MUSICOS ACADEMICOS DEL VALLE DEL CAUCA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XX

– ANTONIO MARIA VALENCIA

KIMBERLY KATRINA RODRIGUEZ LONDOÑO

COD: 1660325

DIANA ISABELLA DUQUE CORREDOR

COD: 1755105

STEVEN MONTOYA GUTIÉRREZ

COD: 1755138

DOCENTE: JAIME RUÍZ

UNIVERSIDAD DEL VALLE

PROGRAMA DE LICENCIATURA EN MÚSICA

GUADALAJARA DE BUGA

2021
 Retomando la exposición del tema anterior sobre la música de salón podemos evidenciar

como las investigaciones sobre historia de la música, es realizada en su mayoría por músicos y

está de manera separada, ya sea enfocada en la vida del músico, sus composiciones o bien sea el

contexto en el que se halle inmerso. Por un lado, los estudios sobre historia de la música en

Colombia del siglo XX, tuvo diferentes escenarios, cambios geográficos que centraron toda la

atención en una sola región del país, una práctica social, económica, cultural y musical que se

concentró en Bogotá y sus alrededores con la búsqueda de lo propio o nacional siendo así una

exclusión de lo que no hiciera mención al hombre blanco letrado.

Por otro, las regiones exteriores de Colombia y en este caso la región andina con

departamentos como el Valle del Cauca fueron invisibilizados y con esto la historia de su

música, sus compositores y sus composiciones de manera que se desconoce el lugar que

ocuparon dentro de un contexto, sus aportes y algunos otros que quedaron en el olvido. Es así,

como el Valle del Cauca muestra un diverso mapa musical por sus influencias españolas,

indígenas y africanas. Todo este panorama se recupera a través de la recopilación de información

en diferentes fuentes, sea partituras, grabaciones, anécdotas familiares, diarios, publicidades

entre otras, permitiendo no solo la recuperación sino la preservación y visibilización de la

historia musical. Otra de las fuentes usadas en estas investigaciones son los documentos escritos

hallados en las iglesias como: actas, documentos, recibos de compras de instrumentos o de

partituras, reparaciones, recibos de pagos a músicos que dejan entrever la actividad musical,

directores de bandas, músicos intérpretes, géneros y lugares de representación de los municipios.

Estado del arte

 En este apartado se van a tratar, sobre todo, tres de los eventos más importantes que se dieron

en el Valle del Cauca colombiano, entre la última década del siglo XIX y la primera mitad del

siglo XX. En este orden de ideas, estos eventos fueron:

La transición de dejar de ser colonia española, a ser una nación independiente, a empezar a

constituirse como ya Valle del Cauca. Siguiendo las prácticas culturales, siendo más importantes,

o al menos más nombradas/ resaltadas las de los municipios donde hubo mayor actividad. Por

último, la importancia de Pedro Morales Pino, y su agrupación.

Así, se puede encontrar en la obra literaria de Palacios “El alférez real”, una evidencia

indirecta de las distinciones que se tenían con las diferentes músicas (la negra, criolla y mestiza,

con la europea o académica), de un orden más oral, con la de tradición escrita.

Otro punto importante es la gestación de la necesidad de identidad nacional, en donde viene a

ser de gran importancia la canción popular, de igual manera que el folclor. Y es aquí donde se

evidencia la importancia de Pino, ya que es él quien marca un cambio en el paradigma de música

nacional, así como el repertorio interpretado en el piano de la época.

La música en el Valle del Cauca

Se empieza diciendo que el Valle del cauca se divide en cuatro partes principales, estando

distribuidas así: al norte, se ubica sobre todo los antioqueños, en el litoral las comunidades

negras, y en las zonas rural, tanto plana como urbana, se haya una multiculturalidad de lo que

llega de todas partes de país.

Por otra parte, la formación de conservatorios como el Pedro Morales Pino en Cartago en 1950, y

el Antonio María Valencia en la capital en 1937, harían que se empezaran a formar músicos

profesionales, y a que se diera una alimentación de repertorios europeo y nacionalista.

 Otro punto importante, es el hecho de que hasta mediados del siglo XX se tenía muy

estigmatizadas las músicas populares, puesto que se les consideraba como primitivas, o algunas

otras, por resaltar la tradición española.

Muchos de los compositores importantes en el Valle del Cauca, encontraron sobre todo en la

capital del país, la oportunidad de crecer como músicos, así como de expandir a otros lugares esa

identidad Vallecaucana, que grupos como el “Grupo Buga” ayudaron a expandir.

La música en el Valle del Cauca de finales del siglo XIX y principios del XX, se caracterizó

por la popularización de la música de salón y el significado que tuvo el piano en los salones

familiares, Miranda (2003, p.138-139) citada en Casas (2010) expresa que el piano ofrecía las

ventajas de contar con música de manera permanente y a un costo mucho menor que el de

alquilar orquestas de manera consuetudinaria. Su estudio por otra parte, permitía conformar un

repertorio tan selecto y amplio como se quisiera pues bastaba que las señoritas de la casa en

cuestión se aprendieran las diversas partituras de cuya venta comenzaron a beneficiarse varios

editores y compositores.

La exportación de pianos y su combinación con los tiples y bandolas campesinas, ocasiono

que las piezas de origen europeo fueran adquiriendo un aire criollo al crear obras que dejaron de

ser una copia a las danzas europeas para convertirse en músicas que reflejaban una sociedad más

fusionada; los bailes cracovianos, poloneses y escoceses, se volvieron parte de la moda pianística

de la música de salón.

Casas (2010) expresa que, en Colombia, los formatos instrumentales tienen como instrumento

predominante el piano, y con la particularidad de que estas piezas no tienen como intención
mostrar el virtuosismo del intérprete y que en general las piezas son cortas, evocadoras y

descriptivas basadas en el ritmo de la danza.

La música de salón se relaciona con las intérpretes de piano, siendo este un fenómeno social,

ya que para las familias acomodadas el piano simboliza estatus, educación y cultura, haciendo

referencia a lo que para ellos era la cultura y ciudadano ideal, era común encontrar la práctica del

piano entre los siglos XIX y XX en donde la música de salón fue parte del cotidiano de las

personas.

Casas (2010) expresa que la práctica musical del valle del cauca se realizaba en tres espacios:

1. Salones particulares o tertulias familiares en casas privadas.

2. Haciendas de Descanso

3. Teatros. (p.15)

Estos escenarios variaban según el tipo de agrupación y repertorio, ya fueran en formatos

grandes o pequeños como conjuntos de cuerdas, estudiantinas, bandas marciales, entre otras.

Luis Carlos Figueroa

Su trayectoria es un reflejo de la fuerte influencia de su maestro, Antonio María Valencia. La

mayor parte de su vida la ha dedicado a la enseñanza en la cátedra de piano y la dirección del

Conservatorio Antonio María Valencia de la ciudad de Cali. Nació en Cali el 12 de octubre de

1923. Inició su formación musical bajo la tutela de su tía Angélica Sierra. Para 1933 obtuvo por

concurso una beca para estudiar piano y materias teóricas en el Conservatorio de Cali, institución

que llevaba por entonces apenas 2 años de fundación.

 En 1936 viajó en una comisión encabezada por Antonio María Valencia al Primer Congreso

Nacional de Música en la ciudad de Ibagué. En 1939 inició su trayectoria como docente cuando

fue nombrado profesor de solfeo del Conservatorio de Cali en donde obtuvo finalmente su

diploma de Estudios Superiores de música en 1942.

En los años siguientes ofreció cursos de piano en la Universidad Industrial del Valle del

Cauca (posteriormente Universidad del Valle) y recitales de cámara en varias ciudades del país,

algunas veces acompañado de su maestro Antonio María Valencia. En 1948 fue nombrado

director interino del Conservatorio de Cali y además recibió a su cargo la Orquesta Sinfónica y la

Coral Palestrina. Dos años más tarde el gobierno departamental le ofreció una beca de estudios y

por espacio de nueve años residió en París. Recibió clases en el Conservatoire National

Supérieur de Musique, L’École César Frank y L’École Normale de Musique.

En los años posteriores realizó varias actividades musicales de importancia. En el año

de 1973 la Orquesta Sinfónica de Colombia estrenó en el Teatro Colón su Preludio y Danza

colombiana bajo la dirección de Daniel Lipton. Se vinculó a la cátedra de piano de la escuela de

música de la Universidad del Cauca.

Obras

Ha compuesto, hasta la fecha, 137 obras en diversos géneros: instrumental, vocal, cámara,

coral y sinfónica, además de arreglos que ha realizado de obras de otros compositores. Obras

que, hoy, se han empezado a difundir. Existe un CD grabado, por la Universidad del Valle, con

la Maestra Emperatriz Figueroa –sobrina del Maestro acompañada por la Pianista Patricia Pérez.

La Universidad de Antioquia grabó otro con la Pianista Teresita Gómez acompañada por Diego

Villa. Hay otros proyectos que permitirán tener grabada la obra del Maestro Figueroa, entre
ellos, uno con Blanca Uribe al piano acompañada de la Orquesta Filarmónica de Antioquia. Igual

todas sus obras para piano están en proyecto de ser grabadas. El Instituto Departamental de

Bellas Artes ha empezado la edición de las partituras de sus obras, ya está listo el primer

volumen con 35 obras para piano.

Alvaro Ramirez Sierra

Nacido el 6 de junio de 1932, en la ciudad de Cali, realizó estudios de música en el

Conservatorio de Cali estudió dirección en el Conservatorio de Boston, Estados Unidos, y fue

integrante de la Orquesta Sinfónica de esta institución, dirigida por Rouben Linegonian. Al

regresar a Colombia, fue profesor del Conservatorio de la Universidad del Cauca y del

Conservatorio “Antonio María Valencia” de Cali.

Su obra creativa, de alrededor de 90 piezas de diverso formato, abordó los géneros vocales,

coral, de cámara y sinfónico. Más adelante, en1966, obtuvo también el Primer Premio del IV

Concurso Nacional de Composición Musical, realizado durante el VI Festival de Arte de Cali,

con su obra Estudio Sinfónico. En 1987 fundó y dirigió la Orquesta Filarmónica de Cali,

agrupación que se desintegró poco tiempo después por causa de su enfermedad terminal. Un año

antes de su fallecimiento, recibió distinciones de la Alcaldía de Cali y de la Gobernación del

Valle del Cauca. Como homenaje póstumo del Instituto Departamental de Bellas Artes de Cali,

la Biblioteca de esta institución lleva su nombre. Álvaro Ramírez Sierra murió en Cali el 2 de

octubre de 1991, a la edad de 59 años.

Obras

1950 Trece Nocturnos Sentimentales, para piano

1954 La Noche, poema sinfónico

1956 Teseo, obertura para orquesta.

1957 Canto a mi tierra I y II, para violín y clavicémbalo

1958 Psiquis, poema sinfónico

1959 Trío para instrumentos de arco (trabajo de grado interpretado por el Grupo de

Cámara del Conservatorio de Boston)

1960 Caucanas, suite en tres movimientos para orquesta.

1962 Concierto para guitarra y cuerdas

Lucas José Estrada Abadía

Compositor colombiano, Nacido el 8 de mayo de 1938, en la Unión Valle del Cauca. A

temprana edad estudió en el conservatorio Antonio María Valencia de Cali. De 1956 a 1963

Estudió en el Conservatorio Nacional (Bogotá), en donde estudiaría piano con Lucía Pérez y

composición con Roberto Pineda Duque. En 1964 Saldría de Colombia con destino a Estados

Unidos donde moriría el 24 de agosto de 1981, a la edad de 43 años. En general, lo que marcó su

vida, serían las dificultades económicas, el rechazo y la discriminación, los problemas afectivos,

los altibajos anímicos, la enfermedad, el alcoholismo y la muerte. Entre sus obras se encuentran

Bagatela y Cuarteto con piano.

Santiago Velasco Llanos

Nació en Cali el 28 de enero de 1915 y murió en la misma cuidad el 15 de mayo de 1996. De

una familia de artesanos, empieza su carrera compositiva a la edad de 12 años, con una pieza

para piano llamada “Mireya”, un vas para piano de 1927 estrenado en 1930 en el Colegio Enelia

Rivera. Fue junto con Luis Carlos Figueroa, uno de los alumnos “Fundadores” del conservatorio
Antonio María Valencia, quien acabaría de llegar de Europa. Descrito por el periódico El

Tiempo como, “uno de los más grandes patrimonios musicales de Cali, el Valle del Cauca y

Colombia”. Es recordado sobre todo por su gran repertorio que se basa en músicas populares y

tradicionales. Talento interminable en donde se incluyen obras como: la Danza indígena (1940) y

Sinfonía breve (1947) y muchas otras. Fue el encargado de hacer la música para el himno del

Valle del Cauca.

Mario Gómez Vignes

Nace en Santiago de chile en 1934, y posteriormente reside en Colombia; en 1940 la

Universidad del Valle le otorga el título de licenciado en Música, a partir de esto Vignes

comienza su labor docente en el conservatorio Antonio María Valencia en 1981 a 1985. Vignes

realiza una investigación exhaustiva de la vida y obra del compositor Antonio María Valencia en

el año 1962 titulado “imagen y obra de Antonio María Valencia”.

La obra de Mario Gómez Vignes, es producto de una labor de composición iniciada en 1940

con obras para piano como sonatas, estudios e intermezzos, el piano es el instrumento más

recurrente de sus composiciones, sin embargo, también realizado piezas para orquesta y cuerdas,

Ortiz (2013) expresa que

En su catálogo de más de medio centenar de partituras, figuran numerosas piezas de música de

cámara, música para cuerdas y orquesta sinfónica, cantatas, ciclos de canciones, piezas corales y

música incidental para teatro. Debe también mencionarse una incursión en 1970 de todas maneras

aislada, en el campo electroacústico con la pieza Clausulae I, II, III para cinta e instrumentos

renacentistas, que pone en juego su experiencia en la dirección del Grupo de Música Antigua de

Medellín (1966-1969).
 El estilo musical de Vignes se caracteriza por el empleo de sistemas y técnicas, dentro de una

dinámica rica en acentos y estructuras armónicas que recurren a modos antiguos.

Léon Jean Marie Hubert Simar

Nació el 3de noviembre de 1909 en Belgica, ingreso a los 9 años de edad al conservatorio

Real de Lijea, donde inicio sus estudios musicales en dirección, piano y órgano; al finalizar sus

estudios se desempeñó como profesor y compositor.

Según Duran (2019, p.17) al finalizar la Segunda Guerra Mundial, la situación social en

Bélgica fue particularmente difícil por la persecución que el mismo gobierno belga inició contra

todos aquellos que pudiesen ser señalados como colaboradores del ejército alemán, por ello,

Simar y su familia migraron para buscar mejores oportunidades vida, es así como Simar llega a

Colombia en 1949, iniciando su labor como docente de teoría y composición musical en el

conservatorio Antonio María Valencia entre los años 1949 y 1952, en 1957 y 1959se vincula

como instructor en la Universidad del Valle en Cali, en donde funda la escuela de música y el

coro de la universidad, contribuyendo a la profesionalización musical en Cali, también fue el

autor de materiales pedagógicos como Estudio Musical Bacisco (EMB) y Armonía Tradicional,

posteriormente fue nombrado director del conservatorio Antonio Maria Valencia en el año 1955.

Simar compuso más de 100 obras para diferentes formatos y cerca de 900 arreglos para

agrupaciones corales, además, su labor como músico inspiró la creación de un Festival de

Verano, una Orquesta de Cámara, una Fundación y un premio otorgado por la Universidad del

Valle, todos ellos denominados bajo el nombre de “Léon J. Simar. (Duran, 2019, p.17).

El trabajo de composición musical de Simar es amplio, pues este reúne estilos que van desde

música antigua como arreglos de las cantigas de Santa María, danzas del siglo XIII y Stantipes
del siglo XIV, géneros europeos como sinfonías, lieds, y conciertos, estéticas del romanticismo

hasta obras propias del siglo XX, todas estas escritas para formatos de orquesta, coro y solistas.

Finalmente, existe un importante número de arreglos para coro a cappella o con

acompañamiento de piano u órgano, que en su mayoría corresponden a adaptaciones de

canciones populares de diversos países, villancicos tradicionales, canciones religiosas y melodías

de amplio reconocimiento mundial. (Duran, 2019, p.36).

Antonio María Valencia (1902-1952)

Nacido en Cali, valle del cauca Colombia el 2 de noviembre de 1902, recibe una iniciación

musical desde temprana edad por parte de su padre Julio Valencia el cuál fue cellista y profesor

de música; inicio sus estudios pianísticos con Honorario Alarcón (considerado el pianista más

virtuoso de la época) para Valencia con Alarcón se convertía en la mejor oportunidad de crecer en

su vida artística, profesional y personal ;en 1918 viajo a Europa para iniciar sus estudios

profesionales en la Schola Cantorum de Paris, en donde estudio piano con Paul Braud y

composición con Vincent d´Indy; en 1930 regresa a Colombia después de culminar sus estudios

como profesor y concertista de piano, fue nombrado instructor en el conservatorio nacional en

1936 y posteriormente fue fundador en del conservatorio Antonio María Valencia en la ciudad de

Cali, haciendo un aporte importante para la educación musical en la ciudad, ya que en esa época

no había un interés por en fomentar la educación musical como algo masivo, exploradora de

talentos y formadora de estudiantes. Echeverri (2015) expresa que:

En 1932 Valencia publicó el polémico escrito “Breves apuntes sobre la educación musical y en

Colombia”, donde se quejaba y criticaba las políticas estatales sobre el apoyo a la música, la

cultura y el arte. Siempre ha faltado conciencia del Estado para fomentar el arte. Después de la

controversia que generó este escrito, el autor decide alejarse del Conservatorio Nacional (p.10).
 Es por ello que Antonio María Valencia el 2 de enero de 1933 abre las puertas a 32 alumnos

en el conservatorio de Cali bajo su dirección; posteriormente, valencia se aleja de su trabajo

como concertista para enfocarse en sus labores en el Conservatorio. En 1939, Valencia logró

terminar el edificio del conservatorio, dotar el lugar, hacer un edificio funcional, implementar con

programas y planes de estudio paradigmáticos y una orquesta sinfónica.15 El 16 de septiembre de 1939,

bajo el decreto 640, el Conservatorio es rebautizado como Palacio de bellas Artes y pasó bajo la tuición

del gobierno del departamento del Valle. (Echeverri, 2015, p.11).

Antonio María Valencia fue el hombre que comenzó la cultura en la ciudad de Cali, ya que fue

fundador de la escuela de bellas artes, fundo la escuela escultura, fundo la orquesta sinfónica, fundo,

fundo el coro de la coral palestina, sacrifico toda su carrera de concertista para dedicarla a la docencia y a

su ciudad.

Valencia fue un destacado pianista virtuoso y profesor, la mayor parte de sus obras son para

piano, canto y piezas religiosas corales, también realizo obras para orquesta de cámara, según

Agudelo (s.f.) el romanticismo, especialmente ejemplificado por la idea del pianista virtuoso, fue

la orientación inicial en la en la formación estética de Antonio María Valencia, también, por las

características de la música de salón de la época, practicada por diferentes compositores (p.5).

Su interés por el nacionalismo musical aparece con los ritmos y cantos suramericanos escritos

para piano en 1927, también se destaca en su estilo musical el impresionismo influenciado por

Ravel y Debussy.

Al llegar a Colombia Valencia tuvo interés en la música nacional, es así que compone una

serie de obras para piano como su Chirimía y Bambuco Sotareño de 1930 y el Bambuco del

tiempo del ruido en 1933; según Duque (s.f.) citada en Agudelo (s.f.).
 Las sugerencias de Valencia estaban encaminadas hacia la reducción del número de cursos y

duración de los mismos, requeridos para lograr cualquier diploma del conservatorio. Valencia

proponía que los programas fueran cortos, eficientes e iguales para todo el alumnado. Uribe

Holguín creía en la instrucción flexible e individual en la que cada estudiante progresara a su

propio ritmo, sin límites de tiempo para llenar los requisitos. Valencia reaccionada a las

exigencias del instituto más grande y moderno. (p.6)

En los años posteriores Antonio María Valencia compone muchas obras corales y de cámara

sobre temas colombianos como, Egloga Incara en 1935, Trio emociones Caucanas en 1938,

Coplas populares colombianas de 1934, cinco canciones indígenas en 1935, todas estas escritas

bajo textos y melodías de la música tradicional andina de Ecuador, Perú y Bolivia, el estilo

musical de Valencia presenta temas melódicos y rítmicos bajo el vocabulario impresionista, pero

presentando un aire nacional. En propias palabras del compositor expresa que.

Debe penetrar la técnica de los antiguos y modernos y elegir las tendencias que más convengan a

su temperamento y puedan desenvolver más ampliamente sus dotes naturales… el arte

colombiano, para desarrollar su estilo propio, necesita asimilar todas las tendencias… el estudio

de los cantos y ritmos populares de Colombia, pueden ser genuinamente autóctonos o importados,

pero al fin y al cabo son del pueblo, ha de preocupar hondamente a los artistas encargados de

nuestra educación musical. (Agudelo, s.f., pp.6-7)

La obra de Antonio María Valencia es supremamente rigurosa desde el punto de vista técnico, pero de

una sensibilidad artística extraordinariamente delicada, refleja mucho todos los contenidos de la

influencia de la escuela francesa. Valencia se inclina a un vocabulario universal en sus últimas

obras y escribe piezas como Réquiem en 1943, Ave María 1933 y Misa breve en 1937, en estas

composiciones se puede percibir la influencia de la escuela francesa, este sigue las pautas de la

música litúrgica y presenta obras vocales y armónicas sobre temas de canto llano, en 1942
Valencia elabora su única obra orquestal para piano conocida como Chirimía y Bambuco

Sotareño.

Valencia en París

“París deslumbra, espanta, emociona, desconsuela con su enorme movimiento y su hermosa

belleza” (Antonio María Valencia, del documental “Claroscuro”)

Por mucho que el anhelo de este músico colombiano, era el de estudiar en Bélgica, el destino

tendría para él, por recomendación del maestro Guillermo Uribe Holguín, por ese entonces,

compositor cercano a Antonio María, iría a la Schola Cantorum, de París, Francia. Donde con los

maestros Braud y d’Indy, vería las clases más importante para él, piano y composición

respectivamente. “Al llegar uno está en todas partes y no está en ninguna” (Antonio María

Valencia, del documental “Claroscuro”)

Sería el 2 de octubre de 1923, el día en que se presentaría a su examen de audición, y el

jurado al quedar deslumbrado por el alto nivel técnico lo recibiría, entonces, el 10 del mismo mes

empezaría su primera clase. En donde, desde el momento de su ingreso en la Schola, su principal

objetivo sería el de, con urgencia hacerse pianista, para poder ser alguien en el arte.

Su gran pasión por la música de Wagner, haría que la conexión con su maestro de composición

fuera muy fuerte. Por otra parte, por los parisinos, Valencia fue un músico muy respetado. Tanto

es esto, que el 18 de mayo, en la presentación del concierto 1 para piano y orquesta de Lizst, los

críticos, aunque consideraron la interpretación como exagerada, no pudieron sino felicitar a

Braud, su maestro, por el gran trabajo que se vio en su alumno.

 Ahora, hablando un poco del Antonio María Valencia, persona, se puede decir por diversos

relatos, de amigos y personas cercanas a su círculo, que era alguien completamente opuesto, al

Valencia compositor, quien era alguien dulce, amable, ordenado, activo, vivas.

En 1929, el Caleño, abandona París, entre las razones que se pueden nombrar, es la gran

nostalgia que sentía al estar lejos, de su país, y de su madre, por quien tenía un apego enorme.

Entre otros posibles problemas, con personas que fueron sus amigos en París. Por las razones

antes nombradas, decide volver a Colombia, a Bogotá, para ser más específico (siendo esto así,

sobre todo, porque en Cali no había a quién enseñar), pero su llegada a la capital traería consigo

diversos problemas, como la desconocida enemistad con Uribe Holguín y el continuo sabotaje

por parte de los músicos de orquestas de la capital. Por las razones antes nombradas, la gente de

Cali, quien tenía una gran afición por el maestro, recurre a crearle (estructuralmente) el

conservatorio a él, para que tuviera así, un sitio donde impartir su conocimiento, mismo que

desde su creación estuvo pensado, no solamente para las élites, sino para el pueblo general.

Siendo esto último, una razón más para ser criticado, dado que, en un ejemplo muy

específico, el que el maestro Figueroa, fuera de sus estudiantes favoritos y más queridos, siendo

este alguien de un contexto sumamente popular, no les gustaba a las personas críticas de nuevas

posturas, más inclusivas.

Música de Valencia.

La siguiente serie de obras, hacen parte de un disco, donde el banco de la república, en la

serie “Compositores colombianos” reúne parte de la bibliografía de Antonio María Valencia,

como las cuatro obras que aquí se van a exponer:

En cada lado del disco se encuentran dos obras completas, estando en el lado A:
Emociones caucanas. Trio para piano, violín y violoncello.

Esta pieza incluye cuatro movimientos, así: Amanecer en la sierra, Pasillo (Danza

suramericana), Interrogante y el final “Fiesta Campesina”, es una obra de tipo nacionalista, pero

este carácter se le otorga sobre todo por el impresionismo musical, más que por la utilización de

ritmos característicos. El primer movimiento, tiene un carácter cíclico; el segundo, aunque lleva

de nombre Pasillo, puede parecer más un Bambuco, o un pasillo rápido; en el tercero no se

pueden percibir aires nacionales, debido que utiliza motivos muy líricos y armonías inestables.

En el último movimiento, se puede ver un tratamiento de tema con variaciones.

Egloga Incaica

Esta obra escrita para grupo de vientos (flauta, clarinete, oboe, trompa y fagot), se da en un

único movimiento, en donde se representa por medio de la utilización de escalas pentatónicas,

enalteciendo así el nacionalismo peruano y ecuatoriano.

Tres canciones para voz y piano

Esta obra está enmarcada dentro del estilo de composición de la canción francesa de Fauré y

Duparc, en donde se acentúan los movimientos dramáticos tanto en la melodía, como en el

acompañamiento. Fue originalmente pensado para ser cuatro canciones, de las cuales quedaron:

La luna sobre el agua en los lagos, Tres días hace que nina e Iremos a los astros.

Chirimía y bambuco sotareño

Es una obra que se da en dos movimientos, que se basan en unas variaciones sobre un tema

llamado “El Sotareño” de Francisco Diago. En la introducción (Chirimía), se dan muchas

reminiscencias a la música procesional indígena, en donde se usa un esquema modal pentáfono.

Ya en el segundo movimiento, se da un tratamiento más estructurado de la melodía, siendo este

episódico en donde se dan variaciones armónicas y formales, incluyendo así el fugato.

Para el año 1929 Antonio María decide regresar a Colombia por razones tanto económicas

como sentimentales. Estamos hablando que duró 6 años en un país culto donde la música y el

arte es algo primordial, Cali, su lugar natal está en proceso de crecimiento y en construcción de

ferrocarriles, carreteras, cosechar caña y desarrollar riquezas que la conviertan en una ciudad, allí

el arte pasa a un segundo plano. A su llegada, Valencia da tres recitales en los cuales el primero

estaba completamente lleno, el segundo medio lleno y el tercero totalmente vacío.

Antonio se da cuenta que no tenía como vivir de la música en Cali y es ahí cuando decide

viajar a Bogotá al conservatorio nacional que está a cargo de Guillermo Uribe Holguín quien lo

recibe y lo hace parte del grupo de maestros. Sin embargo, con los enemigos que tenía el

conservatorio por la discusión de las músicas académicas y la no académicas, los que estaban en

contra de Holguín aprovecharon para poner a Antonio María en contra de Guillermo quien lo

despide inmediatamente.

Valencia pasa por una crisis en la que da por sentado que no tiene a donde ir ya que en

Bogotá no había trabajo para él y en Cali tampoco, para esa época las señoras Rosalía cruz,

Elbira Restrepo y Susana López emprenden un proyecto de academia para que el maestro

Valencia regresara a Cali y así fue como Antonio María vuelve a su ciudad en 1933 para dirigir

el conservatorio con el modelo de escuela que en conoció en parís. Cuando se inicia el

conservatorio, hacen parte de la comarca de maestros de Alemania, Austria, Ecuador y a medida

que los estudiantes fueron mejorando, allí se inicia la primera Orquesta sinfónica donde el

Maestro Valencia crea la música para esta.

 Los críticos reprochaban la escuela europea que Antonio trajo con él y le exigían un

repertorio folclórico colombiano, pero él supo que la música tradicional debía ser pasada al

lenguaje universal y así poder ser estudiada y tocada. EL maestro Valencia es el músico que

logra desmitificar e integrar desde el punto de vista estético y técnico, el espíritu de la música

popular a sus composiciones. Si hablamos de caracterizar la pedagogía de Antonio María

Valencia podemos tener un acercamiento muy somero de su forma de enseñanza, ya que muchos

de sus estudiantes mencionaron que lo que el maestro buscaba siempre era el mejor sonido, la

expresión e interpretación dentro de las capacidades de sus alumnos dando siempre el ejemplo de

como él lo hacía y esto servía de influencia para sus estudiantes. Antonio era el anfitrión de los

músicos que llegaban a Cali y su casa servía de hospedaje, sus estudiantes eran invitados para ser

partícipes de los conciertos dados por aquellos músicos de la época que lo visitaron.

Dentro de sus composiciones más destacadas están la Misa de Santa Cecilia dedica a Susana

López y el Requiem a capela, escrito para su amigo, el poeta Guillermo Valencia quien estaba

enfermo, lo termino de componer en el tren, viaje que hizo a Popayán para dirigir el coro que

fundó en 1940 llamado Coral Palestrina. También bajo su dirección estuvieron los conciertos o

giras que se dieron en Medellín con su grupo de estudiantes; Luis Carlos Figueroa y Mary

Fernández.

Antonio María como compositor tiene una obra pequeña que no alcanza las 80 obras, sin

embargo, es una obra bien elaborada, construida por un artista que sabe lo que hace y hay

también obras menores o juveniles que fueron escritas previas a su viaje a parís, pero la gran

mayoría de la música que compuso después de sus estudios en parís son obras importantes tanto

para piano como para música de cámara y para coro. En sus últimos años de vida Valencia, paso

momentos de enfermedad, soledad adicción a la droga del momento llamada morfina y el

desprecio por su orientación sexual ya que el medio Caleño rechazaba el homosexualismo mas

no su adicción que lo llevaron al despido de la dirección del conservatorio, despojado de su

cargo y de vida como lo describió el maestro, perseguido por esta situación Antonio María vivió

una vida subterránea y escondida, ahogado en el vicio y el alcohol. Muere el 22 de julio de 1952

debido a una enfermedad llamada tétano, contraída por una jeringa oxidada, dicen sus familiares.

Mucha de su música se perdió en medio de su desolación puesto que decide quemarla en uno de

sus días más adversos.

Bibliografía

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ciencias y humanidades, departamento de música, Medellín.

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Correa Duran Adriana Carolina, (2019), Leon J. Simar (1909-1983): un músico Belga en Cali

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