La Comunicación Es Cultura
La Comunicación Es Cultura
La Comunicación Es Cultura
La comunicación es quien transmite los distintos conceptos, valores, creencias, ideales, pensamientos,
etc., que resultan de la cultura
La comunicación es una actividad cotidiana inherente a los seres humanos y tan antigua como la vida en
sociedad, de ahí que resulte cercana al conocimiento común. Incluso antes de desarrollar el lenguaje oral,
nuestros antepasados primitivos ya se comunicaban de forma extraverbal. Asimismo, la comunicación se
configura en lo social y es un espacio de configuración de lo social. En los propios procesos
comunicativos la sociedad toma sentido a partir de la interacción entre los individuos y los entes que la
forman.
En el presente texto entendemos por comunicación al proceso humano en el cual los sujetos entran en
contacto mediante la interacción de significados. Proceso -al menos idealmente- dialógico donde se
intercambian constantemente los roles de emisor y receptor. Puede ser un fenómeno directo, el conocido
como «cara a cara», o puede estar soportado por plataformas tecnológicas como los medios de
comunicación masiva o las redes sociales.
El intercambio de significados que está en la base de la comunicación es solo posible en un medio social
donde exista un sujeto otro que comparta los códigos que se intercambian, por lo que la comunicación es
un proceso sociocultural en el que se intercambian, y también se construyen, significaciones y
simbolismo.
2) Ver el siguiente video y con el aporte del texto del punto N°1 colocar V o F según corresponda y
fundamentar la opción en todas las consignas sean v o F
https://youtu.be/8BiWWWZmP4k
e) La Cultura produce comunicación y la comunicación produce cultura, no existe una sin la otra, como las
dos caras de una moneda………..
Informativa: Tiene que ver con la transmisión y recepción de la información. A través de ella se
proporciona al individuo todo el caudal de la experiencia social e histórica, así como proporciona la
formación de hábitos, habilidades y convicciones. En esta función el emisor influye en el estado mental
interno del receptor aportando nueva información.
Afectivo – valorativa: El emisor debe otorgarle a su mensaje la carga afectiva que el mismo demande,
no todos los mensajes requieren de la misma emotividad, por ello es de suma importancia para la
estabilidad emocional de los sujetos y su realización personal. Gracias a esta función, los individuos
pueden establecerse una imagen de sí mismo y de los demás.
Reguladora: Tiene que ver con la regulación de la conducta de las personas con respecto a sus
semejantes. De la capacidad autorreguladora y del individuo depende el éxito o fracaso del acto
comunicativo Ejemplo: una crítica permite conocer la valoración que los demás tienen de nosotros
mismos, pero es necesario asimilarse, proceder en dependencia de ella y cambiar la actitud en lo
sucedido. Hechos sociales como la mentira son una forma de comunicación informativa (aunque puede
tener aspectos reguladores y afectivo-valorativos), en la que el emisor trata de influir sobre el estado
mental del receptor para sacar ventaja.
La competencia comunicativa es el término más general para la capacidad comunicativa de una persona,
capacidad que abarca tanto el conocimiento de la lengua como la habilidad para utilizarla. La adquisición
de tal competencia está mediada por la experiencia social, las necesidades y motivaciones, y la acción,
que es a la vez una fuente renovada de motivaciones, necesidades y experiencias. Dell Hymes La
competencia comunicativa es una capacidad que comprende no sólo la habilidad lingüística, gramatical,
de producir frases bien construidas y de saber interpretar y emitir juicios sobre frases producidas por el
hablante-oyente o por otros, sino que, necesariamente, constará, por un lado, de una serie de habilidades
extralingüísticas interrelacionadas, sociales y semióticas, y por el otro, de una habilidad lingüística
polifacética y multiforme. Gaetano Berruto “La competencia comunicativa comprende las aptitudes y los
conocimientos que un individuo debe tener para poder utilizar sistemas lingüísticos y translingüísticos que
están a su disposición para comunicarse como miembro de una comunidad sociocultural dada”. (María
Stella Girón y Marco Antonio Vallejo, 1992: 14) Desde nuestra infancia, los seres humanos vamos
adquiriendo y desarrollando una capacidad relacionada con el hecho de saber cuándo podemos hablar o
cuándo debemos callar, y también sobre qué hacerlo, con quién, dónde, para qué y en qué forma* . Es
decir, desde niños adquirimos un conocimiento no sólo de la gramática de nuestra lengua materna sino
que también aprendemos sus diferentes registros y su pertinencia; somos capaces de tomar parte en
eventos comunicativos y de evaluar la participación nuestra y la de los otros. Aún más, podemos afirmar
que esa competencia es integral, puesto que también involucra actitudes, valores y motivaciones
relacionadas con la lengua, Al respecto, Basil Bernstein afirma que “Cada vez que un niño habla o
escucha, se refuerza la estructura social de la cual forma parte y se constriñe su identidad social”. Un
registro es una variante de nuestra lengua, condicionada por factores socioeconómicos y culturales. Los
hablantes autorregulan permanentemente su forma de hablar. Por eso, a cada situación comunicativa
corresponde un registro lingüístico.
1. ! Cierre la puertaaa!!
2. Por favor, ¿sería tan amable de cerrar la puerta? Es evidente que el cómo se dice algo puede provocar
aceptación o rechazo en el interlocutor y enriquecer o empobrecer la significación, podemos definir esta
competencia como “la capacidad para articular e interpretar signos organizados en un todo coherente
llamado texto. Para terminar, podemos observar cómo el concepto de competencia textual concuerda
bastante con el de competencia comunicativa, ya que el proceso de codificar o descodificar textos implica
el concurso de variadas competencias: lingüística, paralingüística, pragmática, etc. Esperamos que nos
haya quedado claro que la noción de COMPETENCIA COMUNICATIVA trasciende la de competencia
lingüística, pues para comunicarnos de manera eficaz necesitamos conocimientos verbales y no verbales
(kinésicos y proxémicos), normas de interacción y de interpretación, estrategias para conseguir las
finalidades que nos proponemos y conocimientos socioculturales (valores, actitudes, roles, relaciones de
poder, la cultura) etc.