ojos y respiró hondo.

"Sabía que esto podía pasar" susurró "Lo sabía y lo asumí cuando salí del
armario"

"Lo sé"

"Pero en el fondo, siempre pensé... siempre pensé que acabaría


aceptándolo. Monté un escándalo" dijo con aspereza "Le dije que me
llamase cuando estuviese dispuesta a aceptarme. Debería haber captado
la indirecta cuando no me llamó"

"Louis. Ahora crees que la necesitas, pero no es cierto. Puedes vivir con
ella. Estás mejor sin una madre que no está orgullosa de quién eres"

Lo miró. Se secó las lágrimas con el ceño fruncido.

"Bueno, mírate. Hace unos meses ni siquiera habías admitido que eras
gay"

Harry sonrió.

"Ése es el efecto que tienes en la gente"

"¿Los vuelvo gays?"

"Les enseñas a aceptar la realidad"

Movió la cabeza.

"Pues no ha funcionado con mi madre"

"Dale tiempo. Conmigo también te llevó tiempo"

Esbozó una sonrisa.

"¿Y ahora, qué?"

Harry se encogió de hombros.


"Ahora sigues adelante. Sigues trabajando. Sigues buscando la vida que
quieres. Puede... puede que tu familia no quepa en tu vida ya. Puede que
tenga que hacer espacio para otras cosas geniales que habrá en tu vida"

"¿Como qué?"

"Todavía no podemos saberlo. Ahí está el encanto"

Parpadeó. Fijó la mirada en sus ojos verdes, intensos. Convencidos.

"No te creía tan optimista"

Harry negó con la cabeza.

"Tengo experiencia" lo besó en la coronilla. "Vamos. Se va enfriar la


horrible lasaña sosa que he hecho"

"¿Que se giró?"

Asintió.

"Se dio la vuelta y se fue. Como si no me hubiera visto"

"No puedo creerlo. Simplemente... joder. ¿Tu hermana no estaba?"

Negó con la cabeza.

"¿Qué voy a hacer si nunca vuelve, Zayn?" murmuró "¿Qué pasa si ha


decidido que no le interesa tener un hijo como yo? ¿Qué pasa si no me
deja ver a mis hermanas?"

"No pienses eso. Tu madre no es una mala persona. Entrará en razón


tarde o temprano"

Negó con la cabeza.

"Mis hermanas podrían haber crecido ya para entonces"

"No puede apartarte de ellas, Lou"


"Sí que puede" tragó saliva. "No quiero ni pensarlo, pero puede"

"Todavía puede entrar en razón"

"Ya no sé si quiero que lo haga"

"¿Qué dijo Harry?"

Gruñó.

"Me abrazó. También intentó convencerme de que puedo vivir sin ella"

Él puso los ojos en blanco.

"¿Hay algún oscuro pasado relacionado con su madre que no ha


superado?"

"Tiene muchas cosas que superar" dijo con sarcasmo "Las agujas están
entre ellas"

"¿Os hicisteis la prueba?"

"¿Sabes lo caros que están los condones? La pregunta es por qué no has
obligado a Liam a hacérselas"

"Se las hace todos los meses. Controlan a todos los enfermeros. ¿Se
desmayó?"

"No. Se hizo el duro delante de la enfermera, pero casi me rompe la


mano. ¿Es enfermero? Eso no me lo habías contado"

Zayn asintió.

"Es un maldito ángel. No sé qué hace conmigo" admitió.

Sonrió.

"¿Lo has tatuado ya?"

Negó con la cabeza.

"No quería tatuarse" admitió "Sólo lo hizo para hablar conmigo"

"¿Iba a hacerse un tatuaje que no quería sólo para hablar contigo?


Entonces es amor"

Zayn rió. Meneó la cabeza.

"Se tatuará." aseguró "Lo convenceré."

"¿Le quieres?"
Él frunció el ceño.

"Bueno, sólo llevamos unos meses saliendo"

"Eso no es una respuesta"

Zayn bajó la mirada.

"Supongo que sí. ¿Cuándo deja de ser patético querer a alguien?"

Rió.

"No tengo ni idea"

"Tú y Harry ni siquiera hace un año que os conocéis" se defendió él "Y le


quieres. Y él te quiere a ti"

"¡No es verdad! ¡No se lo he dicho!"

"Louis. Te hace la comida. Prácticamente vive contigo. En cuanto le lavas


las camisas, estáis casados"

"Sólo lavo las camisetas que le robo para dormir" dijo con aspereza.

"Eso no mejora tu argumento"

"Y él hace la comida porque yo salgo tarde de trabajar, nada más"

Zayn asintió con indulgencia.

"Claro que sí. Y se ha tatuado porque le cuadraba cerca de casa"

"¿Qué?"

Zayn cerró la boca. Tenía los ojos muy abiertos.

"Mierda. No tenías que saber eso"

"¿Se ha tatuado?"

"No, no" Zayn alzó las manos "Se lo está pensando"

"Has dicho se ha tatuado. Acabas de decirlo. Literalmente"

"Quería decir..."

"¿Qué se ha hecho? ¿Dónde? ¿Cómo puedo no haberlo visto?" Hizo


memoria; Harry no tenía ningún problema en desnudarse. De hecho, la
mayoría de las veces la palabra adecuada era "entusiasmo". Y nunca
había visto... tenía muchos tatuajes, ¿cómo demonios iba a pararse a
mirar si había algo nuevo con sus manos ansiosas tirando de él?
"No, no pienso decirte nada. Me va a matar, hazte el favor de hacerte el
tonto cuando te lo enseñe"

"¿Entonces sí que se lo has hecho?"

"No. Vamos a cambiar de tema"

"¿Se ha tatuado mi nombre o una horterada así?"

"¡Cállate ya! Yo no he dicho nada, ¿me oyes?"

"¿Pero tú cuándo hablas con Harry? ¿Sois amigos o no? ¿Se lo hiciste tú?"

"¡Louis!"

"No me puedo creer que lo haya hecho." Se pasó una mano por el pelo
con nerviosismo "Ay, dios, está loco. ¿Qué ha hecho?"

Zayn clavó en él una mirada asesina.

"Cierra la boca" advirtió "O te mataré"

Frunció el ceño.

"No puedes matarme. Soy adorable"

"Puede que eso funcione con Harry, pero yo soy tu mejor amigo y sé
perfectamente la perra que puedes llegar a ser"

Cerró la boca.

"Me caes mal" escogió decir, airado.

Louis llamó a Harry con los dos sobres abiertos todavía esparcidos por la
mesa.

"Estamos sanos" canturreó. "Podemos olvidarnos de los condones"


"Dios, me hacía falta una buena noticia. Puedo estar ahí en media hora"

Contuvo la risa.

"¡Me tengo que ir a trabajar! Te lo dije ayer, ¿tienes el cerebro en el


pene?"

"No lo sé. ¿No sale en los análisis?"

"Lo que sale es que tienes un poco de colesterol. Voy a hacerte más
verduras"

Lo oyó reír.

"No me jodas, putita"

"Voy a pasar la tarde con Zayn. ¿Quieres venir a comer?"

"Después de eso, no"

Rió.

"Genial, comeré solo"

"No. Me... arriesgaré."

Rió.

"Voy a hacer verduras" advirtió.

"Me arriesgaré" repitió.

Pero apareció sonriente, y lo besó en los labios, y dejó una barra de pan
sobre la mesa.

"He tenido la peor mañana de mi vida. Dime que hay algo más que las
verduras"

"Siéntate" rió. "¿Qué ha pasado?"

"Nada. Sólo la peor novia histérica del mundo. Dios, las novias son las
peores. Estás tres horas oyendo exactamente cómo lo quieren todo y
cuando lo consiguen, deciden que querían otra cosa. Y la culpa es tuya"

"¿Cómo consigues no mandar a la mierda a todo el mundo? No eres la


persona más paciente que conozco"

"Respiro hondo y pienso en mi cuenta bancaria"

Rió.

"Necesitamos empezar a robar bancos" opinó.


"Vaya que sí. Y rápido."

Lo observó devorar las verduras a la plancha durante un momento.

"¿Te duele ahora?"

Harry negó con la cabeza.

"No, no mucho"

"Harry"

Él levantó la mirada.

"¿Hm?"

"Yo" cogió aire "Yo tengo dinero ahorrado"

"Louis."

"Sé que podrás devolvérmelo. Confío en ti, si tienes tu propio estudio


podrías..."

No siguió. La expresión de Harry había cambiado.

"No acabes esa frase, Louis. No digas ni una palabra más"

"Escucha..."

"Escúchame tú a mí" Harry dejó el tenedor y alargó los brazos para tomar
sus manos entre las suyas "Eso" dijo con lentitud "no va a ocurrir. Nunca.
Deja de pensar en ello y ocupa tu cabecita con cosas más útiles"

"Per..."

"No" lo cortó él "No estaba dando pie a un debate. Fin del asunto"

"Necesitas salir de ese lugar, Harry"

Él asintió.

"Y saldré." aseguró "ahorraré el dinero"

"¿Cómo?"

"Puenteando al viejo. Es ridículamente fácil"

Meneó la cabeza con tristeza.

"Vas a meterte en un lío"

"Oh, vaya. ¿Qué va a hacerme? ¿Encerrarme en un almacén y pagarme


una mierda?" Harry dejó caer el tenedor y lo miró con una exagerada
expresión de sorpresa. "Oh, espera"

Puso los ojos en blanco, pero Harry parecía malhumorado y pensativo


cuando lo miró de nuevo.

"¿Qué pasa?"

"¿Te molesta?"

"¿...El qué?"

"Que yo sea" Harry tragó "que yo sea un... una mierda de la calle. Que no
tenga dónde caerme muerto y que dependa del viejo para vivir. ¿Te
molesta? Puedes decírmelo"

Louis parpadeó.

"¿De qué coño estamos hablando, Harry?"

Él abrió los brazos.

"A tu madre no le ha gustado que salgas con alguien sin futuro. Y ahora
no te habla"

"A mi madre no le ha gustado que salga con alguien con pene" puso los
ojos en blanco "Ni siquiera estábamos juntos cuando salí del armario. Por
favor, no seas egocéntrico. No todo se trata de ti"

"¿Crees que si hubieras aparecido con aquel imbécil rico de la boda


habría reaccionado igual?"

"¡Pues claro que sí! Esto es homofobia, no lucha de clases. ¿Quieres dejar
de intentar que esto sea una cuestión de a qué te dedicas? A mi madre no
le importa, a mí no me importa, a nadie le importa. Eres el único al que le
importa. Además, todo el mundo sabe que los fotógrafos son sexys"

Harry cerró la boca. Parecía casi complacido.

"Lo siento" dijo, volviendo a mirar la comida.

"Pues haces bien en sentirlo. Harry, ¿te importa Bradley?"

"Sí."

"¿Por qué?"

"Dijiste... dijiste que aún estabas enamorado de él"

Louis parpadeó.

"Eso fue hace meses, y ni siquiera era cierto entonces. Sólo estaba
herido"

Él se encogió de hombros.

"Lo dijiste" murmuró. "Él todavía te llama"

"No quiero oírlo"

Harry suspiró y asintió. Louis alargó la mano para acariciar su mandíbula.

"Estoy enamorado de ti." dijo en voz alta "Creía que lo había dejado claro"

Él se aferró a su muñeca. Besó la palma de su mano, pero no dijo nada.


Louis sintió un río de chispas dentro de su pecho al verlo acurrucado
contra su mano demasiado pequeña, con los ojos cerrados.

"¿Estás saliendo conmigo y creías que seguía enamorado de mi ex? ¿Qué


estás haciendo con tu vida, Harry?"

"No tengo ni idea, putita. Sólo te estoy siguiendo." Harry hablaba con
tanta calma que resultaba casi gracioso. Pero Louis no tenía ganas de
reírse.

"¿No confías en mí?"

Harry suspiró.

"Confío en ti" murmuró "Pero... tengo miedo."

"¿De qué?"

"De que subas el listón. De que te marches"

Suspiró.

"Eso no va a pasar"

"Dame una garantía"

Alzó los brazos.

"¿Qué quieres?"

"¿Para qué estás ahorrando?"

Parpadeó.

"¿...Qué?"

"Cuéntamelo. Dime para qué ahorras tan desesperadamente"

Frunció el ceño.
"Yo no..."

"Oh, por favor. Apenas gastas nada. Vives en este piso. Tienes dos
trabajos. Estás ahorrando tanto como yo"

Respiró hondo.

"Me gustaría montar mi propio negocio"

"Un bar"

"No, ¿quién ha dicho eso?"

Harry se encogió de hombros.

"Te gustan los bares. Trabajas en dos, está claro que ambos jefes te
explotan, y nunca te he oído quejarte"

"No, yo quiero una cafetería. Gay"

Harry soltó una carcajada.

"¿Una cafetería gay? ¿Eso existe?"

"No"

"No lo entiendo"

"Sólo hay bares gays. Sitios para salir de madrugada, con alcohol y
cuartos oscuros. Eso es todo lo que tenemos. Quiero algo que no sea
grotescamente... sexual. Quiero un sitio donde la gente pueda sentirse
cómoda y que no huela a alcohol y lubricante barato. Quiero un sitio
donde la gente pueda conocerse y verse la cara." Se sintió enrojecer
mientras hablaba, pero Harry lo observaba con atención. "Bueno. Ya sé
que suena estúpido, pero es lo que quiero... Es lo que siempre he querido.
No es que no me gusten los bares gays, es que siempre están... orientados
al sexo. Y eso no es todo lo que mucha gente gay quiere. No es lo que yo
querría"

"Estoy muy enamorado de ti."

Calló. Harry se pasó una mano por el pelo.

"Estoy muy enamorado de ti. Dios, estoy jodido contigo."

Louis sonrió despacio. Quería besarlo, pero Harry no parecía haber


acabado. Lo dejó hablar.

"Un día voy a tener dinero y me voy a medicar y voy a volver a ser una
persona útil. Y voy a comprar una casa donde quepamos en la cama, y uno
de esos trajes de ejecutivo estúpido" prometió.
Rió.

"Te quedaría muy bien" deslizó las yemas de los dedos por su camiseta.

Harry sonrió.

"No. Un traje para ti."

"¿Para mí?

"Putita, el día que yo me ponga un traje será el día que me metan en una
caja de madera para ir a ver a Jesús"

"No creo que quiera recibirte con ese lenguaje"

"No tengo prisa" Harry hundió la nariz en su hombro. "Ahora no"

Esta vez sí que lo besó.


Flash

Louis no tenía un plan.

Todavía no había encontrado el tatuaje que Zayn había descubierto sin


querer. Pero tampoco había tenido demasiadas oportunidades: Harry
tenía el doble de trabajo últimamente. No rechazaba a nadie, estrujaba
horarios y hacía hueco para más clientes, volvía agotado y ya se había
vestido cuando Louis se levantaba.

Pero ese día, Harry había acabado milagrosamente temprano, y había


aparecido con las gafas de sol puestas y gestos cansados. Estaba sentado
en el sofá, leyendo, y Louis no sabía qué decir.

"Voy a darme una ducha" acabó diciendo en voz alta. Harry asintió, sin
apartar la mirada del libro.

"Vale"

Louis lo miró desde el umbral de la puerta. Se mordió el labio inferior.

"¿...Me ayudas?"

"¿A ducharte?

"No. Quiero decir que si vas a acompañarme..."

Harry negó con la cabeza delicadamente.

"Hoy no, Lou"

Se mordió el labio inferior. Lo examinó en busca de lo que ya sabía


buscar; los ojos un poco hundidos, la palidez de sus mejillas, el brillo
febril en sus ojos.

Le duele.

"Vale" se inclinó para besarlo "me ducho rápido y nos vamos a la cama"

"Es temprano..."

Se encogió de hombros.

"Estoy cansado" sólo era una mentira a medias, pero sabía que necesitaba
tumbarse a oscuras, y que era demasiado terco como para admitirlo.
Tendría que arrastrarlo. "Acuéstate, iré enseguida"

Humedeció una toalla antes de entrar en el dormitorio. Había aprendido a


moverse por él a oscuras para no obligarlo a encender la luz cuando
llegaba tarde de trabajar.

Buscó sus rizos a tientas, y le puso la toalla en la frente sin decir nada.

Se tumbó a su lado; apenas había espacio, pero un brazo lo ciñó a él.


Harry lo besó en la sien.

"Gracias"

"Tengo que comprar una cama más grande"

"No. ¿Qué excusa pondré entonces para sujetarte así?" sonaba


somnoliento, pero sabía que no iba a dormir.

"Estás trabajando demasiado. Y te va a pasar factura"

Lo oyó suspirar.

"Ahora no, Louis."

"Tienes que bajar el ritmo."

"Estoy ganando muchos clientes."

"Y estás destrozándote a cambio. Estás peor últimamente, ¿crees que no


me doy cuenta?"

"Estoy bien. Ya estaba jodido antes de trabajar más"

"Sí, pero trabajar más no te está haciendo bien"

"Put..."

"Por favor, Harry"

Lo oyó resoplar.

"Vale. Vale. Mandaré a tomar por culo a alguien de vez en cuando"

"Quizá darles tu tarjeta y explicarles amablemente que tu agenda está


ajustada porque eres un fotógrafo fantástico"

Lo oyó gruñir.

"También podría hacer eso"

"Gracias" se acomodó mejor contra su costado, apoyando la mejilla en su


pecho. Le gustaba oír cómo se ralentizaba su respiración poco a poco;
Harry le frotaba la espalda en movimientos tan lentos que se quedaba
dormido enseguida.
Harry estaba en el salón cuando se levantó, revisando una carpeta llena
de fotografías en blanco y negro.

"Esa camiseta es mía" dijo por todo saludo.

"Era" lo besó en los labios. "Gracias"

Él parpadeaba.

"Me... gustaba" dijo despacio.

Asintió con indulgencia.

"Lo siento en el alma" entró en la cocina para hacerse un té, pero ya


había una taza humeante sobre la encimera. La agarró con una sonrisa, y
lo dejó en la mesa del salón antes de encaramarse a su regazo. Harry dejó
la carpeta a un lado con calma, y aseguró sus piernas para que no
resbalase.

"Cada vez que haces la colada me desaparece algo" murmuró.

Louis asintió con indulgencia. Le dio un largo trago al té.

"Deberías comprar más ropa"

"Me gustaba ésta..."

"¿La quieres?"

Harry frunció el ceño.

"No" gruñó. "Te queda mejor que a mí"

"Me queda grande"

"Sí, por eso"

"¿Has dormido?" lo besó en la sien. Era una buena forma de comprobar


disimuladamente de que no tenía fiebre.

"Sí. Estoy mejor"


"¿Qué es eso?" Harry siguió la dirección de su mirada.

"Es una sesión de hace un par de semanas. La chica no quedó contenta


con una... ni siquiera sé cuál es"

"¿Es porque es fea?"

"No" Harry recorría su hombro con los dedos; suspiró "Son de una pedida
de mano y dice... que no se ve bien el anillo"

"Debería haber comprado uno más grande"

"Son basura. Tengo que fotografiarte a ti. Hace demasiado tiempo que no
te saco fotos. ¿Por qué no salimos mañana?"

"Ni lo sueñes. Mañana es mi día libre y pienso dedicarme a dormir y


recibir sexo oral"

Su risa lo sacudió.

"Tomo nota"

"Ibas a fotografiarme la semana pasada. ¿Recuerdas cómo acabó?"

"No deberías haberte puesto esos pantalones" dijo él con ligereza. "No fue
culpa mía"

"No tengo tiempo, y tú tampoco"

"Lo haremos aquí. Es donde estás más cómodo"

"Esta casa no sirve para fotografiar, Harry."

"¿Pero qué dices? En todas las categorías de fotografía hay un "denuncia


social". Luego decimos que las hemos sacado en un edificio de los barrios
bajos de Ucrania"

Rió.

"¿Eso vende?"

"Claro. El morbo mueve el mundo. Créeme, algún día me pagará el


tratamiento"

Louis sonrió, pero no dejó de observarlo mientras escrutaba las


fotografías con el ceño fruncido.

"Harry."

"¿Hm?"

"Necesitas ese tratamiento porque tienes dolores. Y porque eso interfiere


en tu vida. Y nada más. Lo sabes, ¿verdad?"

Él parpadeó.

"¿De qué hablas?"

Louis cogió aire.

"No vas a tomar las pastillas porque seas un inútil. No eres una persona
menos importante. No eres alguien prescindible. No eres un pobre
enfermo que necesite compasión. Vas a tomar las pastillas porque te
facilitarán la vida y te evitarán dolor."

Harry lo besó, inesperadamente y sin esperar a que respirase.

"Necesitaba oír eso" admitió, sin soltar su cintura "siempre... siempre


dices lo que necesito oír."

Asintió.

"Puedes seguir alabándome luego" murmuró "he comprado lubricante


sabor coca cola"

Lo oyó reír.

"Ven, vamos a probarlo" lo siguió hasta el dormitorio y lo rodeó con los


brazos desde atrás para hacerle cosquillas. Louis rió; miraba la
destartalada silla que había en un rincón de su habitación; había unos
vaqueros de Harry encima, recién lavados. Sobre la silla, un estante
repleto de libros con las tapas desgastadas. Había dejado un objetivo de
su cámara sobre ellos; uno que nunca usaba. No le gustaba demasiado;
gruñía algo sobre el gran angular, captaba mal la luz...

Harry le mordisqueaba los hombros a través de la ropa, todavía


haciéndole cosquillas. Se retorció automáticamente contra él. Había
dejado la toalla húmeda sobre la mesita de noche. Justo encima del libro
que Louis estaba leyendo; Harry lo había traído desde el estudio.

La habitación entera estaba llena de cosas, como todo su apartamento.


Pero ahora parecía verlas por primera vez.

El apartamento estaba lleno de Harry, de su cámara, sus carretes de


revelado, su ropa gastada y sus cajas de aspirinas. Sus libros estaban
mezclados. Su ropa se apilaba sin separar en el armario entreabierto.

Se sentía bien.

Giró la cabeza.

"Harry" murmuró. Él todavía estaba presionado contra su espalda, sus


dedos tanteando a ciegas en su pecho para desabrocharle la camisa.
"Harry"

"¿Hm?" Consiguió abrirla y tiró de ella hacia abajo para quitársela. Sus
labios calientes estaban en la piel de su cuello antes de que pudiese darse
cuenta.

"Para"

"Escucha" Harry la había tomado con el cierre de su pantalón y no


parecía tener demasiado éxito; bajó la mirada para ver sus dedos tropezar
con el botón, inútiles. "Si tu jefe te echa la bronca por llegar tarde, iré
contigo la próxima vez"

Louis cerró los ojos.

"Quiero que vengas a vivir conmigo" exhaló.

Harry se quedó quieto.

Se había quedado inmóvil a sus espaldas. Se giró para mirarlo; todavía


tenía sus manos enredadas en el cierre del pantalón. Estaba tan quieto
que parecía congelado, pero sus iris lo siguieron cuando se movió.

"¿Quieres que yo... viva aquí?"

Se encogió de hombros.

"Ya vives aquí" señaló su camiseta arrugada en un rincón, el objetivo


sobre el estante. "Y me gusta. Me siento bien. ¿Tú te sientes bien?"

Harry sonrió blandamente. Sus manos subieron para ceñirse a su cintura;


el aire se sentía tibio entre ellos.

"Nunca me he sentido mejor"

"¿Dónde está el problema?"

"No quiero molest..."

"Pero si ya duermes aquí. ¿Cuándo fue la última vez que fuiste a dormir al
estudio?"

"Sí, pero ahora puedes echarme"

Puso los ojos en blanco.

"Cocinas. Lavo tu ropa. Compras el pan. Tienes una llave. Duermo con tus
camisetas. Lo único que va a cambiar es que puedes dejar de dar tumbos
entre el estudio y aquí"

Harry bajó la mirada.


"¿En serio me quieres aquí todos los días?"

Puso los ojos en blanco.

"Claro que sí" lo besó en la mejilla, y él sonrió, relajado al fin.

"¿Puedo traer el resto de los objetivos?"

"Claro"

"¿Y los libros?"

"Siempre caben libros aquí."

"¿Qué hacemos con el armario?"

"Entrará mucha más ropa en él cuando empecemos a doblarla"

Harry aún sonreía.

"¿Alguna vez has desistido de algo?"

"Nunca en mi vida" tiró de él para besarlo. Hizo un puño en su camiseta


en cuanto se separaron. "Harry"

"¿Hm?"

"¿Cuándo piensas decirme que te has tatuado?"

Lo oyó tragar saliva.

"¿Qué?"

"Ya sé que lo has hecho. ¿A qué esperas para enseñármelo?"

Harry se frotó los ojos.

"...Oh"

"¿Entonces es cierto? ¿Dónde te lo has hecho? ¿Cómo es posible que no te


lo haya visto?"

Harry le guiñó un ojo.

"Nunca has mirado bien, putita" meneó la cabeza "Ese cabrón. Me juró
que no iba a decir nada"

"¿En serio planeabas que Zayn te tatuase y no me lo contase? ¿Por qué no


fuiste a otro tatuador?"

"Porque quería que fuese igual"


"¿Igual?"

"Sí, claro. Ése era el objetivo"

"¿Pero igual a qué...?" Harry se estaba quitando la camiseta.

"Al tuyo" dijo con un gesto obvio. Se giró para enseñarle el hombro. Había
un arcoíris colorido grabado en su piel, idéntico al suyo. Louis lo rozó con
las yemas de los dedos; la piel todavía estaba ligeramente enrojecida. Aún
no había curado completamente.

"Estás loco" murmuró. "¿Has...?"

Harry sonreía cuando lo miró.

"¿Te gusta?"

Estaba sonriendo antes de darse cuenta.

"Te has tatuado un arcoíris" dijo, medio riéndose "¡Te has tatuado mi
arcoíris! Y cuando te conocí ni siquiera admitías que yo te gustase"

"Eso es mentira. Sabía que me gustabas desde el primer momento. Desde


esa puñetera foto"

"Tenemos que revelarla y colgarla por aquí"

"También podría tatuármela en la espalda"

Se echó a reír.

"A esto lo llamo yo progreso" murmuró.

"Louis, vas a encontrarte con mucha gente que te va a juzgar. Ya lo sabes.


Ya ha pasado. Pero ahora sabes que estoy aquí contigo"

Sonrió. Tenía un nudo en la garganta

"Me encanta." consiguió articular "Gracias"

"No lo he hecho sólo por ti. Lo he hecho por mí también"

Asintió. Le pasó una mano por el pelo.

"Lo sé"

"Estoy intentando ser... mejor" Harry respiró hondo para mirarlo "Porque
te mereces a alguien mejor"

Meneó la cabeza.

"Harry, eres lo mejor que he tenido nunca. Lo sé sólo con ver lo mucho
que te estás esforzando"

Él sonrió. Hundió la yema del dedo en uno de sus hoyuelos.

"Ya cambiarás de opinión. Ahora tenemos tiempo"

Asintió con condescendencia.

"Poco espacio, pero mucho tiempo"

Él rió de nuevo. Louis se quedó mirando los mechones rizos que se habían
salido de detrás de su oreja.

"Quiero que estés aquí, Harry" dijo en voz baja. "Tú y tus cámaras y tu
café y tus tatuajes. Me alegro de que Bradley me diera la patada. No
tendría nada de esto sin la zorrita de su secretaria"

Harry asintió.

"En navidad les mandaremos un christmas" dijo con seriedad, y se unió a


sus risas. Louis cogió aire profundamente.

"Te amo" murmuró.

Harry pareció atragantarse con su propia risa. Enlazó los brazos


alrededor de su cuello un segundo antes de oírlo responder en un
susurro.

"Y yo te amo más."


Flash

"No pienso ir"

Louis soltó una risa.

"Claro que vas" dijo con incredulidad "¿C-Cómo no vas a...? Es el premio
de fotografía más importante del país"

"Es un club de amiguitos que se lamen el culo entre ellos y pactan el


ganador del año siguiente con sobres llenos de dinero. Dame más pan."

Louis le tendió un trozo.

"Vas a ir. Y vas a llevar traje" afirmó con seguridad. Ignoró sus carcajadas.
"¡Harry!"

"No voy a ir. Del traje ya ni hablamos"

"Tarde o temprano tendrás que comprarte uno. ¿Y si nos invitan a alguna


otra cosa importante?"

Harry asintió con condescendencia.

"A mí la reina me invita todos los días. Pero nunca encuentro un hueco"

"Harry"

"¡Un traje es algo caro! Es tirar el dinero"

"Dos. Dos trajes. Yo tampoco tengo. Creo que Zayn tiene uno, pero no
creo que me sirva"

Harry lo miró sin dejar de masticar.

"...Ah. ¿Tú vienes?"

Lo golpeó en el hombro.

"¡Claro que voy! ¡Soy el modelo de la fotografía! ¡Soy el que quiso sacar
estas fotos! ¡Soy el que te obligó a presentarte! ¡No tendrías nada de esto
sin...!"

"Vale, vale" lo acalló él, poniendo los ojos en blanco. "Por mí, mejor. Va a
ser un aburrimiento. Podríamos follar en el baño si la cosa no se anima"

Lo miró.
"Es posible que te den un premio nacional y tú estás pensando en follar
en el baño. Muy lógico"

"Se nos da bien" Harry le guiñó un ojo exageradamente, y lo persiguió


cuando se levantó de la mesa con su plato ya vacío "¡Era una broma!
Vamos, ¿dónde está tu sentido del humor?"

Louis dejó el plato con brusquedad dentro del fregadero. Harry lo siguió y
dejó el suyo, mirándolo de reojo.

"¿Qué quieres de postre?"

"Un novio que se compre un traje"

Harry suspiró.

"No voy a llevar traje, putita"

Frunció el ceño.

"Uno que no sea muy formal..."

"No"

"Podemos pedírselo prestado a alguien. Liam es de tu altura, ¿no...?"

"Me pondré una camiseta sin agujeros si quieres"

"Vale, espera, ¿y si te pones sólo el pantalón del traje, con una camisa
normal? Sin corbata ni nada"

"Un vaquero negro y una camisa nueva y es mi última oferta"

Louis suspiró.

"Hecho"

Harry le abrió la puerta del copiloto. Todavía reía en voz baja cuando
arrancó.

"Louis, es la primera vez que me presento. El estudio tiene menos de un


año de vida. Era evidente que no iba a ganar"

Hizo una mueca.


"Me había hecho ilusiones" se quejó.

Harry se encogió de hombros.

"El nombre del estudio se ha oído, y eso era lo importante"

"Oh, hablas como un perdedor. Lo importante era ganar"

"Ya he ganado" Harry le guiñó un ojo. "Y eso que no hemos follado en el
baño. Podría haber sido una noche perfecta"

"Habríamos hecho un desastre. Vas de negro"

"Ropa que yo no quería comprar" gruñó él. Sonrió.

"Pero si te queda muy bien. En casa te lo demuestro"

Harry reía cuando aparcó.

"Me gusta cómo suena eso. ¿Me subes las gafas de sol? Mañana las
necesitaré"

Louis abrió la guantera.

"No, ahí no. Creo que están en el asiento de atrás, ¿puedes alcanzarlas"

Sus gafas no estaban, pero la guantera estaba a reventar de papeles


blancos, con matasellos negro de aspecto oficial. Las agarró con cuidado.

"Deja de enredar. Tengo ahí las cosas del seguro..."

"¿Qué son todos estos papeles? ¿Tienes las recetas de la medicación ahí
tiradas?"

"Nunca he perdido ninguna. ¿Qué haces? ¡No las desordenes!"

Ya tenía el fajo de hojas impresas en la mano.

"No podría desordenarlas más ni aunque quisiera"

"Trae. Las voy a meter en una carpeta"

Louis miraba la última receta.

"Esta es de principio del mes pasado. ¿No la renovaste este mes?"

"Si, claro."

"¿Y dónde está?"

"Yo qué sé. Me la habré dejado en el estudio"


"Nunca te dejas nada en el estudio"

"Louis" Harry agarró los papeles de entre sus manos "Sé dónde están mis
cosas. Tú tampoco eres la persona más ordenada del mundo"

Lo siguió cuando salió del coche. Sabía que no quería llevarlos a casa;
sólo quería sacarlos de su vista.

"No has comprado las pastillas este mes" dijo en voz alta, sorprendido e
indignado a partes iguales.

"¡Claro que las he comprado! ¿Crees que no soy el primer interesado en


tratarme las migrañas?"

"Creía que te iban bien. Harry, tiene que hablar con el médico si quieres
cambiar la medicación..."

"Louis, te estoy diciendo que sí las he pedido."

"Podrías desarrollar una enfermedad peor. O crónica. Podrías tener un


derrame o..."

"¿Pero tú me estás escuchando? ¡Que sí las he comprado!"

"¡Me estás mintiendo! ¡Si es que mientes fatal!"

"Dios" Harry se pasó una mano por el pelo "¿Podrías ser más
desesperante?"

"Dime por qué no te estás medicando"

"Me estoy medicando. ¿No confías en mí? ¿No me conoces lo suficiente?"

"Te conozco lo suficiente como para saber cuándo me estás diciendo la


verdad"

"Lou..."

"Dímelo"

Harry soltó el aire con brusquedad.

"¡Necesitaba el dinero!"

"¿Para qué? ¿Qué puede ser más importante que tu propia salud?"

"No... puedo decírtelo"

Soltó una risa amarga.

"Oh, ahora sí que la has cagado. Dime para qué necesitabas el dinero
ahora mismo"
Harry se mordió el labio inferior.

"Ahora no puedo decírtelo. Es una sorpresa"

"¿Una sorpresa que implica no medicarte? No, gracias. Dímelo"

"Louis"

"Harry" le sostuvo la mirada.

"¿Podemos entrar en casa, al menos?"

"No voy a entrar en ningún sitio hasta que no me digas..."

Sin mediar palabra, Harry se inclinó y lo agarró por la cintura. Se lo echó


al hombro con facilidad, ignorando sus puñetazos. Louis soltó un grito.

"¿Qué coño estás haciendo? ¡HARRY!"

Empezó a subir las escaleras. Le oyó hurgar en su bolsillo en busca de las


llaves; le arañó la espalda, retorciéndose.

"Voy a gritar" advirtió; tenía el hombro de Harry presionándole el


estómago y no tenía aliento.

"Oh, grita. ¿Crees que los vecinos no están acostumbrados a oírte?"

"¡SOCORR-...!" empezó a vociferar antes de que Harry consiguiera abrir


la puerta y dejarlo en el suelo. Louis se cruzó de brazos para mirarlo, con
el fajo de papeles bajo un brazo y las llaves todavía en la mano. Harry
cerró la puerta a sus espaldas con un pie.

"¿Estás listo para tener una conversación normal?"

"Estoy listo para oír una explicación"

Harry desapareció por el pasillo y volvió antes de que le diese tiempo a


seguir gritándole. Tenía algo pequeño y negro en una mano.

"Necesitaba el dinero para esto" era una caja; la abrió. Louis cogió aire.

"Osea que es verdad que este mes n..." había un anillo dentro de la caja.
Un anillo plateado, fino y brillante. "¿Qué dem-monios es esto?"

"Es para pedirte que te cases conmigo"

Lo miró, en blanco. Una parte de él esperaba que se echase a reír y


admitiese la broma; la otra luchaba por creerlo.

"¿...C-Cómo dices?"

Harry esbozó una media sonrisa. Parecía calmado, pero sus mejillas
estaban enrojecidas.

"Cásate conmigo"

Miró el anillo. Se lo arrebató.

Sintió la ira crecer en su interior.

"¿Has...?" paró para respirar. Blandió el anillo hacia él; Harry retrocedió
un paso "¿Has dejado de medicarte un mes para comprar un anillo? ¿Un
anillo?"

Harry parpadeó, aturdido.

"Bueno, es un anillo de pedida d..."

"¡Es la mayor estupidez que he visto en mi vida! ¿No podrías haber


ahorrado poco a poco como una persona normal? ¿No podrías haberlo
pedido prestado o...?"

"Vale, ahora sí que vas a asustar a los vecinos"

"Te estás jugando la salud, Harry. Creía que serías más responsable
después de tantos años"

Él asintió, respirando hondo. Le dio vueltas a la caja vacía entre los


dedos.

"¿Eso es un no?"

"¿Cómo?"

Harry bajó la cabeza para mirar la caja, y volvió a mirarlo a él.

"¿No... quieres casarte conmigo?"

"¡Claro que me casaré contigo, Harry!" gritó exasperado "¡Es que estoy
furioso!"

Él asintió de nuevo, despacio, con cautela.

"Vale"

"¡No me puedo creer que hayas decidido no medicarte un mes entero


para ahorrar para un puñetero anill...! Dios, es precioso"era
sorprendentemente pesado; brilló cuando lo movió. Se lo puso
experimentalmente; era su talla. Su mano se veía extraña con él puesto...
Volvió a la realidad bruscamente "¡Y si vuelves a tener dolores! ¡Llevas un
montón de meses estando genial y quieres tirarlo todo por la borda...!"

Harry parpadeó; parecía confuso.


"¿Pero... sí quieres casarte conmigo?"

"¡Claro que quiero! ¡Eres el puto hombre de mi vida! ¡Sólo deja que acabe
de gritarte!"

Él tragó saliva.

"¿Puedo abrazarte?"

"¡Sí! ¡Pero sigo enfadado!"

Harry reía. Lo estrechó contra él y lo besó en la coronilla.

"Vas a casarte conmigo" susurró. Se aferró a él, llenándose los pulmones


de su olor.

"Todavía estoy..." masculló contra el cuello de su camisa. "enfadado"

"Oh, vas a casarte conmigo" no parecía escucharlo; todavía se estaba


riendo.

"Sí" su risa era tan contagiosa que tuvo que echarse a reír también; apoyó
la cabeza en su hombro, pero enseguida se separó de él para mirarlo
"Tenemos que hacerlo con flores. Y tarta. Y..."

Harry asintió.

"Todas las mariconadas que tú quieras"

Se puso de puntillas para besarlo.

"En cuanto yo cobre, vas a ir a por el tratamiento de este mes" murmuró


contra su boca.

"Loui..."

"No estaba negociando"

Notó la vibración en su pecho cuando se rió.

"Vale, vale. Lo que tú quieras"

Tiró del cuello de su camisa para besarlo de nuevo.

Hizo la llamada mientras Harry convencía a su anciana vecina de que


nadie había sido asesinado en ese apartamento. Oía el murmullo en el
rellano; se acomodó mejor en su cama.

"Zayn, me caso. El muy imbécil de Harry me ha comprado un anillo"

"Suenas como la novia menos emocionada que he oído nunca"

"Ha decidido que comprar un anillo era más importante que pagar las
pastillas de sus migrañas. ¿Puedes creértelo?"

"Sí. Lo sé. Le ayudé a elegirlo"

"¿Tú lo sabías? ¿Por qué siempre te enteras de los secretos de mi novio


antes que yo? ¿Por qué no me lo dijiste, qué clase de amigo eres?"

"Disculpa que no te hayas estropeado tu pedida de mano, una de las


sorpresas más importantes de tu vida"

"Decidió no tratarse las migrañas este mes. Lleva unos meses genial, va a
trabajar todos los días y evoluciona bien, e interrumpió el tratamiento
para comprar un anillo, Zayn"

"Dijo que estaba bien. Que había consultado al médico y que no pasaría
nada por saltarse un mes..."

"¿Y qué sabrá ése?"

Zayn se quedó en silencio un par de segundos.

"Louis. Es neurólogo"

"Yo decido si pasa algo o no, que para algo me voy a casar con él" zanjó.
Se quedó callado después de eso.

Zayn tampoco dijo nada al otro lado de la línea.

"Zayn, me voy a casar con él" susurró.

"Sí, eso ya me lo has dicho"

"Pero es que no lo había asumido hasta ahora. Me voy a casar"

"Ya ibas a casarte. Tampoco es nada nuevo"

"No, pero ahora voy a casarme con Harry. Bradley era... el novio perfecto,
el ejecutivo con futuro, la clase de tío con el que tienes una casa de dos
plantas, piscina, un perro, dos niños rubios... Harry es el fotógrafo que me
tiré en la boda de mi prima"

"¿Tienes dudas?"

"No, claro que no. Quiero decir, sí. Pero no. ¿No?"
Lo oyó reír.

"Veo que lo tienes claro"

Miró hacia la puerta.

"Harry es imbécil, irresponsable, y maleducado, y grosero, y es la persona


menos romántica que conozco, y..."

"Romántico sí que es. Ha dejado la medicación para la que llevaba años


ahorrando para comprarte un anillo. Estuvo tres semanas buscando uno
perfecto"

"Eso es irresponsable, no romántico. No muevas las cosas de categoría"

Lo oyó reír.

"¿Entonces no te casas?"

"No, claro que me caso. Lo amo. Quiero estar con él el resto de mi vida"

"Eres tan absurdo como él. Vais a ser muy felices"

"Gracias" dijo con una amplia sonrisa, ignorando su sarcasmo. "Mira,


puede que esta no sea la vida con la que soñaba, pero es la vida que me
alegro de tener"

Zayn tardó en responder.

"Louis, ¿qué vas a hacer con tu familia?"

Tragó saliva. No había pensado en eso.

"Invitarlos" dijo al final, soltando el aire.

"Ya, pero..."

"Mi familia irá a la boda, Zayn" lo interrumpió con seguridad "Cuando


llegue el día, veré allí a la gente que realmente importa. No te preocupes
más por eso, yo no lo haré"

Harry volvió con expresión de fastidio.

"Esa mujer está mal de la cabeza. Te juro que un día va a tener un


accidente"

"Tengo que dejarte, mi futuro marido va a matar a la vecina de abajo"

"¿Vas a bajar el listón de abogado de éxito a convicto?"

Louis miraba a Harry quitarse la camisa.


"Es una mejora. Puedes creerme"

Zayn rió.

"Ven al estudio mañana, cuando acabes de trabajar. Tengo que felicitarte


como es debido"

"Vale."

Miró a Harry después de colgar.

"Tranquilo, le calculo pocos meses de vida. ¿Has visto el aspecto de sus


dientes?"

Él suspiró. Acabó de desnudarse y se dejó caer en la cama boca abajo, a


su lado.

"Tenemos que mudarnos, Lou. Podemos pagar un piso mejor"

"No, no podemos. ¿Te ha tocado la lotería y no me lo has contado?"

"El estudio va bien. Voy a pagar el local antes de lo que nos dijeron en el
banco"

"Eso es estupendo, porque tenemos que pagar el alquiler, tu medicación,


necesito seguir ahorrando para la cafetería..."

"Ya puedes abrir la cafetería. Puedes pedir un crédito"

"Aún estamos pagando el del estudio..."

"Acabando de pagar"

"Y la boda" lo miró "¿Tú sabes cuánto cuestan las bodas? No tienes ni
idea. Bradley y yo teníamos un presupuesto de unos..."

"Bradley era el típico imbécil que invita a quinientos invitados y les sirve
rabo de gamba estofado con caviar y champán"

"Vale, tampoco tienes ni idea de menús. Oh dios, voy a tener que


organizarlo yo todo"

Harry rió.

"Putita, invita a tus amigos, yo invitaré a los míos, firmamos un papel y


nos vamos a comer una hamburguesa. Es fácil"

"¿Una...?" Louis respiró hondo "Mira, no voy a discutir para no pedirte el


divorcio"

"Todavía no estamos cas..."


"Mi boda va a ser fantástica. Tiene que serlo, soy yo."

"Nuestra boda, put..."

"Escúchame" lo interrumpió "vamos a casarnos en un sitio precioso,


vamos a comer algo delicioso, va a ser el día más importante de nuestras
vidas, y vamos a ser muy felices. Así van a ser las cosas. ¿Queda claro?"

Harry hizo un saludo militar.

"¡Señor, sí señor!"

"Sólo necesitamos planificación" se obligó a respirar hondo "Y una libreta


de contactos. Y le pediré a mi hermana la tarjeta de un sitio al que fue con
sus amigas, tenían un salón enorme y precioso..."

"Creo que también necesitamos oxígeno para uno de los novios"

"Tienes que comprarte un traje. No hay negociación" lo interrumpió


cuando vio que iba a empezar a hablar. Harry fingió indignación.

"¡Pero si te iba a decir que sí!"

"Ah" Louis parpadeó. "Estupendo. Como habías dicho no sé qué tontería


de que sólo te pondrías uno para ir a ver a Jesús..."

"Bueno, tú también naciste el 24 de diciembre. Puedo conformarme"

Louis rió.

"Más te vale conformarte" lo corrigió, airado. Harry tiró de él hasta


acomodarlo entre sus brazos; pegó la espalda a la pared para hacerle sitio
y apagó la luz.

"¿Estás seguro de esto?" preguntó en un murmullo.

"Claro que lo estoy. ¿Tú no lo estás?"

"Acabo de demostrar que estoy dispuesto a ser decapitado para poder


pedirte en matrimonio. ¿Eso no te da una pista?"

"Oh, gallina. Si vas a casarte conmigo, necesitas aprender a soportar mis


gritos."

"No tengo nada en contra de tus gritos, putita. Ya lo sabes"

Louis trazaba líneas en uno de los antebrazos que lo rodeaba.

"Harry"

"¿Hm?"
"Es un anillo precioso. El más bonito que he visto nunca"

Lo oyó suspirar.

"Es lo que pude conseguir, Lou. Eres tú el que tendrá que conformarse"

"Jamás me he conformado con nada en mi vida. Me voy a casar contigo


porque eres la mejor opción que podría encontrar"

"Tenemos que hacerlo pronto, antes de que entres en razón" oía la sonrisa
en su voz; sonrió también.

"No. Tenemos que hacerlo bien, porque esto es lo que me merezco. Esto
es lo que he soñado siempre, lo que pensé que no tendría por mucho que
me esforzara, y no quiero olvidarlo nunca."

"No te preocupes. Algo me dice que haremos muchas fotos"

"No me refiero a la boda. Me refiero al resto de nuestras vidas"

Harry se movió para besarlo en la coronilla, en silencio.


"Prométeme sólo una cosa" la voz de Harry lo sobresaltó; ya lo creía
dormido.

Se acomodó mejor entre sus brazos, suspirando.

"¿El qué?"

"Tendremos la boda que tú quieras. Me pondré un traje. Haremos todas


esas tonterías que se hacen."

"Sí"

"Pero prométeme que iremos al baño a follar"

Louis se echó a reír. Se rió hasta que le dolieron las costillas, hasta que se
quedó sin aire, hasta que la débil luz que entraba a través de la ventana
se emborronó por sus lágrimas.

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